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Familia. El
parentesco. Los
alimentos
PID_00267051
Consultora de la UOC. Profesora ti- Catedrática de Derecho Civil en Profesora de Derecho Civil. Univer-
tular de Derecho Civil en la Universi- la Universidad de Barcelona. Ma- sidad de Cádiz. Consultora de la
dad de Barcelona. gistrada de la Sala Civil del Tribu- UOC.
nal Supremo (2005-2012) y, des-
de el 2012, Magistrada del Tribunal
Constitucional.
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Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 6
4. Los alimentos...................................................................................... 25
4.1. Concepto y presupuestos ............................................................ 25
4.2. La deuda de alimentos ................................................................ 25
4.3. Los obligados al pago ................................................................. 26
4.4. El alimentado .............................................................................. 27
4.5. Los alimentos prestados por un tercero ...................................... 27
4.6. El contenido de la obligación alimentaria .................................. 28
4.7. Nacimiento y forma de cumplimiento ....................................... 28
4.8. Extinción de la obligación .......................................................... 29
Resumen....................................................................................................... 30
Actividades.................................................................................................. 31
Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 31
Solucionario................................................................................................ 33
Glosario........................................................................................................ 35
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Bibliografía................................................................................................. 36
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Introducción
Este primer módulo –el más breve– se debe dedicar a fijar los aspectos siguien-
tes: el Derecho de Familia, el parentesco y los alimentos. Se ha empezado por
definir y centrar el tema de estudio: ¿Qué es una familia? ¿Existe un concepto
constitucional de familia? ¿Podemos hablar de derechos de los que la familia
sea titular? La respuesta que se dé a todas estas cuestiones primordiales deter-
minará un régimen jurídico concreto con unas características intrínsecas, en-
tre las que destaca la imperatividad. Las normas del Derecho de Familia po-
seen, básicamente, un contenido inderogable, por lo que no es posible ni el
cambio –aunque exista acuerdo–, ni la transacción posterior. Asimismo –y éste
supone un dato que nos interesa destacar–, las normas del Derecho de Familia
toman como último destinatario –y a este objetivo se dirigen– la protección
de lo que se considere interés�más�digno�de�protección. En definitiva, sería
la asunción por parte del derecho de una misión concreta: la�protección�del
débil. Junto con estos principios básicos, el estudio se detiene en otros temas
de interés. Se incidirá en la consideración que el ordenamiento civil atribuye
a las relaciones de hecho, entre personas del mismo sexo, o de sexo diferente,
y se detendrá en un tema que merece una atención especial: el Derecho de
Alimentos.
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Objetivos
Nos encontramos ante un módulo en gran parte introductorio, puesto que nos
sitúa en el campo de los conceptos generales, hecho que nos permite que in-
tentemos dar respuesta a una serie de preguntas con un alto grado de dificul-
tad: ¿qué debe entenderse por familia en un momento y en un lugar determi-
nado? Y, sobre todo, ¿cuál o cuáles son las "familias" que prevé y regula la ley?
Una de las cuestiones más complejas consiste en definir qué se entiende por
familia, puesto que las normas jurídicas civiles no fijan tal concepto. Se consi-
dera que existen dos tipos de familia: la amplia, que incluye todos los parientes
provenientes de un tronco común, y la nuclear o estricta, limitada a una pareja
y a sus descendientes, así como a un progenitor y su/s hijo/s (por ejemplo,
cónyuge divorciado o viudo o padre/madre soltero/a con un hijo).
(1)
Muchos autores consideran esta distinción socialmente obsoleta, aunque las Véase módulo "El matrimonio".
reglas civiles continúan utilizando un concepto amplio de familia para fijar
los sucesores intestados, para precisar los impedimentos a la hora de contraer
matrimonio1 y para determinar quiénes son los beneficiarios de determinadas
prestaciones de la Seguridad Social. Por este motivo, si bien hoy día las fami-
lias nucleares son las más habituales, no debe excluirse otro tipo de familia.
Otra cuestión que se plantea es la que se refiere al origen de la familia, de ma-
nera que se discutirá si las normas del Derecho de Familia sólo se aplican a
las que se constituyan a partir del matrimonio, o si también incluyen las no
matrimoniales.
De este modo, y tomando como punto de partida los principios que se han
enunciado, el Derecho de Familia podría definirse como aquel conjunto de
normas, en gran parte imperativas, que en la legislación ordinaria traducen
los principios constitucionales que afectan a la familia como tal.
Como regla general, las normas jurídicas que regulan el Derecho de Familia
son imperativas (véase la STC 120/1984, de 10 de diciembre), lo que provoca
que sean indisponibles. Por ello, la autonomía de la voluntad posee un mar-
gen escaso, de manera que la libertad de pacto viene condicionada por la apli-
cación de los principios constitucionales y, en particular, por el de igualdad,
establecido en los art. 14, 32.1. y 39.2. CE. Esto significa –sin rodeos– que no
hay negocios jurídicos familiares, en el sentido de que las exigencias, sobre
todo formales, son muy importantes, de manera que el negocio jurídico de
que se trate no será válido si no tiene forma. Otra cosa es que los particula-
res puedan, en numerosas ocasiones, disponer de los efectos, lo que excluye
aquellos predeterminados por la ley, debido a la inexistencia de pacto. Esto
sucede, casi de forma exclusiva, por lo que respecta a la determinación de los
efectos patrimoniales del matrimonio.
(2)
Quien tiene la función, está obligado a ejercerla, y el incumplimiento de sus Véase el módulo "Los sistemas
de protección de menores".
deberes origina la puesta en funcionamiento de los mecanismos jurídicos co-
rrespondientes para evitar la desprotección de quien se encuentra sometido
2
a la potestad .
• Los derechos y deberes familiares son recíprocos, de manera que los miem-
bros del grupo familiar que hoy resulten obligados, mañana pueden resul-
tar perceptores.
1.4. El parentesco
Se denomina parentesco aquella relación jurídica que existe entre dos personas
vinculadas entre sí por el hecho de pertenecer al mismo tronco común –pa-
rentesco por consanguinidad–, por matrimonio –parentesco por afinidad– o por
adopción –parentesco adoptivo.
Este parentesco con los familiares del cónyuge es considerado por la ley en
algunos supuestos. Así, el artículo 175.3, 2.º CC señala las personas a las que
no se puede adoptar, o el art. 754 CC prohíbe que el notario, su cónyuge y los
parientes y afines puedan ser herederos de los testamentos que aquél autorice.
a) El Código Civil regula aquello que se refiere a las formas de celebración del
matrimonio y a las de su disolución. La Constitución utiliza una expresión un
tanto confusa: "relaciones jurídico-civiles relativas a las formas de matrimo-
nio". La mayor parte de la doctrina civilística entiende que la CE ha establecido
un sistema de matrimonio civil con pluralidad de formas: forma civil, forma
religiosa católica, forma religiosa establecida por aquellas religiones inscritas
y en los términos acordados con el Estado o autorizados por la legislación de
este (para mayor detalle podéis consultar el art. 59 CC). Con ello se descarta
tanto que exista una posible dualidad de matrimonios como el reconocimien-
to exclusivo del contraído de forma civil. Si el consentimiento matrimonial
se presta en la forma prevista, los efectos civiles (los únicos que interesan al
Estado) serán los mismos. Asimismo, establece la regulación de los derechos
y deberes de familia, tanto en las relaciones de los cónyuges entre ellos como
en la de los padres con sus hijos. Contiene también el Código Civil una regu-
lación del régimen de bienes del matrimonio, aplicable en aquellas regiones
que no dispongan de competencias civiles atribuidas por la Constitución.
La norma básica está contenida en el art. 32 CE, que establece que "el hombre
y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica",
derecho que se reproduce en el art. 44 CC, que señala que "el hombre y la
mujer tienen derecho a contraer matrimonio de acuerdo con las disposiciones
de este código", añadiendo el párrafo segundo que "el matrimonio tendrá los
mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de
diferente sexo" (este párrafo fue introducido por la Ley 13/2005, de 1 de julio).
a) Adopción por parte de una "pareja unida por análoga relación de afectivi-
dad a la conyugal". Esta posibilidad está reconocida en el artículo 175.4 del
Código civil, según la redacción otorgada por la Ley 26/2015, de 28 de julio,
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y notoria con carácter inmediato al fallecimiento del causante y con una du-
ración ininterrumpida no inferior a cinco años". El apartado 2 del citado art.
221 determina, asimismo, que "la existencia de pareja de hecho se acreditará
mediante certificación de la inscripción en alguno de los registros específicos
existentes en las comunidades autónomas o ayuntamientos del lugar de resi-
dencia o mediante documento público en el que conste la constitución de di-
cha pareja" y añade que "tanto la mencionada inscripción como la formaliza-
ción del correspondiente documento público deberán haberse producido con
una antelación mínima de dos años con respecto a la fecha del fallecimiento
del causante".
(3)
Debe, pues, quedar claro que en la CE matrimonio y convivencia extramatri- Véase STC 184/1990, de 15 de
noviembre.
monial constituyen realidades diferentes. La convivencia extramatrimonial ni
es una realidad garantizada, ni existe un derecho constitucional para su esta-
blecimiento3.
(4)
• Cuando la ley no equiparara, la regla que ha aplicado la jurisprudencia – Aplican por analogía la norma
de la pensión compensatoria del
con posibles excepciones– sería:
art. 97 del CC las SSTS de 5 de ju-
– En�materia�de�régimen�económico. Si bien cabe que la pareja regu- lio de 2001 y 16 de julio de 2002.
– En�materia�de�compensaciones�económicas�(pensiones)�o�alimen-
tos�posruptura. Si bien constituye una de las reclamaciones más habi-
tuales, las decisiones de los tribunales (por falta de norma que lo reco-
ja) han sido, por lo general, contrarias al otorgamiento de un derecho
de pensión o de alimentos4. Superadas estas decisiones aisladas, la ju-
risprudencia no establece analogía entre la unión de hecho y el matri-
monio. El Tribunal Supremo ha proclamado que "apenas cabe imagi-
nar nada más paradójico que imponer una compensación económica
por la ruptura a quien precisamente nunca quiso acogerse al régimen
jurídico que prevé dicha compensación para el caso de ruptura del ma-
trimonio por separación o divorcio" (sentencia del pleno de 12 de sep-
tiembre de 2005, que tuvo un voto particular en contra). No obstante,
se admite la técnica del "enriquecimiento injusto" como base para de-
terminar una indemnización en caso de disolución de una unión de
hecho (sentencia del Tribunal Supremo de 30 de octubre de 2008).
– En�materia�de�atribución�del�uso�y�disfrute�de�la�vivienda. El con-
flicto que se suscita es el de la aplicación del artículo 96 CC, que regula
la atribución del uso de la vivienda familiar en las situaciones de crisis
matrimonial, al caso de convivencia de hecho o more uxorio. La doc-
© FUOC • PID_00267051 18 El Derecho de Familia. El parentesco. Los alimentos
(6)
En conclusión, salvo en los efectos relativos a los hijos, la postura jurispruden- Sentencia de 12 de septiembre
de 2005.
cial más asentada es la que niega la aplicación por "analogía iuris" de normas
propias del matrimonio a la ruptura de las parejas estables, "ya que tal apli-
cación comporta inevitablemente una penalización de la libre ruptura de la
pareja, y más especialmente una penalización al miembro de la unión que no
desea su continuidad6". Es más, aprobada la Ley que permite el matrimonio
entre personas del mismo sexo y la reforma que ha agilizado los trámites del
divorcio, el Tribunal Supremo ha manifestado que "hoy por hoy, (...) se puede
proclamar que la unión de hecho está formada por personas que no quieren,
en absoluto, contraer matrimonio con sus consecuencias".
© FUOC • PID_00267051 19 El Derecho de Familia. El parentesco. Los alimentos
• En Aragón, este régimen viene establecido en los artículos 303 a 315 del
Código del Derecho Foral de Aragón, aprobado mediante Decreto Legisla-
tivo 1/2011, de 22 de marzo, por el que se aprueba, con el título de "Có-
digo del Derecho Foral de Aragón", el Texto Refundido de las leyes civi-
les aragonesas. Inicialmente, la regulación se contenía en la ley aragonesa
6/1999, de 26 de marzo, de Parejas Estables No Casadas.
Las comunidades autónomas que a fecha de hoy carecen de una ley reguladora
de las parejas de hecho son las siguientes: Castilla y León, Castilla-La Mancha
y La Rioja.
(7)
a) Criterios de aplicación. Las leyes sobre parejas de hecho introducen criterios Residencia habitual, vecindad
7 civil, vecindad administrativa en
de aplicación de sus respectivas normativas no coincidentes , dotando de una una comunidad autónoma, empa-
gran inseguridad a la situación de las parejas "mixtas" o "interregionales", ante dronamiento en un municipio de
la comunidad, empadronamiento
la ausencia de normas estatales específicas que regulen los conflictos de Dere- más residencia, etc.
cho internacional privado y de Derecho interregional relativos a las uniones
(8)
de hecho. Por ejemplo, compensaciones
económicas para el caso de cese
de la convivencia.
b) Constitución y acreditación. La constitución de la pareja de hecho es libre;
ahora bien, si los interesados desean que esta unión tenga efectos jurídicos,
deberán utilizar algunas de las posibilidades de constitución legalmente pre-
vistas. Los requisitos exigidos para la eficaz constitución de la unión de hecho
son dispares. Cabe distinguir dos vías de constitución: por un lado, una cons-
titución formal, que tiene lugar bien a través de una manifestación en docu-
mento público o privado de la voluntad de acogerse a la ley, bien mediante
una comparecencia ante ciertos órganos, o bien a través de la inscripción en
un registro administrativo creado al efecto; y, por otro lado, una constitución
por el transcurso del tiempo de convivencia durante un periodo mínimo que
oscila entre uno y dos años, o por la mera convivencia –sin plazo– con hi-
jos comunes. En aquellas comunidades donde la pareja de hecho se entiende
constituida por el simple transcurso del tiempo, o por el nacimiento de hijos
en común, surge el problema de la imposición a los convivientes de los efectos
establecidos en la ley8 pese a no existir una manifestación de voluntad de los
interesados. A este respecto, el Tribunal Constitucional ha declarado incons-
titucional que la mera convivencia de un año o el tener descendencia en co-
mún produzca la sujeción al régimen de la Ley Foral de Navarra 6/2000, de 3
de julio, para la Igualdad Jurídica de las Parejas Estables (sentencia de 23 de
abril de 2013).
(9)
c) Capacidad e impedimentos de los convivientes. Por influencia de la regu- En línea recta y en la colateral
por consanguinidad hasta el se-
lación del matrimonio contenida en el Código civil, las normas autonómicas
gundo grado, e incluso en algunas
imponen unos requisitos de capacidad y un sistema de impedimentos a los leyes hasta el tercer grado.
Todas estas leyes se aplican a las parejas estables sean sus integrantes de dis-
tinto o del mismo sexo.
d) Efectos durante la convivencia. Los efectos que las parejas estables producen
una vez constituidas y mientras dure la convivencia pueden pactarlos los in-
teresados que, en principio, disfrutan de una amplia autonomía de la voluntad
en la determinación del contenido personal y económico de sus relaciones.
Estos pactos en los que los convivientes establecen sus relaciones patrimonia-
les pueden inscribirse en los registros administrativos de parejas de hecho.
(10)
Algunas de estas leyes, como la andaluza o la cántabra, conceden beneficios Residencias de la tercera edad,
10 asistencia a la drogodependencia,
sociales a las parejas . Todas ellas equiparan las uniones al matrimonio en información e intervención sanita-
lo referente a las condiciones de trabajo y empleo público en la respectiva ria, asignación de viviendas públi-
cas.
comunidad.
4. Los alimentos
El derecho a alimentos es aquél que posee una persona frente a otra con quien
le unen vínculos de parentesco en el grado señalado por la ley cuando se en-
cuentra en estado de necesidad y no puede proveerse ella misma del mante-
nimiento adecuado.
c) Son inembargables.
d) Son imprescriptibles aunque, de acuerdo con el art. 1966 CC, la acción para
exigir el pago de las pensiones debidas por alimentos prescribe a los cinco años.
a) El cónyuge.
b) Los descendientes, teniendo en cuenta que los más próximos en grado ex-
cluyen los más remotos; así, no se podrá reclamar alimentos a un nieto si hay
hijos con capacidad para prestarlos. Se incluye a los adoptados, puesto que no
pueden reclamar alimentos a su familia natural.
d) Los hermanos. En el art. 144 CC se establece una prelación entre los her-
manos de doble vínculo, que se prefieren a los de vínculo sencillo.
alguno de los hijos sea incapaz de prestar los alimentos, los otros deben asumir
proporcionalmente la obligación que queda por cumplir (art. 145 CC), sin
perjuicio de que se genere un crédito para poder recuperar la parte que se dejó
de prestar cuando aquel hijo mejore la situación económica.
4.4. El alimentado
(11)
Es aquél que tiene derecho a pedir y recibir alimentos. Ya hemos visto que la ley Para mayor información, podéis
consultar el módulo "Los sistemas
enumera los que tienen derecho a ello de forma recíproca. Por tanto, son los
de protección de menores".
mismos que se han estudiado en el apartado anterior. Es preciso destacar que,
en ocasiones, coincide el derecho de alimentos con otros deberes: así sucede
con los derivados de la condición de cónyuge, como consecuencia del deber
de socorro, y de los debidos a los hijos en virtud de la patria potestad, o de
los sometidos a tutela11.
Cualquier persona puede prestar los alimentos que sean necesarios para satis-
facer las necesidades básicas de una persona, sin estar obligados a ello. El art.
1894 CC configura el supuesto de que alguien no obligado preste alimentos
sin conocimiento del obligado a hacerlo como un contrato de gestión de ne-
gocios ajenos sin mandato. Quien presta alimentos en estas condiciones tie-
ne derecho a reclamarle al obligado a prestar alimentos, si no consta que se
trata de una donación. De acuerdo con esta regla general, el art. 148 CC es-
tablece que se pueden adoptar judicialmente las medidas oportunas para ase-
gurar los anticipos que una entidad pública haga a una persona con el fin de
asegurar sus necesidades futuras. Sin embargo, para que la entidad correspon-
diente pueda reclamar la devolución de dichos anticipos al obligado a prestar
alimentos, se requiere que este último lo sea efectivamente; es decir, que así
se haya declarado judicialmente.
Asimismo, el juez puede adoptar las medidas asegurativas que considere con-
venientes cuando los alimentos los preste una entidad pública o privada. Es-
ta regla aparece justificada en la legitimación para reclamar alimentos que re-
conoce el art. 148.3 CC, en relación con el 1.894.1 CC, que admite la legiti-
mación de la entidad pública o privada que acoja a la persona necesitada; de
manera que dicha entidad podrá ejercer la acción de reclamación contra los
que estén obligados a prestarlos y en defecto de la voluntad del alimentado.
© FUOC • PID_00267051 28 El Derecho de Familia. El parentesco. Los alimentos
Por norma general, la deuda de alimentos debe satisfacerse por medio del pago
de la cantidad acordada o fijada y por mensualidades anticipadas (art. 148.2
CC). Sin embargo, el obligado puede optar por satisfacer los alimentos en su
domicilio, donde acoge al alimentado (art. 149 CC). No se podrá optar por
© FUOC • PID_00267051 29 El Derecho de Familia. El parentesco. Los alimentos
esta modalidad cuando exista una causa justa que lo impida o cuando el ali-
mentado se oponga a ello con una causa razonable (art. 149 CC y STS de 15
de febrero de 1983).
De acuerdo con los art. 150 y 152 CC, las causas de extinción de la obligación
de prestar alimentos son las siguientes:
Resumen
Para proteger este tipo de relación social y humana, que, además, queda ga-
rantizada por el principio de igualdad constitucional, la ley ofrece una serie
de mecanismos plurales. Conviene no olvidar que la protección de la familia
constituye una exigencia del estado social de derecho y que se consigue por
medio de un sistema mixto en que intervienen los familiares y el Estado.
Sin embargo, conviene que ello no nos haga olvidar un punto clave, dado que
nuestro ordenamiento jurídico permite una pluralidad de "familias", algunas
basadas en el matrimonio y otras fuera del mismo. Por consiguiente, mientras
ciertas "familias" crearán vínculos de parentesco, otras no los crearán. Si dichos
vínculos no existen, la misma ley debe establecer los derechos y las obligacio-
nes que se derivan de esta unión convivencial no basada en el matrimonio.
Actividades
Al final de cada módulo hay una indicación bibliográfica donde se ha procurado elegir tra-
bajos, no especialmente largos, sobre algunos de los temas que se han tratado. Obviamente,
su lectura es siempre recomendable; sin embargo, es mejor dejar libertad al consultor para
que decida las lecturas que le parezcan más idóneas en cada momento.
Lo que sí que parece necesario es la realización del "caso práctico" propuesto. Se plantea una
doble actividad: por un lado, hay una serie de cuestiones que constituyen un mecanismo
valioso de autoevaluación y que se presentan bajo el epígrafe de preguntas. Todas éstas se
basan en un "supuesto fáctico" y no son más que algunos de los interrogantes que plantea el
mismo texto y que, obviamente, están resueltos en los materiales de estudio. Por otro lado, se
propone la redacción de una demanda en la que se reclamen los alimentos. Evidentemente,
la forma es importante, pero interesa más el contenido de la reclamación: qué se pide, a
quién se pide y el motivo o los motivos de la solicitud.
Alimentos
Preguntas
2. ¿Es causa de extinción del deber de alimentar la mayoría de edad? Diferencia entre los
alimentos del art. 154 y los del art. 142 del CC.
5. ¿Qué son los alimentos voluntarios? ¿Hay acción para pedir su cumplimiento?
Ejercicios de autoevaluación
1. En una reclamación de alimentos, en primer lugar se acudirá...
a) a los padres.
b) a los hijos mayores de edad.
c) al cónyuge.
d) a los hermanos de doble vínculo.
3. Cuando la obligación de dar alimentos recae sobre dos o más personas, su responsabilidad
como regla general es...
a) solidaria.
b) por partes iguales.
c) en proporción a su caudal respectivo.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.
Solucionario
Actividades
1. El deber de alimentos consiste en el derecho que posee una persona que se encuentra en
estado de necesidad de reclamar a determinados parientes que le proporcionen aquello que
necesita para satisfacer sus necesidades vitales.
2. No, la mayoría de edad en el caso de los hijos fija, precisamente, el momento del naci-
miento de este deber específico. Durante la minoría de edad, las necesidades de los hijos
quedan cubiertas por medio de la obligación de mantenimiento, típica de la relación de pa-
tria potestad. Precisamente, cuando esta última cesa, surge, en caso de necesidad, el deber
de alimentar.
3. No, la relación de filiación es una relación entre padres e hijos y, evidentemente, no des-
aparece por el divorcio de los progenitores.
4. Se origina el deber de alimentar cuando quien lo reclama (alguna de las personas legitima-
das para ello) se encuentra en una situación de no poder proveer por sí mismo su manteni-
miento. Asimismo, cesa cuando se produce la muerte del obligado o del alimentista, cuando
el obligado a prestarlos no puede atender sus propias necesidades o las de su familia o cuando
quien lo recibe ya no lo precise. Igualmente, se extingue por mala conducta del alimentista.
Ampliación:
Asimismo, existen los denominados alimentos propiamente voluntarios, que son aquellos que
nacen por la simple voluntad de los interesados (así lo señala la STS de 8 de marzo de 1962).
Estos alimentos pueden surgir de una atribución unilateral (por ejemplo, establecida en tes-
tamento), o bien de un acuerdo entre los interesados (véase el "contrato de alimentos" regu-
lado en los arts. 1.791 a 1.797 CC). En estos últimos casos no hay ni estado de necesidad, ni
reciprocidad, ni se necesita relación de parentesco.
Para completar este tema, sería conveniente consultar las sentencias siguientes:
Ejercicios�de�autoevaluación
1. c
2. d
3. c
4. c
5. d
6. d
7. c
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8. d
9. c
10. b
11. c
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Glosario
alimentos m pl Derecho que tiene una persona frente a un pariente cuando se encuentra
en estado de necesidad.
deber de alimentos m Obligación que nace por la confluencia del parentesco y la nece-
sidad.
familia amplia f Aquella que incluye a todos los parientes que provienen de un tronco
común.
parentesco por adopción m Parentesco que se crea entre adoptantes y sus familias y el
adoptado.
parentesco por afinidad m Parentesco que se origina por el matrimonio con los fami-
liares del cónyuge.
parentesco por consanguinidad m Relación jurídica existente entre dos personas vin-
culadas entre sí por el hecho de pertenecer al mismo tronco común. Puede ser directo cuando
las personas descienden las unas de las otras, o colateral cuando las personas no descienden
entre sí, sino de un ascendiente común.
potestad f Poder que el ordenamiento jurídico atribuye a un miembro del grupo familiar
sobre otro individuo del grupo.
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Bibliografía
Bibliografía complementaria
Cantero Núñez, F. y Legerén Molina, A. (2018). Las parejas de hecho y de derecho (Régimen
jurídico de la convivencia more uxorio en España). Navarra: Aranzadi.
Delgado Echeverría, J. (1984). Comentarios a las reformas del derecho de familia (vol. II, pág.
1.027). Madrid: Tecnos.
Miralles González, I. (1996). "La familia entre autonomía y soberanía". Revista Jurídica de
Catalunya (pág. 71).
Roca Trias, E. (1990). "Familia, familias y derecho de familias". Anuario de Derecho civil
(pág. 1.055).
Roca Trias, E. (dir.) (2005). Estudio comparado de la regulación autonómica de las parejas de
hecho: soluciones armonizadoras. Madrid: Consejo General del Poder Judicial.
Serrano Chamorro, M. E. (2014). Las parejas de hecho y su marco legal. Madrid: Reus.
VV. AA. (2015). El derecho de familia y los nuevos modelos de familia. Novedades doctrinales y
jurisprudencia. Navarra: Aranzadi.