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Anemia y Tubercolosis

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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de enfermería
Unidad de aprendizaje Patología

Paola Alvarado
1981624
Grupo: 02

17 de febrero del 2023


Anemia Ferropénica
La anemia por deficiencia de hierro es un tipo frecuente de anemia, trastorno en el cual la
sangre no tiene la cantidad suficiente de glóbulos rojos sanos. Los glóbulos rojos
transportan oxígeno a los tejidos del cuerpo.
Como su nombre lo indica, la anemia por deficiencia de hierro se debe a la falta de hierro.
Sin el hierro necesario, el organismo no puede producir una cantidad suficiente de
hemoglobina, sustancia presente en los glóbulos rojos que les permite transportar oxígeno.
Como consecuencia, la anemia por deficiencia de hierro puede hacerte sentir cansado y con
dificultad para respirar.
La anemia puede afectar hasta al 1,5% de la población, de manera que es la enfermedad
sanguínea más frecuente en nuestro entorno. Las mujeres y las personas con enfermedades
crónicas tienen un mayor riesgo de anemia.
La anemia por deficiencia de hierro ocurre cuando el cuerpo no tiene el hierro necesario
para producir hemoglobina. La hemoglobina es la parte de los glóbulos rojos que le da a la
sangre el color rojo y que les permite a los glóbulos rojos transportar la sangre oxigenada a
través del cuerpo. Si no consumes suficiente hierro, o si estás perdiendo mucho hierro, tu
cuerpo no puede producir la hemoglobina necesaria, y con el tiempo se manifiesta la
anemia por deficiencia de hierro.
Las causas de la anemia por deficiencia de hierro comprenden:
Pérdida de sangre. La sangre contiene hierro dentro de los glóbulos rojos. Si pierdes
sangre, pierdes algo de hierro. Las mujeres con menstruaciones intensas tienen riesgo de
padecer anemia por deficiencia de hierro porque pierden sangre durante el período
menstrual. La pérdida lenta y continua de sangre dentro del cuerpo (por ejemplo, por una
úlcera péptica, hernia de hiato, pólipo en el colon o cáncer colorrectal) puede causar anemia
por deficiencia de hierro. El sangrado gastrointestinal puede ser consecuencia del uso
habitual de algunos analgésicos de venta libre, especialmente la aspirina.
Falta de hierro en tu dieta. El cuerpo obtiene regularmente el hierro de los alimentos que
comes. Si consumes muy poco hierro, con el tiempo puedes llegar a tener deficiencia de
hierro. Algunos ejemplos de alimentos ricos en hierro son carnes, huevos, vegetales de
hojas verdes y alimentos fortificados con hierro. Para un buen crecimiento y desarrollo, los
lactantes y los niños también necesitan hierro en la dieta.
Incapacidad para absorber el hierro. El hierro de los alimentos se absorbe en el intestino
delgado y pasa al torrente sanguíneo. Los trastornos intestinales que afectan la capacidad
del intestino para absorber nutrientes de los alimentos digeridos, como la celiaquía, pueden
causar anemia por deficiencia de hierro. Si has tenido un bypass intestinal o si te han
extirpado una parte del intestino delgado mediante cirugía, es posible que se haya afectado
tu capacidad de absorber el hierro y otros nutrientes.
Embarazo. Si no toman suplementos de hierro, muchas mujeres embarazadas podrían tener
anemia por deficiencia de hierro porque sus reservas de hierro tienen que satisfacer la
demanda de un mayor volumen de sangre y proporcionar hemoglobina para el feto en
desarrollo.
Tipos de anemia
Aunque en ocasiones no puede identificarse causa alguna para una anemia, los tipos más
comunes de anemia y sus causas son los siguientes
Anemia ferropénica
Es la causa de anemia más frecuente y afecta a un 20% de las mujeres, alrededor del 50%
de las embarazadas y al 3% de los hombres. La anemia ferropénica se debe a una
deficiencia de hierro, el mineral necesario para la producción de la hemoglobina, la
proteína de los hematíes que transporta e oxígeno a todas las células del organismo. Las
principales causas son la falta de hierro a partir de la alimentación, la absorción inadecuada
de hierro o la pérdida de sangre, por ejemplo a través de la menstruación o una hemorragia
interna.
Anemia por deficiencia de vitaminas
Además de hierro, el organismo necesita folato y vitamina B12 para producir un número
suficiente de hematíes y hemoglobina. Los requerimientos dietéticos de folato son mucho
mayores que los de vitamina B12, de manera que una alimentación deficitaria en estos
nutrientes es una causa de este tipo de anemia.
Anemia por déficit de folato
El folato o vitamina B9 es un nutriente que se encuentra principalmente en los vegetales de
hoja verde y la fruta fresca. Una dieta insuficiente en estos alimentos, una enfermedad por
malabsorción intestinal (enfermedad de Crohn, celiaquía), la cirugía con extirpación de
parte del intestino delgado, el abuso de la ingesta de alcohol y algunos fármacos (algunos
anticonvulsivos) predisponen a este tipo de anemia. Las mujeres embarazadas y lactantes
tienen una mayor demanda de folato, lo mismo que los pacientes sometidos a hemodiálisis.
El tabaco reduce la absorción de folato.
Anemia por déficit de vitamina B12
Aunque este tipo de anemia puede estar producido por una alimentación pobre en carne,
huevos y leche, como la de los vegetarianos estrictos (veganos), la causa más frecuente de
la anemia por déficit de vitamina B12 es una absorción intestinal deficiente. La cirugía
intestinal, las enfermedades malabsortivas o la infección por un gusano plano, parásito
intestinal que contamina algunos pescados, son causas poco frecuentes. Lo más frecuente es
la falta de una proteína, llamada factor intrínseco de Castle, que es producida en el
estómago y resulta necesaria para la absorción de la vitamina B12 en el intestino.
Anemia por déficit de vitamina C
La vitamina C se encuentra en las frutas cítricas y otros vegetales y hortalizas como el
tomate y la patata. Algunos agentes quimioterápicos anticancerosos interfieren con la
absorción de vitamina C, enfermedades como el hipotiroidismo, el sida o el cáncer
aumentan su consumo y predisponen a su deficiencia. El tabaco interfiere con la absorción
de la vitamina C.
Anemias hemolíticas
Este grupo de anemias se desarrolla cuando los hematíes son destruidos a un ritmo tan
rápido que la medula ósea es incapaz de reemplazarlos. Las enfermedades autoinmunitarias
pueden estimular la producción de anticuerpos contra los hematíes, destruyéndolos
prematuramente. Ciertas medicaciones, como algunos antibióticos, también son causa de
anemia hemolítica. Este tipo de anemias produce ictericia cutánea y esplenomegalia (o
aumento de tamaño del bazo).
El cuadro clínico de la anemia es un reflejo del grado de hipoxia tisular, la causa y la
patogenia de ésta. La capacidad reducida del transporte de oxígeno moviliza los
mecanismos fisiológicos compensadores diseñados para prevenir o atenuar los efectos de la
anoxia tisular. Aunque los glóbulos rojos también transportan el dióxido de carbono (CO2)
y distribuyen óxido nítrico en el organismo, estos dos últimos factores no parecen afectados
en el paciente anémico, en el que permanecen normales. La hipoxia tisular ocurre cuando la
presión de oxígeno en los capilares es demasiado baja para suministrar suficiente oxígeno
para las necesidades metabólicas de las células. En un individuo sano, la masa de eritrocitos
debe proporcionar a los tejidos 250 ml/O2/min. Debido a que se pueden transportar 200 ml
de O2 por cada litro de sangre, y a que el gasto cardiaco en un adulto de 70 kg es de 5 000
ml/min, 1 000 ml/min están disponibles para los tejidos, es decir, hay una reserva
fisiológica adicional a las necesidades basales de 750 ml/min.
Inicialmente, la anemia ferropénica puede ser tan leve que pasa desapercibida. Pero a
medida que el cuerpo se vuelve más deficiente en hierro y la anemia empeora, los signos y
síntomas se intensifican.
Los signos y síntomas de la anemia ferropénica pueden incluir:
 Fatiga extrema
 Debilidad
 Piel pálida
 Dolor torácico, latidos cardíacos rápidos o falta de aliento
 Dolor de cabeza, mareos o vértigo
 Manos y pies fríos
 Inflamación o dolor en la lengua
 Uñas quebradizas
 Antojos inusuales de sustancias no nutritivas, como hielo, tierra o almidón
 Falta de apetito, especialmente en bebés y niños con anemia ferropénica
Para diagnosticar la anemia por deficiencia de hierro, el médico puede hacer pruebas para
detectar lo siguiente:
Tamaño y color de los glóbulos rojos. En la anemia por deficiencia de hierro, los glóbulos
rojos son más pequeños y de color más pálido de lo normal.
Hematocrito. Este es el porcentaje de tu volumen sanguíneo compuesto por glóbulos rojos.
Los niveles normales varían generalmente entre 35,5 y 44,9 % en las mujeres adultas y
entre 38,3 y 48,6 % en los hombres adultos. Estos valores pueden cambiar según la edad.
Hemoglobina. Los niveles de hemoglobina inferiores a los normales indican anemia. El
rango normal de hemoglobina varía generalmente de 13,2 a 16,6 gramos (g) de
hemoglobina por decilitro (dL) de sangre en los hombres y de 11,6 a 15 g/dL en las
mujeres.
Ferritina. Esta proteína ayuda a almacenar hierro en el cuerpo, y un nivel bajo de ferritina,
por lo general, indica un nivel bajo de reservas de hierro.
Los aspectos hematológicos de la deficiencia de hierro no son específicos, y con demasiada
frecuencia se confunden con otras causas de anemia macrocítica, tales como Talasemias,
enfermedades crónicas, neoplasias renales y otros trastornos
Tratamiento
Para tratar la anemia por deficiencia de hierro, el médico puede recomendarte que tomes
suplementos de hierro. El médico también tratará la causa de fondo de la deficiencia de
hierro si fuera necesario.
Suplementos de hierro
El médico puede recomendar comprimidos de hierro de venta libre para reponer las
reservas de hierro en el cuerpo. Tu médico te hará saber la dosis correcta para ti. El hierro
también está disponible en forma líquida para bebés y niños. Para mejorar las posibilidades
de que tu cuerpo absorba el hierro en comprimidos, es posible que se te indique lo
siguiente:

Toma los comprimidos de hierro con el estómago vacío. Si es posible, toma los
comprimidos de hierro con el estómago vacío. Sin embargo, debido a que los comprimidos
de hierro pueden causar malestar estomacal, es posible que debas tomarlos con las comidas.
No tomes hierro con antiácidos. Los medicamentos que alivian inmediatamente los
síntomas de la acidez estomacal pueden interferir con la absorción de hierro. Toma el hierro
dos horas antes o cuatro horas después de tomar los antiácidos.
Toma los comprimidos de hierro con vitamina C. La vitamina C mejora la absorción del
hierro. Tu médico podría recomendarte tomar los comprimidos de hierro con un vaso de
jugo de naranja o con un suplemento de vitamina C.
Los suplementos de hierro pueden causar estreñimiento, por lo que el médico también
puede recomendar un laxante emoliente. El hierro puede hacer que tus heces se vuelvan
negras, lo cual es un efecto secundario inofensivo.
Complicaciones
La anemia leve por deficiencia de hierro normalmente no causa complicaciones. Sin
embargo, si no se trata, la anemia por deficiencia de hierro puede volverse grave y
ocasionar problemas de salud, entre ellos:
 Problemas de corazón. La anemia por deficiencia de hierro puede ocasionar latidos
del corazón irregulares o acelerados. Cuando tienes anemia, el corazón debe
bombear más sangre para compensar la falta de oxígeno en la sangre. Esto puede
ocasionar un corazón dilatado o insuficiencia cardíaca.
 Problemas durante el embarazo. En las mujeres embarazadas, la anemia por
deficiencia de hierro grave está asociada con partos prematuros y bebés con bajo
peso al nacer. Pero la enfermedad puede prevenirse si las mujeres embarazadas
toman suplementos de hierro como parte de sus cuidados prenatales.
 Problemas de crecimiento. En los lactantes y niños, la deficiencia de hierro grave
puede ocasionar anemia y también retrasos en el crecimiento y desarrollo. Además,
la anemia por deficiencia de hierro está asociada con una mayor vulnerabilidad a las
infecciones.
El pronóstico es bueno si la anemia ferropénica no es una complicación de una condición
médica seria. En estos casos, la recuperación depende del tratamiento del problema de
fondo. La mayoría de las personas pueden tratar o manejar su anemia con suplementos de
hierro.
Puedes reducir tu riesgo de anemia por deficiencia de hierro eligiendo alimentos ricos en
hierro.
Elige alimentos ricos en hierro
Los siguientes son algunos alimentos ricos en hierro:
 Carne roja, carne de cerdo y aves de corral
 Mariscos
 Porotos
 Vegetales de hojas verdes oscuras, como la espinaca
 Frutas desecadas, como uvas pasas y chabacanos (albaricoques, damascos)
 Cereales, panes y fideos fortificados con hierro
 Arvejas (guisantes, chícharos)
Tu cuerpo absorbe más hierro de la carne que de otras fuentes. Si eliges no comer carne, es
posible que necesites aumentar el consumo de alimentos vegetales ricos en hierro para
absorber la misma cantidad de hierro que alguien que come carne.
La labor de la enfermera es brindar un cuidado al paciente con principios científicos por lo
cual al saber todo lo referente con la anemia se puede realizar las intervenciones cuando la
persona se encuentra hospitalizada como:
 Educar al paciente acerca de su patología.
 Suministrar oxigeno ya que el nivel de hemoglobina ha bajado y esto quiere decir
que no hay suficiente oxigenación en los tejidos.
 Administración de medicamentos como:
 Ácido fólico
 Sulfato ferroso
 Vitamina b 12
Bibliografías
(Anemia por deficiencia de hierro - Síntomas y causas - Mayo Clinic, 2022)
(Salvador, 2004)
(Anemia: consideraciones generales y clasificación | Hematología. La sangre y sus
enfermedades, 4e | AccessMedicina | McGraw Hill Medical, s. f.)
(pronostico de anemia ferropenica - Google Search, s. f.)

TUBERCOLOSIS
Enfermedad bacteriana infecciosa, potencialmente grave, que afecta principalmente a los
pulmones. La bacteria que ocasiona la tuberculosis se propaga cuando una persona
infectada tose o estornuda. La mayoría de las personas infectadas con la bacteria que causa
la tuberculosis no tienen síntomas. Cuando hay síntomas, generalmente incluyen tos
(algunas veces con sangre), pérdida de peso, sudores nocturnos y fiebre.
El tratamiento no siempre es necesario para quienes no presentan síntomas. Los pacientes
con síntomas activos requerirán un largo proceso de tratamiento con varios tipos de
antibióticos.
Un total de 1,5 millones de personas murieron de tuberculosis en 2020 (entre ellas 214 000
personas con VIH). En todo el mundo, la tuberculosis es la decimotercera causa de muerte
y la enfermedad infecciosa más mortífera por detrás de la COVID-19 (por encima del
VIH/Sida).
Se estima que en 2020 enfermaron de tuberculosis 9,9 millones de personas en todo el
mundo: 5,5 millones de hombres, 3,3 millones de mujeres y 1,1 millones de niños. La
tuberculosis está presente en todos los países y grupos de edad. Es curable y prevenible.
La tuberculosis o TB es causada por una bacteria llamada Micobacteria tuberculosis. Estas
bacterias por lo general atacan a los pulmones, pero también pueden atacar otras partes del
cuerpo, como los riñones, la columna vertebral y el cerebro.
Una vez los bacilos de M. tuberculosis son inhalados, estos se asientan en los alveolos,
donde son fagocitados por los macrófagos alveolares (personas inmunocompetentes que
eliminan la infección sin necesidad de tratamiento).
Sin embargo, en las personas inmunocomprometidas los bacilos resisten a los intentos
fagocíticos y a la degradación que realizan los macrófagos, dando como resultado una
replicación de M. tuberculosis dentro de estos. A medida que los bacilos se multiplican, los
macrófagos alveolares los llevan a los ganglios linfáticos regionales y pudiendo
diseminarse por vía hematógena a otras localizaciones, como, por ejemplo: peritoneo,
meninges, hígado, bazo, ganglios linfáticos (entre otros).
La mayoría de los pacientes permanecen asintomáticos durante este periodo de tiempo y
generalmente no tienen evidencia radiológica de la enfermedad. Generalmente, la patogenia
cesa en este punto, por lo que se dice que la persona tiene infección por tuberculosis
asintomática, la cual puede quedar latente durante muchos años sin repercusión clínica.

Según la localización podemos encontrar dos tipos:


-Tuberculosis pulmonar
Tuberculosis primaria: Localizada mayoritariamente en el pulmón. Mayoritariamente suele
cursar de manera subclínica y su cura es espontanea pudiendo dejar un pequeño nódulo
calcificado. En niños e inmunodeprimidos puede progresar a enfermedad clínica y
diseminación hematógena, pudiendo dar lugar a las formas más graves de tuberculosis
primarias. Este tipo afecta más a los campos medios e inferiores del pulmón.
Tuberculosis secundaria: Generalmente la reactivación de infección latente se encuentra en
los segmentos apical y posterior del lóbulo superior y posteriormente se cavita formando
las denominadas cavernas pulmonares, usadas en el diagnóstico radiológico. Se manifiesta
de forma insidiosa, con fiebre, sudoración nocturna, anorexia, pérdida de peso y malestar
general, además de esputo hemoptoico, puede llegar a complicarse y llegar a una
hemoptisis masiva.
-Tuberculosis extrapulmonar o miliar: Localizada fuera del pulmón. Los sitios más
frecuentes son: ganglios linfáticos, el tracto genitourinario, pleura, huesos y articulaciones,
meninges, pericardio y peritoneo (la forma más grave y letal).
Si bien tu cuerpo puede hospedar la bacteria que causa la tuberculosis, tu sistema
inmunitario generalmente evita que te enfermes. Por este motivo, los médicos distinguen
entre:
La tuberculosis latente. Estás infectado de tuberculosis, pero la bacteria en tu organismo
está en estado inactivo y no presentas síntomas. La tuberculosis latente, también llamada
tuberculosis inactiva o infección por tuberculosis, no es contagiosa. La tuberculosis latente
se puede convertir en tuberculosis activa, por lo que el tratamiento es importante.
La tuberculosis activa. También llamada enfermedad de tuberculosis, esta afección te
enferma y, en la mayoría de los casos, puede contagiarse a otras personas. Puede
manifestarse semanas o años después de la infección por la bacteria de la tuberculosis.
Diagnóstico
Durante la exploración física, el médico te examinará los ganglios linfáticos para detectar
hinchazón y escuchará los sonidos de tus pulmones mientras respiras con un estetoscopio.
La herramienta de diagnóstico más usada para la tuberculosis es una prueba cutánea,
aunque se están volviendo más comunes los análisis de sangre. Se inyecta una pequeña
cantidad de una sustancia llamada tuberculina debajo de la piel en el interior del antebrazo.
Deberías sentir solo un ligero pinchazo de aguja.
Dentro de las 48 a 72 horas, un profesional de atención médica controlará si se hinchó el
sitio de la inyección en tu brazo. Un bultito elevado, rojo y duro significa que es posible
que estés infectado con tuberculosis. El tamaño del bultito determina si los resultados de la
prueba son significativos.
Tratamiento
Si tienes tuberculosis latente, tu médico podría recomendarte un tratamiento con
medicamentos si presentas riesgos altos de tener tuberculosis activa. Para la tuberculosis
activa, debes tomar antibióticos por lo menos por seis a nueve meses.
Los medicamentos exactos y la duración del tratamiento dependen de tu edad, estado
general de salud, posible resistencia a los medicamentos y dónde se encuentra la infección
en tu cuerpo.
La tuberculosis también puede afectar otras partes del cuerpo, incluidos los riñones, la
columna vertebral o el cerebro. Cuando la tuberculosis se produce fuera de los pulmones,
los signos y síntomas varían de acuerdo con los órganos afectados. Por ejemplo, la
tuberculosis de la columna vertebral puede provocar dolor en la espalda y la tuberculosis en
los riñones puede causar sangre en la orina.
Prevención
Si tus resultados para infección tuberculosa latente son positivos, el médico quizás te
indique que tomes medicamentos para reducir el riesgo de que se convierta en tuberculosis
activa. Únicamente la tuberculosis activa es contagiosa.
Si tienes tuberculosis activa, por lo general, se necesitan varias semanas de tratamiento con
medicamentos para dejar de contagiar. Sigue estos consejos para prevenir que tus amigos y
familiares se enfermen:
 Quédate en casa. No vayas a trabajar ni a la escuela, ni duermas en una habitación
con otras personas durante las primeras semanas de tratamiento.
 Ventila la habitación. Los gérmenes de la tuberculosis se propagan más fácilmente
en pequeños espacios cerrados donde el aire no se mueve. Si no hace demasiado frío
afuera, abre las ventanas y usa un ventilador para hacer salir el aire de adentro al
exterior.
 Tápate la boca. Usa un pañuelo desechable para cubrirte la boca cada vez que te
rías, estornudes o tosas. Coloca el pañuelo desechable sucio en una bolsa, ciérrala y
deséchala.
 Ponte una mascarilla. Usar una mascarilla cuando estés con otra gente durante las
primeras tres semanas del tratamiento puede reducir el riesgo de trasmisión.

Vacunas.
En los países donde la tuberculosis es más común, los bebés con frecuencia son vacunados
con la vacuna del bacilo de Calmette-Guérin (BCG). La vacuna BCG no se recomienda
para el uso general en Estados Unidos debido a que no es muy eficaz en los adultos. Hay
docenas de nuevas vacunas contra la tuberculosis en diversas etapas de desarrollo y prueba.
Como enfermeros podemos promover y ofrecer la vacuna contra la influenza asi para que
nuestra población está más segura. En dado caso que tengamos pacientes con influenza
como enfermeros protegernos para no levar al virus a casa y estar lo suficiente capacitado
para poder ayudar al paciente en lo que necesite
Bibliografías
(World Health Organization: WHO, 2022)
(Tuberculosis (TB): Datos básicos sobre la TB, 2019)
(Medicos, 2022)
(Tuberculosis - Diagnóstico y tratamiento - Mayo Clinic, 2021)

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