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Tesina - Funcionalidad Familiar y Agresividad

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FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

“Funcionalidad familiar y Agresividad en adolescentes de una institución


educativa de la ciudad de Trujillo”

ALUMMNA:

Chicana Flores, Melisa Catherine

DOCENTE:

Chávez Ventura, Gina María

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

Violencia

Trujillo – Peru

2019

I. Introducción
La familia, cumple uno de los roles más importantes en cuanto a su desarrollo personal,
insertando conductas tanto positivas como negativas, en cuanto a la relación interna
existente entre estos miembros, lo cual creará la implementación de valores como el
respecto, la solidaridad, identificación personal empatía y vinculación emocional con
demás personas, partiendo desde la cohesión y/o vínculos familiares (Curo, 2014).

Partiendo de esto, encontramos al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI,


2017) indica que cerca al 81,9% de hogares, se vincula en madres solteras, donde se percibe
significativamente la imagen paterna.

Por otra parte, tras un estudio de mercado por parte de la Asociación Peruana de empresas
de investigación de mercados (APEIM, 2017) manifiestan un conteo dentro de las zonas
rurales y urbanas, llegando a observar que el 10% de familias, están divorciadas, separadas,
generando que las madres tomen papel complementario de ambos roles en el hogar,
observando una inadecuada relación.

Partiendo desde este aspecto, el funcionamiento y vinculación familiar, provocarán una


adecuada formación conductual y axiológica en la persona, este funcionamiento, se
observará en el adecuado planteamiento de roles familiares, valores, participación grupal y
valores entre estos (Del campo, 2007).

Partiendo del inadecuado funcionamiento familiar, se puede plantear una posible presencia
de conductas inadecuadas, encontrando así a Goleman (2006) el cual refiere que las
conductas agresivas, inadaptadas ante la ley, se vinculan al fracaso de empoderamiento
emocional dentro de los grupos donde se desarrollan, logrando la desconfianza de si
mismo, impulsividad y sensaciones de ansiedad y bajo rendimiento.

Partiendo de este principio, el menor, en este periodo, transforma su esquema cognitivo


primitivo, a un esquema concreto, en el cual se presencia una ideología directa, con
aspectos consientes, razonables, analíticos, pasando a tener una presencia en el ámbito legal
como un ciudadano activo para la sociedad, en donde aquellas represalias legales, tendrán
que verse planteadas, es por eso que adecuar al menor, al nuevo rol o papel que
desempeñará activamente, cómo integrante de la sociedad (Papalia, 2009).
Al hablar de estas conductas, la agresividad, impulsividad, son aquellas acciones planeadas
o pensadas por el ejecutor con diversos fines tales como llamar la atención, agredir a la otra
persona, pero estos actos se observan planeados con anticipación, sin interés en evaluar la
manera o afectación que sufrirá posteriormente (Garrido-Rojas, 2006).

Encontrando así a Sausa (2018) manifiestan que el 44% de los estudiantes se observan
distintas formas desde el hogar como en el colegio, observando así violencia, insultos,
apodos, golpes y disociación social, encontrando diversos agresores, en donde el área
educativa no ejecuta programas adecuadamente planteados para solucionar estos hechos.

Así mismo encontramos a Espino (2016) el cual, a través de una investigación, plantea que
los niveles de agresividad, se observa como más resaltante el nivel medio con un 48,2%
mientras que en el nivel alto, se observa un 18,9% en el nivel alto, indicando así los
adolescentes se muestran significativamente arraigados en cuanto a problemas conductuales
respecto a conductas agresivas.

Es por ello que se observa significativo, evaluar si existe relación entre la presencia de estos
problemas de la sociedad, los cuales van en aumento progresivo, tanto las conductas
agresivas en adolescentes, cómo también los problemas situados en la integración familiar.

Seguidamente en los antecedentes internacionales encontramos a Sarabia (2017) presentó


una investigación denominada Funcionamiento familiar y su influencia con la dimensión de
hostilidad en adolescentes, en donde se seleccionó una muestra de 64 adolescentes ubicados
en el rango de 12 a 16 años de edad, a los cuales, se les aplicó el cuestionario de
Funcionamiento familiar FF-SIL y el cuestionario de agresividad AQ. El cual permitió
observar, a través del Chi cuadrado de Pearson, existe una relación negativa entre
Funcionalidad familiar y hostilidad, dando un coeficiente de r=-,479.

Posteriormente se observa una investigación realizada por Cogollo y Handam (2018) en la


cual se estableció el objetivo de evaluar la relación entre conducta agresiva y funcionalidad
familiar en adolescentes de secundaria de colegios oficiales de la ciudad de Cartagena,
Colombia. El cual se postuló una muestra conformada por 979 estudiantes de secundaria, a
los cuales se les aplicó el instrumento de APGAR familiar y el Cuestionario de Buss y
Perry, en donde a través del método de correlación de Rho de Spearman, el cual permitió
observar que existe una correlación negativa entre (rs=-0.191) indicando así que ante un
aumento o mejor funcionamiento familiar, menor será la presencia de conductas agresivas.

Mientras que como antecedentes nacionales encontramos a Chulli y Cárdenas (2016)


crearon una investigación con el objetivo de determinar la influencia entre funcionamiento
familiar y bullying, la cual contó con una población de 823 estudiantes, los cuales tenían
un rango de edad de 11 a 18 años de edad, a los que se les aplicó el instrumento de la
Escala de evaluación de adaptación y cohesión familiar (FACES III) y el cuestionario de
Bullying, el cual se empleó el método de correlación de Chi cuadrado, lo cual permitió
observar que no se mostró una correlación significativa entre los niveles de familia y
bullying ( x 2=¿2.59), posteriormente en cuanto a las dimensiones de dichas variables, se
mostró que existe relación solamente entre funcionamiento familiar y agresión psicológica,
de manera altamente significativa ( x 2=¿9.76). Indicando así que a mayor funcionamiento
familiar, menor será la posibilidad de ejecutar actos agresivos ligados a acoso, insultos,
desminorización personal.

Arias (2017) creó un investigación con el objetivo de analizar la relación existente entre
bullying escolar y funcionalidad familiar en estudiantes de la ciudad de Huancayo, el cual
contó con una muestra de 2444 estudiantes, a los cuales se les aplicó el instrumento de
funcionamiento familiar y la escala de conductas de bullying, en donde se llegó a
determinar que existe una correlación negativa (p=-,597) indicando así que a través de un
mejor funcionamiento familiar, menor será la presencia de conductas de bullying

Vlezmoro (2017) presentó una investigación con el objetivo de evaluar la funcionalidad


familiar y agresividad en estudiantes de secundaria de dos instituciones educativas – San
Juan de Luringancho, 2017. Esta investigación estuvo conformada por una muestra de 555
adolescentes entre los 12 a 18 años, a los cuales se les aplicó el cuestionario de APGAR
familiar y el Cuestionario de Agresividad de Buss y Perry, el cual a través del método de
correlación de la P de Pearson, se determinó que existe una relación significativa entre la
funcionalidad familiar y las dimensiones de agresividad (p=-,244). Indicando así que a
mayor funcionalidad familiar, menor serán los niveles de conductas agresivas.
Valenzuela (2018) creó una investigación con el objetivo de encontrar la relación entre
funcionamiento familiar y conductas antisociales – delictivas en adolescentes de una
institución educativa pública del distrito de San Martín de Porres, 2018. El cual cuenta con
una muestra de 437 adolescentes entre 11 a 17 años de edad. A los cuales se les aplicó el
instrumento de Escala de evaluación de cohesión y adaptabilidad familiar (FACES-III) y el
cuestionario de A-D, conductas antisociales-delictivas, en el cual se observa una relación a
través del método estadístico de Mann-Whitney, en donde se llegó a observa que existe una
relación entre funcionalidad familiar y conductas antisociales de (p=0.017), indicando así
que la funcionalidad familiar, influye en la ejecución de conductas antisociales. Así mismo
entre las dimensiones se llega a observar una correlación altamente significativa e inversa,
entre dimensión cohesión y conducta antisocial (p=-,164**) y conducta delictiva
(p=-,144**). Indicando así que la conducta antisocial-elictiva, mientras no sé observa una
correlación con la dimensión de adaptabilidad, indicando así que ciertas conductas
antisociales, se vinculan a una cohesión familiar.

Villacorta y Contreras (2018) creó una investigación con el objetivo de identificar la


relación entre funcionalidad familiar e impulsividad en adolescentes de instituciones
educativas, contando así con una muestra de 416 estudiantes de entre las edades de 12 a 17
años, a los cuales se les aplicó el instrumento de Funcionalidad Familiar FF-SIL y la escala
de Impulsividad BIS-11. El cual a través del método de la P de Pearson, se llegó a observar
una correlación entre funcionalidad familiar e impulsividad de (p=-,303**) lo cual permite
determinar que a través de un aumento en los niveles de funcionamiento familiar, menor
será los niveles de impulsividad en adolescentes.

Seminario (2019) creó una investigación con el objetivo de analizar la relación entre
funcionamiento familiar y agresividad en estudiantes de secundaria de una institución
educativa nacional en el distrito de villa el salvador, en el cual llega a manifestarse una
muestra de 794 de estudiantes entre la edad de 11 a 17 años, a los cuales se les aplicó el
instrumento de funcionamiento familiar (FFSIL) y el inventario modificado de Buss y
Durkee, en donde a través del método de correlación de Pearson, se llegó a observa una
correlación negativa entre las variables de (p=-0,347**) indicando así que a mayores
niveles de funcionamiento familiar, menor será la predisposición a generar conductas
agresivas en el adolescente.

Asimismo, en los antecedentes locales tenemos a Gonzales y Díaz (2016), en su tesis


Violencia escolar y funcionalidad familiar en adolescentes de la I.E Santa Edelmira en
Víctor Larco, Trujillo 2015, realizaron un estudio correlacional, con una muestra de 400
estudiantes entre 12 y 19 años del nivel secundario, utilizando como instrumentos de
evaluación al Test Acoso y Violencia Escolar – AVE y el Test del Apgar Familiar. En
donde se manifiesta una relación estadísticamente significativa y negativa entre
funcionalidad familiar y condiciones de violencia (p=0.026 < 0.05) indicando así que a
mayor funcionalidad familiar, menor será la presencia de conductas violentas.

Según Minchola (2016), en una investigación titulada Nivel de funcionalidad familiar y


conducta violenta del adolescente, en el Distrito la Esperanza, siendo esta ejecutada en la
ciudad de Trujillo en una I.E San Francisco de Asís, mediante el modelo descriptivo
correlacional, el cual tomo como objetivo general el de determinar la correlación entre la
presencia de funcionalidad familiar y manifestaciones de conductas violentas, en una
muestra de adolescentes, ubicados entre el cuarto y quinto grado de secundaria. Su muestra
estuvo conformada por 100 adolescentes y en donde para tomar información de las mismas
variables se les aplicó los instrumentos utilizados fueron la Escala de Funcionalidad
Familiar de Olson y el Test de Conducta Violenta. En donde se manifestó la conclusión de
que la relación entre las variables de estudio, evidencia relación significativa entre el Nivel
de Funcionalidad Familiar y los niveles presentes de conductas violentas en adolescentes.

Como parte de mi marco teórico, he considerado los siguientes conceptos:

La familia es un sistema integral, sujeto a niveles individuales, los cuales buscarán la


satisfacción de sus propias necesidades biológicas y sociales ligadas a un interés común,
compartiendo vínculos cognitivos y emocionales, manifestada en la conducta creada hacia
la sociedad (Garcés y Palacio, 2014).

El ámbito familiar como aquella unidad biopsicosocial en donde se implementan funciones


importantes, vinculadas a la salud física y psicológica de los miembros, a través de un
sistema decidido y asignado comúnmente para lograr una convivencia pacífica entre estos,
esta relación da inicio a través de la creación de lazos de sangre o dependencia de vida
hacia el progenitor (Romero, Cruz y Díaz, 2008).

Cabe resaltar que el funcionamiento de este grupo está ligado a las totalidades del
cumplimiento de “normas sociales” dentro del grupo, pero a su vez también se encarga de
analizar la capacidad y ejecución de roles, es por ello que la visualización de esta, se
desarrolla a través de un análisis psicológico del mismo, con capacidad de desarrollarse
ostentosamente. (Chaves, 2016).

Partiendo de este contexto, encontramos a la Organización Mundial de la Salud ([OMS],


2016), en la cual define a la familia como miembros de un hogar, emparentados entre sí,
determinados por un parentesco, y asumidos dentro de un matrimonio, asegurando la
estabilidad legal y religiosa de la familiar.

La familia es un grupo conformado por personas niños y adultos, en donde se genera un


compromiso entre estos de cuidado, nutrición, apoyo emocional y protección física, a
través de la compresión de recursos, tiempo, espacio y dinero (Smilkstein, 1982).

Partiendo de esto, se observan diversos tipos de familia, encontrando así: (Minchola, 2016)

La familia Nuclear: Es aquella conformada por los padres e hijos, planteando un clima
familiar, entre los más cercanos

Las familiar uniparentales o monoparentales: aquel sistema o grupo en el cual el cónyuge


llega a fallecer o se presenta un divorcio, causando una separación familiar.

La familia extensa: Es aquel grupo en donde están presentes, los integrantes externos cómo
tíos, sobrinos, primos, convivientes, logrando una convivencia externa

Familia reorganizada: Es aquella familia donde los progenitores, posterior a la separación o


división del grupo familiar, por diversos contextos o situaciones, se llega a plantear una
nueva pareja, generando la integración de un nuevo integrante, modificando la estructura
familiar.
Partiendo de la familia encontramos a la funcionalidad familiar, como aquel fruto y suma
de las aportaciones por cada uno de los integrantes, en donde el resultado del mismo
generará un apoyo social y psicológico para la persona, mejorando así su perspectiva y
personalidad interna.

Por otra parte para la OMS (2016) el funcionamiento familiar, es aquella capacidad de
cumplir aquellas funciones esenciales, en donde se pretende enfrentar y superar cada una
de las etapas del ciclo vital, originando un cuidado para asegurar a la persona, ser un chico
desenvuelto y vital para su ejecución en la sociedad.

La familia funcional, es aquella que contiene la capacidad de utilizar los recursos intra y
extrafamiliares, para resolver problemas y compartir adecuadamente, para una toma de
decisiones en conjunto, produciendo una madurez emocional y social, asegurando la
autorrealización de los miembros y estableciendo un adecuado estructuración, en la cual se
manifiesta amor y atención entre integrantes de una familia (Smilkstein, 1982).

En cuanto a las funciones familiares se menciona a la familia como aquel centro en el cual
se observa un compartimiento de tiempo, espacio, dinero e intereses entre los integrantes,
en donde, es necesario mencionar, cumplen el rol de cuidar e instaurar elementos positivos
entre los integrantes, para su resolución social fuera de esta organización (Santi, 2012).

Posteriormente, luego del cuidado se establece el camino, conducción y enfoques del


adolescente, para lograr un futuro individual, instaurando así mecanismos y elementos para
un mejoramiento individual a futuro de la persona como individuo.

Este grupo, toma el papel de sistema inicial en la vida de la persona, dando las primeras
experiencias de un mejoramiento social, integrando, de manera inconsciente e indirecto a la
persona a un lugar de reglas y normas con el fin de causar en él, una adecuada adaptación,
encontrando como modelos: (Herrera, 2016)

Modelos protectores: Compromiso interno por parte de los integrantes, protegiendo,


respetando y salvaguardando la estabilidad e identidad de la persona, tanto física como
psicológica
Modelo Reproductor: es aquella permanencia y perseverancia de instauración social, en la
cual se produce una compañía aun después de la creación de nuevos individuos dentro del
ámbito familiar, aspecto tomado socialmente como “sobreprotección o castración”.

Modelo Económico: hace referencia al ingreso que tenga la familia, garantizando la


adquisición y soporte de elementos (bienes y servicios) necesarios para la estabilidad y
tener un modelo de vida adecuado

Entre las dimensiones de Funcionalidad familiar, encontramos:

Adaptabilidad: mide la utilización de recursos para la solución de situaciones difíciles o


problemáticas que puedan afectar parcial o totalmente al grupo familiar (Smilkstein, 1982).

Participación: mide la cooperación de los miembros de la familia, su toma de decisiones, la


distribución de trabajos, compartiendo así problemas y planteando a través de la
comunicación la resolución de los mismos (Smilkstein, 1982).

Afecto: evalúa, las relaciones, el cuidado, afecto, interacción entre los integrantes del grupo
familiar, la demostración de emociones, la rabia entre los mismo y cuidado inter o intra
familiar (Smilkstein, 1982).

Resolución: Es aquella área que analiza la dedicación para solucionar problemas ajenos por
parte de diversos integrantes, distribuyendo ideas y planteamientos de mejoras logrando
aumentar el clima familiar (Smilkstein, 1982).

Entre las teorías presentes antes el instrumento, encontramos a la teoría Estructural, la cual
refiere que el funcionamiento familiar, es la organización y ejecución del sistema, que está
en constante moldeamiento ante cada modificación familiar, en la cual los miembros de la
familia, se establecerán reglas y normas a cumplir, a fin de poder establecer vínculos y
convivencias favorables, esto se debe a que en un mismo contexto, se desarrollarán las
personas a lo largo del tiempo, por lo cual su convivencia deberá ser favorable, evitando así
complicaciones, posteriormente esta teoría establece que la postulación de lugares
jerárquicos, son necesarios para un adecuado desarrollo emocional y psicológico de la
familia (Quispe, 2016).
Asimismo en cuanto al concepto de la agresividad, encontramos que es un proceso innato
de la persona, la cual servirá como un mecanismo de defensa o herramienta de protección
ante posibles daños o afectaciones perjudiciales ante la persona, este aspecto hace una
integración que indica que la agresión puede darse ante alteraciones de una situación
amenazante, lo cual generará la actuación rápida de la persona, como también, por una
planeación y evaluación antes de cometer el acto, ante este hecho se le conoce como deseos
de violencia o de daño, teniendo así: (Andreu, 2009).

Proceso de Valoración primaria y secundaria: es aquel momento en el cual surge la


activación que desencadenará un acto agresivo o violento ante la situación, esto implica un
daño o sentimiento de beneficio para la persona que lo ejecuta, afectando directamente la
integridad física y psicológica, la valoración es aquel nivel de sentimiento de amenaza, que
desarrolle la situación.

Procesos cognitivos (Evaluación y decisión): plantea las valoraciones antes mencionadas,


pero a partir de ello, se tomará la decisión de ejecutar o no, el acto en cuestión, observando
si el estímulo es altamente significativo, o se toma a dejar de lado este aspecto, la toma de
decisión se originará a partir de la madurez afectiva que manifiesta la persona, tras la
codificación e interpretación de la información.

Proceso de auto-regulación: Es aquella función de las consecuencias pasadas, en donde tras


la ejecución de la toma de deción (realizar o no el acto en cuestión), se pasara a tomar
como una experiencia para futuras ocasiones similares, en donde tras la presencia de una
situación amenazante, el menor realizará el mismo acto (si esta es una conducta agresiva
premiada, la ejecutará rápidamente, caso contrario, evaluará el contexto mejor definido), a
través de esquemas cognitivos pasados.

Proceso de Inhibición y Deshinibición: regula la intervención respecto a los mediadores


tanto del contexto de la respuesta de agresividad, en donde la presencia de factores
desinhibitorios, se verán presentes a consecuencias graves y lesivas hacia las víctimas.

La agresividad debe contar con una importante diferenciación de expresión, por lo que es
significativo en la medición y en su etiología, en distintas investigaciones se ha
evidenciado ciertas características etiológicas y de riesgo que pueden explicar conductas
futuras de diferentes tipos de agresión (Parrot y Giancola, 2007).

Asimismo, en cuanto a los tipos de agresividad, encontramos a:

Agresividad directa e indirecta La agresión indirecta o directa son dos formas de agresión
diferenciadas, la presencia de elementos de riesgo asociado la manifestación de la
agresividad de manera directa o indirecta, esto radica en la oportunidad que tiene la victima
al reconocer al agresor. Ya que se manifiesta a través de la cara a cara siendo fácilmente
reconocible por la victima; sin embargo la expresión indirecta tiende a pasar desapercibido,
siendo el agresor identificable y evitar la imputación (Ramírez & Andreu, 2009).

La agresividad premeditada e impulsiva analiza la agresión premeditada a través del signo


que manifiesta, la agresividad cabe a ser identificada en relación a funciones
motivacionales internas. Esta esquematización se basa en modelos teóricos de proceso de la
información social, en la teoría neoasociacionista y del aprendizaje socio-cognitivo.
Agresividad impulsiva Se refiere a una contestación no ideada, producida esencialmente de
ira y fundada con intención de perjudicar al agredido como consecuencia de un desafío
observado, en esta conducta impulsiva su activación es emocional y se presenta de forma
desagradable, también es conocido como agresión emocional, reactiva u hostil, esta
agresión desencadena actitudes emocionales con un fuerte deseo de dañar. (Ramírez &
Andreu, 2009).

La agresividad premeditada lo define a manera de modo instrumental guiado, a la


producción de una meta distinta a perjudicar al agredido. De manera que al perjudicar tiene
otro objetivo, este tipo de agresividad es planificada no necesita de ser provocada ni estar
enojado (Berkowitz, 1996).

Como parte de los conceptos de agresividad, encontramos a la siguiente teoría:

Teoría del Impulso: es aquella teoría que plantea a Freud (1964, citado en Feist, 2007)
indicando que todo aspecto dentro de la persona, es debida a una fuerza motivadora, innata,
que se genera dentro de la persona, la cual es aquel estado inconsciente que desarrolla la
persona, desde las primeras etapas, este estado es conocido como la parte interna de
aquellos deseos reprimidos o limitados que la persona tiene a ejecutar, la teoría de impulso,
indica que las conductas no se originan partiendo de la situación desencadenante, sino del
deseo o pensamiento impuros dentro de la persona, limitadas.

En cuanto a la formulación del problema, tenemos lo siguiente:

¿Cuál es la relación entre la funcionalidad familiar y la Agresividad impulsiva y


premeditada en adolescentes de una institución educativa de la ciudad de Trujillo?

De acuerdo a la justificación, se plantea que la investigación mostrará un aporte teórico,


ante la indagación y recolección de diversas conceptualizaciones, de las variables
seleccionadas, lo cual podrá servir para la manifestación de próximas indagaciones.

Tal investigación permitirá visualizar la influencia que existe en cuanto a las conductas
agresivas manifestadas en los adolescentes, y con este aspecto se visualizará la manejo de
soluciones los conflictos vistos en la adolescencia

Para finalizar, en el aspecto social, este contará como un apoyo de manera indirecta para
padres y/o encargados de los adolescentes, a fin de demostrar y sustentar teóricamente, la
necesidad para la implementación del desarrollo de programas, talleres y sesiones, que
tengan por objetivo la disminución y mejoramiento de los vínculos familiares, en futuras
investigaciones.

Como objetivo general tenemos: Determinar la relación entre la funcionalidad familiar y la


Agresividad impulsiva y premeditada en adolescentes de una institución educativa de la
ciudad de Trujillo.
Asimismo como objetivos específicos se platean los siguientes:

Determinar la relación entre la Agresividad impulsiva y la funcionalidad familiar en


Adolescentes de una institución Educativa del Distrito de Trujillo.
Determinar la relación entre la Agresividad premeditada y la funcionalidad familiar en
Adolescentes de una institución Educativa del Distrito de Trujillo.
Identificar los niveles de agresividad premeditada e impulsiva, en adolescentes de una
institución educativa del distrito de Trujillo.
Identificar los niveles de funcionalidad familiar, en adolescentes de una institución
educativa del distrito de Trujillo.
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Vlezmoro, J. (2018) i Universidad Cesar Vallejo. Perú – Lima. Recuperado de:


http://repositorio.ucv.edu.pe/bitstream/handle/UCV/11215/Velezmoro_AJS.pdf?
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