Entregable 2
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Carrera: Psicología
Cuatrimestre: 5
Índice:
I. Contextualización.
II. Consecuencias de la situación problemática.
III. Preguntas clave de investigación.
IV. Palabras clave.
V. Variables y datos relacionados.
VI. Marco retorico.
2.1 Habilidades Sociales.
I. Contextualización:
La presión de los pares o presión social hace referencia a la influencia que ejerce un grupo de pares
en alentar a una persona a cambiar sus actitudes, esto puede ocurrir si la persona no tiene la
autonomía suficiente para diferenciarse de aquellos y hacerle frente al comportamiento de manera
de conformidad a las normas.
Desgraciadamente, las relaciones entre pares no son siempre positivas para el niño: entre un 5% y
un 10% de infantes experimentan problemas crónicos de relaciones con otros niños, tales como
rechazo y violencia. En los últimos 20 años, se ha producido una investigación sustancial en la
materia, motivada por la comprensión de la naturaleza, sentido e impacto de los problemas de las
relaciones entre pares.
La mayor parte de esta investigación se ha centrado en niños en edad escolar. Pese a que un
progresivo número de ello está expuesto desde los primeros años a otros niños en la guardería.
Así, las relaciones entre pares son temas de política social altamente relevantes y deberían ser
objeto de persistente atención.
Al menos, hay cuatro preguntas básicas de relevancia al estudio de relaciones tempranas entre
pares:
1) ¿Cuáles son los hitos evolutivos de las primeras interacciones y relaciones entre pares?
2) ¿A qué edad los niños comienzan a experimentar problemas de relaciones con sus
compañeros?
3) ¿Qué conductas sociales pueden causar dificultades en las relaciones entre pares?
4) ¿Cuáles son las consecuencias de experimentar estos problemas?
V. Palabras clave:
Habilidades sociales.
Niños- adolescentes
Trastornos psicopatológicos.
Prevención.
El término habilidades sociales involucra las interrelaciones sociales entre las personas (Padilla,
1999), Habilidades, implica un conjunto de conductas aprendidas y lo social, aporta lo impersonal.
En espacios estudiantiles, donde se sienten preparados para participar, se suma a otros motivos
más centrados en defensa de intereses, conciencia democrática, solidaridad, etc. Y se traduce en
un aumento de liderazgo estudiantil y de pertenencia a la comunidad (Boqué, Alguacil y pañellas,
2011).
Las vidas sociales de los preescolares son completamente elaboradas y refinadas ya que ellos
enfrentan diversas experiencias, positivas y negativas, con sus pares en sus primeros años. Las
diferencias individuales en la adaptación a sus compañeros pueden percibirse al momento de
formar los grupos.
A los cuatro años, por lo menos una parte significativa de prescolares tendrá relaciones
problemáticas con otros niños, como rechazo o acoso de otros niños de su edad, y estas
experiencias negativas podrían tener un impacto importante en su adaptación y desarrollo socio
emocional.
Entre éstas, los comportamientos sociales inapropiados como las conductas agresivas están
claramente comprometidos, pero bajo formas complejas. No sólo son determinantes proximales
significativos, sino que también están incrustadas en una matriz social emergente que podría
mantener y fomentar tendencias agresivas.
Comenzando en el jardín, las conductas hostiles parecen asociadas, y quizás aumentadas, por el
rechazo de los pares. Sin embargo, los párvulos más agresivos no son marginados, sino que más
bien tiende a asociarse entre sí en los años preescolares. Lo anterior podría conducir a algunas
formas de aprendizaje desviado.
Por su parte, Gonzáles (1999, p.154) define las habilidades sociales “como un conjunto de
comportamientos aprendidos que nos facilitan la consecución de refuerzos en situaciones de
interacción. Esta, describe un conjunto de conductas en términos de su utilidad”. Según (Lacunza
y Contini, 2009) una persona desde niño, al rededor de los cinco años tiene indicios de
cooperación, ya que ha adquirido conductas pro sociales tales como: ayudar a compartir, hacer
pequeños favores a otros niños, ayudar a un amigo cuando está en dificultades, ayudar a otros
niños en actividades y juegos y es amable con los adultos conocidos.
Cabello en 1986 define el concepto de habilidades sociales como el conjunto de conductas
realizadas por un individuo en un contexto interpersonal en el que expresa sentimientos, actitudes,
deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en
los demás, y donde generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras
reduce la probabilidad de que aparezcan futuros problemas.
Los conductistas, dice Bandura, Subestimas la dimensión social, del comportamiento reduciéndola
a un esquema según el cual una persona influye sobre otra y hace que se desencadenen
mecanismo de asociación en la segunda. Ese proceso no es interacción, sino más bien un envío
de paquetes de información de un organismo a otro.
Por eso, la Teoría de Aprendizaje Social propuesta por Bandura incluye el factor conductual y el
factor cognitivo, dos componentes sin los cuales no pueden entenderse las relaciones sociales.
Educar emocionalmente significa validar las emociones, empatizar con los demás, ayudar a
identificar y a nombrar las emociones que se están sintiendo, poner límites, enseñar formas
aceptables de expresión y de relación con los demás, quererse y aceptarse a uno mismo, respetar
a los demás y proponer estrategias para resolver problemas. La educación de las emociones tiene
que servir de puente para aproximar lo que queremos ser, desde un punto de vista ético, y lo que
somos, desde un punto de vista biológico. Al educar emocionalmente (BACH & DARCER, 2002) se
parte de unas actitudes afectivas que pretenden fomentar en el niño o niña una simbiosis entre
pensamiento, emoción y acción, afrontando los problemas sin que se vea afectada la autoestima.
VII. Solución del problema
Obviamente, para comprender los problemas de habilidades en niños, es necesario entender antes
a que nos referimos cuando hablamos de habilidades sociales. En este contexto, las habilidades
básicas son:
Apego: Capacidad para establecer lazos afectivos y emocionales con otras personas.
Empatía: Capacidad de comprender las emociones de otras personas.
Respeto: Capacidad de entender a la otra persona sin hacerle un juicio de valor.
Escucha activa: Capacidad para interiorizar la información transmitida por otra persona.
Asertividad: Capacidad de defender los derechos propios de manera firme, sin ser agresivo
ni sumiso.
Cooperación: Capacidad de establecer objetivos compartidos con otras personas y colaborar
conjuntamente para alcanzarlos.
Comunicación: Capacidad para transmitir, recibir y asimilar adecuadamente información
entre distintas personas.
Negociación: capacidad para encontrar soluciones mutuamente satisfactorias para distintas
partes, renunciando cada una de ellas a parte de sus intereses.
Autocontrol: Capacidad para manejar y controlar las emociones e impulsos propios.
Comprensión: Capacidad para entender el contexto y las normas sociales, actuando
conforme a las mismas.
VIII. Conclusiones:
Las vidas sociales de los adolescentes son completamente elaboradas y refinados ya que ellos
enfrentan diversas experiencias, positivas y negativas, con sus pares en sus años escolares.
IX. Resumen.
“La inteligencia emocional comienza a desarrollarse en los primeros años. Todos los intercambios
que los pequeños niños tienen con sus padres, los maestros y con los demás llevan mensajes
emocionales”. Daniel Goleman.
La relación con los demás y consigo mismo, esa habilidad es además conocida por muchos autores
como inteligencia interpersonal. Sobre este tema López (2005) afirma que la inteligencia
interpersonal se construye a partir de la capacidad para establecer distinciones entre personas,
despertar el sentimiento de empatía, establecer relaciones sociales satisfactorias.
Mientras que la inteligencia intrapersonal se refiere al conocimiento de uno mismo: es la capacidad
de reconocer los propios sentimientos y emociones, poner nombre a estas emociones y expresarlas
de forma sana, capacidad por quererse a una mismo y aceptar las propias limitaciones.
Lo anterior descrito nos lleva a entender que es de suma importancia de la inteligencia emocional
a la hora de relacionarse entre pares en la primera infancia son esenciales para la adaptación
psicosocial actual y futura. Establecidas durante las actividades grupales o por amistades diádicas
( entre dos individuos), ellas juegan un papel de suma importancia en el desarrollo del ser humano,
ayudando a manejar nuevas habilidades sociales y a acceder a las normas sociales y procesos
involucrados en las relaciones interpersonales.
Este tema es de particular interés en estos días ya que un número creciente de niños está expuesto
a sus pares incluso antes de entrar al colegio, en establecimientos preescolares, y porque la
mayoría de ellos interactúan con hermanos de similares edades en el contexto familiar.
Referencias.
Asher SR, Coie JD. Peer rejection in childhood. New York, NY: Cambridge University Press;
1990.
Hartup WW. The company they keep: Friendships and their developmental significance. Child
Development 1996;67(1):1-13.
http://www.enciclopedia-infantes.com/relaciones-entre-pares/segun-los-expertos/el-origen-
de-los-problemas-de-relaciones-entre-pares-en-la
(bandura, 1971)
https://www.enciclopedia-infantes.com/relaciones-entre-pares/segun-los-expertos/relaciones-
tempranas-entre-pares-y-sus-impactos-en-el
(brain)
https://www.cop.es/colegiados/PV00520/pdf/Habilidades%20sociales-Dale%20una%20mirada.pdf
https://bemocion.sanidad.gob.es/comoEncontrarmeMejor/guiasAutoayuda/docs/guia_habilidades_
sociales.pdf
https://www.researchgate.net/publication/39132103_Programa_de_ensenanza_de_habilidades_d
e_interaccion_social_PEHIS_para_ninos_y_ninas_en_edad_escolar