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Familia y Discapacidad

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FAMILIA

DISCAPACIDAD §Fainblum, Alicia


§Hormigo, Karina

DUELO
¿QUÉ ES LA FAMILIA?
Primer entorno en donde las personas se desarrollan interactúan y
socializan.
Cada familia de acuerdo a los recursos que le ofrece su entorno (sociales,
físicos, económicos, culturales) busca su vivir y afrontar las situaciones que
la vida misma presenta.

¿QUÉ SUCEDE CUANDO NACE UN NIÑO CON DISCAPACIDAD?


Es un acontecimiento que irrumpe produciendo un efecto de conmoción en
la familia, afectando su dinámica y generando consecuencias en todos sus
integrantes.
- Efecto inesperado.
- Caída de todo lo imaginarizado respecto de este niño.

“Todo niño está anticipado en un discurso, tiene un lugar en el deseo de los


padres, un lugar de “hijo”.

Algo de la historia de los progenitores está en escena: vendrá a completarla,


a rectificarla, a realizar sus sueños dorados.”

“Nunca la realidad de un hijo se articula exactamente con lo imaginarizado


respecto de él…”

“Pero al nacer un hijo con una limitación orgánica, se tornaran “borrosas” un


gran número de aquellas proyecciones futuras.”
“Será necesario un trabajo de duelo por la muerte de aquel no nacido que
conduzca a la posibilidad de que este niño con una discapacidad deje de ser
ajeno y pueda ser inscripto como hijo en su deseo.

Es un proceso gradual, con duelos y aceptaciones parciales, que implica un


gran gasto de energía psíquica.”

Bowlby diferencia fases de duelo, que al ser atravesadas conducirán a


condiciones de posibilidad para que estos padres logren reconocer a su hijo
en la realidad, con sus limitaciones y posibilidades.
1ªFase: Shock o embotamiento: al conocer el diagnóstico aparece un
gran conmoción, incredulidad, extrañeza.
Ante esta información, que adquiere el tinte de irrealidad, suele
aparecer un embotamiento de la sensibilidad que puede generar
reacciones de indiferencia hacia el diagnóstico o hacia el niño.

2ªFase: Fase de anhelo y búsqueda de la figura perdida (negación): si


bien comienza cierto margen de la percepción de la realidad, ante el
anhelo de recuperar el hijo sano esperado aparece la negación de la
misma, en consecuencia la duda en el diagnóstico.
Elaborar el impacto que genera el diagnóstico del déficit (…) requiere una
tramitación psíquica que posibilite que lo real del déficit pueda ser ligado,
simbolizado, evitándose la permanencia en dicho estatuto y la estigmatización.
Aparecen reproches y hostilidades (…) manifestaciones de tristeza, llanto y
dolor, ante el fracaso de la negación y el enfrentamiento con la realidad. Es una
herida al narcisismo parental..
Todo lo que los profesionales digan o hagan va a ser puesto en cuestionamiento,
nunca es suficiente ya que no responden a su anhelo: el encuentro con el hijo sano.
Circulan fantasmas en torno a haber realizado una mala acción, se dirigen
autorreproches, fantasía de castigo.
En la pareja suele aparecer hostilidad, acusaciones mutuas, distanciamiento,
reactivación de situaciones confusas previas y de la historia de cada uno de los
padres. un distanciamiento progresivo entre la pareja parental, muchas veces
asumiendo el padre un lugar periférico, función paterna debilitada, pudiendo
perpetuarse o intensificarse desembocando en situaciones en que la madre queda
recluida junto al hijo, relación en la que no hay lugar para un tercero, eterna
gestación.
Suelen darse intensas reacciones emocionales con gran gasto de energía psíquica
en el trabajo del duelo y con efectos de desorganización familiar.
Si hay otros hijos suele ocurrir que se los descuide o abandone e intente ocultarles
la realidad, dado que los mismos padres no la pueden aceptar, también suele
identificarse al respecto la asusencia de palabras (de eso no se habla).
3ªFase: Fase de desesperanza: se va dando un lento reconocimiento de lo irreparable y
renuncia a toda esperanza de reencuentro. La ilusión da lugar a la frustración, a la
desesperanza, a un sentimiento de desazón. La tristeza los invade y pueden surgir
estados con ideales negativos “nada puede hacerse”: se expresan en relación a este
niño, pero en realidad remiten a la imposibilidad de recuperar a aquel otro.
Pueden aparecer episodios depresivos y apatía, falta de voluntad, abandono de ellos
mismos, del niño y otros hijos.
4ªFase: Fase de reorganizacion: lentamente se va aceptando la realidad. Al haberse
abandonado la ilusión de reversibilidad total, pueden comenzar a escuchar los informes
sobre el diagnóstico, pronóstico y el tratamiento.
Si el proceso de duelo siguió un curso favorable, al renunciar al hijo soñando se da el
reconocimiento de la realidad del nacido en relación a sus posibilidades y limitaciones.
Irá adquiriendo realidad en el deseo de los padres y podrá ser reconocido como su hijo
y, se le podrá brindar una identidad, una filiación. Se podrá hablar de su destino, de
la posibilidad de proyección futura.
Hay episodios en el transcurso de la vida que reactualizan el trauma inicial, recreando
el proceso.
Muchos episodios están en relación a movimientos tendientes hacia la integración social,
donde se presentifican las diferencias, la limitación y las miradas de exclusión.
Dado que en el hijo se juega el propio narcisismo, todo rechazo o gesto de exclusión
suele ser vivido como dirigido hacia su propia persona.

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