Este documento describe la importancia de obedecer las enseñanzas de Jesús y construir la vida sobre una base sólida a través de la obediencia. Jesús usa la metáfora de construir una casa sobre roca o arena para ilustrar que aquellos que escuchan y obedecen sus palabras tendrán vidas estables como una casa sobre roca, mientras que los que no lo obedecen verán sus vidas derrumbarse como una casa sobre arena ante las dificultades.
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Este documento describe la importancia de obedecer las enseñanzas de Jesús y construir la vida sobre una base sólida a través de la obediencia. Jesús usa la metáfora de construir una casa sobre roca o arena para ilustrar que aquellos que escuchan y obedecen sus palabras tendrán vidas estables como una casa sobre roca, mientras que los que no lo obedecen verán sus vidas derrumbarse como una casa sobre arena ante las dificultades.
Este documento describe la importancia de obedecer las enseñanzas de Jesús y construir la vida sobre una base sólida a través de la obediencia. Jesús usa la metáfora de construir una casa sobre roca o arena para ilustrar que aquellos que escuchan y obedecen sus palabras tendrán vidas estables como una casa sobre roca, mientras que los que no lo obedecen verán sus vidas derrumbarse como una casa sobre arena ante las dificultades.
Este documento describe la importancia de obedecer las enseñanzas de Jesús y construir la vida sobre una base sólida a través de la obediencia. Jesús usa la metáfora de construir una casa sobre roca o arena para ilustrar que aquellos que escuchan y obedecen sus palabras tendrán vidas estables como una casa sobre roca, mientras que los que no lo obedecen verán sus vidas derrumbarse como una casa sobre arena ante las dificultades.
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EDIFICANDO TU CASA
Lucas 6:46-49. Palabra de Dios para Todos. ¿Por qué
me llaman: “Señor, Señor”, ¿y no hacen lo que les digo? les voy a dar un ejemplo del que viene a mí, escucha y obedece mis enseñanzas: es como el que construyó una casa. Cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. Luego vinieron las inundaciones y el río azotó contra la casa, pero no pudo destruirla porque estaba construida sobre la roca.
En cambio, el que escucha mis enseñanzas y no las
obedece es como el que construyó su casa sin ponerle cimientos. Vinieron las inundaciones y el río golpeó la casa, e inmediatamente la casa se derrumbó y quedó completamente destruida.
INTRODUCCIÓN
La obediencia a las palabras de Jesús es esencial: El Señor
Jesús recalca en que no basta con llamarlo "Señor" y reconocer su autoridad, sino que es necesario obedecer sus enseñanzas y ponerlas en práctica en nuestra vida diaria. La verdadera fe se manifiesta en la obediencia a sus palabras. La construcción de una vida firme: El Señor Jesús compara la vida del discípulo obediente con la construcción de una casa sobre una roca sólida. Esto simboliza una vida estable y segura, capaz de resistir las dificultades y los desafíos que puedan venir.
Al poner en práctica las enseñanzas de Jesús, estamos
construyendo nuestra vida sobre una base sólida.
La importancia del fundamento: el Señor Jesús
advierte sobre el peligro de construir nuestra vida sin un fundamento sólido.
Si no escuchamos y obedecemos sus palabras, estamos
construyendo sobre arena, lo cual es inestable y propenso a la destrucción.
NOTA: Las dificultades y pruebas de la vida pueden
derribar fácilmente una vida construida sobre una base débil.
REFLEXIÓN. Sucedió en cierta ocasión que el gobernador de
un estado estaba en gira de campaña buscando la reelección. Llegó hambriento y cansado al día de campo de una iglesia. Ya era tarde, y el gobernador no había almorzado. Mientras hacia la fila donde se servían los invitados, llegó al lugar donde se repartía el pollo frito. El gobernador extendió su plato, y la señora que lo atendía puso una presa sobre el plato y volteó hacia el siguiente invitado. Disculpe, digo el gobernador, ¿me podría dar otro pedazo de pollo? Lo siento, replicó la mujer, sólo puedo dar una presa de pollo a cada persona. Pero estoy muerto de hambre, le dijo el gobernador. Lo siento, le dijo la mujer, sólo una presa por persona. En eso, el gobernador decidió que era tiempo de dar a conocer quién era.
¿Sabe usted quién soy yo? le preguntó a la mujer. Soy el
gobernador de este estado. Y la mujer le contesto: ¿Sabe usted quién soy yo? Soy la encargada de repartir el pollo. Siga adelante, por favor.
Esta señora sabía lo que se le había dicho que hiciera, y
nadie iba a hacerle cambiar las instrucciones que le habían sido dadas, de dar sólo una presa de pollo a cada invitado, las iba a seguir, aunque el mismo gobernador del estado le dijera algo distinto.
PARA MEDITAR: Nosotros también hemos recibido
instrucciones de nuestro Señor.
¿Me pregunto cuántos de nosotros estamos
fundamentados sobre la roca? Y nos esmeramos en seguir esas instrucciones como aquella señora que se esmeró en seguir las suyas. El Señor Jesús nos hace la pregunta: ¿Por qué me llaman Señor, Señor, ¿y no hacen lo que digo? Piensa por un momento en lo que significa la palabra "Señor". Habla de una persona que tiene autoridad sobre nosotros. Pero ¿qué pasa cuando le decimos al Señor Jesús Señor, pero no obedecemos lo que él nos manda?
DESARROLLO DEL TEMA
1- LA SUMISIÓN ESTÁ EN SEGUIR, NO EN SENTIR.
Jesús nos dice, ¿Por qué me llaman Señor, Señor,
¿y no hacen lo que digo?
No es suficiente decir al Señor que lo amamos o lo
adoramos, cuando somos desobedientes, a su palabra.
Tampoco es suficiente sólo prestar atención a lo que él
dice.
La obediencia es más importante que los sentimientos.
Jeremías 17:5-6 NVI. Así dice el Señor: ¡Maldito el
hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza y aparta su corazón del Señor! Será como una zarza en el desierto: no se dará cuenta cuando llegue el bien. Morará en la sequedad del desierto, en tierras de sal, donde nadie habita.
CUANDO CONFÍAS EN TI MISMO.
Apartas tu Corazón de Dios.
Dependes en tu propia fuerza. Serás engañado por tu corazón. No entenderás nada; no te darás cuanta de las bendiciones que tienes. Serás como una zarza en el desierto. No veras prosperidad: no sabrás cuando te lleguen buenas oportunidades. Estarás solo, con deseo y necesidades sin satisfacción.
El hombre insensato, el cual es aquel que oye la palabra de
Dios, pero no la pone en práctica. A este lo compara a un hombre que edifico su casa sobre la arena, de tal forma que cuando descendió la lluvia, los ríos y golpeo la casa los vientos, ésta se derribó y su ruina fue muy grande.
LA CASA CONSTRUIDA SOBRE LA ARENA. La Biblia
afirma: Proverbios 12:7. Los perversos caen y ahí acaban, pero la casa de los justos permanece firme.
LOS HOMBRES INSENSATOS DEBE TENER EN
CUENTA: FALTA DE OBEDIENCIA: La característica principal del hombre insensato es su falta de obediencia a las palabras de Jesús.
Aunque puede escuchar las enseñanzas de Jesús, no las
pone en práctica en su vida. Esto implica una falta de compromiso y voluntad para seguir los mandatos y los principios enseñados por Jesús.
SUPERFICIALIDAD EN LA FE: El hombre insensato
puede reconocer a Jesús como "Señor, Señor", pero su relación con él es superficial.
No hay una verdadera entrega y rendición a la autoridad
de Jesús. Su fe puede ser meramente externa o basada en palabras vacías, en lugar de ser una fe genuina y transformadora.
FALTA DE FUNDAMENTO SÓLIDO: Jesús compara al
hombre insensato con aquel que construye su casa sobre tierra, sin un fundamento sólido. Esto representa la falta de una base estable para su vida.
El hombre insensato puede estar buscando la
seguridad y el propósito en cosas temporales y mundanas en lugar de establecer su vida sobre los principios eternos y las enseñanzas de Jesús.
VULNERABILIDAD A LAS DIFICULTADES: Debido a
su falta de un fundamento sólido y a la falta de obediencia, el hombre insensato es vulnerable a las dificultades y las tormentas de la vida.
Cuando llegan los desafíos y las pruebas, su vida se
desmorona rápidamente, ya que no tiene una base sólida sobre la cual apoyarse.
2- EL ÉXITO ESTÁ EN OBEDECER, NO EN OÍR.
Jesús habla de dos hombres. Los dos construyen su
casa, pero uno de ellos es precavido y trabajador. Antes de subir las paredes, escarba para hundir una buena base. Se demora para asegurarse de que todos los cimientos queden bien. El gasto es más alto y el esfuerzo mucho mayor, pero las bases quedan macizas.
El otro hombre ve que el día está soleado, la brisa es
muy suave, y quiere tener su casa terminada ya para irse a la playa. ¿Para qué lidiar con todo eso de poner bases? ¡Aquí no se ha sabido que haya mal tiempo! Mejor decide poner las paredes de una vez, colocar el techo y ¡listo! La casa está.
Se ríe de su vecino, que apenas está terminando
las bases de su casa, y se va a la playa para disfrutar con la familia. A fin de cuentas, sólo se viva una vez. ¡Hay que gozar! Sucede algo imprevisto, sin embargo. Llega una fuerte tormenta, y el río se desborda. Cuando las aguas turbias llegan a la primera casa, sólo dejan manchas en la pared. Las bases profundas de la casa le dan protección.
La segunda casa, en cambio, es arrasada por la
corriente y su dueño queda desamparado.
Jeremías 17: 7-9. Bendito el hombre que confía en el
Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia, y nunca deja
de dar fruto. Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?
Lo que el Señor nos enseña es que cuando no estamos
fundamentados en su palabra, viene cualquier problema y nos hace perder el horizonte, no sabemos qué hacer.
Salimos corriendo, perdemos las esperanzas y queremos
morirnos. La seguridad viene cuando ponemos un buen fundamento y ese fundamento es Cristo.
Cuesta trabajo, porque todo en esta vida es de esfuerzo
y de personas valientes.
Tenemos que ponernos a examinar nuestras ideas
acerca de la vida, nuestros pensamientos y nuestros prejuicios, para ver si concuerdan con lo que Dios dice o no.
Poner un fundamento significa prestar atención a
lo que Cristo dice y ponerlo en práctica sin peros. Muchas veces ponemos demasiados peros, demasiadas explicaciones y justificaciones y pretextos.
Si estamos fundamentados sobre la roca no habrá
problema que nos aqueje, porque el Señor Jesús es nuestra fortaleza y en el somos más que vencedores.
CUANDO CONFÍAS EN DIOS.
Dependes de Dios para todo.
Tu confianza está en El. Serás satisfecho. No tendrás miedo. No tendrás ansiedad. Sabrás que Dios te cuida no importa lo que pase. Podrás proveer a los demás pues tendrás mucho fruto. ¡Serás bendecido!
Jesús deja claro la importancia de no solo escuchar sus
palabras sino de llevarlas a la práctica. Sin embargo, también agrega la importancia de la obediencia completa. Para esto ilustra una parábola donde nos habla de dos personas.
La primera la llama el hombre prudente, el cual
edifico su casa sobre la roca. Descendieron la lluvia y los ríos, golpearon la casa, pero ésta no cayó. La palabra que se traduce en este texto como prudente es FRÓNIMOS, en el griego, la cual describe a una persona sabia y sensata.
Jesús aclara que el hombre prudente es aquel que
primeramente oye, es decir, procura poner atención a la palabra de Dios dándole la mayor de la importancia.
El escuchar la palabra de Dios es clave para el creyente,
de hecho, el apóstol Pablo dice que esto ayuda a fortalecer nuestra fe: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”, Romanos 10:17.
Sin embargo, el hombre prudente no solo presta gran
atención a la palabra de Dios, sino que también la lleva a la práctica: “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace”, Santiago 1:25. La consecuencia de poner en práctica la palabra de Dios trae sobre él una bienaventuranza de acuerdo con el apóstol Santiago.
Esto concuerda con las palabras de Jesús al decir que
aquel que decide construir su casa sobre la roca, ésta permanecerá aun en medio de las más grandes tempestades.
En esta parábola vemos a dos hombres que tienen
algo en común.
Los dos escucharon la palabra de Dios.
Ambos decidieron edificar una casa.
NOTA: La diferencia fue el lugar donde la edificaron.
El hombre prudente busco levantar su casa sobre la
roca, posiblemente trabajo más que el otro ya que tuvo que esforzarse más en colocar los cimientos a diferencia de aquel que lo hizo sobre la arena. Al final la que se construyó sobre la roca fue la que soporto más los contratiempos del tiempo.
El hombre sabio es aquel que conociendo la palabra de
Dios la pone en práctica, ese es el cimiento más seguro en la vida. Sin embargo, el hombre que escucha el consejo de Dios, y no lo toma en cuenta para seguir su propia prudencia está destinado a fracasar y Jesús lo llama insensatos.
Proverbios 3:5-6. “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no
te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”.
CONCLUSIÓN
El pasaje presenta dos ejemplos: El hombre que
construye su casa sobre una roca y el hombre que la construye sobre arena. El primero representa a aquellos que escuchan las palabras de Jesús y las ponen en práctica, estableciendo así una base sólida para su vida. Cuando las dificultades llegan, su vida se mantiene firme.
En contraste, el hombre que construye sobre arena
simboliza a aquellos que escuchan las palabras de Jesús, pero no las obedecen. Al no fundamentar su vida en las enseñanzas de Jesús, su existencia se vuelve frágil y vulnerable a las tormentas y pruebas que puedan surgir.