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Investigacion

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La Naturaleza necesita a los pueblos indígenas: así la cuidan

Las habilidades de estas poblaciones favorecen el cuidado del medio ambiente y contribuyen a su
conservación

Los pueblos indígenas son los protectores de la Naturaleza. La necesitan para vivir y, en
consecuencia, la cuidan como parte de ellos. Conocen sus plantas, su fauna, sus alimentos… todo,
excepto el modo de hacerle daño. Pese a ello, muchos pueblos indígenas están perseguidos y son
expulsados de sus tierras, las mismas que han habitado durante años. En este artículo se recogen
varios de sus modos de actuar. Así viven en la tierra, así la cuidan, así se convierten en sus
guardianes.

En el mundo hay decenas de poblaciones indígenas. La denominada modernidad no es común en


todos los rincones del planeta y, gracias a ello, todavía hoy se disfruta de zonas gestionadas
por poblaciones indígenas, que respetan el entorno y hacen todo lo posible por conservarlo. Los
pueblos tribales tienen la habilidad de tomar de la Naturaleza, sin dañarla, lo que necesitan para
vivir. A pesar de esto, su imagen se presenta como un retraso en un mundo que avanza de la mano
de la tecnología.

Los pueblos tribales tienen la habilidad de tomar de la Naturaleza, sin dañarla, aquello que
necesitan para vivir

En su empeño por defender a estas poblaciones, Survival insiste en sus particularidades y en los


beneficios que reportan al entorno. Lo cuidan de manera espontánea, natural, en el más amplio
sentido de la palabra. De ahí que en estos lugares, considerados «atrasados», se destaquen sus
avances.

El director de Survival International, Stephen Corry, subraya cómo «los pueblos indígenas y tribales
cuidan de sus entornos mejor que nadie», ya que «han dependido de ellos y los han gestionado
durante miles de años». Por ello apuesta por su protección. Las poblaciones indígenas son
imprescindibles para la Naturaleza.

Ayudan a mantener las abejas. Las abejas son imprescindibles. No solo son productoras de miel,
sino que la polinización de estos insectos contribuye al mantenimiento de muchas de las plantas y
alimentos que consumimos. Los indígenas awás del nordeste de la Amazonia brasileña distinguen
unas 31 especies de abejas productoras de miel. «Cada tipo de abeja está asociada con otro
animal de la selva, como la tortuga o el tapir», detalla Survival. Su acción, por lo tanto, no solo es
esencial para las abejas, sino también para otros animales. Pese a todo, en los años ochenta, «el
Proyecto Gran Carajás abrió la selva de los awás a madereros y ganaderos ilegales. Desde
entonces, más del 30% de su tierra ha sido destruida», alerta la organización.
Protegen el crecimiento de ciertos alimentos. Los «pigmeos» bakas de África central comen más
de 10 tipos de batata salvaje. Sin embargo, no agotan sus existencias, sino al contrario, ya que
dejan la raíz intacta en el suelo. De este modo, consiguen que su crecimiento se extienda. Pero los
pigmeos no son los únicos que se nutren de la batata. Los elefantes y los jabalíes salvajes también
se se alimentan de este producto, lo que contribuye a mantener la especie.

Cazan de manera sostenible. Además de comer batata, los pigmeos bakas son cazadores,
pero jamás cazan crías de animales, más cuando están acompañadas de las hembras madre. En
cuanto a los bosquimanos del desierto del Kalahari, en África, siguen una alimentación basada en
unas 150 especies de plantas y también son cazadores, una práctica que realizan de manera
sostenible y sin emplear armas. A pesar de esto, se ha prohibido la caza de animales y
los bosquimanos se enfrentan a un serio problema de hambre después de que el Gobierno de
Botsuana prohibiera la caza en todo el país, excepto en las haciendas privadas. «A los
bosquimanos se les acusa de ‘caza furtiva’ porque cazan para alimentarse. Se enfrentan a arrestos,
palizas y torturas mientras se fomenta la caza mayor entre los que pagan por ella», denuncia
Survival.

Protegen los bosques y su biodiversidad. Los baigas de India son fundamentales para evitar la
desaparición de los tigres: no cazan este animal. Sus reglas para conservarlo son válidas para ellos
y para los visitantes. Con ellas han conseguido a la vez aumentar la disponibilidad de agua y de
hierbas que utilizan como medicinas. No obstante, los baigas han sido expulsados de sus tierras y,
para ello, se ha argumentado que así se asegura la salvación de los tigres. Survival ha denunciado
que el resultado podría ser justo el contrario, ya que son los baigas quienes «lejos de matar tigres
a menudo los veneran».

Evitan la deforestación. Las poblaciones indígenas aman la tierra y la custodian al punto de ser


considerados «una barrera vital contra la deforestación». El modo en que gestionan las tierras que
habitan se transmite entre generaciones para favorecer su protección. La amenaza de la expulsión,
sin embargo, siempre está al acecho; a menudo, incluso, para construir hoteles o talar los árboles,
prácticas que contravienen la aplaudida deforestación. «Un 20% de toda la Amazonia brasileña
está controlado y adecuadamente cuidado por pueblos indígenas», recuerda Survival. «Las
imágenes satelitales son impresionantes: en muchos casos la deforestación se detiene
exactamente donde comienzan las áreas indígenas

Constituyen sólo el 5 por ciento de la población mundial, sin embargo los pueblos indígenas son
los guardianes esenciales del medio ambiente. Los territorios indígenas tradicionales abarcan el 22
por ciento de la superficie terrestre del mundo, pero el 80 por ciento de la biodiversidad del
planeta.
Un tercio de los bosques del mundo, cruciales para reducir las emisiones de carbono, son
gestionados principalmente por pueblos indígenas, familias, comunidades y agricultores. Los
alimentos cultivados por los indígenas son particularmente nutritivos. Además, son resilientes al
clima y se adaptan muy bien al ambiente, lo que los convierte en una buena fuente de nutrientes
en zonas con climas difíciles.

Sus formas y medios de vida pueden enseñarnos mucho sobre la conservación de los recursos
naturales, el cultivo sostenible de alimentos y la vida en armonía con la naturaleza. Reavivar estos
conocimientos que tienen su origen en un patrimonio y legado histórico es esencial para hacer
frente a los retos a los que se enfrentan la alimentación y la agricultura hoy en día y en el futuro.

He aquí seis de las muchas maneras en que los pueblos indígenas ayudan a luchar contra el
cambio climático:

1. Sus prácticas agrícolas son resilientes al cambio climático

A lo largo de los siglos, los pueblos indígenas han desarrollado técnicas agrícolas que se adaptan a
entornos extremos, como las grandes alturas de los Andes, las praderas secas de Kenya o el frío
extremo del norte de Canadá. Estas técnicas puestas a la prueba del tiempo, como la creación de
terrazas, que detiene la erosión del suelo, o los jardines flotantes, que hacen uso de campos
inundados, significa que los pueblos indígenas han construido sistemas que son apropiados para
los cada vez más intensos fenómenos meteorológicos y cambios de temperatura que conlleva el
cambio climático.

2. Conservan y restauran los bosques y los recursos naturales

Los pueblos indígenas se sienten conectados con la naturaleza y se sienten parte del sistema en el
que viven. Los recursos naturales son considerados como una propiedad compartida y son
respetados como tal. Mediante la protección de los recursos naturales, como los bosques y ríos,
muchas comunidades indígenas ayudan a mitigar los efectos del cambio climático.

3. Los alimentos autóctonos amplian y diversifican las dietas

Actualmente, el mundo depende en gran medida de un pequeño conjunto de cultivos básicos. El


trigo, el arroz, las patatas y el maíz representan el 50 por ciento de las calorías que consumimos
diariamente. Con cultivos nativos con alto contenido de nutrientes, como la quinua, la oca y
la moringa, los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas pueden ayudar al resto de la
humanidad a ampliar su limitada base alimentaria.

4. Los alimentos autóctonos son resistentes al cambio climático

Muchos pueblos indígenas viven en entornos extremos y por ello han optado por cultivos que se
adaptan a dichas condiciones. Los pueblos indígenas a menudo cultivan especies nativas que se
adecúan mejor a los contextos locales y son más resistentes a las sequías, a la altitud, a las
inundaciones o a otras condiciones extremas. Más ampliamente extendidos en la agricultura,
estos cultivos pueden contribuir a aumentar la resiliencia de las producciones agrícolas, haciendo
frente a un clima cada vez más cambiante en estos tiempos.

5. Los territorios indígenas poseen el 80 por ciento de la biodiversidad del mundo


La conservación de la biodiversidad es esencial para la seguridad alimentaria y la nutrición. El
patrimonio fitogenético y de especies animales se encuentra en bosques, ríos, lagos y pastos. Al
vivir una vida natural sostenible, los pueblos indígenas preservan estos ambientes, lo que ayuda a
mantener la biodiversidad de las plantas y los animales en la naturaleza.

6. Los estilos de vida de los pueblos indígenas se adaptan a los espacios que habitan y son
respetuosos con los recursos naturales

Los pueblos indígenas han adaptado sus formas de vida para adaptarse y respetar su medio
ambiente. En las montañas, los sistemas creados por los pueblos indígenas conservan el suelo,
reducen la erosión, conservan el agua y logran reducir el riesgo de desastres. En los pastizales, las
comunidades de pastores indígenas gestionan el pastoreo de ganado y el cultivo de forma
sostenible para que las praderas preserven su biodiversidad. En la Amazonia, los ecosistemas
mejoran cuando los indígenas los habitan.

La FAO considera a los pueblos indígenas socios valiosísimos en la lucha por la erradicación del
hambre y en la búsqueda de soluciones al cambio climático. Nunca vamos a lograr soluciones a
largo plazo para el cambio climático ni lograremos la seguridad alimentaria y una mejor nutrición
sin su ayuda; tampoco lo lograremos si no garantizamos sus derechos como pueblos.

Los pueblos indígenas y su relación con el medio ambiente.

Las comunidades indígenas y campesinas son portadoras de un conocimiento milenario sobre


biodiversidad, plantas, animales, agua y clima.

Los pueblos indígenas y su relación con el medio ambiente.

La mayor biodiversidad del planeta se concentra en las regiones tropicales y subtropicales. Pero
también es importante la que se encuentra en los desiertos y en las zonas templadas, así como en
las montañas, porque con frecuencia presenta un gran número de endemismos (especies o
variedades únicas que no se encuentran en otro lado del planeta).

Los pueblos indígenas del mundo constituyen la mayor expresión de la diversidad cultural. Los
territorios en donde habitan estos pueblos contienen una biodiversidad enorme y aportan gran
parte de la misma al inventario mundial. Sin embargo, los pueblos indígenas están perdiendo sus
territorios y su biodiversidad, a pesar de que han sostenido una larga lucha para mantenerlos;
grandes plantaciones forestales en monocultivo los desplazan de su territorio como es el caso de
las grandes empresas forestales.

Los pueblos indígenas que existen hace milenios, junto con los ecosistemas, han coevolucionado
con ellos, escogiendo ciertas plantas o animales, sembrando otras, de tal manera que
frecuentemente los han transformado.

Los patrones de consumo sistemáticamente propagados por los medios de comunicación masivos,
erosionan la relación espiritual y los gustos y conocimiento de los pueblos indígenas. En efecto, los
complejos saberes ambientales y los sistemas alimentarios en base a la biodiversidad, se van
perdiendo a favor de productos generados en las economías de escala. 

La biodiversidad es una “biblioteca” natural de información valiosa, generada a través de millones


de años de evolución de las plantas y animales, hongos y bacterias. La presencia de los pueblos
indígenas ha permitido la domesticación de las plantas que en la actualidad se usan en
comunidades campesinas y en el sistema alimentario mundial. Nadie, ni los laboratorios
farmacéuticos más grandes pueden crear la información que han desarrollado los cientos de miles
de especies de bacterias, plantas, insectos, animales y los mismos humanos con sus variaciones
regionales.

La pérdida de la biodiversidad también se ubica en el terreno de la agrobiodiversidad y los


sistemas productivos integrados en los ecosistemas naturales. A esto se le agrega que compañías
multinacionales productoras de semillas y medicinas están rastreando en todos los continentes la
biodiversidad para revisar sus componentes químicos y genéticos para después patentar sus
“descubrimientos” y cobrar regalías para su uso.

El uso no destructivo de la naturaleza, que incorpora a la producción, circulación y consumo en los


saberes y culturas indígenas distintas a la occidental, basadas principalmente en la capacidad
fotosintética de la biomasa del planeta, implica un replanteamiento de los fundamentos y de las
relaciones sociales.

Las distintas plantas recolectadas, animales y plantas domesticadas y cultivadas, seleccionadas y


adaptadas para distintas zonas climáticas por pueblos indígenas, son una fuente de información
para las generaciones actuales y futuras.

Son sociedades que de forma vital han basado su proceso civilizatorio material y energético en la
biomasa y biodiversidad, con una manera específica de concebir la interrelación entre naturaleza y
sociedad.

El aporte de los pueblos indígenas al país es invaluable

Los pueblos indígenas son los principales guardianes de los bosques del mundo. Gracias a sus
prácticas ancestrales, han asegurado la conservación del 80% de la biodiversidad del planeta y los
bosques que habitan proveen 1/3 de la solución al cambio climático. Reforzar el el respeto de sus
derechos, elevar su importancia e incorporar su visión y conocimiento sobre la naturaleza, es
determinante para alcanzar las metas climáticas, de desarrollo y conservación.

En Colombia, uno de los países con más alta biodiversidad del planeta, hay 102 pueblos indígenas,
distribuidos en diferentes zonas del país, en territorios que suman más de 26 millones de
hectáreas. La propiedad colectiva de los resguardos indígenas representa aproximadamente el
46% del bosque natural en Colombia, determinante para la protección y provisión de agua de las
ciudades y la producción agrícola en la región Andina, así como la conservación de áreas de gran
valor natural y para la provisión de agua como la Sierra Nevada de Santa Marta.
Te podemos recomendar: 5 claves para entender lo que sí es el turismo de naturaleza

En la región amazónica, más de la mitad de los bosques están habitados por comunidades
indígenas y, por ello, son clave en los procesos de conservación de la vida silvestre y la reducción
de amenazas como la deforestación. En los bosques de los resguardos indígenas amazónicos se
almacena algo más del 40% del carbono de todos los bosques del país y el 60% del que se
almacena en los bosques de la Amazonía colombiana.

Mantener las reservas de carbono de estos bosques es fundamental en la lucha contra el cambio
climático. Sin los resguardos indígenas, es imposible garantizar la conectividad entre las Áreas
Protegidas de la región: la gran distancia que hay entre estas es ocupada por territorios indígenas
con alto grado de conservación.

Los pueblos indígenas aportan al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente al
ODS 13- Acción por el Clima y al 15- Protección de ecosistemas terrestres, conservando sus
territorios con base en los conocimientos de sus ancestros. Su visión de los territorios es vital para
enfrentar la actual crisis climática y apoyar al Gobierno en la implementación del Acuerdo de París
y otros compromisos internacionales.

Debes leer: Iniciativas de conservación de la Amazonia y su lucha por proteger la sabiduría


ancestral

Sin embargo, los pueblos indígenas enfrentan preocupantes amenazas que van desde la
degradación de sus territorios por proyectos extractivos, hasta el riesgo para sus vidas y sus
derechos.

De acuerdo con la Comisión de la Verdad, de los 102 pueblos indígenas que hay en Colombia, 68
están en riesgo por cuenta del conflicto armado y han tenido que vivir desplazamientos debido a
la violencia que azota sus territorios. La Organización Indígena de Colombia, ONIC, ha denunciado
en múltiples oportunidades su necesidad de protección y mayor apoyo y respaldo estatal.

Los pueblos indígenas han manifestado en diversas ocasiones los principales retos que enfrentan
al ser guardianes de sus territorios, insistiendo en que deben ser escuchadas y abordadas,
fortaleciendo el diálogo entre todos los actores, para así salvaguardar la vida y la permanencia en
sus territorios. De acuerdo con el IPPC, la protección de los derechos de los pueblos indígenas
sobre sus territorios es fundamental para proteger la biodiversidad del mundo, proteger los
ecosistemas amenazados y restaurar las tierras degradadas.

Fortalecer los procesos de diálogo nunca había sido tan urgente. No será posible asegurar la
conservación de la biodiversidad si no logramos una visión holística que integre a los pueblos
indígenas, que garantice el respeto por sus territorios y que contribuya a la conservación y a la
financiación de los esfuerzos que las comunidades emprenden por protegerlos

https://www.wwf.org.mx/?364960/El-aporte-de-los-pueblos-indigenas-al-pais-es-
invaluable#:~:text=Los%20pueblos%20ind%C3%ADgenas%20son%20los,la%20soluci%C3%B3n
%20al%20cambio%20clim%C3%A1tico.

https://www.gob.mx/inpi/articulos/los-pueblos-indigenas-y-su-relacion-con-el-medio-
ambiente#:~:text=Las%20comunidades%20ind%C3%ADgenas%20y%20campesinas,%2C
%20animales%2C%20agua%20y%20clima.&text=junio%20de%202017-,Los%20pueblos%20ind
%C3%ADgenas%20y%20su%20relaci%C3%B3n%20con%20el%20medio%20ambiente,las
%20regiones%20tropicales%20y%20subtropicales.

https://www.fao.org/zhc/detail-events/es/c/1028079/

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