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La Peste Negra

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Los doctores de la peste negra: Mitos sobre

su trabajo y su extraña máscara


La mitología en torno a la figura de los doctores de la peste
negra tiene sus antecedentes en la Edad Media. Su
reaparición en China regresó el miedo.
POR : DIEGO BASTARRICA

La peste negra y los doctores que se encargaban de controlar y erradicar


la enfermedad volvieron a la palestra por estos días, toda vez que en
China se reportaron casos de esta plaga que se creía extinta.

¿Cómo se contagia?:

 De ratas a humanos a través de la picadura de pulgas del roedor


infectado con la bacteria Yersinia pestis
 Mayor grado de ocurrencia en áreas rurales
 Grados de severidad: Se puede transformar en Peste Bubónica, que es
aparición de bulbos en los ganglios, con síntomas que van de la fiebre
alta, dolores de cabeza, escalofríos y caída de la presión arterial.
 Peste septicémica cuando la infección pasaba a la sangre, se
diseminaba y se manifestaba como manchas oscuras en la piel.
 La más grave es la peste Neumónica, donde las bacterias se pueden ir
a los pulmones.

Los doctores de la Peste Negra

Los médicos encargados de atender a los enfermos por este mal, debían
vivir completamente aislados de la sociedad, familia y amigos, ya que
tenían una alta probabilidad de contagio.

Por eso, generalmente pedían regalías muy grandes a los contagiados


para poder asistirlos y de esa manera compensar la destrucción de su
vida cotidiana.
Tal como documentó el diario El País de España hace algunos años,
estos doctores además debían vestir de una manera especial.

Se vestían con una larga túnica de cuero, guantes y sombrero de ala


ancha. En su mano llevaban un bastón que usaban para remover
pacientes evitando en lo posible el contacto físico pero lo más
sorprendente es el segundo uso que tenía ese bastón. Muchos
pacientes entendían que estaban sufriendo un castigo de Dios por
sus pecados y entonces le pedían al médico que les pegara con ese
bastón como parte de su arrepentimiento.
La máscara con pico de pájaro

Pero lo más característico de esa vestimenta, era una máscara larga, con
pico de pájaro, hoy usada en distintos carnavales como el de Venecia, y
que era básicamente la mascarilla para taparse la boca que usan en la
actualidad en hospitales.
 tenía cristales para proteger los ojos y el médico respiraba a través de
ese pico para filtrar las miasmas y malos olores
 También los protegía de los frecuentes estallidos de las pústulas
bubónicas.
 En el pico se ponían y se renovaban con frecuencia, trozos de ámbar
gris, hojas de menta, mirra, láudano, pétalos de rosa, alcanfor, clavo de
olor y todo lo que al médico le pareciera que podía neutralizar toda esa
maldad que había en el aire.

También los doctores se proveían de guantes para evitar cualquier


contacto al tacto con los enfermos.

Origen de la enfermedad

La Peste Negra viene de Asia, ya que de ahí datan sus primeros


informes en 1320 en el desierto de Gobi por donde pasaban las
caravanas de la ruta de la seda. En 1331 la epidemia llegó a China luego
de inundaciones que propiciaron la llegada de roedores. Al extremo
oriental de Rusia llegó en 1338 y en Europa se la detectó en 1346.
La ira de Dios
Si una emoción era compartida entre la gente de la Europa medieval, era el temor.
"Las matanzas de las invasiones bárbaras, la gran peste del siglo VI, las terribles
hambrunas que se repiten de vez en cuando mantienen la angustiosa espera:
mezcla de temor y de esperanza pero, principalmente y cada vez más, miedo,
pánico, terror colectivo. El Occidente medieval, en esa espera de la salvación, es el
mundo del miedo ineludible", escribe Le Goff.

Por ello es que la idea de un inminente fin del mundo y la llegada de un anticristo
eran comunes en la época. Ello permitió el surgimiento de varias corrientes de
pensamiento como el milenarismo, que aspiraba a la realización de la dicha eterna,
en la tierra. También surgieron movimientos como lo cátaros, quienes
propugnaban la idea de la salvación a partir de la vida ascética lejos del mundo
material, y cuestionaban a la Iglesia Católica, quien los combatió con todo su poder
al considerarlos herejes.

"Estos tiempos de crisis, donde no sólo hubo peste negra, sino también muchas
guerras y en las décadas anteriores (1314), graves hambrunas; son vistos como
tiempos apocalípticos -explica Ana Luisa Haindl-. Ya en el siglo XII se habían
desarrollado con fuerza las ideas milenaristas (el autor más importante e influyente
fue Joaquín de Fiore): el Fin del Mundo está cerca y la Segunda Venida de Cristo es
inminente. Las calamidades se interpretan como indicios apocalípticos y algunos
líderes son vistos como encarnaciones del Anticristo. La idea de que la peste es un
castigo por los pecados está muy difundida".

El mismo Boccaccio en El Decamerón deja entrever la idea de la aparición de la


plaga en Florencia como un designio divino. "Llegó la mortífera peste que o por
obra de los cuerpos superiores o por nuestras acciones inicuas fue enviada sobre los
mortales por la justa ira de Dios para nuestra corrección que había comenzado
algunos años antes en las partes orientales privándolas de gran cantidad de
vivientes".

"Desde el punto de vista espiritual, surgen varias reacciones ante la Peste: algunos
aumentan su fe y rezan más que nunca. Pero, este aumento de la fe, cuando no es
bien encauzado, puede caer en prácticas fanáticas e incluso heterodoxas, como los
famosos flagelantes que recorren Europa, predicando el fin del mundo, ayunando y
protagonizando autoflagelaciones públicas", detalla Haindl.

La iglesia católica ya venía golpeada por cismas internos y el cuestionamiento a la


autoridad papal, debido a la ostentación y el vínculo con el poder político de reyes y
señores feudales. "Algunas personas irán desarrollando un pensamiento crítico
mayor, que los llevará, más adelante, a cuestionar los dogmas y autoridades
religiosas, que llevará a la Reforma Protestante, pero también al Humanismo del
siglo XV y XVI (que es muy católico) y a la Contrarreforma del siglo XVII", agrega
la medievalista.

-En una sociedad como la medieval con fuerte presencia de la religión


en su mentalidad ¿cómo afectó la peste a la Iglesia?

-La religión se vio muy afectada. En primer lugar, mueren muchos sacerdotes,
monjes y monjas (murió gente de todas las edades y estamentos. El clero no fue la
excepción). Al haber menos clérigos, la gente recibió menos asistencia espiritual
(además hubo casos de clérigos temerosos que no se atrevían a dar la comunión ni
hacer misa). Al disminuir la cantidad de sacerdotes, durante un tiempo, las
exigencias para ordenarse disminuyeron, lo que repercutió en la formación de los
nuevos sacerdotes. Esto, sumado a otros problemas que había en la Iglesia (hubo
una importante crisis de la autoridad papal, el Cisma de Occidente, en las décadas
siguientes), contribuyó a un fuerte desprestigio de la jerarquía eclesiástica.

Una nueva era


Las grandes casas y algunos palacios quedaron vacíos. La gente dejó de asistir a
misa, y según Boccaccio, los nobles se quejaban de la falta de servidumbre. Pero
poco a poco, por ensayo y error, los europeos comenzaron a superar la plaga.
Aunque algunos en su frenesí, culparon a las minorías étnicas por el mal, fueron
medidas como la quema de ropajes de personas infectadas, el aislamiento y otras
tantas, las más efectivas.

"Cuando la Peste volvió, estacionalmente y más localizada, algunos ya se habían


hecho inmunes -detalla Haindl-. Por eso, la mortandad de 1348 llegó al tercio de la
población europea. De ahí el nombre de 'Gran Mortandad' que se le dio en la
España Medieval, por ejemplo".

Para Le Goff, este episodio impulsa la crisis terminal del medioevo. La constante
disminución de la mano de obra, agravada por la peste, acelera una transformación
que será antecedente para la creación de las estados nacionales, y con ello, procesos
como los viajes de exploración geográficos que, entre otros, traerán a Cristóbal
Colón al Nuevo Mundo.

“Esa crisis favorece y acentúa la evolución anterior hacia la centralización del


Estado. Prepara la monarquía francesa de Carlos VII y de Luis XI, la realeza inglesa
de los Tudor, la unidad española de los Reyes Católicos y el advenimiento casi
general, sobre todo en Italia, del ‘príncipe’”, escribe el historiador.

También traerá otras consecuencias. El fuego de las hogueras públicas será más
vivo que nunca. "Después de la peste negra, la conciencia más o menos clara que
tiene la Iglesia de la puesta en tela de juicio de su papel ideológico la conduce a ese
endurecimiento que se manifestará en la caza de brujas y, más en general, en la
difusión del cristianismo del miedo", explica el autor.

Sin embargo, entre los más ilustrados, la crisis impulsará un despertar creativo. Tal
como lo hizo el mismo Boccaccio y otros contemporáneos suyos como el poeta
Francesco Petrarca -quien perdió a su esposa por la peste-, el pintor El Giotto,
Dante Aligheri -un poco antes-, entre otros. El comercio favoreció la llegada de
ideas y textos difíciles de hallar en occidente y para el siglo siguiente, surgieron
corrientes como el Humanismo y su expresión artística, el Renacimiento, en que se
lucieron nombres como Rafael Sanzio, Miguel Ángel, y el "hombre universal",
Leonardo da Vinci.

-¿Es posible relacionar el origen del Renacimiento con las


consecuencias de la peste en Italia?

-Por supuesto que influyó -explica Haindl- No es casualidad que una de las
primeras obras de las que hablamos cuando hablamos de Renacimiento Italiano
es El Decamerón, de Giovanni Boccaccio, que precisamente se desarrolla en
Florencia, en plena Peste Negra. Este pensamiento crítico también es válido desde
el punto de vista del arte y la literatura.

"Sin embargo -agrega- el Renacimiento en Italia también se desarrolló por otros


motivos: tiene que ver con una evolución cultural que vivía Italia, cuyos
precursores son Fra Angélico en el Arte y Dante Alighieri y su Dolce Stilo Nuovo en
la Literatura. También influye la situación económica del norte de Italia (los
famosos mecenas, como los Médicis) y la influencia cultural bizantina, entre otras
cosas".

*
Si antaño el muerto era transportado directo desde su cama a la sepultura con el
rostro expuesto, desde esta era se le lleva cubierto. Hacia el final del medioevo hay
un retroceso ante la muerte. Una reverencia ante el dolor. Como si hubiese querido
que le creyeran, Boccaccio no dudó en expresar su sentir por lo rápida y implacable
de la plaga, acaso como una expresión del final de los tiempos, que se creía venir.

“¡Cuántos valerosos hombres, cuántas hermosas mujeres, cuántos jóvenes


gallardos a quienes no otros que Galeno, Hipócrates o Esculapio hubiesen juzgado
sanísimos, desayunaron con sus parientes, compañeros y amigos, y llegada la tarde
cenaron con sus antepasados en el otro mundo!”.

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