Talento Humano
Talento Humano
Talento Humano
ISSN: 1665-7039
ISSN: 2594-0163
revistamercadosynegocios@cucea.udg.mx
Universidad de Guadalajara
México
Artículos de Investigación
Resumen:
El objetivo del artículo es identificar la relación que existe entre el talento humano y la competitividad de las organizaciones,
como parte a la revisión documental obtenida en los antecedentes científicos del estudio y sustentado en la teoría de recursos y
capacidades. Producto de esta revisión, se encontró que las personas constituyen un recurso valioso dentro de la organización y la
formación del talento humano es una variable determinante para lograr la competitividad de las organizaciones.
Código Jel: J24; M12; O15
Palabras clave: talento humano, competitividad, organizaciones emprendimiento.
Abstract:
e main objective of this article is to identify the relationship between human talent and competitiveness of organizations,
according to the documentary review obtained in the scientific background and based on the theory of resources and capabilities.
Product of this review, it was found that people are the most important resource by organizations and the training of human talent
is a determining variable to achieve the competitiveness of organizations.
Keywords: human talent, competitiveness, organizations.
INTRODUCCIÓN
El artículo que se presenta, es producto de la revisión documental efectuada con respecto a las diferentes
etapas de la concepción del hombre como recurso organizacional, tomando como referencia la teoría de
recursos y capacidades, resaltando que en la actualidad la contribución del ser humano dentro de las
organizaciones es referida a talento humano, mismo que contribuye a su competitividad.
La investigación documental fue apoyada en el análisis de literatura de artículos publicados en los últimos
años, libros de texto y noticias de buenas prácticas organizacionales, cuyas fuentes de consulta científica
permitieron alcanzar el objetivo de identificar la contribución del talento humano a la competitividad de las
organizaciones.
La contribución del individuo en la historia de las organizaciones, ha sido considerado desde diversas
perspectivas, conforme al transcurso de las épocas y de acuerdo a su inclusión dentro de las organizaciones,
es decir, de ser un recurso meramente operativo ha evolucionado hasta ser parte de los recursos sustanciales
para la empresa y como un generador de competitividad. Según Herrera (2011):
“Las personas son consideradas recursos a partir de que aparecen en la empresa como elementos de trabajo, donde utilizan
y transforman otros recursos. Dentro de una entidad existen varios tipos de recursos: los administrativos, financieros,
materiales, entre otros; pero los Recursos Humanos se convierten en los más complejos e importantes porque todos los demás
exigen obligatoriamente la presencia de este para su procesamiento”.
organización. Michaels, Handfield-Jones y Axelrod, (2001) en su libro e war for talent explica que el
talento y habilidades de los individuos impulsan el éxito de las organizaciones y la competitividad aumenta
si se da principal énfasis en la atracción y retención de candidatos calificados cuyo desempeño se valore como
productivo.
La concepción del hombre durante el transcurso del tiempo, muestra un cambio en su percepción como
se mencionó anteriormente, tal se representa en la figura 1.
FIGURA 1
La concepción del hombre en las organizaciones a través del tiempo
Para comprender el término de talento humano, se comenzará definiendo lo que significa talento, que
según el diccionario de la RAE[1] es “la inteligencia y aptitud para desempeñar determinada ocupación”.
Dentro de las organizaciones el término talento humano fue acuñado por Peter Drucker, quien afirmó
que lo importante del conocimiento e inteligencia de los individuos es su capacidad para producir riqueza,
además definió el talento humano como: “los programas de formación que buscan mejorar el rendimiento,
levantar la moral y aumentar el potencial de los empleados que hacen parte de una organización. Es un medio
relevante para la planeación de proyectos de vida y de trabajo del personal, pero al mismo tiempo es un aspecto
clave para el logro de los objetivos y mejoramiento de posibilidades organizacionales futuras en términos de
competitividad” (Mejía Giraldo, Jaramillo Arango, & Bravo Castillo, 2006).
Por su parte Morales (2002), define al talento humano como: “la aptitud intelectual de los hombres de una
organización valorada por su capacidad natural o adquirida para su desempeño”. De igual manera Coffman
y González (2002), describen el talento como innato, algo que resalta de los individuos, siempre y cuando
se reconozca y utilice, lo que les permite la mejora en toma de decisiones y obtener mejores resultados. Los
autores Morales (2002) y Coffman y González (2002) coinciden al identificar el talento humano como la
inteligencia y aptitudes de las personas.
La conceptualización del talento humano para el presente artículo, retoma la postura de los autores
(Bernárdez, 2008; Moreno & Godoy, 2012) los cuales expresan que el término más allá de los dotes
intelectuales, corresponden al capital intangible, capital humano y capital social de las organizaciones, es
decir, la capacidad de los individuos y sus deseos de superación para ser competentes en el desempeño
de ciertas actividades alineadas a las estrategias, objetivos y metas organizacionales, en este caso se podría
considerar que el talento humano está fortalecido por tres elementos: capital intelectual, capital humano y
capital social (Moreno & Godoy, 2012), tal como se muestra en la Figura 2.
FIGURA 2
Elementos que fortalecen el talento humano
Siendo el talento humano la composición de los tres elementos antes mencionados, se describen cada
uno de ellos para mayor comprensión. Para Bueno (2013) el capital intelectual es la “acumulación de
conocimientos que generan valor a la organización, compuesto por un conjunto de activos intangibles y
capacidades basadas en conocimiento”. El capital intelectual se asume como el resultado de la suma de todos
los activos intangibles, a lo que Edvinsson y Malone (1999) plantean que los activos intangibles son: los
conocimientos, habilidades, inventiva y capacidad de los empleados para desempeñar sus funciones.
El término capital humano, por primera vez se utilizó para referirse a la mayor calidad del factor trabajo
derivado de la inversión en educación y formación de los individuos (Schultz, 1959; 1961; 1963; Moreno &
Godoy, 2012). Las aportaciones de Schultz, Becker y Mincer dieron origen a la teoría del capital humano que
establece desde el punto de vista microeconómico la relación causal directa entre educación, productividad
y salarios, y en el enfoque macroeconómico el aporte de la educación al crecimiento económico.
Etkin (2007) al mencionar sobre el enfoque del capital social en las organizaciones, hace referencia al
potencial y la capacidad que se desea en la organización dentro de la dimensión humana, incluyendo lo
siguiente: compromiso entre los integrantes de proyectos, capacidad de colaborar y trabajar en equipo,
ambiente de confianza, clima de estabilidad en el empleo, respeto a los principios y valores éticos, equidad en
las políticas de retribución del trabajo, relaciones democráticas y grupales, acceso a la educación, desarrollo
personal y transparencia en las comunicaciones.
La teoría de recursos y capacidades concibe a los recursos de la organización como el conjunto de activos
tangibles e intangibles que proveen valor; estos recursos deben cumplir con tres características principales:
ser escasos, inimitables, insustituibles (Barney, 1991) y, además, contar con una estructura de soporte
organizacional que permita emplear el potencial de dichos recursos (Barney & Wright, 1998). Con base
en la mencionada teoría, se puede afirmar que permite proveer las bases para entender cómo los recursos
tangibles e intangibles construyen una ventaja para la organización (Yoguel, 2000; Kaplan & Norton, 2004;
López, Méndez, & Dones, 2009) y la integración de la práctica de los recursos humanos con las estrategias
organizacionales.
El talento humano es considerado un valor intangible para las organizaciones (Briceño, 2012; Moreno
& Godoy, 2012), es decir que no tienen una entidad material, se conforma principalmente por los
conocimientos, información, habilidades y destrezas que poseen los individuos (Fernández, Montes &
Vázquez, 1998). La contribución de la teoría de recursos y capacidades al talento humano se fundamenta en
la creación de valor de las organizaciones a través de sus capacidades de innovación, solución de problemas, la
generación de valor por el aporte de conocimiento, y que con el tiempo se manifestará en un bien tangible en la
calidad de sus servicios y productos (Schlemenson, 2002; Giraldo, 2015). A partir de una visión basada en los
recursos y capacidades, se considera la importancia de los recursos intangibles para el desarrollo de un nuevo
enfoque en la formulación de estrategias organizacionales, debido a que estos elementos del talento humano
son la clave de la competitividad organizacional (Wernerfelt, 1984; Becker & Huselid, 1999; Calderón,
Álvarez & Naranjo, 2006).
Cuando se habla de competitividad a nivel macro, el Foro Económico Mundial lo define como “el conjunto
de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país”. Sin embargo,
para el artículo se considera la competitividad a nivel micro, en cuyas organizaciones es entendida como "la
capacidad de obtener constantemente la posición o nicho de mayor ventaja ante los rápidos cambios en el
mercado" (Mejía Giraldo, Jaramillo Arango, & Bravo Castillo, 2006).
Rastogi, (2000) afirma que “las personas de una organización constituyen su principal recurso para
continuar su competitividad”. Puntualiza que este recurso comprende el aprendizaje y los conocimientos
individuales y colectivos de las personas, las competencias y los conocimientos especializados, la creatividad
y la innovación, las competencias y las capacidades, es decir, la capacidad continua de las personas para
proporcionar resultados valiosos para el cliente.
El conocimiento solo puede ser adquirido, aprendido, usado y desarrollado por las personas de la
organización, la competitividad de una organización depende de su capacidad para desarrollar, proporcionar
e integrar este conocimiento en su personal con la finalidad de generar habilidades, capacidades y destrezas.
Para lograr competitividad, ésta no solo depende de propiciar el conocimiento en su personal sino que se
pueda aplicar; los individuos de la organización necesitan identificar nuevas oportunidades, pensar y actuar
de manera innovadora, explorar y descubrir nuevos caminos hacia el crecimiento, desarrollar las capacidades
requeridas y desplegarlas rápidamente, enfrentar los desafíos actuales y prepararse para un futuro incierto.
También se debe tener una comprensión del entorno empresarial con respecto a su empresa (Rastogi, 2000).
La gestión del conocimiento ha sido abordada como factor de la competitividad (Sánchez et al, 2008;
Gutiérrez, 2011; Barrera et al., 2012; Vázquez et al., 2012); sin embargo, el talento humano como factor
competitivo ha sido poco estudiado.
El constructo que se presenta, visualiza la relación que existe entre la competitividad y el talento humano
de las organizaciones a través de los elementos de capital intelectual, capital humano y capital social, tal como
se muestra en la figura 3.
FIGURA 3
Constructo de la investigación
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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Enlace alternativo
http://www.revistascientificas.udg.mx/index.php/MYN/article/view/5646/pdf (pdf)