Procesamiento Auditivo.
Procesamiento Auditivo.
Procesamiento Auditivo.
La ponderación sumaria se define de esta forma al no existir otro método diagnóstico para el desorden del procesamiento auditivo
central.
CONCLUSIONES
Evidencia de baja calidad sugiere que las pruebas diagnósticas utilizadas actualmente en el
desorden del procesamiento auditivo central (DPAC) podrían ser de utilidad para su abordaje
diagnóstico. No se hallaron estudios que evalúen la precisión diagnóstica de un conjunto de pruebas
en pacientes con sospecha de DPAC.
Las guías de práctica clínica (GPC) relevadas expresan que no existe un patrón de oro para realizar
el diagnóstico de DPAC, por lo tanto, la selección de las distintas pruebas debería ajustarse a las
características y condiciones del paciente. Las mismas GPC recomiendan el uso de una batería de
pruebas (de comportamiento o electrofisiológicas) para el abordaje diagnóstico del DPAC, debido a
que en su conjunto mejorarían la precisión diagnóstica. Una GPC intersociedades de Europa
recomienda una batería determinada de pruebas para iniciar el abordaje diagnóstico, constituido
por la prueba de dígitos dicóticos, las de patrones de frecuencia y de duración, Gaps-In-Noise (GIN),
prueba de habla en ruido, diferencia de umbrales binaurales enmascarados, y la prueba de
inteligibilidad del habla pediátrica.
Los financiadores públicos de salud que han sido relevados no contemplan la cobertura de las
pruebas para el diagnóstico de DPAC. Dentro de los financiadores privados de salud de los Estados
Unidos, dos no brindan cobertura ya que la consideran en fase experimental, mientras que otros
dos otorgan cobertura para el abordaje diagnóstico del DPAC, y en esos casos, la batería de pruebas
será seleccionada según criterio del profesional tratante.
No se encontraron evaluaciones económicas realizadas en Argentina
Este documento fue realizado por el Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Instituto de Efectividad
Clínica y Sanitaria (IECS) a pedido de las instituciones públicas, de la seguridad social y privadas de Latinoamérica que forman
parte del consorcio de evaluación de tecnologías de IECS. www.iecs.org.ar/consorcios. Para citar este informe: Virgilio S,
García Martí S, Pichon-Riviere A, Augustovski F, Alcaraz A, Bardach A, Ciapponi A. Diagnóstico del desorden del
procesamiento auditivo central. Documentos de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, Informe de Respuesta Rápida Nº 725,
Buenos Aires, Argentina. Julio 2019. ISSN 1668-2793. Disponible en www.iecs.org.ar.
Agradecimientos: Lic. Fonoaudióloga Leila De Giulio.
CONCLUSIONS
Low-quality evidence suggests that the diagnostic tests currently used in central auditory
processing disorder (CAPD) might be of use for its diagnostic approach. No studies assessing
the diagnostic accuracy of a set of tests in patients with suspected CAPD have been found.
The clinical practice guidelines (CPG) consulted express that there is not a gold standard to
diagnose CAPD; consequently, choosing the different tests should be based on the patient’s
characteristics and conditions. The same CPGs recommend the use of a test workup
(behavioral and electrophysiological testing) for the diagnostic approach of CAPD,
considering that together they would improve diagnostic accuracy. One CPG jointly
prepared by different societies of Europe recommend a certain test workup to start the
diagnostic approach, which is made up by the dichotic digit test, the pitch and duration
tests, Gaps-in-Noise (GIN), speech in noise test, the binaural masking level difference and
the pediatric speech intelligibility test.
The public health funders consulted do not cover the CAPD diagnostic tests. Two of the
United States private health funders do not cover them as they consider them at
experimental stage while the other two cover them as CAPD diagnostic approach, and, in
these cases, the test workup will be chosen based on the treating healthcare provider’s
judgement.
No economic evaluations conducted in Argentina have been found.
To cite this document in English: Virgilio S, García Martí S, Pichon-Riviere A, Augustovski F, Alcaraz A, Bardach A,
Ciapponi A. Central Auditory Processing Disorder Diagnosis. Health Technology Assessment, Rapid Response Report
Nº 725, Buenos Aires, Argentina. July 2019. ISSN 1668-2793. Available in www.iecs.org.ar.
Acknowledgements: Lic. Fonoaudióloga Leila De Giulio.
1. Contexto clínico
Una alteración en el lenguaje se refiere a un impedimento en la capacidad de recibir, enviar, procesar
y comprender conceptos o sistemas de símbolos verbales, no verbales y gráficos. El desarrollo normal
de la comunicación requiere la interacción de un mecanismo intacto con un entorno favorable. Dentro
de los componentes responsables de este mecanismo se incluyen la sensibilidad auditiva, percepción,
inteligencia, integridad estructural, habilidad motora y estabilidad emocional.1,2
Los desórdenes del procesamiento auditivo central (DPAC) se definen como un déficit en el
procesamiento de la información relacionada en forma específica a la modalidad auditiva, este déficit
puede verse exacerbado en ambientes en donde las condiciones acústicas son desfavorables.1,3,4 Estos
déficits pueden estar asociados a dificultades auditivas, de comprensión del habla, desarrollo del
lenguaje y aprendizaje. Un DPAC es resultado de una disfunción en el procesamiento de la información
auditiva pudiendo o no coexistir con una disfunción global que afecte el desempeño a través de otras
modalidades (por ejemplo: déficit de atención, déficit en la representación del lenguaje, entre otros).
La prevalencia de este desorden varía levemente según diferentes investigadores, los datos más
recientes señalan este rango entre 2% y 3% de los niños a una razón de 2:1 entre hombre y mujeres.1,4
Dentro de las estructuras anatómicas que participan del procesamiento auditivo se encuentran los
núcleos basales, vías del tronco cerebral, subcorteza, corteza auditiva primaria, corteza de asociación
y cuerpo calloso, constituyendo todas ellas el sistema nervioso auditivo central (SNAC).3 Gran parte de
lo que constituye el procesamiento auditivo central es inconsciente, produciéndose lo que se conoce
como un evento perceptual. A pesar de que el papel del SNAC es crítico en las funciones auditivas que
involucran el procesamiento tanto del lenguaje como de otras señales complejas, existen otros
factores que participan de igual modo en estas funciones.5
El diagnóstico de un DPAC se realiza mediante una evaluación audiológica a través de una batería de
pruebas, las cuales pueden incluir potenciales evocados a nivel auditivo así como pruebas de
comportamiento, siendo ambas pruebas administradas bajo condiciones acústicamente
controladas.1,3 Asimismo, es importante la evaluación de patrones de conductas generalmente
mediante cuestionarios de conductas asociadas. Actualmente no hay un estándar de referencia para
el diagnóstico de DPAC; el mismo debe ser establecido mediante la presentación clínica y los hallazgos
de las medidas de evaluación. Puede haber dificultades asociadas con el diagnóstico de DPAC debido
a su presentación heterogénea y la frecuente superposición de los síntomas con trastornos del
lenguaje.1
Si bien no existe ninguna prueba específica para el diagnóstico de DPAC, se postula que la utilización
de una batería de pruebas podría aproximar a un diagnóstico más certero de qué habilidad auditiva
esta alterada y a qué nivel del SNAC está la alteración, en pacientes con sospecha de este desorden
auditivo. A partir del diagnóstico obtenido se podría diagramar una estimulación auditiva específica,
lo cual mejoraría la calidad en la comunicación en el adulto y en el niño y, al co-existir con otras
patologías del neurodesarrollo (ADD, ADDH, TEL, TEA, dislexia), mejorar el canal auditivo y estimular a
desarrollar las habilidades auditivas, fundamentales para el lenguaje y la lectora-escritura.
2. Tecnología
El profesional a cargo debe seleccionar la batería de pruebas adecuadas para el diagnóstico de DPAC.
La selección de éstas debe basarse en los hallazgos de la historia del caso, la evaluación
interdisciplinaria (por ejemplo, los resultados del lenguaje y las evaluaciones cognitivas) y la evaluación
audiológica periférica.1,6
La batería de pruebas se puede usar para diagnosticar una alteración en uno o más procesos
neurofisiológicos que ocurren cuando las señales auditivas viajan a través del SNAC. La identificación
de déficits específicos en los SNAC puede llevar a recomendaciones específicas y planes de
tratamiento.3,5
Hay dos tipos de medidas de evaluación audiológica que se pueden usar para evaluar las capacidades
del procesamiento auditivo, las pruebas conductuales y las electrofisiológicas.1,6
Pruebas de comportamentales: evalúan las capacidades funcionales del sistema auditivo, entre ellas
se encuentran las siguientes:1,6
➢ Pruebas de discriminación auditiva: evalúa la capacidad de diferenciar estímulos acústicos
similares que difieren en frecuencia, intensidad y / o parámetros temporales.
➢ Pruebas de patrones y del procesamiento temporal auditivo: para evaluar la capacidad de
analizar eventos acústicos a lo largo del tiempo.
➢ Pruebas de habla dicótica: evalúan la capacidad de separar (es decir, la separación binaural) o
integrar (es decir, la integración binaural) estímulos auditivos dispares presentados a cada oído
simultáneamente.
➢ Pruebas de voz monoaural de baja redundancia: buscan el reconocimiento de los estímulos del
habla degradados presentados a un oído a la vez, incluidos el habla en ruido, el habla en
competición, el habla filtrada de paso bajo o el habla comprimida (rápida).
➢ Pruebas de interacción binaural: buscan conocer la capacidad de combinar entradas
complementarias distribuidas entre los oídos, sintetizando la intensidad, el tiempo o las
diferencias espectrales de estímulos idénticos presentados de forma simultánea o secuencial.
Las pruebas electrofisiológicas evalúan los procesos neurales en la vía auditiva central y proporciona
información sobre la integridad del SNAC desde el nervio vestibulococlear (octavo par craneal) hasta
la corteza auditiva. Estas medidas incluyen los potenciales evocados auditivos a del tronco encefálico,
la respuesta de latencia media, la respuesta cortical tardía, P300 y la negatividad de la falta de
coincidencia.1,6
Las medidas electrofisiológicas pueden ser útiles en los casos en que los procedimientos conductuales
no son factibles (ej. niños muy pequeños, no hablan el idioma del test, etc.), cuando existe la sospecha
de un trastorno neurológico franco, cuando se necesita una confirmación de los hallazgos
conductuales o cuando se detectan conductas no son concluyentes.1,4
La mayoría de las pruebas auditivas centrales conductuales que se encuentran disponibles son
apropiadas para la administración a niños mayores de 7 años de edad. La duración de la sesión de
evaluación debe ser apropiada para la atención, la motivación y el nivel de energía del paciente.1,4,7
Una vez realizado el diagnóstico se diagrama la estimulación auditiva específica. Las pruebas
comportamentales deben incluir como mínimo tests monoticas y dicoticas, y pruebas temporales con
el fin de evaluar diferentes áreas del SNAC.
3. Objetivo
El objetivo del presente informe es evaluar la evidencia disponible acerca de la capacidad diagnóstica
y los aspectos relacionados a las políticas de cobertura del uso de las pruebas diagnósticas en el
desorden del procesamiento auditivo central.
4. Métodos
Se realizó una búsqueda en las principales bases de datos bibliográficas, en buscadores genéricos de
internet, y financiadores de salud. Se priorizó la inclusión de revisiones sistemáticas (RS), ensayos
clínicos controlados aleatorizados (ECAs), evaluaciones de tecnologías sanitarias (ETS), evaluaciones
económicas, guías de práctica clínica (GPC) y políticas de cobertura de diferentes sistemas de salud.
En PubMed se utilizó la estrategia de búsqueda que se detalla en el Anexo I.
En CRD (del inglés Centre for Reviews and Dissemination- University of York), en Tripdatabase, en los
sitios web de financiadores de salud y de sociedades científicas, así como en los buscadores genéricos
de internet se buscó con el nombre de la tecnología y sus sinónimos y/o la patología.
La evaluación y selección de los estudios identificados en la búsqueda bibliográfica fue realizada sobre
la base de los criterios presentados en la Tabla 1. Se presenta en la Figura 1 del Anexo I el diagrama de
flujo de los estudios identificados y seleccionados.
La metodología utilizada en la matriz de valoración y sección de conclusiones se describe también en
el Anexo I.
Comparador -
Resultados (en Eficacia: sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo, valor predictivo
orden decreciente negativo, área bajo la curva
de importancia)
Diseño Revisiones sistemáticas y meta-análisis, ensayos clínicos controlados aleatorizados,
informes de evaluación de tecnologías, evaluaciones económicas, guías de práctica
clínica, políticas de cobertura.
5. Resultados
Se incluyeron una RS, siete GPC y siete informes de políticas de cobertura sobre pruebas diagnósticas
para el desorden del procesamiento auditivo central.
Las definiciones de los desenlaces y las escalas utilizadas en los estudios se describen en el Anexo II.
la dificultad que existe para la definición de DPAC, la mayoría de los estudios coincidieron en los
criterios diagnósticos desarrollados por la Asociación Americana de Fonoaudiología (ASHA, su sigla del
inglés American Speech-Language-Hearing Association) y de la Asociación Americana de Audiología
(AAA, su sigla del inglés American Audiologist Association). Dentro de los cuestionarios utilizados por
los distintos estudios, el cuestionario CHAPPS (su sigla del inglés, Children’s Auditory Processing
Performance Scale) fue el más utilizado, el cual se encontró correlacionado con DPAC en dos de los
tres estudios que lo implementaron. Por otra parte, el cuestionario CCC-2 (su sigla del inglés, Children’s
Communication Checklist–Second Edition) se utilizó en dos estudios donde sólo en uno de ellos mostró
un bajo rendimiento en pacientes con DPAC. En relación a las pruebas de comportamiento auditivas
y/o visuales, 24 estudios las consideraron para la evaluación, estableciendo en 23 de ellos
puntuaciones significativamente más bajas en niños con DPAC.
no brindan cobertura a las distintas pruebas para establecer DPAC ya que la consideran en fase
experimental o no la mencionan.19–22 Una financiadora de salud de Estados Unidos (HealthNet) brinda
cobertura para la evaluación en pacientes con sospecha de DPAC en niños mayores de siete años y que
presenten audiometría dentro de los valores esperados.23 El financiador público Medicaid para el
Estado de Carolina del Norte brinda cobertura para la evaluación del DPAC, considerando que la
evaluación para la misma debe hacerse de forma interdisciplinaria la cual debe incluir una serie de
pruebas para evaluar el comportamiento de la comunicación y el proceso y producción del lenguaje
hablado.24 Dentro de las pruebas de comportamiento que este financiador contempla se encuentran:
las pruebas de procesamiento temporal, pruebas de escucha dicótica, pruebas de interacción biaural
y pruebas monoaural de baja redundancia del habla; en relación a las pruebas electrofisiológicas que
si se cubren se encuentran las pruebas de respuesta auditiva del tronco encefálico (ABR, su sigla del
inglés Auditory brainstem response), la respuesta evocada de latencia media (MLR, su sigla del inglés
Middle latency evoked response), las pruebas de respuestas de N1 y P2 (potenciales tardíos) y P300,
las pruebas de negatividad no coincidente (MMN, su sigla del inglés Mismatched negativity), pruebas
de reflejo del oído medio; y la supresión cruzada de emisiones otoacústicas.
Sí
GPC Canadiense7 Canadá 2012 Sí
Clínica
Financiamiento: esta evaluación fue realizada gracias a los aportes de entidades públicas, organizaciones no
gubernamentales y empresas de medicina prepaga para el desarrollo de documentos de Evaluación de Tecnologías
Sanitarias.
Conflicto de interés: los autores han indicado que no tienen conflicto de interés en relación a los contenidos de este
documento.
Informe de Respuesta Rápida: este modelo de informe constituye una respuesta rápida a una solicitud de
información. La búsqueda de información se focaliza principalmente en fuentes secundarias (evaluaciones de
tecnologías sanitarias, revisiones sistemáticas y meta-análisis, guías de práctica clínica, políticas de cobertura) y los
principales estudios originales. No implica necesariamente una revisión exhaustiva del tema, ni una búsqueda
sistemática de estudios primarios, ni la elaboración propia de datos. Esta evaluación fue realizada en base a la mejor
evidencia disponible al momento de su elaboración. No reemplaza la responsabilidad individual de los profesionales
de la salud en tomar las decisiones apropiadas a las circunstancias del paciente individual, en consulta con el mismo
paciente o sus familiares y responsables de su cuidado. Este documento fue realizado a pedido de las instituciones
sanitarias de Latinoamérica que forman parte del consorcio de evaluación de tecnologías de IECS.
Proceso de Consulta Pública. Con el objeto de que todos los actores relevantes puedan tener la posibilidad de
contribuir, hay diferentes instancias de consulta pública: 1) Primera instancia: equipo IECS publica el inicio de cada
documento en la web para que cualquiera envíe información; 2) Segunda instancia: los documentos se publican en
forma preliminar abierta durante 90 días para que cualquier persona u organización pueda realizar comentarios o
aportar información. Además, el equipo IECS identifica para cada tecnología una serie de organizaciones con mayor
relación con la tecnología o problema de salud evaluado, a las que invita a participar activamente. Entre estas se
encuentran sociedades científicas, sociedades de pacientes y la industria productora de la tecnología. Los aportes son
evaluados y tenidos en cuenta para la elaboración de cada documento. De todos modos, el documento de ETS final
es de exclusiva responsabilidad de los autores y del equipo de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, quien incorporará
eventuales modificaciones luego del proceso de consulta pública en el caso de considerarlo adecuado. La versión final
del documento no implica que los actores invitados hayan realizado aportes o estén de acuerdo con el mismo. Para
este documento se ha invitado a participar a la Federación Argentina de Sociedades de Otorrinoloringología,
Asociación Argentina de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica, Asociación Argentina de Audiología y a la
Asociación Argentina de Logopedia, Foniatría y Audiología.
Si Ud. desea contactarnos por sugerencias, correcciones y/o modificaciones, puede comunicarse
al Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria a través de los siguientes medios: Tel./Fax: (+54-11)
4777-8767. Mail: info@iecs.org.ar Formulario de contacto web: http://www.iecs.org.ar/contacto/
IECS – Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria. Derechos reservados. Este documento puede ser
utilizado libremente sólo con fines académicos. Su reproducción por o para organizaciones
comerciales solo puede realizarse con la autorización expresa y por escrito del Instituto.
Anexo I. METODOLOGÍA
La fecha de búsqueda de información fue hasta el 04 de julio de 2019. Para la búsqueda en Pubmed se utilizó
la siguiente estrategia de búsqueda: ("Language Development Disorders"[Mesh] OR Language Development
Disorder*[tiab] OR Developmental Language Disorder*[tiab] OR Speech Delay*[tiab] OR Semantic-Pragmatic
Disorder*[tiab] OR Semantic Pragmatic Disorder*[tiab] OR Central Auditory Processing Disorder*[tiab] OR
Language Delay*[tiab] OR auditory processing disorder*[tiab] OR "Auditory Diseases, Central"[Mesh] OR
Central Auditory Diseas*[tiab] OR Auditory Cortex Disord*[tiab] OR Central Auditory Dysfunction*[tiab]) AND
(Diagnos*[tiab] OR Evaluation*[tiab] OR “Screening Instrument for Targeting Educational Risk”[tiab] OR “Test
of Auditory Processing Skills”[tiab] OR “Children’s Home Inventory of Listening Difficulties”[tiab] OR “Fisher’s
Auditory Problems Checklist”[tiab] OR “Auditory Processing Domains Questionnaire”[tiab] OR “Listening
Inventory for Education”[tiab] OR “Listening Inventory for Education”[tiab] OR “Scale of Auditory
Behaviors”[tiab] OR “The Listening Inventory”[tiab] OR “Evaluation of Children’s Listening and Processing
Skills”[tiab] OR Electroacoustic measure*[tiab] OR Electrophysiological Measure*[tiab] OR Test of Auditory
Perceptual Skill*[tiab] OR “Frequency Pattern Test”[tiab] OR FPT[tiab] OR “Duration Pattern Test”[tiab] OR
DPT[tiab] OR “Dichotic Digit Test”[tiab] OR DDT[tiab] OR “Time Compressed Sentence Test”[tiab] OR CST[tiab]
OR “Gap Detection Test”[tiab] OR GDT[tiab])
Referencias excluidas
(n =255)
Elegibilidad
Estudios incluidos
en el reporte
(n = 11)
ETS, Evaluaciones de tecnologías sanitarias. GPC, Guías de práctica clínica. PC, políticas de cobertura
Las conclusiones de este documento se acompañan de una matriz que categoriza los resultados finales en tres
dominios:
1. Calidad de la evidencia, basada en la clasificación de GRADE (su sigla del inglés, Grading of
Recommendations Assessment, Development and Evaluation)
2. Beneficio neto (resultante del beneficio y los efectos adversos), basado en el sistema de
clasificación de IQWiG (del alemán, Instituts für Qualität und Wirtschaftlichkeit im Gesundheitswesen)
3. Costo-efectividad e impacto presupuestario, basado en una clasificación desarrollada por IECS.
Las definiciones utilizadas en cada dominio pueden visualizarse en la Tabla 2.
La ponderación de los tres dominios en una única escala de colores fue realizada a través de una metodología
de consenso; y se representa en la siguiente escala:
Otros factores a valorar para la toma de decisión: se hace referencia a otros tópicos no considerados en la
matriz que pueden influenciar el proceso de decisión para la incorporación de la nueva tecnología. Estos
valores son diferentes entre distintas instituciones. Algunos de los factores que suelen ser identificados como
prioritarios para la incorporación de nuevas tecnologías son los siguientes:
− Carga de enfermedad elevada atribuible a la patología para la que se aplica la tecnología
− Equidad
− Intervenciones preventivas
− Requerimientos organizacionales y capacidad para alcanzar a toda la población objetivo
− Aspectos socio culturales
− Tecnologías que aplican a enfermedades huérfanas o poco prevalentes
− Población destinataria pediátrica o mujeres embarazadas
Tabla 4. Matriz de Valoración de Resultados. Dimensiones cardinales incorporadas (A, B, C), y definición de
cada estrato
A) Calidad de la evidencia
Alta Es muy improbable que futuras investigaciones cambien la estimación del efecto.
Moderada Es probable que futuras investigaciones puedan cambiar la estimación del efecto.
Baja Es muy probable que futuras investigaciones cambien la estimación del efecto.
La clasificación de la calidad de la evidencia está basada en GRADE (Guyatt GH, Oxman AD, Vist GE, et al. BMJ:
British Medical Journal. 2008;336(7650):924-926). La valoración de la calidad de la evidencia se realiza para la
estimación central del beneficio neto. Diversos factores son tenidos en cuenta para valorar esta dimensión. En
ocasiones, si existe un nivel de incertidumbre importante sobre esta estimación (como intervalo de confianza
amplio) o dudas sobre la significancia clínica del beneficio neto, esto podría afectar la estimación de la calidad de
la evidencia. A modo de ejemplo, si la estimación central, basada en estudios de alta calidad, muestra un beneficio
neto clasificado como “Mayor” pero el IC 95% incluye una estimación del beneficio dentro del rango de
“Considerable”, esto podría hacer bajar la Calidad de evidencia de “Alta” a “Moderada”.
B) Beneficio neto
Mayor ▪ Sobrevida (RR ≤0,85) ó
▪ Síntomas serios (o severos o complicaciones tardías) y eventos adversos serios/
Calidad de vida (RR ≤0,75)
Considerable ▪ Sobrevida (RR >0,85 y ≤ 0,95)
▪ Síntomas serios (o severos o complicaciones tardías) y eventos adversos serios/
Calidad de vida (RR >0,75 y ≤0,90)
▪ Síntomas no serios (o no severos o complicaciones tardías) y eventos adversos no
serios (RR ≤0,80)
Menor ▪ Sobrevida (RR >0,95 y < 1)
▪ Síntomas serios (o severos o complicaciones tardías) y eventos adversos serios/
Calidad de vida (RR >0,90 y <1)
▪ Síntomas no serios (o no severos o complicaciones tardías) y eventos adversos no
serios (RR >0,80 y ≤0,90)
▪ Otros beneficios relevantes para el paciente o el sistema de salud (ejemplos:
facilidad de aplicación, comodidad del tratamiento, duración del tratamiento,
menor impacto organizacional, menores días de internación)
Marginal - Nulo - ▪ Los beneficios son insignificantes ó no hay beneficio ó el mismo es incierto ó hay
Incierto - Negativo perjuicio.
El beneficio neto es la resultante de los beneficios menos los daños atribuibles a la intervención.
La clasificación fue realizada por IECS en base la metodología propuesta por el Institute for Quality and Efficiency
in Health Care (IQWiG Methods Resources. IQWiG General Methods. Cologne, Germany. 2015.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmedhealth/PMH0082853/). Estas estimaciones del beneficio son orientativas y
son interpretadas en el contexto de otros factores como el beneficio neto medido en términos absolutos,
relevancia clínica de los mismos o historia natural de la condición. Por ejemplo, un RR o HR para mortalidad <0,85
pero que implica una diferencia en sobrevida menor a tres meses podría ser interpretado como un beneficio neto
“Considerable” o “Menor” en lugar de “Mayor”.
a 15 gastos anuales en salud per cápita cada 100.000 personas (representa un aumento en el gasto en salud superior al
0,015%).
¥Elevado costo incremental respecto a su comparador: superior a un gasto anual per cápita en salud en Argentina, o
superior a un 25% del monto anual que se considera como catastrófico para un hogar (según definición OMS, que
considera gasto catastrófico a un gasto mayor al 40% de los gastos no básicos de un hogar).
£Población afectada pequeña: hasta 15 casos cada 100.000 habitantes.
Este documento fue realizado en base a la plantilla versión 03/2018. Para más información ver:
www.iecs.org.ar/metodosETS
ANEXO II. EJEMPLO DE POLÍTICA DE COBERTURA: Abordaje diagnóstico del desorden del procesamiento
auditivo central
Si su institución quisiera brindar cobertura a esta tecnología, este ejemplo que surge luego de analizar las
principales las guías de práctica clínica y las políticas de cobertura identificadas en la confección de este
documento, podría servir como insumo para la definición de la misma.
Se brindará cobertura a toda persona mayor de 7 años que presenten pruebas audiométricas estándar
normales y que presenten alguna de las siguientes características:
• Dificultad para entender el lenguaje hablado en ámbitos ruidosos; o
• Incomprensión de los mensajes; o
• Respuesta inconsistente o inapropiada; o
• Solicita frecuentemente que se le repita el mensaje, utiliza términos como "qué" o "eh" con frecuencia;
o
• Demora en responder a situaciones de comunicación oral; o
• Dificultad para prestar atención; o
• Se distrae fácilmente; o
• Dificultad para seguir instrucciones u órdenes auditivas complejas; o
• Dificultad para localizar el sonido; o
• Dificultad para aprender canciones o rimas infantiles; o
• Pocas habilidades musicales y de canto; o
• Problemas asociados de lectura, ortografía y aprendizaje.
La batería de pruebas diagnósticas será seleccionada por el profesional tratante en función de las características
del paciente. El profesional seleccionará las pruebas de mayor utilidad dentro de cada dominio acorde a la
evaluación inicial del paciente.
Pruebas de comportamiento auditivo:
• Pruebas de procesamiento temporal,
• Pruebas de escucha dicótica,
• Pruebas de interacción biaural
• Pruebas monoaurales de baja redundancia del habla.
Pruebas electrofisiológicas:
• Pruebas de respuesta auditiva del tronco encefálico,
• Pruebas de respuesta evocada de latencia media,
• Pruebas de respuestas de N1 y P2 (potenciales tardíos) y P300,
• Pruebas de negatividad no coincidente
• Pruebas de reflejo del oído medio;
• Pruebas de supresión cruzada de emisiones otoacústicas.
Para la cobertura del abordaje diagnóstico del desorden del procesamiento auditivo central el paciente
deberá cumplir con los siguientes requisitos: indicación de profesional en fonoaudiología o neurólogo,
historia clínica del paciente que documente una audiometría previa con valores normales. Se brindará
cobertura a dos evaluaciones anuales en caso de que el profesional a cargo lo considere necesario.
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