Qué Es La Lactancia Materna
Qué Es La Lactancia Materna
Qué Es La Lactancia Materna
La lactancia materna es el proceso por el que la madre alimenta a su hijo recién nacido a través de
sus senos, que segregan leche inmediatamente después del parto, que debería ser el principal
alimento del bebé al menos hasta los dos años.
Composición
La leche materna incluye todos los nutrientes que un recién nacido requiere hasta los seis
meses de edad, por lo que será su único alimento.
Grasas: En cada 100 mililitros de leche hay 3,5 gramos de grasa, aunque la cantidad que
recibe el lactante varía a lo largo de la toma. La grasa se concentra especialmente al final
de la toma, por lo que la leche presenta una textura más cremosa que al inicio. Las grasas
de la leche materna son importantes para el desarrollo neurológico del niño.
Carbohidratos: El principal es la lactosa, cuya presencia es más alta que en otro tipo de
leches y sirve como fuente de energía. Otros hidratos de carbono presentes en la leche
materna son los oligosacáridos, importantes para combatir infecciones.
Proteínas: La leche materna contiene una menor concentración de proteínas que la leche
normal, lo cual la hace más adecuada para los lactantes. Algunas de estas proteínas son la
caseína o la alfa-lactoalbúmina. La beta-lactoglobulina, una proteína presente en la leche
de vaca y que puede provocar intolerancia a la lactosa, no está presente en la leche
materna.
Durante este periodo la leche materna debe ser el único alimento del bebé, excepto si necesita
algún tipo de suplemento vitamínico. No es necesario que el bebé tome agua u otro tipo de
líquidos: según la OMS la propia leche materna contiene un 88 por ciento de agua, por lo que es
suficiente para saciar al lactante. La leche materna tendrá variaciones durante este periodo en
cuanto a su composición y cantidad, adaptándose a las necesidades del recién nacido.
Se llama calostro a la leche materna que se producen durante los dos o tres primeros días tras el
parto. Esta leche contiene una mayor cantidad de proteínas y minerales. En adelante, la leche va
reduciendo su porcentaje de proteínas y aumenta el contenido en grasas y lactosa.
En este periodo no hay que establecer un horario para amamantar, sino que el bebé tiene que
ser alimentado cuando lo necesite. Generalmente se dan entre 10 y 12 tomas diarias que duran
entre 10 y 20 minutos.
A partir de los seis meses, el niño comenzará a necesitar más alimento que el proporcionado por
la leche materna. Esta sigue siendo igual de necesaria, y el aporte mínimo diario no debe bajar de
los 500 mililitros. Las tomas suelen ser de cuatro o cinco por día hasta el primer año, y a partir de
entonces se irán reduciendo de forma progresiva. Tanto la AEPED como la OMS recomiendan que
la lactancia materna se mantenga un mínimo de dos años.
Una vez pasados estos años de recomendación, la madre puede seguir amamantando a su hijo
todo el tiempo que desee. En el momento en que se decida llevar a cabo el destete, no se debe
hacer de inmediato, sino que se tiene que reducir paulatinamente la frecuencia.
Bebés prematuros:
Las tomas de los bebés prematuros suelen ser más frecuentes de lo normal, y además no suelen
succionar toda la leche que necesitan, por lo que es frecuente administrar posteriormente leche
previamente extraída.
En algunas ocasiones, la madre puede dejar de producir la cantidad de leche necesaria para su
hijo. En estos casos se recurre al método canguro, que consiste en el contacto directo entre la piel
del neonato y la madre, lo que estimula la producción de leche.
Salud de la madre
Alimentación:
La dieta de la madre no tiene por qué verse alterada durante la lactancia si ya seguía una dieta
equilibrada en cuanto a variedad y cantidad de alimentos, ya que el aporte de la energía para su
hijo será suficiente. Aun así, la OMS recomienda que la mujer incremente en un 10 por ciento su
ingesta de alimentos si no es físicamente activa, o en un 20 por ciento si realiza ejercicio de forma
moderada o intensa habitualmente.
Ejercicio físico:
Las mujeres que realizan ejercicio de forma activa no tienen por qué modificar sus rutinas de
ejercicio, pero en ningún caso se debe comenzar a realizar ejercicio de manera intensa si antes o
durante el embarazo no se realizaba: el volumen de leche puede disminuir, además de aumentar
el ácido láctico, lo que proporcionará a la leche un sabor amargo que el bebé podría rechazar.
A la hora de realizar deporte, se deben evitar aquellos que pudieran causar lesiones en las mamas,
y para el resto se recomienda usar sujetadores deportivos, preferiblemente de algodón. Tampoco
se recomienda la natación en las cinco o seis semanas posteriores al parto, pues existe riesgo de
contraer una endometritis.
. Los nutrientes aportados por la leche materna son mejor absorbidos por los niños, aportan mejor
las propiedades contra infecciones, o incluso, proporcionan efectos analgésicos.
La supervivencia del bebé también parece estar muy relacionada con el tipo de leche que los
bebés toman durante sus primeros meses: según la OMS, los bebés que no reciben leche materna
durante sus primeros meses de vida tienen entre seis y 10 veces más probabilidades de morir
que los que sí la toman. Los niños alimentados de manera única por lactancia artificial también
presentan mayor riesgo de contraer enfermedades o trastornos como la diabetes, la celiaquía, la
colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.
Es posible que el bebé rechace la leche por problemas en las mamas. Estos son los más comunes:
Pezón plano o invertido: No impide al bebe succionar la leche, pero lo dificulta. Se puede
usar una pezonera o un sacaleches para conseguir la leche.
Ingurgitación: Es el dolor que se produce en las mamas por acumulación de leche. Para
aliviar el dolor se debe extraer la leche, para lo que se puede recurrir a un sacaleches si el
bebé no quiere tomarla. Para facilitar este proceso se puede aplicar calor sobre los senos,
ya que se produce una vasodilatación que permite que la leche fluya mejor.
Mastitis: Cuando se retiene leche durante mucho tiempo, los lóbulos de la mama pueden
llegar a inflamarse, provocando lo que se conoce como una mastitis. Puede presentar
síntomas parecidos a los de una gripe: fiebre, escalofríos, malestar general, cefaleas,
etcétera. Es una infección que no puede trasmitirse al bebé, y la forma de tratarla es
extrayendo la leche (de forma similar a la ingurgitación) y reposar. Se pueden tomar
analgésicos como el ibuprofeno o el paracetamol para aliviar los síntomas. Continuar
amamantando también puede ayudar a revertir los síntomas.
En ocasiones, el bebé se mostrará reacio a mamar de uno o de ambos senos. La mayoría de las
veces esto se puede solucionar encontrando la causa que provoca el rechazo:
Mastitis.
Generalmente, cambiando la posición para amamantar o al reforzar el contacto con la piel, el bebé
volverá a succionar sin problemas; en cualquier caso, se puede consultar al pediatra para
conseguir que el bebé vuelva a amamantar y evitar una ingurgitación.
Es posible que el bebé se muestre más inquieto en ciertos días cuando transcurren cerca de tres
meses de su nacimiento. Esta inquietud se traduce en una mayor insistencia para mamar con
repentinos agarres al seno, lloros o problemas a la hora de dormir.
Esto se debe a que el bebé está creciendo y, por lo tanto, su apetito crece al necesitar más
alimento. En estos días, el número de tomas se verá aumentado, pero de forma natural las mamas
producirán la leche necesaria para que el niño quede satisfecho. En ningún caso se debe recurrir a
alimentar al bebé con leche artificial, ya que se puede producir una ingurgitación debido al
acumulamiento de leche.
Mordidas:
La curiosidad del bebé con sus dientes recién desarrollados puede hacer que en ocasiones se
produzcan pequeños mordiscos en el seno, que pueden causar dolor. Para evitarlo, se debe hacer
entender al bebé que no puede hacerlo.
Para ello, se puede retirar al bebé del pecho en el momento de la mordida mientras se le dice “no”
con semblante serio. Poco después, se puede seguir amamantando. Es posible que sea necesario
repetir el proceso varias veces para que el niño entienda el mensaje.