Pedagogias Críticas
Pedagogias Críticas
Pedagogias Críticas
Los años sesenta y setenta del siglo xx fueron años políticamente agitados, luchas de liberación
colonial y nacional, protestas estudiantiles y contra la Guerra del Vietnam...— que suponen el
nacimiento de movimientos sociales y contraculturales y la cristalización de nuevas ideas que
tratan de comprender mejor los envejecidos y renovados mecanismos de reproducción social e
inculcación ideológica del sistema capitalista.
Hasta cierto punto, en su definición se incluyen todos los relatos que tienen que ver directamente
con el análisis y el cambio social. A pesar de ello existe cierto consenso en señalar dos nombres
destacados entre sus referentes iniciales: Paulo Freire y Jürgen Habermas.
Su pensamiento, lejos de dogmas y verdades absolutas pero no neutral, y abierto a las ideas que le
permiten comprender y transformar la realidad a favor de la igualdad y la promoción cultural de
los desfavorecidos, está en permanente reconstrucción y nunca se da por acabado. Así, son
perceptibles las huellas kantianas y hegelianas, el estructuralismo, el pensamiento de teóricos de
la las luchas coloniales y otras influencias de corte humanista.
Sus libros, en los que se mezclan los registros científico y poético, figuran entre los más leídos y en
el mundo educativo contemporáneo, y conforman una de las propuestas más sólidas y
reconocidas de la educación popular y liberadora. En ellos se pone de relieve la dialéctica entre
sujeto y objeto entre conciencia y naturaleza, y entre teoría y práctica. Se trata de una educación
que necesita tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y utopías: “No
hay cambio sin sueño, igual que no hay sueño sin esperanza”
Para Freire las personas son seres humanos nacidos para la transformación y no para la mera
adaptación. Una premisa freiriana: nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se
educan entre sí mediatizados por el mundo; porque nadie ignora todo, nadie sabe todo.
Algo que menciona Freire es que “Nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se
educan entre sí mediatizados por el mundo; porque nadie ignora todo, nadie sabe todo. Por eso, la
alfabetización de las personas adultas un acto político concientizado no puede hacerse desde
arriba hacia abajo, sino desde dentro hacia fuera, por el propio analfabeto y con la simple
colaboración del educador
Esta teoría de la acción comunicativa contempla, la sociedad como mundo de vida y como sistema.
A través de la acción comunicativa, y actuando no como ser individual sino como ente colectivo,
este consigue alcanzar acuerdos y coordinar acciones encaminadas a la transformación social.
El lenguaje actúa como un importante mediador para el logro de acuerdos y entendimiento. Teoría
crítica de la enseñanza (1988), tiene que ver con los intereses prácticos, que busca el
entendimiento humano mediante la investigación hermeneútica-interpretativa.
Carr y Kemmis consideran que los problemas educativos son problemas prácticos. Una
investigación-acción que se propone la mejora de la práctica, su mayor comprensión y un
mejoramiento de la situación en que dicha práctica tiene lugar. Para estos pedagogos, no existe la
neutralidad en ningún proceso de intervención e investigación educativa. Cuestionan las teorías de
la investigación positivista y empírica que solo reconocen la medición cuantificable, y califican de
poco científico e incluso de irracional las teorías políticas no empíricas.
Henry Giroux, activista intelectual y uno de los fundadores de la pedagogía crítica, se nutre de una
amplia diversidad de tradiciones teóricas: Marx, Gramsci, la Escuela de Frankfurt Adorno,
Marcuse, Horkheimer y Haber etc. Su relato contempla las escuelas como esferas públicas
democráticas con la tarea de educar a los estudiantes en el lenguaje de la crítica, la posibilidad y la
democracia, se opone al neoliberalismo, al fundamentalismo religioso.
Esta investigación suscitó un amplio debate entre reproduccionistas y críticos estos señalaron que
lo que se ponía en evidencia no era el fracaso del alumnado, sino el de la escuela como institución
socialmente inclusiva. También ponían de manifiesto que existen espacios de resistencia y
autonomía donde los jóvenes pueden desarrollar su potencial creativo para que actúe como factor
de promoción e igualación.
El currículo crítico cuestiona la construcción social de la raza y la etnia, así como el enfoque
esencialista que sanciona el canon académico dominante de la cultura blanca, masculina y
heterosexual.
El diálogo y la cultura cruzan los muros del aula: La lente de las pedagogías críticas se detiene en
tres ámbitos de interés:
El profesor como intelectual transformador: Los profesores pueden ser vistos como personas
comprometidas en las actividades de la crítica y el cuestionamiento, al servicio del proceso de
liberación y emancipación. Las pedagogías críticas desaprueban el rol docente de mero transmisor
y ejecutor de las ideas de otros, deudor del paradigma del profesionalismo de la eficiencia
tecnocrática.
Experiencias: Fedicaria: didáctica crítica: Sus actividades se centran en tres ámbitos: investigación
sobre proyectos y materiales curriculares, problemas sociales y medioambientales, conocimiento
escolar y el saber pedagógico, innovación y transformación de la escuela y fundamentos de una
didáctica crítica e historia de la educación.
Sus actividades más usuales son: la reflexión sobre su práctica educativa; el debate y la
presentación de propuestas para avanzar hacia el modelo de escuela pública. En sus últimas
ediciones los temas centrales de debate son: Dialogar, innovar, reaprender, Educación en tiempo
de crisis, Escuela pública y desarrollo local comunitario» y Educación crítica y creativa.
2 Su vigencia actual en las escuelas. Siempre se ha sostenido que en estas pedagogías la relación
entre la teoría crítica y la práctica crítica es un binomio indivisible y una de sus esencias
emblemáticas.
3. Transformar las dificultades en posibilidades. Es obvio que no son buenos tiempos para las
pedagogías críticas ante la creciente mercantilización del saber, con un currículo cada vez más
regulado y tecnocratizado debido a los nuevos artefactos de control evaluador.
5. ¿Qué hace y qué debería hacer la Administración? Ofrecer formación inicial y permanente del
profesorado, y a dotar a los centros de los recursos y las condiciones adecuadas para que pueda
impartirse una educación de calidad para todos y todas; y dejar la orientación del currículo más
allá de la fijación de unos objetivos mínimos.
6. La recuperación del discurso utópico en otros escenarios educativos: las ideas y prácticas de
las pedagogías críticas, que en su día poblaron estas aulas de personas adultas, están arraigando
en algunos de los múltiples espacios formativos extraescolares que se exponen en el capítulo
sobre las pedagogías no institucionales.