Viviendo Sobrio Cap 8
Viviendo Sobrio Cap 8
Viviendo Sobrio Cap 8
de mascar? ¿Las pelculas de los Hermanos Marx? ¿La mu sica folklorica? ¿Leer
novelas de ciencia ccion o policacas? ¿Tomar el sol? ¿Las motonieves? Si no,
busca algo no alcoholico que te recompensa u nicamente con el puro placer de
hacerlo y diviertete en sobriedad. Te lo mereces.
12.___________________________________________________
Aqu puedes poner lo que quieras. Esperemos que la lista anterior te ayude a
idear una actividad diferente de las sugeridas. ¿Ha sido as? Bien. Hazlo.
Una advertencia. Algunos de nosotros tenemos tendencia a pasarnos de la
raya e intentar hacer demasiadas cosas a la vez. Tenemos algo que nos sirve de
freno para esto, sobre lo cual te puedes informar en la pa gina 44: El ttulo es:
“Tomalo con calma”.
7 Usar la Oracio
n de la Serenidad
En miles de salas de A.A., en multitud de idiomas, se ve puesta en la pared
la siguiente invocacio n:
Dios, concedeme la serenidad para aceptar
las cosas que no puedo cambiar,
el valor para cambiar las cosas que puedo
y la sabidura para reconocer la diferencia.
No se origino en A.A. Parece que desde hace ya siglos varias religiones la
han utilizado en diversas versiones, y hoy da es de uso bastante generalizado
dentro y fuera de la Comunidad. Sea cual sea nuestra religio n, ya seamos
humanistas, agno sticos o ateos, la mayora de nosotros hemos encontrado
en estas palabras una maravillosa gua para lograr, mantener y disfrutar la
sobriedad. Ya sea que la consideremos como una autentica plegaria a Dios o
la simple expresio n de un ferviente deseo, nos ofrece una receta sencilla para
una vida emocional sana.
A la cabeza de nuestra lista de “cosas que no podemos cambiar” hemos
puesto nuestro alcoholismo. Ya sabemos que, hagamos lo que hagamos, no
vamos a despertarnos man ana transformados en personas no alcoho licas
— de la misma manera que no vamos a ser diez an os ma s jo venes ni doce
centmetros ma s altos.
No podamos cambiar nuestro alcoholismo. Pero no nos dijimos mans
amente, “Bueno, soy alcoho lico. Supongo que tendre que beber hasta la
muerte”. Haba algo que s podamos cambiar. No tenamos que ser alcoho li
cos borrachos. Podamos llegar a ser alcoho licos sobrios. Esto nos exiga un
gran valor. Y adema s tuvimos que experimentar aquel ramalazo de sabidura
para poder ver que era posible cambiar, que podramos hacerlo.
Para nosotros eso no fue sino el primer y ma s obvio uso de la Oracio n de la
Serenidad. Cuanto ma s alejados nos encontramos del u ltimo trago, tanto ma s
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bellas y ma s repletas de signicado nos parecen estas pocas lneas. Podemos
aplicarlas a situaciones cotidianas, las mismas de las que solamos huir para
escondernos en la botella.
A modo de ejemplo: “Odio este trabajo. ¿Tengo que seguir haciendolo o
puedo dejarlo?” Entra en juego un poco de sabidura: “Bueno, si lo dejo ahora
puede que las pro ximas semanas o meses sean difciles, pero si tengo las
sucientes agallas para aguantarlo [el valor para cambiar] creo que acabare
en mejor situacio n.”
O tal vez la respuesta sea: “Seamos realistas: este no es el momento opor
tuno para buscar un nuevo trabajo; tengo una familia que mantener. Adema s,
aqu estoy con so lo seis semanas sobrio, y mis amigos de A.A. me dicen que
es preferible no hacer ningu n cambio dra stico en mi vida en este momento;
mejor concentrarme en no tomar ese primer trago y esperar a tener la cabeza
en orden. Bien, ahora mismo no puedo cambiar de trabajo. Pero tal vez pueda
cambiar mi propia actitud. Vamos a ver: ¿Co mo puedo aprender a aceptar el
trabajo serenamente?”
Al ver la oracio n por primera vez, la palabra “serenidad” nos parecio una
meta imposible de lograr. De hecho, si la serenidad signicaba apata, res
ignacio n amarga o resistencia impasible, no la queramos tener como meta.
Pero llegamos a darnos cuenta de que “serenidad” no signicaba tal cosa.
Cuando la experimentamos ahora es como un simple reconocimiento: una
forma lu cida y realista de ver el mundo, acompan ada de una fortaleza y una
paz interior. La serenidad es como un giroscopio que nos hace posible man
tener nuestro equilibrio sean cuales sean las turbulencias que haya a nuestro
alrededor. Y este es un estado de a nimo que merece la pena intentar lograr.
Nos sugieren que tengamos algunas botellas reservadas en casa para servir
a los invitados, y que en otras ocasiones nos olvidemos de ellas. Para ellos,
esto ha funcionado.
Otros muchos de entre nosotros recalcamos lo increblemente fa cil que
era a veces tomarnos un trago por impulso, casi inconscientemente, antes de
querer hacerlo. Si no tenemos alcohol a mano, si para tenerlo es necesario salir
de casa y comprarlo, tenemos por lo menos la posibilidad de darnos cuenta de
lo que estamos a punto de hacer y de optar por no beber. Los no bebedores
que son de esta opinio n dicen que les parece ma s cuerdo prevenir que curar.
Y por ello regalaron a otros todas sus existencias de licor y no guardaron nin
guna bebida alcoho lica en casa hasta que les pareca que su sobriedad haba
llegado a un estado bastante seguro y estable. E incluso ahora so lo compran la
cantidad suciente para satisfacer a los invitados de una tarde.
Te toca a ti optar por este o aquel sistema. Tu eres quien sabe cua l era tu
forma de beber y co mo te parece a ti tu sobriedad de hoy.
Puede que todos los pequen os cambios de rutina mencionados en esta
seccio n te parezcan risiblemente triviales. No obstante, te podemos decir con
toda seguridad que la suma total de todas estas alteraciones de la rutina nos
ha dado a muchos de nosotros un fuerte empuje hacia una nueva y vigorosa
salud. Tu tambien puedes contar con un empujo n parecido, si as lo quieres.
Conectarte con alguien por medio del Internet tambien puede ayudar,
puede ser un alcoho lico de tu mismo pueblo o tal vez del otro lado del mundo.
Una vez hecho el primer contacto, es mucho ma s fa cil hacer el segundo,
especialmente en esas ocasiones en que ma s lo necesitamos. Finalmente
para la mayora de nosotros la necesidad de hablar para quitarnos el deseo
de tomarnos un trago desaparece. Y cuando desaparece, muchos de nosotros
descubrimos que hemos establecido la costumbre beneciosa de mantener
nos en contacto con otras personas sobrias fuera de las reuniones; y a menudo
mantenemos estos contactos porque los disfrutamos.
Pero eso normalmente viene despues. Al principio la terapia de telefono
sirve principalmente para ayudar a mantenernos sobrios. Tomamos el tele
fono en vez de tomar un trago. Incluso cuando no creemos que vaya a dar
resultados. Incluso cuando no queremos hacerlo.
11 Conseguir un padrino
No todos los miembros de A.A. han tenido un padrino. Pero miles de
nosotros decimos que hoy no estaramos vivos si no fuera por la especial
amistad de un alcoho lico recuperado durante los primeros meses y an os de
nuestra sobriedad.
En los primeros das de A.A., la palabra “padrino” no formaba parte del
vocabulario de A.A. Entonces, algunos hospitales de Akron, Ohio, y Nueva York
empezaron a aceptar como pacientes a los alcoholicos (bajo este diagnostico)
con esta condicion: que un miembro sobrio de A.A. aceptara “apadrinar” al hom
bre o mujer enfermos. El padrino llevaba al paciente al hospital, iba a visitarlo
regularmente, estaba presente cuando se le daba de alta, y llevaba al paciente a
su casa y luego a una reunion de A.A. En esta reunion, el padrino presentaba al
recien llegado a los dema s alcoholicos abstemios y felices. Durante los primer
os meses de recuperacion, el padrino estaba disponible cuando fuera necesario
para contestar a las preguntas y escuchar al recien llegado.
El apadrinamiento resulto ser una forma tan ecaz de ayudar a la gente a
establecerse en A.A. que se convirtio en una costumbre que se sigue en todo el
mundo de A.A., incluso cuando no es necesaria la hospitalizacion.
A menudo, el padrino es la primera persona que va a visitar a un bebedor
problema que desea ayuda, o es el primer alcoholico recuperado que habla con
la persona que solicita ayuda si esta persona va a una ocina de A.A., o es el
miembro de A.A. que se presta como voluntario para “apadrinar” a un alcoholi
co que va a ser dado de alta de un centro de desintoxicacion o rehabilitacion, de
un hospital o de una institucion correccional.
En las reuniones de A.A., se suele recomendar al recien llegado que consiga
un padrino; y, si as lo desea, puede escoger a alguien.
VIVIENDO SOBRIO 27
Es una buena idea tener un padrino porque as tienes un gua amistoso
durante esos primeros das y semanas en que A.A. puede parecer nuevo y
extran o, antes de que creas que te puedes orientar por ti mismo. Adema s, un
padrino puede pasar ma s tiempo contigo, y dedicarte ma s atencion personal
que un atareado consejero profesional. Los padrinos hacen visitas a domicilio,
incluso por la noche.
Si tienes un padrino, algunas de las siguientes sugerencias te pueden resul
tar u tiles. Ten presente que esta n basadas en la experiencia de miles de miem
bros de A.A. a lo largo de muchos an os.
A. Generalmente es mejor que los hombres apadrinen a los hombres y las
mujeres a las mujeres. De esta forma se evita la posibilidad de una aventura
amorosa que podra complicar peligrosamente, e incluso destruir, la relacion
entre el padrino y el recien llegado. Hemos descubierto por experiencia que el
sexo y el apadrinamiento son una mala mezcla.
B. Nos guste o no nos guste lo que sugiere nuestro padrino (y lo u nico
que pueden hacer los padrinos es sugerir; no pueden obligar a alguien a hacer
una cosa, ni tampoco pueden prevenir ninguna accio n), la realidad es que el
padrino ha estado sobrio ma s tiempo que nosotros, conoce los peligros que
hay que evitar, y es posible que tenga razo n.
C. Un padrino de A.A. no es un asistente social ni un consejero profesional
de ningu n tipo. Un padrino no es una persona que presta dinero, o facilita
ropa, trabajo o comida. Un padrino no es un experto en medicina, ni esta
capacitado para dar consejo religioso, legal, domestico o psiquia trico, aunque
un buen padrino normalmente esta dispuesto a hablar condencialmente de
estos asuntos, y a menudo puede sugerir do nde se puede obtener apropiada
ayuda profesional.
Un padrino es simplemente un alcoholico sobrio que puede ayudar a resolv
er un solo problema: como mantenerse sobrio. Y el padrino tiene una sola cosa
a su disposicion: su experiencia personal, no sabidura cientca.
Los padrinos han pasado por all, y a menudo tienen por nosotros ma s
interes, esperanza, compasion y conanza que nosotros tenemos en nosotros
mismos. Sin duda alguna han tenido mucha ma s experiencia. Al recordar su
propia condicion, tienden la mano para ayudarnos, no para humillarnos.
Se ha dicho que los alcoholicos son gente que nunca deben guardarse sus
propios secretos, especialmente los que les hacen sentirse culpables. Ser abiertos
puede prevenir esto y puede ser un buen antdoto contra cualquier tendencia
hacia la excesiva autopreocupacion y autoconmiseracion. Un buen padrino es
alguien en quien podemos conar, con quien podemos desahogarnos totalmente.
D. Es agradable tener un padrino que, aparte de la sobriedad, comparte
nuestros intereses y tiene unas experiencias parecidas a las nuestras. Pero
no es necesario que sea as. En muchos casos, el mejor padrino es alguien
totalmente distinto a nosotros. Las parejas de padrinos y recien llegados ma s
disparejas son las que a veces tienen los mejores resultados.
28 VIVIENDO SOBRIO
todas las mismas artiman as. Pero a veces seguimos haciendo lo mismo hasta
que logramos que un padrino diga algo totalmente opuesto a lo que otro padri
no ha dicho. Tal vez nos las arreglamos para sacar de alguien lo que quera
mos escuchar, no lo que necesita bamos. O por lo menos, interpreta bamos las
palabras de este padrino para acomodarlas a nuestros deseos.
Este tipo de conducta parece ma s un reejo de nuestra enfermedad que
una bu squeda sincera de ayuda para lograr nuestra recuperacio n. Nosotros,
los recien llegados, somos quienes nos vemos ma s afectados por este compor
tamiento. Por lo tanto, si tenemos un equipo de padrinos, sera una buena idea
permanecer alertas para no vernos tentados a entrar en este tipo de juegos, en
lugar de tratar de avanzar hacia nuestra propia meta de recuperacio n.
G. Los padrinos, por ser ellos mismos alcoho licos recuperados, tienen sus
propias virtudes y tambien sus defectos. Que nosotros sepamos, todava no ha
nacido un padrino (o un ser humano) libre de imperfecciones o debilidades.
Es posible, aunque raro, que nos veamos inducidos a error por el consejo
equivocado de un padrino. Como ya sabemos por haberlo hecho nosotros mis
mos, incluso con las mejores intenciones, los padrinos pueden equivocarse.
Probablemente te puedes imaginar la frase que viene a continuacio n…. El
comportamiento incorrecto de un padrino no es una excusa va lida para tomarse
un trago. La mano que pone la copa en tus labios sigue siendo la tuya.
En lugar de echarle la culpa al padrino, hemos encontrado por lo menos
otras 30 maneras de mantenernos alejados de la bebida. Todas estas 30 mane
ras esta n explicadas en otras secciones de este libro.
H. No tienes obligacio n alguna de pagar el favor que te ha hecho tu padri
no al ayudarte. E l o ella lo hacen porque al ayudar a otros nos ayudamos a
nosotros mismos a mantener nuestra propia sobriedad. Eres libre de aceptar
o rehusar la ayuda. Si la aceptas, no tienes deuda que pagar.
Los padrinos son amables, y duros, no para que se les alabe, ni porque
les guste “hacer buenas obras”. Un buen padrino saca tanto provecho de sus
acciones como su ahijado.
Te dara s cuenta de esto la primera vez que apadrines a alguien.
Algu n da podra s pasar la misma ayuda a otra persona. Ese es el u nico
agradecimiento que tienes que expresar.
I. Al igual que un buen padre, un padrino sabio puede dejar que el principi
ante se las arregle por s solo cuando sea necesario; puede dejarle que cometa
sus propios errores; le puede ver rechazar los consejos que les da sin sentirse
airado ni desden ado. Un padrino inteligente hace todo lo posible para evitar
la vanidad y el sentirse herido en el apadrinamiento.
Y los mejores padrinos esta n realmente encantados cuando el principiante
puede empezar a ser ma s auto nomo. Esto no quiere decir que a partir de
entonces tengamos que seguir nosotros solos. Pero llega el momento en que
incluso el pa jaro joven tiene que utilizar sus propias alas y empezar su propia
familia. ¡Feliz vuelo!
30 VIVIENDO SOBRIO
12 Descansar lo suciente
Hay por lo menos tres razones por las que la gente que bebe mucho no
suele darse cuenta de lo cansada que esta : (1) el alcohol esta lleno de caloras
que dan energa instanta nea; (2) adormece el sistema nervioso central de tal
manera que uno no se puede sentir la intensidad total de su malestar corpo
ral; (3) cuando se pasa el efecto anestesico, se produce una agitacio n que se
parece a la energa nerviosa.
Despues de dejar de beber, puede persistir durante algu n tiempo el efecto
agitador y producir nerviosismo e insomnio. O puede que nos demos repenti
na cuenta de nuestro cansancio y por lo tanto sentirnos agotados y leta rgicos.
O puede que vayamos alternando entre los dos estados.
Ambas son reacciones normales que miles de nosotros hemos tenido al
principio de nuestra sobriedad, en diferentes grados, segu n fuera nuestra
forma de beber y estado general de salud. Las dos se suelen pasar tarde o
temprano y no deben ser motivos de preocupacio n.
Pero es muy importante que descansemos sucientemente cuando deja
mos de beber, porque la nocio n de tomar un trago parece ocurrrsenos ma s
fa cilmente cuando estamos cansados.
Muchos de nosotros nos hemos preguntado por que de repente nos sen
timos inexplicablemente con ganas de tomarnos un trago. Al considerarlo,
descubrimos una y otra vez que nos sentimos exhaustos sin darnos cuenta. Es
muy probable que hayamos utilizado demasiada energa y no hayamos des
cansado lo suciente. Normalmente, comer algo ligero o echarse una siesta
puede cambiar completamente nuestro estado de a nimo y la idea del trago
se desvanece. Incluso si no podemos dormir, simplemente con tumbarnos
un rato o pasar unos minutos tranquilos sentados en un sillo n o en la ban era,
podemos aliviar el cansancio.
Claro que es aun mejor tener un horario de vida saludable en el que haya
programado un perodo suciente de descanso cada veinticuatro horas.
Aunque esto no nos pasa a todos, miles de nosotros podemos contar his
torias de perodos de insomnio despues de dejar de beber. Evidentemente,
el sistema nervioso tarda un tiempo en acostumbrarse (o volver a acostum
brarse) a dormir de forma regular e ininterrumpida sin alcohol en el cuerpo.
Puede que lo peor de esto sea la preocupacio n que nos causa, porque esta
preocupacio n nos hace aun ma s difcil conciliar el suen
o.
El primer consejo que solemos darnos unos a otros sobre este asunto es
“No te preocupes, nadie se ha muerto por falta de dormir. Cuando tu cuerpo
esta sucientemente cansado, te dormira s”. Y as sucede.
Ya que el insomnio sola ser el pretexto que muchos de nosotros da bamos
para “tener necesidad de un par de tragos”, la mayora de nosotros comparti
mos la opinio n de que una nueva actitud con respecto al insomnio nos sirve
de ayuda en nuestros intentos de no beber. En vez de dar vueltas en la cama
VIVIENDO SOBRIO 31
13 Lo primero primero
Este viejo refra n tiene para nosotros un signicado profundo y especial. En
terminos sencillos nos dice: Sobre todo, tenemos que tener presente que no
podemos beber alcohol. Para nosotros lo que tiene la ma s alta prioridad es no
beber nunca, en ningu n lugar y bajo ninguna circunstancia.
Esto para nosotros es cuestion de vida o muerte. Hemos llegado a saber que
el alcoholismo es una enfermedad que mata, que conduce por mu ltiples vas a
la muerte. Preferimos no echarnos un trago porque as no corremos el riesgo
de activar esta enfermedad.
El tratamiento de nuestra enfermedad, segu n las palabras de la Asociacio n
Medica Norteamericana, “consiste principalmente en no beber alcohol”. Nues
tra experiencia sirve para reforzar esta receta terapeutica.
Esto signica que, en todos nuestros asuntos diarios, debemos tomar las
medidas necesarias para no beber, por inconvenientes que puedan ser.
Algunos nos han preguntado: “¿Quiere decir esto que ustedes anteponen la
sobriedad a la familia, el trabajo, y la opinion de los amigos?”
Al considerar el alcoholismo como lo que es, un asunto de vida o muerte, la
respuesta es simple. Si no preservamos nuestra salud, nuestra vida, con toda
seguridad no tendremos familia, ni trabajo, ni amigos. Si valoramos nuestras
familias, nuestros trabajos y nuestros amigos, debemos primero preservar
nuestras propias vidas para poder disfrutarlos.
“Lo primero primero” tambien tiene otros muchos signicados, que pueden
ayudarnos grandemente en nuestro combate contra nuestro problema con la
bebida. Por ejemplo, muchos de nosotros nos hemos dado cuenta de que, al
dejar de beber, pareca que tarda bamos en llegar a tomar decisiones ma s de lo
que nos hubiera gustado. Nos resultaba muy difcil decidir; oscila bamos contin
uamente entre el s y el no.
Ahora bien, la indecision no es cosa exclusiva de los alcoholicos en recu
peracion; pero tal vez a nosotros nos fastidiaba ma s que a otros. El ama de
casa recien sobria, al considerar sus muchos quehaceres, no poda decidir por
donde empezar. El hombre de negocios no poda decidir entre devolver esas
llamadas telefonicas o dictar aquellas cartas. En muchos aspectos de nuestras