Mente, Cognicion y Ciencia
Mente, Cognicion y Ciencia
Mente, Cognicion y Ciencia
INTRODUCCION.
Algo similar puede decirse con respecto a la cognición. Sería aquí una
pérdida de tiempo entrar a discutir la pertinencia o eficacia de las diversas
taxonomías de las disciplinas o ciencias propiamente tales y tecnologías que
pueden quedar cubiertas con la denominación de ciencias cognitivas. En
términos generales podemos declarar que las ciencias cognitivas tematizan un
rasgo presente en diversos sistemas, tales como los sistemas biológicos, esto
es dotados de un sistema nervioso central y cerebro, o los sistemas mecánicos
como los computadores dotados de un programa. Tal rasgo común es la
cognición.
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Este artículo contiene ideas y conclusiones vinculadas al Proyecto Fondecyt 1990836 (1999-2001): “La
intencionalidad de lo mental. Un enfoque desde la filosofía analítica de la mente” del cual el autor ha sido
Investigador Responsable.
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Doctor en Filosofía por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea y Profesor de Jornada
Completa de la Universidad de Santiago de Chile. Especialista en filosofía de la psicología/ filosofía de la
mente y epistemología.
(metacientífico) en el que se reflexiona sobre la ciencia, sea desde un punto de
vista sincrónico, diacrónico, o ambos.
Pero también ese algo puede ser un contenido, una proposición, la cual,
otra vez, en sí misma no es una entidad física aunque se viste del ropaje físico
cuando se la expresa en el lenguaje escrito u oral. Así, por ejemplo, creemos
que Santiago es una ciudad contaminada, donde “Santiago es una ciudad
contaminada” expresa una proposición, un contenido que viene a ser el objeto
de nuestra representación o creencia. Es ese contenido abstracto el que los
diversos traductores tratan de conservar cuando la oración que expresa esa
proposición es vestida con el ropaje de otra lengua.
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El argumento o parábola de la sala china generó una discusión a la que no han sido indiferentes científicos y
filósofos de primera línea. Searle estima que son alrededor de cien réplicas las que ha recibido, sin embargo,
insiste con una fe encomiable en el carácter conclusivo de su razonamiento. El argumento original consiste en
lo siguiente: Searle se imagina a sí mismo encerrado en una habitación y desempeñando el rol de un
computador que está programado para responder a preguntas formuladas en un idioma desconocido para él, el
idioma chino. En la habitación hay un montón de cajas con símbolos en esta lengua (la base de datos). Recibe
él pequeños manojos de símbolos chinos (las preguntas en chino, es decir, los inputs) de parte de unos chinos
parlantes que están fuera de la habitación. Además hay un libro de reglas (el programa o software) que al
consultarlo le permiten reconocer los símbolos por su forma y ejecutar determinadas operaciones con los
símbolos de acuerdo con las reglas, es decir, puede llevar a cabo los pasos del programa. Finalmente, el
individuo dentro de la habitación puede devolver pequeños manojos de símbolos (las respuestas a las
preguntas u outputs) a los que están fuera de la habitación. Lo curioso de la situación es que si nos
preguntamos si el individuo dentro de la habitación cumple o no con el test de Turing, la respuesta es
afirmativa a pesar de que él no entiende chino. Efectivamente los chinos fuera de la habitación no podrán
discriminar entre las respuestas que han recibido y las que habría dado un auténtico chino parlante. Una
revisión de la puesta al día de este argumento se ha realizado en el Proyecto Fondecyt 1990836 (1999-20001):
“La intencionalidad de lo mental. Un enfoque desde la filosofía analítica de la mente”. Autores: Marcelo
Díaz y Rodolfo Malverde (inédito).
(i) Los programas de computadoras son enteramente sintácticos;
(ii) las mentes tienen una semántica;
(iii) la sintaxis no es lo mismo que, o no es suficiente para, la semántica. En
consecuencia, los programas no son mentes.
REFERENCIAS:
Searle, J. (1992) The Rediscovery of the Mind. The MIT Press, Cambridge,
Massachusett/London, England.