Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Sociología-M1 2

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

SOCIOLOGÍA – MODULOS 1 Y 2

EL ser humano es social, se encuentra en un entramado de relaciones sociales. Lo que nos


lleva a decir que la sociología es una ciencia social, inherentemente crítica porque aborda
temas que tienen que ver con el funcionamiento y cambio de nuestras sociedades.
Pierre Bourdieu (1999) confirma que los agentes o instituciones no operan en el vacío
social, sino que siempre nos encontramos comprendidos en un entramado de relaciones,
situado en un tiempo y espacio determinado. Somos seres sociales.
Diversos autores coinciden en que el nacimiento de la sociología sucedió en un contexto
de cambios que crearon el mundo moderno, situándose en dos grandes revoluciones:
La Revolución Francesa en 1789, simbolizando la transformación política.
Y, en segundo lugar, la Revolución Industrial, a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX,
tuvo como epicentro a Inglaterra y, en el plano de la tecnología, produjo serie de
innovaciones técnicas. Las fabricas comenzaron a multiplicarse, provocando que miles de
campesinos que trabajaban en el campo de mudaran a los centros industriales,
convirtiéndose luego en grandes ciudades.
Karl Marx, Max Weber y Emile Durkheim fueron los padres fundadores de la sociología.
Entendían los cambios de una forma muy diferente y esas bases se mantienen hasta
ahora. Son fuentes básicas para comprender la evolución y cambio del mundo social.
La palabra comenzó a utilizarse por Augusto Comte como una forma de reflexionar sobre
el mundo (1838). Sin embargo, fue recién en el siglo XIX que se abordó el estudio de la
sociedad desde una perspectiva puramente científica, gracias a Emile Durkheim.
Augusto Comte intenta desarrollar, desde el paradigma científico, el nuevo conocimiento
eminentemente social. Según este puede dividirse la historia de la humanidad en tres
fases o estadios, en función del modo en que los hombres han intentado explicar el
mundo:
1 La primera fase abarca la Edad Media y se denomina estado teológico o ficticio. En esta
fase se interpretó y explicó la sociedad en términos teológicos.
2 Durante el Renacimiento, las explicaciones teológicas dieron paso a otras perspectivas
de tipo metafísico (estado metafísico o abstracto). En esta fase las personas dejaron de
entender la sociedad en términos sobrenaturales o según la intervención de fuerzas
divinas y pasaron a comprenderla en función de ideas o principios metafísicos.
3 Finalmente, se intentó explicar la naturaleza en sus propios términos (estado positivo o
real). Aquí se dejó de recurrir a los principios que rigieron las etapas anteriores porque
estos eran imposibles de contrastar empíricamente. Pensadores como Copérnico y Galileo
fueron referentes de este período. La nueva postura fue adoptada también con respecto
al estudio de la sociedad: se comienza a aplicar el método científico para entender y
explicarla.

¿Por qué la sociología?


1 Es una forma de pensar críticamente: nos invita a cuestionar las formas sociales de hacer
las cosas (trabajar, casarse, ir al colegio, explicar la desigualdad, etc.).
2 Nos permite conocer mejor las oportunidades y obstáculos. Nos hace ver cómo opera el
mundo de lo social.
3 Nos convierte en miembros activos. Si desconocemos cómo opera la sociedad,
seguramente aceptaremos las cosas tal cual se nos presentan.
La sociología, como ciencia social, tiene algunos problemas o, más precisamente, desafíos
que debe resolver constantemente:
1 Es parte de un mundo en transformación; por lo tanto, el objeto de estudio cambia
constantemente. Es decir, no tiene un objeto de estudio fijo o inmutable.
2 Los sociólogos son miembros de una sociedad, por ende, son parte del objeto de
estudio. Esto implica una gran diferencia con respecto a las ciencias naturales. Como parte
del mundo social, los sociólogos y los demás científicos sociales estudian la sociedad y, a
su vez, son parte de ella.
3 El conocimiento sociológico es parte de la sociedad. Esto quiere decir que muchas veces
el lenguaje sociológico ingresa en el lenguaje de la vida cotidiana y viceversa. En
consecuencia, existe una retroalimentación y cambio permanente entre los dos mundos.
Una de las primeras tareas de la sociología es desnaturalizar el sentido común. Es
necesario indagar y cuestionar aquellas cosas que aceptamos como dadas. Uno de los
componentes centrales de la sociología son las teorías sociológicas, las cuales se
proponen a buscar algún sentido a los hechos y observaciones aisladas. Por lo tanto, una
dimensión teórica explica cómo hacemos las cosas. Se trata de disponer de argumentos
sólidos y basados en experiencias concretas.
Para validar la teoría en su coherencia interna recurrimos al análisis lógico de sus
argumentos. Para comprobar su coherencia externa, en sociología, se trabaja con
métodos de investigación que contrastan y comprueban empíricamente los presupuestos
teóricos.
Emile Durkheim
Además de continuar con la búsqueda de hacer de lo social un objeto susceptible de
estudio, confirma la posibilidad de reconocer hechos sociales como elementos coercitivos
y exteriores al actor social, que son declarados, entonces, como objetivos. Indaga sobre el
suicidio y consagra este suceso como una realidad social y no individual.
Durkheim fue uno de los padres del paradigma funcionalista. Otro pensador alineado a
este es Herbert Spencer, quién fue estudioso del cuerpo humano y la sociedad. Sostenía
que había fuertes paralelismos entre el organismo humano y la sociedad: esta última era
entendida como un cuerpo social que tenía sus partes y funciones. A partir de esta
concepción, Durkheim se preguntaba como la sociedad se mantenía unida. Entendía que
la sociedad era un sistema complejo de partes interrelacionadas entre sí, las cuales
producían equilibrio y estabilidad social. De acuerdo a este paradigma, la sociedad es un
todo comprensible, ordenado y estable.
Durkheim tenía dos grandes objetivos entrelazados:
Instaurar la sociología como disciplina científica rigurosa
Proponer la unificación de las ciencias sociales sobre bases positivistas: la idea era
consolidar el saber científico; eliminar las diferencias metodológicas entre las ciencias
naturales y sociales.
Pensaba que la sociedad era más que la suma de los individuos que la componían. La
sociedad tiene una vida y existencia propia que va más allá de las experiencias personales;
existe antes de que nosotros estemos en el mundo, ejerce influencia durante toda nuestra
vida y seguirá existiendo aún después de nuestra muerte. Durkheim propuso el concepto
de hecho social que se refiere a hechos colectivos caracterizados como supraindividuales
porque están por encima del individuo, y coercitivos porque se imponen a este.
Durkheim explicó el suicidio a partir de dos hechos sociales: la integración y la regulación.
Al hablar de integración, se refería a los lazos que unen a los individuos con la sociedad. A
esto también lo denominamos cohesión social. Con el término regulación se refería a la
existencia y fuerza de las normas que regulan el comportamiento de los individuos dentro
de una sociedad. Según Durkheim, las normas cumplen una función muy importante en
la sociedad al establecer un límite para las apetencias individuales, ya que estas no
pueden satisfacerse de modo infinito.
Asimismo, el sociólogo entendía que la integración del individuo; es decir, los lazos que lo
mantienen unido a la sociedad en la que vive, funcionaban como un marco de contención
que le ofrecía claridad acerca de su rol, sus obligaciones y esto le daba sentido a su vida.
Por lo tanto, el debilitamiento de cualquiera de estos elementos (integración y regulación)
representaba una perturbación en el orden social y se constituía en causa que permitía
explicar el fenómeno del suicidio.
Según Durkheim, existen estructuras, es decir, pautas estables de comportamientos, que
deben ser tratadas como cosas o hechos sociales y que tienen una realidad objetiva por
encima de nuestras vidas.

Karl Marx
Uno de los grandes pensadores del siglo XIX y referentes del siglo XX. Su tesis plantea un
sentido objetivista y dicotómico de la sociedad de su tiempo. Considera que existen dos
grandes sectores, llamados clases sociales y que dividen a la sociedad en los poseedores
de los medios de producción (burguesía) y los poseedores de la fuerza de trabajo
(proletarios). Ambos grupos se encuentran en conflicto y, mientras que los primeros
ejercen su poder y control a través de la apropiación de su plusvalía y de alienar a los
trabajadores, estos últimos son capaces de tomar conciencia de su condición (clase para
sí) y transformar su situación de opresión en una lucha por la transformación de las
condiciones injustas provenientes del sistema burgués.
Karl Marx veía el gran crecimiento económico como producto de la Revolución Industrial y
consideraba que, en la sociedad naciente, solamente un reducido número de personas se
beneficiaba de ello. El nuevo orden social que emergía de las profundas transformaciones
provocadas por la Revolución Industrial es el objeto de análisis de Marx. Sin embargo, el
objetivo de este pensador era quebrar este nuevo orden social y reemplazarlo por otro
que, según su visión, era más igualitario.
Según este pensador, el capitalismo tendía a simplificar las contradicciones de clase. La
sociedad se dividía cada vez más en dos grandes campos enemigos: la burguesía y el
proletariado. La idea central era el conflicto social entre estas clases. La burguesía era la
clase de los capitalistas, modernos propietarios de los medios de producción que emplean
a trabajadores asalariados. El proletariado constituía la clase de los trabajadores que,
privados de medios de producción propios, se veían obligados a vender su fuerza de
trabajo para sobrevivir. El objetivo del capitalista, entonces, era obtener beneficios
económicos mediante la venta de productos a bajo costo, mientras que los proletarios
obtenían un salario a cambio de su fuerza de trabajo.
El sistema capitalista, desde la perspectiva de Marx, ha establecido dos clases casi
inconciliables (la burguesía y el proletariado). Mientras los primeros poseen los medios de
producción, los segundos son quienes, a través de su fuerza de trabajo, producen, crean o
transforman la naturaleza en forma de objeto.
El objeto producido tiene un valor de uso, pero, a su vez, tiene un valor de cambio a la
hora de colocarse en el mercado. Es decir que, si queremos vender una botella de agua en
el desierto va a aumentar su valor respecto de si la ofrecemos en un lugar donde existan
muchas variantes de bebidas disponibles, por ejemplo, en una ciudad. El objeto creado
cobra relevancia cuando la ubicamos en un mercado y, en este proceso de
transformación, deja de conocerse como objeto para ser una mercancía.
Aquí el análisis marxista detiene su observación de modo particular y sostiene que, si
vendemos una mercancía, obtenemos un beneficio económico de ella y entendemos que
el verdadero artífice de su producción es el proletario, entonces, el capitalista burgués no
es quien debería percibir un porcentaje adicional porque no ha participado en su
elaboración ni ha utilizado su fuerza de trabajo. En este punto de vista, la porción del valor
del producto vendido que es apropiado por el capitalista y no es pagado a los trabajadores
corresponde a la plusvalía.
La alienación es una experiencia según la cual los hombres, en vez de gobernar sus
propias vidas y sus propios destinos, se sienten gobernados por fuerzas ajenas o extrañas
a ellos. Ellos no pueden controlar estas fuerzas y se encuentran sometidos. Los
trabajadores están alienados, no se ven a sí mismos como hombres libres, sino como una
mercancía más que los capitalistas compran cuando la necesitan y de la que se
desentienden cuando no la necesitan. Para Ritzer (1993) el trabajador industrial está
alienado respecto de:
Su trabajo: la gente trabaja para satisfacer sus necesidades económicas, para realizarse
como personas (desarrollar su potencial y cualidades), pero en la empresa capitalista no
hay lugar para la creatividad, sino que todo está debidamente reglamentado y
supervisado. El hombre es un esclavo de la máquina.
Los productos del trabajo: no le pertenecen al trabajador, sino al capitalista que ha
comprado su tiempo y esfuerzo a cambio de un salario.
Otros trabajadores: el trabajo expresa la naturaleza humana, pero en las sociedades
capitalistas este deja de ser una experiencia de cooperación para convertirse en algo
puramente competitivo.
De sí mismo: el capitalismo transforma una actividad que debería expresar las cualidades
esenciales del hombre en una experiencia tediosa y deshumanizadora.

Conflicto
Los capitalistas quieren maximizar sus beneficios y, para esto, reducen los salarios. Los
trabajadores, en cambio, pretenden que sus salarios sean cada vez más redituables. Pero
como el aumento de salarios implica una reducción de beneficios para los propietarios,
aparece el conflicto de intereses. Este conflicto, según Marx, solo puede superarse si se
reemplaza el sistema capitalista por otro socialista.
Marx considera que una acción revolucionaria de los trabajadores podría destruir el
capitalismo. De acuerdo a su propuesta, después de esta acción revolucionaria y una vez
destruido el capitalismo, devendría un sistema social más humano e igualitario: el
socialismo. De acuerdo a sus ideas, la distribución social de la riqueza no debería ser
igualitaria (en el sentido de que todos los individuos reciban los mismo), sino que se
realizaría un aporte a cada individuo de acuerdo a sus posibilidades para que cada uno
reciba en función de sus necesidades.
Una de las críticas fundamentales a estas ideas es que la desigualdad no solo puede ser
económica (planteada en términos de diferencias de clases), sino que también pueden
marcarse desigualdades de género (entre hombre y mujer) o de etnia (entre razas),
etcétera. Sin embargo, según el argumento de Marx, los conflictos fundamentales son
aquellos que se posicionan en función de la ubicación (de los individuos) en la estructura
económica.
La postura marxista, al destacar las desigualdades y los conflictos sociales, deja de lado el
equilibrio y la paz social. En la medida en que hay intereses políticos, no se considera la
investigación científica. Sin embargo, la respuesta de la sociología marxista es que no se
puede sostener la existencia de una ciencia libre de valores.

Max Weber
El paradigma de Marx se considera como objetivista, Max Weber se inscribe como
subjetivista. Se afirma que, para entender un contexto social, debemos comprender la
perspectiva de los individuos que participan en él. El interés del investigador que se
posiciona en este paradigma no está en analizar la realidad o el modo en que la sociedad
condiciona al individuo, sino en el individuo como actor, en los motivos e intenciones que
le llevan a actuar y el sentido que atribuyen a su acción. La sociedad está configurada a
partir de las acciones de los individuos.
Para Weber las creencias podían transformar la sociedad. Así, la sociedad moderna (es
decir, el capitalismo) no es el resultado de cambios tecnológicos, sino de un nuevo modo
de pensar.
Weber, a las sociedades, prefería distinguirlas a partir de las visiones del mundo que
poseían sus miembros. La Revolución Industrial y el surgimiento del capitalismo
significaron el triunfo de la racionalización. Así, habló de la racionalización del mundo
para describir la transición histórica de la tradición a la racionalidad como modelo
dominante de pensamiento.
¿Cómo surgió el capitalismo? según Weber, surgió en un determinado medio social: el
calvinismo. Los calvinistas actuaban según los parámetros de una disciplina rigurosa y de
un modo racional. Quienes adherían al calvinismo creían en el dogma de la
predestinación, según el cual Dios había escogido a unos hombres para ser salvados y a
otros para asumir el castigo eterno. También pensaban que era imposible conocer la
voluntad de Dios.
Rasgos de la nueva sociedad organizada en función de la racionalización:
Surgieron instituciones sociales especificas – se crearon organizaciones – aparecen
profesiones y ocupaciones cada vez más especializadas – autodisciplina – como
consecuencia del proceso de racionalización, hubo mayor conciencia del tiempo –
impersonalidad.
Según Weber, la sociedad moderna e industrial neutralizaba la dimensión creativa o
innovadora de las personas porque sus vidas eran cada vez más rutinarias y domesticadas
por la burocracia. Por tratarse de una sociedad racional, la era moderna se encuentra
desencantada, anquilosada y los hombres eran dóciles. La organización moderna era un
vasto sistema de reglamentos, procedimientos y ordenanzas que sofocaban el espíritu
humano.
La burocracia, entendida desde la perspectiva teórica de Weber, no tiene la connotación
negativa que habitualmente le asignamos en nuestra vida cotidiana. Por el contrario,
Weber define a la burocracia como un tipo ideal de organización racional de dominación
legal.
Dominaciones legítimas:
La primera: aquellos a quienes la tradición designa como jefes adquieren una autoridad
legítima.
La segunda: se otorga un jefe o santo en función de sus actos heroicos.
La tercera: ´´descansa en la creencia en la legalidad de las ordenaciones estatuidas y de
los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer la autoridad´´.
En una burocracia ideal, quienes ejercen la autoridad son aquellos más preparados para
desempeñar el cargo o mando para el cual fueron seleccionados. Este tipo de organización
era la que predominaba en la modernidad, no solo en la administración pública, sino en la
mayoría de las organizaciones.
En resumen, para Durkheim, el aspecto fundamental por indagar es la conciencia
colectiva; para Marx, las condiciones objetivas de las sociedades, sobre todo de índole
económica; mientras que, para Weber, será el tipo de racionalidad subjetiva de la acción
social, que fue su foco prioritario de estudio.

Se consideran rasgos de la sociología critica: describir la realidad social a través de


antecedentes teóricos, explicar desde el trabajo en terreno los diferentes modos con los
cuales las sociedades demuestran su evolución y, por último, ofrecer una suerte de
evaluación que permita reconocer ciertas pistas y recomendaciones a futuro.
La sociología es un cuerpo de pensamiento específico sobre el mundo social; así también
implica una forma de investigación científica caracterizada por la búsqueda de datos o
evidencia empírica para sustentar las afirmaciones. Existen múltiples maneras de concebir
el mundo social y sus relaciones. Cada paradigma sociológico propone algún tipo de
metodología para sustentar empíricamente sus hipótesis. Podemos hablar de la existencia
de dos grandes paradigmas de investigación social:

Metodología cuantitativa
Parte de la premisa de que los fenómenos sociales pueden explicarse y que, para ello, se
utiliza información cuantificable y medible. Intenta capturar y estudiar lo que ocurre en la
realidad externa. Parte del supuesto de que esta realidad puede conocerse y de que
resulta posible investigarla. Generalmente sigue un patrón estructurado. Luego de
plantear el problema de estudio, el investigador construye una hipótesis y la somete a
prueba mediante el empleo de diseños de investigación. Si los resultados corroboran la
hipótesis, se aporta evidencia empírica a su favor. Si, los resultados refutan la hipótesis,
esta se descarta en busca de mejores explicaciones. El objetivo es explicar y predecir el
fenómeno investigado a partir de la búsqueda de regularidades y relaciones causales
entre los elementos.

Metodología cualitativa
Entiende que la realidad se construye a partir de la interacción de los individuos ya que
ellos asignan sentido a sus acciones. El investigador busca captar los significados
atribuidos en el circuito de la acción y evita predefinirlos antes de investigar. Propone
generar nuevos conceptos, tipologías y teorías que permitan comprender y caracterizar el
fenómeno investigado.
Para recolectar la información en el terreno debemos acudir a diferentes fuentes:
Fuentes primarias: aquellas que son específicas de la temática que se pretende conocer,
como biografías, artículos, investigaciones, etc.
Fuentes secundarias: proporcionan información que puede ser de utilidad, como
estadísticas, enciclopedias, libros, etc.
También es posible determinar las fuentes según el tipo de información que
proporcionan. Así, tenemos las de tipo cuantitativo, que permite observar
generalizaciones del comportamiento a partir de estadísticas, por ejemplo; y otras de
carácter cualitativo, que aportan significados de esos comportamientos.

También podría gustarte