Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Lazarillo - Lecturas

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 20

EL LAZARILLO DE TORMES: ANÁLISIS TRATADO

POR TRATADO
OBRAS MAESTRAS
María Pérez Blanes

PRÓLOGO

Descubrimos que la novela tiene un formato epistolar (de carta), y que está dirigida a
Vuestra Merced.

Toca varios temas sobre lo que escribe y por qué escribe. Dice que todo libro, aunque a
uno no le guste, se aprende algo; que los escritores escriben para que la gente vea, lea y
alaben sus obras, no por dinero; y que le quiere relatar el caso a Vuestra Merced, pero
debe comenzar desde el principio.

TRATADO UNO: CUENTA LÁZARO SU VIDA Y CÚYO HIJO FUE

Comienza con la introducción del narrador, Lázaro de Tormes González Pérez, “hijo de
Tomé González y de Antona Pérez, natural de Tejares, aldea de Salamanca.”

Se le da el sobrenombre de “Tormes” porque nació dentro del río Tormes.

Su padre fue molinero por más de 15 años.

Atendía un molino que estaba en la orilla del río Tormes.

Cuando Lázaro tenía 8 años, su padre fue preso por robar en el trabajo, crimen el cual
confesó y no negó.

Hacía sangrías (tajos) a los sacos de la molienda para sacar el producto.

1
Su padre, desterrado, fue acemilero (el que cuida mulas) de un caballero moro y él murió
en batalla.

La madre de Lázaro, al quedar viuda, comenzó a “arrimarse a los buenos, por ser uno de
ellos” y frecuentó las caballerizas, donde lavaba ropa y se prostituía para mantener a la
familia.

Un hombre moreno, Zaide, que se dedicaba a cuidar a las bestias se convierte en el


proveedor de la casa al juntarse con Antona.

Al principio le caía mal a Lázaro, pero cuando vio que les traía pan, carne y leña para
calentarse le fue queriendo.

También le dio a Lázaro un hermanito.

Una escena importante es cuando el hermanito, al ver a Lázaro y a su madre blancos pero
a su padre negro (como él), huía de Zaide, señalando y diciendo “Madre, cuco!”. Lázaro se
preguntaba cuánta gente debía de haber que huyen de otros porque no se ven a sí mismo,
como su hermanito, que era negro como su papá pero huía de él.

El mayordomo hace una investigación contra Zaide y descubre que robaba la mitad de la
comida de las bestias, leña, mantas y sábanas para los caballos, e incluso desherraba
caballos (para vender las herraduras) para mantener a su hijo.

Lázaro dice que los frailes y los clérigos también roban de los pobres, pero no les hacen
nada (crítica a la Iglesia).

A Lázaro le cuestionaron como parte de la investigación contra Zaide, y él contaba que


hasta había vendido algunas herraduras a herreros por orden de su madre.

Como resultado, azotaron y pringaron a Zaide, y a Antona la azotaron 100 veces. Además,
Zaide no podía convivir con Antona.

Antona fue con sus hijos a vivir en el mesón de Solana, en Salamanca, donde creció el
hermanito hasta que supo caminar, y Lázaro hasta ser un buen mozuelo que buscaba lo
que le mandaban a buscar.

2
Un viejo ciego llegó al mesón y tomó a Lázaro para que mirase por él y lo adiestrara.

Antona le dijo que Lázaro era hijo de un buen hombre y huérfano, así que el ciego le dijo
que lo tomaría.

Lázaro pasa unos días más en Salamanca con el ciego, pero cuando se van él se despide de
su madre.

Antona le dice que sabe que no lo volverá a ver, pero que procure ser de bien ya que lo ha
criado y puesto con buen un amo, pero ahora debe valer por él.

Al salir de Salamanca, llegando a un puente, se encuentra un toro de piedra. El ciego le dice


a Lázaro que si se acerca al oído del toro oirá un gran ruido, cuando Lázaro lo hace el ceigo
lo empujó, haciendo que chocara con el toro de piedra.

El ciego hizo esto para que aprendiera a ser astuto y sagaz para poder protegerlo.

El ciego hizo esto para que aprendiera a ser astuto y sagaz para poder protegerlo.

Al ciego le provocó mucha risa esto, pero a Lázaro le causó mucho dolor.

El ciego le dijo a Lázaro que no le podía dar oro ni plata, pero lo enseñaría a sobrevivir.

Esto fue verdad, ya que Lázaro aprendió mucho del ciego, que era la persona más lista que
había conocido.

Para ganarse la vida, el ciego se hacía curandero y que podía ver el futuro.

Muchos ciegos hacían esto, pero él ganaba más en un mes que cien ciegos en un año. A
pesar de esto, era avaro. Lázaro pasaba hambre con él. Era mezquino y cruel.

El ciego traía el pan y la comida en un saco de lienzo con candado, pero Lázaro sangraba el
fardel por donde estaba descosido, sacaba comida y lo volvía a coser, igual que su padre y
similar a Zaide.

Lázaro también le robaba dinero al ciego, interceptando sus pagos.

El ciego se cuestionaba, ya que antes de estar con Lázaro le pagaban una blanca y un
maravedí, pero ahora sólo le daban medias blancas.

3
Al comer, Lázaro también le robaba su vino. El ciego descubrió esto y le partió los dientes a
Lázaro.

Al principio, Lázaro usaba una paja larga de centeno para beber del vino del ciego que
estaba en el centro de la mesa, pero el ciego se dio cuenta y comenzó a ponerse la jarra
entre las piernas.

Entonces, Lázaro hizo un hueco por debajo de la jarra y lo tapó con un poco de cera. Se
metía debajo de las piernas del ciego porque decía tener frío y él tenía fuego cerca. La
lumbre hacía que la cera se derritiera y el vino cayera en la boca de Lázaro. Cuando el ciego
iba a beber encontraba la jarra vacía.

Eventualmente el ciego encontró el roto, y al otro día rompió la jarra sobre Lázaro cuando
él esperaba que el vino cayera. Lo cogió desprevenido y lo sacó de sentido Se le rompieron
los dientes a Lázaro y le cortaron los pedazos que le cayeron en la cara.

El ciego le curaba las heridas con vino diciendo: “Lo que te enfermó te sana y da salud.”

Desde ahí en adelante, el ciego comenzó a maltratar a Lázaro y él creó un disgusto por él.

Comenzó Lázaro a llevarlo por los peores caminos. Decía que no era con malicia pero el
ciego no lo creía y veía sus verdaderas intenciones.

Lázaro cuenta a Vuestra Merced un último caso, el de las uvas, para que se entienda cuán
astuto era el ciego.

Fueron a Toledo cuando salieron de Salamanca porque ahí vivían los más ricos.

Llegando a Almorox mientras cogían uvas, un vendimiador le dio un racimo de limosna.

Se sentaron en un lugar y el ciego le dijo que quería que compartieran igualitariamente el


racimo de uvas, que Lázaro cogiera una y él otra.

Lázaro comenzó cogiendo de una en una, pero luego cogió de 2 en 2 y de 3 en 3. Al final, el


ciego se dio cuenta porque a Lázaro no le molestaba cuando él cogía 2.

Otra vez, en un mesón de Escalona, estaban usando una longaniza y el ciego manda a
Lázaro a comprarle vino. Mientras él sacaba el dinero, cambió la longaniza por un nabo.

4
Lázaro se comió la longaniza y le trajo el vino al ciego, quien se dio cuenta que lo que
estaba entre los panes de su emparedado no era una longaniza.

Lázaro juró no haberse comido la longaniza y dijo que debe ser maldad de alguien, pero el
ciego tenía un olfato muy preciso, se acercó a su boca y Lázaro se puso tan nervioso que le
vomitó encima.

La gente le lavó la garganta y la cara con vino. El ciego dijo que le costaba más vino en
lavatorios un año de lo que él bebía en 2 años.

El ciego se burlaba de él constantemente contándole esta historia a todos.

Un día lluvioso que salieron a pedir limosna, después de una noche muy lluviosa, el ciego
rezaba en un portal para no mojarse.

Como era de noche y no paraba de llover, el ciego le dice a Lázaro que deben volver a la
posada, pero para llegar ahí había que cruzar el arroyo.

Lázaro le dijo que el arroyo estaba muy ancho, pero que buscaría el sitio más angosto para
cruzar. Al ciego le gusta la idea y le dice a Lázaro que es discreto y lo quiere.

Con sed de venganza, Lázaro guía al ciego hasta donde había un poste. El ceigo le dice que
brinque él primero; Lázaro da un salto atrás y le dice que debe brincar con toda su fuerza.
El ciego se impulsa y choca contra el poste, cayendo hacia atrás, medio muerto.

Lázaro huyó a Torrijos y lo dejó con la gente que había venido a socorrerlo; pero nunca
supo de él.

SEGUNDO TRATADO: Cómo Lázaro se asentó con un clérigo


y de las cosas que con él pasó

El segundo tratado comienza con Lázaro yéndose a un lugar llamado Maqueda.

En Maqueda, Lázaro se confiesa con un clérigo que será su próximo amo.

5
El clérigo le preguntó si sabía ayudar en misa. Lázaro le dijo que sí pues había aprendido
esto del ciego.

Lázaro dice que el clérigo era pero que su amo anterior, un ciego ávaro que lo maltrataba.

“Escapé del trueno y di en el relámpago” → Compara al ciego con un trueno y al clérigo con
un relámpago.

Decía que comparado con el clérigo, el ciego era como Alejandro Magno.

El clérigo guardaba la comida en un arcaz (cofre) viejo y cerrado con una llave que siempre
llevaba consigo amarrada en su capa.

Nunca había nada de comer en la casa (fuera del arcaz) excepto unas cebollas de las cuales
Lázaro podía comer cada 4 días, ya que también estaban cerradas con llave.

Si había alguien más en la casa cuando Lázaro iba donde el clérigo a pedirle la llave para
comer cebollas, él decía que comiera todo lo que quisiera.

En el personaje del clérigo se ve otro elemento de la fuerte crítica a la Iglesia en el texto;


aquí resalta la avaricia y la apariencia.

Sólo podía abrir la cámara de las cebollas con la llave que le daba el clérigo.

Además de sólo tener cebollas para comer, era poca cantidad lo que podía comer.

El clérigo tenía las cebollas contadas, y si Lázaro comía más de 1 cada 4 días lo castigaba.

El clérigo acostumbraba almorzar y cenar 5 blancas (monedas equivalente a medio


maravedí) de carne, que era mucho.

Se usa la expresión “¡Tan blanco el ojo!” para decir que no le daba carne, se quedaba sin
probarla.

Los sábados, se acostumbraba a comer cabeza de carnero.

El clérigo mandaba a Lázaro a comprar una que costaba tres maravedís.

6
Lázaro la cocinaba y el clérigo se comía todo sólo le daba a Lázaro los huesos roídos. Le
decía: “Toma carnem triunfa… Mejor vida tienes que el Papa”.

A las tres semanas de estar con el clérigo, Lázaro no podía ni pararse de lo flaco que
estaba. Pensaba que se iba a morir. Extrañaba al ciego.

Lázaro pensaba robar dinero durante el ofertorio en la misa, pero el clérigo estaba muy
pendiente.

El clérigo era hipócrita. Decía que los sacerdotes no deben excederse en como comen y
beben, pero él “comía como lovo y bebía más que un saludador” con el dinero de otros.

Lázaro llegó a desear la muerte de los que iban a la Iglesia, pues cuando alguien se moría
hacían un banquete. Cuando alguien moría, él comía bien (antítesis).

Durante los 6 meses que estuvo Lázaro con el clérigo, murieron como 20 personas. Lázaro
decía que él los mató, pues “Dios los mató para darle la vida a él”.

Lázaro no dejaba a su dueño por dos razones:

- Pensaba que sus piernas no soportarían caminar para irse.


- Pensaba que su próximo amo sería aún peor, como este era peor que del anterior
del cual se escapó.

Decía que el ciego lo tenía muerto de hambre y el clérigo en su sepultura. Pensaba que con
su próximo amo moriría.

Un día que el amo había salido,llegó un calderero a la puerta preguntando si necesitaba


que le arreglara algo. Lázaro pidió que hiciera una llave para el arca, pues la que tenía se le
había perdido. El calderero lo pudo hacer y Lázaro le dijo que tomara su pago del arcaz.

Lázaro dice que este caldero fue una bendición de Dios. Tomó un bodigo (pan de la Iglesia)
por pago.

Lázaro no cogió más nada del arcaz ese día para que el clérigo no se diera cuenta.

Comenzó a comer bodigos, saciando su hambre. Estaba alegre, barría la casa.

7
Al tercer día de hacer esto, vio al clérigo contando los bodigos. Le dijo que creía que habían
más antes, así que ahora empezaría a contar. Ese día habían 9 bodigos y un pedazo.

Para sustentarse el tercer día, Lázaro cogió el pan que ya estaba partido y lo partió por la
mitad.

Ahora a Lázaro le daba más hambre, pues esos días de comer pan habían
malacostumbrado a su estómago.

Abría el arca frecuentemente, se quedaba mirando a los panes.

Lázaro concluyó que como el arcaz era viejo y tenía rotos, podría desmigar de cada bodigo
y acusar a los ratones.

Cogió unos manteles y desmigó el pan sobre ellos para comérselo.

Cuando el clérigo llegó, le dijo a Lázaro que le seguían cogiendo el pan. Lázaro le dijo que
podían ser ratones, y el clérigo se lo creyó.

Esa noche, a Lázaro le dieron más pan. El clérigo cortó las partes “mordidas” por ratones y
se las dio a Lázaro.

El clérigo comenzó a tapar los rotos del arcaz con tablillas. Lázaro se lamentaba pues ya no
podría coger más pan. El clérigo no dejó ni un hueco.

Esa noche, Lázaro comió migajas de los panes que ya había desmigado.

Una noche que Lázaro pensaba que el clérigo estaba durmiendo hizo un buen roto por el
lado del arcaz y comió pan.

Lázaro decía que el hambre lo hacía pensar mejor pues necesitaba buscar la manera para
solucionar el problema.

El clérigo estaba sorprendido porque no había tenido nunca problemas con los ratones
hasta ahora.

Por varios días, el clérigo tapaba un roto por el día y Lázaro hacía otro por la noche.

8
El clérigo concluyó que la madera era muy fina para los ratones, así que iba a poner una
ratonera con queso dentro del arcaz.

Ahora Lázaro podía migar el pan y comer queso.

El clérigo se molestaba cuando no había queso ni ratón, así que habló con sus vecinos y
uno de le dijo que podía ser una culebra, ya que había visto una en su casa.

El clérigo dormía con un garrote y siempre estaba pendiente por la culebra.

Todas las noches le daba al arcaz con el garrote, despertando a los vecinos.

Tampoco dejaba a Lázaro dormir pues de vez en cuando le daba garrotazos a la paja la cual
dormía, diciendo que las culebras buscaban calor.

Lázaro se hacía el dormido casi siempre.

Como el clérigo daba garrotazos donde él dormía, él temía que encontrase la llave que
guardaba debajo de la paja, así que comenzó a metérsela en la boca por las noches.

Había aprendido a guardar cosas en la boca con el ciego, ya que a veces se metía en la
boca entre 12 y 15 maravedís.

Una noche, la llave se había alineado y estaba provocando un silbido en la boca de Lázaro
cuando respiraba dormido. El ciego pensó que era la culebra.

El ciego fue hasta la cama de Lázaro y le metió un garrotazo hacia donde salía el sonido. Le
dio en la cabeza y lo dejó inconsciente, pero halló la llave.

Lázaro volvió en sus sentidos 3 días después y se enteró de que el clérigo sabía lo que
había estado haciendo.

A los 15 días, Lázaro se levantó. Uno de los próximos días, Lázaro fue sacado y echado de
la casa por el clérigo.

9
TRATADO TRES: Cómo Lázaro se asentó con un escudero, y
de lo que acaeció con él

El segundo tratado termina cuando el clérigo hecha a Lázaro.

Lázaro estaba muy flaco y débil por el hambre que pasaba con el clérigo, pero, con ayuda,
pudo llegar a Toledo.

La herida que le dejó el clérigo en la cabeza cuando le metió un garrotazo se le cerró en


Toledo a los quince días.

el clérigo le dio a Lázaro en la cabeza pensando que era una serpiente por el silbido que
estaba provocando la llave del arcaz de comida que Lázaro secretamente guardaba en su
boca. Sin embargo, el clérigo le dio a lo que buscaba con su garrotazo (al que robaba su
comida).

Lázaro vivió de limosna mientras estaba herido, pero cuando se sanó la gente no le daba
nada (le decían que se buscara un amo).

un día por la mañana se topó con un escudero bien vestido por la calle. el escudero le
preguntó si buscaba amo y lo tomó por suyo cuando Lázaro le dijo que sí.

Lázaro tenía hambre pues no había comido, pero pasaron por las plazas donde había pan
y comida rápidamente.

A las once de la mañana fue con su amo a misa.

A las una de la tarde llegaron a su casa oscura y sin muebles, pero con cuartos buenos.

Allí, el escudero le pregunta a Lázaro sobre su historia. Lázaro solo le cuenta lo bueno.

Luego, le preguntó a Lázaro se había comido.

Lázaro le dijo que no y él le contestó que había almorzado por la mañana y no comería
hasta la cena.

10
Lázaro casi se desmaya cuando yo esto pues se dio cuenta que este amo tampoco le iba a
dar mucha comida.

Lázaro le dice que no necesita comer mucho, pues sus amos lo han hecho pasar hambre. el
escudero dice que eso es bueno, porque “ hartar es de puercos y comer regladamente es
de hombres de bien”.

Por dentro, Lázaro se preguntaba por qué sus amos todos le hacían pasar hambre.

Lázaro sacó algunos panes del seno que le habían quedado y el escudero lo llamó. Había
tres panes y el escudero comenzó a comerse uno.

Lázaro se comió su primero de prisa para que el escudero no le quitara el otro.

Luego, el escudero le ofreció beber. Lázaro pensaba que era vino pero era agua. Lázaro
bebió un poco.

Estuvieron hablando hasta por la noche, cuando el escudero le dijo que le enseñaría a
hacer la cama.

La ropa de la cama era fina y de mala calidad.

El escudero dijo que era peligroso salir tan de noche, así que no comerían.

Aseguraba que comer menos los haría vivir más y más sanos.

Esa noche. Lázaro le pidió a Dios la muerte.

La mañana del próximo día se vistieron y el escudero le dijo a Lázaro que no daría su
espada por nada porque era muy valiosa.

Dijo que era mejor que las de Antonio, un espadero famoso de la época.

El escudero se fue a misa y le dijo a Lázaro que haga la cama y busque agua en el río con la
vasija mientras.

Le dijo a Lázaro que cerrara la puerta cuando se fuera y dejara la llave en el quicio por
donde se gira la puerta) por si él llegaba antes.

11
Se dio cuenta Lázaro que su amo era pobre, a pesar de que aparentaba ser rico.

No le daba de comer a Lázaro porque no tenía suficiente dinero, no por avaricia como sus
otros dos amos.

Cuando Lázaro está por el río, ve a su amo, de lo más enamorado, con dos mujeres.

Ellas le pidieron que las llevaran a almorzar y su rostro cambió. Comenzó a dar excusas así
que ellas se fueron.

Lázaro desayunó unos tallos de berza y esperó a su amo para almorzar.

Como dieron las dos de la tarde y el amo no había llegado, Lázaro se fue a la casa de los
vecinos que parecían más adinerados a pedir pan.

Aprendió a hacer esto bien con el ciego, así que en menos de dos horas había comido
varias libras de pan y dos llevaba en las mangas y senos.

Al pasar por la calle Tripería, que estaba llena de vendedores, consigue un pedazo de uña
de vaca con un poco de tripas cocidas.

Cuando llega al azar a la casa ya el amo estaba allí. Cuando el amo lo cuestionó, Lázaro le
dijo que había ido a pedir comida a los vecinos, pero no le dijo que había comido para que
no pensara que era glotón.

El amo lo felicitó y le dijo que había cenado sin él, supuestamente.

El amo le dijo a Lázaro que siguiera haciendo esto para comer y que le trajera lo que
recogiera. debía hacer esto pero nunca dejarle saber a la gente donde vivía ni quién era su
amo.

El amo decía que la casa en la cual vivía le había traído mala suerte pero le aseguro que se
mudaría antes de que se acabara el mes.

Lázaro y el amo comieron de lo que Lázaro había traído y se fueron a dormir felices.

Lázaro contemplaba como él tenía que mantener a su amo (cuando se supone que tenía
que ser al revés). A pesar de esto, le daba lástima a Lázaro y no sentía mucho enemistad.

12
Lázaro prefiere servir al escudero que a cualquiera de sus amos anteriores. Sólo le
gustaría que no fuera tan presuntuoso ya que se fijaba demasiado en las apariencias.

Ese año no se produjo mucho pan, así que el Ayuntamiento acordó que se tenían que los
pobres de la ciudad ( ley Tavera) o serían azotados.

Por esto, Lázaro y su amo no podían salir. Como Lázaro no pudo hacer su ronda para coger
comida, pasaron hambre varios días.

Lázaro no comió por dos o tres días, pero unas vecinas a veces le traen un poco de comida.

El escudero no comió por ocho días Lázaro sentía lástima por él.

Un día llegó el amo con un real ( moneda) a la casa y mandó a Lázaro a comprar pan, vino y
carne para que pudieran comer “como Condes” esa noche. También le dijo este día que
había conseguido otra casa.

Lázaro iba de camino a comprar comida con el real de su amo y oyó que traían un muerto
a “ la casa oscura y lóbrega donde nunca se come.” Salió corriendo a su amo y le dijo que
les iban a traer un muerto, que deberían de irse.

Esto le dio mucha risa al amo pues sabía que no era verdad, pero le dio la razón a Lázaro
porque en su casa no se comía mucho y era oscura,

Luego de que el muerto pasara la casa, Lázaro fue y compró comida. Comieron bien esa
noche pero Lázaro se sentía mal por el suceso.

Una noche el amo le contó a Lázaro que era de “ Castilla la Vieja” y se fue porque su honra
estaba herida.

Para él la honra era muy importante.

El escudero tenía un vecino que saludaba todas las mañanas quitándose el gorro y él le
contestaba, pero nunca iniciaba el saludo el vecino. Esto es señal de que no lo respetaban.

El amo pensaba que el vecino le debía decir “ Vuestra Merced” por respeto.

13
Lázaro dice que siempre vio al escudero como “ extranjero” en Toledo pues no era muy
cercano con los naturales de allí.

Había nacido en Costanilla de Valladolid.

El escudero tenía muchos secretos: que abandonó su tierra por honra y que no era tan
pobre antes, pues poseía propiedades.

Entraron a la casa un hombre y una vieja. El hombre le pide el alquiler de la casa. La vieja el
alquiler de la cama.

En total fueron doce a trece reales, que él no tenía.

El escudero dijo que iría a la plaza para buscar cambio pero que volvieran más tarde. El
Escudero nunca volvió.

Lázaro no se sentía seguro en la casa sin su amo, así que le contó a las vecinas lo que pasó
y durmió allí.

La próxima mañana, llegaron los acreedores y le preguntaron a las vecinas. Ellas mostraron
a Lázaro y entregaron las llaves.

Lázaro dijo que pensaba que había huido.

Más tarde, llegaron unos alguaciles y escribanos a la casa. Cuando los acreedores
preguntaron por las arcas y paños de pared, Lázaro dijo que no sabía nada,

El alguacil le dijo a Lázaro que si no encontraba los bienes iría preso.

Lázaro comenzó a llorar y les dijo todo lo sabía sobre las posesiones de su amo.

Las vecinas dijeron que Lázaro llevaba muy poco tiempo con el escudero y que era
inocente, así que no lo arrestaron.

Lázaro no supo nada más de su tercer amo, el escudero, luego de que fue a buscar el
cambio a la plaza para pagar a los acreedores por la casa y la cama.

14
CUARTO TRATADO: Cómo Lázaro se asentó con un fraile de
la Merced, y de lo que acaeció con él

Lázaro debe buscarse un cuarto amo luego de que el escudero huyera de los acreedores y
de él.

Cuarto amo fue un Fraile de la Merced.

Un fraile es como un monje, vivía en un convento.

Lázaro dice que “ las mujercillas” que lo llevaron a él “ le llamaban pariente”.

Estas mujercillas eran sus vecinas, que eran medio prostitutas. Implica que el fraile pedía
sus servicios a menudo, ya que se conocían bien.

Lázaro dice que el fraile era “gran enemigo del coro y de comer en el convento, perdido por
andar fuera, amicísimo de los negocios seglares y visitar”.

Lo que esto quiere decir es que no le gustaba rezar (el coro) tan a menudo como lo debería
de hacer un fraile, ni le gustaba comer del convento, sino salir a comer. También dice que
se pasaba fuera del convento, vacilando y haciendo negocios que contradiría su cargo
eclesiástico.

Lázaro dice que su amo “rompía más zapatos que todo el convento”.

Literalmente, esto puede significar que salía tanto que rompían muchos zapatos.

Sin embargo, algunos críticos creen que “ el romper zapatos” se refiere a participar en
relaciones sexuales.

También dice que: “me dio los primeros zapatos que rompí en mi vida”.

De nuevo, el mensaje puede ser literal o subjetivo.

Sólo duró ocho días en Lázaro con el fraile, pues no podía con su ritmo de vida.

Dice que salió de él “por esto y por otras cosillas”. Hay críticos que piensan que las otras “
cosillas” de las cuales Lázaro no quiere hablar es que el fraile abusaba de él sexualmente.

15
Este tratado es distinto a los primeros tres porque es más corto y un aprendizaje en él.
También desaparece el humor y se nota autocensura por primera vez.

Veinte años después de la publicación, la Inquisición eliminó este tratado y el que sigue.

QUINTO TRATADO: Cómo Lázaro se asentó con un buldero


y de las cosas que con él pasó

El quinto amo de Lázaro era un buldero.

Un buldero es una persona que vende bulas, una bula es un documento religioso oficial
que perdona o da un privilegio.

Siempre conseguía vender bulas, tenía sus maneras.

Lo primero que hacía era durar a los clérigos, llevándoles frutas, para que lo dejaran
vender sus bulas en sus misas.También les hablaba en latín para impresionarlos con su
conocimiento.

Si no lograba impresionarlos, buscaba cómo vender sus bulas de alguna manera.

Lázaro decide contar una de sus experiencias con el buldero.

Llevaba practicando dos o tres días en un lugar de la Sagra de Toledo pero no vendió ni
una bula. estableció un plan en su cabeza para cómo vender sus bulas.

Esa noche, se puso a jugar y a beber con el alguacil en una posada y acabaron “peleados”.

El buldero dijo que el alguacil era ladrón, y el alguacil que el buldero vendía bulas falsas.

Tuvo que venir un comisario a separarlos.

La próxima mañana, el buldero fue a predicar. El templo estaba lleno pues la gente se
había enterado de lo que pasó la noche anterior.

16
Mientras predicaba, entró el alguacil por la puerta. Dice que el buldero le había pedido
hacer un trato para vender sus bulas, pero él lo rechazó.

Dijo esto, supuestamente, para confirmar la falsedad de las bulas, pero era parte del plan
del buldero.

El buldero se arrodilla y pone las manos hacia el cielo. Le pide a Dios que si sus bulas son
falsas, que el púlpito se hunda siete pies bajo tierra con él.Pero que si son reales y el
alguacil miente, sea castigado el Alguacil.

Justo después, el alguacil se desploma y comienza a espumar por la boca.

El amo sigue arrodillado en la misma posición.

El comisario dice que recen porque Dios perdone al alguacil.

Entonces, el amo hizo una oración larga y devota y le pidió a Dios que perdone al alguacil.

El buldero se acerca al alguacil con una bula, se la pone en la cabeza, y el alguacil “vuelve
en sí”. Se perdonan y le da la bula.

Después de este espectáculo, todo feligrés se llevó una bula. Cuando fueron a las ciudades
cerca de esa, el amo no tuvo ni quedar sermón, Lo buscaban en la posada y vendía muchas
bulas,

Luego, Lázaro vio el negocio entre el alguacil y el amo. Se dividieron el dinero.

Lázaro duró cuatro meses con este amo, pero pasó con él también hartas fatigas.

De la frase se puede asumir que pasó hambre y maltrato con este amo, como lo había
pasado con todos sus amos.

SEXTO TRATADO: Cómo Lázaro se asentó con un capellán y


lo que con él pasó

17
El sexto amo de Lázaro fue un “maestro de pintar panderos”, pero lo dejó porque lo hacía
pasar mil males.

Un día en la Catedral, consiguió que un capellán fuera su séptimo amo.

El amo le dio un asno, cuatro cántaros, y un azote para que el asno andara.

Con esto, Lázaro vendía agua en la ciudad.

Este fue el primer escalón que subió Lázaro para alcanzar la buena vida. Esto significaba
que Lázaro iba mejorando.

Le tenía que dar treinta de los maravedís que ganaba a su amo cada día, de lunes a
viernes. Todo lo que ganara los sábados era para el mismo.

A Lázaro le fue bien en este trabajo, así que en cuatro años pudo comprarse ropa usada y
una espada “de las viejas”.

Luego de esto, le dijo al amo que no quería servirle más.

SÉPTIMO TRATADO: Cómo Lázaro se asentó con un


alguacil, y de lo que acaeció con él

Lázaro duró muy poco con el alguacil, su octavo amo, porque pensaba que era muy
peligroso.

Una noche, unos criminales buscados los persiguieron con piedras y palos. Alcanzaron al
alguacil y lo “ trataron mal”, pero no llegaron a Lázaro.

Lázaro dice que al abandonar al alguacil, consigue servir al arcipreste de San Salvador,
amigo de Vuestra Merced, a quien se dirige todo el texto con un formato epistolar (de
carta).

Un arcipreste es un cargo eclesiástico más alto que un capellán.

Decía que este era su primer oficio real y estaba muy agradecido por él.

18
Lázaro era pregonero, su cargo era “ pregonar los vinos que se venden en la ciudad, y
acompañar a los perseguidos por la justicia a declarar sus delitos”.

Lázaro se casó con una criada del arcipreste de San Salvador, su noveno amo.

El Arcipreste era bueno, pero habían rumores por la calle de que la esposa de Lázaro era
infiel y se acostaba con el arcipreste.

El arcipreste le dijo que no creyera “ las malas lenguas” ni dijera lo que no le convenía, pues
al estar casado con su mujer el arcipreste les daba comida.

El arcipreste era vecino de la pareja, y la esposa pasaba mucho tiempo en su casa


“cocinando”.

Lázaro dice que ahora él le pide a sus amigos que no le digan nada malo sobre su mujer.
Amenaza con la muerte al que hable mal de su mujer,

Lázaro le dice todo esto a vuestra merced antes de “ contarle el caso” (la infidelidad) para
justificar su posición.

19
20

También podría gustarte