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El Vivir Bien en Familia

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EL VIVIR BIEN EN FAMILIA

La familia es el primer ámbito social del ser humano, donde aprende los primeros valores,
principios y nociones de la vida.
Nuestra familia es una parte muy importante de nuestras vidas. Nos ayuda a mejorar
nuestra personalidad y a formar nuestro carácter; nos enseña el valor del amor, afecto,
cariño, honradez y auto confianza, y nos provee con las herramientas necesarias
QUE ES LA FAMILIA
Es un grupo de personas unidas por un vinculo de pareja, consanguíneo o de algún otro
tipo de situación, en la que los individuos hacen vida en conjunto y los une algún tipo de
lazos de sangre.
Años atrás, se entendía por familia a aquella integrada por la madre, el padre y los hijos,
un concepto clásico llamado familia nuclear. En la actualidad, el término ha ido
modificando, ahora el concepto no sólo se centra en los lazos consanguíneos, nuestra
familia puede ser el grupo de personas con el que nos sentimos protegidos, amados y
felices.
Los conocimientos aprendidos de sus padres y madres, y demás personas de su
núcleo familiar, serán los modelos que necesitará la persona para fortalecer su
identidad y las habilidades básicas de comunicación y relación con la
sociedad. Los lazos creados serán también importantes en el desarrollo de su
personalidad.
La familia es un lugar donde puedes ser tú mismo. Es un lugar donde te aceptan tal y
como tú eres. Es ahí donde te encuentras libre de tensiones y todos están ahí para
ayudarte. La familia te anima cuando estás rodeado de problemas. Te ayudan a
sobrevivir en tiempos difíciles y te llenan la vida de alegría y felicidad.
Pero durante las últimas décadas, algunas familias han perdido la visión de los valores
familiares.  Como también darle el valor y cuidado que se merece nuestro cosmos.
La comunicación, por su parte, es fundamental para que los miembros de una familia
puedan hacer uso de su libertad de expresión y compartan sus opiniones y
sentimientos sin callarse lo que experimentan interiormente.
la importancia de la familia como un lugar privilegiado para la educación, y con el objetivo
de aumentar el grado de concienciación acerca de los temas relacionados con la familia

COMUNICACIÓN FAMILIAR ASERTIVA: SABEMOS DIALOGAR Y ESCUCHAR

Una comunicación incluyente, participativa y empática con las personas que diariamente
convivimos es la base de una buena relación familiar. Permite expresar sentimientos, necesidades
y expectativas de cada uno de los integrantes de la familia, así como asegurar que éstas sean
escuchadas y satisfechas por otros familiares, lo que favorece la convivencia familiar. Esta forma
de comunicación contiene dos elementos centrales: Una comunicación asertiva y una escucha
activa, que se encuentran orientadas al intercambio de ideas y al entendimiento mutuo.

LA COMUNICACIÓN ASERTIVA

En todo momento estamos comunicando: en lo que hacemos, decimos o dejamos de hacer, ya


sea por medio de palabras (lo que decimos o escribimos), como también a través de actitudes,
gestos, sonrisas o miradas. Es decir, utilizamos tanto nuestra expresión verbal como no verbal.
La comunicación es efectiva cuando nuestro mensaje es coherente tanto en la expresión verbal
como en la no verbal, de manera que lo que deseamos transmitir a otra persona pueda ser
comprendido en el mismo sentido que nosotros le dimos3 (UNICEF, 2003b). Por otra parte, la
asertividad se entiende como la habilidad de expresar nuestras opiniones y sentimientos, sean o
no agradables para otras personas, de forma clara y directa, sin ser hostiles ni sentirnos culpables
por hacerlo.

En este contexto, la comunicación asertiva consiste en la capacidad de expresar sentimientos,


ideas u opiniones de manera respetuosa y sin agredir a los demás. Implica comunicarse a favor de
nuestros derechos, reconociendo también los de los demás, convirtiéndose en un estilo de
comunicación propositiva para relacionarnos con la gente que nos rodea.

En el marco de la convivencia familiar, la comunicación asertiva permite manifestar de manera


clara y respetuosa las necesidades e intereses comunes, exponer las posiciones y motivaciones,
así como buscar la comprensión mutua. Motivo por el cual es importante tener en cuenta que
cuando se muestra empatía, respeto y no se juzga, las personas se animan a continuar hablando y
se sienten mejor expresando sus pensamientos y sentimientos. De esta manera, la comunicación
asertiva mejora la calidad de las relaciones e interacciones que realizamos en nuestra familia.

LA ESCUCHA ACTIVA Y EMPÁTICA

Escuchar activamente significa disponer nuestra mente y cuerpo para prestar atención a lo que
nos están diciendo. Implica dejar de hacer otras cosas y escuchar al otro, haciéndole saber con
nuestros gestos o palabras que estamos atentos a lo que nos quiere decir. De esta manera, saber
escuchar es también valorar y respetar a la otra persona, es una forma de hacerle sentir que es
una persona importante y que sus sentimientos son valorados por nosotros.

La escucha empática nos permite tomar un tiempo para buscar captar sus sentimientos,
opiniones, valores y necesidades. Es una forma de escuchar atentamente sin enjuiciar lo que la
otra persona nos está diciendo. La empatía significa ponerse en el lugar del otro, lo que nos
ayudara a responder de forma adecuada a sus necesidades (UNICEF, 2003).

Para mejorar la comunicación en nuestra familia es recomendable:

• Buscar momentos adecuados para dialogar, por ejemplo, asegurando que exista tranquilidad y
no se presenten distracciones durante la comunicación.

• Hablar claro, con frases cortas y simples. Es bueno preguntar si se entendió el mensaje para
evitar malos entendidos.

• Hablar mirando a los ojos y ubicados a la misma altura, generando un ambiente de confianza y
respeto por la opinión de la otra persona.

• Confirmar si lo que quisimos decir fue entendido por la otra persona en el mismo sentido que
nosotros le dimos o, por el contrario, si se entendió de una manera diferente, pudiendo generar
malentendidos.

• Escuchar atentamente, con respeto e interés. Fortalecer la capacidad de atención y


concentración, recibir información y enriquecerse con las experiencias de otras personas.

• Expresar claramente nuestros deseos, intereses y motivaciones, así como manifestar las
expectativas que tenemos de las otras personas.
Por otra parte, se puede comunicar lo que sentimos de forma clara y sincera, sin ofender,
maltratar o descalificar a las otras personas. Cuando descalificamos estamos utilizando una
estrategia que genera intimidación e inseguridad y, por lo general, se orienta a imponer la propia
visión sobre un tema sin aceptar que las otras personas también pueden tener argumentos o
posiciones que son válidas.

Es más difícil solucionar los problemas cuando utilizamos la descalificación, la crítica destructiva,
los mensajes dobles o incongruentes. Si cambiamos el lenguaje podemos cambiar el escenario de
la discusión y, tal vez, el resultado (Instituto Complutense de Mediación y Gestión de Conflictos,
2010: 16).

Por el contrario, cuando estimulamos a las personas generamos confianza y fortalecemos su


autoestima, lo que es fundamental para sentirse capaz, valorado y valioso. Tener confianza
consigo mismo y actuar con seguridad frente a los demás, se convierte en un factor poderoso a la
hora de comunicarse y resolver de manera asertiva los conflictos.

Por medio de la comunicación asertiva también se puede establecer con cariño y sin faltar el
respeto las normas de convivencia familiar.

Recuerda que… “Las personas a las que queremos se sienten bien cuando son escuchadas, cuando
nos ponemos en su lugar, cuando sentimos como ellos (empatía), cuando elogiamos o apoyamos
sus logros, cuando decimos las cosas (las que nos gustan y las que no) con mensajes claros y
congruentes, cuando buscamos maneras de solucionar los problemas”. (Instituto Complutense de
Mediación y Gestión de Conflictos, 2010: 15).

Por otra parte, uno de los principales elementos que favorecen la convivencia dentro del hogar es
la capacidad de resolver pacífica y creativamente los conflictos que se presentan en las diferentes
etapas de la vida familiar (UNICEF, 2003).

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