Hacia Una Diplomacia Ciudadana
Hacia Una Diplomacia Ciudadana
Hacia Una Diplomacia Ciudadana
Carol Coronado A.
En los primeros años del desarrollo del concepto de la diplomacia de vía dos
abarcaba principalmente el trabajo de profesionales en el nuevo campo de la
solución de conflictos. Estos profesionales o “citizen diplomats o nonstate actors”,
reunían gente informalmente para idear soluciones imaginativas a los conflictos
internacionales en los que trabajaba simultáneamente (usualmente sin éxito), en la
diplomacia de vía uno.
a. Consulta:
La consulta, quizá la actividad más común de la vía dos, reúne a los representantes
de las partes en conflicto, quienes participan a título personal, para facilitar la discusión y
generar ideas innovadoras para solucionar el problema o continuar con el restablecimiento
de la paz. Cuando estos participantes extraoficiales tienen influencia política, existe la
oportunidad de que dichas ideas se incluyan también en el proceso oficial de solución del
conflicto o en la construcción de paz. La mayoría de nosotros hemos conocido el método y
el desarrollo de esta actividad porque fue lo que hicimos en el primer taller dirigido por el
Dr. Kaufman y Sosnoswki.
Algunas iniciativas de consulta recientes han tenido gran éxito; sin embargo, varios
de los primeros esfuerzos de las décadas tropezaron con dificultades porque cuando
regresaron a sus comunidades fueron excluidos y marginados por haberse acercado
demasiado al "enemigo". Ello perjudicó en cierta forma la credibilidad de los esfuerzos de
la diplomacia de vía dos, tanto en estos casos en concreto como en un sentido más general.
b. Diálogo:
c. Capacitación:
Este método de la vía dos se ha venido desarrollando durante las décadas de los 80s
y 90s y cada vez, con mayores y mejores propuestas y aceptación por parte de la sociedad
civil y los cuerpos diplomáticos de los distintos estados – naciones. Y esta tendencia no
sólo por moda o filantropía, sino por necesidad; ya que si miramos hacia los inicios de la
década de los 90s nos encontramos con un sistema internacional cambiante.
2. Por otro lado, muchos ciudadanos alrededor del mundo han sentido que los
mecanismos impuestos muchas veces por la Naciones Unidas o tal vez otras
organizaciones o estados que han intervenido en la solución de conflictos armados,
no han tenido éxito, ya que se han impuesto reglas, normas o políticas que han
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Sin duda, la vía dos es un método en expansión y cada iniciativa nueva ofrece la
oportunidad de cooperar y colaborar con las actividades de la diplomacia de la vía uno. Al
final sólo a través de la colaboración de todos los sectores de la sociedad y de las
estructuras de poder es posible el cambio real, esto es lo que observó Louise Diamond en
1991 cuando acuña la frase Multi Track Diplomacy o"diplomacia de vías múltiples", que
abarca nueve "vías" diferentes y en conjunto forman un sistema para establecer la paz a
nivel internacional.
Diamond propone una visión multidisiplinaria del sistema y del trabajo diplomático,
necesaria para una construcción o transformación de la paz en donde se asume que los
individuos y organizaciones son más efectivos trabajando juntos como un todo que
separados. Los conflcitos étnicos y regionales envuelven una gran red de partes, sectores o
vías, como él las llama. Cada una de estas vías desarrollan su propia función o perspectiva
las cuales son necesarias para la construcción de la paz.
Sandole, señala que son importantes todos los acuerdos de paz a los que se lleguen a
través de las negociaciones oficiales y políticas entre estados, pero sugiere que estos deben
estar respaldados por la aceptación de sus pueblos o naciones. Esa es la paz positiva, que se
debe lograr desde la base de la sociedad civil para encontrar la aceptación necesaria para
hacer efectivos esos acuerdos políticos. Sin duda, hace referencia a una transformación en
la manera de sentir, pensar y concebir a la otra parte, objetivo que buscan los diplomáticos
ciudadanos.
Una vez más, a través del aporte de Sandole descubrimos la necesidad de un trabajo
paralelo entre la diplomacia oficial y la ciudadana. Asimismo, vemos que no sólo es
importante encontrar la solución a un conflicto, sino buscar sembrar en la mente y los
corazones de quienes han padecido el sufrimiento de la guerra, una conciencia de paz.
Los diplomáticos ciudadanos no apuntan a una paz inmediata, sino a transformar los
sentimientos y culturas de quienes viven en conflicto, buscan y apuestan por establecer una
cultura de paz.
Sabiendo que cultura de paz es “el conjunto de valores éticos y estéticos, de los usos
y las costumbres, de las actitudes con respecto al otro, de las conductas y los modos de vida
que traducen, inspirándose en ellos: el respeto a la vida, del ser humano, de su dignidad y
de sus derechos; el rechazo de la violencia; el reconocimiento de la igualdad de los
derechos de las mujeres y de los hombres; y la adhesión a los principios de democracia,
libertad, justicia, solidaridad, aceptación de la diferencia y comprensión, tanto entre las
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naciones y los países, como entre los grupos étnicos, religiosos, culturales y sociales entre
las personas. La cultura de paz implica también un espíritu de respeto y aceptación
recíprocas entre las culturas, las ideologías y las creencias. Es un conjunto de convicciones,
una moral y un estado de espíritu individual y colectivo, una manera de ser, de actuar y de
reaccionar. Esa cultura no puede ser contemplativa, ni pasiva. Sólo puede ser activa,
actuante, emprendedora y creadora de iniciativas” (6)