06 Cap 03
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SECCIÓN I
Se deberán tomar las medidas necesarias para la protección inmediata de las armas de
combate contra el fuego hostil de aviones y helicópteros en vuelo rasante sobre la propia tropa
o precisiones cercanas. El empleo de aviones radiocontrolados para fotografiar el campo de
combate y dirigir las operaciones será común en el campo de combate moderno, también se
constituirán en un blanco rentable para los tiradores-apuntadores.
Desde el punto de vista del fusilero, los blancos aéreos se pueden clasificar de la siguiente
manera:
a. Que atacan: son los que se acercan o pasan directamente por encima o casi encima del
fusilero.
SECCIÓN II
3.003. Generalidades
Para hacer impacto sobre un blanco tal como una aeronave en vuelo, es necesario apuntar
a una distancia adecuada delante de éste y sobre su recorrido, de manera que la bala intercep-
te el blanco. Esta predicción deberá exceptuar blancos que vuelen a menos de 100 mts de
altura. Una vez que el tirador predice su puntería sobre el blanco y continua su recorrido, se
denominará "persecución".
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b. La distancia al blanco.
Cuando aparezca un blanco, será prácticamente imposible que los tiradores o jefes de frac-
ción consideren todos los factores enumerados anteriormente y calculen con exactitud la pre-
dicción para disparar; por consiguiente, éstas se calcularán con anticipación y se podrán resu-
mir en tablas, para ayudar en la instrucción y en operaciones.
Se obtendrán resultados más eficaces concentrando el fuego de una fracción sobre un solo
blanco en vuelo; por ejemplo, cuando varios aviones vuelan en formación, el fuego de la frac-
ción se deberá concentrar en el avión o helicóptero delantero. En el fuego antiaéreo de armas
automáticas individuales será imposible la absoluta exactitud, pero si se envía el volumen
máximo de fuego en conjunto con una exactitud razonable, se asegurarán impactos. (Ver Fig
86).
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3.008. La distribución del fuego
a. Para los blancos que desfilan, disparar con una predicción de seis (6) largos de blancos. La
experiencia nos señala la tendencia general de dar poca predicción. Será preferible una
predicción en apreciación larga y no corta.
b. Para los blancos en picada o subida directa sobre el tirador, se deberá disparar sobre el
blanco. Deberá enseñarse a los soldados que el bombardero en picada es vulnerable al
fuego terrestre en el instante en que sale de la picada y que es conveniente que se envíe el
máximo fuego en este preciso momento.
c. Cuando se utilice manga remolcada, deberá dispararse con munición trazante, para ver el
comportamiento de la predicción, lo normal será apuntar a tres (3) largos de blanco.
d. El blanco considerado para la predicción de seis (6) largos de blancos corresponde a una
aeronave de diez (10) metros de longitud volando a 500 (quinientos) km por hora. Cuando
se habla de manga en el punto c. se disminuye a tres (3) largos, porque el avión remolcador
es un monomotor para una velocidad de ciento veinte (120) km por hora, aunque la longitud
de la manga sea similar a un blanco real.
Como es difícil que el personal pueda apreciar las velocidades de aeronaves con exactitud,
será necesario, para simplificar la instrucción, usar una velocidad promedio de quinientos (500)
kms por hora. Para velocidades mayores o menores que las dadas, deberá modificarse la pre-
dicción proporcionalmente. Si bien es posible realizar mediciones más exactas, para la reacción
de un fusilero común son suficientes datos aproximados (ver figuras 87 y 88).
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Figura 88. Corrección del tiro usando munición “TL”.
El alcance máximo eficaz del fuego de fusil sobre aeronaves es de 500 mts, aproximada-
mente; este valor se refiere a la distancia verdadera entre el blanco y el tirador y no a la distan-
cia sobre el terreno de un punto ubicado debajo del blanco. Los fusileros deberán adquirir la
posición de tiro tan pronto como reciban la alarma de la aproximación de aviones y perseguir el
blanco hasta que se encuentre al alcance del arma.
El daño causado por el fuego de estos fusiles sobre una aeronave puede variar según el lu-
gar de impacto; los impactos sobre los motores o turbinas pueden detener de inmediato una
máquina, un impacto sobre rotores o hélices puede ocasionar un desequilibrio importante
en el motor; si las bombas cohetes o misiles que porta no son a prueba de balas, un impac-
to las puede hacer estallar, los tanques de combustibles son igualmente vulnerables a mu-
niciones trazantes o explosivas.
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Debido a la velocidad con que vuela una aeronave moderna, es muy probable que pueda
estar fuera del alcance de las vistas antes de que se precipite a tierra o tenga que realizar
un aterrizaje forzoso por las averías. Todos los tiradores deben recordar esto y no suponer
que el fuego fue ineficaz por el solo hecho de no ver los resultados.
La experiencia adquirida en la guerra enseña que basta el cruce de la munición trazante por
la línea de vuelo de la aeronave para producir sobre la tripulación un efecto moral adverso.
SECCIÓN III
INSTRUCCIÓN DE PUNTERÍA
3.012. Generalidades
Para instruir a los tiradores en la puntería a blancos aéreos, deberá partirse de un adecua-
do aprendizaje del Capítulo I, Sección II.
A partir de allí, se incrementarán las características que posee este tipo de blancos. Deberá
ir acompañada, asimismo, de una esmerada instrucción del M-30-1 (Reconocimiento Visual de
Aeronaves), debido a que una equivocación en el blanco originaría una baja a propia tropa.
El tirador deberá aplicar una serie de principios a su fuego sobre este tipo de blanco que se
mueve rápidamente, lo que equivaldría a un resultado óptimo, ellos son:
a. Determinar la predicción necesaria, aplicando el largo del blanco como unidad de medida.
c. Girar el fusil con un movimiento suave y uniforme para mantener la puntería con la predic-
ción necesaria mientras se dispara el tiro.
d. Apretar el disparador correctamente para disparar en el mínimo tiempo sin alterar la punter-
ía.
a. Blancos reducidos para aeronaves que desfilan (figura 89). Estos blancos son colocados
delante de los fusileros sobre un portador de desplazamiento lateral. Estos blancos se de-
ben desplazar a 4,5 mts por segundo. El blanco en forma de manga indica la aeronave y
cada punto anterior son los largos de aeronaves para la predicción. En este caso, un blanco
se desplaza de derecha a izquierda (abajo) y viceversa (arriba). Se puede instruir con este
sistema por parejas y equipos. Cuando se realiza el movimiento hacia la izquierda apuntan
unos y a la vuelta de la silueta otro.
Las medidas para el aparato de desplazamiento figuran en la Sección II, Art 3.008.
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Figura 89. Blancos para puntería y tiro de predicción lateral (blancos que desfilan).
b. Blancos reducidos para aeronaves que se aproximan (pasaje vertical) (figura 90).
Los blancos móviles en la vertical para practicar puntería y predicción se presentan como
cuatro mangas remolcadas (siluetas), acercándose o alejándose de los tiradores a una ele-
vación (altura) constantes; estos blancos también se desplazan a razón de 4,5 mts por se-
gundo.
Figura 90. Blancos para puntería y tiro de predicción vertical (blancos que atacan).
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SECCIÓN IV
3.015. Generalidades
Las posiciones que se emplean en el fuego antiaéreo son aquellas que pueden adquirirse
rápidamente y que permiten la mayor flexibilidad del cuerpo para poder manejar el fusil y que
no exigen una exposición indebida del tirador. Las posiciones más comunes son: rodilla a tie-
rra, sentada, recortada y de pie.
Las características particulares de las posiciones para el fuego antiaéreo son las siguientes:
c. Las manos toman el fusil firmemente, la mano izquierda se coloca cerca del final del guar-
damanos.
f. En la posición recostada, el tirador descansa sobre su espalda. Sus piernas están extendi-
das sobre el terreno en la dirección del blanco y bien separadas. El cuerpo se dobla hacia el
costado derecho, permitiendo al hombro izquierdo separarse del suelo y a la mano izquier-
da tomar el fusil bien adelante, igual que el resto de las posiciones. La cabeza se levanta de
manera que esté en posición normal respecto del guardamanos y del aparato de puntería
(ver figuras 91 y 92 - 93 a 96).
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Figura 92. Posición de tiro antiaérea rodilla a tierra.
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Figura 94. Posición de tiro antiaérea de pie.
a. Para los ejercicios de fuego contra blancos laterales, los tiradores se mantendrán de pie
enfrentando el bastidor de desplazamientos a 12,7 metros de distancia y dejando 2 mts en-
tre tirador y tirador. Los instructores controlarán los ejercicios de puntería, pudiéndolo hacer
primero con munición de fogueo para ver el comportamiento general. Al pasar luego a la
munición de guerra, se adoptarán las posiciones más convenientes para batir el blanco co-
mo lo permite la posición del bastidor.
Generalmente, para un blanco que desfila, las posiciones más usadas son las de pie y rodi-
lla, reservando las de recostado y sentado para los blancos verticales (los que atacan la
propia posición).
Se ejercitará sobre este tipo de blancos durante cinco oportunidades en cada dirección de
desplazamiento (ver figura 95).
b. Para los blancos verticales, se utilizará, en general, el mismo procedimiento anterior, recor-
dando que los tiradores deberán estar unos detrás de los otros debido al desplazamiento
del blanco. Se repetirá el ejercicio también en cinco oportunidades de ida y otras cinco de
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vuelta, permitiendo la puntería a blancos en picada y fugas sobre los tiradores en ambos
sentidos (ver figura 96).
Figura 96. Posición para la puntería y tiro a 12,7 m (blancos que atacan).
En los ejercicios de puntería y tiro, los subinstructores deberán controlar los siguientes as-
pectos:
a. Que se adquiera la posición más correcta para batir el blanco que se presenta.
c. Que se desplace el fusil girando el cuerpo, usando como punto de giro la cintura.
e. Que la boca del cañón no se desplace a golpes discontinuos por los disparos.
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3.019. Instrucciones para el tiro
El objeto de estas instrucciones es suministrar un medio para aplicar los principios enseña-
dos en la instrucción teórica.
Un procedimiento que se puede elegir es el de colocar cuatro blancos laterales juntos con
números indicativos y asignarle a cada tirador uno de ellos para ejercitarse.
Una vez colocados en posición de tiro, el instructor ordenará el movimiento de las siluetas y
la apertura del fuego, ejecutando un disparo.
En el caso de los blancos verticales, se disparará un tiro cuando el blanco se desplace so-
bre la posición de fuego y otro cuando se aleja, siempre cerca de la posición del o de los tirado-
res.
Durante el giro para tirar durante la fuga del blanco no deberá haber nadie detrás del tira-
dor.
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Figura 98. Esquema presentando los diferentes tipos de bastidores para blancos de polígono
reducido.
Será conveniente recordar al instructor que la velocidad de desplazamiento para las aero-
naves deberá ser de 4,5 metros por segundo (equivalente a helicóptero o avión de reconoci-
miento a motor). El aumento de velocidades quedará a criterio del instructor, recordando la
necesidad de comenzar por las más lentas, incrementándose progresivamente de acuerdo con
las necesidades.
Cuando se disponga de este material, se deberá efectuar una coordinación exhaustiva con
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el personal responsable de la máquina o el personal director de vuelo del avión radiodirigido.
Las disposiciones de seguridad deberán quedar establecidas en forma coherente entre los
ejecutores y el personal de Aviación del Ejército (normalmente responsable del remolque).
No obstante no poseer las unidades de disponibilidad de estos medios, se dan una serie de
gráficos con ideas sobre recorridos y distancias.
La elaboración de un PON para estas tareas favorecerá la seguridad (ver figuras 99, 100,
101 y 102).
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Figura 101. Recorrido para blanco remolcado mixto.
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3.023. Blancos y equipos para polígonos reducidos
No serán posibles una instrucción y ejercitación del tiro antiaéreo sin la construcción de
polígonos con dicho fin. Por guarnición o unidad se podrá construir una plaza de punterías y
polígonos permanentes no sólo para el FAL y FAP, sino también adaptado a otras armas, por
ejemplo, ametralladoras livianas o pesadas.
La necesidad de contar con espacio suficiente será una norma fundamental para la cons-
trucción del polígono, debido a la lejanía entre aparatos, que oscilará en los 200 metros (ver
figura 103).
Figura 103. Polígono para blancos remolcados indicando los límites de fuego.
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