En El Anden
En El Anden
En El Anden
EN EL ANDÉN
De Ernesto Frers
banco. Al fondo, tres puerta. Entre la primera y la segunda, una ventanilla de boletos. Cada puerta
tiene un cartel que reza, de izquierda a derecha: “jefe”, “sala de espera” y “ W.C”, la ventanilla tiene
un c artel en el que se lee “ boletería”. Al levantarse el telón la escena está desierta; luego de un
tiempo entra por la derecha un señor de impermeable, con una valija. Echa una ojeada al lugar. Luego
viene a proscenio y mira a uno y otro lado, como si espera ra ver algún tren. Consulta el reloj y lo
compara con el de la estación que marca las 12hs (durante toda la obra marcara la misma hora).
Vuelve a mirar a lo lejos y por último se sienta en el banco, saca un diario del bolsillo y lee. Por
izquierda, entra l a joven pasajera, pasando por frente al señor de la valija; este la espía por sobre el
diario. Ella entra en la “sala de espera” y cierra la puerta. El señor de la valija deja el diario, se
incorpora y se acerca a la puerta de la sala de espera, la observa un momento y luego se agacha para
espiar por la cerradura. De la puerta que corresponde al “jefe” sale el empleado, de uniforme, con un
EL SEÑOR:- (incorporándose
) ¿eh?... ¡ah!.... ¡si!..... el ….. baño por favor.
EL EMPLEADO:-(Señalando
) Es la otra puerta.
SEÑOR:- ¿eso dice? Claro, no tengo anteojos los debo h aber dejado en la valija. Siempre me sucede…
SEÑOR:- (señalando
) ¿aquella verdad?
EMPLEADO:- esa misma
SEÑOR:- (cortante
) Bien ya iré… ya iré… (Mira el uniforme del empleado) ¿Es usted el jefe de la
estación?
EMPLEADO:- no señor, yo soy el empleado. El jefe está trabajando en su oficina que es aquella otra
puerta.
SEÑOR:- (sin inmutarse) Bien…. La palabra es más corta. (Coloca gráficamente los dos índices a corta
distancia) cuando es más… (Separa mucho los dedos, mientras el empleado lo mira fijamente
)…
EMPLEADO:- Si señor
EMPLEADO:- (con satisfacción
) Su brazo derecho.
EMPLEADO:- Gracias, En verdad es una carrera notable para mi edad. En 15 o 20 años más puedo llegar
a ayudante principal. Y, Dios mediante, a subjefe y… no me atrevo a pensarlo… si todo va bien y vivo lo
suficiente, podría incluso ser algún día ¡Jefe de estación! ¿Qué me cuenta? ¡Yo jefe!
SEÑOR:- Un brillante porvenir. Si alguna vez tengo hijos, los empleare en el ferrocarril.
EMPLEADO:- Bien no todas son rosas. A veces se trabaja duro. En ocasiones pasan hasta 3 trenes por
SEÑOR:- ¿Atento?
EMPLEADO:- Si señor, hay que prestar mucha atención. Eso es lo fundamental. Vigilar las señales,
limpiar el Rol, vender boletos y estar atento ( señalando la puerta del jefe ) El siempre estuvo atento; por
EMPLEADO:- (levantando el índice
) ¡El trabajo es salud!
EMPLEADO:- (Agradablemente sorprendido
) Ah, ¿pero tenemos hoy un expreso?
EMPLEADO:- ¡Como no voy a saberlo! Permítame ( saca un horario del bolsillo y lo hojea ) ¡Si aquí
SEÑOR:- ¿Tan retrasado?
EMPLEADO:- A horario
EMPLEADO:- Eso es
EMPLEADO:- Esa pequeña demora esta prevista en el horario. ¡Usted no entiende nada de ferrocarriles,
SEÑOR:- Eso hare.
EMPLEADO:- Bueno, ahora debo continuar mi labor. Que lo pase usted bien. ( Se aleja
)
EMPLEADO:- (volviéndose
) ¿Qué desea?
EMPLEADO:- (corrido
) La verdad que hasta ahora no se ha detenido nunca.
SEÑOR:- ¡Que inconveniente!
EMPLEADO:- ¡Que original! Bueno, que no se haya detenido hasta ahora no quiere decir que no se
SEÑOR:- ¿Le parece?…
SEÑOR:- ¿Usted cree?
EMPLEADO:- Hace 10 años que el jefe de estación solicita a la superintendencia que el expreso de las 7
se detenga aquí a las 8:45. El nuevo superintendente ha prometido ocuparse del asunto, así que en
EMPLEADO:- ¡La esperanza, es lo último que se pierde! Por las dudas le venderé un boleto
EMPLEADO:- Si no tiene boleto no podrá usted tomar el tren, son muy exigentes en esas cosas. Un
momento ( Entra en la oficina del jefe y reaparece por la ventanilla ) ¿A donde viaja?
SEÑOR:- A la capital.
EMPLEADO:- ¿Negocios?
SEÑOR:- Algo así …
SEÑOR:- ¿y después de todo, porque tengo que rendirle cuentas? ¡No creo que a usted le incumba!
EMPLEADO:- (secamente ) El expreso tiene únicamente coches de primera y la capital queda lejos. ¡El
EMPLEADO:- (Molesto
) Haberlo pensado antes.
EMPLEADO:- ¡Quinientos!
EMPLEADO:- Tiene usted que decidirse ( asoma la cabeza para consultar el reloj que marca las
EMPLEADO:- Se lo daré si el tren se detiene. Si sigue de largo ¿para qué quiere el boleto?
EMPLEADO:- El 20 por ciento. El resto es para la caja de empleados ( iracundo ) ¡O quiere usted que
SEÑOR:- Eso creo. ¿Viaja usted también? Le advierto que ya no podrá tomar boleto. Han cerrado. Es el
reglamento.
JOVEN:- (Suspira) Eso no lo sabemos.
JOVEN:- Si señor, todos los días. Y todos los días llega hasta el final de la línea sin conseguir descender
aquí. Regresa en el expreso nocturno y vuelve a hacer el viaje al día siguiente. ( Sonríe
)¡Se ve que me
quiere!
SEÑOR:- (desconcertado
) Sin duda… pero… ¿por qué no intenta arrojarse por la ventanilla?
JOVEN:- Quiso hacerlo, señor, hace algunos años. Pero yo no se lo permití ¿no cree usted que eso es
muy peligroso?
) Oh, sí. El me quiere y haría cualquier locura por mi ( súbitamente seria ) Pero
JOVEN:- (En arrebato
JOVEN:- (Salta ) no, señor ¿Por quién me ha tomado? ( trágica ) Pero tampoco podremos tenerlos si se
SEÑOR:- ( pensativo ) Evidentemente.
SEÑOR:- (luego de pensar ) Digo yo… Aparte del expreso ¿No hay trenes intermedios?
JOVEN:- Si señor hay uno, Pero solo tiene vagones de segunda. ¿Cree usted que mi familia me
JOVEN:- ¡Ah no señor! Hay que cuidar las formas. Este es un pueblo chico y se murmura mucho. Quizás
EMPLEADO:- ¡Ah otro pasajero! Veo que hay mucho movimiento hoy ( se acerca al banco ) ¿Tiene
usted boleto?
JOVEN:- Yo no viajo.
EMPLEADO:- Entonces no puede permanecer aquí. Debe pasar a la sala de espera, señorita. Lo siento es
el reglamento.
JOVEN:- ¿No podría quedarme aquí sentada hasta que pase el tren? ¡Solo para verlo!
EMPLEADO:- (asombrado
) ¿Nunca ha visto un tren señorita?
JOVEN:- Eso espero.
EMPLEADO:- Siendo así haremos una excepción, Pero no se mueva usted del banco, eh! El jefe podría
irritarse.
EMPLEADO:- No lo sabe. Si lo supiera, me lo hubiera dicho. No tiene secretos para mí, soy su brazo
derecho. Además creo haberle dicho ya que está muy ocupado. No recibe a nadie.
EMPLEADO:- Para eso está este sitio señor, Para esperar ( sale el empleado )
SEÑOR:- ¿Le parece?
JOVEN:- Oh sí, señor. Y la impaciencia a nada conduce. El empleado tiene razón, estamos en el andén
SEÑOR:- No, no me niego a esperar ¡Pero alguien debería saber si ese bendito expreso va a detenerse
hoy aquí!
JOVEN:- Es mejor así, según yo pienso. La duda forma parte de la espera ¿No lo cree usted? Si uno
estuviera seguro de que el tren va a detenerse, o no, el andén perdería todo su encanto.
SEÑOR:- ¿Usted cree?
SEÑOR:- (sentándose a su lado ) ¿Sabe que es interesante lo que usted dice? Nadie pensaría que
JOVEN:- No son palabras mías señor. Me lo enseño mi padre antes de morir. Lo piso un tren ¿Sabe
usted?
SEÑOR:- ¿A su padre?
JOVEN:- (asintiendo ) Fue un día como hoy, en este mismo lugar. Descendió a las vías para ver si venia
el expreso y lo atropello un tren lechero que llegaba en sentido contrario. ( Suspira ) Uno de los vagones
SEÑOR:- (sentencioso
) Toda desgracia, tiene su compensación.
JOVEN:- Así es ( suspira ) El siempre me lo decía: la incertidumbre es lo más hermoso del andén. ( Otro
SEÑOR:- Si, evidentemente.
JOVEN:- Entonces, esperemos.
SEÑOR:- (Alegre ) ¡Eso es! ¡conversemos! Conversemos…( silencio embarazoso ) ¡Ejem…! ¿Y… de que
podemos conversar?
SEÑOR:- Ah muy bien… ( Parece que va a decir algo, pero se queda mudo. Luego: ) Este… la
verdad…
JOVEN:- un poco. Pero siempre pasa lo mismo. En cuanto uno se propone conversar seriamente no se le
SEÑOR:- (ensaya una sonrisa, luego vuelve a ponerse serio ) No veo el motivo… ( Nueva
JOVEN:- (enjuagándose las lagrimas ) Le ruego me perdone. ( Risa contenida ) Pero es que me dan
SEÑOR:- ¿Los señores?
SEÑOR:- No, es cierto que no he visto ninguno. Pero eso no quiere decir que no los haya. Hasta
recuerdo haber leído por ahí de uno que lo era. Fíjese usted que en esas cosas las generalizaciones, por lo
general, a nada conducen. Eso hace que yo sea un escéptico. Pero tengo mis razones, es innegable. Cuando
SEÑOR:- Antes de eso.
JOVEN:- (recita ) “Fíjese usted que en estas cosas las generalizaciones, por lo general, a nada conducen”
SEÑOR:-¡Eso es! ¡Eso es exactamente! ( retoma ) Cuando era estudiante siempre me decía que la verdad
JOVEN:- ¿queda entonces a mitad de cuadra? No creo que pueda usted encontrar la verdad a mitad de
SEÑOR:- No señorita. Por el contrario soy muy amplio y comprensivo. Siempre lo he sido; incluso desde
chico. Pero debe usted aceptar que no ha interpretado correctamente mi ejemplo. ¡Si no sabe quién es
Wagner…!
JOVEN:- Por supuesto.
SEÑOR:- ¿y Schiller?
JOVEN:- Usted no es razonable.
( Reaparece el empleado
)
SEÑOR:- no, no ha llegado.
JOVEN:- no, no ha llegado.
(El empleado se acerca a ellos, que se dan la espalda, y mira alternativamente a uno y a
EMPLEADO:- Calma, calma… Consideremos las cosas con un poco de tranquilidad. ¿Usted reconoce,
EMPLEADO:- Señor, usted está completamente. Por ese motivo no puede permanecer en el andén. En
el reglamento ( recita ) “articulo 112: Las personas que den muestras inequívocas de locura, embriaguez,
comunismo o malas costumbres, no podrán permanecer en el andén esperando el tren expreso, siendo
obligación del empleado de la estación desplazarlas convenientemente fuera del perímetro del mismo”,
EMPLEADO:- ¿Cómo se habla?
JOVEN:- Así, como ha hablado usted ( imitándolo )” entonces haga el favor de desalojar el andén”
EMPLEADO:- No señor, disculpe. Usted al principio estaba espiando por el ojo de la cerradura. Lo vi
perfectamente.
EMPLEADO:- ¿Y usted?
SEÑOR:- La segunda. La primera fue cuando entró al la sala de espera. La espié por encima del diario.
SEÑOR:- Tiene razón, la tercera. Como usted ve, nos hemos visto varias veces, y dada la diferencia de
EMPLEADO:- Bueno, llámela.
SEÑOR:- ¡Querida!
EMPLEADO:- ¿Yo?
JOVEN:- (al empleado ) ¿Me ha visto usted otras veces? ¡Es lógico, yo vengo tan a menudo a la
estación!
SEÑOR:- ¡Creo que no nos entendemos. Creo que no nos entendemos, creo que no nos entendemos,
creo que no nos entendemos, creo que no nos entendemos, creo que no nos entendemos, creo que no nos
entendemos, creo que no nos entendemos, creo que no nos entendemos, creo que no nos entendemos,
EMPLEADO:- ¡Entonces, probemos!
Luego de un tiempo, entra el empleado, se dirige a la oficina del jefe mientras la joven
lo espía por sobre el diario. Luego ella se incorpora y va a mirar por el ojo de la cerradura.
JOVEN:- ¿la otra? Caramba, debo haberme confundido ( el empleado se asoma por la puerta de
la oficina )
SEÑOR:- ¿Qué expreso?
JOVEN:- Vagamente….
SEÑOR:- Lo más probable es que no se detenga de todos modos. Nunca se ha detenido, usted mismo lo
JOVEN:- ¿Eso dice? Claro, no tengo los anteojos. Los debo haber dejado en la valija…
JOVEN:- ¿Aquella verdad?
SEÑOR:- Esa misma.
(Mientras hablan se oye cada vez más cerca el ruido del tren, que por último cubre el
en la pared las ventanillas del expreso, muy rápido primero y más lentamente después,
tren, que vuelve a ponerse en marcha en momentos en que llega corriendo el empleado y
hace señas con su farol, mientras el tren se aleja. El señor y la joven dejan de conversar y
miran al empleado )
SEÑOR:- ¡Que me cuenta!
SEÑOR:- ¡Ya lo he oído hombre! No es necesario que me repita las cosas como a una criatura.
JOVEN:- ¿Qué sucede?
SEÑOR:- Olegario la ha engañado.
EMPLEADO:- Y yo Patricio.
SEÑOR:- Mucho gusto.
JOVEN:- (llorosa ) Me había jurado amor eterno. Me aseguraba que viajaba en todos los expresos, ¡lo
EMPLEADO:- ¡Que canalla!
JOVEN:- ¿A quién?
EMPLEADO:- A… Olegario.
EMPLEADO:- No señorita, yo estuve en el baile de la asociación bancaria ( al señor ) Y usted ¿en qué
baile estuvo?
EMPLEADO:- Yo tengo un hermano que tuvo varios accidentes y terminó siendo todo él ortopédico.
Mala suerte.
haberla robado?
JOVEN:- ¿Todo entero?
EMPLEADO:- Todo. Aunque usted no lo crea; Hoy un brazo, mañana una pierna, pasado otra cosa… De
un día para otro se encontró con que no le quedaba nada original. Todos repuestos.
EMPLEADO:- Trabaja de maniquí en una tienda. De vez en cuando vamos a limpiarlo, porque el dueño
es muy descuidado.
JOVEN:- ¡Absolutamente!
JOVEN:- Pues es así.
EMPLEADO:- Eso dicen…
SEÑOR:- ¡Usted lo dijo!
SEÑOR:- ¿Yo?
EMPLEADO:- ¡No es cierto! Yo antes dije que cada día se aprende algo nuevo.
SEÑOR:- En lo absoluto.
SEÑOR:- Si a él le parece…
SEÑOR:- Será divertido.
(EL SEÑOR sale rápidamente por la izquierda. LA JOVEN se introduce en la oficina del
se dirige al W.C. mientras EL EMPLEADO espía por enci ma del diario. Luego que EL
cae el….. )
TELON