Señor Enséñanos A Orar LC
Señor Enséñanos A Orar LC
Señor Enséñanos A Orar LC
enséñanos a
orar
Libro de oración del
miembro laico del
Regnum Christi
¡Venga tu Reino!
REGNUM CHRISTI
SEDE DE LA DIRECCIÓN GENERAL
Via Aurelia 677 – 00165 Roma, Italia
16 de diciembre de 2022
¿Qué es el SEO?
Introducción:
«¡Señor, enséñanos a orar!»
La Eucaristía
Celebración de la Eucaristía
Un día orante
Al levantarse
Invocación
¡Cristo, rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Petición inicial
Señor y Padre mío, inspira mis pensamientos, palabras y accio-
nes, y acompáñalos con tu ayuda, para que todas mis activida-
des comiencen y terminen según tu voluntad y por amor a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Ofrecimiento de obras
Oración al Padre
Creo en ti, Dios mío porque eres la verdad misma. Espero en ti,
porque eres la misericordia infinita. Te amo sobre todas las cosas
porque eres infinitamente amable y porque a ti solo debo amarte
con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas
(cf. Dt 6, 5). Te doy gracias, Padre, por haberme concedido un
nuevo día para darte gloria y hacer presente tu reino.
Amén.
Oración a Jesucristo
Señor Jesús:
Te entrego mis manos para hacer tu trabajo.
Te entrego mis pies para seguir tu camino.
Te entrego mis ojos para ver como tú ves.
Te entrego mi lengua para hablar tus palabras.
Te entrego mi mente para que tú pienses en mí.
Te entrego mi espíritu para que tú ores en mí.
Sobre todo, te entrego mi corazón para que en mí ames a tu
Examen de previsión
Meditación
Oh, Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del
Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre
el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Ángelus
El Ángelus se reza todo el año, excepto en el tiempo pascual.
Regina Cæli
El Regina Cæli se reza en el tiempo pascual: desde el domingo de
pascua hasta mediodía del sábado de Pentecostés.
Rosario
Rosario en grupo
Cuando se reza el rosario en grupo, lo inicia el guía, quien enuncia
cada uno de los misterios y la intención general; cinco de los par-
ticipantes pueden presentar las intenciones por las que el grupo
quiere ofrecer cada uno de los misterios.
Lector: «Y vino una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo, el
amado, mi predilecto» (Mt 3, 17).
Guía: Segundo misterio: La autorrevelación de Jesús en las
bodas de Caná.
Lector: «En Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos, manifes
tó su gloria y creció la fe de sus discípulos en Él» (Jn 2, 11).
Guía: Tercer misterio: El anuncio del Reino de Dios invitando a la
conversión.
Lector: «Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de
Dios. Decía: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de
Dios; convertíos y creed en el Evangelio”» (Mc 1, 15).
Guía: Cuarto misterio: La transfiguración.
Lector: «Mientras oraba se transfiguró delante de ellos, y su rostro
resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos
como la luz» (Lc 9, 29; Mt 17, 2).
Guía: Quinto misterio: La institución de la Eucaristía.
Lector: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma
de este pan vivirá para siempre» (Jn 6, 51).
Lector: «Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó azotarle» (Jn 19, 1).
Guía: Tercer misterio: La coronación de espinas.
Lector: «Los soldados trenzaron una corona de espinas y se la
pusieron en la cabeza» (Jn 9, 2).
Guía: Cuarto misterio: Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario.
Lector: «Y Jesús, cargando su cruz, salió hacia el lugar llamado
Calvario» (Jn 19, 17).
Guía: Quinto misterio: La crucifixión y muerte de nuestro Señor.
Lector: «Lo crucificaron y con Él a otros dos, uno a cada lado, y
Jesús en medio» (Jn 19, 18).
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y es-
peranza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hi-
jos de Eva; a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra. Vuelve a nosotros
tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstra-
nos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clemente; oh, pia-
dosa; oh, dulce Virgen María!
Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial.
Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, redentor del mundo.
Dios Espíritu Santo.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios.
Santa María.
Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios.
Santa Virgen de las vírgenes.
Madre de Cristo.
Madre de la Iglesia.
Madre de misericordia.
Madre de la divina gracia.
Madre de la esperanza.
Madre purísima.
Madre castísima.
Madre virginal.
Madre inmaculada.
Madre amable.
Madre admirable.
Madre del buen consejo.
Madre del Creador.
Madre del Salvador.
Madre del Regnum Christi.
Virgen prudentísima.
Virgen digna de veneración.
Virgen digna de alabanza.
Virgen poderosa.
Virgen clemente.
Virgen fiel.
Espejo de justicia.
Trono de sabiduría.
Causa de nuestra alegría.
Vaso espiritual.
Vaso digno de honor.
Vaso insigne de devoción.
Rosa mística.
Torre de David.
Torre de marfil.
Casa de oro.
Arca de la alianza.
Puerta del cielo.
Estrella de la mañana.
Salud de los enfermos.
Refugio de los pecadores.
Consuelo de los migrantes.
Consuelo de los afligidos.
Auxilio de los cristianos.
Reina de los ángeles.
Reina de los patriarcas.
Reina de los profetas.
Reina de los apóstoles.
Reina de los mártires.
Reina de los confesores.
Reina de las vírgenes.
Reina de todos los santos.
Reina concebida sin pecado original.
Reina elevada al cielo.
Reina del santísimo rosario.
Reina de la familia.
Reina de la paz.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
Oremos:
Oh, Dios, cuyo Hijo Unigénito nos alcanzó el premio de la salva-
ción eterna con su vida, muerte y resurrección; te pedimos nos
concedas que al venerar los misterios del rosario de la bienaven-
turada Virgen María, vivamos sus enseñanzas y alcancemos las
promesas que en ellos se contienen. Por Jesucristo, nuestro Se-
ñor. Amén.
Rosario en privado
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, creador y re-
dentor mío, por ser tú quien eres, y porque te amo sobre todas
las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido.
Quiero y propongo firmemente confesarme a su tiempo.
Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados.
Confío que en tu bondad y misericordia infinita, me los perdona-
rás y me darás la gracia para no volver a ofenderte. Amén.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y es-
peranza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hi-
jos de Eva; a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra. Vuelve a nosotros
tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstra-
nos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clemente; oh, pia-
dosa; oh, dulce Virgen María!
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás presente en el Santísimo Sacramen-
to. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo sacramentalmente, ven al menos es-
piritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, me
abrazo y me uno todo a ti: no permitas que me separe de ti.
Amén.
Oraciones de la noche
Balance
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor y Dios mío, que eres todo bondad y misericordia infinita, te
doy gracias con todo mi corazón por los innumerables beneficios
que me has concedido, muy especialmente por haberme creado,
redimido, llamado a la fe católica y elegido para hacer presente
el Reino de Cristo entre mis hermanos, por haberme librado de
tantos peligros de alma y cuerpo. Dígnate, Señor, iluminar mi en-
tendimiento para que conozca mis culpas y concédeme la gracia
de un verdadero dolor y de una sincera enmienda.
Antífona
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos,
para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Nunc dimittis
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el princi-
pio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Conclusión
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una
muerte santa. Amén.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y es-
peranza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hi-
jos de Eva; a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra. Vuelve a nosotros
tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstra-
nos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clemente; oh, pia-
dosa; oh, dulce Virgen María!
Oración inicial
VER:
Queremos ver la realidad como Dios la ve, y aprender a observar
la vida con objetividad y con profundidad, con la razón y con la
fe, y a descubrirle a Él presente en ella.
JUZGAR:
Habiendo tomado mayor conciencia de la presencia del trigo y
de la cizaña en el tema analizado (cf. Mt 13, 24-30), buscamos
discernir cómo juzga o interpreta Jesús nuestra presencia, par-
ticipación o actitudes ante esta realidad, y comprender qué está
esperando Él de nosotros.
Oración final
Hora eucarística
• Lectura espiritual.
Los ritmos del día y la semana forjan paso a paso una vida orante.
El año repite ese mismo ciclo, con mayor extensión y profundi-
dad. Cada año la naturaleza renace en primavera y alcanza su
madurez en verano, pero, como naturaleza caída, declina en oto-
ño y muere en invierno. Son estas, también, las etapas de la vida
humana en la tierra: nacimiento y juventud, madurez, ancianidad
y muerte.
Adviento y Navidad
Vía crucis
por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días
en los que dirán: “Bienaventuradas las estériles y los vientres que
no han dado a luz y los pechos que no han criado”. Entonces
empezarán a decirles a los montes: “Caed sobre nosotros”, y a
las colinas: “Cubridnos”; porque, si esto hacen con el leño verde,
¿qué harán con el seco?». Conducían también a otros dos mal-
hechores para ajusticiarlos con él (Lc 23, 27-31).
Bendición final
Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre este
pueblo, que ha celebrado la muerte de tu Hijo con la esperanza
de su santa resurrección; venga sobre él tu perdón, concédele tu
consuelo, acrecienta su fe y guíalo a la salvación. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
Renovación de la asociación al
Regnum Christi
Los laicos del Regnum Christi renovamos ordinariamente nuestra
asociación una vez al año, al concluir la celebración eucarísti-
ca de la solemnidad de Cristo Rey, acompañados por miembros
de todas las vocaciones. Sin embargo, la fórmula de renovación
puede ser de uso frecuente, individual o en equipo, para pedir
a Dios la gracia de identificarnos más y mejor con el camino de
santidad que Él nos propone en el Regnum Christi. Seguimos
aquí las indicaciones del Ritual del Regnum Christi.
Fórmula
Señor, Tú me has llamado a vivir conscientemente mi vocación
bautismal a la santidad y al apostolado según el carisma del Reg-
num Christi, para entregarme a Cristo desde mi estado y condi-
ción de vida a fin de que Él reine en mi corazón y en la sociedad.
Por eso deseo renovar mi pertenencia al Regnum Christi como
miembro de esta familia espiritual. Para ello me comprometo a:
Ejercicios espirituales
Sacramento de la Reconciliación
Examen de conciencia
Rito de penitencia
Acto de contrición
Penitente: Dios mío; con todo mi corazón me arrepiento de todo
el mal que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer.
Al pecar te he ofendido a ti, que eres el supremo bien y digno
de ser amado sobre todas las cosas. Propongo firmemente, con
la ayuda de tu gracia, hacer penitencia, no volver a pecar y huir
de las ocasiones de pecado. Señor, por los méritos la pasión de
nuestro salvador Jesucristo, apiádate de mí. Amén.
Absolución
Sacerdote: Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo
el mundo por la muerte y resurrección de su Hijo, y derramó al
Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por
el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de
tus pecados, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo.
Penitente: Amén.
Despedida
Sacerdote: Da gracias al Señor porque es bueno.
Penitente: Porque es eterna su misericordia.
Sacerdote: El Señor ha perdonado tus pecados. Vete en paz.
Guía: Oremos:
¡Oh, Dios, que has iluminado
los corazones de tus hijos
con la luz del Espíritu Santo;
haznos dóciles a sus inspiraciones
para gustar siempre el bien
y gozar de su consuelo.
Antes de comer
Después de comer
Guía: Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti, que
vives y reinas por los siglos de los siglos.
Participantes: Amén.
Señor Jesús,
por el don del bautismo somos hijos de Dios
reunidos en la Trinidad y en la comunión de la Iglesia.
Tú nos has llamado al Regnum Christi,
una familia espiritual que quiere llevar tu amor a todos los hom-
bres.
Ilumina mis ojos para ver el don que cada persona es.
Abre mis oídos para escuchar las necesidades del otro.
Pon en mi boca la Palabra para encontrarme con mis hermanos
y hermanas.
Vive en mi corazón para unirnos en ideales, propósitos y esfuer-
zos,
para que trabajemos juntos por hacer presente tu Reino.
Hazme consciente de que la comunión es misionera
y de que la misión es para la comunión.
Recuérdame, cada vez que lo olvido:
somos un solo Cuerpo en Cristo y la mayor llamada es
amarnos los unos a los otros como tú nos has amado
para que el mundo pueda conocer tu amor.
Señor, te pido por las vocaciones de mis hijos, que sea cual sea
la que hayas determinado para cada uno de ellos, obtengan la
gracia de descubrirla y aceptarla conforme a tu voluntad, y se
entreguen, dócil y generosamente a ella, cumpliendo fielmente
los deberes que la misma les imponga.
Oh, Dios, que nos has mandado honrar padre y madre, escu-
cha con benevolencia la oración que te dirigimos por ellos. Con-
cédeles largos días de vida en la tierra, y consérvales la salud
del cuerpo y del espíritu. Bendice sus fatigas y sus iniciativas.
Recompénsales por todo lo que han hecho por mí. Inspírales el
amor y la práctica de tu santa ley. Ayúdame a hacer todo lo que
pueda por ellos. Y haz que después de haber gozado de su afec-
to en la tierra, tenga la alegría de vivir eternamente con ellos en
el cielo. Amén.
Señor, haz que afrontemos con ánimo fuerte y sereno las dificul-
tades, las obligaciones y las responsabilidades que tenemos y,
consolados por ti, sepamos confortar a nuestros hermanos. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oh, Dios, que nos has creado a imagen tuya y has entregado a
tu Hijo a la muerte por nosotros, concédenos la gracia de vivir
vigilando en oración, para que podamos salir sin pecado de este
mundo y descansar con alegría en el regazo de tu misericordia.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
I
Oh, Dios, Padre de todos los dones, de quien viene cuanto so-
mos y tenemos, enséñanos a reconocer los beneficios de tu
amor y a amarte con todas las fuerzas de nuestro corazón. Te lo
pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
II
Oh, Dios, fuente de todo bien, principio de nuestro existir y de
nuestro obrar; recibe nuestro humilde agradecimiento por todos
tus beneficios, y haz que al don de tu benevolencia corresponda
el generoso empeño de nuestra vida al servicio de tu Reino. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oraciones comunes
de la Iglesia
Alma de Cristo
Acto de entrega
(oración de S. Ignacio de Loyola)
¡Oh, Jesús, pastor eterno de las almas! Dígnate mirar con ojos de
misericordia a esta porción de tu grey amada. Señor, gemimos
en la orfandad. Danos vocaciones. Danos sacerdotes y religiosos
santos. Te lo pedimos por la intercesión de santa María de Gua-
dalupe, tu dulce y santa madre. ¡Oh, Jesús, danos sacerdotes y
almas consagradas, según tu corazón!
Señal de la cruz
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
(Latín)
In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti.
Amen.
Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como
en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nues-
tras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén.
(Latín)
Pater noster, qui es in cælis, sanctificétur nomen tuum; advéniat
regnum tuum; fiat volúntas tua, sicut in cælo, et in terra. Panem
nostrum cotidiánum da nobis hódie; et dimítte nobis débita nos-
tra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris; et ne nos indúcas
in tentatiónem, sed líbera nos a malo. Amen.
Avemaría
Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es conti-
go. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el
fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, rue-
ga por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
(Latín)
Ave, María, grátia plena, Dóminus tecum. Benedícta tu in
muliéribus, et benedíctus fructus ventris tui, Iesus. Sancta
María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in
hora mortis nostræ. Amen.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura
y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los des-
terrados hijos de Eva; a ti suspiramos gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nues-
tra. Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después
de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu
vientre. ¡Oh, clemente; oh, piadosa; oh, dulce Virgen María!
Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
(Latín)
Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio, et nunc et semper, et in sǽcula sæcu-
lórum. Amen.
Acción de gracias
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti, que vives
y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
(Latín)
Agimus tibi grátias, omnípotens Deus, pro univérsis benefíciis
tuis, qui vivis et regnas in sǽcula sæculórum. Amen.
(Latín)
Guía: Christe, rex noster!
Participantes: Advéniat regnum tuum!
Guía: Virgo prudentíssima, María Mater Ecclésiæ (vel: Mater
dolorósa; vel: Regina Apostolórum),
Participantes: ora pro nobis.