Parcial Historiografía 2do
Parcial Historiografía 2do
Parcial Historiografía 2do
VOLTAIRE
Además, tiene otras obras en las que reflexiona sobre el significado de la historia,
como lo son Fragmentos sobre la historia o Nuevas consideraciones sobre la
historia (1744). A su juicio, “la única manera de escribir la historia moderna es
hacerlo como científico, como filósofo y como ciudadano”, lo cual Eduardo Bello en
su obra Voltaire y la filosofía de la historia, considera bastante innovador.
Voltaire pone todo de sí mismo para denunciar las injusticias y abusos de poder, lo
cual es algo que ya no está muy de moda como lo estuvo durante la época de
Voltaire hasta mediados del siglo pasado, cuando los autores mediante sus obras
históricas buscaban transformar la realidad político-social; en cambio “hoy en día el
acceso del intelectual a los medios de información de masas comporta el precio de
la manipulación y distorsión de la propia voz” (R. Aramayo, 2015). Combatió
entonces contra el fanatismo, ya que su convicción causaba que sea incapaz de
callarse ante las mencionadas injusticias, lo cual lo volvió símbolo contra la
intolerancia.
Hay dos aspectos interesantes en la obra de Aramayo, y son las dos comparaciones
que hace de los géneros usados por Voltaire con el presente. En primer lugar, habla
de que en el siglo XVIII, el género epistolar cumplía un papel similar al de las redes
sociales hoy en día. La inmediatez de la comunicación era menor a la de hoy en día,
pero las correspondencias estaban destinadas a perdurar en el tiempo. Voltaire
publicó sus reflexiones durante su exilio a Inglaterra bajo este formato, llamándolas
Cartas Filosóficas (1734); en ellas habla sobre tolerancia religiosa y sobre
cuestiones de orden político que da en comparar al pueblo inglés con el romano,
diciendo que en el último nunca se dio la locura de las guerras de religión. En estas
Cartas, rechaza también la monarquía absoluta y el despotismo de la nobleza,
soñando con la República burguesa y con un mundo moderno cuyo motor fuera el
comerciante.
Además de ser el siglo de la correspondencia, también lo es de los diccionarios (e
aquí, la segunda comparación) un equivalente funcional de Google, Wikipedia y
Twitter. Estos eran importantes para Voltaire, quien dice “Creo que de ahora en
adelante sería menester incluirlo todo en diccionarios. La vida es demasiado corta
para leer de seguido tantos libros grandes. Un diccionario pone a mano en un
momento lo que sea menester. Son útiles sobre todo para las personas ya instruidas
que buscan acordarse de lo que aprendieron”. Fue por ende un partidario de la
brevedad, lo cual lo llevó a crear su propio diccionario: Diccionario Filosófico Portátil.
Este aparece clandestinamente y en él hay numerosos juicios de valor,
conceptualizando misterios, dogmas, moral, disciplina, culto, religión, autoridad. Su
diccionario se compuso por 118 actos en los cuales a veces interviene en primera
persona, en otros se dirige al interlocutor, a veces intercala diálogos; todo esto con
la misión de que el lector sea crítico y reflexione, destacando su capacidad para
captar la benevolencia del lector con habilidad y soltura.
Teniendo en cuenta los géneros utilizados por Voltaire (cartas, diccionarios, poemas,
etcétera), Fernando Savater en su obra La invención del intelectual, señala que un
gran logro de Voltaire fue inventar lo que hoy conocemos como “intelectual
mediático”, ya que lograba, a pesar de no tener medios de comunicación
tecnológicos como hoy en día, llegar a la opinión pública mediante libros y
correspondencia.
Por otro lado, también realizó los Escritos de combate, en los cuales confronta la
ética con la política y los excesos de poder político. Tuvo como enemigo a lo largo
de estos escritos, entre los cuales está su Poema sobre el desastre de Lisboa, al
ateísmo (diciendo que una religión natural podría unir a todos y llevar a que hablen
un mismo lenguaje, a su vez que consideraba que cada cual debía disfrutar de su fe
con plena libertad), y a la guerra (diciendo que llevaba a la peste, al hambre, a la
destrucción y a la muerte).
Relacionando tanto el pensamiento del autor como el impacto de sus obras con el
presente, sabemos que muchas de ellas fueron quemadas por ser consideradas
peligrosas para las opiniones hegemónicas del momento; esto es algo que ha
ocurrido recientemente. A nivel mundial, sabemos que los nazis quemaron libros
para censurar ciertos temas. A nivel nacional, tenemos el ejemplo de la dictadura
cívico-militar de 1973, donde muchos libros y autores fueron prohibidos, quemados,
censurados, callados. La relación entre todos estos es que son condenados quienes
muestran su opinión, quienes no se callan ante las injusticias que los rodean,
quienes son considerados una amenaza por su afán de liberar, de concientizar, de
humanizar.