El Caminar de Jacob
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Notas y registro de cambios
Notas Importantes:
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17/06/2020 Nuevo capítulo “Aclaración del autor. . . ”.
08/06/2020 Actualización sobre capítulos ya terminados antes de terminar el
libro: Hasta “La vida en la casa de Labán” estarían los capítulos terminados.
Los siguientes capítulos en modo “en desarrollo”.
27/05/2020 Se actualiza el capítulo “Chile como Jacob, y su camino a ser
príncipe del Señor”; se han actualizado sus últimos 5 párrafos, con mayor
profundidad del diseño de Chile como Jacob. # Agradecimientos {.unnumbered
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Gracias a todos los Hermanos que continuaron con su apoyo hasta el final, y quienes
fueron luz para todo lo que pude escribir. Sobre todo, a la Congregación Nueva Vida
en la que pertenezco, con los líderes que participamos, a Miguel y Verónica Hernandéz
Manzano, y todos los que apoyaron intercediendo.
Gracias también a toda mi familia y seres queridos.
Sobre todo, gracias al Padre Dios por poder escibir cada uno de estos capítulos.
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Índice general
En unanimidad, levántense las Iglesias de las ciudades, la Iglesia de la nación 1
La promesa inicial 11
La Escalera de Jacob 28
Aclaración del autor por lo que vive la nación hoy y de temporalidad del
libro 69
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En unanimidad, levántense las Iglesias
de las ciudades, la Iglesia de la nación
Desde el antiguo pacto, Dios levantó a hombres poderosos, como lo fueron los grandes
profetas. Pero en el nuevo pacto, llegamos a ser uno con el Hijo y el Padre, como
vemos en Juan 17:21:
“Para que todos sean uno como Tú, Padre, en mí, y Yo en ti; que también ellos estén
en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste.”
Y he aquí una llave importante, solo siendo uno con el Padre y el Hijo, el mundo nos
creerá como Hijos de Dios.
Entonces, como enviados de Dios, algo cambia, y ya no es solo un “gran profeta” que
Dios levanta para dar palabra a una ciudad, como vemos en el antiguo pacto. Somos
todos uno con el Padre y el Hijo, esto ya no es algo de unos pocos. Todos llegamos a
ser parte del Cuerpo del Padre y el Hijo, como piedras vivas. 1 Pedro 2:5:
“Vosotros también, como piedras vivas, estáis siendo edificados como casa espiritual
para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios
por medio de Jesús el Mesías.”
Sí, honramos a aquellos que han alcanzado mayor madurez en Cristo, quienes muchas
veces nos abren camino ante lo nuevo, pero no debemos tomar una posición pasiva
en que se depende un hombre maduro en Dios para que el Padre hable; como dos
niveles de Iglesia, los que reciben y los que apoyan pero que no reciben. Sino que
debo entender, primero, y muy importante, desde la humildad de ver el nivel de
crecimiento que tengo en Cristo, que de mí también brotan, corren los ríos de agua
viva, y Palabra fresca del Padre debe venir de mi boca. Y esta Palabra nueva ser bien
administrada dentro de la Iglesia. Y así unos con otros. Dios nos llama a movernos
como Cuerpo. Y esto fue así desde que descendió el Paracleto que prometió Jesús
antes de subir, como vemos en Hechos 2:1-2:
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente fue
hecho en el cielo un estruendo, como de una ráfaga de viento impetuoso, el cual llenó
toda la casa donde estaban sentados.”
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En unanimidad, levántense las Iglesias de las ciudades, la Iglesia de la nación
Para que viniera el Espíritu Santo, todos tenían que estar en unanimidad. No bastaba
que apareciera un gran hombre de Dios, como que se pusiera de pie el Apóstol Pedro
que había recibido de Cristo las llaves del Reino en Mateo 16. Tenían que estar
todos unánimes. Todos eran Cuerpo de Cristo. Y este es el principio que dijo el
Señor, “un Reino dividido no prevalecerá”. Estaban los mismísimos Apóstoles de
Jesús, pero nada, nada iba a ocurrir, si no estaban en unanimidad. No sabemos cuánto
tiempo pasó para llegar al tiempo de estar en unanimidad, pero es muy importante
que se haya detallado, en el primer libro que habla de lo ocurrido tras la cruz de
Cristo, que todos estaban en unanimidad.
Y estar en unanimidad, no es un proceso intelectual. No es meramente “debatir” de la
Palabra. O también, no es que los mayores en Cristo digan qué hacer y simplemente
el resto sujetarse aún si está recibiendo alguna dirección del Espíritu Santo, como
niveles de rango dentro del ejército. Llegar a estar en unanimidad, es algo que ocurre
de una manera que no es de este mundo. El Espíritu Santo nos energiza, y en ello
también se llega a la unanimidad. No se puede describir simplemente con palabras.
Pero este “energizamiento”, es vital para la vida de un Hijo de Dios, como el respirar
para nuestro cuerpo.
Energizar, en el nuevo testamento, lo encontramos bajo la palabra griega “energeo”,
que en ocasiones se traduce como “activar”, “efectuar”, “hacer”, pero que literalmente
denota la acción de energizarnos. La Biblita Textual, 4ta edición, traduce bien
“energeo”. Versículos clave, algunos de ellos son: 1 Corintios 12:6, 1 Corintios 12:11,
Efesios 1:11, Efesios 3:20, Gálatas 3:5, 1 Tesalonicenses 2:13. Este último versículo
habla una importante verdad, que recibimos la Palabra de Dios, pero no como un
mensaje de hombre, la cual nos energiza si la creemos.
Tras estar en unanimidad, descender el Paracleto, el Espíritu Santo, se pudo manifestar
el Reino. Y Pedro, como vemos más adelante desde el versículo 14 de Hechos 2, aquel
Pedro temeroso, es llenado de valentía, ya que antes se ocultaban por temor a la
persecución, y toma la autoridad de las llaves que le dio el Señor, y abre el Reino de
Dios; comienza el caminar de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.
Por lo anterior, no podemos utilizar las llaves que el Señor le dio a Pedro, a la Iglesia,
si no estamos en unanimidad. Entonces, ya no se trata de que venga “el ungido”, “el
gran profeta”, “el super Pastor”, “el Apóstol”, a liberar un territorio, como una ciudad
o una nación, si la Iglesia del mismo territorio no está en unanimidad recibiendo
todos lo mismo, en un mismo espíritu en Cristo.
Desde este momento en Hechos 2, todo lo que ocurre dentro de la Iglesia, es el
movimiento de todos como Cuerpo; las grandes manifestaciones vienen cuando se
cumple la unanimidad del Cuerpo, algunos ejemplos:
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En unanimidad, levántense las Iglesias de las ciudades, la Iglesia de la nación
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En unanimidad, levántense las Iglesias de las ciudades, la Iglesia de la nación
común, que nos permita unirnos en acuerdo: El territorio donde vivimos no sea para
el diablo. Como detener sus ciclos de sangre derramada, y el territorio sea consagrado
a Cristo para que sane nuestras ciudades. Y se manifieste ya sin límites su Reino
Poderoso en la nación.
Muchas congregaciones piden que se levanten avivamientos como los de siglos atrás,
como el de la calle de Azusa en Estados Unidos, o el que tuvimos en Valparaíso en
Chile. Pero el Señor ya nos dió oporunidad de tomar y administrar estas instancias, y
hoy en día esas fuentes están secas, porque la Iglesia local, la Iglesia de la ciudad, no
pudo mantener la unanimidad del Cuerpo; no cuidaron las aguas tremendas de Cristo
que salieron de esos lugares, ni menos aumentaron su caudal; como dice la Palabra,
de nosotros corren ríos de agua viva.
Muchos intentos se han hecho de provocar un mover en el territorio local, como
grandes convocatorias, pero no hay unanimidad, y muchos líderes de congregaciones
buscan “aparecer en la foto”, y concentrar en ellos todo lo que se está haciendo.
Muchas veces por avaricia personal, como avaricia de figurar primero, avaricia de
poder, y/o avaricia de dinero; como también por inseguridades, traumas en el alma,
que no han sanado, y se cae en el engaño de que en la concentración y monitoreo
personal hay seguridad, dejando de lado la guía del Espíritu Santo. Y todo esto ha
frenado todo intento de unir el Cuerpo, y ha secado los depósitos de aguas vivas que
el Padre ha querido abrir en un territorio.
El gran avivamiento que una localidad, una ciudad necesita, es solo una cosa, cumplir
el versículo primero del segundo capítulo del libro de Hechos.
No se necesitan millones tampoco. Se debe de partir con un remanente. Los discípulos
de Jesús, eran un remanente en sí de todo el pueblo de Israel que no creyó, o creyeron
a su manera. Creer a su manera, es, los que dicen creer, y buscan solo las añadiduras.
Como los que fueron por Jesús porque había multiplicado los peces y el pan, fueron
solo por comida, recursos, pero no lo siguieron cuando había que seguirlo y subirse
en la barca, y menos de la posición de la barca llegar a caminar sobre las aguas aún
en medio de una tormenta.
Si ha llegado a leer hasta aquí, creo que es uno de ese remanente que no ha doblado
sus rodillas a estructuras de hombre que han querido llamarse “la Iglesia de Dios”. No
importa en qué posición esté, si es un discípulo, un líder, o está en una posición de
Ministro. Dios le revele en este tiempo las cosas grandes que tiene para su territorio,
y sea frenado todo intento del diablo, aún expresado en acciones del hombre, para
quitarlo del camino. Que pueda llegar a niveles que nunca antes ha experimentado de
unanimidad en el Cuerpo de Cristo, y desde este plataforma en Cristo, pelear por su
tierra y toda la nación.
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En unanimidad, levántense las Iglesias de las ciudades, la Iglesia de la nación
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Chile como Jacob, y su camino a ser
príncipe del Señor
Desde hace algunas décadas, el Señor ha estado hablando de tremendos tesoros que
ha dado a las naciones.
Las naciones tienen diseños, así como cada uno nace con diseños que el Padre ha
dado desde antes de la fundación del mundo. Veamos el caso de Jeremías, que antes
de que existiese su cuerpo biológico, ya era en espíritu, y el Padre lo conocía y le
daba sus diseños; leamos Jeremías 1:5:
“Antes que te formara en el vientre te conocí, y antes que salieras de la matriz te
consagré, te di por profeta a las naciones.”
Cada uno de los diseños que el Padre nos da, llevan a una sola cosa, a un solo
propósito, que es ser a Su imagen. Veamos Romanos 8:29-30:
“Porque a los que antes escogió, también los predestinó a ser de la misma forma de la
imagen de su Hijo, para que Él sea primogénito entre muchos hermanos; y a los que
predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también declaró justos;
y a los que declaró justos, a éstos también glorificó.”
El Padre hizo todo con diseño. Y este diseño era uno solo: Expresar al Hijo. Y no solo
expresarlo en el hombre, sino también en todo lo creado como vemos en Colosenses
1:15-17:
“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en Él
fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles: tronos,
dominios, principados, potestades; todo fue creado por Él y para Él, y Él es antes de
todas las cosas, y todo subsiste en Él.”
De todos los hombre, Dios escoge a Abraham para formar una gran nación, Israel.
Y desde un comienzo, las promesas del Padre con Abraham, tienen una importante
añadidura, que es la de ser de bendición a las naciones. Veamos Génesis 26:4:
“Multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos, daré a tu descendencia
todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente.”
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Chile como Jacob, y su camino a ser príncipe del Señor
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Chile como Jacob, y su camino a ser príncipe del Señor
comerán a sus hijos y los hijos se comerán a sus padres. Haré actos de justicia contra
ti, y esparciré tu remanente a todos los vientos.”
Este tremendo juicio también lo vemos en Salmo capítulo 106, capítulo que describe
cómo el pueblo de Israel se apartó de Dios. Y en el versículo 27 de este Salmo,
encontramos este diseño que profundiza la última frase del versículo 10 de Ezequiel 5
que hemos visto:
“Que haría caer su linaje entre las naciones, Y los esparciría por las tierras.”
En el versículo anterior, la palabra utilizada “linaje”, en el idioma original hebreo es
“zera”, que significa semilla. El Padre en medio de este tremendo juicio a su pueblo,
dentro de su misericordia, entrega las tribus de Israel a las naciones, pero no para
que se perdieran completamente, sino que la semilla, el diseño de las tribus, estaría
ahora en todas las naciones.
En estas últimas décadas, Hijos de Dios en las naciones, como Profetas y Apóstoles,
han estado recibiendo los diseños del Padre para sus naciones como tribus de Israel.
No es que una nación sea literalmente una tribu “x” de Israel, sino que a la arquitectura
espiritual de la nación, el Padre le ha dado del diseño de dicha tribu “x” de Israel.
Incluyendo los dones redentivos de la nación.
Esto ha permitido ver de una manera más clara, los dones que Dios ha puesto en
las naciones para sus Hijos, y cumplir el versículo de ser de bendición a todas las
naciones.
También se ha podido ver cómo el enemigo se ha adelantado, y ha visto el diseño
espiritual de tribu de Israel de las naciones, y ha buscado pervertirlas levantando anti
diseños, para contaminar las naciones, y una a otra en estado torcido se contaminen
entre ellas en un efecto amplificador de iniquidad sobre la tierra.
Lo más impactante, ha sido cómo el Padre ha hablado sobre la historia de una nación.
Se ha podido ver que muchas heridas, hechos traumáticos de la historia de una nación,
se pueden ver reflejadas en la historia misma de la tribu de Israel que tiene de diseño
espiritual como nación.
Todo lo anterior, ha permitido que se pueda ver mucho más claramente los enemigos
de la nación, para vencerlos, sanar las heridas. Como también ver los dones redentivos
de la nación que la Iglesia debe de tomar para gobernar un territorio. Esto ha traído
mucha paz, ya que la Iglesia ya no camina más a oscuras ante cada acontecimiento
que ocurre y ocurrirá en la nación, y el Padre ilumina el camino si no dejamos de oír
su voz cada día.
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Chile como Jacob, y su camino a ser príncipe del Señor
Ahora, no es que una sola nación tenga el diseño exclusivo de una tribu. No es que
sea literalmente la tribu, sino solo en su arquitectura espiritual. Por esto, pueden
haber dos o más naciones, con el mismo diseño de una tribu de Israel.
Para la nación Chile, el Padre ha estado hablando que tiene el diseño espiritual de
Jacob, el padre de las tribus de Israel. ¿Sería Chile la tribu de Jacob? No tan así. No
existe la tribu de Jacob, la tribu de Israel como tal.
¿No eres de Chile? No detengas tu lectura, te animo a seguir. No serán
capítulos aburridos hablando de la historia de Chile. Y, el Padre me ha
dado la honra de hablar principios, por medio de la vida de Jacob, que
son también de aprendizaje para todas las naciones.
Así mismo que el Padre también pueda hablar del diseño de una de las doce tribus
para Chile. Pero vamos de a poco, y entender por qué primero a Chile se le ha hablado
desde la posición de Jacob. Lo importante, como hemos visto en Salmo 106:27, es
que debemos ver que hoy las semillas de las doce tribus de Israel están en
todas las naciones, y debemos de ver no a una nación de forma separada de las
otras naciones, para entender los planes de Dios en la misma nación.
Así como Jacob, Israel, bendijo a sus hijos, con los doce que de ellos nacerían las doce
tribus de Israel, como nación Chile tenemos un papel importante en empoderar a
las naciones en los diseños y en los planes que Dios tiene para ellas. Por esto a Chile
se le ha profetizado que es llamado a ser la Antioquía de Latinoamérica. Antioquía
fue una ciudad importante en los primeros años de la Iglesia, desde donde el Apóstol
Pablo, junto a todo el Presbiterio de la ciudad, apoyaban a otras ciudades, como a
Jerusalén cuando le ofrendaron en tiempos de escasez, tenían gobierno económico.
Como también desde Antioquía salieron ancianos/presbíteros misioneros, a levantar y
fortalecer Iglesias en otras ciudades, capacitando a las Iglesias de otros rincones de
la tierra en las riquezas del Reino de Dios y la edificación del Cuerpo de Cristo. Y
así como hay más de una nación con el diseño de una tribu de Israel, también hay
más de una nación con el diseño de Jacob, con el diseño de nación para empoderar a
otras naciones en sus diseños de tribus. ¿Y, literlmente el nombre Jacob? Entendamos
también, que a Jacob le es cambiado el nombre a lo largo de su vida, ha medida que
va creciendo, madurando. Pero por algo Dios le ha hablado a Chile desde hace un
tiempo ya como Jacob; pero veremos de esto más adelante, vamos con calma.
Debemos despertar en las naciones los diseños que Dios Padre les ha dado, y cuando
los manifiesten y los usen, habrán cambios tremendos en la tierra; la manifestación
del Padre será como nunca antes. Y lo podemos ver ya en el antiguo pacto, Dios se
manifestó de una manera tremenda habitando en medio de su pueblo, de las doce
tribus. Pero estas manifestaciones cesaron, como la de la columna de fuego de noche,
la fertilidad y abundancia que daba la tierra, y las tremendas victorias contra millares
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Chile como Jacob, y su camino a ser príncipe del Señor
de ejércitos. Todo ello cesó, cuando las tribus se corrompieron y se separaron, cuando
el Padre ya no pudo habitar en medio de todas sus tribus, de todo su pueblo; por
que nuestro Dios es un Padre de plenitud, no de diseños a medias.
Chile como Jacob, por medio de Profetas y Apóstoles, de Hijos de Dios con presbiterios
que se han estado levantando, lo que mostraba el Señor alrededor del año 2014, era
que Chile estaba viviendo la etapa de vida de Jacob, como Jacob el engañador, el
que compró la primogenitura, el que negociaba con Dios. Y la nación refleja esto,
como se diría popularmente en estas tierras, “¡tení que ser vivo poh (astuto para uno
mismo), y si la podía hacer (engañar), la así nomá!”, y no había estado avanzado para
convertirse en lo que se convertiría Jacob, en el príncipe del Señor, cuando su nombre
es cambiado a Israel, que significa, “el que lucha con Dios”, con sus dones despiertos
y que llega a bendecir a sus hijos, a los padres de las doce tribus de Israel.
En los siguientes capítulos, veremos algunos de los principales hechos de la vida de
Jacob, y cómo podemos ver reflejados diversos conflictos de su vida, en la historia de
Chile, y la vida de la Iglesia, viendo también la luz que el Padre nos ha dado para
seguir creciendo y avanzando en Cristo.
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La promesa inicial
El diseño de Dios para los dos hermanos, Génesis 25:23:
“Y le dijo YHVH: Dos naciones hay en tu vientre, Y dos pueblos están siendo divididos
aun desde tus entrañas. Un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor
servirá al menor.”
Esto se lo dice a Rebeca. No vemos, o al menos no está escrito, que Rebeca le
comunicarse a Isaac esta Palabra. Dios cuando habla, sobre todo a una Casa, lo
hace una vez. Y quien recibe una Palabra, debe darla a toda la Casa. No sabemos si
Rebeca no lo hace por un tema de cultura de la época, y del pueblo de donde ella
vino, donde quizás la mujer debía ser más “sumisa”, y por ello se guarda la Palabra
recibida. Y veremos cómo Rebeca busca hacer cumplir la Palabra de Dios para los
hermanos, para sus hijos, a su manera, forzando la situación aún con engaños.
Aquí aparece:
Para la Iglesia hoy, como advertencia, podemos recibir tremenda Palabra de Dios,
pero, aún con lo hermosa y fuerte de la bendición que Dios da, podemos caer en
guardarla. Aunque atesoremos lo recibido, al no hablarla a todos los que corresponda,
Dios no hablará los “siguientes pasos”. Claro, también siempre hablando una Palabra
a quienes Dios quiere que lo hagamos, pero si Dios habla sobre temas de una Casa,
en un hogar, “todos los involucrados” debieran de conocer dicha Palabra recibida.
También como advertencia, lo que es forzar una Palabra para que se cumpla.
Es interesante que Dios permita que salgan dos pueblos de las generaciones de
Abraham. La promesa de Dios, no es que Esaú como un pueblo, se separe de Ja-
cob como otro pueblo, sino que Esaú y su descendencia, sirvan a Jacob y a su
descendencia.
La Biblia describe a Esaú como un hábil cazador, como alguien fuerte. Personalmente
creo, que, si Jacob hubiera estado en diseño con su hermano Esaú, Esaú como fuerte,
hubiera sido un apoyo, un servidor, muy necesario, para que Jacob tomase la tierra
prometida. Pero veremos más de esto, más adelante.
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La promesa inicial
La Palabra dice que Rebeca amaba más a Jacob que a Esaú (Génesis 25:28). No
sabemos si fue más por la promesa de la Palabra recibida, u otra cosa. Tampoco
sabemos si al menos a su hijo Jacob le habló de la Palabra recibida de Dios, de que
siendo el menor Jacob, su hermano Esaú lo serviría.
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Primer engaño: La venta de la
primogenitura
Como comentaba, no sabemos si Rebeca le habló a Jacob de la promesa de Dios.
Vemos en Génesis 25:29-34, cómo Esaú despreció su primogenitura cuando se la vende
a Jacob por comida. Aparece el primer título de Esaú como Edom, ya que le pide con
esta frase, versículo 30, “Te ruego, déjame engullir de eso rojo”. Rojo aquí en hebreo
es adom. No es la misma palabra hebrea adam para rojo. Este rojo, lo vemos como
característica en las vestiduras del Señor vengativo en Isaías 63:2-3:
“2 ¿Por qué están rojas tus vestiduras Y la túnica, como el que ha pisado en el lagar?
3 Yo solo he pisado el lagar, Y de los pueblos nadie había conmigo. Los aplasté con
mi ira, Y los pisoteé con mi furor, Su sangre salpicó mis vestiduras, Y manché todas
mis ropas.”
Este rojo, sería un rojo como la sangre. 2 Reyes 3:22 nos dice:
“Cuando se levantaron de madrugada, el sol brillaba sobre las aguas, y los de Moab
vieron desde lejos las aguas rojas como la sangre.”
Aguas rojas, utiliza la palabra adom.
La característica que este potaje sea de color rojo como la sangre adom, no creo que
fuera al azar. Estas generaciones ya habían recibido del pan y el vino, el cuerpo y la
sangre, del Señor, en el encuentro de Abraham con Melquisedec, Melquisedec le da
pan y vino a Abraham.
Quien recibe el cuerpo y la sangre de Cristo, también debe ser ministrador a otros
del cuerpo y la sangre del Señor, ya que da de lo que tiene. Las aguas del Señor son
aguas que fluyen, y no se estancan, lo que recibimos del Padre lo tenemos que dar
a otros y no guardarlo solo para uno, o para unos pocos, o todo se pudre en algún
momento.
Si vemos la posición de Jacob como quien terminaría siendo el heredero, y cumplir
la promesa de Dios con Abraham de tomar la tierra y todo lo que Él ha hablado. Y
Esaú como el hermano fuerte que lo ayude, que le sirva, en la conquista y posterior
gobernanza de la tierra. Viéndolos a ambos como dos pueblos, dos generaciones, la
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Primer engaño: La venta de la primogenitura
figura de Jacob sobre Esaú, debe ser la de ministrador de las cosas de Dios, de la
naturaleza del Hijo, para que Esaú no se separe de Dios, no se separe de las promesas
del Padre, de la voz del Hijo, ya que las generaciones de Esaú también son generaciones
de Abraham.
Pero Jacob en vez de ministrar a Esaú del potaje rojo, lo que lo vería como la sangre
del Hijo ya ministrada a sus generaciones con el encuentro Abraham y Melquisedec,
Jacob decide vendérselo a Esaú. Jacob no ministra a su hermano Esaú en
gracia, sino en engaño como chantaje. Ya Esaú le había dicho a Jacob que
desfallecía a un punto de morir, y Jacob lo presiona en que jurase que le daría la
primogenitura para darle del potaje rojo.
Aquí aparece:
Es bueno ver todas las contrataciones que ha caído la Iglesia de la nación, don-
de ha pedido cosas, como dinero, tierras, “estatus social”, u otros, al estado o a
privados, para ministrar las cosas que Dios tiene para la nación. Debemos encon-
trar/investigar/interceder y quebrar estas contrataciones en la Corte del Padre,
invalidándolas, quitar toda naturaleza de “Jacob el engañador” de la Iglesia de la
nación, limpiar en Cristo la historia de la Iglesia de Chile de décadas y siglos atrás.
También dentro de la misma Iglesia, por Ministros (sean Apóstoles, Evangelistas,
Profetas, Pastores y Maestros), que se unen a un presbiterio local, de ciudad, o de a
nivel nacional, solo para buscar algún beneficio (sea físico, social, y/o celestial), y solo
al tener algo a cambio, ministrarán, darán de lo que Dios les ha dado al presbiterio;
estas negociaciones “al estilo Jacob”, “dame esto y luego te daré esto otro”, dentro de
la misma Iglesia, es lo que puede llegar retrasar los tiempo de Dios sobre la nación.
Es un tema muy delicado, y quizás un hilo muy fino para ver “quién es quién”.
Para esta década que comenzó el 2020, la siguiente fase del Padre es la unidad de las
Iglesias de las ciudades como una sola; es algo que tenemos que examinar en nuestro
corazón, y discernir en quienes se unen a un presbiterio local, de ciudad o nación, que
no sean “negociadores a lo Jacob”. Creo que tomar la cena, la impartición del pan
y el vino, el cuerpo y la sangre de Cristo, en lo que es discernir el cuerpo, pueda
permitir ver esto, con quienes se vayan uniendo.
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Segundo engaño: La voz de Rebeca,
el tomar la promesa fuera de diseño
La voz de la madre de Jacob. Rebeca, es la que incita a Jacob a engañar a su padre
Isaac y suplantar a su hermano Esaú en Génesis 27. No sabemos, si, Jacob se hubiera
presentado como Jacob mismo, creyendo en la promesa de Dios que el mayor servirá
al menor, si su madre Rebeca se la hubiera hablado, Dios hubiera tocado el corazón
de Isaac y abierto sus ojos, para bendecir a Jacob en diseño como primogénito. O
también, si Rebeca hubiera dado a conocer la palabra recibida por Dios de que Esaú
servirá a Jacob, a su esposo Isaac y toda su Casa, la postura del mismo Isaac con
Jacob hubiera sido distinta. Pero de una u otra manera, Jacob actúa bajo un plan de
engaño que le dió su madre. Podríamos decir que Jacob fue “inocente” y solo hizo
lo que su madre le dijo por obediencia a ella, pero confirma su participación en el
engaño, tuvo una opción de salir de este, cuando su padre Isaac le pregunta si era
Esaú, y Jacob le responde que sí confirmando el engaño. Ya no solo era un engaño de
Rebeca, era un engaño por acuerdo entre dos con Jacob.
Se activa aquí por la incredulidad:
Bendición, por medio del engaño, la mentira, fuera de diseño para Jacob.
Rebeca como esposa de Isaac actúa a sus espaldas, casa dividida.
Injusticia con Esaú.
Se enciende deseo de Esaú por matar a su hermano Jacob.
Vemos que la bendición que Isaac le imparte a Jacob, pensando que era Esaú, es como
si Esaú fuera a ser el primogénito. Esto me lleva a pensar, que finalmente la Palabra
de Dios, “el mayor servirá al menor”, Rebeca siempre se la guardó, o que al menos
no se la dijo a Isaac por la manera en que Isaac bendice a Jacob pensando que era
Esaú. Este punto es muy fuerte. Literalmente, Isaac iba a bendecir al equivocado.
Pongamos en contraste la promesa con diseño de Dios para los hijos de Isaac, que le
habla a Rebecca, y veamos cómo Isaac creía que debía bendecir a sus hijos:
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Segundo engaño: La voz de Rebeca, el tomar la promesa fuera de diseño
Aquí aparece:
SeDespiertan.com 16
Segundo engaño: La voz de Rebeca, el tomar la promesa fuera de diseño
de Jesucristo, entra un nuevo tiempo en nuestras vidas, somos nueva criatura, que
cada día va creciendo en ser más a la imagen de Cristo. Entonces, Cristo no es engaño,
no es mentira, esa no es su imagen. Si actuamos como Jacob con engaño y mentira, no
estamos viviendo el ser a la imagen de Cristo, no estamos viviendo este
propósito al cual todos hemos sido llamados, por lo que la promesa que vemos
en el versículo 28 de Romanos capítulo 8, no se cumplirá, no nos “ayudará a bien”
lo que nos suceda actuando fuera de lo que es ser a la imagen de Cristo. No se trata
solo de creer y amar al Señor. Muchos cristianos viven su vida debilitados, enfermos,
y con muchos problemas, porque no están haciendo lo correcto, no están viviendo la
imagen de Cristo, y traen frutos torcidos a sus vidas.
Recordemos 1 Corintios 10:13, Dios nunca nos pone ante una dificultad que no
podamos soportar. Lo que ocurre es que se nos ocurre nuestra propia salida, y no
vemos la salida que el Padre ha puesto delante nuestro, por ejemplo, ante una tentación.
Pero Dios es bueno, y aunque erremos, nos levanta como vemos en Apocalipsis 3:19,
pero no nos quiere seguir viendo “sufrir por sufrir”, y que sigamos perdiendo meses y
hasta años de nuestras vidas.
Volvamos a Génesis 27. Ahora es interesante, por lo sucedido con el segundo engaño,
el robo ahora de Jacob de la bendición de Isaac para Esaú, cuando Rebeca le advierte
a Jacob que su hermano lo quiere matar, Rebeca no apacigua a Esaú, hablándole que
fue su plan, y/o le dijera la Palabra que Dios le dio cuando estaban en su vientre, “el
mayor servirá al menor”. Simplemente no hace nada con Esaú, y le dice a Jacob que
huya. Tampoco se describe que habla con Isaac.
Aquí aparece:
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Segundo engaño: La voz de Rebeca, el tomar la promesa fuera de diseño
SeDespiertan.com 18
Desconexión por enojo
Es bastante peculiar para la cultura occidental del siglo 21, una de las primeras cosas
que hace Esaú tras ser engañado por Jacob: Se va a buscar esposa. Es como corriendo
una carrera contra su hermano Jacob, por quien continúa primero la simiente de
Abraham.
Quizás sea difícil de imaginar cómo se sentía Esaú. Sin primogenitura (que pensaba
era de él), y sin la bendición de su padre Isaac. Enojo por ser engañado, amargura
porque le arrebataron algo preciado, y a manos de su propio hermano. En ese tiempo,
la familia era el centro de todo, se vivía y moría por la familia (lo digo de esta manera
para comparar el pensamiento occidental del siglo 21; está claro que para Dios en la
Iglesia se comienza a gobernar desde la familia, el hogar). El concepto de nación y
patria recién estaban desarrollándose, y las naciones fueron desarrolladas en su origen
por linajes de familias. Recordemos con el fervor que Abraham se levanta contra
naciones por su sobrino Lot. Por todo esto, no fue algo muy bonito lo que recibió
Esaú de su hermanito.
Es interesante, que Dios permitiera que se escribiera lo que pensó Esaú al ir a buscar
una esposa. Génesis 28:6-9:
” 6 Y vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padan-aram
para tomar de allí mujer para sí, y que, al bendecirlo, le había ordenado que no
tomara mujer de entre las hijas de Canaán, 7 y que Jacob al obedecer a su padre y
a su madre, se había dirigido a Padan-aram, 8 Esaú comprendió entonces que las
hijas de Canaán eran desagradables a ojos de su padre Isaac, 9 y fue Esaú a Ismael,
y además de las que tenía, tomó para sí por mujer a Mahalat, hija de Ismael, hijo de
Abraham y hermana de Nebayot.”
Esaú por su enojo y rabia, se desconecta totalmente. Dios separó a Ismael de la casa
de Abraham, y Esaú con su acto las vuelve a unir. Sí, sabía que su padre Isaac no
quería de las hijas de Canaán, pero no le pregunta de qué pueblo debe ir a buscar
esposa.
Quizá Esaú también sentía celos. Siendo Jacob el menor, tras todo lo ocurrido, lo
enviaban también a él primero a buscar esposa y continuar el linaje. Este enojo,
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Desconexión por enojo
con celos, es esa clase de sentimientos que experimenta Caín cuando asesina a su
hermano Abel.
Son sentimientos por los que todos podemos caer. Dios le habla antes a Caín para
exhortarlo, pero aún escuchando directamente la voz de Dios, estos sentimientos
fueron más fuertes en Caín.
La Iglesia puede caer en una desconexión por enojo y por celos, y podemos hacer lo
que no debemos, o unirnos con quien no tenemos que unirnos.
La Iglesia debe examinar su historia, como también cada uno en Cristo debe hacerlo,
y ver cuándo ha tenido desconexiones con el Padre, para unirse con quien no debía
(a todo nivel, no solo de buscar cónyuge si hablamos a nivel personal), ya que esto
puede provocar el aborto de los propósitos de Dios en la Iglesia de una nación, ciudad,
congregación local, en una familia y/o persona.
Jacob de una u otra manera, cumple su propósito, con mucho dolor y sufrimiento por
lo demás, y de él nacen las 12 tribus de Israel. Pero de Esaú, poco veremos. Esaú
como hermano de Jacob, nunca lo llega a servir en vida, fue abortada esta parte de
la promesa de Dios a Rebeca, y solo vemos un poco de ello en su descendencia (más
adelante hablamos de esto).
Muy pocas veces, pero ocurre, nuestras acciones personales pueden abortar el plan
de Dios. Un pecado puede retrasar el plan de Dios en nuestras vidas. Pero algunos
errores y/o omisiones, pueden abortar todo un plan de Dios. Y es que Dios es
bueno, no es controlador. Sus promesas son eternas, pero en la libertad que se le
ha dado al hombre, el hombre puede multiplicar al ciento por uno la promesas de
Dios en su vida, las puede postergar, o las puede romper y echar al piso.
Pero aún hay tiempo para muchas cosas para la Iglesia de la nación, aún hay tiempo
de revisar su historia, y deshacer aquellas contrataciones que han puesto en pausa los
planes de Dios para toda la nación y sus ciudades.
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Por la puerta chica, caminando a
gobierno como no debemos
Jacob sale de su casa “por la puerta chica”. Tiene que huir por sus engaños que dieron
como fruto, que su propio hermano quiera tomar su vida. Jacob tenía en ese momento
muchos problemas. No sabemos qué ocurría en el corazón de Jacob. ¿Se habrá ido de
su casa gozoso por haber conseguido la bendición de su hermano Esaú, suplantándolo
frente a su propio padre Isaac? ¿O se habrá ido con culpa y amarguras?
Al salir Jacob de su hogar, vemos que hay un problema de gobierno de su padre
Isaac con su propia casa. Primero, es su propia madre quien le advierte a Jacob de su
hermano, y por lo visto en Génesis 28:2-4, luego Isaac le declara a su hijo Jacob:
“Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre y toma allí mujer de
las hijas de Labán, hermano de tu madre. ’El-Shadday te bendiga, te haga fructificar y
te multiplique hasta llegar a ser multitud de pueblos, y te dé la bendición de Abraham,
a ti y a tu descendencia contigo, para hacer que tomes posesión de la tierra de tus
peregrinaciones, la cual ’Elohim ha dado a Abraham.”
Es el propio Isaac quien, no pone orden en el lugar, no le consulta a Dios, y manda
en este “exilio temporal” a su propio hijo. Este no consultar a Dios es grave. Vemos
que del traspaso de generación de Abraham a Isaac, Isaac no oye ni consulta a Dios
ante situaciones importantes de su casa, por sus generaciones. Fue siendo infiel al
pacto. Veamos un ejemplo de la infidelidad de los hombres con un pacto con Dios, en
Hebreos 8:9:
“No como el pacto que hice con sus antepasados El día que los tomé de la mano para
sacarlos de la tierra de Egipto. Porque ellos no permanecieron fieles en mi pacto, Y
Yo me desentendí de ellos, dice el Señor.”
Al desentendernos de Dios, por no serle fiel en Su pacto, Dios se desentiende de uno,
y perdemos TODAS sus promesas y bendiciones, hasta que uno vuelva a Él. Ya con
Isaac se fue degradando el Pacto de Fe que había comenzando con Abraham. Isaac “se
autoconsulta” y toma las decisiones para su casa. Vemos que esta manera de actuar
se traspasa a sus hijos Jacob y Esaú. Y con sus hijos, en esta siguiente generación, se
va degradando aún más el pacto.
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Por la puerta chica, caminando a gobierno como no debemos
Mucho más adelante, vemos a José con el gran don de administrar y multiplicar, y
en tiempo de hambruna, en vez de irse a tomar con Fe la tierra que Dios le dió a
su bisabuelo Abraham, Abraham conocido por sus tremendos actos de Fe, José se
refugia en Egipto, y con él, todas las generaciones de Abraham entran a Egipto, y
terminan de esclavos. Las generaciones de Abraham, olvidaron el pacto con Dios,
olvidaron el, “Él nos escogió”, que era con un propósito y una tierra específica que
el Padre Dios les iba a dar, un Dios que los sustentaría con todo. Más de esto lo
veremos más adelante.
Pero lo anterior es algo que puede ocurrir dentro de los creyentes al día de hoy. Poco
a poco degradándose el pacto de Dios, a nivel personal, familiar, como congregación
de una comunidad, hasta niveles de degradación más extensos en territorio hasta
llegar a la degradación completa de la Iglesia de una nación. Dios tiene dones, tesoros,
planes preciosos, para cada persona, familia, comunidad, ciudad, nación.
No descuidemos el pacto. Empecemos con cosas simples, cuando vemos en la TV un
programa de comedia burlándose de Dios y de la Biblia, cambiar de canal. Hoy somos
parte del pacto de Abraham por la Fe que nos une por medio de Cristo.
Sí, vivimos en la gracia, pero si la sal se vuelve insípida, será echada fuera y pisoteada
por los hombres, como nos dice Jesús en Mateo 5:13:
“Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será salada?
Para nada es buena ya, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.”
Debemos preguntarnos como Iglesia de una ciudad, y como Iglesia de una nación,
¿todavía somos sal para la tierra? ¿Nos estamos volviendo insípidos? Por esto es crucial
Hebreos 8:9 que hemos leído, nos puede volver a ocurrir a nosotros. En los testimonios
de errores y fracasos de los escogidos escritos en la Biblia, en sus profundidades,
encontramos principios eternos de la justicia del Padre para ser edificados.
Junto con la gracia y misericordia de la Cruz de Cristo, debemos movernos en las
profundidades de Su justicia. No olvidemos que justicia y el derecho son simientes de
su trono, como leemos en Salmo 89:14.
Para terminar este paréntesis, pero que es muy importante sobre el caminar en niveles
de gobierno con el Señor, y este mundo caído no nos gobierne (y no hablo solo de
tener deudas y la provisión material). Es el no caer en niveles bajos de justicia, en
un bajo discernimiento del bien y el mal, con el que se reprocha a los creyentes en
Hebreos 5:11-14:
“Acerca de esto tenemos mucho que decir y difícil de explicar, porque os habéis hecho
tardos para oír, porque debiendo ser ya maestros, en razón del tiempo, tenéis necesidad
de que alguien os enseñe otra vez los primeros rudimentos de los oráculos de Dios, y
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Por la puerta chica, caminando a gobierno como no debemos
habéis venido a ser como los que necesitan leche, y no alimento sólido. Porque todo el
que usa de leche, es inexperto en la palabra de justicia, porque es recién nacido; pero
el alimento sólido es de los perfectos, de los que por la práctica, tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.”
El autor de Hebreos no les quería compartir un mero conocimiento. No vengo con
pensamientos filosóficos, como dice el Apóstol Pablo en Colosenses 2:8. La autoridad
que viene del Reino de Dios no viene por conocimiento. Sí, el conocimiento viene a
consecuencia de las mayores autoridades que el Padre Dios da. De las experiencias con
Dios, obtendré conocimiento, pero el conocimiento por sí mismo no es llave ni menos
puerta para entrar en las profundidades de Cristo. Ya que, así como no puedo conocer
a mi pareja leyendo un libro bibliográfico de ella, tengo que experimentarla, conocerla
cara a cara, vivir día a día con ella, en cada área de mi vida, y el conocimiento
que llegue a tener de mi pareja, será sólo una añadidura de haber vivido todo lo
anterior.
Una perla para ser edificados en lo anterior: La disciplina es un principio de
Dios para este ejercitamiento en el discernimiento del bien y el mal, Hebreos 12:11:
“Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza;
pero más tarde da fruto apacible de justicia a los que por ella han sido ejercitados.”
¿Disciplina de quién? Obedecer a las autoridades que el Padre Dios ha puesto en mi
vida. Y por sobre todo, tanto para, quien está bajo autoridad en la Iglesia, y quien
ejerce autoridad en la Iglesia, ambos deben hacer como Jesús ha hecho estando en
esta tierra. Y es que ejemplo Él nos ha dado, y ha dejado el Espíritu Santo como
vemos en Juan 14:26, no libros escritos para ello, para que no nos perdamos en hacer
la voluntad del Padre, en hablar lo que el Padre habla, en hacer lo que el Padre hace,
Juan 5:19:
“Jesús pues declarando, les decía: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer
nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque lo que Él hace, esto también
hace igualmente el Hijo.”
Los libros escritos en Cristo son preciosos. Pero últimamente, todo lo que hagamos es
lo que al Padre veamos hacer. Cristo sí, cumplió lo escrito en las profesías, el antiguo
pacto, pero no nos dice que hacía lo escrito por los profetas; sí que lo cumplió, pero
solo hace lo que ve al Padre hacer.
Si Jesús nunca “se arrancó con los tarros”, nunca “se fue en la suya”, menos podemos
hacer nosotros como Hijos coherederos con Cristo. Luego lean el versículo 20 en Juan
5, junto con Juan 14:12.
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Por la puerta chica, caminando a gobierno como no debemos
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Por la puerta chica, caminando a gobierno como no debemos
En la Iglesia hoy en día, todos somos un cuerpo una gran familia. Y en esta gran
familia, pueden haber problemas, rencillas entre unos y otros, por temas valóricos,
pecados ocurridos dentro de la Iglesia de la nación, o por temas materiales. Rencillas
como las de Esaú con Jacob. Ante esto, debemos consultar al Padre por la
solución, o la casa de la nación terminará dividida, y tomando el camino largo.
Veamos a Jacob, que por sucesos de unos días, termina tomando un camino que lo
lleva a trabajar más de una década con su suegro, alejado de las promesas de Dios
para Abraham y su descendencia, viviendo “pocos y malos días”, como Jacob expresa
en Génesis 47:9.
Muchas veces la Iglesia confunde el estar ocupados, haciendo alguna obra, con estar
en los caminos del Padre. Escrito está, “por sus frutos los conocerás”, y creo que esto
no se aplica solo a personas. Los caminos torcidos por decisiones torcidas en la Casa
de Isaac y en la vida de Jacob, llevaron a Jacob a caminar por sufrimiento, con más
de una década fuera del propósito de gobierno bajo una falsa paternidad de Labán.
Veamos los caminos de la Iglesia de la nación, sus frutos. El Padre examine las obras
de las manos de sus Hijos en Chile.
Recordemos una de las maldiciones de la caída del hombre, Génesis 3:19:
“Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que retornes a la tierra, Porque de ella
fuiste tomado, Pues polvo eres y al polvo volverás.”
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Por la puerta chica, caminando a gobierno como no debemos
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Por la puerta chica, caminando a gobierno como no debemos
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La Escalera de Jacob
Hasta ahora hemos visto actos torcidos en la vida de Jacob, y el llamado a examinarnos
como nación en los pasos errados de Jacob. Pero al salir de su casa, vienen a ser
activados en Jacob, uno de los dones más tremendo que tiene, y es su capacidad de
ver.
Podemos estar en muchas dificultades, “con el agua hasta el cuello”, creer que nada
tiene sentido, pero, cuando el Padre Dios nos levanta, nos tomamos de su mano, y
vemos las cosas como Él las ve, toda nuestra realidad cambia. Y esto ocurre por
primera vez en la vida de Jacob. Génesis 28:10-15:
“Jacob, pues, salió de Beer-seba y se dirigió a Harán, y llegado a cierto lugar, pasó
allí la noche porque ya el sol se había puesto. Tomó una piedra del lugar y la puso
por su cabecera y se tendió en aquel sitio. Y tuvo un sueño: He aquí una escalera
apoyada en la tierra, cuya parte superior alcanzaba los cielos. He aquí los ángeles de
Dios subían y bajaban por ella. Y he aquí YHVH estaba en pie sobre ella y dijo: Yo
soy YHVH, Dios de tu padre Abraham y Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás
tendido te la daré a ti y a tu descendencia. Y tu descendencia será como el polvo de
la tierra, y te extenderás hacia el mar, al oriente, al norte y hacia Neguev. Y en ti y
en tu descendencia serán benditas todas las familias de la tierra. He aquí Yo estoy
contigo y te guardaré dondequiera que vayas, y volveré a traerte a esta tierra, pues no
te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido.”
Qué encuentro tan tremendo con el Señor. Dios le reafirma a Jacob que su tierra
es Canaan, ya que Jacob había comenzado su viaje y aún estaba en Beer-seba, que
geográficamente sigue siendo de las tierras de Canaán. Y no que sus tierras están en
Padan-aram, alejado de Canaán, tierra de la casa de Labán.
Es muy importante ya que Dios vuelve a direccionar a Jacob en la bendicion correcta,
y no la “incompleta” que Isaac le da, que analizamos en capítulos anteriores.
Tristemente, Dios debe dejar que Jacob continúe su viaje, porque sus padres ya lo
habían enviado. Dios respeta la autoridad que da, como en este caso, la autoridad
de los padres sobre los hijos. Y al respetar esta autoridad, está también la llave de
honrar a nuestro padre y a nuestra madre, para que Dios nos de largura de días,
Deuteronomio 5:16. Otro ejemplo al respeto de la autoridad dada por Dios, lo vemos
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La Escalera de Jacob
en la vida de Saúl, y como David no toca su vida ya que era una autoridad que Dios
había dejado en la tierra, hasta que Dios mismo se lo llevara.
Pero, pese a que los padres de Jacob lo habían enviado a otras tierras, Dios promete
hacerlo volver a la tierra correcta, “y volveré a traerte a esta tierra, pues no te dejaré
hasta que haya hecho lo que te he prometido”, le dice a Jacob. Es bien interesante la
forma en que se expresa el Señor. Vemos en esta promesa en Génesis 28:10-15, que
la mano de Dios iba a hacer volver los caminos de Jacob para cumplir el pacto que
había hecho con Abraham en la tierra que ya había establecido para sus generaciones,
aún cuando lo que estaba viviendo Jacob en ese momento no era lo que Dios quería
para las generaciones de Abraham. En el versículo 15 anterior, Dios habla, “estoy
contigo”, “te guardaré”, lo que es parte de la promesa a Abraham, pero los siguientes
verbos que utiliza, suenan como quien va a buscar algo que se había perdido, se había
extraviado, “volveré a traerte”, “no te dejaré”, “hasta que haya hecho”. El “volveré a
traerte” marca la diferencia, que la dirección que había sido enviado Jacob por su
padre Isaac, no estaba siendo la correcta, y Dios va en su rescate para que
no se pierda.
En los versículos 16 al 19, Jacob despierta de su visión, y reconoce lo que ha vivido,
dando nuevo nombre al lugar.
Lo importante que vemos es la piedra donde se recuesta, la que es imagen profética
de Cristo como la Roca, la piedra angular, en donde descansamos, nos posicionamos,
recibimos las promesas de Dios en nuestras vidas, y en ella vemos como Dios ve,
y volvemos al camino correcto. El sueño de Jacob en la piedra, la visión, fue una
profecía. Y lo importante, es que Jacob “aterriza” la profecía, al derramar el aceite
sobre la piedra. El aceite es lo que mantiene las lámparas encendidas. Las lámparas
en la Biblia, son imagen profética del espíritu. Como vemos con la menorah que
se encendía con aceite, los 7 espíritus de Dios. O como vemos más adelante, las 7
vírgenes que debían cuidar quedarse sin aceite. Jacob estaba encendiendo su espíritu
con Dios.
Pero poco después, Jacob comete un error. Pese a las grandes promesas de Dios,
las bendiciones, como las que recibimos en nuestras vidas, que son regalos como los
dones, en los versículos 20 al 22, Jacob, le dice a Dios, en resumidas y parafraseando:
“si me bendices, este lugar será casa de Dios y te daré mi diezmo (te bendeciré).”
No sabemos qué crianza tuvo Jacob, pero parece que como una con mezcla, ya que
iba a convertir ese lugar con la piedra, como en un tipo de templo. “Entonces esta
piedra que he puesto como estela será Casa de Dios”, dice Jacob, como quien iba a
hacer un templo a Dios en ese lugar, un templo como los de los “dioses” paganos de
esos tiempos que habían en distintos territorios donde se manifestaban.
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La Escalera de Jacob
Lo más delicado, es que Jacob duda de la promesa de Dios, le dice “Si ’Elohim
estuviera conmigo. . . ” y continúa con más condicionales, como poniéndole a Dios un
contrato con cláusulas. En resumen, vemos a Jacob negociando con Dios.
Es triste la verdad, pero es algo que como Iglesia podemos caer. “Dame este negocio
con prosperidad, y la mitad de las utilidades serán para la Iglesia”. “Dame una esposa,
hijos, y te prometo que todos en mi familia te servirán”. “Dame un gran terreno y una
gran casa, y la mitad de las habitaciones serán para hospedar a hermanos misioneros
y necesitados”. A ver, Dios es un Padre, se muestra como un Padre, pero se le ha
llegado a ver como un “genio cumple deseos”, al cual “le voy a convidar de lo que me
dé”.
Sí, Dios nos bendice, pero SIEMPRE con dirección, con un propósito. Con
Jacob, Dios al bendecirlo en el pasaje anterior, reafirma la promesa, el pacto con
Abraham, pero esta bendición como pueblo escogido venía con dirección, como vemos
en el versículo 14 de Génesis 28, “Y en ti y en tu descendencia serán benditas
todas las familias de la tierra.” Es la misma promesa que vimos en Génesis 12:3.
Parafraseando, “un pueblo para bendecir a todos los pueblos”, “una nación levantaré
para bendecir a todas las naciones”; esta es una gran bendición con una gran
responsabilidad.
Este don tremendo de ver de Jacob, de ver los cielos abiertos, lo vemos hoy en nuestra
nación Chile. Nuestro país es el que tiene “los cielos más abiertos” para la ciencia.
Ya el “astro turismo” acuña este término para resaltar las bondades geográficas de la
nación.
Según reporta el European Southern Observatory en su sitio web oficial, el 26 de
Abril del año 2010, “el Consejo del Observatorio Europeo Austral (ESO) seleccionó
Cerro Armazones como ubicación de referencia del futuro European Extremely Large
Telescope (E-ELT, o Telescopio Europeo Extremadamente Grande). Armazones es
una montaña de 3.060 metros de altura en la parte central del Desierto de Atacama,
en Chile, ubicada a unos 130 kilómetros al sur de Antofagasta y a unos 20 kilómetros
de Cerro Paranal, hogar del Very Large Telescope de ESO.”
Según declara el Servicio Nacional de Turismo, en su web de Astro Turismo, Chile es
“el único lugar del mundo que cuenta con los cielos más claros para la observación de
las estrellas”. También el gobierno declaró, el 17 de Marzo de 2017, en el día mundial
de la astronomía, que “el 40 % de la infraestructura óptica de observación astronómica
del planeta está en nuestro territorio y se estima que la cifra llegue al 70 % en la
próxima década”.
Este don tremendo de ver, es uno que debe ser despertado en la Iglesia de la nación.
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La Escalera de Jacob
Dios ha dado diseños a la Iglesia de cada nación, diseños preciosos de una de las
tribus de Israel. Primeramente, se debe despertar esa genética espiritual dormida,
para levantarse con autoridad como Iglesia de la nación, y usar los dones para sanar,
restaurar, y edificar en Cristo en la nación, reconciliando todas las cosas por medio
de Él; Colosenses 1:15-20 y 2 Corintios 5:18-19. Segundo, utilizar esos dones para
ministrar a las otras naciones del mundo, para apoyar a las que aún no se levantan.
Tercero, lleguen todas las naciones a ministrarse unas a otras cada día con lo que el
Padre les ha dado; vivir el Reino de Dios en cada territorio de los continentes
El don de ver es uno necesario, en tiempos tan cambiantes que se viven en el mundo.
Tanto oír, como ver, son importantes para hacer la voluntad del Padre, Juan 5:19:
“Jesús pues declarando, les decía: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer
nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque lo que Él hace, esto también
hace igualmente el Hijo.”
No es que solo la Iglesia de Chile puede ver, no se trata de eso. Pero tiene un don
mayor para ver. Y este don de ver con mayor claridad y alcance los asuntos del Padre,
no es para “vanagloriarse”, sino es primeramente para tomar el camino correcto como
nación, y segundo, para ministrar con este don a las Iglesias de otras naciones.
Pero el enemigo siempre busca torcer los diseños del Padre, para volverlos una
maldición. Un fenómeno que se dio durante el “estallido social” en Chile en el año
2019, y es que comenzó a haber una gran cantidad de daños oculares dentro de los
manifestantes.
La BBC reportó sobre esto a fines de Noviembre de 2019, en su nota “Por qué tantos
manifestantes alrededor del mundo están sufriendo lesiones en los ojos”, y se vieron
hallazgos sorprendentes. A la fecha de este reportaje, se estimaba que desde el inicio
de las manifestaciones del 18 de Octubre del mismo año, 220 personas habían sufrido
daños oculares. Para tener una idea de esta alta tasa de lesiones en Chile, la misma
nota hace una comparación, con un estudio del 2011 sobre víctimas en el conflicto
entre israelíes y palestinos, y que, en 7 años, de 1987 a 1993, se produjeron solo 154
lesiones oculares entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
También existen muchos testimonios donde deliberadamente apuntaban a los rostros
de los manifestantes.
El astrofísico chileno Nestor Espinoza analizó las probabilidades de recibir daño ocular
en las manifestaciones, y publica en su twitter sus hallazgos:
“Dado que le das un disparo aleatoriamente a alguien en el cuerpo, la probabilidad de
que sea justo en los ojos es del orden de ~1 en 5,000. Tendrías que herir a ~750,000
personas para tener 150 heridas con daño ocular.
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La Escalera de Jacob
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La Escalera de Jacob
Esta dinámica con los Ángeles, no la vamos a profundizar en este libro, pero tiene
que ver con el principio de gobierno de los Hijos de Dios con los Ángeles, que vemos
con el profeta Daniel en Daniel 4:17:
“La sentencia es por decreto de los guardianes, y la decisión por la palabra de los
Santos, para que los vivientes reconozcan que Il·laya domina sobre el reino de los
hombres, que lo da a quien le place y pone sobre él al más humilde de los hombres.”
Aquí se habla de dos personajes. Están los Santos, los Hijos de Dios, y están los
guardianes. Guardianes en este versículo, en hebreos es “eer”, que también significa
ángel guardian, ángel que vigila. Esta misma palabra en hebreo “eer”, es la que se
utiliza en este capítulo en los versículos 13 y 23, donde se habla del guardián santo
que desciende de los cielos y corta el árbol.
Entonces, El principio de cielos abiertos que vemos en Juan 1:51, es el que permite
que se “restablezca” la operación de los Ángeles en la tierra, para subir de la tierra al
cielo, y bajar del cielo a la tierra, ejecutando los juicios, las bendiciones, todo lo que
sale de la boca del Padre, aquí en la tierra.
Nota: Más sobre el actuar de la Iglesia con los Ángeles, está escrito en mi prime libro
“Reyes con amnesia - Desterrados en nuestra propia tierra”, que encontrarás para
lectura gratuita en mi sitio web SeDespiertan.com
Y es que, con Jacob, él no estaba con Jesús encarnado, pero encuentra la piedra angular,
y sobre ella descansa, y puede vivir este principio de Juan 1:51. Al posicionarnos
en Cristo, nuestra roca, abrimos los cielos. Pero es interesante, que con Jacob se
manifiesta una apertura de cielos como ninguna otra. Jacob manifiesta en la roca una
escalera en la apertura de cielos, por donde los Ángeles pueden moverse. Volvamos a
leer Génesis 28:12:
“Y tuvo un sueño: He aquí una escalera apoyada en la tierra, cuya parte superior
alcanzaba los cielos. He aquí los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.”
Jacob es el único personaje en la Biblia, en lo que quedó escrito, que manifiesta esta
escalera vivida en visión. Vemos que Daniel describe la dinámica con los Ángeles
guardianes, pero no llega a manifestar esta apertura de cielos como lo hizo Jacob.
No es que solo la Iglesia de Chile tenga la capacidad de ver los cielos abiertos, o abrir
los cielos en un lugar, pero, así como profetas en el antiguo pacto podían manifestar
los cielos abiertos, solo Jacob manifestó la escalera y el principio de Jesús en Juan
1:51.
La apertura de cielos con la escalera de Jacob, es un don tremendo, que debe ser
profundizado; y no se me ha dado a mí hacerlo en este libro, sino que es un misterio
más guardado solo para los que aman las profundidades del Hijo y el Padre.
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La Escalera de Jacob
Dios le muestra a Ezequiel como eran los diseños de su Casa para que se los transmitiera
al pueblo de Israel, el que que cayó como vimos anteriormente en Ezequiel 5:5-10.
Como el Espíritu Santo le revelaría a la Iglesia con los Apóstoles, la Iglesia, el pueblo
de Dios, el Cuerpo de Cristo, es llamado a ser parte de la Casa del Padre y el Hijo, 1
Timoteo 3:15, 1 Pedro 2:5.
En el diseño de la Casa de Dios que vemos en el libro de Ezequiel, vemos que a
medida que se sube, la Casa aumenta su anchura. Vemos que la escalera comienza
en el piso inferior, y llega hasta el piso más alto. Además de interesante el diseño de
escalera de caracol. Y es un diseño muy diferente de la escalera del templo que le
construyó Salomón a Dios con materiales y arquitectos del reino y príncipe de Tiro,
en sus diseños que vemos en 1 Reyes 6:8: La escalera de caracol de Salomón solo
comunica dos galerías, la intermedia con la superior, y se situaba a la derecha de la
casa. Mientras que la escalera en el diseño de Dios en el libro de Ezequiel, es parte
central de la Casa, comunicando todas las habitaciones, y parte desde el piso inferior.
Muy importante esto último, recordemos Génesis 28:12, la escalera apoyada en la
tierra.
No veamos la Casa de Dios como una que está “leeejos” en los cielos, sino una que se
va acercando, haciendose una con todas las cosas en los cielos y en la tierra, en la
obra con la Iglesia de la restauración, de la reconciliación de todas las cosas, Hechos
3:21, Colosenses 1:15-20, 2 Corintios 5:18-19, en la que terminamos de poner a todos
sus enemigos por estrado de sus pies, Hebreos 2:8 (ven en este último versículo, la
versión 4 de la Biblia Textual). Somos parte del Cuerpo, de la Casa de Dios, y todo
será unido, la Casa de Dios se hace una con toda la tierra, como vemos al final del
libro del Apocalipsis, con el cielo nuevo y la tierra nueva.
La Iglesia de la nación se puede volver a levantar como en Valparaíso en 1909, con
una escalera tremenda, y abrir los cielos para la manifestación del Hijo y el Padre sin
limitaciones, a plenitud, Y no solo en Valparaíso, sino en todas las ciudades de la
nación. Y también para Ministrar con este don a otras naciones. Porque el avivamiento
de Valparaíso fue el único de este tipo en toda América Latina, y estas aguas que se
derramaron en estas tierras, no llegaron a expandirse sobre el continente, porque la
voz del hombre llegó a sonar más fuerte en la tierra que la voz del Espíritu Santo.
No volvamos a caer en lo mismo. Ni tampoco vivamos con remordimiento por lo que
ya ocurrió y no poder avanzar.
Lo primero que tenemos que hacer como Iglesia es perdonar a los Ministros que
callaron la voz del Espíritu Santo décadas atrás. Y así con todo lo errado que
muestre el Padre de la Iglesia. Pero no así de quienes nunca fueron Hijos, de los que
solo usaron los títulos de Ministros de la Iglesia en Cristo, de los tibios que Dios
escupe de su boca.
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La Escalera de Jacob
Perdonar lo que hicieron con el avivamiento de Valparaíso podría ser difícil, pero
cómo sería menos, si Jesús dice aún que tenemos que amar a nuestros enemigos.
Lo segundo, es pedir perdón al Padre como Iglesia de la nación, ya que, las
llamadas “denominaciones”, son divisiones que el propio hombre a puesto, ya
que el Cuerpo de Cristo es uno solo. Y aunque no vivíamos en aquella época,
somos responsables como partes de la Iglesia, como miembros vivos del Cuerpo de
Cristo.
Tercero, es oír la voz del Espíritu Santo; ver y escuchar lo que El Padre
hace y habla hoy. No se trata de repetir como instrucciones, como un “paso
a paso”, lo vivido en Valparaíso en 1909, para retomar los caminos del Padre para la
nación. Dios se renueva cada día, Lamentaciones 3:22-23:
“La misericordia de YHVH nunca termina, Sus compasiones nunca se acaban, Nuevas
son cada mañana. ¡Cuán grande es tu fidelidad!”
No desperdiciemos más años, sin poder utilizar los dones de ver, y de abrir los cielos,
que nos ha dado al Padre, con la escalera que el Padre le ha mostrado a Jacob.
Ministremos con ello a las ciudades de la nación, sanando y levantando, y seamos,
en un poco de tiempo, bendición para todos los pueblos de la tierra, así como otros
pueblos bendicen al nuestro.
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Entrando a la casa de Labán
Hemos visto hasta este momento las dificultades de Jacob en su casa. El despertar
de algunos de sus dones, y su encuentro con Dios, en el que Jacob le llega a poner
condiciones.
Lo que veremos a continuación en la vida de Jacob, fue en lo mismo que cayó Adán y
Eva: Dejarse llevar solo por las apariencias, y no consultar con Dios.
Sí, Dios nos da la vista, para apreciar lo bueno de lo malo, pero no puedo solo
dejarme llevar por ella. Tenemos los 5 sentidos de nuestro cuerpo para experimentar
la creación y gobernarla, pero primero somos espíritu. 1 Corintios 2:14 nos habla que
el hombre natural no puede entender lo espiritual. Este pasaje es del nuevo pacto, tras
la resurrección de Cristo, con el Espíritu Santo que habita en nosotros. En los tiempos
previos a la resurrección de Cristo, no podía venir El Padre y El Hijo a habitar en el
hombre y transformar su interior, como vemos en Juan capítulo 17. Pero sí el hombre
podía relacionarse con Dios y conectar con Él, y su Espíritu lo acompañaba, como
vimos con grandes profetas en el antiguo pacto, y grandes hombres como Noé y el
propio Abraham; pero era el Espíritu de Dios actuando por fuera del hombre, creando
atmósferas celestiales en el Padre, pero nunca pudiendo transformar al hombre desde
adentro, que fuera nueva criatura como vemos en 2 Corintios 5:17.
El caso de la tremenda Fe de Abraham que le fue contada por justicia, es uno de los
más gráficos en esta relación de Dios y el hombre, antes de la cruz de Cristo. Abraham
al liberar a Lot en Génesis 14, se le presenta el rey de Sodoma, quien le daría todas
las riquezas que eran de este rey, a cambio de sus hombres. Pero Abraham, justo
antes del encuentro con el rey de Sodoma, experimenta con Melquisedec, con el Señor,
tomar el pan y el vino, que es lo profético del sacrificio de Jesús, comer su carne y
beber su sangre. Abraham, no guiado por sus sentidos naturales, ante tremendas
riquezas que tenía ante él, decide dejarlas de lado y no ceder ante la petición del rey
de Sodoma, viendo lo más importante que era el pueblo que estaba formando, y que
Dios es quien provee, y no la mano del hombre la que sustenta a los que confían en
Dios. Abraham no enfrentó al rey de Sodoma solo, ya había recibido el pan y el vino
de Melquisedec, la carne y la sangre del Señor.
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Entrando a la casa de Labán
Un caso de dejarse llevar por los sentidos y echar “por la borda” todo lo que el
Padre nos ha dado, es la vida de Sansón, quien termina débil, amarrado, sin vista, y
avergonzado ante sus enemigos.
Otro caso también de no obedecer al Señor, es la del rey Sedequías antes de la invasión
de Babilonia con el rey Nabucodonosor. Por medio del profeta Jeremías, Dios le dice,
en Jeremías 38:17-18, que se entregara, y él y su casa serían guardados, como también
la ciudad. Pero el rey no obedece, actúa como hombre natural, llevado por sus propios
sentidos carnales, y vemos como en el capítulo siguiente, desobedece, y ocurre lo peor
cuando se resiste: Babilonia arrasa con toda la ciudad y el templo, y el rey también
queda atado y ciego, y sus hijos, que son sus generaciones, son degollados en frente
de él.
Veamos, tanto con Sansón como Sedequías, no es que por un error les ocurriera lo
peor. Si vemos sus vidas, fueron varios pasos, varios errar en el blanco, pecados, en
que fueron profundizando un declive terrible en sus vidas y generaciones, hasta quedar
atados y ciegos, y perder hasta sus vidas y sus generaciones (por Sansón, él no llegó
a tener hijos).
¿Sansón y Sedequías creían en Dios? Sí. Como también conocían los planes de
Dios para sus vidas. Sansón conocía la bendición y propósito que Dios le había
dado para su vida, además de la advertencia para no perderlo todo, y sabía por la
ley lo de no mezclarse con mujeres de otros pueblos; a menos que Dios mismo se lo
dijera, como ocurrió en ocasiones en el antiguo pacto, pero este no es el caso. Con el
rey Sedequías, el profeta Jeremías le da el plan de Dios para que saliera con vida él y
toda su casa, y la ciudad no fuera destruída.
Aquí aparece:
Creer en Dios, conocer sus planes para nuestra vida (como recibir una profecía
clara), hasta conocer los dones que tenemos y experimentarlos (como Sansón),
pero llevarnos por nuestro sentido de hombre natural y hacer el camino propio
que lleva a una muerte.
Entonces, hoy no se trata solo de tener el espíritu activado en sí. Dios no manipula.
Podemos experimentar dones y Ministerios, pero de un tiempo a otro, podemos
cambiar nuestro modo de vida a uno de “hombre natural”, y arruinarlo todo. El
cuerpo físico y el alma no son malos, pero se vuelven en los llamados deseos de la
carne que nos destruyen, cuando estos toman el control, y pasan a llevar, y hasta a
silenciar, todo lo que el Espíritu Santo le está hablando a nuestro espíritu, y nuestro
espíritu queda como dormido.
Por ejemplo, el impulso sexual no es malo, Dios nos ha dado los deseos, y el sexo, pero
no es lo mismo desear con un impulso sexual la esposa que el Señor me ha hablado
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Entrando a la casa de Labán
que es para mi vida, y ya he hecho pacto con ella para unirnos en un solo cuerpo (el
pacto que le llamamos el matrimonio hoy en día), que sentir un deseo con impulso
sexual por la mujer de otro hombre.
El camino de “callar” el alma y el cuerpo no son los correctos tampoco, como lo hacen
algunos monjes asiáticos que con entrenamientos eliminan de su vida los deseos del
alma y el cuerpo, llegando literalmente a dañar su propio cuerpo en el proceso. Pero
Dios nos quiere en todas nuestras partes, como vemos en 1 Tesalonicenses 5:23. El
alma y el cuerpo, como el espíritu, son regalos igualmente de valiosos que debemos
apreciar y atesorar. Es poner la mira en las cosas de arriba, como vemos en Colosenses
3:2-8.
Amados, tengamos cuidado. Podemos cometer errores, y Dios es misericordioso. Pero
también podemos caer una y otra vez, a niveles de quedar atados y ciegos, a ese
nivel de no poder salir por nuestra propia cuenta pidiendo ayuda a Dios, perdiendo
todo o gran parte de lo que Dios nos ha dado, sin vuelta atrás. Y podemos seguir
con vida aún llegado a este punto, y Dios es misericordioso, pero ya mucho se habrá
perdido, y habremos sido avergonzados ante nuestros enemigos. Pero si aún en este
punto no cambiamos pidiendo ayuda para ser desatados y restaurados para
volver a ver como Dios ve, se podrá llegar hasta el punto de no retorno de perder
nuestras generaciones y nuestra propia vida.
Si te sientes atado y ciego, que no puedes salir de la situación en la que estás, y no ves
a Dios, consulta con un Presbiterio por ayuda. Si no conoces, podría contactarte con
alguno que conozca que esté cercano a donde vivas; me puedes contactar por medio
del formulario de contacto en mi sitio SeDespiertan.com (también con mi nombre,
puedes encontrarme en redes como LinkedIn o Facebook).
Si estás leyendo esto, tu corazón aún palpita, aún hay tiempo. No pierdas la Fe en
Cristo, y esto incluye no perder la Fe en su Cuerpo, que es su Iglesia. Que el Padre
te guíe a conectarte con quienes debes conectarte de la Iglesia. Con los que son,
no con los que dicen ser. Con los que retienen el testimonio de Jesucristo, los que
verdaderamente son Hermanos (Apocalipsis 19:10). Amén.
Sigamos con el camino de Jacob:
Creo que ya es tercera vez que lo mencionaré, pero hay algo que me hace mucho
ruido, que es con este “Jacob el negociador”. Profundizando en esta característica de
Jacob, nos ayudará a ver mejor por qué Jacob pasó más de una década en la casa de
Labán, y los días de su vida fueron tan “pocos y malos” como él mismo los llega a
describir.
El capítulo 28 de Génesis termina con esta negociación de Jacob, y es la última vez
que veremos a Dios hablando directamente con Jacob por décadas. Este “bendíceme
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Entrando a la casa de Labán
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Entrando a la casa de Labán
y la de ellos en mí, crece más cada día. Pero hoy la Iglesia se ha concentrado en lo
que hace, en sus obras, está todo el año más planificando y haciendo, que escuchando
la voz del Padre para hacer su voluntad. Jesús dice “por sus frutos los conocerás”,
pero estaba dando un indicador para diferenciar a los que no eran de Él, no nos decía
que “por sus frutos serán dignos de ser Hijos de Dios y vivir el Reino de Dios en esta
tierra”.
Creo que hay solo dos cosas que el hombre debe hacer para comenzar a vivir este
proceso de transformación que hace Cristo en nosotros, y es lo mismo que para vivir
sus bendiciones y plan para nuestra vida. Tener la Fe en el Hijo, y permanecer, ser
fiel a Cristo como Él lo ha sido con nosotros. Este permanecer involucra hacer la
voluntad del Padre, como Jesús hizo y nos dejó de ejemplo (Juan 5:19, Juan 6:38),
no hacer “lo que a mí me parezca”. Y esto último es lo que más marca la diferencia.
Tener Fe, y no permanecer (que es no hacer la voluntad del Padre) me vuelve un
hipócrita, una Iglesia tibia que Dios escupe como vemos en el libro de Apocalipsis.
Los llamados, escogidos, y los fieles, son los que tienen el privilegio luchar al lado
del Señor, como vemos en Apocalipsis 17:14. Estos son los más que vencedores. Es
responsabilidad de uno ser fiel o no.
La tradición del hombre, silenciando la voz del Espíritu Santo, ha traído una vida en
Dios en base a obras, en base procedimientos, instructivos, una vida de Hijos de Dios
“made in earth”.
“Bendíceme que te bendeciré”.”Hago lo que dice la Biblia, y las bendiciones escritas en
la Biblia vendrán a mi vida”.
Parece que la actitud de Jacob al terminar Génesis 28, no se asemeja a lo que vive
hoy la Iglesia, pero no es así. Quizás la Iglesia no negocia directamente con Dios
como Jacob, pero lo hace sutilmente, y se ha ido quebrando lo que debiera ser una
sana relación con el Padre Dios, y vivir sanamente como Hijos de Dios. Con parte de
lo que he vivido personalmente, y de lo que he visto en vida, desarrollaré estos dos
ejemplos, a modo de graficar de forma “genérica”:
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Entrando a la casa de Labán
El versículo de que nuestra casa será salva es precioso, y lo creo, y la palabra del
profeta (del ejemplo) puede ser cierta, pero todo lo anterior no se cumple solo por
creer, o porque me congrego, o porque intercedo todas las semanas por mis hijos.
Todo lo anterior no es que sea erróneo hacerlo, no digo eso, pero estas acciones por sí
mismas no van a traer a los hijos perdidos. Si fui un mal padre con mis hijos, ahora
en Cristo tengo la oportunidad de ser un buen padre, siendo primero un buen Hijo de
Dios. Y con el Hijo y el Padre morando en mí, y yo en ellos, confrontaré los episodios
tristes/traumáticos que tuve con mis hijos, las trizaduras en mi familia, pidiendo
perdón, perdonando, restaurando, volviendo a levantar mi relación con ellos (Isaías
61:3-4). Serán tiempos difíciles, ya que tendré que confrontar mis acciones en mi
familia cuando estaba separado de Cristo. Pero es algo que se tiene que hacer. La
restauración de mi casa no vendrá por memorizar y repetir versículos de las promesas
del Padre en esta área, no dudando que las palabras tienen poder, son espíritu, pero
por sí mismas no traerán a los hijos perdidos. Jesús vino a reconciliar todas las cosas,
y somos uno con Él, pero un principio del Reino de Dios, es que con el perdón, debe
siempre venir la restitución de lo acontecido (Lucas 19:8-10).
Esto es algo que puede ocurrir, sobre todo con el avance de la edad. Y en las escrituras
tenemos preciosas promesas de buena salud, como vemos en Salmo 91:16, Salmo 92:14,
y Isaías 46:4. Pero muchos nos podemos volver “demasiado espirituales”, olvidando
que también somos cuerpo, el cual debe alimentarse de buena manera, y con periódica
actividad física. No podemos exigir a Dios un cuerpo sano “porque le servimos”, si
uno mismo ha mal administrado su cuerpo. Y con servirle, sea, desde servirle como
un Ministro como Pastor, hasta servirle en otras áreas como ser llamado a ser un Hijo
de Dios Empresario. Sí, Dios es misericordioso y restaura, pero hay que ponerle el
esfuerzo. No es una excusa la edad. Hay casos en el mundo, como el de Julia Hawkins
en Estados Unidos, quien a sus 103 años de edad, en Junio del año 2019, ganó las
carreras de los 50 y 100 metros en los National Senior Games, y recién a los 100 años
de edad comenzó a correr en competencias tras no poder seguir haciendo bicicleta de
montaña. O también el caso de Harriette Thompson, quien en Junio de 2015, a sus 92
años, y tras el fallecimiento de su esposo meses antes en Enero, terminó la maratón
de San Diego en 7 horas y 24 minutos, y que a sus 76 años comenzó a realizar este
tipo de actividad con las maratones de 42 kilómetros.
Debemos comenzar a cambiar nuestra forma de ver al Padre Dios y sus promesas.
Muchas veces oramos a Dios en un sentido de “exigencia.” En Juan 14:13, Jesús dice
que todo lo que pidamos en su nombre, Él lo hará. Y en Mateo 21:22, nos dice que
todo lo que pidamos creyendo, lo recibiremos. Pero una cosa es orar en su nombre,
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Entrando a la casa de Labán
estando en Él, y otra cosa es orar una exigencia personal con su nombre. Juan 14:13
también dice que Jesús hará lo que le pidamos, pero para que el Padre sea glorificado
en el Hijo. Juan capítulo 15 nos introduce más en esto, y nos habla, en el versículo
4, que permanezcamos en Jesús, o no podremos llevar fruto. Si no podemos llevar
fruto, no podrá ser glorificado el Padre en el Hijo, y nuestra oración no se cumplirá,
no podremos vivir Juan 14:13.
Más adelante en Juan capítulo 15, el versículo 5 es más drástico, Jesús nos dice
“separados de mí nada podéis hacer”. Jesús nunca les maquilló nada a sus discípulos,
como diríamos en esta expresión chilena, “les contaba la firme”.
Vemos que los años de Jacob separados del propósito de Dios, en la casa de Labán,
aparte de la bendición de tener a sus hijos, no obtuvo mucho fruto que digamos.
En Juan 15:16 vemos:
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que Yo os elegí y os puse para que vayáis y
llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi
nombre, os lo dé.”
Para que se cumpla que todo lo que pidamos al Padre en el nombre de Jesús, el
Padre nos lo de, debemos reconocer que Jesús nos escogió primero, y nos ha puesto
en un lugar. Debemos preguntarnos entonces, ¿estamos en el lugar que el Padre quiso
para nosotros? Solo cumpliendo lo anterior, podremos ir y dar fruto. Y no un fruto
cualquiera, sino uno que permanezca. Y recién al cumplir todo lo anterior, dando
fruto que permanezca, todo lo que pidamos al Padre en el nombre de Jesús, el Padre
nos lo dará.
Pero la Iglesia le exige a Dios. Se maquilla la realidad. Que si el Hermano dejó
de congregarse por medio año, le ocurrió algo terrible en su familia, y vuelve a la
congregación por auxilio, oramos por él pidiéndole al Padre restauración. Lo que está
muy bien. Pero como no queremos que deje de congregarse ahora que ha vuelto, no
confrontamos el por qué dejó de congregarse, no confrontamos qué está
haciendo con su vida, si está en el lugar que el Padre lo ha colocado y está viviendo
lo que vimos en Juan 15, versículos 4 al 5, y versículo 16. Pensamos que “eso es su vida
privada, si quiere lo puede decir, somos llamados a bendecir y ser misericordiosos.” Y
le quitamos los demonios, le lavamos los pies, lo ungimos, le imponemos las manos,
el Hermano cae de rodillas llorando y dando gracias, y luego todos lo abrazamos
y le damos palabra de bendición. Pero a las dos semanas el Hermanos desaparece
nuevamente. Y todos los Hermanos de la congregación pueden llegar a tomar esa
actitud como ejemplo y llegar a pensar consciente o inconscientemente: “Como con
este Hermanos que ni volvió después, siempre van a estar los Pastores y los ancianos
(el presbiterio) de la congregación para levantarme si me caigo. Tengo mis errores
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Entrando a la casa de Labán
que sigo viviendo y que a nadie le he dicho, pero al menos me congrego todas las
semanas, y a veces hasta voy a intercesión en la semana pese a que trabajo en horario
de oficina; no estoy tan mal”. Y los Hermanos viven débiles en la Fe, una semana
bien, y otras 3 semanas mal, y así cada mes y cada año.
La Palabra también es dura con no llegar a imponer las manos a cualquiera. 1 Timoteo
5:22, nos dice:
“A nadie impongas las manos con ligereza ni compartas pecados ajenos, consérvate
puro” (versión BTX4)
“No impongas las manos sobre nadie con ligereza, compartiendo así la responsabilidad
por los pecados de otros; guárdate libre de pecado” (versión LBLA)
Una cosa es orar por quien no conoce a Cristo, e impartir de Cristo para restauración
de su vida. Pero otra cosa es hacerlo con quien ya conoce a Cristo, y “se ha ido por la
suya”, sin confrontarlo, exhortándolo, para que se enderece y no se vuelva a extraviar.
También nadie obliga a nadie. Quien no se quiera abrir y hablar lo que vive, que no
lo haga, pero no podrá recibir bendición del Cuerpo, él mismo se habrá separado.
Como dice 1 Timoteo 5:22, conservémonos puros.
Si, además de no solo orar al Padre exigiéndole que me cumpla, como si mi oración
fuera un contrato que para hacerlo válido y se cumpla hago citaciones a gran voz de
lo escrito en la Biblia, sin siquiera vivir lo que vimos en Juan capítulo 15 en nuestras
vidas, o por quien oramos o intercedemos por lo esté viviendo, también llegamos a
ser partícipes de pecados al imponer manos a un Hermano débil/extraviado que no
es confrontado, y la congregación puede verse afectada. El Apóstol Pablo fue claro
en 1 Timoteo 5:22, nos hacernos partícipes de sus pecados. No es ver como bicho
raro al extraviado, al Hermano pecador, no es que no oremos por él para que sea
restaurado. Es confrontarlo para que sea expuesto ante los Hermanos y cambie su
vida. La Palabra nos muestra qué bendición es exponer los pecados públicamente
en la congregación, y el Apóstol Pablo llegó a confrontar Hermanos (o que en algún
momento lo fueron) públicamente en sus cartas. Lo “políticamente correcto”, y las
filosofías del mundo, pueden volver hipócrita a la Iglesia.
Pero Dios es misericordioso, y nos ama, porque antes de ser nuestro Dios creador, es
nuestro Padre, no olvidemos jamás esto. Y si hemos errado, abogado tenemos con
nosotros como vemos en la Biblia como en 1 Juan 2:1. Él es nuestro Padre, pero
también nos ha dejado principios, como Juan 15:16, para que no estemos como a
la deriva cada día, pensando, “Dios, ¿hoy responderás a mi anhelo?” El Padre ya
prometió darnos todo en Cristo, quien ya ha terminado toda su obra, tenerlo todo en
Él, y nos ha dejado sus principios para vivir esta realidad.
¡Es una realidad tremenda que no debemos dejar escapar!
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Entrando a la casa de Labán
Corrijo, más bien, es una realidad de la que no debemos salirnos, es uno quien
escapa de ella, es uno quien se sale de su mano. El Padre solo quiere tomarnos
y abrazarnos, pero Él no obliga nadie. Con lazos de ternura, con cuerdas de amor,
el Padre nos atrae (Oseas 11:4).
Debemos cambiar la forma de ver a Dios, verlo primero como Padre, y vivir la vida
que tiene para nosotros en sus diseños. La tradición del hombre en la Iglesia ha hecho
mucho daño, alejándonos el vivir al Padre cada día como algo cercano.
También, el formato de “dios” de la cultura del mundo, nos ha afectado, y nos es
difícil experimentar lo que es Dios como Padre antes que todo, sobre todo si tuvimos
una vida familiar complicada con nuestros propios padre terrenales.
Jacob tuvo sus problemas con sus padres como hemos visto, y el estar “luchando
por la herencia” con su hermano desde que estaba en el vientre de su madre. Vemos
terminando Génesis 28, que Jacob traslada este “luchar” por la bendición dentro de
su familia, ahora con Dios al entrar a negociar con Él. Jacob no tenía aún al Espíritu
Santo para que el Padre y el Hijo pudieran morar en él, solo podía estar con Dios,
como vemos con la visión en el sueño que tuvo y la Palabra recibida, pero no podía
estar en Dios y vivir una transformación completa de su ser. No así nosotros hoy, por
lo que teniendo su ejemplo, y tan tremendo regalo que es el Espíritu Santo, menos
razón tenemos de vivir una vida como “Jacob el negociador”.
Llegamos entonces, a Génesis capítulo 29, donde veremos cómo el mismo Jacob,
siendo guiado “por las apariencias”, él mismo se va atando a una forma de vivir y
trabajar por décadas, fuera del camino de Dios, y sin poder escuchar a Dios:
En los versículos 1 al 14 de Génesis 29, Jacob busca apresurar a los rebaños que ya
estaban en el pozo, al saber que se acercaba la hija de Labán, Raquel, con el rebaño
de Labán. Jacob le da de beber al rebaño de Raquel cuando llega, y tras esto, la besa,
clama en murmullo/llanto, y al final se presenta diciendo quién era él. Sí, es bastante
extraño. Jacob sabía que ella era una hija de Labán, a quien podría tomar como
esposa, pero ella no sabía quien era cuando la besó y clamó de esa manera; hoy en
día quizás un actuar obsesivo y cringe. Raquel no iba con un par de animales, iba con
todo un rebaño. Y durante todo este tiempo que Jacob le da de beber a los animales,
un par de horas al menos, Jacob no se presenta como quien es. Jacob también “se
baja”, ya que actúa como sirviente ante Raquel. Este fue el primer gran error
que comete Jacob antes de entrar a la casa de Labán.
Entramos a lo que vimos, Jacob en su afán de querer ganarse las cosas por las obras,
se baja como al nivel de un sirviente ante la hija de Labán. Aún cuando los padres
de Jacob ya lo habían enviado con su bendición para ir a buscar esposa de las hijas
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Entrando a la casa de Labán
de Labán. Y aún con las tremenda promesa de bendición que ya había recibido del
Señor.
Luego que Jacob se presenta con Raquel, ella regresa corriendo donde su padre a
contarle lo ocurrido, y Labán sale al encuentro de Jacob, y tras esto lo reconoce como
de su parentela: Labán le dice a Jacob, “¡Ciertamente hueso mío y carne mía eres!”,
y Jacob habita en la casa de Labán, en un principio, los días de un mes.
Un mes. . . , un mes. . . que pasaría a ser más de una década. Vamos al capítulo
siguiente, como son los días “pocos y malos” de Jacob en la casa de Labán:
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La vida en la casa de Labán
Jacob al darle de beber al rebaño de Labán que pastoreaba Raquel, hija de Labán, se
baja a un nivel de sirviente. En génesis capítulo 29, en el versículo 15, Labán lo ve
como sirviente, pese a que también lo veía como de su parentela. Esto, ya que Labán
le pregunta, que siendo de su familia, cómo le iba a servir por balde, que significa
servirle por nada, servirle gratis, ya que le había dado de beber a su rebaño. Labán
lo estaba tomando como alguien para trabajar y le pregunta qué salario darle.
Jacob debió haber dicho que él no venía a trabajar por algo. Que venía a cumplir la
bendición que tenía para su vida. Si bien en un comienzo, la dirección de su viaje es
que huya por temor a que su hermano le quitara su vida, ir a la casa de Labán como
lugar de refugio, Génesis 27:43-45, y Rebecca manipula a sentimentalmente a Jacob
en el versículo 46 siguiente, para que en Génesis 28:1-2, Isaac direccionara a Jacob en
su viaje a tomar por esposa de las hijas de Labán. Pero Dios se presenta ante Jacob,
y le da una nueva dirección en su vida, en los versículos 13 al 15 siguientes de Génesis
28, que como ya hemos visto, Dios quería que regresara de las tierras de la casa de
Labán, para darle las tierras de la promesa, que les prometió a su padre Isaac, y a su
abuelo Abraham.
Pero no, Jacob no se pudo sostener en la bendición de Dios. Aún ha de haber estado
rondando el temor por su hermano Esaú. Le pesaba más la palabra de su madre,
que lo irían a buscar cuando el enojo de Esaú haya pasado, aún cuando su propia
madre fue partícipe de las obras que desencadenaron el enojo de su hermanos, que
las palabras de Dios, de que Él estaba con él, y cuáles eran las tierras y tremenda
bendición de Dios tenía para su vida como generación de Abraham.
Aquí aparece:
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La vida en la casa de Labán
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La vida en la casa de Labán
Con Jacob, Labán saldría a su encuentro, pero antes experimenta con Dios en un
sueño, despierta sus dones de ver en el espíritu, y recibe dirección y bendición.
Pero Jacob a la hora del encuentro con Labán, cae ante el trato de Labán, no
viendo con sus ojos espirituales que había despertado, sino dejándose llevar por las
apariencias, sus ojos naturales, y olvida la promesa de Dios para su vida.
Y pasan los 7 años en la casa de Labán, esta tierra extranjera para las generaciones
de Abraham. Y Labán engaña a Jacob y le pone a Lea por delante en la noche de
su boda. Labán se excusa a la mañana siguiente, que por que era la primogénita,
primero debía ir ella. Y Labán le ofrece a Raquel por otros 7 años adicionales de
servidumbre, aunque en esta ocasión dándosela antes de este tiempo, pero que tuviera
que pasar primero la “semana nupcial” con Lea.
Creo que aquí nos enfrentamos a varios problemas. No voy a entrar a detallar por qué
Jacob se confundió de mujer en la noche. No se escribe mucho de ello. Quizás porque
Dios realmente quería que Lea fuera su esposa y no Raquel. Y es que, los primeros
4 hijos que nacen vienen de Lea y no de Raquel, la mano Dios estaba con Lea al
ser menospreciada, y a Raquel, Dios la deja estéril en este tiempo. Y más adelante
veremos la poca fidelidad de Raquel con Dios, al confiar más en los ídolos, llevarse
los terafines al salir de la casa de Labán, y morir a causa de este actuar.
Pero aquí hay otro problema que encontramos, y es que, el diseño de multiplicación
en generaciones que nos da Dios, en Génesis 2:24, es que “abandonará el hombre a
su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán una sola carne.” No habla de
que el hombre se unirá a “sus mujeres”, en plural. Jacob conocía la tradición oral
de la Palabra de Dios, que es llevada de generación en generación, antes que fueran
escritas propiamente tal. Jacob no tenía excusa para cometer semejante pecado. Él
no podía ser una sola carne con más de una mujer. No puedo separar todo mi ser de
esa forma. ¿Que a mi primera mujer le daré más de mi alma, y a la segunda y a las
siguientes más de mi espíritu? No es un diseño de Dios. Como tampoco recibir de
más de una mujer en el ser una sola carne. Todo esto causa gran daño.
Ya Jacob nuevamente no consulta a Dios por temas importantes en su vida, en este
caso por cuál esposa tomar, y se deja llevar por las apariencias. Pero ahora que ya
se había unido en una sola carne con Lea, se deja llevar por sus deseos carnales,
transgrede la ley de Dios, y se une con más de una mujer a la vez; en vez de quizás,
haberse quedado con solo una.
Es interesante el clamor de Lea con Dios. Parece que ella tenía más intimidad con
Dios que el mismo Jacob. Por cada vez que Dios le da un hijo, Lea recuerda al Señor
y lo alaba, y les da a sus hijos nombres con diseño. Estos son los primeros 4 hijos
SeDespiertan.com 50
La vida en la casa de Labán
de Jacob con Lea, sus nombres y significados, y contexto en que los reciben. Muy
importante esto último.
A Jacob se le conoce como el Padre de doce las tribus del pueblo de Dios. Si las doce
tribus vienen de Jacob, es porque en Jacob estaban contenidos todos estos diseños,
pero que en un principio, en la casa de Labán, Jacob nunca los pudo despertar; pero
veremos de esto más adelante, ya que puede salir de la casa de Labán al despertar en
él uno de estos diseños. Y por esto la importancia de los significados de los nombres
de los hijos de Jacob.
Otro hecho importante que vemos: Llegado a este punto de llegarse a Raquel tras
llegarse a Lea, podría entender que Lea tuvo un primer hijo con Jacob, ya que Labán
le pidió que terminara su semana nupcial con ella antes de tener a su amada Raquel,
pero en estos pasajes vemos que Jacob tuvo más hijos con Lea. No analizo esto
en desmedro de Lea, pero Jacob no estaba poniendo en orden su propia casa. Ya
habiendo transgredido la palabra de Dios que el hombre se unirá a su mujer, a una, y
no a muchas mujeres, no lo hace solo una vez, sino que mantiene este comportamiento
de tener más de una mujer como pacto de unión en una sola carne.
Los primeros 4 hijos, son en circunstancias que Lea busca de corazón al Señor ante
las circunstancias que enfrenta, en una situación angustiante para ella. Lo primero
que se despierta en su relación con Dios, es que Lea es consciente que Dios la ve y
la oye, con sus dos primeros hijos. Con el tercero, viene una obra que Lea pide para
su vida. Con el cuarto alaba a Dios. Con el tercer nacido que tuvo con Jacob, ya
Lea podría tener una mejor relación con Jacob, o al menos como ella lo sentía en
ese momento. Pero Dios le da más de lo que le pedía, y le da un cuarto hijo, y la
respuesta de Lea es la mejor, alabar a Dios.
Aquí aparece:
No existe una relación con Dios sin ver ni oír. Jesús dijo que Él vino a hacer lo
que al Padre ve hacer, y habla lo que El Padre habla (lo oye).
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La vida en la casa de Labán
Dios nos dará aún más de lo que le pedimos. Sus diseños para nuestra vida son
aún más grandes de lo que podemos imaginar. Como en el caso de Lea, uno le
puede pedir hasta tres, pero Él nos quiere dar más y nos da cuatro y hasta más.
Génesis 29 termina con Dios cerrando la matriz de Lea. Creo que esto ocurre porque
Jacob no ponía en orden su casa. Digamos, pensando que tuvo un hijo seguido de
otro, hablemos que habrán pasado al menos unos 3 años y medio en que Lea concebía
seguidamente, y Raquel era estéril. ¿Habrá sido esto una señal de Dios para que Jacob
viera que Lea debía ser su mujer y no Raquel? Pero parece que Jacob aún se lleva
por las apariencias, y no puede ver ni escuchar el plan de Dios, de quien era la mujer
para su vida, y sigue “perdidamente enamorado” de Raquel. O se describa al menos,
alguna intención de Jacob de consultarle su situación hasta este momento a Dios.
Dios puede ver el corazón del hombre, y ya veía lo que estaba creciendo en el corazón
de Raquel al mantener Jacob esta doble relación por años, y ella no poder tener
sus hijos. Ya Jacob tenía por experiencia familiar la crisis que causó que su abuelo
Abraham se llegara a una segunda mujer cuando Dios no lo había permitido, no
siendo fiel a la promesa que el Señor habló. Pero Jacob insiste en esta torcida doble
relación por años.
Génesis 30 comienza con Raquel hablando a Jacob que tenía deseos de matarse,
porque él no podía darle hijos. Jacob se excusa echándole la culpa a Dios. Creo que
Jacob no aprendió nada de la experiencia de su abuelo Abraham al querer concebir
hijos, ya que el momento de concebir, depende de la situación de la vida del hombre,
y no un simple “capricho de Dios”. Raquel entonces, como no podía concebir, le ofrece
a su sierva Bilha, que significa tímida.
Dentro de los significados de los nombres encontrados hasta ahora, Labán significa
“blanco”, Raquel “oveja de Dios”, y Lea “cansada”.
Es interesante, Raquel le pide a Jacob que el hijo que dé a luz con su sierva, lo
haga sobre sus rodillas para ser edificada por ella, ser edificada por medio de este
nacimiento. Hay un misterio en ponerse en las rodillas de alguien. En Génesis 48:8-12,
cuando Israel conoce a sus nietos, a los hijos de José, y los bendice como los suyos, los
pone antes en sus rodillas. Génesis 50:23 nos muestra que parte de la descendencia de
José, nacieron sobre sus rodillas mientras estuvo vivo. En Jueces 16:19, Dalila antes
de cortarle las 7 trenzas a Sansón para que perdiera toda su fuerza, lo adormece en
sus rodillas. También cuando Satanás tienta a Jesús en el desierto, dentro de lo que le
pide a Jesús en la última tentación, era que se postrara ante él, doblara sus rodillas
ante él.
Hay un diseño de traspaso de autoridad en las rodillas, y también de gobierno.
Conocido ya es postrarse ante el Padre y el Hijo, en el que nos humillamos y
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La vida en la casa de Labán
reconocemos que toda honra, poder y gobierno, gloria y majestad, le pertenecen a Él.
Raquel, por tanto, recibiría ser madre de los hijos de Jacob por medio de su sierva.
Y Bilha concibe por Raquel con Jacob dos veces, naciendo Dan y Neftalí. Raquel
piensa que está en una lucha con su hermana, y que está venciendo. Raquel aún no
puede dar hijos.
Lea copia el diseño de su hermana, y le da a Jacob su sierva Zilpa para llegarse a ella.
Zilpa significa rocío como de fragancia, de mirra. Y da a luz a dos hijos de Jacob, a
Gad y a Aser.
Aquí han ocurrido muchas cosas:
La lucha de superioridad que tuvo Jacob con su hermano Esaú, se traslada con
las hermanas Lea y Raquel luchando una contra otra por Jacob.
La lucha de obtener la bendición de Dios, por medio de ideas/obras de hombre,
que mostraba Jacob, las comienzan a expresar Lea y Raquel: “Dios me ha
bendecido/bendecirá al hacer tal obra”.
Lea, que hasta al cuarto hijo reconocía a Dios por las bendiciones de haber
concebido, ahora copia el diseño de su hermana para seguir concibiendo, aún
cuando Dios mismo le había cerrado la matriz.
Esta lucha de hermanos de Jacob con Esaú, traspasada hacia la lucha de las hermanas,
Lea con Raquel, es bastante interesante, y tiene que ver con el misterio en que “hombre
y mujer serán una sola carne”. Cuando el hombre se une en una sola carne con una
mujer, llegan a ser uno, y se comparten mucho a nivel de espíritu, alma y cuerpo.
Cada acto de unión en una sola carne, va consagrando mas y mas, la unión
entre ambos, como uno solo, a nivel de espíritu, alma y cuerpo. A su vez,
comparten, para bien o para mal, para bendición o maldición, todo lo de su vida
y su hogar, al unirse en pacto, lo que hoy conocemos como matrimonio,
pero que últimamente el pacto siempre es consumado en el acto sexual.
Si un hombre carga con iniquidades, y no las ha solucionado, al unirse en matrimonio,
la mujer también cargará dichas iniquidades. Así mismo, si uno tenía bendición
financiera generacional, al unirse en matrimonio, su pareja también recibirá de esta
misma bendición, al mismo nivel al ser ambos una sola carne.
En todo esto, lo que carga cada uno y que comparten al pactar y unirse en una sola
carne, también hay un misterio: Existen también cargas de este tipo que son distintas
pero compatibles, otras que se repelen una a otra, y otras en las que una anula a
la otra, según la situación. Pero todo esto es otro tema, que debemos profundizar
en el Espíritu Santo. Lo importante de exponer muy brevemente este tema, es que
nos examinemos ante el Padre antes de entrar en pacto y “ser una sola carne” con la
pareja que Dios me ha mostrado.
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La vida en la casa de Labán
Esta lucha familiar que había estado viviendo Jacob con Esaú, sin ser solucionada,
causando graves conflictos en su casa, de la cual termina huyendo, al unirse en una
sola carne tanto con Lea como con Raquel, traspasa la arquitectura de este tipo de
conflicto que tenía con su hermano Esaú, y genera, en la familia que estaba formando,
un grave conflicto de lucha entre dos de una misma simiente.
Como también hemos visto, el uso de las siervas, viene a ser una “muletilla” del mundo
para Lea y para Raquel, para hacer que opere, aquello que Dios no ha permitido. Y
no las culpo por ello. Jacob debió de haber sido luz para esa familia, él era
hijo de Abraham, hijo de la promesa, del llamado “padre de la Fe”. Pero Jacob cae en
las contrataciones de la casa de Labán, y cae en su cultura y tradiciones como tener
muchas mujeres. Y, en todos los años en la casa de Labán, al menos hasta antes del
nacimiento de su hijo José, no se registra que siquiera una vez Jacob haya adorado,
o al menos dado gracias, a Dios por los hijos que había recibido. Ni menos hacerle
altar de sacrificio como hicieron Abraham e Isaac. Es como si hubiera olvidado su
experiencia con Dios antes de conocer a Raquel. No olvidemos que también Jacob
estaba habitando en el lugar equivocado, las tierras de la promesa de Dios no estaban
en la casa de Labán. También no olvidar que Labán era pagano, Jacob estaba en un
entorno seguramente con ídolos, y ocurre el tema de los terafines por el que Raquel
fallece que veremos más adelante.
Jacob cambia su paternidad, y adquiere una paternidad postiza con Labán, obrando
en costumbres ajenas a la herencia de Fe recibida desde Abraham, y dejando de hacer
lo que le agrada a Dios, la voluntad del Padre.
Hoy en día, hay muchos Ministros e Iglesias, que reciben promesas de Dios, pero
que se encuentran en el lugar equivocado, no solo de lugar físicamente, y terminan
abrazando la cultura del mundo y su forma de actuar. Todo ello para alcanzar metas
a su manera, que en un principio sí, pudieron haber sido habladas por el Padre, pero
que se fueron deformando con el tiempo al salirse del camino de Cristo, metas fuera de
diseño que les colocan el título “es en nombre de Dios”. Y caen en contrataciones.
En Chile, muchos Ministros que llegaron a ser grandes hombres en la Iglesia, e incluso
muchos de ellos que llegaron del extranjero a la nación, creyendo que era el único
camino para obtener autoridad en la nación, cayeron en las redes de la masonería,
para ocupar ese poder para realizar obras en la nación, con muchas de ellas con un
trasfondo hasta político. Y quizás todo esto con buenas intenciones, y para traer actos
de justicia para el mundo cristiano y de todo el pueblo de la nación, pero cayendo en
contrataciones con las tinieblas.
Más recientemente, en noviembre de 2019, en medio del “estallido social” en Chile,
líderes de la Iglesia en Chile, se reunieron con la masonería, en una reunión con
el “gran maestro” de la “gran logia” de Chile, Sebastián Jans Pérez. Dentro de los
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La vida en la casa de Labán
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La vida en la casa de Labán
los “padres” de la masonería, Albert Pike, invocando a Lucifer como el dios verdadero
de luz.
Muchos “cristianos” defenderán la masonería, y que ayudan a la gente, y es verdad,
hacen varias acciones de ayuda para los pobres, pero esto no justifica pertenecer a una
orden de tinieblas. No podemos servir a dos Señores, dice la Palabra. La Masonería
inicia con un rito secreto, con juramentos colocando el corazón de uno en ellos.
O estos “cristianos” dirán que también en la masonería adoran a Dios, y que está
la Biblia en sus reuniones, lo que en parte es verdad. Pero recordemos que aún los
demonios creen en Dios y le temen, pero esto no significa que habitan en su luz. Y así
como en sus reuniones tienen la Biblia, también en otras reuniones tienen la Torah, el
Corán, u otro texto de creencias. Casi como a “gusto de todos los interesados”. Pero
hay un trasfondo en esto, y es que la adoraciòn última de la masonería, es al mismo
Satanás.
El fin de la masonería es adorar al mismo diablo. Mario Escobar, en su libro “Historia
de la masonería en Estados Unidos”, detalla como Albert Pike, una de las bases de
la masonerìa, “gran maestre del rito escocès”, y co-fundador del ku-klux-klan, quien
junto con Giuseppe Mazzini intercambiaron cartas comentando la creaciòn de un
nuevo rito para la élite europea y estadounidense, para crear un tipo de círculo secreto
dentro de la misma masonería que la gobernaría. Pike creó el “nuevo y reformado rito
del paladín”, y crea tres consejos, uno en Charleston, Carolina del Sur, otro en Roma,
y un tercero en Berlín. Y en un documento con fecha Junio de 1889, cuyo título
era “Asociación del demonio y de los iluminados de Pike”, Pike daba una serie de
instrucciones a los veintitrés consejos que ya existían del nuevo rito. En el documento
decía: “A vosotros, instructores soberanos del grado 33, os decimos. Tenéis que repetir
a los hermanos de grados inferiores que veneramos a un solo Dios, al que oramos sin
superstición. Solo nosotros, los iniciados del grado superior, debemos conservar la
verdadera religión masónica, perseverado pura la doctrina de Lucifer”. La concepción
de Pike, es que Lucifer es el dios de la luz, y que de la Biblia se debe dudar su
historicidad, ya que lo ve como un libro esotérico que se interpreta.
¿Recuerdan el vistazo que vimos en el capítulo “La escalera de Jacob” del avivamiento
de Valparaíso? De cómo desde dentro de la misma Iglesia vinieron los que apagaron
este tremendo fuego de Dios que inundaba las calles de esta ciudad porteña. Este
fuego no se debió de haber apagado, si todos los Ministros que se comenzaron a
involucrar una vez iniciado el avivamiento, caminaban realmente con Dios, y no vivían
como tibios, en una mezcla de luz y tinieblas; no hubiera habido oposición alguna
desde dentro de la misma Iglesia. 2 Corintios 6:14-16 nos dice:
“14 No estéis unidos en yugo desigual con incrédulos, pues ¿qué compañerismo hay
entre la justicia y la iniquidad? ¿Y qué comunión hay de la luz con las tinieblas? 15
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La vida en la casa de Labán
¿Y qué concordia del Mesías con Belial? ¿O qué parte del creyente con el incrédulo?
16 ¿Y qué acuerdo entre el santuario de Dios y el de los ídolos? Porque nosotros
somos santuario del Dios viviente, como dijo Dios: Habitaré entre ellos y entre ellos
andaré; Y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.”
Y esto no es solo por la Masonería. Aunque sea otra organización que se declare
hasta laica, ¿por qué como Hijos de Dios debemos unirnos a organizaciones humanas,
cuyos líderes no son Hijos de Dios, y menos son guiados por la voz del Espíritu
Santo? ¿Qué acaso nuestro Padre Dios no tiene poder. y debemos acudir a
organizaciones del hombre caído para hacer Su obra y Su voluntad? Pero
qué mentira más grande es esta. Solo Dios abre y cierra las puertas que uno necesite.
Y a su Iglesia le entregó la llave del Reino de los cielos, para atar y desatar en el cielo
como en la tierra, y las puertas del Hades no prevalezcan, como vemos en Mateo 16.
Ya con Cristo tenemos todo para obrar en la voluntad de nuestro Padre.
Esto no significa que como Iglesia, en el proceso de ser luz y sal para la tierra, no
podamos trabajar en conjunto con organizaciones del mundo, si el Padre nos lo
muestra en su diseño; por ejemplo con organizaciones que abogan por los derechos
de los niños. Pero distinto es, llegar a la posición, en que pienso que no puedo avanzar
más en la obra del Padre, ya no trabajando en conjunto, sino en el que me tengo que
unir a una organización del mundo, aceptando sus preceptos, creencias, visión-misión,
juramentos, etc. . . , como parte de mi vida, saliéndome de los caminos del Padre, y
callando en el proceso la voz del Espíritu Santo.
Si crees que estás cayendo en las manos de alguna organización del hombre caído, aún
es tiempo; ¡aún estás vivo, alégrate que nuestro Padre es misericordioso,
y a nuestro defensor Cristo Jesús tenemos en los cielos, en la corte del
Padre que es sobre toda corte! Pero actúa como Cuerpo de Cristo, y no en
solitario, pidiendo ayuda y ministración a algún presbiterio de la ciudad o de la
nación.
En el Reino de Dios no existe la frase “el fin justifica los medios”. Puedo tener muy
claras las promesas de Dios en mi vida, y cuál es la obra que Dios me ha dado para
hacer, y hasta dónde y cuándo hacerla. Pero si en el medio para operar, y/o las
herramientas que utilice para iniciar, desarrollar y/o terminar esa obra, caigo en
contrataciones con lo que Dios no quiere que me una, entrar en yugo desigual, habré
errado en el blanco. Y esa obra que pienso que es para Dios, se volverá estéril, y muy
probable que dañe a la Iglesia, y en consecuencia a toda la nación. Como bendecir en
nombre de Dios a quien no debo, como un político que luego se vuelva en contra de
los ciudadanos de la nación. Porque nuestro Dios no es un Dios de mezclas de luz y
tinieblas, por eso el Padre aborrece a los tibios.
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La vida en la casa de Labán
Todos los episodios vividos entre las dos hermanas hasta este momento, en esta lucha
que originan, y con el involucramiento de sus siervas, no es culpa en origen de ellas,
es culpa de Jacob. La descendencia de Abraham se había extraviado. Aún antes de
llegar a encontrarse con Raquel, en el camino Jacob experimenta a Dios y recibe
propósito y bendición de Él, pero Jacob pierde su rumbo en la casa de Labán.
Vive en casa de Labán bajo una contratación por un salario, por quien amaba por las
apariencias. Se acuesta con cualquiera, en cualquier orden, ni siquiera decidido por él
mismo, sino decidido por Lea y Raquel según las circunstancias. La semilla de las
generaciones de Abraham estaba callada. En todo el capítulo 29 y el 30, desde que
Jacob pasa la semana nupcial con Lea, hasta que nace su hijo José, se registra solo
una vez a Jacob hablar, y es nada mas ni nada menos, que para echarle la culpa a
Dios por lo que estaba viviendo, y por algo que era su culpa como hombre carnal por
no poner en orden la casa que se estaba formando en su seno, ya que Jacob tenía la
luz como generación de Abraham, y no les fue de luz.
Jacob pasa más de una década en este estado, mientras envejece con un propósito
de Dios que parece haber olvidado. . . , olvidado hasta el nacimiento de su hijo José,
donde algo despierta en Jacob, y ve que es la hora de salir de la casa de Labán.
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Saliendo de la casa de Labán
José significa Dios añade. José posee un don tremendo de multiplicación y adminis-
tración, que lo vemos utilizado en Egipto, de una grandiosa manera. Algo ocurre con
Jacob al ver a su hijo José recién nacido. Jacob ya había tenido muchos hijos, cada
uno con un precioso don que se verá expresado en los dones que tiene cada una de
las tribus de Israel. Pero José expresa el don que Jacob poseía más fuerte, y este
es el don de la multiplicación y la administración, el cual Jacob utiliza por más de
una década para el servicio de la casa de Labán. Es como si Jacob, hubiera tenido
dormida su identidad, entrado en letargo en la casa de Labán, pero cuando ve a su
hijo José al nacer, se ve a él mismo, ve frente suyo el don que siempre había poseído,
y algo despierta en él, algo cambia con este nacimiento.
Vemos en Génesis 30, con el versículo 25, este suceso: “Y aconteció que cuando Raquel
hubo dado a luz a José, Jacob dijo a Labán: Despídeme, para que pueda irme a mi
lugar y a mi tierra.”
No dice que, momentos después de que naciera, o al día o semana siguiente. Sino
“cuando”, en el momento en que nace José, Jacob toma esta decisión de irse. Y en
los versículos siguientes, si bien Jacob había despertado, y visto que estaba en tierra
extranjera, que no estaba en las tierras que Dios tenía para él, “pueda irme a mi
lugar y a mi tierra” expresa Jacob hacia Labán, aún le quedaba un camino para
desenredarse de las ataduras de Labán en las que había caído, y es lo que vemos en
los versículos siguientes.
Jacob pide por sus mujeres e hijos, diciendo a Labán, por los que les ha servido.
Todavía la mentalidad de Jacob era la de un siervo. Aún sus hijos los coloca dentro
del “salario pagado” por sus servicios en la casa de Labán. Y es por esto que Labán le
responde de esta forma, como a un siervo, reconociendo que ha recibido bendición de
Dios por medio de Jacob, y le pregunta Labán a Jacob que le señale su salario para
dárselo. Jacob le responde que a su llegada poco rebaño tenía Labán, en comparación
a la multiplicación que le había dado, y que era tiempo que ahora trabajase por su
propia casa.
En esto último, ya vemos un cambio positivo de mentalidad de Jacob, y es la de velar
por su casa, poner en orden su hogar. Pero por otro lado, aún tiene una mentalidad
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Saliendo de la casa de Labán
de siervo, de que “tenía que trabajar” por su casa. Dios ya le había dado tremenda
bendición y las tierras que eran para sus generaciones, pero Jacob aún piensa de esta
otra manera.
Luego veremos entre Jacob y Labán, los “tira y afloja” por el salario de Jacob. Jacob
llega a un acuerdo con Labán, pero en el proceso, moldea los resultados para quedarse
con lo mejor del rebaño. Por así decirlo, a Labán le dijo una cosa que iba a cumplir,
pero a sus espaldas, Jacob le juega una trampa. Y vemos al comienzo de Génesis
capítulo 31 como los hijos de Labán se enojan por lo que Jacob estaba haciendo, y
en el versículo 2, el semblante de Labán para con Jacob cambia. Aquí Jacob había
“metido la pata”. Si bien Labán podrá ser todo lo engañador que uno pueda decirle,
Jacob se bajó a su mismo nivel. Y no hay registro de que Jacob hubiera hecho antes
algún tipo de engaño en la casa de Labán. En el versículo 3, ya con este Jacob que
está despertando de su “letargo”, recibe palabra de Dios: “Entonces YHVH dijo a
Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres y a tu parentela, y Yo estaré contigo.”
Imagínense cuando alguien no reacciona, como en las películas/series de acción, donde
el personaje está en shock por un suceso “x”, y viene algo que pondrá en peligro
su vida pero no se mueve para evitarlo. Y tiene que venir otro personaje para que
“despabile”, agitarlo desde los hombros, o pegarle un par de cachetadas para que
reaccione y tome las acciones para salvar su vida.
Esto es lo que hace Dios. Pocas, muy pocas veces, Dios repite una palabra profética,
una palabra de bendición, sobre todo si la persona se ha extraviado, o dejado su
caminar con Dios a medias, por decisión propia. Pero Dios ama a Jacob, y cuando
el semblante de Labán cambia, Dios interviene, y le habla directamente para que
termine de salir de ese letargo, que se olvidara de sus jugarretas y engaños con el
rebaño, o de alguna otra cosa ahora que se le pudiera ocurrir hacer. Que dejara todo
eso, que dejara de pensar como siervo, como quien solo recibe por lo que trabaja, y
volviera sus ojos a Dios. Volviera sus ojos a ver que era un hijo de la promesa de Fe
de Abraham, que ya había recibido toda bendición y tierras desde antes de salir del
vientre de su madre, y ya se fuera de ese lugar que se estaba volviendo peligroso para
él.
En los versículos siguientes, vemos que las palabras de Dios actúan en Jacob, y
manda a buscar a Raquel y a Lea con su rebaño por como el semblante de Labán
ha cambiado. Pero Jacob agrega al hablarle a Raquel y a Lea, “pero el Dios de mi
padre ha estado conmigo.” Esto es muy importante en Jacob. Esta es la primera vez
que vemos a Jacob actuar de una forma no apoyado por los resultados de su trabajo
como siervo, de sus negociaciones, o apoyado de alguna “muletilla” del mundo, sino
porque el Dios de su padre está con él. Qué maravillosa declaración de Jacob, que ha
de haber alegrado de sobre manera el corazón del Padre Dios.
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Saliendo de la casa de Labán
Después vemos a Jacob hablando con Raquel y Lea, y que, pese a un primer acuerdo
con Labán por su “salario de salida”, y el truco por detrás que Jacob primero hizo,
después encontramos que Labán también “sacaba sus cartas” y le cambiaba las
condiciones; le cambió las condiciones 10 veces durante un período que duró 6 años.
Pero que Dios en su misericordia, sabía del trabajo y bendición que Jacob había
traído a estas tierras, y hacía parir al rebaño para favorecer a Jacob. En los versículo
11 al 13, vemos que Jacob tiene una nueva experiencia con Dios mientras dormía:
“Y el ángel de Dios me dijo en el sueño: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. Y Él dijo: Alza
ahora tus ojos y verás que todos los machos que montan a las ovejas son listados,
moteados y manchados, porque Yo veo todo lo que Labán te está haciendo. Yo soy el
Dios de Bet-’El, donde ungiste la estela y donde me hiciste un voto. Levántate ahora,
sal de esta tierra y vuélvete a la tierra de tu nacimiento.”
Esto es interesante, ¿por qué mientras dormía? Así como su primera experiencia
con Dios es de esta forma: Y es que muchos podemos vivir el día a día a “mil
revoluciones por minuto”, moviéndonos por las nuestras, con “nuestra agenda” ya
armada, pensando que es la forma que Dios quiere, y vivimos ocupados haciendo
esto y aquello, pero no nos detenemos a escuchar a Dios. Y no hablo de destinar
un tiempo diario a solo escuchar a Dios, lo que es muy bueno. Sino que tengamos
esta disposición de escucharlo a Él en cada obra que emprendamos, en cada paso
de nuestro caminar. Porque muchas veces Dios nos quiere hablar cuando estamos
en movimiento, no solo quietos, ya que en movimiento es cuando también se toman
decisiones importantes que solo se toman en esos momento. Pero muchas veces ya
tenemos todo planeado y decidido, consciente, o muchas veces inconscientemente,
y nuestro corazón se cierra a escuchar a quien no se ha cansado de decir nuestro
nombre. Y a Dios ya no le queda más que hablarnos cuando estamos dormidos, en
sueños, cuando estamos quietos, en el momento que tenemos una mayor apertura en
nuestro corazón a recibir. Si Dios solo te ha hablado en sueños, tener un tiempo con
el Espíritu Santo para ver en las profundidades de tu ser qué evita escuchar la voz
del Padre en el día.
Al fortalecerse Jacob en la Palabra de Dios, comenzando a actuar, y para poner en
orden su hogar, su familia también responde con esa Fe. Raquel y Lea le responden
que Dios ha dado esta bendición a su casa, y que Jacob hiciera lo que Dios le había
dicho. Jacob reúne todo lo suyo, todos los de su casa, y todo lo que había ganado,
pero vemos que ocurren dos cosas delicadas:
Raquel se roba los terafines de la casa de Labán. ¿Qué son los terafines? en resumidas
cuentas, son pequeñas estatuas de ídolos, que por lo general estaban en el interior de
los hogares, y estos protegían toda la casa y el territorio de la familia. Eran algo así
como los guardianes del territorio donde habitaban. Y algo muy preciado y valorado,
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Saliendo de la casa de Labán
en ellos tenían su seguridad. Vemos aquí, que Raquel igual tenía su Fe dividida, en
otro lado. Pese a haber concebido por gracia de Dios, y haber recibido de la promesa
de Dios para la casa de Jacob, necesitó llevarse la protección de ídolos en su viaje.
Aquí hay otra “muletilla” del mundo, pero que es más delicada, ya que es una que
significa poner mi Fe en algo adicional a Dios, cuando las promesas y bendiciones,
cuando la Palabra de Dios, no son suficientes para moverme de forma segura y recta.
No es solo utilizar algo del mundo no aprobado por Dios para lograr algo, sino que,
mi Fe se divide en dos lugares, una parte en Dios, y otra en algún ídolo del mundo,
del hombre caído. Y es así, como hemos visto en el capítulo anterior de este libro, uno
de estos terafines en la Iglesia de Chile hoy, que es la Masonería. No digo que sea el
único. Como Iglesia debemos sacarnos los terafines. Los terafines solo traen muerte, y
hasta una vida corta, como le sucedió a Raquel. Una cosa es usar terafines porque no
conozco a Dios, pero distinto es cuando ya lo he recibido. Dios escupe a los tibios.
Tener mi Fe en dos lugares opuestos, en luz y tinieblas, es un tipo de bipolaridad.
No declaro que lo primero cause lo segundo. A mediados de Octubre 2018, el
psiquiatra y académico del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Uni-
versidad de Chile, Pedro Retamal, lanzó el libro electrónico gratuito “La enfermedad
bipolar, una guía para conocerla y enfrentarla”. En esas fechas, se estimaban que unos
200.000 chilenos padecen la enfermedad, y que el enfermo bipolar vive, en promedio,
15 años menos que la población general sana.
Lo segundo que estaba sucediendo, es que Jacob estaba dejando esas tierras a espaldas
de Laban. ¿Por qué lo hizo? ¿Tenía temor? No se describe por qué lo hace, pero
pareciera que se fue por temor. Jacob no había arreglado las cosas con Labán, aún
estaba el conflicto por el rebaño. De la misma manera que por temor Jacob se va de
casa de sus padres sin arreglar el conflicto con su hermano Esaú, ahora nuevamente
huye de un lugar por un conflicto sin arreglar. Pero esta vez es peor, ya que tiene la
promesa y la mano de Dios para enfrentar la situación, pero de todas maneras huye
del lugar. Dios le había dicho que se volviera a la tierra de sus padres, pero no con
este diseño. Sumado a todo lo anterior, Jacob se iba con dos de las hijas de Labán,
y todos sus hijos que también vivieron con Labán todos esos años. Eran familiares
cercanos. Labán habrá sido Labán, pero tampoco era un desconocido que Jacob había
visto solo por cinco minutos.
Aquí nos vamos a detener un momento, ya que es tiempo de responder la siguiente
pregunta: ¿Qué momento estamos viviendo como Iglesia de Chile?
Lo que Dios nos ha mostrado desde mediados del año 2015, es que como nación,
estábamos en la casa de Labán.
Ya hemos visto el lugar que ocupa la Masonería dentro de la Iglesia, pero esta no
llegó por sí sola. El terafín tiene dueño.
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Saliendo de la casa de Labán
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Saliendo de la casa de Labán
aprender de ello. Debemos ser responsables. No todo los hechos ocurridos en la Biblia,
fueron así porque Dios lo quiso. Podemos ver a los hombres que obedecen, y siguen
la senda del Señor sin desviarse. Como también a los hombres de pasos inseguros, los
que se detienen, y los torcidos cuyo final es malo. Este último, el final malo, como la
vida de Sansón. Teniendo la ruta del Padre, tomaron la ruta incorrecta una y otra
vez, hasta que fue muy tarde ya que pasaron el punto de “no retorno”, obteniendo el
“bad ending”.
El “bad ending”, término que se suele utilizar en los videojuegos cuando, teniendo
dos o más rutas de la historia a disposición, tomamos la/las errada(s).
Como Iglesia hoy, estamos en el camino de haber salido de la casa de Labán. Y lo que
viene a continuación, es el encuentro de Esaú, donde en el camino a Jacob se le cambia
el nombre a Israel y recibe nueva bendición con ello. Pero también, debemos haber
salido de la manera correcta sin los terafines. En los capítulos siguientes veremos de
todo esto, como quien es Esaú para la nación, y las advertencias que el Señor le ha
dado a la Iglesia de la nación para no volver a errar en el blanco.
Continuemos con el relato de Génesis 31, con el robo de los terafines por parte de
Raquel, y la huida de Jacob, en que no le avisa de salida a Labán:
Jacob entonces, comienza su viaje a las tierras de su padre Isaac. Al tercer día, Labán
se entera de lo ocurrido y va trás de él. Tras siete días, lo encuentra en el monte
Galaad, y acampa con sus parientes a como Jacob ya lo estaba haciendo. La noche
anterior antes de encontrarse con Jacob cara a cara, Dios le dice a Labán en un sueño:
“¡Guárdate de hablar con Jacob bien ni mal!”. Ya al encontrarse con Jacob, Labán le
dice, Génesis 31:26-29:
“Y dijo Labán a Jacob: ¿Qué hiciste para defraudar mi corazón y conducir a mis hijas
como cautivas a espada? ¿Por qué te escondiste para huir y me defraudaste, y no me
avisaste para despedirte con festejos y cantares, con tamboril y cítara? Ni siquiera me
has dejado besar a mis nietos y a mis hijas. ¡Has actuado de manera insensata! Hay
poder en mi mano para haceros mal, pero el Dios de vuestro padre me habló anoche
diciendo: Guárdate de hablar con Jacob bien ni mal.”
Es interesante esto. Dios permite que Labán se refiera en estos duros términos a
Jacob, ya que no estaba quebrantando lo que Dios le había hablado, no le estaba
hablando “bien ni mal”, le estaba diciendo la verdad, hablaba sinceridad sobre los
actos de Jacob. Realmente Jacob fue un insensato.
Esto es muy interesante. Dios nos puede guardar de nuestros enemigos, pero si
actuamos como insensatos, siendo llevados por nuestra carne por emociones como
temor al hombre, aún nuestros contrincantes podrán venir a hablarnos a la cara de
las malas acciones que hemos hecho, y seremos avergonzados públicamente. Y
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Dios permitirá esto, ya que es un Padre justo, así como permitió que Labán le
dijera a Jacob estas palabras, y que quedaran escritas hasta el día de hoy.
Luego en el versículo 30, Labán continúa hablando, y le pregunta por qué se llevó sus
terafines. Jacob le responde que se había ido porque tenía temor que se llevaran a
Lea y a Raquel, pero, no sabiendo que Raquel había tomado los terafines, declara que
muera el que los tenga, y que los examinaran. Pero Labán busca en el campamento
de Jacob pero no los encuentra, Raquel los había escondido consigo en la albarda del
camello, y este lugar no pudo ser examinado ya que miente diciendo que no se podía
levantar porque estaba en el período de las mujeres.
Labán no encuentra los terafines, y vemos del versículo 36 al 42 la recriminación de
Jacob a Labán, por los 14 años de trabajo por sus hijas, y los 6 años por el pago de
su “salario de salida” en el que 10 veces Labán le cambio las condiciones de ello. Y
como Dios estuvo con él.
Aquí hay otro punto interesante. Jacob había despertado que tenía que irse, pero aún
no se puede tomar de la promesa de Dios, que ya tenía la bendición. Además de los 14
años, pasa 6 años adicionales volviendo a trabajar para recibir bienes materiales por
sus “años de servicio”, pudiendo haberse ido en el momento que nace José, confiando
en la Palabra de Dios, y que Él le proveería. Así como con su abuelo Abraham, que
salió con lo que tenía de la tierra donde habitaba, a unas tierras que desconocía,
sin siquiera saber en un comienzo si en el trayecto y en el destino hallaría comida
o siquiera agua; aunque bien vemos de los errores que comete Abraham al entrar a
Egipto y las riquezas egipcias que se lleva, que comenté anteriormente en este libro.
Jacob vuelve a caer en el negociar a su manera. Le busca y le busca, sigue con el
tira y afloja con Labán en estos 6 años. Si Dios nos dice que nos tenemos que ir
de un lugar, y del lugar que nos vamos, no nos dan lo que creemos que merecemos,
preguntémosle al Señor qué hacer. Pero más importante es obedecer al Señor. Si
la “bendición de salida” no se da, y Dios te ha dicho que te vayas, y el Padre no
ha agregado ninguna palabra de dirección como, “deberás recibir esto y
aquello por tu partida”, hay que irse, y Dios bendecirá. Y esto no solo de lo
material. Puede que para mi partida de un lugar, no solo espere recibir algo material,
también algo intangible, como algo emocional. Dios no depende del hombre para
bendecirnos; Él es nuestro Padre proveedor, y lo que tenemos es herencia,
somo co-herederos con Cristo Jesús, Romanos 8:17. Esta partida en nuestra vida,
puede ser un trabajo que Dios quiere sacarnos, o concluír una relación de negocios
(como que me uní con quien no debía). Para un niño cambiar amistades, para un
joven terminar una relación amorosa que nunca vino del Señor. Para un anciano, irme
de un país en el que trabajé por años, aunque por el hecho de ya no residir en ese país
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Saliendo de la casa de Labán
pierda mi fondo de pensión. Dios no necesita del hombre para bendecirte. Si Dios ha
marcado tu partida de algo, es siempre para mejor, más de lo que puedas imaginar.
Tras esto Jacob erige una piedra como estela, y le pide a su familia que reúnan
piedras sobre la cual comen juntos, y pactan, llamando al monte Galaad y Mizpa,
para que Dios atalaye entre ambos. Atalaya que significa lugar elevado (generalmente
una torre), desde donde se puede vigilar una gran extensión de territorio y/o mar.
Desde ese punto, Labán no pasaría, y Jacob tampoco para hacerle mal. Y se despiden
regresando Labán a su lugar.
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Aclaración del autor por lo que vive
la nación hoy y de temporalidad del
libro
Como vimos terminando el capítulo anterior, “saliendo de la casa de Labán”, este es
el punto que el Señor nos ha mostrado que la nación está viviendo hoy.
Por lo mismo este capítulo de aclaración es colocado en este lugar en el libro. Hemos
salido de la casa de Labán. Pero aún nos queda en este trayecto y destino:
Deshacernos, renunciar a los terafines que nos hayamos podido llevar, que
la Iglesia aún guarde. No verlo solo como congregación a la que asisto, sino
examinarnos a nivel de Iglesia de la ciudad en la que resido, e Iglesia de la
nación.
Recibir la bendición de ser llamados Israel, ya no Jacob el que negocia/engaña.
No que seamos literalmente la nación Israel. Como vimos en los primeros
capítulos, hablamos de la arquitectura espiritual de la nación que el Padre nos
ha mostrado, y este proceso de transformación a luz que estamos viviendo como
pueblo de Chile.
El encuentro con Esaú ya no con temor, y se cumpla la promesa “el mayor
bendecirá al menor”, que hoy Esaú bendiga a Jacob.
No tener la mismas caídas que tuvo Jacob tras salir de la casa de Labán
Tomar la tierra prometida, que es hoy para nosotros movernos en el Reino de
Dios en la nación, y no caer en Egipto por temor a la escasez.
El nacimiento del concepto del libro, nació en Diciembre 2019, tras una convocatoria
del Equipo Transformación Chile, por lo que estaba viviendo la nación con el “estallido
social” que comenzó el 18 Octubre del mismo año. El libro fue escrito durante los
meses posteriores hasta el 18 de Junio 2020; este es el hoy que me refiero en
el comienzo de este capítulo. En su desarrollo, no declaro que el libro se haya
escrito constantemente cada día, aunque en cada mes hubo desarrollo de este, ya que
se escribía a medida que el Padre hablaba, mostraba sus diseños, para que:
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Aclaración del autor por lo que vive la nación hoy y de temporalidad del libro
No hubieran “temas de relleno” para llenar con capítulos para “terminar el libro
antes”, o hacerlo más extenso. Nada se escribió si no fue por lo recibido por el
Padre.
No se escribieran temas que el Padre no permitiera. No de censura digo. Sino
que hay temas que deben ser tratados en persona. El mismo Apóstol Pablo que
escribía sus epístolas a las Iglesias de distintas ciudades, en ellas declaraba que
anhelaba ir a ellos para, por ejemplo, ministrarles dones. Pablo no ministraba
los dones en las epístolas, aún entendiendo que las palabras que declaramos por
boca y escribimos tienen poder en lo espiritual, y en el Espíritu Santo no hay
distancias ni tiempo. Y es que hay temas que solo pueden ser ministrados en
persona, de manera presencial.
De todas formas, como autor, en lo que también involucra el tiempo que me tomó
escribir este libro, debía vivir en juicio del Padre algunos de los temas que tengo
pendientes en mi vida. No podía escribir lo que no vivo, así como no puedo predicar,
enjuiciar, entrar en guerra espiritual, con lo que no estoy viviendo en la justicia del
Padre. Aclaro no que al momento de terminar el libro sea “el gran santo”, no que
tenga “todo al día” en mi vida, que haya llegado ya a la medida de la estatura de
la plenitud de Cristo; como está escrito en 1 Corintio 1:27, “sino que lo necio del
mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios,
para avergonzar a los fuertes.”
Entendiendo los tiempos que estamos viviendo, quisiera detallar, que el mayor desa-
rrollo del libro se dio en los tiempo de la pandemia, sobre todo después de Pascua
2020.
Detallo esta fecha 18 Junio 2020 en que se terminan de escribir los diseños que
el Padre ha mostrado para este libro para la Iglesia. Pudiendo haber un desarrollo
posterior del libro, en posterior fecha, a manera de correcciones editoriales de tipo
redacción, pero no de más desarrollo de contenidos.
Viendo esta fecha, es interesante que en el calendario hebreo sea el 26 de Siván, a
pocos días de terminar el tercer mes del calendario hebreo, tras el comienzo de año
con Pascua.
Detallo también las fechas, por que, lo que el Padre habla no es estático, y los diseños
en este libro, el Padre los puede llevar a profundizar en el postrer tiempo para su
Iglesia, o mostrar el pan nuevo si terminamos de comer lo que ya tenemos
servido sobre la mesa. De todas maneras, hay muchos principios que no cambiarán,
como es el tema de los terafines que no podemos mantenerlos.
Si bien el Padre y el Hijo son eternos, vivimos la vida eterna, pero también vivimos
en este mundo, con la sustancia del tiempo cronos aún en medio de nuestras vidas.
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Aclaración del autor por lo que vive la nación hoy y de temporalidad del libro
Por lo que he querido como autor realizar estas aclaraciones. No para “ponerme el
parche antes de la herida”, por si alguno toma algo de lo escrito para ponerlo en otro
contexto de un tiempo postrero, aunque creo que nunca faltan los inescrupulosos, sino
para que los Hermanos no se queden con un recurso de los cielos como algo “estático”:
El Padre habla cada día, y aún con preciosas revelaciones que recibamos, debemos
poder oír al Padre por nosotros mismos, como presbiterios de ciudades, llegando a
unirnos como presbiterio de nación, y recibir el nuevo pan de cada día.
Para concluir este breve capítulo, en este libro se han escrito de los diseños de la
nación como Jacob, en su camino a ser Israel, que el Padre habla hoy. Pero hay
muchos más diseños relacionados a la nación que el Padre ya ha hablado,
algunos de hacía ya muchas décadas atrás, como que hemos sido llamados por el
Padre a ser la Antioquía de América.
Seré sincero con lo anterior, no esperen un libro de esto, de ser Chile la Antioquía, al
menos de mi parte. No porque el Padre no me ha hablado de este diseño. Sino que
este diseño no puede ser escrito, ya que como hombres podría llegarse a tomar como
una “pauta”, un “instructivo”, y “religiosizarse” la revelación, hasta convertirla en
una tradición de hombre, volviendo, nuevamente, un diseño de Iglesia como producto
de mercado, solo que ahora un tanto más elaborado con lo que es ser Antioquía, con
herramientas para exportar comercialmente una “denominación cualquiera” a otros
países. Los Hermanos de Chile debemos de vivir el diseño de Antioquía, siendo guiados
por el Espíritu Santo, levantando los presbiterios en las ciudades, abriendo los cielos
de las ciudades moviéndonos con los Ángeles como un solo campamento Mahanaim,
unirnos en presbiterio territorialmente a nivel de nación, abrir los cielos de la nación,
y participar como Jueces de la Corte Celestial del Padre, para ser esa plataforma
tremenda de bendición para apoyar, levantar, entrenar, y “enviar disparadas”, a las
Iglesias de las ciudades de todas las naciones.
PD: En momentos de terminar el libro hoy jueves 18 de Junio 2020, hay un atardecer
tremendo que no veía desde que comenzó la pandemia, les comparto la siguiente
imagen:
¡Gracias Padre Dios y al Hijo Cristo!
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Aclaración del autor por lo que vive la nación hoy y de temporalidad del libro
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Temor y división del pueblo de Dios,
encuentro con Esaú
Habíamos quedado, antes del capítulo anterior de “Aclaración”, en el término de
Génesis 31, con la despedida de Labán con Jacob en el monte Mizpa, el lugar para
vigilar lo extenso.
Continuamos con el trayecto de Jacob en Génesis 32. En los versículos 1 y 2, vemos
el encuentro con los Ángeles de Dios. Jacob ve el diseño que había, llamando al
lugar Mahanaim, que en hebreo significa dos campamentos. Esta es la unión del
campamento de los hombres, con el campamento de los Ángeles, para ser un solo
campamento de Hijos de Dios. Si bien Jacob reconoce el diseño que se mostraba ante
él, no lo utiliz. Había algo en su corazón desde hacia décadas, desde que se fue de su
parentela, y era ese temor por su vida, temor a su hermano Esaú.
Vemos en los versículos siguientes que Jacob no clama a Dios, nada, sino que vuelve
a erigir su propio camino, su propia obra. No pide ayuda a Dios, como a sus Ángeles,
que ahora los ve despierto y ya no en sueños. No. Jacob elabora un meticuloso plan
de enviarles grandes ofrendas a su hermano Esaú, y envía mensajeros con las ofrendas,
donde, nuevamente baja su título como el de alguien inferior, para llamarse sirviente,
y llamar a Esaú su señor.
Creo que ya hemos profundizado bastante de lo que le ha significado a Jacob estas
artimañas, en el dejar de verse, de identificarse como escogido por Dios, e identificarse
como sirviente.
Con los primeros mensajeros y ofrendas que envía Jacob, le avisan que su hermano
también viene a su encuentro, y el temor se apodera aún más de él, y toma una
peligrosa decisión que la Iglesia nunca debe de tomar. La Iglesia no puede estar
dividida como ocurrió en Génesis 32:7:
“Y se angustió Jacob y tuvo gran temor; y dividió en dos campamentos el pueblo que
tenía consigo, y las ovejas, las vacas y los camellos”
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Temor y división del pueblo de Dios, encuentro con Esaú
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Temor y división del pueblo de Dios, encuentro con Esaú
Y vemos luego cuando llega el momento del encuentro con su hermano, que se presenta
aún con temor con Esaú, con una actitud nuevamente de siervo. Y todo esto cuando
ya había sido nombrado como príncipe del Señor, como Israel por el Señor.
Jacob vio la situación con Esaú desde un corazón separado del Señor. Debemos de
ver a Esaú desde el corazón del Padre, y no desde un corazón propio con
angustia y temor. Jacob ya como Israel, no vence la situación del encuentro con
Esaú bajo el diseño de Dios, totalmente con el diseño como príncipe Israel, continuó
identificándose como siervo. Jacob no toma su diseño como príncipe completamente.
Podemos ver cómo la fe de Jacob cae mucho. Habiendo experimentado la mano de
Dios, cuando huye de mala manera de la casa de Labán, Dios le advierte a Labán
que no le haga mal a Jacob, y no le hace daño cuando se encuentran. La fe de Jacob
no puede traer al presente cómo la mano de Dios estuvo con él con Laban, para estar
“hoy” nuevamente en el encuentro con Esaú.
Pero la reacción de Esaú es preciosa la verdad. No se registra qué ocurrió
todos estos años en su vida, o que Dios antes de su encuentro con Jacob le haya
hablado. Génesis 33, versículos 4 y 9:
“4 Y corrió Esaú a su encuentro y lo abrazó, se echó sobre su cuello y lo besó, y
lloraron. (. . . ) 9 Y dijo Esaú: Yo tengo abundancia, hermano mío, sea para ti lo que
es tuyo.”
La verdad tremendo. Esaú sale corriendo a abrazar a su hermano, y lo llama “hermano
mío”, aún cuando Jacob le dice a su hermano señor y que es su siervo.
El encuentro con Esaú es importante en el despertar para Jacob como Israel para
tomar completamente el diseño que Dios le tiene desde antes de la fundación del
mundo, y a postrer no caer en Egipto en esclavitud. Debemos tomar de ejemplo los
pasos fuera de Dios que hizo Jacob, para no caer en los mismos errores.
Después de lo ocurrido en su encuentro, se van por caminos separados. Por todos
los pasos en la vida de Jacob hasta este momento, no se pudo llevar a la realidad la
promesa que Dios le habló a su madre Rebecca, de que “el mayor servirá al menor”;
creo que este quedar cojo de Jacob, también es debido a que no se pudo cumplir esta
promesa, y se queda sin su hermano para que le apoye; el que tenga oídos para oír,
oiga.
Más adelante, en Génesis 34, veremos el episodio en que su hija Dina es violada. Jacob
casi llega a unirse con el pueblo pagano que termina violando a sus generaciones, sin
consultarle a Dios, o haber recibido una Palabra de dirección para hacerlo. Dos de
sus hijos, Simeón y Leví, terminan asesinando a los hombres de ese lugar, y saquean
sus riquezas. Jacob teme de cómo otros pueblos se irían contra él por lo ocurrido.
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Temor y división del pueblo de Dios, encuentro con Esaú
Más allá de las acciones correctas o incorrectas que ocurren en Génesis 34, ¿por qué
nuevamente este temor de Jacob si Dios estaba con él, ya habíando experimentado
la mano poderosa de Dios en su vida? ¿Quizás por este temor de otros pueblos por
tener “pocos hombres”, que vemos en Génesis 34:30, es que casi se une con el pueblo
que violó a su hija Dina?
Como Iglesia de una ciudad, de algún lugar, ¿le temes a los brujos del lugar, a los
masones, u otro grupo de tinieblas, porque son miles, y tu congregación apenas llega
a los dos dígitos? Debemos temer a no obedecer al Padre. Si obedecemos, somos fieles
a lo que realmente nos habla y nos muestra, su mano estará con nosotros. No esa
obediencia de, “por que está escrito en la Biblia”, porque es muy fácil sacar frases de
diversos acontecimientos en la Biblia, para adecuar los versículos y justificar mi actuar.
Sino ese obedecer a lo que Dios habla hoy. Si estás en una situación complicada, y
no puedes oír al Padre para buscar una salida, no te sientas mal, pide ayuda, somos
TODOS el Cuerpo de Cristo, y puedas ir con un presbiterio de la ciudad o de la
nación.
En Génesis 35, Dios vuelve a hablar a Jacob. Dios lo vuelve a levantar. Al parecer
Jacob y su casa estaban bastante contaminados. No solo Dios le pide que se cambie
de territorio en el que estaba, subiera y habitara en Betel, lugar que Jacob había
nombrado Luz cuando ve la escalera, y que levante un altar para Él en ese lugar,
sino que además los de su casa se despojaran de los ídolos que aún llevaban
consigo.
Primero, Dios le recuerda a Jacob quien era, le dice que hiciera un altar al Dios que
se le apareció mientras huía de su hermano Esaú. Jacob, muy probablemente aún en
este punto de su vida, tenía una mezcla de dioses, y Dios le viene a recordar quien
era el Dios verdadero. Jacob y toda su Casa aún no podían abrazar a Dios.
Es bastante triste. Quizás esta lejanía de irse a otros dioses sería la legalidad para
que las tinieblas hayan podido violar a su hija Dina. Y vemos el nivel de afinidad con
dioses ajenos. En el versículo 4 de Génesis 35, vemos como le dan a Jacob todos los
dioses, los ídolos, que tenían en su mano, pero también los que tenían como zarcillos
en sus orejas.
Es bastante fuerte lo que está ocurriendo. Podemos ver como la casa de Jacob abrazó
la cultura pagana de dioses ajenos de la casa de Labán, aún tras irse de este lugar.
Es muy triste. Y es en lo que ya habíamos visto que comenté en capítulos anteriores:
El traspaso generacional de la comunión, de la relación de Abraham con Dios, a la
siguiente generación Isaac, y a la siguiente generación Jacob, se había debilitado. No
sabemos cómo fue la crianza de Jacob. Pero lo que sí podemos ver aquí, es que, Jacob,
no fue criado en medio de la revelación y testimonio, de Abraham y su comunión
con Dios, que hasta caminó y comió con Él. O testimonios de otros momentos en su
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Temor y división del pueblo de Dios, encuentro con Esaú
familia como cuando su padre Isaac iba a ser sacrificado por su abuelo Abraham pero
Dios proveyó el sacrificio. Y quizás fue criado por su madre Rebecca, a quien Isaac no
le haya traspasado su Fe ya que ella venía de una casa con otra fe, e Isaac mismo no
haya participado de la crianza de Jacob. Así en este traspaso generacional, ahora de
Jacob a sus hijos, vuelve a ser debilitada la relación de Dios con las generaciones de
Abraham, donde ahora su Casa llega a adorar con su cuerpo a dioses ajenos con los
zarcillos en las orejas. La oreja que es para oír, la Casa de Jacob se había sellado
a oír a Dios.
Por todo lo anterior Dios se presenta de esta manera al comienzo de Génesis 35.
Si el diablo no pudo contigo, irá tras tus hijos. La responsabilidad de los hijos
siempre es de los padres. Si tus hijos entran en la pubertad, y se van al mundo,
cuando nacieron en un hogar creyente a Dios, no se fueron porque el diablo se los
robó, sino porque se criaron con el mundo, la atmósfera del mundo prevaleció en sus
primeros años, y ahora entrando a la adultez los estímulos del mundo son más fuertes
que los del Reino de Dios. Pero ánimo, que Dios es misericordioso, ¡dad la buena
batalla de la Fe!
Después de dejar los ídolos, en el versículo 5, vemos como Dios se vuelve a
manifestar, ya que a los otros pueblos les entra ese terror de Dios para no atacarlos.
Creo que esto deja más claro, que al estar con los ídolos hasta en sus cuerpos, habían
quedado desprotegidos y su hija fue violada.
Aquí aparece:
Llega a Betel, Luz, y renombra el lugar El-Betel, recordando que fue el Dios que se le
apareció cuando huía de su hermano. Más adelante, el Señor se muestra nuevamente,
y por segunda vez nombra a Jacob como Israel. Luego lo bendice, Génesis 35:11-12:
“Después le dijo ’Elohim: Yo soy ’El-Shadday: Fructifica y multiplícate. Una nación y
una congregación de naciones procederá de ti, y reyes saldrán de tus lomos. La tierra
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Temor y división del pueblo de Dios, encuentro con Esaú
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Temor y división del pueblo de Dios, encuentro con Esaú
algo en él le hacía actuar en sus propias formas; “a mi manera”, o como diríamos aquí,
“the chilean way”, e, “irse por las piedras”, en vez de caminar el camino, que si bien
puede ser angosto, pero que de deleite y paz son los caminos del Señor (Proverbios
3:17).
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Incredulidad con la promesa
La incredulidad se vuelve generacional, en una iniquidad. Abraham no creía que
podría tener hijos con su esposa, y tiene un hijo primero con la esclava. En la siguiente
generación, Isaac no tiene incredulidad por la esterilidad, le pide a Dios y su esposa
concibe. No se ve una lucha o espera de años para que Isaac pudiera tener hijos. Pero
aparece otra incredulidad en otra área, que es una de las que más golpea al plan de
Dios. Es la incredulidad de la promesa que Jacob tendría la herencia. Rebeca hace
que Jacob engañe a su padre Isaac para recibir la bendición. Y Esaú se separe de su
hermano Jacob y hasta quiera matarlo en un comienzo.
Cuando hubo escasez, Isaac casi entra a Egipto en tiempos de escasez, y Dios le
vuelve a hablar de la promesa con su padre Abraham. Ahora nuevamente, la siguiente
generación, Jacob, entra a Egipto por la escasez en el mundo.
Al salir de la casa de Labán, a Jacob le suceden cinco cosas malas:
Queda cojo.
La familia de Isaac no se une, Esaú y Jacob van por caminos separados, no
cumpliéndose la bendición de “el mayor servirá al menor”.
Su Casa pierde la inocencia (violación de su hija).
Pierde al ser amado, Raquel.
Extravía, pierde, el don redentivo, cuando José es vendido.
El último punto marcará, cómo ese don redentivo de la casa de Jacob, terminaría
sirviendo al mundo. Jacob no estaba en condiciones de cumplir la promesa. Había
sufrido y perdido mucho de lo que Dios le había dado.
Antes de entrar a Egipto, Dios le permite a Jacob ver, y con revelación, bendecir a
sus hijos, y a los hijos de José como sus hijos, y traspasarles las semillas que Dios
le dio para su vida pero que no pudo llevar a dar frutos. Pero ya no era ese mismo
Jacob, que tras el nacimiento de José, sus ojos son abiertos para tomar la decisión
salir de Labán de inmediato. Ya Jacob había perdido mucho, aún siendo nombrado
Israel. Creo que una de las peores cosas, es que se le extravíe a su hijo José cuando
sus hermanos lo venden como esclavo. Más allá de la mentira de los hermanos con la
evidencia falsa para ocultar la venta de su hermano, Jacob creyó que su hijo José
estaba muerto, sin siquiera ver su cuerpo, siendo su propio hijo. Y estando ya en su
SeDespiertan.com 80
Incredulidad con la promesa
familia el contexto que vemos en Génesis 37:4 que sus hermanos lo aborrecían. Había
ya un “bullying” de sus hijos a su hijo José, sobre todo tras compartir José sus sueños
que vemos versículos más adelante. El Padre Dios sabe el valor de un hijo, ya que Él
dio a su único Hijo por nosotros, y que Jacob perdiera a su hijo José, no era algo que
Dios pudiera tomar a la ligera. Creo que por este hecho, ver las cosas como Dios las
ve, sería así, Dios hablando con Jacob desde la eternidad:
“Así como tu hijo José fue vendido como esclavo a Egipto, toda tu casa
quedará en esclavitud en Egipto. Lugar donde yo levantaré a José con
el don que era para mi pueblo y no para este, con el don que era para
ser usado en la tierra que yo te prometí y no en esta”.
Lo que el diablo no consiguió con obtener de la simiente de Abraham y Sarah (aunque
consiguió a Ismael pero la promesa siguió con Isaac como se ve en Génesis 17:18-21),
tampoco lo consigue con Isaac cuando hubo hambruna para que se fuera a Egipto,
como vemos en Génesis 26:1-6. En este capítulo 26, vemos este casi caer a Egipto
por parte de Isaac, en donde en el versículo 2 Dios le dice, “no bajes a Egipto,
mora en la tierra que Yo te diré”, y en los siguientes versículo, las tremendas
bendiciones que vendrían en las tierras que el Señor les daba, a él y sus generaciones,
como vemos en versículo 4, a su descendencia; el diseño original era ser multiplicada
su semilla en las tierras de la promesa, no en Egipto u otras.
La simiente, la semilla de Dios, que el diablo no consigue con Abraham y luego con
Isaac, lo consigue en los últimos días de Jacob por medio de su hijo José. José se
casa con la hija de un sacerdote pagano y hasta le cambian el nombre, le cambian su
identidad.
Pero como les comenté en el capítulo sobre entrar a gobierno como no debemos, de los
varios “acontecimientos clave”, por los que las generaciones de Abraham terminan
en Egipto, al degradarse, perder, descuidar, el pacto que Dios había hecho con ellos
como generaciones de Abraham, uno que podría considerar como el detonante, fue
el siguiente error que comete Abraham en su vida:
Cuando Dios llama a Abrahan y a toda su Casa, Dios le dice al comenzar Génesis
capítulo 12, “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra
que te mostraré”, y le habla de las bendiciones que le iba a dar. Era un propósito, de
la tierra de su parentela, a la tierra de la promesa. Sin desvios, ni paradas a medio
camino en otras tierras como podríamos decir. Pero luego, hay hambruna, y Abraham
va a Egipto. No vemos que Dios se lo dijera, ir a Egipto, y menos que Abraham se lo
consultara. Hay hambruna, y probablemente por temor a ella, toma esta decisión. Así
mismo, por temor, le dice a su mujer que dijera que era su hermana, y conocemos
luego el episodio que sucede con faráon, que quiere tomar de la simiente de Saray, y
cómo Dios debe intervenir para que esto no ocurriera. Pero ocurre algo más, cuando
SeDespiertan.com 81
Incredulidad con la promesa
ya salen de Egipto, Abraham, sale con todo lo que poseía, sale con todo lo que le
habían dado en Egipto cuando pensaron que Saray era su hermana. Veamos de estos
acontecimientos, de cómo Abraham se enriquece, y en base a mentiras, de Egipto,
fuera del diseño de la promesa de Dios.
Génesis 12:16: “Y a Abram le fue bien por causa de ella. Y tuvo rebaño, vacada y
asnos, también siervos y siervas, asnas y camellos.”
Interviene Dios para que Egipto no tomara de la simiente de Saray, y luego:
Génesis 12:20: “Y Faraón dio órdenes a los hombres respecto a él, y lo despidieron
con su mujer y todo lo que poseía.”
Quizás el temor de Dios que cayó sobre faraón, hizo que el faraón no le pidiera de
regreso a Abraham todo lo que le había dado, por una mujer que nunca podría haber
sido suya. Pero vemos que Abraham ni se inmuta, y no regresa nada de lo que le
dieron cuando les hizo pensar que su mujera era su hermana. Abraham miente,
Dios tiene que intervenir, y luego se va con todo lo recibido a causa de su
mentira.
Se describe al comienzo de Génesis capítulo 12, que Abraham tenía bienes, pero
vemos ya una descripción diferente de él tras salir de Egipto, como alguien con más
riquezas, hablando de él como alguien muy rico, como ya con plata y oro que no se
había mencionado que tenía antes; Génesis 13:1-2 nos describe:
“Subió, pues, Abram desde Egipto hacia el Neguev, él y su mujer y todo lo que poseía,
y Lot con él. Y Abram era muy rico en ganado, en plata y en oro.”
Veo que Abraham se sale de diseño, miente, casi toman a su mujer, Saray quien iba
a ser parte de su descendencia, del pueblo de Dios, y toma riquezas fruto de esta
mentira. No sigue la promesa del Padre, y vemos la consecuencia, que se añade a la
promesa, producto sus acciones, Genesis 15:13-14:
“Y dijo a Abram: Sabe por cierto que tu simiente será forastera en una tierra no suya
(y allí será esclavizada y será oprimida) cuatrocientos años. Pero también a la nación
que han de servir la juzgaré Yo, y después saldrán con gran riqueza.”
Veo aquí un cambio de planes. Se renueva el pacto de Dios, pero hay un cambio.
Ahora hay un dolor que tendrán que sufrir sus generaciones en Egipto, misma tierra
donde fue en tiempos de hambruna, sin consultar a Dios para que Él le diera la
provisión para continuar su camino hasta la tierra prometida. Y es Egipto, lugar
donde Abraham mintió, casi se queda sin Saray, y sacó riquezas, producto de su
mentira; diseño que Dios nunca le habló ni nunca permitiría, el Padre no es fuente
de mentiras. También es muy seguro, que ese oro y plata no fue en lingotes, a como
uno los compraría el día de hoy; entendiendo el aspecto cultural de la época, todo
SeDespiertan.com 82
Incredulidad con la promesa
el material y piedras preciosas era común que se hicieran a imagen de sus dioses
paganos, por lo que, muy probablemente, ese oro y plata eran ídolos, tenían su forma,
o al menos su imagen impresa en estos metales precios, que Abraham se estaba llevan
de Egipto.
Cierro este punto, pero es que ha sido uno muy importante, y que podría ser la llave,
de por qué la claridad y Fe de la promesa de Dios con Abraham, se fue “degradando”
en las siguientes generaciones hacia Isaac y luego Jacob.
Otro punto que ya vimos que con Jacob no se cumple, es la Palabra, “el mayor servirá
al menor”. Finalmente Esaú y Jacob se van por caminos separados. Como vemos en
Génesis 33:16, Esaú se va por su propio camino. Y la Casa de Esaú no sirve a la Casa
de Jacob, pero veremos, que sus descendientes si se cruzan después, y el Señor habla
sobre esto; vamos al siguiente capítulo.
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La descendencia de Esaú como
amigos de Israel, y posterior juicio a
Edom
Si bien tomaron caminos distintos, el pueblo de Esaú con el pueblo de Israel, siglos
desupués, Israel al salir de Egipto, Dios le da instrucciones a su pueblo sobre los
descendientes de Esaú, los edomitas, que no hace con todos los pueblos, Deuteronomio
23:7-8:
“No abominarás al edomita, pues es tu hermano. No abominarás al egipcio, porque
extranjero fuiste en su tierra. Los hijos que nazcan de ellos en la tercera generación,
podrán entrar en la congregación de YHVH.”
El Señor nunca quiso enemistad contra la simiente de Esaú, aún 400 años después de
lo sucedido entre Esaú y Jacob. Si bien a los egipcios los pone en similar categoría,
lo hace porque “extranjeros fuiste en su tierra”. Pero para los edomitas, les dice el
Señor, “pues es tu hermano”.
Solo en un período, se vio a Israel en paz, con David, con el diseño de Tabernáculo
que el Señor quería, de adorarlo a rostro descubierto. E Israel tuvo paz por décadas.
Encuentro en este pasaje, al gobierno del rey David en diseños del Padre, actuando
en conjunto con los Edomitas, y no como enemigos. 2 Samuel 8:13-15:
“David también ganó renombre para sí cuando regresó de derrotar a dieciocho mil
sirios en el valle de la Sal. E impuso guarniciones en Edom. Por todo Edom
instaló guarniciones, y todos los edomitas fueron siervos de David. A
dondequiera iba David, YHVH le daba la victoria. David reinó sobre todo Israel, y
practicaba David el derecho y la justicia con todo su pueblo.”
Muy interesante, como dice, “y todos los edomitas fueron siervos de David”. Este es
el único pasaje que veo donde se cumple la promesa de Dios, en que el mayor iba
a servir al menor. Y esto ocurre en la “edad de oro” de Israel en el antiguo pacto,
cuando Israel estaba comenzando a entrar en los diseños como nación de Dios que el
Padre siempre había querido. Aunque la historia después sería un largo declive para
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La descendencia de Esaú como amigos de Israel, y posterior juicio a Edom
la nación por los errores del hombre, donde Israel no vuelve a ser levantada hasta la
venida de Jesús el Cristo.
Si, muchos siglos después de los tiempos del rey David, habrían grandes conflictos
con los edomitas. No sabemos si no se llevaron bien finalmente, a como el pueblo de
Dios finalmente no entra en diseño como Casa de Dios y se pervierte, y no puede ser
de bendición a las naciones, como fue la promesa de Dios con Abraham, ministrar del
Señor a las naciones, y tuvieron problemas constantemente con los pueblos vecinos.
Vendría siglos después de la buena relación que se veía entre el rey David y los
edomitas, juicio a Edom por lo que cometió. Uno de estos pasajes, como lo vemos en
Ezequiel 25:12-14:
“Así dice Adonay YHVH: Por lo que hizo Edom, vengándose cruelmente de la casa
de Judá y ofendiéndoles en gran manera, así dice Adonay YHVH: Yo extenderé mi
mano sobre Edom, y cortaré de ella hombres y bestias, y la asolaré desde Teman hasta
Dedán, donde caerán a cuchillo. Y descargaré mi venganza sobre Edom por medio
de mi pueblo Israel, y harán en Edom según mi ira y conforme a mi indignación, y
conocerán mi venganza, dice Adonay YHVH.”
Puede ser sobre interpretación mía, pero en este versículo no se habla del gentilicio
edomitas, sino de Edom como una entidad, no como el pueblo Edom. Pero no así
como en el versículo 15 del mismo capítulo, que se habla del gentilicio filisteos y la
venganza habla sobre todos los “ciudadanos”.
De todas formas, vemos que el juicio de Dios sella a Edom para que no se vuelva a
levantar, al menos por sí mismo, como vemos en Malaquías 1:4:
“Aunque Edom diga: Hemos sido arruinados, pero volveremos a edificar las ruinas,
así dice YHVH Sebaot: Ellos edificarán, pero Yo destruiré, y se los llamará Tierra
Perversa, Pueblo de la Ira Perenne de YHVH.”
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El espíritu de Esaú como sistema
contra la Iglesia hoy
La enemistad en un comienzo de Esaú con Jacob, fueron productos de las acciones de
Jacob sobre Esaú.
Para la nación Chile, Dios en un comienzo mostró que Esaú podía ser el pueblo
mapuche, por el conflicto que aún se vive con ellos, o al menos que se vive hasta la
fecha de la publicación de este libro. Pero más que una entidad, Esaú para la nación
podemos entenderlo como un sistema:
Esaú son esos escenarios, donde Jacob, la nación Chile, por sus acciones,
ha puesto en enemistad lo que Dios siempre quiso que caminara a su lado
para apoyarla, para serle de bendición.
Los mapuches, están enemistados con Chile, por todo lo que les hicieron. Pero, los
mapuches tienen un don territorial muy, pero muy fuerte. Recuerdo un profesor de
historia en el colegio, que nos enseñaba de los mapuches, que ellos no solo ven el
territorio con los límites en la tierra. Que para ellos, si uno pasaba por los aires, como
en un avión, sobre su territorio, era como entrar a su territorio. Por decirlo así, la
proyección territorial del mapuche no se queda en lo que pisan sus pies,
y se extiende hacia los cielos.
Imagínense el poder evangelizador de Reino de Dios, del pueblo Mapuche. No los
mueve nadie, ni siquiera de naciones conflictivas (países musulmanes, dictaduras,
etc. . . ), si fueran allí. El don territorial del pueblo mapuche es una de las llaves
de bendición para todas las naciones.
Los peruanos y bolivianos, también enemistados con Chile, y de quienes también se
pensó que eran Esaú. Están enemistados, igual que en el caso de los mapuches, por
las acciones de la nación Chile. Ahora quien tuvo o no la razón de la guerra, no veo
lo importante en este punto. En guerras fuera de Dios, todas las partes están erradas.
Lo que vemos es que Perú y Bolivia no deben estar enemistado con Chile, pero es la
situación actual.
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El espíritu de Esaú como sistema contra la Iglesia hoy
Debemos ver las acciones mismas de la nación, como las que nos han separado
de lo que Dios ha puesto delante de nosotros como nación, para nuestra
bendición para cumplir Sus promesas. También verlo a nivel congregacional y
personal.
El sistema de Esaú se levanta, cuando Jacob, la nación, hace lo errado,
y causa enemistad con lo que en un principio iba a serle de bendición. Y
esto trae atrasos, o hasta estancamientos, en los tiempos de la nación para
cumplir la Palabra del Padre, los diseños que Dios tiene para nosotros; lo
que nos era de bendición nos termina siendo hasta de maldición.
Este principio debe ser también tomado para todas las naciones. Muchas
cosas que pueden estar viendo como conflictos por delante, puedieron ser
en un principio las bendiciones que siempre necesitaron, pero que por
malas acciones de parte de la nación, por hacer lo errado, ahora lo que es
de bendición les es de conflicto y hasta maldición.
Debemos pedir diseños, para quitar estas enemistades. Entrar en la Corte del Rey,
para abrir tiempos de reconciliación con restitución; el perdón es con restitución
(Lucas 19:8-10). Mucho se habla de “guerra territorial” en el espíritu primeramente
para liberar un territorio. Pero quizás el concepto “guerra” nos predispone a ir a la
ofensiva, al ataque, a “cortar cabeza”, cuando quizás en determinada situación no
sea la acción a realizar. No olvidar que el gran ministerio que tenemos como
Iglesia es el de la reconciliación de TODAS las cosas, Colosenses 1:19-20:
“Por cuanto plugo que la plenitud de todo habitara en Él, y por medio de Él reconciliar
consigo mismo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en
los cielos, haciendo la paz por medio de Él, por la sangre de su cruz.”
Vemos también en 2 Corintios 5:18-19:
“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por el Mesías, y
nos confió el ministerio de la reconciliación: Esto es, que Dios estaba en el Mesías
reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándoles en cuenta sus pecados, y puso
en nosotros la palabra de la reconciliación.”
Siempre, escuchar lo que el Padre habla hoy, antes de hacer una acción, sobre todo
una acción por un territorio. Como vimos en Génesis 26, versículo 5, lo primero que
reconoce Dios de Abraham, es poder oír su voz. Seamos al menos ovejas, capaces de
oír su voz y seguirlo, como vemos en Juan 10:27.
Oro al Padre, para que todo lo recibido en el libro, se multiplique si permaneces en
Él, y Dios te guía con quienes debes unirte como Cuerpo de Cristo, y puedas disernir
de los que son tibios y solo usan el nombre de Cristo para sus deseos carnales.
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El espíritu de Esaú como sistema contra la Iglesia hoy
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