De La Simulacion
De La Simulacion
De La Simulacion
Los actos jurídicos simulados son aquellos en los que se aparenta una declaración
de voluntad o la celebración de un acuerdo de voluntades cuya intención es no
efectuar acto alguno o realizar otro acto.
Los supuestos de simulación representan, al menos en su mayoría, la hipótesis
más característica de desacuerdo o discrepancia entre la voluntad de negociar con
la declaración real o efectiva.
En ocasiones, ante la necesidad de tratar de evitar la curiosidad ajena en la forma
de hacer negocios o para ofrecer una garantía complementaria a los acreedores o
aparentar una situación económica modesta o una de mayor capacidad
económica, se incurre en la celebración de actos jurídicos simulados.
También, se puede acordar el pacto o acuerdo simulatorio para realizar un
negocio prohibido a través de otro formalmente permitido; es decir, un negocio
ilícito protegido por uno lícito.
La palabra simulación, del latín simulare, significa imitar y representar lo que no
es; en el lenguaje ordinario equivale a presentar de manera engañosa una cosa,
como si en verdad existiera como tal, aunque en la realidad no sea así, es decir,
se aparenta lo que no existe.
Causas de la simulación
Las causas que originan la simulación son por dos motivos básicos: los lícitos y los
ilícitos.
Los motivos lícitos están relacionados con aspectos de orden moral, tales como
evitar diferencias o conflictos con personas que se juzgan con derecho a idéntico
beneficio, evitar indiscreciones o que el público se ponga al corriente de sus
negocios, o bien, por interés de conservar en el anonimato los beneficios que se
obtienen.
Respecto a los motivos ilícitos, surgen en la mayoría de las simulaciones que son
fraudulentas, esto es, se practican en perjuicio de terceros.
Elementos de la simulación
La simulación se caracteriza por los elementos siguientes:
1. Un desacuerdo intencional y consciente entre la voluntad real y la declarada
por las partes, las cuales sólo quieren hacer aparecer el acto, pero no tienen la
intención de que se haga realidad; por eso, emiten una declaración
disconforme con su voluntad.
2. La intención de engañar a terceros, debido a que los que simulan pretenden
que a los ojos de los demás aparezca formada una relación que en realidad no
debe existir, pero de la cual se quiere mostrar una exterioridad engañadora
mediante una declaración que carece de voluntad. Se trata de una declaración
pasajera, vacía, ficticia y que no representa una voluntad real; por ello, las
partes recurren a este artificio para hacer creer la existencia de un acto no real
o la naturaleza distinta de un acto realizado seriamente.
Cabe destacar que la simulación sólo es posible a través de un contrato, convenio
o un acto que utiliza a terceras personas, porque se supone una mentira
concertada entre varias.