Hora Santa
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MONICIÓN:
Dios nuestro, Padre bondadoso que nos amas, envíanos tu Espíritu Santo, para
que nos ayude a leer la Biblia desde el corazón. Sabemos que en las Sagradas
Escrituras resuena la voz de Jesús, tu Hijo amado y Hermano nuestro.
Crea en nosotros el silencio para escuchar su voz, su Palabra, te pedimos que
haga su morada en nosotros y sepamos valorar el gran tesoro que has puesto
en nuestras manos, que seamos capaces de llevarla, anunciarla y proclamarla
por el mundo para transformar corazones en el encuentro personal con Cristo.
Haznos capaces de ser fieles testigos de tu Palabra, discípulos misioneros de
amor, de esperanza y de paz.
LECTOR:
De la segunda Carta de San Pablo a Timoteo (2,14-17)
Dijo Pablo a Timoteo: “tú en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo
que creíste, teniendo presente de quienes lo aprendiste, y que desde niño
conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la
salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios
y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el
hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena”.
Palabra de Dios.
REFLEXIÓN:
El texto nos invita, así como a Timoteo, a permanecer fiel a la sana doctrina
que aprendió de la Tradición y de la Escritura, en la que desde un principio fue
instruido. Por ella nos viene la verdad revelada (vv. 14-15).
También habla de la inspiración de la Sagrada Escritura, afirma que en la
composición de los libros que forman la Escritura ha intervenido de manera
misteriosa el Espíritu Santo, ha influido en el entendimiento y en la voluntad
de los autores inspirados, de manera que han puesto por escrito lo que Dios
quería comunicarnos por medio de ellos (v.16).
Como dice el Concilio Vaticano II «todo lo que afirman los autores inspirados
lo afirma el Espíritu Santo, de donde se sigue que los libros sagrados enseñan
sólidamente, y fielmente y sin error la verdad que Dios hizo consignar en
dichos libros para salvación nuestra» (DV n. 11).
Según santo Tomás quien se ha compenetrado con la Escritura posee la fuente
para toda formación y educación cristiana, dejando claro los cuatro efectos de
la Sagrada Escritura:
1. Es útil para enseñar la verdad y confrontar la falsedad, en cuanto al orden
especulativo.
2. Para liberar del mal e inducir al bien, en cuanto al orden práctico.
3. Conducir al hombre a la perfección.
4. No hace al hombre bueno, sino que lo perfecciona.
HACEMOS UN MOMENTO DE SILENCIO PARA ESCUCHAR QUE ME DICE EL
SEÑOR
Oramos:
GUÍA: Esta es la Palabra de Dios.
TODOS: Creo en la Palabra de Dios que es luz para mi camino.
GUÍA: ¿Quién es esta Palabra?
TODOS: La Palabra de Dios aparece aquí como una fuerza e, incluso y más
todavía, como una Persona... Es la Palabra que viene del Padre y vuelve a Él:
¡Es Cristo!
GUÍA: ¿Qué va a suceder?
TODOS: Lo que la misma Palabra nos dice al ser pronunciada hoy, va a
«empapar», a «fecundar» y a «hacer germinar» algo en el corazón de cada uno
de los presentes. Cristo habla en las palabras de la Escritura y si encuentra un
corazón abierto: «empapa», «fecunda» y «hace germinar» frutos de
conversión.
La Palabra de Dios es tan eficaz que basta con que sea pronunciada para que
obre y deje algo, si encuentra un oyente atento, una tierra dispuesta: «No
regresará a mí vacía, sino que cumplirá mi voluntad y llevará a cabo mi
encargo», dice el Señor.
GUÍA: ¿Cuál es el tema y el contenido de la Biblia?
TODOS: El tema y el contenido de la Biblia es Cristo. Él mismo nos dice:
«Estudian las Escrituras, pensando encontrar en ellas la vida eterna; pues bien,
también las Escrituras hablan de mí; y a pesar de ello, ustedes no quieren
aceptarme para tener vida» (Jn. 5, 39-40).
GUÍA: ¿Por qué es provechosa y saludable la Palabra de Dios?
TODOS: Porque la Palabra de Dios es poderosa, porque la Palabra de Dios
empapa con sólo ser pronunciada, porque la Palabra de Dios es viva, eficaz y
penetrante, porque la Palabra de Dios ha sido inspirada por el Espíritu Santo y
escrita en lenguaje humano.
ANIMADOR:
En la puerta del jardín
(por Juan Damasceno)
"Como un árbol plantado junto a corrientes de aguas", el alma está irrigada
por la Biblia y adquiere vigor, produce fruta sabrosa, es decir, la verdadera fe,
y se embellece con un millar de hojas verdes, es decir, acciones que agradan a
Dios.
La Biblia, de hecho, nos lleva hacia la santidad pura y acciones sagradas.
En ella encontramos el estímulo a todas las virtudes y la advertencia de huir
del mal.
La Biblia es un jardín perfumado, agradable, hermoso.
Les encanta a los oídos, con cantos de pájaros en una armonía dulce, divina y
espiritual, que toca nuestro corazón, nos consuela en el dolor, nos alivia en un
momento de ira, y nos llena de gozo eterno.
Vamos a tocar a su puerta con diligencia y con perseverancia.
No nos desanimemos de llamar. Se abrirá la cerradura.
Si hemos leído una página de la Biblia dos o tres veces y no hemos entendido,
no debemos estar cansados de volver a leerlo y meditar en ella.
Busquemos en la fuente de este jardín "fuente de agua que salta hasta la vida
eterna" (Jn 4, 14).
Vamos a saborear una alegría que no se secará nunca, porque la gracia del
jardín Biblia es inagotable.
DESPEDIDA
El Pbro. o ministro reserva el Santísimo en el Sagrario mientras cantamos
al Señor.
CANTO: Vaso Nuevo…