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Trastorno Depresivo

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TRASTORNO DEPRESIVO

Los trastornos depresivos se caracterizan por una tristeza de una intensidad o un


duración suficiente como para interferir en la funcionalidad y, en ocasiones, por
una disminución del interés o del placer despertado por las actividades. Se
desconoce la causa exacta, pero probablemente tiene que ver con la herencia,
cambios en las concentraciones de neurotransmisores, una alteración en la
función neuroendocrina y factores psicosociales. La tristeza, pérdida de interés y
trastornos del sueño y del apetito, son síntomas importantes en la depresión del
adulto, mientras que en los niños puede manifestarse como una fobia escolar o
apego excesivo a los padres. La depresión en los adolescentes se asocia con
frecuencia a bajo rendimiento académico, abuso de substancias, promiscuidad
sexual y problemas de conducta.
Los síntomas han de estar presentes un periodo mínimo de dos semanas, ya que
menos tiempo puede entrar en una tristeza normal. Dos síntomas son
imprescindibles para hablar de depresión y al menos uno de ellos ha de estar
presente siempre que se use ese término: el estado de ánimo depresivo y/o la
pérdida de interés o capacidad de sentir placer.
Neuroanatomía
La corteza prefrontal, la amígdala, el hipocampo, el tálamo, los ganglios basales y
sus conexiones.

Etiopatogenia
Salvo algunos casos de depresión asociada con enfermedades orgánicas (p. ej.,
enfermedad de Parkinson y tuberculosis), la depresión se produce por la
interacción de determinados factores biológicos (cambios hormonales;
alteraciones en neurotrasmisores cerebrales tales como serotonina, noradrenalina
y dopamina; componentes genéticos) con factores psicosociales (circunstancias
estresantes en la vida afectiva, laboral o de relación) y de personalidad (en
especial, los mecanismos psicológicos de defensa).

Así, la enfermedad se puede desencadenar por hechos estresantes o infelices en


la vida; p. ej., enfermedades crónicas o severas, maltrato o rechazo, pérdida de un
ser querido y aislamiento social. Además, algunas personas pueden presentar un
trastorno afectivo en el invierno (depresión estacional) y ciertas mujeres pueden
desarrollar depresión después de dar a luz (depresión posparto).

Cuadro clínico
La tristeza, al igual que la alegría, es un sentimiento común en los seres humanos
y todas las personas la experimentan en algún momento de sus vidas, pero
cuando el individuo sufre sentimientos severos y prolongados de tristeza o
síntomas relacionados que afectan su capacidad para relacionarse con otros,
trabajar o afrontar el día, la tristeza se convierte en depresión.
La depresión suele comenzar entre los 15 y 30 años de edad y es más común en
las mujeres en una relación de 2:1; no aparece súbitamente, su inicio es por lo
general poco claro.

Los síntomas de la depresión pueden incluir:

Clasificación

● Depresión severa o mayor. Se caracteriza por la presencia de cinco o


más de los síntomas arriba descritos, durante más de dos semanas. La
combinación de estos síntomas resulta incapacitante, pues no permite al
paciente trabajar, estudiar, dormir, hacerse cargo de su casa, relacionarse
con otras personas ni disfrutar de actividades que en circunstancias
normales deberían resultar placenteras. La probabilidad de un episodio
único de depresión mayor es < 50 %, el porcentaje restante presenta
recurrencias cuyo patrón es generalmente variable e impredecible. La
separación entre episodios puede ser de meses e incluso años. Sin
tratamiento, un episodio depresivo mayor dura 6meses o más, y tanto el
inicio como la finalización pueden ser graduales.

● Distimia. Ésta se conocía anteriormente como neurosis depresiva, consiste


en un cuadro depresivo de menor intensidad que la depresión mayor, es de
evolución crónica (> 2 años), habitualmente sin periodos asintomáticos, e
incluye sentimientos de incapacidad y somatizaciones. Este tipo de
depresión parece guardar una relación estrecha con la forma de ser y el
estrés prolongado. Aun cuando los síntomas se mantienen a largo plazo, no
impiden que el paciente realice sus actividades cotidianas.

● Trastorno depresivo recurrente. Episodios depresivos de ritmo


recurrente, normalmente de más de tres meses de duración, con
recuperación entre ellos completa, sin síntomas residuales, separados por
periodos libres de síntomas de al menos doce meses.

● Trastorno afectivo estacional. Episodios depresivos recurrentes


característicamente en los meses de invierno en que hay menos horas de
sol. Más frecuente en países del hemisferio norte. Responde a terapia
lumínica y a antidepresivos.

● Trastornos adaptativos. Los trastornos adaptativos se definen como el


desarrollo de síntomas emocionales y/o comportamentales en respuesta a
un factor psicosocial identificable. Los síntomas más habituales de los
trastornos adaptativos son los síntomas ansiosos y los depresivos de
carácter leve.
El estrés como etiología es fundamental para su diagnóstico, cosa que les
diferencia de casi todo el resto de trastornos psiquiátricos (formando parte del
capítulo de Trastornos relacionados con el estrés, como el TEPT, según la
clasificación DSM 5) en los que el estrés actúa únicamente como
desencadenante. Sólo pueden diagnosticarse si el cuadro no cumple los criterios
de otro trastorno específico, como una depresión mayor o un trastorno de
ansiedad.

● Depresión en la vejez. Es más común que en la población general. En la


consulta médica general se presenta con muchas quejas somáticas. Está
relacionado con bajo nivel socioeconómico, pérdida del cónyuge, patología
médica concurrente y aislamiento social. Esta entidad regularmente es
subdiagnosticada y sub tratada. En este grupo de edad es común que la
depresión se presente como una depresión agitada en la que predominan
síntomas como aprehensión, agitación motora, ideas de vergüenza y culpa
intensas. También es posible encontrar pacientes con apariencia triste,
desesperanzados, aislados, apáticos y con ideas suicidas. El riesgo suicida
por depresión, en este grupo, es alto.

Diagnóstico

La historia clínica es un recurso fundamental en el diagnóstico de depresión.


Encontrarse triste o con el estado de ánimo más bajo en un momento determinado
no es suficiente para establecer el diagnóstico, se requiere que la intensidad de
los síntomas, la duración (> 2 semanas) y la incapacidad que generan afecten el
normal o adecuado funcionamiento de la persona. La evaluación debe incluir un
examen del estado mental para determinar si los patrones de habla, pensamiento
o memoria se han afectado. Asimismo, se debe indagar sobre el consumo de
drogas o alcohol, y si el paciente ha pensado en el suicidio o la muerte.

Examen del estado mental: El retardo psicomotor generalizado es el síntoma más


común, aunque en ancianos puede haber estados de agitación. La postura
encorvada y la mirada son las de una persona abatida. El lenguaje se caracteriza
por discurso lento, de tono bajo, a veces monosilábico. Los pacientes depresivos
tienen una visión negativa del mundo y de sí mismos.

Diagnóstico diferencial: Hay una gran variedad de entidades neurológicas,


endocrinas (hipotiroidismo), infecciosas y farmacológicas.
Pronóstico
El primer episodio depresivo aparece antes de los 40 años en el 50% de los
casos. Un episodio depresivo sin tratamiento puede durar de seis a 13 meses. No
debe retirarse el tratamiento antes de 3 meses, pues casi siempre hay reaparición
de síntomas.

Tratamiento

● Antidepresivos (tricíclicos, IMAO, ISRS): en el tratamiento con


antidepresivos han de tenerse en cuenta dos factores: el primero es que la
acción antidepresiva tarda en alcanzarse entre 4-6 semanas; en segundo
lugar, debe mantenerse el tratamiento, una vez alcanzada la respuesta, un
mínimo de 3-6 meses en todos los casos; si no se hace así, el riesgo de
recaída es muy alto.

● Tratamientos psicoterapéuticos: terapia cognitiva-conductual, familiar (en


niños y adolescentes), psicodinámica, TIP (Terapia Interpersonal de la
Depresión). Muy utilizada es la psicoterapia de apoyo en la que se ayuda al
paciente y familia a adaptarse a la enfermedad y al medio, explicando el
carácter transitorio del problema y no dejando que se deje llevar de su
estado de ánimo actual para tomar decisiones de las que podría
arrepentirse después (vender una casa, retirarse a vivir a un geriátrico,
solicitar una invalidez total, etc.).

● El ingreso hospitalario se efectúa cuando hay riesgo de suicidio, síntomas


psicóticos graves o inhibición psicomotriz intensa (catatonia).

● Antipsicóticos: asociados al uso de antidepresivos en el caso de las


depresiones delirantes.

● Terapia Electro Convulsiva (TEC): se usa en los cuadros catatónicos, en


depresiones resistentes, cuando los síntomas psicóticos son graves, y
puede ser la indicación en gestantes con depresión muy grave en las que
no puedan usarse antidepresivos.

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