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Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

MIRANDA, ANA

EDUCACIÓN SECUNDARIA, DESIGUALDAD Y GÉNERO EN ARGENTINA


Revista Mexicana de Investigación Educativa, Vol. 15, Núm. 45, abril-julio, 2010, pp.
571-598
Consejo Mexicano de Investigación Educativa
México

Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=14012507010

Revista Mexicana de Investigación Educativa


ISSN (Versión impresa): 1405-6666
revista@comie.org.mx
Consejo Mexicano de Investigación Educativa
México

¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista

www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
RMIE, ABRIL-JULIO 2010, VOL. 15, NÚM. 45, PP. 571-598

Investigación

EDUCACIÓN SECUNDARIA,
DESIGUALDAD Y GÉNERO EN ARGENTINA
ANA MIRANDA

Resumen:
En este trabajo se analiza la evolución del acceso al diploma de la educación secundaria
entre hombres y mujeres de distintos grupos sociales en Argentina. Se aborda un segui-
miento sobre las principales actividades de los y las jóvenes en edad teórica de estudiar
la secundaria en relación con la asistencia escolar, la participación laboral y las obliga-
ciones extra-escolares. La finalidad es discernir en qué medida la participación en acti-
vidades domésticas y laborales puede afectar la continuidad educativa y el desempeño
escolar. Con base en el análisis de información estadística de fuentes secundarias y
primarias, el trabajo sostiene que el estudio de la desigualdad educativa y laboral entre
los jóvenes y su vínculo con aspectos generacionales y de género obliga a redefinir y
actualizar las categorías del pensamiento social. Las conclusiones apuntan a cuestionar
cuánto hay de nuevo y cuánto de reproducción de viejas estructuras sociales en el
pasaje entre la educación y el empleo de los y las jóvenes sobre principios del siglo XXI.

Abstract:
This study analyzes the evolution of access to secondary school by males and females
from various social groups in Argentina. The approach follows the main activities of
young people of secondary school age, in relation to their school attendance, paid
employment, and obligations outside of school. The purpose is to determine the
degree that participation in domestic and employment activities can affect educational
continuity and school performance. Based on an analysis of statistical information
from secondary and primary sources, the study sustains that educational and employment
inequality among young people and the linking of inequality with aspects of generation
and gender require a new definition and updating of the categories of social thinking.
The conclusions question the degree of novelty and reproduction of old social structures
in the passage between education and employment among young people in the early
twenty-first century.

Palabras clave: procesos sociales, jóvenes, educación media, diferencias de género.


Keywords: social processes, young people, secondary education, gender differences.

Ana Miranda es investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y del Programa
de Investigaciones de Juventud de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede Argentina. Ayacucho
555 (1026), ciudad de Buenos Aires, Argentina. CE: amiranda@flacso.org.ar
Una versión preliminar del texto fue presentada en el Congreso 2009 de la Asociación de Estudios Latinoa-
mericanos (LASA) en Río de Janeiro, Brasil. La autora agradece los comentarios y sugerencias de los evaluadores
de la presente publicación.

Revista Mexicana de Investigación Educativa 571


Miranda

Introducción

D urante la última década, una pregunta ha marcado el rumbo de nuestras


investigaciones de juventud: cuánto hay de nuevo y cuánto de
reproducción de viejas estructuras en la desigualdad en los tránsitos entre
la educación y el empleo. Más específicamente, el interrogante que ha
guiado el presente trabajo ha sido: constituyen los y las jóvenes un grupo
particular desde donde observar fenómenos nuevos, inéditos? o ¿lo que
se pone en evidencia en los estudios de juventud no es más que una nue-
va versión de la reproducción del acceso desigual a oportunidades y re-
cursos que ha caracterizado a las sociedades latinoamericanas durante el
siglo XX ? 1
Obviamente, estos interrogantes son de muy difícil respuesta y sería
engañoso sugerir que a lo largo de este texto siquiera podrán ser abordados
de forma integral. Sin embargo, resulta interesante dejarlos planteados, ya
que a partir de ellos nos proponemos avanzar, aproximándonos a temáti-
cas centrales de las ciencias sociales a través de investigaciones empíricas
sobre juventud.
En este caso, el objetivo de este trabajo es realizar un aporte al debate
sobre la desigualdad social, con base en un análisis sobre el acceso a la
educación secundaria y su correlato con el desempeño laboral de hom-
bres y mujeres de distintos sectores sociales en la Argentina. Un terreno
donde se expresan fuertes contradicciones. Por ejemplo, las mujeres tienden
a permanecer más años en el sistema educativo, alcanzando en mayor
medida diplomas de nivel secundario y superior (Cortina y Vite-León,
2007; Ravello, 2009). Sin embargo, a pesar de los mayores logros existe
una fuerte desigualdad en el acceso a los diplomas educativos por parte
de mujeres de distintos grupos sociales, y continúan percibiendo salarios
inferiores en relación con los hombres del mismo nivel educacional (Cortés,
2003).
La problemática es abordada con base en el análisis de datos de distin-
tas fuentes y estructuras. Por un lado, información obtenida por el Minis-
terio de Educación de la Nación vinculada con el número de alumnos
matriculados en la educación secundaria “común”. Por otro, con datos
producidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos ( INDEC ), a
través de la Encuesta Permanente de Hogares ( EPH ). Por último, con in-
formación primaria obtenida a través de encuestas con estudiantes del
anteúltimo año de la educación secundaria. 2

572 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

Finalizando, se espera que el presente texto se convierta en un insumo


útil para investigaciones, propiciando el debate sobre las condiciones de
vida y los procesos sociales contemporáneos; asimismo, que sea un aporte
al diagnóstico para la elaboración de programas y políticas educativas, la-
borales y de juventud.

Un breve recorrido sobre la educación secundaria argentina


La educación secundaria se expandió desde mediados del siglo XIX en el
marco del proceso de consolidación del Estado nacional argentino (Braslavsky
y Krawczyk, 1988). Su expansión se desarrolló sin una legislación inte-
gral que le otorgara organicidad en cuanto a nivel educativo. De tal for-
ma, fue creciendo en diversas ofertas post-primarias según sus distintas
modalidades (Cappellacci y Miranda, 2007). Dichas ofertas se organiza-
ban en ciclos educativos de cinco o seis años –según la modalidad– a los
que se podía acceder una vez concluida la educación primaria, que cons-
taba de siete años y era de carácter obligatorio. Las modalidades en las
que se organizó la enseñanza de nivel secundario fueron: bachiller, nor-
mal, comercial y técnica. 3
Los rasgos generales de la educación secundaria fueron objeto de pre-
ocupación por parte de numerosos educadores y políticos, los cuales plan-
tearon distintas propuestas de reformas sin que ninguna alcanzara el consenso
necesario para su ejecución. Así las cosas, la primera norma que legisló de
manera orgánica la educación secundaria fue la Ley Federal de Educación
(1993), sancionada en el contexto del proceso de reformas sociales y eco-
nómicas de los años noventa. La norma estableció una transformación in-
tegral de la estructura del sistema educativo y la extensión de la obligatoriedad
escolar (Gallart, 2006).
El esquema de ciclos y niveles se organizó a partir de una Educación
General Básica ( EGB ) de nueve grados/años que, junto con el nivel prees-
colar, se convirtieron en obligatorios (lo que hace un total de 10 años de
escolaridad obligatoria), y el polimodal de tres años de extensión. De esta
forma, la educación secundaria, en algunos casos, quedó dividida en dos
ciclos con lógicas educativas diferentes: la EGB 3 (último tramo de la EGB )
y el polimodal. Las antiguas modalidades se organizaron a partir de cinco
orientaciones del polimodal: a) producción de bienes y servicios, b) eco-
nomía y gestión de las organizaciones, c) humanidades y ciencias sociales,
d) ciencias naturales y e) comunicación, arte y diseño.

Revista Mexicana de Investigación Educativa 573


Miranda

Es interesante advertir que en el transcurso de la implementación de


la Ley Federal se produjo una aguda dispersión y una significativa frag-
mentación de la oferta educativa. En efecto, la combinación entre las
distintas decisiones sobre la localización edilicia y administrativa del EGB 3
y el polimodal, así como las características y el alcance de la puesta en
marcha de la transformación educativa en las distintas jurisdicciones,
dieron lugar a una oferta diversificada y fragmentada. En ella comenza-
ron a convivir numerosos modelos de organización institucional, con
sus consecuentes dificultades de articulación en lo que se refiere a conte-
nidos, equivalencias, titulación, etcétera. En esta dirección, sobre prin-
cipios de 2005, se pudo conocer que en la Argentina convivían más de
50 modelos de organización de la secundaria (Ministerio de Educación,
2005). En este contexto de diversificación y fragmentación de la oferta,
el debate sobre la identidad y la calidad de los conocimientos de la edu-
cación secundaria fue teniendo lugar en la agenda educativa. También
fue ganando terreno la opinión de que dicho nivel debía ser obligatorio
para todos los jóvenes; este último fenómeno ha sido denominado como
proceso de “obligatoriedad subjetiva” de la educación secundaria (Jacinto,
2006).
Con base en una serie de diagnósticos que proponían revisar el proce-
so de reformas de los años noventa, el Ministerio de Educación promo-
vió una nueva norma en 2006: la Ley de Educación Nacional, que propuso
la homogeneización del sistema educativo para todo el territorio argen-
tino y estableció la obligatoriedad de la secundaria. A partir de la san-
ción de la Ley de Educación Nacional se generó una serie de desafíos
respecto de la educación secundaria, relacionados con definiciones tales
como: su organización respecto de los ciclos educativos (en términos de
años de estudio), sus orientaciones y modalidades, su organización
institucional, las deudas de infraestructura y plazas escolares, entre otros
temas de relevancia. Estos temas están en nuestros días en proceso de
definición.

Evolución cuantitativa y modalidades de egreso


La incorporación de los jóvenes a la secundaria forma parte de un proceso
que se inició sobre mediados del siglo XX (gráfica 1). Diversos estudios
han señalado que la evolución cuantitativa de este nivel guardó relación

574 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

con el desarrollo de distintos modelos socioeconómicos en nuestro país


(Filmus et al., 2001). Por ejemplo, hasta entrada la década de los treinta la
educación secundaria estaba muy vinculada con la instrucción de élites en
la modalidad de bachiller y con la formación docente. Hasta ese momen-
to, era un nivel abiertamente selectivo que experimentaba un crecimiento
parsimonioso (gráfica 1).
A partir de mediados de los años cuarenta, y en un contexto caracteri-
zado por la industrialización por sustitución de importaciones y la de-
mocratización de la estructura social, comenzó el proceso de crecimiento
sostenido de la matrícula, sustentado sobre todo en la modalidad técnica.
Posteriormente –sobre principios de los años sesenta y en directa vincula-
ción con la mayor importancia del sector terciario en la estructura ocu-
pacional– la expansión de mayor importancia se dio en la modalidad comercial
(Gallart, 1984).

GRÁFICA 1
Evolución de los alumnos matriculados en la educación secundaria.
Total del país, 1900-2006

3 000 000

2 500 000

2 000 000

1 500 000

1 000 000

500 000

0
1901
1905
1909

1913
1917
1921
1925
1929
1933
1937
1941
1945
1949
1953
1957
1961
1965

1969
1973
1977
1981
1985
1991
1998
2002
2006

Matrícula

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la DINIECE -Ministerio de Educación de la Nación.

Revista Mexicana de Investigación Educativa 575


Miranda

Como puede observarse en la gráfica 1, desde mediados de la década


de los cuarenta hasta entrados los años setenta el crecimiento de la edu-
cación secundaria fue sustantivo. Éste fue suspendido durante el periodo
dictatorial, 4 donde la matrícula tuvo un “amesetamiento” (que puede
observarse en la gráfica entre los años 1977-1983), estrechamente vincu-
lado con la retracción de la actividad pública y las políticas represivas,
que tuvieron un fuerte impacto sobre la participación social y educativa
de los jóvenes.
Unos años más tarde, y en el marco de la transición democrática, la
matrícula de la educación secundaria comenzó a incrementarse
sustantivamente. En esta etapa, los estudios plantearon el inicio del pro-
ceso de “masificación de la educación secundaria” (Braslavsky y Filmus,
1987). Varios factores contribuyen a explicar este proceso. Por un lado,
aquellos elementos asociados con la menor selectividad, entre otros, la
eliminación del examen de ingreso y la modificación del sistema de san-
ciones. Por el otro, las crecientes dificultades que los jóvenes comenza-
ron a encontrar a la hora de conseguir un empleo, lo cual redundó en la
búsqueda de mayores certificaciones educativas (Jacinto, 2006). Con todo,
la importante expansión educativa en los contextos económicamente recesivos
de los años ochenta desafió sustancialmente aquellos postulados que sos-
tenían una correlación positiva y unidireccional entre crecimiento eco-
nómico y educación (por ejemplo, la teoría del capital humano), también
significó un deterioro de la oferta educativa a nivel edilicio y salarial
docente (Filmus y Miranda, 1999).
Durante la década de los noventa, el crecimiento de la matrícula conti-
nuó su marcha, sobre todo en aquellos tramos de la EGB 3 (hoy denomina-
da secundaria básica). Así las cosas, este nivel educativo alcanzó su mayor
número de inscritos en 2002, en el medio de una de las peores crisis eco-
nómicas de nuestro país, descendiendo posteriormente a partir de 2003.
Esta situación llenó de perplejidad a los investigadores, que suponían que
el crecimiento de la matrícula educativa sería sostenido en el nuevo con-
texto de recuperación económica.
Frente a este cambio de tendencia, los estudios han planteado algunas
hipótesis de las cuales sólo se presentarán dos. La primera está relaciona-
da con la crisis de principios de 2000 y con la recuperación económica
de 2003. Respecto de la crisis, en los últimos años, se ha señalado que el

576 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

sistema educativo funcionó como un espacio de contención social frente


a la escasez de alternativas ocupacionales. Lo cual generó un pico de
escolarización en 2002, más asociado con el carácter social de la educa-
ción que a aspectos puramente educativos. Respecto de la recuperación,
a partir de 2003, se ha argumentado que las posibilidades ocupacionales
podrían estar compitiendo con la escolarización de los jóvenes que, por
cuestiones económicas o de otro orden, habrían ingresado a la actividad
laboral.
Una segunda hipótesis está vinculada con factores endógenos al pro-
pio sistema educativo. La idea principal es que una importante propor-
ción de jóvenes podrían haber optado por continuar sus estudios en el
espacio de la educación de adultos, que presenta una oferta más flexible o
atractiva, sobre todo para aquellos interesados en combinar la educación
con la actividad laboral. De forma tal que la pérdida de matrícula eviden-
ciada en la educación común puede haberse compensado por el impor-
tante crecimiento de los alumnos menores de 18 años en la educación de
adultos durante esos años (ver anexo).
Respecto de las modalidades de egreso, en el apartado anterior se ha
señalado que durante los años noventa el cambio de estructura previsto
por la Ley Federal de Educación implicó una fuerte fragmentación y di-
versificación de la secundaria, y que en la actualidad conviven distintos
tipos de organización del conocimiento escolar. En efecto, los jóvenes
acceden a estructuras educativas divergentes y a certificados secundarios
con distintas denominaciones según el establecimiento y la jurisdicción
educativa a la que asisten, independientemente de que los contenidos
puedan ser similares entre las mismas áreas del conocimiento.
La envergadura de la diversificación se expresa en la distribución de los
alumnos en las distintas orientaciones de polimodal y modalidades que
ofrece la educación secundaria En la gráfica 2 se representa sobre la iz-
quierda el número de alumnos según las orientaciones del aún vigente
nivel polimodal (que es mayoritario) y sobre la derecha los estudiantes
según las modalidades tradicionales de la educación secundaria (que agru-
pan 13.3% de los alumnos). La gráfica da cuenta también de la preponde-
rancia de las orientaciones vinculadas con las humanidades, las ciencias
sociales y la comercialización, sobre las orientaciones asociadas con la educación
técnica o las ciencias exactas y naturales.

Revista Mexicana de Investigación Educativa 577


Miranda

GRÁFICA 2
Distribución porcentual de la matrícula de la educación secundaria
según orientación/ modalidad.* Año 2006, total del país
35

30 29

24.4
25

20
15.6
15 14

10
7.4

5 3.7 3.3
2.5

0
Humanidades y Ciencias Economía y Producción de Comunicación, Bachiller Comercial Técnica
ciencias sociales naturales gestión de las bienes y artes y diseño
organizaciones servicios

POLIMODAL SECUNDARIA

* El cuadro presenta la estructura porcentual de la matrícula de los últimos tres años de la educación
secundaria (polimodal + secundaria tradicional). Los valores están expresados en porcentajes sobre el total.
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la DINIECE -Ministerio de Educación de la Nación.

Educación secundaria y género


En Argentina, la educación secundaria fue el nivel educativo de mayor
expansión durante la segunda mitad del siglo XX . La primaria –obligatoria
a partir de la Ley 1.420/1884– alcanzó su universalización entrados los
años sesenta, razón por la cual el crecimiento educativo –luego de esos
años- continúo en el nivel secundario. En el apartado anterior se pudo
observar dicha evolución a través del análisis de la matrícula y modalida-
des predominantes de egreso. A partir de aquí se aborda el seguimiento
del acceso y la terminalidad diferencial de hombres y mujeres5 a dicho
nivel educativo. Justamente, en la presentación del texto se ha señalado
que en la actualidad las mujeres tienden a terminar la educación secunda-
ria en mayor medida que los hombres. No obstante, cabe preguntarse si
esta tendencia siempre fue así. 6
En esta dirección, y con base en el procesamiento de datos de la Encues-
ta Permanente de Hogares ( EPH ) del Instituto Nacional de Estadística y
Censos ( INDEC ), se realizó un seguimiento sobre el acceso a la educación

578 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

por parte de hombres y mujeres de distintas generaciones, de forma de


determinar: ¿en qué momento histórico se equipararon las oportunidades
entre hombres y mujeres en el acceso al diploma secundario? Siguiendo la
información, en la gráfica 3 se puede verificar que la equiparación en las
oportunidades se produjo en la generación que nació entre 1942 y 1951, es
decir en la cohorte que hacia el año 2006 tenía entre 55 y 64 años de edad.
Al respecto, es interesante advertir que la igualdad en el acceso al diplo-
ma secundario se produjo en la generación que fue nombrada como babyboomers,
en referencia al boom de nacimientos que se produjo con posterioridad al
fin de la segunda Guerra Mundial. En este sentido, más allá de los debates
acerca del hecho demográfico, 7 esta generación presenta un significativo
interés en los estudios de juventud ya que se trata de la cohorte que –sobre
fines de los sesenta– experimentó una fuerte trasformación en los estilos de
vida en dirección a la mayor independencia de la mujer, y a su participación
en ámbitos de la vida pública; en donde, evidentemente, el acceso a la edu-
cación se constituyó en un elemento fundamental.

GRÁFICA 3
Porcentaje de población con secundario completo según sexo y grupos de edad.
Segundo semestre de 2006. Total de los aglomerados urbanos

71.8
66.3
60.4 62.1
58.6
54.1 53.2
49.8
43.4
43.3
35.9 37

24.9
20

1931 (85 1932-1941 1942-1951 1952-1961 1962-1971 1972-1981 1982-1987


años y más) (65 a 74 (55 a 64 (45 a 54 (35 a 44 (25 a 34 (19 a 24
años) años) años) años) años) años)

Hombres Mujeres

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la EPH - INDEC .

Revista Mexicana de Investigación Educativa 579


Miranda

Por otro lado, y continuando con la lectura de la gráfica 3, también es


interesante señalar que a partir de los años cincuenta la brecha se fue am-
pliando –en los años consecutivos– a favor de las mujeres. Así, entre los
jóvenes que en nuestros días tienen entre 19 y 24 años de edad es donde se
verifica la mayor distancia en la obtención del diploma secundario a favor
de las mujeres (10 puntos porcentuales).
Con el objetivo de profundizar el análisis, y de aportar al debate sobre
la desigualdad, nos detuvimos en la evaluación del acceso a los diplomas
secundarios por parte de hombres y mujeres de distintos sectores
socioeconómicos. En virtud de la información disponible, los procesamientos
fueron desarrollados en referencia a la variable ingresos. 8 Los resultados
del procesamiento son muy interesantes (gráfica 4). En primer lugar, se
puede distinguir que hasta entrados los años cuarenta el acceso a los di-
plomas de la educación secundaria fue privilegio de los hombres de gru-
pos sociales de mayores ingresos y que las mujeres accedían a la educación
en una proporción mucho menor en todos los grupos sociales. En segundo
lugar, se puede apreciar que la paridad en el acceso a los diplomas se al-
canza en todos los grupos en la cohorte de aquellos que cuentan entre 55
y 64 años de edad (1942-1951). Ambos procesos concuerdan con el im-
portante aumento de la matrícula que pudimos comprobar a partir de la
década del 40 en el apartado anterior.
La gráfica 4 permite, además, evidenciar la secuencia de la “democratiza-
ción” en el acceso al diploma secundario por parte de los distintos sectores
sociales y grupos de edad. Justamente en la generación de los nacidos entre
1952 y 1961, en el grupo de ingresos altos más de 8 de cada 10 accedían al
diploma, en el grupo medio, 5 de cada 10 y en el bajo menos de 3 de cada
10. En la generación subsiguiente, correspondiente a los nacidos en la déca-
da de los sesenta en el sector medio se produjo un importante salto, sobre
todo entre las mujeres. De forma tal que, como ha señalado Gallart (1984),
la democratización en el acceso a la secundaria hasta los años setenta alcan-
zó hasta los estratos medios, pero no incorporó a los sectores de menores
ingresos. En esta dirección, es preciso advertir que hasta el día de hoy el
acceso de los sectores de menores ingresos al diploma de la educación se-
cundaria alcanza a menos de 50% de los jóvenes entre 19 y 24 años de edad.
Por último, es importante señalar que actualmente la brecha de la ob-
tención de diplomas entre hombres y mujeres jóvenes es más pronunciada

580 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

según se desciende en la estructura social. Así, la diferencia en el grupo


social alto es de 9.6, en el medio de 8.9 y en el bajo de 14.2 puntos por-
centuales. Esta distancia nos lleva a re-pensar la estructura de opciones y
posibilidades por la cual las familias y los jóvenes optan entre la educación
y la inserción laboral de hombres y mujeres jóvenes. Al respecto, diversas
investigaciones han señalado la mayor predisposición entre hombres jóve-
nes a integrarse a la actividad laboral a edades más tempranas (Cortina y
Vite-León, 2007). A continuación se abordará esta temática a partir del
seguimiento de las actividades de jóvenes en edad teórica de asistir a la
educación secundaria (15 a 18 años).

GRÁFICA 4
Porcentaje de población con secundario completo según sexo,
grupos de edad y nivel socioeconómico.
Segundo semestre de 2006- Total de los aglomerados urbanos

100

80

60

40

20

0
1931 (85 1932-1941 1942-1951 1952-1961 1962-1971 1972-1981 1982-1987
años y más) (65 a 74 (55 a 64 (45 a 54 (35 a 44 (25 a 34 (19 a 24
años) años) años) años) años) años)

Hombres sector bajo Mujeres sector bajo Hombres sector medio


Mujeres sector medio Hombres sector alto Mujeres sector alto

Fuente: Elaboración propia con base a en datos de la EPH-INDEC.

Revista Mexicana de Investigación Educativa 581


Miranda

Educación secundaria y actividad laboral


La importancia social de la educación secundaria y la baja participación
laboral de los jóvenes menores de 18 años son fenómenos que han sido
ampliamente documentados en nuestro país (Salvia y Tuñón, 2003; Ja-
cinto, 2006; Miranda, 2007). Sin embargo, como se señaló en el aparta-
do anterior, a pesar de los avances en materia educativa existe una brecha
social pronunciada: los jóvenes que habitan en hogares de menores in-
gresos acceden en menor proporción a los diplomas de la educación
secundaria.
Estudios de campo han argumentado que el abandono escolar forma
parte de un proceso en donde se combinan distintos aspectos vinculados
con el ámbito educativo, con oportunidades laborales, eventos inespera-
dos a nivel personal (la pérdida del trabajo de alguno de los padres, acci-
dentes u otros sucesos) y necesidades económicas (Binstock y Cerrutti,
2005). En esta misma dirección y con el objetivo de aportar al análisis
sobre la situación social de los jóvenes, en este apartado se presenta un
estudio que expresa las posibles combinaciones que hacen los jóvenes en-
tre actividades educativas y laborales.9 Dichas combinaciones expresan distintas
formas de inserción social juvenil:

1) estudia como actividad principal,


2) estudia y busca trabajo,
3) estudia y trabaja,
4) trabaja como actividad principal
5) no estudia ni trabaja.

Los resultados de la exploración se detallan en la gráfica 5, en donde se


puede observar una fuerte tendencia hacia la escolaridad como actividad
principal entre los jóvenes en edad teórica de asistir a la educación secun-
daria. No obstante, la gráfica también es evidente la persistencia de estu-
diantes que trabajan, de jóvenes que trabajan y no asisten a la educación
secundaria, y de jóvenes que no estudian ni trabajan.
En efecto, prácticamente 3 de cada 10 jóvenes desarrollan tareas que los
distancian de la escolaridad como actividad principal. Algunos combinan la
educación con el trabajo. Otros solamente se desempeñan en la actividad
laboral. Otros han abandonado la educación y no participan del mercado
de trabajo. Todos ellos se encuentran en un terreno de vulnerabilidad.

582 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

En este terreno, las diferencias de género son significativas. Mientras


las mujeres que no asisten a la educación tienden a permanecen inacti-
vas, vinculándose de manera temprana a las actividades domésticas fa-
miliares, los hombres se relacionan de manera más temprana con la ocupación
laboral.

GRAFICA 5
Principales actividades de los jóvenes de 15 a 18 años.
Segundo semestre de 2006, total de los aglomerados urbanos

71.2
68.1

16.8
12 11.4
5.5 6.4 4.9
1.6 2.1

Sólo estudia Estudia y busca Estudia y trabaja Sólo trabaja No estudia ni


trabajo trabaja

Mujeres Hombres

* En la categoría “no estudia ni trabaja” se sumaron los valores de los jóvenes que son “inactivos
y no estudian” y los que son “desocupados y no estudian”.
Fuente: Elaboración propia con datos de la EPH - INDEC .

La participación en la educación como actividad principal está mucho


más acentuada entre los jóvenes de familias de mayores recursos econó-
micos existiendo una fuerte distancia entre los distintos sectores sociales
(ver anexo). Por el contrario, la inactividad y la vulnerabilidad es más
extendida entre las mujeres jóvenes que habitan en hogares de menores
recursos (gráfica 6). En efecto, más de 20% no estudia, ni trabaja, en-
contrándose en una situación que se ha denominado como de “domesti-

Revista Mexicana de Investigación Educativa 583


Miranda

cidad excluyente”, en referencia a su escasa participación en ámbitos públicos,


de carácter educativo o laboral (Braslavsky, 1986). Este fenómeno, que
no es nuevo, tiene implicaciones más significativas en el contexto social
contemporáneo; en donde el abandono escolar temprano y la baja parti-
cipación en el mercado laboral generan amplias dificultades frente a la
obtención de ingresos, perpetuando la vulnerabilidad de las mujeres en
estos grupos sociales.

GRAFICA 6
Jóvenes de 15 a 18 años que no estudian ni trabajan según sector social.*
Segundo semestre de 2006, total de los aglomerados urbanos

21.8

14.6

7.6
6.1 6.5
3.9

Sector alto Sector medio Sector bajo

Hombres Mujeres

* En la categoría “no estudia ni trabaja” se sumaron los valores de los jóvenes que son “inactivos y
no estudian” y los que son “desocupados y no estudian”.
Fuente: Elaboración propia con datos de la EPH - INDEC .

Actividades extra-escolares y educación secundaria


Con base en el análisis de la dinámica de los y las jóvenes en edad teórica
de asistir a la secundaria, realizamos un estudio en donde se abordó la
relación entre la educación y el trabajo entre jóvenes que estaban asis-

584 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

tiendo a dicho nivel educativo. Más específicamente, se desarrolló una


exploración sobre el vínculo de estudiantes del anteúltimo año de secun-
daria y la actividad laboral. Es interesante advertir que en investigacio-
nes anteriores nos centramos en la inserción laboral de los egresados, 10
es decir en qué pasaba una vez que se había concluido con los estudios
secundarios. En cambio, en esta oportunidad, planteamos estudiar cómo
el mundo del trabajo se “metía” en el ámbito escolar a través de la parti-
cipación de los estudiantes en actividades laborales o domésticas de dis-
tinta intensidad y compromiso.
Con ese objetivo, trabajamos con información relevada entre estudian-
11
tes mediante un cuestionario en el que se consultó detenidamente sobre
las actividades que realizaban estos jóvenes fuera del horario escolar, ya
sean laborales o domésticas. El cuestionario hacía hincapié en actividades
extra-escolares vinculadas con el trabajo doméstico, la actividad laboral
fuera del hogar y la participación en tareas productivas familiares. Es de-
cir, aquellas actividades que se realizan cotidianamente fuera del ámbito
escolar y que demandan tiempo y responsabilidad.
Los primeros resultados obtenidos evidenciaron que –en términos ge-
nerales– todos los estudiantes realizaban alguna actividad extra-escolar.
Frente a estos datos, se hizo indudable que las respuestas escondían situa-
ciones muy distintas entre los y las jóvenes de distintos sectores sociales.
Por esta razón, se introdujo una variable relativa a la medición de la “in-
tensidad” con que se realizaban las tareas y se desarrolló un agrupamiento
que distinguió cinco categorías:

1) Actividad laboral intensa: son aquellos estudiantes que trabajan o


ayudan en trabajos de algún familiar en forma habitual.
2) Actividad laboral moderada: jóvenes que algunas veces trabajan o ayudan
en trabajos de algún familiar.
3) Actividad doméstica intensa: estudiantes que ayudan en tareas do-
mésticas (cuidar a los hermanos menores, limpiar la casa, hacer las
compras) en forma habitual.
4) Actividad doméstica moderada: estudiantes que ayudan algunas veces
en tareas domésticas.
5) Sin ocupaciones laborales y/o domésticas: se trata de aquellos estudian-
tes que no ayudan en las tareas domésticas/laborales o lo hacen
esporádicamente.

Revista Mexicana de Investigación Educativa 585


Miranda

Los resultados del proceso se muestran en la gráfica 7, donde se pueden


observar las diferencias en las cargas extra-escolares entre los jóvenes estu-
diantes de distintos sectores sociales. Justamente, los de estratos bajos tie-
nen mayor responsabilidad en las tareas extra-escolares, que los de medios
y altos. Estos últimos parecen estar liberados de las tareas vinculadas con
actividades domésticas o laborales.
Las diferencias entre hombres y mujeres son notables. En primer lugar,
ellas manifestaron realizar actividades domésticas, prácticamente en la mis-
ma proporción (ver anexo). Pero, al medir la intensidad se comprobaron
fuertes diferencias entre aquellas jóvenes que habitan en hogares de ingresos
bajos (39.2% con actividad doméstica intensa). Contraste que está fuerte-
mente asociado con el papel diferencial de las mujeres al interior de la estra-
tegia reproductiva familiar en los distintos grupos sociales (Gallart, 1992).

GRAFICA 7
Ocupaciones extra-escolares de los estudiantes secundarios según sector social.
Ciudad de Buenos Aires, partidos del Conurbano, Neuquén y Salta

39.2

28.3

23.4

18.3 19.2
17.9 17.6
14 15
13.6
11.7
10 9.8 10.7
8.8
7
3.3
1.7

Alto Medio Bajo Alto Medio Bajo


HOMBRES MUJERES

Actividad laboral intensa Actividad doméstica intensa Sin ocupaciones laborales y/o domésticas

Fuente: Elaboración propia, encuesta a alumnos de la investigación: “Intersecciones entre desigual-


dad y escuela media. Un análisis de las dinámicas de producción y reproducción de la desigualdad
escolar y social en cuatro jurisdicciones”, 2005-2008.

586 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

En segundo lugar, la dedicación a actividades domésticas es de menor


proporción entre los hombres; así como su intensidad es descendente
según los grupos sociales (más alta entre los altos, más baja entre los
bajos) y en ningún caso supera 20% (sector medio). En sentido inverso,
la participación laboral entre los hombres sigue la lógica de la estructura
social 38.3, 52.0 y 67.3% en los sectores alto, medio y bajo, respectiva-
mente, siendo mucho más intensa entre los hombres de este último sec-
tor social.
En tercer lugar, entre las mujeres la participación en actividades labo-
rales, si bien levemente menor, también es incremental según se desciende
en la estructura social. En este sentido, destaca la amplia proporción de
muchachas del sector alto sin ocupaciones laborales ni domésticas (28.3%),
y la amplia participación de jóvenes de sectores bajos en tareas que son
centrales para la reproducción de la estructura familiar (49.4%). Es en
esta distancia entre las actividades de las mujeres de distintos grupos so-
ciales, donde la dinámica de la desigualdad se hace más evidente.

Reflexiones finales
A lo largo del texto se abordaron distintos aspectos vinculados con la
educación secundaria en la Argentina, con especial referencia al acceso
al diploma por parte de hombres y mujeres de distintos grupos sociales.
En un primer apartado, se expuso un breve recorrido histórico, con el
propósito de describir el marco institucional y poner de relieve el estado
actual y los desafíos que se presentan en dirección al cumplimiento de la
obligatoriedad escolar, prevista por la Ley de Educación Nacional a par-
tir del año 2006.
En un segundo punto se abordó la evolución cuantitativa de la ma-
trícula y la expansión de las modalidades de egreso en distintos contex-
tos socioeconómicos. En este caso, se subrayó que la masificación de la
educación secundaria fue un fenómeno que se expandió durante la se-
gunda mitad del siglo XX y que durante las últimas décadas se acentua-
ron dos procesos de gran importancia. Por un lado, el desacople entre el
crecimiento económico y la expansión cuantitativa, es decir la continui-
dad de la expansión educativa en momentos de escaso o nulo crecimien-
to económico. Este fenómeno, que se pudo verificar en masificación de
la educación secundaria durante los años ochenta, tuvo su punto más
alto durante la última crisis económica (2001-2002), cuando se com-

Revista Mexicana de Investigación Educativa 587


Miranda

probó el mayor promedio de escolarización de los y las jóvenes en nues-


tro país. Por otro lado, el proceso de fragmentación institucional y la
diversificación en las modalidades de egreso, que propició la implementación
de las reformas educativas de los noventa, así como la preponderancia de
las orientaciones humanísticas y sociales al interior de la matrícula edu-
cativa secundaria.
Posteriormente, se realizó un seguimiento del acceso al diploma de la
educación secundaria por parte de hombres y mujeres de distintos gru-
pos de edad. Con base en datos de las encuestas de hogares, se observó
que hasta entrados los años cuarenta la educación secundaria represen-
taba un privilegio al que accedían los hombres de familias de mayores
recursos económicos, y que a partir de esa etapa se produjo la equipara-
ción en las oportunidades de hombres y mujeres. En relación con esta
tendencia, se destacó que fue justamente en la generación que protago-
nizó los movimientos juveniles de los años sesenta (por ejemplo, Tlatelolco/
Cordobazo) donde tuvo lugar la democratización en el acceso al diploma
secundario entre géneros. Esta generación, que fue denominada como
babyboomers es de especial interés en los estudios de juventud, ya que se
trata de la primera cohorte en donde la “juventud” como categoría social
tuvo importancia en términos cuanti y cualitativos (estilos de vida, con-
sumos culturales, entre otros) (Hobsbawn, 1990).
En las generaciones posteriores a las nacidas en los años cincuenta, las
mujeres fueron alcanzando el diploma secundario en mayor medida que
los hombres, de manera cada vez más acentuada. En la actualidad, la bre-
cha supera los 10 puntos porcentuales a favor de las mujeres. Sin embar-
go, a pesar del fuerte avance femenino, los resultados de la investigación
dieron cuenta de que en nuestros días continúan vigentes las tendencias
hacia una preponderancia en la asunción de responsabilidades domésticas
entre las mujeres y una mayor propensión a la realización de actividades
laborales por parte de los hombres.
La continuidad en lo que podemos denominar como comportamientos
asociados con “patrones tradicionales de género” nos obliga a re-pensar la
asociación directa que se postula en la economía de la educación (de orientación
neo-clásica) sobre el nivel educativo y la participación laboral. Sobre todo
en la afirmación sobre el carácter directo o inmediato de esta relación (a
mayor calificación, mayor participación laboral). Frente a esta perspecti-

588 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

va, en cambio, consideramos que es adecuado argumentar que el vínculo


entre el nivel educativo y la participación laboral está mediatizado por
factores culturales y sociales asociados con el hogar de origen de los y las
jóvenes; asimismo, que la educación no es un “hecho aislado”, sino que se
ejerce acción educativa en el marco de un conjunto de relaciones sociales,
culturales y de género.
La continuidad observada en las tendencias a los desempeños laborales
diferenciales entre hombres y mujeres nos llevó, asimismo, a preguntar-
nos: ¿cuánto hay de nuevo y cuánto de reproducción de viejas estructuras
sociales en las tendencias observadas entre los y las jóvenes contemporá-
neos/as? En efecto, sobre finales de los años setenta P. Willis –en el marco
de un conjunto de trabajos que estudiaban la emergencia de sub-culturas
juveniles– señaló que los jóvenes hombres de clase obrera no eran “vícti-
mas” del fracaso escolar, sino actores que expresaban su subjetividad opo-
niéndose a la autoridad escolar, en dirección a la afirmación de su masculinidad.
Esta afirmación sentenciaba que dicho comportamiento (abandono esco-
lar + participación en ámbitos productivos) reproducía al mismo tiempo
la superioridad de género (masculino) y la estructura de clases al interior
del sistema capitalista (Wills, 1988).
Las afirmaciones de Willis adquieren nuevos matices en las socieda-
des contemporáneas, frente a las transformaciones laborales del capita-
lismo post-industrial (Aronowitz, 2004). En nuestros días, cuando los
colectivos sociales han tendido a diluirse en el marco de los procesos de
individuación nos preguntamos: ¿qué significado adquiere el abandono
escolar entre los hombres jóvenes? Por otro lado, y en dirección a la mayor
participación de las mujeres en tareas domésticas y la persistencia de mu-
chachas que encuentran en la atención del hogar sus actividades excluyentes
–sobre todo entre las de menores recursos económicos– nos cuestiona-
mos: ¿qué significado tiene la educación entre las jóvenes que deben ocu-
parse a edades tempranas de actividades centrales para la reproducción de
la vida familiar? ¿Logra la escuela secundaria modificar en algún aspecto
su destino?
Frente a estos interrogantes y con la convicción del aporte insustituible
de la educación en la vida de los y las jóvenes, consideramos que lo particu-
lar de esta época es que las tendencias observadas en investigación se desa-
rrollan en el marco de una mayor desigualdad social. En efecto, la estructura

Revista Mexicana de Investigación Educativa 589


Miranda

social argentina ha sufrido un proceso de concentración de gran intensidad


a partir de los años setenta (Basualdo, 2000), que signa los tránsitos entre la
educación y el empleo entre los jóvenes contemporáneos.
En los datos del estudio, este proceso de polarización social se hace
evidente, por ejemplo, en el destino de las mujeres jóvenes a cargo de
tareas domésticas y laborales intensivas, las cuales continúan representan-
do recursos insustituibles de la estrategia reproductiva del hogar en los
sectores de bajos ingresos, o en el privilegio de aquellas que destinan su
tiempo con exclusividad a los estudios y la actividad recreativa en los sec-
tores de ingresos altos, o bien en las dificultades de los hombres jóvenes de
menores recursos para conseguir un empleo y poder efectivamente vincu-
larse con la actividad productiva de manera continuada. Situaciones que,
ponen en evidencia, la continuidad de la desigualdad en las oportunidades
y accesos en un marco laboral más competitivo y excluyente.
Los resultados de la investigación nos desafían a repensar la desigual-
dad y su vínculo con aspectos educativos, generacionales y de género. En-
frentándonos con la complejidad que adquieren los estudios de juventud
en las sociedades contemporáneas; así como con la necesidad de redefinir
y actualizar algunas categorías del pensamiento social desde la perspectiva
latinoamericana.

Anexo

a) Matrícula educativa: evolución de la matrícula


de nivel secundario común y de adultos

CUADRO 1
Matrícula de polimodal/medio superior de educación común y de nivel medio
de adultos, total del país

Tipo de oferta educativa 2002 2005 2005-2002

Alumnos 8º, 9º de EGB/ polimodal/


medio común 2 018 056 1 938 736 -79 320

Alumnos 8º, 9º de EGB/ polimodal/


medio adultos hasta 18 años 89 776 140 022 50 246

Fuente: Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa. Ministerio de Educa-


ción, Ciencia y Tecnología de la Nación.

590 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

b) Estructura poblacional de la EPH-INDEC

CUADRO 2
Distribución de la población según sexo y grupos de edad. Segundo semestre
de 2006, total de los aglomerados urbanos

Grupo de edad Sexo Total


Varón Mujer

Hasta 14 años N 3 081 756 2 952 283 6 034 039


% 28.8 25.3 27.0

15 a 18 años N 868 032 873 500 1 741 532


% 8.1 7.5 7.8

19 a 24 años N 1 228 049 1 312 118 2 540 167


% 11.5 11.3 11.4

25 a 34 años N 1 812 598 1 969 853 3 782 451


% 16.9 16.9 16.9

35 a 44 años N 1 307 059 1 534 329 2 841 388


% 12.2 13.2 12.7

45 a 54 años N 1 159 591 1 333 964 2 493 555


% 10.8 11.4 11.2

55 a 64 años N 851 504 1 017 233 1 868 737


% 8.0 8.7 8.4

65 a 74 años N 334 349 510 337 844 686


% 3.1 4.4 3.8

85 años y más N 56 825 149 377 206 202


% 0.5 1.3 0.92

Total N 10 699 763 11 652 994 22 352 757


% 100.0 100.0 100.0

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la EPH-INDEC.

Revista Mexicana de Investigación Educativa 591


Miranda

La estructura de población que recoge la muestra se corresponde el relevamiento del


último censo de población y viviendas (INDEC-2001). Al respecto, hay varios comenta-
rios qué realizar. En primer lugar, las diferencias en la estructura porcentual de los
grupos de menor edad. Como se puede observar, entre los menores de 14 años es más
numerosa la presencia de varones que de mujeres, pero se modifica a partir de los 15
años de edad, cuando la proporción de hombres desciende. Es interesante advertir que
este cambio de tendencia está significativamente asociado con una mayor tasa de mor-
talidad de los hombres jóvenes (1.2%) en relación con las mujeres en el mismo grupo
de edad (0.5%). Asimismo, es importante señalar que 70.8% de las muertes de hom-
bres jóvenes (entre 15 y 24 años de edad) están relacionadas con causas externas,
predominantemente vinculadas con accidentes de tránsito, agresiones y suicidios (Mi-
nisterio de Salud de la Nación, 2007), las cuales podrían ser prevenidas a través de
políticas integrales de juventud.
Un segundo comentario es el relativo a las diferencias que se presentan en los gru-
pos de mayor edad. En este caso, a partir del grupo de 65 años y más la distancia entre
hombres y mujeres es muy significativa y está asociada con la mayor expectativa de
vida que experimenta la población femenina. El dato es de suma importancia en virtud
de los niveles educativos de la población en análisis, sobre todo porque sería de supo-
ner una correlación positiva entre nivel educativo, estrato o nivel socioeconómico y
expectativa de vida en los hombres de ese grupo de edad. Por esta razón, en el análisis
de las estadísticas educativas de dicho segmento etario se debe tener en cuenta que la
estructura de la muestra refleja la situación de aquellos que aún viven y entran dentro
de la cobertura (muestra) del relevamiento. Es decir, no reflejan lo ocurrido en esa
cohorte de forma precisa, sino sólo el estado actual.

592 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

c) Actividades de los jóvenes

CUADRO 3
Principales actividades de los jóvenes entre 15 y 18 años de edad según sector
social. Principales aglomerados urbanos, segundo semestre de 2006 (%)

Sector Varón Mujer Total

Bajo Estudia 63.80 65.70 64.80

Estudia y busca trabajo 2.10 1.60 1.90

Estudia y trabaja 6.00 5.20 5.60

Es inactivo y no estudia 9.80 15.20 12.50

Es desocupado y no estudia 4.80 6.60 5.70

Trabaja 13.50 5.70 9.60

Total 100.00 100.00 100.00

Medio Estudia 73.60 81.00 77.20

Estudia y busca trabajo 2.30 1.50 1.90

Estudia y trabaja 8.30 6.60 7.50

Es inactivo y no estudia 5.00 6.10 5.60

Es desocupado y no estudia 1.50 1.50 1.50

Trabaja 9.20 3.30 6.30

Total 100.00 100.00 100.00

Alto Estudia 82.60 89.30 86.30

Estudia y busca trabajo 1.50 2.30 1.90

Estudia y trabaja 6.50 0.50 3.20

Es inactivo y no estudia 6.10 3.80 4.80

Es desocupado y no estudia 0.10 0.00

Trabaja 3.30 4.10 3.80

Total 100.00 100.00 100.00

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la EPH - INDEC .

Revista Mexicana de Investigación Educativa 593


Miranda

d) Actividades extra-escolares

CUADRO 4
Ocupaciones extra-escolares de los estudiantes según sector social (%)

Alto Medio Bajo

Actividad laboral intensa 6.7 11.4 20.4

Actividad laboral moderada 24.2 33.1 37.4

Actividad doméstica intensa 13.3 18.6 27.0

Actividad doméstica moderada 32.5 27.1 10.6

Sin ocupaciones laborales y/o domésticas 23.3 9.7 4.6

Hombres

Actividad laboral intensa 10.0 13.6 23.4

Actividad laboral moderada 28.3 38.4 43.9

Actividad doméstica intensa 11.7 19.2 14.0

Actividad doméstica moderada 31.7 20.0 11.7

Sin ocupaciones laborales y/o domésticas 18.3 8.8 7.0

Mujeres

Actividad laboral intensa 3.3 9.8 17.6

Actividad laboral moderada 20.0 26.8 31.8

Actividad doméstica intensa 15.0 17.9 39.2

Actividad doméstica moderada 33.3 34.8 9.7

Sin ocupaciones laborales y/o domésticas 28.3 10.7 1.7

Fuente: Elaboración propia, encuesta a alumnos de la investigación: “Intersecciones entre desigual-


dad y escuela media. Un análisis de las dinámicas de producción y reproducción de la desigualdad
escolar y social en cuatro jurisdicciones”, 2005-2007.

594 Consejo Mexicano de Investigación Educativa


Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina

Notas
1 4
A lo largo del presente texto se trabaja con El último periodo dictatorial tuvo lugar
resultados de investigación que fueron obteni- entre marzo de 1976 y diciembre de 1983. Du-
dos en el marco del Programa de Investigacio- rante esa etapa las condiciones de vida de la po-
nes de Juventud de la FLACSO, a partir del desarrollo blación fueron seriamente afectadas en términos
de los siguientes estudios: “Las transformacio- políticos, económicos y sociales. La política re-
nes del mercado de trabajo frente a las reformas presiva y el terrorismo de Estado tuvieron a los
estructurales de los noventa: un estudio sobre la jóvenes entre sus principales víctimas de deten-
segmentación laboral de los jóvenes en la Ar- ciones ilegales, desapariciones y muertes. En este
gentina contemporánea (2003-2006)” e “Inter- marco, la participación educativa de los jóve-
secciones entre desigualdad y educación media: nes se vio afectada, así como la participación
un análisis de las dinámicas de producción y re- pública y laboral del conjunto de la población
producción de la desigualdad escolar y social en argentina.
5
cuatro jurisdicciones (2005-2008)”. Estas inves- El género, como categoría social, surgió para
tigaciones se realizaron con financiación de la explicar las desigualdades entre hombres y mu-
Agencia Nacional de Investigaciones Científicas jeres, enfatizando en la multiplicidad de identi-
y Tecnológicas de Argentina. dades, las relaciones de poder y los aspectos
2
Es preciso señalar que la información de culturales e históricos que se atribuyen al carác-
las distintas fuentes corresponde a relevamientos ter femenino y masculino en diferentes contex-
y cuestionarios que trabajan a partir de distintas tos (Gamba, 2007). En el abordaje cuantitativo,
lógicas y objetivos, en virtud de lo cual no ad- sin embargo, se utilizará la variable sexo en co-
miten comparaciones ni homologaciones. rrespondencia con la información estadística dis-
3
La primera escuela secundaria –el Colegio ponible. Es interesante advertir, asimismo, que
Nacional de Buenos Aires– fue fundada hacia la bibliografía consultada para este texto plan-
1863, en el contexto de una política educativa tea articulaciones y des-articulaciones de la cons-
que continuó con la creación de otros colegios trucción social del cuerpo y la categoría género.
nacionales en las principales capitales provinciales. Al respecto, Morgade y Alonso (2008: 22) seña-
Dichos colegios, de modalidad bachiller, esta- lan: “...La categoría género fue potente, pero tendió
ban destinados a la formación política y la con- a dejar afuera temas de la teoría Queer y grupos
tinuidad educativa universitaria de las élites. Unos más vulnerados, pero también críticos, volvie-
años más tarde, hacia 1865, se inició la expan- ron a problematizar: el supuesto de que existen
sión de las escuelas normales con el objetivo de dos géneros (masculino y femenino) y una direccio-
formar maestros que pudieran sostener la expansión nalidad ‘correcta’, ‘normal’ del deseo por el cuerpo/
del nivel primario de enseñanza (Dussel, 1997). género opuesto”. Sin desconocer este interesan-
La educación técnica tuvo sus inicios hacia 1871, te debate, la extensión del texto sólo nos permi-
en departamentos anexos de los colegios nacio- tirá abordar el debate sobre desigualdad frente a
nales de Salta, San Juan y Catamarca. Posterior- la educación y el empleo a partir datos estadísti-
mente, se creó el departamento industrial de la cos que relevan la variable sexo.
6
Escuela de Comercio de Buenos Aires, que se En referencia al análisis estadístico es ne-
independizó hacia 1899 transformándose en el cesario precisar ciertos aspectos metodológicos.
primer colegio industrial, actualmente “Otto En efecto, en este aparatado se trabaja con
Krause” (Sobrevila, 1995). Asimismo, hacia 1890, datos producidos por la EPH - INDEC , para el
fue fundada la Escuela de Comercio de la Capi- total de los aglomerados urbanos. Dicha fuente
tal de la República, hoy “Carlos Pellegrini”, cu- brinda la posibilidad de procesar micro-da-
yos objetivos estaban vinculados con la formación tos y de esta forma combinar aspectos educa-
en matemática, el cálculo mercantil, el manejo tivos y socioeconómicos de hombres y mujeres
de libros contables y los idiomas extranjeros. de distintos grupos de edad. Ahora bien, en

Revista Mexicana de Investigación Educativa 595


Miranda

la lectura sobre la interpretación de la infor- que provocó la segunda Guerra Mundial en los
mación debe tomarse en cuenta que sus re- países centrales.
8
sultados se corresponden con una “foto” de la De forma tal que, a partir de la re-
situación en el periodo considerado (en este categorización de la variable “Decil de Ingreso
caso: el segundo semestre 2006). Por tal ra- per-capita familiar”, se distinguieron tres secto-
zón, los procesamientos no evidencian la si- res sociales: a) bajo: deciles 1 al 4; b) medio:
tuación de hombres y mujeres en etapas deciles 5 al 8; y c) alto: deciles 9 y 10.
9
anteriores. Por ejemplo, no muestran la situación Si bien las actividades educativas y labora-
educativa en 1940, sino que representan la les no agotan las necesidades y deseos de los jó-
situación de la generación que habita en nuestro venes en cuanto al uso de su tiempo vital, los
país en la actualidad y que nació en 1940 (para datos con los que estamos trabajando sólo nos
más detalles sobre la composición etaria de la permiten acercarnos a la dinámica de la inser-
muestra ver anexo). ción laboral a partir de dichas actividades. En
7
En la Argentina, la hipótesis sobre el baby esta dirección, desde el Programa de Investiga-
boom ha sido discutida por los demógrafos. Los ciones de Juventud hemos promocionado la rea-
especialistas han sostenido la existencia de dos lización de encuestas de juventud, las cuales
“explosiones” de nacimientos. La primera, que presentan un abordaje integral sobre los jóvenes
se inició hacia el fin de la segunda Guerra Mundial y sus condiciones de vida.
10
y alcanzó su máximo a mediados de los años Entre 1998 y 2003 desarrollamos la in-
cincuenta, habría estado generada por la últi- vestigación “La inserción ocupacional de
ma ola de inmigración europea (Recchini de los egresados de la escuela media”, la cual tuvo
Lattes y Lattes, 1974). La segunda, mucho más una amplia repercusión en el ámbito educativo
importante, se inició a fines de los años sesenta nacional.
11
y alcanzó su máximo a fines de los setenta, fue Proyecto “Intersecciones entre desigual-
resultado de la renovación generacional de la dad y educación media: un análisis de las diná-
cohorte nacida en los años cincuenta. Otras hi- micas de producción y reproducción de la
pótesis señalan que en esta segunda exposición desigualdad escolar y social en cuatro jurisdic-
tuvo lugar además un aumento en la tasa de ciones”, que se desarrolló bajo la dirección de
fecundidad, Pantelides (1989). Con todo, el ritmo Inés Dussel, en conjunto con la dirección de In-
de crecimiento poblacional está asociado con vestigación de la Secretaría de Educación de la
dinámicas demográficas locales y no es resulta- Ciudad de Buenos Aires, y las universidades na-
do del retraso y recuperación de la maternidad cionales de Salta, La Plata y del Comahue.

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Artículo recibido: 1 de julio de 2009


Dictaminado: 20 de octubre de 2009
Segunda versión: 9 de noviembre de 2009
Aceptado: 11 de noviembre de 2009

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