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Escrito MetafÍsica de Aristoteles

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Seminario Aristóteles y el conocimiento

Andrés Mauricio Montaño


Curso 407011 – Seminario de autor
Grupo _6

Tutor:
Luis Armando Botina Castro

Universidad Nacional Abierta y a Distancia - UNAD


Escuela de Ciencias Sociales Arte y Humanidades - ECSAH
Filosofía
2024
Metafísica Libro II.

Aristóteles fue uno de los pensadores mas impartes de la antigüedad. Su corpus teórico va

desde explicaciones de la estética y el lenguaje proponiendo libros como la poética, hasta

escritos sobre biología, taxonomía y medicina. También redacto importantes textos en

relación con el quehacer político y además se dedicó al estudio de la filosofía. Es desde esta

rama del saber que propuso una de sus obras magnas la metafísica.

La metafísica es un escrito que responde a un genuino interés de Aristóteles por llevar a

cabo una investigación de la verdad. Para ello parte de una idea central “todos los hombres

desean por naturaleza conocer”. En este sentido indaga en la posibilidad del conocimiento,

pero también en los distintos modos del saber y la manera como estos acceden a la realidad.

Lo que busca el autor es concebir aquellas formas elementales primeras que comparten

todos los modos científicos, la cual poseen una perfecta estructura arquitectónica.

Siguiendo con el sentido anterior, se puede decir que el autor busca ofrecer una ciencia del

ser, puramente teórica, ya que “cada cosa tiene verdad en la misma medida en que tiene

ser”. (Aristóteles, 2004, p. 61). De esta manera, Aristóteles en la metafísica se desliga de

una posibilidad practica en la que el saber sea un medio para un fin. Así la filosofía no sería

entonces un conocimiento que ordene algo en un momento presente, sino que considere lo

eterno de los entes que son siempre verdaderos.

La filosofía sería un saber contemplativo-teórico que mantiene el asombro, ya que este

permite tomar conciencia de la propia ignorancia y superarla. Esta ciencia parte de tres

criterios fundamentales la universalidad, unidad y la causalidad. La primera versa entorno a

la posibilidad de que el objeto de interés en la realidad pueda volverse general, la segunda


que lo particular pueda mantenerse a un frente a la trasformación y por último la

causalidad, que son principios inamovibles que traen pertenencia, justificación y valides a

una cosa y la determina o la explican.

Este último criterio es la noción fundamental del libro II de la metafísica, es partir de este

concepto que se desarrolla las explicaciones posteriores de todo el apartado. Aristóteles nos

dice “Pues el estado de los ojos de los murciélagos ante la luz del día es también el del

entendimiento de nuestra alma frente a las cosas más claras por naturaleza” (Aristóteles,

2004, p. 60). Esta sentencia es diáfana en la medida en que entendamos que estos animales

en la antigüedad eran símbolo de vigilancia o alerta. La verdad es por un lado fácil en la

medida que solo sea una idea individual que puede caer en simple creencia, pero también

compleja si se quiere entender el todo y las partes del saber.

Este saber como un todo universal presupone la existencia de unas causas, las cuales

contribuyen a alcanzar una magnitud mas grande de conocimiento. Estas ofrecen un limite

a los entes, previniendo su infinitud. Así toda esencia es finita porque presupone de un

presente o fin y un inicio, además de un preludio que sería el intermedio.

Con lo anterior delimitado es posible exponer las ideas aristotélicas del “proceder” y el de

la “vista”. El primero se entiende como “lo que estaba haciéndose se hace lo hecho, y de lo

que estaba terminándose, lo terminado” (Aristóteles, 2004, p.62). En este sentido el autor

concibe dos nociones lo que “se hace “que es el punto intermedio del movimiento y “lo

terminado” que ya es el ser en su completud. Este punto medio, el cual posee un límite,

puede ser de carácter corruptible o generativo. El corruptible es común en la naturaleza, por

lo que hay una reciprocidad entre objetos, el agua se puede hacer hielo y nuevamente agua

después de una trasformación. El generativo se da en el hombre por tener una teología


particular, no hay reciprocidad, por lo cual necesariamente una cosa va primero que otra de

manera estática, “no se genera de la generación lo que está generándose, sino [lo] que es

después de la generación” (Aristóteles, 2004, p.63).

En cuanto a la segunda idea, la “vista” se pude precisar como el fin último de las cosas,

“aquello en vista de lo que se hace algo es un fin; y es tal lo que no se hace en vista de otra

cosa, sino que las demás se hacen en vista de ella”. (Aristóteles, 2004, p.63). Estos fines

últimos se convierten en términos, los cuales poseen una definición que no ofrecen por si

mismos, si no que se la deben a los principios primeros, ya que sin ellos no existe un

entendimiento de los entes, que siempre obran en vista de algo.

Ahora bien, por otra parte, en Aristóteles se encuentra una pretensión de escala o jerarquía,

puesto que considera que aun las opiniones más superficiales son de importancia para la

filosofía, pero esto no significa que todos puedan llegar al conocimiento de lo esencial. Por

eso determina unas formas fundamentales de llegar a las causas a los principios primeros

desde el mas alejado de la sabiduría, hasta el mas cercano.

El primero de estos modos es la percepción, la cual está restringida al ámbito particular, a

puros conocimiento de hecho, pero ya en ella se logra evidenciar la tendencia natural que

tiene el ser humano por conocer. El segundo es la memoria, que hace referencia al proceso

de almacenamiento de información y también alude a lo particular, pero ella es la base para

los procesos de aprendizaje. El tercero es la experiencia, que surge cuando muchos

recuerdos se aglutinan, volviéndose uno solo. De esta forma se llegan a juicios de carácter

inductivo de tipo empírico, que no responden a la lógica formal, puesto que su saber se

reduce a los casos que el sujeto recuerde y además no realiza conexiones causales entre

ellas.
El cuarto modo es la técnica, la cual da una explicación mas precisa de los fenómenos que

las formas anteriores. También construye un conocimiento de causas, realiza aclaraciones

de carácter universales y crea juicios dotados de validez. Por último, está la ciencia, la cual

se aleja de lo inmediato, aquello que ofrece la percepción sensible, para prever una serie de

conexiones con los principios primeros. En este punto hay que aclara que estas dos maneras

de conocimiento son sinónimos en la mayor parte de la Metafísica, pero se diferencian en

que la ciencia logra un mayor nivel de sabiduría.

Esta sabiduría es la escala máxima del conocer, en ella todas las causas pueden ser

exploradas. Esta ciencia está determinada para estudiar y describir la naturaleza, es anterior

a la física y superior a explicaciones matemáticas, ya que este último trata de cosas no

materiales.

En cuanto a las conclusiones es pertinente tener en cuenta una serie de núcleos

problemáticos que están presentes en el capítulo y en las aclaraciones que da Aristóteles. Lo

primero que se hace notar es la importancia que este le da a una serie de causas que

determinarían la existencia misma, principios primeros que moldean a los entes en la

naturaleza, naturaleza que es explicada en su totalidad por estas conexiones universales. Sin

embargo, lo anterior no parte de la realidad empírica y solo se considera exploración

material en la medida que indaga cosas y no ideas.

Una segunda noción puede ser la distinción del mundo ideal y las explicaciones teóricas.

Ninguna de las dos parten del mundo empírico, pero la segunda en contra posición de la

primera si entiende que existe lo material. Lo teórico es pues en la Metafísica un análisis

deductivo de la realidad que deja lo inductivo como algo elemental de la percepción. Esto

no ocurre porque Aristóteles conciba la naturaleza como una ilusión, sino porque tiene
pretensiones de universalidad, las causas no están en la cosa mima, si no que están por

fuera de esta, en el primer término abstraído de lo esencial del ser.

Una tercera idea puede estar encaminada a entender la concepción de sabiduría del autor.

La única forma de obtener la máxima de conocimiento es a través de la ciencia, la cual

mantiene y supera concepciones prefilsofica. De este modo el sabio es aquel hombre que

conoce de manera general, indaga en cosas precisas y difíciles, es capaza de enseñar y

busca por el mismo el entendimiento. Así mismo entiende que debe alejarse de las

necesidades inmediatas, por lo que se distancia de las explicaciones y las leyes que ofrece

las costumbres.

Como ultima conclusión es acertado indagar en los conceptos de inicio, movimiento y final

que se describen en el texto. Estos son las nociones base para comprender las cuatro causas

aristotélicas, las cuales no se especifican en el capítulo, pero se dan vaga referencias. Si

bien es cierto que la causa eficiente no tiene una incidencia relevante en ese fragmento del

escrito, lo material, lo formal y lo final sí. De lo material se puede decir que es lo primero,

el punto de partida, la sustancia esencial. En cuanto a lo formal es impórtate señalar que

limita los movimientos, lo generativo no es reciproco y tampoco es infinito. Respecto a lo

final, se entiende que es el horizonte particular al cual llega el ser, es el limite comprensible

que pose toda cosa al terminar su trasformación.


Referencias

Aristóteles. (2004). Metafísica. El Cid Editor. https://elibro-

net.bibliotecavirtual.unad.edu.co/es/ereader/unad/93987?page=59

Vigo, A. G. (2007). Aristóteles: una Introducción. Editorial del Instituto de Estudios de la

Sociedad. https://elibro-net.bibliotecavirtual.unad.edu.co/es/ereader/unad/68622?

page=28

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