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Qué Es La Fibromialgia

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¿Qué es la fibromialgia?

Causas, síntomas y
tratamiento de la enfermedad
Fibromialgia: qué es, causas, síntomas y
tratamiento
La fibromialgia o FM es una enfermedad
crónica, una afección de la que aún no se
conoce la etiología y se cree que está
provocada por alteraciones de los
procesos de control del dolor, llegando
incluso a cuestionarse su carácter de
enfermedad orgánica y calificándola
como de origen psicosomático. Es una enfermedad relativamente
reciente y no recibió el reconocimiento de la OMS como tal hasta
el año 1992, década en la que también se publicaron los primeros
diagnósticos consensuados.

Ofrece una prevalencia que se sitúa entre el 2 y el 3% de la


población adulta mayor de 20 años, siendo más frecuente entre las
mujeres y presentándose a cualquier edad, aunque suele ser
común que detecten los primeros síntomas entre los 35 y los 55
años. Los estudios recientes muestran que estamos ante una
enfermedad que ha existido desde siempre sin que tuviese una
definición precisa hasta la popularización del término
fibromialgia. A continuación, te descubriremos las causas de la
fibromialgia, los síntomas y el tratamiento.

¿Qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es una enfermedad crónica y compleja que se
caracteriza por causar dolor generalizado y un cansancio
profundo, además de venir aparejado con una gran variedad de
síntomas. Un dolor que afecta a cualquier parte del cuerpo,
aunque principalmente a los tejidos blandos, sin causar hinchazón
de las articulaciones.
Las personas afectadas por fibromialgia presentan una mayor
sensibilidad al dolor, considerándose que padecen una alteración
del control del dolor a nivel del sistema nervioso central. Aunque
es crónica, la intensidad de los síntomas puede ir variando a lo
largo de los años y ocasionando una constante calidad de vida de
los pacientes.

Causas de la fibromialgia
Por lo que se refiere a las causas de la fibromialgia, se desconoce
cuál puede ser la causa exacta que la produce, siendo complejo
su diagnóstico. Los especialistas señalan que sí que puede haber
ciertos procesos que pueden actuar como desencadenantes de la
enfermedad. Así, una infección viral o bacteriana, un accidente de
automóvil o un trauma provocado por cualquier situación tensa o
violenta como una separación o un divorcio, entre otras vivencias,
pueden activar la enfermedad.

También suele aparecer asociada a otras enfermedades también


limitantes como la artritis reumatoide o el lupus, siendo también
que se ha detectado que en general parece responder a una
incapacidad de la persona para dar respuesta a factores que
provocan estrés o a determinados estímulos.

Aunque aún no se ha documentado de forma concluyente,


algunos estudios han demostrado que puede haber algún
componente genético. Así, se ha evidenciado que familiares de
primer grado de pacientes con fibromialgia tienen más
posibilidades de padecer la enfermedad. Asimismo, esta
enfermedad la padecen más las mujeres que los hombres,
afectando a más de un 4% de las mujeres en España.

Síntomas de la fibromialgia
Los síntomas de una fibromialgia más comunes son el cansancio y
el dolor generalizado, los trastornos del sueño, ansiedad y
depresión. Estos síntomas se suelen ver reflejados en lo que se
conoce como los puntos de dolor de la fibromialgia.

• anquilosamiento o rigidez del • sensibilidad excesiva a los


cuerpo cambios de temperatura
• cefaleas o dolores en el rostro • dolores en el pecho y tórax en
• dolores abdominales general
• diarrea o estreñimiento • síndrome de intestino irritable
• trastornos digestivos • problemas de vértigo

A todo esto, se suma una batería de síntomas secundarios como:

El diagnóstico de la fibromialgia no es fácil, requiriendo en


ocasiones consultar a varios especialistas médicos para llegar a
una conclusión definitiva. El problema radica en que no existe una
prueba concluyente para la fibromialgia y muchos de los síntomas
son comunes a otras patologías.

Los profesionales de la salud deben descartar otras causas de los


síntomas antes de hacer un diagnóstico definitivo. Con el historial
clínico, un examen físico y pruebas como analíticas de sangre y
radiografías, el especialista valorará el tipo de dolor, la fatiga y
otros problemas asociados a la misma, además del porcentaje de
partes del cuerpo afectadas por el dolor.

Tratamiento para la fibromialgia


Al igual que no existe un diagnóstico estándar, tampoco hay un
tratamiento tipo, siendo lo ideal personalizarlo según los síntomas
que presenta cada paciente. Al desconocerse su origen, los
tratamientos van siempre orientados a paliar los efectos de la
enfermedad, desde el cansancio al dolor o los trastornos del
sueño.

El fin último del tratamiento por el que se opte ha de ser


siempre mejorar la calidad de vida de los pacientes y mantener
la funcionalidad osteomuscular, además de conseguir un
mayor bienestar emocional y psicológico. Para ello se combina el
uso de analgésicos y antidepresivos con terapias
conversacionales, ejercicios para la fibromialgia y terapias
alternativas como la acupuntura, así como un cambio en hábitos
en el estilo de vida. Es importante tener en cuenta que ante la
presencia de cualquiera síntoma, se debe acudir al especialista
para una valoración y prescripción médica del tratamiento
adecuado.

Asimismo, hacer ejercicios de estiramiento muscular de forma


regular, masajes y otros tratamientos de fisioterapia que ayuden al
fortalecimiento muscular y reduzcan la sensación de fatiga
constituyen un buen punto de partida para hacer frente a la
fibromialgia. Unas medidas a las que resulta conveniente añadir
hábitos como dormir bien, aprender manejar los niveles de estrés,
seguir una dieta para la fibromialgia y encontrar un equilibrio
entre el descanso y la actividad.

Los 18 puntos de dolor de la fibromialgia:


Tratamiento para combatirlo
Las personas que padecen
fibromialgia sienten un dolor
general, pero en ciertas zonas o
puntos sensibles, el dolor
experimentado se percibe como más
intenso. Para intentar aliviar este
dolor, existen ejercicios para la
fibromialgia ¿Quieres saber cuáles
son los 18 puntos de dolor de la
fibromialgia y el tratamiento más adecuado para aliviar los
síntomas?
¿Cuáles son los puntos de la fibromialgia?
Como ya hemos comentado, los síntomas de la
fibromialgia destacan por ser un dolor generalizado. Ahora bien,
por todo el cuerpo se localizan unos puntos concretos, cuya
sensibilidad es extrema. Reciben el nombre de puntos sensibles
de fibromialgia y están localizados en 18 áreas clave bastante
pequeñas, en las que el paciente siente dolor al mínimo roce.

Este síntoma es clave para identificar la enfermedad. De hecho, el


diagnóstico es fácilmente reconocible cuando el médico explora al
paciente y este se queja al ejercer una ligera presión en estas zonas
focalizadas.

¿Dónde están ubicados los puntos dolorosos de la


fibromialgia?
A la hora de identificar estos puntos dolorosos es necesario poder
distinguirlos y localizarlos. Para ello, el American College of
Rheumatology, publicó unos criterios de exploración que son
utilizados para llegar hasta estos puntos dolorosos, donde en al
menos 11 de los 18 puntos (nueve pares), existe dolor al presionar,
correspondiendo así a áreas muy sensibles para estímulos
mecánicos, es decir, con bajo umbral para el dolor.

De esa forma, los puntos de dolor de la fibromialgia se


encuentran distribuidos en estas zonas del cuerpo:

• En los codos

• En los glúteos (tercio superior y cresta ilíaca)

• En la parte interna de las rodillas

• En la zona externa de las caderas


• Entre los omóplatos (encima de la espina de la escápula)

• Debajo de la clavícula, en la zona superior del pecho

• En la nuca o base del cráneo

• En los músculos inferiores del cuello

• En los músculos trapecio situados en la espalda junto a los


hombros

Síntomas de los puntos de dolor de la fibromialgia


Con la fibromialgia se percibe el dolor de forma anómala. Así, el
afecto siente dolor en ciertos estímulos que normalmente no son
molestos. Además, la fibromialgia puede causar rigidez,
principalmente por las mañanas, o sensación de inflamación en
manos y pies. También es posible sentir una especie de
hormigueo, principalmente en las manos.

Los pacientes que acuden al médico, suelen describirlo como un


dolor que se siente en todo el cuerpo, incluso a veces es definido
como una molestia o quemazón. El dolor puede variar
dependiendo de la hora, de cambios en el clima o de ciertos
aspectos relacionados con la vida de la persona como estrés, falta
de sueño o nivel de actividad.

La mayor parte de los pacientes sienten:

• Cansancio

• Trastornos del sueño


• Ansiedad o depresión

• Dolor de cabeza

• Sequedad en los ojos y boca

• Colon irritable

• Dolores durante el periodo

Tratamiento para los puntos dolorosos de la


fibromialgia
Para la fibromialgia no existe una cura definitiva. El tratamiento
médico consiste básicamente en mejorar la calidad de vida del
paciente, reduciendo el dolor y el resto de los síntomas.

Para actuar es muy importante obtener más datos acerca de la


enfermedad, como los factores que desencadenan los brotes. Del
mismo modo, el médico deberá determinar si es necesario tratar
ciertas alteraciones de orden psicológico o aconsejar la práctica
de ejercicio físico suave.

También es importante controlar los hábitos de vida del paciente


para mejorar la calidad del sueño y tomar ciertos medicamentos,
siempre y cuando el médico así lo indique: analgésicos para
aliviar el dolor, relajantes musculares o fármacos
antidepresivos. Todo esto acompañado de una dieta para la
fibromialgia.
Fibromialgia: Estos son los mejores ejercicios para
aliviar el dolor
Dieta para la fibromialgia

Fibromialgia: Estos son los mejores ejercicios


para aliviar el dolor
Las personas que
padecen fibromialgia pueden realizar
ejercicio físico que ayuda a reducir el
dolor propio de esta enfermedad. La
fibromialgia es un tipo de afección
que provoca un dolor crónico que
extiende por todo el cuerpo; además,
también suele causar la aparición de síntomas como rigidez
corporal, trastornos anímicos, problemas para dormir, etc.

Aunque actualmente todavía se desconocen las causas exactas que


producen fibromialgia, sí que se recomienda un tratamiento
específico que consiste en la combinación de medicación y la
práctica de ejercicio físico. A continuación, te descubrimos
los mejores ejercicios para la fibromialgia que recomiendan los
expertos y que pueden ayudarte a mejorar tu condición física.

5 ejercicios para la fibromialgia


Para aliviar las molestias producidas por esta condición, los
médicos recomiendan la práctica de ejercicio físico que
contribuye a rebajar los dolores de los conocidos puntos de dolor
de la fibromialgia. De hecho, la práctica deportiva ligera es uno de
los tratamientos no farmacológicos más habituales entre los
pacientes que tienen esta condición. Para que puedas saber cuáles
son los ejercicios más recomendados, a continuación te dejaremos
una lista con todos ellos.
1. Yoga o Pilates contra la fibromialgia

Practicar yoga o pilates ayuda a


reducir el dolor de la
fibromialgia (Unsplash)
Los días en los que te sientas
con más fatiga y que, por
tanto, no te apetezca salir a
caminar, practicar yoga o
realizar ejercicios de
pilates puede ser una buena
opción. Estos ejercicios se
basan en la realización de
posturas corporales que
ayudan a estirar el cuerpo y a fortalecer los músculos. Además, la
respiración y la concentración son pilares esenciales para ambas
disciplinas, algo que te ayudará a reducir la falta de sueño o la
ansiedad con ejercicios de respiración.

2. Caminar para aliviar la fibromialgia

Caminar nos ayuda a reducir el


dolor y la fatiga
corporal(Unsplash)
Salir a caminar es uno de los
mejores ejercicios para aliviar
la fibromialgia, ya que este
hábito nos ayudará a reducir el
dolor y la fatiga corporal. Lo
más indicado es empezar
caminando 10 minutos al día y,
poco a poco, ir añadiendo 2 o 3
minutos más a tu entrenamiento. Procura alcanzar los 30 minutos al
día caminando y sal 3 o 4 veces por semana.

3. Ejercicios acuáticos contra la fibromialgia

El agua ayuda a relajar la


musculatura (Unsplash)
Realizar actividad en el agua
también resulta uno de los
ejercicios para aliviar la
fibromialgia más indicados. Puedes
nadar o realizar actividades
dirigidas en el agua, ya que este
medio te permitirá realizar los
ejercicios de forma más fácil y
menos dolorosa. En el agua, relajarás tu musculatura y tu cuerpo se
estirará al máximo consiguiendo, así, un alivio del dolor.

4. Bicicleta estática para aliviar la fibromialgia

Entrenar con bicicleta estática está


recomendado si padeces fibromialgia
(Pixabay)
Entrenar encima de una bicicleta estática
también está recomendado a la hora de
reducir los dolores propios de la
fibromialgia. Este tipo de
entrenamiento reduce la inflamación del cuerpo, tal y como indicó un
estudio que se llevó a cabo desde la UEX (Universidad de Extremadura). Se
recomiendan hacer entrenamientos a un ritmo moderado en una sesión
de unos 45 minutos, aproximadamente.

5. Ejercicios de tonificación
muscular
Los ejercicios de tonificación ayudan a tener un cuerpo más fuerte y sano
(Unsplash)
Y, por último, tampoco pueden faltar los ejercicios de tonificación, que te
ayudarán a reducir los dolores y a tener un cuerpo más fuerte y sano.
Prueba con un entrenamiento con bandas elásticas o con ejercicios de
calistenia, ya que son más livianos que las pesas. Con estos ejercicios
podrás mejorar la resistencia de tus músculos y reducir los dolores de tu
cuerpo.
Puntos sensibles de la fibromialgia
Las personas con fibromialgia experimentan dolor generalizado, pero en los
denominados puntos sensibles su percepción del dolor es mucho más intensa.
Conoce dónde se localizan y las terapias para aliviar estos síntomas.
Escrito por:

CARIDAD RUIZ

Periodista especializada en salud y nutrición

Qué son y dónde están los puntos


sensibles de la fibromialgia

 Qué son y dónde están los puntos sensibles de la fibromialgia


 Los puntos sensibles en el diagnóstico de la fibromialgia
 Tratamiento del dolor de los puntos sensibles de la fibromialgia
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Actualizado: 3 de enero de 2023

La fibromialgia se caracteriza por un dolor generalizado, pero existen unos


puntos distribuidos por todo el cuerpo en los que la sensibilidad es extrema. Se
conocen como puntos sensibles de fibromialgia: 18 áreas muy concretas y
pequeñas en las que el enfermo siente dolor ante el más simple roce, y que por
ello resultan claves para el diagnóstico de esta enfermedad tan difícil de
identificar.

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“Son unas zonas especialmente sensibles a la presión cuando exploramos al


paciente. Están colocadas en diferentes sitios, principalmente en zonas
tendinosas y vientres musculares de partes del cuerpo sometidas a carga y
movilidad constantes”, nos explica el doctor Javier Rivera, reumatólogo y
portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER).

Dónde se localizan en el cuerpo los puntos sensibles


Para poder identificarlos es importante que podamos saber distinguirlos y
localizar su origen. Así, estos puntos sensibles de la fibromialgia se sitúan en las
siguientes zonas del cuerpo:

 Los músculos inferiores del cuello.

 La zona alta del pecho, justo debajo de la clavícula.

 Los músculos en la base del cráneo, en la nuca.

 Los músculos trapecio de la espalda hacia los hombros.

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 Encima de la espina de la escápula (entre los omóplatos).

 El área interna de las rodillas.

 Los glúteos, en el tercio superior de la inserción de los glúteos, cerca de


la cresta ilíaca.

 Los codos.

 La zona exterior de las caderas.


Una de las curiosidades que presentan estos puntos sensibles es que
normalmente no se detectan alteraciones físicas en ellos, como inflamación o
enrojecimiento, pero los cierto es que “la presión con el dedo en estos puntos
desencadena un dolor intenso que, en ocasiones, hace que el paciente con
fibromialgia retire el miembro de forma brusca y con expresión de dolor
intenso”, añade el doctor Rivera. No siempre duelen todos; puede que un día el
enfermo sienta más dolor en unos puntos y otros días en otros, y también la
intensidad del dolor puede variar, y que haya días mejores y días peores.

En esos puntos sensibles, el enfermo de fibromialgia experimenta un dolor intenso


con el simple roce

Para el portavoz de la SER conviene diferenciar estos puntos sensibles de los


llamados puntos gatillo, que son otras zonas del cuerpo que “sometidas a
presión producen también dolor, pero en este caso sigue una irradiación por la
zona de inervación sensitiva del nervio que estamos presionando”, afirma. “Son
propios de los síndromes miofasciales, una entidad diferente”, añade.

Por qué duelen los puntos sensibles en la fibromialgia


En la actualidad se desconoce el verdadero origen de ese dolor intenso en esos
puntos, aunque teorías hay muchas. “En la fibromialgia y otros síndromes de
sensibilización central, la respuesta es superior a la que cabría esperar porque
existe una alteración de las vías de dolor, núcleos centrales, circuitos neuronales
o neurotransmisores cerebrales, que amplifica el dolor. Los puntos dolorosos
son zonas sometidas a una sobrecarga mecánica donde con facilidad aparecen
pequeñas lesiones que desencadenarían este fenómeno de sensibilización
central, produciendo una amplificación del dolor. Por tanto, una persona con
fibromialgia puede tener las mismas lesiones periféricas que otra persona sin
esta patología. La diferencia radica en que les duele más por el fenómeno de
sensibilización central”, indica el portavoz de la SER.

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Pero el dolor es real y, como nos explica el doctor Josep Blanch, de la Unidad de
Experiencia Clínica de Síndromes de Sensibilización Central del Hospital del Mar
de Barcelona, hoy “existen pruebas como las resonancias nucleares
magnéticas funcionales que permiten visualizar el cerebro frente a un estímulo
doloroso”.

Si se comparan esas imágenes en personas con esta enfermedad y en otras


sanas, se ven distintas. “En los enfermos de fibromialgia las zonas que se excitan
frente al dolor son mayores, distintas, y con mayor intensidad. Quién sabe si en
el futuro podremos tener alguna técnica para demostrar de forma concluyente
este grave problema de salud”, afirma
¿QUÉ ES UN PUNTO GATILLO Y CÓMO SE TRATA?
Un Punto Gatillo Miofascial (PGM) es un punto altamente irritable, de
dolor exquisito, en un nódulo que se encuentra dentro de una banda
tensa palpable de un músculo esquelético. Son dolorosos a la presión y,
cuando es estimulado, puede evocar dolor referido característico (el dolor
se disemina o extiende siguiendo un patrón determinado), disfunción
motora y fenómenos autonómicos tales como sudoración, piel de gallina,
etc.

Puntos gatillo localizados en el esternolceidomastoideo y su patrón de


dolor referido.
Se produce una disfunción de las placas motoras por secreción excesiva de
acetilcolina, provocando una contractura muy localizada y un aumento de
tensión de las fibras musculares, lo que origina una banda tensa con
isquemia en la zona. Esta isquemia genera una falta de aporte sanguíneo y
la liberación de sustancias sensibilizantes, como: bradicinina, sustancia P,
calcitonina, etc, responsables en gran medida de la aparición del dolor.
Los puntos gatillo no deben confundirse con los puntos tender, que son
puntos dolorosos a la presión repartidos de forma específica por el
cuerpo, y que se engloban dentro de los criterios diagnósticos para la
fibromialgia.
Puntos tender. Se necesitan al menos 11 de los 18 puntos para el
diagnóstico de la fibromialgia.
Podemos diferenciar entre PGM activos y PGM latentes. Por un lado,
los PGM activos van a producir dolor espontáneo, y también van a
generar disfunción o alteración caracterizada por la debilidad y restricción
del movimiento. Por otro lado, vamos a encontrar también los PGM
latentes, que no van a generar dolor espontáneo, pero si van a generar
dolor a la presión. Probablemente, un PGM latente evolucionará a activo,
por lo que también deben ser tratados.
Características de los PGM:
 Los PGM pueden variar en irritabilidad dependiendo de la hora del
día en la que nos encontremos.
 Los síntomas que provoca el PGM duran más que el factor
desencadenante (por ejemplo: una crisis de asma que provoca PGM
en los escalenos, y luego queda un dolor referido en el brazo).
 Los PGM son responsables de otros síntomas a parte del dolor (por
ejemplo: un dolor de cabeza por un PGM en el esplenio).
 Provocan rigidez en los músculos implicados.
 El dolor aumenta con el estiramiento activo o pasivo, y en la
contracción contra-resistencia.
 Producen debilidad muscular sin atrofia.
 Refieren dolor profundo y trastornos de la sensibilidad en la zona de
dolor referido.
 Pueden inducir actividad motora (espasmo referido) en otros
músculos y activar otros PGM.
 Algunas veces hay adherencias en la piel situada por encima del
PGM.
Criterios para el diagnóstico de los PGM:
Criterios esenciales:
 Existencia de una banda tensa palpable.
 Dolor local exquisito a la presión del nódulo de la banda tensa.
 Reconocimiento del dolor por parte del paciente.
 Limitación dolorosa de la amplitud al estiramiento completo.
Observaciones confirmatorias:
 Identificación visual o táctil de la respuesta de espasmo local.
 Dolor o alteración de la sensibilidad al comprimir el nódulo sensible.
 Demostración electromiográfica de la actividad eléctrica
espontánea.
 
Existen una serie de factores que interfieren negativamente en el proceso
de curación y desaparición de los PGM, y que los prolongan en el tiempo.
Son los denominados factores de perpetuación, e incluyen: ergonomía
postural o del puesto de trabajo, ejercicios repetitivos, mala biomecánica
o técnica deportiva, alteraciones nutricionales, factores psicológicos,
alteración del sueño, etc.
Una vez que hemos visto las características de los PGM, vamos a ver como
se tratan:
Hay varias técnicas para tratar los PGM, como compresión isquémica,
estiramiento analítico, estiramiento con frío, masoterapia, relajación post-
isométrica, etc. Sin embargo, vamos a centrarnos en describir la que
podría ser la técnica más efectiva: la punción seca.
La punción seca es una técnica invasiva que utiliza agujas de acupuntura
para el tratamiento de los PGM. Penetran en la piel y puncionan el nódulo
sensible para desactivarlo y así disminuir el dolor que éste produce. Como
vemos, se trata de un estímulo mecánico, no se introduce ninguna
sustancia, de ahí el nombre de punción “seca”.

Tratamiento mediante punción seca.


Existen 2 técnicas de punción de los PGM: la punción superficial y la
punción profunda.
En la punción superficial, las agujas penetran en la piel y el tejido celular
subcutáneo, a una profundidad máxima de 1cm. Tiene como ventaja que
casi no hay peligros o complicaciones asociadas, pero no resulta tan
efectiva como la profunda.
En la punción profunda se inserta la aguja hasta puncionar el PGM, y se
realiza una técnica de entrada y salida rápida que provoca la respuesta de
espasmo local, y le ruptura de las sarcómeras contraídas permitiendo la
relajación del músculo. También disminuyen las sustancias sensibilizantes
que hemos visto al principio. Es más efectiva y más rápida.
El tratamiento es realmente rápido, pueden bastar unos segundos para
desactivar el PGM. Posteriormente queda una sensibilidad post-punción
que desaparece en pocas horas, que se ve mejorada con el estiramiento
del músculo afecto.
Desde ese mismo momento, el músculo recupera su normalidad y deja de
enviar sensación de dolor.
En la Clínica Silvia Molins, somos especialistas en la identificación de los
PGM, y disponemos de los medios necesarios para su desactivación que,
unido a nuestro tratamiento de osteopatía y fisioterapia, logramos
mejorar rápidamente la calidad de vida de los pacientes que presentan
esta dolencia.
Por tanto, si presentas alguno de los síntomas como dolor, rigidez o
contractura, acude a consulta y te atenderemos gustosamente.

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