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Libro Sag Integra Suelo Vivo Lombrices Viajeras

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El Suelo Vivo

y las lombrices viajeras

PARA ESCUCHAR ESTE CUENTO


EN LENGUA AYMARA Y LENGUA
MAPUZUGUN ESCANEA ESTE CÓDIGO
El Suelo Vivo
y las lombrices viajeras
El suelo está vivo es un nuevo proyecto que nace al alero de la alianza que
mantienen Fundación Integra y el Servicio Agrícola y Ganadero desde el año 2014.
A través de un convenio hemos desarrollado material educativo en diferentes
formatos, con el fin de promover en niños y niñas las bases del conocimiento,
aprecio, respeto y cuidado de la naturaleza y su biodiversidad, la protección
del patrimonio fito y zoosanitario y de los recursos naturales renovables de
nuestro país.

Esto, considerando que Fundación Integra busca entregar una educación que
favorezca la participación y el diálogo, que reconozca la diversidad de las infancias
y las distintas culturas, que fomente la vida en comunidad, la empatía y el respeto,
y ayude a cuidar de nuestro medioambiente, promoviendo la igualdad de género
y la justicia social. Mientras que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) es el
organismo del Estado encargado de apoyar el desarrollo de la agricultura, los
bosques y la ganadería, a través de la protección y mejoramiento de la salud de los
animales y vegetales.

Este libro, hermosamente ilustrado por la artista Carolina Monterrubio y diseñado


para ser trabajado tanto por las familias como por los equipos educativos de los
niveles medios de los jardines infantiles de Integra, tiene como objetivo mostrar
a niños y niñas por qué el suelo es uno de los ecosistemas más complejos de la
naturaleza y fundamental para la vida en la Tierra. Transmite conocimientos sobre
el cuidado del suelo y sobre lo relevante que este es para los seres vivos y para
la producción de alimentos, incluyendo aspectos como sus características, sus
propiedades, la importancia ecológica y alimentaria, sus cuidados, su recuperación
y los peligros para el ser humano cuando se degrada.

Les invitamos a recorrer las páginas del libro que tienen en sus manos y a descubrir,
junto a niños y niñas, lo significativo que es tomar consciencia sobre la importancia
del suelo para todos y todas.

Nataly Rojas Seguel Andrea Collao Véliz


Directora Ejecutiva Directora Nacional (s)
Fundación Integra Servicio Agrícola y Ganadero

1
H abía una vez dos lombrices que iban recorriendo sus galerías
subterráneas. De pronto, vieron un hoyito por donde entraba
mucha luz y se asomaron.

—¡Ohhh! —dijo la pequeña, sintiendo el viento en su cara—. Quiero ir arriba,


adonde están esos pájaros.

—Es muy lindo, pero arriba el aire es muy seco para nosotras y el sol quema
fuerte. Nuestra casa es acá abajo, nosotras vivimos en el suelo —dijo la grande.

De pronto, algo llamó la atención de la pequeña lombriz.

2
—¿Qué está haciendo esa persona en el huerto? —dijo curiosa.

—Mmmm… ¡¡Llegó la hora de almuerzo!! Vamos, luego te explico —dijo la


grande saboreándose.

COM
POS
T

CÁSCARAS

3
Las lombrices y otros animalitos compartieron la comida con
gran entusiasmo.
La lombriz grande, muy seria, explicó:
—Los humanos dejan acá los restos de frutas y verduras que no se comen.
—¿De verdad? —dijo la chica—, ¡a mí me parecen deliciosos! ¿Y qué hacen
esos niños entre las verduras? —agregó algo intrigada.

CO
MP
OS
T

CÁSCARAS

4
—Ellos usan los restos que nosotros dejamos acá para abonar su huerto.
Así, el suelo se pone muy fértil y crecen verduras lindas, ricas y sanas
—contestó la grande.
—Ya entiendo —dijo la pequeña—: ellos nos ayudan a nosotros y nosotros
les ayudamos a ellos, ¡trabajo en equipo!
Los otros animales seguían comiendo.
—¡Qué golosa la babosa! —dijo el caracol.
—¡Cuidado, hormiga, que te pincha la ortiga! —dijo el ciempiés.

COMPOST COMPOST

5
De vuelta en sus galerías, las lombrices se encontraron con unas vecinas
que no habían tenido la misma suerte de comer un rico almuerzo.
—Buenas tardes —las saludaron amablemente.
—No son muy buenas, la verdad… —contestó tristemente una de las recién
llegadas—. Nosotras vivimos en el terreno vecino, pero tuvimos que dejarlo.
Allá el suelo ha sido degradado: está todo sucio, pobre e infértil. No hay
nada que comer, ¡tenemos mucha hambre! ¡¡Hasta el agua está sucia,
es horrible!!

6
Al quemar los restos de los
cultivos, se quema el suelo, que es
la casa de muchos animalitos.

La basura ensucia las galerías


de las lombrices y el agua.
Los seres vivos no resisten si el
suelo se enferma: algunos se van,
otros se mueren.

7
—Vamos a pedirles a esos humanos que cuiden el suelo, que es nuestra
casa —dijo la lombriz grande—. Si el suelo está sano será bueno para todos,
también para ellos.
—¡Vamos amigos, todos pueden acompañarnos! —dijo la lombriz pequeña.

Cuando las hormigas pasaron por un huequito donde


dormía una larva de coleóptero, una de ellas dijo:
—Shh…no hagamos ruido, le faltan varios días todavía
para despertar.

—¡Vamos corriendo, ciempiés! —gritó al


pasar el escarabajo.
—No puedo, me duele un pie, pero tengo
tantos que no sé cuál… ¡buahhh! —contestó.
El escarabajo le llevó una hierbita para que
se sintiera mejor.

—Vamos, chanchito de tierra,


¡acompáñanos! —lo invitó la babosa.
—¡Me da susto! —contestó haciéndose
bolita. La babosa lo llevó rodando por
las galerías.

8
Pasaron por la casa de la araña, que
estaba tejiendo una hermosa tela.
—Mira, ciempiés, una cama saltarina
—dijo la lombriz.

Así, los animalitos se fueron sumando al viaje de las lombrices.


El caracol, que se demoró al pasar por sobre unas piedras, iba al
final, gritando a voz en cuello:
—¡Espérenme, no vayan tan rápido!
9
De pronto comenzó a entrar agua en
las galerías.
—¡Ayayay! ¿Qué está pasando, por qué
hay tanta agua? —gritó el caracol.

—¡Qué suerte que tengo lista mi tela!


—pensó la araña, poniéndose a salvo.

—¡Qué divertido! —se rio el ciempiés


intentando nadar con tantas patas
(¡perdón!, quise decir pies…).

10
—¡Vamos arriba! Tranquilos, sin empujarse
—dijo la lombriz grande.

—¡Vengan por acá! —gritó una hormiga,


haciendo un puente con sus amigas
para que los demás pudieran pasar.

—¡Nos estamos inundando! ¡Ayuda! —gritó


la babosa un tanto desesperada.
11
Con gran esfuerzo y ayudándose unos a otros, los animalitos lograron salir
al aire. Entonces, la lombriz grande les dijo:
—¿Están todos bien? Lo que ocurre es que el agua de la lluvia entra en el
suelo, ocupando todos los espacios que nosotros dejamos, como si fuera una
esponja. Después el agua brota por una vertiente como esa, filtrada, limpia
y pura.
—¡Qué rico! Agua fresca para nosotros y también para los humanos —dijo
un sapito que estaba en el pozón.
—Así es —continuó la lombriz—. Las personas llevan el agua limpia por
unos conductos hasta su casa y hasta el huerto, para regar sus saludables
verduras y árboles frutales.

12
Más tarde, se fueron las nubes y salió el sol…
—Ya se secaron las galerías, ¡sigamos nuestro viaje! —dijo la
lombriz pequeña.

COM
POS
T

13
—¡Al fin llegamos! —dijo la pequeña lombriz—. Vamos a limpiar y
reparar este terreno.
El chanchito de tierra tomó un balde con agua para apagar el fuego, pero…
—¡Hay mucho humo! Mejor me escondo para no ahogarme —exclamó,
volviendo a hacerse bolita.
El ciempiés intentó limpiar las galerías en el suelo.
—¡Uyyy! Se me están ensuciando todos mis pies con la basura —dijo.
El sapito se asomó a mirar la laguna.
—¡El agua está muy sucia! —reclamó—. A ninguno de nosotros le gustaría
bañarse ahí. ¡A los humanos tampoco! —agregó bastante molesto.
La lombriz intentó juntar la basura, pero era tanta que no lo logró y gritó
desesperada:
—¡¡Necesitamos ayuda!!

14
Los niños y las niñas que vivían cerca sintieron un gran alboroto y
llegaron rápido rapidito… Al ver lo que ocurría, abrieron los ojos muy
grandes, sorprendidos y apenados a la vez:
—Pero… ¿qué pasó aquí? ¡El suelo está enfermo! —exclamó uno.
—Las plantas se murieron y los animales se fueron—agregó otro.
15
Los niños y las niñas decidieron ayudar a los animalitos:
—¡Entre todos podemos mejorar este lugar! Vamos a hablar con
nuestros vecinos.
—Doña Flor, ¿le ayudo a enterrar los restos de la cosecha? Así no echamos
humo y no se daña el suelo, que es la casa de muchos animalitos —dijo una
de las niñas.

16
—Don Silvestre, ¿le ayudo a poner los desechos en una bolsa?
La basura enferma al suelo, porque le hace mal a las plantas y a los
animales que viven en él —dijo uno de los niños.

Mientras tanto, los otros recogieron la basura y limpiaron la laguna.

17
Doña Flor y don Silvestre se dieron cuenta de que podían hacer mejor las
cosas para cuidar a la naturaleza y también a las personas.

CUIDEMOS EL SUELO VIVO:


QUEREMOS COMIDA SANA Y AGUA LIMPIA

18
COM
POS
T

CÁSCARAS

Finalmente, todos comprendieron que ¡el suelo está vivo! Entendieron


que cuidando el suelo para que esté sano, ayudan a todos los seres que
viven dentro de él y también arriba. De esta forma, trabajando en equipo,
siempre habrá alimentos saludables y agua fresca para todos. 19
Babosa
Caracol

Araña Chanchito de
tierra

Perro
Oveja
Ciempiés
Queltehue

Lombriz de
tierra

Ratón

Vaca Cuncunas
Loica Sapo

Larva de
coleóptero
Escarabajo

Hormiga

Gato Gallina

EL SUELO VIVO Y LAS LOMBRICES VIAJERAS

INTEGRA / SERVICIO AGRÍCOLA Y GANADERO (SAG) EQUIPO DE TRABAJO SAG: Departamento de Comunicaciones
Santiago, Chile y Participación Ciudadana; División de Protección de Recursos
Naturales Renovables (Coordinación Nacional SIRSD-S)
REALIZACIÓN: Editorial Planeta Sostenible
Dirección general: Juan Francisco Bascuñán Muñoz EQUIPO DE TRABAJO INTEGRA: Dirección de Asuntos
Texto y edición: Paloma González Muñoz Institucionales y Comunicaciones; Dirección de Educación
Ilustraciones: Carolina Monterrubio
Diseño y diagramación: Alejandra Figueroa ISBN: XXXXXXXXXXXX
Corrección de pruebas de maqueta: Juan Fonseca 1a edición, diciembre de 2022
Se imprimieron 5.000 ejemplares
Traducción a la lengua Aymara: Jannet Patzi Apaza
Impreso en XXXXXXX, Santiago, Chile
Traducción a la lengua Mapuzugun: Nevenca Cayullan
Narración audiolibro en lengua Aymara: Andrea Tirado Contreras
Narración audiolibro en lengua Mapuzugun: Nevenca Cayullan
Postproducción audio: Daniel González

20
¿Sabías que en el suelo habitan muchísimos seres vivos
que a simple vista no podemos observar y que son claves
en el funcionamiento de su rico ecosistema? Sobre lo vital
que resulta cuidar este recurso, asegurar así su salud y
con ello, la disponibilidad de alimentos sanos para todos
y todas, trata “El suelo vivo y las lombrices viajeras”,
publicación realizada en conjunto por Fundación Integra
y el Servicio Agrícola y Ganadero.
En el marco del convenio de colaboración que mantienen
desde 2014, ambas instituciones buscan brindar una
educación parvularia de calidad e impulsar acciones que

y la protección de los recursos naturales renovables,


reconociendo la diversidad de las infancias y las distintas
culturas, incrementando el aprendizaje y conocimiento
de los pueblos originarios y sus lenguas en niños y niñas,
a través de recursos educativos como este libro. Por esta
razón, el cuento incluye un formato de reproducción en
audiolibro en lenguas Aymara y Mapuzugun, ambientado
con elementos sonoros y música.
Este cuento, que revela los secretos escondidos bajo el
suelo para niños, niñas y sus familias, estará disponible
en cada uno de los jardines infantiles de la red Integra a
lo largo del país, así como también en su sitio web y en el
del Servicio Agrícola y Ganadero.

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