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Ti para La Gestión Del Transporte

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TI PARA LA GESTION DEL

TRANSPORTE

INVESTIGACION DOCUMENTAL

TI APLICADAS AL TRANSPORTE
ARIANA PAOLA CRUCES ANAYA 19031344O

JESUS FRANCISCO CARRETO RODRIGUEZ

25 DE MARZO DE 2023
INDICE
1. INTRODUCCION

2. DESARROLLO

3. CONCLUSION

4. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
INTRODUCCION:

Como en el resto de los sectores productivos la implantación y uso de las Tecnologías de la


Información y Comunicación (TIC) en las empresas de transporte y logística habitualmente viene
motivada por la búsqueda de reducciones de costes.

este tipo de empresas buscan un transporte de mercancías más eficiente, que permita mantener o
mejorar el nivel de servicio ofrecido al cliente, a la vez que se realiza un menor consumo de
recursos, optimizando los costes (combustible, mano de obra, espacio, etc.).

Esta búsqueda de eficiencia repercute directamente en el uso de este tipo de tecnologías que nos
proporcionan las herramientas para aprovechar al máximo la capacidad de carga de un vehículo,
de disminuir el número de kilómetros recorridos para realizar un determinado conjunto de
entregas o de coordinar mejor el trabajo de un grupo de transportistas,

Los sistemas existentes de comunicación avanzada proporcionan herramientas para facilitar la


coordinación de los procesos ligados a la gestión de redes mundiales de suministro. Las TIC
facilitan también la coordinación entre los agentes que participan en el transporte intermodal de
mercancías.

Además, existen aplicaciones específicas de optimización de rutas o de optimización de la carga.


Estos programas buscan reducir el número de kilómetros necesarios para determinado transporte
y ofrecen opciones de Carga para disponer y aprovechar mejor el espacio disponible en un pallet,
en un contenedor o en un camión. En resumen, optimizan la carga y ahorran costes importantes

Por último, otra de las grandes prestaciones que ofrece la tecnología para las empresas de
transporte y logística son los sistemas de Geolocalización, basadas en los sistemas de navegación
y posicionamiento por satélite permiten el desarrollo de nuevas herramientas de gestión logística,
que contribuyen sin duda a mejorar la gestión de los flujos logísticos.
DESARROLLO:

Medios de transporte no motorizados


Para avanzar hacia una movilidad sostenible resulta imprescindible fomentar los
desplazamientos a pie y en bicicleta, ya que son los medios de transporte cuyos impactos
son más irrelevantes, al igual que su coste económico. Además, son beneficiosos para la
salud física y mental de las personas que los practican.

Desplazamientos a pie
Con la excepción de unas pocas calles de los centros urbanos y en algunos barrios
residenciales, los viandantes seguimos encontrándose en inferioridad de condiciones frente
al resto de medios de transporte. Andar ha sido con diferencia el sistema de movilidad más
infravalorado y marginado hasta hace poco en las políticas de transporte, tráfico, urbanismo
y seguridad vial.

Los peatones hemos sido históricamente los principales perjudicados por el creciente uso
del automóvil, tanto por la pérdida de espacio físico cedido a la calzada, como por la
inhibición a caminar por los efectos directos del tráfico –contaminación acústica y del aire–
o indirectos –las barreras psicológicas creadas por miedo a ser víctimas de atropellos–.

El resultado ha sido el desarrollo y diseño de ciudades hostiles para el peatón. El trazado


continuo de las calzadas para el tráfico, es decir al mismo nivel, y discontinuo para los
viandantes en los cruces, o el hecho de que sólo la cuarta parte del espacio de las calles se
dedique a las personas y el resto a la circulación o aparcamiento de coches, son ejemplos
de la jerarquía vial existente.

Esta situación es aún más grave por cuanto la movilidad a pie siempre ha sido uno de los
modos principales de movilidad urbana, sino el mayor. Después de cuarenta años de
políticas hostiles y con los índices de motorización más elevados, la movilidad a pie todavía
supone más del 35% del modo principal de transporte en ciudad –puede incluso estar al
mismo nivel que los desplazamientos realizados en coche–, y no cabe duda de que
anteriormente fue muy superior.

Además, caminar es el único sistema de transporte, junto a la bicicleta, que no sólo no


produce impacto social o ambiental, sino que resulta beneficioso para la salud de las
personas que lo emplean: “andar media hora diaria es el cambio en el estilo de vida que
más beneficios reportará a nuestra salud cardiovascular. La bondad de esos 30 minutos está
demostrada. Se considera que si todos los españoles siguieran el consejo, los infartos
agudos de miocardio se reducirían en alrededor de un 20% al año” [1]. Esos 30 minutos
andando equivalen a los 3 km de distancia que constituyen, a su vez, entre un tercio y la
mitad de los trayectos urbanos realizados en coche.
La movilidad a pie, por grado de utilización social, por sus beneficios directos e indirectos,
debería recuperar el papel social que se le ha negado hasta ahora en las políticas urbanas y
de transporte. Fomentar los desplazamientos a pie es una de las mejores alternativas de
transporte en la búsqueda de una movilidad sostenible.

Bicicleta
La bicicleta ha sido un medio de transporte hasta hace poco tiempo muy marginado e
infravalorado en el Estado español. En países como Holanda, Dinamarca o Alemania, el
uso de la bicicleta supone, respectivamente, el 28%, 20% y 12% de los desplazamientos
urbanos, mientras que en el Estado español estos valores son muy inferiores y en algunas
ciudades prácticamente inexistentes.

Se trata de una tendencia que debería invertirse, como está ocurriendo en muchas ciudades
europeas y en algunas españolas, dadas las ventajas que la bicicleta tiene en comparación
con otros medios de transporte. Además, la bici constituye una alternativa real a la
utilización del automóvil privado en distancias medias, que constituyen la mayor parte de
los desplazamientos urbanos.

Las ventajas que presentan las bicicletas benefician tanto al usuario como al resto de
ciudadanos. La persona que usa la bicicleta se beneficia por el bajo coste de compra y
mantenimiento con respecto a otros medios, por el ahorro de tiempo perdido en atascos, y
por la mejora de salud asociada al ejercicio físico que supone. Montar en bicicleta supone
un mayor contacto con el entorno, y en contra de lo que se cree no resulta un medio tan
arriesgado. “Los que utilizamos la bicicleta de manera habitual para desplazarnos por la
ciudad sabemos que es mucho más segura que otros medios. Únicamente se trata de elegir
calles anchas con poco tráfico lateral, calles tranquilas, parques, etc. a la hora de planificar
un recorrido. Y en cualquier caso desde la bicicleta se tiene una visión más alta que desde
un coche, por lo tanto, se controla mejor lo que pasa a tu alrededor; la visión también es
más amplia, sin hierros, ni cristales; del mismo modo, la maniobrabilidad es mayor, así
como la capacidad de reacción, al ser las velocidades que se alcanzan también menores.
Un ciclista urbano es capaz de prever los movimientos de los demás elementos del tráfico,
en lo que se ha dado en llamar ciclismo defensivo [2].
Para el resto de los ciudadanos presenta unos beneficios muy positivos al reducir la
contaminación del aire, el consumo de energía y el ruido, así como el consumo de suelo y
el riesgo de accidentes graves.

Aunque es cierto que desde hace poco tiempo en algunas ciudades españolas se han
construido y ampliado los kilómetros de carriles bici y cada vez son menos las ciudades
que reniegan de fomentar su uso, la eficacia de las medidas llevadas a cabo por muchas de
ellas dejan mucho que desear: construcción de carriles bici alrededor de la ciudad pero no
en su interior, con lo que se limita su utilización a motivos de ocio y a lugares sin
repercusión en la movilidad urbana; mal diseño de los carriles bici que se encuentran o mal
conectados o directamente sin conectar; falta de accesibilidad a muchos de ellos;
inexistencia de aparcamientos para bicicletas…

Sólo construyendo algunos carriles bici, como muchas Administraciones piensan, no se


promueve la bicicleta. Aparte de estos carriles bici, existen también otras medidas para
potenciar el uso de la bicicleta. La principal, desde luego, como defienden muchos
colectivos de ciclistas, es la pacificación del tráfico, lo que permite la coexistencia de
automóviles y bicis en la misma calzada. Y, desde luego, resulta necesario integrar estas y
otras medidas bajo una percepción integral del transporte, mediante la puesta en práctica
de Planes Integrales de Movilidad y Accesibilidad que contemplen a la bicicleta como una
alternativa real.

Otra medida, muy en boga en a la actualidad, es el sistema público de bicicletas, de alquiler


barato o bien gratuitas, que los ayuntamientos ponen a disposición de la ciudadanía por
medio de sistemas de registro, algo muy corriente en Europa. Algunas ciudades españolas
ya lo han implantado, con buenos resultados, que en algunos casos se pueden calificar de
rotundo éxito. Entre sus principales ventajas está el hecho de visibilizar la potencialidad de
la bicicleta para los desplazamientos urbanos, y de servir de estímulo para atraer nuevos
ciclistas que obliguen a modificar las pautas de movilidad urbanas.
CONCLUSION

Con la meta de desarrollar rutas o circuitos que ofrezcan seguridad y eficiencia, en tiempo y
distancia, a peatones y ciclistas, es necesario partir del análisis de orígenes y destinos urbanos.
Entendiendo aquellos aspectos que influencian los viajes, como la densidad poblacional, la
localización de las unidades económicas, las terminales y rutas de transporte público motorizado,
la infraestructura existente destinada a peatones y ciclistas, así como los flujos de movilidad no
motorizada existentes. Para ello, es importante analizar la demanda de viajes a partir de los dos
principales generadores: las áreas habitacionales, identificadas como zonas productoras; y las
zonas atractoras, en las cuales se ubican las unidades económicas. Aunado a lo anterior, las rutas
de transporte público son determinantes en la caracterización de las diferentes zonas.

Cabe destacar que el fomento al derecho a la movilidad, la recuperación del espacio público
incluidas las calles, y la generación de conectividad de los diferentes modos con el transporte
público motorizado, que al interaccionar con las diferentes unidades económicas y equipamiento
público, permite la reproducción económica y social en el ámbito citadino.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

T. (2021b, April 24). Medios de transporte no motorizados. Ecologistas En


Acción. https://www.ecologistasenaccion.org/9848/medios-de-transporte-no-motorizados/

El uso de las TIC´s en el sector de transporte y la reducción de costes | Ibermatica365.


(n.d.-c). https://www.ibermatica365.com/el-papel-de-las-tecnologias-de-la-informacion-
y-de-la-comunicacion-en-el-transporte-de-mercarias-2/

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