Su418 19
Su418 19
Su418 19
La doble instancia tiene una relación estrecha con el derecho de defensa, pues
a través del establecimiento de un mecanismo idóneo y efectivo para asegurar
la recta administración de justicia, (i) garantiza la protección de los derechos
e intereses de quienes acceden al aparato estatal; (ii) permite que la decisión
adoptada por una autoridad judicial sea revisada por otro funcionario de la
misma naturaleza y la más alta jerarquía; (iii) amplía la deliberación sobre la
controversia; y (iv) evita la configuración de yerros judiciales al incrementar
la probabilidad de acierto de la justicia como servicio público.
RECURSO DE APELACION-Finalidad/RECURSO DE
APELACION-Sustentación
2
APELACION DE SENTENCIAS-Trámite del recurso de apelación en el
Código General del Proceso
Para que sea posible acudir a la vía de la acción de tutela, la parte interesada
debe haber agotado los medios de defensa disponibles en la jurisdicción
ordinaria. Ello impone la necesidad de recurrir la decisión que en segunda
instancia resuelve, bien sea declarando desierto el recurso ante la falta de
sustentación o bien dándole trámite, a pesar de no haber sido sustentado.
3
Demandados: Tribunal Superior de Bogotá
-Sala Civil-, Tribunal Administrativo de
Boyacá, Tribunal Superior de Santa Marta
-Sala Civil Familia-, Juzgado Sexto Civil
del Circuito de Bucaramanga y Tribunal
Superior de Cartagena -Sala Civil Familia-
Magistrado Ponente:
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
Una vez verificado que los aludidos expedientes abordan una temática jurídica
semejante, cual es la relacionada con la interpretación del artículo 322 del
Código General del Proceso que regula la sustentación del recurso de apelación
1
Ver folios 6 a 13 del cuaderno No. 01 del expediente T-6.695.535.
2
Previa radicación oportuna de la solicitud de insistencia presentada por la Magistrada Gloria Stella Ortiz
Delgado para la revisión de la problemática jurídica contenida en el expediente T-6.695.535. Específicamente,
en su criterio, el citado caso “permitiría a la Corte Constitucional analizar cuál es la interpretación del
artículo 322 del Código General del Proceso que se ajusta al Texto Superior, ante las posiciones
contradictorias adoptadas por las Salas de Casación Civil y Laboral de la Corte Suprema de Justicia en sede
de tutela”. Ver folios 3 y 4 del cuaderno No. 01 del expediente T-6.695.535.
3
Ver folios 3 a 12 del cuaderno No. 1 del expediente T-6.916.634.
4
en materia civil, el magistrado sustanciador optó por ponerlos en conocimiento
de la Sala Plena para que esta decidiera si la trascendencia del tema ameritaba
“su estudio por todos los magistrados” y, por consiguiente, si había lugar o no
a un fallo de unificación de jurisprudencia.
Incluso, en sesión ulterior del 6 de marzo de 2019, la Sala Plena dispuso que,
por versar sobre situaciones fácticas y jurídicas similares, se acumularan a los
ya reseñados expedientes, los procesos de tutela identificados bajo los números
T-7.028.230 y T-7.035.566, previamente escogidos para revisión y acumulados
entre sí por la Sala de Selección Número Diez de la Corte Constitucional en
Auto del 29 de octubre de 20187, cuyo escrutinio correspondió, en su momento,
a la Sala Octava de Revisión8.
5
especial frente a lo preceptuado en su numeral 3º, relativo a la forma y
oportunidad en que debe sustentarse el recurso de apelación de una sentencia
por parte del recurrente y a las hipótesis en que los jueces de primera y segunda
instancia proceden a declararlo desierto.
6
En el siguiente cuadro ilustrativo, se pone de presente tanto el número de
radicación de los distintos expedientes que fueron acumulados, como el
nombre de los tutelantes, la identificación de las respectivas autoridades
judiciales demandadas y el tipo de proceso ordinario en el que se suscitó la
controversia:
7
por conducto de mandatario judicial11, presentó acción de tutela en procura de
obtener la protección de sus derechos fundamentales al debido proceso y al
acceso a la administración de justicia12, presuntamente vulnerados por el
Tribunal Superior de Bogotá -Sala Civil- al resolver, dentro de un proceso
reivindicatorio que formuló en contra de la señora Maribel Inacio Vela, no
declarar desierto el recurso de apelación interpuesto por la parte demandada
contra la sentencia de primera instancia, pese a haber advertido la inasistencia
de su apoderada en el trámite de la audiencia pública de sustentación y fallo de
que trata el artículo 327 del Código General del Proceso13.
A. Hechos relevantes
8
notificada en estrados.
9
Proceso, según el cual, “todas las actuaciones deben cumplirse en forma oral,
pública y en audiencias, salvo las que expresamente se autorice realizar por
escrito”, la demandante puso de manifiesto que, en el caso concreto, “como el
recurso de apelación se interpuso en el trámite de la audiencia de fallo de
primera instancia, no procedía sustentarlo por escrito, ni antes ni después de
la audiencia, así como tampoco era procedente el argumento de que por
razones de economía procesal fuese exonerada la parte de asistir a la
audiencia y, mucho menos, de la obligación legal de sustentar oralmente en
segunda instancia dicho recurso”, por lo que, en su criterio, el Tribunal
Superior de Bogotá -Sala Civil-, “en ejercicio del debido proceso y del derecho
de defensa”, debió proceder a declararlo desierto23.
8. De ahí que, en el interés de que sean protegidos los derechos que considera
transgredidos, la tutelante insta al juez constitucional para que deje sin valor ni
efecto alguno la sentencia proferida en segunda instancia por el Tribunal
Superior de Bogotá -Sala Civil-, dentro del proceso reivindicatorio
emprendido, al tiempo que se le ordene a dicha autoridad judicial dictar una
nueva providencia en la que declare desierto el recurso de apelación interpuesto
por la parte recurrente24.
10
dictado en audiencia del 5 de julio de 2017 y expidiera nueva providencia en la
que se pronunciara sobre la viabilidad del recurso de apelación, “teniendo en
cuenta la inasistencia de la censora a la audiencia de sustentación y fallo” 29.
Lo anterior, tras advertir que la autoridad judicial demandada había cometido
un “desafuero que ameritaba la injerencia de la jurisdicción”, en tanto que, al
resolver la apelación, “desconoció los mandatos imperativos consagrados en el
artículo 322 (inciso 4º, numeral 3º) del Código General del Proceso” 30 que
imponían al recurrente la carga de sustentar la alzada ante el ad-quem31. Esto
último, a pesar de que la demandante no formuló reparo alguno, “tan pronto
como fue notificada por parte del Tribunal de la decisión que en esta
oportunidad controvierte”, debido a la trascendencia de la irregularidad
infringida32.
11
desarrollado en el Código General del Proceso, que impone adelantar la
actuación mediante audiencias permitiendo la inmediación del juez en cada
etapa del litigio” (Subrayas y negrillas no originales).
12
término de la diligencia en la que se dictó la sentencia o dentro de los tres días
siguientes a ese acto procesal, es viable resolver su censura, en atención,
precisamente, a la prevalencia del derecho sustancial sobre las formas y a la
necesidad de garantizar a los sujetos procesales, partes e intervinientes en un
litigio, derechos de raigambre superior como el acceso efectivo a la
administración de justicia, defensa, contradicción y doble instancia”.
Siendo así las cosas, a partir de la fecha habría de dejarse por sentado dicho
cambio jurisprudencial, bajo el entendido que, una vez interpuesto el recurso de
apelación y sustentado en debida forma ante el a-quo, “el juez de alzada debe
tramitarlo, así el interesado no asista a la audiencia de sustentación por él
programada, pues con ello se garantiza no solo el debido proceso y el acceso a
la administración de justicia, sino a un juicio justo y recto”, aun cuando con
anterioridad la Sala hubiere sostenido que, “a pesar de que el recurrente
sustentara el recurso, su inasistencia a la audiencia ante el superior, facultaba
al ad-quem a declararlo desierto”36.
A. Hechos relevantes
13
el ente encausado39.
14
de primera instancia de la acción popular debe ser sustentado por el
impugnante, quien debe exponer de manera breve y concreta los
razonamientos por los que considera que la decisión debe ser revocada por el
Superior, sin que sean válidas las afirmaciones generales o abstractas, o la
mera manifestación de inconformidad”. De suerte que, para el caso concreto, la
autoridad judicial concluyó que “el apelante se había limitado a aseverar que
consideraba que no se habían valorado las pruebas obrantes en el plenario y
sus alegaciones, sin identificar ningún reparo claro y específico en contra del
fallo de primer grado, motivo por el cual la apelación es insuficiente y debe ser
desestimada por carencia de objeto, lo que conlleva la confirmación de la
providencia recurrida”.
15
que estima han sido conculcadas, el accionante pide al juez constitucional que
declare acreditada la causal específica de procedibilidad relativa al defecto
sustantivo o material, corolario de lo cual “se deje sin valor ni efecto alguno la
sentencia de segunda instancia proferida por el Tribunal Administrativo de
Boyacá y se dicte la providencia de reemplazo a que haya lugar”48.
16
a-quo, las pruebas no valoradas o analizadas incorrectamente y/o los
razonamientos lógicos o jurídicos que conducen a cuestionar la sentencia, sin
que en ningún caso sea válida la mera manifestación de desacuerdo o las
afirmaciones etéreas e insustanciales”. De esa manera, al examinarse el escrito
contentivo del recurso de apelación radicado por el señor Velásquez Rodríguez,
se evidenció la existencia de un motivo suficiente para darlo como no
sustentado, pues aquel “se limita a afirmar que faltó análisis en la sentencia de
primera instancia, pero no en qué aspectos concretos, así fuera en términos
informales” 50.
10. Recurrido el anterior fallo por parte del accionante, sobre la base de
considerar que el juez de primera instancia “se había rehusado a realizar el
respectivo control de legalidad de su apelación sin tener en cuenta que se
trataba de un ciudadano sin formación jurídica especializada” 53, el Consejo de
Estado -Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Cuarta-, en sentencia
del 19 de abril de 2018, decidió confirmarlo, al establecer que la decisión
tomada por el tribunal censurado fue razonable, en definitiva, porque “la parte
actora no cumplió con la carga de identificar concretamente los yerros que se
pudieron cometer en la sentencia de primera instancia, pues si bien afirmó que
se desconocieron normas particulares y las pruebas recaudadas, lo cierto es
que no señaló a qué normas o pruebas se refería”. No en vano, en lo que
concierne a la sustentación de la apelación, “el impugnante o recurrente tiene
la obligación o la carga procesal de señalar las discrepancias, toda vez que
ellas son las que deberán ser analizadas y resueltas en la providencia de
segunda instancia”. Por ende, si en el recurso de apelación no existen razones
de inconformidad o esos motivos no guardan congruencia con lo decidido en
primera instancia, “ocurre que el recurso carecerá de objeto y no podrá
resolverse” 54.
50
Ver folios 53 y 54 del cuaderno No. 2 del expediente.
51
Al decir del fallador de primera instancia, “para que el juez pueda analizar el proceso en segunda instancia,
debe conocer cuáles son los reparos de las partes frente a la sentencia dictada por el a-quo. De ese modo, la
simple manifestación de inconformidad no es suficiente para que la autoridad judicial pueda pronunciarse,
puesto que es indispensable que aquella conozca en qué consiste la oposición del recurrente. Las afirmaciones
anteriores, valga resaltar, han sido iteradas por el Consejo de Estado en diversos pronunciamientos, como
bien lo sostuvo el Tribunal”. Ver folio 64 del cuaderno No. 2 del expediente.
52
Ver contenido del pronunciamiento en folios 61 a 65 del cuaderno No. 2 del expediente.
53
Ver folio 72 del cuaderno No. 2 del expediente.
54
Ver contenido del pronunciamiento en folios 110 a 114 del cuaderno No. 2 del expediente.
17
3.3. Expediente T-6.916.634
La señora Rocío del Socorro Lara Mier, actuando en nombre propio, presentó
acción de tutela el 21 de marzo de 2018 contra el Tribunal Superior de Santa
Marta -Sala Civil Familia-55, habida cuenta de la presunta vulneración de su
derecho fundamental al debido proceso, en la que considera ha incurrido la
aludida autoridad judicial en el trámite de segunda instancia de una demanda
ejecutiva singular que impulsó en contra de las señoras Margareth de Jesús
Sarmiento Pérez y Abigail Gómez Forero, al haber declarado desierto el
recurso de apelación interpuesto por su abogado contra la sentencia de primera
instancia, como consecuencia de su inasistencia a la audiencia pública de
sustentación y fallo prevista en el artículo 327 del Código General del
Proceso56.
A. Hechos relevantes
1. Mediante apoderada judicial, la señora Rocío del Socorro Lara Mier inició
proceso ejecutivo singular de mayor cuantía para el cobro de un título valor
representado en una letra de cambio por valor de 120 millones de pesos,
aceptada por las señoras Margareth de Jesús Sarmiento Pérez y Abigail Gómez
Forero57.
18
uso de la palabra a los apoderados judiciales de ambos extremos procesales,
quienes “manifestaron que presentaban recurso de apelación contra la
sentencia proferida y procedieron a sustentar brevemente sus reparos”. En
consecuencia, el Juzgado Civil del Circuito de Fundación, Magdalena,
concedió los medios impugnativos en el efecto suspensivo, recordándoles que
contaban con un término de tres días para ampliar por escrito sus reproches y
que, en todo caso, “tenían la obligación de presentarse ante el Superior para
sustentar su apelación, siendo declarado desierto dicho recurso en el evento en
que no llegaren a presentarse”62.
7. Por lo expuesto, la señora Rocío del Socorro Lara Mier presentó acción de
tutela contra las autoridades judiciales que asumieron el conocimiento de la
demanda ejecutiva, respaldada en la particular circunstancia de que aquellas
infringieron su derecho fundamental al debido proceso por no haber valorado
adecuadamente el material probatorio aportado a la causa 69, ni mucho menos
“examinado los argumentos de oposición revelados por su abogado en la
62
Frente a la concesión del recurso de apelación, los mandatarios judiciales no formularon reparo alguno. Ver
folio 416 del cuaderno No. 2 del expediente.
63
Ver folios 417 a 423 del cuaderno No. 2 del expediente.
64
Ver folio 424 del cuaderno No. 2 del expediente.
65
Ver folio 22 del cuaderno No. 2 del expediente.
66
Ver folio 24 del cuaderno No. 2 del expediente.
67
Ver folio 22 del cuaderno No. 1 del expediente.
68
Ver folios 36 a 40 del cuaderno No. 1 del expediente.
69
En criterio de la actora, “las pruebas aportadas al proceso fueron valoradas de manera errónea por los
jueces de instancia, permitiéndose que testigos tachados de sospechosos aportaran documentos sin estar
legitimados ni por activa ni por pasiva en la causa (…), además de que esa no es la forma de controvertir la
autonomía, credibilidad, autenticidad y literalidad del título valor exigido”. Ver folios 3, 4 y 5 del cuaderno
No.2 del expediente.
19
audiencia inicial ni en el escrito de complemento, pues debido a su inasistencia
por razones ajenas a su voluntad, el recurso de apelación fue declarado
parcialmente desierto”70.
8. Bajo esa perspectiva, solicita al juez constitucional que deje sin efecto ni
valor alguno los fallos de primera y segunda instancia expedidos en el marco
del proceso ejecutivo, de suerte que se le ordene al Juzgado Civil del Circuito
de Fundación, Magdalena, con carácter correctivo, que profiera, en sede de
primera instancia, un nuevo fallo en el que se ordene “seguir adelante la
ejecución por la suma de $120.000.000 millones de pesos, más costas, gastos y
agencias en derecho en su favor”71.
20
fallo con el fin de sustentar los reparos que soportaban el medio impugnativo,
pese a que la providencia que fijó fecha y hora para su celebración había sido
notificada por estado el 14 de febrero de 2018”76.
12. La impugnación fue radicada en término por la señora Rocío del Socorro
Lara Mier, quien a partir de un reciente pronunciamiento en sede de tutela por
parte de la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia exigió la
aplicación del principio de prevalencia del derecho sustancial sobre las formas
procesales79, en el interés de que sea resuelto de fondo el recurso de apelación,
pues su apoderado “sustentó brevemente los motivos de inconformidad ante el
Juzgado Civil del Circuito de Fundación, Magdalena, y dentro de los tres días
siguientes precisó su alcance por escrito”, razón por la que su inasistencia a la
audiencia celebrada ante el Tribunal Superior de Santa Marta -Sala Civil
Familia- no debió conducir a su declaratoria de desierto80.
21
último, tomando en consideración que, como lo ha venido reiterando la propia
Sala Laboral desde la providencia de instancia del 7 de marzo de 2018 (Rad.
78847), “cuando una de las partes interpone el recurso de apelación ante el
inferior, pero además de ello, lo sustenta en debida forma, así no asista dicha
parte ante el Superior para la audiencia de sustentación por él programada,
aquél tiene el deber de darle trámite, como una garantía del debido proceso, el
acceso a la administración de justicia y a un proceso justo y recto”.
De esta manera, aunque el inciso 2º del numeral 3º del artículo 322 del Código
General del Proceso establece que, ante la primera instancia, el recurrente solo
está obligado a hacer mención de los reparos contra la decisión de la cual
discrepa, es decir, una expresión general sobre los puntos de inconformidad,
dejando los detalles para una exposición ante el superior, “el hecho de que el
impugnante aproveche de una vez su intervención ante el inferior para efectuar
una explicación completa y razonada que ataque las razones fácticas y
jurídicas de la decisión de la cual se aparta, sin que necesariamente ello
implique hacer una extensa y pesada exposición sino una adecuada y concreta
manifestación de los fundamentos de desacuerdo, tal actuación, en sí misma
debe ser considerada como la sustentación del recurso, sin que la inasistencia
a la audiencia ante el superior con ese propósito traiga como consecuencia su
invalidez”. Ello quiere decir que, si el interesado hizo algo más a lo exigido en
la ley, no se puede castigar con una sanción su inasistencia, si desde antes se
encuentra cumplido el objetivo de la norma, que no es otro que la exigencia al
apelante para que surta en forma personal y oral la respectiva alegación.
22
suscitaron en contra de la señora Martha Yaneth Lancheros Gaona, la deserción
del recurso de apelación presentado por su abogado, al no haber asistido de
manera puntual a la audiencia de que trata el artículo 327 del Código General
del Proceso, sin tener en cuenta que su sustentación se había realizado
previamente, en forma oral y escrita, ante el juez de primera instancia.
A. Hechos relevantes
23
tocar la puerta de la sala insistentemente al ver que estaba cerrada con seguro
y que nadie se percataba de su llamado, tornándose tan extraña la situación
que procedió a tomarle una foto a la puerta para dejar constancia de lo que
sucedía”90. Solo hasta las 9:07 a.m. le abrieron la puerta, “siendo atendido por
quien al parecer es el secretario del juzgado, quien le manifestó que la
diligencia no se había efectuado -encontrándose dentro de la sala únicamente
la apoderada de la parte demandada y el secretario, pues el juez no estaba
presente- por su inasistencia”, declarándose desierto el recurso de apelación
por no haberse sustentado ante el superior¸ pese a que los reparos contra la
sentencia de primera instancia se habían adelantado en forma oral y por vía
escrita ante la autoridad que la profirió91.
De lo anterior obra certificación expedida por parte del mismo juzgado, pero
solo en cuanto a la hora en que el abogado y sus mandantes solicitaron que se
dejara constancia de lo acontecido y no del primer momento en que,
aparentemente, el primero hizo presencia en el despacho para asistir a la
audiencia que prevé el artículo 327 del Código General del Proceso92.
5. Con motivo de los hechos referidos, los señores Jens Jensen y Magdalena
María Estupiñán Quintero acudieron a la acción de tutela, a fin de poner en
evidencia la transgresión de sus derechos fundamentales al debido proceso, a la
defensa y al acceso a la administración de justicia, producto de “la falta de
motivación, el exceso ritual manifiesto y el desconocimiento de la
jurisprudencia”93 en que incurrió el Juzgado Sexto Civil del Circuito de
Bucaramanga al declarar desierto el recurso de apelación interpuesto contra la
sentencia de primera instancia, dictada dentro del proceso verbal seguido
contra la señora Martha Yaneth Lancheros Gaona, habida cuenta de la presunta
inasistencia de su apoderado a la audiencia del 19 de julio de 2018, “lo que
deja el caso sin resolverse de fondo y en un escenario de violación continua de
sus garantías superiores”94.
24
autoridad judicial que fije nueva fecha y hora para llevar a cabo la diligencia
dispuesta en el artículo 327 del Código General del Proceso o, en su defecto,
resuelva materialmente el medio impugnativo que ya fue presentado”.
9. Por otro lado, el juez que gestionó en segunda instancia el proceso verbal
solicitó que se declarara improcedente la petición hecha por los demandantes al
no configurarse ningún yerro en su actuación. Así, empezó por indicar que,
efectivamente, programó la audiencia de “sustentación y sentencia” dispuesta
en el artículo 327 del Código General del Proceso para el 19 de julio de 2018 a
las 9:00 a.m. Acto seguido, calificó de “mendaces e injuriosas” las
afirmaciones de los tutelantes, en el entendido que no estuvo presente en la
diligencia y que el apoderado apelante hizo presencia en ella. Por el contrario,
aseveró que, en estricta aplicación del inciso 3º del numeral 1º del artículo 107
del estatuto procesal97, personalmente instaló, presidió e inició la audiencia, sin
que el abogado recurrente haya asistido a la misma, “ni durante la instalación,
ni en la presentación e identificación de la única concurrente que fue la
apoderada de la contraparte, así como tampoco cuando se profirió el auto
declarando desierto el recurso que, por lo demás, se notificó en estrados, ni
cuando se cerró la diligencia; amén que cuando me retiré de la sala tampoco
estaba el apoderado en la puerta ni había ninguna otra persona”, constándole
simplemente que el apoderado estuvo minutos después en el despacho
indagando por la suerte de la audiencia.
25
Suprema de Justicia ha sido clara en estipular que la sustentación del recurso de
apelación contra una sentencia debe hacerse en audiencia, toda vez que el
numeral 6º del artículo 107 del Código General del Proceso prohíbe sustituir
las intervenciones orales por escritos98, lo cual se acompasa con el mandato
contenido en la regla del artículo 327 ejusdem que obliga al apelante a “(…)
sujetar su alegación a desarrollar los argumentos expuestos ante el juez de
primera instancia”, so pena de declarar desierto el recurso como lo exige el
inciso 4º del numeral 3º del artículo 322 ibídem99. Criterio expuesto
recientemente en la sentencia STC7917-2018 del 21 de junio de 2018, que es
posterior a la providencia de la Sala de Casación Laboral del 7 de marzo de ese
mismo año100.
Hecha esta claridad, reseñó que “(…) el juez y su secretario llegaron con
antelación a la sala de audiencia No. 8, en donde los estaba esperando su
apoderada. Una vez ingresaron, el juez se vistió con su toga y el secretario
alistó el equipo de audio y video, por lo que siendo las 9:00 a.m. se dio inicio a
la diligencia, presentándose los asistentes y efectuándose un recuento del
proceso (…)”. Tan pronto como se leyó el acta respectiva, “(…) se reparó en
la ausencia del apoderado de los demandantes para que realizara la
sustentación del recurso en los términos del inciso 2º del artículo 327 del
Código General del Proceso (…)”, motivo por el cual es dable concluir que el
Juez Sexto Civil del Circuito de Bucaramanga “(…) obró de conformidad con
la ley aplicable al declararlo desierto, pues durante el desarrollo de la
audiencia que condujo, la parte recurrente no se hizo presente (…)”. Es por
ello que las partes deben acudir al despacho con suficiente anticipación para
atender las indicaciones dirigidas a un correcto desarrollo del proceso101.
26
la sustentación y fallo”, produciéndose así los efectos previstos en el numeral
3º del artículo 322 de dicha normatividad.
12. Impugnado el fallo del a-quo por los accionantes, quienes insistieron en el
hecho de que su apoderado judicial “sí se presentó de manera puntual a la
audiencia de sustentación del 19 de julio de 2018 pero no le abrieron la
puerta”103, la Corte Suprema de Justicia -Sala de Casación Civil-, mediante
sentencia del 6 de septiembre de 2018104, decidió confirmarlo, aduciendo que,
en casos similares, la Sala se ha decantado por reconocer que tanto el artículo
322 como el artículo 327 del Código General del Proceso obligan “que la
sustentación de la arremetida vertical sea efectuada durante la audiencia
prevista para este fin, cuya práctica ocurre ante el estamento facultado para
ventilar el respectivo ataque”.
27
las distintas cargas que se le imponen al apelante de una sentencia, así: “i)
interposición del recurso, ii) exposición del reparo concreto y iii) alegación
final o sustentación” (Negrillas propias del texto).
De ahí que no sea acertado presumir que la carga de sustentación se suple con
la simple formulación de un reparo concreto ante el examinador de primera
instancia, “pues este solamente es el segundo de los tres pasos que debe
indefectiblemente dar el apelante para estructurar sus descargos en debida
forma, tanto así que sin reproche no puede haber alzamiento”. Así lo instituye
el propio artículo 322 del Código General del Proceso, según el cual, si “el
apelante de un auto no sustenta el recurso en debida forma y de manera
oportuna, el juez de primera instancia lo declarará desierto y, acto seguido,
determina que la misma decisión adoptará cuando no se precisen los reparos a
la sentencia apelada (…)”. En otras palabras, la asistencia del detractor en la
audiencia de sustentación y fallo es obligatoria, dado que en ese escenario
deberá expresar los motivos de su disentimiento; por consiguiente, “si no
acude no habrá posibilidad de interactuar y de hacer saber al juzgador las
razones por las que discrepa de la determinación atacada”.
28
La sociedad Ismael Guete Asesorías y Construcciones S.A.S., a través de
apoderada judicial, promovió acción de tutela el 25 de junio de 2018 contra el
Tribunal Superior de Cartagena -Sala Civil Familia- 107, por la presunta
vulneración de su derecho fundamental al debido proceso, en la que estima ha
incurrido dicho cuerpo colegiado al resolver, en el curso de la segunda
instancia de una demanda ejecutiva singular de mayor cuantía que entabló
contra el Departamento de Bolívar -Secretaría de Salud Departamental
(DASALUD)-, no declarar desierto el recurso de apelación interpuesto por la
parte demandada contra la sentencia de primera instancia, a pesar de haber
advertido su no comparecencia a la audiencia de sustentación y fallo dispuesta
en el artículo 327 del Código General del Proceso.
A. Hechos relevantes
107
Ver contenido del escrito demandatorio en folios 17 a 24 del cuaderno No. 2 del expediente.
108
A la primera demanda se acumuló otra por parte de la sociedad demandante en calidad de endosataria de la
Fundación Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja, lo cual fue aprobado por el Juzgado Primero Civil del
Circuito de Cartagena en auto del 8 de noviembre de 2016. Ver folio 18 del cuaderno No. 2 del expediente.
109
Ver folios 3 y 4 del cuaderno No. 2 del expediente.
110
Esta providencia fue dictada el tres de noviembre de 2017.
29
Cartagena -Sala Civil Familia- dispuso en auto del 5 de marzo de 2018 que
adelantaría el 16 de marzo siguiente la audiencia de sustentación y fallo
contemplada en el artículo 327 del Código General del Proceso, advirtiéndole
al recurrente que “su no comparecencia a la diligencia conlleva la
declaratoria de desierto del recurso”111. No obstante, por petición expresa de
aplazamiento hecha por los apoderados judiciales de ambas partes, “al
encontrarse adelantando gestiones pertinentes para establecer el valor real de
la deuda”112, la diligencia fue reprogramada para el cuatro de mayo de 2018 en
proveído del 23 de abril de esa misma anualidad113.
30
Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia y que revelan la obligatoriedad
de sustentar la alzada ante el superior, “como el escenario idóneo en donde el
recurrente queda habilitado para convencer al superior de revocar la decisión
proferida por el juez de primera instancia, lo cual comulga también con el
principio de oralidad que desarrolla el CGP y que permite la inmediación del
juez en cada etapa del litigio”116.
Desde esa óptica, si bien es cierto que, en el caso concreto, “el apoderado de la
parte demandada, al momento de interponer el recurso de apelación contra la
sentencia de primera instancia, indicó brevemente sus reparos concretos
contra ella, no lo es menos que dichos reparos no cuentan como sustentación
del recurso”, máxime, cuando de la lectura del artículo 322 procesal, se
advierte que los reparos concretos y la sustentación “son dos momentos
procesales diferentes que llevan a que el recurso de apelación sea declarado
desierto en dos ocasiones”.
31
intervino en el presente trámite por conducto del magistrado que actuó como
ponente de la decisión adoptada en la audiencia de sustentación y fallo contra
la cual se deprecó la protección constitucional. Tal servidor indicó que, si bien
era cierto que el artículo 327 del Código General del Proceso consagraba una
etapa procesal para sustentar la alzada, también lo era que “el numeral 3º del
artículo 322 de ese estatuto tenía previsto que para sustentar el recurso
devenía suficiente con la expresión de las razones de inconformidad”.
120
El interviniente cita apartes de las sentencias STL11513-2017 y STL3342-2018.
121
El interviniente cita apartes de las sentencias STC19438-2017 y STC19438-2017.
122
Ver folios 45 a 48 del cuaderno No. 2 del expediente.
123
En esta decisión se presentaron dos salvamentos de voto por parte de los Magistrados Álvaro Fernando
García Restrepo y Ariel Salazar Ramírez, quienes coincidieron en disentir del fallo de instancia por estimar que
“la mera ausencia de la parte recurrente en la audiencia de sustentación y fallo no puede castigarse con la
deserción del recurso”. Ver folios 81 a 83 y 87 a 93 del cuaderno No. 2 del expediente.
124
Para el juez de primera instancia, “aceptar entonces que los reparos concretos aducidos ante el a-quo al
formularse la alzada contra una sentencia son suficientes (…)”.
32
Aceptar, entonces, que los reparos concretos aducidos ante el a-quo al
formularse la alzada contra una sentencia son suficientes y que puede
soslayarse la sustentación oral ante el superior, impuesta en el artículo 322 del
Código General del Proceso, contradice los principios trascendentales de
oralidad, concentración, celeridad, transparencia, contradicción e inmediación
previstos en esa norma y, de contera, “el principio democrático representativo,
según el cual es el Congreso de la República, revestido de una amplia potestad
legislativa, el competente para regular los decursos judiciales (art. 150 C.P.)”.
Por lo tanto, aun cuando la parte actora no repuso la determinación del Tribunal
Superior de Cartagena -Sala Civil Familia- de desatar la alzada pese a la
evidente inasistencia a la diligencia en que habría de ventilarse la misma, “esa
desatención de la promotora no frustra el éxito del amparo constitucional,
pues ese mecanismo horizontal hubiese resultado inane, si se advierte la férrea
postura del colegiado entutelado, quien, incluso, al responder el requerimiento
insistió en haber obrado correctamente”125.
12. Esta decisión fue impugnada por la Directora de Defensa Judicial del
Departamento de Bolívar, quien soportó su desacuerdo en el hecho de que el
apoderado de la parte demandada sí había cumplido con la carga procesal de
sustentar las inconformidades que tenía con la sentencia de primera instancia
proferida por el Juzgado Primero Civil del Circuito de Cartagena, sobre todo si
se reparaba en la jurisprudencia de la Sala de Casación Laboral de la Corte
Suprema de Justicia, de donde no podía inferirse que la sustentación tuviera
que hacerse necesariamente en forma oral y, por ello, “habiéndose considerado
por el juez de la apelación que se sustentó en debida forma el recurso, no
existe ningún obstáculo para que dicho estrado proceda a desatar el fondo del
asunto sometido a su conocimiento”126.
33
aunque no compareció a la diligencia de fallo programada, era procedente
desatar la alzada propuesta”. Por contraste, lo que sí se evidencia en el asunto
bajo examen es que la parte actora, a través del mecanismo estatuido en el
artículo 86 superior, intenta subsanar su inasistencia a la ya mencionada
audiencia, comoquiera que era ese “el escenario procesal para recurrir la
decisión del Tribunal de no declarar desierto el recurso de apelación
interpuesto por el ejecutado, circunstancia que no puede ahora ser
remediada”, en tanto la acción de tutela no fue concebida para revivir términos
u oportunidades procesales deliberadamente desatendidas por las partes
intervinientes en los procesos judiciales127.
La parte demandada
interpuso recurso de
apelación.
Segunda instancia: El
Tribunal Superior de
Bogotá -Sala Civil-, en
sentencia del 5 de julio
de 2017, a pesar de
haber verificado la
inasistencia de la
apoderada judicial de
127
Ver folios 3 a 10 del cuaderno No. 3 del expediente.
34
las demandadas,
resolvió darle trámite a
la apelación para, en su
lugar, revocar la
decisión del a-quo y
denegar las
pretensiones de la
demanda.
Acción popular Primera instancia: El
T-6.779.435 Douglas Jairo promovida contra Juzgado Trece
Velásquez el municipio de Administrativo Oral
Rodríguez Gachantivá del Circuito de Tunja,
(Boyacá) para la en sentencia del 10 de
protección de los marzo de 2016,
derechos e desestimó las súplicas
intereses de la demanda.
colectivos a la
moralidad El actor popular
administrativa, al presentó escrito de
goce del espacio apelación aduciendo
público y a la “el desconocimiento
utilización y de las normas que
defensa de los reglaban el medio de
bienes de uso control” y “la falta de
público valoración de las
pruebas recaudadas”.
Segunda instancia: El
Tribunal
Administrativo de
Boyacá, en sentencia
del 12 de septiembre
de 2017, confirmó el
fallo censurado.
Demanda ejecutiva Primera instancia: El
T-6.916.634 Rocío del singular de mayor Juzgado Civil del
Socorro Lara cuantía para el Circuito de Fundación,
Mier cobro de un título Magdalena, en
valor en contra de sentencia del 19 de
las señoras octubre de 2017,
Margareth de Jesús declaró probada la
Sarmiento Pérez y excepción denominada
Abigail Gómez “cobro de lo no
Forero debido” y dispuso
seguir adelante la
ejecución, pero por
valor de $20.000.000.
35
Los apoderados
judiciales de ambos
extremos procesales
interpusieron recursos
de apelación.
Segunda instancia: El
Tribunal Superior de
Santa Marta -Sala
Civil Familia-, en
sentencia del 2 de
marzo de 2018,
resolvió confirmar la
decisión del a-quo, tras
haber declarado
parcialmente desierto
el recurso de apelación
formulado por la parte
demandante, luego de
verificar su
inasistencia a la
audiencia.
Demanda Primera instancia: El
T-7.028.230 Jens Jensen y declarativa verbal Juzgado Veintiocho
Magdalena de incumplimiento Civil Municipal de
María del contrato de Bucaramanga, en
Estupiñán promesa de sentencia del 9 de
Quintero compraventa en marzo de 2018, declaró
contra de la señora fundadas las
Martha Yaneth excepciones de mérito
Lancheros Gaona propuestas por la parte
enjuiciada, denegó las
pretensiones
principales y
subsidiarias de la
demanda y dio por
terminado el proceso
verbal de menor
cuantía.
El apoderado judicial
de los demandantes
interpuso recurso de
apelación.
Segunda instancia: El
36
Juzgado Sexto Civil
del Circuito de
Bucaramanga, en
audiencia de
sustentación y fallo
dispuesta para el 19 de
julio de 2018, declaró
desierto el recurso de
apelación presentado
por la inasistencia
puntual del apoderado
judicial de los
recurrentes a la citada
diligencia.
Demanda ejecutiva Primera instancia: El
T-7.035.566 Sociedad singular de mayor Juzgado Primero Civil
Ismael Guete cuantía para el del Circuito de
Asesorías y cobro de varias Cartagena, en
Construcciones facturas libradas sentencia del 25 de
S.A.S. por la Fundación agosto de 2017,
Unidad de denegó las
Cuidados excepciones planteadas
Intensivos Doña por la parte ejecutada y
Pilar contra el ordenó seguir adelante
Departamento de con la ejecución para
Bolívar -Secretaría el cumplimiento de las
de Salud obligaciones
Departamental contenidas en el
(DASALUD)- mandamiento de pago,
practicar la liquidación
del crédito y condenar
en costas al ente
encausado.
El apoderado judicial
de la parte demandada
interpuso recurso de
apelación.
Segunda instancia: El
Tribunal Superior de
Cartagena -Sala Civil
Familia-, en audiencia
de sustentación y fallo
dispuesta para el 4 de
mayo de 2018, a pesar
de haber verificado la
37
inasistencia de los
apoderados judiciales
de ambos extremos
procesales, resolvió
darle trámite a la
apelación para, en su
lugar, revocar la
decisión del a-quo y
declarar probada la
excepción de mérito
planteada por la parte
demandada, dándose
por terminada la
ejecución.
2. Una vez efectuado un examen general de los documentos que reposan en los
expedientes T-6.695.535, T-6.779.435 y T-6.916.634, la Sala Plena de esta
Corporación, mediante Auto 022 del 30 de enero de 2019128, consideró
necesario decretar y practicar algunas pruebas. Por tal motivo, dispuso oficiar
al Tribunal Superior de Bogotá -Sala Civil- dentro del Expediente T-6.695.535,
al Tribunal Administrativo de Boyacá dentro del Expediente T-6.779.435 y al
Tribunal Superior de Santa Marta -Sala Civil Familia- dentro del Expediente T-
6.916.634, para que, en un término perentorio, remitieran copia de las
actuaciones relacionadas con el trámite del recurso de apelación en cada uno de
los expedientes contentivos de los procedimientos ordinarios entablados por los
señores Myriam Yohana Acevedo Novoa (demanda reivindicatoria), Douglas
Jairo Velázquez Rodríguez (acción popular) y Rocío del Socorro Lara Mier
(demanda ejecutiva singular de mayor cuantía), respectivamente, con el
propósito de verificar los supuestos de hecho que originaron la interposición de
las acciones de tutela y así pronunciarse de fondo en relación con la
controversia constitucional planteada129.
Por lo demás, allí también se extendió la suspensión de los términos para fallar
el proceso hasta el 14 de junio de 2019, mientras se surtía el trámite
correspondiente y se evaluaban las decisiones ínsitas en cada uno de los
procesos ordinarios que suscitaron la presente causa.
38
del Expediente T-6.779.435131; y, el segundo, radicado el 26 de febrero de 2019
por la Auxiliar Judicial I del Tribunal Superior de Santa Marta -Sala Civil
Familia-, quien procedió a enviar copia simple de lo acontecido con el recurso
de apelación interpuesto en el trámite del procedimiento ordinario objetado
dentro del Expediente T-6.916.634132.
131
Previo escrito enviado, vía correo electrónico del 15 de febrero de 2019, por la Secretaria General del
Tribunal Administrativo de Boyacá, en el que anuncia la remisión del oficio OPT-A-330/2019 al Juzgado Trece
Administrativo de Oralidad del Circuito Judicial de Tunja, para lo pertinente.
132
Memorial complementado por el oficio No. 1163 del 23 de abril de 2019 firmado por el Oficial Mayor del
Tribunal Superior de Santa Marta -Sala Civil Familia-, en el que además de anexar nuevamente copia simple de
la documentación ya arrimada a la Corporación, incorpora dos discos compactos con la grabación de las
audiencias de alegaciones y de apelación adelantadas dentro del trámite del proceso ejecutivo singular
promovido por Rocío del Socorro Lara Mier contra Margaret de Jesús Sarmiento Pérez y Abigail Gómez
Forero.
133
Respuesta a los oficios No. OPTB-3047/2019 a OPTB-3050/2019 y OPTB-104/2019 a OPTB-118/2019.
134
Previo escrito enviado el 16 de enero de 2019 por el Juez Sexto Civil del Circuito de Bucaramanga, en el
que anuncia la remisión del oficio OPTB-3048/2018 al Juzgado Veintiocho Civil Municipal de la localidad,
para que proceda de inmediato a remitir el expediente requerido.
135
Memorial antecedido por el oficio No. 0048 del 15 de enero de 2019 firmado por el Secretario del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Cartagena -Sala Civil Familia-, en el que menciona que el expediente
solicitado fue devuelto al despacho de origen el 29 de octubre de 2018.
39
4. En las anotadas condiciones, la Sala Plena, en Auto 226 del 8 de mayo de
2019136, advirtió que, frente al trámite de revisión que se surtía y luego de
esperar un término prudencial, hasta la fecha de expedición del presente
proveído, ni el Tribunal Superior de Bogotá -Sala Civil- dentro del Expediente
T-6.695.535 ni el Juzgado Veintiocho Civil Municipal de Bucaramanga dentro
del Expediente T-7.028.230, habían dado cabal cumplimiento a los respectivos
requerimientos judiciales efectuados con antelación. En consecuencia, se les
previno nuevamente para que, de forma inmediata, se sirvieran dar
cumplimiento a lo allí ordenado, teniendo en cuenta que, “para dictar
sentencia en los procesos de tutela mencionados, se hacía necesario contar, o
bien con la copia simple de las actuaciones relacionadas con el trámite del
recurso de apelación promovido al interior del respectivo procedimiento
ordinario, o bien, en calidad de préstamo, con el original del expediente
contentivo de dicho procedimiento, por tratarse de un elemento de juicio
constitucionalmente relevante, en la medida en que es de esa actuación que, en
realidad, se predica la afectación de garantías iusfundamentales en cada uno
de los asuntos que son objeto de revisión”.
40
año por la Secretaria del Juzgado Diecinueve Civil del Circuito de Bogotá, en
el que adjunta copia simple del proceso ordinario No.
110013103019201400263, dentro del expediente T-6.695.535 . 138
Así las cosas, según una primera interpretación, “la inasistencia a la audiencia
de segunda instancia obliga a declarar desierto el recurso de apelación”, dado
que la presencia del recurrente en dicha diligencia es considerada indispensable
tanto en la jurisprudencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de
Justicia139 como en la propia doctrina sentada por expertos en la materia140.
41
Incluso, en idéntico sentido, se pronuncian varios profesores expertos, para
quienes no solo el apelante debe aducir de manera breve sus reparos concretos
respecto de la decisión atacada, sino acudir ante el superior para sustentar allí
ese recurso, respaldado, precisamente, en cuestionamientos puntuales. Esta
postura, con distintas fases, por más reiterativas que parezcan, en caso de no
llevarse a cabo “dificultarían la preparación del debate que deberá surtirse
ante el superior” y, dicho sea de paso, “harían perder toda utilidad a la
audiencia de apelación”.
Bajo esta línea de orientación, existen cinco pasos que debe agotar el apelante
para que se tenga por adecuadamente sustentado: i) interposición del recurso
(que debe darse en la misma audiencia en que se pronunció la providencia
impugnada o, si es escrita, dentro de los tres días siguientes); ii) sustentación
del recurso (que obligatoriamente debe presentarse ante el juez que dictó la
providencia, sea auto o sentencia)142; iii) concesión de la apelación (definida
por el juez de primera instancia en alguno de los efectos del artículo 323 del
CGP); iv) admisión y trámite del recurso (le corresponde el juez de segunda
instancia luego del examen preliminar, disponiendo el trámite de los artículos
326 y 327 del CGP143, dependiendo de la naturaleza de la providencia
apelada)144; y v) decisión de la apelación (se produce en la audiencia de
sustentación y fallo, considerando que el artículo 328 del CGP, al regular la
competencia del superior, dispone que el juez de segunda instancia deberá
pronunciarse solamente sobre los argumentos expuestos por el apelante).
42
acaba de señalar. Dicho de otro modo, “el CGP no exige repetir, duplicar o
reproducir los reparos, motivos de inconformidad o sustentación de manera
oral en la audiencia de segunda instancia”, no ya solamente porque el proceso
mismo busca la eficiencia y la desformalización, sino porque, en realidad,
“ningún artículo del CGP dice que si el apelante no asiste a la audiencia de
segunda instancia, el recurso debe ser declarado desierto”, en desmedro de la
efectividad de los derechos reconocidos por la ley sustancial y el respeto por
los derechos constitucionales.
Conforme con ello, optar por declarar desierto el recurso de apelación cuando
el recurrente, a pesar de no haber asistido a la audiencia respectiva, “en todo
caso en el escrito o en la intervención donde individualiza los reparos además
los explica y justifica, hace de la oralidad un principio a ultranza que puede
amenazar con convertirse en un exceso ritual manifiesto”.
43
pues el efecto útil de esta reglamentación “no supone que el recurrente haga
presencia en una audiencia, sino en que su sustentación quede definida y
conocida, porque sobre ella ha de versar la decisión del ad-quem”. Tan es así
que en ninguna parte del inciso 4º del artículo 322 del estatuto procesal se
establece la deserción para quien no concurra a la audiencia, en la medida en
que esa consecuencia se reserva para el apelante de un auto o sentencia que no
sustenta su impugnación.
44
que este precepto normativo no es oscuro y su tenor literal es claro, ya que ha
sido el propio legislador el que dispuso unas formas procesales previamente
determinadas tanto para la concesión del recurso por el a-quo como para su
admisión por el superior y el momento para su decisión en la audiencia de
sustentación y fallo.
Es bajo esta lógica que la propia norma dispone de manera diferente las
consecuencias de no precisar los reparos o de no sustentarlos, estando obligado
a hacerlo. Así, al no enunciar los reparos será el juez de primera instancia quien
declarará desierto el recurso; mientras que será el juez de segunda instancia
quien deberá declarar desierto el recurso de apelación contra una sentencia,
cuando este no hubiere sido sustentado.
45
del Código General del Proceso la posición asumida por la Sala Civil de la
Corte Suprema de Justicia.
Para arribar a dicha conclusión, indicó que debe tenerse claridad sobre los dos
momentos procesales dispuestos por el legislador para el trámite del recurso de
apelación contra sentencias: i) en primera instancia, la interposición,
formulación de los reparos concretos y concesión; y ii) en segunda instancia, la
admisión o inadmisión con su ejecutoria, fijación de audiencia con la eventual
fase probatoria, sustentación oral y sentencia.
46
retroceso al sistema escritural y se cristalizan garantías inherentes al debido
proceso.
47
tópicos sobre los que se referirá y tomará una disposición el superior frente a
la providencia que le fue desfavorable”.
III. CONSIDERACIONES
1. Competencia
2.1. Como se habrá advertido en los antecedentes de esta providencia, cada uno
de los demandantes promovió por separado acción de tutela contra las
autoridades judiciales recién descritas, luego de considerar vulnerados sus
derechos fundamentales al debido proceso, a la defensa y al acceso a la
administración de justicia como consecuencia de las decisiones que cada una
de ellas adoptó dentro de procesos ordinarios dentro de los cuales se fijó una
determinada interpretación sobre el artículo 322 del Código General del
Proceso, o bien resolviendo de fondo el recurso de alzada pese a la inasistencia
del recurrente a la audiencia de sustentación y fallo, o bien declarando desierto
el mismo, a pesar de que la parte impugnante hubiere formulado sus reparos
ante el juez de primera instancia.
2.3. Por su parte, los actores que alegaron encontrarse en el segundo de los
escenarios planteados, dejaron entrever que los despachos judiciales objeto de
reproche habían incurrido en un exceso ritual manifiesto, para lo cual acudieron
a varios fallos de la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia
que reconocen que es suficiente con que el recurrente exprese su
inconformidad con la providencia apelada para que el juez de segunda instancia
dé por presentado en debida forma el recurso de apelación y proceda a
147
Dispone la norma en cita: “Cuando a juicio de la Sala Plena, por solicitud de cualquier Magistrado, un
proceso de tutela dé lugar a un fallo de unificación de jurisprudencia o la trascendencia del tema amerite su
estudio por todos los magistrados, se dispondrá que la sentencia correspondiente sea proferida por la Sala
Plena (...)”.
48
resolverlo de fondo.
2.5. Dado que el presente asunto versa sobre acciones de tutela contra
providencias judiciales, la Sala Plena deberá establecer si los supuestos yerros
en que incurrieron los diferentes despachos y corporaciones judiciales se
enmarcan en las causales específicas de procedibilidad del recurso de amparo
constitucional contra sentencias judiciales. Para tales efectos, expondrá la
doctrina reiterada por la jurisprudencia constitucional en torno a su procedencia
excepcional, con énfasis en las cargas que se imponen frente a decisiones
adoptadas por órganos judiciales de cierre. En seguida, habrá de caracterizar
los defectos endilgados como causales específicas de procedibilidad en las
acciones de tutela de la referencia. Acto seguido, para resolver el problema
jurídico enunciado en precedencia, abordará el estudio de los siguientes temas:
(i) la doctrina relacionada con el margen de configuración legislativa del
Congreso para regular los procesos judiciales; (ii) la importancia de la oralidad
procesal en Colombia; (iii) la garantía de la doble instancia y el derecho de
apelar; y (iv) la jurisprudencia de las Salas de Casación Civil y Laboral de la
Corte Suprema de Justicia en relación con la sustentación del recurso de
apelación en materia civil. A partir de las anteriores consideraciones, (v) se
verificará en cada caso concreto el cumplimiento de los requisitos generales de
procedencia y, por último, se procederá con el planteamiento del problema
jurídico y se asumirá la revisión sustancial de los defectos invocados en
aquellos asuntos que superen el antedicho examen formal.
3.1. Tal y como se definió desde la Sentencia C-543 de 1992 149, por regla
general, dado el sometimiento general de los conflictos jurídicos a las
competencias de los jueces ordinarios, la acción de tutela resulta improcedente
148
Acápite elaborado tomando como referencia la base argumentativa contenida en las Sentencias SU-556 de
2014, SU-395 de 2017 y T-450 de 2018, M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
149
M.P. José Gregorio Hernández Galindo.
49
cuando mediante ella se pretende cuestionar providencias judiciales, en la
medida en que se encuentran de por medio el respeto por la cosa juzgada, la
necesidad de preservar la seguridad jurídica, y la garantía de independencia y
autonomía de las autoridades jurisdiccionales. Sobre este particular, en la
providencia en mención, se dejó establecido que:
50
opone a que se use indebidamente como una nueva instancia para la discusión
de los asuntos de índole probatoria o de interpretación del derecho que dieron
origen a un litigio, más aún cuando las partes cuentan con los recursos
judiciales tanto ordinarios como extraordinarios, para controvertir las
decisiones que estimen arbitrarias o que sean incompatibles con la Carta. No
obstante, pueden subsistir casos en que agotados dichos recursos, persiste la
arbitrariedad judicial, hipótesis en la cual, como ya se dijo, se habilita el uso
del amparo tutelar.
3.5. Con posterioridad, en la Sentencia C-590 de 2005 153, aun cuando la propia
Corte reiteró, como regla general, la improcedencia de la acción de tutela
contra providencias judiciales, con el fin de resguardar el valor de la cosa
juzgada, la garantía de la seguridad jurídica y los principios constitucionales de
autonomía e independencia judicial, también insistió en su procedencia
excepcional cuando se evidencia la vulneración de derechos fundamentales y se
corrobora el cumplimiento de ciertos requisitos que demarcan el límite entre la
protección de los ya citados bienes jurídicos y los principios y valores
constitucionales que salvaguardan el ejercicio legítimo de la función judicial.
Dichos requisitos fueron divididos en dos categorías. Unos, alusivos a la
procedencia formal de la acción de tutela (requisitos generales) y los otros,
referentes a la tipificación de los eventos o situaciones que conducen al
desconocimiento de derechos fundamentales, principalmente el derecho al
debido proceso (requisitos específicos).
51
generales se convierte en un paso analítico obligatorio, pues en el evento en
que no concurran en la causa, la consecuencia que se produce es la de descartar
el examen de los defectos o irregularidades invocados por el accionante. En
este orden de ideas, tales exigencias manifiestan la dinámica descrita vinculada
con la protección de la seguridad jurídica y la autonomía de los jueces, ya que
la acción de amparo no es un medio alternativo, adicional o complementario
para resolver conflictos jurídicos.
constitucional. En ese sentido, la superación de los anteriores requisitos implica la aceptación de un estudio
específico de los requisitos especiales de la acción de tutela contra providencias judiciales. Por tanto, si no se
cumplen con ninguno de los anteriores, el juez constitucional no podrá continuar con un examen de fondo
sobre la vulneración de los derechos fundamentales y, como consecuencia de ello, deberá declarar la
improcedencia de la acción de tutela”.
155
Consultar, entre otras, las Sentencias T-114 de 2002, T-586 de 2012, T-136 de 2015, T-458 de 2016, T-715
de 2016, SU-041 de 2018 y T-422 de 2018.
156
Consultar, entre otras, las Sentencias T-837 de 2011, T-322 de 2015, T-038 de 2017, T-233 de 2017, T-180
de 2018, T-016 de 2019 y T-075 de 2019.
157
Consultar, entre otras, las Sentencias T-142 de 2012, T-323 de 2012, T-047 de 2014, T-327 de 2015, T-137
de 2017 y T-323 de 2017 y SU-108 de 2018.
158
Consultar, entre otras, las Sentencias T-225 de 2010, T-319 de 2012, T-323 de 2012, T-586 de 2012, T-079
de 2014 y SU-061 de 2018.
159
Consultar, entre otras, las Sentencias T-1008 de 2012, T-265 de 2014, SU-770 de 2014 y T-242 de 2017.
160
Consultar, entre otras, las Sentencias T-104 de 2007, T-951 de 2013, T-272 de 2014 y SU-391 de 2016.
161
Es de anotar que la jurisprudencia en torno a las vías de hecho evolucionó para comprender situaciones que
no despojaban a la providencia de su condición de tal, pero que aún llevaban a un desconocimiento de derechos
fundamentales, por lo cual se cambió el vocablo de vía de hecho por causal específica de procedibilidad. Sobre
el particular, consultar, entre muchas otras, las Sentencias T-774 de 2004 y T-453 de 2005.
52
siguientes defectos: (i) orgánico162; (ii) sustantivo163; (iii) procedimental164, (iv)
fáctico165; (v) error inducido166; (vi) decisión sin motivación167; (vii)
desconocimiento del precedente judicial168; y (viii) violación directa de la
Constitución169.
3.6. Vistas así las cosas, es claro que la procedencia excepcional de la acción
de tutela para debatir providencias judiciales se circunscribe a aquellos casos
en los que logre comprobarse que la actuación del funcionario fue
“manifiestamente contraria al orden jurídico, o al precedente judicial
aplicable, y violatoria de derechos fundamentales, en especial, de los derechos
al debido proceso y al acceso a la administración de justicia” 170. Esta
circunstancia, sin duda alguna, constituye, en realidad, una desfiguración de la
actividad judicial que termina por minar la autoridad confiada al juez para
administrar justicia y que, consecuentemente, debe ser declarada, a fin de
salvaguardar los fines que justifican la existencia del Estado social de derecho,
en concreto, el previsto en el artículo 2 de la Carta, referente a “garantizar la
efectividad” de los “derechos consagrados en la Constitución”.
53
amenaza o vulneración de derechos fundamentales.
54
marco normativo en el que se debió apoyar para sustentar su fallo, por la
ocurrencia de un yerro o falencia en los procesos de interpretación y aplicación
del ordenamiento jurídico173. En efecto, aun cuando es cierto que los jueces en
la esfera de sus competencias cuentan con autonomía e independencia para
interpretar y aplicar las normas jurídicas, dicha facultad no es en ningún caso
absoluta, comoquiera que, al tratarse de una atribución reglada, que emana de
la función pública de administrar justicia, la misma se encuentra limitada en
general por el orden jurídico y, particularmente, por los principios y derechos
previstos en el Texto Superior.
55
se aparta del precedente judicial -horizontal o vertical- sin justificación
suficiente, irregularidad que se distingue de la causal específica de procedencia
de la acción de tutela contra providencias judiciales categorizada como
desconocimiento del precedente judicial, el cual se circunscribe al fijado
directamente por la Corte Constitucional177.
177
En la Sentencia T-661 de 2017, M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez, se dijo que: “Vista la forma como se
expresa el defecto sustantivo vinculado con la inobservancia de un precedente judicial, ya sea de tipo
horizontal o vertical, basta con aclarar –como se mencionó con anterioridad– cuál es la diferencia que existe
entre este defecto y aquél que se ha denominado como desconocimiento del precedente, el cual aparece entre
el listado de las distintas causales específicas de prosperidad de la acción de tutela contra providencias
judiciales. // Esta diferenciación fue planteada en la Sentencia C-590 de 2005, en la cual se señaló que el
desconocimiento del precedente es una ‘hipótesis que se presenta, (…) cuando la Corte Constitucional
establece el alcance de un derecho fundamental y el juez ordinario aplica una ley limitando sustancialmente
dicho alcance. En estos casos la tutela procede como mecanismo para garantizar la eficacia jurídica del
contenido constitucionalmente vinculante del derecho fundamental vulnerado’. Visto lo anterior, se entiende
entonces que esta causal opera cuando una autoridad judicial desconoce el principio de supremacía
constitucional. Por ello, en la Sentencia T-830 de 2012 se indicó que: ‘el defecto por desconocimiento del
precedente (…) se predica exclusivamente de los precedentes fijados por la Corte Constitucional en su
jurisprudencia’. (…)”.
178
M.P. Rodrigo Escobar Gil.
179
En el mismo sentido, consultar, entre otras, las Sentencias T-345 de 1996, T-085 de 2001, T-441 de 2002 y
T-901de 2002.
56
5.5. A partir de lo expuesto, no cabe duda de que el solo hecho de adoptar una
lectura específica de las normas aplicables a un caso y que ese resultado sea
contrario al criterio interpretativo de otros operadores jurídicos, no puede
considerarse como una de las causales que haga procedente la acción de tutela
contra providencias judiciales, pues la labor primigenia de los jueces, al
momento de resolver las controversias sometidas a su conocimiento, es la de
otorgarle sentido a las disposiciones que aplican y de limitar los efectos que
puedan derivarse de ellas180. Por consiguiente, no constituye un defecto
sustantivo (i) la existencia de interpretaciones divergentes respecto de la
decisión adoptada; o (ii) la realización de una interpretación que no sea
abiertamente contraria al texto normativo objeto de aplicación.
5.7. Se trata de supuestos que no son contradictorios entre sí, y que es posible
que en algunas circunstancias concurran, de suerte que “que la interpretación
contraevidente de la ley (…) comporte, así mismo, la vulneración de ciertos
contenidos de la Constitución, que sean relevantes para el caso específico”.
Sin embargo, no se exige que coincidan para que sea viable el defecto
sustantivo derivado de la interpretación, pues “pueden configurarse por
separado, hipótesis en la cual, cada uno genera el anotado defecto (…), sin
necesidad de que se configure la otra causal”182.
57
resolver una controversia con base en una norma claramente inaplicable al
caso, o por dejar de utilizar la que evidentemente lo es; como por incurrir en
una interpretación que contradice lo regulado, desconoce la Constitución o
genera resultados desproporcionados.
5.9. Ahora bien, recordando que las controversias objeto de estudio en esta
oportunidad, encuentran su origen en la interpretación y aplicación del artículo
322 del Código General del Proceso, la Sala ahora presentará algunas
consideraciones asociadas con el margen de configuración del Congreso para
regular los procesos judiciales y la importancia de la oralidad procesal en
Colombia, así como frente a las garantías de la doble instancia y el derecho de
apelar, para proceder, finalmente, a analizar la figura de la sustentación del
recurso de apelación en materia civil, a la luz de los criterios jurisprudenciales
desarrollados por las Salas de Casación Civil y Laboral de la Corte Suprema de
Justicia.
6.3. Esta facultad, tal y como lo ha precisado esta Corporación, “le permite al
legislador fijar las reglas a partir de las cuales se asegura la plena efectividad
del derecho fundamental al debido proceso (artículo 29 C.P.), y del acceso
efectivo a la administración de justicia (artículo 229 C.P.). Además, son reglas
Consultar, entre otras, las Sentencias C-156 de 2013, C-157 de 2013, C-279 de 2013, C-083 de 2014 y C-
183
507 de 2014.
58
que consolidan la seguridad jurídica, la racionalidad, el equilibrio y finalidad
de los procesos, y permiten desarrollar el principio de legalidad propio del
Estado Social de Derecho184. Y […] mientras el legislador no ignore, obstruya
o contraríe las garantías básicas previstas por la Constitución, goza de
discreción para establecer las formas propias de cada juicio, entendidas éstas
como ‘el conjunto de reglas señaladas en la ley que, según la naturaleza del
proceso, determinan los trámites que deben surtirse ante las diversas
instancias judiciales o administrativas’”185.
6.4. Aun así, esta amplia libertad de configuración del Legislador en materia
procesal, según la Corte, encuentra claros límites en la propia Carta Política 186:
en el respeto por los principios y fines del Estado, la vigencia de los derechos y
garantías fundamentales, la plena observancia de las demás disposiciones
constitucionales187 y los criterios de proporcionalidad y razonabilidad. Sobre el
particular, esta Corporación, en la Sentencia C-763 de 2009188, puntualizó:
59
tiene establecido que la legitimidad de las normas procesales y el
desarrollo del derecho al debido proceso están dados por su
proporcionalidad y razonabilidad frente al fin para el cual fueron
concebidas. Por ende, “la violación del debido proceso ocurriría no
sólo bajo el presupuesto de la omisión de la respectiva regla procesal
o de la ineficacia de la misma para alcanzar el propósito para el cual
fue diseñada, sino especialmente en el evento de que ésta aparezca
excesiva y desproporcionada frente al resultado que se pretende
obtener con su utilización”190.
60
de los diferentes procesos, con miras a superar la congestión judicial que
constituye uno de los más graves problemas de la administración de justicia, y
garantizar con ello la protección y efectividad de los derechos de los
asociados, en cuanto concierne a la convivencia social, al orden justo y más
específicamente al acceso a la administración de justicia, consagrado como
derecho fundamental en el artículo 229 Superior”192.
7.7. De igual manera, no debe olvidarse que el legislador expidió la Ley 1149
192
Sentencia C-713 de 2008, M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
193
“Por medio de la cual se reforma la Ley 270 de 1996 Estatutaria de la Administración de Justicia”.
194
“Por la cual se adoptan medidas en materia de descongestión judicial”.
195
Ver Sentencia C-124 de 2011, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
196
“Por medio de la cual se expide el Código General del Proceso y se dictan otras disposiciones”.
61
de 2007, a través de la cual reformó el Código Procesal del Trabajo y de la
Seguridad Social para hacer efectiva la oralidad en los procesos de dicha
naturaleza. Según lo que se establece en su artículo 42 “(…) Las actuaciones
judiciales y la práctica de pruebas en las instancias, se efectuarán oralmente
en audiencia pública (...)”.
62
quienes han intervenido o están legitimados para intervenir en la causa, “con el
fin de obtener la tutela de un interés jurídico propio, previo análisis del juez
superior quien revisa y corrige los defectos, vicios o errores jurídicos del
procedimiento o de la sentencia en que hubiere podido incurrir el a-quo”199.
8.4. Al mismo tiempo, la doble instancia tiene una relación estrecha con el
derecho de defensa, pues a través del establecimiento de un mecanismo idóneo
y efectivo para asegurar la recta administración de justicia, (i) garantiza la
protección de los derechos e intereses de quienes acceden al aparato estatal; (ii)
permite que la decisión adoptada por una autoridad judicial sea revisada por
otro funcionario de la misma naturaleza y la más alta jerarquía; (iii) amplía la
deliberación sobre la controversia; y (iv) evita la configuración de yerros
judiciales al incrementar la probabilidad de acierto de la justicia como servicio
público202.
199
Sentencia C-650 de 2001, M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
200
Consultar, entre otras, las Sentencias C-426 de 2002 y C-461 de 2006, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
201
Sentencia C-040 de 2002, M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
202
Consultar, entre otras, las Sentencias C-384 de 2000 y C-213 de 2007.
203
Consultar, entre otras, la Sentencia C-792 de 2014, M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
204
Sentencia C-345 de 1993, M.P. Alejandro Martínez Caballero.
63
acceso a la administración de justicia y que se materializa, principalmente,
mediante el recurso de apelación o de impugnación, toda vez que permite la
controversia de una decisión judicial por parte de quien tiene interés en ella o le
resulta desfavorable, para que sea revisada por parte del superior jerárquico205.
9.2. La legitimación para solicitar la revisión del caso por una autoridad
205
Consultar, entre otras, las Sentencias T-388 de 2015, M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo y T-715 de
2017, M.P. Carlos Bernal Pulido. En la primera de las anotadas providencias, la Corte precisó que la condición
de derecho se explica porque “cuando el ordenamiento jurídico le confiere a una persona la potestad o
prerrogativa de hacer uso de un recurso contra una providencia judicial, ante el superior jerárquico que la
profirió; este sujeto está en la posibilidad de hacer efectivo dicho poder”. Su condición de garantía, al
“salvaguardar bienes más caros al ordenamiento como el debido proceso, el acceso a la administración de
justicia o la credibilidad y confianza de la administración de justicia”. Y su condición de principio, toda vez
que “orienta la lectura las disposiciones procesales y, en particular las disposiciones de orden sancionatorio”.
206
Constitución Política: “Artículo 31. Toda sentencia judicial podrá ser apelada o consultada, salvo las
excepciones que consagre la ley. // El superior no podrá agravar la pena impuesta cuando el condenado sea
apelante único.”
64
judicial de superior jerarquía se encuentra en cabeza de la parte a quien le haya
sido desfavorable, total o parcialmente, la providencia o el tercero que cumpla
con lo dispuesto en el artículo 71 de dicho ordenamiento procesal 207 (art. 320
CGP208).
9.3. Por regla general, todas las sentencias que se dicten en primera instancia
pueden ser objeto de esta herramienta procesal, así como algunos autos
interlocutorios que se enumeran en el artículo 321 del CGP 209. Dada la
controversia que se examina en el proceso de la referencia, el siguiente acápite
se limitará al recurso de apelación frente a sentencias.
9.4. Así las cosas, es preciso mencionar que el artículo 322 del Código General
del Proceso determina la oportunidad para interponer el mencionado recurso,
así como los requisitos en torno a su fundamentación 210. En cuanto al momento
207
“Artículo 71. Coadyuvancia. Quien tenga con una de las partes determinada relación sustancial a la cual
no se extiendan los efectos jurídicos de la sentencia, pero que pueda afectarse si dicha parte es vencida, podrá
intervenir en el proceso como coadyuvante de ella, mientras no se haya dictado sentencia de única o de
segunda instancia. // El coadyuvante tomará el proceso en el estado en que se encuentre en el momento de su
intervención y podrá efectuar los actos procesales permitidos a la parte que ayuda, en cuanto no estén en
oposición con los de esta y no impliquen disposición del derecho en litigio. // La coadyuvancia solo es
procedente en los procesos declarativos. La solicitud de intervención deberá contener los hechos y los
fundamentos de derecho en que se apoya y a ella se acompañarán las pruebas pertinentes. // Si el juez estima
procedente la intervención, la aceptará de plano y considerará las peticiones que hubiere formulado el
interviniente. // La intervención anterior al traslado de la demanda se resolverá luego de efectuada esta”.
208
“Artículo 320. Fines de la apelación. El recurso de apelación tiene por objeto que el superior examine la
cuestión decidida, únicamente en relación con los reparos concretos formulados por el apelante, para que el
superior revoque o reforme la decisión. // Podrá interponer el recurso la parte a quien le haya sido
desfavorable la providencia: respecto del coadyuvante se tendrá en cuenta lo dispuesto en el inciso segundo
del artículo 71”.
209
“Artículo 321. Procedencia. Son apelables las sentencias de primera instancia, salvo las que se dicten en
equidad. // También son apelables los siguientes autos proferidos en primera instancia: // 1. El que rechace la
demanda, su reforma o la contestación a cualquiera de ellas. // 2. El que niegue la intervención de sucesores
procesales o de terceros. // 3. El que niegue el decreto o la práctica de pruebas. // 4. El que niegue total o
parcialmente el mandamiento de pago y el que rechace de plano las excepciones de mérito en el proceso
ejecutivo. // 5. El que rechace de plano un incidente y el que lo resuelva. // 6. El que niegue el trámite de una
nulidad procesal y el que la resuelva. // 7. El que por cualquier causa le ponga fin al proceso. // 8. El que
resuelva sobre una medida cautelar, o fije el monto de la caución para decretarla, impedirla o levantarla. // 9.
El que resuelva sobre la oposición a la entrega de bienes, y el que la rechace de plano. // 10. Los demás
expresamente señalados en este código”.
210
“Artículo 322. Oportunidad y requisitos. El recurso de apelación se propondrá de acuerdo con las
siguientes reglas: // 1. El recurso de apelación contra cualquier providencia que se emita en el curso de una
audiencia o diligencia, deberá interponerse en forma verbal inmediatamente después de pronunciada. El juez
resolverá sobre la procedencia de todas las apelaciones al finalizar la audiencia inicial o la de instrucción y
juzgamiento, según corresponda, así no hayan sido sustentados los recursos. // La apelación contra la
providencia que se dicte fuera de audiencia deberá interponerse ante el juez que la dictó, en el acto de su
notificación personal o por escrito dentro de los tres (3) días siguientes a su notificación por estado. // 2. La
apelación contra autos podrá interponerse directamente o en subsidio de la reposición. Cuando se acceda a la
reposición interpuesta por una de las partes, la otra podrá apelar del nuevo auto si fuere susceptible de este
recurso. // Proferida una providencia complementaria o que niegue la adición solicitada, dentro del término de
ejecutoria de esta también se podrá apelar de la principal. La apelación contra una providencia comprende la
de aquella que resolvió sobre la complementación. // Si antes de resolverse sobre la adición o aclaración de
una providencia se hubiere interpuesto apelación contra esta, en el auto que decida aquella se resolverá sobre
la concesión de dicha apelación. // 3. En el caso de la apelación de autos, el apelante deberá sustentar el
recurso ante el juez que dictó la providencia, dentro de los tres (3) días siguientes a su notificación, o a la del
auto que niega la reposición. Sin embargo, cuando la decisión apelada haya sido pronunciada en una
audiencia o diligencia, el recurso podrá sustentarse al momento de su interposición. Resuelta la reposición y
concedida la apelación, el apelante, si lo considera necesario, podrá agregar nuevos argumentos a su
impugnación, dentro del plazo señalado en este numeral. // Cuando se apele una sentencia, el apelante, al
momento de interponer el recurso en la audiencia, si hubiere sido proferida en ella, o dentro de los tres (3)
días siguientes a su finalización o a la notificación de la que hubiere sido dictada por fuera de audiencia,
65
en que debe presentarse el medio de impugnación, no varían las reglas respecto
de autos y sentencias. Para ambas situaciones, este depende de si la providencia
que se pretende atacar fue proferida o no en audiencia o diligencia judicial; más
precisamente, se vincula con la forma de notificación de la actuación, es decir,
si se dio por estrado, por notificación personal o por estado.
66
solicitada, dentro del término de ejecutoria de esta también se podrá
apelar de la principal. La apelación contra una providencia
comprende la de aquella que resolvió sobre la complementación.
67
9.5. Como se puede advertir, en lo tocante a la sustentación del recurso de
apelación, el Código General del Proceso sí distingue reglas para los autos y las
sentencias. Frente a estas últimas, el numeral 3º del artículo 322 dispone
expresamente que, cuando se recurra una sentencia, el apelante, al momento de
interponer el recurso en la audiencia, si hubiere sido proferido en ella, o dentro de
los tres días siguientes a su finalización o a la notificación de la que hubiere sido
dictada por fuera de audiencia, deberá precisar, de manera breve, los reparos
concretos frente a la decisión que cuestiona, sobre los cuales versará la
sustentación que hará ante el superior, para la cual bastará con la expresión de las
razones de inconformidad con la providencia apelada. Esto quiere decir que,
cuando no se presente la fundamentación requerida para el recurso en los
términos recién descritos, el juez lo declarará desierto.
9.6. Bajo este contexto, según el artículo 323 del Código General del Proceso, si
se trata de sentencia, el recurso de apelación podrá ser concedido (i) en el efecto
suspensivo (se suspende la competencia de juez de primera instancia desde la
ejecutoria del auto que lo concede); (ii) en el efecto devolutivo (no se suspende el
cumplimiento de la providencia apelada ni el curso del proceso); y (iii) en el
efecto diferido (se suspende el cumplimiento de la providencia apelada, pero
continúa en curso el proceso de primera instancia en lo que no dependa
necesariamente de ella)212.
9.7. Una vez concedido el citado recurso, el artículo 324 ejusdem dispone que
habrá de remitirse el expediente o la respectiva reproducción al superior dentro
del término máximo de cinco días, contados a partir del momento en que la
apelación fue interpuesta en la audiencia o luego de los tres días siguientes a su
finalización o a la notificación de aquella que hubiese sido dictada por fuera de
audiencia.
Tan pronto como la actuación queda en manos del superior, el artículo 325 del
CGP indica que este hará un examen preliminar consistente en verificar la
suscripción de la providencia apelada por parte del juez de primera instancia, sin
que la falta de firma del acta correspondiente impida tramitar el recurso. En caso
de que no se cumplan los requisitos para su concesión, este será declarado
inadmisible y se devolverá el expediente al juez de primera instancia. Incluso,
cuando la apelación haya sido concedida en un efecto diferente al que
corresponde, el superior hará el ajuste respectivo y lo comunicará al juez de
primera instancia. Efectuada la corrección, continuará el trámite del recurso.
68
audiencia de sustentación y fallo. Si decreta pruebas, estas se practicarán en la
misma audiencia, y a continuación se oirán las alegaciones de las partes y se
dictará sentencia de conformidad con la regla general prevista en este código.”
(Subrayas y negrillas no originales).
En este artículo también se señala que “[e]l apelante deberá sujetar su alegación
a desarrollar los argumentos expuestos ante el juez de primera instancia”.
Así las cosas, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 328 del CGP, el juez de
segunda instancia habrá pronunciarse solamente sobre los argumentos expuestos
por el apelante, sin perjuicio de las decisiones que deba adoptar de oficio, en los
casos previstos en la ley. No obstante, cuando ambas partes hayan apelado toda
la sentencia o la que no apeló hubiese adherido al recurso, el superior resolverá
sin limitaciones.
213
“(…) Cuando se revoque una providencia apelada en el efecto devolutivo o diferido, quedará sin efectos la
actuación adelantada por el inferior después de haberse concedido la apelación, en lo que dependa de aquella,
sin perjuicio de lo dispuesto en los dos últimos incisos del artículo323. El juez señalará expresamente la
actuación que queda sin efecto”.
69
En esa misma línea de argumentación, también ha indicado que, por virtud del
numeral 3º del artículo 322 del Código General del Proceso, los reparos
concretos frente a la decisión deben ser presentados, bien sea al momento de
interponer el recurso en la audiencia respectiva, si la sentencia fue proferida en
esa actuación procesal, o dentro de los tres días siguientes a la finalización de la
misma214. Si el fallo se profirió por fuera de la audiencia, dichos reproches
deberán expresarse dentro de los tres días siguientes a la respectiva
notificación215.
Así mismo, cabe señalar que la Sala dividió las actuaciones que deberán
surtirse en primera y segunda instancia en lo que concierne al procedimiento de
impugnación así: ante el a-quo se debe interponer el recurso de reposición,
presentar los reproches sobre la providencia, y ante el ad-quem se concreta la
admisión o inadmisión del recurso y su ejecutoria, se fija fecha para la
audiencia con la etapa probatoria -si es del caso-, y se lleva a cabo la
sustentación oral del recurso.
70
ocupó de una acción de tutela promovida en contra del Tribunal Superior de
Bucaramanga -Sala Civil Familia- y el Juzgado Noveno Civil del Circuito de la
misma ciudad, por la presunta vulneración de los derechos al debido proceso, a
la igualdad y al acceso a la administración de justicia en el marco de un proceso
de responsabilidad civil extracontractual.
71
al accionante al pago de $16.892.105 por capital y utilidades no repartidas,
derivados de un contrato de tenencia de ganado que inició el 20 de julio de
2007 y finalizó el 20 de julio de 2009. Las partes enfrentadas en el proceso
interpusieron recurso de apelación contra dicha providencia, ante lo cual, el
juez de instancia concedió el recurso y envió las diligencias al Tribunal
Superior de Manizales.
222
Sentencia de tutela STC8909-2017, Radicación No 11001-02-03-000-2017-01328-00, M.P. Luis Armando
Tolosa Villabona, p. 6.
223
Sentencia de tutela STC11058-2016, Radicación No 11001-02-03-000-2016-02143-00, M.P. Ariel Salazar
Ramírez.
72
Postura de la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema
224
Radicación No. 76361, M.P. Clara Cecilia Dueñas Quevedo.
73
Bajo este entendido, resaltó que el proceder del Tribunal desconoció la
intención del legislador, ya que el Código pretende que los jueces fallen luego
de escuchar los argumentos de las partes.
225
Radicación No. 77329, M.P. Fernando Castillo Cadena.
226
Con esta misma postura, consultar, entre otras, la sentencia de tutela STL19618-2017, Radicación No.
76439, M.P. Clara Cecilia Dueñas Quevedo.
227
Radicación No. 78527, M.P. Jorge Luis Quiroz Alemán. Esta postura fue adoptada, igualmente, en la
sentencia de tutela STL3470-2018, Radicación No. 78847, M.P. Jorge Luis Quiroz Alemán.
74
Pese a lo anterior, la Sala de Casación Laboral revocó el fallo y, en su lugar,
concedió la acción de tutela. En su criterio, de acuerdo con el inciso 4º del
numeral 3º del artículo 322 del Código General del Proceso, el juez de segunda
instancia puede declarar desierta la apelación cuando esta no sea sustentada.
Empero, destacó también que dicho evento difiere de la inasistencia a la
audiencia consagrada en el artículo 327 de dicho Estatuto228. Conforme con esa
comprensión, fijó la siguiente regla:
228
“Artículo 327. Trámite de la apelación de sentencias. (…) Ejecutoriado el auto que admite la apelación, el
juez convocará a la audiencia de sustentación y fallo. Si decreta pruebas, estas se practicarán en la misma
audiencia, y a continuación se oirán las alegaciones de las partes y se dictará sentencia de conformidad con la
regla general prevista en este código. // El apelante deberá sujetar su alegación a desarrollar los argumentos
expuestos ante el juez de primera instancia.”
229
Consultar, entre otras, las sentencias de tutela STL6636-2018, Radicación No. 79723, M.P. Gerardo Botero
Zuluaga; STL9318-2019, Radicación No. 85055, M.P. Fernando Castillo Cadena; STL7664-2019, Radicación
No. 84593, M.P. Fernando Castillo Cadena; y STL8576-2019, Radicación No. 84813, M.P. Gerardo Botero
Zuluaga.
75
STL9497-2019230 estudió el recurso de amparo entablado en contra el Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Pereira -Sala Civil Familia-.
76
se dejara sin valor la determinación del Tribunal y que se le ordenara estudiar
la apelación.
STL15181-2018.
77
tenga relevancia constitucional; (ii) que el actor haya agotado los recursos
judiciales ordinarios y extraordinarios antes de acudir al juez de tutela, salvo
que se advierta la ocurrencia de un perjuicio de carácter irremediable; (iii) que
la solicitud de amparo tutelar cumpla con el requisito de inmediatez, acorde con
los criterios de razonabilidad y proporcionalidad; (iv) en caso de tratarse de una
irregularidad procesal, que esta tenga incidencia directa en la decisión que
resulta lesiva de las prerrogativas iusfundamentales; (v) que el actor identifique,
de forma razonable, los hechos que generan la violación y que esta haya sido
alegada en el proceso judicial, en caso de haber sido posible; y (vi) que el fallo
impugnado no se trate de una acción de tutela, ni de una decisión de
constitucionalidad abstracta que haya sido proferida por la Corte Constitucional
o por el Consejo de Estado.
78
o amenazada en uno de sus derechos fundamentales, quien actuará
por sí misma o a través de representante. Los poderes se presumirán
auténticos.
Así entonces, frente al asunto sub iudice, se tiene que los actores se encuentran
legitimados por activa en el marco de las acciones de tutela que ahora ocupan
la atención de la Sala Plena. En efecto, mientras que en los expedientes T-
6.916.634 y T-7.028.230 los señores Rocío del Socorro Lara Mier, Jens
Jensen237 y Magdalena María Estupiñán Quintero actúan directamente en
calidad de titulares de los derechos iusfundamentales presuntamente
vulnerados; en los restantes expedientes, esto es, los radicados bajo los
números T-6.695.535, T-6.779.435 y T-7.035.566, Myriam Yohana Acevedo
Novoa, Douglas Jairo Velásquez Rodríguez y la Sociedad Ismael Guete
Asesorías y Construcciones S.A.S., dada su naturaleza de persona jurídica 238,
intervienen por medio de apoderados judiciales autorizados expresamente vía
mandato judicial239.
Por otro lado, en lo atinente al extremo procesal opuesto, cabe indicar que, en
plena concordancia con los artículos 5 y 13 del Decreto 2591 de 1991 240, la
legitimación en la causa por pasiva precisa del cumplimiento de dos requisitos.
El primero de ellos, que se trate de uno de los sujetos frente a los cuales
proceda el recurso de amparo y, el segundo, que la conducta que genera la
vulneración o amenaza del derecho se pueda vincular, directa o indirectamente,
con su acción u omisión241.
79
cuestionados en las hipótesis previstas en los artículos 86 de la Constitución y
42 del Decreto 2591 de 1991. El soporte sobre el cual se erige la viabilidad del
amparo en este último caso es la posición de poder desde la cual un particular
se halla en una situación de preeminencia frente a otro, con la consecuencia de
alterar o de impactar en la relación de igualdad que, como regla general, debe
existir entre ellos242.
80
de la garantía de igualdad en el trato jurídico y de los principios de seguridad
jurídica y confianza legítima.
81
manera sencilla, pero meridianamente clara, como protección
inmediata. // Dentro del mismo contexto en que se justifica esta
reflexión, es palmario que si entre la ocurrencia del problema (la
alegada violación de derechos fundamentales) y la búsqueda de la
solución (presentación de la acción de tutela) transcurre un lapso
considerable, ello es indicativo de la menor gravedad de la
vulneración alegada o de la poca importancia que tendría el perjuicio
que ella causa, por lo cual no sería razonable brindar ante esos
hechos la protección que caracteriza a la acción de tutela, que ya no
sería inmediata sino inoportuna”.
82
inactividad del accionante reafirma “la legitimidad de las decisiones judiciales
y consolida los efectos de las sentencias”250, en especial, cuando estas tienen un
impacto directo frente a terceros. Al respecto, en la Sentencia T-315 de 2005 251,
se dejó en claro que:
proceso, en el cual el posible afectado tuvo la posibilidad de participar y ejercer su derecho a la defensa,
incluso asesorado a través de un apoderado, la aplicación del principio de inmediatez debe ser
particularmente rigurosa por parte del juez constitucional. En efecto, cuando lo anterior ocurre se presume
que la persona afectada y su apoderado conocen la estructura y las cuestiones discutidas durante el trámite
judicial y, además, para que sea procedente la tutela, deben haber alegado la posible vulneración de sus
derechos constitucionales dentro del proceso. Esto significa que el afectado ha participado –directa o
indirectamente– en un proceso dialéctico y contradictorio, concebido para hacer valer sus derechos, por lo
que, si como resultado de una decisión, ha visto vulnerada alguna de sus garantías constitucionales, no cabe
duda de que el término para proceder al amparo no debe prolongarse excesivamente en el tiempo, pues la
controversia se circunscribe a un asunto plenamente discutido y debatido ante las autoridades judiciales
competentes.”
250
Consultar, entre otras, las Sentencias T-189 de 2009, T-726 de 2010, T-581 de 2012 y T-735 de 2013.
251
M.P. Jaime Córdoba Triviño.
83
T-6.779.435 10 de marzo de 12 de septiembre 15 de enero de 4 meses y 3
2016 de 2017 2018 días
T-6.916.634 19 de octubre 2 de marzo de 21 de marzo 19 días
de 2017 2018 de 2018
T-7.028.230 9 de marzo de 19 de julio de 26 de julio de 7 días
2018 2018 2018
T-7.035.566 25 de agosto de 4 de mayo de 25 de junio de 1 mes y 21
2017 2018 2018 días
En ese orden de ideas, la Sala Plena advierte que, de ser válidas las alegaciones
de hecho y de derecho que respaldan la fundamentación de los recursos de
252
Consultar los artículos 327, 328 y 329 de la Ley 1564 de 2012.
253
Consultar el inciso 4º del numeral 3º del artículo 322 del Código General del Proceso.
84
amparo constitucional, en cualquiera de los dos escenarios expuestos, es claro
que estas tendrían la entidad suficiente para variar el alcance de lo resuelto en
cada uno de los procesos ordinarios que aquí se discuten.
254
Lo anterior ha sido admitido por la Corte, incluso antes de la expedición de la Sentencia C-590 de 2005. En
efecto, en la providencia T-654 de 1998, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, se expuso que: “el procedimiento de
la acción de tutela es breve y sumario y (…) todos los jueces y magistrados, sin importar su especialidad, son
competentes para garantizar la protección efectiva de los derechos fundamentales cuando ésta se solicita a
través de la tutela. En estas condiciones, sería una carga desproporcionada exigir al juez constitucional que
estudiara en detalle el proceso judicial para verificar si a causa de alguna falla en la defensa del procesado se
produjeron los dos efectos que han sido anotados. En consecuencia, como ya lo ha manifestado esta
Corporación, corresponde al actor indicar con precisión en qué consiste la violación de su derecho a la
defensa y de qué manera ésta se refleja en la sentencia impugnada originando uno de los defectos antes
mencionados, así como la vulneración ulterior de sus derechos fundamentales”.
85
Con todo, el cumplimiento de este deber excluye que el interesado reitere los
mismos argumentos legales dados ante el juez natural de la causa o que baste
con repetir los mismos alegatos realizados en el proceso ordinario, ya que la
acción de tutela no puede convertirse en una tercera instancia, en desmedro de
la subsidiariedad que le es inherente, así como de la seguridad jurídica y la
autonomía judicial.
86
autoridades judiciales, como consecuencia de los principios de autonomía e
independencia que rigen el desarrollo de la función jurisdiccional.
258
M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
259
Consultar, entre otras, las Sentencias T-179 de 2003, T-500 de 2002, T-135 de 2002, T-1062 de 2001, T-482
de 2001, SU-1052 de 2000, T-815 de 2000, T-418 de 2000, T-156 de 2000, T-716 de 1999 y SU-086 de 1999.
260
Sentencia T-705 de 2012, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
261
Consultar, entre otras, la Sentencia T-225 de 1993, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
87
autoridad judicial competente utilice para decidir de fondo sobre la acción
instaurada por el afectado”.
88
ordenamiento jurídico. Sobre el tema, en la Sentencia T-375 de 2018, se
puntualizó lo siguiente:
266
M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. Negrillas y subrayas no originales.
267
M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
89
A la luz de lo anterior, un riguroso análisis del requisito de subsidiariedad
permite que la acción de tutela contra providencias judiciales no sea utilizada
por el simple desacuerdo de las partes con las decisiones adoptadas, y que,
además, no afecte la figura de la cosa juzgada, controvirtiendo de manera
extemporánea situaciones jurídicas consolidadas y que tuvieron su oportunidad
de discusión.
90
impugnativo contra la decisión del juez de primera instancia de darle curso a la
apelación, aun cuando frente a dicha determinación se le concedió el uso de la
palabra, quedando notificada la misma en estrados.
También, interesa mencionar que el mandatario judicial no hizo uso del recurso
de impugnación contra el auto dictado por el juez de segunda instancia,
previsto en el artículo 318 del Código General del Proceso, pues no expresó
ningún tipo de razón dirigida a sustentar su desacuerdo con el proceder del
Tribunal Superior de Bogotá -Sala Civil-, en forma verbal inmediatamente
pronunciado dicho auto.
268
Sobre este particular, ha precisado la jurisprudencia que “si existiendo el medio judicial de defensa, el
interesado deja de acudir a él y, además, pudiendo evitarlo, permite que éste caduque, no podrá
posteriormente acudir a la acción de tutela en procura de obtener la protección de un derecho fundamental.
En estas circunstancias, la acción de amparo constitucional no podría hacerse valer ni siquiera como
mecanismo transitorio de protección, pues tal modalidad procesal se encuentra subordinada al ejercicio de un
medio judicial ordinario en cuyo trámite se resuelva definitivamente acerca de la vulneración iusfundamental y
a la diligencia del actor para hacer uso oportuno del mismo”. Sentencia SU-037 de 2009, M.P. Rodrigo
Escobar Gil.
91
En calidad de endosataria en propiedad de varias facturas libradas por la
Fundación Unidad de Cuidados Intensivos Doña Pilar, por concepto de
prestación de servicios de urgencias y atenciones prioritarias a la población
pobre y vulnerable del Departamento de Bolívar, la Sociedad Ismael Guete
Asesorías y Construcciones S.A.S., por conducto de abogada, inició proceso
ejecutivo singular contra el Departamento de Bolívar -Secretaría de Salud
Departamental (DASALUD)- para el cobro de tales facturas.
En cambio, por lo que se refiere a los restantes expedientes, esto es, los
radicados bajo los números T-6.779.435, T-6.916.634 y T-7.028.230, según las
circunstancias contextuales descritas en los antecedentes y atendiendo, en
principio, a que las pretensiones en sede de tutela son contradictorias respecto
de los dos expedientes antes examinados, cabe advertir que se agotaron los
mecanismos ordinarios de defensa para procurar la salvaguarda de las
prerrogativas iusfundamentales que los actores consideraban infringidas, pues
contra todas las sentencias de primer grado proferidas se interpusieron recursos
92
de apelación, tramitados y resueltos en segunda instancia, siendo estas últimas
providencias las que se reprochan en sede de tutela.
Esta divergencia sobre la interpretación del artículo 322 del Código General del
Proceso entre Salas pertenecientes a un mismo órgano judicial de cierre, posee
la particularidad de tener lugar en el marco de acciones de tutela tramitadas y
decididas en sede de instancia, lo que justifica no solo que la Corte aborde el
estudio de los casos acumulados, sino que unifique la jurisprudencia en la
materia, decantándose, en línea de principio, por una de las posturas
anteriormente esgrimidas por razones de igualdad de trato y seguridad
jurídica. No debe olvidarse que, en esencia, se trata de aproximaciones dispares
que, en buena medida, provienen del hecho de que, frente a la jurisprudencia
ordinaria, se impone una línea de orientación distinta por el juez de tutela en
relación con la sustentación del recurso de apelación interpuesto contra
sentencias dictadas en el marco de procesos civiles, produciéndose decisiones
contradictorias.
93
Evidenciada la necesidad de intervención del juez constitucional, entonces, es
preciso tener en cuenta unos criterios orientadores a los que debe sujetarse para
efectuar la interpretación unificadora de la ley, no sin antes destacar que las
dificultades interpretativas que surgen de la aplicación de una determinada
norma suelen resolverse, inicialmente, a partir de los precedentes judiciales
fijados por las autoridades judiciales competentes, de tal manera que cuando no
hay manera de unificar la jurisprudencia, este tipo de diferencias entre los
jueces pueden dar lugar a la violación de garantías iusfundamentales. En este
escenario, es plausible el ejercicio del recurso de amparo y la fijación por parte
del juez de tutela de una línea interpretativa que, hacia adelante, excluya la
mencionada disparidad de criterios en la jurisdicción ordinaria.
94
Así las cosas, la primera alternativa a su alcance es la interpretación conforme
a la Constitución. Este supuesto, sin embargo, solo cabe cuando quiera que,
entre las varias interpretaciones en juego, haya una o unas que resulten
contrarias a la Carta Política y otra que se acomode al texto superior. En ese
caso, el juez de tutela debe descartar en su fallo las interpretaciones
incompatibles con la Constitución y disponer como obligatoria la interpretación
conforme a la Constitución.
Una segunda alternativa, surge precisamente del hecho de que las posturas
interpretativas no sean, per se, contrarias a la Constitución. En ese caso, el juez
debe establecer si se presenta una indeterminación interpretativa insuperable.
Aun así, este último criterio puede resultar arbitrario, porque de entre dos
interpretaciones que son compatibles con la Constitución, ¿cuál es “más
constitucional” que la otra, y en función de qué criterios? Bien puede terminar
privilegiándose el derecho del apelante a recurrir el fallo adverso, o,
inversamente, el de quien ha recibido una respuesta favorable del sistema de
justicia, a la intangibilidad de su posición mientras no sea controvertida por las
vías legales, respetando las reglas propias de cada juicio.
95
Una vez analizados los elementos de los casos objeto de consideración, la Sala
Plena arriba a la conclusión de que en las disposiciones que regulan el trámite
del recurso de apelación en el Código General del Proceso:
El inciso 2º del numeral 3º del artículo 322 del CGP prevé que cuando: “(…) se
apele una sentencia, el apelante, al momento de interponer el recurso en la
audiencia, si hubiere sido proferida en ella, o dentro de los tres (3) días
siguientes a su finalización o a la notificación de la que hubiere sido dictada
por fuera de audiencia, deberá precisar, de manera breve, los reparos
concretos que le hace a la decisión, sobre los cuales versará la sustentación
que hará ante el superior”.
96
auto no sustenta el recurso en debida forma y de manera oportuna, el juez de
primera instancia lo declarará desierto. La misma decisión adoptará cuando
no se precisen los reparos a la sentencia apelada, en la forma prevista en este
numeral. El juez de segunda instancia declarará desierto el recurso de
apelación contra una sentencia que no hubiere sido sustentado”.
97
5. Si con ellas se persigue desvirtuar los documentos de que trata el
ordinal anterior.
98
En cuanto a la diferencia interpretativa, las opciones de interpretación suponen
que efectivamente existe un problema. Si es posible llegar a una interpretación
que surja del texto, no hay lugar a ponderar lo que satisface más los derechos,
porque eso se encuentra dentro del ámbito de configuración del legislador. Solo
cuando haya una indeterminación insuperable entre A y B es posible acudir a la
ponderación para decantarse por una o por otra.
99
Tercer paso: Decisión sobre la procedencia
100
el recurso ante el superior en la audiencia de sustentación y fallo, y que, si ello
no ocurre así, el recurso debe declararse desierto.
En este punto, sin embargo, conviene señalar que, no obstante que parece ser
clara la obligación de sustentar ante el superior, no se expresa la oportunidad
para hacerlo y que, comoquiera que al superior se le da traslado de todo lo
actuado, si ante el juez de primera instancia se han presentado con suficiencia
las razones que fundamentan la apelación, la misma puede tenerse como
sustentada ante el superior. No obstante, esa lectura queda descartada por el
propio artículo 327, al regular la convocatoria a la audiencia de sustentación y
fallo.
101
juez de primera instancia. Por el contrario, la lectura integrada de los distintos
apartados normativos ya referenciados conduce a entender que ese deber se
predica tanto de la necesidad de hacer la sustentación ante el superior, como de
la de circunscribirla al desarrollo de lo presentado ante el juez de primera
instancia.
En esa línea, para que sea posible acudir a la vía de la acción de tutela, la parte
interesada debe haber agotado los medios de defensa disponibles en la
jurisdicción ordinaria. Ello impone la necesidad de recurrir la decisión que en
segunda instancia resuelve, bien sea declarando desierto el recurso ante la falta
de sustentación o bien dándole trámite, a pesar de no haber sido sustentado.
En este caso, la señora Rocío del Socorro Lara Mier presentó acción de tutela
contra el Tribunal Superior de Santa Marta -Sala Civil Familia- por decretar,
dentro de un proceso ejecutivo singular, la declaratoria de desierto del recurso
de apelación interpuesto por su abogado contra la sentencia de primera
instancia, como consecuencia de su inasistencia a la audiencia del artículo 327
del Código General del Proceso.
102
extremos procesales interpusieron recurso de apelación y, posteriormente, en el
término de rigor, allegaron escritos en los que expusieron más ampliamente sus
reparos.
103
su inconformidad frente a la decisión adoptada.
Sin embargo, para esta Sala, una vez escuchado el audio de la audiencia de
sustentación y fallo, se puede constatar que el juez de la causa dio inicio a la
audiencia de sustentación y fallo en el primer minuto de la hora señalada para
aquella, dirigió la diligencia y en desarrollo de la misma procedió a declarar
desierto el recurso de alzada interpuesto por la parte demandante ante la no
comparecencia de su apoderado, sin que al efecto allegara algún tipo de
justificación o excusa ni activara ningún otro mecanismo impugnativo, más
allá del simple reclamo por no habérsele dejado entrar a la sala donde se
celebró la citada audiencia, sin que necesariamente esté demostrada la hora
exacta de su llegada al despacho judicial.
En ese orden de ideas, visto que la parte actora interpuso recurso de apelación
que solo sustentó de manera verbal y por vía de escrito ante el juez de primera
instancia, sin que fuese respaldado en la correspondiente diligencia de
sustentación y fallo, la Sala Plena confirmará el fallo de segunda instancia
proferido el 6 de septiembre de 2018 por la Corte Suprema de Justicia -Sala de
Casación Civil- que, a su vez, confirmó el dictado en primera instancia por el
Tribunal Superior de Bucaramanga -Sala Civil Familia-, en el que se denegó la
protección constitucional impetrada al concluirse que el apoderado judicial de
la parte demandante no compareció a la audiencia de sustentación y fallo del
artículo 327 del Código General del Proceso.
El presente asunto versa sobre la acción de tutela que el señor Douglas Jairo
Velásquez Rodríguez formuló contra el Tribunal Administrativo de Boyacá por
disponer, en el marco de una acción popular que entabló contra el municipio de
Gachantivá, que no cabía tramitar la segunda instancia al no haberse sustentado
en debida forma el recurso de apelación, sin tener en cuenta la naturaleza del
mecanismo procesal desplegado ni la condición de persona natural del
interesado.
104
El Juzgado Trece Administrativo de Tunja, en sentencia del 10 de marzo de
2016, denegó las pretensiones de la acción popular, toda vez que no había
ocupación de vía pública.
Seguidamente, el tribunal demandado citó los artículos 322 y 352 del Código
General del Proceso y encontró que la sustentación del recurso de apelación se
entiende cumplida cuando el recurrente expone de manera breve y concreta los
motivos de inconformidad. Asimismo, puso de presente que el Consejo de
Estado ha estimado que en los procesos de acción popular el recurso de
apelación debe sustentarse y que para ese fin no basta con argumentaciones
vagas o indefinidas.
105
instancia desconoció normas particulares al objeto de la acción
popular y que no se habían valorado pruebas ni analizado sus
alegaciones, sin que se expresara ningún reparo concreto a la
decisión. Al respecto, conforme fue dilucidado después de relatar la
línea jurisprudencial que el Consejo de Estado mantiene desde hace
más de una década sobre el deber de sustentación del recurso de
apelación presentado contra sentencias dictadas en acciones
populares, el escrito de la apelación debe expresar de forma concreta
y breve los argumentos con los que el recurrente estima que la
providencia fue desacertada, para efectos de que el superior se centre
en su estudio. En criterio de la Sala, en medios de control como el
presente, esto es, de naturaleza pública, el recurso de alzada no
requiere un análisis técnico y extremo detallado de las falencias de la
decisión, pero sí que de manera suficiente y clara se expongan los
hechos que no fueron tenidos en cuenta o fueron descontextualizados
por el a quo, las pruebas no valoradas o valoradas incorrectamente
y/o los razonamientos lógicos o jurídicos que conllevan a cuestionar
la sentencia, sin que en ningún caso sea válida la mera manifestación
de desacuerdo o las afirmaciones etéreas e insustanciales”.
106
Falta de valoración de la prueba recaudada y del análisis lógico de
los alegatos debidamente sustentados.
Por lo demás, la decisión del tribunal tuvo sustento en el precedente fijado por
el Consejo de Estado, que, en el caso de las acciones populares, exige que el
recurrente sustente de manera clara el recurso de apelación, esto es, que
identifique concretamente los yerros que se pudieron cometer en la sentencia de
primera instancia.
107
En mérito de lo expuesto, la Sala Plena de la Corte Constitucional,
administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución
Política,
RESUELVE
108
expuestas en esta providencia.
Ausente en comisión
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
Magistrado
109
ALBERTO ROJAS RÍOS
Magistrado
110
SALVAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO
CARLOS BERNAL PULIDO
A LA SENTENCIA SU418/19
Magistrado ponente:
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ
111
del recurso. Sin embargo, en mi concepto, la no comparecencia de la parte
apelante a esta audiencia no tiene como consecuencia la declaratoria de desierto
del recurso de apelación, siempre que exista claridad sobre las inconformidades
y reparos concretos a la providencia apelada.
112
fundamentales al debido proceso y de acceso a la administración de justicia,
por ejemplo, mediante la compulsa de copias al apoderado judicial.
Fecha ut supra,
113