CLASE 1 ISEP Borges
CLASE 1 ISEP Borges
CLASE 1 ISEP Borges
CLASE 1
Sitio: Instituto Superior de Estudios Pedagógicos Imprimido por: Nicolas Ezequiel Mattia
Enciclopedia imaginaria: cuentos de Borges - Agosto Día: miércoles, 17 de agosto de 2022, 17:53
Curso:
2022
Libro: CLASE 1
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Tabla de contenidos
CLASE: Introducción
ACTIVIDADES
MATERIALES
FOROS
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Introducción
Alrededor de la figura de Jorge Luis Borges (1899-1986) hay una nube de palabras rimbombantes (¡grandilocuentes!) que es
necesario correr si uno quiere leer sus cuentos. La elaborada erudición, la relación de su obra con bibliotecas interminables, el
premio Nobel que nunca le otorgaron, la circunstancia de su ceguera a partir de 1953, el respeto que por él existe en el mundo y
alguna otra variable no menos importante hacen que el lector novel que se acerca por primera vez a sus escritos circule a tientas,
con miedo de pisar en falso y romper –sin querer– un jarrón de la dinastía Ming.
Este seminario está pensado para lectores noveles y lectores de Borges que no son especialistas. Como el dicho popular,
promete un día despejado, sin nubes de pesada solemnidad, para alumbrar una zona fundamental de su obra: los cuentos de la
década del 40. Corremos a un lado la nube plomiza que impide el acceso a Borges desde esta primera clase y nos concentramos
a lo largo del curso en dos libros fundamentales: Ficciones, de 1944, y El Aleph, de 1949. Los cuentos son breves, no superan las
diez páginas. El fraseo es amigable, fluye de forma natural, por momentos pareciera como si estuviese conversando con el lector
a quien trata con mucha amabilidad y respeto.
Entre una clase y otra, la propuesta es que lean dos cuentos. De esta manera, paso a paso irán construyendo una base como
lectores borgeanos que podrán ampliar luego con relecturas o lecturas de cuentos que no han trabajado aquí. Ante todo, se trata
de una experiencia singular: leer a Borges es como andar en bicicleta; una vez que logren leer dos o tres cuentos ya verán cómo
la lectura camina más ligera. O como aprender una disciplina artística o deportiva: al principio cuesta un poco, dónde poner los
dedos en la guitarra, cómo se mueve la pieza del ajedrez, qué colores forman otros colores. Una vez que logremos dar con lo
básico dejarán de ser noveles lectores y seguirán escribiendo solos. Comencemos a aprender el juego. En el “Manual de uso”
encontrarán algunas pistas más sobre el recorrido que aquí iniciamos.
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Para comenzar la partida de este juego, les proponemos un intento a modo de práctica. Les sugerimos un primer encuentro con
Borges (1974) y su literatura a través de la lectura de uno de sus cuentos, “Los dos reyes y los dos laberintos”.
El Aleph
Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que
congregó a sus arquitectos y magos y les mandó construir un laberinto tan complejo y sutil que los varones más prudentes no
se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son
operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de
Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y
confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja
ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer
algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa
fortuna que derribó sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo
llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: “¡Oh, rey del tiempo y sustancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste
perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre
el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que te veden el
paso”.
Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con Aquel
que no muere.
[1] Ésta es la historia que el rector divulgó desde el púlpito. Véase la página 601. (p.607)
TAREA
Luego, y antes de continuar con la lectura de la clase, los invitamos a participar del foro Diálogos entre colegas para compartir
sus experiencias de lectura de este breve relato de Borges.
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La nube que pesa sobre sus escritos se explica a partir de un problema sobre el que discuten el crítico literario Enrique Anderson
Imbert y el escritor Abelardo Castillo, en un programa de televisión conducido en 1997 por Jorge Lafforgue.
Cuando miren el video, podrán ver que hay dos posiciones encontradas en el debate: los escritos de Borges tienen como destino
el placer hedónico o el camino de la sabiduría. ¿Lo borgeano es arte, juego, entretenimiento o es conocimiento, filosofía y razón?
La nube plomiza que tenemos que soplar abreva en esta contradicción. Anderson Imbert llega a decir que la literatura de Borges
no es para cualquier lector; María Esther Vázquez, la tercera entrevistada, dice que es un autor de minorías. Luego, Lafforgue
pregunta si es un "escritor para escritores" y Castillo, el escritor de ficción, arremete contra todos: "Hay una superstición acerca
de la lectura de Borges que no existe". Junto a esta clase, les pedimos que lean dos cuentos que pertenecen al libro Ficciones,
“El fin” y “El sur”. Veremos en ellos cuánto hay de juego y cuánto de saber.
Les proponemos que miren el fragmento del programa de Jorge Lafforgue que acompaña esta clase (del minuto 17:25
al 32:27).
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En este seminario vamos a enfrentar la contradicción entre el juego y el saber asumiéndola como una paradoja. La literatura, la
de Borges y en general, es arte, juego, entretenimiento y placer hedónico; y, al mismo tiempo, es conocimiento, filosofía, razón y
saber. Este será nuestro punto de partida. Lo define con justicia un investigador holandés que falleció después de haber sido
confinado a un campo de concentración nazi, Johan Huizinga . En general, asociamos el juego a "las naderías", actividades que
no son serias, cosas de chicos. Pero en su origen, los griegos usaban dos palabras: juego, como algo de los niños, asociado a la
paideia, y a otra forma de pensarlo, más vinculado a la palabra agón: las competencias y los juegos que nosotros asociamos con
el deporte, a la "seriedad" del ajedrez o de la esgrima. O la del fútbol, también.
“Somos juego", dice Huizinga (2010). Además del sapiens y del homo faber, estamos hechos de juego; porque la cultura nace del
juego que está antes, desde los animales. El juego como actividad que no tiene un fin necesario –el trabajo se amasa para
resolver el pan– comienza en el mundo animal y sobre su base tiene lugar toda la cultura humana: tal como el juego, con sus
reglas, espacio limitado y roles, la religión practica sus rituales, se desarrollan las guerras, se producen de forma colectiva el
saber y la ciencia (las competencias, los exámenes, la prueba) y tienen lugar el derecho y los tribunales; también, el arte y la
literatura. Lo que define a estas últimas formas de la cultura es que mantienen el carácter "sin fin" del "juego" original. Las otras
formas lo han perdido: la religión, la guerra, la ciencia y el derecho se hacen para cumplir objetivos por fuera de las prácticas que
disponen.
Los cuentos de Borges no cumplen ningún objetivo por fuera de la lectura que podamos hacer de ellos. No "resuelven" un
problema filosófico, político, bélico ni científico; tampoco resuelven un caso judicial ni pretenden ser venerados como escritura
sagrada. En ese sentido, podemos abordarlos como un juego. Sin miedo a equivocarnos, se aprende jugando. Pero, al mismo
tiempo, leer a Borges sirve a los más genuinos propósitos del conocimiento y su lectura tiene un impacto imborrable en la esfera
del saber. La literatura fantástica de Borges es una herramienta invaluable para cualquier contienda vinculada al conocimiento.
Las reglas de este juego permiten reflexionar sobre las matemáticas, las ciencias naturales, la historia, la geografía, y también
sobre la propia práctica de leer.
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Esta conciencia lúdica sobre la literatura es quizás el legado más importante que deja Borges en la cultura argentina. Uno de sus
más importantes maestros, Macedonio Fernández (1974), inventó la teoría del "humorismo". Defendía la idea de que el arte no
debía preocuparse por los "temas" de una u otra disciplina, sino que debía impactar en la cultura tal como la hace el humor: "una
conmoción del ser de la conciencia en un todo" (p. 260). Y, entre las artes, la literatura debía aprovechar el carácter
"asensorial" de la palabra escrita: la música entra por el oído, la pintura por la vista, el teatro nos conmociona como espectadores;
pero, para leer, nuestros sentidos reposan. La vista trabaja con mínimas variaciones. El "humorismo" no se preocupa por "los
temas". La "escritura” es el "órgano puro por su perfecta insipidez intrínseca" (ídem), dice Macedonio . Se trata de una
perspectiva que defiende de forma colectiva un grupo amplio de artistas; el martinfierrismo, su revista, es el órgano de difusión de
esta manera de pensar el arte y la literatura.
Contra la tradición, los escritores que publican en el periódico Martín Fierro (1924-1927) destierran del quehacer artístico las
palabras rimbombantes, grandilocuentes, solemnes -que asociaban a la literatura con la filosofía y la política- y el peso de los
"temas" que esas otras esferas disponían. Borges, como Macedonio, produce una literatura "asensorial": conmociona
sistemas de reflexión mentales y no tanto la rememoración sensual o la experiencia. “Lo borgeano” como experiencia se
asocia más con una "tara mental" que con una "epifanía", con una reflexión sobre los límites de nuestra mente más que con una
iluminación que alumbra lo desconocido y nos lo hace ver. Por eso, abominaba el realismo y no escribió novelas; por eso, sus
cuentos no tienen más de diez páginas. El "truco" mental que propone en cada caso tiene efecto en un espacio reducido. El arte
de narrar es como la magia. La historia tiene un sentido hasta que, de golpe, sin que nos demos cuenta cuándo ni cómo, todo lo
que hemos visto tiene un nuevo sentido que a primera vista no advertíamos.
Martín Fierro fue un periódico quincenal de arte y crítica libre, editado y publicado en Buenos Aires entre los años 1924 y 1927.
Para conocer más sobre él pueden acceder a su sitio web haciendo clic aquí.
La generación de Borges tuvo otro maestro: Leopoldo Lugones , nacido, al igual que Macedonio, en 1874. Macedonio es la
influencia de la literatura que vendrá (la vanguardia); Lugones, la de la literatura que ya no será más (el modernismo). En 1916,
Lugones publica El Payador, un escrito en prosa con el siguiente subtítulo: Estudio del suelo, la raza y el arte gauchescos.
Fundamentación crítica del valor literario y representativo del Martín Fierro. Allí, nuestro escritor modernista autor de Lunario
sentimental (1909), afirmaba que el poema de Hernández era el canto épico del país: la obra que sintetiza el mito nacional,
comparable al Cantar del Mío Cid, para los españoles, o a la Chanson de Roland, para los franceses. Contra el monumento a la
gauchesca, el periódico vanguardista de mayor renovación se nombra Martín Fierro (1924-1927). Borges lleva adelante su propia
respuesta al pasado. Este juego con la tradición aparece en los cuentos que les pedimos que lean junto a esta clase: “El fin” y “El
sur”, de Ficciones. En “El fin”, Borges se anima a hacer algo impensando: escribe un nuevo capítulo del poema de
Hernández para darle un final que no tenía.
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Durante las primeras tres décadas del siglo, el acelerado proceso de modernización en nuestro país y las contradicciones del
capitalismo expansivo a nivel mundial dispusieron el escenario para una disputa simbólica entre el pasado y el futuro. La
revolución en Rusia marcó la clausura definitiva del siglo XIX y la perspectiva hacia el futuro de la utopía de masas. El arribo a
nuestras tierras de millones de inmigrantes supuso, a su vez, formas nuevas de imaginar la cultura de masas. ¿Con qué
imágenes se identifica la cultura argentina? ¿El gaucho? ¿El indio? ¿El compadrito? ¿El trabajador inmigrante: italiano, español,
polaco? ¿Con el campo? ¿Con las fábricas? El contrapunto entre el periódico Martín Fierro (1924-1927), Borges y la
interpretación que hace Lugones del poema de Hernández es una de las formas de esta disputa. La literatura sirve a los intereses
serios y solemnes de la nación y el Estado o a los intereses "humorísticos" y livianos de la "nueva sensibilidad" urbana . En el
caso de Borges, la respuesta es doble, porque dedica buena parte de sus cuentos y conferencias al tema de la herencia cultural.
Borges llevó adelante una "operación crítica" sobre la tradición. No solo fue nuevo y organizó la literatura que vendría después de
él, sino que fue nuevo porque le asignó un orden inédito a la tradición. Formado en Europa, en una cultura políglota y
cosmopolita, se ocupó del problema que "la nueva sensibilidad" implicaba para la tradición y dio una respuesta. Es el escritor
característico de la modernización cultural porque, al mismo tiempo que interpretó el pasado local (la transformación de la cultura
del campo a la cultura del arrabal y el barrio citadino), le asignó un futuro universal a nuestra cultura. Su "operación crítica" la
realizó a través de un procedimiento característico del arte moderno: la invención de un "mito personal de artista". Borges, el que
todos conocemos, como en pocos otros casos, es una creación del autor. La figura pública de escritor –creada a partir de lo que
él mismo ha ido diciendo en ensayos y entrevistas, pero también a través de su poesía y ficción– es el producto de una creación
controlada. Borges murió en 1986 conociendo una información que en general queda oculta para cualquier artista: sabía qué
lugar ocuparía en la historia literaria del futuro. Porque ese lugar lo inventó él. “El sur” es uno de los cuentos donde mejor se ve
esta operación: Juan Dahlmann es cuchillero y bibliotecario, a la vez.
Borges es el artista más local (escribe sobre el arrabal, cuchilleros y compadritos) y más universal (escribe sobre filósofos
ingleses, traduce poetas alemanes, redacta cartas en francés, es leído en todo mundo). Inscribe su poética en la historia literaria
argentina como heredero de la gauchesca y el criollismo, al tiempo que traduce, comenta y prologa a escritores europeos. En la
entrevista de Lafforgue que les pedimos que miren, Anderson Imbert dice que Borges "naturalmente es europeísta" porque es
porteño y Castillo le responde con ironía borgeana diciendo que si es "europeísta" queda claro que es bien argentino, porque un
europeo jamás podría ser "europeísta". La discusión sobre la argentinidad de Borges no tiene sentido porque él mismo compuso
su figura como síntesis entre la identidad nacional y la identidad occidental. Tanto en entrevistas públicas como en la ficción,
insistió con su "doble linaje", en tanto hijo de Leonor Acevedo Suárez y de Jorge Guillermo Borges. Por el lado materno subraya
su identidad de "buena familia argentina" descendiente de conquistadores y fundadores, guerreros y héroes, entre los que
menciona al mismo Juan de Garay; por el lado paterno recibe la identidad de la tradición intelectual vinculada con la cultura y la
literatura inglesa.
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El "doble linaje" lo organiza como heredero de dos tradiciones cuya síntesis resuelve la tensión de su tiempo. Por el lado materno
hereda la barbarie de Martín Fierro, puede hablar en su nombre, invocar su coraje; por vía paterna hereda la
civilización de Sarmiento , puede hablar a partir de los libros. Como los escritores martinfierristas, renueva la literatura argentina
pero, al mismo tiempo, reordena aquello que la novedad deja atrás. Poco después de retornar al país , tras años formativos en
Suiza y España, publica tres libros de poesía: Fervor de Buenos Aires, en 1923; Luna de enfrente, en 1925, y Cuaderno San
Martín, en 1929. En prosa, publica en 1925 un libro que luego decide no reeditar, Inquisiciones. Estos libros de poesía, junto al
libro que dedica al poeta Evaristo Carriego de 1930, son la antesala del Borges que se hizo universal, al cual seguiremos
visitando en las próximas clases. Como señala el escritor Ricardo Piglia , en las charlas que dio sobre Borges en la Televisión
Pública, el centro principal de su obra se extiende de 1933 a 1953, cuando avanza su ceguera e inicia una nueva etapa valiosa
pero en menor medida que los libros en prosa de la década del cuarenta, propuestos en este seminario.
La antesala poética (1923-1930) rodea y da forma a una Buenos Aires mítica asociada con la infancia que es la base a partir de
la cual escribe el resto de su vida. En el prólogo al prólogo al libro sobre Carriego define esta búsqueda sin rodeos: afuera de su
casa cuando era niño "Palermo" andaba de cuchillo y de guitarra, pero él no sabía nada porque pasaba el rato leyendo novelas.
Por eso, su literatura responde a la pregunta sobre aquello que estaba al otro lado de la "verja con lanzas", que separaba el jardín
de su casa de la calle. Se trata del arrabal, cuyo protagonista es el compadrito cuchillero que siempre está en el borde de la
ciudad pero que no es Fierro, porque ya no es el gaucho del campo. En esa zona fronteriza Borges instaura su lengua literaria:
una zona que se distancia del mito del gaucho y el campo. El arrabal es su "zona de barbarie" a donde sale a escuchar, después
de leer, para poder escribir. Casi todos sus cuentos son relatos de cuchilleros, más o menos camuflados.
“El fin” y “El sur” se inscriben en esa "zona de barbarie". El primero le da fin a la tradición: Borges retoma la historia del gaucho
Martín Fierro y la concluye en un mismo movimiento. Continúa el encuentro con el moreno al que enfrenta en la payada al final
del poema. En el cuento de Borges, el moreno quedó en la pulpería esperando que Fierro regrese para batirse a un duelo que
quedó pendiente. Y Fierro cumple. Borges, matando al héroe, funda la lengua literaria del siglo XX cuando cierra la puerta de la
lengua literaria del siglo XIX. En el otro cuento, “El sur”, tiene lugar la contradicción: Juan Dahlmann, un bibliotecario municipal, se
aleja de la ciudad en un sueño, para morir con coraje tras batirse a duelo con un cuchillo que no sabe manejar. De los libros y la
ciudad al arrabal: la afrenta al coraje y la solución por el camino del puñal. El criollismo arrabalero es el primer “tablero” donde
Borges dispone las piezas, la "zona" donde tiene lugar su arte narrativo, según el "mito personal del artista": la "debida
esperiencia" que no tuvo en su infancia por leer novelas.
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Los invitamos a ver el fragmento de la película Martín Fierro dirigida por Leopoldo Torre Nilsson que se estrenó en julio
de 1968:
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Sobre ese “tablero” inicial se organiza el juego borgeano con sus reglas. La comparación con el juego (imaginen un juego de
mesa que se puede usar de distintas maneras) nos va a servir a lo largo del seminario. En casi todas las jugadas (los cuentos) el
objetivo es el mismo: recomponer la dignidad perdida, vengar la afrenta al coraje. En esta primera clase, apenas pusimos la caja
sobre la mesa y descubrimos la tapa. En las próximas clases ensayaremos el juego en base a tres nuevos “tableros”: (1) el juego
de la ciencia, (2) el de la historia y (3) el del policial. Las matemáticas, la física, la historia y la filosofía son discursos interpelados
por los cuentos de Borges. En el camino para limpiar el nombre ofendido, los héroes y los lectores enfrentamos problemas
conceptuales: la cinta de Moebius, la teoría de los muchos mundos, el historicismo y el nominalismo son algunas de las trampas
que es necesario enfrentar para restaurar el orden perdido. La comparación con el juego, asimismo, nos sirve para tener siempre
presente una exigencia que propone la literatura de Borges: la de lectores activos que elaboran sus interpretaciones y sentidos.
Los cuentos que vamos a leer suponen un trabajo similar a la escritura: piden que volvamos atrás, que subrayemos una frase,
que retengamos un dato para luego vincularlo con otro y así.
Homo ludens, el libro de Johan Huizinga publicado por primera vez en 1938, será nuestra única referencia por fuera de los
cuentos, el que quiera puede leerlo. No es obligatorio, dado que en las clases vamos a reponer sus tesis básicas. Se trata de uno
de los libros más leídos en las ciencias humanas durante el siglo XX, traducido a muchas lenguas y reimpreso decenas de veces.
En nuestro país ha sido muy leído un autor que toma sus tesis y las continúa: el crítico francés Roger Caillois, quien escribió Los
juegos y los hombres: la máscara y el vértigo en 1958, vivió cuatro años en Villa Ocampo y escribió en reiteradas ocasiones en la
revista Sur (1931-1966), la misma donde escribía Borges. Las distintas disciplinas de las ciencias humanas y las ciencias
llamadas "exactas", como dijimos anteriormente, tendrían como denominador común y precursor general al juego. Esta tesis
sobre la relación entre lo lúdico y la cultura nos va a permitir transitar de la literatura a las matemáticas, de Ficciones y El Aleph a
teorías de la física, de los cuentos de Borges a los discursos de la historia y la filosofía. En el próximo encuentro (Borges
científico) continuaremos a través la ciencia ficción.
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Referencias
Libros
• Borges, J.L. (1974). Cuaderno San Martín. Obras completas, tomo I. Buenos Aires: EMECÉ.
• Borges, J.L. (1974). Evaristo Carriego. Obras completas, tomo I. Buenos Aires: EMECÉ.
• Borges, J.L. (1974). Fervor de Buenos Aires. Obras completas, tomo I. Buenos Aires: EMECÉ.
• Borges, J.L. (1974). Ficciones. Obras completas, tomo I. Buenos Aires: EMECÉ.
• Borges, J.L. (1974). Inquisiciones. Obras completas, tomo I. Buenos Aires: EMECÉ.
• Borges, J.L. (1974). Luna de enfrente. Obras completas, tomo I. Buenos Aires: EMECÉ.
• Fernández, M. (1974). Teorías. Obras completas, tomo III. Buenos Aires: Corregidor.
• Rest, J. (1976) El laberinto del Universo. Borges y el pensamiento nominalista. Buenos Aires: Ed. Librerías Fausto.
Filmografía
• Argentina Televisora Color (Productor). Domínguez, M. (Director). (1997). Borges con nosotros (Archivo de video). Disponible en
https://www.youtube.com/watch?v=FZgEfW0bAc8&feature=youtu.be
• LQQ6 (s.f.). Martín Fierro 1968 Película Leopoldo Torre Nilson con Alfredo Alcón. [Cinta cinematográfica]. Disponible
en: https://www.youtube.com/watch?v=JLSpYTonNBs
• Televisión Pública Argentina y la Biblioteca Nacional (Productor). (2013). Borges, por Piglia (Archivo de video). Diponibles en
http://www.tvpublica.com.ar/programa/borges-por-piglia/
D’Iorio, G. y Equipo de producción de materiales educativos en línea (2021). Clase 1: Punto de partida. Seminario Enciclopedia imaginaria: cuentos de Borges.
Ciclo de seminarios “Entre pedagogía y cultura”. Córdoba: Instituto Superior de Estudios Pedagógicos - Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.
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Objetivos
• Realizar un ejercicio de “lectura exploratoria” de los cuentos “El fin” y “El sur”.
• Reconocer en “El fin” o “El sur” las principales contradicciones (barbarie y civilización, local y universal, criollo y europeo,
corporal y mental, la frontera, el arrabal, etc.) que impulsan la literatura de Borges desarrollada en esta clase.
Consigna
Luego de transitar el recorrido propuesto en esta primera clase, en el cual esperamos que hayan podido sumergirse en exquisitas
lecturas y detenerse en algunas de las paradas sugeridas, los invitamos a realizar la siguiente actividad:
1. Lean/relean los dos cuentos de Borges propuestos como materiales de lectura obligatorios:
• “El fin”
• “El sur”
2. Una vez leídos los textos, publiquen en el foro “Disipar la nube” una primera intervención en la que identifiquen de
qué manera aparecen en uno de los dos cuentos algunas de las ideas desarrolladas en la clase (barbarie y civilización,
local y universal, criollo y europeo, corporal y mental, la frontera, el arrabal, etc.).
3. Seleccionen una de las publicaciones del foro que reflexione sobre el otro cuento (sobre el que no trabajaron en el
punto 2). Realicen una segunda intervención que dialogue con lo que su compañero/a propone.
Como habrán notado, en cada intervención deberán trabajar con cuentos diferentes. Serán ustedes quienes elijan, en
cada caso, con cuál trabajar.
Icono
espacio
ESPACIO DE TRABAJO
Foro Disipar la nube
de
trabajo
Criterio de evaluación
• Aproximación a una lectura crítica de los cuentos “El fin” y “El sur”.
• Pertinencia de las relaciones establecidas entre los planteos de la clase y los cuentos abordados.
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Materiales
Obligatorios
• Borges, J.L. (1974). El fin. En Ficciones. Obras completas, tomo I. Buenos Aires: EMECÉ.
• Borges, J.L. (1974). El sur. En Ficciones. Obras completas, tomo I. Buenos Aires: EMECÉ.
Complementarios
• Fernández, M. (1974). Teorías. Obras completas, tomo III. Buenos Aires: Corregidor.
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Foros
Barra Cierre
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