Prestigio Profesional
Prestigio Profesional
Prestigio Profesional
Para alcanzar nuestro objetivo, examinamos, a groso modo, el contenido y los factores
que un profesional debe de tener en el ejercicio y desempeño de su actividad; esta
tarea conllevó, no sólo el estudio de la doctrina, sino además de la legislación, con el
fin de determinar el objeto, alcances y titularidad del honor prestigio y respeto
profesional.
Además, la profesión jurídica requiere los atributos más nobles del entendimiento y de
los beneficios más preciados de la educación. No debe apartarse jamás de la idea de
que el abogado y el notario está al servicio de la justicia, por lo que la actuación
profesional debe ser intachable. Se debe de respetar y observar normas de conducta
profesional apegadas a la ley. En base a lo señalado se puede decir que la profesión
jurídica requiere los atributos más nobles, para poder asistir así a las personas que
acuden al profesional en busca de asesoría u orientación y no debe apartarse jamás de
la idea de que se está al servicio de la justicia, ni traspasar los límites de la moralidad o
desviarse de la senda del honor, para poder constituirse además en un colaborador de
la administración de la justicia.
El prestigio implica la consideración social del que goza una persona; de ahí su
relevancia en el campo del Derecho, ya que en las sociedades contemporáneas, el
prestigio constituye un factor decisivo para el reconocimiento general de un individuo,
de un grupo de personas o de una institución. 2
1 Crevillen Sánchez, Clemente. Derechos de la personalidad. Honor, intimidad personal y
familiar y propia imagen en la Jurisprudencia (Col. Doctrina y jurisprudencia, nº10). Madrid,
Actualidad Editorial, 1995, p. 39.
2 Vizcaíno López, María Teresa. El Prestigio Profesional En El Sistema Jurìdico Español.
España, Universidad Latina de América. Página Web consultada con fecha 17 de abril 2018.
Disponible en: http://www.unla.mx/iusunla15/reflexion/prestigioprof.htm
Por otra parte, la Real Academia Española define el prestigio como la pública estima de
alguien o de algo, fruto de su mérito; y como una palabra cuyos sinónimos podrían ser:
ascendiente, influencia y autoridad.
Factores objetivos
Los factores objetivos del prestigio están constituidos por aquellas manifestaciones
estandarizadas que son empleadas en la mayoría de las sociedades contemporáneas
occidentales para determinar el nivel de reconocimiento en los ámbitos laboral,
artístico, deportivo, científico y similares. Los elementos objetivos son, entre otros:
Factores subjetivos
Los factores subjetivos tienen, eminentemente una característica discriminatoria, ya
que son elementos de tasación de tipo personalísimo; entre los parámetros subjetivos
más usuales encontramos:
Otro criterio son las recomendaciones que hacen otras personas sobre determinado
profesional. Las recomendaciones son necesarias para lograr ese prestigio, por tal
motivo es conveniente que las personas de nuestro entorno tengan una buena
percepción de nosotros.
El cuarto criterio sería el prestigio con los clientes, lo podemos relacionar con el mundo
de los negocios, nada mejor para abrir puertas que una reputación de lujo con los
clientes, mantener relaciones cálidas y profesionales con los clientes, contribuirán a
mejorar la imagen que se tenga de nosotros.
4 Loc. Cit.
Titularidad del prestigio profesional
Desde una concepción ecléctica del derecho al honor, estimamos que el titular del
prestigio profesional es el “homo faber” o, sea, el sujeto que es capaz de participar en
el proceso económico, como productor de ideas o de objetos físicos, y que a través de
su trabajo perfecciona su naturaleza social. De ahí, que esa pertinente esclarecer si el
calificativo de “homo faber” es aplicable a las personas jurídicas o es exclusivo de las
personas físicas.
El profesional del derecho se debe caracterizar por valores que hace vida, debe ser
auxiliar de la administración de la justicia. Actúa en la sociedad como juez, asesor,
magistrado, consultor, funcionario público y docente, actividades que deben dirigirse a
propiciar una justo, legal y eficiente convivencia de lo comunidad y contribuir así al
cumplimiento de normas éticos y morales, las cuales en algunas ocasiones no son
observadas como se debiera por parte de profesionales que se han materializado de tal
forma, que su valor principal es el utilitario. Lo anterior provoca que no actúen con
apego a los valores mencionados. Se ha despertado así, la desconfianza de los
clientes, hasta el punto que ya tienen una imagen estereotipada del Abogado,
identificándolo como una persona aprovechada de lo ignorancia de los demás.
Afortunadamente se dan honrosas excepciones. Existen Abogados que aún con
muchos años en el ejercicio de la profesión conservan su humanismo y sentido social. 6
Desde hace décadas, los abogados tienen mala fama, aunque hay muchas
excepciones, pues su conducta es cuestionada constantemente por clientes, por no
5 Montenegro Velasco, Claudia María. Reivindicación del Prestigio del Profesional del Derecho.
Guatemala, tesis de grado de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Rafael Landivar, 1999.
Pág. 29
6 Ibid. Pág. 1
ejercer con lealtad y solo se interesan por la cantidad de dinero que reciben, y las
presiones que hacen para exprimir el presupuesto de sus representados, sin realizar
gestión alguna para ejecutar el contrato convenido entre las partes.
Y son muchas las querellas que se interponen contra los abogados, por robo, estafa y
abuso de confianza, en los tribunales ordinarios, y en el Colegio, cuyo organismo
disciplinario, impone sanciones que van desde sanciones pecuniarias hasta la
suspensión del ejercicio de la profesión por un periodo determinado. El descrédito
alcanza también a los notarios, algunos de los cuales no pueden ejercer, pues son
sancionados con la revocación de su nombramiento y la autorización para ejercer.
Existe un Código de Ética que regula el ejercicio del derecho, pero la regla es ignorada
y muchos profesionales del Derecho actúan sin ningún régimen de consecuencias. Una
de las malas mañas para obtener dinero rápido, consiste en prometer al cliente que
tendrá ganancia de causa – cuota litis – asumiendo una obligación de resultados,
cuando solamente los abogados deben comprometerse a utilizar los medios que la ley
pone a su alcance.
El prestigio de un abogado es algo muy delicado, son muchos años de trabajo para
lograr ese reconocimiento, no hay cliente, ni caso ni dinero en el mundo capaz de
compensar este requisito imprescindible para el ejercicio profesional, hay muy buenos
abogados, pero lo profesional va íntimamente ligado con la seriedad y la
responsabilidad. Los abogados no se compran con dinero, aunque hay personas que
quieren buena defensa jurídica e incumplen con lo acordado incurriendo en la
deslealtad.
Más allá de tus colaboradores y tus clientes, con quienes tratas día con día, también
hay que proyectar tu prestigio profesional en el mercado. Aquí pasamos del prestigio
puramente personal al que te ganas por ser parte de una empresa exitosa. Este es el
prestigio ideal, el que más robustece tu currículum y te da todo tipo de opciones a
futuro.
Cinco consejos para aumentar tu prestigio profesional: 7
1. Encuentra la forma de expresar tu autoliderazgo en el trabajo.
2. Celebra los triunfos de los demás y reconocerán los tuyos.
3. Mantén relaciones cálidas y profesionales con los clientes.
4. Apégate a tus convicciones y te desenvolverás con seguridad.
5. Haz tu trabajo con empeño y corazón; todos lo notarán.
Conclusiones
El prestigio nada tiene que ver con nuestro auto concepto, sino cómo nos ven las
personas que trabajan con nosotros. El prestigio es el reconocimiento a nuestra calidad
moral y laboral, que nos brindan los demás. Prestigio profesional significa ganarse el
respeto y admiración de los otros mediante la puesta de cualidades en el trabajo como
lo son la legitimidad, la credibilidad y el trabajo bien hecho.
7 Ana Gabriela. Prestigio Profesional. Página Web consultad con fecha 17 de abril 2018.
Disponible: http://gaviotaf.blogspot.com/2011/11/prestigio-profesional.html