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Tomo I

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Sobre lo Real y lo irreal

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Tomo I

3
Índice
I. Prólogo………………..……………..………………….6
II. Introducción……………….……………………….......9
III. Las reglas del camino………..………………………12
IV. Desde la profundidad del Kosmos...…………….…..13
V. Los atuendos de la Vida……………...………….…...22
VI. La mente egoica, sus quimeras y velos……...............33
VII. La ola en el Océano y en el Océano la ola………….43
VIII. El imperio de la Gravitación rige al Cosmos…….....52
IX. Arquitectura y latido.. …..………….……...…...........81
X. Espacio interior………………………….……….......113
XI. La emergencia de los Mundos….………..….............121
XII. De Serpientes y Águilas……………..……...….......143
XIII. Moviéndose hacia la Unidad………....…....……....159

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5
Prólogo
Entre dudas que movilizan curiosidad, acertijos que pregonan resolución,
creencias que lentamente, aunque no sin poca resistencia, decantan en agotamiento y
fuerzas que proponen transmutación, transformación y trascendencia; se construye
esta obra.
Desde horizontes de astrología, astronomía, astrofísica, mecánica cuántica,
física, neurobiología, sociología, historia, matemáticas, geometría, esoterismo,
mística, arte, psicología, sabiduría oriental y occidental, Enseñanzas de Maestros, la
lectura de este escrito invoca y evoca aventuras, sacramentos, mística, magia...

La Sabiduría induce a reconocernos como aprendices. Eternos aspirantes a los


Misterios. Enamorados de la Vida. Intrépidos navegantes de las arenas del Tiempo.
Comprendiendo que la fidedigna Naturaleza, “Aquello que Somos”, pulsa por detrás
del movimiento del pensamiento, descubrimos en el “Aquí y Ahora”, lo Real. Pasado
y futuro, tetras bufones de una mente arrastrada hacia la necedad de las bravías aguas
de la confusión. La ignorancia, ciego mentor, toma de la mano al extraviado
orgulloso. Cayendo al aviso de la materialidad, sin darse cuenta, por el embrujo del
apego a lo acotado y finito -lo irreal-, el incauto se siente separado, perdido. Aparece
el miedo, padre de males, se entibia la voluntad y tras un opaco manto de
desconcierto, se escabulle Lo Bello, Lo Bueno y Lo Verdadero. Empero, la
desaparición, cuan chinescas sombras, es sólo en apariencia. Lo Real, la Seidad no
tiene principio ni final, tampoco cambio, crecimiento o decadencia. Lo que Es y no
puede dejar de Ser, existe por Sí Mismo. “Aquello” es el Mundo. “Aquello Yo Soy”
y “Yo Soy” la Luz del Mundo.
La semilla late en todo. La potencia Divina sigilosamente espera, siempre
espera. En el Teatro de la Existencia, tras interpretar papeles, personajes y pasar por
un sin fin de experiencias, “recordar” será el desafío. El Juego que emprendimos es
el juego de auto-reconocimiento. De la irrealidad a la Verdad, de la oscuridad a la
Luz, de la muerte a la Inmortalidad se traza el Sendero. El peregrino hace camino al
andar. Tropieza, se rezaga, se endereza y vuelve a marchar. La Madre encanta,
sostiene, alimenta y reconforta. La disciplina y el trabajo atento son fortaleza. El
Amor nutre, también se comparte. El servicio, el instinto de quienes empiezan a
despertar y saberse Almas despunta. Las regiones oscuras se desvanecen ante el
cándido y sagrado Fuego de la virtud. Y así como equipo progresamos.
Nuestra extensa indagación asume variedad de conocimientos, inquietudes y
sugiere ardua tarea. Transmite símbolos, habla de procesos, revela incógnitas,
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muestra claves. El número, el sonido, el color, la forma geométrica son llaves. El
pacto es estudiar, meditar, aplicar, corregir, aprender, ayudar y volver a hacer para
crear y recrearnos. Y así renacer de la mano. Juntos.

Con un estilo de escritura intrincado y punzante, al igual que las citas


desplegadas, el libro pretende recordarnos la inamovible y fresca oportunidad del
instante presente. Se trata de advertir los Ciclos, ver el movimiento, entender el
cambio, aprovechar momentos, atravesar portales y escapar de laberintos. Se requiere
entusiasmo, discernimiento y sensibilidad. Hemos de emplear el pensamiento, la
palabra y la acción con responsabilidad, coherencia, dulzura y eficiencia. Intensidad
e implicación son términos que pueden definir al texto. Tratado profundo, amplio,
potente y agudo.
Acompañémonos en una investigación prolongada, provocadora y a la vez
compleja, didáctica; donde una temática se entrelaza con otras y las perspectivas se
complementan y enaltecen. Viajemos entre susurros, con confianza, libres, pintando
con la paleta de inimaginables matices de la Vida un frondoso acontecer. Se propone
un reto, una canción, un compromiso, un llamado para aquellos cuya valentía les
permita atestiguar la falta, verificar las Leyes (cuan efecto de la continua actividad
inteligente del aspecto Vida a medida que actúa en conjunción con la materia),
ampliar el sentir, nutrir Valores Universales y pletóricos de Fe, aspirar a la “Gracia”.
Quedan cordialmente invitados a ingresar en un universo oculto e ignoto, a
abordar en nuestra compañía un recorrido abrazador, plagados de enigmas, secretos
y revelaciones. Asumamos a la “Divinidad interior” por inspiradora guía, que la vida
en la Tierra es una magnífica oportunidad.

“No hay religión más alta que la verdad”. -Helena


Petrovna Blavatsky-

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“Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído
capaz de comprender.
Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está
pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par.
Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de
llenarlos con sabiduría”.
-Kybalion-

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Introducción
Los Misterios de la Vida son insondables, la aventura inagotable, el desafío
impulso. La humanidad, símbolo del Universo, a paso cada vez más ligero y con
mayor afán de autoconocimiento, va abriéndose camino por los desconocidos y
escabrosos laberintos de la Evolución. La lámpara de la consciencia interna es faro.
El calor del amor hace cobijo. La Fe se vuelve báculo y la buena compañía,
inspiración y refrescante consuelo. El sendero ha de recorrerse con discernimiento,
entusiasmo, coraje, sencillez, generosidad y a la “Luz del día”.
La Verdad, “Lo que Es”, imperturbablemente late detrás de cada resquicio
esperando revelarse al intrépido y valiente peregrino, que con inagotable aspiración
y corazón puro tanto la anhela.

El considerar al Universo una realidad compleja, en el sentido de que las


situaciones no se presentan de manera que puedan ser clasificadas por su
correspondencia con cierta disciplina en particular, se configura como nuestro
principal marco teórico. Los fenómenos del mundo son innumerables. Convergen
multitud de elementos y transformaciones en un sinfín de niveles. Procesos en los
cuales el dinamismo y la fractalidad (modelo eficiente de auto-sustentabilidad y
reproducción empleado por la Inteligencia Creadora), entre distintas dimensiones, es
la constante.

La aproximación a la Sabiduría va desde la Síntesis al análisis, de lo General a


lo individual, del Todo a la parte.
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Basándonos en información, que en la actualidad brinda la fantástica ciencia
moderna, en especial la neurobiología, la mecánica cuántica, la física general y la
astrofísica; sustentándonos también en la filosofía (principalmente del Este, esotérica
y metafísica), la psicología (con hincapié en la orientación transpersonal), la
simbología, la mística y la religión; es que por Ley de analogía y a modo de hipótesis
intentaremos abordar la idea que hoy algunos plantean y los Sabios de antaño siempre
sostuvieron sobre la existencia de una Matriz Unificada de Pura Posibilidad
Abstracta, Puro Ser Abstracto, Pura Consciencia Abstracta; desde la cual partículas,
personas, sistemas de mundos y la vastedad del “Kosmos” -Orden Supremo- emergen
en Ciclos (ondas -vibraciones- que interactúan entre sí) y a la que sin excepción se
retorna.
“Nada existe completamente solo. Todo está en relación con todo lo demás”. -
Buddha, el Señor-

Aunque a través de la extensión de la obra, con el fin de ir construyendo una


coherencia argumental que enriquezca la complejidad del abordaje, procuraremos
indagar de manera intervinculada variedad de contenidos, encarando nuestra
exposición desde diferentes campos y ángulos; hemos de comprender que de ninguna
forma los temas pueden agotarse con nuestra exposición. Lejos de cerrar
comprensiones y circunscribirnos a lo dado, intentaremos a lo largo del recorrido del
presente trabajo disparar en el lector inquietudes, movilizar su afán investigador,
plantear nuevas ideas, otras líneas de estudio y desafíos. En definitiva, aspiramos a
romper con el horizonte de lo evidente y caduco, con las falsas creencias organizadas
que someten, angustian y ahogan con infinidad de restricciones al Espíritu humano.
“El conocimiento empieza en el asombro”. -Sócrates (480 a.C.-399 a.C.)-

La Entera “Creación” (cuan Emanación) es un símbolo de “Algo” mayor que le


antecede, sobrepasa y proporciona su Fuerza Arquetípica, Valor y Propósito. En lo
aparente y parcial se esconde Lo Infinito. El Conocimiento del Yo Real (Dios en
nosotros) es la Sabiduría Suprema.
Tengamos presente, para nuestra osadía investigadora, la acertada frase del
filósofo, matemático y esoterista francés -fallecido en la ciudad del Cairo en 1951-
René Guénon: “El simbolismo es el medio mejor adaptado a la Enseñanza de las
Verdades de orden superior, religiosas y metafísicas, es decir de todo lo que el espíritu
moderno desdeña o rechaza”.

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Las palabras, pese a que catapultan, si son bien empleadas, a estratos
inesperados y desconocidos de la Consciencia, igualmente restringen, desvirtúan y
velan lo Real.
Dicen que La Voz del Silencio, muy, muy suave, susurra La Verdad.

A lo largo de este primer libro presentaremos y ahondaremos sobre temas


vinculados al Macro y microcosmos, y a su inherente e inquebrantable conexión.
Tópicos que abordaremos desde diversas aproximaciones y según variedad de
paradigmas. El ser humano es parte de una corriente de información que va desde lo
inconmensurablemente grande hasta lo infinitamente pequeño. Cuando este flujo
pasa a través del hombre recoge su especifica interpretación de la realidad e informa
-influyendo en la totalidad- a cada punto en la estructura del espacio. ¡Nuestra
participación en el Juego de la Creación es importante!

“No creas en algo simplemente porque lo has escuchado. No creas en algo


meramente porque es hablado y rumoreado por muchos. No creas en algo
sencillamente porque se encuentra escrito en tus libros religiosos. No creas en algo
solamente por la autoridad de tus maestros y ancianos. No creas en las tradiciones
únicamente porque han sido transmitidas por generaciones. Más bien, después de la
observación y el análisis, cuando te encuentres con algo que está de acuerdo con la
razón y conduce al bien y al beneficio de todos y cada uno, entonces acéptalo y vive
conforme a ello”. -Gautama, el Buddha-

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Las Reglas del Camino

“1- El camino se recorre a plena luz del día, arrojada en el Sendero por Quienes
saben y guían. Entonces nada puede ocultarse y, en cada recodo del Camino, el
hombre debe enfrentarse a sí mismo.

2- En el Camino se revela lo oculto. Cada uno ve y conoce la villanía del otro.


Sin embargo, a pesar de esa gran revelación, nadie retrocede, no se desprecian
mutuamente, ni vacilan en el Camino. El Camino sigue adelante hacia el día.

3- Ese Camino no se recorre solo. No hay prisa ni apremio. Sin embargo, no


hay tiempo que perder. Cada peregrino, sabiéndolo, apresura su paso y se encuentra
circundado por sus semejantes. Unos van adelante, él los sigue. Otros se quedan atrás,
él les marca el paso. No camina solo.

4- Tres cosas debe evitar el Peregrino. Llevar un capuchón; un velo que oculte
su rostro a los demás; un cántaro que sólo contenga suficiente agua para su propia
necesidad; un báculo sin horqueta en que aferrarse.

5- Cada Peregrino en el Camino debe llevar consigo lo que necesita: un brasero


para dar calor a sus compañeros; una lámpara para alumbrar su corazón y mostrar a
sus semejantes la naturaleza de su vida oculta; oro en una talega, que no lo malgaste
en el Camino, pero lo comparta con los demás; una vasija sellada donde guarda todas
sus aspiraciones para ofrendarlas a los pies de Aquel que espera darle la bienvenida
en el portal.

6- A medida que recorre el Camino, el Peregrino debe tener el oído atento, la


mano dadivosa, la lengua silenciosa, el corazón casto, la voz áurea, el pie rápido y el
ojo abierto, que ve la Luz. Él sabe que no camina solo”. -Maestro Djwhal Khul, El
Tibetano-

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Así he oído…

Desde la profundidad del Kosmos


“Innumerables mundos han sido creados y destruidos desde el origen de los
tiempos. Los seres vivos evocan esos mundos en su corazón y mientras están vivos
permanecen sujetos a la ilusión que ellos mismos imaginan; cuando mueren, atraen
otro mundo que reproduce en cierto modo su experiencia anterior, de forma que unos
mundos van surgiendo de otros, como las capas de las plantas van naciendo unas
sobre otras. Ni el mundo material ni esta Creación son verdaderamente Reales; sin
embargo, tanto el vivo como el muerto piensan y sienten que son reales. El engaño
sólo se prolonga por la ignorancia de la Verdad”. -Yoga Vasishtha-
Para el que “Sabe”, lo Eterno, Atemporal e Inmutable es lo único Real.

El inmenso cosmos no es sino un Océano de Energía -información-, desde la


Vía Láctea hasta la “sólida” tierra que nos sostiene, pasando inclusive por las
multitudes de pensamientos y demás. Cada cosa deviene de una Única y
Omnipresente Vida. El Misterio de lo Inefable “Todo” lo envuelve.
Estamos atravesados por un mismo “Campo Gravitacional” -con infinidad de
graduaciones- y a pesar de las especificaciones (en la escala personal, familiar,
nacional, humana, planetaria, etcétera) que evidentemente existen, compartimos un
“Destino Común”, un Propósito Kósmico o “Karma” (Ley absoluta y eterna de la
Manifestación). La Unidad, lo Auténtico e Inalterable permanece.

Según el conocimiento vigente, sabemos que cuando miramos el cielo lo que


vemos es el pasado, en el sentido de que divisamos la luz que ha surgido de alguna
estrella lejana en épocas pretéritas, y que viajando por el espacio interestelar llega,
en ocasiones incluso después de millones de años, hasta la Tierra. Es así, por ejemplo,
como el ayer -en un sentido- condicionaría nuestra perspectiva del presente. Sutileza
que comúnmente suele pasársenos desapercibida.
Es también dentro del campo de la actual astrofísica, que a la luz se la considera,
en relación con lo demás de la naturaleza, la máxima velocidad posible de alcanzar y
a la vez una constante.
Añadamos más datos: en la dimensión Macro para argumentar el proceso de
expansión cósmica y con la intención de justificar la masa que hoy se cree que puede
llegar a tener el universo, los científicos -por lo menos la posición estándar- hablan
de que estaría constituido de un 4% de materia atómica, 23% de materia oscura y 73
13
% de energía oscura. Empero, para el físico Nassim Haramein, planteo al que
suscribimos, en realidad ese 96% es atribuible a la energía cuántica del espacio-
tiempo. Entonces, lo que antes se pensaba en tanto “vacío o sin objetos” parece que
ahora se lo considera un complejo sistema nervioso invisible, que recorriendo la
entera manifestación enlaza a todas las cosas y escalas. Se trata de entender al
Kosmos desde un Principio Holo-fractal. El Universo, conforme a ciertos postulados
de la mecánica cuántica, tiene cuatro características principales: 1- complementario;
2- contextual; 3- consciente; 4- conectado.
La extensión intergaláctica, cuan “Plenitud de Inteligencia”, en interacción
consigo misma y a partir de su propia sustancia y dinámica gesta variedad
inmensurable de fenómenos y apariencias físicas.

Aseveraba Vicente Beltrán Anglada, y compone parte de las instrucciones que


este eximio esoterista español recibiera de su Maestro (en el “aula del conocimiento
de la Logia Planetaria”): existe “Instantaneidad en el tiempo”. Lo cual significa que
únicamente hay Espacio y que el tiempo, siendo el intervalo entre dos sucesos en
cualquier dimensión conocida, en “última instancia no es Real”. Lo comentado
implica que la Luz en el “Vacío carece de velocidad” -estaría en la totalidad- y que
el Espacio ofrece secretos que se encuentran más allá de cualquier medida temporal.
Lo explicado, señaló el Maestro a Vicente, conduce a dar cuenta de que las leyes de
la relatividad planteadas por A. Einstein revelan, débilmente, una primera
aproximación de una Verdad mucho más profunda de tipo Kósmica.
“Si vais penetrando en esta idea os iréis dando cuenta que descubrir y más tarde
desarrollar el fenómeno de la “Instantaneidad del tiempo” será la más elevada
comprensión del fenómeno de la Luz, y de cómo la Luz librada de los efectos del
tiempo, es el propio Espacio, Eternamente Puro y Redimido”. -El Maestro-
En la actualidad, un vislumbre precario e inicial sobre lo trazado nos lo brinda,
tal vez, la tecnología moderna: 1- al permitirnos acceder a la ocurrencia de sucesos a
miles de kilómetros en el oportuno momento en que tales hechos acontecen; 2- al
concebir la posibilidad de la existencia de una zona virtual de interacción sincrónica.
Gracias a la ciencia contemporánea, sabemos que el espacio físico puede
deformarse y que al modificarse varía el factor temporal, pues ambos en la
manifestación constituyen un mismo eje. El cual, además, sería relativo.
Algunos representantes de la Física actual sostienen, en términos siempre
hipotéticos, que a escala “Plank”: tiempo-espacio no existirían.
Desde una mirada más próxima a la tesis Kantiana, el eje mencionado (tiempo-
espacio) conforma un “juicio sintético a priori” de la sensibilidad. Fenómeno, aunque
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extensivo y que no se extrae de la experiencia, de algún modo involucra al sujeto.
Descubriríamos al Universo por mediación de un filtro, queremos señalar, que desde
nuestro estado de desarrollo vemos a la Vida como si la “realidad” fuera una
“proyección” temporalizada. A partir de esta idea, se podría pensar que la consciencia
se enaltece como el motor del espacio-tiempo. No habría en verdad movimiento -
secuencia, en cuanto a sucesión de distintos momentos- salvo el asignado desde la
“compartida concepción” o mente colectiva.

Para un nuevo acercamiento al tópico, pensamos válido apuntar sobre


condiciones que creemos vinculadas. Mediante exploraciones desarrolladas en
laboratorio, se ha estudiado que frente a distintos estímulos de carácter emocional,
las mismas reacciones que se observaron en el tejido del individuo testigo,
simultáneamente (esto es lo insoslayable) se distinguieron en la porción de ADN que
se le extrajo de la mucosa de su boca y fue trasladada a más de 700 millas de distancia.
Sin que medie lapso alguno, las respuestas detectadas (tanto en la persona como en
la muestra) fueron idénticas y al unísono.
Otro ensayo similar, entre tantos, que nos permite hipotetizar sobre la
subsistencia de un entretejido atemporal o trama unificada, tiene que ver con lo que
ocurre cuando a dos fotones, habiendo estado juntos en un momento ulterior, se los
separa. Se pudo determinar, por entrelazamiento cuántico, que el efecto sobre uno de
ellos en respuesta a cierta influencia coincide con lo experimentado en el mismo
instante, a pesar de la “lejanía”, por el otro. Incluso, en relación con el espacio-
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tiempo, en estudios recientes se ha logrado lo que parecía imposible, modificar desde
el “presente” un evento sucedido con anterioridad. Un grupo de físicos consiguió
ligar partículas “después” de haberlas medido, es decir, a posteriori. En consecuencia,
el artículo publicado en la revista Nature Physics, cuyo primer firmante es Xiao-song
Ma, demostró -siempre dentro del ámbito de la física cuántica- cómo acciones
llevadas a cabo (respecto de lo acontecido) en un tiempo futuro impactan en un evento
pasado.
Desde el ámbito psicológico, asimismo, tenemos la facultad de dar cuenta de
un fenómeno interesante y apercibir, por ende, que el factor temporal no es
simplemente lineal ni unidireccional. La actualidad tiene el potencial de “cambiar”
el ayer y liberar viejas cristalizaciones. Las antiguas impresiones son capaces de
modificación vía la resignificación, que desde el momento vigente se puede efectuar.
El pasado vive en nosotros mediante la memoria. Por ello, si se transforman las
perspectivas y tendencias grabadas se rectifican nuestros recuerdos de lo acontecido.
Existe en el “Omnipresente Ahora” la síntesis del tiempo, la capacidad de
transmutar lo viejo -que de antaño se carga- y forjar el porvenir anhelado. Tal
transmutación permite rescatar la fuerza empleada con una actitud negligente y
perjudicial y, en su lugar, aplicarla en una empresa constructiva.
Dicen los Cabalistas, tengamos presente en nuestras reflexiones, que la energía
es neutra, no posee en sí misma rasgos morales.

En relación con el entramado que entre todos configuramos, explica el científico


y escritor Gregg Braden que el campo electromagnético del corazón del ser humano
se halla interconectado con la rejilla energética del planeta. Por esta razón, de la
misma forma en que la frecuencia (pulsar) de la Tierra parece estar cambiando,
elevándose por encima de su base tradicional y conocida de 7,8 Hz, las células de
nuestro cuerpo, tratando de ajustarse a esa reforma, se irían reorientando. Conforme
al renombrado investigador, la Red magnética global afectaría al ADN.
“Cuando algo vibra, los electrones de todo el universo resuenan con él. Todo
está conectado. La mayor tragedia de la existencia humana es la ilusión de la
separación”. -Albert Einstein-

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Integremos ahora ciertas facetas asociadas a la escala humana (el micro-
cosmos).
Recientes descubrimientos proponen que la consciencia emerge del cerebro y
del resto del organismo actuando en conjunto, y creciente evidencia sugiere que el
corazón juega un papel particularmente significativo. Sobre el fundamento de una
extensa vía nerviosa, se ha detectado que el músculo cardíaco genera el más poderoso
y amplio campo electro-magnético del cuerpo. Sabemos que durante la manifestación
de loables sentimientos, por ejemplo de amor, cariño, aprecio; el ritmo del cerebro se
sincroniza con la actividad coronaria, y junto a ellos, la presión de la sangre y el
compás respiratorio se alinean. Sentimientos tóxicos como la ira, el enojo, la
frustración se encuentran asociados a un anárquico patrón orgánico. El latido cambia
en forma significativa de acuerdo con las diferentes emociones.
La variación en el tiempo que transcurre entre los intervalos RR del
electrocardiograma -destaca Gregg Braden que abordajes de índole científico lo
avalan- está en correlación con la habilidad de adaptación y resiliencia. A mayor
variabilidad de la frecuencia cardíaca -tiende a disminuir con los años- mejor salud,
más capacidad de acomodamiento y superación. Hemos de conocer que la armonía
corazón-cerebro, además de favorecer dicha variabilidad, crea coherencia en el
cuerpo e impacta benéficamente sobre el Campo Magnético de la Tierra.

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Se conocen pruebas que dan cuenta de un sutil, pero influyente, sistema
electromagnético de comunicación que opera justo debajo de nuestra consciencia. A
través de estudios se logró medir el intercambio de energía entre individuos,
advirtiendo que las ondas cerebrales de una persona consiguen, de hecho lo hacen,
sincronizarse con el sistema coronario de la otra. Cuando un sujeto genera una
cadencia “cardíaco coherente” es más probable que ocurra la sincronización entre las
ondas cerebrales de esa persona y los latidos de los demás. El resultado de estos
experimentos ha llevado a deducir que el sistema nervioso actúa a manera de una
“antena”, la cual está orientada hacia los campos electromagnéticos producidos por
los corazones de otros seres y responden a ello. Existe evidencia intrigante de que la
mencionada interacción puede ocurrir también entre humanos y animales.
Trabajos de vanguardia muestran que el campo socioemocional entre una madre
y su hijo es esencial para el perfeccionamiento cerebral, el surgimiento de la
consciencia y la formación de una autoestima saludable. Esto ocurre cuando las
reciprocidades son cargadas con emociones positivas (amor, alegría, felicidad,
ternura, estima, dulzura, etcétera) y sostenidas a partir de la conexión. Es así como
los patrones electromagnéticos se imprimen en la mente del infante, teniendo una
virulenta influencia en la función psicosocial a lo largo de su vida.
La comunicación energética por intermediación del corazón facilita el
desarrollo equilibrado y la expansión de la consciencia. Los efectos de la coherencia
cardíaca en el cuerpo incluyen: 1- un incremento de la sincronización entre las
brechas de los dos sistemas nerviosos autónomos (simpático y parasimpático); 2- la
ecuánime conexión corazón-cerebro; 3- una ampliación en la resonancia vascular; 4-
un mejor entendimiento entre los diversos sistemas fisiológicos.
A mayor equidad emocional, mejor funcionamiento psico-biológico y superior
eficiencia en el intercambio entre el medio interno y externo. Seguramente,
conseguiremos entablar analogías, en distintos estratos, a partir de lo explicado y la
idea de G. Braden planteada en párrafos anteriores.

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Podemos añadir, según interesantes investigaciones, que la respiración es una
herramienta muy útil para armonizar el corazón, la mente y el cuerpo y conseguir una
poderosa congruencia psicofisiológica. Está neurológicamente comprobado que
cuando se oxigena el cerebro, el sistema cognitivo mejora en su performance.
Mediante la respiración -por la nariz- alerta y enfocada se ajusta la efusión de la
energía, se gana en tranquilidad y claridad.
Además, por medio del flujo y reflujo del aliento se entra en comunicación con
los éteres del ambiente que circunscriben, se incorporan las energías del lugar y se
vuelcan sobre estos sitios la propia impronta. He aquí el valor de advertir la calidad -
sin que signifique rechazo- de los lugares a los que uno asiste y lo vital que es para
la salud en su sentido integral, el contacto con la virginal naturaleza. A su vez, valioso
se vuelve comprender que acorde a nuestros estados psíquicos, contribuiremos en
aligerar la carga energética de una determinada zona, o en su defecto, perjudicaremos
a las personas que en ella se encuentren.
Por mediación del aliento nos cargamos no sólo de aire sino de la marca
electromagnética que en la región impera. Lo expuesto no debe entenderse
meramente como una situación de cuidado o limitación, al contrario, ostentamos la
oportunidad, por transmutación consciente vía la “coherencia cardíaca” (equilibra y
coordina, bien sabemos, la actividad con el cerebro y el resto del cuerpo), de purificar
la atmósfera. De hecho, lo alusivo es parte de la tarea budista a la que se le suele
llamar: la práctica de “tomar y dar”. La labor consiste en absorber lo oscuro y
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negativo, y por interna alquimia, transformarlo en luz y bendiciones hacia todos, sin
distinción. Brindamos lo que tenemos y recibimos aquello que damos, percibamos o
no el proceso implicado.
No se debe desconocer la calidad de formas mentales y estados psíquicos que,
en concordancia al compás respiratorio, descubrirán expresión.
Aunque en la actualidad para la mayoría de las personas, el ritmo del
intercambio gaseoso que se efectúa con el medio es usualmente mecánico e
involuntario, se puede, aprovechando la capacidad atencional e incluso la voluntad -
por medio de suaves, lentas, uniformes y profundas respiraciones- aquietar (por lo
menos en una medida) el torrente de pensamientos y entrar en resonancia con la
inalterable Vida que late en todas partes. Aplicando la consciencia al aliento tenemos
la potestad de reorientarnos internamente (promoviendo salud), elevarnos sobre las
burdas vibraciones de las circunstancias y conforme anunciamos, colaborar con la
limpieza del espacio psíquico compartido (“aligerando el Karma grupal”). Esta es la
Magia de la canción del “Cisne Kósmico”, la Pulsación (movimiento centrífugo y
centrípeto) de la que da cuenta la filosofía esotérica.
“Cada pensamiento en la mente humana envía una onda electromagnética desde
la base del corazón y tiene un efecto medible sobre el mundo en el que vivimos”. -
Gregg Braden-

A partir de la información enunciada, se podría inferir, o por lo menos meditar,


sobre la existencia de un atemporal “Campo Unificado”. Denominación con la cual
queremos indicar, que sin importar la escala: 1- cada cosa se hallaría en conexión con
lo demás; 2- las partes se influirían mutuamente a pesar de la aparente distancia; 3-
todo constituiría un mismo e indiviso “Gran Tejido de Vida”.
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Tengamos en cuenta otra curiosa particularidad, dentro del contexto de las
energías (psíquicas y electromagnéticas), sobre la que consideramos por lo menos
atrayente cavilar. La definición de campo cuántico según se la entiende en la
actualidad y la de espíritu de acuerdo al conocimiento ancestral heredado son para
ambos casos la misma. Tratan de “Fuerzas (como tales invisibles) en movimiento que
inciden (dan forma) al mundo físico”.

21
Los atuendos de la Vida
¡La luz es el reflejo de la Consciencia sobre la materia!
No hay nada por fuera, todos los aspectos en conjunto (la tierra, los árboles, los
animales, la humanidad, el cielo, los planetas, el sol, las estrellas) cohabitan en
nuestro interior. Sólo existe una única Energía.
Se vuelve interesante detectar cómo aquello que interpretamos externo o ajeno
es, en realidad, la decodificación que hace nuestro cerebro, registrando desde
“dentro” cierta combinación de impulsos eléctricos que viajan por mediación del
sistema nervioso. En el fuero reconocido por íntimo, organizamos una representación
de un contexto al cual avistamos en tanto foráneo. Sin embargo, ninguna cosa vive
separada o desconectada. Persiste un indiviso Espacio que está aconteciendo a través
de nosotros, una misma Vida mirando por medio de “cada ojo”.
No acaece fin ni dónde llegar. No existe meta ni logro por obtener. No se debe
esperar que transcurra tiempo -intervalo entre dos eventos- para Ser.
“No hay distancia entre tú como eres y tú como serás. ¡No hay distancia! Lo
ideal, lo perfecto, ya está allí. Entonces, no es verdaderamente un asunto de
crecimiento. Es una cuestión de correr el velo; es un descubrimiento”. -Osho-

El Campo Electromagnético (en su expresión superior y esotérica: “Akasha”, el


Espacio en Sí o la Matriz Divina) que todo lo abarca, se instaura a la manera de un
Universo Holográfico, donde el más mínimo rayo de luz contiene el patrón de la
Totalidad -cual fractal- y devuelve a cada uno (por retroalimentación), sea a nivel
personal y/o grupal y sobre el sustrato de un rango compartido: aquello que le
corresponde de acuerdo con su propio estado de consciencia.

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El mundo es un reflejo de la Mente. Por eso, si sentimos -mucho contiene de
inconsciente dicho proceso- que eventualmente en un futuro sanaremos, seremos
prósperos, felices, etcétera; esa misma experiencia de falta, que de algún modo
percibimos y concebimos en el presente, se tejerá en la trama de la vida que siempre
es “Ahora”.
El yo personal, esquema reactivo, dependiente de las sensaciones y capturado
por la imagen -cuan fantasma- ha hecho del momento próximo su salvación, situación
que implica que “Lo que Es”, para ese estado psíquico, se vuelva incompleto y se lo
rechace. Experimentaremos, y en el devenir se repetirá mientras así lo “creamos”, la
carencia apreciada en la actualidad y desde la cual se proyecta cualquier fantasiosa
emancipación.
La clave para precipitar “lo deseado” en la cotidianidad, además de no deberle
nada a nadie, de cumplir con las propias responsabilidades (“Karma” y “Dharma”) y
de reconocer y aprender a disfrutar lo que la vida nos brinda: consistiría en distinguir
con toda la integridad posible, previo íntimo alineamiento con la Fuente, que la
condición buena y querida aguarda y, “serenamente expectantes”, permanecer
agradecidos -en estado de gracia- porque ello ya Es. Lo que se cavila con asiduidad -
intensión firme y sentimiento masivo- se manifiesta.
Sin perjuicio de lo dicho sino más bien en asociación con ello, la Ciencia de la
Divina Unión -el Yoga- aconseja: - “no seas un buscador, no te conviertas en un
mendigo. Sé un dador, ofrécete a ti mismo con responsabilidad a la existencia
circundante”.
Hemos de advertir que la entrega “a lo que sucede”, sin rechazar ni apetecer
nada para el yo separado, corresponde a un grado de desarrollo superior. Quienes
respetan el “Dharma” conocen la abundancia de la Vida.

En general, vivimos alucinando que mañana o lo que ocurra después será mejor.
Pero, la realidad respira completamente en el instante presente. Mientras no se esté
conforme con lo que se tiene ni se deje de anhelar lo que no se posee, jamás habrá
Paz.
Ha de procurarse encontrar el exquisito equilibrio entre la intención
correctamente orientada y la “activa” aceptación: comprensión de “Lo que Es”.
El aspecto o semblante del “Ahora” cambia, se modifica, no obstante, la Vida -
el Ser-, renovada vigencia; no depende de las temporales formas (“Rupa”).
“Cualquier gestión práctica que tenga que hacer en el mundo para ganarse la
vida, piense en ella y cuando acabe vuelva a esta contemplación “Yo Soy” sin
pensamiento y sin forma. Cualquier actividad que tenga que hacer, hágala, pero
23
recuerde que usted es divino y completamente no tocado por estas acciones. Cuando
sea en este estado “Ishwara” (Consciencia en acción), todas estas actividades en el
mundo se harán espontáneamente. Cuando devenga establecido en este estado divino
ni siquiera tendrá que pensar. Cuando abandone todos estos planes y deliberaciones
y permanezca en el estado sin pensamiento, todo lo que necesita le será
proporcionado”. -Nisargadatta-

Con la idea de suplementar lo expuesto, asumamos como trasunto la teoría


sobre el “Desdoblamiento de los Tiempos”, del físico francés J. P. Garnier Malet.
Según el eminente científico, el universo está desdoblado y cada cosa tiene un doble
en un “espacio-tiempo cuántico”. Dentro de este contexto, el transcurso y la
continuación de los hechos se hallarían en directa relación con el observador. El
tiempo trataría de una sucesión de instantes apreciables separados por otros que no
lo son. Solventado en esta situación, Garnier dice que la vigente distinción temporal
se afirma en una alternancia. Existe una variación perceptual predominante. Habría
lapsos captados y otros que pasan desapercibidos. Sin embargo, estos momentos no
avistados y que serían prácticamente nulos desde nuestra estimación común, pueden
tornarse, conforme al investigador francés, en casi infinitos con sólo el hecho de
conseguir modificar la percepción. En definitiva, en tales intervalos -ilusorios para
nuestro estado de vigilia- habría a disposición ilimitada energía. La información se
encuentra al alcance. Por esta razón es que somos capaces, asumiendo esos instantes
a los que describimos por inadvertidos, de asociarnos a una diferente y mucho más
compleja e inclusiva escala vincular.
De acuerdo con la Enseñanza Oculta, la Manifestación Kósmica siendo
esencialmente “Una Vida” es a la vez multidimensional: se halla constituida por
variedad de Planos -expresiones o dinámicas de consciencia- interconectados.
Tendríamos la potestad, sugiere Garnier, de adquirir la experiencia requerida por
gracia de un tejido espacio-temporal distinto al que por hábito distinguimos;
consiguiendo de esta manera los datos necesarios que podrían revelarnos el accionar
de las circunstancias que irían precipitándose en el ámbito que reconocemos familiar
(mundo tridimensional). No sólo tenemos la facultad de adelantarnos a los
aconteceres -mediante la “Intuición Pura”- sino que al mismo tiempo contamos con
la aptitud de “Crear” los escenarios por suceder. Esta competencia se hallaría
disponible en todo momento y sería inherente a la humana naturaleza. En función a
lo puntualizado es en extremo importante, para dicha teoría, y porque en la
cotidianidad se irían actualizando futuros potenciales: una mente positiva y una
constructiva mirada del mundo.
24
En el momento en que se piensa algo, en una Dimensión (coordenada dentro
del espacio-tiempo) que para nuestro estado psíquico usual no existe, se organizarían
las consecuencias -extrayéndose la conclusión- que retornarían en tanto fruto de la
acción. Resultado que tiende a equilibrar, por lo menos en una medida, la cualificada
energía.
Para el científico francés, no ocurre siempre un recto y ecuánime intercambio,
pues a fuerza de relacionarse con una “forma mental” no hecha para “Bien” (no
incluyente), el desequilibro que acaece como efecto desarmoniza la dinámica del
organismo biológico, situación que, junto con otras implicancias, eventualmente
deriva en enfermedad.
Comenta Garnier que, conforme al “Desdoblamiento de los Tiempos”, tenemos
acceso concurrente y al instante (situación que suele, debido al modelo mental
implicado, resultarnos mejor durante las horas del sueño) a los estados potenciales.
Por lo tanto, a aquello que ocurre en los campos más sutiles (en el sentido de internos
o menos estructurados) de la Consciencia. A partir de lo aludido, advertimos que al
pensarse algo -el inconsciente con sus tendencias psicológicas se halla en continua
repetición, de ahí la importancia de su purificación-, al unísono y en un Plano
complementario, asisten todas las consecuencias del patrón reclutado. Eso que vuelve
para tomar cuerpo en lo que denominamos “realidad cotidiana” es en un sentido, la
resultante de las derivaciones posibles que se desprenden de nuestras elucubraciones
(en interrelación con el tejido de la Existencia), de las que somos conscientes y,
principalmente, de las que no. Situación que en algún punto puede asociarse con lo
entendido por Aristóteles en cuanto a cambio y movimiento, ya que era para el
25
filósofo griego el pasaje por la acción de las causas, o expresado de otra manera, la
transformación de la potencia en acto.
Tomando lo ilustrado hasta aquí y ponderando la viabilidad de que dos tiempos
diferentes puedan ser paradójicamente simultáneos (por lo menos para Garnier), se
tornaría factible direccionar con inteligencia la energía y actualizar con inmediatez,
en el marco espacio-temporal captado, la información completa que confluye y se
sintetiza en una Dimensión no distinguida por los cinco sentidos convencionales. El
Todo se encuentra en cada cosa y es siempre “Ahora”.
“El tiempo es lo que impide que la Luz llegue a nosotros. No hay mayor
obstáculo hacia Dios que el tiempo”. -Meister Eckhart-

La “realidad” es símil a un flujo continuo de información que, fluyendo por


pluralidad de escalas, se revela a cada uno según sus obras y en función al horizonte
donde se centre su consciencia. En, a través y por detrás de nuestro “medio
compartido” gobierna la Ley de “Karma” (Edicto de Compensación, Principio
Kósmico -en cuanto aspecto nuclear de la Vida- que busca el equilibrio y la armonía
sobre el fundamento de la Justicia y el Amor), por lo tanto, invariablemente cada uno
cosecha lo sembrado.
Retomando una vez más lo comentado por Garnier, decimos que en el instante
a partir del cual se impresionan los éteres con alguna idea se organiza un potencial
(al que denominamos “otra realidad”), que hallándose por igual al alcance de los
demás, aunque no se den cuenta y en especial por ello, los vuelve virtualmente
influenciables a esa idea. He aquí la importancia de aprender a dominar -en el sentido
de dirigir o manejar correctamente- la volición mental y procurar hacer una
experiencia práctica las sabias palabras del Maestro Jesús: - “(…) todo cuanto queráis
que os hagan los hombres -y podríamos agregar que piensen de nosotros-, así también
haced vosotros con ellos, porque esta es la Ley y los profetas”.
Para el físico francés, al igual que lo hicieron grandes esoteristas, el
pensamiento, aquello en que involucramos el poder de la atención (canal que utiliza
la Consciencia para fluir y develar), además de generar nuestro futuro, afecta a otras
personas, a sus existencias e incluso a la naturaleza. Condición que, sin dejar de
considerarse como una enorme responsabilidad, por igual constituye una bendición
pues permite contribuir a cada momento en favor del prójimo.
En orden a lo indicado, escribió Krishnamurti en su libro “A los pies del
Maestro”: - “Si pensáis mal de otro, cometéis tres iniquidades a un tiempo:
1- Llenáis el ambiente que os rodea de malos pensamientos en vez de buenos,
y así aumentáis las tristezas del mundo.
26
2- Si en el ser en quien pensáis mora el error que le atribuís, lo vigorizáis y
alimentáis; y así, hacéis peor a vuestro hermano en vez de hacerlo mejor. Pero, si
generalmente la maldad no existe en él y tan sólo lo habéis imaginado, entonces
vuestro maligno pensamiento tienta a vuestro hermano y lo induce a obrar mal,
porque, si no es todavía perfecto, podéis convertirlo en aquello que de él habéis
pensado.
3- Nutrís vuestra propia mente de malos en vez de buenos pensamientos, y así
impedís vuestro propio desarrollo y os hacéis, a los ojos de quienes pueden ver, un
objeto feo y repulsivo, en vez de bello y amable”.

Sería la Consciencia -que no está restringida a la localidad, al tiempo ni a cierta


estructura- la que crea al mundo material, no a la inversa. Tópico que la Filosofía
Esotérica sostuvo y que hoy incluso parte de la ciencia moderna, por ejemplo, el
Doctor Robert Lanza asevera. Desde esta perspectiva y en el encuadre Teórico del
Bio-centrismo propuesto por Lanza, la muerte no existe en realidad. Tal idea
(pensamiento-forma) subsiste únicamente porque en la esfera psíquica la gente se
identifica con un “cuerpo de carne y hueso” y esa experiencia recrearía.
Aunque la Vida se viste de innumerables formas (temporales imágenes de la
Atemporal Consciencia), y es así en tiempo-espacio que se expresa, no se halla sujeta
a ninguna de ellas. No concibe limitaciones.
“No hay muerte de nadie, sino sólo en apariencia, así como no hay nacimiento
de ninguno, salvo en lo exterior. El cambio de ser a devenir parece ser nacimiento.
El cambio de devenir a ser, parece ser muerte, más en realidad, ninguno realmente
nace, así como ninguno realmente muere. Es simplemente el hacerse visible y luego
invisible; la primera por la densidad de la materia, y la última por la sutileza del Ser.
Ser que es siempre el mismo, siendo su único cambio el movimiento y el reposo”. -
Apolonio de Tiana-

Vinculado a temas anteriores, inquiramos sobre lo que el biólogo y bioquímico


vanguardista, Doctor por la Universidad de Cambridge, Rupert Sheldrake, explica
sobre el tema de la “resonancia mórfica”.
Cualquier sistema autoorganizado es influido por lo que ha sucedido en el
pasado. Lo que le ocurrirá en el porvenir será a su vez inducido por el acontecer
presente. Para el investigador británico predomina una “reminiscencia colectiva” en
la naturaleza basada en la similitud, la cual se aplica a átomos, moléculas, cristales,
plantas, animales, sujetos, sociedades, mundos y galaxias. Lo comentado constituiría
el fundamento de la remembranza y el hábito, principios que permean y se
27
desenvuelven en la existencia. Respecto de la memoria, plantea Nassim Haramein
que al estar sostenida por la estructura del espacio se entroniza cual soporte del
tiempo y de la evolución.
A saber, una fracción de segundo es un fractal de centurias. Lo transcurrido
durante eones acaece en el instante.
“Todo es presencia, todos los siglos son Ahora”, afirma Sheldrake. Y yendo
más allá que H. Bergson (quien postuló que la capacidad de almacenar y recuperar
datos no estaba solamente circunscrita al cerebro), explica el investigador ingles que
la mente se extiende por el entorno, que el espacio sería una inmensa biblioteca
transmitiendo constantemente información acopiada de manera no-local y que la
Naturaleza misma (“Maya”, la Vestidura Luminosa del Dios Oculto) es “Memoria”.
Al ADN, el “Libro de la vida”, podría describírselo en cuanto a sintonizador o
decodificador de la experiencia colectiva.
Teoriza, el doctor en biología y bioquímica, que subsiste un enlace a distancia,
en diferentes grados e intensidades, entre los miembros de un grupo, especie, etnia,
reino e incluso un planeta, el cual revela una nueva concepción ética que abarcaría la
multitud de los sistemas de la manifestación. Un aspecto significativo de la
resonancia señalada es que permaneceríamos de continúo interrelacionados con otros
integrantes de la comunidad. Los distintos colectivos tienen sus específicos “Campos
Mórficos”. Por ejemplo, una parva de aves, un cardumen o una colonia de hormigas
guardan entre sus elementos un vínculo sutil o energético mediante el cual se
componen como grupo. Lo mismo aplica para los seres humanos. Esta Matriz de
información sería una conexión, espacio-tiempo, donde ciertos patrones se van
desplazando y enlazando según niveles, géneros, épocas y lugares, desenvolviéndose
desde lo más global hasta la especificidad mayor.

“Toda la vida se sustenta mutuamente. Dentro de ti está la salvación”. -


Mahavira (600 a.C.-528 d.C.)-
28
Lo que se hace, dice y piensa influye en otros, repercutiendo por “resonancia
mórfica” en los demás y, de algún modo, afectando al conjunto. No hay un filtro
inmoral, lo que significa que debemos ser más cuidadosos y responsables si es que
nos importa el efecto que producimos en la vida circundante.
Relacionado a lo aludido, aunque en el ámbito esotérico, explica el Maestro
Djwhal Khul, cuyo seudónimo es El Tibetano: - “El propósito del lenguaje es revestir
el pensamiento y ponerlo a disposición de los demás. Cuando hablamos, evocamos
un pensamiento y le damos vida, haciendo audible lo que está oculto dentro de
nosotros. El lenguaje revela, y el correcto lenguaje crea una forma que encierra un
propósito benéfico, así como el lenguaje incorrecto puede gestar una forma que tenga
un objetivo maligno. Sin darnos cuenta, hablamos incesante e irresponsablemente día
tras día; empleamos palabras; multiplicamos sonidos y nos rodeamos de mundos de
formas creadas por nosotros mismos. Por lo tanto, es esencial pensar antes de hablar
(...)”.
Es por mediación del pensamiento y de la facultad del habla que colaboramos
para elevar a la especie compartiendo luz o contaminando a las energías colectivas.
Todos los entes, el hombre no sería excepción, se comunican primero en el
horizonte vibratorio. Cada átomo (campo de energía pulsante), de acuerdo a su
particularidad, emite un tipo distintivo de energía que afecta a lo demás. En la
dimensión del cuarto Reino de la Naturaleza -el humano-, debido a las
modificaciones de la sustancia mental -ideas- se genera un característico “Campo de
fuerza”, que con intensa potencia impacta tanto en el funcionamiento del propio
organismo como en la disposición del contexto.
El pensamiento es energía cualificada que, por afinidad con otros, acrecienta en
tamaño y potencia hasta incluso tornarse, debido al vigor alcanzado por la reiteración
en la que incurren las masas, en arquetipos. Arquetipos, que cuan esquemas
convergentes, encauzan dentro de sus huellas el funcionamiento de la psiquis humana
y de la composición social. Solventados en lo referido y por la importancia que tal
conocimiento involucra, reiteramos el inherente compromiso -“eventual dicha”- que
cada quien ostenta y en tanto grupo más aún abrigamos, de emplear nuestra potestad
creadora (pensamiento, sentimiento, palabra y acto) teniendo presente que aquello
realizado o que dejamos de hacer, siempre e inmediatamente, resuena (por lo menos
en una cuantía) en la Totalidad.

Hace años, el afamado psiquiatra y psicólogo Carl Gustav Jung (en occidente
los cabalistas antes que él), hablaba del modo en cómo patrones estructurantes o
pautas de pensamientos y conductas colectivas e inconscientes (a las que denominó
29
arquetipos y consideraba “hechos y sucesos reales” inherentes al proceso de
evolución) organizan, podríamos acotar según variables vibratorias, el entorno o
cuadro de información por donde las psiquis individuales fluyen, con no pocas
contradicciones. Por supuesto lo descripto guarda analogía con la astrología (ciencia
de las relaciones, herramienta inigualable de autoconocimiento y un modo de
acercamiento a la Verdad), de ahí que proponemos su estudio y continua
profundización.
Hagamos una breve aclaración sobre esta sagrada llave de Sabiduría: la
predicción no es el propósito principal de la astrología. La astrología enseña, ilustra
el Maestro E. K., cómo utilizar el poder del hombre, sintonizándose con las Fuerzas
de la Naturaleza y cómo establecer la economía entre ellos. Esto otorga la capacidad
de seleccionar lo que es correcto y rechazar lo que no lo es; escoger el momento
adecuado y refutar el inoportuno.

Retomando: las corrientes ideológicas -dentro del postulado del doctor


Sheldrake-, literalmente, constituyen un medio ambiente que permean el planeta y
logran, en cierta forma, contaminarlo o colaborar con su purificación. Dando cuenta
del efecto general que se puede ocasionar desde el accionar personal o grupal, dice
Sheldrake: - “A través de un razonamiento o un descubrimiento tenemos la capacidad
de detonar toda una ola de creatividad”.
Debido a la “resonancia mórfica”, cuantos más individuos aprenden una
habilidad, más sencilla será la asimilación en lo que respecta a la incorporación de
esa cualidad para otras personas. Suceso que concuerda con la “selección natural”
(dinámica de la evolución), pues se optimizan -para seguir avanzando en su
complejidad- recursos y procesos. Con lo expuesto se pretende dar cuenta, a pesar de
que la naturaleza adelanta lentamente y no a saltos, de que si un integrante de
cualquier grupo únicamente pudiera aprender cierta conducta o generar una mutación
vía una transmisión genética, tal hecho constituiría una pérdida de tiempo, y por
consiguiente, un costo importante en oposición con la “Ley de Economía” (Principio
regente de la entera Manifestación).
De ser la transmisión lineal y el único camino de trasmisión tornearse
secuencial, únicamente, el aprendizaje y el progreso se asumirían en extremo
pesados, tediosos y limitados. En cambio, si la transferencia de una destreza nueva
se difunde de manera horizontal y a distancia entre todos los miembros de una especie
por una “Red compartida”, la eficiencia sería mayor, tendría sentido evolutivo y
posibilitaría una más rápida emergencia de mecanismos adaptativos.

30
Tomando por sustrato lo mencionado hasta aquí, tal vez, una entre las hipótesis
viables de resaltar sería, como dijimos, “la teoría de una Rejilla de características
holográficas”, que retribuyendo a cada uno en concordancia con la impresión que
realiza sobre la pantalla de la Existencia, se desplegaría en distintos niveles sin quedar
supeditada o condicionada por el supuesto factor temporal del “entorno objetivo”.
De forma semejante y a modo de conjetura, siendo sin embargo una idea
compartida entre algunas de las Escrituras más sagradas de Oriente, hablamos de:
incalculables mundos dentro de otros, de infinidad de Universos multiplicándose sin
términos ni medidas, de incognoscibles Multiversos (“Big Banks”) cubriendo
innumerables posibilidades y escalas; sosteniéndose en interconexión unos con otros
por “Un Mismo, Abstracto, Vivo y Eterno Espacio” (“Omniverso”).

“Ahora considera el enfoque del universo en un estado estable de Einstein, e


imagina a un protón escapando del horizonte de nuestro universo a través de la
estructura de red de agujeros de gusano de los centros galácticos, de los centros de
supercúmulos y, finalmente, de nuestro centro universal. A medida que este protón
llega a un universo más grande en el que vive nuestro universo, encontraría una
densidad de energía del vacío mucho menor debido al mayor volumen de ese
universo. La densidad de energía del vacío dentro del protón podría de repente
inflarse extremadamente rápido y estabilizarse de nuevo alrededor del radio de
nuestro universo actual, creando un universo burbuja hermano al lado del nuestro.
Puede ser que no solo nuestro universo haya surgido de otro como un protón
semilla y se haya inflado al tamaño actual que observamos hoy, sino que también hay
un proceso continuo de creación de universos que se extienden fuera de los límites
de los demás y se duplican al igual que las células se duplican rápidamente para
31
formar los 100 billones de células que forman un ser humano a partir de una semilla
inicial”. -Curso de ciencia unificada de Resonace Science Foundation, sección 4-

32
La mente egoica, sus quimeras y velos
El Espacio es Omnipresente y como tal, más que una nada o una carencia, pulsa
rebosante de Plenitud.
El Campo vibratorio (“Nada Brahma”) constituye la Raíz de las experiencias
espirituales y de las investigaciones científicas. Dentro de este contexto, cada porción
de materia (concentración de energía, espacio en movimiento o giro de las
fluctuaciones del vacío) que se expresa en la Ilimitada Integridad -por ejemplo, una
partícula- trata sólo de una peculiaridad asumida por la dinámica del “Vacío”. Las
fluctuaciones del Espacio, cuan “música celestial”, configuran el Éter, “Sangre de los
Dioses”, base de los elementos y de aquello que en el “devenir de la Manifestación”
consigue apreciarse.
Relacionado con el tema, enseñaba Pitágoras, ilustre filósofo y matemático
griego, que el Número es la esencia de todas las cosas y que la aritmética y la
geometría se encuentran en comunión divina con la armonía musical. El Universo
está configurado con arreglo a una escala sinfónica. En la Naturaleza todo respira,
canta y tiene un Ritmo sobrecogedor.
“Todo en el universo son vibraciones u oscilaciones del Campo Fundamental a
todas las escalas”. -Nassim Haramein-

Nada subsiste separado. Cada existencia, aunque forme parte de un sistema


mayor y en un nivel dependa de eso, se reconoce también -en algún sentido- íntegra
por Sí Misma. Cada cosa se encuentra entrelazada con el resto y a su vez se halla en
esencia en lo demás. Solventándose en la idea señalada, evocamos el mandato
religioso: - “Lo que ha unido Dios, que no lo separe el hombre”. Queremos decir, que
las falsas creencias (vinculadas al yo y lo mío) no generen división (sensación de
separatividad) ya que solamente existe “Lo Uno” (Lo Único).

La experiencia de laboratorio y lo expuesto por Vicente Beltrán Anglada,


situaciones ambas a las que nos referimos con anterioridad, quizás nos sirvan a modo
de indicio para reflexionar sobre la Omnipresencia de la Vida, en cuanto a lo que es
Auténtico; y la ficción del ego (personalidad, consciencia localizada), junto a la
falsedad última del tiempo, en tanto aquello mutable, evanescente y falaz.
“Del Universo puede decirse que es Real como irreal: Real a causa de la
Realidad de la Consciencia que es su propia Realidad, e irreal porque ese universo no
existe como tal con independencia de la Consciencia”. -Yoga Vasishtha-

33
La Creación (“multiplicidad de la Unidad”) se perpetúa en la Eternidad, y
aunque parece que alterna etapas de expresión con otras de introversión, además de
períodos de “involución y evolución”, explica la Enseñanza Arcana, no ha tenido un
comienzo ni conocerá tampoco un definitivo final.

Es la astuta mente egotista (productora infatigable de pensamientos y un tipo de


Inteligencia específica capaz de procesar o significar información desde la
parcialidad) la que por funcionamiento innato engaña, fracciona, limita, corta nexos,
rotula, rumea ideas, imita, infiere, fija mecanismos y a partir de ello -por anhelo de
seguridad- busca asirse de algo, introduciendo el factor temporal (medida psicológica
e identificatoria) para organizar “Lo que Es” desde el deseo o la representación
personal. Cuestión que involucra especialmente al trasunto inconsciente. Según dicha
dinámica, no cabe otra manera, hasta a Dios mismo le asignamos rasgos humanos y
a nuestra imagen y semejanza le exaltamos.

La mente es inquieta, plástica (la sustancia mental adopta la forma del objeto
con el que entra en contacto) y sutil, gusta de vagabundear y moverse, por eso cuando
no hay consciencia firme que gobierne se distrae, empobrece y se vuelve “repetitiva”.
Al analizar con detenimiento a los pensamientos se vislumbrará que no somos
tan libres en nuestras decisiones como solemos creer. La influencia del mundo
circundante, cual “modelo” de ideas, se ha transformado en un infranqueable muro.
Nuestros actos, generalmente, constituyen sólo reacciones. La mayor parte de los
sueños, anhelos y temores no son otra cosa que la continuidad de miedos y
ambiciones colectivas. La impresión de aislamiento y segmentación propia del estado
34
de consciencia vigente ha generado dependencias que se arrastran desde épocas
pretéritas y/o condicionamientos que corresponden a un “supuesto” porvenir.
Para la mente tecnológica -gestora de objetos- asentada sobre la intención de
sobrevivir, lo Real, el “todo inclusivo momento vigente” pasa desapercibido u ocupa
un lugar secundario, en tanto medio para un fin o por un mero peldaño que posibilite
llegar a conseguir algo “más importante” después.
“Cuando permite que el pasado o el futuro oscurezca el presente, usted está
creando tiempo, tiempo psicológico, el material del que está hecho el drama”. -E
Tolle-
La consciencia localizada es predadora y embaucadora y su atención superflua,
estrecha, discontinua y tiene el hábito de ir incesante y alternativamente de un lado a
otro, pues padece de inestabilidad. El yo que distinguimos, al que nos aferramos y
con el cual tanto nos identificamos (cuerpo, género, gustos y aversiones; nombre,
historia, rango social, ideologías, juicios, idioma y creencias; profesión y posesiones,
entre otras cosas) es vana transitoriedad, por lo tanto, irreal. La corriente inconsciente
de promover nuestra identidad a través de la asociación con ciertos aspectos -en
última instancia son cambiantes formas mentales- es parte integral de la estructura
misma del sentido egoico.
“Todo lo que es perceptible, es perecedero. En la búsqueda de placeres efímeros
y no permanentes, estamos desperdiciando lo esencial, lo que no cambia y los
elementos Reales de la vida humana”. -Sai Baba-

El pensamiento, desde luego involucramos a las emociones, con su “legión” de


imágenes y voces, no en pocas ocasiones en pugna y contradicción, y que en la
actualidad es -por lo menos en la mayoría de las personas- el centro o foco de la
consciencia, se ha vuelto compulsivo e involuntario (predominando un continuo
ruido mental). El diálogo interno no cesa, el desgaste, la tensión y la lucha tampoco.
Pensamos para procurar tranquilizarnos, pero como después no podemos dejar de
hacerlo (no logramos silenciarnos), a fin de cuentas, nos excitamos y desequilibramos
aún más. La adictiva y, mayormente, automática rumiación mental es el dilema de la
vigente condición. Esta es la enfermedad y la ilusión que todavía domina al hombre
y sus secuelas las vemos en la sociedad contemporánea.
El falso yo, ideado por la mente egotista, se sostiene debido a un doble
condicionamiento: su contenido y su estructura. El primero varía y depende de la
historia personal y la cultura, el otro es común al nivel evolutivo o a la maduración
prevaleciente. La personalidad halla su fuente y sustento en la fuerte filiación con las
formas físicas, emocionales y de pensamiento que la especie demuestra. La
35
involuntaria suposición de asumir cierta identidad vía entes impermanentes
predomina en la presente humanidad. A partir de asociarse con objetos (ideales y/o
tangibles) impera la apropiación de la llamada consciencia localizada. Configuración
que propicia apego y desdicha. La ciega compulsión que induce a identificarnos con
lo cambiante se muestra en tanto constitutiva del yo personal. El ego, “error
psicológico”, es el velo que se interpone frente a la Verdad y genera la impresión de
dualidad (irrealidad que se asume por inalterable certeza).
Sobre el funcionamiento y mecanismo de la Inteligencia vigente, E. Tolle señala
que la mente egotista tiene la presunción inconsciente de que la resistencia, la cual se
experimenta como un modo de negatividad o infelicidad, disolverá la condición
indeseable. Esto, por supuesto, es un engaño, sesgo que se ha vuelto un patrón de
conducta y hasta una sensación de necesidad. La resistencia (frente a “Lo que Es”)
generadora de irritación e ira, invariablemente, se vuelve más perturbadora que el
fundamento original, es decir, “el problema” a resolver. Problema, que además,
cuando se lo observa con los ojos de la íntima aceptación (sin la carga de la
calificación) y no con el hábito de la lucha, deja entonces de serlo.
Pese a que el pensar es un aspecto minúsculo de la Consciencia, el mundo refleja
nuestro estado mental. Sonriamos más, la vida no es tan seria como se pretende
hacernos creer.
“El amor es el papel de lija que alisa la dureza de la inteligencia y suaviza la
racionalidad del intelecto. Que en tu corazón sólo exista amor hacia los demás.
Cuanto más consigas ver en ellos la bondad, más la bondad se manifestará en tu vida”.
-Paramahansa Yogananda-

Recordando a Shakespeare decimos: “no hay nada bueno o malo, sino que es el
pensamiento lo que hace parecer así”.
En función a lo desarrollado, con enorme erudición y sentido práctico, el
Maestro Jesús aconsejaba: - “No resistáis al mal”. Exhortación que de ningún modo
significa inactividad, dejadez, evasión o pereza sino más bien no disputa, no aflicción
ni tensión interior. La Luz no combate contra la oscuridad, la Luz ilumina. Cuando
se lucha contra algo, eso se exacerba y atrae.
“Los hábitos del pensamiento funcionan como imanes, atrayendo hacia ti
determinados objetos, personas y condiciones. Si aspiras a acabar con un mal hábito,
debilítalo primero evitando toda circunstancia tendente a provocarlo o a estimularlo,
pero asegúrate de no concentrarte en él, en tu celo por evadirlo. Encauza luego tu
mente hacia algún buen hábito, cultivándolo en forma constante, hasta que se
convierta definitivamente en parte de tu ser”. -Paramahamsa Yogananda-
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En tantísimas ocasiones, sin notar la operatoria de ciertos mecanismos
subterráneos (programas, esquemas, tendencias, patrones no conscientes), con
estrechez juzgamos y accionamos de manera restrictiva. Incluso más, solemos creer
que somos libres cada vez que podemos optar entre opciones, pero en realidad, si
tenemos la sensación de elegir (lo cual involucra descartar una alternativa) es porque
estamos divididos y “distanciados” del Ser.
“Nadie que está en unión consigo mismo puede siquiera concebir el conflicto”.
-Un Curso de Milagros-

Los cinco sentidos (para la Enseñanza Esotérica son siete en cada Plano) en
conjunto con la mente (el sexto, según algunas tradiciones de Oriente) que hoy
gobiernan nuestros juicios del mundo, nos susurran que el universo que nos rodea es
sólido. Pero, lo que concebimos concreto, apreciamos y denominamos objetivo y a
partir de lo cual actuamos, simplemente es el rango de vibración que en el presente -
por nuestro progreso evolutivo- podemos percibir. Entonces advertimos nuevamente,
que el ego, centro por el cual nos asociamos con el resto de la vida, es del mismo
modo una parcialización y un mero punto de vista, pues responde a un rango de
frecuencia determinada. Por consiguiente, jamás es Completo, no es Real.

Afirmaba A. Einstein: - “Hemos estado equivocados, porque lo que llamábamos


materia es en verdad energía cuya vibración ha sido reducida hasta llegar a ser
captada por los sentidos”.
El espacio -“partículas de vacío”- se organiza de manera distinta según
diferentes estados de cambios de fases, para obtener lo que luego se reconoce por
sólido, líquido y gaseoso.
Acorde al Principio Holográfico, a la materia podría entendersela como la
dinámica derivada de la capacidad que posee un volumen de expresar toda su
potencialidad a través de una superficie. Y esta -la materia-, declaraba Max Planck -
padre de la física cuántica- asombrando al mundo de la época, tiene su origen en una
Fuerza, en la que por detrás existe una Mente Consciente e Inteligente a la que
describió como la Matriz Universal. Al respecto agregamos nosotros: 1- los cuerpos
densos (en el sentido de externos o de mayor estructuración) aluden al espacio
moviéndose con mayor lentitud; 2- para el Esoterismo: espíritu es energía en su
estado más sutil (interno) y materia es espíritu en menor nivel de reverberación.
Materia y espíritu se muestran como los dos extremos de una única Frecuencia (la
Vida).

37
El fundamento del mundo físico es la Consciencia. Y en este contexto, es la
consciencia -presencia del observador- la que hace que la “partícula aparezca”.

Para la ciencia actual (haciéndose eco de las milenarias enseñanzas de Oriente)


cualquier estado que asume la materia es vibración (funciones de ondas), organizada
de acuerdo con alguna forma, molde o patrón. Podemos añadir a lo planteado el
supuesto: “el electrón sólo existe en relación con el sistema de medición y el
observador”. Lo cual implica, además, la imposibilidad de contemplar un sistema sin
perturbarlo.
Nagarjuna, Sabio y Maestro budista del siglo II de la era cristiana, fue todavía
más allá de lo enunciado en el párrafo anterior y negó la existencia independiente, no
únicamente del yo -el observador- sino también del objeto -lo observado- e incluso
de la observación misma. La esclavitud perdura mientras se confunda la Realidad con
los entes apercibidos.
En su Trasunto la energía del Universo es neutral, atemporal y carente de
dimensiones. La sustancia (en esencia) de ninguna manera ostenta solidez, es por la
propia estimación que la contemplamos con ese talante. No captamos las cosas como
son sino conforme a nuestras creencias (conscientes y principalmente inconscientes).
La ilusión se configura a partir de la sensación de separación. Cuando desaparece el
ego, se lee en el Yoga Vasishtha, no hay más confusión en la mente y todo funciona
de modo natural. Igual que las olas suben y bajan en el océano, los mundos nacen y
se desvanecen en la mente; esto sólo confunde al ignorante, no al Sabio.

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De cierto que aún, al menos la mayoría de nosotros, no logramos comprender -
por experiencia directa y autoevidente-, que somos Seres de Pura Energía
interpenetrados por un Ilimitado Océano de Luz (Consciencia). En tanto especie no
conseguimos percatarnos desde el foro interno, que materia y luz se asumen, bien lo
indica la física, equivalentes. Aunque evidente para la ciencia, el hecho es que tales
descubrimientos jamás hallaron hasta el momento ratificación en nuestra íntima
experiencia.
Sin temor a equivocarnos, si ahondamos sobre el tema, seguramente
encontraremos alguna anuencia entre lo que venimos desarrollando y la metafísica
declaración budista: - “en cada átomo se halla un Buddha”. Insoslayable tener
presente que este término en Sánscrito significa “iluminado” o “despierto”.
Recordemos que, mediante la interacción de los polos y la fricción de los pares
de opuestos (espíritu-materia, positivo-negativo, Yin-Yang), deviene el dinámico
equilibrio por el cual acontece el Mundo (nace la Luz). Al respecto y lleno de potencia
esotérica, comparece a nuestra mente la famosa afirmación de Cristo: - “Yo Soy la
Luz del Mundo”.
Podríamos aclarar alguna concepción e inducir a la reflexión más profunda si
indicamos que materia, energía, vibración, luz y Consciencia se asumen semejantes.
El talentoso científico e inventor Nicolás Tesla, abrigando la misma idea,
expresaba: - “si se quiere conocer al universo se debería pensar en términos de
energía, frecuencia y vibración”.
Puede que un ejercicio colabore en encauzar la teoría en vivencia irrevocable.
Para ello se persuade meditar en la luz. Ha de visualizarse en la pantalla de la mente
a la forma de nuestro cuerpo completamente iluminada. Sentir el palpitar de la
luminiscente sustancia dentro de cada célula y con entusiasmo ver su irradiación más
allá de organismo, por algunos minutos al día, es una de las prácticas que se
aconsejan. La meditación favorece el alineamiento con la corriente armónica de La
Vida Una.

Nada de lo que vemos, tocamos, olemos, escuchamos o saboreamos (estímulos


eléctricos que nuestro cerebro decodifica atribuyéndoles características) es algo en sí
mismo fijo, está aislado o diferenciado de lo demás. Todo muta y se encuentra en
perpetuo cambio y circulación. Surge para después desaparecer. Movimiento y
quietud, en lo Absoluto, son afines.
Explica el Maestro K. P. Kumar, si se presta atención a la organización de una
ola, podremos notar que es sólo en apariencia diferente del océano mismo. Tiene una

39
cualidad que ha surgido del océano, la cual posee un tiempo de duración. Es una parte
que emergiendo de la Unicidad guarda su propia periodicidad.
La base de la Creación es aquello a lo que se denomina Energía Universal. Ella
existe en nosotros como nosotros mismos. Si ostentamos la impresión de que estamos
existiendo es debido a “Esa” Energía, pero, cuando nos involucramos con las formas,
tendemos a olvidar tal significativo hecho. Al sustrato de cualquier sobreimposición,
a lo que no cambia, advierte el Maestro, generalmente se le llama Dios.
Hemos de entender por ilusorio: aquello que parece tomar aspecto en un
momento, que antes no existía, que luego por mediación del pensamiento (personal
y colectivo, consciente e inconsciente) virtualmente adquiere estructura y más tarde,
ya no estará. Ergo, el atributo primigenio de todas las cosas es el Vacío. Nada en
“última instancia sucede”. Ningún objeto, persona, situación o idea posee Realidad
(propia o separada del resto).
Al darse cuenta de que la existencia independiente es una quimera, de manera
natural brota la Compasión. Prudente es quien participando según lo que acontece a
ninguna cuestión se aferra; y debido que de nada depende, para él no habría limitación
alguna. Quien tiene ojos de Sabiduría ejecuta lo que concierne en consonancia con la
necesidad, por misericordia empatiza, se presenta y parece que actúa e interviene
(empero, no se cree el hacedor) y cuando no se lo requiere, en la Plenitud del Silencio
se desvanece.
Las “Gunas” -Cualidades o Modalidades de la Naturaleza- se revolucionan
entre las “Gunas” y así el Ser sin hacer nada todo lo Realiza.

“Aunque todas estas formas sólo poseen la naturaleza del pensamiento, a causa
de que el Creador se olvida de su propia naturaleza, esos pensamientos quedan
congelados como formas físicas existentes”. -Yoga Vasishtha-
La apariencia de nuestros cuerpos de carne y hueso, concretos para nosotros y
con los cuales nos identificamos, son a fin de cuentas una máscara. Un sueño por
medio del cual -virtualmente- se reviste la Verdadera Esencia que no tiene
restricciones. Es cuando por ignorancia (o falta de Luz) nos separamos de la Fuente
que caemos en la inconsciencia de la materialidad y llegamos a tomarnos en tanto un
mero aparato psíquico asociado a un organismo biológico.

“No ser es Ser. Ser es no ser”, afirma el Sutra Avatamsaka. Y en el mismo verso
además asevera: - “En una partícula de polvo, se ve reflejado el universo completo,
no sólo este universo visible, sino el vasto sistema de universos, concebibles
solamente por las mentes superiores”.
40
Somos mucho más de lo que el pensamiento egotista que hoy predomina percata
e incluso imagina. Vivimos sumergidos, constituidos y atravesados por una infinitud
de información potencial, de Existencia Abstracta. No somos lo que creemos, aunque
de momento eso pareciera que expresamos. Nos sentimos, y ese es el tipo de
Inteligencia predominante en el hombre contemporáneo: centros confinados,
distanciados y apartados unos de otros. Por consiguiente, desde allí organizamos el
mundo. Pero lo Vincular, la Unidad es lo Original, lo Fundante y Perpetuo.
“Lo atemporal conoce el tiempo, el tiempo no conoce lo atemporal. Toda
consciencia está en el tiempo y para ella lo atemporal aparece no consciente. Sin
embargo, es lo que hace la consciencia posible”. -Nisargadatta-
La Existencia -nuestra más profunda Verdad- es Eternidad, no yace acotada por
el tiempo, la espiral del cambio o las fluctuaciones. Al respecto explica el Maestro
Djwhal Khul: - “La Vida Es. Nada en el cielo o la tierra logra tocarla o afectarla. Esto
es algo que con frecuencia se olvida. En sentido espiritual, la Vida no se puede
extinguir. (…) la Vida es indestructible y no puede quitarse ni dañarse, sino que
“pasa” de una forma a otra, de una experiencia a otra, hasta que por medio de la Vida
se expresa la perfecta Voluntad de Dios”.
La ciencia contemporánea abraza un concepto parecido al ratificar que “la
energía -“información cuántica”- no puede ser engendrada ni destruida.

41
Lo que intentamos comunicar, aunque apropiado como simiente sobre lo cual
meditar, y por supuesto, útil para desenvolver cierto entendimiento, no debe
restringirse someramente a la idea o el discurso. La Verdad no cabe en palabras.

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La ola en el Océano y en el Océano la ola
Cuando la Consciencia Universal (Espacio de disponibilidad) “se
individualiza”, dicen las Escrituras, nace el Tiempo: la vestidura de la Existencia
Pura.

El Universo es una expresión periódica de Una Presencia Incondicionada y


Desconocida. De las cenizas de “Mundos pasados”, a modo de semillas “Kármicas”
en la imperturbable “Pantalla del Espacio”, “otros nuevos germinan”. La Rueda (Ley
de los Ciclos) no tiene principio ni fin. Todo cambia y muta. La Vida Inmutable
Perdura.
Cada corpúsculo “de materia” o sustancia primaria (llamada “Kalapas” por el
Señor Buddha) más que ser algo concreto, asume una forma semejante a una nota
musical. Sería una frecuencia vibratoria que aparte de verse influenciada por el
observador -en cuanto a la condición que pudiera desplegar-, de desafiar a la mente
inferior, argumentadora, analítica y escolástica (egótica), en lo que respecta a la
posibilidad de estar, tal vez, en varios lados -o estados- a la vez (o en tiempos
distintos); y de yacer conectada con la totalidad de la “Tela” Kósmica, surgiría para
desaparecer en instantes tan infinitamente pequeños que, debido a nuestra
incapacidad de percibirlo, interpretamos al universo en tanto un continuo (una línea
que deviene de un período anterior y se mueve de manera unidireccional hacia un
punto futuro), cuando en su esencia es un “Algo Atemporal” renovándose en la
Plenitud de “cada momento”.
Los sentidos, cuan extensiones de la mente, tergiversan. La Realidad se
escabulle de la percepción como agua entre los dedos. El factor temporal, inherente
al pensamiento, el lenguaje y al yo separado dibuja variedad de espejismos, engaños,
fatuas quimeras y artificios.
Enredados en la ilusión, las jornadas se suscitan repitiendo antiguos y caducos
patrones. Empero, por detrás, siempre lo Imperturbable aguarda.
Dijo Vicente Beltrán Anglada en una de sus conferencias: - “No estamos sujetos
al tiempo. Les hablo de un mundo desconocido, les hablo de un Eterno Ahora donde
no existe el tiempo, el tiempo conocido, el tiempo condicionante, el tiempo
tridimensional que ataca nuestra mente y furtivamente se introduce en el corazón
creando el caos… ¿Se dan cuenta? Estamos trabajando aquí y ahora, el corazón está
lleno de Espacio, la mente está llena de tiempo. ¿Qué sucederá cuando la mente sólo
contenga Espacio? ¿Cuándo no contenga tiempo, cuándo no contenga cualidades,
cuándo no contenga ecuaciones, cuándo no contenga ilusiones, cuándo sólo esté llena
43
de Verdad? La Verdad es el Espacio, la disciplina buscando la Verdad es el tiempo.
Hay que hacer que lo que sucede en el corazón suceda en la mente. Es el milagro
permanente para nuestra Era de grandes transformaciones sociales. Resumiendo,
trabajemos aquí y ahora. Ahí está el milenio, aquí está la totalidad del tiempo”.

El pensamiento, aquello viejo y conocido, la parlanchina y ficticia consciencia


localizada se silencia cuando comprende que nada nuevo y fresco consigue admitir.
Lo Creativo es lo Vincular (renovada transformación que propone la Vida en sus
múltiples e integradas dimensiones), no lo que pueda concebirse desde la inteligencia
que se organiza a partir de centros. Vórtices que, percibiéndose “ya definidos, fijos,
ceñidos y distanciados unos de otros”, toman (sobre todo inconscientemente) a la
existencia (campo circundante) por amenazante y desestabilizadora.
“Renunciando al antagonismo y a la separación se entra en la unidad armoniosa de
todas las cosas”. -Lao Tse-
El problema es sólo mental, lo único que se puede hacer es descubrir lo irreal
como tal. Para ello, lo que se requiere es abandonar falsas concepciones (fundamentos
y andamiajes del ego). No se impone la necesidad de juicios infalibles, pues de hecho
no los hay. Por naturaleza, no prevalece alguna idea fidedigna. Lo Real se escapa de
las elucubraciones y filosofías de la mente.
El movimiento de la consciencia es lo que genera la ilusión, por eso cuando se
aquieta y silencia se comprende y desvanece “Maya” (treta que, velando al Ser,
obnubila y engaña).
En la Atención Plena hay aceptación completa, quietud interior y Presencia. La
compulsión surge porque el pasado (memorias, experiencias y relatos) da identidad
44
y el futuro, que sólo persiste como una forma de pensamiento, otorga promesas de
salvación. Ambos son espejismos, falacias.
El animal, a diferencia del ser humano, no padece por fantasías ni representa lo
acontecido o anticipa el eventual sobrevenir en cuanto a desdicha actual. El hombre
sufre debido a remembranzas y por elucubrar con ansiedad sobre el devenir. El ayer
y el mañana, salvo por cuestiones meramente concretas y prácticas (entre las que se
incluye aprender de la experiencia, organizarse según un plan, definir metas, postular
objetivos y trazar los caminos posibles para alcanzarlos), no sostienen mayor
relevancia.
Cuando se imagina algo, especialmente si es con repetición e intensidad
emocional, la fisiología del cuerpo reacciona de similar forma a como lo haría si
concretamente eso estuviese sucediendo, en el contexto que entendemos por
“realidad objetiva”. Realidad que de cierto no sería más que un modelo mental, por
consiguiente, una subjetividad.
El recuerdo de un suceso negativo o triste, incluso el pensar en algo
desagradable, libera las mismas hormonas y sustancias biológicas destructivas que
una vigente situación de estrés. Sufrimos más por lo que fantaseamos que por lo que
ocurre. Cuestión que igualmente depende de la interpretación o el punto de vista que
se asuma.
Lo precioso se encuentra en el momento actual. El Presente Eterno es el Espacio
-Consciencia sin forma- en el cual se despliega la entera existencia, el único factor
que se mantiene “fresco y a la vez constante”. La Vida pulsa en la vigencia de cada
instante. El Ahora, cual singularidad, acceso al Reino sin tiempo y sin forma Es.
“El pasado y el futuro ocultan a Dios de nuestra mirada; quémalos con Fuego”.
-Rumi-

45
“A cada abrir y cerrar de ojos” se sintetizan lo acontecido y el porvenir. La
actualidad -reconocida a partir de las personales y colectivas perspectivas-, que se
viste en consonancia con lo que en épocas pasadas se hubo sembrado, se vuelve causa
de aquello que el mañana deparará. En la inmediatez se halla la Potencia Creadora,
la totalidad del tiempo, la siempre vital posibilidad de modificar el curso de las cosas
(construir el mañana y cambiar o resignificar el pasado) y hasta la Trascendencia.
En concordancia con la no unilinealidad del tiempo, otra exploración realizada
en el campo de la mecánica cuántica podría reforzar lo que venimos planteando. De
acuerdo con los resultados obtenidos, en la Universidad de Washington en St. Louis,
por el físico Kater Murch, a diferencia del mundo clásico que se dirigiría sólo hacia
adelante, el tiempo cuántico -y algo hemos aludimos- lo haría en ambas direcciones
a la vez.
Recordemos que para el acercamiento clásico u ortodoxo sobre el
comportamiento de las partículas cuánticas no sería viable predecir con completa
certeza la consecuencia de un experimento sencillo para calcular su estado. Al
respecto, sólo se podrían considerar una función o distribución de probabilidades
(estadísticas). La irresolución constituiría un hecho de la naturaleza, ergo, la situación
de la partícula se supondría indefinida. Por la experimentación realizada, parecería
que es el acto de medición en sí “lo que obliga” al corpúsculo a caer en una situación
determinada. No obstante, sin descartar lo recién explicado y aceptado por la física
actualmente y con afán de ampliar nuestro punto de vista, en el artículo de la revista
Physical Review Letters, Kater Murch describe una forma de alterar las
probabilidades y aumentar la capacidad de predecir de manera correcta el estado de
un sistema en un 90%. En orden a lo declarado por el científico norteamericano,
habría un “estado” espacio-temporal hacia atrás y otro hacia adelante. Situación que
permitiría, si nos fijáramos en las dos cuestiones en simultáneo y dando igual
importancia a ambas informaciones, obtener lo que Murch llama una predicción
retrospectiva o retrodicción. Plantea que cuando los físicos cotejan sus soluciones
con la medición almacenada del estado anterior del sistema, acertarían nueve de cada
diez veces. Esto hace, eventualmente, presumir que el tiempo en el mundo cuántico
se configuraría como flecha de dos puntas.
Entendiendo lo antedicho de manera más simple y llevándolo a idea y lenguaje
de índole coloquial, quizá, podríamos decir que lo hecho hoy tendría la potestad de
influir no sólo en el acontecer futuro sino también en el resultado pasado.
Hemos de notar que mientras la identificación con el pensamiento crea tiempo
psicológico, la imparcial observación (procedimiento análogo al núcleo duro del
método psicoanalítico propuesto por S. Freud: la atención parejamente flotante) abre
46
la puerta a otra Dimensión de la Consciencia. La energía que se retira de la mente,
bien dice E. Tolle, se convierte en Presencia. Presencia cuya Naturaleza esencial es
la Atemporalidad.
Para que la tensión mengüe, el foco que se siente un hacedor, que se cree
importante, se apega al fruto de la acción y cae en la quimera de la dualidad y el
tiempo debe -en cuanto a centro psíquico- distenderse en el ilimitado e intemporal
Espacio interior.
“Si quieres grandes cosas, cosas que están más allá del pequeño alcance de las
manos humanas, de la mente humana, de las habilidades humanas, tendrás que
aprender el arte de “No Hacer”. Yo lo denomino meditación”. -Osho-
La Verdad no es el corolario de un esfuerzo ni el final de un camino. Se halla
“Aquí y Ahora” y a pesar de Su Omnipresencia no se la puede asir, tomar o capturar.
El momento presente es el contenedor, el Espacio de disponibilidad para todas
las formas y circunstancias.

El Espacio Inmanente, al Trascendente semejante Es.


La entera manifestación está hecha de “átomos”, los cuales, apunta la ciencia,
son un 99,99999% de “vacío”, en otras palabras: “de esencia de Vida con un potencial
energético -creador- sin demarcaciones”. Vacuidad (“Sunyata”) que permanece
incorrupta porque no se halla sujeta al cambio, la parcialidad ni la decadencia.
Desde una aproximación científica, la materia designada como sólida constituye
el 0,00001% de cada átomo. El mundo tangible no es otra cosa que campos
electromagnéticos chocando entre sí. Empero, la ausencia de material no significa
falta de estructura ni de energía. El espacio yace colmado. Es pleno de energía e
información y se dispone en un entretejido de base geométrica organizado según
variedad de escalas. Escalas que se encuentran interconectadas y en donde no hay un
lugar o un punto más central que otro.
El Universo Vive, es Inteligente y Vibra. Lo que conocemos por partícula,
ilustra Dan Winter, ahora se sabe que se trata de la inercia del movimiento de ondas.
Sobre el tópico, además, tengamos en cuenta la afirmación del físico teórico e
investigador de vanguardia, Nassim Haramein: - “En el universo el 99,99999% es
vacío, y toda la materia se compone de 99,99999% de vacío. Pero cuando miras el
vacío a nivel cuántico descubres que es extremadamente denso en energía. En mis
ecuaciones, el Vacío es la Fuente de la materia”.
En este marco, queremos decir, en lo concerniente a la Naturaleza del mundo,
invita a seguir profundizando el Buddha Samanta-Bhadra con la siguiente frase: - “El

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fundamento de Todo es increado, incompuesto, más allá del concepto mental y de la
definición verbal. A “Eso” no pueden aplicarse los términos Sangsára ni Nirvana”.
El “Vacío” es el contenido, el soporte y trasunto. Es el origen y el final, lo
manifiesto y a la vez, lo imperturbable. Es lo Real que permanece más allá de
cualquier consideración.
En función a la reflexión esgrimida, aconseja Mooji: - “Permanece en el Vacío
del Ser. Sólo permanece allí. Es el único lugar donde subsistes sin esfuerzo. Y cuando
reconoces lo que no requiere esfuerzo en tu Ser, la idea de “permanecer” allí
gradualmente se desvanecerá. No tienes que “permanecer” como Eso que es
permanente; la permanencia no necesita permanecer como permanencia. Sólo Es”.

Según investigaciones y cálculos de Nassim Haramein, se requiere una “muy


pequeña porción de espacio” (debido a la inmensurable cantidad de energía que en él
subsiste) para producir el conjunto de la existencia material (seres, planetas, sistemas
solares, nebulosas, galaxias, etcétera). Suspicaz teoría que al estudiante de ocultismo
no le parecería tan extraña ni descabellada, pues de ninguna manera está lejos de la
valoración que le asigna la Sabiduría Arcana al Espacio, cual insignia de lo Absoluto.
Expone H. P. Blavatsky: - “Al Espacio se le llama en el simbolismo esotérico
El Eterno Padre-Madre de Siete Pieles. En relación, pregunta el catecismo Senzar: -
¿Qué es lo que fue, es y será, ya haya Universo o no, ya existan dioses o no existan?
Y la contestación dice: El Espacio”.

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Haramein, asimismo asevera, que cada partícula que viene al mundo físico y al
micro-instante siguiente retorna al espacio del cual surgió y que a todo interpenetra,
lo hace con el registro propio de su singular experiencia. Desde este aspecto, el
“Vacío” lejos de ser una nada yerta sería “Aquello” que compone, sustenta e
interconecta a todas las cosas entre sí y que por nada se ve condicionado. Subsistiría,
entonces, una continua retroalimentación entre los entes -“funciones emergentes de
lo Omnipresente”- y la Vacuidad Misma.

Para la Filosofía Esotérica, el universo fenoménico no sería otra cosa que


“materia inerte”. La vida y la animación inherente a cuanto existe -desde el átomo
hasta el ser humano y lo demás, como las innumerables galaxias- procederían de las
sutiles fuerzas del mundo astral. Las que a su vez se habrían desarrollado a partir de
la Creación Causal o Ideación: los “Vibratorios Pensamientos”, que emanarían de la
Consciencia. El mundo material sería la proyección de la Mente Universal. El Todo
es Mente.
En función al marco propuesto, no nos será abstruso hallar cierta analogía entre
lo formulado hasta aquí y la afirmación de Krishna, el Señor, en el Bhagavad Gita: -
“(…) habiendo compenetrado todo el Universo con un fragmento de Mí Mismo, Yo
permanezco”. Esta misma tesis, como ejercicio de meditación, asiduamente la
podemos corroborar nosotros al observar el cuerpo físico, las emociones y la trama
mental y comprender, centrando la atención en el entrecejo, que: “pese a que
infundimos y animamos a la personalidad, eso no Somos”.
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De la aseveración hecha por Krishna se vuelve asequible, en consecuencia,
asumir al Espacio en cuanto a Fuente de la sustancia, en tanto lo Increado y el
Potencial de la existencia. “Eso” que sostiene en Su seno el dinámico equilibrio entre
lo infinitamente grande e indefinidamente pequeño y que por nada se ve perturbado.
Si somos capaces de apercibir que lo esencial del Océano no son las fugaces
olas que se agitan en su superficie, sino la inmensa masa de agua que lo compone;
descubriremos que lo insoslayable y fundamental de la Vida, nada tiene que ver con
las partes -en cuanto a cuerpos independientes- que eventualmente se relacionan y
conectan, sino con lo Vincular, la Base Común y Homogénea que le permite a cada
cosa ser.
Concebir a las olas por entes distintos y separados es mera ignorancia. La ola,
en realidad, existe en el Océano y el Océano en la ola.
“Iluminación es cuando la ola se da cuenta que es el Océano”. -Thich Nhat
Hanh-

Sobre la “Seidad” que persiste en, a través y en cada partícula de la Inmensidad,


la Dra. Annie Besant, quien fuera presidente de la Sociedad Teosófica en el siglo
pasado, escribió una poderosa oración que consideramos útil recitar a diario y con
dedicación contemplar:
“Oh Vida Oculta que vibras en cada átomo;
Oh Luz Oculta que brillas en cada criatura;
Oh Amor Oculto que todo lo abarcas en la Unidad;
Que cada ser que se sienta uno Contigo,
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Sepa, que por lo tanto, es uno con todos los demás”.

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El imperio de la Gravitación rige al cosmos
Todo se halla inmerso en un Reino de potencias vinculares, de energías en
constante y dinámica asociación. La Gravedad se despliega en las sucesivas escalas,
desde lo micro hasta lo macro-cósmico. El Imán Divino, la Presencia de Dios Padre-
Madre, infatigablemente atrae al hogar a sus hijos.
Detrás de las fuerzas Universales hay infinidad de consciencias trabajando y
entretejiendo el entramado Tapiz de la Vida. No existe azar ni ceguera en el juego de
la existencia. El Misterio de la Ley impera.

Para el mundo científico, el cosmos viene del caos y viceversa. De tomarse este
cuadro, una pequeña variación de las condiciones iniciales, con el tiempo, hubiera
generado grandes cambios en el Sistema. Suceso que de acaecer hasta podría haber
afectado seriamente su continuidad.
El caos agregaría al cosmos una inmensurable dosis de “imprevisibilidad”. Un
comportamiento exacto, metódico, repetitivo, rítmico: devendría imprevisto. Sobre
tal curiosidad trataría el “efecto mariposa”. De leyes regulares y determinantes
surgirían conductas caóticas que se difunden por el Campo, porque la gravitación
interviene en cada parte del universo.
¿Puede asumirse lo presentado como una muestra de la facultad creadora del
libre albedrío, denotando la influencia que hasta el más minúsculo de los seres tiene
sobre la totalidad?

Sugirió A. Einstein que la gravedad (en términos Esotéricos: foco de atención


de una consciencia control) no es parecida a cualquier otra fuerza, debido a que
conlleva al continuo espacio-tiempo -por la presencia de masa- a alterarse, encorvarse
y dinamizarse.
La masa, que para Nassim Haramein es concebida por el giro de la estructura
del vacío, deforma la métrica del tejido espacial.
La ilustre idea del físico alemán fue suponer que la gravitación universal, la cual
se encuentra en la completa extensión cósmica, se liga y entrelaza a la concepción
“espacio-tiempo”. Al respecto, propuso a la geometría por nexo o unión subyacente.
Apreciación similar, entre otros, plantean los cabalistas, la Masonería (rindiendo
culto al Gran Arquitecto del Universo) y el divino Platón, quien llegó incluso a
exclamar: - “El propio Dios geometriza…”
Tengamos en cuenta que el eximio filósofo griego, en el Libro VII de La
República, expresa por finalidad de la geometría, el no sólo medir líneas, superficies
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o volúmenes, o las relaciones entre estos, sino el elevar la mirada del hombre a la
contemplación de lo Eterno.
Se nos dice, además, que una situación vital, todo “problema”, cualquier
proceso de la naturaleza podría ser descifrado si halláramos la clave geométrica de la
que depende.
“La geometría atraerá el alma hacia la verdad y creará la mente de la filosofía”.
-Platón-

No sólo en el horizonte macro la interacción gravitatoria rige y ordena, sino que


también en la graduación cuántica -declara Nassim Haramein- la comúnmente
denominada fuerza fuerte es, en realidad, la gravedad en el nivel de Planck.
Fenómeno fundamental producido por las fluctuaciones de la energía del vacío.
La gravitación se revelaría en tanto la métrica del espacio-tiempo y el ímpetu
que provoca la curvatura y movimiento del Campo. El universo está fuertemente
curvado y los puntos donde aparece dicha torsión es lo que llamamos protones, o si
se lo prefiere, el mundo material.
A escala “Planck”, el espacio -donde la frecuencia de vibración, la información
y la energía es gigantesca- estaría infinitamente curvado. En otras palabras, la
interioridad del universo se mostraría, por innumerables enlaces de agujeros de
gusano, como pura conectividad.
Nassim Haramein por medio de su “Modelos Holográfico generalizado”, teoría
que considera con evidencia respaldatoria a la gravedad cuántica, a través de
53
relaciones basadas en la proporcionalidad, ha conseguido unificar a la física en su
variedad de graduaciones hallando una línea de continuidad entre el micro y
macrocosmos.
“En esencia, nosotros y todo lo demás estamos hechos de estas fluctuaciones
del espacio en todas las escalas (PSU - Unidad Esférica de Planck). Estas
fluctuaciones actúan como un fluido de densidades variables a diferentes niveles, y
cuando fluye produce la energía que llamamos masa, carga, fuerzas
electromagnéticas y gravitacionales”. -Nassim Haramein-

Dan Winter ha propuesto que la organización geométrica de la energía


constituyente de la materia es lo que genera las características esenciales de la misma,
incluida la gravedad. Winter señala que la cantidad de gravedad creada en un átomo
(o en cualquier otra escala) se encuentra en proporción a la cuantía relativa de “auto-
similaridad” (fractalidad) entre su interior (núcleo) y su exterior (electrones). La
teoría de la implosión explicaría, de acuerdo con el científico norteamericano, a la
gravedad. En este marco, la reverberación del latido del músculo cardíaco en el ser
humano podría llevar hasta la misma implosión del ADN. La compresión se
constituye en el impulso de la Creación.
A mayor fuerza gravitacional, más inclusividad armónica -“Amor”- y superior
riqueza geométrica estructural. A la gravitación la podemos asumir como una
declaración universal del Amor, en tanto la fuerza centrípeta que atrae y mantiene a
todo entrelazado y unido. Comprender la acción interna de la Ley de gravedad (o de
Atracción y Repulsión) es ajustar la propia vida a las funciones del Segundo Aspecto
Logoico (Segunda Rayo).

Cuánto más alta es la frecuencia, se acrecienta la complejidad de la forma.


El ácido desoxirribonucleico -antena que emite y recibe frecuencias- se
alimenta del contexto electromagnético y, al succionarlo, lo transforma en un campo
gravitacional. El ADN es un superconductor a través del cual se gesta fuerza
gravitatoria.
Existe cierto intercambio, vía un lenguaje toroidal, donde lo de afuera afecta al
interior y este recíprocamente codifica el exterior al sintetizar proteínas. Tomando
este cuadro de situación, la contaminación electromagnética originada por los
aparatos eléctricos y, en especial, la conmoción que los pensamientos y sentimientos
pobres y discordantes ejercen sobre la disposición de armónicos -geometría-,
impactan negativamente en la misma organización del genoma.

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Según Dan Winter, el dodecaedro, siendo la anidación de la “razón dorada”,
tendría la capacidad de cambiar la información a una configuración coherente. El
número Áureo, que puede ubicarse en muchas escalas y partes en la Naturaleza,
también compondría el patrón de la molécula trenzada del ADN.
El dodecaedro es el entramado geométrico perfecto en el que encontramos al
resto de las formas platónicas: tetraedro, cubo, octaedro e icosaedro. Atañe a una
sagrada geometría que está en resonancia con la espiral áurica (“Phi” -divina
proporción-) y que ha sido estudiada en profundidad por notables pensadores de la
historia como: Pitágoras, Platón, Fidias, Leonardo da Vinci, entre otros.
“El espín es el resultado de un gradiente en la estructura del vacío. Organiza
este campo fundamental de energía en estructuras coherentes que llamamos materia.
Da cuenta de la mecánica fundamental por la que se crea toda nuestra realidad”. -
Nassim Haramein-

La materia es insustancial. Detrás del mundo de los fenómenos (expresión


externa de una Idea interna) hay vibración. En un universo hecho de frecuencias sólo
el foco atencional -intensidad dirigida de la consciencia- tendría la facultad de crear
formas.
Sobre el fundamento de interesantes estudios, la gravitación universal surgiría
por la aptitud recursiva de la geometría para la anidación continua de ondas, desde lo
infinitamente grande hasta lo inconmensurablemente pequeño. En relación con lo
comentado, elevar el nivel de fractalidad implica aumentar la capacidad para alojar
55
un mayor número de ondas y atraer con superior facilidad el exterior hacia el interior.
La aceleración de la atracción, en el marco de la teoría presentada, daría origen a la
gravedad. En resumen, para Dan Winter, a semejanza en como la fractalidad produce
gravedad, el amor provoca “implosión”.
Para ciertos investigadores es la gravitación el alimento del tiempo. Con esto
queremos indicar que a través de su flujo se hace rotar a cada átomo definiendo (por
micro-gravitación) la percepción del tiempo como lo conocemos. Bajo esta premisa,
de modificarse la densidad del Campo cabría la posibilidad de acelerar o retrasar la
experiencia temporal.
Aclaraba A. Einstein que en presencia de una masa el espacio-tiempo se
“deforma”, de modo que cualquier otro elemento nota esa modificación y se ve
obligado a seguir trayectorias diferentes a las que haría si no existiera la misma.
Existe una ininterrumpida y variable influencia mutua, en distintos niveles, entre las
cuasi ilimitadas entidades que habitan en la inmensidad del espacio interestelar.
Sin negar lo transmitido por el Físico Germano; N. Haramein declara que la
curvatura del espacio-tiempo (la gravitación) sería una consecuencia secundaria que
ocurre a partir de los giros de la energía a nivel cuántico teniendo por soporte a la ley
Planck. Es decir, para Haramein la gravedad cuántica constituiría la fuerza
intraatómica predominante. En dicho contexto, según este destacado científico, la
“proporción áurea” (base de la geometría sagrada -metalenguaje del Universo-) se
instituiría como el motivo por el cual los “agujeros negros” (cuerpos supermasivos,
vórtices de tornados de éter para Haramein) aparecen en sus disímiles escalas: desde
lo cósmico hasta en la dimensión cuántica. En asociación a lo mencionado, Dan
Winter dice que los átomos generan gravedad porque el núcleo, con respecto a los
electrones, se relacionan acorde a la “proporción áurea” (asiento de la fractalidad y
de la memoria del Universo). Recordemos que Winter indica que el dodecaedro,
forma que para la NASA tendría el universo, se constituye en el fractal perfecto entre
los cuerpos geométricos.

56
Sobre el tema y en disposición a la Enseñanza Esotérica, traigamos lo anunciado
por Vicente Beltrán Anglada: - “La Gravedad es el Foco de Atención de una
consciencia central, sea la de un Logos, la de un ser humano o la de un simple átomo”.
La manera en cómo el impulso eléctrico que surge de la Intención de la
Divinidad Creadora se convierte en Gravedad, después en una Fuerza y en un
Movimiento circular (en el caso de la nebulosa que precede a un universo) y origina
la rotación de los astros, comentaba Anglada, debe apreciarse en tanto la consecuente
actividad de los Ángeles Constructores. Estos Ángeles comprimirían el Espacio en
orden a la densidad que corresponde por “Karma” al Logos. Al llegar al máximo
surgiría, cuan dinámica complementaria, un impulso de expansión. De ello devendría
el Kosmos. Ambos movimientos -centrípeto y centrífugo- se asumen a modo del
efecto particular que los “Devas” producen. Entidades que copian y reflejar la sístole
y diástole del “Corazón Solar”, en los diversos niveles, tomando al Éter, con sus
posibles variaciones vibratorias, en cuanto a la sangre o elemento vital de formación.
Asimismo, la Señora Blavatsky enfatizaba en postular, en lugar de la
gravitación como Ley Universal a las fuerzas gemelas de atracción y repulsión,
asegurando que muchos fenómenos entonces podrían ser explicados.

57
De la combinación de diversas fuerzas, muchas Dimensiones o “Estados
Vibratorios” se instituyen.
La diferencia entre las partículas que componen y ordenan disímiles formas,
con respecto a las que pululan en lo estimado por “espacio”, sería sólo de
organización. Cuando incumbe a los cuerpos que percibimos en tanto “concretos”, el
movimiento interno del campo gravitatorio implicado estaría integradamente
coordinado. En los casos de no tener tal coherencia y uniformidad, a la referida
dinámica se la advierte por “no cosa” (espacio).

Sobre la base de un único Sonido, innumerables melodías resuenan. El Espacio


se viste con variedad de ropajes (velos). Siete pieles, refiere La Doctrina Secreta,
siendo tan sólo la última Esfera: física y tangible.
La cuantía de Planos o “Lokas” varía dependiendo de la aproximación
metafísica de la tradición.
Tengamos presente, además de lo antedicho y en relación con ello, lo que decía
el ilustre Pitágoras sobre los Números. Los consideraba “Inteligencias” que actúan
en la Naturaleza, Principios guías y ordenadores del Universo. Las Matemáticas, en
términos kantianos, serían un Conocimiento “a priori” puesto que no depende su
realidad de la experiencia.

58
Pitágoras

A saber, parte de lo comentado a lo largo del capítulo encontraría


correspondencia con la ciencia contemporánea en la “teoría de las cuerdas” (hipótesis
unificadora), en cuanto a modelo fundamental de la física que asume que las
partículas materiales aparentemente puntuales son “estados vibratorios”. Dicha
mirada propone que las “cuatro potencias” primordiales (1- la gravedad, que ostenta
características atractivas y permite que tengamos la sensación de peso; 2- el
electromagnetismo, que impide que los átomos se atraviesen entre sí; 3- la fuerza
nuclear fuerte, que hace que los elementos de los núcleos de los átomos permanezcan
unidos; y 4- la fuerza nuclear débil, que lleva a ciertas partículas a decaer en otras
más livianas) se entiendan bajo un unificado principio básico, que a su vez admite el
despliegue de “once dimensiones” organizadas afín a un perenne e indivisible
Holomovimiento.
La teoría plantea que el material de todo elemento y fuerza es el mismo.
Propone la existencia de infinidad de “pequeñísimas cuerdas”, diferentes pautas
vibratorias ejecutadas por Una misma “Entidad subyacente”, que fundando “Una
59
Brana” se estiraría hasta alcanzar el tamaño de nuestro universo. Acorde a esta
hipótesis, podría haber innumerables “Branas” conteniendo cada una de ellas un
cosmos distinto.
En el nivel ultramicroscópico, la Manifestación sería parecida a una sinfonía de
cuerdas (unidades fundamentales de consciencia) que al vibrar dan la apariencia de
existencia a la materia.

Tal vez factible sería hallar, asumiendo el simbolismo que detrás subsiste, algún
tipo de paralelismo, analogía y contacto entre: 1- las once (11) dimensiones (tres -3-
espaciales, siete -7- hiperespaciales y más una -1-, el tiempo) mencionadas en la
teoría de las cuerdas (la mayoría jugarían su papel a nivel sub-atómico); 2- los once
(11) “Rudras” de cada Plano, que para el Hinduismo -con sus Vibraciones Kósmicas-
conforman la totalidad del Campo de la Manifestación; 3- la teología cristiana,
señalando la presencia de nueve (9) Coros Angélicos (Serafines, Querubines, Tronos,
Dominaciones, Potestades, Virtudes, Principados, Arcángeles y Ángeles) que
intermediarían entre el hombre y Dios (nueve -9- más dos -2- igual a once -11-); 4-
las diez (10) emanaciones o mundos que definen la relación entre las Fuerzas de la
Creación y edifican el Adam Kadmon o el cabalístico “Árbol de la vida” a los cuales
se le “añade otra” Sefira central y oculta (“Dáat” o “Daas” -Conocimiento de la
Unicidad-) que simboliza el Corazón Superior (El Misterio del Conocimiento
Supremo); desde otra aproximación, a las diez (10) Esferas se le sumaría el “Ain Sof”
(Lo infinito, Fuente que permea, sostiene y todo lo trasciende); 5- la representación
del “Dhyani Chenresi”, grafía Tibetana del Logos, (síntesis de las Razas precedentes
y progenitor de las humanidades después de la Tercera Raza) constituida de once (11)
caras; 6- la metáfora dada por la Sabiduría Arcana en función a cómo la Persona
Kósmica con diez (10) pasos permea el Universo (Siete -7- Planos y las tres -3-
Dimensiones del Triple Logos) y permanece todavía más allá (en el número once -
11-); 7- las once -11- direcciones que estructuran la Esfera -útero del Espacio- (cuatro
-4- puntos cardinales y cuatro -4- diagonales a las que se agregan el vértice de arriba,
de abajo y del centro).
Otros aspectos, entre varios, en donde este valor se recrea: 1- el ciclo solar de
once (11) años, período a partir del cual se produce una inversión de su polaridad y
un aumento de la intensidad de radiación (el último “palpitar” fue en el año 2012 ,
fecha que está de acuerdo con la finalización de un ciclo relevante en el calendario
Maya); 2- los once (11) principales “Upanishads” (fundamento de la doctrina
Vedanta, una de las seis -6- filosofías de la India) comentados por Adi Shankara,
elocuente Maestro del subcontinente indo; 3- los once (11) pasos que para algunos
60
estudiosos, como el escritor y psicoanalista argentino José Luis Parise, tiene la Magia;
4- la undécima fase lunar, considerada la más apropiada para relacionarse con la
divinidad porque astrológicamente se configura un sextil entre la Tierra, el Sol y la
Luna; 5- el signo del Aguador, el onceavo contando desde el carnero de Aries, energía
que modelará las evoluciones planetarias por los próximos 2.160 años.
Asimismo, sobre el número once (11) más cuestiones podríamos considerar.
Por ejemplo, desde una mirada esotérica y cosmológica se cuenta sobre la existencia
de siete (7) Soles evolucionando derredor de un Sol Central, doce (12) mansiones
zodiacales, diez (10) planetas (7+12+10 = 29----2+9 = 11).
Dentro del marco tradicional de los tres (3) números maestros (el once -11-, el
veintidós -“dos” veces once “11”- y el treinta y tres -33- -tres “3” veces once “11”-),
el potencial de cada cifra no sólo involucra el hecho de que se conforma a partir de
dos dígitos idénticos sino porque simbolizan respectivamente al Uno (1), al Dos (2)
y al Tres (3) (Padre, Hijo y Espíritu Santo).
En el caso del once -11- (al configurarse por un doble uno -1- ) trata del primer
número primo reflejo de sí mismo. Cifra que, al ser una representación múltiple de la
unidad tiene duplicados los rasgos y la personalidad de esta. Cuando se lo reduce (11
= 1+1 = 2) se convierte en dos (2), combinando así la pujante energía masculina del
Uno (1), el dios Sol, Helios o Zeus; con la femenina, igualmente vigorosa, del Dos
(2), Selene, la diosa Luna o Hera. De tenerse en cuenta que ambas cifras recrean
extremos opuestos y complementarios del espectro de la energía (debido al impulso
propio del uno -1- y la receptividad inherente al dos -2- ), nos percatamos que de la
combinación de estos atributos resulta “lo demás”.
El Dos (1+1 = 2) incumbe al Segundo Plano del Esquema, el Monádico. El
estado de consciencia al cual ha accedido el Iniciado. Uno (1) es representado entre
los arcanos del Tarot por el “Mago” -la acción- y el dos (2) por “La Papisa” -la
receptividad-.
El once (11), la primera en la escala ascendente del conjunto de números
naturales compuesta por dígitos iguales se forma a partir de la adición: del uno (1),
símbolo del Espíritu Universal; el (3) tres, emblema de la Santísima Trinidad (tres -
3- aspectos del Logos) y el siete (7), insignia de la Séptuple Manifestación Kósmica
o en clave cristiana, los siete -7- espíritus ante el Trono. 1+3+7 = 11
Ciento treinta y siete (137) es el valor que en gematría tiene la palabra
“Kabbalah” (significa “Recibir” o “Recepción” -de lo Divino-). Número que aparece
en los grados que mide el ángulo áureo y en la estructura fina de Sommerfeld:
constante física fundamental que caracteriza la fuerza de interacción
electromagnética.
61
El Árbol de la Vida (Sistema de distribución de Energías, para algunos
representa el ADN), que opera en el orden físico y metafísico, conserva la potencia
ciento treinta y siete (137). Estructura que se compone, según lo dicho, por Diez (10)
Sefirot o Emanaciones: tres -3- superiores o rostros mayores y siete -7- inferiores o
rostros menores. Recordemos: habría, además de las diez (10), al mismo tiempo un
(1) rostro (“Dáat” o “Daas”) que permanece oculto. También podría asociarse, según
comentamos, a este Uno (1) con lo Inconmensurable: “Ain Sof”. Escribía H. P.
Blavatsky, el Nombre Inefable de Dios, dependiendo del efecto que se busque,
plausible es de pronunciar en un (1) golpe de voz, en tres (3) o siete (7). Nuevamente,
el misterio (137-----1+3+7 = 11) subsiste.
Once (11), rememoremos, son las direcciones (cuatro puntos cardinales con sus
bisectrices, el nadir, el zénit y el centro) a partir de las cuales se conforma la esfera
del universo. Número maestro el once (11), que aparte de sintetizar polaridades,
representa el potencial de llevar los límites de la experiencia humana hacia mayores
niveles de percepción espiritual. Once (11) es la potencia numérica implicada en los
sonidos “CVV” (si, vi, vi) y “CSG (si, es, yi). Siglas -“mantrams”- por cuya
pronunciación se evoca al “Avatar” de Acuario y al gran “Chohan” de la Logia
Blanca Planetaria, conocido como el “Conde Saint Germain”.
La potencia numérica del once (11) se esconde, además, en la estructura del
Triángulo de Pascal. Lo comentado, entre otras propiedades matemáticas, se
encuentra al juntar los valores de cada hilera en un número. La fila 0, 1, es 11 a la 0,
la fila 1, 11, es 11 a la 1, la fila 2, 121, es 11 a la 2, y así sucesivamente. Por ejemplo,
en la línea 5, “1--5--10--10--5--1” realizando la siguiente operación: --1--(5+1)--
(0+1)—0--5- obtenemos el número 161051, que es 11 a la 5. Se puede comprobar
que con el resto de las filas ocurre lo mismo.

62
El veintidós (11+11) combina una dosis doble de la capacidad intuitiva y
femenina representada por el dos (2), con el atributo de volver los sueños realidad
inherente al cuatro (4) (El Emperador del Tarot, la estabilidad). Cifra que simboliza
el proceso de objetivación o Manifestación (el espacio con las cuatro -4- direcciones
principales y el tiempo con sus cuatro -4- ciclos básicos). Once (11) es la carta de la
Alquimia: La Fuerza.
El producto obtenido no es sólo una simple suma de propiedades, sino que se
ha de indagar en la identidad del veintidós (22), en cuanto a la facultad de
experimentar aquello que el once (11) tiene que ofrecer, para aplicarlo en el mundo
de manera concreta. Veintidós (22) son los Arcanos Mayores del Tarot (Arquetipos
-modelos a priori, Arcanos de Hermes- del inconsciente humano, del proceso
evolutivo y el perfeccionamiento de la existencia y del Sistema Kósmico), la cuantía
de Avatares -encarnaciones divinas- que enumera el Bhagavata-purana, los caminos
del Árbol de la Vida o Sefirótico y la cantidad de caracteres del alfabeto hebreo (tres
-3- letras madres, siete -7- letras dobles y doce -12- letras simples o tres -3- letras
horizontales, siete -7- siete letras en vertical y doce -12- letras en diagonal ubicadas
en el Árbol de la Vida). Alfabeto, considerado por los cabalistas, como el teclado por
el cual el hombre puede contactar con las entidades de los “mundos invisibles” y el
sustrato a partir de cuya combinación se dio forma al Universo. Dinámicas de
interacción, los veintidós -22- canales, que enlazan a los diez (10) u once (11) estados
del Ser (Sefirot).
Dios hubo creado el Mundo por la gracia del Lenguaje. El eximio Abraham
Abulafia (1240-1292) declaraba que las letras hebreas no son únicamente
herramientas para la construcción de meras palabras, sino que en su génesis
representaban potentes símbolos. Para los cabalistas, en el idioma hebreo, subyacente
a la raíz de cada vocablo con el mismo peso numerológico, de acuerdo con el orden
por el que se establece el particular significado, se muestra su versión “negativa” y
“positiva”.
Por ejemplo, según la gematría el número de la palabra “‫ ”משיח‬-“mashiaj”,
Mesías- (8 + 10 + 300 + 40 = 358) coincide con el valor del término “‫ ”נחש‬-“najash”,
serpiente- (300 + 8 + 50 = 358). Recordemos que en contextos místicos al Mesías se
lo reconoce como “La Serpiente Sagrada”. Asimismo, se lee en la Torá que Moshe
Rabenu hizo una serpiente de bronce, la puso en una asta y quienes eran “mordidos”
-miraban a la serpiente de bronce- vivían.
De manera semejante en que de la conjunción del cobre y el estanio -principio
femenino y masculino- se obtiene el bronce, la consciencia del Mesías -el divino
andrógeno- representa el justo y dinámico equilibrio de ambas fuerzas polares.
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La Kabbalah asume la existencia de veintidós (22) mundos paralelos, aspectos
o Arquetipos de la vida por intermedio de los cuales la consciencia se nutre. A medida
que se fusionan dichos Prototipos de veintidós (22) niveles se subiría a otra
Dimensión evolutiva de setenta y dos (72) estratos del alma. Luego de sintetizarse el
aprendizaje anterior, se ascendería nuevamente para asimilar los ciento cuarenta y
cuatro -144 (72+72)- prototipos del Espíritu.
“Cada cuerpo está constituido por veintidós propiedades”. -Sefer Yetzirah-
Se supone que el vehículo etérico del ser humano cuenta con veintidós (22)
“Nadis” importantes. Según el “Nada Yoga” (La ciencia de la Unión por el Sonido)
veintidós (22) son los sonidos que se vinculan a estas rutas energéticas ubicadas en
la trama sutil. Veintidós (22) son, además, los cromosomas que comparten ambos
géneros humanos (el número veintitrés -23- es el que da el sexo).
El Árbol de la Vida de la cultura Maya describe trece (13) Cielos a los que hay
que ascender y nueve (9) infiernos o niveles de inframundos. (13+9 = 22).

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El veintidós (22), el Loco entre las cartas del Tarot, es el número del Adepto
puesto que comprende a las diecinueve (19) Fuerzas (Siete -7- Rayos y Doce -12-
Constelaciones) que se manifiestan a partir de Tres -3- Esenciales Aspectos.
Veintidós (22), igualmente, sería el valor numérico con el cual se identifica la
Serpiente Kósmica o “Kundalini” -fuego latente de la materia que reside en el
corazón mismo del átomo-. Si al número cuatro (4) de Narayana (El Señor Cósmico)
le sumamos el Plano Solar de Vasudeva, el Señor que Impregna con sus doce (12)
“Aditias” al Sistema y la potencia del seis (6) de Vishnu, el Señor que sostiene la
forma en la Dimensión Planetaria: obtenemos veintidós (22).
Por último, el número maestro treinta y tres (11+11+11) armoniza las
naturalezas de expresión y realización (del número tres -3- ) con la cualidad de guía
y la capacidad de ser tutor del seis -6-.
Su verdadera esencia, la del Treinta y tres (33), constituye la última etapa de la
evolución espiritual, el Maestro de maestros. Quizá, lo comentado contenga algo
sobre el motivo por el cual se le asigna a Cristo el valor de este número.
Algunos espiritualistas, por su parte, alegan que compuesta de treinta y tres (33)
cubos, la Chacana interdimensional (Cruz Andina) personifica a todas las
perspectivas de la Realidad.

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Treinta y tres (33) es la cantidad de años que demora en repetirse exactamente
la posición -mismo día, hora y casa zodiacal- del sol con respecto al momento del
nacimiento. Esta edad marca una clase de reencuentro con la “inseidad”, especie de
muerte y resurrección simbólica.
Once (11) años, once (11) meses y once (11) días fue lo que duró el trabajo del
Maestro CVV, desde que recibió en 1910 (1+9+1+0=11) a las Energías de Síntesis
hasta que dejó su cuerpo físico en 1922.
La capacidad de alcanzar la iluminación espiritual del once (11), que se vuelve
una realidad en el mundo material a través del veintidós (22), influye positivamente
en la vida circundante por mediación del treinta y tres (33). La magnitud del sendero
del hombre está resumida en la esencia de estos tres -3- números maestros.
Para traspasar la altura de la comprensión espiritual “encarnada” en el once (11)
y dar con niveles más amplios e inclusivos, primero se debe conseguir en el contexto
material la sabiduría esencial del veintidós (22). La etapa final, atribuida a la realidad
66
divina de un verdadero Maestro, requiere de un impulso sobrehumano de realización.
Facultad simbolizada por el treinta y tres (33).
Treinta y tres (33) es la sumatoria de los veintidós (22) senderos más las once
(10+1, 11) esferas que componen al Árbol de la Vida (Plano del Universo). También
es la cantidad de vértebras que tiene la columna humana y, véase la relación, el grado
más elevado por alcanzarse en la Masonería, organización ceremonial y de tipo
ritualista asociada a la Magia.
La astrología esotérica dice que hay setenta y dos (72) “planetas” en nuestro
sistema solar, la mayoría de los cuales no están en el reino de la visibilidad. En este
contexto, contienen las Escrituras Védicas “mantrams” para treinta y tres (33) de
ellos.
Conforme con la tradición, treinta y tres (33) Arhats constituyeron la jerarquía
que, en sus inicios, ha diseminado el budismo por el mundo. Asimismo, treinta y tres
(33) son los Seres de Luz o dioses principales: “Mitra” y “Varuna”; doce (12)
“Aditias” o “Devas” de la Radiación; once (11) “Rudras” -“en cada Plano”- o
“Devas” de la Vibración y ocho (8) “Vasus” o “Devas” de la Manifestación.
“El conocimiento védico deviene experimentando a los “Rudras” en todos los
aspectos en el Plano físico, emocional y mental. Cuando los 33 “Rudras” se realizan
se dice que uno es un gran Ser”. -Maestro K. P. Kumar-
Para la argentina Alejandra Casado, los números que repiten cifras: 11, 22, 33,
44, etcétera son maestros porque, en cada Plano, representarían al observador del
futuro y al observador del pasado, equiparados y neutralizados en la trascendencia.

La gravitación en términos físicos (la capacidad de un cuerpo, debido a su masa,


de doblar el espacio-tiempo y atraer hacia sí a otros entes) o en lenguaje esotérico:
“Karma”, siendo la “fuerza más poderosa” del cosmos -a modo de Ley-, todo lo
Ordena. Y así, organiza la distribución básica de la “expresión objetiva” ostentando
la capacidad de “gobernar”, tanto las excelsas galaxias (el Macrocosmos) como la
miniatura del mundo cuántico (el Microcosmos).
Apuntalados en la analogía propuesta, hagamos un alto y advirtamos lo que el
teósofo William Q. Judge expresa al respecto: - “El Karma opera sobre todas las cosas
y todos los seres, desde el átomo infinitesimal hasta Brahma. Actuando en los tres
mundos de seres humanos, dioses y seres elementales, ningún punto en el universo
manifestado, está fuera de su alcance”.
Siguiendo con la teoría de Haramein, subsistiría en el “Vacío” -que para la
metafísica hindú aloja en su misterio la Primigenia y Triple Cualidad de la Naturaleza
o “Gunas”- una intensa preponderancia cohesiva que aproxima -por su poder
67
gravitatorio- todo hacia el Centro de Su Singularidad -punto que no pertenece a un
espacio-tiempo particular-. En arreglo a la hipótesis de Haramein, existiría un
pequeñísimo “agujero negro” (vórtices de información en el Campo; inmensa
densidad y Semilla de la Creación) en cada uno de los átomos del universo. A partir
de lo dicho, quizá, se podría acobijar la idea de que la “Fuente o Raíz de la Luz”
(luminiscencia objetiva de las galaxias) se esconde en el Corazón -“Vacío”- de cada
partícula.

Ahondando en lo expuesto desde una mirada filosófica, asumimos que la idea


esotérica que se evoca cuando se hace referencia a la “Consciencia de Krishna o de
Kapila” (ambas palabras significan oscuro) tiene que ver con “Aquello Inmutable,
Infinito e Incognoscible, que subsiste atemporalmente como Trasfondo y Sustento”
de las innumerables Emanaciones Kósmicas.
Sería nutricio meditar en lo dicho y considerar: 1- lo desarrollado hasta aquí
respecto de la Gravedad (“teoría de la gravedad cuántica de bucles”, que trataría de
una distorsión del espacio-tiempo-); 2- lo comentado sobre la Singularidad, en cuanto
a “zona” donde no se puede definir magnitud física relacionada con los campos
gravitatorios, tales como la curvatura u otras; y 3- la afirmación ocultista: el Espacio
pulsa y se tiñe de “Karma”. La ciencia proclama, en un sentido, una idea similar al
asegurar que el espacio contiene propiedades y no es meramente una simple
abstracción.
Propone Nassim Haramein, que los átomos (más que partículas concretas
podrían considerárseles ondas -dimanando hacia el “entorno”-, que por
características propias: influencian y se ven afectados por el contexto) contendrían, y
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en esencia serían, diminutos agujeros negros que acobijan en sí mismos la totalidad
de la información de universo. De igual modo, indica que en su núcleo los protones
(vibración con una “carga mayor o más densa” que la comprendida en el “espacio
contiguo”) circundarían entre sí a magnitudes cercanas a la velocidad de la Luz. Tal
movimiento generaría la misma cuantía de energía que la atribuida por la mecánica
cuántica (en su línea ortodoxa) a la “fuerza nuclear fuerte”. En orden a la teoría de
unificación propuesta por Haramein, la fuerza nuclear fuerte sería el efecto
gravitatorio derivado del electromagnetismo -oscilación del espacio-.
Con lo formulado abogamos mostrar principalmente dos cosas: 1- la naturaleza
de todo lo que existe es el “Vacío”; 2- el fruto de este “Potencial Creador” no es otra
cosa que “Luz” y como tal, Energía Inteligente y Omnipresente (Consciencia).
Afirma el físico que a partir de los agujeros negros-blancos, uno en el centro y
el otro en la periferia, desde los cuales se absorbe e irradia información en una
retroalimentación continua, se concibe la materia. Átomos, que en avenencia a las
cualidades magnéticas con que se han de gestar (a las que se podría relacionar con el
aspecto Alma del elemento pues da características propias a ese ente), se
conformarían entonces los distintos componentes del universo. En consonancia con
esto, aparentemente, se encuentra en el centro de cada galaxia -la astrofísica
testificaría lo mismo- súper masivos agujeros negros.
Una idea equivalente plantea el ocultismo cuando asevera que en el Universo
hay un Centro de gravedad Primordial, en tanto expresión “Kármica”, ocupado por
el aspecto Superior del Logos al que se le suele denominar “Sol Espiritual Central”,
desde donde creando el necesario “desequilibrio en el Espacio”, emana la Séptuple
Corriente de Energía o Cualidades Psicológicas de la Consciencia Divina.
Afín a la teoría, los agujeros negros (aspecto que no se logra ver de manera
directa) se caracterizan porque en ellos la materia se hallaría comprimida hasta
confinarse en una región inimaginablemente pequeña (o singular), lo cual implica
que la densidad en su interior se muestra cuasi infinita. Según algunos postulados
clásicos, aquello que caería dentro del horizonte de sucesos de cualquier agujero
negro es “tragado”, “devorado” hasta un punto que podríamos denominar “sin
retorno”. Ni siquiera la luz escaparía del fenómeno. En la periferia del agujero negro,
se supone que se aloja la información -memoria- de lo que entró en él.
Ahora bien, de acuerdo con Haramein, técnicamente al universo se lo supondría
un inmenso agujero negro. Empero, no habría sólo agujeros negros. Por un obvio
entendimiento de compensación, en todas las escalas, también esos mismo “centros
oscuros” o singularidades revelarían su semblante complementario irradiando el
material necesario para la formación de galaxias, estrellas, planetas y demás cuerpos.
69
Tengamos en cuenta, igualmente, que en el marco de la ciencia unificada los agujeros
negros no son considerados “monstruos” que embullen y destruyen todo a su
alrededor, sino como fuente de la mecánica que produce las estructuras que generan
la vida.
El flujo toroidal trataría sobre el patrón de movimiento que existe a cualquier
escala. Los Toroides en la forma de átomos, astros, nebulosas, etcétera, serían el mero
espacio reduciendo su vibración de forma auto-recursiva que, interconectados
mediante una espiral de aceleración y desaceleración -a la que llamamos agujero
negro/blanco- se organiza cuan eterna fuente de vida. Acorde a lo planteado por
Haramein, los agujeros negros-blancos se constituirían en las usinas de la energía y
materia del cosmos.
Desde una postura esotérica, estos misteriosos vórtices (singularidades) podrían
ser considerados, además, en cuanto a “Centros Layas”. Núcleos o espacios de
completo equilibrio en los cuales cesaría toda diferenciación, pero que a su vez
constituirían nexos o dinámicos canales que, a semejanza de lo que acontece por
mediación de los “Chakras” (puntos focales de energía) en el ser humano,
interconectan y alimentan a los distintos Planos y Sistemas.
H. P. Blavatsky escribió en el primer tomo de La Doctrina Secreta, que un
“Punto Laya” es un Espacio donde la sustancia se vuelve homogénea e incapaz de
obrar o dividirse.
Asume el físico suizo que la Singularidad que se organiza en diversas escalas -
se hallaría en el átomo, el ser humano, el Planeta, el Sol, la Galaxia, etcétera- está
intervinculada.
“Sólo existe una Fuente, obscura en Sí Misma, que hace que todo brille. Ella
misma no percibida, causa la percepción. Ella misma no pensable, causa el
pensamiento. Ella misma No Ser, da nacimiento al Ser. Ella es el trasfondo inmutable
del movimiento. Una vez que usted está ahí, usted está en casa por todas partes”. -
Nisargadatta-

Recordemos, una vez más, que para la Enseñanza Oculta nada subsiste separado
y que “Karma” (gravitación universal, “Tela” del espacio-tiempo), siendo el
Principio Supremo de la Manifestación Divina: a la totalidad permea, guía e
impregna. Sobre una idea semejante reflexionó Paramahamsa Yogananda cuando
afirmó que al igual que una misma electricidad alimenta la inmensa variedad de luces
y maquinarias de una ciudad, la Energía Kósmica se manifiesta en las piedras, las
hierbas, los animales, los elementos y el ser humano. Posiblemente, lo aventurado
hasta aquí se vincule con el comentario del Maestro E. K., en cuanto a que la
70
Consciencia ilimitada se “condensa” en “Kundalini” (la Serpiente de Sabiduría) y
permanece en la forma -con arreglo a la dimensión correspondiente-, nutriendo desde
el átomo hasta el Logos Galáctico. La “Kundalini” encarna al verdadero polo
negativo de la Existencia, al puro Espíritu vibrando en su frecuencia más baja.

En el “sendero” de “Raja Yoga” (Ciencia Regia del Alma), la individual


“energía vital” de modo gradual se eleva y une con la planetaria, luego sintoniza con
la de los demás mundos del Sistema hasta ascender a la Fuente Solar e ir más allá;
desplegándose completamente en la identificación con la “Kundalini Kósmica”, para
así realizar la Experiencia simultánea en los diversos Planos de la Naturaleza
(vivenciar la Unicidad). Urano estimula el movimiento para incitar al ser a salir del
cuerpo, dilatarse y experimentar mejor. A esto los yoguis lo llaman la elevación del
poder de la Kundalini. La fuerza gravitatoria se neutraliza para hacer posible que los
seres superen la restricción inherente a la forma y comprendan la Síntesis.
Lo descripto está simbolizado y sintetizado en una de las imágenes de Shiva, el
Señor, en la que se distingue al Sagrado río Ganges brotando de su cabeza. Para el
Esoterismo, la ilustración referida representa a la Fuerza de Vida, “Fohat”, o según
la denominamos anteriormente la “Kundalini Kósmica”, que emanando de la Mente
Divina aúna y nutre a la multiplicidad de cosas en conformidad con la cuantía
energética que le atañe.
“La Síntesis es el Trasfondo de cada existencia. La comprensión de todos los
Planos de Consciencia que el hombre puede experimentar recibe en Sánscrito el

71
nombre de Yoga. En consecuencia, Yoga no significa tan sólo unión o unidad, sino
Síntesis”. -Maestro E. K.-
Ciertamente, la expansión propuesta es una facilidad, una capacidad, que sólo
la Naturaleza ofrece al hombre. Las Escrituras Sagradas del mundo destacan la
importancia y bendición de nacer como ser humano pues constituiría el único Reino,
incluyendo a los ángeles, que cuenta con el potencial de experimentar todos los
posibles estados de la Consciencia (codificados, por ejemplo, en los Arcanos del
Tarot). En el Bhagavad Gita afirma el Señor Krishna, que ni aún los “Devas” le
conocen completamente.

Antes de proseguir añadiendo otras dimensiones a nuestro recorrido y a partir


de algunas cuestiones planteadas, nos parecería práctico y fértil trazar algunas
analogías. Tomando tres correspondencias se hace factible interpretar a:
1- La Mónada, el Soplo o Aliento de Vida, siendo Una y lo Mismo con “Todo
Lo Que Es”, por equivalencia en la dimensión espiritual de los agujeros negros
(cuerpos de suprema densidad en los que la gravedad se asume infinita y el tiempo
dejaría de existir) en el horizonte físico y en tanto Singularidad desde la que emana
cualquier posible luminiscencia y el “fin” hacia donde cada cosa retorna.
Entre las fases lunares lo mencionado atañería al novilunio, época de mayor
oscuridad objetiva (aunque de superior iluminación subjetiva) y mareas más intensas,
favorable entre otras cuestiones para comenzar alguna empresa. Esotéricamente, se
nos dice que los momentos de la Luna nueva (símbolo de la Mente abstracta o interna)
son en especial propicios, a partir de la interiorización, para limpiar el vehículo
emocional, establecer el contacto Monádico y fortalecer el vínculo con el Centro
Planetario -donde la “Voluntad de Dios es conocida”- denominado “Shamballa” -
lugar de Paz- en ciertas Escrituras Sagradas.

72
2- el Alma, cuya analogía es la Luz que surge de la “Consciencia del Espacio”
(Mónada) y se organiza en la dimensión Macro a partir de Centros Solares -Ejes de
sus respectivos Sistemas-, en el grado humano a modo de autoconsciencia y en la
escala atómica como condición, vibración y movimiento. Flujo que penetra la
sustancia y produce la cohesión, dispone la forma e interacciona invitando a la
peculiar combinación de los componentes.
El Alma, siendo entonces la cualidad de cada ente, dentro del enfoque científico
sería la configuración de la nube de electrones que circundan al núcleo, debido a que
esta nube determina la particular naturaleza de cada átomo y la sensibilidad en la
materia (“Anima Mundi”). Lo que diferencia un átomo de otro es la geometría: la
cantidad, el orden, el peso y la medida.
En cuanto a la fase lunar, la correlación con este segundo punto la hallamos en
los plenilunios. Etapa de superior claridad y radiación en el mundo fenoménico.
Lapso de mareas altas, de cumplimiento de metas y de mayor cantidad de
alumbramientos, entre otros temas. Durante la Luna llena (insignia de la mente
objetiva o concreta) la afluencia de energía se vuelve muy intensa y la impresión de
la peculiar Constelación Zodiacal por donde en ese mes transita el Sol, en su derrotero
anual, es completa debido a que el “satélite de la Tierra” (astro esotéricamente
considerado “muerto”, que muestra sólo una cara a nuestro planeta) hace de espejo
del espacio sideral. Circunstancia, desde luego, que por mayor abundancia de fuerzas
favorece la emocionalidad y la pérdida de orden. Se suscitan y es estadístico, el
acrecentamiento del número de accidentes. Por otro lado, cuando la oportunidad que
representan los Plenilunios es bien empleada, relatan algunos Escritos Esotéricos,
colabora para la construcción del primer tramo del “Antahkarana Sarira”. Es decir, el
nexo u órgano interno que favorece el acercamiento para con: 1- el propio Maestro;
2- la Jerarquía Planetaria o Gobierno Interno del Mundo (“Ashrama” de Sanat
Kumara, Señor del Planeta) y 3- el Ego espiritual.
Cuando acontece el Plenilunio, ilustra el Maestro K. P. Kumar, quiere significar
que el Sol y la Luna se encuentran en entendimiento perfecto para que la Tierra tenga
su resplandor completo. Por eso, aconseja el Maestro, en nosotros cuando la Luna
llena se enciende (sea en el cielo a nivel planetario o en los movimientos de la propia
carta natal) debemos también intentar sentir la Luz en la totalidad de nuestro sistema.
Se recomienda la disciplina tanto en el plano objetivo como subjetivo en estos
importantes días, juntamente con la meditación grupal.

Explica el Maestro Djwhal Khul en sus libros, en los momentos de la Luna


nueva y la Luna llena los miembros de los “Ashramas” meditan profundamente de
73
manera invocadora y evocadora, pues así, en condiciones creadoras, la gloria que está
oculta en la forma es traída y llevada lentamente a la manifestación exotérica.
En tiempo y espacio, existe entre el Alma (“Nephesh” de la Biblia) y su reflejo,
el yo vestido de piel, “una brecha” que debe ser salvada. Por esta razón, es que se
construye el puente que une la mente inferior o concreta con la Superior o abstracta.
Es por medio del proceso inherente al trabajo evolutivo que, finalmente, se logra
superar la fuerza gravitatoria de la Tierra (“Karma”) y pasar del Plano del
pensamiento tridimensional a la consciencia “Búddhica”. Para edificar el necesario
lazo de Luz son requeridos: el impulso interno (voluntad), el adecuado conocimiento
-fina discriminación- y la relativa actividad. Una vez que la relación entre las
polaridades (Ego-personalidad) se ha cimentado, el Ángel Solar puede empezar a
expresarse en los tres mundos cada vez con mayor intensidad. Con el correr de los
ciclos y de modo paulatino, se va acrecentando tal asociación hasta que se consiga
vivir en el campo físico en comunión con el Ser Superior: “Aquel que en Verdad
Somos”. Sobre lo comentado, probablemente, hizo referencia el Maestro Jesús
cuando, según los evangelios canónicos, indicó: - “Estén en el mundo, sin ser del
mundo”.
Hemos de notar que el trabajo de interiorización propuesto para los Novilunios
y Plenilunios permitiría neutralizar los efluvios nocivos e influencias psicofísicas del
cuerpo lunar convertido -alecciona la Sabiduría Esotérica- en “cadáver”, hace eones,
tras cumplirse su Período en la Tercer Cadena de nuestro Esquema, cuando transmitió
sus Principios a la Tierra actual. Por tal motivo, no se recomienda meditar bajo el
influjo directo de los rayos de la Luna porque cristalizan las corrientes etéricas y
desvitalizan el sistema energético.

3- la Forma con que se revisten y estructuran los múltiples objetos manifestados


y constituidos -por lo menos en apariencia- de “compacta materia”, a modo de
analogía de la efímera y variable personalidad. En tanto contorno o instrumento más
externo y superficial de la Creación. Asumiéndose a la Creación como Emanación o
proceso autogenerado.
Aspecto asociado también a las cambiantes fases lunares (crecientes y
decrecientes) que se vinculan con el clima, el comportamiento de las plantas, el fluir
de las mareas, los períodos de fertilidad, la siembra, la disposición energética,
etcétera. Inclusive, las fases de la Luna encontrarían correspondencia con los catorce
(14) “Manvántaras” de los que habla la Filosofía Oculta, la constante transformación
de las cosas (no involucra pérdida de energía, pues en el cosmos rige el edicto de
conservación de la materia) y los mutables humores que guarda la mente, por lo tanto,
74
con la Ley de Ritmo (Principio compensatorio que armoniza, vía el flujo y reflujo de
las energías, la diferencia en grados de los polos opuestos).
Tengamos en claro, tema para continua indagado, la influencia gravitatoria que
ejerce el satélite natural de nuestro planeta, en cuanto a sus múltiples modos de afectar
a la Tierra y a sus seres.

Brevemente, aclaremos algunas cuestiones sobre aquello que los Libros


Esotéricos comunican respecto de los “grandes Períodos”, procurando encontrarle al
tema, quizá, cierta índole de carácter práctico.
Conforme con la Bibliografía Oculta, existe una correlación energética entre las
distintas fases del ciclo lunar y los catorce (14) “Manvántaras” (período tutelado por
un “Manu” o Patriarca, en cuanto a un tipo de Pensamiento en la Mente del Creador).
Catorce (14) “Manvántaras, con sus respectivos descansos o intervalos
(“Sadhies”) presididos por catorce (14) “Manus” (dos por cada una de las siete
Rondas -siete raíces: la causa primera; siete semillas: sus efectos-) darían lugar a “un
Día” de Brahma, llamado “Kalpa”. Un Día de Brahma (“Maha-manvántara”)
equivaldría a Siete (7) Rondas de una Cadena Planetaria o 4.320.000.000 años
terrestres.
Un “Kalpa” -mil (1.000) “Mahayugas” o excelsas edades- sería, para el Maestro
Djwhal Khul en “Tratado sobre Fuego Cósmico”, el lapso que media entre una
conjunción de todos los planetas sobre el horizonte de Lanka, en el primer grado de
Aries y su subsiguiente similar. Trescientos sesenta (360) de estos días, con sus
respectivas noches (oscuración o períodos de descanso cuya duración es siempre
igual al plazo de actividad) concertarían un año de Brahma. Cien (100) de estos años

75
conformarían una “vida del Creador”. Una vida de Brahma constituiría un día de
Vishnu y toda una existencia de este último, un día de Shiva.
Acorde a los cálculos revelados por los Sabios Videntes, setenta y dos (72)
“Mahayugas”, aproximadamente, siendo cada uno de estos “Mahayugas” la
sumatoria de un “Kali Yuga”, “Dwapara Yuga”, “Treta Yuga” y “Krita Yuga”,
constituiría el tiempo de regencia de un “Manu”. En la actualidad estaríamos en la
edad oscura -Kali Yuga-, terminando el “Mahayuga” número veintisiete (27 -espejo
del 72- ) del séptimo “Manu” (Progenitor Divino), nombrado “Vaivasvata” en las
“Escrituras hindúes”. Sería este “Manu” quien desciende por mediación del Principio
Lunar -Fuente de la Mente de la Tierra y del ser humano-. Principio representado por
el satélite que gira derredor del planeta.
Por “La Doctrina Secreta” sabemos que el número de años pasados, desde el
Dhyan Chohan, conocidos en India como Manu Vaivasvata -Pensamiento
inaugurador del Manvántara humano de nuestro planeta D (globo físico), en la Ronda
presente- hasta la actualidad rondaría por los 18.618.725 años.

“La Almas que cruzan la muerte entran en el barco celestial llamado


popularmente el “Arca de Noé”. Es el arca de Manu. El Manu raíz transporta a las
Almas realizadas, como semillas para el siguiente Manvántara. Desde el Manu raíz
al Manu semilla, dichas Almas realizadas son llevadas para dar cumplimiento al Plan
Divino”. -Maestro K. P. Kumar-
Cuatrocientos treinta y dos (432) se erige cuan patrón base de la Naturaleza, ya
que da cuenta de las tres dimensiones del espacio más una cuarta, el tiempo. Cifra
que determina la relación entre la duración de cada “Yuga” o edad. Tema, el
presentado en este apartado, que abordaremos nuevamente avanzando en nuestra
exploración.
De la misma forma en que el despliegue de las siete (7) primeras fases lunares
(del novilunio al Plenilunio) y las siete (7) últimas (de la octava a la décimo cuarta,
que se suceden en la dirección contraria) predomina el lado con sombra de la Luna
por sobre el de luz; los “Manvántaras”, en su excelsa escala, representarían un fractal
del mismo proceso. Por otra parte, y siguiendo el desarrollo lunar, desde la octava
fase en su camino ascendente y hasta la séptima en la línea descendente existe una
medida mayor de luminiscencia que de oscuridad.
En función a lo indicado en el párrafo precedente y en orden a la Ley Hermética
de Analogía, subsiste la posibilidad, dado que la “Totalidad del Tiempo” se sintetiza
en el “Ahora”, de trabajar conscientemente durante los días de superior luz y atraer
estados de evolución correspondientes a etapas futuras. El discipulado trata sobre
76
experimentar, en la actualidad, pautas de perfeccionamiento atribuibles a ciclos
venideros.
Si al número de fases lunares que se suceden entre la Luna nueva y la llena le
añadimos el respectivo novilunio y plenilunio -principio y fin- obtenemos dieciséis -
16- (cantidad de años que aparenta tener, cuando se antropomorfiza, la “Madre del
Mundo”). Valor que al ser reducido da siete (1+6 = 7). Cuantía (siete -7- 1+3+3; 3+4
- ) de Planos, con igual cantidad de subplanos, que compondría a la Manifestación,
Dios en la Creación.
Puede observarse relación, aunque en proporciones diferentes, entre el valor
mencionado (16) y Φ (1, 6…). Número áureo (“Φ”) y pilar sobre el cual se organizan
las formas de la naturaleza.
Además, 2.160 (72x30) (en otra dimensión -432: 2 = 216- ) son los años que
demora el recorrido de la precesión del equinoccio en pasar de un signo a otro y la
cantidad de millas (1,6 km), aproximadas, que de diámetro tendría el cuerpo lunar. Si
a 2.160 lo multiplicamos por 12 llegamos al tiempo total necesario para completar
una vuelta entera al zodíaco. 25.920 son los años -precesión de los equinoccios-
requeridos para cumplir un ciclo planetario menor.
En otra escala, encontramos una sugestiva analogía. Según se ha determinado,
en promedio y en estado normal, aproximadamente, respiraríamos dieciocho (18)
veces por minuto. De multiplicar este valor por la duración en horas de una jornada
(18x24) daríamos con 432. En sesenta (60) días, cifra que enlaza las cualidades
jupiterinas de expansión con las saturninas de contracción (12x5 o 30x2 = 60),
alcanzamos 25.920 inhalaciones y exhalaciones.
Por otro lado, para nuestra sorpresa y en correlación con lo que venimos
señalando, el diámetro del sol, con aproximadamente 864.000 millas, podría
reproducir el mismo patrón pero en un grado superior. 432 x 2 = 864.
86.400 (60x60x24) son los segundos que hay en 24 horas. Cantidad que al
dividirla da 43.200. Duración en segundos del día (12 horas o 720 minutos de luz
solar) y de la noche en el ecuador durante los equinoccios.
Recapitulemos. Tratados místicos especifican que nos hallaríamos cursando la
Era de Hierro o “Kali Yuga” a finales del “Maha Yuga” número veintisiete (27) del
séptimo “Manvántara” -regido por el “Manu Vaivasvata”-, en el primer Día
(“Kalpa”) del Año cincuenta y uno (51) de Brahma (El Creador). En otros términos,
nos encontraríamos atravesando la sexta subraza de la quinta Raza Raíz (la Aria -
noble-), del cuarto globo de la cuarta Ronda, de la cuarta Cadena del Esquema
Terrestre, de la Segunda encarnación -expresión Sistémica de Segundo Rayo- del

77
Logos Solar (Presencia responsable de sostener el Patrón o Modelo Divino del
Sistema Solar).
El Universo en el cual nos movemos, vivimos y tenemos el ser ha atravesado la
mitad de Su Ciclo de Encarnación. Se encuentra iniciando Su re-direccionamiento y
está encaminándose en Su Sendero de retorno a La Fuente.

Valioso sería meditar sobre los aspectos señalados y sus correspondencias,


aprovechando los distintos momentos lunares para el inteligente y práctico trabajo
interno y grupal. Tengamos presente que, esotéricamente, la Luna es el símbolo de
“Manas” inferior, de la envoltura vital o doble etérico y del pasado en cuanto a
experiencia “Kármica”. Asumiendo una mirada oriental, la noble guardiana de los
sueños encarna al Principio Materno: “Soma”.
Desde la aparente nada -novilunio- nace algo -fases lunares-, proceso que vía
ciertas etapas consuma su externalización en el Plenilunio, para retraerse de manera
gradual en la subjetividad. Esta rítmica circulación se despliega en las muchas escalas
o fractales de la Naturaleza.
De Luna nueva a Luna llena -en la medida que la luz crece en la bóveda celeste-
se aconseja trabajar en el desarrollo de alguna virtud o noble ideal y en la construcción
del vehículo de luz. En el período opuesto, en los catorce días que transcurren de
Plenilunio (oposición) a Novilunio (conjunción), con la mengua de luminiscencia en
el cielo, se recomienda enfocarse en la eliminación de un vicio o hábito nocivo y en
la depuración del cuerpo de deseos. Juntamente con los dos momentos señalados para
la contemplación personal y colectiva, las octavas y onceavas fases (a partir de las
que se configuran cuadraturas, trígonos y sextiles) serían propicias para el trabajo
esotérico.
En lo relativo a la octava fase, cuando la Luna está mitad iluminada y mitad
oscura, proporciona la mejor situación para experimentar el esplendor de la materia
y del espíritu con una consciencia óptima. Es un período apropiado para la
contemplación, buena para la materialización y la meditación. La quinta fase lunar
descendente es importante para el Maestro K. P. Kumar porque equivale, en cuanto
al grado de luz, a la onceava. Facilita la armonización sin esfuerzo. Se la considera
benéfica para la espiritualización, sagrada y favorable en general.
“La 11ª fase de la Luna es una gran oportunidad para la sanación y existe una
buena alineación entre el Sol y la Luna globalmente. Así que es un día excelente entre
las fases de la Luna. La 11ª fase de la Luna nos permite estar en armonía sin esfuerzo.
Entre todas, la fase 11ª de la Luna es la mejor. Es por eso que el Señor Krishna dice
en el Bhagavad Gita: - “Entre las fases de la Luna, Yo Soy la 11ª fase de la Luna”.
78
A la undécima fase lunar se la considera la más apropiada para relacionarse con
la Divinidad porque se da un buen aspecto entre la Luna, el Sol y la Tierra mediante
el cual atraemos energías muy cordiales, armoniosas y agradables con las que se nutre
nuestro sistema. Por esta razón cuánto más un aspirante trabaje con la Luna Llena
también estará trabajando con la Undécima Fase Lunar. Es benigna para la
espiritualización, es sagrada y buena para la meditación. La 11ª fase lunar ascendente
de cada mes es dedicada al Segundo Logos Vishnu, quien nutre, conserva, protege y
desarrolla a los seres”. -Maestro K. P. Kumar-
Asimismo, a la quinta fase lunar se la toma por auspiciosa ya que el número
cinco (5) está relacionado a muchos aspectos de la Creación: 1- cinco elementos; 2-
cinco “Pranas”; 3- los cinco órganos de los sentidos; 4- cinco sensaciones; 5- cinco
miembros para la acción; etcétera.

Hoy en día hasta el campo de las neurociencias se ha encargado de observar la


relación de la Luna con las emociones y los comportamientos. Dentro de este cuadro,
el médico Mark Filippi, científico especialista en el método somático, explica el
vínculo entre las fases lunares y la excreción de cuatro de los neurotransmisores
básicos que se encuentran en el cerebro humano: serotonina, dopamina, acetilcolina
y noradrenalina.
Debemos estudiar la clave de los Ciclos y aprender a sintonizar el pequeño
sistema con la Red mayor. Los ritmos que se alinean con la Naturaleza se llaman
“buenos hábitos” y promueven efectividad y felicidad. Circunstancia que involucra
ordenarse en adhesión a las “Leyes de la Creación”. Lo que en otros términos
significa, de acuerdo con Dan Winter, el alineamiento a partir de la proporción áurea
entre dos niveles o escalas. También representa que una onda vibratoria pequeña (la
mente del hombre), por fractalidad, encaje de forma perfecta (lo que sería una manera
científica de referirnos al amor) con otra mayor (la Mente de Dios). Suceso que de
manera natural acarrearía implícitamente progreso, enriquecimiento de las
experiencias, florecimiento y hasta la emergencia de la Bienaventuranza.

La posibilidad de incorporar y vivir según la “Ley” (Impulso Espiritual,


Inteligente y basado en el Amor del Ser en quien vivimos, nos movemos y tenemos
nuestra existencia), ajustándonos a las energías de cada etapa, es una facilidad que
brinda la Vida para el desarrollo consciente.
“Lo que es oscuridad para el hombre mundano es, por consiguiente, la
verdadera Luz del hombre espiritual. Lo que es oscuridad para el ojo físico no es sino
verdadera Luz para el tercer ojo, que se despierta en nosotros cuando la mente se
79
funde en el interior. El momento clave de esta Luz subjetiva es la Luna nueva. Por
eso, se dice en el comentario (“Satapadha Brâhman”) que la Luna nueva es la puerta
entre el hombre exterior y el hombre interior, mientras que la Luna (mente) es el
cerrojo.
El Sol y la Luna actúan a partir de sus ángulos aparentes, vistos desde la Tierra,
como verdaderos símbolos de subjetividad y objetividad del ser humano. La Luna
nueva y la Luna llena indican los reflejos subjetivo y objetivo del hombre interior”. -
Maestro E. K.-

80
Arquitectura y latido
La energía fluye y refluye -la balanza oscila-, circula según un esquema
eficiente en el cual no hay derroche, escasez ni dependencia. La responsabilidad por
el uso de los recursos es Ley en el Universo.
Las matemáticas se hallan inscriptas intrínsecamente en el Espacio. El Sistema
es completo, se ajusta, gestiona y sostiene por Sí Mismo. La Triple Fuerza (1-
Creadora, 2- Preservadora y 3- Destructora o Transformadora) trabaja al unísono,
dinamizándolo todo.
Existe, por lo menos así dan cuenta las Ciencias Ocultas y entre otros científicos
Nassim Haramein, una geometría fundamental e inherente al Espacio. No hay
aleatoriedad en el Kosmos. La integridad se mueve acorde a un Supremo e Imperante
Designio.

Entendemos que lo planteado por Haramein, sobre lo que hicimos referencia


páginas atrás, estaría ligado con la teoría de los Toroides. Modelo primario de la
Naturaleza y fuente de ilimitada, libre y limpia energía, que a modo de “Huevo
Áurico” y conforme con la proporción áurea -donde entra y sale información en un
constante movimiento de retroalimentación-, se montaría sobre una Matriz Isotrópica
de Vectores (geometría elemental del Vacío), constituida por un “doble tetraedro
invertido” (expresión de las complementarias fuerzas “Yin-Yang”).
En tres (3) dimensiones esta estructura (la Matriz Isotrópica) se encuentra
sostenida desde la disposición estable de un cuboctaedro (vector de equilibrio,
singularidad, punto cero o silencio). Sólido de Arquímedes (con doce -12- vectores
que irradian desde el centro y otros doce -12- exteriores, de la misma longitud, que
mantienen la estructura) compuesto por seis (6) medios octaedros y ocho (8)
tetraedros, que representarían la condición última y perfecta en la que el despliegue
de la energía llega a un estado de absoluto balance.

81
Matriz Isotrópica

Haramein, en sus primeros estudios, postuló que el estado de equilibrio


geométrico dinámico del vector de equilibrio es la clave para describir las
fluctuaciones de la energía del vacío a nivel cuántico. A partir de este concepto, se
podría comprender la naturaleza del “campo de píxeles” de la Unidad Esférica de
Planck (PSU) en su estado fundamental primario.
“El vector en equilibrio es la verdadera referencia cero de las matemáticas
energéticas... la fase cero de la integridad conceptual inherente en las asimetrías
82
positivas y negativas que propagan los diferenciales de la consciencia”. -Buckminster
Fuller-

Desde el centro el Ser impertérrito irradia y el “hacer”, cuan actividad implícita,


surge en un creativo, periódico y natural fluir.
En dos dimensiones, la Matriz Isotrópica de sesenta y cuatro (64) tetraedros
(conjunción de ocho -8- estrellas tetraédricas formadas cada una de ocho -8-
tetraedros) se asemejaría a la “Estrella de David” (con sus seis puntas y el centro) o
al emblema por el cual en el hinduismo se caracteriza a “Vishnu”, el Segundo Logos.
Forma, la Estrella -que desde otra faceta sería símil a un cubo- en la que
encontraríamos, entre variados significados: 1- los siete “Chakras”; 2- los siete
Kumaras (Hijos de la Virgen); 3- los siete Planos; 4- los siete cuerpos. Muchos
patrones se detectan a partir de simples relaciones matemáticas que puede obtenerse
al asignárseles números a los vértices y al centro del par de triángulos entrelazados,
que componen la insignia también reconocida como parte del mágico sello de
Salomón. Por otro lado, de proyectarse hacia abajo sobre el plano, la imagen de la
Matriz Isotrópica de vectores (configuración que, para Haramein, se reproduce
fractalmente desde lo extremadamente pequeño a lo inmenso), la sombra que aparece
es la inherente al armazón de la “Flor de la Vida”.
“La rejilla en 3D de la Flor de la Vida es la geometría que adoptan las formas
de onda esféricas, oscilantes y superpuestas a escala de Planck del vacío cuántico
(Unidades Esféricas de Planck), que componen la estructura a la que llamamos
protón. Es decir, todos los átomos y por extensión, toda la materia del universo”. -
Resonance Science Foundation-

Aclaremos el panorama. Respecto del Toroide (esfera en movimiento que


sostiene a la actividad en su multiplicidad de escalas), el científico y filósofo Arthur
83
Young explicó que es el único patrón de energía, que estando hecho de la misma
sustancia que el entorno -como el tornado, un anillo de humo en el aire o un remolino
en el agua-, puede sostenerse a sí mismo. Trata de una forma fundamental -
singularidad- que, reproduciéndose en todos los grados, se despliega a partir de un
centro o espacio de disponibilidad -vacío o plena quietud-, desde donde se gestaría la
materia y expandiría el universo. Sería una configuración cardinal, energética y
funcional (“yantra” u organización externa de un proceso de desarrollo interno), el
doble Toro, que tendiendo hacia la auto-regulación y siendo sustentable por sí mismo:
se manifestaría en el horizonte galáctico, solar, planetario, humano y atómico.
La dinámica citada, siguiendo un desplazamiento dual y en espiral de expansión
y contracción simultáneos (ambos polos girarían en direcciones opuestas), estaría
geométricamente interpenetrada por el patrón sagrado de sesenta y cuatro (64) (6+4
= 10) unidades de energía o tetraedros (Matriz Isotrópica de Vectores). Cuantía
equivalente a la cantidad de códigos de aminoácidos en nuestro ADN -compuesto de
cuatro (4) elementos- y al número de hexagramas comprendidos en el “I Ching” o
“Libro de las Mutaciones”. Cifra que a la inversa -cuarenta y seis (46)- equivaldría al
total de cromosomas -veintitrés pares (23)- que tiene una célula humana.
“Para Nassim, el descubrir la geometría de la cuadrícula de 64 tetraedros inició
una comprensión holística, drásticamente nueva de la estructura del vacío. El vector
de equilibrio -que representa un equilibrio vectorial- presente en el centro de la
cuadrícula está rodeado por otro vector de equilibrio en el exterior, que es
exactamente el doble del tamaño que el del centro: las polaridades producen un
equilibrio perfecto de singularidad con una escala fractal en octavas perfectas.
Sorprendentemente, otra forma de lograr dicha configuración consiste en
polarizar a los ocho tetraedros que componen el vector de equilibrio que apuntan
hacia adentro, agregando su mitad a cada uno (creando los 8 tetraedros de estrella),
lo que crea el primer nivel de desarrollo fractal de polaridad equilibrada dentro de la
Matriz de Vectores Isotrópicos de la estructura del espacio: la matriz de 64
tetraedros”. -Curso de ciencia unificada de Resonace Science Foundation, sección 5-

La considerada Matriz Isotrópica de vectores cuenta con ciento cuarenta y


cuatro (144---72+72---24x3---12x12) caras o triángulos en la superficie externa de
su complexión. Cantidad que invita a la reflexión porque: 1- se asume por referencia
de quienes serán salvos -al seguírsela de tres ceros (144.000)- en el Apocalipsis -
Libro de las Revelaciones-; 2- ocupa la duodécima posición, entre los números
naturales, a lo largo de la secuencia de Fibonacci; 3- representa al andrógino divino
(72.000 “Nadis” masculinos y 72.000 “Nadis” femeninos = 144.000 “Nadis”); 4- en
84
la carta natal hay doce signos o formas de expresión de la energía, que al dividirse en
doce sectores “12x12” (de dos grados y medio cada uno -2,5-), llamados
“dodecatemorias”, conllevaría a la comprensión de que en cada parte se halla la
totalidad.
Debido a que cada triángulo -unidad primigenia de toda estructura- consta de
ciento ochenta (180) grados (1+8+0 = 9), si se multiplica esta cantidad (180) por
ciento cuarenta y cuatro (144) (1+4+4 = 9) se obtiene veinticinco mil novecientos
veinte (2+5+9+2+0 = 18----1+8 = 9). Número de años (25.920, o desde otra
perspectiva: 72 --7+2 = 9-- años multiplicado por 360 --3+6+0 = 9-- grados que tiene
el círculo) que, siguiéndose la precesión de los equinoccios, demora en completarse
una vuelta al zodíaco. Conocimiento cosmológico que, además, se ubicaría
encriptado en la iconografía de la “estrella del sur”, la “cruz andina” o también
denominada “Chacana” -escalera de la Tierra al Cielo-. Tengamos en cuenta, junto
con lo comentado, que el nueve (9) es un número -Principio-, que entre distintas
connotaciones se relacionaría con los ciclos y el proceso de la evolución.

La geometría señalada en los párrafos precedentes, igualmente está sintetizada


en: 1- el símbolo de perfección (una cruz dentro de un rombo de ángulos rectos,
contenido este último por un círculo); 2- en el “Sri Yantra” (modelo que representa:
la forma y el poder de “Shakti”, así como las diversas etapas de su Manifestación -
Creación del Universo-); 3- en el dibujo de la “Flor de la Vida”.

85
Emblema, la “Flor de la Vida”, que al igual que la reproducción celular, se
despliega sobre la base de una sucesión binomial y cuya grafía, en cuanto a cada uno
de los círculos que conforman su expresión, sería a su vez una pentaflor. Estructura,
la última, compuesta por diez espirales, cinco girando hacia un lado y otras cinco
girando hacia el otro, de fundamento en la secuencia de Fibonacci y de función
distributiva.
En el simbolismo de la “Flor de la Vida” se articulan: 1- la cualidad inherente
del “Akasha” (Divino Espacio que se convierte en éter en el último e ínfimo Plano,
el terrestre), en cuyo seno se esconde el sostén geométrico de los sólidos platónicos
(formas básicas de la Naturaleza y expresiones de los cinco elementos); 2- el
ordenamiento intrínseco y geométrico del Kosmos; 3- la estructura energética de los
individuos. Según Drunvalo Melchizedek, dicha insignia contendría toda fórmula
matemática y principio de la física, las armonías de la música y cada forma de vida
biológica, nivel dimensional y átomo. Comenta el investigador, existe una relación
entre las leyes físicas y las armonías musicales que podría corroborarse de manera
matemática y geométrica.
“Si extrapolamos la relación de interacción resultante del patrón de interferencia
geométrica de los osciladores de Planck, encontramos que son triangulaciones que
generan geometría tetraédrica y una estructura cuboctaédrica fractal. El lector debe
darse cuenta y tener presente que estos patrones de la estructura del espacio se
producen a un nivel granular extremadamente pequeño, de modo que, si vieras la
86
superficie de un protón, parecería completamente lisa, ya que el patrón es de miles
de millones de veces menor en escala. Esta geometría cuboctaédrica es lo que
Buckminster Fuller llamó el equilibrio vectorial (vector de equilibrio), que fue la base
de su matriz de vectores isotrópicos (IVM), y que él creía que era el modelo
matemático de la creación”. -Curso de ciencia unificada de Resonace Science
Foundation, sección 4-

Durante el desarrollo de la historia humana, la “Flor de la Vida”, distintivo de


contención y fuerza, ha sido evocada por diversas culturas (egipcia, sumeria, china,
india, maya, etcétera) y empleada, entre otros genios, por Leonardo Da Vinci, como
símbolo (signo externo y visible de una realidad interna y espiritual) por medio del
cual poder, sintéticamente, aludir a la Arquitectura y a las Leyes subyacentes de la
Divina Emanación. En este contexto, el ADN -programa organizador de la vida-
emplearía para su funcionamiento tanto la disposición de acumular, que mayormente
promueve la “Flor de la Vida” y el hexágono y la cualidad de distribuir de la
“Pentaflor” y el pentágono. Las facultades por las que se consigue sintetizar la
proteína estarían asociadas con la molécula de fosfato -hexagonal- y de azúcar -
pentagonal-.
“El patrón resultante de la estructura de interferencia de las Unidades Esféricas
de Planck genera el llamado patrón de la “Flor de la Vida” que se encuentra en tantas
civilizaciones antiguas de todo el mundo y que comúnmente es descrito como el
patrón fundamental de la Creación”. -Curso de ciencia unificada de Resonace Science
Foundation, sección 4-

87
En conexión con lo indicado, plantea N. Haramein que el Sol late y mueve por
el universo con los planetas viajando a su alrededor, conformando enormes vórtices
helicoidales. La interpretación del Sistema Solar sería por completo diferente a la
comúnmente conocida. Se pasaría de la concepción tradicional, propia de un
movimiento plano, a una comprensión basada en una dinámica mucho más compleja
y organizada a modo de Toroide. Similar idea estaría involucrada en lo que respecta
a la gravitación, en tanto resultado de la “curvatura” -espiralada- del tejido espacio-
tiempo, por efecto de la torsión del Vacío cuántico. Acota Haramein que la
“deformación” de la “Matriz espacio-temporal” se configuraría acorde a giros
opuestos y complementarios (gravedad -fuerza de atracción- y electromagnetismo -
potencia de irradiación-) de acuerdo a un modelo de doble Toro.
En función a la geometría de la Esfera del Espacio, recordemos que el tetraedro
-huella divina y ladrillo fundamental de la Matriz Isotrópica de vectores- se revela
como el cuerpo más simple que puede existir en tres dimensiones (sistema básico de
la dinámica energética). Es el tetraedro, una pirámide triangular, un poliedro que se
funda a partir de seis (6) aristas y cuatro (4) puntos -vértices- o caras. Número, el
cuatro (4), pertinente a la Dimensión Objetiva puesto que daría cuenta de: anchura,
longitud y profundidad de un cuerpo, conjuntamente al factor tiempo.
Tengamos en cuenta, además, que la Matriz Isotrópica de vectores sería una
disposición que se compone de tetraedros perfectamente apilados, a partir de los que
se forman cavidades octaédricas. Según Nassim Haramein, recordemos, dicha Matriz
se constituiría en la primordial ordenación del espacio-tiempo. La matriz de vectores
isotrópicos, la entiende Buckminster Fuller, como una red de energía cósmica
subyacente y la “fuente” fundamental de todos los patrones y estructuras localizadas.
Las pirámides del mundo reflejan la enunciada y cardinal geometría. Se trataría
de monumentos que, resonando con la trama etérica planetaria, concentran y
transforman la vibración global en energía que puede utilizarse. El complejo ubicado
en la planicie de Giza (gran reloj cósmico), lo mismo ocurre con otras construcciones
megalíticas que se conectan entre sí, se hallan en asociación con distintos cuerpos y/o
regiones estelares.
Vinculado con la mirada esbozada, el científico Richard Hoagland, quien
trabajó numerosos años en la NASA, también ha descubierto en la naturaleza, a escala
de los planetas y de la estrella central del sistema solar, el patrón del doble tetraedro
invertido.
En congruencia con lo explicado y haciendo referencia a la potencia de
objetivación del número cuatro (4), podemos tomar al santo “Tetragrámaton”
(Nombre de Dios de cuatro letras). Denominación que para la Tradición Hebraica se
88
compone de las letras “yōḏ, hē, wāw, hē” (YHWH). Esta mágica palabra es una de
las formas utilizadas en el Antiguo Testamento para nombrar a la “Manifestación
Divina o a la Deidad en la Creación”.
“La etimología del Tetragrámaton se desglosa de la siguiente manera: del griego
'Tetra' significa 'cuatro', como está en las cuatro caras de un tetraedro, y “gramma”
se interpreta comúnmente como 'gramática' o 'letras', y visto como el significado de
las cuatro letras de dios, o YHWH. Sin embargo, Nassim decidió investigar más a
fondo “gramma” y, en consecuencia, descubrió que existe otra raíz de la palabra que
se refiere a “un peso pequeño” dando lugar a las palabras “gramo” para describir el
peso debido a la gravedad”. -Curso de ciencia unificada de Resonace Science
Foundation, sección 5-
En “La Doctrina Secreta”, a dicho término se lo emplea para indicar al “Hombre
Celestial”, el “Protógonos” (Primer Nacido), en tanto “Idea Universal” que engendra
el “Logos”.
El “Nombre de Dios” guardaría, invitamos a meditar en lo concerniente, cierta
correspondencia con el sentido esotérico de la gravedad, en cuanto Principio
fundamental de la Manifestación y con la construcción tanto de la expresión como de
la geometría del “tetraedro”. Dicho sólido platónico, rememoremos, poliedro regular
de cuatro (4) vértices (en cada uno de ellos concurren tres -3- lados), fue considerado
por la escuela pitagórica representación del Elemento Fuego. Pirámide de
fundamento triple, que ostentaría la capacidad de generar un efecto gravitatorio, de
estabilización y organización del tejido espacio-tiempo.

El cubo (cuadrado devenido en tres dimensiones, en el cual, al igual que en la


esfera, caben simétricamente los otros cuatro sólidos platónicos) y su equivalente, la
89
cruz (el Cielo de la astrología se conforma a partir de tres cruces: cardinal, fija y
mutable): son símbolos que representan al “Karma” -en todas sus graduaciones- y a
la contraparte visible o concreta de la Deidad. En este sentido destacamos la
significación de la “Tetrakys”. Triángulo equilátero constituido de cuatro (4) estratos,
que con 1, 2, 3 y 4 puntos, se dispone, respectivamente, desde la punta a la base.
Distintivo de sabiduría que el gran Iniciado Pitágoras utilizaba en tanto
representación Kósmica, capaz de sintetizar el desenvolvimiento del Proceso
Evolutivo, debido a que contiene en sí mismo: el punto, la línea, la superficie y el
volumen; además del desarrollo de los Ciclos -Tiempo-. Caracterización geométrica,
la Década, del cuádruple conocimiento unificado, el cuadrifáceo “Brahma”.
El cuatro (4), cuantía que recordemos le atribuimos a la letra “M”, se constituye
un tipo singular por tratarse del único número que se obtiene al multiplicarse o al
sumarse los mismos dígitos (2x2 o 2+2 = 4).
“Los Vedas dicen: - “todo es cuádruple”: el día, con el amanecer, mediodía,
atardecer y la medianoche; el mes con la Luna llena y la Luna nueva y las dos fases
óctuples de la luna; los años con los dos solsticios y los equinoccios, y también la
vida con la infancia, la juventud, la edad adulta y la vejez. En los ciclos superiores,
están los cuatro (4) Yugas: “Krita”, “Treta”, “Dwapara” y “Kali”.
En Oriente al Conocimiento, de igual modo, se lo ha clasificado en un orden
cuádruple. Contamos con los cuatro (4) Vedas. En concordancia, los “discípulos” de
Jesús (tras el paso por el concilio de Nicea) crearon el Nuevo Testamento en cuatro
(4) evangelios. Por lo tanto, el mensaje de “Vishnu” de cuatro (4) brazos y del Cristo
Kósmico son lo mismo: permaneciendo en el centro, podemos darnos cuenta de la
dimensión cuádruple de la Creación. Por ello, debemos planificar nuestras
actividades de una manera que integremos en nuestra vida las posiciones nodales del
día, el mes y el año.
Cuanto más nos sintonizamos con estos puntos cardinales, más nos
armonizamos con la Verdad y la Luz. Con la alineación correcta ordenamos nuestro
micro-sistema según el Macro-sistema, reorganizamos nuestras energías y ganamos
consonancia con el Ser y con la Creación. Así vivimos en un estado de claridad y
equilibrio”. -Maestro K. P. Kumar-

90
“Porque realmente todo lo que existe es “Brahmán”, Dios, y este Ser interno
(“Atman”) es “Brahmán”. Este Ser tiene cuatro (4) partes (padas)”. -Mandukya
Upanishad-

El doble fluir de la cuádruple Manifestación se ha sintetizado en las cuatro (4)


sílabas que componen el nombre de “Na-ra-ya-na”. La relativa fórmula de sonido es:
“Om namo Narayanaya”. La Existencia, a saber, encuentra en los cuatro (4) Kumaras
( Sanaka, Sanatana, Sanandana y Sanat) su desenvolvimiento.
En el derrotero evolutivo tenemos: 1- expresión; 2- experiencia; 3- integración;
4- trascendencia. Indica el libro “A los pies del Maestro” sobre las cualidades
necesarias en las que se asienta el trabajo esotérico: 1- querer (Potencia y Brío
Espiritual); 2- saber (Consciencia o Cualidad del Alma); 3- osar (atrevimiento de una
personalidad integrada); 4- callar (silente obediencia de la materia) son el sustento
del Discípulo (“Chela”, aprendiz de Mago) en el sendero de progreso inteligente.
Entre los aspectos mencionados, con frecuencia a la última virtud ha de entendérsela
como la condición más difícil.
Continuando con la misma línea de investigación, las enseñanzas orientales
hablan de cuatro (4) estadios de la práctica espiritual: 1- escuchar las Escrituras; 2-
reflexionar en ellas; 3- meditar; 4- la Divina Unión. Cuatro (4) son los objetivos de
la vida que han de conseguirse para la Realización espiritual: 1- “Artha”, control de
91
la riqueza o el mundo material; 2- “Kama”, dominio de los deseos; 3- “Dharma”,
cumplimiento del deber; 4- “Moksha”, Liberación. Asimismo, Pitágoras, entre otros
Maestros, no ha llega la clave cuádruple. Fundamento esotérico basado en el 1-
número, 2- el sonido, 3- el color y 4- la estructura geométrica.
Asimismo, la filosofía hindú comprende cuatro (4) aspectos de la palabra
(“Para”, “Pasyanthi”, “Madhyama”, “Vaikhari”); cuatro (4) estados de la consciencia
(vigilia, sueño onírico, sueño profundo, “Turiya” o el despertar trascendental); cuatro
(4) clases o castas entre la humanidad (agricultores y demás trabajadores del sector
primario, comerciantes y artesanos, gobernantes y guerreros, sacerdotes y filósofos);
cuatro (4) reinos de la Naturaleza (mineral, vegetal, animal y humano). Bajo la
configuración descripta encontramos a los cuatro (4) elementos (Aire, Fuego, Agua
y Tierra), sus cuatro (4) cualidades primitivas (frío, cálido, húmedo y seco) y las
cuatro (4) características básicas de la materia (solidez, cohesión, calor y fuerza).
En la Enseñanza de Buddha -Señor de la Compasión- tenemos las cuatro (4)
Nobles Verdades: 1- existe el sufrimiento; 2- la causa del sufrimiento es el deseo que
conduce al apego (amor distorsionado por la mente egotista); 3- hay una manera de
liberarse del sufrimiento; 4- la emancipación es a través del óctuple noble sendero
(Sabiduría: a- visión o comprensión correcta, b- pensamiento o determinación
correcta; Conducta ética o Virtud: a- hablar correcto, b- actuar correcto, c- medio de
vida correcto; Entrenamiento de la mente: a- esfuerzo correcto, b- atención correcta
o consciencia del momento correcto; c- concentración o meditación correcta).
Cuatro (4), desde luego, son los vestíbulos que hemos de atravesar para
conquistar la Realización: 1- ignorancia; 2- conocimiento; 3- sabiduría; 4-
experiencia directa.
Los Devas del Número, los Devas del Sonido, los Devas del Color y los Devas
de la Forma representan, igualmente, la viva Potencia del cuatro (4). IBEZ son las
cuatro (4) letras con que se nombra al Templo de la Logia Planetaria ubicado en
América del Sur, consagrado a Narayana.
En la Kabbalah, de esta manera, hallamos la clave cuádruple a través de la
recreación de los cuatro (4) Universos: 1- Emanación - “Azilut”-; 2- Creación -
“Briah”-; 3- Formación - “Yetirah”-; 4- Manifestación o Acción - “Asiyyah”-.
Mundos que se entrelazan y van surgiendo unos de otros. Con cuatro (4) esferas o
sefirot (concepto que los cabalistas emplean para referirse a la transición de lo Infinito
a lo finito y viceversa) se enaltece la vía central, el camino entre las columnas, que
une al reino (“Majul”) con la Corona (“Kether”), en el Árbol de la Vida. Los cuatro
Mundos (olanim) comprenden los cuatro (4) grupos de sefirot del árbol de la Vida:
1- Atziluth: Kether, Hokmah y Binah, los tres sefirot originarios;
92
2- Briah: Chesed, Geburah y Tiphereth, los tres sefirot realmente creadores.
3- Yetzirah: Netzah, Hod y Yesod los tres sefirot que componen el plano físico
sutil (sentimientos)
4- Asiah: Malkut que constituye el plano físico objetivo.

Los cuatro (4) niveles de los que venimos hablando se convierten en el diez
(1+2+3+4=10) de la Creación perfecta o el Número de Dios.
El “Mándala” del “Rig Veda”, la Década pitagórica, el Árbol Sefirótico de la
Kabbalah, los diez (10) Avatares de la tradición hindú, el zodíaco perfecto de diez
(10) signos solares de la astrología espiritual, los diez (10) Principios Planetarios, las
diez (10) Leyes mosaicas (“Código de Dios”), es decir, los diez (10) Mandamientos
de la Creación emitidos por el Señor conforme figuran en la Torá: dan cuenta de la
potencia de este número.

93
Declara el Maestro K. P. Kumar, en tanto humanos somos la parte visible del
invisible Tres (3), y nosotros, como el cuarto, funcionamos por intermediación del
pensamiento, el quinto Principio o en otros términos, por medio de la estrella de cinco
(5) puntas.
El pentagrama, comenta el Maestro, representa a la Madre “Gayatri” si está
inscripto en un círculo y al aspecto quíntuple del hombre (los cinco órganos de la
acción, los cinco sentidos, los cinco órganos de los sentidos y los cinco elementos).
Cuando estos cuatro (4) conjuntos de cinco (5) factores son puestos en orden, la
compresión interna o subjetiva despunta y se da un valioso paso en el cumplimiento
del Propósito.

94
El cuatro (4), el cuadrado o la cruz denotan estabilidad, equilibrio, el poderío
de lo manifestado. Alegoría es de lo concreto, de la Naturaleza ordenada, de la
materia organizada que revela la Trascendencia. En la interacción entre dos (2) rectas
que de modo perpendicular se cruzan, además de cuatro (4) ángulos, un quinto y
misterioso punto se muestra. Un elemento oculto aflora donde las distintas fuerzas
atinan acuerdo o Unidad. Centro o vórtice de consciencia que, desde la Potencialidad
-de las “Tinieblas”-, emerge a la aurora del Nuevo Día.

Profundicemos en la Arquitectura del Espacio y en las claves ocultas detrás de


las formas y las potencias Numéricas involucradas. También en la Divina Proporción,
la cual establece que lo pequeño es a lo grande como lo mayor al Todo. A la Razón
Áurea la podemos encontrar en el arte, la construcción de templos, las simetrías de
nuestro vehículo físico, la composición musical y en general, en tanto “Patrón

95
Arquetípico” (geometría espacio-temporal) “escondido” en la Naturaleza, detrás de
la secuencia de Fibonacci.
“La secuencia de Fibonacci resulta ser la clave para comprender cómo la
naturaleza diseña. (…) Es una parte de la ubicua música de las esferas que construye
armonía en átomos, moléculas, cristales, conchas, estrellas y galaxias y hace que el
Universo cante”. -Guy Murchie, Los siete misterios de la vida: una exploración de la
ciencia y la filosofía-
En la simetría hay belleza y la belleza genera alegría y reorganización de las
energías en quien observa. Para que tales beneficios sucedan se debe saber Ver.
Sugestivo sería comprender que las estructuras del micro y del macrocosmos se
disponen tomando como base Φ 1, 618033…, que junto a π 3,1415… son valores
que se proyectan al infinito, llevándonos con ellos hacia la Realidad.

Φ -Fi-, es la relación entre la fracción y el conjunto (función en la que subyace


la Unidad) y proporción más sencilla de la Naturaleza (el tercer elemento surge de
vincular -sumar- a los dos primeros), que impulsa al círculo a volverse espiral y da
cuenta de la función que la Vida usa para reproducirse y dividirse a Sí Misma en
todas las escalas. Asumiendo por fundamento al Número de Oro, la Vida se alinea
siguiendo la frecuencia de Fibonacci para configurar y ordenar sus múltiples niveles.

96
“El giro es el resultado de un gradiente en la estructura del vacío. Es la mecánica
fundamental a partir de la que se origina y organiza toda nuestra realidad”. -Nassim
Haramein-

Fotografía tomada por el Telescopio James Webb de NGC 628

Acorde a las investigaciones de Dan Winter, por ejemplo, de multiplicarse


sucesivamente el número de oro a la longitud Planck se irán detectando los grandes
hitos de la manifestación, que va desde el átomo de hidrógeno hasta el tamaño de la
galaxia y más allá. El orden de la vida se organiza de acuerdo a la proporción áurea
(clave de la Belleza). Proporción que implica el regreso a la Unidad al relacionar,
manteniendo la analogía o Logos, tres (3) elementos como si fueran dos (2) -el tercero
es la suma de los otros dos-.
π -Pi-, símbolo símil al grifo del signo de Géminis (alude, a semejanza de Dios
en la Manifestación, al Principio Macho-Hembra), encarna a la Sabiduría del vínculo
entre: 1- el centro y la circunferencia; 2- la recta o radio -aspecto masculino- respecto
del círculo -semblante femenino-; 3- el hijo con el Padre; 4- el hombre con Dios o el
Yo Soy con Aquello (Consciencia Universal que entra en el hombre). A π, al dar
cuenta de los sietes (7) Planos en las tres (3) Escalas (planetaria, solar y cósmica) de
la Creación y del Mas Allá, se lo vincula con el veintiuno más (21+). 3x7= 21 y lo
que trasciende a la Manifestación.
Ambos (Φ y π) se instituyen como claves métricas de la Naturaleza, “Llaves de
Oro” que abrirían las puertas de los Misterios del Universo.
Para Dan Winter (físico y psicofisiólogo) la geometría del ADN, de la Tierra y
del zodíaco encuentran reciprocidad con la proporción áurea. Según Winter el
trenzado de la molécula de ADN, con base en una distribución sagrada, se despliega
97
sobre el movimiento de un patrón particular en setenta y dos (72) grados de un cubo,
del cual devienen, alternativamente, las formas del dodecaedro y del icosaedro.
Poliedros convexos que yacen relacionados entre sí debido a que se contienen el uno
al otro. Como decía el genial Pitágoras, los Números se encuentran entre las
propiedades del espacio y el tiempo, existen en el espacio y germinan en el tiempo.
La fractalidad sería el esquema que la Inteligencia Creativa utiliza para dividir
y llenar el espacio. La frecuencia con que se repiten los pertinentes fractales, a partir
de los cuales eventualmente se recrea el cosmos, involucra el Número Áureo.
A razón del fundamento geométrico y de su implícita importancia, en cuanto al
particular flujo de las energías y el plausible impacto de las mismas en el hombre, es
que el “Feng Shui”, por ejemplo, aporta un conocimiento útil para la concepción de
las distintas características del entorno y para gestionar áreas de alta vibración.
Trátese de los sitios del hogar, el ámbito laboral y educativo, de las instituciones de
la salud, religiosas y gubernamentales, las ciudades, etcétera; cada parte tiene, así
debe considerarse, su impronta energética. Toda dimensión humana posee su
peculiaridad y funcionalidad en el sistema.

En relación a la Ley de Analogía, conforme a Dan Winter y acorde a lo ya


comunicado, la proteína se establece sobre la forma de un pentágono. Esto ocurriría
porque dicha morfología se arregla con afinidad a la proporción dorada. Lo cual,
acorde al investigador, produciría la “compresión energética” o “fractalidad”. Si la
naturaleza en sus diversos estratos emplea la configuración apuntada y la divina
proporción, posiblemente, la arquitectura pueda replicar el patrón en la estructura de
sus edificios y hacer que las ondas de carga converjan para obtener así benéficos
efectos.

98
La coreografía que ejecutan las estrellas al compás de la danza Kósmica -
simbolizada en la filosofía hindú por la figura del Señor “Shiva Nataraja”- influye en
la evolución del Planeta y sus criaturas. Los trazos celestiales se entremezclan y de
ello afluyen las particularidades de las épocas. Sobre dicha base se coordinan los
destinos.
El aparente recorrido del Sol a lo largo del cinturón ecuatorial provoca una
bobina de Inducción (corriente alterna de alto voltaje) que impacta sobre el campo
magnético de la Tierra. Un resultado de esta rotación es la manifestación del
fenómeno electromagnético o Plano vital de nuestro globo. El Principio de
Periodicidad rige.
“Los diversos ángulos aparentes que, respecto de la Tierra, existen entre el sol
y la luna, condicionan las mareas de la Tierra, así como los humores de los individuos.
Estos humores ocasionan trazos magnéticos distorsionados en torno a cada uno de
los cuerpos del ser humano. Cuando la mente se encuentra ausente y la vivencia en
el Plano búdhico superior está teniendo lugar, estos distorsionados diseños
magnéticos individuales decrecen y se convierten en sanos diseños normales, que son
los arquetípicos. Estos diseños arquetípicos van encontrando progresivamente y de
manera sumamente artística, su lugar en el campo magnético de la Tierra, llegando a
trabajar al unísono con él.
Del mismo modo en que la diferencia de duración entre el día y la noche en los
solsticios se va ajustando, progresivamente, a medida que la Tierra recorre su camino
de circunvalación anual y llega al día del equinoccio, así también las diferencias o
desigualdades en el campo magnético individual se van reduciendo poco a poco hasta
que encuentran su correspondencia exacta y la mayor idoneidad para entrar en
contacto con la Trama magnética de la Tierra. De la misma manera que el día del
equinoccio el Sol surca la ruta del ecuador, así también la consciencia interior del
discípulo recorre la experiencia del Plano búdico superior hasta que la consciencia
llega a fundirse con la experiencia. Similarmente a que en la jornada del equinoccio,
la duración del día y de la noche son iguales en el ecuador, así también la duración
individual (la consciencia del tiempo) se funde con la experiencia (que no tiene
duración).
Este estado de equilibrio fue llamado Ananda (Plano de Felicidad Eterna) por
los sabios antiguos y es denominado Equator Equal por el Maestro CVV”. -Maestro
E. K.-

99
Con arreglo a la condición del Ego (Alma) y la pureza de sus herramientas de
expresión será la reflexión de la luz proveniente de los cuerpos celestes, las formas
geométricas que se organizarán donde la entidad se desenvuelva y “las vidas”, que
por afinidad se verán atraídas. Cada configuración (sea material o psíquica; individual
o grupal) se encuentra inscripta intrínsecamente en un medio, ocupa el lugar que le
corresponde y según el perfil que parece asumir manifiesta un tipo de cualidad o
estado de consciencia. Como bien señalamos, de la posición que adoptamos (física y
mental) estriba la manera en cómo nos afectan las circunstancias. Esto que acontece
en el horizonte personal y colectivo ocurre inclusive en escalas superiores.
Multidimensional es la Esfera del Espacio. Nuestra relativa ubicación se ve
influenciada por distintas angulosidades, formas que exteriorizan diversas
características vibratorias, patrones energéticos a partir de los cuales se yerguen los
variados estratos de la realidad.
El Espacio, base de la existencia, es una Entidad. La astrología esotérica,
comenta el Maestro Djwhal Khul en su libro sobre el tema, se ocupa de la vida de
esta Entidad, de las fuerzas y de las energías, de los impulsos y de los ritmos, de los
ciclos, del tiempo y de las estaciones. Cuando se capte este hecho, el origen de esas
energías mejor comprendido y la Naturaleza del Espacio correctamente avistada:
tendremos un terreno de investigación más amplio e íntimamente relacionado.

100
Revelaba Vicente Beltrán Anglada, la actividad dinámica de un Logos, sea
Kósmico, Solar o Planetario, al infundir su Vida en el “área” que le sirve de marco
de expresión crea un círculo infranqueable o frontera, que delimita perfectamente Su
Accionar con respecto al medio de exteriorización de otros Logos Creadores. Estas
zonas del Espacio confinadas, el “anillo no se pase” u horizonte de sucesos de la
actividad psicológica de un Logos y dinamizadas por su Voluntad de Ser, de Existir
y de Manifestarse son esotéricamente “Éter”. Sustancia viva y primordial de la cual
surgen los Planos, Esquemas, Mundos, seres y todas las cosas.

En el destino creador de cualquier Logos, indicaba el mismo autor, hay una


especie de predestinación astrológica que incita a “elegir” Su lugar o situación exacta
en el Universo y a adquirir por efecto de ello un tipo definido de Personalidad o de
Entidad Psicológica; con ciertas cualidades de vida y características específicas de
consciencia de acuerdo con Sus necesidades “Kármicas”.

Debido a la importancia que supone replicar la arquitectura subyacente al “Plan


de la Creación” (Campo de la Ley) y la geometría inherente al Divino Trabajo
Ritualístico, en las tenidas de la Masonería (símbolo de la Dinámica Kósmica) con el
fin de construir los internos lazos entre el Macro y microcosmos (trazar perfección),
el recorrido alrededor del atril se hace despejando las cuatro (4) esquinas en “ángulos
rectos” (rectificar el “Karma”). El cuadrado (en tres dimensiones el cubo) representa,
a semejanza del círculo y la esfera para el mundo espiritual, la excelencia en la
objetividad. Como fácilmente podríamos apercibir, ambos cuerpos comparten la
peculiaridad de no sufrir alteraciones si se los invierte o gira.
Para la Filosofía Esotérica, los ángulos obtusos están asociados con el descuido
y la apatía, mientras que los agudos a la agresión y el ataque. En lo ilustrado se

101
fundamenta la necesidad de rectificarnos a nosotros mismos de acuerdo al Patrón de
rectitud inherente al Omnipresente Propósito o “Dharma” (hacer que deriva del Ser).

Nos encontramos “afectados” por líneas de fuerza, según cuatro variables


fundamentales: 1- la posición que posee el Planeta con respecto al universo; 2- la
inclinación del eje terráqueo en relación con la elíptica en el movimiento de
circunvalación al Sol; 3- la evolución de la humanidad y su emplazamiento
psicológico en correspondencia al “Centro Común o Fuente”; 4- el lugar que
individualmente se ocupa en la Tierra, en la sociedad, respecto de las amistades, la
familia y la pareja.
En función a la reflexión de la luz que viene de las estrellas y al lugar en que
habitamos dentro de la Vida Mayor; es decir, acorde a la perspectiva cósmica -punto
de vista- que asumimos y a los diseños que se estructuran tomando como referencia
nuestro Globo, se organiza el “Karma Mundial” (realidad compartida), que abarca
parafraseando a la Biblia, a todos los reinos y existencias que en el Planeta viven, se
mueven y tienen el ser.
Afín a la ubicación de cada una de las constelaciones y de los cuerpos celestes
(encarnaciones de Principios Kósmicos) se constituyen líneas de fuerzas, formas
geométricas que ejercen su relativa impresión -siguiendo la “Clave del Tiempo”- en
102
la sustancia terrestre (física, emocional y mental), conformando la impronta
energética de los distintos ambientes en los que participamos.
“La astrología está basada en la ilusión, en el sentido de que el zodíaco está
construido alrededor de la “eclíptica”, la trayectoria aparente del Sol alrededor de la
Tierra. Por supuesto sabemos que la trayectoria u órbita del Planeta es en
circunvalación al Sol, por lo tanto, trabajamos con esta paradoja a sabiendas de que
la humanidad, eventualmente, trascenderá esta ilusión. Este es el origen de uno de
nuestros más grandes misterios, y se nos dice que la situación será “rectificada” en la
Era de Capricornio, después de la Era de Acuario”. -Phillip Lindsay-

El “Karma” (la diosa Némesis de la justicia distributiva en la mitología griega)


se activa -sea a nivel personal, grupal y/o global- a partir de los tránsitos planetarios
y las progresiones de la carta natal. Cuando los ángulos que se dibujan en la bóveda
del cielo corresponden a cuadraturas (90 grados), oposiciones (180 grados) y,
dependiendo de los planetas involucrados, conjunciones (entre 0 a 5 grados en
promedio), principalmente refieren a condiciones “dinámicas”, “apremiantes”, “de
tensión”, “no tan gratas” o “ciegas” para la psiquis. En cambio, si tratase de trígonos
(120 grados) y sextiles (60 grados) se habla de escenarios propicios, armoniosos o
favorables. Empero, hemos de advertir que todo muta y que detrás de cada aspecto,
sea “duro” o “fluido”, se encuentra a su vez su complementario. A no confiarse, las
103
obstrucciones pueden elucidar el despliegue de buenas cualidades y las facilidades, a
veces, conllevan dejadez y hasta estancamiento.
No tiene por qué ser el destino rígido o determinista. Las limitaciones en última
instancia son propias. Decía Giordano Bruno: - “Nos guste o no, somos la causa de
nosotros mismos. Naciendo en este mundo, caemos en la ilusión de los sentidos;
creemos en lo que aparece. Ignoramos que somos ciegos y sordos. Entonces nos ataca
el miedo y olvidamos que somos divinos, que podemos modificar el curso de los
acontecimientos, incluso el zodíaco”.
Mientras que el ser humano sin introspección (con ausencia de conocimiento
del propósito de su encarnación) queda prisionero de la materia y es esclavo del
destino, el hombre consciente es “Uno en Espíritu con la Totalidad de la Existencia
y dueño de sus estrellas”. La posibilidad que efectivamente existe de emanciparse del
condicionante porvenir y de los designios del “Tiempo”, lo describe el Antiguo
Testamento con la alegoría de Josué y su experiencia en cuanto al detenimiento del
Sol y la Luna.
“Una vez estudiado el aspecto esotérico de la astrología y geometría mística y
establecido una alianza entre ambas ciencias; se proyectará gran luz sobre el tema del
principio inteligente; cuando se comprenda mejor la actuación interna de la Ley de
Causa y Efecto”. -Maestro Djwhal Khul-

Ahora bien, comentemos brevemente algunas cuestiones técnicas que los


astrónomos suelen, y con razón, plantear y que podrían llevar a malentendidos y
confundir a quienes no conocen sobre el tópico ni están enterados del rigor estadístico
de la astrología.
Aclaraba hace más de 60 años el Maestro Djwhal Khul: - “Debido a la precesión
de los equinoccios, se produce una situación donde se hace sentir un cuarto tipo de
fuerza (además de la Luna, Sol y Ascendente).
El Sol, en la gran esfera de los Cielos está, en realidad, a muchos grados de
distancia de donde se afirma encontrarse, con respecto al zodíaco mayor. Esto,
lógicamente, es desde el punto de vista del tiempo. Como la trayectoria del Sol a
través de una constelación abarca un período aproximado de dos mil doscientos años,
el traslado es muy leve en el curso de los siglos, tan leve que se notaría poca diferencia
al confeccionar el horóscopo planetario. Hacer el horóscopo de un sistema solar sería
de vital importancia, pero está tan distante de la capacidad del astrólogo más sabio
de nuestro planeta, que no vale la pena tratarlo.
No obstante, al confeccionar el horóscopo de un ser humano nacido en
determinado período, debería recordarse (lo que raras veces ocurre) que ahora el mes
104
y el signo no coinciden en absoluto. Durante el mes de agosto, por ejemplo, el Sol no
está realmente en Leo. Entonces, la correcta interpretación de un mapa natal se
convierte mayormente en psicométrica y depende de la forma mental de la
constelación construida durante los siglos por los astrólogos. La energía sigue al
pensamiento. Durante miles de años se han considerado que son así ciertos tipos de
energía y sus consiguientes efectos calificativos en la sustancia y en la forma. Por lo
tanto son así, excepto en el caso de personas altamente evolucionadas y del verdadero
aspirante que se ha orientado a sí mismo, y de este modo, liberándose de la rueda de
la existencia y comenzando a regir sus estrellas, ya no está bajo el gobierno y dominio
de ellas”.

Una vez más, encaremos aquello que veníamos explicando con anterioridad con
la intención de mencionar otras aristas y aclarar cuestiones.
Cada patrón geométrico responde a una determinada categoría de consciencia,
vibra, genera un sonido, dimana un color y mezcla su tonalidad, en mutua
ascendencia, con lo demás.
La danza de las Esferas en su compás armonioso, siempre en continua
interrelación, responde al Esquema General. La “Palabra” reverbera, trasfiere energía
y determina la Proporción que asume la Obra. La Espiral Primordial (Holográfica) es
el Asiento, Fuente o Madre de las múltiples y recursivas escalas (Jerárquicamente
instituidas) del Kosmos. Un fractal, recapitulemos, es una disposición geométrica
básica que se repite en diferentes niveles. Estructura que por un proceso interactivo
se muestra capaz de producir configuraciones auto-similares. Característica que
permite a la energía transmitirse entre modelos de tamaños diversos pero de
proporción idéntica.
Existen -Kepler lo hubo investigado y propuesto en un primer y rudimentario
esquema- proporciones armónicas, geométricas y musicales entre los planetas -fue
notado también al tomarse otros Sistemas Solares- respecto de trayectorias, ejes y
velocidades, etcétera.
La organización del espacio en forma de Toroide (Uróboros, la serpiente que se
muerde la cola), en numerosos estratos, representa la geometría de un proceso vivo,
un pulsar “dual” de simultánea contracción-expansión (implosión-explosión) que,
absorbiendo y expresando información (proceso de retroalimentación), de continuo
fluye en espirales áuricas desde y hacia un “centro de quietud”, punto cero o vacío
(singularidad). Quizá, en la dimensión planetaria tenemos a Venus, el Lucero, hogar
de Lucifer y guía de nuestra Tierra, como el curioso caso del único astro que, a la vez
que en su secuencia de traslación traza la forma de una flor, gira sobre su eje en
105
sentido contrario al resto. La marcha “inversa” -formulamos la hipótesis- junto con
demás movimientos tendría que ver con la dinámica complementariedad de la
manifestación.
Asimismo, honrando la Ley de Polaridad, nuestro Sistema Solar se hallaría
asociado -cuan Matrimonio Celeste- con otro de semejante magnitud y desarrollo. El
Juego entre ambos tendría por fin la secuencial “liberación” del espíritu encadenado
a la materia.

En la dimensión del hombre, los vórtices de energía que a modo de conos se


instituyen sobre la zona de la fontanela (parte superior de la cabeza) y debajo de la
base de la columna vertebral, conforme una “doble” circulación, encontrarían su
equilibrio o ecuador a la altura del “Chakra” cardíaco. Centro que al desplegarse,
afirma la Enseñanza Esotérica, se transforma en un Loto de doce pétalos de luz
(dodecaedro) que vibraría en conexión magnética con los doce signos del Zodíaco.
Lugar, el foco del corazón, en el que se ubica el átomo físico permanente. Es también,
en la contraparte vital (doble etérico del organismo biológico) donde se halla el
anclaje de la “Singularidad” correspondiente a cada persona o en términos ocultistas:
el aspecto Vida.
“Un Toroide es como la respiración del Universo, es la forma que toma la
corriente de energía en cualquier nivel de existencia”. -Nassim Haramein-

106
Advierte el científico, graduado con honores en la universidad de Detroit, Dan
Winter, cuando el latir de las siete capas del músculo cardíaco bombea la sangre por
el sistema siguiendo los patrones de la geometría sagrada inherente a la proporción
áurea, genera un vórtice de energía armónico que afecta favorablemente el despliegue
del trenzado del ADN. En este marco, el “gozo” o “éxtasis” sería el propósito del
ácido desoxirribonucleico (proteína compleja que se encuentra en el núcleo de las
células y compone el principal material genético de los seres vivos). Plantea Winter
que la organización energética o sustrato sutil del pulsar rítmico del corazón se
configura sobre una forma símil a la de un Toroide que, según un ordenamiento en
espiral, seguiría las directrices del “número de oro”. Confirma, sobre la base de la
actividad fractal, que cuando se empieza a sentir compasión se produce una implosión
electromagnética (conjunción de fases -máximo número de ondas que convergen en
un punto-) en el horizonte coronario, que a su vez se refleja en el acrecentamiento de
un coherente campo áureo.
“El Taijitu es extremadamente similar a la estructura de doble Toroide como se
ve desde arriba. Entonces, con el I Ching representando la estructura del espacio de
la cuadrícula de 64 tetraedros y el Taijitu simbolizando la dinámica de giro del doble
Toroide del vacío, tenemos los componentes primarios subyacentes a la Física
Unificada claramente representados dentro de los antiguos sistemas y símbolos
chinos”. -Curso de ciencia unificada de Resonace Science Foundation, sección 5-
107
El ser humano, al igual que la galaxia, el sistema solar y el planeta, lo mismo
ocurriría con el átomo, bien dijimos, se ordena sobre la disposición de un doble Toro:
matriz magnética, escudo protector y modelo elemental y autosustentable de la
Naturaleza.
Cuando se altera la comunión con el Sistema Mayor se perturban la fractalidad
y, por ende, la “proporción áurea”. Circunstancia que significaría: 1- en términos
físicos, pérdida de armonía, belleza y emergencia de enfermedad; 2- en la dimensión
psíquica, error y sufrimiento; 3- a nivel espiritual, ceguera, insensibilidad y falta de
conexión.

Ampliemos nuestra indagación tomando las palabras del Maestro K. P. Kumar:


- “Las enseñanzas de la sabiduría describen que en el espacio hay un flujo eterno de
energías que estimulan y vitalizan toda vida. Ese flujo se mantiene en movimiento en
una circulación doble: una corriente marcha de lo sutil a lo físico denso, causando la
manifestación de las formas materiales, y la otra va de lo concreto a lo sutil,
produciendo la desmaterialización o espiritualización de la materia.
La corriente involutiva, que se direcciona hacia la materia se llama “Ida” y es
la energía del descenso. La corriente evolutiva se llama “Pingala” y trabaja para el
ascenso. La energía de armonía entre los dos, “Sushumna”, es el centro que mantiene
la equidad de la espiritualización y la materialización, y fundamenta el equilibrio en
la Creación.
La doble corriente de energías se compara también con una rueda, donde existe
ascenso y descenso al mismo tiempo. En el eje central de la rueda este tránsito cesa.
Se llama el punto de Síntesis. Fuera de la Síntesis existe movimiento. Ubicándose en
el centro usted puede observar su circulación. La Síntesis conduce al Espacio Interior,
al Silencio compartido, a encontrar la Luz tras las formas y los nombres.”
Se lee en La Doctrina Secreta que el “Akasha” circula por “Sushumna” y sus
dos aspectos fluyen por “Ida” y “Pingala”, los canales laterales. Estos tres ríos
(“Sushumna”, “Ida” y “Pingala” -simbolizados en el “Caduceo”, cuan código de la
“Inteligencia Vincular”), componen el triunvirato de aires vitales. Fuerzas
electromagnéticas que, representados por el cordón “brahmánico” y extendiendo su
campo de influencia más allá del organismo (lo cual encuentra su imagen en las alas
del símbolo de Hermes que rompen el huevo áurico), logran regularse por el ejercicio
de la Voluntad.

108
La Voluntad y el deseo (o la “sed de vivir” con sus pasiones y apegos, en
términos de la filosofía budistas) son respectivamente, el aspecto superior e inferior
de una misma Energía. De ahí la importancia de que los canales sean purificados. De
lo contrario, es decir, sin el requerido trabajo de interna alquimia y la transcendencia
del egocentrismo -anhelo personal- se caería en la denigrante “magia negra” al
acicatearse las fuerzas vitales por intermedio de las apetencias egoístas.
Con epicentro en “Sushumna” (sendero de Luz, columna donde el hombre tiene
su existencia interior) y a partir del doble desplazamiento de “Ida” y “Pingala”, narra
la Sabiduría Arcana, se establece una circulación teniendo como sustento el canal
central que fluye por el cuerpo y lo supera. El campo electromagnético, que a partir
de la unión polar se funda, ostenta su núcleo en la zona del corazón y ocupa varios
pies de diámetro -extendiéndose, para el científico Gregg Braden, por kilómetros-.
Conforme con estudios vigentes, el circuito electromagnético del músculo
cardíaco es mucho más potente que el correspondiente al encéfalo. Basándonos en
las investigaciones mencionadas, señalamos que cuando se intensifica la potencia
“neuronal” asociado al centro del corazón (por una acrecentada energía del Alma y
la consiguiente compasión), el cerebro se alinea en coherencia, produciéndose
entonces una mayor activación de su región anterior -zona relacionada a la
109
creatividad- en detrimento, por lo menos en una medida, de los mecanismos
reaccionarios e instintivos heredados del pasado y relativos al reino animal. De
ocurrir la coherencia cardíaca (por preponderancia de sentimientos de amor, alegría
y gratitud) se logra dilatar la capacidad cognitiva y la resiliencia, tener un sueño más
reparador, normalizar la presión arterial y mejorar el funcionamiento del riñón.
Cambia en términos benéficos la actividad hormonal, ergo, el entorno celular y hasta
las mismas células del cuerpo. Además, se reduce el ruido interno y el estrés, al bajar
el cortisol. Inclusive, porque sobreviene la armonía, se eleva la consciencia hacia la
misma frecuencia de la ionósfera, por donde viajan las ondas de radio, por ejemplo,
y con ello se tendría acceso a la telepatía -uno de los aspectos que dan cuenta de la
sutil unión entre las cosas-.
El índice de felicidad y el bienestar general crece en función de la magnitud de
agradecimiento que alberga el pecho vivo de un ser humano.

Destacan recientes descubrimientos que el corazón (cuyo tejido se constituiría


de un 65% de neuronas) posee un sistema nervioso autónomo y bien desarrollado con
más de 40.000 células nerviosas (neuritas sensoriales) y una compleja y tupida red de
neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Circuitos tan elaborados, que lleva
a pensar a los científicos que el músculo cardíaco puede sentir y procesar
información, tomar decisiones, influir en la interpretación de la realidad y pasar a la
acción independientemente del cerebro. En otras palabras, tendría la capacidad de
aprender, recordar e incluso percibir.
Existen más conexiones que parten del sistema coronario y van hacia el encéfalo
que a la inversa. El corazón, al tener la potestad de enviar mayor cantidad de
información a la cabeza que la recibida -único órgano del cuerpo con esa propiedad-
, ostentaría la autoridad de inhibir o activar distintas zonas del cerebro en
concordancia con las circunstancias.
La “bomba del pecho” secreta dopamina -química de la alegría- en superiores
cuantías que el cerebro. También produce serotonina y hasta la hormona ANF, lo cual
favorece en el equilibro general del organismo la homeostasis. Uno de los efectos de
lo expuesto estaría en relación con la posibilidad de inhibir la segregación de
sustancias orgánicas asociadas al estrés y liberar oxitocina, la “hormona del amor”.
El tejido cardíaco sería el único del cuerpo que posee receptores para todas las
sustancias. Tendría la capacidad de recibir, traducir y procesar la entera información
del sistema. Aparentemente, sobre el fundamento del ritmo o la variación de los
latidos, el corazón liberaría mensajes. El campo electromagnético del corazón, que

110
según lo estudiado se ve afectado en función del estado emocional, sería unas 5.000
veces más intenso que el correspondiente al cerebro.
Hay dos clases de variaciones de la frecuencia cardíaca:
a- una armoniosa, de ondas amplias y regulares, que toma esa forma cuando la
persona tiene sentimientos y pensamientos positivos, elevados y generosos.
b- otra desordenada, con ondas incoherentes, ocurre con la emergencia de
emociones discordantes.

En orden a las investigaciones proferidas, se conoce que las ondas cerebrales se


sincronizan, por la potencia que tiene el corazón, con las frecuencias emanadas de lo
que es mucho más que una bomba de sangre. Sería el pecho, cuando se abre de par
en par, el que finalmente arrastra en su amor a la cabeza. Amor es equilibrar lo
masculino y femenino en uno, estabilizar el doble movimiento entre dar y recibir. No
se trata de una emoción sino de un estado de consciencia. Estado a partir del cual el
cerebro del corazón activa en el encéfalo centros superiores de percepción
completamente nuevos, que poseerían la facilidad de interpretar la realidad sin
apoyarse en experiencias pasadas. No se dependerá ya de las viejas memorias y
agotadas modalidades. Cuando el corazón, a su tiempo, se torna activo e impresiona
al cerebro, la consciencia espiritual alcanza e influencia al yo inferior.
“Hay siete cerebros dentro del corazón. Cada diminuta porción del corazón
corresponde con una parte del cerebro. El estudiante comenzará a comprender ahora
por qué se le ha puesto tanto énfasis al corazón en conexión con la meditación, y por
qué la literatura antigua hindú hace tantas alusiones al Purusha en el corazón”. - H.
P. Blavatsky-

Cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea, señalan los
investigadores, un estado de coherencia biológica. Así todo se armoniza y funciona
correctamente como si lo manejara una Inteligencia Superior. Esta es una capacidad
no tan frecuentemente activa, pero parecería que empieza a volverse cada vez más
accesible para un número mayor de personas. Cultivando las nobles cualidades del
corazón: apertura hacia el prójimo, sencillez, escucha comprensiva, fe viva,
paciencia, contento, cooperación, ternura, aceptación de las diferencias, coraje; tal
innato potencial podría devenir en acto.
La variabilidad del “canto del corazón”, porque de acuerdo a su frecuencia sería
el tipo de patrón específico que mana del pecho, influencia con su peculiaridad
íntegramente al sistema.

111
Conforme con la psicología habría seis clases de emociones prevalecientes: 1-
miedo; 2- tristeza; 3- ira; 4- gratitud; 5- alegría; 6- cariño. De acuerdo en donde
enfocamos la energía (atención) y acorde al modo en que interpretemos lo que
acontece predominarán unas emociones sobre otras.

La usina coronaria es la que va a determinar el rumbo electromagnético del


cuerpo. De la calidad vibratoria que emanan del vórtice cardíaco las ondas cerebrales
que sobre ellas van a montarse.
El área electro-magnética, que interpenetra y excede al organismo, influencia y
es a la vez influenciado por la disposición energética de cada una de las cosas que
circundan, y muy especialmente, por la manera en que calificamos nuestros
pensamientos y sentimientos. Para el psico-físico Dan Winter las emociones felices
afectan el ritmo cardíaco generando armónicos que, siguiendo el patrón de la
proporción áurea, por coherencia, impresionarían benéficamente en el trenzado del
ADN (lenguaje de la vida). Y no sólo eso. Debido a que el campo que fluye desde el
corazón se halla a la vez interconectado a la Red de luz del Planeta, se tendría
entonces la posibilidad (situación sobre la que ya se ha estudiado), mediante un
número suficiente de personas orientadas al unísono y emitiendo sentimientos
benéficos, de favorecer y sanar sobre ciertas zonas en conflicto.
El hombre en su “inseidad” encarna el macrocosmos a través del microcosmos.
El Universo es energía, reverberación; por consiguiente: el ser humano, sus
relaciones, situaciones y contextos también lo son.
Para Dan Winter, cuando se fija el poder de la atención en algo (proceso
conocido entre los ocho -8- pasos de Raja Yoga por “Dharana”) se genera un punto
de implosión, de quietud, alrededor del que la densidad de carga comenzaría a crecer.
Manifiesta Winter que mediante la fuerza centrada o gravedad, vía el propio corazón
y por fractalidad, se logra conectar la vida interna con el centro solar e ir aún más
allá…
El poder del corazón nos conecta con quienes somos en el nivel más profundo.
Teófano el Recluso, utilizando un enunciado místico, daba cuenta de un
concepto similar al recalcar sobre la necesidad de alinear, en un marco de
inclusividad, alegría y no juicio al pensamiento con los sentimientos, cuando
afirmaba: “lo esencial consiste en presentarse ante Dios, con el intelecto acobijado
en el corazón y permanecer así noche y día hasta el fin de la vida”.

Lo expuesto sobre la corriente dual de la Manifestación Divina, representada


por la exhalación y la inhalación en un sinfín de niveles y geométricamente
112
simbolizada con el doble tetraedro (estrella, en una esfera); tema sobre el cual el
Maestro Jesús magistralmente enseñó con la famosa parábola del “Hijo Pródigo” (en
su viaje por las formas), encuentra su expresión en infinidad de escalas y
dimensiones. En este marco, escribe H. P. Blavatsky que: 1- en el arco descendente
es lo espiritual lo que progresivamente se transforma en material; 2- en la línea media
o de base, el Espíritu y la Materia se equilibran en el Hombre; 3- en el proceso
ascendente, el Espíritu vuelve a afirmarse lentamente a costa del mundo físico, de
modo que al final de la Séptima Raza de la Séptima Ronda, de la Cadena Actual -la
cuarta-; la Mónada se verá libre de estructuras caducas, de material grosero y tendrá
potestad de todas sus cualidades como lo estaba en el Principio. Empero, habiendo
ganado la experiencia y sabiduría, fruto de innumerables vidas personales.
Consideramos, en consecuencia, que el movimiento de retorno (regreso al Padre) no
es otra cosa que un proceso de autoconocimiento y auto-empoderamiento.

113
Espacio interior
“El Espacio es una esfera potencial, por lo tanto, encierra en ella todas las
propiedades geométricas de la esfera y las potencias numéricas del cero. El área de
la esfera del Espacio se halla llena de puntos potenciales que son Soles ocultos. El
origen del Sol está indicado por un punto en el espacio-tiempo. Desde el momento
en que surge un punto, este actúa de centro geométrico de su propia esfera de
espacio”. -Maestro K. P. Kumar-
Nada se mueve en línea recta. Todo es un juego de espirales dentro de otras
espirales entrelazándose en un sinfín de Dimensiones.

Podemos percatarnos, a partir de lo compartido en los capítulos anteriores sobre


las investigaciones de N. Haramein, que la organización de la manifestación cósmica
poseería como base un “punto de Vacío” (Singularidad) en cada “parte” (centro) del
universo. La omnipresente Esencialidad a la que nos referimos sería el vértice desde
donde emerge, fluye y hacia lo cual retorna cuasi ilimitada información. En el marco
de los agujeros negros, en sus múltiples graduaciones, se los concebiría por centros
primordiales de información que dan estructura al cosmos.
114
Como ya indicamos, asevera el físico suizo (no es el único científico que revela
lo mismo) que existe muchísima más energía en un centímetro cuadrado de espacio,
que la viable de encontrar si sumáramos la materia densa que acobijan los planetas
del sistema. Otra vez, legítimo podría ser vincular lo comentado con aquello que
5.000 años atrás, el Señor Krishna (Octavo Avatar de la línea de “Vishnu”) expresó:
- “Con sólo una fracción de Mí energía sostengo todos los mundos”. Si a lo expuesto
hasta aquí añadimos que “eso”, a lo cual denominamos o asignamos como de
características concretas (sólidas) y que constituyen a las objetivas galaxias, es
someramente una porción de la vibración (materia) que se filtra desde el Vacío y a su
seno en cada momento regresa; podemos testificar, casi sin temor a equivocarnos,
que el espacio no es “ausencia o un lugar yerto” sino “Un Algo” -por llamarlo de
alguna manera- “infinitamente denso” (Pleno de Ser) y autosustentable; que siendo
Causa sin causa y Raíz sin raíz, incluye en su “Inseidad” todas las posibilidades y su
trascendencia.
A la “Estructura del Vacío” ha de imaginársela, tal vez, como una cantidad
inmensurable de frecuencias u oscilaciones, que dando la “impresión” de que se
cancelan entre sí -por ello se advierten cuan una “nada”- se van organizando -sobre
la espiral del continuo cambio- de acuerdo a ciertos patrones geométricos definidos.
Posiblemente, para nuestro limitado uso de los sentidos -por exceso de evidencia-
aparentaría que al “Espacio” se lo podría definir en tanto falta y comprender como
desprovisto de cosas. Pero lejos de esa descripción es sustancia, sustento, contenedor
e incluso el contenido esencial de todo.
El Espacio, con el afán de “gestar al universo”, lo primero que hace es “frenar”
su Dinámica Infinita hasta la escala que conocemos por velocidad de la luz. El estado
más sutil de la Manifestación objetiva. El mundo material no sería más que una
diminuta onda en el Espacio, una función del Campo, una pequeña fuga que emana
del Vacío. Cuando “parece” no persistir la infinita neutralidad y virtualmente se
genera una “temporal inestabilidad” -Impulso Creador- deviene lo que percatamos
por Manifestación (“Big Bang”). Este “desequilibrio” es el movimiento a partir del
cual irrumpe y se proyecta sobre el Imperturbable Trasfondo, a “modo de película”,
lo que conocemos por mundo. Mundo que por naturaleza de ninguna manera
guardaría diferencia con “La Fuente”.
Bien podríamos relacionar, invitamos a meditar sobre ello, lo antedicho con la
afirmación de La Doctrina Secreta: - “Fohat hace hoyos en el Espacio”. En otras
palabras, Manifiesta al Universo. Dentro de la línea de pensamiento trazada, esos
agujeros que Fohat -la Energía Kósmica- realiza sobre la Omnipresente Vida -el

115
Espacio- no serían otra cosa que Galaxias, Sistemas Solares, Planetas; el conjunto de
las Dimensiones y las multitudes de seres.
La materia es espacio ralentizado que, organizándose en una secuencia o escalar
fractal de agujeros negros, se va configurando según una estructura de Toroides y
guiando por un intrínseco e hipercomplejo mecanismo de retroalimentación
(consciencia).
“Desde las ecuaciones que hemos escrito, se vuelve obvio que todo interactúa
con todo. Cada sistema interactúa con cualquier otro sistema, a través de esta
estructura de las fluctuaciones del vacío cuántico del espacio-tiempo que produce
agujeros de gusano en todas partes. De acuerdo con esta idea, electrones, protones,
átomos, planetas, estrellas, galaxias, cúmulos de galaxias, supercúmulos y universos
son alimentados por la misma Fuente que fluye a través de todas las escalas. Esta
Fuente es la fluctuación del vacío en la escala de Planck”. -Nassim Haramein-

116
Quizá enriquezca la reflexión añadir la idea de Haramein respecto de que toda
la energía/masa que constituye nuestra realidad es el resultado de un gradiente de
densidad de información, entre diferentes escalas. Variación por la cual se iría
generando y animando a las estructuras de nuestro universo. Este enfoque identifica
la disposición de una red de información que genera la gravedad y la masa de los
núcleos atómicos; la fuente de la energía/masa que constituye la materia.
Se supone que las fluctuaciones del Campo, cuando se tornan coherentes, son
las que darían lugar al mundo material. Recordemos: cada átomo del universo extrae
la energía o el electromagnetismo (para ciertos investigadores: emanación que
promueve la gravedad en una de sus fases) del Vacío, por lo tanto, sería este -El
Espacio- el Germen de la existencia.
“La voluntad en movimiento crea, porque la voluntad en movimiento es fuerza,
y la fuerza produce materia”. -H. P. Blavatsky-

A esta altura del planteo, sobre todo para descubrir el lado práctico de lo que
queremos explicar, presumimos productivo cada día -aunque sea tan sólo por unos
minutos- interiorizarnos, penetrar bien hondo en el Ser y viajando más allá de lo
acumulado, de la superficial y mutable estructura tangible -quebrantando el horizonte
de la mente egotista- acercarnos hacia el Centro más íntimo; al siempre Presente e
Impersonal Espacio, en cuanto a la Esfera de potencial ilimitado que, esencialmente,
Somos.
De cierto que existe una Dimensión de mayor profundidad que la relacionada
al yo que creemos ser, con la que solemos identificarnos y desde la cual comúnmente
operamos. “Si me experimento como Espacio, voy a dejar que los demás sean lo que
son, porque el Espacio no tiene forma de manipularlos, ni utilizarlos, ni explotarlos.
El Espacio es sumamente paciente... muy hospitalario”. -reflexiona Douglas Harding-
Por la quietud interior -ausencia de pensamiento- ostentamos la posibilidad de
aproximarnos cada vez más al “Punto de Densidad Infinita” que conecta nuestra
Individualidad con la Ilimitada Vida. En definitiva no son dos cosas diferentes sino
Una sola. Tengamos en cuenta, además, que la meditación -al no tratar de otra
cuestión que de relacionarnos con la Consciencia Pura o de reencontrarnos con el Sí
Mismo- purga la sustancia mental, reorganiza la envoltura vital, reestructura el
cerebro, reemplaza átomos groseros por otros más sutiles (aunque de mayor
concentración energética), mejora el mundo de relación, influye benéficamente en
los genes, afecta en términos energéticos al contexto y, sobre cualquier cosa, nos
restablece en nuestra auténtica identidad: “Aquello Yo Soy”.

117
Según narra el Yoga Vasishtha, cuando la consciencia se dirige hacia “el
corazón” -simbólicamente hablando y no tanto- la mente se tranquiliza de un modo
natural y sin demasiado esfuerzo. La sustancia mental no se aquietaría con la misma
eficacia por otros medios, sean penitencias, peregrinaciones o ritos ceremoniales.
Cuando la consciencia se vuelve consciente de la percepción misma, tal
captación no deja huellas y pasa como si fuera inmediatamente olvidada. No
acopiándose tendencias psicológicas. La observación sin juicio es Inteligencia. El
mero intento por hacer lo propuesto acerca al supremo estado de auto-revelación, que
tiene más que ver con la Intuición o la Razón Pura (Testimonio de la Realidad) que
con el análisis. Una idea similar, aunque dirigida más al mundo de la personalidad,
expresa Jon Kabat-Zinn, biólogo molecular, investigador y promotor de
“mindfulness” en Occidente, al sostener que, si se aumenta en consciencia, los
cambios -en términos de provecho, obviamente- discurren de manera espontánea.
De cierto, como de la “Esencialidad” nada podemos indicar con propiedad,
entendemos que la mejor forma de adentrarnos en “Ello” es por medio de la amorosa
quietud y el silencio. Y a sabiendas de que el silencio cuando es auténtico conlleva
sencillez, renuncia y paz; incorporemos la sana costumbre de, con regularidad,
aquietarnos e intentar ingresar hondo en Nuestra “Seidad”.
“Para que la Realidad sea, las ideas de “yo” y “mío” deben partir. Partirán si
usted las deja partir. Entonces reaparece Su Estado Natural, en el que usted no es ni
el cuerpo ni la mente, ni el “yo” ni lo “mío”, sino que usted está en un Estado de Ser
completamente diferente. Es “Pura Presenciación” de Ser, sin ser esto o eso, sin
ninguna identificación de sí mismo con nada en particular, o en general. En esa Pura
Luz de la Consciencia no hay nada, ni siquiera la idea de nada. Hay sólo Luz”. -Sri
Nisargadatta-

Por lo que fuimos viendo a lo largo de nuestro recorrido, no sería imprudente


tomar como hipótesis (en la actualidad la ciencia, al menos ciertos de sus exponentes
de algún modo convalidan) las enseñanzas atribuidas en el Sutra del Corazón al Señor
Buddha, hace más de 2.500 años y sobre las cuales los Vedas incluso antes habían
dado cuenta, : - “(…) la forma es vacío y el vacío mismo es forma; el vacío no se
diferencia de la forma, la forma no se diferencia del vacío; todo lo que es forma, es
vacío; todo lo que es vacío, es forma; lo mismo es aplicable a los sentimientos, a las
percepciones, a los impulsos y a la consciencia (…)”.
Si arribamos a lo comentado desde una perspectiva psicológica, podremos
entender que el deseo, esas insaciables ansias por conseguir cosas, que moviliza y
tanto nos define y presiona, no guarda un fundamento serio, necesario y racional; en
118
el sentido de que es incomprensible anhelar “algo” que se dilucida esencialmente
vacío -carente de Realidad-. La insatisfacción, el ardiente afán y el apego (por
naturaleza mutables e impermanentes), para la filosofía budista, ha de constituirse
causal de aflicción. Las ambiciones del ego distorsionan el avance de la consciencia.
El sufrimiento se debe a la identificación con las temporales formas.
La supresión de lo juzgado intolerante -“anhelar que desaparezca algo”-
conduce al retorno exacerbado y desfigurado de lo que se pretende por inaudito
desalojar y al consecuente e inevitable padecimiento. Tal mecanismo reaccionario,
dice el psicoanálisis, en ocasiones conlleva debido a la crueldad inherente de la
instancia psíquica teorizada por Freud como “súper yo” -por supuesto delata falta de
integración entre los vehículos inferiores o de contacto con el Alma-, a pagar con
culpa aquello por lo que no se pudo responsabilizar respecto del propio deseo.
La carencia constitucional de la consciencia localizada -inteligencia del centro-
ha de superarse por el poder abrazador de la inclusividad. Que a través de la
coherencia se gane en Visión (suma de puntos de vistas), ergo, integración y
solidaridad, es un mandato Esotérico. El Veda dice: “Lo que tú conoces como la
verdad y lo que conoces como no verdad, ambas juntas son la Verdad”. Tal es la
Síntesis, ilustra el Maestro K. P. Kumar, que se experimenta en la neutralidad, en la
ecuación entre lo general y lo particular. Pero cuidado, a no engañarse, la
imparcialidad frente a la injusticia, el permanecer “neutral” ante el agravio sinónimo
son de complicidad.
Alecciona la Sabiduría Arcana, por ejemplo el Srimad-Bhagavatam, que no se
trata el proceso de purificación y sublimación de una lucha contra los vicios o los
defectos ni de reprimir las apetencias sino de procurar, con persistente regularidad,
desarrollar la virtud y re-direccionar el anhelo. Enaltecerlo.
Lo noble, elevado y positivo, si se lo alimenta con paciencia, concentra la
potestad de transformar los lugares oscuros y hoscos del carácter. A no olvidar, lo
único Real es el momento presente. Por ello, se aconseja no aferrarse a nada salvo a
“Brahmán”. Ver y sentir a Lo Uno en todo.
Cuando se habita en el Ser -Inmutable, Intemporal, Inmensurable- no se es
dependiente de la realización o de la ilusoria felicidad que ofrece el mundo exterior,
constantemente fluctuante.
“El hombre ha olvidado su Naturaleza esencial y divina. Cree que es un
individuo aislado. “Se separó del Absoluto” debido a la ignorancia y el egoísmo. Por
lo tanto, se siente miserable. Si el hombre elimina su mezquindad y sentido de
separación, si aniquila los deseos y anhelos (personales), si se identifica con el

119
Infinito, todas las limitaciones, imperfecciones y miserias terminarán para él.
Obtendrá inmortalidad y beatitud eterna”. -Swami Sivananda-

En el cosmos -conforme ilustramos y debido a la valía que involucra repetimos-


es el Espacio (interno y externo) mucho más preponderante que las mutables y sujetas
al desgaste apariencias objetivas. “Aquello”, el Vacío, que permite a los entes existir
y desarrollarse. Seguramente, lo comentado, una vez más, encuentre reciprocidad con
la enseñanza del Apóstol San Pablo y su famosa frase bíblica: - “En Él vivimos, nos
movemos y tenemos nuestro ser”.
En vez de justificar al Espacio a partir de la materia, pensamos que se debería
encarar el tema desde la concepción opuesta y comprenderlo a la inversa, pues sería
la “Vacuidad”, lo Verdadero, la Inmutable base a partir de la cual asume estructura
las experiencias de la realidad. En otros términos, en el “Campo Morfo-genético” que
compartimos está la completa información. Los organismos son los decodificadores,
los instrumentos por lo que la potencia se torna acto. Los Planos “invisibles” o la
Energía, acorde ciertos códigos sagrados -geometría-, se convierten en los cuerpos
concretos que captamos en el mundo tangible. Suceso que, por identificación con la
parte, no logramos todavía otear ni sentir por completo.
“Tres cosas hay, eternamente las mismas y que jamás sufren vicisitudes ni
modificación: la Ley, el Nirvana y el Espacio. Los tres son Uno, puesto que los dos
primeros están en el tercero, y este a su vez es Maya, en tanto el hombre se halla en
el torbellino de las existencias afectivas”. -Pensamiento atribuido al Señor Buddha,
que figura en el sexto volumen del famoso libro de H. P. Blavatsky, La Doctrina
Secreta-.
En definitiva, el Espacio, al ser la Raíz Primordial y trasunto de la Voluntad que
direcciona el Propósito, lo que a todo contiene y por nada es contenido, también a
nosotros como humanos interpela y revela.

120
121
La emergencia de los Mundos
“Tú no puedes reconocerMe por la forma. Tú sólo puedes reconocerMe por la
Presencia. Yo me expreso a través de la forma. Mi Presencia es eterna, mientras que
Mi forma es transitoria. Pobre es quien Me circunscribe a una forma”. -Krishna, el
Señor-
Lo Incognoscible no es plausible de abordar por la mente creadora de formas.
Aquello Inescrutable jamás ha de someterse a la lógica, el raciocinio ni la
especulación. Desde lo conocido -campo de la experiencia- nunca la Vívida Frescura
llega a comprenderse. El rancio matiz de lo viejo opaca la Eterna y Virginal Esencia.
Lo temporal de ninguna manera revela lo que no está sujeto al cambio. Lo limitado,
acotado y estructurado de modo alguno abarca la Infinitud. A partir de lo irreal no se
asume lo Verdadero. Lo Real se muestra cuando el engaño se desvanece por
completo.

Avancemos en nuestra indagación, tomando como base principal el libro: “La


Doctrina Secreta” de H. P. Blavatsky.
“El Eterno Padre (el Espacio), envuelto en sus siempre invisibles vestiduras,
había dormitado una vez más durante Siete eternidades.
El tiempo no existía, pues yacía dormido en el seno infinito de la Duración. La
Mente Universal no existía, pues no había Ah-hi (Seres Celestiales) para contenerla
(y por consiguiente manifestarla). Las Siete Sendas a la Felicidad (“Moksha” o
“Nirvana”) no existían. Las Grandes Causas de la desdicha (“Nidana” y “Maya”) no
existían, porque no había nadie que las produjese y fuese engañado por ellas. Sólo
Tinieblas llenaban el Todo sin límites, pues Padre, Madre e Hijo eran una vez más
Uno, y el Hijo no había despertado aún para la nueva Rueda y su peregrinación en
ella.
Los Siete Señores sublimes y las Siete Verdades habían dejado de Ser, y el
Universo, el Hijo de la Necesidad, estaba sumido en “Paranishpanna” (Perfección
Absoluta), para ser exhalado por Aquello que Es, empero No Es. Ninguna cosa
existía. Las Causas de existencia habían sido suprimidas; lo visible que fue y lo
invisible que es, permanecían en el Eterno No Ser, el Único Ser.
La forma Única de existencia se extendía sola sin límites, infinita, sin causa, en
sueños sin ensueños; y la Vida palpitaba inconsciente en el Espacio Universal, en
toda la extensión de Aquella Omnipresencia que percibe el Ojo Abierto del
“Dangma” (Intuición). Pero ¿dónde estaba “Dangma” cuando el “Alaya” (Súper

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Alma) del Universo estaba en “Paramartha” (Inexistencia), y la Gran Rueda en
“Anupádaka” (no nacida)?”. -H. P. Blavatsky-
Lo Absoluto, el Tao, la Verdad, no guarda conexión con el Kosmos (en términos
de espacio-tiempo), sin embargo -cuan paradoja- “parece” sostenerlo.
Sólo “Brahmán” (Lo Incondicional) conoce a “Brahmán”, advierte la Filosofía
Vedanta Advaita. Afirmación semejante, en un sentido, a la esgrimida por I. Kant,
pensador alemán del siglo XVIII, en cuanto a que la “Cosa en Sí” es inescrutable y
que el Noúmeno no es asequible por el conocimiento empírico.
De lo Atemporal, Inefable e Ilimitado, a lo que por falta de palabras se lo
denomina “No Ser” (Causa desconocida, Principio Inactivo e Inmanifiesto, que no
tiene analogía con nada del Universo), “emerge el Ser”. Raíz y Fuente de los demás
seres. Existencia-Consciencia, que sin perder Su Esencia y Unidad, pues “no hay
otro”, por Su propia Naturaleza inherente, cíclicamente, aparenta expresarse acorde
a Tres Primigenias y Fundamentales Cualidades. Trinidad constituida por: a- Lo
Subjetivo, Positivo o Espíritu; b- Lo Objetivo, Receptivo o Materia Raíz; y c- la
tensión emergente a partir de esta cardinal Polaridad, que a modo de Vibración o
Movimiento Abstracto une.
Del Cero (0) germina Lo Uno (1), lo cual detallándose en Tres (3) da cuenta de
los Cinco (5).

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De la relación del Primer Aspecto -Padre- con el Tercero -Madre- nace el
Segundo -el Hijo-. Trimurti que se encarna en cada cosa y en todas las escalas
Kósmicas.
A la Síntesis de los tres Logos, en la filosofía hindú, se le conoce por Dattatreya,
el Señor. El Dios Masculino-Femenino, venido en el Triángulo de la Creación
(Voluntad, Sabiduría y Actividad) se establece cuan Pentágono Sagrado y exterioriza
a través de los Cinco (5) Elementos y sus combinaciones. Así se constituye el Diez
(10) de la Realización Divina o Tethraktys. Explicaba H. P. Blavatsky, la Tétrada,
siendo la forma de la Perfección para los pitagóricos, simboliza al propio tiempo la
ilusión fenomenal, es decir, la sobreimposición o “Maya” (reverberación de las Tres
“Gunas”). A saber, la Década, suma total de Principios, al Universo -“Hijo de la
necesidad”- representa.

En tanto sutil o invisible Sustento, enseña el Ocultismo y la Kabbalah, podemos


dilucidar un esquema Trino. Existirían tres clases de Luces: La Luz Abstracta y
Absoluta, que es “Oscuridad”; La Luz de lo Inmanifiesto-Manifiesto, llamada por
algunos Logos; y la Luz reflejada en los “Dhyan Chohans”-los Elohims, entendidos
colectivamente- quienes, a su vez, la derraman sobre el “universo de los fenómenos”.
En otros términos encontramos la Luz: Trascendente, Subjetiva y Objetiva.

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Intentemos, detalladamente, aunque con suma inexactitud, dar cuenta del
Divino Programa de exteriorización. Queremos decir, de la emergencia de los
Mundos y seres desde el “Corazón de lo Inefable”.
En el comienzo del “Gran Período” (“Maha Manvántara”), “Fohat” -Fuerza
Kósmica de Movimiento Perpetuo- traza el “nexo” entre Espíritu y Materia. La
comunicación acontece y así se tiende el “puente” por el cual La Vida consigue
expresar las Ideas del Pensamiento Divino (El “Pymander” para Hermes Trimegisto,
el Nous o la Luz Divina, la Mente Andrógina) por intermedio de la Naturaleza.
La Materia y la multiplicidad de formas que de la misma surgen durante el
proceso de evolución de un Universo, puntualizaba Vicente Beltrán Anglada, son el
resultado de la energía que manipulan los Ángeles al sustanciar o condensar los
Éteres, acorde a la intensidad vibratoria de cualquier Mente, desde la del Creador
hasta la pequeñísima mente del más insignificante átomo o elemento químico. La
Materia, aspecto sustancial y más externo de la Creación, es energía cristalizada,
según Vicente, por el poder de la mente.

Lo que parece virtualmente Dual Espíritu y Materia, desde luego sin alterar la
integridad inmanente, puede volverse entendible -en cuanto Aspectos- de acuerdo a
una Triplicidad. Trinidad que, de forma espontánea, se transforma en Cuatro (Cruz)
-insignia de la Manifestación- para, articulándose en un Patrón Séptuple, luego y bajo
la estructura de un Dodecaedro encontrar guía. Desenvolvimiento evolutivo, que
desde otra perspectiva, culminaría en el Diez (1+ 0 = 1): la realización del Designio.
Principio de perfección que involucraría Siete (7) Planos, Dinámicas o Estados de
Consciencia, más otros Tres (3) a modo de Síntesis. Trimurti que dentro de la liturgia
cristiana se conoce como “La Santísima Trinidad”.
Al respecto y en tanto complemento de lo apercibido, en las páginas de La
Doctrina Secreta se lee que Diez -10- (cuyo símbolo es el círculo y el punto -“yantra”
del Sol en la astrología-) son los frutos celestiales producidos por las dos semillas
invisibles: Masculina y Femenina. Valor (el Diez -10-) que naturalmente se
convertiría, si incluimos la mencionada y primigenia Polaridad, en el número Doce.
El Dodecaedro Divino, sólido platónico y distintivo de “Osiris”, Dios de la
Resurrección del antiguo panteón egipcio, sobre el cual ya hablamos y seguiremos
explorando.
Interesante sería notar, invitamos a meditarlo, lo antedicho y lo escrito respecto
del hombre, en tanto reflejo micro-cósmico del “Todo”, quien encarnaría a los doce
(12) signos del zodíaco o a las doce Jerarquías Creadoras en el mundo de los
fenómenos.
125
El ser humano, al igual que el Kosmos, sería el “cuadrado místico” o el “cubo”
(asumiéndose las tres dimensiones) en el Plano creativo. Polígono, que al desplegarse
lleva al seis (6) -el doble triángulo- volverse siete (7) en la disposición de una cruz -
“tres (3) unidades horizontales o femeninas y cuatro (4) verticales o masculinas”-. A
la vertical se la puede, místicamente, asociar con el primer mandamiento: “Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón con toda tu alma y con todas tus fuerzas” y a la
horizontal concebir en tanto: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. En el centro,
expresión del dinámico equilibrio entre lo celestial y lo terreno, se yergue el Cristo -
La Rosa en la Cruz-.
El cubo, además de constituirse a partir de seis (6) pirámides encastradas entre
sí que convergen en Un (1) Punto -la Unidad- (seis -6- días para completar la Creación
y uno de integración -“Shabat”-), representa con sus veinticuatro (24) ángulos -
ángeles- rectos a las veinticuatro (24) horas del día, a la suma de los doce (12)
Plenilunios y doce (12) Novilunios a lo largo de un año. En la Masonería, las lunas
llenas y nuevas se hallan aludidas en el piso del Templo con veinticuatro (24)
cuadrados intercalados: doce -12- blancos y doce -12- negros. Asimismo, tenemos el
“mantram Gayatri” -métrica sagrada destacada en los Vedas-, compuesto de
veinticuatro (24) sílabas.
Hemos de asumir otras consideraciones parecidas a las ya mencionadas. Estas
son: 1- los veinticuatro (24) ángulos (ángeles) que se computan en la Estrella de
David; 2- las veinticuatro (24) pulgadas de la regla -instrumento para marcar rectitud-
que emplean en sus trabajos ritualísticos las logias de Masones. Asimismo, el
hexaedro regular (forma que asume el Santo Sanctórum del Templo de Salomón, que
incluye y asocia a la √3 -proporción relacionada al círculo- y √2 -proporción inscripta
en el cuadrado-) símbolo del Elemento Tierra, caracteriza: la perfección, el equilibrio
entre las tres (3) Cualidades de la Naturaleza, las tres (3) dimensiones del espacio
(base, altura y profundidad) y los tres (3) aspectos de Logos. Equilibrio que, al tener
el cuerpo lados desiguales, no admite desarmonía o inversión. En el ritual masónico,
sobre el cubo, que personifica al Maestro, se pone para que lo sostenga al ladrillo,
emblema del discípulo.
Los templos (metáfora del universo) se construyen con ladrillos. Por ello, con
el fin de que la estructura no se desmorone, se necesita que encajen perfectamente
entre sí. Cualquier ladrillo fuera de lugar socava la estructura entera. En
consecuencia, uno de los retos más destacados que por delante se vislumbra sería la
ordenada coordinación de las partes (los grupos -fracciones de la Consciencia
Crística-) en función de la Obra completa (Vida Mayor).
126
Reanudando nuestra pesquisa sobre el cubo, bien aclaraba H. P. Blavatsky, que
también da cuenta del hombre en tanto especie, meta máxima de la Deidad en la
Tierra. A saber, el cuerpo es la cruz de carne -cuadrado-, sobre la cual, por medio de
la cual y en la cual está crucificado el Logos Divino, el Yo Superior. División
cuádruple que, en definitiva, es relativa sólo al continuo espacio-tiempo pues el Alma
es Indivisa y “Una con Todo y en Todo”.

Enuncia H. P. Blavatsky en La Doctrina Secreta: - “El Triángulo Primordial es


el Segundo Logos, que se refleja a Sí Mismo como Triángulo en el Tercer Logos u
Hombre Celestial, y desaparece después. El Tercer Logos, que contiene la potencia
de creación formativa, desenvuelve el Triángulo en Tethraktys y se convierte en Siete
(la Fuerza Creadora), que con el Triángulo originario fundan la Década. Cuando este
celeste Triángulo y Tethraktys se reflejan en el universo de la materia para constituir
el hombre astral paradigmático, quedan invertidos; y el triángulo, o potencia
formativa, resulta debajo del cuaternario, con el vértice superior hacia abajo. La
Mónada de este hombre astral paradigmático es por sí misma un Triángulo, que
guarda con el cuaternario y triángulo la misma relación que el Triángulo Primordial
con el Hombre Celeste”.
Los TRES (3) LOGOS -sabemos que son Unidad e incluso no difieren en
esencia del Trasfondo o “No Ser”- existen, conforman y/o se hallan Presentes en cada
partícula del Universo: reflejo o proyección de la Divina Inmanencia.
Acorde con la Doctrina Arcana, el Kosmos involucra:
a- El PRIMER LOGOS KÓSMICO (La Raíz o Esencia inaudita), “Punto” sin
dimensión que irradia del Trasfondo y que, cuan “Motor Inmóvil, permanece
Inmanifiesto y sin sexo,”. Impersonal y precursor de la Manifestación;
b- El SEGUNDO LOGOS KÓSMICO (Espíritu-Materia, Vida) conlleva en Sí
Mismo y de manera latente Amor-Sabiduría-Voluntad y Bienaventuranza ilimitadas.
El Espíritu del Universo;
c- EL TERCER LOGOS KÓSMICO, la Ideación Universal, el Hacedor que
gesta y compone, desde la virtual Nada o el Espacio potencial, al aparente Todo o
Creación. El Alma Universal.
El Demiurgo o el TERCER LOGOS -La Inteligencia Creadora, Poder
afirmativo de la Consciencia de Ser y Realizar-, aseveran las Escrituras, es idéntico
a “Mahat”, “Alaya”, el Noúmeno Cósmico, la Mente Divina o “Mahā-Buddhi”. Y
como tal, siendo entonces la Entidad Suprema, está constituida por el grado
insuperablemente sutil de Materia. En función a ello, la Mente del Creador, explicaba
Vicente Beltrán Anglada, planifica, ordena y dinamiza a los Éteres del Espacio según
127
el oculto Plan, invocándose así a las Inteligencias -“Devas”- que en su seno
descansan. El Tercer Logos -Gran Dragón de la Sabiduría-, entonces, ubica arriba el
Fuego sin orillas y abajo, las Aguas.
La Luz -“Fohat”- que impregna todo e informa la función de cada cosa, enlaza
con Siete Lazos al Espíritu con la Materia “haciéndolos” Uno. Trata del Principio
vivificador que electrifica a los innumerables “Átomos” mediante el Fiat Creador. Se
asume por el Puente o Vínculo (Energía Dinámica) que une los Principios Masculino
y Femenino, imprimiendo las Ideas que existen en el Pensamiento Divino (“Alaya”)
en la Sustancia Kósmica como Leyes de la Naturaleza.
Se lee en “La Doctrina Secreta” que el significado esotérico de Logos -Palabra
o Verbo- es: la conversión del Pensamiento Oculto en expresión objetiva. El Logos -
Propósito, Razón, Ley- se asume, desde cierta perspectiva, en tanto espejo sobre el
cual brilla la Mente Divina. El Mundo es Su reflejo.
“Mahat es la “Parabráhmica” Mente Universal, manifestada (durante un
“Manvántara”) en el Tercer Plano (Kósmico). Es la Ley por la cual cae y se diferencia
la Luz de Plano en Plano. Sus emanaciones son los “Manasaputras” (Señores de la
Mente)”. -H. P. Blavatsky-.

El Espacio late: la Ley de Atracción y Repulsión, aparentemente, separa a la


Unidad. El palpitar, según el Principio de Economía, organiza la variedad. La Síntesis
subsiste.

128
A partir de los Tres (3) Principios Creadores fundamentales surgen
correlativamente, en sucesivas graduaciones, innumerables universos que encierran
incontables estrellas, sistemas solares y planetas.
Cada sistema solar es la manifestación de la energía y de la vida de una gran
Existencia Cósmica a quien denominamos, a falta de mejor término, Logos Solar.
Este Logos Solar encarna, se expresa o viene a la Manifestación, a través de un
Sistema Solar.
“Este sistema solar constituye el cuerpo o la forma de esa Vida Cósmica, y es
en sí triple. Este triple sistema solar puede describirse en términos de tres aspectos, o
(según lo denomina la teología cristiana) de tres personas:
FUEGO ELÉCTRICO O ESPIRÍTU
1ra. Persona, Padre, Vida, Voluntad Propósito, Energía positiva.
FUEGO SOLAR O ALMA
2da Persona, Hijo, Consciencia, Amor-sabiduría, Energía equilibrada.
FUEGO POR FRICCIÓN O CUERPO O MATERIA
3ra. Persona, Espíritu Santo, Forma, Inteligencia activa, Energía negativa.

Cada uno de estos tres se manifiestan también en forma triple, totalizando:


a. las nueve Potestades o Emanaciones,
b. los nueve Sephiroth,
c. las nueve causas de la Iniciación.
Estos, conjuntamente con toda la manifestación, el Todo, producen el diez (10)
de la manifestación perfecta, o sea, el Hombre perfecto.

Estos tres aspectos del Todo se hallan presentes en todas las formas.
a. El sistema solar es triple; se manifiesta a través de los tres aspectos ya
mencionados.
b. Un ser humano es también triple, manifestándose como Espíritu, Alma y
Cuerpo, o Mónada, Ego y Personalidad.
c. El átomo del científico es análogamente triple, compuesto de un núcleo
positivo, electrones negativos y toda la manifestación externa, resultado de la relación
existente entre los dos primeros.

Los tres aspectos de cada forma se interrelacionan y son susceptibles de


interacción porque:
a. la energía se halla en movimiento y circula;

129
b. todas las formas del sistema solar constituyen parte del Todo, y no son
unidades aisladas;
c. esta es la base de la fraternidad, de la comunión de los santos y de la
astrología.

Los tres aspectos de Dios, el Logos solar y la Energía o Fuerza central (términos
sinónimos en sentido oculto) se manifiestan por medio de los siete centros de fuerza
-tres centros mayores y cuatro menores-. Estos siete centros de Fuerza Logoica están
constituidos de tal manera que forman Entidades colectivas, conocidas como:
a. Los siete Logos planetarios.
b. Los siete Espíritus ante el Trono.
c. Los siete Rayos.
d. Los siete Hombres celestiales.

Los siete Logos incorporan siete tipos de Fuerza diferenciada y en este tratado
se les considerará como los Señores de Rayo. Los nombres de los Rayos son:
1er. Rayo ----- Rayo de Voluntad o Poder, 1er. Aspecto
2do. Rayo ----- Rayo de Amor-Sabiduría , 2do. Aspecto
3er. Rayo ----- Rayo de Inteligencia Activa, 3er. Aspecto
Estos son los Rayos mayores

4to. Rayo ----- Rayo de Armonía, Belleza y Arte


5to. Rayo ----- Rayo de Conocimiento Concreto o Ciencia
6to. Rayo ----- Rayo de Devoción o Idealismo Abstracto
7mo. Rayo ---- Rayo de Magia Ceremonial u Orden

II. Existe una ley básica denominada Ley de Periodicidad.


1. Esta Ley rige toda la manifestación, ya sea la de un Logos solar, por
intermedio de un sistema solar, o la de un ser humano por medio de una forma
humana. Esta Ley controla similarmente a todos los reinos de la naturaleza.
2. Existen otras leyes en el sistema que están vinculadas con esta; algunas de
ellas son las siguientes:
a. La Ley de Economía, rige a la Materia, el Tercer Aspecto.
b. La Ley de Atracción, rige al Alma, el Segundo Aspecto.
d. La Ley de Síntesis, rige al Espíritu, el Primer Aspecto.

130
3. Estas tres son Leyes Cósmicas. Hay siete Leyes que rigen la manifestación
de nuestro Logos solar.
a. La Ley de Vibración.
b. La Ley de Cohesión.
c. La Ley de Desintegración.
d. La Ley del Control Magnético.
e. La Ley de Fijación.
f. La Ley del Amor.
g. La Ley del Sacrificio y de la Muerte.
4. Cada una de estas Leyes se manifiesta particularmente en cualquiera de los
Siete Planos del sistema solar.
5. Cada Ley entra en vigencia periódicamente y cada Plano tiene su período de
manifestación y de oscuración.
6. Cada vida manifestada tiene tres grandes ciclos:
nacimiento vida muerte
apariencia crecimiento desaparición
involución evolución oscuración.
movimiento inerte actividad movimiento rítmico
vida tamásica vida rajásica vida sáttvica
7. Conocer los ciclos significa tener conocimiento del número, del sonido y del
color.
8. El pleno conocimiento del misterio de los ciclos lo posee únicamente el
Adepto perfecto.

III. Todas las almas son iguales a la Super-Alma.


1. El Logos del sistema solar es el Macrocosmos. El hombre es el microcosmos.
2. El alma es un aspecto de todas las formas de vida desde un Logos hasta un
átomo.
3. La relación que existe entre todas las almas con la Super-Alma es la base
científica de la creencia en la Fraternidad. Fraternidad es una realidad de la
naturaleza, no un ideal.
4. La Ley de Correspondencia explica los detalles de esta relación.
Esta Ley de Correspondencia o de Analogía interpreta el sistema y explica al
hombre la existencia de Dios.
5. Así como Dios es el Macrocosmos para todos los reinos de la naturaleza, así
también el hombre es el macrocosmos para todos los reinos subhumanos.

131
6. La meta para la evolución del átomo es la autoconsciencia, tal como se
demuestra en el reino humano. La meta para la evolución del hombre es la
consciencia grupal, así como lo manifiesta un Logos planetario. La meta para el
Logos planetario es la consciencia de Dios, tal como lo expresa el Logos solar.
7. El Logos solar es la suma total de todos los estados de consciencia dentro del
sistema solar”. -Maestro Djwhal Khul, Tratado sobre Fuego Cósmico-

Ahora bien, en algún sentido podemos definir a la Mente en tanto una vibración
en la Consciencia Pura (La Pantalla de Trasfondo). Y es por medio de la acción
(incluye la omisión) que los estados mentales se revelan. Así se aprende y recorre el
sendero de la “evolución”, que en última instancia sería aparente. A partir del
Pensamiento, tan sólo una Dimensión inherente al Ser Infinito, acontece el virtual
suscitar de los Ciclos, el nacimiento y la destrucción (transformación) de los
innumerables Sistemas y seres. Con la emergencia de la Mente aparece “la dualidad”,
el “Yo frente a lo Otro” -en cuanto a proyección de la propia imagen- y con ello el
dialéctico “Juego de la Vida”.
132
La Creación, aunque germina sobre el Trasunto de la In-causada, Eterna y Pura
Existencia, y desde su relativa duración alterna períodos de brillantez y obscuración;
de cierto nunca hubo tenido un comienzo ni tendrá, por lo tanto, un definitivo final.
Se enseña, esotéricamente, que la Entidad “Manásica” no perecerá ni aún al término
del “Maha-manvántara” (cuando todos los dioses queden absorbidos) sino que
resurgirá una y otra vez desde la latente potencialidad “Parabrahmánica”.
“La forma existe en distintos Planos, y las formas de un Plano pueden no serlo
para los residentes en otro. Los Cosmocratores construyen, según la Mente Divina,
en Planos visibles para ellos, aunque invisibles para nosotros. El principio de
limitación es la forma; este principio es la Ley Divina manifestada en la materia
Kósmica, cuya esencia no tiene demarcaciones. El Huevo áurico es el límite del
hombre, como el “Hiranyagarbha” es el límite del Kosmos”. -H. P. Blavatsky,
Doctrina Secreta-

Hagamos, si se quiere con el objetivo de dilucidar algo más sobre la idea


presentada, una síntesis numérica del proceso de la Creación (simbólicamente: el
camino del Hijo Pródigo). Tanto de la etapa de exteriorización como del sendero de
retorno.
La Unidad -que por primaria condición no tiene partes- “se convierte en Tres y
los Tres engendran el Cuatro”. Por los Cuatro se vuelve a los Tres y por los Divinos
Tres acontece la dilatación en lo Absoluto. Con un estilo místico y lleno de encanto,
en su libro “La Segunda Venida de Cristo”, el destacado Yogui Paramahamsa
Yogananda aleccionó (citando primero y después comentando el Evangelio de San
Juan 3:16) sobre el mismo Proceso Creativo: -“Porque tanto amó Dios al mundo que
entregó a su Hijo Unigénito” para redimirlo; es decir, Dios Padre permanecía oculto
más allá del reino vibratorio que surgió de su Ser, pero luego se manifestó como la
Inteligencia Crística que se halla presente en la materia y en todos los seres vivientes,
con el propósito de hacer regresar todas las cosas a su Hogar de Eterna
Bienaventuranza a través de los hermosos llamados de la evolución”.

Para enriquecer el estudio, desde una mirada complementaria y más vinculada


a la humanidad, el cuarto Reino de la Naturaleza, retomemos lo expuesto con
anterioridad.
La idea de yo florece cuando la Consciencia que ilumina la Inmensidad, en
apariencia, se bifurca acorde a la relación conocedor y conocido. Cuestión que al
mismo tiempo involucra, por la virtual división señalada, un tercer elemento
vinculador de ambos. Triplicidad, que a pesar de no dejar nunca de Ser Una, cuando
133
es asumida desde la parcial concepción personal conlleva -dentro del relativo factor
temporal- a la “pérdida” de la Esencia, de la Síntesis Original.
Por la eventual identificación del yo con los objetos cognoscibles, la mente
brota y con ello la idea de ego (“Ahamkara”) despierta, conjuntamente con la
ambigüedad inherente. No hay una entidad independiente llamada mundo aparte de
los pensamientos, afirmaba Ramana Maharshi. Advertía el Maestro -cuestión que
connota una intensidad oculta y suponemos sugestiva inquirir-: debido a que en el
sueño profundo no subsisten pensamientos, tampoco hay manifestación; y porque en
los estados de vigilia y sueño existen pensamientos, en consecuencia, emerge la
“creación”.
“De la misma manera que la araña genera el hilo de sí misma, y de nuevo lo
reabsorbe en sí misma, así también la mente proyecta el mundo de sí misma y de
nuevo lo reabsorbe en sí misma”. -Ramana Maharshi-

Continuemos nuestro desarrollo, sin dejar pasar la oportunidad de percatarnos


de que la confrontación de información aparentemente diferente -y el conflicto
característico- ofrece, con frecuencia, la posibilidad de generar una dimensión nueva
y creativa. Dimensión en la cual, lo que parece excluyente e incoherente en un estrato
termina siendo afín, complementario y hasta necesario en un Plano más complejo y
amplio.
Escudriñemos sobre la emergencia del psiquismo y sus consecuencias, tomando
una de las famosas alegorías del Antiguo Testamento.
La vergüenza de Adán y Eva (por identificación con la parte, en especial con el
cuerpo físico), el esconderse de Dios y su simbólica destitución del “Jardín del Edén”
134
(pérdida de la Consciencia de Unidad) al haber comido el fruto (“manzana”, cuan
estructura Toroidal que también esconde la fuerza del pentateuco -estrella de cinco
puntas-) del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal conlleva a la caída en la
horizontalidad (mundo de las sensaciones) y en la ignorancia de un universo
desconectado. Expulsión a la mundanidad (estado psíquico) que eventualmente se
revertiría cuando las polaridades logren integrarse y adquirirse, o mejor dicho,
evocarse desde el fuero interno al verdadero Conocimiento.
El exilio, a no confundirse, es el comienzo de la redención (aprendizaje). Hemos
de entender: las aparentes limitaciones de la materia están al servicio de una Función
Mayor o en otros términos, de la evolución de la consciencia.
La vergüenza, el retraimiento o la victimización (negación de la íntima Chispa
Divina) son modalidades del ego. La timidez es un mecanismo de defensa que asume
el yo personal. Reacción que, al mismo tiempo que sobrevalora lo que el otro pudiera
opinar, por inseguridad, no quiere exponer la imagen que posee de sí mismo a la
“mirada y/o juicio” de los demás. Patrón que, generalmente, queda más en el ámbito
de la fantasía y la especulación que de la realidad.
“La persona tímida que teme despertar la atención de los demás no carece de
ego. Tiene un ego ambivalente que teme y a la vez desea la atención de los demás. El
temor es que la atención adopte la forma de desaprobación o crítica, es decir, algo
que menoscabe su sentido de ser en lugar de engrandecerlo. Así, el temor de recibir
atención es mayor que la necesidad de tenerla. La timidez suele ir de la mano con un
concepto negativo de uno mismo, la idea de ser inadecuado.
Toda noción conceptual del ser (verme a mí mismo de tal o cual manera) es ego,
trátese de un concepto predominantemente positivo (soy el mejor) o negativo (no
sirvo para nada). Detrás de todo concepto positivo de uno mismo está el temor de no
ser lo suficientemente bueno. Detrás de todo concepto negativo de uno mismo se
oculta el deseo de ser el mejor de todos, o mejor que los demás. Detrás de la sensación
de superioridad del ego seguro de sí mismo y de la necesidad de conservar esa
superioridad, está el temor inconsciente a la inferioridad. Y al revés, el ego tímido
que se siente inferior, tiene un fuerte deseo oculto de ser superior”. -E. Tolle-

135
El Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, que desde la Kabbalah en su
aspecto superior sería el Árbol de la Vida (Consciencia de lo Eterno), trata sobre la
dualidad necesaria y gestora de la matriz tiempo-espacio (campo que promueve, por
bondad de la experiencia y el “trabajo”, la síntesis de la Sabiduría), que en términos
astrológicos estaría encarnada en el aspecto inferior del signo de Libra -con su sentido
de comparación y disgregación sujeto-objeto imperante-.
Toda división comprende algún nivel de tensión y la constitución de un centro
y una organización carente. El “pecado” original -error primigenio- involucra, por la
prepotencia de la sentida necesidad, el despertar de un impulso por el cual se busca
la completitud afuera. El peligro y el miedo nacen por la experiencia de ajenidad. Las
fantasías que se reproducen, a partir de las proyecciones emanadas desde la “falta”,
recrean “Karma” e instituyen una virtual identidad. Las creencias se fundan a modo
de pertenencia y el pasado se reproduce como destino circular. Un Discípulo debe
evitar enredarse en demasiada actividad mundana. Lo que venga hacia él (“Karma”
obligatoria) ha de atenderlo con plenitud para liberarlo.
Por afán de supervivencia, esfuerzo mediante - “ganarás el pan con el sudor de
tu frente”-, lentamente, la estructura se predispone para la habilitación de cualidades
y la relativa maduración psíquica. Los “problemas” activan la puesta en acto de
potencialidades, la configuración de una más rica orientación. Aquí el mérito.

136
Se narra en La Doctrina Secreta que es posible considerar a la “serpiente de la
tentación” (símbolo del tiempo o del intelecto) en tanto el impulso creador y, por
inferencia, Padre de la Espiritual Humanidad.

El radiante “Lucifer” fue entonces el precursor de la luz que abrió los ojos del
“autómata” (hombre sin mente), que desde la ignorancia (ceguera respecto de la
Verdad -Dios-) moraba en el “paraíso” de Jehovah. La caída de la Gracia impone
responsabilidad por los actos y, por medio del dolor, la retracción y la muerte,
conlleva a comprender lo que no se percibía en el inicial y virginal Estado de
Unicidad. La experiencia de limitación -identificación corporal- con el trascurso de
las eras y el lento despunte de la Sabiduría conduce a que se rompan los horizontes -
anillos de la serpiente- para, ganando niveles vinculares más complejos e incluyentes,
recuperar lo que en esencia nunca se perdió, el Edén de la Bienaventuranza.
Otra breve reflexión, dentro de las factibles, a partir de la referencia del Génesis
es que la sensación de pudor, retraimiento o vergüenza adviene cuando subsiste la
creencia de que alguien ostenta la potestad de juzgarnos de tal manera que la imagen
que sentimos y queremos mantener de nosotros mismos, que de igual forma
pretendemos generalmente que los demás compartan, puede verse violentada. Con
esto intentamos indicar que habrá limitación mientras se conserven opiniones e
impresiones sobre quienes supuestamente somos y en tanto pensemos que existe un
“otro” -lo cual no deja de ser una proyección que toma valor a partir de la propia
significación- que de continuo nos califica, enjuicia y conceptúa. Lo planteado no
sería diferente a la expresión “dioses ajenos” a la que se refiere el primer
Mandamiento de la Ley Mosaica, que en definitiva involucra una externalización del
sentido inconsciente de división y de falta, ambas características congénitas al ego.
137
Patrón de pensamiento que impactaría, muchas veces subyacentemente, a modo de
un virulento sentimiento de culpa, miedo y angustia. Mientras existan rígidas ideas,
estrechas valoraciones y cristalizados puntos de vistas (“ídolos”), el Ser, la Totalidad
(que contiene a la nada), no podrá captarse.
El drama del Génesis, referimos a la caída del hombre de su estado primario de
Consciencia Divina debido a la influencia de “Satanás”, se interpreta en el Yoga -
comentaba Paramahamsa Yogananda- como el descenso de la energía vital y la
desviación de la atención desde los centros superiores (situados por encima del
diafragma) a los inferiores, donde mana al exterior -horizontalidad- por mediación de
los sentidos. Acto que ocasiona la identificación con el cuerpo y el apego a las
mudables y relativas formas. Declara el Maestro Djwhal Khul, el plexo solar,
exacerbado hoy por el hábito de arrastrarse -a modo de culebra sobre su barriga- en
la materialidad es el foco del vehículo etérico a través del cual la humanidad (término
medio) vive, se mueve y tiene su ser. El hombre contemporáneo está condicionado
por el deseo. Deseos buenos, egoístas, erróneos y espirituales. Mediante este centro
(el tercero de abajo hacia arriba, el quinto si vamos en sentido inverso, de lo sutil a
lo denso) y debido a que se está astralmente polarizado, elucida en sus obras el
Maestro, fluyen la mayor parte de las fuerzas que hacen al individuo “progresista”
(volverse ambicioso) y mezquino (sus apetencias personales -egoísmos- han ganado
relevante importancia). Esquema psíquico que, por el “pecado original”, expresión
natural de la emergencia de la mente fragmentada, gesta la falsa y condicionante
creencia de “yo y el mundo”. Las ansias por conocer -con la parafernalia mental
involucrada- destruyen lo Real.
Comentaba Swami Vivekananda: - “El conocimiento es sólo relativo; nosotros
podemos ser Dios, pero nunca conocerlo. El conocimiento es un estado inferior; la
caída de Adán ocurrió cuando llegó a conocer. Antes de eso él era Dios, era verdad,
era pureza”.
Para ciertas líneas Gnósticas, el mito del Génesis alude a la primera humanidad
(personalizada en Adán y Eva -todos los hombres y las mujeres-) que habitando el
Paraíso cayó en el Pecado Original (cuando fornicó y empezó a eyacular el semen -
pérdida de energía-) y fue, en consecuencia, expulsada del Edén (la Tierra sin mal).
El derroche de la vitalidad por intermedio de sensualidad -conducta condicionada-
sería lo que hubo conducido al ser humano a perder, al menos temporalmente, su
condición divina.
“La Kundalini, entonces, en su esencia es manas, el principio Inteligencia, que
ha caído de su lugar en la esfera búdica a su propio reflejo, o a su propio campo
magnético. Ha entrado en ese color (reflejo de su propio fuego) que aviva el aspecto
138
forma. Así, la consciencia es llevada dentro de la forma y queda aprisionada en ella.
Esto está simbolizado en la historia de la caída del Hombre del Jardín del Edén. Eva
(el aspecto creativo del Alma, ahora definido como personalidad) fue tentada por la
serpiente (kundalini caída) a saborear la manzana (experiencia sensoria de la
sustancia) del árbol del conocimiento (aspecto forma). Después de comer, Eva tentó
(atrajo) a Adán (el Alma Espiritual Transcendente) a comer de la manzana, y así
empezó el proceso de encarnación en los tres mundos inferiores. Ellos fueron
expulsados del Jardín del Edén (Plano búdico) por el Padre, con el propósito de
redimir la kundalini caída.
La kundalini, en su condición manifiesta actual, ha sido dividida en dos polos,
un aspecto reside en el centro más bajo del sistema de centros etéricos y el otro reside
en el foco más alto del sistema. La consciencia ha quedado aprisionada entre esta
división y, por tanto, ha perdido su reino”. -Lucille Cedercrans-

Una lectura adjunta -obviamente no se agota la simbología del mito en ello-


sería interpretar que la figura de Adán se yergue en cuanto a representación del alma
humana en evolución y a la de Eva, como la personalidad exteriorizada por medio
del sistema neuro-sensorial, que por presión de la avidez y el afán de vivencias lleva
al “cuarto reino” a extraviarse en el sufrimiento. En otros términos, se ha de
interpretar al yo personal -empobrecido estructuralmente- en tanto a la inercia
material que empuja a vivir por fuera de la “Gracia de Dios”, la Unidad del Ser.

139
La ignorancia, causal de desdicha, es la prevalencia de la consciencia
localizada. La tentación en forma de serpiente puede asumirse como el aspecto
animal, la parte reptil y más antigua del cerebro, o en otros términos, a modo de los
instintos y apetitos primitivos. El “pecado” -el error- es la completa identificación
con las formas físicas, emocionales y mentales.
Satán, desde la Kabbalah, es el desvío que lleva al hombre a probarse y,
eventualmente, a perderse en las sombras para al final, atravesando la adecuada
rectificación, encontrar la Luz en la aparente oscuridad y descubrir por experiencia
directa y no dubitativa que “sólo Dios” existe. Satán es una función de la Divinidad,
no su contrapoder. El Mal es energía ubicada incorrectamente y parte fundacional del
Sistema, por lo tanto, esfuerzo y reajuste mediante, ayuda a obtener las pertinentes
conquistas sobre uno mismo. Lo que no se acomode al Orden y a la Ley está, más
pronto que tarde, destinado a desaparecer.
“A la larga, todo aquello que va contra la naturaleza no perdura”. -Charles
Darwin-

Debido a la incursión de nuestra especie en la materialidad, la Trimurti


Primigenia (Voluntad, Sabiduría-Amor, Actividad Inteligente) denigraría en: 1-
deseo, con su multiplicidad de objetos anhelados y contradicciones; 2- conocimiento
relativo, sesgado y fragmentado a la acotada y banal perspectiva; 3- mecánicas
reacciones (involucra muchas veces inercia y omisión) asiduamente irregulares,
individualistas y poco coordinadas. La triple naturaleza que gobierna el desempeño
general de la vigente humanidad, además de devorar vitalidad hasta esclavizar,
produce división, disidencia y pesadumbre. También injusticia.
Dentro del marco presentado, la responsabilidad evolutiva de cada “Hijo de
Dios” pasaría por restituir la dual naturaleza -“de Adán y Eva”- en la unificada
armonía del Edén. Meta que en tiempo-espacio ha de implicar convertirse en un canal
o encarnación del “Dharma” (Ley de la Vida), un apropiado conducto por medio del
cual la Sagrada Trinidad se externaliza sin distorsión en los tres mundos. Hemos de
considerar para regresar por la senda que conduce al Paraíso que los cuatro aspectos
del “Dharma” conforme a las Escrituras Sagradas son: 1- Penitencia o Austeridades;
2- Pureza; 3- Compasión; 4- Verdad.
Recordemos, procurando ahondar en otros detalles sobre el tema y con el fin de
meditar en ello para la íntima evocación y consciente regreso a La Fuente, que en el
Campo Kósmico, la Trimurti -Emanación de la Consciencia Pura- se detalla en: 1- la
Voluntad (Ley Suprema, Orden), Principio que permea y direcciona a la Totalidad;
2- la “Fuerza Divina” (el Amor), que conecta, ubica y sabiamente conduce dentro del
140
marco tempo-espacial a la “multitud de partes” del Sistema, en concordancia con el
lugar y la escala que corresponda y de acuerdo al Omniabarcante Propósito; y 3- la
Luz devenida en creativa acción, alegría e impersonal servicio, en cuanto movimiento
rítmico, adaptativo, incluyente, útil e inteligente.
El Segundo Logos sostiene y Guía al Universo, que el Tercero construyó y en
el Primero hubo limpiado y preparado el “terreno” (barrido el Caos).
“El Fuego del Espacio es la base de la energía psíquica. Esta es una combinación
de Fuego, Amor y Luz. El Fuego personifica la espada de la Fuerza de la Voluntad.
El Amor es el sostén de la Ley de la Compasión, simbolizadas por el concepto de
Cristo. La Luz es la radiación del Espíritu Santo, el Santo Shekinah”. -Torkom
Saraydarian-
Por mediación de los Tres (3) Atributos de la Deidad, siendo simultáneos e
indivisos, “lo Inmanifiesto -el Espacio Interior- acontece Manifiesto”.

El Mundo es “Maya”. Y “Maya” es “La Ilusión Kósmica”, el fundamental


engaño que parece dividir y lleva a pensar en medir al Infinito Indeterminado en
formas y fuerzas finitas. Es el Imperio Creador y auto-condicionante del Señor
Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente, el medio por el cual Lo Supremo “se
externaliza”.

141
Aclaran los Textos Sapienciales, el Universo no posee ninguna verdad
independiente de la Seidad, debido a ello, es que no puede considerarse ni como
existente ni como no existente. “Maya” (la relatividad del espacio-tiempo y la Ley de
Causa y Efecto) trata del Poder Divino que permite a la dimensión Espiritual florecer
en un “acontecer fenoménico” (emergencia de los mundos).
Tengamos por ventura percatarnos que las circunstancias percibidas, cuan
espejismo, son la decodificación que hace nuestro cerebro de lo que según la
Enseñanza Oculta es la “Unidad Infinita Inmanifiesta”. Vivimos identificados con la
ola personal sin llegar a darnos cuenta que no somos diferentes del “Gran Océano de
la Consciencia” (el Proceso Creativo de la Realidad).

Sobre la idea del precedente párrafo, se asienta también la concepción hinduista


de que la Deidad experimenta, por intermediación del hombre, una “diversidad de la
existencia” que por otro conducto no podría vivenciar. Por lo tanto, se le llama al
Señor Krishna “el disfrutador o el gozador”. Cada partícula del Kosmos se constituye
como el canal por el cual la Divinidad, Lo Indiferenciado, experiencia a la aparente
variedad.
Sólo existe una Consciencia funcionando a través de múltiples y cambiantes
formas, aseguran las Escrituras.
“¿Qué es aquello que siempre es?
- El Espacio, el eterno Anupâdaka (que no tiene padres).
¿Qué es aquello que siempre fue?
- El Germen de la Raíz.
¿Qué es aquello que está siempre viniendo y yendo?
142
- El Gran Aliento.
Entonces, ¿existen tres Eternos?
- No, los tres son uno. Lo que siempre es, es Uno; lo que siempre fue, es Uno;
lo que está siempre siendo y viniendo a ser, es también Uno; y este es el Espacio”. -
Catecismo Senzar-

143
De Serpientes y Águilas
“La Sabiduría Absoluta se refleja en su Ideación; la cual, por un proceso
trascendental, superior e incomprensible a la consciencia humana, se convierte en
Energía Kósmica: Fohat.
Vibrando en el reino de la Substancia “inerte”, Fohat la impulsa a la actividad
y guía sus primarias diferenciaciones en todos los Siete Planos de la Consciencia
Kósmica”. -H. P. Blavatsky-

Cada corpúsculo que aflora y al momento retorna a su Origen, llevando consigo


el aprendizaje de ese singular punto de vista (conforme al juego de manifestación-
inmanifestación, a las fuerzas de “Ida” y “Pingala”), aunque en contacto con la
Totalidad, además de presentar cierta condición específica en función a coordenadas
tempo-espaciales, se ajusta a la dimensión general donde se desenvuelve. La
externalización Universal, con su infinidad de escalas, que se relacionan,
interpenetran y organizan sobre la base de cierta funcional periodicidad, se funda
siguiendo un continuo “Patrón Elemental” que se despliega mediante infinidad de
creaciones y disoluciones. Movimiento continuo que faculta la virtual presencia,
aparición y desaparición de un sinfín de formas durante un “Período de Luz” o
“Manvántara”.
El surgimiento y el ocultamiento se hallan perfectamente nivelados y se
expresan tanto en el horizonte Macro como micro, ilustra la Gnosis Antigua. La
“existencia aparente” se aprecia como tangible debido al eventual equilibrio de la
actividad de advenimiento y disipación. Las energías circulan de lo sutil a lo denso y
en sentido inverso. Dinámica no captada por la percepción habitual. Percepción o
acercamiento que trata de una construcción no de un hecho dado. Como diría
Aristóteles, sólo vemos las cosas en acto, aunque sabemos que son muchas otras en
potencia.
El proceso de alternancia es eterno y se cumple sobre el “Inalterable
Trasfondo”. Los Sabios Videntes de tiempos védicos descubrieron que, en
simultaneo, ocurren innumerables creaciones en el Espacio y cada una de ellas tiene
de fundamento una organización apuntalada en cuatro (4) principales etapas o pasos:
1- Existencia (Aquel de lo que nada puede decirse); 2- Consciencia (La Sofía de los
Gnósticos); 3- Pensamiento (El Demiurgo o Potencia del Pensamiento Creador) y 4-
Acción (“Kurukshetra” o territorio de la experiencia tangible). Los tres primeros son
invisibles, únicamente el restante es objetivable. Indican los Vedas que la
Manifestación visible -cuarto estadio de la expresión del Verbo- comprende una
144
pequeña parte de la Totalidad. Sólo el 25 %. Dentro de este orden y a sabiendas de
que el número veinticuatro -24- (2+4 = 6) representa al cubo (la Materia) y siendo
dieciocho -18- (1+8 = 9), tres cuartas partes de ese valor (lo sutil y no evidente) y la
cantidad de capítulos (18) que contiene el Bhagavad Gita -El Canto del Señor-, se
puede dar cuenta entonces del enfoque, temática y relevancia de lo que en sus páginas
narra. Dieciocho (18) son los secretos imperceptibles del universo perceptible.
Destacamos el inigualable valor de la cotidiana lectura y prudente meditación del
mensaje de tan sagrado y revelador Libro. Lo dicho, desde lo simbólico y geométrico,
se lo puede sintetizar con un triángulo oculto en un cuadrado.

Siguiendo la línea de lo señalado, una idea similar se plantea con el Divino


nombre: “Narayana” (Supremo Señor del Amor, Maestro Universal que preside sobre
el movimiento de involución y evolución Kósmica). Palabra de poder que,
constituyéndose en un “mantram” tetra-silábico, representa a los cuatro (4) estados
(1- Existencia; 2- Consciencia; 3- Pensamiento -Fuerza- y 4- Acción -Materia-) de la
“Vida Una” -Dios- y del hombre (“hecho a su imagen y semejanza”). El antiguo
Templo de IBEZ (nombre de cuatro -4- letras), situado en Sudamérica y que en la
corriente Era acuariana se reactivará, está consagrado a la cuádruple expresión de
“Narayana”. La sigla IBEZ vela el nombre del Logos Planetario (Hombre Celestial)
y cada una de sus letras contiene la clave de los cuatro Avatares (uno por cada Ronda,
tres -ya transcurridas- más la actual).
Respecto del número veinticuatro (24; --3x8; 1x2x3x4; 2x12--), destaca el
Maestro Djwhal Khul en sus textos que refiere al doble doce (12) del zodíaco mayor
y menor. El veinticuatro (24) enuncia o descubre la cualidad del Tiempo (los doce
(12) novilunios y doce (12) plenilunios del año), ergo, sería la clave del gran período
de Manifestación y de toda apariencia o encarnación cíclica.
Las dos cifras --2 y 4-- definirían el método de la evolución. Mientras que el
dos (2) sería afín a la cualidad de “Amor-Sabiduría” (Rayo Mayor del Sistema, que
actuando de acuerdo a la Ley de Atracción, conduce al hombre de un punto de
realización a otro), el cuatro (4) indicaría la técnica de conflicto y el logro de la
armonía con su trascendencia (Cuarto Rayo). El cuatro (4) sería de igual modo el
número de la Jerarquía Humana -cuarto Reino de la Naturaleza- y el dos (2) el de la
Jerarquía Espiritual.
Regresando sobre el concepto de fracción (cuarta parte del Todo) aludido en
párrafos anteriores, que acorde a los Vedas en la Creación corresponde al Plano
perceptible (fractal de aquello que lo precede), afirma desde una “posición científica”
el Dr. Willy Kevin: - “El extenso universo físico que experimentamos no es otra cosa
145
que una serie de “ondulaciones” en la superficie del orden implicado. Los objetos
manifestados que, según nuestra consideración, conforman la realidad ordinaria son
sólo las proyecciones que se despliegan de un orden dimensional implicado, mucho
más profundo y elevado, que constituye la realidad fundamental”.

Reiteramos, lo dilucidado hasta ahora, ideas que en sentido esotérico podemos


considerar vinculadas con el “camino del Hijo Pródigo” o el “derrotero de la
Mónada”, se halla, conforme con la sabiduría hindú, sintetizado en el cuádruple
sonido: “Narayana” (El Alfa y el Omega). En este marco, “Nara” representa a la
potencia del Espacio, conocida como las Aguas Kósmicas; “Ayana” significa las
corrientes de involución y evolución.

La Vida circula, sin interrupciones, desde arriba hacia abajo y en sentido


inverso. El movimiento descendente se describe en las Escrituras Sagradas del mundo
como el reptar de la serpiente. En el Génesis tenemos la historia de la serpiente que
baja del árbol. En disposición a lo indicado, decimos que cuando la Vida se mueve
de lo incorpóreo a lo denso trata del sendero de involución o manifestación. En
cambio, si lo hace ascendentemente, vistiéndose de materia cada vez más vibrante y
luminosa -desechándose viejas pieles-, le llamamos evolución o sutilización.
La marcha ascendente se acredita mediante la figura del águila (la serpiente
emplumada). Cuando ocurre la elevación es la serpiente sublimada la que se
encumbra como águila.
146
“Nari” personifica a la feminidad en la Creación. La feminidad es negativa, en
el sentido de que ostenta propiedades pasivas u hospitalarias. Lo inferior es sensible
respecto de lo superior. Cuanto mayor sea la receptividad -acumulación-, tanto más
la vida tiende hacia el Polo Sur. El Polo Sur o Nodo negativo es conocido como
“Nari” o principio receptivo. “Nara”, opuesto y complementario del primero, es el
principio distributivo o positivo, penetrante y masculino. La Vida se mueve desde
“Nara” hacia “Nari” (del Polo Norte al Polo Sur) para luego desplazarse en sentido
inverso. Queremos significar con ello, desde “Nari”, alegóricamente la mujer, a
“Nara”, el hombre. A este orden ascendente y descendente, considerándoselo
conjuntamente, se le llama entonces “Narayana”.
De lo Absoluto -la aparente Nada, puesto que de “Eso” ninguna cualidad o
característica puede enunciarse- habría una virtual excitación y con ello, la
emergencia de la Pulsación con su doble movimiento. En el simbolismo Védico el
Ave encarna el dual Principio de la Pulsación, el funcionamiento centrípeto y
centrífugo de la Energía. Sería a partir de la Vibración, el Sonido, como irrumpe el
Tiempo y los Ciclos se despliegan. El nacimiento del Ave, llamada “Garuda” o
“Hamsa” en las Escrituras del Este, trata del acaecimiento de la Consciencia. La Luz
suscita la experiencia, sin que ello implique Su afectación. Conforme con los Textos
Sagrados, es la Consciencia Pura la que pone en marcha al Universo, Idea que
sostiene su fundamento en la aseveración hermética: - “todo lo que surge debe
regresar al punto de emanación”.

147
“Hamsa”, dice el Maestro K. P. Kumar, alude a la manera en que el Señor
descendió, habla además del proceso de ascenso y sobre la pulsación que sucede en
nosotros y que en definitiva “Somos”. Aquel que es la causa de “Hamsa” es
nombrado: “Parama Hansa”.
Sumando otra perspectiva a lo compartido alega Baba Hariharananda: - “Los
sonidos de las cinco letras del alfabeto sánscrito están localizados a lo largo de la
columna vertebral, entre el centro coccígeo y la glándula pituitaria. Ham es la primera
letra, se encuentra en la pituitaria y sa, la última, en el centro coccígeo. Si abstraemos
todas estas letras y confinamos la consciencia en la pituitaria, se constituye el estado
hamsa. Durante el estado hamsa, una persona no puede hablar, sólo puede percibir
divinidad en todo el cuerpo. El cuerpo burdo es ham y el poder de Dios es el alma, o
sa. Ham es un cuerpo muerto; no es capaz de inhalar sin sa, el cuerpo invisible o
alma”.

Cada entidad del Kosmos sería un Principio Pulsante y el Señor “Narayana” -


basa de la Trinidad- se constituiría como el Trasfondo desde donde germina la
Pulsación. A la Pulsación, cuan irradiación del Señor, se la denomina asimismo
Alma. Vehículo de la Mónada, si lo llevamos a nuestra escala evolutiva, que en los
tres mundos se expresa a Sí Misma a través de la triple personalidad -cuerpo físico,
emocional y mental-.
Cuando abrimos los ojos por la mañana es, desde una perspectiva, el despertar
del Alma en el mundo y para nosotros, el nacimiento del tiempo. El Espíritu,
testifican las Escrituras Sagradas, es Eterno, atemporalmente permanente. No yace
sujeto al cambio ni al devenir.
Asumiéndose lo escrito, se comenzaría con el trabajo de “trazar perfección”
(exclamación masónica) cuando por relacionarse con la Pulsación que ocurre en
nosotros -lo que implica el “Conocimiento del Tiempo”- remontamos a las
Dimensiones Invisibles de la Creación. Por ello, se recomienda meditar sobre la
alternancia Kósmica, en el despertar y el dormir de la Consciencia que
periódicamente sucede. En otros términos, ha de penetrarse en Su funcionamiento o
cíclico desenvolvimiento.
A esta altura de nuestra faena destacamos -porque servirá de guía a lo largo de
los capítulos del libro y de todas nuestras indagaciones- la premisa hermética de
Analogía. Por medio de la Ley de Correspondencia se llega a captar que a medida
que se entiende -por vivencia no dubitativa- lo que acontece dentro -en la existencia
micro cósmica-, en simultáneo se comprende lo que acaece en la Inmensidad.

148
Es de utilidad científica aprender a asociarse con el trabajo del sonido. Las
palabras evocan una potencia interna. Hemos de conocer que los “mantrams” no son
una combinación antojadiza, sino una revelación hecha por la Naturaleza a los Sabios
Videntes. Teniendo esta información presente sepamos que la fórmula vibratoria
oportuna al doble proceso de “Creación-Disolución” es: “Om Namo Narayanaya”.

149
El vigor numérico del “mantram” de “Narayana” se instituye a partir de la
potencia del ocho (8) -con todos sus múltiplos- porque se compone de dicha cantidad
de sílabas. Debido que al aludido valor se lo dibuja con el signo del Infinito -que
brillaría sobre la cabeza de los yoguis- corresponde su representación a “Aquello” -
la Consciencia Crística-, que sosteniendo por entero a los Siete (7) Planos de la
Manifestación, sin inmutarse, los Trasciende. El azul del espacio se toma como el
color de la Inteligencia Kósmica; el centro vital el octavo: Loto de “ocho (8) pétalos
de luz” ubicado por encima del “Chakra” cardíaco y por debajo del laríngeo; la
insignia geométrica (símbolo de perfección): un círculo en cuya superficie interna se
halla inscrita una cruz heráldica -con sus brazos de igual tamaño-, que unidos por sus
extremos conforman un rombo de ángulos rectos. Se recomienda emplear las
herramientas enumeradas para una más intensa contemplación.
Tarkalangkara, maestro del Tantra, decía que la Seidad debe ser meditada sobre
el Loto de ocho (8) pétalos en el corazón como si fuera una lámpara que no se altera
por ninguna brisa. Se la llamaba “la Rueda de Buena Visión” o en sánscrito
“Sudharshana Chakra”.

Símbolo de Narayana

El “mantram” (“Om Namo Narayanaya”) rompe con las limitaciones, facilita la


reorganización de las energías y otorga las transformaciones deseadas puesto que el
número ocho (8) significa perpetuo cambio. Esta cuantía, expone el Maestro K. P.
Kumar, debe entenderse por un doble cero. El cero de arriba alude a Dios, el Alma
Universal. El cero de abajo insinúa a su reflejo: el hombre. Es, por lo tanto, el símbolo
del Yo superior (La Deidad) reflejándose en el yo inferior, el ser humano.
El cantar y meditar en la expresión de fonemas presentada (asociada con los
siete --7-- principales centros etéricos y su trascendencia) ayuda a superar la atadura
propia de la séptuple existencia. Las sílabas atribuidas han de invocarse desde
150
“Sahasrara” al “Muladhara” y viceversa. También, junto con la visualización del
color, se exhorta entonar la citada reverberación musical para acompañar a los
moribundos y preparar a las almas durante la transición. En referencia a esto último,
es bueno dar la relativa vibración en el oído izquierdo, transmitir el azul por medio
del centro “Ajña” al corazón del hermano que parte para proyectarlo luego, vía el
pensamiento, en la habitación. En cualquier caso, repetir mentalmente el “mantram”
sirve de apoyo y brinda fortaleza.
Desde otra mirada, a la referida clave de sonido se la puede trabajar en series
de veinticuatro (24) repeticiones. Mientras enfocadamente se recita, ha de
visualizarse el concerniente “yantra” (el símbolo de perfección) o imaginar que un
rayo añil desciende, desde la cúspide de la cabeza a través del canal cerebro espinal,
para una vez que hubo llegado al centro raíz ascender en sentido inverso. Tras
completar varias veces el proceso de circunvalación de la energía a lo largo de la
columna vertebral (con su doble movimiento), permaneciendo en silente observación,
se encomienda proyectar y ver -en la pantalla de la mente- como el azul brillante se
expande por los “Nadis” (canales de energía del vehículo sutil), nervios, venas y
arterias. Hemos de procurar sentir primero la vivificante fluidez de la fuerza vital en
cada célula del organismo, para luego, con la ayuda del ojo de la mente, ilustrar su
crecimiento hasta envolver al mecanismo físico en una radiante esfera.
El “mantram” del Señor del Amor se emplea, produciendo grandes beneficios,
con fines curativos y purificatorios.
Hagamos una breve acotación y una nueva propuesta. El proceso del trabajo
con el sonido (la enunciación de los “nombres de Dios”) y el silencio (la capacidad
de atender sin juicio a lo que cada instante se presenta) refinan la mente. De esta
manera, es que los “samskaras” (programas de respuestas condicionadas por
creencias y prejuicios; patrones cognitivos, tendencias psicológicas y automatismos)
emergen para luego esfumarse a la Luz de la Consciencia. La eliminación de las
burdas tendencias psicológicas sobreviene cuando la sustancia mental se vuelve más
sutil. La clave de la labor está en la focalización, la entrega y la persistencia -ritmo-.
Advirtamos que, en cierta medida, las terapias psicológicas, igualmente, asumen un
enfoque y tienen por meta una transformación semejante: eliminar síntomas, hacer
consciente lo inconsciente, llenar las lagunas de los recuerdos, modificar patrones
cognitivos conductuales, etcétera.
El regular empleo del sonido ostenta efectos múltiples e induce a
modificaciones que de otro modo no se lograrían. Entre numerosos y benéficos
frutos: aquieta la vorágine mental y con delicadeza conduce hacia la quietud interior.

151
En la sosegada y ecuánime introspección, lo impermanente -irreal- se muestra para
desaparecer.
“Las vibraciones sonoras son esenciales para un mantram, pero el lenguaje y el
significado no lo son. Un mantram puede ser dado por un Iniciado en cualquier
idioma por arreglo rítmico de sonido y vibraciones. Hasta cierto punto, el significado
tiene importancia, pero el énfasis principal en un mantram está en el patrón de
vibraciones sonoras. Aunque el significado de un mantram ayuda a invitar a la
cooperación de la mente al objetivo de la práctica del Yoga, lo familiar generalmente
es descuidado por la mente. Se vuelve indiferente al mantram cuyo significado es
familiar y conocido por completo. Tal mantram no puede invitar a la cooperación de
la mente.
Un mantram cuyo significado es aparentemente conocido, pero no se conoce
por completo, estimula la mente inquisitiva y atrae la atención de la mente hacia el
mantram. En busca del significado, la mente habita en el mantram repetidamente y
se absorbe en los patrones de vibración del sonido. La mente entra en una experiencia
hasta ahora desconocida del sonido y de allí se conduce a la experiencia de la
existencia de uno como Yo Soy”. -Maestro E. K.-

El blanco llevado a su máxima profundidad es azul y el Espacio por la Gracia


del azul se manifiesta. Diariamente, se le sugiere al Aspirante lavar el “Karma” con
el color azul del Espacio.
El “símbolo de perfección”, donde todos los polígonos se funden y cuya
naturaleza es “establecer”, se constituye en un mecanismo auspicioso para la
concentración y el desarrollo de los poderes latentes del hombre. Sagrado emblema,
cuenta la Bibliografía Esotérica, el cual pertenece a un manuscrito arcaico que le
fuera revelado a la eximia Iniciada H. P. Blavatsky para su entrenamiento. Es en
reciprocidad a lo anunciado que se aconseja, para la meditación de la mañana y de la
tarde, contemplarlo en la Gruta del corazón o en el entrecejo. También se puede ver
internamente, tomando por punto de partida al Loto cardíaco, como el distintivo crece
hasta abarcar al cuerpo por completo. A la línea vertical ha de visualizársela
impresionando con su luz la columna vertebral y la horizontal atravesando
perpendicularmente a la primera en la altura del “Chakra” cardíaco.
El núcleo duro de la práctica espiritual se compone de buena voluntad, amplitud
de pensamiento, discernimiento, entusiasmo, contento y desinteresado servicio. Para
que la “sadhana” resulte, la mente y el corazón deben unirse en la recta acción. Sin
el enunciado sustento cualquier ejercitación será poco menos que estéril e inclusive,
en ocasiones, hasta peligrosa. Trabajar habitualmente con el “símbolo de perfección”
152
(en tres dimensiones dos pirámides unidas por su base cuadrangular -octaedro- dentro
de una esfera), reiteramos, le permite al hombre, de acuerdo con la Enseñanza
Antigua, desarrollar sus potencialidades.
Desde otra aproximación, en el aludido “yantra” se sintetiza, a partir de una
mirada aérea, la forma tridimensional del Árbol de la Vida. Cada uno de los extremos
de la cruz sería una de las cuatro (4) columnas de la estructura y el punto del medio,
la parte superior del pilar central.

Regresando al enfoque desde la perspectiva del plano, la forma del símbolo


(“cuadratura del círculo”) puede entenderse en tanto la conjunción de dos ejes: 1- el
vertical, la esfera Imaginaria o espiritual (orden implicado) y 2- el horizontal, el
mundo material o la realidad física (orden explicado).
El centro -la médula del gráfico- refiere a la Consciencia Yo Soy, al “OM” o la
estrella Polar de nuestro globo.

Su valor es cero (0), Su color azul, Su forma la esfera, Su sonido el “OM” -ॐ,
Síntesis de la Trinidad-, alega el ritualista al profundizar sobre la Suprema Deidad.
En contemplación, para el alineamiento con lo Divino, mirando hacia el Este y
con ardiente devoción se propone entonar tres (3) veces la Palabra Sagrada: “OM”.
Sonido Primigenio e hilo de Vida que interconecta a todos los Planos y seres uniendo
lo mudable con lo Eterno. En el contexto dilucidado se confía al Discípulo visualizar
tres (3) soles: a- uno en el corazón como emblema del Sol del sistema (Globo
planetario -“Surya”-); b- otro en el entrecejo, en tanto anclaje en nosotros del Sol
153
central (Globo Solar -Neptuno- ) o “Savitri” (en el “mantram Gayatri”); c- al restante,
que está más allá (Globo Kósmico -Urano-), en el centro de “Narayana” emplazado
entre el “Chakra” cardíaco y el laríngeo o, en su defecto, concebir la imagen de un
Sol en la zona de la coronilla, la parte superior de la cabeza. Con el primer “OM” se
cubriría el Plano de la Materia, con el segundo el Plano de la Fuerza y con el tercero
el Plano de la Consciencia. Por detrás permanece, en conformidad con lo que
tratamos a lo largo del capítulo, el Cuarto Estado o La Existencia Pura.
A “La Palabra”, el “Logos” -cuya Cualidad es el fluir- se la asume en tanto
expresión y conexión -en armoniosa asociación- entre “Purusha” (Espíritu) y
“Mulaprakriti” (Materia Primordial, Principio Sustancial PreKósmico de la cual
surgen los Elementos). Sería el “OM” la Vibración Kósmica equilibradora de las Tres
(3) “Gunas” o Cualidades esenciales de la Madre Naturaleza. El “OM”, sonido de
Síntesis de los cuatro “Vedas”, anuncia la Divina Potestad del Creador-Conservador-
Destructor de los Universos. Es del “Pranava” al “Prana” o Energía (extensión de la
Consciencia) y luego a la Pulsación que, tornándose inhalación y exhalación, con la
colaboración de las cuerdas vocales, la lengua y los labios, La Palabra -Voz del
Silencio- deviene al mundo.

Se persuade, recordemos, proyectar por mediación del pensamiento, mientras


se canta el “Pranava” (“OM”), el “símbolo de perfección” (emblema relativo al
Conocimiento del Tiempo y el Espacio) a la altura de la frente o el pecho. En cuanto
a esta “Sacra Insignia”, en función a su geometría, existe otra labor de valor que se
puede emprender. Sugieren las Escrituras de Oriente, vía la visualización consciente
154
(ejercicio que desarrolla al tercer ojo), su despliegue en tres (3) dimensiones. Ha de
erigirse mentalmente rededor del cuerpo físico y tomando como espacio central el
plexo cardíaco, una doble pirámide de luz -de base cuadrangular- dentro de una esfera
ígnea. Dicho santuario, que surge a partir de tres (3) pares de vectores (adelante y
atrás, derecha e izquierda, arriba y abajo) y configura a modo de octaedro (sólido
platónico de: seis (6) vértices, ocho (8) caras, doce (12) aristas y veinticuatro (24)
ángulos -ángeles-), con la rítmica ejercitación traerá a su constructor variedad de
bendiciones.
En lo que concierne a la obra ritualista de transformar la personalidad en un
templo, comencemos parados de frente al Este e imaginemos que desde el centro del
corazón dimana un haz de luz hacia el horizonte. Luego, percibamos que este rayo
regresa a nuestro pecho y nos colma de beatitud. Tras lo ilustrado, veneremos y
agradezcamos al “Deva” del punto cardinal. Después, giremos el cuerpo hacia la
derecha en noventa grados y mirando al sur continuemos con el mismo
procedimiento. Efectuemos lo señalado también hacia el oeste, el norte, abajo y
arriba. De no poder hacerse de pie, lícito sería realizar el ejercicio empleando la
imaginación creadora, sentados o acostados. Preferentemente, se debe cumplimentar
la tarea en los momentos del amanecer para servirse de las buenas cualidades de los
rayos dorados del Sol y las refrescantes energías del nuevo día.
Una oración a efectuar junto con la oportuna visualización sería: - “Me inclino
ante la Sabiduría del Este y los Ángeles que allí presiden. Me inclino ante la Voluntad
del Sur y los Ángeles que allí presiden. Me inclino ante la Fuerza del Oeste y los
Ángeles que allí presiden. Me inclino ante la Consciencia Superior del Norte y los
Ángeles que allí presiden. Me inclino ante la Luz Principal de la excelsa belleza y los
Ángeles que allí presiden. Me inclino hacia los cimientos del templo, los grandes
perros y los ocho elefantes que por debajo custodian la puerta”.
El octaedro, plantean ciertos Textos Antiguos, primera forma nacida del Vacío
-Espacio Potencial-, al girar sobre su propio eje dio génesis a la esfera primordial -
“el Doble Toro de Siete Colores”-.
Simboliza, entre tantas cuestiones, este cuerpo compuesto por dos pirámides
invertidas unidas por su base (al igual que su expresión artística el Shiva Lingam): la
perfección del equilibrio entre la Materia (La Tierra) y el Espíritu (El Cielo).

155
Investiguemos sobre otras aristas, incorporando nuevos enfoques al tema de la
Emanación y Asimilación Cósmica o al binario, aunque complementario,
movimiento de la Creación.
Multitudes de criaturas emergen de la incognoscible Fuente y regresan a “Su
Seno”, volcando cada una sus experiencias. Fuente que, al incluir al conjunto, es
Omnipresente, Omnisciente y Omnipotente… y pese que a Todo sostiene y compone
permanece Eternamente Imperturbable.
Para las Cosmogonías conocidas, la Triplicidad -sin perder su Innata Unidad-
se enuncia a Sí Misma en Siete (7) Energías. Septenio que se organiza y difunde como
un “Holomovimiento”. La periodicidad, la alternancia y el ritmo; el flujo y reflujo de
la energía; la espiral cíclica del cambio, la transformación y la mutación: constituyen
el fundamento de Su expresión. Todo surge y desaparece en una dinámica dual de
expansión y contracción (Pulsación).
Cada cosa responde a Un Único y Omniabarcante Propósito en el cual Somos.
La variedad no es otra cuestión que una multiplicidad de estados de Una Esencialidad.
Principio Sempiterno e Inquebrantable. La Vida indivisible se perpetúa. Debido a que
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la Unicidad es Realidad, ensañarse, atacar y/o lastimar a lo que percibimos en tanto
algo o alguien ajeno, además de ignorancia, significa ir en contra de la Existencia, de
Sí Mismo. Tengamos presente que, al mismo tiempo de que cada cosa en un nivel se
encuentra interconectado con lo demás y que prevalece entre los seres una mutua
dependencia, subiste también una razón más profunda que da cuenta de que sólo Lo
Uno (Lo único) Existe. No hay dos.
Afirma colmado de poesía y mística belleza E. Tolle: - “No estás en el Universo;
eres el Universo, una parte intrínseca de Él. La Verdad ulterior es que no eres una
persona, sino un punto focal donde el Universo se vuelve consciente de Sí Mismo.
¡Qué milagro más increíble!”.
La Vida Es. La Ley gobierna el Kosmos en consonancia a un doble proceso de
Evolución (manifestación-inmanifestación) que está trabajando a cada instante en
Todo.
“La naturaleza de las cosas es el Dharma”. -Mahavira-

En la esfera humana, los Principios Subyacentes que finalmente conllevarán a


la fraternidad, la perfectibilidad y la auto-trascendencia (expansión hacia nuevas
escalas y horizontes vinculares) se despliegan a través de las renovadas posibilidades
que otorga la reencarnación (con su dual movimiento), según los designios de
“Karma”. Doctrina clásica, la trasmigración de las almas, a la que históricamente
adhirieron y lo siguen haciendo, hindúes y budistas, los antiguos sacerdotes druidas,
los esenios, los gnósticos y muchos de los teólogos cristianos primitivos, así como
también cabalistas y filósofos orientales y occidentales.
El suceder, el desarrollo, el acompasado fluir y refluir de la Naturaleza -en la
dimensión objetiva y desde la extensión macro- lo observamos en la acrecentada
propagación que para los astrofísicos asume en la actualidad el espacio interestelar.
La “energía y materia oscura” (el vacío para N. Haramein) estarían empujando y
produciendo la apresurada dilatación del cosmos. Al respecto de la dinámica doble
que implica cualquier expansión, expresa el científico suizo: - “Uno puede concluir,
dada nuestra comprensión de la información y de la memoria espacial (tiempo), que
el universo se está expandiendo y acelerando, puesto que está aprendiendo sobre Sí
Mismo y, por lo tanto, necesita más superficie para almacenar la información
holográfica Planck”.
Sustentándonos en el principio de la física Newtoniana: -“toda acción genera
una reacción proporcional y opuesta”, cuestión que encuentra concordancia con lo
que conocemos en el marco esotérico y en la filosofía oriental en tanto “Karma” y la
circulación dipolar de la corriente Vida; legítimo, entonces, sería hipotetizar que de
157
semejante modo en que el universo aceleradamente se difunde, quizás para acopio,
incorporación y síntesis del aprendizaje que se va adquiriendo, y desde luego con el
fin de guardar el equilibrio natural; a su vez y de manera simultánea se interioriza.
De la misma forma en que la vida (nosotros junto a ella) se propaga y ensancha
su superficie, a la vez y en un desplazamiento compensatorio se introyecta. Suceso,
al que eventualmente también habría de entendérselo por un acrecentado proceso de
“Autoconocimiento”. Según los Maestros de las Épocas, conocerse a uno mismo,
experimentarse como el Ser -meta suprema de la encarnación- semejante es a conocer
a Dios. Este sería el secreto último de la Gnosis.

De acuerdo con la Ley de Causa y Efecto, cada acción (física y/o propia de las
Dimensiones sutiles) derivada de un “centro”, produce una afección que adopta una
tendencia y se aloja en la mente a modo de semilla “Kármica”. Tendencia que a su
vez germina y nuevamente se convierte en acto -plasmándose su caudal acumulado
de potencia- cuando las condiciones del entorno (mucho tienen que ver las posiciones
astrológicas) le proporcionan las energías necesarias.
La causa conlleva al efecto y ambos son aspectos enlazados. Siempre el efecto
se encuentra envuelto en la causa. Aunque sea en latencia. Queremos señalar: no se
trata lo producido sólo de una expresión a posteriori.
Desde una simple perspectiva lineal y temporal, se admite diferenciar “el origen
de su consecuencia”, pero la realidad se advierte más compleja, integradora y
misteriosa. En el fruto está incluido la simiente. El resultado no es una conclusión
sino la partida de otra cantidad de derivaciones. La dinámica se recrea y ramifica a
cada momento.
El Único Principio es armonía y equilibrio perfectos, y como tal, frente a la
aparente diversidad, prevalece impersonal. Las Leyes no pueden nacer puesto que
son sempiternas e increadas.
Comentaba H. P. Blavatsky: - “Toda Causa puesta en acción en el Plano Físico,
repercute eternamente en todos los Planos. En la “Pantalla de la Eternidad” se reflejan
de Plano en Plano efectos eternos”.
De pretender ganarse neutralidad y mesura, las acciones deberán orientarse al
“bien común”. Servicio desinteresado, caridad e inofensividad en pensamiento,
palabra y acto son los talantes que se requieren para quemar el acopiado “Karma”
personal y no generar nuevas restricciones. El trabajar para el beneficio de los demás
es Ley. Principio que en su nivel inicial se resume con la afirmación: “No hacer a los
demás lo que quisiéramos que ellos no nos hagan”. Si nos sentimos incapaces de
ayudar a otros, al menos procuremos evitar estorbarles.
158
Guardando relación con el simbolismo de la serpiente y el águila, junto con
otros tópicos compartidos hasta aquí, pero a la vez sumando un nuevo punto de vista,
reflexionemos sobre ciertas ideas que ilustraba G. I. Gurdjieff: - “El hombre es un
símbolo de las Leyes de la Creación. En él existe la evolución y la involución; el
progreso y el retroceso; la lucha entre lo positivo y lo negativo; lo activo y lo pasivo;
el sí y el no; el bien y el mal”.
En la humanidad se sintetizan todos los Principios y Fuerzas. La constante es
cambio y movimiento de formas y estados de consciencias. Los aparentes contrarios
se atraen, asocian, complementan, ajustan, recrean, reciclan y optimizan. Del juego
entre lo virtualmente opuesto: lo novedoso nace.
Sobre lo elucidado y dando cuenta del fundamento que en la Filosofía
Hermética se conoce como Polaridad, recordemos la potente frase del destacado
pensador griego Heráclito: - “Lo contrapuesto concuerda, y de los discordantes se
forma la más bella armonía, y todo se engendra por la discordia”.
Por medio de la eventual fricción y del aparente conflicto el Plan se encamina.
La perfección no se pierde. La paz por detrás sostiene la Obra. Su Voluntad, que en
esencia no es diferente de la nuestra, pues Todo es Uno, inquebrantable prevalece. La
serpiente del Tiempo, con sus relativos cambios, flujos y reflujos, siempre sigue a la
Ley.
“Como el agua en movimiento produce turbulentos remolinos, los tres mundos
sólo son torbellinos en el Infinito Océano de la Consciencia. Parece vacía porque está
fuera del alcance de la mente y de los sentidos, pero no es realmente vacío porque
puede ser captada por el autoconocimiento.
A causa de la indivisibilidad de la Consciencia yo soy tú y tú eres yo, aunque
esta Conciencia indivisible no sea ni tú ni yo. Cuando se olvidan las erróneas
nociones de tú y yo, brota esa Consciencia que no es ni tú ni yo ni ninguna otra cosa,
sino todas las cosas a la vez”. -Yoga Vasishtha-

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160
Moviéndose hacia la Unidad
“Lo opuesto al Amor es el miedo, pero Aquello que todo lo abarca no puede
temer”. -Un Curso de Milagros-
Mientras subsista el sentido de división, que en esencia es carencia de Amor;
recelo, disputa, duda, sospecha, hambre, maltrato y guerra gobernarán la Tierra.

En función con algunos temas planteados en capítulos precedentes,


solventándonos en lo que la Teosofía explica, en cuanto a que el mundo de los
fenómenos sería exclusivamente una expresión de una condición interna; podemos
concluir que al dirigir el foco de la consciencia hacia adentro, crecemos en inclusión,
amplitud, longitud y dominio. A medida que consigamos asociarnos con la Fuente o
Base compartida seremos capaces de contener cada vez más “parcelas de espacio” y
de conciliar mejor con la vida circundante. Situación que, no podría ser de otra forma,
conlleva emancipación del sufrimiento y del pavor inherente. La íntima Comprensión
es causal de transformación externa.
Cuando se vive en Unidad, el Universo, que no es diferente al Sí Mismo o al
“Yo Soy” -la Plena Actividad de Dios en cada uno-, se abre de par en par con sus
gloriosas bendiciones. El pecado del cual derivan las demás desviaciones es la herejía
de la separatividad.
Ver lo bueno en los demás y agradecer por ello acrecienta la Luz. Desear el
Bien, en silencio, sin preferencias ni esperar retribución alguna denota compresión
de la Unicidad. Sentir la felicidad del “otro” como propia demuestra sabiduría.

161
Eventualmente, tenemos la oportunidad de, a partir de un proceso de
introspección e independencia de viejos y caducos patrones psicológicos, preparar
un cambio a escala planetaria. La Rueda ha girado y los Ciclos pregonan intensas
transformaciones. Ignotas Energías se precipitan sobre el Sistema y con ello la
propuesta de un renovado Amanecer. La promesa Bíblica de San Juan en el
Apocalipsis que da cuenta, para “tiempos venideros”, sobre el surgimiento de un
“Nuevo Cielo y una Nueva Tierra” podría volverse un hecho.
El florecimiento que algunos grandes seres en el pasado mostraron, si se quiere
por una necesidad evolutiva, parecería que de manera paulatina se va disponiendo a
una graduación mayor. Los fundamentos para la emergencia de una más rica
“Inteligencia Vincular” comienzan a asentarse. Los sueños de un mundo de paz,
abundancia, equidad y concordia aguardan tras las caóticas escenas de la dolorosa
transición. Los fuertes, si bien últimos, coletazos de un paradigma agotado se hacen
sentir.

Si con valentía se penetra dentro, el horizonte (ficticio anillo trátese del Plano
objetivo como del subjetivo) establecido por la mente egotista (aspecto superficial de
la Consciencia que se caracteriza por la autopreservación, la defensa de posturas fijas
y la sensación de dualidad) logra finalmente quebrarse. No obstante, la inercia
acumulada por la costumbre -fuerza de la involución- que empujan hacia la
materialidad no cede con facilidad. Satán -el adversario-, alegoría asociada con el
Principio planetario de Saturno y símbolo de las potencias que tienden hacia la
densidad de la sustancia, propicia la tan sentida “desconexión”. En este contexto, la
Síntesis de la Vida que inclaudicable late en el Corazón se muestra, para quienes no
pueden ver, como una fantasía y se asume por estéril y utópico anhelo. Pese a ello,
existe en la actualidad, debido a la intensa presión de las eras, tal vez como nunca en
la historia conocida, la ocasión de trascender las enquistadas limitaciones humanas
que de antaño se arrastran. Situación que al impactar en los cimientos mismos de
nuestra cosmovisión nos modificaría en tanto especie. Por consiguiente, influenciará
de modo significativo hasta en la constitución de lo que entendemos por universo
tridimensional.
La apuesta es liberar a Saturno o Cronos en la Mitología griega -regente
tradicional del signo de Capricornio y de Acuario- de la mala imagen adjudicada a lo
largo de los últimos dos mil años. Para la astrología esotérica, esta faena es parte del
ofrecimiento que traen las Vibraciones vigentes del Séptimo Aspecto Divino -Rayo
de la forma-, pues hemos de considerar a la existencia física como un regalo valioso
y no algo pecaminoso o negativo. Afín a lo aludido, la ciencia ha empezado a advertir
162
que la materia no es algo inerte e insensible sino que está plagada de vida. Vibra a
raudales.
“La humanidad, como se ha dicho antes, es el discípulo mundial; el impulso
detrás de la desintegración de las formas del viejo mundo es un impulso espiritual.
La vida espiritual del hombre es ahora tan fuerte que ha trastocado todas las actuales
formas de expresión humana.
El mundo del pasado se ha ido y para siempre, y el nuevo mundo de formas
todavía no ha hecho su aparición. Su construcción será característica de la emergente
vida creativa del espíritu del hombre. El factor importante para tener en mente es que
se trata de un sólo espíritu y todas las naciones tienen que aprender a reconocer ese
espíritu dentro de sí mismas y dentro de cada una de las demás”. -Maestro Djwhal
Khul-

Se nos dice que la Consciencia pone en acción a las Inteligencias del Espacio
(ángeles -energías individualizadas que caracterizan a la Mente del Logos-) conforme
a fines específicos. La energía psíquica es acopiada y dirigida por la fuerza de la
mente. Frente a tal disposición se organizan los variables ambientes “Kármicos”. “El
hombre piensa y el “Deva” construye” alude un aforismo Ocultista. El Éter, asiento
material de la Vida, es sustancia inteligente -Luz-.
Bien mencionamos antes, la existencia se configura según un ininterrumpido
fluir de Información. No constituye un movimiento ciego, arbitrario o casual, sino
que guarda un propósito intrínseco, sabio y omniabarcante. Nada está quieto. Los
distintos estados mentales, siguiendo la dinámica del cambio -no sin aguda
resistencia- van respondiendo a lo prescripto por las entrantes Energías. La
reverberación de los Centros sutiles termina reordenando, acorde a su impronta o
mandato, el Plano de los cuerpos concretos.
163
Nosotros somos los que, dándonos cuenta o no, cualificamos la vitalidad y
recreamos las circunstancias internas y externas -por Principio de Correspondencia-
que experimentamos. Empero, lo que vemos, aunque a nivel del yo personal nos
afecta y en muchas ocasiones cuasi determina -generando la idea de un yo versus el
otro-, indudablemente es transitorio y “no más verdadero que un sueño”.
Lo que se considera evidente, sólido y objetivo en vigilia, no guarda en esencia
mayor certeza (salvo por la sensación de continuidad y sentido compartido que le
atribuimos) que aquello que se expresa en la fase onírica. Durante el dormir, el ámbito
captado a través de los cinco sentidos no existe y mientras nos encontramos
despiertos el mundo soñado tampoco ostenta sustancialidad. Ambos, tanto el campo
onírico como el que parece mostrar secuencia estable (debido a la facultad de recordar
que conserva la mente concreta), son semejantes en irrealidad.
Sentimos, debido a la cualidad de conmemorar, que las experiencias por las
cuales atravesamos cuando creemos estar despiertos es la Realidad, a pesar de que
incurrimos, a juzgar por las disímiles interpretaciones que se tienen, en cualquier
clase de distorsiones. Las lagunas del recuerdo con asiduidad se suceden. Tal vez, la
apreciación asumida mientras tenemos los “ojos abiertos” tomaría validez porque, en
una medida y hasta cierto punto, parece ser compartida por “los demás”. ¿Hipnosis
colectiva?
Por otro lado, pensamos que lo vivido cuando el cuerpo duerme, información
que usualmente no se consigue recuperar por completo, es irreal y fantasioso. Frente
a lo enunciado nos planteamos el siguiente interrogante: ¿nos hemos puesto a
reflexionar que, quizá, la Dimensión a la que se accede mientras se descansa pueda
tener en su propio Plano tanta “veracidad” y regularidad como la atribuida al estado
de vigilia?
Dentro de esta trama, “Karma”, cuan Ley Kósmica, rige y se expresa asimismo
durante las horas de descanso y, en consecuencia, así lo ilustra además el Maestro K.
P. Kumar, aún en el estado de la consciencia que prevalece mientras se duerme,
igualmente, sería asequible liberarse de sus “aspectos condicionantes”.
Lo paradójico es que pese a que conocemos la transitoriedad de las cosas e
insignificancia -en términos de “Verdad”- de las situaciones que acaecen, con
frecuencia terminamos olvidándonos y confundidos oscilamos -mecánica y
automáticamente- entre el evanescente placer y la segura desdicha. Y así quedamos
atrapados por “Maya” -la Ignorancia, identificación con los nombres y las formas-,
cautivos de nuestros deseos. Apetitos que, creyéndolos individuales e íntimos,
encarnan lo que en términos sociales se supone que ha de quererse.

164
No dejemos de tener presente que ambos estados, el de vigilia y el de sueño
(con ensueño e incluso el profundo) son ficticios, irreales, en relación con la
Consciencia Absoluta.
“La práctica intensa en esta indagación (sobre la Fuente Yo Soy o “aham-
vritti”) revelará que la mente y sus tres estados son irreales y que usted es la
Consciencia del Puro Ser Infinito y Eterno, el Sí Mismo o el Corazón”. -Ramana
Maharshi-

El pensamiento es una vibración en la Consciencia, un movimiento limitado por


el espacio, el tiempo y la causa, caracterizaciones naturales del efímero ego. Las
formas constantemente surgen, se desarrollan y se diluyen, dando así una irreal
apariencia de existencia.
Al respecto aclaraba H. P. Blavatsky: - “Como personalidades pasajeras, siendo
hoy una persona y mañana otra, lo somos (Ilusiones). ¿Llamaríais “realidad” a los
repentinos resplandores de la aurora boreal, a las claridades del Norte, por más que
sean todo lo real posible mientras las contempláis? Seguramente que no; la causa que
las produce, si es permanente y eterna, es la única realidad, mientras que el efecto no
es más que una pasajera ilusión”.
No somos meramente lo que solemos creer. La parcialidad, la fragmentación y
la división que tan vivamente experimentamos no comprenden al panorama por
completo. En nuestro interior se halla la “Totalidad”, la integridad de la información
pulsa dentro.

165
Desde la atemporal Singularidad subyacente se pueden modificar las improntas
grabadas en el pasado -que en ocasiones numerosas taras representan- liberar
cristalizaciones (energía enquistada) y desenvolver un grado de consciencia más
elevado, inclusivo. Tan así es que, siguiendo la planteada tesitura se torna accesible
alquimizar la fisiología del organismo y hasta el medio que nos rodea. Más todavía,
de acuerdo a ciertos Tratados Esotéricos, en el centro adimensional de nuestra
Identidad late el potencial creativo de la Mente Kósmica.
Actualmente, la ciencia confirma, al igual que lo hacían los antiguos Sabios,
que a la consciencia no se la concibe separada o apartada de lo observado. “Lo
observado, el observador y la observación misma” componen un indiviso bloque. Un
modo diferente de mirar, el pararse desde otra perspectiva o, mejor aún, el añadir más
puntos de vista a nuestra aproximación, conlleva a las cosas a comportarse de una
manera nuevo.
Notemos sobre lo que investigaciones de vanguarda denotan: resultados
recientes relativos al entrelazamiento cuántico han llegado a la conclusión de que este
fenómeno, que aglutina sistemas a escala subatómica superando al instante cualquier
distancia, permea al entero universo. El Campo Unificado se devela como la sustancia
misma que organiza al tejido al espacio-tiempo holográficamente. Esto significa que
ninguna región podría analizarse de manera aislada y que no hay “un aquí y un allí”
como lugares con información diferente. Un sistema jamás se encuentra excluido. La
interrelación es total.
El Kosmos sería un Organismo recursivo y Holográfico. Características que
destacaba Nagarjuna cuando afirmaba que nada tenía existencia por sí mismo o
apartado de lo demás. El Maestro enfatizaba que no hay una entidad demandando
reconocimiento ni prevalece tampoco análisis filosófico que pudiera revelar una
particular sustancialidad. El término budista “Sunyata” o “Shunyata” (Vacuidad)
reseña sobre el hecho de que ningún objeto ni situación, incluida la vida humana,
posee verdadera sustancia. Nada en la manifestación es permanente ni demuestra
entera autonomía o indiferencia del resto de los acontecimientos. Lo que percibimos
está interconectado en un fluir constante de información. Una correcta apreciación de
la idea presentada libera del sufrimiento, del apego y de las resistencias propias de la
inestabilidad y la pérdida. Patrones congénitos del ego.
“El cambio es inevitable. Es inevitable incluso para las piedras. Aceptar el
cambio es Sabiduría”. -Maestro K. P. Kumar-

Pese a que la transformación es la constante, ergo, se pondera la flexibilidad y


la capacidad de adaptación en cuanto rasgo de maestría, quienes Conocen asumen
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también la Inmutabilidad de la Esencia (Estabilidad de la Seidad). Bueno, creemos,
es reflexionar sobre ello.

Según aludimos, el universo se erige de manera no-local, es decir, se muestra


interdependiente en su conjunto. Algunos investigadores incluso mencionan que las
diferentes partículas de un sistema cuántico -el cosmos lo es- deben tomarse como si
fueran una misma y única partícula. El físico Juan Maldacena sugiere que del
entrelazamiento a nivel sub-atómico depende la bella continuidad del espacio-tiempo
(cohesión de la realidad). En otros términos, la estructura sólida y confiable de la
Matriz de la existencia se sostendría en las propiedades “fantasmagóricas del
entrelazamiento”.
Según el budismo, lo único permanente es el Vacío. Vacuidad que contendría
en Sí a todos los fenómenos, eternamente manifestándose como sueños sin verdadera
sustancia. Las innumerables secuencias de la vida, cuan olas que rompe el viento para
fundirse en el océano de la Omnipresencia, no ostentan Realidad intrínseca.
“Cuando comprendemos que el yo como sustancia independiente no es más que
un concepto falso, ¿cómo podremos creer en los demás conceptos, como cielo,
infierno, etc., que sólo se sustentan en él? Los anhelos del cielo o el ansia de
liberación, sólo brotan en nosotros mientras sentimos el yo como una substancia
independiente. Mientras permanezca este concepto del yo, no puede haber felicidad
en nuestra vida. Y este concepto de yo sólo puede liquidarse por medio del
conocimiento del yo o autoconocimiento”. -Yoga Vasistha-

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La moderna ciencia y las Tradiciones Sapienciales convergen en sus axiomas.
Los revolucionarios descubrimientos del siglo XX y de lo que va del XXI certifican
la mixtura entre los postulados de muchos de los contemporáneos investigadores y
las atemporales Premisas Esotéricas. Probablemente, los vínculos y encuentros con
el pasar de los años, adentrándonos en la Era de Acuario, serán más evidentes e
innegables. Notables del pasado también dieron cuenta de dichas conexiones. Existe
un escrito del célebre I. Newton, de puño y letra, donde explica como extrapoló las
leyes de la física que develó a partir de la Astrología y antigua tradición cabalística.
Mística judía que, junto con la alquimia e historia de las civilizaciones antiguas,
estudió con intensa dedicación durante cuantiosos años de su encarnación.
Aprendamos de los grandes de antaño y montémonos a la vanguardia de la
hora, extirpando de nuestros corazones cualquier vestigio de partición y conflicto
para con la Vida.
Si se cree en la disgregación y la disputa por la supervivencia como hechos
naturales y dados, esa postura se reflejará derredor en tanto un mundo gobernado por
la amenaza y el miedo. Solemos experimentar un entorno de muerte y de cuerpos que
luchan, matan y se devoran unos a otros. Con un corazón envenenado de desconfianza
padecemos de miedos imaginarios. La verdadera seguridad no depende de las
circunstancias externas, más bien obedece a que nuestros estados internos nos
permitan vivir con calma, coraje y entereza.

Nada es lo que parece, los sentidos engañan (vemos una pequeña porción del
espectro electromagnético y escuchamos un porcentaje parecido del campo acústico)
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y el intelecto deforma. Todo nuestro conocimiento, bien lo declaraba Leonardo Da
Vinci, tiene origen en la percepción. Por medios sensibles, difícilmente, llegue a
vivenciarse lo Real.
La situación que se gesta gracias a la mente egotista puede aparentar un lugar
muy imperfecto, incluso un valle de lágrimas, empero, siempre lo que se aprecia
conforma una especie de símbolo. Una temporal imagen que expresa la pesada carga
de negatividad almacenada en la psiquis humana a lo largo de las épocas. Es la
manera en que la vigente consciencia interpreta e interactúa con la danza de energía
molecular del universo, la pauta a partir de la cual se organizan nuestras existencias.
La colectiva Inteligencia Vincular crea el “contexto compartido”, pero inclusive
dentro de este marco hay variedad de gradualidades. Mundos dentro de mundos sin
fin navegan en las Insondables Aguas del Cambio. Sin embargo, bien lo aseveramos,
no estamos divididos. Cuando una parte importante de los seres humanos finalmente
se liberen del engaño y sacrilegio de la separatividad, esta interior metamorfosis
afectará al planeta y a sus seres.
“El universo está esperando con ansiedad que el Hijo de Dios sea revelado”. -
San Pablo-

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Somos creadores y tenemos el potencial -oportunidad- de retirarnos dentro de
la Fuente, y desde allí -Lo Inefable y Omnipresente- utilizando el Poder Hacedor del
Movimiento, efectuar las mutaciones que entendamos pertinentes en nuestras vidas.
Acto que al surgir de la Base compartida (Vacío), asimismo, responderá
espontáneamente a las necesidades del resto.
Constituimos, se nos dice, -si en Verdad subsiste sólo Uno- la Voluntad, el
Amor y la Actividad Inteligente; el Mismo Logos ideando y jugando en Su Creación;
incluso “Aquello” que por detrás Permanece.
“Cuando descubrimos nuestra naturaleza esencial y sabemos quiénes somos
realmente, ese solo conocimiento encierra la capacidad de convertir en realidad todos
“nuestros sueños”, porque somos la posibilidad eterna, el potencial inconmensurable
de todo lo que fue, es y será”. -Deepak Chopra-

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