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Eutanasia y Aborto

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EUTANASIA Y ABORTO

Eutanasia: proviene del griego, compuesto por dos palabras. Por un lado, el morfema «eu» que
significa «bueno», y por otro la palabra «thanatos», que se traduce por «muerte». Por lo tanto se
podría hablar de la buena muerte, aunque lo más correcto sería hablar de muerte sin sufrimiento sin
sufrimiento físico o apacible.
Sin embargo, desde el punto de vista científico o médico viene a ser la ayuda del médico a morir al
paciente. Claro está, que este tiene que sufrir una enfermedad incurable, numerosos dolores
permanentes y un sufrimiento insoportable para vivir. En la eutanasia siempre tiene que estar
un equipo de médicos para administrar los fármacos al paciente que no quiere seguir con su vida

¿En qué países se lleva a cabo la eutanasia?

En la actualidad, la eutanasia es legal en cinco países, tres europeos:  Países Bajos, Bélgica y
Luxemburgo, Colombia y Canadá. Hay otros, donde la muerte del paciente se concibe, pero no a
través de la eutanasia, sino con suicidios asistidos u otras fórmulas, como por ejemplo como pasa
en Suiza
Eutanasia en cuestión filosófica
¿Es la eutanasia una “muerte digna”? Resulta paradójico que el término dignidad se utilice tanto para
defender la legitimidad de la eutanasia como para negarla, por lo que es importante clarificar qué
entendemos por dignidad.

Algunos reducen esta dignidad al disfrute de una calidad de vida, conciencia, o capacidad de
autodeterminación. Por el contrario, otros entendemos la dignidad como el valor intrínseco que posee todo
ser humano, independientemente de sus circunstancias, edad, condición social, estado físico o psíquico

 Independientemente de condiciones cambiantes a lo largo de la existencia. Kant distinguió entre dignidad


ontológica, como valor intrínseco, inviolable, incondicional, que no varía con el tiempo y no depende de
circunstancias exteriores o de consideraciones subjetivas, y dignidad moral, como aquella que el hombre
tiene en mayor o menor grado según las acciones que realice, si estas son acordes o no a la dignidad
ontológica del ser humano. En última instancia, afirmamos que la raíz y el fundamento último de la dignidad
del ser humano es el haber sido creado a imagen y semejanza de Dios, somos “imago Dei”. Pero, también
estamos convencidos de que nuestra propuesta sobre el valor de la vida humana es ampliamente compartida
por muchas personas que defienden y proclaman los derechos de todos los seres humanos

Llamamos muerte a la pérdida total e irreversible de la unidad somática integral de un ser vivo. En el caso
del ser humano esta pérdida se puede establecer de tres maneras: por ruptura anatómica, por parada
cardiorrespiratoria sin posterior reanimación y por muerte encefálica. Por muerte encefálica entendemos la
pérdida total e irreversible de toda la actividad tronco encefálico y cortical, diagnosticada por los medios más
certeros y según los criterios correspondientes establecidos por la ley. Mientras la Ciencia no diga lo
contrario, en cualquier caso distinto estamos ante un ser vivo de la especie homo sapiens, aunque éste no
tenga capacidad para hablar, comunicar, pensar o decidir. Respetar su vida, evitarle daños (primum non
nocere), consiste en ayudarle, asistirle y cuidarle con la misma atención y respeto de los que siempre fue
merecedor, para que tenga una vida máximamente digna hasta el último de sus días

Tradicionalmente se ha planteado el problema de la eutanasia como un conflicto entre la vida como un valor
en sí o un valor subordinado a ciertas condiciones mínimas de bienestar, resumidas en conceptos como
“calidad de vida”, “vida digna” o “vida humana”; i. e., entre lo que podría llamarse el valor absoluto de la
vida o valor subordinado de la vida. 2También se le ha planteado como un conflicto entre el derecho a la vida
y el derecho a la libre decisión.
Para dirimir hasta qué punto el conflicto de valores y derechos es relevante para ofrecer una solución al
problema, es necesario distinguir las varias formas en que puede tener lugar la eutanasia, a saber:
1.Eutanasia voluntaria (manifestación explícita del paciente de su deseo de morir).
2.Eutanasia involuntaria (falta de la manifestación explícita del deseo de morir por parte del paciente).

3.Eutanasia activa (provocar la muerte por el agente).

4.Eutanasia pasiva (dejar morir al paciente).


A propósito de las dos últimas, existe la duda sobre si representan una auténtica diferencia entre dos tipos
de eutanasia (activa o pasiva), entre hacer morir o dejar morir; porque en ambas se encuentra la misma
intención de acabar con una vida, sea por acción o por omisión deliberada. Por ello, es mejor hablar, antes
que de intencionalidad en la eutanasia activa/pasiva, de causa directa (activa) e indirecta (pasiva) de la
muerte. En la primera se provoca directamente la muerte, en la segunda no se hace nada para mantener
con vida a la persona (si bien desde la intención, con ambas se desea el mismo resultado).
Si se reflexiona sobre las dos primeras formas de eutanasia, donde la voluntad es el elemento distintivo,
entonces surge la pregunta sobre si es posible respetar la voluntad de una persona en toda situación. Con
esto se tiene en mente la dificultad de distinguir entre “creencia” y “hecho”, esto es: ¿cuándo se cree o se
sabe (con la mayor) certeza que llegó el momento de respetar la voluntad de muerte de una persona? Las
opciones son las siguientes:
1.¿Cuándo la medicina no puede hacer más por la vida del paciente?

2.¿Cuándo el dolor es insoportable para el paciente?

3.¿Cuándo no hay uso de las facultades mentales superiores (cerebro) y no se puede hablar más de vida
humana digna?

4.¿Cuándo los resultados del tratamiento médico alargan inútilmente la vida del paciente, porque la muerte
del paciente se presentará irremediablemente poco tiempo más tarde?

Esta dificultad hace necesario explicitar anticipadamente, además del deseo, la descripción de las
circunstancias bajo las cuales la vida no tiene valor alguno para el paciente. 4 Sin embargo, en este punto
cabe preguntar si es posible para cualquiera, incluso para el especialista médico, describir con exactitud
estas circunstancias. Frente a los adelantos médicos parece imposible describir con exactitud las
circunstancias bajo las cuales una vida acusa irremediablemente falta de valor. Por tanto, siempre habrá un
rango de incertidumbre sobre cuándo se han presentado las circunstancias que justifican la eutanasia o
realización de la voluntad del paciente.
En el caso de la eutanasia involuntaria siempre faltará una exención de responsabilidad de terceros. Si bien
es cierto que la eutanasia pasiva se lleva a cabo muchas veces por razones económicas (cuando los costos
de manutención hospitalaria son insolventables por los parientes o el Estado), resulta imposible, desde el
punto de vista legal y moral, justificar la eutanasia pasiva e involuntaria, a no ser que se esgrima un
humanismo incompatible con cualquier tipo de dolor o sufrimiento inútil y que, por esta razón, anule el valor
o dignidad de la vida.
Por ello, antes de plantear las cuatro preguntas anteriores, debería responderse aquélla sobre si se tiene
derecho sobre la propia vida, en el sentido de decidir cuándo debe finalizar ésta. Algunos pensarán que sólo
Dios puede disponer sobre ella; lo que deja abierto el problema del significado “mi propia vida” y “mi
responsabilidad sobre la misma”. Si cada cual no tiene derecho a su vida, sino sólo Dios, entonces la
expresión “mi vida” es inexacta y “mi responsabilidad sobre ella” reducida. Si hay una auténtica exigencia de
ofrecer razones a favor o en contra de la eutanasia, y, por ello, el planteamiento ocurre fuera del contexto
religioso, entonces es necesario aclarar en qué sentido “mi vida” es mía

CUESTIONES BIOETICAS: En numerosas cuestiones bioéticas asistimos a un cambio de mentalidad


acelerado, inducido con frecuencia por engaños y verdades parciales difundidas mediante la manipulación del
lenguaje. Con estas confusiones se pretende polarizar a la opinión pública hacia los intereses de la cultura de
la muerte (esto es: la defensa del aborto, la eutanasia, la instrumentalización de la vida embrionaria, etc.).
Se trata de actitudes que encierran un profundo desprecio hacia la vida humana, ya que aceptan su
sometimiento al servicio de los intereses de terceros (como ocurre con la manipulación de embriones) o
incluso la aniquilación de algunos individuos (como sucede con el aborto o la eutanasia).

En el tema que nos ocupa, la manipulación del lenguaje propicia la confusión moral de sanitarios y
ciudadanos en general, por la ausencia de criterios que permitan discriminar con claridad conductas,
actuaciones y valoraciones jurídicas, lo que es especialmente notorio en situaciones límite que suelen tener
una notable difusión mediática. Se puede llegar, por ejemplo, a no distinguir la conducta eutanásica, del
suicidio asistido, incluso del acto, legítimo, de limitación del esfuerzo terapéutico, etc.
Con el fin de evitar una mayor distorsión y manipulación de los términos más usados en torno al tema de la
eutanasia, consideramos oportuno aclarar la significación conceptual de los términos y expresiones
siguientes: – Eutanasia: la acción u omisión, por parte del médico u otra persona, con la intención de
provocar la muerte del paciente terminal o altamente dependiente, por compasión y para eliminarle todo
dolor.
– Eutanasia voluntaria: la que se lleva a cabo con consentimiento del paciente.
– Eutanasia involuntaria (también llamada cacotanasia o coactiva): la practicada contra la voluntad del
paciente, que manifiesta su deseo de no morir.
– Eutanasia no voluntaria: la que se practica no constando el consentimiento del paciente, que no puede
manifestar ningún deseo, como sucede en casos de niños y pacientes que no han expresado directamente su
consentimiento informado.
– Eutanasia activa: la que mediante una acción positiva provoca la muerte del paciente.
– Eutanasia pasiva: el dejar morir intencionadamente al paciente por omisión de cuidados o tratamientos
que están indicados y son proporcionados.
La expresión eutanasia pasiva, se utiliza en ocasiones indebidamente, para referirse a una práctica médica
correcta, de omisión de tratamientos desproporcionados o fútiles respecto al resultado que se va a obtener.
En este caso no estaríamos ante una eutanasia pasiva sino ante la correcta limitación del esfuerzo
terapéutico o limitación de terapias fútiles, que es conforme con la bioética y la deontología médica, y
respeta el derecho del paciente a la autonomía para decidir y a la renuncia al tratamiento.
– Encarnizamiento terapéutico (también llamado distanasia u obstinación o ensañamiento terapéutico):
la práctica, contraria a la deontología médica, de aplicar tratamientos inútiles o, si son útiles,
desproporcionadamente molestos para el resultado que se espera de ellos.
– Ortotanasia: el permitir que la muerte natural llegue en enfermedades incurables y terminales,
tratándolas con los máximos tratamientos paliativos para evitar sufrimientos, recurriendo a medidas
razonables.
Frente a la eutanasia, que busca su legitimación moral y legal desde la reivindicación autonomista y la
desacralización de la vida humana y contra el llamado encarnizamiento terapéutico, también inaceptable
éticamente, la ortotanasia (del griego orthos, recto, justo, que observa el derecho conforme a la razón) se
plantea como una posición jurídica y moral aceptable. La ortotanasia consiste en no adelantar la muerte con
una acción médica intencional; acompañar al enfermo terminal, considerando su vida, aunque dependiente y
sufriente, siempre digna; aliviar con todos los medios disponibles el dolor en lo posible y favorecer su
bienestar; ofrecerle asistencia psicológica y espiritual para satisfacer su derecho de aceptar su proceso de
muerte; no abandonar nunca al paciente, pero saber dejarle morir, cuando no podemos curarle.
 Enfermo terminal: el que padece una enfermedad de la que no cabe esperar que se recupere,
previsiblemente mortal a corto plazo que puede ser desde algunas semanas a varios meses, a lo sumo.
– Cuidados paliativos: la atención a los aspectos físicos, psíquicos, sociales y espirituales de las personas
en situación terminal, siendo los objetivos principales el bienestar y la promoción de la dignidad y autonomía
de los enfermos y de su familia. Estos cuidados requieren normalmente el concurso de equipos
multidisciplinares, que pueden incluir profesionales sanitarios (médicos, enfermeras, asistentes sociales,
terapeutas ocupacionales, auxiliares de enfermería, psicólogos), expertos en ética, asesores espirituales,
abogados y voluntarios.
– Sedación terminal: la administración deliberada de fármacos para lograr el alivio, inalcanzable con otras
medidas, de un sufrimiento físico y/o psicológico, mediante la disminución suficientemente profunda y
previsiblemente irreversible de la conciencia, en un paciente cuya muerte se prevé muy próxima, con el
consentimiento explícito, implícito o delegado del mismo. Desde el punto de vista ético, no es relevante el
que, como efecto secundario no buscado de la administración de la sedación se adelante la muerte de la
persona, siempre y cuando esto no sea lo que se pretenda directamente como fin de la acción.
– Suicidio: el acto de quitarse voluntariamente la propia vida.
– Suicidio asistido: el acto de ayudar a suicidarse en el caso en el que la persona no sea capaz de hacerlo
por sus propios medios.
– Testamento vital: la manifestación expresa de voluntad anticipada para el caso de que la persona
careciese de la facultad de decidir acerca de su tratamiento médico.

La eutanasia desde la moral:  El conocimiento actual de la vida humana, desde el punto de vista
biológico, alcanza un detalle y una profundidad que nos permite formular con más y mejor precisión una
idea esencial: que cada ser humano es único e irrepetible, valioso por el hecho de serlo y de vivir. La Ciencia
positiva nos muestra cómo es el inicio de la vida del hombre y cuándo llega su final natural. También
propicia mejores intervenciones para mantener y prolongar la salud a lo largo de nuestro ciclo vital. Pero, el
salto a ese ámbito de los valores sigue siendo fruto de una actitud de compromiso. Como lo ha sido en
tantas ocasiones que a lo largo de la Historia nos llevaron a construir un sistema de valores basado en el ser
humano como fin, no como medio. Y sobre todo, cuando se asentó el mensaje de que la trascendencia de la
vida humana está precisamente en la aceptación de nuestra pertenencia a una misma especie, con unos
derechos que alcanzan a todos.
La promoción de la eutanasia, tan intensa en algunos ámbitos, se suele basar en la consideración de
situaciones-límite muy concretas. Hay que deslindar lo que puede ser el análisis de casos específicos, de lo
que debe ser un principio irrenunciable: nadie tiene derecho a provocar la muerte de un semejante
gravemente enfermo, ni por acción ni por omisión. Una sociedad que acepta la terminación de la vida de
algunas personas, en razón a la precariedad de su salud y por la actuación de terceros, se inflige a sí misma
la ofensa que supone considerar indigna la vida de algunas personas enfermas o intensamente disminuidas.
Al echar por tierra algo tan humano como la lucha por la supervivencia, la voluntad de superar las
limitaciones, la posibilidad incluso de recuperar la salud gracias al avance de la Medicina, se fuerza a aceptar
una derrota que casi siempre encubre el deseo de librar a los vivos del “problema” que representa atender al
disminuido.

Regulación actual

El artículo 143.4 del vigente Código Penal de 1995 tipifica la eutanasia como un tipo privilegiado del auxilio
ejecutivo al suicidio, sancionando la conducta típica con una pena notablemente inferior a la del homicidio.
Ya en el debate parlamentario de la norma referida, la entonces minoría objetó que se privilegiara el tipo
sobre el suicidio, en cuanto los elementos descritos, incluida la seria e inequívoca aceptación de la víctima,
ya que estos elementos son los de un homicidio por causas humanitarias y no los de un suicidio. Esta
regulación recibió críticas en el momento de entrar en vigor por parte de sectores de la doctrina jurídica, que
entendían negativo el extender la aplicabilidad del mismo a hipótesis que se realicen fuera del ámbito
médico asistencial.
Pese al constante debate y los casos que han aparecido en los medios, la jurisprudencia no ha podido perfilar
los elementos del nuevo delito ya que la fiscalía no ha llevado adelante acusaciones por delito de eutanasia.

En este sentido, es necesario señalar dos elementos de la realidad jurídica muy relevantes en lo que se
refiere a la eutanasia en su actual tratamiento. Por un lado, la pena prevista supone una protección menor
del bien vida humana, lo que contradice la previsión constitucional del artículo 15 de la CE de 1978. En
efecto, aún cuando el fin de la pena no es sólo valorar el bien protegido, es indudable que si la protección es
nimia el resultado es injusto.
Por otra parte, no puede ignorarse que en el derecho comparado, en los escasos ordenamientos jurídicos en
los que se ha despenalizado el homicidio eutanásico, el camino comenzó con la aplicación del principio de
oportunidad por parte de la fiscalía, generando una despenalización de facto, que luego llevó a la
legalización, en los casos de Bélgica y Holanda, con el argumento predeterminado de que la legalización era
necesaria para garantizar la seguridad jurídica.

Imposición moral.

La desprotección de la vida humana más dependiente, en sus fases terminales, supone la imposición de una
moral radical que contradice la tradición de protección jurídica de nuestros ordenamientos. Además, otorga
el poder a la administración sanitaria, y al médico concreto, para infringir esta tradicional protección jurídica
de la vida, precisamente en su fase más dependiente y vulnerable. Finalmente, modifica el principio rector
del ordenamiento de dignidad de la vida humana. El principio fue descrito precisamente para evitar la menor
protección jurídica de quien se encontraba en situaciones de dependencia. Con la legalización de la eutanasia
se procede a atribuir dignidad o privar de la misma a vidas concretas, para luego retirar la misma igualdad
jurídica.

Situación social El derecho, lejos de someterse a exigencias ideales en nombre de una u otra perspectiva
moral, debe atender a la situación real de las relaciones intersubjetivas en una sociedad dada. En este
sentido, con un esfuerzo continuado, es muy dudoso que en la sociedad española actual se incrementen los
casos de obstinación terapéutica, por una posición vitalista de prolongar la vida a cualquier precio. Por el
contrario, las circunstancias actuales muestran un riesgo cierto de abandono terapéutico, por razones
económicas respecto a vidas que se consideran indignas. De ahí que sea aún más arriesgado aumentar el
poder del médico y del sistema sanitario para poner fin a una vida humana dependiente, aumentando las
presiones sobre los pacientes o generando protocolos de actuación que objetivamente favorecen la
eutanasia.

Despenalización de la eutanasia en Colombia: Desde mediados del siglo XX, con la aparición de la
medicina crítica, las técnicas de reanimación cardiocerebropulmonar, los trasplantes de corazón y el
concepto de muerte encefálica, morir se volvió "problemático"
Actualmente cuatro países permiten la eutanasia: Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Colombia. En otros países
como Suiza y algunos estados de Estados Unidos hay legislaciones vigentes sobre eutanasia y suicidio
asistido ,Sin embargo, tanto en la literatura bioética como en los medios de comunicación globales el caso
colombiano de despenalización de la eutanasia no suele ser examinado con exhaustividad y se reduce casi
siempre a una mera mención. Con frecuencia solo se discuten los casos de Holanda, Bélgica y Oregón en
Estados Unidos ¿Será este descuido, acaso, una muestra más del predominio en bioética de las perspectivas
y debates de los países desarrollados? Buscando balancear esta deficiencia, a continuación se examinan los
aspectos más sobresalientes del proceso que llevó a la despenalización de la eutanasia en Colombia, en un
contexto histórico, jurídico y socio-político.

y conforme a los principios constitucionales y a elementales consideraciones de humanidad, regule el tema


de la muerte digna". Sin embargo pasaron los años sin que esto ocurriera. La eutanasia permaneció
entonces en una zona gris: despenalizada por la CC, pero sin marco legal adecuado que la regulara. Esto
trajo varios problemas. Las instituciones de salud no sabían si debían proveer este servicio y cómo hacerlo.
Además, al no existir un marco regulatorio que determinara claramente las condiciones bajo las cuales el
servicio debía ser ofrecido, la eutanasia quedó en manos de personas (médicos) e instituciones que, a su
arbitrio y buen juicio, decidían cómo prestarlo. Durante estos años en los medios de comunicación se solía
entrevistar a Gustavo Quintana, un médico que admitía públicamente practicar la eutanasia, 5 como muestra
de que en Colombia esta práctica, bajo las condiciones exigidas por la CC, no significaba ser requerido por
las autoridades o acusado de homicidio. En diferentes círculos se comentaba, además, y de manera
extraoficial, que había instituciones que ofrecían la eutanasia a diferentes precios y sin "trabas".

Esta situación desembocó en 2014 en una nueva sentencia de la CC sobre la eutanasia cuando una paciente,
con cáncer terminal, interpuso en 2013 una acción de tutela para exigir a su empresa de salud la eutanasia
que le había sido negada alegando falta de regulación. Aunque la paciente murió esperando recibir la
atención solicitada, la CC decidió estudiar dicha tutela por considerar el tema de importancia. Al resolverla,
mediante Sentencia T-970 del 15 de diciembre de 2014, la CC reafirmó lo dicho en la Sentencia C-239 de
1997 en cuanto a que el derecho a morir dignamente es un derecho fundamental en Colombia. Además, y
teniendo en cuenta que el Congreso continuaba sin legislar sobre la materia 6, la CC le solicitó al Ministerio de
Salud y Protección Social (MSPS) que en un plazo muy corto (30 días), estableciera una guía para que tanto
proveedores de servicios de salud como pacientes supieran cómo proceder con relación con la eutanasia.

Obedeciendo este mandato, y con la ayuda de un equipo interdisciplinario reunido ad-hoc y ad-honorem, el
MSPS estableció los lineamientos de lo que sería la Resolución 1216 del 20 de abril de 2015 ,cuyo objeto es
proveer ".directrices para la conformación y funcionamiento de los Comités Científico-Interdisciplinarios para
el Derecho a Morir con Dignidad, los cuales actuarán en los casos y en las condiciones definidas en las
sentencias C-239 de 1997 y T-970 de 2014." Estos comités deberán garantizar el derecho a morir
dignamente ―en los casos en que esto signifique eutanasia―. Estarán integrados por un médico (distinto del
médico tratante), un abogado y un psiquiatra o psicólogo. Sus miembros no podrán ser objetores de
conciencia, aunque según el artículo 18 de esta Resolución se garantiza la objeción de conciencia para "los
médicos encargados de intervenir en el procedimiento". Tal objeción deberá ser debidamente sustentada y la
institución de salud tendrá 24 horas para designar otro médico que realice le procedimiento. Igualmente se
definen los tiempos en que deben surtirse todos los trámites para que el paciente acceda al servicio que
solicita, y se establece que la garantía del derecho a morir con dignidad tendrá como requisitos "la
autonomía del paciente, la celeridad, la oportunidad y la imparcialidad" ( MSPS, 2015a).

Adicionalmente el MSPS, con el apoyo de un equipo de expertos, desarrolló el Protocolo para la aplicación del
procedimiento de eutanasia en Colombia con recomendaciones para llevar a cabo el procedimiento basado
en la mejor evidencia disponible. En este protocolo se define "enfermo terminal" como:

aquel paciente con una enfermedad medicamente comprobada avanzada, progresiva, incontrolable que se
caracteriza por la ausencia de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento, por la generación de
sufrimiento físico-psíquico a pesar de haber recibido el mejor tratamiento disponible y cuyo pronóstico de
vida es inferior a 6 meses.

Además el protocolo establece que el médico debe hacer el diagnóstico de "terminalidad" utilizando escalas
adecuadas para tal fin, según se trate de pacientes oncológicos o no oncológicos. Se deberá definir si el
paciente tiene o no capacidad para entender la situación y tomar adecuadamente la decisión, se deberá
considerar cuidadosamente el sufrimiento del paciente y las alternativas de tratamiento o cuidado
razonables, y comprobar la persistencia en la solicitud, entre otros aspectos. En cuanto a los medicamentos
a utilizar para en el procedimiento se recomienda que en todos los casos la secuencia sea: benzodiacepina -
opioide - barbitúrico o equivalente y finalmente relajante muscular.

Así mismo, mediante la Resolución 004006 del 2 de septiembre de 2016, se creó el Comité Interno del
Ministerio de Salud y Protección Social que tendrá la función de vigilar los procedimientos que hagan efectivo
el derecho a morir con dignidad y al cual se deberán reportar todos los casos de eutanasia que se practiquen
en el país.

La despenalización de la eutanasia en Colombia se dio con la Sentencia C-239 de 1997 de la Corte


Constitucional y puede verse como un resultado de la transformación socio-política, jurídica y cultural que se
inició en la década de 1990 luego de la adopción de una nueva constitución política en 1991. La CC basó su
decisión en los principios constitucionales de dignidad humana, respeto por la autonomía y solidaridad.
Algunos magistrados y diversos sectores de la sociedad se opusieron a la sentencia argumentando, tanto
desde posiciones religiosas como no religiosas, la inviolabilidad de la vida, la moral mayoritaria del país y la
extralimitación de la CC en su sentencia. Para otros ha sido un triunfo del respeto a los derechos civiles e
individuales. Adicionalmente, la falta de un marco legal adecuado que persistió por años hizo que la práctica
de la eutanasia quedara en una zona gris hasta que la misma CC produjo un nuevo fallo en 2014 (Sentencia
T-970) en el que reafirmó el derecho de los ciudadanos a solicitar la eutanasia al sistema de salud, y llevó al
Ministerio de Salud y Protección Social a elaborar guías para la provisión de este servicio gracias a lo cual
hay hoy claridad sobre cómo deben proceder pacientes e instituciones de salud. Sin embargo esto no
significa que el debate ha terminado o que no subsistan algunos problemas. La eutanasia en niños o en
personas con discapacidad, así como el suicidio asistido son temas que algunos quieren discutir más
abiertamente. Otros, enfatizando en la sacralidad de la vida y el deber de los médicos de protegerla y no
terminarla, consideran necesario seguir luchando para que la norma sea revertida. Igualmente la garantía
real de acceso a cuidados paliativos y buena atención en salud deberá ser parte importante de las
discusiones por venir en relación con la muerte digna y la eutanasia.

EL ABORTO

Se considera aborto a la interrupción espontánea o provocada del embarazo antes de que el feto sea viable
(antes de comience a presentar signos de actividad vital avanzada) El problema de la viabilidad depende del
marco legal de cada país.
El Aborto Inducido es la interrupción deliberada del embarazo mediante la extracción del feto de la cavidad
uterina. En función del periodo gestacional, se emplea una u otra de las cuatro intervenciones quirúrgicas:
La succión o aspiración puede ser realizada durante el primer trimestre. Mediante el uso de dilatadores
sucesivos para conseguir el acceso a la cavidad uterina a través del cérvix, se introduce un tubo flexible
conectado a una bomba de vacío denominado cánula para extraer el contenido uterino. Su tiempo es de
cinco a diez minutos en pacientes no internadas. Luego se introduce una legra (instrumento metálico en
forma de cuchara), eliminar por raspado cualquier resto de las cubiertas uterinas.

Diferentes puntos de vista sobre el Aborto Inducido

Sobre el aborto inducido se suelen divisar dos puntos de vista :

Los partidarios de la legalización del aborto enfocan a este desde el punto de vista llamado " ética de las
consecuencias", por lo tanto la pregunta que se realizan para encarar el tema es ."si se hace legal el aborto:
¿Las consecuencias serán mejores o peores que las que se obtienen del aborto ilegal?

Sobre el aborto se suelen divisar dos puntos de vista:

 Los partidarios de la liberalización del aborto enfocan a este desde el punto de vista llamado " ética de
las consecuencias", por lo tanto la pregunta que se realiza es, " Si se hace legal el aborto: ¿Las
consecuencias serán mejores o peores que las que se obtienen con el aborto ilegal?" ... alegando así las
beneficiosas consecuencias en el orden de higiene, evitar la clandestinidad, decidir libremente sobre " El
propio cuerpo", etc.
Aunque ya sabemos que él bebe no forma parte del cuerpo de la madre ya que posee su
propio sistema circulatorio, tejidos y porque aún cuando este acaba de ser concebido, el cuerpo de la madre
lo reconoce como un ser extraño y su sistema inmunológico lo ataca, pudiendo el niño defenderse.

Si nos basamos en la ética de las consecuencias podemos hacernos cuestionamientos del tipo ¿Las
consecuencias serían mejores o peores si se eliminara a la mitad de la población humana , a los judíos , a los
mogólicos, etc.?

No es acaso la misma base que se tenía en la época de los nazis;

no estamos haciendo lo mismo que se hacía con los negros , al decir que el bebé no-nacido no es humano.

 Quienes se oponen, en cambio, adoptan la perspectiva que puede denominarse "ética de los principios"
donde se toma como punto de partida el principio del respeto a la vida humana y la pregunta que se
realiza es... "¿El fruto inmediato de la concepción es un ser humano?"...Y ante esta pregunta las
consecuencias, sean buenas o malas, poco importan.

Del feto, de su alma y de su condición como persona

La gente que esta a favor del aborto suele decir que no esta segura de cuándo recibe su alma el feto , en
otras palabras cuándo comienza a ser persona (para justificar este asesinato o permanecer indiferentes se
refugian en el beneficio de la duda)

Pondremos el caso de un niño de 5 años, él es una persona única e irrepetible, será la misma dentro de dos
meses y fue la misma desde el momento que fue concebido ; desde ese instante él tiene esa condición
original, que no cambia no importa que tan pequeño o dependiente sea; ¿a caso depender de su madre para
vivir y desarrollarse lo hace menos persona? Y en ese caso , ¿sería acaso un mogólico menos persona
porque necesita más de los demás para vivir ?

Por lo tanto, nosotras afirmamos que se trata de la misma persona, nada mas que más pequeña. Podríamos
decir incluso que tiene alma porque a comenzado a ser.

Aparte que yo no crea que tenga alma, no es un problema , muchas personas evitan el tema del aborto
diciendo que no quieren imponer su moral a los demás, cosa que es absurda

Si una persona quiere robar tu auto ¿acaso no la detendrías ?¿o te preguntarías si eso no sería imponerle tu
moral?

Lo mismo es en el caso de que alguien no crea que el feto tenga alma, ¿le da eso derecho a matarlo? ¡no!
Sería lo mismo que decir que si alguien de una secta creyera que vos no tenés alma, eso le da derecho a
matarte.

Entonces, bien sabemos que invocar una ley imponer una ideología es malo ; ¿no es aborrecible invocar a la
libertad de creencias para terminar una vida?

Las ideologías y la religión no tienen que ver con la prohibición del aborto, lo importante aquí es la defensa
de la vida humana.

En algunos casos se descubren incluso tintes discriminatorios, como por ej: en el caso de permitir el aborto
si el bebé resultará deforme o presentara alguna anomalía; ¿acaso no vale la pena traerlo al mundo?
¿podemos quitarle a un ser humano su derecho a la vida solo porque nunca será capaz de mantenerla por sí
mismo? ¡NO! él es persona y tiene derecho a vivir.

Caso especial : Aborto terapéutico moral.

En el caso del aborto terapéutico, la ley moral lo tilda como criminal en todos y cada uno de los casos
aunque las autoridades medicas recomienden su realización.

Una destrucción deliberada de una vida inocente con miras a preservar así la vida o salud de la madre.

Si faltasen las condiciones indispensables esto no da derecho a un aborto, y la responsabilidad de mejorarla


recae sobre el estado.
En el caso de que la continuación del embarazo representase un serio peligro para la vida de la madre y el
niño no tuviera la posibilidad de nacer con vida ¿Por qué permanecer inactivos, viendo desaparecer dos vidas
cuando una de ellas pueda ser salvada?

Despenalización del aborto: en Colombia la Corte Constitucional reconoce que la interrupción voluntaria
del embarazo es un derecho íntimamente ligado al derecho a la vida, a la salud, a la integridad, a la
autodeterminación, intimidad y dignidad de las mujeres. La interrupción voluntaria del embarazo por las tres
causales descritas en la sentencia C-355 de 2006, es un derecho fundamental de las mujeres que debe ser
garantizado por el Sistema de Seguridad Social en Salud. Ésta además, pertenece a la esfera íntima o
privada lo cual obliga a proteger la confidencialidad de las mujeres que la soliciten y a no ser sometida a una
re victimización, discriminación, culpa o estigma.

 Establece que el riesgo para la salud mental de la mujer es razón suficiente para llevar a cabo una
interrupción voluntaria del embarazo (IVE). Se reitera un plazo de 5 días para que las Entidades Promotoras
de la Salud (EPS) atiendan las solicitudes de IVE y lleven a cabo los procedimientos en los casos en los que
se encuentra permitido.

Sentencia T-636/2011

Establece la responsabilidad de la Entidades Promotoras de la Salud (EPS) para evaluar si la interrupción


voluntaria del embarazo (IVE) es procedente en cada caso concreto bajo criterios científicos y con
observancia de la jurisprudencia.

Sentencia T-585

Establece que los derechos sexuales y reproductivos, incluida la interrupción voluntaria del embarazo (IVE),
son parte de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución de 1991.

Auto 279

Establece el cumplimiento de la Sentencia T-209 de 2008.

Sentencia T-388

Esta sentencia reitera que la causal salud no está referida únicamente a la salud física, certificada por un
médico, sino también a la afectación de la salud mental certificada por un profesional de la psicología.
Además, ordena la implementación de procesos masivos de educación sobre Salud Sexual y Derechos
Reproductivos.

 
Sentencia T-009

Establece que el derecho a la dignidad humana se viola si no se respeta la autonomía de una mujer para
tomar la decisión de la Interrupción voluntaria del embarazo (IVE) y enfatiza que la mujer involucrada es la
única persona que puede decidir al respecto.

Sentencia T-946
Esta sentencia reitera que el único requisito para acceder al derecho de la interrupción voluntaria del
embarazo (IVE) en caso de violación, incesto o inseminación artificial no consentida es la denuncia del
hecho, y considera cualquier otro requisito como una barrera en el acceso a los Derechos Sexuales y
Reproductivos de las mujeres. 
Sentencia T-209

Esta sentencia define las condiciones para apelar a la objeción de conciencia, como un recurso individual del
médico, y que solo podrá hacer uso de él si garantiza una remisión efectiva para la prestación del servicio de
interrupción voluntaria del embarazo (IVE) a otro profesional competente.

Sentencia T-988
Esta sentencia reitera el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) por causal violación para
una mujer con discapacidad, impedida de expresar su voluntad. Definiendo que en cualquier circunstancia se
debe actuar para su beneficio de acuerdo con el artículo 13 de la Constitución Nacional y de la Sentencia C-
355 de 2006.

Sentencia T-636/2007

Esta sentencia reitera la protección del derecho constitucional a la salud por acción de tutela (instrumento
jurídico de protección inmediata de los derechos fundamentales) y aclara que el derecho al diagnóstico hace
parte de él.

 Sentencia T-171

Esta sentencia reitera el deber de las entidades judiciales y de salud de proteger el derecho a la interrupción
voluntaria del embarazo (IVE) de una mujer que presenta embarazo con grave malformación del feto que
hace inviable su vida fuera del útero. 

Acuerdo 350

Que incluye la atención para interrupción voluntaria del embarazo en el Plan Obligatorio de Salud del
Régimen Contributivo y del Régimen Subsidiado.

Resolución 4.905 Por la cual se adopta la Norma Técnica para la atención de la Interrupción Voluntaria del
Embarazo - IVE -, se adiciona la Resolución 1896 de 2001 y se dictan otras disposiciones

Establece características del servicio (codificación de procedimientos, admisión de la gestante,


asesoramiento, información, consentimiento informado), procedimientos y métodos de interrupción
voluntaria del embarazo y seguimiento.

Decreto 4.444

Reglamenta Aspectos de Salud Sexual y Reproductiva (disponibilidad del servicio, financiamiento,


obligatoriedad de normas técnicas, objeción de conciencia, prohibición de discriminación, sanciones). Este
decreto vigente desde 2006, se encuentra suspendido desde octubre de 2009 a la fecha (junio de 2012),
mientras se resuelve una demanda en su contra.

 Auto 360

Esta sentencia indica la respuesta a la solicitud de nulidad de la sentencia C-355 de 2006 que alegaba, entre
otras, falta de congruencia con el contenido de las demandas de inconstitucionalidad y la falta de
competencia y jurisdicción de un magistrado. Respuesta de la Corte: Negada.

Sentencia C-355

Esta sentencia despenaliza el aborto en 3 tres casos: cuando la continuación del embarazo constituya peligro
para la vida o la salud de la mujer, cuando exista grave malformación del niño que haga inviable su vida y
cuando el embarazo sea el resultado de una conducta denunciada, de acceso carnal o acto sexual sin
consentimiento, de inseminación artificial, transferencia de óvulo fecundado no consentida o de incesto.

Ley 599, Código Penal

La Corte Constitucional ha reconocido por vía jurisprudencial la posibilidad de abortar por peligro para la vida
o la salud de la mujer, por malformación del feto, por violación y por incesto, en otras circunstancias el
aborto es penalizado con prisión de 16 a 54 meses en caso de que la mujer cause su aborto o permita que
otro se lo cause, y será penalizado con prisión de 64 a 180 meses a quien cause el aborto sin consentimiento
de la mujer.

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