Tema 2
Tema 2
Tema 2
La idea que la cultura hebrea se hace del hombre se refleja en tres términos
antropológicos clave: basar, nefes, ruah. Ninguno de estos términos tiene una
equivalencia precisa en las lenguas occidentales modernas, lo cual ilustra ya la distancia
que media entre la concepción del hombre en ellos contenida y la actualmente vigente.
Por otra parte, sin embargo, esta antropología —extraña prima facie a nuestros hábitos
mentales— nos suministra un caudal de intuiciones paradójicamente actuales.
- En el uso del término para denotar al hombre hay dos notas características: ante
todo, y porque el hombre es un ser social cuya realidad no se agota en la frontera
de su piel, sino que se prolonga en el tú próximo, basar puede significar el
parentesco, el hecho de que todo hombre es siempre carne junto a carne, de
forma que la carne del otro es también la carne propia en cierta medida: Gn
2,23-24 (hombre y mujer son «una sola carne»); Lv 18,6 (la mujer consanguínea
es llamada «carne» de su pariente); Gn 37,27 (José es «carne» de sus hermanos);
Is 58,7 (en el limite, cualquier ser humano, y no sólo el próximo o el
consanguíneo, es carne mía). La expresión kol basar (toda carne) sirve, en fm,
para designar a la totalidad solidaria de los individuos que componen la especie
humana (Is 40,5; 49,26; Jr 25,31; Jb 12,10; Sal 145,21) e incluso a todos los
seres vivientes (Gn 9, 15.16). Lejos, pues, de connotar el principio de
individuación (como es el caso del griego soma), basar connota un principio de
solidaridad o socialidad.
- En segundo lugar, la designación del hombre como carne sugiere a menudo los
matices de debilidad —no sólo física, sino también moral—, fragilidad y
caducidad inherentes a la condición humana: Gn 6,12 (la carne se asocia a una
conducta pecaminosa); Is 40,6 (la carne es tan efímera como la hierba
campestre); Sal 78,39 (la carne es «un soplo que se va y no vuelve»). De notar
que en estos textos no se adjudica a la carne el ser fuente o principio del mal,
como estipulan las antropologías dualistas; se advierte tan sólo que a su
limitación ontológica le es propia la cualidad del desfallecimiento biológico o
ético.
- Por otra parte, la nefes hebrea no es una entidad puramente espiritual, al estilo de
\& psyché platónica. Y ello pese a que, de las 755 veces en que aparece, los
LXX traducen el término por psyché unas 680 veces10; traducción —estima
Westermann— «insuficiente», cuando no «desorientadora». En efecto, la nefes
está afectada por un permanente coeficiente de corporeidad; cuando el ser
humano siente hambre, su nefes está «vacia» (Is 29,8); el pueblo hambriento en
el desierto se lamenta de tener la nefes «seca» (Nm 11,6); la nefes disfruta con
los buenos manjares (Is 55,2); etcétera. No es extraño, pues, que basar y nefes se
utilicen indistintamente para denotar al hombre entero, funcionando como
sinónimos: Jb 14,22; Sal 16,9-10; 63,2; 84,3.4; etc. La misma sinonimia se
registra en las expresiones kol basar-kol nefes: Gn 12,10,12.15.16.17.
a. v.26. La simple lectura del texto nos enfrenta ya con una nota diferencial que
rompe la secuencia estereotipada en que se ha ido articulando la relación de las
obras creadas. Se trata del inesperado «hagamos».
- Dos cosas nos sorprenden aquí: ante todo, mientras en el resto del relato
(y no menos de siete veces) al «dijo Dios» sucede una orden («haya»,
«hágase») y la constatación de su cumplimiento («asi fue»), lo que se
formula ahora no es una orden, sino el anuncio de un propósito, cuya
realización se difiere hasta el verso siguiente. El autor ha querido romper
el ritmo regular del texto, para asi llamar la atención sobre lo que se
dispone a narrar seguidamente.
- Entre estas dos interpretaciones se abre paso otra, que parte de los
antecedentes de la expresión en la historia de las religiones. En las
culturas mesopotámicas se encuentra ya la atribución al hombre del ser
imagen de Dios. En Egipto, desde el siglo XVI a. de C., el faraón es
considerado como el retrato viviente de Dios en la tierra. La función de
la imagen es re-presentar (hacer presente) lo imaginado.
En cuanto imagen de Dios, el hombre ostenta una función
representativa: es el visir de Dios en la creación, su alter ego; como
tal, le compete una potestad regia sobre el resto de los seres creados,
a los que preside y gobierna en nombre y por delegación del creador.
Esta interpretación se confirma en el mismo v.26: «...y dominen v.27.
Por primera y única vez, el sacerdotal abandona el seco prosaísmo de
su escritura para redactar un breve poema. En este verso llama la
atención, amén de su Índole ritmada, la triple repetición del verbo
bara.
c. vv.29.30. El régimen vegetariano que Dios instaura para todos los vivientes
es símbolo de la paz universal, y volverá a regir en la edad escatológica (Is
11,6-9; 65, 25; Ez 34,25). La vida no precisa de la muerte para sostenerse. El
dominio conferido al hombre sobre el animal no implica un derecho discrecional
de vida o muerte; el régimen carnívoro entrará en la creación no por una
ordenación divina, sino de la mano de la humanidad pecadora, con la que Dios,
por así decir, condesciende (Gn 9,1-6), con la limitación ya conocida de la
intangibilidad del hombre, y a reserva de que el éschaton recupere el estatuto de
la paz paradisíaca para la totalidad de la creación.
v.7. Una vez que el autor nos ha hablado de una tierra a la espera de
aquel que ha de darle sentido con su actividad, procede sin más a
narrarnos su aparición: «formó Yahvé Dios al hombre con polvo del
suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un
ser viviente». La primera reflexión que nos dicta la lectura del verso
—un ulocus classicus de la antropología veterotestamentaria», al
decir de von Rad— es que con él se confirma netamente el carácter
unitario de la comprensión hebrea del ser humano. Lo que Dios
«forma» del polvo no es el cuerpo, sino «el hombre». Lo que Dios
«insufla» no es el alma, sino el «aliento» (neshamah), vocablo
prácticamente sinónimo de «e/es48. El resultado de esta operación en
dos tiempos es el «ser viviente» (nefes hqjja).
- vv.8-17. La amplia pericopa del jardín de Edén está redactada con la vista puesta
en el c.3. Nos limitaremos aquí a lo que más interesa a nuestro propósito. El v.
15 («tomó Yahvé Dios al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo
cultivase y cuidase») retoma el hilo de la narración donde lo había dejado el v.7.
Si allí se esbozaba ya la relación del hombre a la tierra, su ingrediente base y su
solar nativo, ahora se precisa que esa relación es actuada en el trabajo presagiado
en el v.5, donde se nos hablaba de un mundo aún estéril y desnudo, al no contar
todavía con el hombre.
- Por otra parte, esta condición terrena del hombre ilustra su nativa e
irreparable caducidad. Habiendo sido formado del barro, su complexión
adolece de la misma fragilidad que caracteriza a la humilde vasija quebradiza. Y,
lo que es más importante aún, su ser está en la misma relación de dependencia
respecto del creador que liga la vasija al alfarero que la modeló. El hombre está
en las manos de Dios como el barro en las manos del alfarero; la idea es
frecuente en la Biblia, del Antiguo al Nuevo Testamento: Si 33,13; Jr 18,1-6; Jb
10, 8-9; Sal 103,14; Is 45,9; Rm 9,20; etc.
- Así pues, la imagen del Dios alfarero sintetiza felizmente las dos primeras
relaciones constitutivas del ser humano: el abajo de la tierra y el arriba de
Dios. Situado entre estos dos polos, el hombre no puede renegar de ninguno de
ellos; en cuanto adam de la adamah, debe fidelidad a la condición mundana en
la que está arraigado y, a la vez, debe acatamiento al Dios de quien depende
absolutamente. En el acogimiento de esa dependencia le va la vida; una vida
que, por lo demás, encontrará sus medios de subsistencia y de realización
personal en la relación dinámica con el entorno terreno.
- Podría aún ensayarse otra interpretación, más poética, de este sueño del
varón que preludia la aparición de la mujer63; ésta está hecha de los sueños
del hombre; es, en un sentido riguroso, lo soñado por él. En cualquier caso,
siendo el sueño ámbito privilegiado del misterio, el que ahora nos ocupa sugiere
ya el misterio insondable de la relación sexual, parábola del misterio insonsable
de la relación teologal, desde Oseas hasta Pablo, pasando por el Cantar de los
Cantares.
- El texto prosigue; Yahvé extrae una costilla del hombre, pero, antes de
cerrar ese costado abierto, «lo rellena con carne». La acción divina no deja
herida ni debe producir sensación de vacío; su lógica apunta a todo lo
contrario. Pero de nuevo hay que preguntarse por qué describe J de este modo
la creación de la mujer, cuál es la clave significativa que se esconde tras esta
descripción, ostensiblemente simbólica. El cuarto evangelio, que comenzaba con
una transcripción cristológica de Gn 1 (Jn 1), concluye con otra referencia a la
historia bíblica de los orígenes: la apertura del costado de Cristo, el nuevo
- Adán (Jn 19,31-36), reproduce y descifra esta primera apertura del costado
del hombre. El ser humano logra su consumación en la medida en que se
abre y se entrega; alcanza su identidad no cerrándose sobre si, sino
dándose. Para que Adán esté finalmente completo, es preciso este abrirse de su
ser propio al otro. Y del mismo modo que del costado abierto de Cristo brotó la
nueva humanidad (nacida del agua y la sangre, del bautismo y la eucaristía), del
costado abierto del primer hombre surgirá «la madre de la humanidad» (Gn
3,20)".
- La acogida del hombre es tanto más libre cuanto que ha sido precedida por
una ponderación y una repulsa de las otras posibilidades (vv. 19-20). El sí
que ahora se profiere está autentificado como un sí consciente, porque ha
seguido a otros noes conscientes. Pero este sí, a la vez que aprobación de la
mujer, es aprobación de la propia humanidad.
d. La desnudez como el estado originario del hombre y la mujer (v.25). Con este
verso articula J los c. 2 y 3, preparando el desencadenamiento del drama.
«Estaban desnudos sin avergonzarse»; hombre y mujer están frente a frente,
mostrándose tales cuales son, abiertamente, sin ocultarse nada, en total patencia y
mutua disponibilidad.
a. En el jardín hay dos árboles (v.9) que jugarán un papel decisivo en el relato; su
localización «en medio del jardín», es decir, en el centro neurálgico de la situación
descrita, nos pone
sobre aviso al respecto; como advierte Bonhóffer, «en torno a esos dos árboles se va a
decidir ahora el destino del hombre
Este árbol del conocimiento va a ser objeto de una acotación divina (vv. 16-
17). Nótese que no se trata ni de un tabú sacro ni de una prohibición, sino de
un mandato, es decir, de algo que sólo tiene sentido si se dirige a un ser
libre, en una esfera de relaciones interpersonales.
6. La caída: Gn 3
- Hay quienes creen ver aquí una polémica contra los cultos cananeos de la
fertilidad, en los que la serpiente juega un papel simbólico bien conocido, y que
en algún momento fascinaron a Israel, empujándolo hacia la idolatría (2 R
18,4)33; la serpiente representaría la gran tentación que acechaba al pueblo
desde su entrada en la tierra prometida, y contra la que el autor trata de precaver
a los creyentes.
- Es, pues, una auténtica opción fundamental la que está sobre el tapete. El
hombre está dotado, por su propia condición nativa, de una pulsión irreprimible
hacia el ser —la vida— y el poder —el conocimiento práctico, operativo—.
Siendo, como es, limitado, propende por naturaleza a trascender su limitación, a
vivir siempre, a conocer (=poder) todo; aspira, en suma, a ser humano en la
forma consumada de lo divino. Lo que está por decidir es cómo lograr este
objetivo: bien como recepción de un don gratuito que se acoge en obediencia,
bien como conquista propia y promoción autónoma. ¿Se reconocerá el hombre
limitado y, por ende, sólo divinizable por gracia? ¿O ensayará su endiosamiento
por naturaleza, esto es, merced a su propia virtud?
- A tenor de lo dicho respecto del carácter de ésta, el pecado de que se nos habla
aquí no es una transgresión cualquiera; el autor nos lo describe de tal forma que
en él emerge la esencia condensada de todo pecado, en cuanto opción decisoria
de la libertad del hombre frente a Dios. Asistimos a la declaración de
independencia de un poder (pretendidamente) autonómico, que se yergue ante el
poder central y lo desplaza. Se ha traspasado el límite; el hombre ha tomado el
centro, a saber, el lugar de Dios; cree así poder ser por naturaleza lo que sólo
podía ser por gracia. Y el sujeto de la transgresión no es ni la mujer sola ni el
varón solo, sino ambos conjuntamente; peca el ser humano completo, la unidad
de dos en una sola carne.
Pero sin éxito. Yahvé llama a Adán, y a éste no le queda más salida que
comparecer ante él. El que había sido creado como ser responsable, tiene que
dar razón de sí. En el curso de un áspero interrogatorio, la ruptura de la
relación con Dios —fundamento de las relaciones interhuma- ñas— se
consuma con la de las relaciones hombre-mujer (aquél acusa a ésta, v. 12,
pese a que era «carne de su carne») y mundo humano-mundo animal (la
mujer, a su vez, acusa a la serpiente, v.13).
Se recogen así otros dos rasgos típicos de la esencia del pecado: a) con él se
introduce en la realidad una dinámica disgragadora, que sitúa bajo el signo
de la escisión todo lo que se había originado bajo el signo de la comunión
(hombre-Dios, varón-mujer, hombre mundo); b) propio de la conciencia
culpable es el no reconocimiento de la culpabilidad; ni el hombre ni la mujer
admiten su responsabilidad; sino que pugnan por trasladarla al otro; en
última instancia, a la serpiente (= a una instancia impersonal). Pero ésta no es
llamada a declarar; la encuesta divina se agota en las personas; el animal no
es dador de respuesta (responsable) ni interlocutor de Dios.
- Vuelve a aparecer ahora el árbol de la vida (v.22), que no había sido mencionado
desde 2,9 y que por tanto no había jugado ningún papel en el desarrollo del
drama. Algunos comentaristas manifiestan su extrañeza por esta recuperación in
extremis. Aun concediendo que la redacción más antigua no contuviese más que
un árbol y que posteriormente se le adosase otro (el de la vida), sólo la miopía de
una exégesis más preocupada por el análisis literario que por el sentido teológico
puede cuestionar el acierto del añadido. Según se ha advertido ya, el árbol de
la vida es el símbolo más eficaz, en su concisión, de la entera situación-
paraíso; la expulsión de éste es trágica precisamente porque importa el
imposible acceso a aquél.
1.1. Introducción
(Gn 1-5)
- Los primeros capítulos del Gn no son una leyenda o mito sino una explicación
etiológica de la realidad, que desacraliza el significado de la sexualidad, del matrimonio
y de la fecundidad, partiendo de una particular imagen de Yahvé desde la que surge la
antropología matrimonial.
. El Dios de la historia es Aquel que hace que cada ser humano alumbre con luz
propia a través de sus capacidades y debilidades y reproduciendo de forma única
y de forma especial alguna palabra evangélica (ejemplo de los deportistas,
personajes bíblicos). Es decir, Dios acompaña al otro a través de cada sr humano
(llamados a representar a Dios aquí, por eso ser cristiano es una responsabilidad
y no un título o un accesorio).
(Gn 2, 1-25)
-Antropomorfismos. No es una idea sino que es un Dios tan cercano que realiza
acciones propias del ser humano como hacer artesanalmente (Él va modelando la vida
dejando al ser humano que la modele y lo hace hablando; crea por medio de su palabra-
no fatiga y hace de cada situación una palabra que interpela. El ser no viene dado sólo
por donde el ser humano está sino por lo que es y cómo lo expresa a través de cada
gesto, pensamiento, por eso cada uno es como un telediario cada día-noticias de
violencia, destrucción, injusticia, avance, construcción, novedad, muerte, nacimiento).
-Sólo con su aliento de vida el ser humano pasa de ser polvo-materia a ser un ser vivo,
porque su acción no es sustituible por las acciones del ser humano (cada ser humano
desea ser feliz y a veces busca, llenándose de otras cosas que no le dan espacio al otro ni
espacio a si mismo. Verse interior o externamente en la situación de la pobreza
intelectual, física, de sustento, la soledad, verse abocado en la calle de la desnudez
existencial de mostrarse como uno es y darse cuenta de que sólo Dios es suficiente.
Importancia de la oración también en el matrimonio (recordar a Dios a lo largo de toda
la jornada y hablar a solas con Aquel que ama a cada ser humano, llenándose de Él y
dándose a Él). Acompañarse en el matrimonio de este llenarse cada uno personalmente,
llenar al otro y dejarse llenar por el otro.
-Dios no deja al sr humano desamparado sino que lo sitúa en lo que ha creado para
abastecerse. La mayor riqueza que deja Dios al ser humano no son las cosas materiales
sino las otras personas, familia, amigos y compañeros. Pero para alcanzar a los otros es
preciso mostrarse como uno es, la dignidad del ser humano y mostrar a Dios como es y
no con una imagen personalizada de Él. En la vocación al matrimonio el otro debe de
ser el regalo más grande que se recibe de Dios, esposo, amigo y compañero, el cual se
prolonga a través de los hijos.
-El intento del ser humano de conocer todo (a veces el ser humano intenta hasta explicar
qué es el amor o por qué nace, imagen y semejanza, pero el Creador y la creatura no son
iguales sino sería una contradicción). La ciencia. El ser humano no se puede conocer a
si mismo en la totalidad y no puede conocer al otro (Pablo, el perdón).
-Dios pone nombre. Existencia e individualidad de cada persona (la vida es un continuo
descubrirse a uno mismo a través de uno mismo y a través de los otros y no intentar
hacer al otro igual que a uno mismo).
-Sólo el hombre encuentra igual a sí, Adam, a la mujer (sale de sí mismo, son uno solo,
no tienen vergüenza de estar desnudos porque considera al otro un igual y no un
superior o un inferior. Violencia de género).
(Gn 3)
-Atrayente a los ojos (normalmente lo atrayente atrae a las masas, haciéndonos olvidar
de la unicidad de cada uno, como la moda, no casarse con el otro de uno mismo sino
con un otro). Deseable para lograr inteligencia.
-Querer ser más que el otro hasta el punto de querer razonar más allá de lo humano,
cayendo en hacer juicios.
-Al comer oye el ruido. El llenarse de cosas que no son Dios o llenarse de personas no
haciéndolo desde Él, deja fuera de cobertura, sustituyendo al otro por la estabilidad
social o económica, no desde el amarlo. Le da vergüenza (interiormente o los otros le
hacen ver cómo es) y se esconde (relacionarse con uno mismo sin llegar a descubrirse,
descubriéndose y ocultándose o viéndose reflejado en los demás). Echar la culpa (hacer
del otro un depósito de las propias situaciones no superadas, de las propias debilidades).
Hostilidad entre las descendencias (al estar en enemistad con uno mismo, el yo no
aparece como real, falsifica las relaciones porque no hay comunicación entre personas
reales). Aplastar cabeza (cuando el otro sobresale) y herir en el talón (cuando el otro es
débil). Sufrir en la preñez (cada vez que va a nacer algo, en la continua labor de
creación, aparece el precio del dolor, como falta de comprensión, cansancio, enfrentarse
a la propia pequeñez). Parir con dolor (el esfuerzo final del parto, en el que la criatura,
que no siempre es biológica sino que también puede referirse a algo social, no va a ser
siempre acogida). Ansia del marido (necesidad de sentir la protección, compañía y
trabajo conjunto, haciéndolo cocreador para hacer nacer y ayudar a crecer a esa
criatura). Él te dominará (patriarcado y matriarcado. Que el dominio no sea sólo por el
patrimonio). Comer con fatiga, con cardos y espigas y volverás a la tierra, de donde
fuiste sacado (comer significa no sólo alimentarse a si mismo sino también alimentar al
mundo con el propio trabajo, dejándole alguna criatura tras la muerte). Se hace uno
como el resto de la creación (todos procedemos de la tierra, la ecología). Comer el árbol
de la vida (intentar ser inmortal, cuando lo único inmortal es la esencia de uno mismo y
las obras que deja). Es expulsado del suelo del que es tomado (no es Dios quien expulsa
sino uno mismo, cuando se sale de su propia tierra, que es única y que crece sobre la
tierra de Dios. Imagen del árbol.
(Gn 4, 1-16)
-Adam conoció a Eva, quien concibió y engendró. Sólo conoce a la mujer cuando se
hace portadora de vida. Imagen de la silla. Concebir es llevar y sentir dentro de uno
mismo (del pensamiento, cuerpo, se puede llevar y no sentir). Engendrar es sacar fuera
lo que ha permanecido dentro, es decir, lo que ha sido parte de uno mismo.
-Adquiere un hombre con la ayuda de Dios (enfadarse con Dios, agradecer a Dios,
suplicar a Dios y reconocer con gratitud el regalo del otro). Abel ovejas y Caín cultivaba
el suelo (ambos se necesitan, pero no acepta el verse necesitado del otro). Ambos
ofrecen las primicias (el culto vacío, la hipocresía, el adulterio). Codicia (pensar que
sólo existe uno mismo, el matrimonio es lo contrario, es dar la propia tierra al otro).
Expulsado anda oculto, errante y perdido para evitar que lo maten (el no encontrarse a
uno mismo hace andar sin dirección). Señal siete veces (cuando uno encuentra la
dirección, encuentra lo que es, se encuentra con esa presencia de Dios). Salió de la
presencia del Señor (hacer el propio camino).
(Gn 5)
Toledoth. La fe no sólo se recibe por tradición sino por el encuentro personal con Dios a
través de la propia historia.
a. Mientras que los animales están sometidos a la ley de la especie y cada categoría
del mundo animal es creada según una multiplicidad de variantes dentro del
propio género, el Adam es uno porque es imagen y semejanza de Dios. Hay una
igualdad entre ambos sexos. Pero en Gn 3(entrada del pecado), se pasa del antes,
con el dominio compartido, al después, con el dominio sobre el otro. Parece
reflejada la dignidad única: unidad de Adam en la diferencia de macho y
hembra. Unidad del elegido (Abraham), en la diferencia de macho y hembra
(Abraham y Sara).
d. El ser imagen de Dios es propio del ser humano, mientras que la dimensión
procreativa aparece ya en a creación de los animales (Gn 1, 22). Pero no es sólo
engendrar, sino también procrear de un modo semejante, educando por la
palabra, acompañando el acto generativo. Ser imagen de Dios indica engendrar,
hablar y trabajar (Ex 20, 8-11). La relación familia-trabajo está integrada en la
imagen de Dios como parte de la misma misión del hombre hecho a semejanza
de Dios.
e. Una sola carne (Gn 2, 4-25). Mito del andrógino, hecho célebre por Platón en
“El banquete”; existía un ser andrógino (reunía l sexo masculino y femenino) y
Júpiter lo separa como castigo (pretendía escalar el cielo). Nacen hombres que
buscan a sus mitades y mujeres a su “media naranja”. Recuerda a la naturaleza
primitiva (antigua perfección).
- Lo masculino y femenino
. Adam (función penetrante): origen, camino y meta. Tiene que hacer un
camino para encontrar a la mujr. Dar impulso y se focaliza en un objeto o
sujeto.
. Mujer (función envolvente). Racionalidad, circularidad y acogida. No la
esencia del objeto o sujto sino sus confines y las relaciones.
. La ayuda adecuada de Gn 2, 18 no indica inferioridad, sino que expresa
con “ezer” (ayuda), el auxilio que Yahve presta a su pueblo.
. El hecho de que la mujer sea creada después, no supone inferioridad (en
Gn 1, el hombre es creado en último lugar). El tiempo de la distancia
entre (el tiempo de la paternidad) el principio absoluto y el final
definitivo, símbolo del origen. Para la mujer el tiempo es instalación y no
acto vectorial, símbolo del presente (Gn 2, 23) y de quedarse esta vez,
ahora.
. En Gn 2, 23 es la primera vez que un hombre toma la palabra en la
Biblia y sucede cuando hombre y mujer se encuentran. Unidad no en la
carne, sino en la palabra que promete, recuerda y da sentido a la unión.
Himno de júbilo que expresa una alianza: yo soy para ti y tú eres para mí.
Unidad en la diferencia.
. En Gn 2, 18-24 se da una visión secularizada de la creación, mientras
que en otros textos la ayuda del hombre es Dios, aquí su ayuda es una
creatura. Emancipación del hombre respecto a Dios, que no es lejanía
sino una revelación más profunda que se produce en el ser creado
autónomo. Las palabras de Gn 2, 24 no son pronunciadas por Yahve,
para definir la vocación del hombre sino que es una sentencia proverbial
pronunciada por Adam. Yahve da espacio a una nueva realidad creada
que revela al Creador: la unidad de los dos en una sola carne. Vivir la
condición humana como revelación de Dios (protología yahvista) indica
vivir la experiencia del mundo como experiencia de Dios (matriz
sapiencial).
- Conclusiones de Gn 1-2
. Una sola carne. Unión afectiva y personal fuera del encierro en si
mismos. Los sitúa en el horizonte de la creación (animales y tierra). Los
vincula con todo el ámbito de dimensiones propias del ser humano
(trabajo, palabra). Considerar el arco de relaciones intergeneracionales.
Para ser uno es necesario abandonar al padre y madre y relación con los
hijos, que harñan fecundo su amor (en la carne del hijo llegarán a ser de
modo nuevo una sola carne).
. Se explicita como lugar de alianza (fórmula de mutua pertenencia en el
marco de un pacto). La alianza vincula a una palabra y a un gesto (la
primera da sentido al segundo, pero sin el segundo la primera se queda en
mera idea).
. Familia (lugar de una alianza). Promesa que debe de realizarse en la
carne, para no ser mera ilusión. Carne llamada a dar más de si a la
promesa, para no quedarse en erotismo.
- La ausencia del nombre Yahve en Gn 2, 24. En una sola carne se da una teofanía
del misterio del amor divinp. Gn 1: se le da al hombre una misión. Gn 2:
necesidad de que el hombre descubra y realice los signos de Dios qu se
manifiestan en la realidad creada.
Gn 3, 16 Deseo ordenado hacia el varón para ser una sola carne con él
Dominio sobre la mujer (desordenado). Paralelismo antiestético. El desorden de
los padres (dominio de Adam sobre Eva) influye en el desorden de los hijos
(falta de dominio de Caín sobre el mal y el consecuente deseo de dominar).
- Dominio sobre la mujer. Ley del Talión (la mujer será dominada por aquel que
ha dominado para el mal. Este dominio no estaba en el plan original de Dios, de
modo que al hombre no se le acusa de haber escuchado la voz de su mujer sino
de haberla escuchado para hacer l mal y desobedecer a Dios, dominio de un sexo
sobre otro).
g. El nacimiento de la poligamia.
h. Confusión y lujuria.
b. Anticipo del Ex, que se repite tres veces en Gn (Gn 20, 1-10; Gn 26-Isaac y
Rebeca), que camuflan su relación por miedo a un extranjero
(Faraón/Abimelek). Dios lucha por salvar la unidad de la pareja, que no puede
darse en la confusión (no unidad en la diferencia).
d. Fecundidad.
- Gn 1, 2. Abraham recibe la promesa de bendición para él solo y por él
pasará a todos.
- Gn 15, 4. Dios le dice a Abraham que lo heredará uno salido de sus
entrañas (parece desvincularlo de Sara).
- Gn 17. Dios bendice a Sara, la asocia a la promesa y la anuncia madre de
naciones. La elección se refiere a dos.
2. Deuteronomio
a. Las leyes sobre el incesto (Lv 18), protegen el sentido unitivo del amor entre el
hombre y la mujer (la santidad de su unión).
Para algunos autores, las leyes del incesto tendrían las siguientes finalidades:
proteger a las mujeres de los busos domésticos, evitar conflictos generacionales y
prevenir las malformaciones o psicopatologías que se podrían producir en la
descendencia. Sin embargo, la Escritura da otras razones (Lv 18): La unión incestuosa
puede ser también fecunda /Gn 19, 36-38) y no atenta en principio contra la legitimidad
de l prole y las posibles malformaciones generacionales, sino contra el orden del amor
propio del símbolo nupcial que aparece en Gn 2, 24, en el que el amor esponsal pretende
una forma de unidad que sólo se puede dar gracias a una ruptura. Es decir, sólo donde
hay diferencia entre los amores es posible el sentido, sin confundir el amor a la esposa
con el amor a la madre, ni a la hermana, ni a la hija y preservar la singularidad del amor
esponsal. Se resalta la dimensión unitiva, su sentido y especificidad como lugar de
cumplimiento reservado e inaccesible a otras formas de amor.
La ley no mira sólo al difunto marido sino también a la esposa del fallecido y
vela por su seguridad, por el derecho que tiene a desposar al hermano del difunto. A
pesar de todo se percibe un proceso de clarificación de esta ley en la revelación bíblica:
el texto de Is 56, 5 en que se canta la gloria del eunuco al que Dios dará “un monumento
y un nombre mejores que hijos e hijas”, o las palabras de Sab 4, 1, “más vale no tener
hijos y ser virtuoso”, testimonian un estado de la revelación en que se ha descubierto un
sentido más profundo de la paternidad, que no tiene que ver sólo con lo que nace de la
carne y de la sangre.
La ley del levirato supone que mientras no hay prole la casa de un hombre está
sin edificar y su nombre está sin perpetuar (Dt 25, 7. 9; Rut 4, 5. 10. 11. 14) y no tener
nombre significa no tener honra, ser un maldito.
Lv 18, 18 (“no tomarás por esposa a una mujer y a su hermana cuando todavía
vive la primera; harías a la segunda rival de la primera al descubrir también su
desnudez”). La expresión hebrea “una mujer y su hermana” tiene un sentido amplio,
como se ve en Ex 26, 3 (“cinco cortinas estaban unidas una con otra). La expresión
paralela “un hombre y su hermano” (Ex 25, 20: “los rostros de los querubines estaban
uno mirando al otro”, literalmente “un hombre mirando a su hermano”). Cuando se
refiere a personas humanas, la expresión no implica necesariamente “consanguíneos”
sino que debe traducirse normalmente como “un hombre y otro” (Ex 16, 15; Nm 14, 4;
Is 9, 18. En este sentido, la ley de Lv 18, 18 se podría leer “no tomarás a una mujer
junto con otra, cuando todavía vive la primera; harías a la segunda rival de la primera”.
Se trata precisamente de no provocar que dos mujeres se hagan rivales mediante la
poligamia.
3. Los profetas
Oseas
La metáfora del padre (Os 11), subrayando el carácter unilateral y originario de la
relación: el padre es el que da, el hijo el que recibe y el don del padre es originario,
pone en marcha la vida del hijo.
Mal 2, 16
4.1. El ser humano como ser unitario (tomado de Ruiz de la Peña, Imagen de
Dios. Antropología teológica fundamental, Sal Terrae, Cantabria 1988).
b. En Sirácide se vincula la mujer madre y la mujer esposa (Sir 15, 2-4; Sir 25, 19).
En Sir 25 la mujer sabiduría es jardín y al mismo tiempo agua que riega el
jardín, como en el Cantar de los Cantares (Sir 24, 18: “yo soy la madre del amor
hermoso”).
La sabiduría se presenta como madre (Sir 4, 11-19; Sir 15, 2). La presentación
de la sabiduría como mujer está en relación con el hecho de que la sabiduría es fuente
de vida para el sabio (Sir 25, 24; Prov 3, 18).
4.3. En relación con la familia: el padre (Sal 37, 5; Job 8, 9; 15, 10; 32, 6; Sir
25, 4-6); la madre (Sal 131, 2; Prov 31, 2; Qo 7, 28, Prov 31, 10-31; Job 29, 7-
21, Sab 8, 2); los hijos (Qo 4, 7-8, Sal 127, 3-5; Sir 40, 19; Job 18, 17-19); las
hijas (Sir 42, 9-10; 7, 25; 42, 11; 7, 24; 42, 11-12; los desamparados (Sir 4, 10;
Job 29, 12-13); la crisis familiar (Job 19, 13-19, Sir 23, 25-26, Sab 3, 16-19);
la piedad en la familia (Prov 14, 26-27; Sir 1,16.18.20; Prov 3, 1-4; 3, 5-8); la
educación en la familia (Prov 6, 20-23; Sir 3, 3-7; 3, 12-14; Prov 23, 22; 30,
17; 4, 3-9; 14, 26-27; 23, 13-14; 19, 18; 19, 26; 3, 11-12; Sir 20, 12-13; Job
5,17-18); la bendición y la familia (Sab 2, 13.16.18; 5, 5; 12, 7.19; Sir 23, 1.4;
51, 10; Sal 103, 13).
Esquemas en clase.
“Dios vino al mundo el día en que entregó a Israel al Cantar” (Comentario al Pentateuco
de la tradición hebrea, Zohar).
“Salomón en los Proverbios enseña ética, pues tratan de las buenas costumbres; en el
Eclesiástico, enseña física, pues trata de la naturaleza; en el Cantar, enseña Teología,
pues se refiere a las cosas divinas” (San Anselmo).
5.1. Partes:
- Cortejo (Cant 1, 1-3), la boda (Cant 3, 6. 5, 1) y el matrimonio en su madurez
(Cant 5, 2-8, 14).
- El Cantar de los cantares empieza antes de la boda; la novia anhela estar con su
prometido y sus caricias, pero aconseja que el amor se desarrolle naturalmente y
en su tiempo.
- El rey alaba la belleza de la islamita, superando su inseguridad acerca de su
aspecto.
- La sulamita sueña que pierde a Salomón y lo busca por toda la ciudad con los
guardias, lo encuentra y se lo lleva a un lugar seguro. Despierta bajo el consejo
de no forzar el amor.
- En la noche de bodas el esposo alaba su belleza y ella le ofrece al esposo
participar de todo lo que ella le puede dar, se unen y Dios bendice su unión.
- El amor madura y pasan por un tiempo difícil. La sulamita sueña que desagrada
a su esposo, éste se va, ella se siente culpable y lo busca por toda la ciudad, pero
ahora los guardias no la ayudan.
- Se reconcilian.
- Al acabar el Cantar de lo cantares están seguros de su amor, indicando la
naturaleza duradera del amor duradero y que ansían estar uno en la presencia del
otro.
Tanto por su atribución a Salomón (Cant 1, 1), el sabio por antonomasia, al que
se le asignan también los Prov, Qo y Sab, se puede establecer una lectura sapiencial del
Cantar de los Cantares.
Típico de los sabios israelitas, en el marco de su fe yahvista, es la apertura a la
realidad del mundo, como tiempo de experiencia de Dios, siendo fascinado por el
enigma de la condición humana y ocupando un lugar central el misterio dl amor entre el
hombre y la mujer, el llamado “camino del hombre por la mujer” (Prov 30, 18-19). Es
llamativo el énfasis sobre la relación amorosa hombre-mujer de Prov 2, 16-19 o la
invitación de Prov 5, 15-23 a apasionarse por la propia mujer, advertencias que se
dirigen a proteger la idea de que los amantes no son inhibición o ausencia de
naturalidad: “mi amado es para mí y yo soy para él” (Cant 2, 16; 6 , 3), es decir, el
deseo de exclusividad que acompaña a la experiencia de amor.
La literatura sapiencial nos ayuda a entender que el eros de los amantes no se reduce
a ellos y que gracias al dinamismo del eros se comprende mejor que la búsqueda de la
sabiduría no es la del hombre pensante autónomo, sino la de un sabio movido por la
pasión, por lo que la búsqueda del logos impreso por Dios en lo real y el deseo que
mueve al amado hacia la amada, no pueden decir cosas contradictorias. Estas ideas se
expresan con
Es una relectura de Gn 2, 24, que indica el camino que recorre el hombre (Tobías9 para
llegar a ser uno con la mujer (Sara) y el camino que recorren los dos juntos. Tobías y Sara ya no
están en el jardín de Gn 2, 24 y la muerte introducida por el pecado amenaza su relación, a lo
que el libro de Tobías responde que el amor es fuerte como la muerte (Cant 8, 6), para lo que los
amantes tienen que atravesar el sueño para demostrar la fuerza de su amor.
Como elementos del Cantar d ellos Cantares: la tensión amor-muerte, llegando a afirmar
qu la victoria del amor y de la vida sobre la muerte es la teología del Cantar de los Cantares, que
el epílogo formula en Cant 8, 6 con la terminología del amor es fuerte como la muerte (mirra,
desierto frente al vergel, el árbol, el despertar); la tensión de las generaciones; l tensión amor-
dinero, porque el amor no se compra (Cant 8, 7).
6. NT
6.1. Premisas
persona de Jesús y por la fe y confianza que requiere. Por la fuerza renovadora del
Espíritu tras la Resurreúción, se reunen para celebrar la presencia santificadora de
Cristo en medio de ellos.
Une dos realidades; el misterio de la Iglesia, en base al cual todos los bautizados
forman un solo cuerpo unido a Cristo, su cabeza; una sola carne, unión de los esposos
en cuanto forma parte de la creación y de la voluntad divina, dado que el matrimonio es
una realidad sagrada y misteriosa. Estos dos puntos convergen en "gran misterio es éste,
lo digo respecto a Cristo y a la Iglesia" (Ef 5, 32; Ef 1, 22; Ef 4, 15-16). Como
conclusión, es secundario que misterio se refiera al matrimonio o a la Iglesia, lo
importante es entender que alcanza una dimensión nueva a la luz del amor de Cristo a la
Iglesia.
6.4. Santidad de vida
6.5. Respecto al divorcio, los tres sinópticos recogen las palabras de Jesús oponiéndose
al divorcio; Mt y Mc lo hacen de forma extensa (Mt 19, 1-9; Mc 10, 1-12) y Lc de
forma breve (Lc 16, 18). Mc s el más primitivo y coincide con lo esencial de los demás
textos del NT sobre el divorcio. Mt tiene en cuenta la situación de la comunidad judeo
cristiana y tiene una versión breve (el sermón de la montaña) y otra más extensa (Mt
19,3. 9).
Mc y Mt señalan que frente a los fariseos que alegan la ley mosaica en favor del
divorcio, Jesús explica que se debe a la dureza del corazón y recuerda las palabras del
Gn: "abandonará el hombre a su padre y a su madre..." "Lo que Dios ha unido que no lo
separe el hombre" (Mc 10, 9; Mt 19, 6); es un logion que tuvo gran difusión en la
Iglesia primitiva (Mt 5, 32 y 19, 9;Mc 10, 11; Lc 16, 18 y I Cor 7, 10-11). Contiene lo
esencial del mensaje de Jesús sobre el divorcio, al que Pablo considera como precepto y
que consiste en que no es lícito entre cristianos el divorcio en sentido estricto, con
posibilidad de contraer de nuevo matrimonio.
Mt 1, 22-23: “todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había anunciado el
Señor por el profeta” (Is 7, 14).
Mt 2,18: “así se cumplió lo anunciado por el profeta Jeremías” (Jer 31, 15).
Mt 2, 23: “así se cumplió lo anunciado por los profetas: que sería llamado
Nazareno” (cita no identificable: Is 4, 3; Is 11, 1; Jue 16, 17).
La Sagrada familia
Los hechos narrados son realización del plan de salvación que Dios había
anunciado desde antiguo (Is 7, 14). El Señor conduce la historia según los
designios que había revelado en las criaturas por medio de los profetas.
1. La identidad de Jesús:
Quién es Jesús que ha nacido pobre en Belem. Los relatos narrados en los dos
primeros capítulos de Mt y Lc tienen un interés más teológico que histórico y no tratan
de mostrar tanto lo que a Jesús le pasó desde el principio cuanto de revelar quién es Él
desde el principio.
e. Jesús se hace presente en todos los inocentes del mundo. Los inocentes y las
víctimas de tanto Herodes que anda suelto se cuentan por miles también en el
mundo actual. Los inocentes, niños abandonados, maltratados, explotados y
vejados y aquellos a los que se les ha impedido nacer. Millones de personas que
mueren de hambre en el mundo y el número ingente de los empobrecidos en esta
última fase de la gran injusticia cometida por el capitalismo salvaje que ha
incrementado sobremanera el colectivo de los que sufren sus consecuencias,
especialmente los niños y las personas más vulnerables.
2. San José, el hombre justo según la justicia divina, saca adelante al Niño
b. Es modelo ejemplar para los creyentes que quieren poner su vida al servicio
del Señor.
La nueva familia, encabezada por Jesús, abre un tiempo irreversible de luz en esta tierra
de sombras. La misión de la familia cristiana y de las conciencias responsables en la
vida de la Iglesia es proteger y defender a los más débiles y a los inocentes,
particularmente a los niños y a los jóvenes, a las mujeres maltratadas y a los
ancianos abandonados y a todo tipo de pobres.
Cuando Juan presenta este episodio como señal está destacando que se trata de
algo más que un hecho.
- Del agua se saca un vino delicioso. De las tinajas ritualistas de una religión
aguada se saca el vino de la alegría por una Alianza que es encuentro y fiesta.
Pero la hora del amor consumado pasará por el sacrificio, donde la pasión y
el dolor se manifiestan como amar " a fondo perdido", lleno de vida y de
gloria.
- El profeta (Is 62, 1-5) compone un poema excelso, a través del cual
expresa el amor de Dios que se dirige a su pueblo, como un esposo
enamorado a su esposa abandonada y abatida, para declararle el amor
regenerador de la vida y de la esperanza.
a. Lo mismo ocurre con las vírgenes listas y las torpes. Las listas son
tales porque llevaban aceite en sus alcuzas junto con las lámparas.
Era preciso ir bien provistas de reserva de aceite porque nunca se sabe el
tiempo que durará la espera.
- La listeza es un término que recoge al mismo tiempo la
inteligencia, la sabiduría, la sagacidad, la presteza, la diligencia,
la preparación y disponibilidad permanentes. Eso es lo que
reclama de todos nosotros la invitación de esta parábola, que
estemos listos permanente para el Reino, para el encuentro con
Jesús, pues no sabemos el día ni la hora en que se producirá este
encuentro en esta historia ni en la hora definitiva.