Caso Clinico Semana 3
Caso Clinico Semana 3
Caso Clinico Semana 3
UN CASO CLÍNICO
Estudio de caso La paciente es un ama de casa de 70 años de edad con dos hijos adultos.
Motivo de consulta: La paciente siempre había sido siempre una persona muy ordenada, por lo
tanto, cuando comenzó a olvidarse cosas elementales, su esposo comenzó a preocuparse. La
llevó al médico de familia quien la derivó al servicio de psiquiatría de un hospital general para
su examen. Según su marido, los problemas de memoria se hicieron evidentes cuando la
paciente se quejaba de que no podía recordar algunos nombres. Su esposo notó que a veces
era incapaz de acordarse de cosas que habían sucedido el día anterior. Debido a que cada vez
su problema progresaba más, tenía dificultad para calcular el dinero al ir de compras, y a
menudo volvía sin las cosas que necesitaba. Siempre había estado orgullosa de su forma de
cocinar pero ahora arruinaba la comida. Cada vez que cocinaba, le ponía demasiada sal o no la
salaba. Se olvidaba también de apagar la cocina o dejaba la canilla abierta. Durante los doce
meses anteriores a la consulta no había podido hacer las tareas del hogar sin ayuda de su
marido. Consultó a su médico familiar varias veces y éste le recetó fármacos neurotróficos, sin
resultados aparentes. Antecedentes: La paciente vivía con su esposo, un maestro jubilado de
72 años. Ella también había sido maestra pero dejó de ejercer cuando nació su primer hijo y
nunca más volvió a trabajar. Su esposo la describió como una persona serena, sociable y jovial.
No había habido mayores problemas en el matrimonio o con los hijos, sin embargo, en los
meses anteriores a la consulta, su esposa se había vuelto retraída, apática irritable y un poco
recelosa. El padre de la paciente falleció en una institución para enfermos mentales, en la cual
había sido internado a los 75 años por “arterioesclerosis”. Datos actuales: Al ser examinada la
paciente se presenta algo desprolija. Lúcida, pero notoriamente ansiosa y suspicaz.
Desorientada en tiempo y espacio. Recordaba los nombres de sus hijos pero no sus edades o
fechas de nacimiento. Tampoco podía recordar la suya propia ni sabía el nombre del
presidente de su país. Su lenguaje era bien articulado pero lento, y poco preciso. Tenía
dificultad para encontrar las palabras para expresarse. No podía recordar tres objetos después
de un intervalo de cinco minutos. No pudo copiar un cubo y fracasó completamente al copiar
la figura del “Rey”. Realizaba cálculos con mucha dificultad y no podía contar hacia atrás.
Entendía los refranes sólo en forma literal, y no podía detectar el error de lógica en la “historia
del tren” (en esta historia, se le dice al paciente que casi todos los accidentes ocurren en el
último vagón, por eso se decidió sacarlo). Era incapaz de advertir la naturaleza del problema.
No se detectaron anomalías en el examen físicos y neurológico. Su presión arterial de la era
normal para su edad. Todos los análisis de laboratorio dieron negativos, pero una tomografía
computada mostró una marcada atrofia cortical.