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Retroactividad Dercho Penal

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Retroactividad

En Derecho, la retroactividad es la aplicación de nuevas normas a actos


jurídicos, hechos pasados o previos a la ley. Debido al principio de seguridad
jurídica que protegen la certidumbre sobre los derechos y obligaciones, por
regla general la ley no es retroactiva y solo regula hechos posteriores a su
sanción. Sin embargo una ley puede ser retroactiva y regular hechos anteriores
a su sanción, cuando así lo disponga expresamente. Cuando una ley es
retroactiva quiere decir que independientemente de cuándo se cometió el acto
a juzgar, si hay una ley posterior en contra de ese acto, se le sancionará o
aplicará la misma.1 Los sistemas jurídicos modernos suelen establecer que la
aplicación retroactiva de las leyes no puede afectar derechos adquiridos o
amparados por garantías constitucionales.

El ordenamiento jurídico venezolano establece excepciones al principio


general, admitiéndose la retroactividad de la ley cuando esta favorezca al reo.
De esta manera el artículo 24 de la Constitución de la República señala que:
“Ninguna disposición legislativa tendrá efecto retroactivo, excepto cuando
imponga menor pena”. De igual forma, el artículo 2 del Código Penal
venezolano establece que: “Las leyes penales tienen efecto retroactivo en
cuanto favorezcan al reo, aunque al publicarse hubiere ya sentencia firme y el
reo estuviere cumpliendo condena”.

Las diversas posibilidades que pueden darse con relación a la sucesión de


leyes penales y a los principios que son aplicables son:

a. En el caso que la ley nueva considere como delito una conducta no


incriminada en la ley anterior, se aplica el principio de la irretroactividad de la
ley penal.

b. En el caso de que la nueva ley deje de considerar como delito un hecho


precedentemente tipificado como tal, se aplica el principio de la retroactividad
de la ley penal. Si el Estado quita a un hecho el carácter punible, ello significa
que ya no quiere castigarlo.

c. En el caso de que la nueva ley modifique el tratamiento penal de


determinados hechos delictivos considerados por la ley anterior, debe
distinguirse:

1. Si la nueva ley resulta desfavorable para el reo, no puede ser aplicada. Es


irretroactiva y por ello debe aplicarse la ley vigente para el momento en que
ocurrió el hecho, y

2. Si la nueva ley resulta favorable al reo, tendrá efecto retroactivo.

A LEY MÁS FAVORABLE:


En razón de todo lo dicho anteriormente y dado que la ley más favorable debe
aplicarse en materia penal con efecto retroactivo, se impone precisar que se
entiende por ley más favorable al reo.

Esta determinación debe hacerse no en abstracto, sino en concreto y tomando


en cuenta la situación en que se encuentra el reo. Debe tenerse como más
favorable o progresiva, aquella ley que al aplicarla al caso concreto favorezca
al reo, que lo trate con menos rigor, tomando en cuenta todas las circunstancia
que puedan beneficiar lo, como la especie o duración de la pena, las penas
accesorias, las circunstancias atenuantes y agravantes, la calificación del
hecho, las causas de extinción del delito y de la pena, los beneficios que
puedan ser concedidos al reo, entre otros.

Debe aclararse que no puede el Juez, como intérprete de la ley, combinar


varias leyes, y aplicarlas simultáneamente, creando así una tercera ley, sino
que debe en todo caso aplicar la que considere más favorable de forma íntegra
al caso concreto sometido a su jurisdicción y competencia.

Para aplicar la ley más favorable debe tomarse en consideración el tiempo de


comisión del delito, con la finalidad de establecer el criterio para subsumir un
hecho a una ley en particular.

En cuanto a la aplicación de la ley más favorable cuando el delito se comete en


un solo momento, pero puede suceder que medie un tiempo entre la conducta
y el resultado material de la acción delictual, o que la conducta se fraccione en
varios momentos o que nos encontremos frente a un delito permanente o
continuado. En estos casos, si ocurre un cambio de legislación, es necesario
precisar el momento en que se estima cometido el delito. La fijación de ese
momento interesa a los fines de resolver otros problemas que pueden
presentarse en la materia, como por ejemplo, lo relacionado con las causas de
justificación, prescripción, imputabilidad, entre otros.

Tres teorías pretenden resolver este problema:

La Teoría de la actividad: Considera que para determinar el tiempo de comisión


del delito debe atenderse al momento de la comisión o la omisión.

La Teoría del resultado: Establece que debe tomarse en cuenta el momento en


que se produce el resultado.

La Teoría mixta: Que entiende que el delito es cometido tanto en el momento


de la acción u omisión como en el momento en que se produce el resultado.

La teoría dominante es la de la actividad, que estima que el delito es cometido


en el momento en que se produce la acción u omisión.
De manera que al realizarse la acción el hecho es lícito y cuando se produce el
resultado es punible, no cabe la posibilidad de aplicar la ley vigente para el
momento en que se produce el resultado.

Cuando la conducta se ha fraccionado en varios actos, se aplicará la ley


vigente en el momento de realizarse el último acto.

Y con relación al delito permanente y al continuado, debe señalarse que si la


nueva ley entra en vigencia, mientras perdura la permanencia o la continuidad,
se aplicará en todo caso la ley que esté vigente para la comisión del delito, sea
o no más favorable, quedando incluidos en los supuestos que establezca todos
los actos precedentes.

La Ley Intermedia: es aquella ley que entra en vigor después de haberse


cometido el hecho, pero es derogada antes de que el hecho sea juzgado. Una
parte de la doctrina sostiene que no puede acogerse cuando sea más
favorable, ya que se asumiría una disposición inexistente por su temporalidad,
tanto cuando ocurre el hecho como en el momento del juicio. Otra parte de la
doctrina es de la opinión de que el reo no es culpable de la lentitud de la justicia
y debe poder aprovecharse de la ley intermedia si le es más favorable.

Tomando como supuesto la existencia de una ley vigente para el momento de


la comisión del delito, otra ley posterior que tiene vigencia limitada en el tiempo
y otra para el momento de producirse la condena, y que en el período
intermedio, la ley considera previsiones más benévolas nos hace preguntemos:

¿Podrá aplicarse la ley penal intermedia, cuándo sea más favorable al reo?

Parecería ilógico aplicarla, ya que no estaba vigente ni para el momento en que


se produce el hecho, ni para el momento en que se produce la sentencia. Sin
embargo, a favor de su aplicación se ha alegado que sería injusto perjudicar al
reo por el solo hecho de haberse prolongado el juicio, además tenemos que
tener presente el principio de legalidad de los delitos y de las penas, por
aplicación de la retroactividad de la ley cuando esto beneficia al reo,
empleando entonces como solución la aplicación de la ley más favorable, la
que beneficie al procesado o penado.

VALIDEZ ESPACIAL:

El derecho positivo de cada Estado define su soberanía penal. La validez


espacial va referida a la definición de territorio del Estado como ámbito esencial
del ius puniendi. En relación al reconocimiento internacional que permite
aceptar la soberanía territorial de cada Estado, se establece el principio de
independencia territorial, permitiendo que se instituyan los poderes públicos
dentro de los elementos que lo define: Territorio, población y poder. Surge
entonces el derecho de la población a organizar al Estado, en donde serán
determinados los poderes públicos, la forma de gobierno y las libertades
ciudadanas. En ese ámbito es donde el poder legislativo tendrá la plena
capacidad, para que en el nombre del Estado, dicte la ley penal que regirá el
ius punendi en particular.

En circunstancias especiales, el Estado decidirá mediante la suscripción de


tratados y acuerdos, los supuestos en los que la ley penal universal podrá ser
aplicada a hechos cometidos dentro o fuera del territorio nacional. Debemos
distinguir, que el ámbito de validez espacial sirve para determinar cómo se
aplica la ley penal de un determinado territorio o Estado, es decir, en que
espacio físico territorial se aplica y hasta donde la misma extiende su señorío.
Cada vez más cobra importancia el análisis de la aplicación del derecho penal
dentro del territorio de los Estados y su interrelación con otros Estados ya que
ello permitirá combatir la denominada criminalidad internacional, con el fin de
que el delito no quede sin sanción. Entre otro, los factores que otorgan cada
vez más interés al estudio de la aplicación de la ley penal en los parámetros de
especio y tiempo, se debate la existencia de un derecho penal internacional.

En Venezuela, la ley penal, así como establece su eficacia en el tiempo,


también define su aplicación en el espacio, existiendo una serie de normas que
fijan principios en este sentido y que determinan el ámbito espacial de
aplicación de la ley penal venezolana, que como se verá, puede ser aplicada
no sólo a hechos cometidos dentro del territorio venezolano, sino a hechos
cometidos en el extranjero.

En cuanto al derecho internacional, no existen las consideraciones universales


que permitan de forma armónica determinar los parámetros de vigencia del
Derecho Penal, importantes esfuerzo permitieron el establecimiento del
Estatuto de Roma, que permite implementar la existencia de la jurisdicción
penal universal. De igual forma, dentro de los países que conforman la
comunidad internacional existen un conjunto de tratados bilaterales y
multilaterales, que permite la aplicación de la ley penal, apoyados dentro de
principios que rigen su aplicación espacial, dentro de los cuales se encuentran:
el principio de la territorialidad de la ley penal, que es de carácter fundamental,
y además los complementarios

de éste, que son el principio de la nacionalidad o personalidad, el principio real,


de defensa o de protección y el principio de la justicia mundial, de la
universalidad o principio cosmopolita.

1.- Principio De La Territorialidad: De acuerdo con este principio, la ley penal se


aplica dentro del territorio del Estado que la ha dictado, a los hechos punibles
cometidos en él, bien sea por nacionales o extranjeros. La eficacia de la ley
penal estaría delimitada por el territorio.
2.- Principio De La Nacionalidad O Personalidad: Según este principio, por un
hecho punible cometido en un determinado lugar se deberá aplicar a su autor la
ley de su propio Estado. La ley de su Estado perseguirá al individuo
dondequiera que se encuentre, en forma de un estatuto personal.

3.-Principio Real, de Defensa o Protección: De conformidad con este principio,


la ley penal aplicable a un hecho punible cometido en cualquier lugar lo sería la
ley del Estado cuyos intereses han sido lesionados por el hecho, ya se trate de
una ofensa que afecte directa o inmediatamente al Estado o a sus nacionales.
Se aplica la ley del Estado del sujeto pasivo del delito.

4.- Principio de la Justicia Mundial, de la Universalidad o Principio Cosmopolita:


De acuerdo con este principio, que encontraría su razón de ser en la
comunidad de intereses de orden internacional que son afectados por los
hechos punibles, cualquier Estado podría aplicar su ley penal y sancionar los
delitos cometidos por cualquier sujeto en cualquier lugar.

PRINCIPIOS QUE REGULAN LA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL


VENEZOLANA

Principios aplicables: En Venezuela se adopta como regla básica, para


determinar la eficacia espacial de la Ley Penal, el principio fundamental de la
territorialidad, así lo pauta el artículo 3 del Código Penal, según el cual la ley
penal venezolana se aplica a todo hecho punible cometido dentro del territorio
nacional, independientemente de la nacionalidad de la víctima y el lugar de la
perpetración del delito. Sin embargo para evitar la impunidad de determinados
hechos cometidos fuera del territorio, para salvaguardar los intereses del
Estado y responder a los intereses de la comunidad internacional, este principio
se complementa con los otros principios enunciados, consagrando en nuestra
legislación que extienden la jurisdicción a casos de extraterritorialidad.

Principio que rigen la territorialidad en la legislación penal venezolana:

Este principio se encuentra consagrado en el artículo 3 del Código Penal


Venezolano, el cual expresa: “Todo el que cometa un delito o una falta en el
territorio de la República, será penado con arreglo a la ley venezolana”.

Se impone determinar que se entiende por territorio venezolano o territorio de


la República. El concepto de territorio, a los efectos de la ley penal, ha de
entenderse en sentido jurídico y no sólo en sentido geográfico, con lo cual
quiere decir que no comprende sólo el territorio natural. De esta manera el
territorio venezolano comprende de acuerdo a lo establecido en los artículos 10
y 11 de la Constitución de la República, de acuerdo a lo siguiente:

La superficie terrestre.

El mar territorial.
La zona contigua.

La plataforma submarina continental.

La zona económica exclusiva.

El espacio insular de la República.

El espacio aéreo; y

Las naves y aeronaves venezolanas: de guerra, mercantes y civiles.

La legislación penal venezolana contempla además algunos casos en los


cuales establece la extraterritorialidad en la aplicación de diversos principios.
De forma particular el artículo 4 del Código Penal prevé varios casos de
aplicación de la ley penal a hechos cometidos fuera del territorio de la
República, en los términos siguientes:

1. La legislación penal venezolana, contempla, determinados supuestos de


aplicación del principio de la nacionalidad o de la personalidad, ante hechos
cometidos fuera de Venezuela. En virtud de este principio se toma en cuenta la
nacionalidad del sujeto activo del delito para aplicarle la ley de su propio Estado
cuando el hecho se ha cometido en el extranjero, lo cual cobra más importancia
en razón de la prohibición de la extradición de un venezolano el cual debe ser
juzgado en Venezuela, previo el cumplimiento de determinados requisitos, si el
hecho se considera como delito, así lo establece el artículo 6 del Código Penal,
articulo 2 de la Ley contra el Secuestro y la Extorsión.

En razón del principio de la nacionalidad o de la personalidad, se aplicará la ley


penal venezolana a los delitos cometidos por venezolanos (numeral 1 del
artículo 4 del Código Penal) y a los venezolanos que en el extranjero infrinjan
las leyes relativas al estado civil y capacidad de los venezolanos, como es el
caso del delito de bigamia (numeral 4 ejusdem).

2. En lo que respecta al principio real, de defensa o de protección, por el cual


se aplicará nuestra ley penal venezolana a hechos cometidos en el extranjero
que lesionen intereses del Estado venezolano, se pueden citar los supuestos
de venezolanos que en el extranjero se hagan reos de traición contra la
República (numeral 1 del artículo 4 del Código Penal); de los venezolanos que
en el extranjero cometan delitos contra la seguridad de la República o contra
sus nacionales (ordinal 2 ejusdem); de los venezolanos o extranjeros que sin
autorización del Gobierno de la República, fabriquen, adquieran o despachen
armas en el extranjero con destino a Venezuela o favorezcan su introducción
en nuestro territorio (numeral 3 ejusdem); de los empleados de la República
que desempeñen mal sus funciones o que cometan cualquier otro hecho
punible no enjuiciable en el lugar de su residencia (numeral 6 ejusdem); de los
venezolanos o extranjeros que en otro país falsifique monedas de curso legal
en Venezuela o sellos de uso público o estampillas o títulos de crédito de la
nación (numeral 11 ejusdem); o favorezcan la introducción en Venezuela de
tales valores (numeral 12 ejusdem); de los venezolanos o extranjeros que, en
tiempos de paz, desde territorio, buques de guerra o aeronaves extranjeras
lancen proyectiles o hagan cualquier otro mal a las poblaciones, habitantes o al
territorio de Venezuela (numeral 16 ejusdem).

3. En cuanto al principio de la justicia mundial, de la universalidad o principio


cosmopolita, en razón de que determinados hechos punibles ofenden el orden
internacional, puede aplicarse la ley penal venezolana, aunque el hecho se
cometa fuera del territorio venezolano. Este es el caso de los venezolanos o
extranjeros que en alta mar, cometan actos de piratería u otros delitos de los
que el Derecho Internacional califica de atroces y contra la humanidad, como el
genocidio, la trata de blancas, el tráfico de estupefacientes, la trata de
esclavos, entre otros. (numeral 9 del artículo 4 del Código Penal) y articulo 2 de
la Ley contra el Secuestro y la Extorsión.

La legislación penal venezolana establece una serie de requisitos para el


enjuiciamiento en los casos de extraterritorialidad de la ley penal venezolana.
En el artículo 4 del Código Penal venezolano, establece diversos supuestos de
extraterritorialidad de la ley penal venezolana, dentro de los cuales se señalan
los requisitos que deben cumplirse para el enjuiciamiento en Venezuela, dentro
de los que se encuentran:

1. Que el sujeto activo haya venido al territorio de la República.

2. Que se intente la acción por la parte agraviada, o por el Ministerio Público en


los caso de traición a la patria o de delitos contra la seguridad de Venezuela.

3. Que el indiciado no haya sido juzgado por los tribunales extranjeros, a


menos que habiéndolo sido, hubiere evadido la condena.

Para el ejercicio del juzgamiento, es importante establecer el lugar donde se


cometió el delito, a fin de determinar la aplicabilidad de las normas y principios
estudiados, para fijar así la jurisdicción.

Normalmente no se presenta problema cuando el hecho en su totalidad ocurre


en un determinado lugar, pero puede presentarse el caso de los delitos a
distancia o delitos materiales en que puede tener lugar la conducta en un lugar
o territorio y producirse el resultado en otro, o el caso de hechos cuya ejecución
se extiende por diversos territorios como puede ocurrir en los delitos
permanentes o en los delitos continuados.

Para la determinación de la competencia a razón del territorio, debe tomarse en


cuenta las reglas relacionadas a las teorías relativas a la aplicación de la ley
más favorable.

Como indica Creus Carlos, hay delitos cuyas particulares circunstancias de


ejecución requieren la aplicación de la ley penal del Estado a hechos cometidos
fuera de su territorio, ya sea por el resultado dañoso que se produce en él, o
bien porque siendo parcialmente ejecutado en dicho Estado, su accionar
termina en otro.

Cada Estado determina en su ley el alcance espacial que quiere darle, sin
perjuicio de la regulación que pueda provenir de los convenios internacionales.
Los principios sostenidos por la doctrina y que han sido adoptados en forma
parcial o combinada por la mayoría de las legislaciones, pueden reducirse a
cuatro:

1. Territorialidad.

2. Personal o de la nacionalidad.

3. Real, de protección o de defensa.

4. Universal, justicia mundial o cosmopolita.

1. Principio de territorialidad o territorial: Como expresa Fontán Balestra, de


acuerdo con este principio, la ley penal es aplicable a los delitos cometidos en
el territorio del Estado, basándose en el concepto de soberanía, expresión que
sintetiza la idea de independencia. Para este principio lo que decide la
aplicación de la ley penal del Estado es el lugar de comisión del delito, es decir,
la mencionada ley penal se aplica a los delitos cometidos dentro del Estado o
sometidos a su jurisdicción, sin que importe la condición del autor o del
ofendido, ni la nacionalidad del bien jurídico afectado.

Lo que limita la aplicación territorial de la ley es el concepto jurídico de


territorio, que no necesariamente coincide con su extensión física, ya que aquel
se extiende a todos los lugares sobre los que el Estado ejerce su jurisdicción
legislativa y judicial de conformidad a los parámetros que la Constitución de la
República determina.

2. Principio de la personalidad (personal) o de la nacionalidad: Expresa Creus


Carlos, que en este principio es decisiva la nacionalidad de los sujetos que
intervienen en la relación jurídica originada por el delito. Considera que la ley
del Estado sigue al nacional dondequiera que él se encuentre, es decir, los
individuos son portadores de su propio estatuto personal. Agrega Fontán
Balestra que, según este principio, la ley del país a que el individuo pertenece
es la que debe aplicarse, fundándose esta tesis en el sentido de dependencia
persona de cada individuo respecto del estado en el cual es nacional. Distingue
este doctrinario que el principio de personalidad será, activa cuando se trata del
autor del delito, o personalidad, pasiva al referirse a la víctima.

3. Principio real, de protección o de defensa: Se basa en la necesidad de


proteger los intereses nacionales y castigar los delitos que ataquen esos
intereses, con arreglo a la legislación del país atacado, sin tomar en
consideración el lugar donde se cometió el delito. El ejemplo que indica Fontán
Balestra es el de la falsificación de moneda perpetrada en el extranjero, que
afecta al Estado cuyo signo monetario es objeto de imitación. De acuerdo con
Creus Carlos, el principio de defensa es una derivación objetiva del principio de
nacionalidad, ya que el aspecto decisivo en él es la nacionalidad del bien
protegido, la ley penal ampara los intereses nacionales y, por tanto, rige ella en
todos los casos en que el delito vulnera o amenaza uno de esos intereses,
cualquiera que sea su lugar de comisión y sin que interese la nacionalidad del
autor.

La cuestión básica que tiene que ser resuelta es la de que bienes jurídicos
nacionales se tienen que considerar para discernir la ley aplicable, ya que sólo
algunos de esos bienes dar lugar a la aplicación de la ley penal del estado.
Indica Creus Carlos que generalmente se reducen a los consustanciados con la
organización, preservación y actividades fundamentales del Estado, en cuanto
a la integridad territorial, defensa, de la moneda, entre otros, siendo habitual
que para determinarlos las leyes enuncien taxativamente esos bienes o los
delitos que se rigen por este principio para evitar dificultades interpretativas.

4. Principio Universal, justicia mundial o cosmopolita: Explica Fontán Balestra


que en los delitos que afecten por igual a todos los miembros de la comunidad
internacional, cada Estado, como integrante de ella y con miras a su
protección, debe proceder a juzgar a todo delincuente que detenga en su
territorio, sin que importe cual sea su nacionalidad y el lugar de ejecución del
delito, como ocurre, por ejemplo, con la trata de blancas, la piratería, el narco
tráfico, el terrorismo o la legitimación de capitales, entre otros. El derecho
internacional igualmente ha establecido una serie de pactos internacionales a
este tenor con el fin de perseguir la criminalidad trasnacional, extendiendo en
muchos casos la jurisdicción de los países tratantes de los referidos
instrumentos internacionales.

De forma especial el derecho penal internacional ha desarrollado en el Estatuto


de Roma la persecución de los delitos de Genocidio, Crímenes de Guerra y de
Lesa Humanidad.

VALIDEZ PERSONAL:
La ley penal se aplica indistintamente a todo individuo que cometa un delito o
una falta en el territorio de la República (artículo 3 del Código Penal). Y así
mismo la Constitución de la República consagra en su artículo 21 el principio
de la igualdad de todos los ciudadanos, lo que impide establecer
discriminaciones entre los individuos que puedan sustraerlos de la aplicación
en, nuestro caso, de la ley penal.

Sin embargo, en nuestro ordenamiento, como en la mayoría de las


legislaciones, se establecen algunas excepciones, para ciertas personas, en
razón de las funciones públicas que desempeñan.

INMUNIDADES:

Los Diputados a la Asamblea Nacional y Asambleas Legislativa de los Estados:


En Venezuela existen diversos casos de exención de la aplicación de la ley
penal venezolana por hechos punibles cometidos por determinadas personas
en el ejercicio de sus funciones.

Es el caso de la denominada inviolabilidad de los diputados de la Asamblea


Nacional y de las Asamblea Legislativas de los Estados, a quienes la
Constitución de la República y de los Estados le reconoce la inmunidad, no
concediendo responsabilidad penal, civil o administrativa a consecuencia de los
votos y opiniones emitidas en el ejercicio de sus funciones.

De esta forma, se consagra la inmunidad parlamentaria como una garantía del


ejercicio autónomo de las funciones legislativas respecto de los otros poderes y
como garantía para el mejor y efectivo cumplimiento de la función
parlamentaria. La inmunidad, está referida al ejercicio de las funciones
parlamentarias, desde el momento de la proclamación por parte del órgano
electoral, hasta la conclusión del mandato.

Su desconocimiento por parte de los funcionarios públicos ocasiona sanciones


de naturaleza penal que el legislador deberá establecer en la ley
correspondiente.

En cuanto a los presuntos delitos cometidos por los diputados, conocerá el


Tribunal Supremo de Justicia en forma privativa, siendo la única autoridad que,
previa autorización de la Asamblea Nacional, podrá ordenar la detención o
continuar el enjuiciamiento, según sea el caso. En caso de delito flagrante
cometido por algún diputado, la autoridad competente pondrá a éste bajo
custodia en su residencia y comunicará de manera inmediata el hecho al
Tribunal Supremo de Justicia.

Por la inviolabilidad, un diputado puede incurrir en hechos cometidos por medio


de la palabra oral o escrita, calificables como de difamación, injuria, instigación
a la desobediencia de la ley o de la autoridad, incitación a la rebelión, vilipendio
u ofensas a funcionarios entre otros y ello, sencillamente, no es delito, porque
por esas conductas de los diputados, que se concretan en expresiones u
opiniones, se encuentran exentas de la aplicación de la ley penal, razón por lo
cual, su integridad personal es inviolables por ningún órgano del poder público,
salvo que sea sometido al procedimiento de desafuero previsto en la misma
Constitución de la Republica con la finalidad que se establezca el antejuicio de
mérito y que sea despojado de su inmunidad por el mismo cuerpo legislativo.

De acuerdo con la Constitución de la República en el artículo 199 señala:

Artículo 199: Los Diputados o Diputadas de la Asamblea Nacional no son


responsables por votos y opiniones ejercidas en el ejercicio de sus funciones.
Sólo responderán ante los electores o electoras y el cuerpo legislativo de
acuerdo con la constitución y los reglamentos.

Dos aspectos básicos discute la doctrina con relación a este punto, la extensión
de esta inmunidad y su naturaleza jurídica.

En cuanto a la extensión de la inmunidad, debe precisarse que la inviolabilidad


se limita a los votos y opiniones emitidos por los diputados en ejercicio de sus
funciones, dentro o fuera de la Asamblea Nacional.

En cuanto a la naturaleza jurídica, algunos autores creen que se trata de una


causa de justificación, otros de una excusa absolutoria y otros de una excusa
personal de exclusión de la pena. La doctrina venezolana se ha inclinado a
considerarlo una causa personal de exclusión de la pena, por quedar excluidos
de la aplicación del Derecho Penal, en razón de la función ejercida.

Artículo 200. Los diputados o diputadas a la Asamblea Nacional gozarán de


inmunidad en el ejercicio de sus funciones desde su proclamación hasta la
conclusión de su mandato o la renuncia del mismo. De los presuntos delitos
que cometan los o las integrantes de la Asamblea Nacional conocerá en forma
privativa el Tribunal Supremo de Justicia, única autoridad que podrá ordenar,
previa autorización de la Asamblea Nacional, su detención y continuar su
enjuiciamiento. En caso de delito flagrante cometido por un parlamentario o
parlamentaria, la autoridad competente lo o la pondrá bajo custodia en su
residencia y comunicará inmediatamente el hecho al Tribunal Supremo de
Justicia.

Los funcionarios públicos o funcionarias públicas que violen la inmunidad de los


o las integrantes de la Asamblea Nacional, incurrirán en responsabilidad penal
y serán castigados o castigadas de conformidad con la ley.

Diversa es el alcance de la inmunidad, que es considerada relativa y temporal,


por lo cual hasta tanto no sea revocada, los parlamentarios no pueden ser de
ninguna forma coartados en el ejercicio de sus funciones; no pueden ser
apresados, salvo en caso de flagrancia, lo cual no excluye expresamente el
antejuicio de la inmunidad o la función parlamentaria, ni se puede entender que
sea la justificación para levantar o cesar automáticamente el privilegio; no
pueden ser objeto de registro o de requisas; no pueden ser sometidos a
proceso penal, si antes no se cumplen dos pasos esenciales como son:
primeramente que el Tribunal Supremo de Justicia declare por sentencia de la
Sala Plena, que hay mérito para ello; y segundo que es un aspecto
fundamental, que la Asamblea Nacional, autorice el enjuiciamiento por la
mayoría simple de sus integrantes, situación que eventualmente pudiera no
hacer por razones de orden político.

Particularmente, los delitos de vilipendio y todos los llamados “delitos de


desacato”, están proscritos de la legislación penal internacional. Sin embargo,
en Venezuela y en otros países, estos delitos son conservados por la
legislación penal a pesar del criterio internacional, ello derivado a la
desactualización del bloque jurídico penal o a intereses de orden político.

El Defensor del Pueblo: En lo que respecta al Defensor del Pueblo, órgano del
Poder Ciudadano, el artículo 282 de la Constitución de la República, le acuerda
el goce de inmunidad en el ejercicio de sus funciones. Al igual que para los
diputados de la Asamblea Nacional, esta inmunidad es temporal y limitada al
período de ejercicio de su cargo. No puede ser sometido a juicio penal por
hechos que no guarden relación con sus funciones, si previamente el Tribunal
Supremo de Justicia no declara la existencia de méritos, correspondiendo a
esta máxima instancia el conocimiento de la causa.

Los Jefes de Estado extranjeros: Otra excepción de la aplicación de la ley


penal en Venezuela, es el caso de Jefes de Estado extranjeros, que se
encuentre en el territorio de la República, por reconocimiento a la soberanía del
Estado que representa.

El ordenamiento jurídico venezolano consagra o acuerda ciertas prerrogativas,


que no constituyen realmente excepciones al principio de igualdad de la ley
penal que no sustraen absolutamente a estas personas de su aplicación pero si
le dan privilegios o tratamiento especial, cumpliendo determinados requisitos.
La excepción a esta regla la encontramos en otro tratado internacional como lo
es el Estatuto de Roma de la Corte penal internacional, que es ley interna por
imperio de la ratificación hecha por Venezuela. En este caso, cuando la Corte
Penal Internacional, emita una orden de entrega de un Jefe de Estado o algún
funcionario extranjero que se encuentre de paso en el país, el gobierno
venezolano estaría obligado a producir la aprehensión y eventual entrega del
funcionario a la justicia internacional.

La inmunidad de los diplomáticos extranjeros acreditados en Venezuela: Se


consagra la inviolabilidad en sus personas, residencias particulares y oficiales,
bienes y documentos, y la inmunidad de la jurisdicción civil administrativa y
penal del Estado receptor, lo que no los exime de la jurisdicción del Estado
acreditante, ello de acuerdo a lo establecido en la Ley
aprobatoria de la Convención de Viena sobre relaciones Diplomáticas de l961.
Conforme el artículo 31, de la convención internacional, el agente diplomático
gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor, en
consecuencia no estará obligado a testificar y su persona es inviolable. El
artículo 29, ejusdem advierte que el diplomático no puede ser objeto de
ninguna forma de detención o arresto. El Estado receptor le tratará con el
debido respeto y adoptará todas las medidas adecuadas para impedir cualquier
atentado contra su persona, su libertad o su dignidad.

Los miembros de la familia de un agente diplomático, siempre que no sean


nacionales del Estado receptor, gozarán de la misma inmunidad diplomática de
acuerdo al artículo 37 del ya mencionado tratado internacional, y también están
protegidos por la inmunidad de jurisdicción, que estaría limitada al ejercicio de
sus funciones, los miembros del personal administrativo y técnico de las
misiones diplomáticas. El Estado acreditan te puede renunciar expresamente a
la inmunidad de jurisdicción de sus agentes diplomáticos, de acuerdo con lo
establecido en el artículo 32, del Tratado, siendo la forma de enjuiciar a estas
personas por el Estado venezolano.

De igual forma, los locales de la misión diplomática son inviolables, las


autoridades venezolanas, como Estado receptor no podrán penetrar en ellos
sin consentimiento del jefe de la misión. Los locales de la misión, no podrán ser
objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución, así como
su mobiliario, archivos o medios de transportes, que deberán ser protegidos
contra todo ataque o intrusión, de acuerdo a lo expresamente dispuesto en el
artículo 22 de la Convención de Viena sobre relaciones Diplomáticas. También
están protegidas por esta inviolabilidad las viviendas de los agentes
diplomáticos. Esta inviolabilidad se extiende a su residencia particular, sus
documentos, su correspondencia y sus bienes, que sólo excepcionalmente
podrán ser embargados, (Art. 30).

Los Funcionarios Consulares: En relación a la inmunidad con que cuentan los


funcionarios consulares en Venezuela, existen ciertas prerrogativas,
consagradas en la Ley Aprobatoria de la Convención de Viena sobre
relaciones consulares de l963, que prevé la inmunidad de estos funcionarios,
es así como el artículo 43 de ya mencionado instrumento normativo, consagra
la denominada “Inmunidad de Jurisdicción”, que resguarda a los funcionarios
consulares y los empleados consulares, señalando que en materia penal no
estarán sometidos a la jurisdicción de las autoridades judiciales y
administrativas del Estado receptor por los actos ejecutados en el ejercicio de
las funciones consulares. Es por ello, que en caso de iniciarse un
procedimiento penal en contra del cónsul o de algún funcionario consular, si el
delito no es grave, el funcionario no podrá ser detenido preventivamente, ni
sometido a ninguna limitación de su libertad, sin la previa autorización del
Estado que le envía. En caso de delito grave, opera las mismas condiciones de
los funcionarios consulares, en cuyo caso el Estado al cual pertenece el
funcionario consular puede renunciar, a la inmunidad del funcionario y en este
caso se procedería con su enjuiciamiento.

PRERROGATIVAS:

Respecto a los altos funcionarios: El Presidente de la República y otros altos


funcionarios, gozan de prerrogativas de acuerdo a lo establecido en el artículo
232 de la Constitución de la República, que señala: “el Presidente o Presidenta
de la República es responsable de sus actos y del cumplimiento de las
obligaciones inherentes a su cargo”. Por tanto, no goza de exención alguna en
relación a la aplicación de la ley penal sustantiva. Sin embargo de acuerdo al
artículo 266, numeral 2 de la misma Carta Fundamental, corresponde al
Tribunal Supremo de Justicia declarar si hay o no méritos para su
enjuiciamiento y, en caso afirmativo, conocerá de la causa el propio Tribunal
Supremo, previa autorización de la Asamblea Nacional, hasta la sentencia
definitiva.

Asimismo, en lo que respecta al Vicepresidente de la República, a los


integrantes de la Asamblea Nacional, a los Magistrados del Tribunal Supremo
de Justicia, a los Ministros, al Procurador General, al Fiscal General, al
Contralor General, al Defensor del Pueblo, a los Gobernadores, a los Oficiales
Generales y Almirantes de las Fuerzas Armadas y a los Jefes de misiones
diplomáticas, corresponde al Tribunal Supremo de Justicia declarar si hay o no
méritos para su enjuiciamiento y en caso afirmativo, remitirá los autos al Fiscal
General de la República o a quien haga sus veces, si fuese el caso, y seguirá
conociendo, hasta sentencia definitiva si se trata de un delito común (artículo
266, numeral 3, ejusdem).

En relación a este procedimiento especial, se debe tener en cuenta lo previsto


en los artículos 376 y siguiente del Código Orgánico Procesal Penal y otras
leyes especiales. A los efectos del enjuiciamiento se requiere la previa querella
del Fiscal General de la República y la realización del antejuicio de mérito ante
el Tribunal Supremo de Justicia. Si se declara que hay mérito seguirá
conociendo hasta sentencia definitiva el Tribunal Supremo de Justicia como
juez natural, de acuerdo a lo expresamente señalado en el artículo 266 de la
Constitución de la Republica.

Recibida la querella, El Tribunal Supremo de Justicia convocará a una


audiencia oral y pública dentro de los treinta días siguientes, para que el
imputado responda. En la audiencia el Fiscal General explanará la querella,
seguidamente el defensor hará sus alegatos, se admitirá réplica y contra réplica
y el imputado tendrá la última palabra. Concluido el debate el Tribunal Supremo
tendrá cinco días para dictaminar si hay o no méritos para el enjuiciamiento
(artículo 379 del Código Orgánico Procesal Penal).
Declarado el enjuiciamiento el funcionario público quedará suspendido o
inhabilitado para ejercer cualquier cargo durante el proceso (artículo 380 del
Código Orgánico Procesal Penal)

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