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Unidad I: Metafísica. Introducción.

Docente Joaquín Ichusti

Podría decirse que los problemas metafísicos se disputan exclusivamente en el campo de


nuestra humana reflexión. Como la propia etimología de la palabra lo advierte (meta-physika),
esta es la terminología que se utiliza para hacer referencia a los estudios filosóficos que tratan
sobre aquello que está más allá de lo físico. Si bien los problemas metafísicos podrían
rastrearse en la historia de la humanidad hasta sus propios orígenes, la tradición occidental
de la filosofía adjudica a los libros de Aristóteles que componen sus estudios sobre lo que
llamó la filosofía primera (Metafísica) como el primer trabajo filosófico en llevar este nombre.
No obstante, cuenta la anécdota que fue Andrónico de Rodas, uno de los filósofos de la
escuela peripatética (escuela aristotélica) del S. I a.C., quien asignó este nombre a los libros
que Aristóteles había escrito tres siglos atrás. Andrónico de Rodas dedicó parte de su trabajo
a ordenar y clasificar los libros de Aristóteles, y asignó este título para aquellos libros que
quedaron ordenados justamente inmediatamente luego de los denominados Física. Si bien
esta anécdota nos deja abierta la posibilidad de que el título Metafísica haya sido asignado a
esos libros azarosamente por el simple hecho de haber sido ubicados justo en esa posición
dentro de una biblioteca, es también prudente pensar que Andrónico conocía muy bien el
trabajo del fundador de su escuela, y asignó este nombre impulsado quizás más bien por la
meditación sobre los contenidos de estos libros, ya que los mismos contienen uno de los
trabajos sobre filosofía metafísica más sistemáticos y rigurosos de la época antigua.
Aristóteles desarrolla allí una filosofía del Ser (ontología). Esto no es una novedad para la
filosofía, ya que, como veremos más adelante, este tipo de filosofía ya se encontraba sobre
la mesa desde siglos atrás. Sin embargo, uno de los aportes originales que realiza allí el
estagirita (apodo asignado al propio Aristóteles por ser originario de Estagira) es el de
introducir el concepto de “sustancia”. La pregunta “¿qué es el ser?” se convierte con
Aristóteles en “¿qué es la sustancia?”. La “filosofía primera” pasa a ser ciencia de la sustancia
y de los primeros principios y causas. Según Aristóteles:

Quién aspire al conocer por el conocer mismo tendrá una decidida preferencia por la
ciencia más cabal. Y esa ciencia es de lo más cognoscible, pues lo más cognoscible
son los principios primeros y las causas. A través de los principios y a partir de ellos se
conoce lo demás y no inversamente los principios a través de los particulares que
dependen de ellos. Por último, la ciencia dominante y superior a la subordinada es la
que conoce en virtud de qué fin ha de darse cada cosa. (Aristóteles, Metafísica)

Esta ciencia, el conocimiento, radica así en lo que él denomina filosofía primera. La búsqueda
de Aristóteles se concentrará entonces en un intento por alcanzar un conocimiento de causas
y principios a partir de los cuales pueda explicarse todo lo demás. Quien pretenda conocer
realmente, deberá tener por un lado, conocimiento de los primeros principios y fundamentos
del ser, a partir de los cuales poder constituir una impresión de la realidad que no este
meramente basada en supuestos, y por otro de las causas que le permita conformar leyes
generales para los casos particulares. Según su enfoque, tanto el arte como la ciencia se
separaran de la experiencia en tanto que, las experiencias aisladas, carentes de relaciones
entre ellas y de leyes que las unifiquen, solo nos dan conocimiento de lo particular, pero que
desconoce las causas. Si bien la teoría no es nada sin la experiencia de la práctica, parece
ser que se valora como más sabio a aquel que conoce la teoría, lo general, las causas, que
le permitan explicar el mundo y enseñarlo.

Es obvio, pues, que necesitamos conseguir la ciencia de las causas primeras (desde
luego, decimos saber cada cosa cuando creemos conocer la causa primera). Pero de
“causas” se habla en cuatro sentidos: de ellas una causa decimos que es la entidad, es
decir, la esencia, pues el porqué se reduce, en último término a la definición, y el porqué
primero es causa y principio; la segunda la materia, es decir, el sujeto; la tercera, de
dónde proviene el inicio del movimiento, y la cuarta, la causa opuesta a esta última,
aquello para lo cual, es decir, el bien (este es, desde luego, el fin a que tienden la
generación y el movimiento). (Aristóteles, Metafísica)

Lo que Aristóteles va a denominar por sustancia, es aquello que nos permite unificar estas
cuatro causas, más aquello a lo que él denominaba ser en potencia (todo aquello en que la
cosa puede potencialmente devenir) y ser en acto (lo que la cosa está siendo efectivamente
en presente). Debe haber algo más allá de estas cuatro causas que nos permiten conocer
algo que tenemos por particular de maneras distintas, y que a su vez sea capaz de reunir
todas las características y cualidades de cierta cosa en una única cosa. Esto es la sustancia,
la causa primera, y la filosofía primera deberá ser una ciencia de la sustancia.

Actividad para reflexionar:

A) Reflexiona sobre lo visto de la teoría de Aristóteles y su concepto de sustancia. La


incorporación de este concepto pretende resoolver no solo el problema de la unifiicación de
las distintas causas en un único ente sino también la permanencia dentro de un mundo
dinámico y cambiante que deviene de manera constante. Ahora bien ¿Qué concideración
crees que merece esta teoría? ¿Crees qué es legitimo asumir el supuesto de la sustancia
para resolver estos problemas? ¿Piensas que es posible resolver este tipo de problemas sin
necesidad de crear postulados metafísicos? Explica y justifica tus respuestas.

B) Según lo que vimos, los problemas metafísicos presentan dificultades ontológicas (su
existencia está más allá del plano de lo físico), que llevan necesariamente a ser tratados por
medio de deducciones y conjeturas:

… no hay clasificación que no sea arbitraria y conjetural, porque no sabemos qué cosa
es el universo. Arbitraria, porque toda agrupación por semejanza, todo orden requiere
de un criterio previo. Y la elección de ese criterio sería hecha sobre la base de nuestra
ignorancia y desconocimiento del universo mismo. Conjetural, porque siempre no es
más que una hipótesis posible. (Mateos, La filosofía en la obra de J. L. Borges)

Teniendo estos puntos en cuenta pregúntate:


a) ¿Qué tipo de relación dirias que tiene la metafísica con el conocimiento?
b) ¿Crees que pueden los postulados metafísicos ser tomados como saberes o leyes
generales?
c) ¿Qué problemas o complicaciones podría acarrear el hecho de asumir los datos aportados
por la metafísica dentro de teorías científicas o cualquier otro tipo de conocimiento riguroso?
d) ¿Crees que es posible construir conocimiento sin necesidad de asumir ciertos postulados
metafísicos como supuestos?

Ahora bien, si bien este tipo de sistema metafísico como la Filosofía Primera prouesta por
Aristóteles se nos presenta de un modo bastante alejado en nuestra vida cotidiana, no es
preciso ir tan a fondo en la reflexión para hallarnos inmersos en un mar metafísico.

Texto para la reflexión:

No se puede vivir sin una interpretación de la vida. Es esta una extraña realidad que lleva en
sí su propia interpretación. Esta interpretación es, a la par, justificación.
Yo tengo, quiera o no, que justificar ante mí cada uno de mis actos. La vida humana es, pues,
a un tiempo delito, reo y juez.
Es, pues, para el hombre imposible estar sin una orientación de la vida ante el problema que
es su vida. Precisamente porque la vida es siempre en su raíz desorientación, perplejidad, no
saber qué hacer, es también siempre esfuerzo por orientarse, por saber lo que son las cosas
y el hombre entre ellas. Porque tiene que habérselas con ellas necesita saber a qué atenerse
con respecto a ellas. La palabra “saber” significa eso: saber a qué atenerse con respecto a
algo, saber lo que hay que hacer con ello o en vista de ello.
Yo estoy orientado con respecto a algo cuando poseo un plan de mi trato con ello, de mi hacer,
y ese plan en mi conducta supone que me he formado un plano (...). Ese plano de todas las
cosas es el mundo o universo y la orientación radical que él proporciona es la Metafísica. (...)
En suma: que cuando ustedes creían que al acudir a una clase de Metafísica iban a hacer
algo nuevo y, aunque acaso interesante, superfluo, se encuentran con que toda su vida no
han hecho otra cosa. En efecto, ustedes han hecho en su vida en vista a una cierta
interpretación de la circunstancia que en cada caso tenían. Esa interpretación en su inmensa
porción les ha venido del contorno social en que se hallaban, pero ustedes han tenido que
recibirla, que asimilársela, que adherir a ella y con más frecuencia de lo que ustedes mismos
creen, han elegido entre ideas diferentes sobre el mundo y las cosas del mundo que el
contorno les ofrecía. Han hecho, pues, ustedes Metafísica.
La Metafísica no es una ciencia; es una construcción del Mundo, y eso, construir mundo con
la circunstancia es la vida humana. El Mundo, el Universo, no es dado al hombre: le es dada
la circunstancia con su innumerable contenido. Pero la circunstancia y todo en ella, es puro
problema. (...) El puro problema es la absoluta inseguridad, que nos obliga a fabricarnos una
seguridad. La interpretación que damos a la circunstancia, en la medida que nos convence,
que la creemos, nos hace seguros, nos salva. Y como el mundo o universo no es sino esa
interpretación, tendremos que el mundo es la seguridad en que el hombre logra estar. Mundo
es aquello de lo que estamos seguros. (José Ortega y Gasset, “Unas lecciones de metafísica”,
en Revista de Occidente)

A) El texto de Ortega y Gasset nos dice que no podemos vivir sin una interpretación del
mundo, y que esta interpretación nos sirve de justificación. Explica esta idea, qué entiendes
por ella e intenta reflexionar en qué sentido las interpretaciones que hacemos del mundo
pueden servirnos justificación. Utiliza ejemplos basados en tus propias interpretaciones y las
de personas con las que interactúas en tu vida cotidiana

B)
Dentro de los estudios metafísicos, algunas de las preguntas que más han destacado en la
historia de la filosofía son la pregunta por el sentido de la vida, la pregunta por la esencia del
ser y de lo humano específicamente, la pregunta por el bien y el mal, la pregunta por el cambio
y la permanencia, entre otras. El propio Aristóteles desarrolló su filosofía por medio de un
pensamiento teleológico (esto es, creía que los sucesos del universo se organizaban
jerárquicamente en pro de un fin superior), Platón difundía en su filosofía la idea de un Bien
supremo que debía servirnos como guía, Kant pretendió desarrollar un imperativo categórico
que nos sirva de base para saber cómo debemos actuar ante cada situación, y esto por
nombrar solo un puñado dentro de los casos más relevantes.

Ahora bien, partiendo de estas menciones, reflexiona sobre los siguientes puntos
a) ¿Crees que la metafísica es capaz de llegar a respuestas definitivas respecto a estas
cuestiones?
b) ¿A quien o quienes le/les confiarías la tarea de buscar estas respuestas?
c) ¿Crees que la sociedad y la cultura en general nos ofrecen ya respuestas para estas
preguntas? ¿cuales?
d) ¿Qué crees que ocurriría en el mundo y en la vida humana si estas respuestas se nos
dieran de modo perpetuo y definitivo? Profundiza en la reflexión y desarrolla tu respuesta

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