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Fuentes de La Curatela

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INTRODUCCIÓN

Para el derecho romano la curatela implicaba una administración dándose el nombre


de curador a la persona encargada de la defensa de intereses públicos o privados,
tuviera o no poderes de administración. La curatela tuvo su origen en la ley de la XII
Tablas, donde se disponía el nombramiento de un curador para el sui iuris afectado
de locura, imbecilidad o demencia, o para quien hubiera sido declarado pródigo. Tal
curado cumplía una función muy similar a la del tutor en lo concerniente al cuidado
de los bienes del incapaz, y por ello el derecho justinianeo colocó en igual plano a
tutores y curadores.
En un principio no hubo curatela testamentaria, sino exclusivamente legítima o
dativa, pero si el paterfamilias nombraba curador testamentario a persona bajo su
potestad, el pretor confirmaba ese nombramiento.
El curador administraba los bienes de la persona en curatela, pero sin dar auctoritas.
CURATELA EN EL DERECHO ROMANO
“La curatela es, en general, un encargo de administración de un patrimonio público
o privado. En todo caso, es un encargo público.”1
La curatela (cura), es un encargo de administración hecho por la potestas política
(Pretor) de un patrimonio privado cuyo titular sui iuris púber tiene limitada su
capacidad de obrar2.
La curatela tiene por objeto exclusivo la gestión y administración del patrimonio del
incapaz. Se diferencia de la tutela porque la misma tiene como nota esencial y
característica la asistencia y la cooperación del tutor a los actos jurídicos que celebre
el pupilo mediante la auctoritatis interpositio de lo cual se deriva la máxima tutor
datut personae, curator reI 3(el tutor se da para la persona, el curator para una cosa
o causa).
Existen varias formas o clases de tutela, las más antiguas son la cura furiosi y la cura
prodigi a la que se añade posteriormente la cura minorum:

• La cura furiosi (qui sibi ipsi non sapit) de la que hablaban las XII Tablas —ast
ei custos nec escit— se daba para quien careciendo de paterfamilias y de tutor
a los agnados y a los gentiles. Según Cicerón4 si furiosus escit adgnatum
1
Adame Goddard, Jorge. Curso de Derecho Romano Clásico. México, 2009. Pag 159
2
Betancourt Serna, Fernando. Derecho Romano Clásico. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1995. pág. 454
3
DIGESTO 26, 2, 12-14.
4
CICERÓN, de invent. 2, 50.
gentiliumque in eo pecuniaque Rius potestas esto. En el Derecho Justinianeo
solo subsistirá la curatela testamentaria y la curatela dativa. El curador a la
vez que administraba el patrimonio “cuida” de la persona del furiosus pero la
función que ejerce al respecto es la de un gestor y por tanto no interpondrá
la auctoritas que es característica solo de la tutela.
Las fuentes no nos proporcionan una definición del loco (furiosus), en cambio sí lo
hacen respecto del pródigo (prodigus)5.
• La cura prodigi, se trata de ejercer la curatela sobre aquellas personas que no
son capaces de llevar cuenta ni límite de sus gastos, y peligran de que se
arruinen dilapidando y malgastando sus bienes. Esta clase de curatela
mantendrá un régimen semejante al de la cura furiosi y así mismo los
antecedentes más remotos los encontramos en las XII Tablas. Esta recae
sobre los pródigos, es decir, aquellos que dilapidaban los bienes recibidos ab
intestato del padre o del abuelo paterno y a quienes se declara incapacitados
para disponer libremente de su patrimonio mediante una interdictio. El
curador del pródigo debía prestar su auctoritas para dar validez a todos los
negocios jurídicos que pudieran provocar un empobrecimiento de su
patrimonio.
• La cura minorum cuyo origen se encuentra en la lex Plaetoria o Laetoria de
circumscriptione adolescentium – año 191 a/EC. La tutela sobre las personas
sui iuris terminaba con la pubertad, etapa de la vida en que se alcanzaba
capacidad de obrar, o sea, la aptitud jurídica para realizar negocios jurídicos
plenamente eficaces; la edad de 14 años resultaba demasiado prematura
para otorgar al varón púber plena capacidad negocial. Una lex Plaetoria o
Laetoria de circunscriptione adolescentium, del alrededor del año 191 a.C.,
marca el punto de partida de las medidas adoptadas por la legislación romana
en salvaguarda de los intereses económicos del menor púber. Concedía la ley
a las personas que no hubieran cumplido todavía los 25 años, una acción
especial, la actio legis Plaetoriae, para ejercitar contra todo aquél que
fraudulentamente hubiera conseguido un provecho, por efecto de la
inexperiencia del menor; condenaba el autor del fraude con la nota de infamia
y con una grave pena pecuniaria, más no conducía a la nulidad del acto. En el
derecho justinianeo, el cuarator minoris pasó a ser un administrador

5
DIGESTO 27.10.1. pr (Ulpiano 1 ad Sabinun).
permanente y no optativo, por lo cual el menor púber podía contar con su
asistencia en todos sus supuestos.
La curatela aparece inicialmente disciplinada en las XII Tablas, pero su verdadero
desenvolvimiento data de tiempos más recientes. Por lo que no podemos decir que
su régimen ofrezca un carácter unitario. No solo en el ámbito del derecho familiar
sino también fuera del mismo existen una serie de curatores a quienes se
encomendará la gestión de ciertos asuntos en relación a personas que se encuentren
en determinadas situaciones tales como:
• Curatela del nasciturus o spem animantis (cura o curator ventris bonorumque).
Curatela que se confiaba a la defensa pretoria.
• Curatela de los ausentes.(absentis).
• Curatela del deudor concursado (cura o curator bonorum). Se ocupaba de los casos
de ejecución material del insolvente, fuera de buena o mala fe.
• Curator de la herencia yacente hereditatis iacentis.
CURATELA - DERECHO CIVIL CONTEMPORÁNEO
Tradicionalmente la curatela ha sido una institución de guarda de la persona, basada
principalmente en un sistema de sustitución de la voluntad así, Pérez Contreras
considera que la función del tutor es la de proteger a la persona del incapaz,
procurando su bienestar y administrar su patrimonio, siempre para beneficio del
pupilo6, es importante replantearse la convencionalidad de la figura de la curatela,
todo ello debido a que el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad (CDPD), reconoce el derecho de las personas con
discapacidad al reconocimiento de su personalidad y capacidad jurídica, asimismo,
consagra un modelo de apoyo en la toma de decisiones 7. Con todo ello se busca
situar en un plano de igualdad a la persona con discapacidad con los demás sujetos
que conforman la sociedad, de igual manera, se supera el tradicional modelo de
sustitución de la voluntad, por un modelo de apoyo en la toma de decisiones.
Esta nueva idea de entender e interpretar los derechos de las personas con
discapacidad ha traído como consecuencia que autores como Francisco Bariffi8 y

6
PÉREZ CONTRERAS M. M.: Derecho de Familia y sucesiones, IIJ-UNAM, Nostras ediciones, México, 2010, p.
161
7
CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD, art. 12
8
BARIFFI, F.J.: El régimen jurídico internacional de la capacidad jurídica de las personas con discapacidad,
Ediciones CINCA, España, 2014, pp. 31-39
Martínez Pujalte9 consideren que la curatela y el juicio de interdicción deben ser
suprimidos de los sistemas jurídicos que los contemplan, debido a que están basados
en el modelo de sustitución de la voluntad, contrarios a los principios emanados de
la CDPD.
El artículo 379 del Código Civil para el estado de Veracruz, mencionan que el objeto
de la tutela es la guarda de la persona y bienes de los que no estando sujetos a patria
potestad tienen incapacidad natural y legal, o solamente la segunda, para
gobernarse por sí mismos. La tutela puede también tener por objeto la
representación interina del incapaz en los casos especiales que señale la ley10.
Las obligaciones del tutor establecidas en el Código Civil del Estado de Veracruz son
principalmente las siguientes: I. A alimentar y educar al incapacitado; II. A destinar,
de preferencia los recursos del incapacitado a la curación de sus enfermedades y a
su rehabilitación III. Formar inventario solemne y circunstanciado de cuanto
constituye el patrimonio del incapacitado, dentro del término que el Juez designe no
mayor de seis meses, con intervención del curador y del mismo incapacitado si goza
de discernimiento y ha cumplido dieciséis años de edad; IV. Administrar el caudal del
incapacitado. El pupilo será consultado para los actos importantes de la
administración, cuando sea capaz de discernimiento y mayor de catorce años. La
administración de los bienes que el pupilo ha adquirido con su trabajo le
corresponde a él y no al tutor; V. Representar al incapacitado en juicio y fuera de él,
en todos los actos civiles con excepción del matrimonio, del reconocimiento de hijos,
del testamento y de otros estrictamente personales; y VI. Solicitar oportunamente
la autorización judicial para todo lo que legalmente no pueda hacer sin ella.11
La curatela se instituye por medio de resolución judicial. Por tanto, es la autoridad
judicial quien debe determinar para qué actos necesitará autorización la persona
sometida a curatela y quién será su curador.
La función de la autoridad judicial no termina aquí ya que, como en el caso de la
tutela, el Juez supervisará las funciones del curador. Y es que, tales funciones deben
ejercitarse en beneficio de la persona cuya capacidad se complementa.

9
MARTÍNEZ PUJALTE, A. L.: “Derechos en Conflicto, conflictos de derechos: principales fricciones entre los
derechos de las personas con discapacidad y la legislación nacional española”, en AA. VV., La
convención Internacional de los Derechos de las Personas con discapacidad2006/2016: una década
de vigencia, ediciones CINCA, España, 2016, p. 163.
10
Cfr. Artículo 379 del Código Civil para el para el Estado de Veracruz.
11
Cfr. Artículo 467 del Código Civil para el para el Estado de Veracruz.
Hay que tener en cuenta que la institución de curatela se produce de oficio, si bien
los parientes cercanos del parcialmente inhabilitado o menor están obligados a
promover el procedimiento de designación de curador. Además, cualquier persona
podría poner en conocimiento del Juez la existencia de otra persona que necesita ser
sometida a curatela.
Aquellos que pueden someterse a curatela, serán los sujetos siguientes:
• Menores emancipados que carezcan de progenitores o cuyos padres hayan
sido privados de la patria potestad. También los que recibieran el beneficio
de la mayor edad.
• Personas declaradas pródigas.
• Incapacitados parcialmente por sentencia judicial. En caso de que la
incapacitación fuera total, estas personas deberían someterse a tutela. Por
tanto, la sentencia determinará los actos para los cuales el incapacitado
parcialmente requiere de la autorización de un curador.
Como medida de precaución, similar a la de los tutores, se han establecido ciertas
prohibiciones. Así, el curador no puede:

• Recibir liberalidades a título gratuito del sometido a curatela.


• Adquirir bienes o venderlos al sometido a curatela.
• Tampoco puede intervenir en aquellos negocios jurídicos económicos en que
existe conflicto de intereses.
Concluye el cargo de la curatela con la muerte, remoción o excusa del curador; por
haber recobrado su capacidad o haber llegado a su mayoría de edad el pupilo, pues
tratándose de un organismo accesorio al de la tutela cesa el cargo automáticamente
con la desaparición de ésta, con la salvedad de que, si variase sólo la persona del
tutor, el curador continuará en sus funciones. Al respecto cabe observar que el
curador no puede ser removido sin que previamente haya sido oído y vencido en
juicio, lo que implica mayor seguridad en su posición frente a la del tutor que puede
ser suspendido de plano en el supuesto de encontrarse procesado por cualquier
delito. Priva en la actualidad la corriente de la inutilidad de la curatela, atentas las
circunstancias de que su función de control y vigilancia se desempeña también por
otros organismos como son el Consejo Local de Tutelas, el Ministerio Público y el
propio juez familiar, de que, por otra parte, el pago de su remuneración constituye
un gravamen más en el patrimonio del pupilo generalmente limitado, y de que en
múltiples ocasiones se colude con el tutor para que no lleguen al conocimiento del
juez las irregularidades cometidas por aquél en el aspecto privado de los negocios
que realicen por cuenta del pupilo.
CONCLUSIONES
La curatela es una de las formas de guarda legal previstas en nuestra legislación. Se
distingue de la tutela en tener una finalidad de asistencia, más que de
representación, para aquellos actos que se determinen en la ley o en la propia
sentencia de incapacitación. Tiene objeto patrimonial y aunque es de carácter
estable, la actuación del curador es intermitente.
En un principio no hubo curatela testamentaria, sino exclusivamente legítima o
dativa, pero si el paterfamilias nombraba curador testamentario a persona bajo su
potestad, el pretor confirmaba ese nombramiento.
La Ley de las XII Tablas la organizó sólo para remediar la incapacidad de los furiosi
sin intervalos lúcidos y de los pródigos que disipaban los bienes recibidos ab
intestato de sus ascendientes paternos. Los restantes dementes y pródigos no
estaban en curatela, lo cual se explicaba por la finalidad de la curatela en aquellos
tiempos, no encaminada a proteger los intereses de los incapaces, sino los de la
familia agnada.
El derecho romano hizo distinción entre el furiosi y el mente capti. El primero era el
completamente privado de razón, tuviera o no intervalos lúcidos, en tanto que el
segundo era el poseedor de un poco de inteligencia o de facultades intelectuales
escasamente desarrolladas. Pero al ocuparse la ley decenviral únicamente del
furiosus sui iuris y púber (sin la protección, consecuentemente, de un paterfamilias
o de un tutor), determinó que quedara sometido a la curatela legítima de los agnados
y, en subsidio, de los gentiles, quedando claro que desde el momento mismo de la
manifestación de la locura en el púber sui iuris se abrían las puertas a la curatela sin
la necesidad de previo decreto de interdicción judicial.
Las personas que están sujetas a curatela son:
• Los emancipados cuyos padres fallecieren o quedaran impedidos para el
ejercicio de la asistencia prevenida por la ley.
• Los que obtuvieren el beneficio de la mayor edad.
• Los declarados pródigos o cuando la sentencia de incapacitación o, en su caso,
la resolución judicial que la modifique coloquen bajo esta forma de protección
en atención a su grado de discernimiento.
Bibliografía
Adame Goddard, J. (2009). Curso de Derecho Romano Clásico I. México.

Alvarez Suarez. (1977). Instituciones de Derecho Romano-III. Personas físicas y colectivas en el


Derecho Romano. Madrir: Revista de Derecho Romano.

Bariffi, F. (2014). El régimen jurídico internacional de la capacidad jurídica de las personas con
discapacidad,. España.

Betancourt Serna, F. (1995). Derecho Romano Clásico. Sevilla: Universidad de Sevilla.

CICERÓN, d. i. (s.f.).

Código Civil para el para el Estado de Veracruz. (s.f.).

CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD, art. 12. (s.f.).

Digesto 26, 2. 1.-1. (s.f.).

FERNÁNDEZ DE BUJÁN, A. (2008). : Derecho Público Romano. Aranzadi.

Iglesias Redondo, J. (1990). Derecho Romano Historia e Instituciones. Barcelona: Ariel.

MARTÍNEZ PUJALTE, A. (2016). Derechos en Conflicto, conflictos de derechos: principales fricciones


entre los derechos de las personas con discapacidad y la legislación nacional española.
España: Ediciones CINCA.

Pérez Contreras, M. (2010). Derecho de Familia y sucesiones. México: Nostras ediciones.

Sabinun)., D. 2. (s.f.).

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