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Feminismo en Japon

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Feminismo en Japón – Parte 1

Rodrigo 4 septiembre, 2013 Feminismo en Japón – Parte 12018-07-31T01:45:26-06:00Sociedad 2 Comments

Vagón de metro exclusivo para mujeres en Japón

En esta ocasión decidí desviarme un poco de los artículos que suelo escribir para la página y
dedicar un poco de tiempo para hablar sobre la concepción del feminismo en Japón. Para
ello me basé en el texto de Sarah Collins Dalke que pueden revisar para su versión en
inglés.
El tema del feminismo en Japón es extenso, complicado, diverso e incluso en ocasiones
contradictorio frente al feminismo occidental. La definición americana u occidental de
feminismo, se entiende como la idea de que la mujer no está completamente liberada hasta
que tiene autonomía completa como individuo para construir su identidad como guste, o
que debe ser definida por separado, y no en cuanto a referentes masculinos.

Simone de Beauvoir, pilar del feminismo occidental


En una sociedad como la de Japón, en la que la mayoría de la gente “está cómodamente
situada en cuanto al rol asignado dentro del grupo” (Buckley, 63), la variante particular de
feminismo individualista americano no tiene sentido al momento de establecer objetivos
feministas. El feminismo de De Beauvoir, por ejemplo es la base del feminismo occidental
que tiene por objetivo actualizar el potencial individual. Allen por otro lado enfatiza la
diferencia del contexto cultural para determinar qué significa feminismo, y también señala
el rol fundamental que el lenguaje desempeña. No estar expuesto a diferentes culturas
previene a la gente concebir la forma de ver el mundo desde un segmento totalmente
distinto de la población. En años recientes se ha reconocido que hay distintos feminismos, y
que el concepto de éxito o igualdad puede ser relativo de una cultura a otra.

Es necesario reconocer que existen varios feminismos, y que cada uno tiene distintas
prioridades
Japón, que es una cultura radicalmente diferente (las mujeres tienen su propio modo de
hablar y escribir, el trabajo del hogar se ve como virtuoso y no como simples tareas
domésticas) tiende a ser malinterpretado. La comunidad japonesa que está en la mentalidad
de la comunidad es completamente distinta al pensamiento occidental. A diferencia de la
cultura occidental, el concepto de feminismo en Japón no necesariamente se refiere a que
cada mujer deba ser definida como un ser autónomo. El componente individualista del
feminismo estadounidense no es relevante para todas las culturas, como en la cultura
japonesa en la que las personas “dan mayor importancia a su identidad dentro de un grupo
que a su identidad independiente o individual” (Buckley, 63) en particular.
Dicho esto, dos conceptos importantes que se presentarán más adelante son el
de amae (dependencia indulgente) y lenguaje de mujeres (onna kotoba), un patrón distinto
de lenguaje que es utilizado por las mujeres.

Feminismo en Japón: Amae y pensamiento dependiente

Muchas personas se preguntan por qué el feminismo en Japón es “conservativo” o “tímido”.


Piensan que la brecha de género en el sueldo es mayor en Estados Unidos debido a que
pocas mujeres ascienden a puestos altos en corporaciones. Cómics pornográficos se venden
en cada puesto de revistas, muchos con ilustraciones de violación o acoso sexual a mujeres;
todavía hay ideas limitadas del ideal de cómo debe comportarse una mujer; se espera que
las mujeres sirvan té en todos los eventos sociales; las mujeres divorciadas son
estigmatizadas pero los hombres divorciados no; las mujeres todavía son manoseadas en el
metro. Las últimas dos frases son las principales objeciones del activismo feminista, pero el
resto son problemas en menor medida.
Ueno Chizuko, exponente del feminismo en Japón

En Japón no hay muchos intentos de derribar los roles de género. Esto se debe a la rigidez
que ha existido en los roles de género por siglos. Una prominente feminista japonesa, Ueno
Chizuko, resume las diferencias entre los feminismos estadounidense y japonés,
argumentando que las feministas estadounidenses exigen libertad individual dentro del
contexto de una ideología histórica de libertad e independencia. “[La sociedad
estadounidense] se desarrolló de una manera casi artificial. Es una sociedad reciente, que
hizo elecciones fuertes y deliberadas en tales temas como los derechos individuales y la
libertad. Se desarrolló de una manera muy planificada o consciente, y el movimiento
feminista se desarrolló dentro del contexto de libertad asociado al de la autonomía del
individuo” (Buckley, 278).

Doi Takeo, quien acuñó el término Amae


Es necesario comprender el concepto de amae y cómo es relevante para la cultura japonesa
para comprender cuántas mujeres japonesas están conformes en ser concebidas como
madres y cuidadoras. Amae, un término acuñado por Doi Takeo en su Anatomía de la
Dependencia describe la relación que existe entre una mujer sobreprotectora y un niño
inmaduro, egoísta incluso. Esto funciona en el gran marco social japonés de “la nación
como familia”, una actitud de la cultura japonesa “ansiosa de lograr objetivos de unidad
nacional e industrialización” (Buckley, 23) después de que Estados Unidos los obligó a
abrir su comercio en 1868. Las dinámicas de esta relación son evidentes en la cultura
japonesa, y explican en gran medida la actitud hacia el éxito individual.

Para comprender el feminismo en Japón hay que comprender el concepto de amae

Por ejemplo, en un caso común de madres japonesas que ayudan a sus hijos a prepararse
para los procesos rigurosos para ser admitidos en una escuela prestigiosa, una feminista
observa que los hijos dependen tanto del apoyo de sus madres que “casi parece que la
motivación más fuerte es complacer a la madre, en vez del éxito individual” (Buckley, 286).
También explica una de las diferencias fundamentales entre la sociedad japonesa y la
estadounidense: “Las lenguas europeas no tienen un equivalente a la palabra amae”, que
“implica una falta de reconocimiento social y necesidad de sentimientos de dependencia y
deseo de ser amado en Occidente. La preocupación estadounidense de independencia
previene que nos demos cuenta de la medida en que necesitamos de esa “dependencia
indulgente” expresada por la influencia positiva del amae en aspiraciones educativas a
través de relaciones estadounidenses de padre-hijo y de maestro-alumno.
Por lo tanto, en la cultura japonesa las madres son reverenciadas por su rol de cuidadoras.
Es por eso que el feminismo en Japón nunca ha tenido por objetivo destruir los roles
sociales y de género, porque la mayoría de mujeres japonesas se encuentran relativamente
satisfechas de su posición. No hay un increíble deseo o presión social por expresar la
identidad de uno, y no se trata de cuestiones relacionadas con la familia, ya que muchas
mujeres consideran que eso es parte importante de su identidad, y no se sienten oprimidas
como en el caso de las mujeres estadounidenses. Sin embargo, las feministas han llevado a
cabo cambios que mitigan la estigmatización de la mujer que desea emprender una carrera
por el bien de su éxito individual sin ser percibidas como egoístas. Amas de casa japonesas,
que usualmente tienen también una profesión llevan a cuestas una gran carga de
responsabilidad y poder. Una feminista escribe que “En la cultura del este asiático
encontrarás que las mujeres tienen un poder tangible en la casa. Esto es frecuentemente
rechazado por feministas no asiáticas que argumentan que ese no es un verdadero poder,
pero yo estoy en desacuerdo. La mujer japonesa ve el estatus bajo que tiene la ama de casa
en Estados Unidos y siente que es denigrar un rol social fundamental – ya sea ejecutado por
un hombre o una mujer” (Buckley, 278-79).

Ide Sachiko: Representante del feminismo en Japón

El movimiento feminista japonés ocurrió paralelamente al de Estados Unidos, pero muchas


feministas japoneses dicen que ocurrió independientemente y no fue influenciado por
mujeres estadounidenses, que eran percibidas como radicales e inestables. “Las mujeres en
el movimiento [estadounidense] era presentadas como excéntricas”, explica Aoki
Yayoi. “Los medios se enfocaban en eventos aislados como las ceremonias de quema de
sostenes y las protestas violentas en el concurso de Miss America. Esa fue la primera
impresión del movimiento estadounidense en Japón. Las feministas japonesas no estaban
ansiosas de ser identificadas con todo esto… tenían precaución de no dar una imagen
errónea a los medios” (Buckley, 13). La presión de no excederse en sus protestas refleja la
sensibilidad japonesa de vivir en apartamentos contiguos y la necesidad de civilidad y
cortesía. Ide Sachiko, incluso cita el hecho de que las mujeres japonesas estaban
conscientes de que tenían una esperanza de vida de 80 años para planificar y divorciarse de
sus esposos y ser madres solteras o tomar posicionos no convencionales, pero significaría
aislarse de una estructura social elaborada, quedándose financieramente e incluso
físicamente sin apoyo. En este aspecto, “el sistema estadounidense es mucho más flexible y
ofrece más mecanismos de apoyo a las mujeres que deciden ir por su cuenta”.
Algunas manifestaciones feministas estadounidenses parecen no tener mucho sentido en un
contexto japonés. Por ejemplo, se han hecho esfuerzos tentativos para instaurar un “Take
Back the Night” para referirse a la problemática del acoso sexual. Sin embargo, debido al
hecho de que “las estadísticas japonesas de violación por extraños son muy bajas”, y la
mayoría se llevan a cabo por conocidos y familiares, Ueno Chizuko, una de las feministas
japonesas más conocidas, cree que “tienen que desarrollar campañas que sean acorde a
nuestras vidas y no que sigan tendencias de Estados Unidos que son muy específicas a las
condiciones de esa sociedad” (Buckley, 288).

Hasta aquí concluye la primera sección sobre el feminismo en Japón. En la segunda sección
se hablará del concepto del lenguaje de mujeres, se dará un ejemplo en el caso de las
Geishas y se darán algunas conclusiones.
Feminismo en Japón – Parte 2
Rodrigo 12 septiembre, 2013 Feminismo en Japón – Parte 22018-07-31T01:44:07-06:00Cultura, Sociedad

En la primera parte de la discusión sobre feminismo en Japón hablé un poco acerca de las
diferencias culturales entre el individualismo occidental y el comunitarismo oriental y de
por qué se dan diferentes feminismos en Estados Unidos y en Japón. También hablé del
concepto de amae, que significa “dependencia indulgente”. En esta ocasión hablaré sobre
el onna kotoba (女言葉, lenguaje de mujeres) y daré un ejemplo del caso de las geishas.
En Japón, la estructura del lenguaje marca una jerarquía que tiene efectos en las
interacciones sociales y profesionales del día a día. En este aspecto, Japón difiere de las
culturas europea y norteamericana, ya que las estructuras sociales están basadas
significativamente en el género, y esto se refleja en el idioma. Ueno Chizuko, una feminista
japonesa escribe que “es preocupante cuando este hecho es utilizado como evidencia de que
Japón no se ha modernizado del todo. Simplemente quiere decir que Japón se ha
modernizado de diferente manera” (Buckley, 281).
Lenguaje de mujeres y feminismo en Japón

onna kotoba es un concepto importante dentro del feminismo en Japón

En Japón existe algo conocido como “lenguaje de mujeres” que es una forma distinta de
expresión verbal. Esto significa que cualquiera que crece aprendiendo japonés ya crece con
una barrera entre ambos géneros. Existe controversia en Japón sobre si este “lenguaje de
mujeres” favorece o no a las mujeres, y si se debe abolir o promover. Los que promueven su
eliminación argumentan que perpetúa la idea de que la mujer es débil, inferior y fomenta el
patriarcado como un “corset” verbal. De acuerdo a este argumento, el hecho de que se
espera que las mujeres hablen de una manera más propia y respetuosa hace que sea más
difícil para ellas competir en áreas intelectuales en oposición a los hombres, que pueden
hablar informal y directamente. Otros proponen que el “lenguaje de mujeres” puede ser
utilizado para crear un espacio femenino único en la literatura, y que enfatiza los mejores
aspectos de una mujer, como ser atenta a las emociones y a las insinuaciones al socializar.

Aunque no es posible describir por completo en este artículo las particularidades del
“lenguaje de mujeres”, a continuación describo los aspectos más generales. En el idioma
japonés existe un elemento de cortesía que es difícil de traducir a otros idiomas, y que varía
de acuerdo a la clase, sexo, edad y jerarquía laboral. De las mujeres se espera que la mujer
sea diferente del hombre en situaciones sociales, pero no así en el área profesional o
intelectual. Las diferencias en el habla son tales, que existen diferentes formas de decir
“yo”, y al momento de escoger una “se escoge la identidad por género, edad y nivel de
respeto hacia el que escucha” (Cherry, 38). El efecto general del “lenguaje de mujeres”
tiende a suavizar las opiniones, a sonar menos decisiva y diluye la intención de la oración
añadiendo modificadores y provoca un distanciamiento entre el hombre y la mujer, ya que
tiende a ser más formal que el habla de los hombres.

Geisha

La geisha es tal vez uno de los aspectos más sensacionalistas y malintepretados de la cultura
japonesa. Esta palabra evoca en los occidentales la imagen de una prostituta sumisa y
exóticamente maquillada. En Estados Unidos las geishas eran utilizadas como símbolo de
represión, pasividad y las desigualdades sociales.
El público japonés reprocha a una verdadera geisha por seguir un camino profesional que
distancia a la mujer de los compromisos familiares y del rol maternal en búsqueda de la
expresión artística, una decisión que se considera egoísta. Las geishas son estrictamente
artistas, y la mala concepción de ellas existe en parte ya que en la posguerra, muchas
prostitutas se promovían a sí mismas haciéndose pasar por geishas para los soldados
estadounidenses y eran confundidas con cortesanas de clases altas conocidas como oiran.
Las geishas pasan por años de preparación en disciplinas como teatro, música y danza para
ganar el título de geisha y finalmente poder financiar su educación, que es costosa,
ofreciendo sus servicios como entretenedora en fiestas y ocasiones formales. Las mujeres
japonesas se encuentran presentes en el público tanto como los hombres. Una geisha es
finalmente una mujer de negocios emprendedora que se pone sus propios límites y tiene
gran poder de decisión sobre su carrera profesional. En este aspecto, la carrera de
una geisha tiene un carácter muy feminista.

Conclusión

La sociedad japonesa difiere fundamentalmente de la estadounidense en su fondo socio-


político, que une al país como una familia y honra el rol de la madre cuidadora y promueve
la dependencia indulgente hacia la mujer. El hecho de que la sociedad japonesa piensa de
manera interdependiente significa que e l ideal existencialista de definirse a uno mismo
como individuo no es compatible con el feminismo en Japón. Por esta razón, no es correcto
suponer que todas las expresiones de feminismo toman la forma de una identidad
independiente, descartando todos los roles sociales y de género, o teniendo metas para
logros individuales.

En su lugar, el feminismo en Japón integra objetivos sociales amplios, como el derecho a


tener un aborto, llamar al desarme nuclear (pues se ve como trampas de una sociedad
patriarcal militar), o traer problemas de sexualidad al debate público, entre otras cosas.
Nada de esto excluye la existencia de feministas japonesas que pelean por el derecho de
tener una carrera profesional exitosa y bien pagada sin tener una familia sin ser
estigmatizadas por eso. Muchas feministas japonesas están de acuerdo en que faltan todavía
cambios por hacer, como la representación negativa de la mujer en los medios, o el hecho
de que la mujer como madre es idealizado en el público. Sin embargo ese pensamiento de
que el feminismo japonés ha progresado lentamente o es “moderado” está anclado en el
ideal del individualismo occidental.

Linda Kauffman describe que el feminismo occidental está pensado para la mujer burguesa.
En su lugar, el feminismo en Japón se enfoca en establecer equidad dentro de las estructuras
sociales preexistentes, en las que ser una madre y ama de casa implica mucho esfuerzo, más
que en Estados Unidos. Finalmente el objetivo del feminismo es la promesa de que ninguna
mujer quedará sin ser liberada, y las feministas japonesas, aunque pasan menos
desapercibidas en el escenario internacional, pelean el mismo frente que su contraparte
estadounidense.

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