Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

FMR - Resumen - Cultureg

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 8

Universidad autónoma de

Nuevo León

Cultura regional

Resumen

Grupo: 205

Nombre del alumno: Fatima Martínez Rodríguez


Matricula: 2072521

Nombre de la maestra: Rosa Isela Pizaña Cisneros

Monterrey N.L 25 de Marzo de 2022


LA ALIMENTACIÓN HUMANA: UN FENÓMENO BIOCULTURAL
La alimentación no son solo sustancias que sirvan solo para
nutrirnos, ni la alimentación es un hecho exclusivamente
biológico. Los alimentos que ingerimos nos proporcionan energía y
nutrientes que nuestro cuerpo necesita, también los mamíferos
dependen de estos para su organismo. Nos diferenciamos de estos
por nuestra fisiología y anatomía y gracias a esto nos permite
tener diferentes variedades en los alimentos, los mamíferos
(excepción de las ratas y ratones) no pueden tener una gran
variedad de condiciones y tampoco desarrollar un abanico de
posibilidades tan amplio. La palabra constríñete significa la
necesidad de variedad, al ser omnívoros, el ser humano no puede
obtener todos los nutrientes que le son absolutamente
necesarios para sobrevivir (vitaminas, aminoácidos, proteínas,
etc. Si no es a partir de un amplísimo abanico de alimentos. La
dieta, en algunas partes, se llama unos o por otros, o por un
régimen más carnívoro o vegetariano. No se ha encontrado
ninguna población que sea enteramente vegetariana. La latitud
es la elección, y la amplitud es quien tiene una considerable
capacidad de adaptación a las fluctuaciones de los recursos
alimentarios. Nuestro organismo sintetiza la mayor parte de
sustancias a partir de una cantidad menor de elementos y
moléculas denominadas nutrientes esenciales. De no ser por eso
tendríamos que comernos unos a otros para conseguir suministros
equilibrados de las moléculas necesarias para mantener la vida
humana. Una amplísima diversidad de patrones dietéticos,
utilizando miles de alimentos diferentes, son capaces de
proporcionar el mismo objetivo: la sobrevivencia. En este punto,
existen algunos ejemplos muy significativos: los disacáridos
lactasa y sucrasa, localizados en el borde capilar del epitelio
intestinal. Dada la importancia del sistema digestivo, pues el
primer contacto significativo que tiene el organismo con el
alimento es en la superficie absorbente del intestino durante la
digestión y asimilación, es razonable anticipar determinadas
evidencias de procesos de en este nivel de selección de la
fisiología, relativa a presiones selectivas en el campo de las
neuronas, de las enzimas y de las hormonas. entre los grupos
intermedios se encuentran los americanos negros, los hausa-
fulani y los mexicanoamericanos. El tema de la alimentación
humana como un fenómeno biocultural implica que tanto
factores biológicos como culturales influyen en nuestras
preferencias alimentarias. Por ejemplo, el gusto por los alimentos
dulces es innato y se refuerza desde temprana edad, ya que la
leche materna y los biberones con soluciones azucaradas son
preferidos por los niños. A lo largo de la historia, el ser humano ha
buscado el sabor dulce y ha encontrado la forma de reproducirlo a
voluntad. Aunque el gusto por lo dulce no es uniforme en todas
las culturas y entre sus miembros, ninguna sociedad lo rechaza
como desagradable. Además, la frecuencia del uso del azúcar en
la dieta varía de una cultura a otra. Resulta paradójico que hasta
el siglo XVIII, el azúcar era un producto escaso y de lujo que nadie
consumía de manera habitual. En tiempos antiguos, el azúcar era
un producto de lujo que se utilizaba principalmente como
medicamento y se evitaba su consumo excesivo. Sin embargo, a
partir del siglo XVIII, el azúcar se volvió más abundante y se
utilizó en una amplia variedad de alimentos y bebidas,
convirtiéndose en un condimento universal y mejorando el sabor
de numerosos platos. En el siglo XX, el consumo de azúcar se
multiplicó por diez, lo que ha tenido graves implicaciones para la
salud humana, incluyendo el aumento de la obesidad, las
enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la caries dental. En
resumen, el texto destaca la paradoja crítica de la evolución
biocultural, en la que una demanda biológica antigua ha dado
lugar a un consumo excesivo de azúcar que amenaza la salud
humana. El deseo humano de consumir azúcar y proteínas
animales se debe en gran medida a factores biológicos. El cerebro
interpreta la necesidad de estos nutrientes y construye una
escala de preferencias basada en su efecto positivo o negativo en
el cuerpo. Los mecanismos pre-cableados permiten a los
mamíferos, incluyendo a los humanos, asociar el sabor, el olor y la
apariencia visual de los alimentos con sus efectos metabólicos y
nutricionales. La carne es preferida por su capacidad para
proporcionar una sensación de saciedad prolongada, debido a la
dificultad de asimilar las moléculas complejas de los aminoácidos,
y por su alto contenido de grasa, que complementa las proteínas
necesarias para el desarrollo muscular. La carne es preferida por
muchas personas debido a su capacidad de proporcionar una
sensación de saciedad fuerte y duradera. Aunque no está claro si
la preferencia por la carne se debe a las proteínas, la grasa o las
festividades que acompañan su consumo, en realidad, el deseo de
carne se debe a la necesidad de consumir calorías para
complementar la carne magra y evitar que los aminoácidos se
transformen en energía en lugar de proteínas para el desarrollo
muscular. Antes de los métodos de alimentación industrial del
ganado, el problema con la mayoría de las carnes era que eran
demasiado magras para proporcionar este efecto de ahorro de
proteínas. Uun estudio muestra que los cadáveres de animales
salvajes contienen muy poca grasa en comparación con los
animales de granja. Esto explica por qué algunas comunidades de
cazadores y recolectores pueden rechazar ciertas partes de
animales que cazan, ya que necesitan grasas para sobrevivir
durante épocas de escasez de alimentos. Además, se destaca la
importancia de consumir grasas para la salud del cerebro y el
funcionamiento de las células. Muchos de los productos más
solicitados en el mundo, como la pimienta negra y gris, el chile, el
jengibre, el café y el alcohol, son extremadamente amargos e
irritantes para las mucosas sensibles de la boca. Sin embargo,
estos alimentos cumplen una función esencialmente adaptativa
en determinados ambientes, como las regiones tropicales y
subtropicales, en las que los alimentos de base son, en su mayoría,
muy poco gustosos. Los pimientos picantes, por ejemplo, son una
fuente importante de vitaminas A, C y B, facilitan la digestión,
estimulan el apetito, disminuyen la temperatura corporal y
limitan la multiplicación de las bacterias en el organismo.
Además, el placer subjetivo de cada alimento cambia después de
cada alimento consumido, lo que puede asegurar que se consuma
un conjunto equilibrado de sustancias nutritivas. En el tema de
¿Alimentarse y/o nutrirse? De las relaciones entre naturaleza y
cultura nos habla de la complejidad de los comportamientos
alimentarios humanos y cómo estos van más allá de los
condicionamientos biológicos. Los humanos son omnívoros, lo que
les da la libertad de elección, pero también están condicionados
por la variedad de alimentos disponibles. El ejemplo de un menú
desglosado en términos nutricionales muestra que la experiencia
gastronómica va más allá de la simple nutrición, ya que la
mayoría de las personas no elegirían un restaurante que
presentara el menú de esta manera. El artículo sugiere que los
comportamientos alimentarios humanos están influenciados por
factores culturales y sociales, así como por la biología. El
comportamiento alimentario humano es extremadamente
complejo y no se puede explicar solo por los condicionamientos
biológicos. Los humanos son omnívoros y tienen la libertad de
elección, pero están condicionados por la variedad. La comida no
es solo una actividad biológica, sino que es un fenómeno social y
cultural. La nutrición es un asunto fisiológico y de salud, mientras
que comer es un fenómeno social y cultural. Las elecciones
alimentarias no son estrictamente económicas, ya que el apetito
cultural influye en las decisiones de comer. A pesar de que, en
términos nutricionales, las opciones de comida pueden ser
idénticas, la elección de una cena sabrosa y variada, preparada de
un modo refinado, es una manifestación del apetito cultural que
no tiene estrictamente nada que ver con los procesos digestivos.
Incluso la misma elección de alimentos está condicionada por
factores sociales, culturales e históricos. Cada sociedad tiene su
propia gastronomía, su forma particular de cocinar, de preparar y
de servir los alimentos. La elección de alimentos se realiza, en
gran medida, dentro de un contexto social y cultural específico,
donde intervienen factores como la religión, las tradiciones, las
modas, las influencias culturales externas, entre otros.

Además, las elecciones alimentarias también están influenciadas


por la publicidad y la industria alimentaria. La publicidad y el
marketing tienen un gran impacto en las elecciones de los
consumidores, y a menudo se promueven alimentos poco
saludables que son ricos en grasas, sal y azúcares. La industria
alimentaria también tiene un papel importante en la elección
de alimentos, ya que determina qué alimentos están disponibles
en el mercado y a qué precios. En conclusión, el comportamiento
alimentario de los seres humanos es extremadamente complejo y
está influido por múltiples factores, como la biología, la ecología,
la tecnología, la economía, lo social, lo político y lo ideológico. Los
seres humanos son omnívoros y tienen la libertad de elección y la
variedad condicionada. La selección de alimentos que realiza una
sociedad puede explicarse por razones técnicas y económicas,
pero también por creencias sobre la bondad o maldad de
determinados alimentos. Además, los alimentos pueden
desempeñar una función importante en la identidad individual y
grupal, incluso más importante que la función de supervivencia.
el estudio del consumo humano de alimentos no puede
entenderse completamente solo a través de la biología, ya que los
factores culturales también juegan un papel importante. Las
diferentes culturas exhiben diversas preferencias y aversiones
hacia ciertas fuentes de proteínas, que no pueden explicarse
únicamente por el condicionamiento biológico. Además, las
prohibiciones sobre los productos animales son más frecuentes en
todas las culturas que en los productos de origen vegetal,
posiblemente debido a la similitud percibida entre humanos y
animales. Finalmente, la demanda de carne ha sido
históricamente alta en todas las culturas, y a menudo se
considera una medida de prosperidad o estatus social. El consumo
humano de alimentos está influenciado por diversos factores,
incluyendo la biología, la ecología, la tecnología, la economía, los
factores sociales y políticos, así como las creencias e ideologías. La
elección de alimentos puede cumplir funciones importantes en la
identidad individual y grupal, y puede ser más importante que su
función en la supervivencia. La proporción de productos animales
en la dieta de una sociedad aumenta con mayores niveles de
ingresos, ya que las personas sustituyen las grasas, proteínas y
calorías de origen animal por fuentes vegetales.

Además, los alimentos también tienen un papel importante en la


construcción de la identidad cultural y la expresión de la
diversidad cultural. Las cocinas de diferentes regiones y países
tienen sabores y aromas distintivos que reflejan la historia, la
geografía y las tradiciones culturales de esas sociedades. La
comida también puede ser un medio para afirmar la pertenencia
a un grupo social o étnico y puede ser un símbolo de resistencia
cultural frente a la globalización y la homogeneización cultural.

En resumen, la alimentación humana es un fenómeno complejo y


multifacético que va más allá de la nutrición y la biología. Las
prácticas alimentarias están influenciadas por factores
culturales, sociales, económicos, políticos e ideológicos y tienen un
papel importante en la reproducción social de las sociedades, la
construcción de la identidad cultural y la expresión de la
diversidad cultural. En resumen, los comportamientos
alimentarios son mucho más que simples necesidades
nutricionales. Estos comportamientos tienen una gran
importancia social y cultural, ya que son objeto de pactos y
conflictos y marcan las semejanzas y diferencias étnicas y
sociales. Además, los alimentos que ingerimos no solo
proporcionan sustancias bioquímicas y energía, sino que también
incorporan propiedades morales y comportamentales que
contribuyen a conformar nuestra identidad individual y cultural.
Por lo tanto, lo que comemos no solo afecta a nuestro cuerpo
físico, sino también a nuestra identidad y relaciones sociales. El
psicobiólogo Paul Rozin realizó un estudio en la década de los
ochenta entre estudiantes estadounidenses sobre prejuicios
interétnicos. Se dividieron en dos grupos y se les presentó
información sobre dos culturas que diferían en la forma en que
cazaban y consumían tortugas y jabalís. Los resultados
mostraron que se atribuyeron características de personalidad a
los miembros de ambas culturas basadas en los animales que
cazaban y consumían, como buenos nadadores y pacíficos para la
cultura de las tortugas y rápidos en la carrera y agresivos para la
cultura de los jabalís. El comportamiento alimentario humano es
complejo y está influenciado tanto por necesidades biológicas
como por factores culturales. Los sistemas culturales diferentes
tienen sistemas alimentarios distintos y la conducta alimentaria
diaria de la mayoría de las personas es predecible según sus
patrones culturales. La alimentación es el primer aprendizaje
social del ser humano y las actitudes hacia la comida son
aprendidas de otros en redes sociales como la familia, amigos,
grupo étnico, clase social, comunidad local o nación. La cultura
establece regularidad y especificidad en el comportamiento
alimentario.

La percepción de lo que es comestible o no comestible varía entre


diferentes culturas, y no todas las sustancias nutritivas o no
tóxicas son consideradas alimentos por todas las personas. La
variedad de alimentos consumidos en todo el mundo es enorme, y
lo que puede ser considerado un manjar en una cultura puede ser
incomible o repugnante en otra. Además, la percepción de lo que
es comestible o no comestible puede cambiar a lo largo del
tiempo, y los productos que en el pasado fueron considerados
alimentos pueden perder su estatus como comestibles en la
actualidad. La gramática culinaria se refiere a las reglas y normas
que rigen la preparación, combinación y consumo de alimentos
en una cultura determinada. Estas reglas pueden ser explícitas o
implícitas, y están en constante evolución a medida que cambian
los gustos y preferencias de las personas.

La gramática culinaria no solo se refiere a la preparación de los


alimentos, sino también a su presentación y consumo. Por
ejemplo, en algunas culturas, es considerado de mala educación
hablar con la boca llena, mientras que en otras, comer con las
manos es una práctica común.

Las reglas de la gramática culinaria también pueden variar según


la ocasión. Por ejemplo, en una cena formal, se espera que los
comensales usen cubiertos y mantengan una postura correcta en
la mesa, mientras que en una reunión informal con amigos, es
posible que se permita comer con las manos y adoptar una
postura más relajada.

Las personas adquieren de manera inconsciente las normas


culinarias de su cultura a través del aprendizaje social. Cada
cultura tiene una gramática culinaria específica que incluye
reglas sobre la preparación, combinación, recolección,
producción, conservación y consumo de alimentos. Cuando estas
reglas no se respetan, los menús pueden resultar incomprensibles
e incluso repulsivos para los sentidos de las personas, al igual que
sucede con las lenguas. En resumen, la relación entre
alimentación y cultura es compleja y ha sido objeto de estudio en
las últimas décadas. Si bien la comida es esencial para nutrir
nuestro cuerpo, también tiene un significado simbólico y cultural
en diferentes sociedades. Además, la ambivalencia de la comida
como fuente de placer y sufrimiento se manifiesta en diversas
actitudes hacia los alimentos. Por otro lado, la realidad del
hambre sigue siendo un problema global que afecta a millones de
personas en todo el mundo. En definitiva, la comida no es
simplemente una sustancia para comer, sino que también es una
forma de expresión y relación entre las personas y las culturas.

También podría gustarte