Fuentes de La Cristología - 221005 - 183514
Fuentes de La Cristología - 221005 - 183514
Fuentes de La Cristología - 221005 - 183514
Para conocer quién era Jesús podemos recurrir a diversas fuentes, es decir, diversos textos
históricos de distintas procedencias y cercanos a su época que lo mencionan. Entre todos los
escritos que encontramos alguna referencia a Jesús, el nazareno, podemos agruparlos del
siguiente modo:
➢ A. Fuentes judías:
a). El Talmud de Babilonia. El Talmud es una obra que recoge principalmente las discusiones
de los rabinos (= maestros de la religión judía) sobre leyes judías, tradiciones, costumbres,
leyendas e historias. Puede decirse que hubo más que de un único Talmud se puede hablar
de dos: el Talmud de Jerusalén, que se redactó en la provincia romana llamada Philistea
(Palestina, tierra de los filisteos), y el Talmud de Babilonia, que fue redactado en la región de
Babilonia. Ambos fueron redactados a lo largo de varios siglos por generaciones de rabinos
de muchas academias rabínicas de la antigüedad. En estos escritos encontramos el siguiente
texto:
“La víspera de la Pascua ha sido colgado Jesús de Nazaret. Durante cuarenta días un
pregonero ha ido gritando delante de él: Debe ser apedreado, porque ha ejercido la magia,
ha seducido a Israel y lo ha arrastrado a la rebelión. El que tenga algo que decir para
justificarle, que venga a hacerlo "constar". Pero nadie se presentó a justificarle, y se le colgó
la víspera de la Pascua”.
b). El historiador hebreo Flavio Josefo. Escribió el libro «Antigüedades Judaicas» en el año 89
d.C. aproximadamente, en él leemos:
“Por aquel mismo tiempo, vino un hombre, Jesús, hombre sabio, si es que acaso conviene
llamarle "hombre". Porque él hacía milagros y era el maestro de hombres que reciben con
alegría la verdad. Atrajo a numerosos judíos y griegos. Era el Cristo y cuando después, de
haberle denunciado nuestras primeras autoridades, Pilatos le condenó a la crucifixión, se
apareció resucitado a los que habían sido sus amigos, lo cual ya habían anunciado los profetas
divinos con otras muchas cosas maravillosas sobre él. Y el grupo, que lleva el nombre de
"cristiano", todavía no ha desaparecido.”
➢ B. FUENTES ROMANAS
a). Plinio, el joven. Se conserva una carta suya, cuando fue gobernador de Bitinia, en que
consulta a Trajano sobre lo que ha de hacer con los «cristianos». Entre otras cosas, dice:
“Los cristianos se reúnen en un día determinado y cantan himno en honor de Cristo, como si
fuera Dios...”
«Claudio expulsó á los judíos de Roma, los cuales, hostigados por "Chrestus", no cesan en su
agitación...»
➢ Fuentes Cristianas
En los documentos cristianos se pueden distinguir dos grupos de fuentes: por un lado las
llamadas canónicas y que concretamente leemos en el Nuevo Testamento, al frente de las cuales se
sitúan los evangelios; por otro lado las que ofrecen numerosos textos del cristianismo antiguo y que
llamamos extracanónicas o apócrifas.
C. FUENTES CANONICAS
Las fuentes canónicas son reconocidas por la Iglesia como textos Sagrados, y son regla
de fe y conducta para los fieles, porque en ellos se contiene lo que los testigos de Jesús
recibieron de Él y luego lo transmitieron a los fieles una vez que conocieron su resurrección y
recibieron la luz del Espíritu Santo. Estos libros se deben recibir con fe, y son la regla de vida
para los cristianos.
El Concilio de Trento, en su sesión del día 8 de abril del año 1546 promulgó el Decreto
en el que se determina cuáles libros pertenecen a la Biblia.
Los cuatro evangelios del Nuevo Testamento constituyen la fuente principal para quienes
desean descubrir la figura y enseñanzas de Jesús.
Dentro del grupo de fuentes cristianas canónicas encontramos a:
D. FUENTES APÓCRIFAS
La palabra apócrifo, de origen griego, significa oculto, escondido, pero se
usa con el sentido de apartado para designar los libros que quedaron fuera
cuando se determinó cuáles formaban la colección de libros sagrados, tanto en
el judaísmo como en el cristianismo.
Estos libros surgieron por diferentes razones. Algunos responden al
interés por conocer hechos que no están consignados en los Evangelios
reconocidos por la Iglesia (nacimiento e infancia de la Virgen María, niñez de Jesús, etc). Otros
nacieron de inquietudes apologéticas (= apología significa defensa de algo), por ejemplo,
cuando alguno dijo que Jesús había comenzado a ser Hijo de Dios a partir del bautismo, otros
respondieron escribiendo un evangelio en el que se narraba que Jesús, ya desde el nacimiento,
hacía cosas prodigiosas porque siempre había sido Hijo de Dios.
Algunos textos con estas características son:
✓ El Proto-evangelio de Santiago
✓ Evangelio de la Infancia de Jesús
✓ Evangelio Pseudos-Mateo
✓ Evangelio Tomás
✓ Evangelio árabe de la infancia
✓ Evangelio San Pedro
✓ Evangelio de Nicodemo
✓ Libro de san Juan evangelista sobre la
dormición de la Santa Madre de Dios.