El Cóndor Andino
El Cóndor Andino
El Cóndor Andino
Símbolo de espiritualidad y poder para muchas culturas andinas es considerado como el Rey de los Andes y símbolo
emblemático de nuestra nación. Es un ave grande y negra con plumas blancas alrededor del cuello y en partes de las
alas. Su cabeza desnuda es de color rojo pudiendo cambiar de tonalidad de acuerdo con el estado emocional del ave.
Es un ave carroñera, de la familia de los buitres.
Es una de las aves más longevas, pudiendo alcanzar la edad de 75 años en cautiverio.
El cóndor andino es reconocido como una de las aves voladoras más grandes del planeta. Los adultos llegan a medir
hasta 1,42 cm de altura y pesar hasta 15 kg.
Los cóndores son básicamente monógamos, es decir que escogen una pareja y permanecen con ésta de por vida.
Sólo en caso de que uno de los dos muera, el otro busca una nueva pareja.
Con el afán de contribuir con la protección del cóndor andino, en Ecuador el 7 de julio fue declarado como el “Día
Nacional del Cóndor Andino”, como una forma de sensibilizar a la población sobre la conservación de esta ave en
peligro de extinción y que constituye un símbolo de la identidad ecuatoriana. En Ecuador un censo a nivel nacional,
el único en su tipo para la región, arrojó 102 individuos en 2016.
El cóndor andino es considerado una especie casi amenazada por la UICN (Unión Internacional para la Conservación
de la Naturaleza). Fue puesto por primera vez en la lista de Especies en Peligro de Estados Unidos en 1970, un estado
que se asigna a un animal que está en peligro de extinción en la totalidad o de una significativa parte de su área de
distribución. Las amenazas a la población incluyen la pérdida de hábitat necesario para la búsqueda de alimento, el
envenenamiento secundario de los animales muertos por los cazadores y la persecución.
Donde el contacto humano con la cría natural de cóndores es mínimo; los polluelos son alimentados con títeres de
guante que se asemejan a los cóndores andinos adultos con el fin de evitar la impronta de los polluelos con los seres
humanos, que podría ponerlos en peligro al ser liberados, debido a que no ve a los seres humanos como un peligro
Los incas creían que el cóndor era inmortal. Según cuenta el mito, cuando el animal siente que comienza a envejecer
y que sus fuerzas se le acaban, se posa en el pico más alto y saliente de las montañas, repliega las alas, recoge las
patas y se deja caer a pique contra el fondo de las quebradas, donde termina su reinado. Esta muerte es simbólica,
ya que con este acto el cóndor vuelve al nido, a las montañas, desde donde renace hacia un nuevo ciclo, una nueva
vida.