Textos Comentats
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NOTA BENE:
Estructura externa:
Es una de las estancias que forman parte de la Égloga I de Garcilaso. Es una estrofa
compuesta por quince versos heptasílabos y endecasílabos, cuya rima sigue el
esquema ABCBACcddeefef. Es un esquema de metro culto compuesto por Garcilaso
para esta ocasión, que debe repetir en todas las estancias que forman la composición
bucólica.
Estructura interna:
Consta de dos partes muy diferenciadas: la primera (267-278), marcada por las
interrogaciones retóricas, es una evocación nostálgica de la belleza de la amada:
la segunda (279-281) supone el reconocimiento de la triste realidad de la muerte, con
la consiguiente desaparición de la belleza física de la amada.
Núcleo significativo
Tema
La voz poética se lamenta por la muerte de la amada y se pregunta con dolor cuál habrá
sido el destino de su belleza, que no podrá contemplar el amante y que, por lo tanto, no
podrá amar platónicamente, que, como es sabido, consiste en la contemplación casta
de la belleza.
Recursos:
-Sinécdoque: 267, 270-271 (la parte por el todo); aunque estas dos últimas también
podrían ser una hipálage, porque atribuye a la mano la victoria (“vencimiento”) y el
botín (“despojos”) que la dama (de origen petrarquesco) obtenía del amante
Estructura externa:
Estructura interna:
En el primer párrafo está la tesis: la mitología recreada por Velázquez solo cae en el
realismo picaresco cuando es pagana, en ningún caso cuando es devocional,
aunque mantiene el tono realista de la ejecución, por la dignidad de sus figuras.
El segundo se extiende sobre la dignidad del Cristo de Velázquez, que radica
fundamentalmente en su sobria verosimilitud, sin concesiones a la sensiblería.
Núcleo significativo
Fuerza expresiva
El tercer párrafo, donde está la refutatio, o sea, la negación de una opinión y crítica muy
difundidas sobre el lienzo.
También se da mayor expresividad al final del segundo párrafo, línea 12, donde subraya
el concepto central del texto
Tema
La dignidad del Cristo velazqueño: sobrio, sin fondo, sin rostro, sin compañía, humano,
cercano al espectador
Recursos:
-Antítesis:
1) doble: mitología / religión; realismo / “idealidad” (líneas 1-4), que recorre todo el
texto
3) belleza / fealdad (6); nobleza / belleza, figura atlética, figura de larva (7-9)
-Epítetos: 5-6
-Enumeración: 11
Estructura externa:
La propia del soneto, con predominio del endecasílabo sáfico, pero con 4 versos
melódicos (3, 9. 10 y 11)
Estructura interna:
“Si..., nunca merezcan ver... llano y sierra”. Una vez representados o arracimados todos
los elementos del cuadro, la ciudad, ceñida por el río y envuelta en un paisaje resumido
en dos pinceladas, llano y sierra, resurge, y de su contemplación, marcada por la pausa,
el éxtasis: “gozo, en plenitud, al llegar a la meta del deseo” (Alonso, “Función
estructural de las pluralidades”, p. 411)
Alta es la frecuencia de adjetivación en los cuartetos, sea bajo la forma de adjetivos (de
lengua o de discurso) o de variadas frases que complementan los sustantivos. Y muy
poco frecuente es la misma en los tercetos, donde dominan los sustantivos, excepto
“ausentes”. Los sustantivos cargados de adjetivos en los cuartetos, cuando vuelvan a
aparecer en los tercetos, irán sin adjetivación y en ordenada enumeración acumulativa,
precedidos de determinantes: “tu muro, tus torres y tu río, / tu llano y sierra” (v. 13s).
Estos fenómenos (a los que se suman otros) hacen la marcha muy lenta en los
cuartetos. En contraposición, será rápida en los tercetos. También refuerza la
diferencia el hecho de que los cuartetos contengan múltiples oraciones, breves y
entrecortadas.
Frente a esto, los tercetos forman una sola unidad sintáctica dotada de una
acelerada fluencia (salvo el notable remanso contemplativo del v. 10, de andadura
semejante a la de los cuartetos): expresan el apasionamiento o la pasión del poeta
ausente de su patria. Góngora imprime igualmente ese movimiento (entre todos los
versos de los tercetos; entre cada par en los cuartetos) recurriendo al encabalgamiento
de los versos.
Núcleo significativo
La cita de Granada, bañadas por el Darro y el Genil (v. 10), como contraste con
Córdoba da una profundidad insospechada a estos versos, porque desde Granada
se acuerda de Córdoba (“siempre gloriosa patria mía”, v. 7) con nostalgia. Además,
el fundamental de los tercetos (imprecación sobre sí mismo del poeta) deriva del
Salmo 137 / 136: “Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha. Que se
me pegue la lengua al paladar, si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en
la cumbre de mis alegrías” (vv. 5-6). Nos consta, además, que lo compuso en 1595, a su
vuelta de su viaje a Granada, cuyos restos (9) le deslumbrarían.
Fuerza expresiva
Tema
Es un poema laudatorio, muy renacentista; la laus urbis o la laus civitatis ((lo toman de
Horacio); aquí ambas, porque urbs se refiere a su aspecto físico, urbanístico, y civitatis
a su transcendencia moral o intelectual. La innovación es su comparación con Granada.
Recursos:
-Metáfora: 3 (“rey”); en cambio “gran” no es más que la ponderativa traslación del nombre
árabe del río: wadi-al-kibir (‘el río grande’) y 14 (“flor de España”)
-Quiasmo: 10
-Reiteración del sonido “-or” (primera sílaba de Córdoba) y de las oes tónicas a lo largo del
poema, como una especie de “hipograma” reducido de la palabra “Córdoba”
Azorín, “Una lucecita roja” (fragmento), del libro Castilla.
La casa ha abierto sus puertas y sus ventanas. Vayamos desde el pueblo hasta las
alturas del Henar. Salgamos por la calle de Pellejeros; luego tomemos el camino de los
molinos de Ibangrande; después pasemos junto a las casas de Marañuela; por último
ascendamos por la cuesta de Navalosa. El espectáculo que descubramos desde
arriba nos compensará de las fatigas del camino. Desde arriba se ven los bancales y
las hazas como mantos diminutos formados de distintos retazos retazos verdes
de los sembrados, retazos amarillos de los barbechos. Se ven las chimeneas de los
caseríos humear. El río luce como una cintita de plata. Las sendas de los montes
suben y bajan, surgen y se esconden como si estuvieran vivas. Si marcha un carro
por un camino diríase que no avanza, que está parado: lo miramos y lo miramos y
siempre está en el mismo sitio.
Estructura
3 partes:
Tema
Es la belleza del paisaje contemplado desde la altura, no objetiva, pues el paisaje tiene
razón de ser en la medida que es contemplado por alguien No lo construye ni recrea con
los tópicos del locus amoenus, sino que es un paisaje de sembrados y barbechos
elevados a la categoría estética por la proyección anímica del autor: Castilla como
paisaje del alma.
Recursos
Predominio de los grupos bimembres: “suben y baja”, “surgen y se esconden” etc. (10),
aunque también los hay trimembres e incluso tetramembres
Había un puente de seis grandes ojos de ladrillo, y aún más atrás, el de Viveros,
junto a las casas de la General. La arboleda, a los pies del ribazo, era una larga isla en
forma de huso, que partía la corriente en dos ramas desiguales. La de acá, muy
estrecha y ceñida al terraplén, se había dejado secar por el verano y ahora no corría.
De modo que la isla estaba unida a la tierra por este costado y se podía pasar a ella en
casi toda su longitud, sin más que atravesar el breve lecho de limo rojo y resbaladizo.
Tan sólo a la derecha tenía un poco de agua todavía: un brazo muerto, que separaba
de tierra el puntal de la isla, formando una península puntiaguda. Frente al vértice de
aquella península, donde se unía el brazo muerto con el otro ramal, el agua estaba
remansada en un espacioso embalse, contra el dique de cemento de una aceña
molinera o regadía. Para bajar a la arboleda, se trocaba el camino en una accidentada
escalerilla labrada en la misma tierra del ribazo.
Los peldaños están romos, casi arrasados. Abajo fue una gran risa cuando una de
las chicas patinó sobre el limo y se quedó sentada en las dos estrías que habían
dejado sus talones y se le vieron las piernas. Le supo mal a lo primero, sorprendida de
verse así, pero en seguida levantó la cabeza riendo, al oír que los otros se reían.
—¡Vaya pato, hija mía!, ¡qué pato soy! — les decía desde el suelo.
La cogió Santos por las manos y tiraba hacia arriba, pero ella no conseguía
levantarse, de tanta risa que le daba.
—¿Te lastimaste?
—¡Bueno! Vaya una cosa más terrible; si no habéis visto más que eso.
Son técnicas propias del llamado realismo behaviorista o conductista, que consiste en
que el narrador / descriptor se inhibe, no juzga; conocemos el carácter, actitud,
pensamiento, ideales, etc., de los personajes por el diálogo, o sea, al hablar se retratan
psicológicamente.
pronunciadas de los personajes, pero sin intervenir. En este caso no reproduce los
pensamientos, por lo que he señalado del conductismo.
Estructura
Dos partes claramente diferenciadas por las modalidades: descripción (con una breve
narración (líneas 15-18 y 20) y diálogo, que
Tema
Recursos
Estructura externa:
Estructura interna:
1º) vv. 1-4: Se muestra el dolor del hombre por ser consciente, frente a los demás seres
de la creación. Formalmente, los verbos están en un presente intemporal.
2º) vv. 5-9: Se expresa la angustia ante la incertidumbre de la vida, en contraste con la
certeza de la muerte. Predominan los infinitivos, formas verbales que se proyectan a un
futuro (incierto y angustioso).
3º) vv. 10-11: Aparecen los dos polos opuestos en la vida del hombre: la vida tentadora
con sus placeres, y la muerte que nos espera como supremo dolor. De nuevo, los verbos
en presente intemporal.
4º) vv. 12-13: Expresión de la angustia existencial ya tratada, pero ahora sintetizada en
los dos versos finales, de forma exclamativa.
Fuerza expresiva
El último apartado es una síntesis de toda la angustia existencial que nos ha mostrado el
poeta en todos los versos anteriores. Los versos 12 y 13 se resaltan por adoptar
una forma métrica diferente y por ser exclamativos; asimismo se utiliza el paralelismo
y la antítesis de nuevo para resumir la falta de sentido, de rumbo, de la existencia
humana:
Núcleo significativo
Tema:
Recursos
-Antítesis. El resto del poema se construye con contrastes que transmiten con eficacia la
zozobra íntima de la voz poética. El v.5, por ejemplo, es extraordinario. Más que una
contradicción, es una compleja estructura en la que la existencia (“ser”) y la ausencia de
conocimiento (“no saber nada”) se entreveran en una definición de la vida humana (que
hemos visto definida arriba con tres tiempos verbales) y conforman una nueva antítesis
en el verso 6, en la que la vida aparece dominada por el miedo, el “espanto” ante la
muerte del verso 7.
El alma sensitiva de los animales (sentir) y la indolora de los seres que sólo cuentan con
la vegetativa (ser) les liberan del pasado y del futuro, les permiten vivir
inconscientemente en el presente; en cambio la intelectiva, la estrictamente humana,
supone la constatación de la incertidumbre y la evidencia del fin, aunque se la supone
inmortal. Entre esa consciencia del alma racional y su servidumbre pasional y caducidad
se debate el poema de Darío, porque, a pesar del predicado origen divino de la porción
intelectiva del hombre, depende orgánicamente de las otras dos: la vegetativa, que nos
da la vida, y la sensitiva, con la que amamos y sufrimos.