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Pedagogias Críticas

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PEDAGOGIAS CRÍTICAS

Los años sesenta y setenta del siglo xx fueron años políticamente agitados, luchas de liberación
colonial y nacional, protestas estudiantiles y contra la Guerra del Vietnam...— que suponen el
nacimiento de movimientos sociales y contraculturales y la cristalización de nuevas ideas que
tratan de comprender mejor los envejecidos y renovados mecanismos de reproducción social e
inculcación ideológica del sistema capitalista.

El campo de la educación fue especialmente rico y prolijo en la producción de nuevos relatos.


Basta recordar, como botón de muestra, aparte de las obras que se mencionan más adelante, la
publicación de Ideología y aparatos ideológicos de Estado. La reproducción (Bourdieu y Passeron,
1970), que explica cómo a través de la cultura dominante se garantiza la reproducción de las
distintas clases sociales; o La escuela capitalista en Francia (Baudelot y Establet, 1971), Textos que
en su momento tuvieron un gran impacto, sobre todo en los círculos marxistas y progresistas.
Ponían el acento correspondencia entre la infraestructura (la economía) y la superestructura
(ideología), hasta el punto de considerar que la realidad era, fundamentalmente, el producto de
las estructuras del sistema dominante.

¿De qué hablamos cuando hablamos de pedagogías críticas?

Hasta cierto punto, en su definición se incluyen todos los relatos que tienen que ver directamente
con el análisis y el cambio social. A pesar de ello existe cierto consenso en señalar dos nombres
destacados entre sus referentes iniciales: Paulo Freire y Jürgen Habermas.

Paulo Freire o el despertar de las conciencias críticas

Su pensamiento, lejos de dogmas y verdades absolutas pero no neutral, y abierto a las ideas que le
permiten comprender y transformar la realidad a favor de la igualdad y la promoción cultural de
los desfavorecidos, está en permanente reconstrucción y nunca se da por acabado. Así, son
perceptibles las huellas kantianas y hegelianas, el estructuralismo, el pensamiento de teóricos de
la las luchas coloniales y otras influencias de corte humanista.

Sus libros, en los que se mezclan los registros científico y poético, figuran entre los más leídos y en
el mundo educativo contemporáneo, y conforman una de las propuestas más sólidas y
reconocidas de la educación popular y liberadora. En ellos se pone de relieve la dialéctica entre
sujeto y objeto entre conciencia y naturaleza, y entre teoría y práctica. Se trata de una educación
que necesita tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y utopías: “No
hay cambio sin sueño, igual que no hay sueño sin esperanza”

La educación como práctica de la libertad (1969) argumenta la importancia de uno de sus


conceptos clave: la concientización, proceso mediante el cual las personas, a partir de su
experiencia cotidiana compartida, adquieren una conciencia crítica de sí mismas y de la realidad,
que transforman en acción. Su práctica pedagógica, antagónica con los cánones de la educación de
algunas corrientes renovadoras y constructivistas que abstraen o relativizan la centralidad del
contexto social se percibe, sobre todo, en Pedagogía del oprimido (1970), donde analiza las
diferencias entre la educación bancaria o domesticadora como instrumento de opresión y la
educación liberadora.

Para Freire las personas son seres humanos nacidos para la transformación y no para la mera
adaptación. Una premisa freiriana: nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se
educan entre sí mediatizados por el mundo; porque nadie ignora todo, nadie sabe todo.

Algo que menciona Freire es que “Nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se
educan entre sí mediatizados por el mundo; porque nadie ignora todo, nadie sabe todo. Por eso, la
alfabetización de las personas adultas un acto político concientizado no puede hacerse desde
arriba hacia abajo, sino desde dentro hacia fuera, por el propio analfabeto y con la simple
colaboración del educador

La Escuela de Frankfurt se remonta en 1922, y se destaca la contribución más genuinamente


educativa y madura de Habermas, uno de sus más significativos representantes, que desarrolla en
Teoría de la acción comunicativa (1988). La aportación kantiana es la relación entre subjetividad y
racionalidad, y la dialéctica marxista, que le sirve para comprender las relaciones de opresión en la
sociedad posindustrial, oculta los intereses de las clases dominantes y para plantear su propia
visión del proyecto emancipador.

Esta teoría de la acción comunicativa contempla, la sociedad como mundo de vida y como sistema.
A través de la acción comunicativa, y actuando no como ser individual sino como ente colectivo,
este consigue alcanzar acuerdos y coordinar acciones encaminadas a la transformación social.

El lenguaje actúa como un importante mediador para el logro de acuerdos y entendimiento. Teoría
crítica de la enseñanza (1988), tiene que ver con los intereses prácticos, que busca el
entendimiento humano mediante la investigación hermeneútica-interpretativa.

Carr y Kemmis consideran que los problemas educativos son problemas prácticos. Una
investigación-acción que se propone la mejora de la práctica, su mayor comprensión y un
mejoramiento de la situación en que dicha práctica tiene lugar. Para estos pedagogos, no existe la
neutralidad en ningún proceso de intervención e investigación educativa. Cuestionan las teorías de
la investigación positivista y empírica que solo reconocen la medición cuantificable, y califican de
poco científico e incluso de irracional las teorías políticas no empíricas.

Henry Giroux, activista intelectual y uno de los fundadores de la pedagogía crítica, se nutre de una
amplia diversidad de tradiciones teóricas: Marx, Gramsci, la Escuela de Frankfurt Adorno,
Marcuse, Horkheimer y Haber etc. Su relato contempla las escuelas como esferas públicas
democráticas con la tarea de educar a los estudiantes en el lenguaje de la crítica, la posibilidad y la
democracia, se opone al neoliberalismo, al fundamentalismo religioso.

Esta investigación suscitó un amplio debate entre reproduccionistas y críticos estos señalaron que
lo que se ponía en evidencia no era el fracaso del alumnado, sino el de la escuela como institución
socialmente inclusiva. También ponían de manifiesto que existen espacios de resistencia y
autonomía donde los jóvenes pueden desarrollar su potencial creativo para que actúe como factor
de promoción e igualación.

De la crítica a la transformación: La cuestión clave reside en la combinación equilibrada entre el


lenguaje de la crítica que analiza las diversas y complejas relaciones de poder intereses, discursos,
estructuras, tensiones y contradicciones que operan en el interior de la institución escolar.

Contra la neutralidad, el pensamiento único y la fragmentación curricular: La clave, está en la


jerarquización de los varios contenidos del currículo, qué se considera básico o secundario, qué
materias se incluyen o Por parte de las pedagogías críticas existe abundante y sustanciosa
literatura en torno al diagnóstico y la reflexión sobre el currículo explícito y oculto un cúmulo de
actitudes, comportamientos, normas, etc donde se ponen de relieve las estrechas interconexiones
entre poder, ideología, conocimiento y enseñanza escolar.

El currículo crítico cuestiona la construcción social de la raza y la etnia, así como el enfoque
esencialista que sanciona el canon académico dominante de la cultura blanca, masculina y
heterosexual.

El diálogo y la cultura cruzan los muros del aula: La lente de las pedagogías críticas se detiene en
tres ámbitos de interés:

a) La concepción de lo público, y de la escuela pública en particular, que no se asocia con lo estatal


ni con lo corporativo, sino con la comunidad. Así, en el proceso de diálogo y participación se
implican los diversos agentes de la comunidad educativa y social.

b) La creación de un movimiento educativo y social transformador que articule demandas


sectoriales y globales en pro de una sociedad más justa, equitativa y democrática.

c) La profundización en los estudios culturales, desde la investigación etnográfica y la


interpretación textual, en el currículo escolar y en la agenda de otras instancias culturales y
sociales.

El profesor como intelectual transformador: Los profesores pueden ser vistos como personas
comprometidas en las actividades de la crítica y el cuestionamiento, al servicio del proceso de
liberación y emancipación. Las pedagogías críticas desaprueban el rol docente de mero transmisor
y ejecutor de las ideas de otros, deudor del paradigma del profesionalismo de la eficiencia
tecnocrática.

Experiencias: Fedicaria: didáctica crítica: Sus actividades se centran en tres ámbitos: investigación
sobre proyectos y materiales curriculares, problemas sociales y medioambientales, conocimiento
escolar y el saber pedagógico, innovación y transformación de la escuela y fundamentos de una
didáctica crítica e historia de la educación.

Colectivo Escuela Abierta: Es un movimiento de renovación pedagógica existen bastantes otros de


similares características, creado en el año 1980 en Getafe (Madrid), formado por personas
vinculada al mundo de la educación: profesorado, alumnado, madres y padres, y otros
profesionales. Defienden un modelo de escuela pública comunitaria, científica, laica, democrática,
inclusiva y solidaria.

Sus actividades más usuales son: la reflexión sobre su práctica educativa; el debate y la
presentación de propuestas para avanzar hacia el modelo de escuela pública. En sus últimas
ediciones los temas centrales de debate son: Dialogar, innovar, reaprender, Educación en tiempo
de crisis, Escuela pública y desarrollo local comunitario» y Educación crítica y creativa.

Los presupuestos participativos como proceso educativo: La primera experiencia de presupuestos


participativos tiene lugar en 1988 en la ciudad brasileña de Porto Alegre con el ascenso al poder
del Partido dos Trabalhadores. En las distintas zonas de la ciudad se constituyen concejos
populares, y la democracia directa actúa de contrapeso de los estamentos tradicionales por medio
de las asambleas públicas abiertas.

A modo de conclusión: cuestiones para el debate: En una interesantísima conversación en torno a


la pedagogía crítica entre Julio Rogero, Martín Rodríguez Rojo y José María Rozada, este último
afirma: “Yo definiría la pedagogía crítica más como una estructura que como un contenido. No la
entiendo como un conjunto de ideas procedentes de unas fuentes que concluyen en un nuevo
discurso que se llame pedagogía crítica y que hay que transmitir a los demás. Para mí es una
estructura para poner orden en un proceso, es una forma de trabajo para enfrentarse a la ya
mencionada alienación que padecemos cuando nos sometemos a una serie de rutinas”

2 Su vigencia actual en las escuelas. Siempre se ha sostenido que en estas pedagogías la relación
entre la teoría crítica y la práctica crítica es un binomio indivisible y una de sus esencias
emblemáticas.

3. Transformar las dificultades en posibilidades. Es obvio que no son buenos tiempos para las
pedagogías críticas ante la creciente mercantilización del saber, con un currículo cada vez más
regulado y tecnocratizado debido a los nuevos artefactos de control evaluador.

4. Currículo uniforme o plural. Se ha comentado al referirnos a la investigación-acción crítica que


los intentos deaplicarla en las aulas desaparecieron con la aplicación por parte del Ministerio de
Educación del diseño curricular base (DCB) de la LOGSE, muy cerrado y excesivamente detallista,
arropado por un constructivismo de corte psicologista y tecnocrático.

5. ¿Qué hace y qué debería hacer la Administración? Ofrecer formación inicial y permanente del
profesorado, y a dotar a los centros de los recursos y las condiciones adecuadas para que pueda
impartirse una educación de calidad para todos y todas; y dejar la orientación del currículo más
allá de la fijación de unos objetivos mínimos.

6. La recuperación del discurso utópico en otros escenarios educativos: las ideas y prácticas de
las pedagogías críticas, que en su día poblaron estas aulas de personas adultas, están arraigando
en algunos de los múltiples espacios formativos extraescolares que se exponen en el capítulo
sobre las pedagogías no institucionales.

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