Hebreos 5
Hebreos 5
Hebreos 5
Es posible que Hebreos exprese en este versículo una crítica velada de los sumos sacerdotes de su
día. Hacía más de dos siglos que el poder político, primero de la nación independiente de los judíos
y después de los romanos, intervenía en la selección del sumo sacerdote. El resultado de esta
intervención política fue que los que ocupaban el puesto lo consideraban como premio a la
ambición y motivo de orgullo
Jesús cumplió los dos requisitos para ser sumo sacerdote 5:5-10
Jesús no se autonombro sumo sacerdote, ni usó su dignidad para satisfacer su voluntad, asumió el
oficio en obediencia al llamamiento de su Padre (Sal. 2), se identificó completamente con los
hombres (v.7-10). El sacrificio que hizo no se repite porque tiene una eficacia permanente. Cristo
es una fuente perfecta de salvación.
Introducción: Es fácil descubrir cuando una fruta está madura, ya sea por el color u otros factores
que nos dan la pauta clara de su madurez. Lo mismo con el desarrollo fisiológico del hombre,
existen pautas claras como la edad y otras que nos ayudan a determinar con precisión la madurez
fisiológica del hombre.
Pero, ¿cuáles son las pautas que nos indican que estamos madurando en la fe cristiana?
Veamos a la luz de Hebreos 5:11–14 y 6:1–20 algunas pautas de lo que significa estar madurando
en la fe cristiana.
2. Superar el estado inicial donde se ha empezado (v. 12). (1) Porque después de un buen tiempo
en la vida de fe se debe ser ya un maestro en el sentido de tener la capacidad de toda persona
madura para compartir su experiencia con un novato. (2) Porque después de un buen tiempo en la
vida de fe se debe haber abandonado lo más básico del mensaje de Dios, el “abecé”, lo cual puede
hacerlo cualquiera, no un maestro avanzado.