Psicología Militar Un Aporte A Las Operaciones Especiales en El Ejército de Chile
Psicología Militar Un Aporte A Las Operaciones Especiales en El Ejército de Chile
Psicología Militar Un Aporte A Las Operaciones Especiales en El Ejército de Chile
EL EJÉRCITO DE CHILE
MILITARY PSYCHOLOGY A CONTRIBUTION TO SPECIAL OPERATIONS IN THE CHILEAN
ARMY.
LINKEDIN: https://bit.ly/3EgsTBp
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INTRODUCCIÓN
El General J.F.C. Fuller señaló en 1966 que “No existe un solo período de la Historia
libre por completo de guerras y raramente ha transcurrido más de una generación sin que
se produjera un grave conflicto” (Fuller.J.F.C, 2006)
En esta frase, se resume lo que ha sido nuestra historia como especie humana, un constante
devenir de violencia y conflictos desde la trivialidad de las primeras sociedades, hasta la
actual creación de estados y naciones que protegen sus intereses y territorios con la creación
de ejércitos para la defensa nacional y el resguardo de sus ciudadanos. Esa es la razón que
motiva el nacimiento de una institucionalidad que organice y administre el uso de los recursos
y de las acciones de acuerdo a las normas y reglamentos que el Estado les brinde. Así nacen
los ejércitos en casi todos los países del mundo.
Las Fuerzas Armadas son una forma de organización militar del Estado para el uso legítimo
de la fuerza y las armas en defensa de la soberanía e integridad del país al que pertenecen,
sus funciones son la defensa y la seguridad nacional junto a garantizar el orden institucional
en defensa de la ciudadanía, tal y como lo expresa la regulación constitucional y legal de las
Fuerzas Armadas, estas deben ser adecuadas a las formulaciones doctrinarias de derecho
político y las leyes descriptivas de la ciencia política (Verdugo, 2002).
En el caso de nuestro país el Ejército y la Armada son anteriores a la formación del Estado,
dado que somos una república que nació de un proceso de independencia, por lo que una vez
establecida esta institucionalidad, se procede a la planificación de políticas para el desarrollo
del sector público y privado con el fin de brindar una mejor calidad de vida a la ciudadanía
con apoyo de sus instituciones. En el caso del Ejército de se crean acuerdos de coordinación
a través de políticas sectoriales emanadas de la Constitución Política de la República de
Chile, para lograr una mayor eficacia y eficiencia que respondan a las necesidades de defensa,
seguridad y amenazas que enfrente el país, razón por la cual se crean cinco áreas de misión
fundamentales que orientan el trabajo y enfocan los recursos, para posteriormente a través de
la política de defensa nacional establecer dichas funciones en las Fuerzas Armadas con el
objetivo de responder a las necesidades de defensa y apoyo en emergencias y desastres.
(Ejército de Chile, 2023).
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ARÉAS DE MISION DEL EJÉRCITO DE CHILE
La principal función del Ejército de Chile es la preservación de la paz en todo el territorio
nacional y entre todos sus ciudadanos. Su misión primordial es garantizar la soberanía,
mantener la integridad territorial y proteger a la población, instituciones y recursos vitales
del país, frente a cualquier amenaza o agresión externa, así como constituir una importante
herramienta de la política exterior de Chile. (Ejército de Chile, 2023).
Sus cinco áreas fundamentales de misión son las siguientes:
Defensa de la Soberanía e Integridad Territorial, agrupa las misiones destinadas a
prevenir y disuadir del uso de la fuerza militar contra el país o a rechazar las agresiones y
actos hostiles contra la población, la soberanía y la integridad territorial, los recursos y bienes
nacionales, y los intereses nacionales. Tratándose de la población, también considera la
protección, rescate y evacuación de nacionales que enfrente situación de peligro en el
extranjero (Ley 19.067, modificada por ley 20.297, Art 15).
Emergencia Nacional y Protección Civil, contempla las misiones que se realizan como
contribución a la gestión del riesgo que realiza el Estado para enfrentar catástrofes naturales
o antrópicas. Abarca la colaboración a la prevención de las mismas, a la reducción o
neutralización de sus efectos inmediato cuando se producen y a la recuperación de la
infraestructura y servicios afectados por su ocurrencia.
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de la presencia nacional en la Antártica, y de orden público que la legislación vigente
establece para las Fuerzas Armadas en los estados de excepción constitucional,
particularmente en emergencias y desastres y durante actos eleccionarios.
Cada una de estas cinco áreas de misión, cuenta con sus respectivas acciones y tareas
específicas mediante las cuales el Ejército de Chile cumple los objetivos y misiones
establecidas por el Estado, con el fin de dar cumplimiento y establecer parámetros claros de
las acciones a realizar en apoyo a la población a través de un modelo de intervención que
identifique peligros y gestione los riesgos en los nuevos escenarios actuales de incertidumbre
y crisis sociales, emergencias y desastres, amenazas no convencionales, estados de excepción
y misiones totalmente distintas a la guerra, que exponen a los funcionarios de las Fuerzas
Armadas, a nuevas tareas que precisan una nueva forma de preparación y entrenamiento que
va desde el fortalecimiento de la moral y motivación personal, hasta la contención clínica
emocional del personal desplegado por tiempo indefinido en el territorio nacional.
Estos nuevos escenarios de crisis y aumento del estrés operacional dan la oportunidad de
explorar un nuevo modelo de intervención y establecer una Psicología de Apoyo a las
Operaciones que intervenga en terreno y en tiempo real, con el fin de disminuir el riesgo de
conductas disruptivas entre el personal reduciendo el daño en la salud mental, lo que se
traduce en un aumento de la seguridad operacional en el ámbito de los factores humanos
garantizando el cumplimiento de la misión encomendada. (Hoyt T.& Hein.C, 2022)
Es en este contexto que el apoyo de la psicología militar a las áreas de misiones y en las
operaciones especiales del Ejército, cuenta con un nuevo rol como Psicología de Apoyo a las
Operaciones Militares, dado el énfasis que se entrega al servicio de los ciudadanos, en cuanto
la protección y apoyo en situaciones de emergencias o desastres.
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psicológicas, que habilitaron la medición y clasificación de los primeros soldados durante la
Primera y Segunda Guerra Mundial, permitiendo el desarrollo de la Psicometría (Aragón,
2015)
Por consiguiente, la psicología militar nace al alero de los estudios psicométricos y análisis
conductuales de candidatos a soldados y a futuros oficiales de los diferentes ejércitos del
mundo, sobre todo durante los periodos de guerras mundiales, siendo parte de los avances de
esta nueva psicología como ciencia, que es independiente de la filosofía y la metafísica;
Hecho que se consolida con la creación del primer laboratorio de investigación que utilizó
el método experimental para producir conocimiento empírico. Es en este nuevo campo de
estudios que los investigadores alemanes y luego norteamericanos se impresionan por los
métodos de laboratorio y comienzan a utilizar las técnicas experimentales de los fisiólogos y
biólogos para la comprensión de los procesos mentales y la conducta humana a nivel
individual y colectivo. (Horst, 1999).
De esta manera aparecen los primeros trabajos sociológicos en el contexto militar iniciados
por Shils y Janowitz en 1948 y citados por Nuciari (Nuciari.M, 2006) en los que se abordaron
las relaciones de grupo, la conducta de los oficiales, la ideología, disciplina y los valores
militares. Lo mismo se da en las tareas psicológicas con individuos y grupos en que se estudia
los procesos de selección para el ingreso a la carrera militar y los trabajos sobre el espíritu de
grupos, analizados por Mira. E. (Mira.E, 1949).
Posteriormente estas observaciones dieron paso al examen de otras variables del
comportamiento humano dentro de las estructuras militares, entre las que se destacan: el
carácter de las guerras; la influencia política; el ingreso de las mujeres al ejército; las
relaciones mediáticas y el estudio de la opinión pública, las que fueron la ante sala de lo que
serían, y hoy son, las Operaciones Especiales de Información. (Loaiza, 2015)
El incremento de estos nuevos conocimientos llevó a los estudios psicológicos a un nuevo
estatus de validación e hizo que los ejércitos se interesaran en ellos para sus procesos internos
y aplicación en ámbitos como la selección y reclutamiento, para luego pasar a la sofisticación
de las operaciones especiales y las misiones distintas a la guerra, conformando un nuevo
marco conceptual y epistémico propio de la psicología militar, que comienza a ser definida
como una rama de la psicología aplicada que utiliza todos los recursos de las técnicas
psicológicas para conseguir el mejor rendimiento posible de todos los escalones o grados de
la actividad militar, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra. (Mira.E, 1949).
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PSICOLOGÍA MILITAR EN LA ACTUALIDAD
En el año 1945 se funda en Estados Unidos la Psicología Militar y en la actualidad, es la
quincuagésima cuarta división activa de la APA (American Psychological Association) que
se define como la sociedad de Psicología Militar (División 19), en la que reúne psicólogos
militares dedicados a la investigación en lo que se refiere a: administración; la prestación en
servicios de salud mental; enseñanza; consultoría; trabajo de comités y la aplicación práctica
de los conceptos de esta disciplina a los problemas militares, en diversas áreas de
conocimientos y asesoría de los mandos (Society for Military, 2015).
Esta Asociación Americana de Psicología define a la Piscología Militar, como “La
aplicación de los principios, teorías y métodos psicológicos a la evaluación, selección,
asignación y entrenamiento del personal militar, así como al diseño del equipo militar”. Este
campo, es una psicología aplicada que también incluye el uso de técnicas de consejería y
clínica para el mantenimiento de la moral y salud mental en los ambientes militares y cubre
el funcionamiento humano en una gran variedad de entornos durante los tiempos de guerra y
de paz. (APA, 2023).
Los autores contemporáneos más actualizados definen la Psicología Militar como: “Un
conjunto de conductas, reglas, normas y valores propios de la actividad militar” (Nuciari,
2006) y como “una cultura militar propia en la que cohabitan otras subculturas, en varios
tipos de organizaciones militares que existen como la Armada, la Fuerza Aérea o el Ejército”
(Soeters, 2006). Esta psicología, es “una parte específica de las organizaciones militares,
que como instituciones representan una cultura formal aprendida, en donde se comparten
significados, ideas y símbolos específicos, donde prima la vida en común, lo jerárquico, el
control y lo disciplinario” (Loaiza, 2015).
Otros autores como Laurence y Matthews, definen esta disciplina como “La concatenación
de las diversas especialidades y sub-contextos de la psicología dentro del ámbito militar”
(Laurence, 2012).
En Brasil se escribía una obra poco conocida pero de gran importancia conceptual y
académica que definía a esta nueva disciplina como: “Una rama de la psicología aplicada
que utiliza todos los recursos de las técnicas psicológicas para conseguir el mejor
rendimiento de los militares” y citada por (Carpinterio.H, 2016) en Emilio Mira y López and
his Military Psychology (1949).
Paul Maucorps, autor de unos de los primeros libros sobre Psicología Militar en la década
del 60, la definía como: “Una ciencia que aporta al mejoramiento funcional del aparato
militar en términos de satisfacción individual y de economía colectiva” (Esber, 2017). Esta
definición, junto a nuevos aportes en los procedimientos modernos de investigación y
medidas psicológicas para la selección y reclutamiento de miembros del ejército, fueron
mejorando los procesos, el entrenamiento y la mantención de la moral en el ejército
(Maucorps, 1960).
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Existen trabajos más antiguos al respecto, como el ensayo de August Hamon (1898), que
trata sobre la Psicología del Militar Profesional, escrito originalmente en francés y luego
traducido a otros idiomas, para posteriormente convertirse en un libro polémico y
controversial por las observaciones críticas y crudas que hace del ejército francés. (Hamon,
1904). Sin embargo, esta publicación no esboza una definición clara y precisa sobre la
Psicología Militar, sino que se centra más en una descripción sesgada y crítica de un perfil
del oficio de la profesión del militar.
CONTEXTO HISTÓRICO INTERNACIONAL
En sus comienzos la Psicología Militar se inició con diversos aportes de la psicología
aplicada como la psicometría, que al ser considerada una actividad práctica en el ámbito de
la selección y evaluación, desplegó nuevos campos de investigación y desarrollo en las
fuerzas armadas estadounidenses y alemanas, que incluían la Psicotecnia en los estudios de
los Factores Humanos (Horst, 1999), con sus derivados como elementos esenciales para
entender y estudiar la complejidad del error y pérdidas de vidas humanas durante los
accidentes en las líneas de montaje de vehículos armados y material bélico en la Primera
Guerra Mundial. Su análisis y comprensión dentro de los mismos lugares de trabajo, dio paso
al incremento de la seguridad operacional y a la creación de los programas preventivos en
otras áreas como la aviación en la que alcanzó su máximo desarrollo. (Bravo & Sanchez,
2022).
Es en base a estos avances, que la psicología van dirigiendo su ocupación a una área más
operativa, traspasando desde el campo teórico a la práctica, razón por la que los ejércitos se
interesaron en ella para establecer esta ciencia al servicio del ámbito castrense, con el fin de
mejorar los procesos de selección de postulantes para ser parte de la oficialidad e introducir
parámetros definidos en la selección masiva de reclutas. Así, la Psicología Militar adquiere
un rol más pragmático comenzando en esta época a denominarse psicotécnica, concepto
acuñado por el filósofo y psicólogo alemán William Ster (1903), conocido por ser el creador
del concepto de Cociente de la Inteligencia y pionero en la psicología de la personalidad e
inteligencia. (Sánchez.V and Guijarro.T, 2000)
Las nuevas aplicaciones fueron popularizadas por otro precursor de la psicología aplicada y
discípulo de Wundt, como el investigador Hugo Müsterberg, quien estableció las bases de
los estudios de conducta humana en el trabajo y la industria. (Horst, 1999), formando bases
teóricas para la actual piscología organizacional y laboral que es la preponderante en el
Ejército de Chile.
Durante estos años el intento por descubrir, clasificar y anticipar conductas en las personas,
impulsó una serie de trabajos de investigación en el ámbito de la psicología, desde Francis
Galton (1869), conocido como el padre inglés de la estadística (Moreno, 2015) y pionero de
la psicología científica, junto a varios aportes de sus discípulos en América como Spearman;
Cronbach; Thurstone, e inclusive James Cattel, que desarrolló el concepto de Test Mental y
que fue usado, por primera vez, en una publicación formal en 1890 (Pueyo, 1997).
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Sin embargo, no fue hasta que aparecieran los trabajos más específicos de Simon y Binet
(1905), en niños con déficit cognitivos y discapacidad intelectual, que podemos hablar de
Test propiamente de inteligencia.
Estos instrumentos nacidos en el apogeo del desarrollo científico en la psicología, fueron
considerados en la selección y clasificación de soldados durante la Primera y Segunda Guerra
Mundial. De esta forma, los Test comenzaron a incrementarse en variedad y utilidad en el
ámbito militar, y hoy continúan siendo una línea de investigación importante, dentro de las
Fuerzas Armadas en la mayoría de los países para la selección de Oficiales y Suboficiales.
(Martinez.M Sanz, 2019).
Con el avance y sistematización de estas disciplinas en los ejércitos europeos y americanos,
se pudo ampliar el campo de acción a otras áreas como la medicina, en la identificación y
tratamiento de enfermedades de salud mental producto del estrés experimentando en
combate, y que fue más conocida en sus comienzos como neurosis de guerra, síndrome
descrito por primera vez en 1871, durante la Guerra Civil Americana, por el médico militar
Jacob Da Costa, quien observo en terreno síntomas cardíacos como excesos de palpitaciones,
sensación de ahogo e inquietud motora de naturaleza no orgánica en soldados durante y
después del combate. (Psiquiatria.com, 2023) Estas observaciones se ampliaron a otros
trastornos que se definieron como la mirada de las mil yardas que es la expresión facial de la
vivencia de una experiencia traumática o el síndrome del miembro fantasma que fue descrito,
a su vez, en la guerra civil de 1872 por el cirujano Silas Weir Mitchell. (Olarra.J &
Longarela.A, 2007)
Así resulta que la salud mental entra en la ámbito de la guerra y comienza a ser parte de su
desarrollo, como lo evidencia la participación de psiquiatras y psicólogos en las líneas de
combate durante la primera y segunda guerra mundial con el fin de mitigar las dolencias de
la neurosis de guerra o el síndrome del corazón del soldado, que eran las afecciones conocidas
hasta ese momento, junto a la fatiga de combate o schock de trinchera (Stucchi.S, 2014) y
que actualmente se define como trastorno de estrés postraumático, y que comenzó a tratarse
de una forma preventiva, también por los franceses y norteamericanos, al llevar a estos
profesionales, directamente a las operaciones en el campo de batalla. Trabajo que dio como
resultado la creación de las primeras medidas de mitigación de salud mental en terreno,
disminuyendo significativamente estas afecciones en el frente de combate. (Hoyt T.&
Hein.C, 2022)
El gran aporte en salud mental y psicometría que se hicieron en las grandes guerras y crisis
locales de países en conflictos armados, sentó las bases teóricas y prácticas de la psicología
de la guerra que, junto a las operaciones de información e inteligencia, brindaron un apoyo
fundamental en el plano estratégico y operacional, siendo en la actualidad una parte
importante de la concepción moderna de los conflictos armados de última generación. En
este sentido, la Psicología de la Guerra, se suma a una mayor especialización de la Psicología
Militar que sienta los fundamentos del poder de las ideologías y emocionalidad de civiles y
militares, en la escalada de los conflictos armados y las crisis sociales, debido a su influencia
en la creación y cese de disputa entre países y cosmovisiones a través de los nuevos
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escenarios de combate que se están dando en las batallas culturales de occidente. (Sánchez
F. J., 2021).
Con esta breve recopilación histórica y conceptual de los primeros años de la psicología en
áreas específicas del ámbito militar, es factible afirmar que estas aplicaciones, y su
metodología científica, están íntimamente ligadas a la evolución conceptual de los avances
y desarrollo de las Fuerzas Armadas en los procesos de instrucción y entrenamiento de los
conflictos bélicos, en las diferentes Fuerzas Armadas del mundo.
ORÍGENES DE LOS PSICÓLOGOS MILITARES
Los psicólogos militares se inician en las Fuerzas Armadas mayoritariamente como personal
sanitario, dado que sus primeros aportes provenían mayoritariamente del ámbito clínico y las
evaluaciones masivas de personal militar en la selección y reclutamiento. En el caso de
España, estos profesionales provenían desde el Ejército y la Armada, y producto de la
aplicación de la Ley 17/99 en su artículo 41, son transferidos al cuerpo militar de sanidad, al
contar con la psicología clínica como primera especialidad complementaria (Rodríguez,
2013).
Como hemos visto existe una directa relación de la psicología y las primeras investigaciones
de las Fuerzas Armadas para la determinación de la aptitud psicofísica y salud mental de
postulantes en los ejércitos regulares, la selección de los más aptos, las características de
personalidad y análisis cuantitativos de preferencias personales. De esta forma, surgen
aportes de la psicología en diferentes campos como las investigaciones de Robert Yerkes con
los Tets de inteligencia para militares Alfa y Beta y la psicología Comparada (1876-1956),
David Whechsler con su escala de inteligencia para seleccionar reclutas (1939), el desarrollo
de la primera escala métrica de Binet&Simon (1905) o la teoría bifactorial de la inteligencia
de Spearman (1923), también destacan los trabajos de Robert Woodworth, con la creación
de instrumentos para la evaluación de la estabilidad emocional de soldados, investigación
que sentó las bases de los Tets de personalidad (1869-1962), el trabajo de Raymon Cattel con
sus estudios sobre la inteligencia y las características de la personalidad (1905-1998), y Jonh
Flanagan, con la selección de baterías de Test para la selección de pilotos, ingenieros de vuelo
y técnicos aeronáuticos (1906-1996).
Es decir todo un conjunto de investigaciones y aportes psicológicos en el área de la
diferenciación de actitudes, la adaptación social y la medición de la inteligencia como un
predictor del rendimiento militar. (Molinari.V, 2016)
La demanda de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue la necesidad de evaluar a una
gran cantidad de individuos en corto tiempo para sumarlos a las filas del ejército, razón por
la cual, la APA, integro una comisión especial a cargo de R.M. Yerkes, Terman, psicólogo
estadounidense que había creado junto a Arthur Otis pruebas colectivas de inteligencia para
ser aplicadas en reclutas militares, y posteriormente usados en inmigrantes y analfabetos en
las versiones Alfa y Beta que fueron las base de las pruebas colectivas no verbales que se
aplicaron en el futuro (Ardila, 1968).
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Durante la Segunda Guerra Mundial se incrementó la necesidad de evaluaciones,
aumentando exponencialmente los requerimientos en la selección del personal que debía
para cumplir con las exigencias militares en los diversos frentes de combate donde se
empleaban las tropas aliadas. Por ello, se podría afirmar que la Psicología Militar aplicada,
en el contexto de las guerras mundiales, sería uno de los primeros procesos masivos de
selección de personas a gran escala.
PSICOLOGIA MILITAR EN EL EJERCITO DE CHILE
Las primeras aplicaciones de la psicología en el Ejército de Chile, fue la selección y
reclutamiento de los primeros pilotos de Ejército, en que se exigía condiciones físicas e
intelectuales detalladas y requeridas, en la inauguración de la Escuela de Aeronáutica Militar
del Ejército de Chile en 1913 (Bravo & Sánchez, 2022). Es en este proceso selectivo que se
explora el primer perfil de alumno para un curso de pilotos en el país, y se incluían los
siguientes requisitos: “Un peso menor a 75 kg; alto grado de poder visual; ser soltero; con
un certificado médico al día en el que conste buena salud y especialmente que el pulmón y
corazón no padecieran afección alguna”. (Flores Álvarez, 1950). Pero, con el estallido en
1914 de la Primera Guerra Mundial, se fueron modificando las características que debía
poseer el aviador “ideal” considerando además que en la guerra, la aviación se convirtió en
uno de los pilares básicos sobre los que se asienta la vida social y actividad económica en el
planeta (Muñoz -Marrón, 2018), posicionando así a la aeronáutica, como uno de los campos
más interesantes para la aplicación de la ciencia psicológica en cuestiones de carácter práctico
(Dockeray, 1921).
De esta manera, el aporte práctico de la psicología en el Ejército de Chile ha sido de vital
importancia a la aviación y posteriormente su apoyo se ha extendido en la fuerza terrestre y
fuerza generadora hasta la actualidad. (Psicologia Militar, 2023)
Siguiendo con la evolución histórica de la Psicología Militar en nuestro Ejército, esta
reaparece, el 28 de noviembre de 1972 con el nombramiento e incorporación del primer
profesional psicólogo en el escalafón de psicólogos y sociólogos pertenecientes a la dirección
de Sanidad del Ejército, Comando General de Personal. Posteriormente, lo haría la primera
mujer psicólogo el 01 de septiembre del año 1974, en el mismo escalafón, siendo destinada
al Comando de Institutos Militares, convirtiendo así al Ejército de Chile en la institución
pionera en temas de inclusión e igualdad de género para este tipo de profesionales. (DPE,
2023).
En la actualidad, la Psicología Militar está definida en el Ejército de Chile como una ciencia
que contribuye a la comprensión de la conducta humana en su compleja diversidad e
imprevisibilidad, teniendo presente que sus principios pueden utilizarse en el contexto militar
y cuyo carácter directivo deriva en directrices en tres campos específicos a saber: la
Psicología Organizacional, el Área Clínica y la Psicología Educacional. (DPE, 2023).
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A lo largo de este periplo, la Psicología Militar en el Ejército de Chile va entregado
herramientas y conocimientos para la selección y reclutamiento de personas que podrían
servir en las Fuerzas Armadas con el ingreso a las Escuelas Matrices, postulaciones a
especialidades primarias o secundarias, destinaciones en el extranjero, misiones de paz, junto
a la selección de soldados de tropa o que cumplen con su SMO. Al mismo tiempo, la
Psicología Militar ha generado aportes significativos en el área de salud militar, a nivel
internacional analizando las consecuencias dentro de la salud mental de los combatientes,
generando con esto nuevas técnicas y abordajes terapéuticos que disminuyeran las secuelas
negativas de cuadros ansiosos depresivos, trastornos del sueño, neurosis traumática y el estrés
post traumático de los conflictos bélicos que dejaba secuelas en los soldados en la guerra.
(Vallejo.A & Terranova.L, 2009).
LAS OPERACIONES PSICOLÓGICAS
El origen de las Operaciones Psicológicas lo encontramos en los primeros conflictos bélicos
de la historia, en donde el conocimiento de la psicología humana y los efectos emocionales
del terror y, específicamente del factor miedo, fueron esenciales para obtener el triunfo en el
campo de batalla. Desde el Imperio Persa, que sometió a los egipcios, a través del uso de sus
creencias y supersticiones para derrotarlos en la batalla de Pelusio en el 525 a.C., o los
silbatos de la muerte Aztecas que aterrorizaban al enemigo con el mismo fin, y los
empalamientos de Vlad Tepes (Principie de Valaquia entre el 1456 al 1462) en Europa que
mermaron la moral y voluntad de lucha de sus contrincantes e incluso inspiraron la novela
de Drácula, hasta los ataques estratégicos de Genghis Kan, donde se aprecia una genialidad
bélica, propia del arte de la guerra, que lo convirtió en el líder indiscutible del imperio
mongol, junto con ser considerado un experto en la utilización del engaño y la guerra
psicológica, que es como en la actualidad se conoce este tipo de intervenciones en el teatro
de operaciones militares. (Guerra Psicológica, 2022).
En 1920 el historiador y estratega militar británico J.F.C Fuller, (1878-1966) con quien
iniciamos este trabajo, fue uno de los impulsores del concepto de Guerra Psicológica para
referirse a este tipo de Operaciones Especiales y otras acciones que pretendían comprender
de mejor manera a los adversarios en los conflictos armados. Por ende, el conocimiento del
comportamiento humano se convierte en un factor esencial y una nueva forma de batalla en
el plano de las ideas, llegando a ser un nuevo foco de acción que modifica conductas y genera
aceptación o rechazo, como una nueva forma de guerra irregular y asimétrica en el campo de
batalla. (Heinecke, 1994).
En la actualidad, estas operaciones son conocidas por sus acrónimos en inglés de Psychology
Operations (PSYOPs) e Information Operations (INFOOPs) las cuales son consideradas un
arma dentro de varios ejércitos, que cuentan con unidades específicas para estas actividades,
en caso de guerra.
A modo de ejemplo el Ejército Norteamericano cuenta con cuatro Grupos de Operaciones
Psicológicas encuadradas en el 4° y 8° Batallón que son parte del Primer Comando de Fuerzas
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Especiales en Fort Bragg, con sede en Carolina del Norte, y el 2° y 7° Grupo de Operaciones
Psicológicas a cargo de la Reserva institucional, y definen estas acciones como: “Actividades
ideológicas, militares, económicas, y políticas planificadas y orientadas hacia países,
organizaciones e individuos para generar emociones, actitudes, entendimiento, creencias y
comportamiento favorables a la consecución de objetivos militares y políticos en Estados
Unidos” (Cook, 2018).
Los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial denominaban propaganda a estas
intervenciones operativas e incluso tuvo un departamento exclusivo a cargo del general John
Pershing de la Fuerza Expedicionaria Aliada. Posteriormente, en la Segunda Guerra Mundial
se modificó el nombre a Guerra Psicológica y luego, desde Vietnam, surge el termino
PSYOPs (Psychological Operations), Operaciones Psicológicas, inspirado en una definición
más internacional que aludía este tipo de intervenciones u operaciones utilizadas en el
combate. Por lo tanto la sigla PSYOPs, fue el término que definió la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) para referirse a este tipo de intervenciones, las cuales las define
como: “Un conjunto de actividades psicológicas planeadas en tiempo de paz, crisis o guerra,
dirigida a audiencias amigas, enemigas o neutrales, con el fin de influir en sus actitudes y
comportamientos con el fin de lograr objetivos militares y políticos” (Vásquez, 2015).
Durante las Guerras se crearon y utilizaron las Operaciones Psicológicas para modificar e
intervenir las conductas y motivaciones del enemigo, a través del uso de la propaganda y los
medios de comunicación masivos, tal como lo hicieron las campañas de los norteamericanos
en Vietnam, que pretendían aprovechar la ingenuidad y superstición del ciudadano
vietnamita para reducirlo, por lo que crearon la campaña Operación Wandering Soul, sin
prever que esté usaría las mismas técnicas para mermar la moral y el espíritu combativo de
los jóvenes americanos, factor que ayudó a la derrota de uno los ejércitos más poderos del
mundo. (Rev. ARES, 2012).
Este mismo modus operandi lo vemos en las Special Operations Executive (SOE) del Reino
Unido, que unifico los servicios de inteligencia y de información contra los nazis, con el fin
de destruir el mito del Superhombre Alemán y que debido a su éxito, hicieran que el propio
líder general de la tropas Aliadas Dwight D. Einsenhower, declarará que “Las Operaciones
Psicológicas ocupan un lugar de dignidad en nuestro arsenal militar” (Sotomayor, 2020).
En nuestro continente, los últimos en usar estas técnicas en combate fue Argentina en la
guerra de las Malvinas (1982), al crear la campaña de propaganda a través de la creación de
la radio LIBERTY cuyo objetivo fue diezmar la voluntad de lucha del militar británico y
ganar la simpatía de la población civil. (Sotomayor, 2020).
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Con estos ejemplos se pretende aclarar el sentido de las operaciones psicológicas en tiempos
de guerra, cuyo propósito es alcanzar la desmoralización de las tropas adversarias, con
intervenciones secuenciales, progresivas y sistemáticas en sus emociones, las cogniciones y
los sentimientos, usando acciones psicológicas específicas para que las propias tropas puedan
disminuir las bajas y lograr el éxito de las misiones (Vásquez, 2015). Por lo tanto, al ser una
serie de técnicas y aplicaciones en el ámbito militar, estás pueden planificarse y ejecutarse
con un éxito probado en los diferentes teatros de operaciones en cualquier tipo de conflicto
armado.
En Latinoamérica no todos los ejércitos están familiarizados con estas intervenciones, dado
que obedecen a un plano estratégico de alta complejidad que precisa de amplios recursos y
personal capacitado en inteligencia y áreas afines. Sin embargo, países como Brasil y
Colombia son los que cuentan con unidades y batallones de PSYOP en sus filas, al igual que
Argentina, Venezuela, Perú y Cuba, las que latinizan el vocablo del inglés a la sigla en
español como OPSICs (Operaciones Psicológicas) y mantienen publicaciones vigentes sobre
estas temáticas, además de impartir estas materias a sus oficiales en las escuelas matrices.
(Sotomayor, 2020)
Las OPSICs (Operaciones Psicológicas) son actividades claves en los actuales escenarios de
conflictos armados, debido a sus características particulares e influencia a nivel operacional
y táctico, por lo que han sido utilizadas en múltiples campos de acción militar, político y
diplomático, además de ser parte integral de las operaciones de diferentes agencias de
inteligencia en el mundo. Lamentablemente en nuestro país, existe un enorme
desconocimiento de sus bases conceptuales y teorías asociadas a las tareas especializadas que
realizan, lo que sumado al nivel ostracismo en sus actividades y hermetismo de sus funciones,
le han generado una atmósfera adversa y de desconfianza por parte del mundo civil y en las
propias instituciones, que las sitúan en la clandestinidad o parte de una psicología oscura,
que opera en las sombras, como la definen algunos autores (Turner, 2019).
Estas características negativas han hecho que países europeos no utilicen la nomenclatura de
PSYOPs y las redefinan bajo otros conceptos como Operaciones de Información de
Campaña, debido a que consideran el concepto original como amenazante. Esa tendencia ha
seguido impregnándose en otros países, razón por la que el Departamento de Defensa de
Estados Unidos, en el año 2010, y a través de un memorándum del Secretario de Defensa,
intentó cambiar su nombre de PSYOPs a MISO (Operaciones de Apoyo a la información
Militar), con la intención de disminuir la percepción negativa del término y obtener una
mayor aceptación en el resto de las Fuerzas Armadas y las organizaciones colaboradoras del
Gobierno Federal, en especial el Departamento de Estado. (Gates, 03 Diciembre 2010).
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Desde la década de los años 90, las publicaciones e investigaciones internacionales sobre las
operaciones psicológicas en las Fuerzas Armadas aumentaron, debido al incremento de las
operaciones militares en distintos contextos y países por las alianzas y coaliciones
internacionales de la ONU y de la OTAN, que exigen el mejoramiento continuo de la
efectividad operativa de los ejércitos participantes, en busca de una mejor gestión de una
fuerza multinacional (Esber, 2017). De esta manera, las Operaciones Psicológicas se
enmarcan en el área de las Operaciones Especiales y deben considerarse como otra sub
disciplina de la Psicología Militar (Matthews, 2012).
Como se puede apreciar, las guerras actuales ya no se ganan solo en las trincheras o con
sofisticados armamentos, sino “que se puede vencer al enemigo sin combatir”, siguiendo las
técnicas milenarias legadas por los guerreros del pasado que vieron en la mente humana una
debilidad que podría ser conquistada a través de la Guerra Psicológica. Hoy se conoce a este
tipo de intervención como la guerra sin fusiles y su razón fundamental es ganar la mente y
los corazones del bando propio y de los enemigos, empleando de forma planificada y
ordenada la propaganda y las Operaciones Psicológicas para orientar y dirigir conductas en
un determinado sentido, influyendo en las percepciones, sentimientos y percepciones de los
seres humanos con el fin de lograr los objetivos planteados en un plan de acción determinado.
(Carrillo, 1995).
De esta manera, se cumple a cabalidad lo propuesto por el mayor estratega militar de la
antigüedad, el general chino Sun Tzu, que desde el siglo IV propuso sus máximas en el Arte
de la Guerra para definir dos principios fundamentales: “El supremo arte de la guerra es
someter al enemigo sin luchar” y “Que todo arte de la guerra se basa en el engaño” (Sun
Tzu, 2020) sentando los principios, junto al posterior trabajo de Nicolás Maquiavelo en su
obra el Príncipe (1531), de las Operaciones Psicológicas como una forma práctica de
intervención en el plano político y estratégico en contra de las utopías e idealizaciones que
no responden a la moral, sino que a las leyes y ejercicio del poder (Maquiavelo, 2020) . Por
lo que una definición más adecuada a estas actividades, sería la de “Un conjunto de acciones
ofensivas y defensivas de información y propaganda, para intervenir y modificar la conducta
de las personas en base a la estimulación de sus emociones y sentimientos para el logro de
los objetivos propuestos”. (Carrillo, 1995)
Otros ejemplos de esta aplicaciones psicológicas se aprecian en el trabajo de Allport y
Postman en su obra “The Psychology of rumor 1947” que demostró el efecto psicológico en
la segunda guerra mundial sobre la moral del personal militar y civiles al ser sometido al uso
de falsa información y al dominio de la conducta y preferencias de las personas en bases al
uso de los rumores. (Allport & Postman, 1947) De esta forma las Operaciones Psicológicas
operan en el ámbito de las ideas, en las que podemos situar el ámbito político, y se establece
estratégicamente a nivel táctico en lo operacional en un contexto de guerra.
Así, entendida la psicología se transforma en un arma ofensiva o defensiva, que se emplea
en el escenario del combate, y es un área de gran interés para cualquier ejército,
transformándose en parte integral de las operaciones especiales militares (Carrillo, 1995).
14
Los conflictos de cuarta generación utilizan a las PSYOPs u OPSICs como un medio de
combate, interviniendo a través de las operaciones de información e inteligencia en la actual
Guerra Electrónica, utilizando la propaganda y las Redes Sociales como verdaderos misiles
de combate virtual para lograr los mismos propósitos que una guerra convencional, tal como
lo hicieron los aliados al bombardear con panfletos a los alemanes y lograr en varios casos
su deserción del campo de batalla. De esta forma, emergen nuevos fenómenos bélicos que se
dan a través de las guerras regulares e irregulares, obedeciendo a códigos que mutan
vertiginosamente, de acuerdo a la influencia de la tecnología en el nuevo campo de batalla
global (Evans, 2007).
Por este motivo, a mi juicio es que se debe dar por sentado la trascendencia y poder de la
variable humana en la consecución de objetivos militares, y el cómo diferentes estrategias de
Operaciones Psicológicas se han usado a lo largo del tiempo en el teatro de operaciones de
la Guerra, demostrando que la psicología, va más allá de la asesoría organizacional y de la
selección o reclutamiento de personal para los ejércitos, sino que en un contexto bélico puede
transformarse en un arma que otorgue destrucción masiva a nivel cultural, capaz de penetrar
todas las capas de protección de una organización, institución o país, dado que opera en el
plano de lo simbólico emocional y del lenguaje, construyendo realidades ficticias e inducidas
desde narrativas que transforman la forma y el fondo de verdades subjetivas y objetivas,
modificando la moral y motivación individual y colectiva.
Es de esta manera que las Operaciones Psicológicas adquieren un real protagonismo en las
guerras modernas de cuarta generación (Ardila.C & Pinedo.C, 2014) ya que son parte de la
planificación y ejecución de operaciones de Fuerzas Especiales y se incluyen en las acciones
operacionales futuras por su capacidad de modificar la opinión pública, intervenir en la
percepción e interpretación de la realidad, afectar el estado de ánimo y las emociones, tanto
en civiles como personal militar, destacando con esto la directa afectación a la función de
Mando y Control, que es esencial para la conducción de operaciones militares actuales y
futuras. (BAVE, 2023)
PSICOLOGIA DE APOYO A LAS OPERACIONES ESPECIALES
La historia del estudio del comportamiento humano ha brindado un inmenso caudal de
información sobre conductas, actitudes y motivaciones de los individuos ante los diferentes
escenarios, entre ellos los vinculados al ámbito de la guerra y del uso de los conocimientos
de la psicología en actividades militares específicas, como la selección de personal para
conformar las primeras especialidades de choferes de camiones, observadores de aviones y
radiotelegrafistas en el ejército alemán. (Horst, 1999) . En esa misma línea de evolución, la
Psicología Militar ha brindado otro importante número de aplicaciones prácticas, desde el
conocimiento científico, como son la psicología en otro tipo de acciones o maniobras, y que
hoy se denomina Psicología de Apoyo a las Operaciones en el Ejército de Chile, lo que la
define como “Aquella asesoría al mando en materias de moral de las tropas, cohesión de
unidades, mando y liderazgo, y operaciones militares de guerra y distintas a la guerra”
(DPE, 2023)
15
Esta Psicología Operativa, es por tanto, un área de aplicación de la Psicología Militar en
acciones concretas que se definen como Operaciones Psicológicas, las que aportan un cumulo
de conocimiento para el proceso de toma de decisión de los mandos, en el cumplimiento de
las misiones (Loaiza, 2015). Otra definición, es la de “Un conjunto de acciones organizadas,
planificadas y ejecutadas con el fin de lograr un objetivo específico tanto político como
militar”. (Fuenzalida, 2015).
El avance de la disciplina se va haciendo notar en el mundo y a configurarse conceptualmente
como una psicología especializada, traduciéndose en aportes significativos y concretos en
otras áreas estratégicas del ámbito militar, como son las Operaciones Especiales de
Inteligencia y las Operaciones de Información en situaciones de guerra de cuarta generación,
que a diferencia de los enfrentamientos anteriores, ponen énfasis en la tecnología y en el uso
de Operaciones Psicológicas, lo que modifica el paradigma de la guerra moderna, donde los
intereses son más difusos y se mezcla lo civil con lo militar. Es en este contexto que surge
“La idea principal en que el Estado ha perdido su monopolio de la guerra y, a nivel táctico,
incluye desde el aspecto armamentista al ámbito psicológico” (Aharonian.A, 2018) por lo
que se forman, según lo descrito, nuevos batallones y unidades especializadas como las
actuales divisiones de Operaciones Psicológicas del US Army. Lo mismo comienza a pasar
en Gran Bretaña e Israel, al igual que otros países desarrollados como Alemania y Francia,
que incluyen las (PSYOPs) de la Psicología Militar entre sus prioridades estratégicas.
(Vásquez, 2015)
A propósito de la versatilidad de estas operaciones, es preciso establecer que no se limitan
únicamente a lo que se conoce como guerra regular, sino que también aportan en tiempo de
paz, específicamente en momentos de crisis y emergencias y en situaciones de desastres
naturales o antrópicos, como actualmente se observa en el Ejército de Tierra de España, que
reconoce por ley 39/2007, Art. 39, en el Boletín Oficial del Estado a la Psicología como una
especialidad de los Servicios Profesionales en el área de Sanidad Militar, en donde el
psicólogo se desempeña como Oficial Militar, siguiendo una evolución natural desde su
nacimiento como Servicio de Psicología y Psicotecnia, bajo Real Decreto 2840/1977 de las
Fuerzas Armadas Españolas. (Albaracin, 2007).
En esta misma línea de pensamiento se considera a las Operaciones Psicológicas de gran
utilidad y sus principios son transferible a cualquier otros conflicto, siendo un apoyo en
tiempos de paz, como lo hace el ejército de España, que considera estas acciones como
esenciales para el apoyo del personal desplegado en el extranjero en misiones de paz y como
apoyo fundamental en situaciones de crisis y emergencias, por lo que mantienen una Unidad
Militar Especializada para el cumplimiento de este tipo de misiones distintas a la guerra
(UME, 2023).
Así se configura el nuevo concepto de Psicología de la Emergencia, que es otra rama que
subyace a la Psicología Militar del Ejército Español, y que es fundamental como un
complemento de base conceptual a nuevos escenarios de empleo de la fuerza militar en
situaciones distintas a la guerra, y que es definida por un investigador chileno pionero en
estos estudios como: “Aquella rama que estudia los distintos cambios y fenómenos
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personales, presentes en una situación de peligro, sea esta natural o provocada por el
hombre en forma casual o intencional” (Araya, 1992).
Esta nueva conceptualización de apoyo a las emergencias y desastres está teniendo en Chile
un desarrollo incipiente y paulatino de la mano de psicólogos de las Fuerzas Armadas, el
Ministerio de Defensa, y agrupaciones civiles de profesionales vinculados a estas temáticas
(SOCHPED, 2023).
LA INTERVENCIÓN EN CRISIS Y EMERGENCIAS
Hasta el momento, hemos analizado como las Operaciones Psicológicas se insertan en el
ámbito exclusivo de la guerra, pero también es factible señalar que estas mismas operaciones
pueden usarse en tiempos de paz, en misiones distintas a la guerra, siendo las emergencias y
desastres, junto a las crisis sociales y las nuevas amenazas no convencionales, la mayor
demanda que el Ejército de Chile y su personal deberá enfrentar en el futuro.
Debido a esto, la mayoría de los ejércitos definen sus misiones y accionar constitucional
entregando apoyo y protección a la población civil, con énfasis en la defensa territorial y en
el mantenimiento de la seguridad nacional. Por este motivo, se declara en Chile una nueva
orgánica de funcionamiento el 27 de julio del 2021 que otorga un nuevo rol a las Fuerzas
Armadas, a través del Ministerio de Defensa Nacional con el nuevo Sistema Nacional de
Prevención y Respuesta ante Emergencias y Desastres. Mediante esta iniciativa, es que se
establece por Ley de la República el nuevo Servicio Nacional de Gestión del Riesgo de
Desastres (SENAPRED), en reemplazo de la antigua Oficina Nacional de Emergencia
ONEMI (Ley 21364, 2021).
La intención de este cambio, fue crear una nueva institucionalidad con mayor capacidad de
reacción, potenciando las facultades y atribuciones que asignan un nuevo rol en el sistema
nacional de prevención y respuesta ante emergencias al Ministerio de Defensa y con ello a
las Fuerzas Armadas. De esta manera, la nueva Ley potencia las atribuciones del Estado
Mayor Conjunto (EMCO), con la que se debe distribuir los medios militares necesarios para
el apoyo de la población civil a través de la Dirección de Operaciones y Conducción Conjunta
(DOPCON), con su departamento de Conducción Militar en Desastres (EMCO, 2023) De
esta forma, las Fuerzas Armadas adquieren nuevas responsabilidades y que deben coordinar
con otros organismos en un enfoque intersectorial.
Con esto, el Ministro de Defensa y el Jefe del EMCO se integran al Comité Nacional de
Emergencia para ejecutar la Política Nacional y el nuevo Plan Estratégico Nacional, que se
centra en la prevención, la alerta temprana, la descentralización y la territorialidad, en un
enfoque interdisciplinario, donde las Fuerzas Armadas adquieren un rol protagónico, como
lo ha sido a lo largo de su historia, dentro de la participación en las diversas emergencias y
desastres que han sacudido a Chile y lo más probable es que lo sigan haciendo en el futuro.
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La historia de Chile, trae muchos ejemplos al respecto, y en ellos podemos mencionar los
más relevantes, como la tragedia de Antuco, el 18 de mayo del 2005, en la que jóvenes
chilenos que se encontraban realizando su Servicio Militar Obligatorio, en el Regimiento
Reforzado N°17 “Los Angeles”, perdieron la vida al enfrentarse a una intensa tormenta de
nieve, mientras realizaban una campaña de entrenamiento en los faldeos del volcán Antuco,
en la región del Biobío. Esta grave situación, enfrento al personal del Ejército de Chile a una
catástrofe humanitaria sin precedentes en tiempos de paz, al perder 45 soldados de las
compañías desplegadas en una misión distinta a la guerra, razón por la cual el Ministerio de
Defensa y el Ejército tuvieron que modificar una serie de procedimientos de instrucción y
entrenamiento, junto a la optimización de protocolos de seguridad (Jarufe, 2019), así como
la creación de modelos de atención a familiares víctimas de accidentes, a través de
intervención en crisis y emergencias, los que fueron adoptados por la Psicología Militar de
Apoyo a las Operaciones (Sánchez et al, 2021).
Otro evento de participación de las Fuerzas Armadas de Chile, en misiones distintas a la
guerra, aconteció en mayo del 2008, con la erupción del Volcán Chaitén, en que una unidad
militar, del Escuadrón de Exploración Montada tuvo que participar en labores de rescate y
evacuación de personas, en una nueva situación de crisis y pánico social. Lo mismo hizo la
IV División, que desplazó una columna motorizada hasta la localidad afectada, la que estaba
integrada por una patrulla de Auxilio y Rescate de Montaña (PARME), que aportó con apoyo
de personal experimentando y medios logísticos y de Telecomunicaciones, para sustentar
labores de evacuación, distribución de agua potable, alimentos y preparación de alberges,
demostrando nuevamente la flexibilidad operacional del Ejército, en apoyo a la comunidad
en misiones distintas a la guerra. Así mismo, en febrero del 2010, el centro sur de Chile sufrió
el terremoto del 27F, y nuevamente se emplearon todos los medios posibles en ayuda de la
población y se desplegaron las fuerzas militares por varios meses.
Al confeccionar un análisis cuantitativo, es factible observar que la mayoría de las demandas
del Ejército en tiempo de paz, son la atención a diferentes escenarios de crisis y de
emergencias. Contextos a los que, además, se debe agregar el despliegue actual del personal,
producto de la contingencia nacional que mantiene a los integrantes, por tiempo indefinido,
en la zona Norte efectuando control migratorio o en el Sur, garantizando el orden producto
del Decreto de Estado de Excepción Constitucional. En ambos casos, las fuerzas desplegadas
demandan la necesidad de apoyo en terreno para contener los síntomas negativos de salud
mental como la fatiga y el estrés, que son piezas claves en la disminución de la eficacia de la
fuerza de combate (Hoyt T.& Hein.C, 2022).
Finalmente, se debe destacar que no solo las catástrofes naturales han demandado despliegues
y cobertura por parte del ejército, sino que también las crisis antrópicas como la acontecida
en octubre del 2019 en Chile, con la crisis social y la Pandemia COVID-19, que enfrentó al
personal militar a nuevas amenazas distintas a la guerra y Estados de Excepción
Constitucional, que han implicado un alto costo emocional para el frente interno, y problemas
de salud por las secuelas psíquicas del trabajo prolongado donde la ansiedad y depresión han
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ido al alza, al igual que el uso de alcohol y drogas como lo revela los estudios realizados por
la UC y la ACHS, que en abril del 2021, indicaban que un 23,6% de los chilenos presenta
problemas de salud mental y que el 45,9% evalúan una baja en el estado de animo a nivel
general. (Jiménez.J & Olhaberry et al, 2021).
Son estos nuevos escenarios de intervención de las Fuerzas Armadas, los que precisan de una
modificación sustancial en la concepción de la Psicología Militar, que debe pasar de lo
organizacional a lo operacional, debido a las nuevas demandas del país y al nuevo rol del
Ejército en la intervención de crisis y emergencias. Es solo de esta forma que se logrará una
mayor especialización de la Psicología de Apoyo a las Operaciones, generando un cambio
de paradigma que contribuya generar acciones más eficientes y operativas al estar
desplegadas en terreno, utilizando su potencial con actividades claras y concretas en tiempos
de paz, debido a que los futuros escenarios posibles se visualizan prospectivamente en nuevas
catástrofes, desastres naturales o crisis antrópicas, en donde la afectación de la población
civil y militar, será una demanda constante de asistencia emocional, con nuevas pautas de
prevención para la salud mental y la disminución de conductas de riesgo del personal
desplegado por largos periodos de tiempo en estados de excepción y cumpliendo misiones
totalmente distintas a la guerra, lo que deriva en problemáticas interpersonales y familiares
que atentan contra los estados de ánimo, la moral y la motivación de los militares
pertenecientes al Ejército de Chile.
CONCLUSIONES
La psicología en el área militar posee una larga fusión histórica que se remonta a los orígenes
de las Fuerzas Armadas en la mayoría de los ejércitos del mundo. Su función inicial en el
ámbito organizacional, industrial y clínico dio paso a una serie de investigaciones
experimentales que incrementaron los conocimientos científicos de esta disciplina y
configuraron los aportes prácticos que se podían obtener y aplicar en la guerra y en la paz,
produciendo un amplio surtido de herramientas que fueron evolucionando y diferenciándola
como una disciplina autónoma e independiente, propia del ámbito castrense, cuya
conceptualización se fue configurando a la par de los avances e investigaciones de diferentes
autores y en el mismo desarrollo de las dos grandes guerras mundiales en las que obtuvo una
participación preponderante y es la razón por la que desde la década del cuarenta, exista como
disciplina independiente, en la Asociación Americana de Psicología.
La psicología Militar en Chile, sigue un proceso similar a lo ocurrido en Europa y Estados
Unidos comenzando a aplicar estos conocimientos en la selección y reclutamiento de los
primeros pilotos en la Escuela Aeronáutica del Ejército (1913), para posteriormente incluir a
los primeros profesionales del área, creando un escalafón específicos para psicólogos y
sociólogos, durante los años setenta, en las que ingreso la primera mujer psicóloga, que hizo
de nuestro Ejército un ejemplo pionero de inclusión e igualdad de género en el país.
19
De esta manera, el aporte práctico de la psicología en el Ejército de Chile ha sido de vital
importancia a la aviación y posteriormente su apoyo se ha extendido en la fuerza terrestre y
fuerza generadora.
En relación a las Operaciones Psicológicas, es evidente el enorme campo de acción y
versatilidad en las que participan a través de las Operaciones de Inteligencia y de Información
en los diferentes ejércitos en que funcionan, así como la negativa percepción pública e
institucional que se tiene de ellas producto de su uso exclusivo como arma de guerra, en
conflictos armados, antiguos y recientes. Pero esa misma potencialidad de sus acciones, e
influencia a nivel operacional y táctico pueden ser utilizadas en tiempos de paz, para influir
en políticas públicas que beneficien a los ciudadanos y mejoren las relaciones internacionales
con países vecinos, aumenten la moral y motivación del personal militar desplegado en largos
periodos de excepción constitucional y cumpliendo operaciones distintas a la guerra,
operaciones especiales e intervenciones en crisis humanitarias y en emergencias naturales o
antrópicas, demostrando que solo son un instrumento que bien utilizado, ya sea en tiempos
de guerra o de paz, entregan una ventaja en las crisis y conflictos contemporáneos.
Es de esta manera que podemos pensar en una Psicología de Apoyo a las Operaciones en el
Ejército de Chile, y definir las misiones y accionar constitucional entregando apoyo y
protección a la población civil, con énfasis en la defensa territorial y en el mantenimiento de
la seguridad nacional, para el fiel cumplimiento de nuestras cinco áreas de misión
institucional, en las que se enfatiza la intervención en crisis de acuerdo a las nueva orgánica
de funcionamiento del Ministerio de Defensa Nacional en función del nuevo Sistema
Nacional de Prevención y Respuesta ante Emergencias y Desastres que define por ley el
nuevo rol de las Fuerzas Armadas a través del Servicio Nacional de Gestión del Riesgo de
Desastres (SENAPRED), en reemplazo de la antigua Oficina Nacional de Emergencia
ONEMI.
De esta manera podemos afirmar que la Psicología Militar posee un andamiaje
epistemológico que da paso a una estructuración teórica y funcional en las Fuerzas Armadas
con un uso práctico en todos los niveles de la conducción, con Operaciones Psicológicas que,
utilizadas en misiones distintas a la guerra, se pueden planifican, organizar y entrenar, con el
fin de ser un apoyo técnico y estratégico a las funciones de Mando y Control de las maniobras
militares en la guerra y en la paz como apoyo de la población civil.
Así, estas acciones se encuadran en actividades de apoyo a la ciudadanía ante desastres y
emergencias o eventos de crisis y catástrofes que alteren el orden social. Lo mismo con las
campañas de reclutamiento de jóvenes soldados que ingresan a la institución o las
intervenciones del Ejército en misiones de paz en el extranjero, como han sido el caso de
Timor y Haití donde sus integrantes, debieron interactuar con civiles y población local, en
concomitancia con el conocimiento de sus costumbres y cultura.
La Psicología Militar, junto a sus derivados en Operaciones Psicológicas y Psicología de la
Emergencia, se orienta en una serie de aplicaciones estratégicas que se conceptualizan como
un Apoyo a las Operaciones Especiales, siendo parte del desarrollo y evolución de los
ejércitos en el mundo desde sus comienzos. También, representa un campo de investigación
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complejo y multifuncional que al mismo tiempo, aporta en el avance y evolución de las
Fuerzas Armadas en su conjunto para le mejora y preparación continua.
Finalmente el desafío actual que se nos presenta en esta Psicología de Apoyo a las
Operaciones, en el Ejército de Chile, es lograr un cambio de paradigma que permita transitar
de la asesoría organizacional a un nuevo modelo dinámico de intervención en las Operaciones
Militares en terreno en que los psicólogos militares puedan participar antes, durante y
después de las operaciones, con el fin de ser un elemento activo y de apoyo al proceso de
toma de decisiones de los mandos en una Psicología más Operacional, que por sus propias
características y conceptualización debe definirse como una Psicología propiamente Militar.
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