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Num 1 1 de Junio de 1947

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Revistá\gj,énsual de cultura

I S T O R IA

H DE MIS
LIBROS
Por Rafael A LTA M IR A

En 1938, cuando aun era posible


mi normal colaboración con el dia­
GUTIERREZ SOLANA: "El fin del mundo”. En las páginas rio "La Nación” de Buenos Aires
14 y 15: "GUTIERREZ SOLANA, español del desaliento” (desde la mitad de 1940 se hizo
y reproducciones de sus obras.
ya imposible, y sólo la reanudé en
1945), se me ocurrió escribir la

samarlo:
Historia de mis libros, continuando
la tradición de algunos literatos es­
pañoles del siglo XIX y extendién­
dola a mis obras científicas. El pri­
mer artículo se publicó en mayo de
1938; pero he olvidado por qué no
H IST O R IA de mis libros, Rafael A L T A JU R A continuó la serie. Lo peor es que
no poseo aquí ningún recorte ni
• LA P O B R E Z O R R A Aljonso R E Y E S copia de ese artículo, lo que me
inutiliza para recordar de qué libros
A N D A L U C IA , Pedro BOSCH G IM PERA • traté entonces, y podría llevar a re­
. A N V E R SO y reverso de la Universidad es­ petir cosas ya dichas.
Por esa laguna, y porque al pú­
pañola, Alarta no RU IZ FU NES • C U E N T O blico que ha de encontrar aquí esta
En las páginas 19, 20, 21
y 22: "Crónica de Espa­ español o de los Orives, D a n ie l T A P I A • En las páginas 24, 25, revista le deben interesar mayor­
26 y 27: "El mundo de
ña en el destierro”. mente las obras referentes a nuestra
E S P A Ñ A en el corazón: pequeña antología de los libros”.
historia en América, escojo las que
poesía española, selección y nota de Juan REJAN O • D E U N V IA JE a Yucatán, José representan mi máximo esfuerzo en
punto a encauzar sistemáticamente
A10REN0 VI LLA • Manuel de FA L L A o el mar de por medio, Adolfo SA I.A Z A R • La esa historia: es decir, la serie de
España de L O N G FE L LO W , Luis A. SAN TU LLAN O • CINCO PO EM A S inéditos, dieciséis volúmenes de Sobre las
fuentes del conocimiento del Dere­
Enrique GONZALEZ AIARTI- editorial • LA M U ER T E cho Indiano; o sea, de la legislación
N E Z • M EXICO y los exi­ de Bonnard, Arturo SOUTO. y la costumbre jurídica coloniales.
lados, Ermilo AB REU G0A1EZ El propósito y la ejecución de esa
• serie pertenecen al período de 1936
• U N P R O G R A M A de LA SEG U N D A E N SEÑ A N ZA en la (desde septiembre) a fines de 1943,
cultura, Wenceslao ROCES • E spaña franquista; C R O N IC A de en que mi vida transcurrió entre Ba­
E spaña en el destierro: UNA C O N ­ yona (Francia) y La Haya (H o­
EL V E R G E L incomparable V ER SA CIO N con el D r. M árquez, landa ). Si pudiésemos aplicar a los
de las aguas del mar, Enrique N . V A L L E ; E L OLIVO en México, asuntos, más o menos importantes,
Adolfo Vázquez H U A IA SQ U E ; L U ­ de cada individuo, la creencia con­
RIO JA • G U T I E R R E Z - G A R ES donde se educa la ju v en tu d soladora de que una parte de nues­
SO L A N A , español del desa­ española en el destierro, Isidoro E . tra vida no depende de nuestra vo­
C A L L E J A ; N O T IC IA S ; E L T E A ­ luntad, sino de lo que llamamos (a
liento, A liguel P R I E T O • J. veces con un poco de vanidad) la
T R O : M ala retórica y peor música,
Gutiérrez-Solana: reproduccio­ Providencia, podría caber en este
,7. R.; LA M U SIC A : La música v ia­
asunto mío que voy a contar, la hi­
nes de sus obras • NO B A S ­ jera, G u sta vo P IT T A L U G A ; B I­ pótesis de que lo que me pasó a fi­
B LIO G R A FIA española del destie­ nes de 1936 fué providencial o (co­
TA la nostalgia, Alax AUB • rro, A qustín A U L L A R E S CAREO; mo dicen algunos que piensan en
Exposición Nacional “ José Cle­ E L M U N D O de los libros: N OTAS el hado o sino de la vida), "estaba
de Adolfo S A N C H E Z V A Z Q U E Z , escrito”.
mente Orozco” : J U I C I O S A lí C H U A I ACERO , J o s é Ig n a c io Concretamente, lo sucedido fué
sobre el pintor de L. Cardoza y A IA N T E C O N , IVliberto L. C A N T O N , que, entre los papeles que llevé con­
Aragón • U N CASO de "am- W. R O C E S y ./. V IC E N S ; IL U S­ migo el 11 de julio del 1936, con
nesia” : el de Menéndez P idal,,/. T R A C IO N E S de P IC A S S O . Carlos la idea de trabajar a base de ellos
En la página 32: Exposición Nacional OROZCO ROAIERO, Arturo SO U TO durante el verano, a los pies del
VICENS • RELOJ de arena "José CLEMENTE OROZCO’L y Aliquel P R IE T O , Puerto de Somosierra, venían sin yo
saberlo (es decir, sin tener concien­ Parte primera: Análisis de la Reco­
cia de que los traía por acto de vo­ pilación de las Leyes de Indias, de
luntad), unas notas mías acerca de 1680.— Parte segunda: Autonomía RAZON Y CONDUCTA
muchos puntos de nuestro régimen y Descentralización legislativa en el
ACE la revista ULTRAMAR con un propósito bien definido:
colonial antiguo. Yo sabía de cierto régimen colonial español. Legisla­
que mi capital interés de aprovechar ción metropolitana y Legislación
las vacaciones era el libro sobre Fe­ propiamente indiana.— Parte terce­
N agrupar en sus páginas, para que en ellas se hagan voz uná­
nime, las expresiones del pensamiento y de la sensibilidad de todos
lipe II, que me había pedido un ra: Penetración del Derecho caste­ aquellos hombres de nuestro país que han seguido su vocación in­
editor de París, y nada más. Pe­ llano en la Legislación indiana. telectual en el destierro y, con esa vocación, su amor por la liber­
ro cuando establecí mi domicilio en Parte cuarta: Los cedularios como tad y por la República. No se trata de una tentativa más, de un
Bayona (Francia) como centro pa­ fuente de conocimiento del derecho nuevo caso de reiterada laboriosidad en busca de unos simples ob­
ra acudir libremente a l a Haya, y indiano.— Parte quinta: en dos to­ jetivos culturales. Si nos reunimos, y reunimos nuestras voluntades,
saqué de mis maletas el equipaje mos. Tomo I, que contiene las si­ en esta ocasión, es porque la tragedia española desborda ya nues­
para ordenar las diferentes cosas que guientes monografías: El texto de tra alma y necesitamos un cauce, un medio de expresión, para
lo componían, aparecieron las su­ las Leyes, de Burgos de 1512; El ma­ darle salida.
sodichas notas. nuscrito de "Gobernación espiritual ' España, nuestra patria, vive, desde que nosotros dejamos su
Una de las primeras personas con y temporal de las Indias”; La legis­ suelo, al margen de toda legalidad, ajena a las más elementales
quienes me puse en comunicación lación. indiana como elemento de la prácticas democráticas y humanas. Sus falsos gobernantes no han
desde Bayona fué mi antiguo discí­ historia de las ideas coloniales es­ sabido devolverle la prosperidad de que gozaba antes de la guerra
pulo Silvio Zavala. A la vez, éste pañolas; l-l primer proyecto de reco­ de liberación; pero tampoco han logrado matar el espíritu repu­
preparaba el primer número de la pilación de indias hecho por don blicano que alienta en el pueblo. España, nuestra patria, continúa
Revista de Historia de Améuca; y Juan de Solórzano Pereyra; La ex­ desangrándose, en medio del nuevo mundo que se perfila después
cuando supo de fijo mi residencia, traña historia de la recopilación de de estos trágicos últimos años. En estas condiciones, es natural que
me pidió que le enviase inmediata­ Antonio de León Pinelo. Tomo II: el estado de la cultura, dentro del país, haya sufrido un lamenta­
mente un artículo. Y así tuvieron Paralelismo y sincronismo de la R e­ ble y profundo retroceso. Lo que ayer era orgullo de una riquísima
su primer aprovechamiento las no­ copilación de Castillo y de la de In­ tradición literaria, científica, artística; lo que constituyó un día
tas sobre nuestro régimen colonial; dias; Especies, formas y procedencias el glorioso acervo secular de las grandes creaciones espirituales
aprovechamiento que se tradujo en de la legislación colonial española; de un pueblo dotado como pocos para el ejercicio de ellas, se ha
las siguientes monografías publica­ Puentes bibliográficas de la conquis­ convertido, al paso de los irracionales de la Falange, en un triste
das en la, citada revista: La legisla­ ta del Perú; Observaciones sobre la espectro de sí mismo. España, nuestra patria, padece un angustio­
ción indiana como elemento de la publicación de las "Instrucciones" so colapso del espíritu. He ahí otra de las razones por la que tra­
historia de las ideas coloniales espa­ coloniales; Contribución a la histo­ tamos de unir nuestros esfuerzos alrededor de esta nueva revista.
ñolas (1 9 3 7 ), El texto de las Leyes ria de las ideas coloniales, documen­ Queremos seguir alimentando y enriqueciendo el patrimonio
de Burgos, de 1512, El manuscrito tos inéditos.—-Parte sexta. Tomo I: de la cultura española en el exilio. Somos, en parte, los deposita­
de la gobernación espiritual y tem ­ La costumbre furídica indiana. To­ rios de un extraordinario legado, y sabemos que en él radica el hilo
poral de las Indias, y Los Cedularios mo I I : El Derecho contractual y de una continuidad sobre el cual gravita la esperanza del mañana.
como fuentes del conocimiento del otras formas de derecho privado. Sabemos, además, que, afirmando y defendiendo lo que nos fué
Derecho Indiano (Parte prim era). Parte séptima: Costumbres y Legisla­ confiado, adoptamos una activa forma de lucha —y no de las me­
Esta parte primera, como lo segun­ ción indígenas.— Parte octava: Leyes nos eficaces— contra la usurpación franquista. Aquí, en México,
da qué no pudo publicarse hasta posteriores a 1680.— Parte novena: en América, donde palpitan nuestra sangre y nuestro idioma, ha­
1945, pertenecían ,ya a la Serie de Diccionario de voces jurídicas y téc­ llaremos, sin duda, la colaboración necesaria para ello. Ya la hemos
dieciséis volúmenes que antes cite nica de la legislación indiana.— Par­ encontrado en otras ocasiones. Nuestro propósito ahora, en esta
y que en 1943 estaba escrita casi te décima: La Recopilación de 1680, nueva empresa, como antes en cuantos trabajos emprendimos, no
entera. Hubo más, porque indepen­ espejo del Estado ¡y del pueblo es­ es el de aislarnos ni cerrarnos, como intelectuales, a la comunica­
dientemente de la Revista, el mis­ pañol.— Apéndices: I, en dos volú­ ción inteligente de nuestros hermanos de América: antes al contra­
mo Silvio Zavala obtuvo que un menes: Documentos primitivos de rio, la deseamos, la reclamamos, porque entendemos perfectamen­
editor mexicano publicase la primera la legislación colonial española. II. te que el libre desenvolvimiento de la cultura española, en tanto no
edición de mi Técnica de investiga­ Colección de documentos legislati­ recobremos nuestro ser nacional y nos reintegremos a nuestro sue­
ción en la historia del Derecho In ­ vos típicos referentes a la coloniza­ lo de origen, está aquí, en el nuevo continente, y porque además,
diano. Esa Técnica (de que tengo ción española en América. Siglos nos damos cuenta de que en este enlace en esa colaboración im­
inédita una segunda edición corre­ X V I a XVI1L prescindible está la mejor semilla de las radiantes espigas que
gida y muy aumentada) se convir­ Los lectores que hayan seguido granarán mañana en el futuro cercano de nuestros pueblos. En
tió poco después, dentro de mi plan con interés la lista precedente, ha­ este sentido, la publicación que nos proponemos editar guardará
general, en la Introducción de la brán comprendido sin duda la ló­ una inalterable linea de conducta.
repetida serie de dieciséis volúmenes. gica que me impuso escribir, una Tales son nuestras aspiraciones. Si se ha elegido la palabra
Vengamos ya a lo más importan­ tras otra, las diez Partes de los die­ Ultramar para dar título a la revista, es porque en ella se al­
te: la concepción y la estructura ciséis volúmenes de la serie. Una berga, indudablemente, un extraordinario significado. Ultramar
dada por mí a ese plan general. vez determinada la utilidad de la fué, antaño, desde España, para nuestros abuelos, esta tierra de
En punto a concepción, llegué Recopilación de 1680 para conocer América que ahora nos acoge. Pero la historia, por un doloroso
bien pronto a comprender que el las fuentes del Derecho Indiano, y accidente, ha querido que ultramar sea también para nosotros, en
problema inicial era el de fijar cla­ también las repetidas fallas de que estos momentos —aun sin dejar d? ser geográficamente lo que fué,
ramente las numerosas fuentes de padece, era forzoso buscar, hasta a salvo, claro está, el concepto de la actual personalidad libre e
nuestro Derecho colonial. agotarlas, todas las otras fuentes po­ independiente de los países americanos— aquella tierra de España
La situación científica de es?s sibles. Dado el hecho de que la in­ que perdimos y a la cual tratamos de alcanzar con nuestra mirada
fuentes estaba orientada, en casi to­ mensa mayoría de las leyes de 1680 cada día. Con las plantas, pues, en este generoso suelo de Améri­
do el siglo XIX, por un error, que fueron concedidas y promulgadas en ca y el alma prendida a las orillas de la lejana Península, inicia­
podríamos llamar tradicional, sobre la metrópoli, había que acudir in­ mos —el mar por medio, el mar de Occidente, que ahora vuelve a
la numerosa colección de leyes colo­ mediatamente a las de origen pro­ tener para nosotros “más allá”— la marcha. Una marcha en la
niales que ofrece la Recopilación piamente colonial; y así lo hice en que quisiéramos vernos acompañados por todos nuestros compa­
de 1680. Algunos investigadores la Parte segunda. La Tercera obe­
añadían a ese considerable grupo las decía a la necesidad inmediata de
triotas v amigos de América.
colecciones publicadas por variqs poner en claro hasta qué límite y
particulares españoles ( empezando en qué materias es posible hablar
por Navarrete) y la Academia de de una penetración del Derecho es­
la Historia, que aumentaban consi­ pañol interno; y en seguida, proce­
derablemente la cifra documental de día intentar la enumeración y aná­
1680; pero la mayoría de los ame­ lisis de los Cedularios (es decir, de
ricanistas se contentaban con la Re­ las colecciones de leyes indianas que
copilación. En consecuencia, me pa­ nos son conocidas, publicadas o
recía indispensable hacer un estudio inéditas); de la costumbre jurídica
a fondo de los tres tomos de 1680 que fué importantísima y extensa
para poner en claro hasta qué punto en las colonias; de la legislación y
podríamos hallar en sus 1,100 y vida de los indígenas, en las dos
pico de leyes, la seguridad de llegar formas que tuvo durante nuestra
a un conocimiento sustancial de la dominación; de las grandes reformas
legislación colonial. El resultado de legales del siglo XVIII, y de la en­
mi estudio fué el volumen que se señanza que procede de todos estos
imprimió en Buenos Aires (en factores (de que es ejemplo valioso
1941) con el título de Análisis de la Recopilación de 1680) para ha­
la Recopilación de las Leyes de In ­ cernos conocer a fondo una parte
dias de 1680 (un tomo de 447 pá­ considerable de nuestra psicología.
ginas, 24X 16.4) que terminé en Todos estos estudios me fueron ad­
julio de 1938. La consecuencia de­ virtiendo, cada día más, de la ne­
rivada de esa primera investigación cesidad de poseer la clave lingüís­
fué la necesidad ineludible de des­ tica indispensable para comprender
arrollar ampliamente tantos estudios bien e interpretar la legislación co­
como clases y especies de fuentes lonial: y de esa advertencia súrgó
se pudieran encontrar registrando el Diccionario de voces jurídicas y
el área completa de la legislación técnicas que figura en la Parte no­
indiana. De este modo se engendró vena y que, mejor o peor, es el úni­
la serle de los, dieciséis libros a que co que existe en la literatura de la
me referí, anteriormente. Esta serie, colonización española.
planteada ya en 1938, comprende las
siguientes materias, a partir de la En otro artículo informaré al lec­
Técnica de 1939, a saber: Introduc­ tor acerca de una segunda serie de
ción a la sé tie " (h ¡ iludida Tétñiéñ). "estudios míos.
LA POBRE ANDALUCIA
ZORRA Por P. Bosch GIMPERA
De los pueblos españoles el an­
Por Alfonso REYES daluz es sin duda uno de los de
La mujer transformada en zorra, más acusada y vigorosa personali­
de David Garvett, da idea de lo que dad, resultante maravillosa del cru­
puede y vale la lealtad del relato. ce de razas y de culturas que desde
Se parte de un supuesto inverosí­ los más remotos tiempos prehistóri­
mil, y se aceptan con naturalidad cos han venido sucediéndose sobre
todas las consecuencias. Un cuento su territorio. Invasiones y dominios
de niños visto — no con los ojos del RELO J DE A R E N A extranjeros se suceden y aclimatan
cuentista adulto que generalmente allí nuevos elementos étnicos y nue­
ROFESIONALISMO Y PATRIO TISM O.— El manifiesto publi­

P
nunca cree en la historia que cuenta, vas corrientes de civilización. Des­
y que acaso la da por terminada cado por la Redacción de esta revista hace algún tiem p o ----y pués de cada catástrofe, Andalucía
cuando empieza el verdadero inte­ enmudece; pero, al fundirse los re­
rés— sino con la seriedad minuciosa cién llegados con la población tradi­
que le concede el auditorio infantil. cional, se asiste a una nueva flora­
"Un caballero salió al campo reproducido ahora en otro lugar de este número— nos releva ción y, con lenguajes y formas
de cacería, arrastrando a su mujer distintas, hay una perdurable con­
consigo, que era muy desafecta a de la necesidad de hacer una declaración de principios. Ya
tinuidad del espíritu andaluz que
este género de deportes crueles. De sabe el lector a qué atenerse con respecto a nuestras intencio­
aletea en el crisol en que todo acaba
pronto, al tirar la mano de su esposa nes. Urge, en cambio, empezar a ponerlas en práctica. Y
por reducirse a algo profundamente
que se negaba a seguirlo, volvió la vamos a intentarlo. Por ejemplo, nada hay, a nuestro juicio, arraigado en su tierra. A la larga,
cara y se dió cuenta de que la po­ tan importante, en estos momentos, para los intelectuales españoles repu­
nada se ha perdido y todo sirve
bre dama se había transformado en blicanos, como el comprender que el problema de la continuidad de la
para dar una mejor calidad a sus
zorra, y lo consideraba con ojos su­ cultura, de nuestra cultura peninsular, está indisolublemente unido a
valores, que su pueblo mantiene
plicantes”. la suerte que corra España en el futuro inmediato. Es verdad que la
labor que hemos venido desarrollando en estos años de destierro — labor como un depósito inagotable.
Esto dice el cuentista adulto. Y
ante el auditorio infantil que pide, intensa y fecunda en muchos casos— , si entrañada generosamente en En la primera cultura apreciable
excitado, el final de la peripecia, los países donde hemos residido, no por ella ha dejado de realizarse del mundo tuvo Andalucía ya un
añade: pensando en España. Pero, precisamente por eso, porque hemos sabido arte, el rupestre del paleolítico con­
"N o hay más; aquí acaba el cuen­ comprender que nuestra razón de ser y de existir como tales intelectuales tinuado hasta mucho más tarde. Las
to. Trátase de una simple metamor­ radicaba en nuestra condición de españoles esperanzados, esto es, llenos culturas agrícolas y mineras del ter­
fosis, como las de Ovidio. Si que­ de fe en el futuro de España, estamos más obligados a no perder de cero y del segundo milenario ini­
réis que continúe, ya no queda rr> vista lo que es sustancia misma de nuestra pasión y nuestro anhelo. La cian un desarrollo económico que
que apurar la moraleja del cuento: patria que dejamos, espera todavía el día de la justicia. Dentro de sus atraerá, en el primero, a los coloni­
Esto demuestra que los hombres no fronteras, otros hombres de igual profesión que nosotros, sumados a los zadores fenicios y griegos y la in­
deben empeñarse en matar a los po­ de diversa condición que mantienen el fuego de la protesta, viven unidos fluencia de éstos producirá el arte
bres animalitos de Dios, etc., etc.” espiritualmente, apoyándose y apoyando las necesidades del combate, tartesio de elevado nivel, con sus
Pero el auditorio infantil, en cu­ que cada día es más duro y difícil. Por encima de sus preocupaciones bellas esculturas en piedra y en
ya mente virginal todavía las nocio­ profesionales, ponen esos hombres las de la patria oprimida, y trabajan bronce y las decoraciones pintadas
nes de lo humanitario son, propia­ constantemente con la amenaza sobre sus cabezas, rodeados de asechan­ de su cerámica. El dominio cartagi­
mente, más humanitarias que ani- zas y de peligros. Nosotros, que disfrutamos de libertad y hasta de nés y la lucha con los romanos some­
malitarias; el concurso de niños aten­ comodidades, ¿qué menos podemos hacer que ayudarlos, siquiera sea te a Andalucía a su primera gran ca
to a la historia, a quien importa un siguiendo su ejemplo en aquello que está a nuestro alcance? La conducta tástrofe: la matanza de Estepa anun­
ardite que el buen señor mate o de los intelectuales españoles en el destierro ha sido, a todas luces, bue­ cia las sangrientas tragedias que se
deje de matar animales (problema na. No es hora aún de valorar sus frutos; pero algún día no lejano se sucederán hasta nuestros días. Pero,
completamente culinario, mucho más hará esa valoración y se verá lo que ha significado su paso por los bajo la dominación romana, vuel­
que m oral), reclama con razón, el países en que hallaron acogida. Sin embargo, si descontamos algunos ve el país a florecer y da a sus due­
final del cuento: quiere saber si la casos individuales que, por razón de las ideas políticas, se han visto ños poetas, filósofos y emperadores
mujer se quedó definitivamente obligados a prestar un esfuerzo y una atención, colectivamente los in ­ — Lucano, Séneca, Trajano— y se
transformada en zorra; si conserva­ telectuales españoles no hemos dado a la causa de la República todo convierte en una de las provincias
ba o no el don de la palabra; si lo que podíamos haber dado. Y esto es lo que urge remediar. Nuestros romanas de civilización más refi­
obró en adelante como ser humano
compatriotas del interior de España, nuestro Gobierno, nuestras insti­ nada. Después de las invasiones bár­
o como bestia; si sufría o si era fe­
tuciones deben sentir el calor unido de los intelectuales españoles baras, del dominio vándalo y del
liz; cómo hizo para continuar su exilados. Y , para ello, se necesita, antes, que reavivemos la llama de
vida anterior, o si tuvo que aban­ bizantino, de Andalucía saldrán las
la fe; quer~ estrechemos
OSOTROS LOS en el DESTERRADOS.— Volvemos
destierro nuestros lazos a afirmarlo:
de amistad y de com­la grandes figuras de la España visi­
donarla; si su marido padeció mu­
cho, y qué mañas se daba para pro­ pañerismo. continuidad
Que seamosderepublicanos
la cultura española depende
en la misma de laque
medida suerte que
intelec­ goda que la mantiene siglo y medio
tuales. corra nuestra patria en el futuro inmediato. Sobre España bajo su poderío, y San Isidoro al
teger a su zorrita ante las acome­
tidas de los demás cazadores y los « se ciernen ambiciones y turbios planes que nada tienen que mismo tiempo que es el animador
perros; si tuvo que matar a sus pe­ » ver con sus verdaderos destinos. La hipótesis de una España de la cultura visigoda, es una figu­
rros para que no ladraran ni denun­ ' franquista indefinida en el tiempo, o de una solución que ra universal de inmensa repercu­
ciaran la presencia del animal en no sea la republicana, supone tanto como la agonía lenta, y sión en Europa en la Edad Media.
casa; si tuvo que introducirlo escon­ la muerte al fin, del espíritu creador de los españoles. Y somos nosotros Con la invasión musulmana del
dido subrepticiamente bajo el man­ los obligados a contribuir al alejamiento de tal calamidad. Nosotros, sí. siglo VIII se abre un nuevo parén­
to, y disimulando a los ojos de sus Los intelectuales desterrados. Nosotros, que salimos un día de España tesis y luego Andalucía es la sede
criados y sus amigos la desespera­ proclamando ante el mundo la razón de nuestra lucha, que era — y del Califato de Occidente en el que
ción que lo embargaba (imagen de es— , con la de la justicia, la de la cultura escarnecida. Porque no faltan se produce una civilización de ma­
aquel efebo espartano que resistía, intelectuales de nuestra misma nacionalidad, de esos que saben nadar tiz oriental, bajo el cual se descu­
hasta caer muerto, las mordidas de y guardar la ropa y que por ello les es permitido venir a América, que bren muchos valores indígenas y en
la fierecilla robada que le iba despe­ nos suponen ya cosa muerta, gentes desarraigadas para siempre de su cuya mezcla de razas, de musulma­
dazando las entrañas); si tuvo el ca­ suelo y de su medio, lastre arrojado por la borda con el que ya no hay nes, judíos y mozárabes, se halla la
ballero que despedir a la servidum­ que contar. Y eso, no. Eso, de ninguna manera. Si hay algo muerto, y raíz de una poesía, una música,
bre para que no delatara el hecu para siempre, entre los españoles, es el espíritu de aquellos que, teniendo una ciencia y una filosofía que nue­
si la vieja nodriza de la señora, adi­ en sus manos las más nobles armas, las han puesto, abierta o encubier­ vamente irradiarán no sólo en Es­
vinando lo que pasaba, volvió a los tamente, a lo pies del dictador. Nosotros dejamos España porque en ella paña sino en toda Europa. Los
pocos días, movida de amor casi no había respeto para la vida humana ni lugar para la libertad del mozárabes contribuyeron a la cul­
materno, para ponerse al servicio de espíritu. Pero nuestro corazón está allí. Nuestros mejores sueños están
su ama en su nuevo estado; si esta tura de los núcleos cristianos de la
allí. Tan vivos como hace diez años. Allá dejamos la raíz, y a encade­ Reconquista pero, además de la poe­
dama al fin educada en finos paña­ narnos a ella de nuevo hemos de volver. Hemos vivido este tiempo
les, comenzó por avergonzarse al sía andaluza se hallan influencias
sosteniendo, con perfecto derecho, que la representación de la cultura en la lírica provenzal; del arte de­
verse desnuda, y con gestecillos y libre de España está en nosotros; sabemos que, en nuestra patria, otros
muecas hizo entender a su marido corativo musulmán penetran ele­
intelectuales que no pudieron escapar de la tiranía, también la repre­ mentos en el primer romántico; Us
que la vistiera; si poco a poco, fué sentan, aunque no pueden proclamarlo; pero repudiamos y desconocemos
perdiendo este gracioso pudor y ha­ matemáticas y la astronomía ará­
a los que, sin tener un motivo poderoso, no se les han sumado y se bigas pasan a Europa a través de
bituándose a las groseras costumbres atreven además a considerarnos como olvidados o jubilados. Ahora bien:
animales, de modo que al fin dor­ Ripoll ya en los siglos X y XI; la
la mejor manera de demostrar que nosotros somos españoles "vigentes" escatologia musulmana y judía an­
mía en el suelo, comía debajo de
la mesa, no se interesaba ya por la y, por ende, de acabar con las falsas opiniones de quienes lo pongan daluza repercuten en las visiones de
música, ni quería, con la patita ágil en duda, no es otro que la de dejar constancia, en cada jornada, de nues­ Dante y, a partir del XII, la filo­
y alerta, jugar a los naipes; si este tra fe republicana y de nuestra decisión de llevarla al triunfo. Trabajar sofía de Averroes y de los judíos
paulatino proceso de animalizad ó - y actuar en armonía permanente: he ahí el supremo recurso. andaluces provoca una "ilum ina­
hacía sufrir mucho a su pobre ma­ A M IN O S DE TR AB A JO .— Y ya que al trabajo práctico nos ción” en la filosofía europea, trans­

C
rido, quien ya pasaba por loco en­ referimos, deseamos lanzar, en este primer número de U L T R A ­ formando la Escolástica, y contri­
tre los vecinos, en virtud de la vida M AR, una iniciativa que acaso podría ser el comienzo de una buye a que surja la primera gran
tan solitaria que hacía, y de auien nueva etapa en nuestras tareas de lucha en América. En este filosofía cristiana española con Rai­
se contaban mil difamaciones, desde continente, tan hospitalario y generoso para los republicanos mundo Lulio, perdurando el rastro
la misteriosa desaparición de la se­ españoles, la causa que defendemos cuenta, de siempre, con del racionalismo y del espíritu de
ñora; si un día, empujada por el enormes contingentes de amigos y partidarios. A ellos les debe­ libertad del pensamiento andaluz
instinto creciente, la zorrita acabó mos no pocas de nuestras victorias parciales. A ellos les hemos de seguir hasta las grandes escuelas filosófi­
por hacer una carnicería en el galli- pidiendo solidaridad, hasta que llegue hora de recobrar nuestras cas europeas de la Edad moderna.
(Sigue en la página 18) (Sigue en la página 2 8 ) (Sigue en la página 30)
I señanza y la de don Manuel B. Cos- de los Ríos y de la Junta de A m ­
sío en la Junta de Ampliación de pliación de Estudios había dado ¡ru­
Estudios, iniciada por decreto del to. La Universidad, al penetrar en
E N ESTAS notas se trata de re­
vivir el pasado inmediato y el
presente de la Universidad es­
i n v e r s o Ministro de Instrucción Pública, don
Amalio Gimeno en 1907. La Uni­
ella los gérmenes de las mejores
universidades europeas, traídos por
su profesorado, sobre elevar la m e­
pañola. N o sería difícil discurrir so­ versidad del siglo X IX tuvo, sin em­
bre el futuro. Bastaría con declarar bargo, una minoría de figuras emi­ dida media de sus docentes se ha­
que la Universidad del porvenir tie­ , * y nentes, honor y gloria suya. La que bía convertido en órgano de for­
ne que ser absolutamente lo contra­ se engendró a comienzos del siglo mación profesional y en hogar de
rio de lo que es la actual. X X , tal vez perdió en sabios de investigación. La República prestó
La Universidad del pasado inme­
diato puede dividirse cronológica­
R e v e r s o crédito universal para ganar en cam­
bio en equipos numerosos de profe­
especial atención a estos afanes. R e­
formó los métodos de reclutamien­
mente en la de finales del siglo X I X sores bien preparados. Se trata de un to del profesorado, con el fin de
y en la que encontró la República de fenómeno numérico. En la Universi­ seleccionarlo entre hombres dedica­
dos a la investigación, que fueran
al instaurarse en 1931, dejando sen­ dad donde yo estudié existían algu­
tir sobre ella tan profunda acción nas eminencias en contraste acusado a la enseñanza superior no a iniciar
reformadora. con muchos insolventes mentales. En una obra, sino a continuarla y que
Dan el tono a la Universidad del la Universidad donde yo enseñé ha­ encontraran en ella el término de
siglo X I X cuatro nombres tan dis­ bía una gran mayoría de buenos una vocación y no su comienzo. Se
pares como los de Calomarde y Oro- profesores. preocupó asimismo de la autonomía
vio, de una parte, y los de Cajal y Lo que hizo inútil y grotesca a universitaria, haciendo sus ensayos
Giner de los Ríos, de otra. Colocar­ esa Universidad de mayoría de pro­ en Universidades y en Facultades,
los en un contraste impresionante fesores confesionales no fueron sus pero sólo en algunas de aquéllas y
constituye el esquema de lo que no creencias religiosas, que igualmente de éstas. Creó nuevas Facultades,
debe y de lo que debe ser una Uni­ profesaban otros catedráticos libera­ como la de Pedagogía. Se propuso
versidad. les, sino su ignorancia y la decisión reformar las pruebas del Doctorado,
Calomarde, ministro reaccionario que se otorgó en su reclutamiento al concediendo en ellas la hegemonía
de Fernando V il, una vez invadida catolicismo sobre la competencia. al trabajo monográfico de un rango
España por los cien m il hijos de San Desde la famosa ley de Instrucción distinto de los exámenes sin den­
Luis y en debido homenaje a estos Pública de don Claudio Moyano, fa­ sidad, cuyo resultado era un pre­
hijos, dicta un decreto persecutorio mosa por su vetustez, puesto que mio a la habilidad o a la brillantez.
contra los profesores liberales. Va­ era de 1854 y no fué derogada nun­ Los centros de especialización
rios decenios más tarde, otro minis­ ca, lo que constituyó el peso muerto continuaban su tarea fuera de la
tro del ramo, Orovio, vuelve al ata­ de la Universidad española fué la Universidad. Estos, en 1947, ofre­
que con una disposición que exige a acción clerical, a base de las compe­ cen un fenómeno de acefalia, uno
los docentes universitarios una pro­ tencias concordadas. La Universidad de los más funestos resultados a im ­
fesión pública de fe católica y po­ era una dependencia eclesiástica más, putar a la supervivencia política del
lítica. Entonces salen de la Univer­ aunque servida por legos; legos en Eje que desintegra a España. He aquí
sidad, entre otros maestros, Sanz del relación con la Iglesia que los diri­ una curiosa prueba documental:
Río, Castro, Maranges, Salmerón gía y legos también en la materia
y Castelar. Es el apólogo del buen y que enseñaban. Centros de investigación creados por
del mal maestro, del mal maestro que La enseñanza con limitaciones ideo­ la Junta de Ampliación de Estu­
Fray luis DE LEON
es el buen profesor y del buen maes­ lógicas, más efectivas que intelectua­ dios.
tro que es el profesor pésimo. El les, ofrece graves deformaciones. Pa­
siglo X IX , en la Universidad espa­ la ra no salir del campo de m i especia­ 1. Museo Nacional de Ciencias N a­
turales. Director: don Ignacio Bo­
ñola, es el siglo de lo pintoresco. lidad, quiero citar como ejemplo al
Sólo una minoría la honra, la eleva
y la acredita universalmente. La ma­
UNIVERSIDAD catedrátiéo de Derecho Penal de
Madrid, con quien yo me examiné.
lívar, muerto en el destierro, en
México, D. F.
2 . Centro de Estudios Históricos.
yoría del profesorado se limita a
ofrecer temas a la literatura humo­ ESPAÑOLA Tenía una obra de texto, en la que,
combatiendo el positivismo, como Director: don Ramón Menéndez
Pidal, jubilado y sustituido por
rística. Pero no se trata sólo, para Por Mariano RUIZ-FUNES. inconciliable con el dogma católico
emplear un término impregnado de del libre albedrío, citaba varios el señor Entrambasaguas, espe­
sentido burocrático, de la "ignoran­ nombres de "penalistas heréticos." cializado en el estudio de Lope
cia de la asignatura." Es algo más Eran los siguientes: Lombroso, Fe­ de Vega y en la ambigüedad
elevado y más grave: la lucha entre rri, Garofalo, Puglia, Fioretti, Mo- biológica.- Colaboradores: entre
un catolicismo intransigente, que li­ leschoff, Kraepelin y Tarde. Los otros, Américo Castro, Tomás
mita él campo de la investigación y alumnos, incapacitados para la dis­ Navarro Tomás, Pedro Salinas,
favorece los muelles atractivos de criminación, los creíamos a todos Amado Alonso, Claudio Sánchez
la pereza mental, y el libre examen, juristas especializados en la disci­ Albornoz y José Castillejo, los
espuela de la curiosidad y freno de plina. Después aprendíamos con sor­ cuatro primeros desterrados en
la estupidez. El personal docente presa que Lombroso era un médico Norteamérica, el siguiente en A r­
ignorante y dogmático crea aquella criminólogo, que Moleschoff era un gentina y el último fallecido en
especie intelectual que define ex ca- médico bióloro, que Kraepelin era el destierro, en Londres.
thedra porque in cathedra no tiene un médico psiquiatra, que Tarde era 3 . Jardín Botánico y Museo Antro­
tarea alguna que cumplir, a la que un jurista y un sociólogo, como pológico. Directores: Cuatrecasas
se refiere la aguda expresión de Una- Ferri, como Garofalo, y que sólo y Royo Gómez, desterrados en
muno cuando habla de "Su Majes­ Colombia.
eran juristas, más o menos puros,
tad el Catedrático.” Fioretti y Puglia. Con ser grave esta 4 ■ Instituto Nacional de Física y
La indumentaria física y mental ignorancia en que pedantescamen­ Química. Director: don Blas Ca­
de la mayoría de los profesores de te se nos sumía, lo era mucho más brera, muerto en el destierro, en
este tiempo constituye una realiza­ la deformación del gusto literario México, D. F.
ción, maduramente lograda, de to­ que se iba sembrando en nuestros 5 . Laboratorio de Histopatología.
dos los ridículos. El acceso a las cá­ espíritus. Como ejemplo es intere­ Director: don Pío del Río Hor-
tedras, a las de ciertas disciplinas sante el de otro catedrático de De­ tega, muerto en el destierro, en
especialmente, está condicionado a recho Penal, éste de Granada, que Argentina.
las creencias, no a las ideas. Poco combatía el positivismo con una 6 . Laboratorio de Fisiología. Direc­
importa la preparación científica del imagen de égloga. En su obra de tor: don Juan Negrín, en el des­
opositor. Lo que interesa es su con­ texto, de estudio obligatorio, excla­ tierro, en Londres.
ducta religiosa. Durante mucho tiem ­ maba con ím petu lírico: "¡Nunca 7. Laboratorio de Bacteriología. D i­
po sólo los católicos recalcitrantes penetrarán los vientos positivistas rector: don Paulino Sánchez, en
tuvieron acceso a las enseñanzas del en el ameno y florido campo de las el destierro, en La Habana.
Derecho Canónico y de la Filosofía ciencias jurídicas!" 8 . Residencia de Estudiantes. D i­
Don Francisco GINER DE LOS RIOS
del Derecho, para citar dos casos Siempre he recordado el ejem­ rector: don Alberto Jiménez
concretos. En la fauna del profeso­ cargo") que se vió injustamente pre­ Fraud, en el destierro, en Ox­
plo de dos hombres eminentes en
rado destacan casos impresionantes terido a la hora de la votación, por­ ford.
que, según hubo de comunicarle uno m i especialidad criminológica, mé­
de comicidad. Selecciono uno de los
dicos ambos. Se trata de Mario Ca­
más divertidos: el de aquel catedrá­ de los jueces, catedrático de la ma­ Aparte de estos centros, todos ellos
tico de Derecho Canónico de la Uni­ teria en la Universidad de Madrid, ñara, que fué profesor de Medicina
Legal de la Universidad de Turín en Madrid, existían otros en provin­
versidad de Madrid que en un ma­ había, publicado un libro sobre La cias, cuya situación seguramente au­
nual de la asignatura, del que era Maffia en el que "ofendía al honra­ y yerno de Lombroso, y de Luis
Vervaeck, que dirigió los servicios mentará las graves características de
autor, y cuyo estudio era obligato­ do clero siciliano.” la lista y su elocuencia acusatoria.
rio para sus alumnos, entre los que La historia hará la justicia que de antropología penitenciaria de las
tuve la inmensa dicha de contarme, merece a la obra de extensión uni­ prisiones belgas. Los dos eran cató­
licos activos y murieron en el seno III
demostraba la inmoralidad del pro­ versitaria que a últimos del siglo X IX
testantismo, acudiendo al argumento de la Iglesia. Las creencias que con
iniciaron en Oviedo un grupo de
de la mala conducta de sus apóstoles,
y decía de Lulero: "acusado de so­
profesores liberales e ilustres. Los
nombres de Alas, Altamira, Aram-
escrupulosa convicción profesaron y
practicaron es imposible conocerlas
a través de sus obras.
L A UNIVERSIDAD falangista es un
organismo hipertrófico. L o s
500 catedráticos escasos de la
domita en Metz, de concusionario buru, Buy lia, Canella, Posada y Sela, Universidad española han subido a
en Estrasburgo, de latrocinio en Ba­ entre otros, quedan incorporados, con II 1,200. En un acto celebrado el 26
silea y de hipocondríaco en Gine­ independencia de su obra personal, de octubre en una de estas Univer­
bra." Textos literarios de esta cali­ a la profunda renovación de la Uni­
L
A REPÚBLICA aprovechó la no­ sidades, él titular de Derecho Polí­
dad no se olvidan nunca. versidad española. En esa eminente toria calidad de la Universi­ tico hizo esta declaración: "Hablo
Semejante a este ejemplo es el de tarea hay que destacar asimismo la dad española y dejó en ella como requeté primero y falangista
cierto opositor a cátedras de Dere­ creación por don Francisco Giner en profundas huellas en su afán de me­ después, como cautivo y como li-
cho Penal ("la asignatura de m i 1876 de la Institución Libre de En­ jora. La labor 4 e Cajal, de Giner (Sigue en la página 29)
L A fama de Juan Cardoso, no llegado aún
éste a la huraña plenitud de su edad, des­
bordaba los límites amurallados de Ciudad
Rodrigo y se apegaba como neblina legendaria
a los colosales macizos montañosos de la sierra
c í
UENTO H iSPANOL
o de los
E
Tomó, pues, las cajas, que halló pesadas, y
con ellas marchó a casa de la novia, donde fué
recibido con júbilo, pues Don Diego quería re­
galar a su hija el mejor aderezo, y ninguno po­
día compararse al que mostró Cardoso resbalando
de Francia y la de Gata. Sabido es que por lo como una aurífera sierpe entre sus nudosos dedos.
más fragoso de estas serranías cruzan los orives; Vendida su mercancía, el orive aprovechó un
llevando bajo el brazo sus cajas repletas de colla­ instante para reiterar sus demandas de amor a la
res y aderezos de filigrana de oro. Suelen marchar joven, demandas que ésta rehusó, pues ya estaba
solos, como zorrillos entre los abrasados peñas­
cales, seguros de no tener un mal encuentro, tal
que si en la escasez de caminos, y apenas los hay
en tan agrestes parajes, vieran su mayor segu­
ridad.
ó rives Daniel TAPIA
decidida a tomar por esposo a Jacinto, flor tam­
bién y la elegida de su corazón.
Marchó Cardoso, como león cuyas melenas
fueran de fuego, y no halló sosiego hasta conve­
nir con los hombres de su cuadrilla el rapto de
Llegados a los pueblos, y son misérrimos los la joven. Cinco jinetes dispuso para llevarlo a
de esta región, no exhiben su rica mercancía en bordado color corinto, sus altas botas claveteadas, cabo, y tras él entraron aquella noche en Ciudad
la plaza, sino que visitan algunas casas deter­ su sonrisa demoníaca. Cuéntanse de él actos de Rodrigo, muy silenciosos, pues habian envuelto
minadas, donde se les espera con la misma ansia valor probado, y se le atribuyen otros que nos en trapos los delatores cascos de sus caballos.
y sed que ellos traen, y en cuya apetecible penum­ lo ofrecen como suma de abyección. Llegado una Llegados al pie de la ventana de Girasol, el
bra y reparadora frescura de las estancias interio­ vez a las riberas del Tormes supo de un toro despechado orive escaló la vivienda de su ama­
res abren sus cajas forradas de terciopelo rojo o celoso que había tomado el hábito de permanecer da, y entrado por el balcón permaneció inmóvil,
verde. Refulgen entonces aquellas bolas de oro horas enteras dentro del río. Marchó a su en­ como sobrecogido, al borde del lecho de ésta, que
labrado, huecas, del tamaño hasta de una nuez, cuentro, y llegado junto a él le cortó la lengua se adivinaba blanco entre tanta tiniebla. Blanca
y el orive acerca a la brasa de sus labios un vaso a cercén de un solo tajo, valido de un cuchillo estaba ella también, y él tan negro, que era como
de agua en cuyo fondo, cristalizándose en primo­ que sacó de su faja y abrió en un santiamén. Fué si la noche raptase a la aurora.
rosos racimos, se pormenoriza la decoración de luego con el escalofriante y cálido trofeo en busca Quedó a poco la callé, desierta, sin testigos
la vivienda. de los mayorales de la vacada, a los que dejó de lo ocurrido, como no fueran los amarillos bro­
De Juan Cardoso decíase que fuera orive en boquiabiertos con el relato de su hazaña, tanto tes de las aulagas, mudos, pero expresivos, lla­
sus tiempos de paz, de donde le viniera acaso que tentado estuvo de cortarles a ellos también meantes, tal que farolillos que fingieran señales
aquella propensión suya a ver los objetos de la la lengua, porque no fueran con el cuento y re­ al ser agitados por el viento.
realidad circundante como joyas y a observarlos sultara él perseguido por la fechoría. De los cinco jinetes que escoltaban a Cardoso
con delectación minuciosa. También, que llegado El despojo era en sus manos como una fal­ rezagóse uno, aquel Romero al que tanto brilla­
un día al recóndito y aislado paraíso de Las triquera vacía, mas él, aunque se lo pidieron, no ban de codicia los ojos. Judas agreste, como el
Batuecas, valle cónico y cerrado, tal que embudo lo quiso dar, tal que si hubiera sido parte de su otro, más despierto el instinto del provecho.
a cuyo fondo hubieran ¡do a parar unos cuantos mismo cuerpo. Apenas se había unido el traidor al resto de
carmelitas descalzos, quiso ingresar o sumirse en En otra ocasión asaltó con sus hombres la la partida cuando el portugués Jacinto abandonó
el monasterio que allí hay, transmutarse en hor­ diligencia de Salamanca a Ciudad Rodrigo, y ha­ su casa, sin escolta de ningún género, pero con
miga león. llando en su interior, en aquella pudorosa penum­ una pistola bien atacada, el rostro descompuesto,
Al penetrar en sima tan imprevista por una bra de confesonario, y tales que inocentes exvo­ más pálido que de costumbre y al mismo tiempo
pendiente de violento declive le había sorpren­ tos o aretes en su estuche, a dos jóvenes que iban chispeante, ardido por la fiebre. Quedó la puerta
dido una furiosa tormenta, con pedrisco. El des­ a meterse monjas, se las llevó consigo, escapando de la casa por donde saliera sin cerrar y bambo­
lave producido por la lluvia hacía sumamente hasta unos riscos donde tenia su cueva. Es fama leándose. Había luz en una de las habitaciones
peligroso el descenso, mas llegado el jinete a me­ que al día siguiente aparecieron las dos mujeres y gente, criados que iban de un lado a otro con
dia ladera, el cielo se despejó por completo y él despeñadas — despeinadas también— por un ba­ candiles, sin saber a qué atenerse.
pudo admirar, maravillado, la vegetación que allí rranco. Se hallaban desnudas y de hinojos, en Llegados a su guarida los jinetes, Cardoso qui­
abundaba, la más varia y paradójica que darse actitud de orar, como si en el aire — estáticas, tó de la boca de Girasol el pañuelo de hierbas
puede. Junto a los brezos y carrascas, vió laureles extáticas— se hubieran encomendado a Dios. que le pusiera como mordaza, y llevando en bra­
y granados, mirtos, alguna palmera y hasta un Establecido Juan Cardoso en la linea fronte­ zos a la doncella, apartóse con ella a una espesura.
plátano. El aire percibíase embalsamado por el riza entre España y Portugal se aseguraba que — N o temáis nada de mi — comenzó Cardo-
aroma de varios magnolios. Nísperos, rosales pe­ vivia del contrabando y que andaba o se detenía so— . Trato tan sólo de adelantarme a Jacinto, con
rennes, alhelíes y jacintos se mezclaban con la enamorado de una joven y bella dama, de nom­ el que podréis casaros mañana si queréis.
escabiosa, los lirios y la retama. Las fresas sil­ bre Girasol, hija de Don Diego de Dia, pues — ¡Imposible! — suspiró Girasol con firmeza
vestres y la mucha madreselva, con el aliso, el todos eran nombres de flores en el apretado haz que sorprendió al orive— . N o es oro todo lo que
castaño y los madroños, que los habla de flora­ de aquella familia. reluce. . . Sabréis que Jacinto me ha visitado en
ción blanca y roja. El arco iris, que acababa de sa­ Juan Cardoso — también flor aunque aris­ mi habitación noche tras noche, mientras vos
lir añadía un sabor de trópico a la estampa — de ca: dos pétalos azules sus ojos, espinas sus pes­ dormíais al pie de mi ventana, tal que un león
tópico— , y fingía abrazadera de la canastilla que tañas— solía extraviarse adrede muchas noches que confiase más en su apariencia que en sus
era el valle ubérrimo. y aparecerse luego frente a la casa de Girasol, sin uñas.
N o se sabe si fué aquel mismo día y entre apartar su punzante recelo de aquel escudo en el Quedó perplejo el orive, y luego, descargando
tanto esplendor paradisíaco cuando Juan Cardoso que se veían dos palomos en trance de emprender su ira contra el diablo, apartóse de Girasol y es­
fué tentado por Satanás, pero no hay duda de el vuelo. tuvo invocándole aquí y allá, como un loco, por
que entonces o poco después tuvo algunas pala­ Una mañana, al abrir los ojos, vió al diablo, los picachos de aquella serranía inhóspita. Lloraba
bras o trato con el diablo — conversación o con­ que junto a él estaba en figura de asno. entretanto Girasol y empapaba en llanto su camisa
versión— , pues en aquel punto se inicia su — Quisiera tomar esposa — dijo el mancebo. que, húmeda, se adheria a su cuerpo desnudándo­
época turbulenta, y no tarda en hablarse del au­ — Yo te la daré — repuso el pollino— , pero la. Parecía una estatua en pleno bosque, y ya una
daz caballista como de un ser casi sobrenatural. elige al menos una que esté intacta. rama de hiedra pretendía enredarse a su torso y
Pronto se le sabe rico, pero no ocioso. Se le — ¿Girasol? — sugirió Cardoso. disimular o realzar su deslumbradora hermosura.
adivina o se le teme entre los canchales de las — Sea. Pero cuidado no vayas a ofrecerme tu Algunos pájaros, despiertos a deshora, piaban, tal
colinas, o se le ve muy estirado y presuntuoso alma. El alma, como la palabra dada, vuela igual (Sigue en la página 31)
exhibiendo por las plazas de los pueblos su traje que los pájaros en estas sierras.
— No volará — le atajó Cardoso llevándose
la mano al corazón, cuyos latidos delataban allí, |
en efecto, la presencia de un ave— . Y por más ,
que quisiera hacerlo yo la mantendría en un pun- |
to, semejante a esos dos palomos que ves en la j
casa de enfrente. |
No quiso aceptar el diablo lo que se le ofre- f
cía y, en cambio, tomó para si una prenda más ‘
valiosa, de tal modo que Juan Cardoso hubo de í
depositar sus estuches de orive en las alforjas j
del borrico, que desapareció con un troteciílc {
burlón. ¿
Había llegado a Ciudad Rodrigo un joven 1
portugués muy atildado, de noble ascendencia ' j
rico. Antojadizo, dió a poco en querer casarse j
con Girasol. Llamábase Jacinto, y apenas hizo ij
público su propósito cuando quedó informado de j
cuál era la actitud de Cardoso al respecto.
Fué el informante Miguel Romero, mozo de j
la partida de Cardoso y hombre más aficionado I
al dinero contante y sonante, charlatán, que a la I
sigilosa lealtad. N o pareció prestar atención el j
portugués a lo que oía, o prestó demasiada, él ca- 1
so es que comenzó a visitar a Girasol, ingenián- ]
doselas de modo que nadie, a no ser ella, se en-
terase de aquel secreto.
Fijóse de un día para el siguiente la boda de 9
Girasol con Jacinto, y enterado Cardoso tornó a J
implorar la ayuda del diablo, que esta vez no se J
presentó a sus ojos, pero cuya voz pudo oír en H
las copas de los árboles, mientras caminaba des- 1
esperado. Devolvióle el diablo en aquella ocasión J
sus cajas de orive, que halló Cardoso entre la ¡
hojarasca, y le dió un consejo que el enamorado I
se apresuró a cumplir.

Dibujos de Arturo SOUTO


LA S E G U N D A E N S E Ñ A N Z A EN LA E S P A Ñ A F R A N Q U I S T A
E l “equilibrio” entre Falange examen de Estado, situándose, al
y la Iglesia Católica parecer, en una posición simplemen­
te pedagógica: "Añádase el peligro
ARTO es sabido que, pese a su que para los alumnos representan
H oscuro contubernio Falange y
la Iglesia Católica han soste­
siete años sin fiscalización oficial,
tras de los cuales en un momento
nido una sorda lucha política, en decisivo de su vida, arriesgan su por­
la que cada una de ellas ha trata­ venir en una ap.emiante prueba en­
do de cobrarse la mejor parte en el ciclopédica y memorística, que en
reparto del sangriento botín que el ejercicio oral se reduce a cinco o
les deparó su "cristiana cruzada.” diez puntos, durante los cuales tres
La lucha, con diversas alternativas, o más profesores y otros tantos
no ha cesado un momento, si bien alumnos se ven obligados a hablar
al mismo tiempo.” Finalmente, yen­
en el marco del Estado franquista,
los fanáticos falangistas y la Iglesia do al grano, el sindicato falangista
cerril y montaraz han encontrado sostenía que el segundo objetivo del
plan del año de 1938, la "indepen­
un lenguaje común, siempre que los
dencia de los colegios de las órdenes
tiros han apuntado directamente a
nuestro pueblo. religiosas” sólo podía presentar en
su balance "un haber de graves da­
Las discrepancias han surgido so­ ños a la enseñanza, pues a excepción
bre la forma de sojuzgar a éste y de instituciones docentes de reconoci­
nunca han tenido como base intere­
da solvencia, a su amparo han nacido
ses nacionales y populares. Si ana­ innumerables colegios reconocidos y
lizamos esas "discrepancias” en el no reconocidos, sin profesorado, lo­
terreno de los hechos, por ejemplo, cales, ni material adecuado, irregu­
en el dominio de la segunda ense­
ñanza, veremos cómo se comprueba laridades de pases de curso, aproba­
nuestra tesis. ción de éstos por los propios padres
Después del paréntesis luminoso de los alumnos, academias en que
La Falange y el Clero, en un campamento, se encargan de "educar” a los con visibles rótulos, se anuncia co­
que en la enseñanza española sig­ muchachos con sus típicos procedimientos mo única finalidad la preparación
nificó la obra de la República y que
para el examen de Estado y otras
puso fin, momentáneamente, a una
larga tradición de oscurantismo, la la titulación había sido casi siem­ pronto cobró amplio sentido políti­ inmoralidades que preferimos no
pre una farsa. co. El "examen de Estado” es una mencionar.”
Iglesia aprovechó la victoria del
franquismo no sólo para reconquis­ Esos advenedizos que ostentaban prueba de reconocimiento, estable­ Estas inmoralidades sobre las que
tar las posiciones perdidas, sino pa­ jactanciosamente, a guisa de título, cida en 1938, a la que deben some­ los honorables profesores corren un
ra ejercer un férreo control de la su carnet de Falange o un certificado terse todos los alumnos, ya sean ofi­ prudente velo, no son otras que las
enseñanza sólo comparable al de los de actividades más o menos delic­ ciales, colegiados o libres, al termi­ de permitir el pase de un curso a
más ominosos tiempos borbónicos o tuosas, fueron, en realidad, los que nar el Bachillerato. Este examen lo otro por ciertas cantidades en metá­
mantuvieron bajo su férula a la en­ eectúan catedráticos de Universidad lico y los sucios manejos descubier­
de los Austrias. Como era de espe­
rar, los jesuítas constituyeron la van­ señanza oficial. En esta labor conta­ y tiene tal importancia que puede tos en la expedición de títulos de
guardia en la tarea de cavar una ban, por supuesto, con el firme res­ invalidar todas las caliicaciones an­ Bachiller, en los cuales estaban mez­
paldo del Sindicato Universitario teriores. En consecuencia, el "exa­ cladas las autoridades de ciertas uni­
ancha sepultura a la obra que, aun versidades.
tierna e incompleta, superaba a lo Español (SEU ), adscrito al movi­ men de Estado” relega a segundo
hecho en siglos de monarquía. Los miento sindical falangista y otras término las pruebas de fin de curso Arriba” tornó al ataque en va­
falangistas, al parecer, no tenían organizaciones afines. La Iglesia, por de los Institutos de Segunda En­ rias ocasiones. En los centros reli­
nada que oponer a esa cruzada tene­ su parte, no perdía el tiempo. Jun­ señanza y, en los colegios particu­ giosos, decía, "ejercen enseñanza in­
brosa. to a los millares de monjas, curas lares, casi las hace innecesarias. distintamente licenciados y no li­
José Pemartín, "ideólogo” falan­ y miembros de diversas órdenes re­ El primer ataque a fondo contra cenciados, para cualquier materia;
gista, emulando a Rosemberg, es­ ligiosas que ejercían una influencia esta prueba partió del periódico hay abogados que enseñan ciencias
directa en la orientación de la ense­ "Arriba”, órgano oficial de Falange. e ingenieros latín”.
cribió en "Qué es lo nuevo”, libro
considerado como el "Mein Kampf” ñanza, disponía de numerosos ase­ En un editorial del 26 de septiem­ A consecuencia del plan de estu­
de la Falange: sores en las organizaciones juveniles bre pasado trató de desacreditar el dios vigente, el título de bachiller
"La educación religiosa será obli­ falangistas, a través de los cuales "examen de Estado” y enderezaba ha perdido la seriedad y significa­
gatoria en todos los grados y en imponía a la juventud la orienta­ también su crítica contra sus prin­ ción de antaño, ya que el "examen
tqdos los establecimientos, tanto ofi- ción que deseaba. De esta manera, cipales mantenedores, si bien, cu­ de Estado” se reduce a una prueba
ciales como privados, de enseñan­ en el propio seno del Frente de Ju­ rándose en salud, aseguraba que "en ormularia. El resultado de ello es
za. . . La educación ha de ser inexo­ ventudes y del SEU, la Iglesia ponía los colegios religiosos hemos apren­ que la Universidad española se hun­
rablemente patriótica, católica y leal un dique a los intentos falangistas dido cuanto sabemos y a ellos se di­ de y alcanza ya un nivel bajísimo.
a estos principios y, si esto no fuera de retener en sus manos el con­ rige el futuro intelectual de nues­ "Arriba” asegura: "N o hay bachi­
posible por ahora, es mejor supri­ trol de la educación de la juventud. tros hijos.” lleres tan ignorantes como los nues­
mirla hasta que puedan aplicarse La rivalidad entre católicos y fa­ El editorial no fué más que la tros . . . Nunca hubo en España tan­
plenamente estos principios.” langistas desembocó en un aparen­ chispa. Inmediatamente surgió una tos bachilleres provectos. . . Hace
El fascismo español, hijo y copia te equilibrio, cuyo principal ani­ llamarada de protestas, en virtud de cuatro años el nivel era más elevado
servil del nazismo, debía apartarse mador y mantenedor fué José Iba- las cuales se puso en claro que los ca­ y desde entonces cada año va des­
en este punto de sus progenitores, ñez Martín, Ministro de Educación tedráticos estaban descontentos, opo­ cendiendo .. . Las universidades ame­
pues, de haber adoptado el paganis­ Nacional. Al nombrarle Franco en niéndose rotundamente a que el plan nazan convertirse en un asilo be­
mo hitleriano, no habría podido 1940, trataba de ganarse la aquies­ de enseñanza continuara en vigor. El néfico de incapacitados” . . . "Se está
contar, en los primeros momentos, cencia de los católicos y de evitar Sindicato Español de Profesores de llegando a una especie de pugilato
con el apoyo de grandes sectores de que el problema de la enseñanza Enseñanza Media, organización falan­ tácito entre deficiencias velozmente
católicos. Pero la Falange no esta­ se convirtiera en campo de Agra­ gista, por supuesto, elevó una firme progresivas en la enseñanza del ba­
ba dispuesta a dejar la educación mante, con los consiguientes peli­ protesta contra las normas de exáme­ chillerato y la benevolencia no me­
totalmente en manos de la Iglesia, gros políticos para el régimen. En nes existentes, se pronunció abierta­ nos progresiva de la Universidad en
puesto que, para ella, era vital con­ efecto, por haber sido miembro de mente por la abolición del "examen el examen de Estado”.
trolar la educación de la juventud la CEDA y diputado con esta eti­ de Estado” y, en su crítica, llegó a A juzgar por las opiniones ex­
española, para modelar su mente queta clerical y reaccionaria en las aludir al predominio de la enseñanza puestas, a las que hay que sumar
conforme a los patrones nazis. Tuvo Cortes de la República, Ibañez podía confesional sobre la oficial. Al criti­ la del SEU coincidente, en todo, con
que hacer, sin embargo, serias con­ acallar el descontento de los católi­ car a la enseñanza privada afirmaban ellas, se ve claramente que es la
cesiones y, ante el peligro de que cos y, en particular, podía alimentar los directores de institutos que fir­ Falange quien está por la total de­
se cuarteara toda la estructura del en los jesuítas la esperanza de que rogación del "examen de Estado.”
maban el documento: "se han dado
franquismo, prefirió entenderse con tendrían ancho campo para sus ac­ casos de verdaderos analfabetos, que Veamos ahora el punto de vista
la clerigalla española, en éste como tividades "docentes.” Pero, al mismo con una cruz, por no saber firmar, opuesto.
en tantos problemas. Llegóse, en­ tiempo, al rodearle de consejos fa­ han autorizado el pase, incluso en El ABC, fosilizado albergue del
tonces, á una especie de compro­ langistas que, en última instancia, los últimos cursos del bachillerato." pensamiento monárquico y católico,
miso, de paz forzada, en la que determinaban qué personas debían Como ve el lector, la expresión de contestó al periódico "Arriba" ase-
soterraron sus viejas querellas para llevar a la práctica los planes tra­ "curas analfabetos” no es nuestra, gurando que 'pese a sus defectos,
entregarse, con el mismo fervor, a zados, Franco daba amplia satisfac­ sino de los propios profesores fa­ fácilmente subsanables, el examen
la tarea de destruir cuanto había ción a las aspiraciones de Falange. langistas. En el apartado b) de la de Estado es el mejor y único mé­
hecho la República. Toda una tur­ base cuarta, del documento de refe­ todo pedagógico que puede tener
ba infamante de sargentos de Fa­ La polémica en lomo del rencia, añadían: "La inmensa ma­ eficacia al otorgar el título de Ba­
lange o de curas analfabetos llenaron “examen" de Estado yoría de los colegios reconocidos no chiller." La Confederación de Pa­
las aulas que habían dejado vacan­ han aceptado el precepto legal de dres de Familia, tras la cual se vis­
tes millares de maestros de primera Sin embargo, hace varios meses la titulación de su profesorado. . . ” lumbra el alma seca y fanática de
enseñanza y catedráticos por no ha­ la Falange dió a entender claramen­ Agregaban también: "Hemos sido los jesuítas, defendió la "reválida”
ber acreditado su activa cooperación te que no estaba dispuesta a acep­ preteridos por la legislación vigente, y afirmó la necesidad de mantenerla,
en el "glorioso movimiento." Y si tar, por más tiempo, el equilibrio al equipararse nuestra función a la "por la más acabada y completa for­
ello ocurrió en los centros oficia­ impuesto por Ibañez. El pretexto lo del padre de familia irresponsable mación cultural que proporciona a
les de enseñanza, qué decir de las halló a mano, al abordar el problema o a la del personal docente sin pre­ nuestros hijos.” La Federación de
instituciones religiosas docentes y del "examen de Estado,” cuestión, paración y sin título.” En el mismo Amigos de la Enseñanza — organi-
de los colegios particulares donde en apariencia, meramente técnica que documento se hacía una crítica del <Sigue en la página 28)
Iniciamos, con esta página, la publicación de una serie de brevísimos florilegios
de poesía sobre un tema común. No siempre española, claro está. Aunque sí — siem­
pre— adscrita a ese concepto de lo poético en función del hombre, que los españoles
hemos aprendido a amar y defender a lo largo de una caudalosa tradición, no
empañada por las musarañas del ingenio o las aberraciones del instinto.
La idea de estas pequeñas antologías no es otra que la de introducir al lector en
un clima poético homogéneo — producido, muchas veces, por expresiones y volunta­
des distintas, incluso contrapuestas, aunque concordes en la emoción— que le sirva, a
la vez que de gozo espiritual, de ejemplar espejo donde poder contemplar, a través de
las edades, de los fenómenos de la sensibilidad y del misterio de la palabra, el
permanente círculo de dolor en que se mueve el hombre. El hombre que también lleva
dentro el poeta.
En la selección que hoy ofrecemos, ha servido de tema el del destierro. Innece­
sario es explicar por qué, tratándose de una revista y de unos hombres — los que la
redactan— que en el destierro viven y del destierro reciben la fe que los ilumina.
Pero, como este tema es abundantísimo en la poesía — en toda la literatura— espa­
ñola (ahí está, entre otros períodos, el primer tercio del siglo XIX para atestiguarlo
con creces), hemos tenido que emplear un cedazo tan fino, que apenas han podido
pasar por él unas leves partículas. Primero, nos hemos visto obligados a elegir, de cada
época, el poema más representativo, y sólo hemos hecho excepción del referido período
diecinuevesco, el más pródigo, tal vez, en poetas perseguidos, desterrados y encarcelados; Dibujo de Miguel PRIETO
después la falta de espacio nos ha llevado a la necesidad de la fragmentación, que
constituye, en cierto modo, una segunda selección. Pero, de todas maneras, desde la voz
de Garcilaso, reducida por el César flamenco a una isla del Danubio, hasta la de Una-
muno, acongojada sobre el desértico peñón de Fuerteventura, y la de Alberti, doblada viene del fiero golfo de Vizcaya?
de nostalgia en estas fraternales tierras de América, pasando por la de Lope — tan ¿cuál de vosotras con su lengua en-
milagrosamente actual— , la de Martínez de la Rosa, el Duque de Rivas y Espron-
( saya
cantos que fueron m i primer des-
ceda, creemos haber reunido, en una inconfundible expresión, el latido esencial de ( velo?
España, de la España que ayer como hoy, sigue soñando sus destinos y haciendo que ¿Sois acaso sirenas o delfines,
por ella los sueñen, en la soledad y en la lejanía, sus poetas. a brizar m i recuerdo estremecido
/ . R. que de la mar se ahoga en los con-
( fines?
¿Cual de vosotras, olas del olvido,
trae acá los zortzicos danzarines
ESPAÑA EN EL CORAZON de los regatos de m i dulce nido?
(Soneto)
Pequeña ANTOLOGIA de POESIA española de m i ventura al rayo de la aurora
sólo de m i dolor, césped amigo:
S e l e c c ió n y nota d e J U A N R EJA N O pues si en m i corazón, que sangre
Rafael Alberti
( llora, Duras, las tierras ajenas.
esperanzas y amor llevé conmigo,
Garcilaso de la Vega Lope de Vega Ellas agrandan los muertos,
desengaños y amor te traigo ahora. ellas.
(1503-1536) (1562-1635) > ( Soneto)
Triste, es más triste llegar
¡ Ay, dulce y cara España, que lo que se deja.
Con un manso ruido
madrastra de tus hijos verdaderos, Ellas agrandan el llanto,
de agua corriente y clara, Francisco Martínez ellas.
cerca el Danubio una isla, que pu- y con piedad extraña
( diera piadosa madre y huésped de extran- de la Rosa
( jeras!! (1787-1862) Cuando duele el corazón,
ser lugar escogido callan ellas.
Envidia en ti me mata,
para que descansara que toda patria suele ser ingrata. Desde las tristes márgenes del Sena,
quien como yo está agora, no estu- cubierto el cielo de apiñadas nubes, Crecen hostiles los trigos
( viera de nieve el suelo y de tristeza el para el que llega.
do siempre primavera Del español robusto ( alma,
salud te envía tu infeliz amigo, Si dice: — Mira qué árbol
parece en la verdura se ríe el alemán y el rubio franco como aquél. . .
¡a ti, más in feliz!. . .
sembrada de las flores; del etíope adusto; Todos recelan.
hacen los ruiseñores mas si se mira bien, ¿quién hay tan (Epístola al Duque de Frías)
¡EL mar! ¡El mar! ¡Cuántas olas
renovar el placer o la tristura ( blanco que no regresan!
con sus blandas querellas, que alguna cosa fea
que nunca día ni noche cesan dellas. o pasada o presente en sí no vea? El Duque de Rivas ( Canción)
(1791-1865)
A quí estuve yo puesto, Otros, prófugos, pobres, perseguidos,
o por mejor decillo, Los mismos de quien hice
mayores confianzas me vendieron, que asilo buscan, cual busqué, le-
preso y forzado y sólo en tierra ( jano, Hubo un tiempo que dijo, que
porque me satisfice
(ajena; de aquella falsedad con que vinieron y a quienes que lo hallaron tu luz , . , ,, , (decía:
bien pueden hacer ésto (dice, Mas blanca que la nieve, prima mía.
sólo a saber m i intento,
en quien puede sufrillo para regir por él su pensamiento. hospitalaria estrella. Rosa de Alberti, rosa chica, Lrcve,
Arde y sirve de norte a los bajeles niveamente pintada.
y en quien él a sí mismo se con- ¡Con qué pena importuna
( dena. trata su tierra al hombre que en la que de m i patria, aunque de tarde Hoy diría: Más roja que la nieve,
(ajena, ( en tarde, ya que la sangre es púrpura nevada.
Tengo sólo una pena, me traen nuevas amargas, y renglones
buscando su fortuna,
si muero desterrado con lágrimas escritos.
se ofrece a tanto mal, peligro y pena! A sí el valor, también así el espanto
y en tanta desventura, iQ ué duras sinrazones (El faro de Malta) por la aridez del lagrimal perdida;
que piensen por ventura le llevan a tratar otras naciones!
que juntos tantos males me han lle- así también el no saber a cuánto,
( vado; a qué precio se paga ya la vida;
José de Espronceda a qué dinero,
y sé yo bien que muero ¡Ay, destierros injustos, (1808-1842) el mirarte y no verte,
por sólo aquello que morir espero. que en la mañana hermosa de mis si anda el morir a más que bajo cero
(años Yo, desterrado en extranjera playa,
anochecéis mis gustos! con los ojos extáticos seguía y es púrpura nevada hasta la muerte.
Mas puede ser que viva en los ex la nave audaz que en argentada raya
Danubio, río divino, (trqños, volaba al puerto de la patria mía: Vientos purpúreos, vientos de gan-
que por fieras naciones que lo que desestima yo, cuando el Occidente el sol des- . . {greña
vas con tus claras aguas discurriendo, la tierra propia, la extranjera estima. ( maya, por esteparias, congeladas mares
pues no hay otro camino (La partida) sólo y perdido en la arboleda umbría y los bosques transidos.
por donde mis razones oír pensaba el armonioso acento Es la Pascua purpúrea de la pena,
vayan fuera de aquí, sino corriendo de una mujer, al suspirar del viento. las tristes Pascuas militares
por tus aguas siendo Juan Nicasio Gallego (Canto a Teresa) de los nevados desaparecidos.
en ellas anegadas;
si en tierra tan ajena (1777-1853)
Se empurpura la fe, que se entu-
en la desierta arena Cargado de mortal melancolía,
Miguel de Unamuno i j í mece
fueren de alguno acaso en fin ha- de angustia el pecho y de memorias (1864-1937) ele nevada sonora,
( liadas, ( lleno, de oculto, álgido trigo empurpurado.
¿Cuál de vosotras, olas de consuelo
entiérrelas, siquiera, otra vez torno a vuestro dulce seno, que rodando venís desde la raya Noche de héroe, encandecida, crece,
porque su error se acabe en tu ri- campos alegres de la patria mía. celestial y surcando con la laya deno-minada y denominadora,
( bera. cuál de vosotros que aviváis m i an- y se oye al mundo alzarse de costado.
Tú, que en tiempo mejor fuiste tes- (helo
( Canción tercera) (tigo espumosa a la mar el leve suelo; (Púrpura nevada)
ilusión? ¿Se paseaban por el mundo "Chichén es demasiado complica­ "Visitamos el Juego de Pelota, el
D EBIMOS salir a las 9; salimos
a las 11.05. Vuelo perfecto;
pocos baches. Gran avión, de
exterior sin creer en que era una
realidad? ¿Vinieron remando de isla
do para una visita de ocho horas.
Todavía no he madurado las im ­
Cenote Sagrado y algunas cosas más,
guiados por el maestro Cirerol. An­
4 motores; por dentro entonado en en isla como en un sueño maravi­ presiones; pero estoy seguro de que duvimos así hasta la media noche,
gris, buenos forros en las butacas, lloso o en una tenebrosa pesadilla? la impresión más fuerte se la debo y a las seis de la mañana reanuda­
buena alfombra, absoluta limpieza, Yo, la verdad, me sentiría reteincó- a la figura dicha. mos la visita al Caracol, Las Mon­
Tardamos en llegar a Veracruz 55 modo si los yucatecos de hoy me "Llegamos a Chichén al caer la jas, Los Guerreros, El Osario. Este
minutos. Y digo tardamos porque vieran como un ser irreal, co­ tarde, cenamos y, bajo una luna casi monumento, decorado con calaveras,
los expedicionarios éramos 4: Ermi- mo una fantasmagoría. —- P e r o , caliente y un suelo recién llovido, lo relacioné con los juguetes maca­
lo Abreu Gómez, el Dr. Graef, el ¡quién sabe! ¡quién sabe! . . .— nos metimos a visitar monumentos. bros y los dulces que fabrican en
Lie. Cué Cánovas y yo. Salimos de proseguí en mi monólogo. — Aca­ Mi primer ensayo fué desastroso, México el Día de Difuntos. Y con
Veracruz a las 12 y cuarto. Durante so sea eso lo mejor en este via­ porque apenas ingresé en el seno de aquella pregunta de: "¿Quiere usted
el trayecto hasta Mérida, en el cual je. Pasar por fantasma teniendo la pirámide me acometieron unas pan de muertos?” Pregunta que es­
invertimos 2 horas, nos sirvieron el uno la conciencia de ser otra cosa, voraces hormigas en donde más po­ panta la primera vez que se oye,
almuerzo en una charola de cartón puede resultar una bonita experien­ día dolerme. Ellas me hicieron ren­ como la otra: "¿Quiere un volcán
agujereada para la escudilla, el vaso cia. ¡Vamos allá! ¡Viva la ilusión! dir tributo de este modo al culto para el desayuno?"
y demás recipientes del condumio. Me animé por unos momentos, pero fálico que allí cultivaron los mayas. "En el camino a Chichén — creo
Me paro en este detalle para enco­ después me acometieron otras du­ Salí refunfuñando y gritando. N c que en Xocchel— vi dos pequeños
miar la estabilidad del avión, la sua­ das. ¿No eres ya viejo para ilusio­ sabía de qué se trataba, de qué clase Atlantes en la portada de la iglesia
vidad del deslizamiento: ni el caldo, narte y para visitar o probar países de bichos electrizados. Me desnudé que me interesaron por pertenecer
ni la coca-cola se movían en sus nuevos? A tales preguntas respon­ a la luz de la luna y, deshormiga- a lo que llamo ’tequitqui” en mi
recipientes. Volar sobre el mar es dí: "Ya sé que la ilusión es prerro do ya, aunque nervioso todavía, in­ libro sobre escultura colonial. La
una delicia. Más se mueve en Mé­ gativa de la juventud, pero, a pesar tenté subir por las escalinatas de mejor comprobación la tuve en Chi­
xico la tierra algunas veces. Volamos de todas las angustias de los diez la Pirámide. También en esto fra­ chén, al encontrarme con los mo­
en parte sobre un edredón de nubes últimos años y a pesar de la blan­ casé; llegué hasta la mitad, pero mi­ delos antiguos en una mesita de
blancas; un paisaje siberiano con cura de mis pocos pelos, todavía la ré hacia abajo y sentí que me iba altar.”
sol. El vuelo directo es de 900 kiló­ siento corretear por mis venas y cal­ de cabeza. Decididamente ya no está Estas impresiones quedaron para
metros. Los cuatro viajeros íbamos dear mi mollera. En cuanto a lo uno para alpinismos. ser ampliadas más tarde, porque en
invitados por el Gobernador de Yu­ inútil que es visitar de viejo un país los viajes interfieren tantas y de tan
catán, señor José González Veytia, desconocido, reflexioné: Ya sé que diversos géneros que no es posible
para dar conferencias en la Univer­ los viejos no asimilamos; nos tene­ DE U N madurarlas. N o son las ruinas las
sidad y en la Normal y para asistir mos que reducir a comer ciertos únicas cosas que ocupan la atención;
a la lectura de su informe el día
primero de enero de 1947.
Nos recibieron en el aeropuerto,
manjares, por respeto al hígado, a
los riñones, al estómago, a la pre­
sión arterial, etc., y que muchas co­
VIAJE me atraen los nombres de los pue­
blos ( la toponimia); y lo mismo
las personas, con sus caracteres y
entre otras personalidades, los di­ sas nuevas no son admitidas por el sus cuentos, las comidas, los árboles,
rectores de las dos instituciones men­ organismo gastado; pero. . . ¿quién el paisaje.
cionadas y el director de la escuela quita que pueda encontrarme con Ahora, ya en la capital, me recreo
de Bellas Artes. algunas cosillas o cosotas adecuadas pensando en los tipos curiosos de
Nos instalaron en un hotel que a mis facultades? ¡Basta de dudas! Mérida. Unos han dejado en mí
fué la casona antigua de la fami­ ¡Viva la ilusión! Y aquí me tenéis, profunda simpatía, otros, documen­
lia Regil que tiene más de museo, limpio ya de las dudas principales, tos o datos de interés patológico.
incluso amiliar, que de otra cosa. dispuesto a captar lo que me per­ Vibrante como un puñado de len­
Piedras prehispánicas, bustos y re­ mitan mis escasas fuerzas, y dar lo tejuelas, recuerdo a don Gustavo
tratos familiares del siglo pasado, poquísimo que haya en mí digno Río, el músico, compositor y maes­
doradas consolas y altos espejos de de comunicarse.” tro de canto, que vivió en París y
gusto francés, barrocas sillitas italia­ Las canciones anónimas que co­ en Roma a principios del siglo y
nas pintadas de plata, puertas de menté después agradaron al público, no se ha olvidado de nada. Hombre
altura sobrehumana e infinidad de pero creo que la conferencia del Dr. vivo, inteligente, rápido al andar y
muebles heterogéneos, de esos que Graef hizo subir el interés a un al hablar. Hombre de pequeña esta­
se van archivando en las grandes ca­ grado casi cósmico, pues su tema tura y breve en sus agudezas, siem­
sas familiares. era el de la bomba atómica. pre finas, aunque intencionadas. A
La lectura del informe fué en el Desde el día 2 al 8 no dimos él le oí estas dos anécdotas que me
edificio de Carrillo Puerto, en una conferencias porque eran días de parecen muy yucatecas mientras no
sala grande y abierta por ambos cos­ fiesta en Mérida. Hicimos un viaje salga quien demuestre que son po­
tados. La multitud congregada allí a Uxmal que fué nuestro primer lacas :
era interesante para el pintor via­ contacto con el arte maya. Del ca­ l 9: "Iba yo caminando con un
jero por el colorido alegre de las mino me quedó sumamente impre­ sujeto, que naturalmente era más al­
"guayaberas” y los rasgos faciales y sa una casita rosa de la Villa de to que yo. De repente comienza a
craneanos de los yucatecos. Durante Muña, entre laureles frondosos y un burlarse de mi estatura. Yo, después
la lectura no pude reprimir el de­ tabachin sin flores. La mañana era de unos instantes, le dije: "Camina
seo de dibujar algunas cabezas. Des­ Diosa maya. 'Estrella de la tarde. como debes. Anda como debes an­
de una diafanidad que casi dolía por Uxmal, Yuc.
pués de la lectura nos invitó el Go­ lo tirante. dar. . . Te has puesto en dos pies...”
bernador a comer en los "Tulipa­ La visita a Chichén-Itzá la hici­ A 2*: "Una amiga mía estaba mu­
nes”, un restaurante abierto y ale­ mos los días seis y siete. A la vuelta riéndose. Le rodeaban y consolaban
gre donde vi el primer "cenote” y de este viaje me pidieron para el sus familiares. Le decían: "Te vas
comí unos espléndidos cangrejos en­ "Diario del Sudeste" unas impresio­ a morir; prepárate. Ya verás qué
tre sones cubanos y bailes de rumba nes. Después de alguna resistencia bien. Vas a ver a Dios, te verás ro­
y de bamba. le dicté al amigo Conrado Menén- deada de angelitos. . . Verás qué bo­

líucatán
La inauguración de nuestras con­ dez Díaz lo siguiente: "Todavía no nito es el cielo. — A lo que contes­
ferencias tuvo lugar el día siguien­ he madurado las impresiones de una tó: — "Te voy a decir: Yo ya es­
te. Yo las inicié con una que titulé obra tan poderosa y tan extraña a toy muy hecha acá”.
"Soldados Desconocidos en la Lírica la cultura occidental. Le confieso Los ratos que pasé con don Gus­
Española”; título barroco que quiere que venía predispuesto, mal dispues­ Por ]. M ORENO VILLA tavo, aunque pocos, bastaron para
decir una cosa tan sencilla como és­ to, porque me siento viejo ya para certificarme que trataba con un hom­
ta: que en la profesión de las letras, estudiar cosas extrañas a mi forma­ bre de espíritu, con un espíritu en­
como en la de las armas, hay héroes ción. Además, ante las formas va­ carnado en un mínimum de mate­
anónimos que hicieron sus proezas riadísimas que hay en las ruinas ria, con un cuerpo vibrante. No se
o sus coplas y desaparecieron sin de­ siento muchos problemas de orden encuentran tipos así todos los días.
jar sus nombres. estilístico. Unas formas me llevan Tipos que en unos minutos dejan
El comienzo fué éste: "Creo ha­ en pensamiento hacia la India, otras más que otros en muchos años.
ber leído en uno de los libros de hacia la China, otras hacia Egipto, Los yucatecos suelen ser fuertes
Salomón Reinach, que "maya” sig­ hacia Persia y hasta la misma Gre­ y rechonchos. Son famosas la for­
nifica "ilusión" en sánscrito. Para cia, como si realmente los creadores ma de sus cráneos y la falta de cue­
el hombre hindú, que pisaba su tie­ del arte maya hubieran pasado por llo. Sus cabezas reposan directamen­
rra, el mundo exterior era ilusión. las distintas civilizaciones de todos te en los hombros. Esto es más visi­
Al ser muy honrosamente invitado esos pueblos. ble en las mujeres vestidas de mes­
por el Gobernador de Yucatán a "Pero una vez en las ruinas tuve tizas. Vestimenta arcaica que tapa
emitir unas conferencias en este re­ la fortuna de encontrarme con un la anchura de sus caderas y el des­
ducto maya, no pude evitar que la hombre de piedra, de tamaño na­ arrollo de sus vientres. Se distinguen
palabra "maya” me condujese a cier­ tural, con tanta simpatía humana por su limpieza.
tas elucubraciones. Ante todo me que logró vencer todo el retraimien­ Viven los yucatecos en casas o ca­
encontraba con un singular y con to con que yo me acercaba a lo des­ sitas de antiguo gusto español. Se
un plural, "maya" y "mayas", so­ conocido. Esta figura está sentada; entra directamente a un recibimien­
nando en dos continentes muy leja­ no sé si fué un portaestandarte, o to diáfano que hace de sala, donde
nos uno de otro hasta el siglo XVI. un dios, pero sus brazos y el movi­ no faltan las mecedoras, ni los per­
El singular, en Asia, el plural, en miento de su cabeza me hicieron cheros de gusto vienés. Los suelos
América. El singular, alude a lo ilu­ pensar en que hablaba conmigo y son de esas losetas que llaman mo­
sorio que es el mundo exterior, es hasta que me ofrecía una misteriosa saicos equivocadamente. Entre esta
decir aquello que está fuera del al­ copa del brebaje que ellos fabrica­ sala y el patio puede haber un es­
ma; el plural, alude a una raza que rían. Pasé con él, con este hombre pacio que sirve de comedor.
floreció acá, en ultramar, con rasgos de piedra, como tres cuartos de hora Así era, entre otras, la casa de
propios y vestigios asiáticos y oceá­ en amigable charla muda, sin acor­ la señora madre de Ermílo Abreu,
nicos indudables. ¿Es que estos po­ darme ya de las terribles serpientes, donde comí platillos yucatecos, co­
bladores mayas (plural) venían de tigres, garfios, grecas, aros y demás mo el llamado papadzul, riquísimo
aquel singular? ¿Eran hijos de la formas hieráticas de la arquitectura. Dibujo de Moreno VILLA (Sigue en la página 30)
The mighty Minstrel breathes no longer tico. Lo encontraba, a veces, en músicas extran­

Manuel
Mid mouldering ruins low he lies. jeras y entonces ensalzaba cálidamente a Scarlatti
y a Bizet; a Debussy y a Ravel, está claro. Lo que
W . W . estaba seco de humedad española lo dejaba apar­
te, ignorándolo, fuese Bach o Beethoven; o de­
N LAS ruinas de aquella que fué Itálica testándolo, fuese alemán, como Wagner, o penin­
g 'j famosa, el cuerpo sin aliento de su bardo DE sular, italianizante o straussiano. Por eso pudo
poderoso encuentra su postrer descanso. El, parecer tan estrecho el ámbito de las simpatías
de Falla, aunque en realidad era m uy ancho en

FALLA
había contribuido con todas sus fuerzas a levan­
tar su grandeza. Durante un momento pareció su capacidad de hallar una reminiscencia españo­
que España recuperaba su alto tono y que su voz la, donde fuese y por lejana que estuviera. En la
volvía a sonar, ejemplarmente, y a ser escuchada zarzuela inmediata encontró mucho utilizable, tan­
en el mundo. Era la voz tradicional de España to como en el andalucismo ciudadano de Ocón y
la que hablaba en la música de Manuel de Fa­ o Rivas, de Mariano Vázquez, del viejo Cabas,
lla; pero hay también en España otra voz que de Odero y los maestros gaditanos que guiaron
empozoña el aire libre con la pestilencia de sus
cavernas. Corroe las torres, horada los muros que
EL MAR DE POR MEDIO la infancia de Falla y que apenas recuerdan hoy
sino sus coterráneos. El teatrillo por horas arras­
antaño fueron de cantería y que son hoy, en el Por Adolfo SA L A Z A R traba, entre barro, como el Darro y el Genil,
ámbito entero del planeta, agujeros del cielo por alguna chispilla de oro, y tanto en él como en
donde, bajo el sol, llueve la metralla de la traición. la zarzuela grande, con Chapí, el Bretón de "La
Manuel de Falla, en su carmen granadino, Verbena” y Jerónimo Jiménez podían enseñar
recogido como en una celda de cartujo, junto a mucho a quienes querían cantar con una proso­
su piano y entre sus libros, debió de escuchar dia netamente española. Se dice que Falla, joven,
en sus flacas carnes el zumbido asesino de los ayudaba a poner en solfa las inspiraciones de
aviones. Los motores alemanes e italianos rezon­ Chueca, técnico flojo. Si es cierto, es interesante:
gaban lejos, pero llevaban la muerte hasta Gra­ Falla siempre elogió a Chueca al hablar de los
nada en las manos de los españoles. Falla vió músicos menores de España. De los mayores, Fe­
caer cerca de su tapia a quienes quería, y vió lipe Pedrell, que era en los primeros años del
cómo al atardecer, se ensangrentaba la Torre de siglo un carácter raro y casi tan poco conocido
la Vela; esta vez, después de tantos crepúsculos entonces como hoy, fué quien señaló a Falla su
de paz, con sangre de veras. La Alhambra ma­ camino de Damasco. Que no le mostraba un fu-
naba sangre. La boca de sus leones escupía san­ . turo, sino el pasado de los cancioneros, como el
gre y la alberca, que en otro tiempo estuvo ro­ de Barbieri, ese Barbieri de las mejores zarzue­
deada de mirtos, parecía ahora negra de sangre. las del siglo pasado, y a quien el propio Pedrell
Desde la plazoleta de doña Elvira la sangre caía debe tanto. Cancioneros y libros de vihuela, con
en cascadas hasta el Albaicín; por la cuesta de tantas canciones a las que se dice ser señoriales
los muertos no pasaban ahora asnillos, con su car­ porque los libros, claro, estaban dedicados a los
ga de leña, sino automóviles con ametralladoras. señores; pero que tienen un alma tan reciamente
No lejos, las cucharillas movían el té de los se­ popular que se echa de ver ahora mismo, cuando
ñoritos. Las damas fumaban cigarrillos ingleses, toda esa música ha sido bien transcrita y aún se
extendidas en sus sillas largas. Se vertía jerez en ha llevado, discretamente, a los discos. Además
las copas y los capitanes de los Tercios les jura­ de los Cancioneros "eruditos," las colecciones po­
ban por su honor que no habría de amanecer sin pulares. Y, mejor todavía, el hontanar rumoroso
que tuviesen a sus plantas la cabeza del poeta. que brota al pie de la fuente del Avellano, junto
a las cuevas del Sacromonte, todas estremecidas
Hasta que era noche, Manuel de Falla se de guitarras, y del acompañamiento, seco y ca­
hincaba en la iglesuca de la ciudad alta, hum i­ dencioso, del cante. Los guitarristas de un pa­
llado el cuello, extendidos en cruz los brazos. La­ sado inmediato desde Rodríguez, el murciano,
draban perros lejanos, los jazmines derramaban Arcas, el de Almería, en quien la escuela añeja
su perfume violento. Falla, que conocía el ca­ de Miguel García, fraile guitarrista, estaba viva
mino, evitaba los guijos afilados, y, con andar aún. Luego, los guitarristas de zambra y colmado
claudicante, llegaba a la puertecita de su jardín, que todavía llamaban vihuelas y tiorbas a sus
en la Antequeruela. Chirriaba la llave en el si­ guitarras, en tiempos de don Serafín el Solitario.
lencio. Una luz se encendía en una ventana. El Un paso atrás y el españolismo de Semanario
maestro corría una cortina a listas, de Coín, y se Pintoresco aparece. Imposible ignorarlo. Manuel
detenía un instante ante el pliego pautado, er­ y una alfombra de la Alpujarra. Abajo está es­ García, el sevillano, y sus hijas están presos en
guido en el pupitre del piano. Notas esparcidas. perando una vieja calesa. Le han quitado las sus páginas. En un tiempo resonó por toda Euro­
Palabras en lengua lemosín. Sobre la mesilla, al campanillas a las muías. Nadie. El cochero hace pa, e incluso llegaron sus cadencias a estas tierras
lado, el magno poema de Mosén Jacinto, abierto sonar la tralla. . . mexicanas. Españolismo romántico que es, a la
en cruz. Falla cerraba el libro, metiendo entre par, todo un capítulo de la historia del Roman­
sus páginas él pliego de papel. Una larga mira­ El mar. Buenos Aires. Un acento raro. Me
ticismo europeo y de la historia de España. Me-
da. Mañana volvería a meditar ante las páginas jor el campo. Lejos. La soledad. Los llanos in­ rimée. Gautier. Cuando Falla, en sus años de
impresas y ante el papel donde bailaban, sueltas, mensos comienzan a ondular cerca de Córdoba, París, pone en música la "veritable manóla”
algunas notas musicales. la andina. ¡Jardines en las sierra de Córdoba!
Falla siente dolor en sus flancos. La soledad de Teófilo, el magnífico, sabía lo que estaba ha­
Muy de mañana se enteró. La voz corrió por pampera se refleja en un estanque, tan fría, que ciendo. ¡Alza! ¡Fióla! Y a otra cosa.
toda la ciudad. Llegó en seguida a la Antequerue­ Falla y su hermana cambiarán poco después de Las Cuatro Piezas Españolas, para piano y
la y golpeó en el pecho a Manuel de Falla. El residencia. Antes fué la alta Antequeruela. Ahora las Siete Canciones Populares componen otra zo­
día antes había visitado al señor Gobernador, que se llama Alta Gracia. "Los Espinillos” le recuer­ na de españolismo donde el perfil airoso y el
no comprendió aquella razón del músico que in­ dan las zarzamoras, llenas de polvo, en las vere­ garbo pintoresco dejan paso a una estilización
tercedía por el poeta cautivo. ¿Que estaba bau­ das andaluzas. El "chalet” es más bien una er­ más apretada. Falla ha encontrado su camino y
tizado? ¡Bah!, también él. ¿Quién no está bauti­ mita. Otro piano, sin timbre familiar, vuelve a no hay sino que meterse adelante, lleve a donde
zado en España, si lo están hasta los gitanos? mostrar las hojas de papel, abiertas como un lleve. De los años de Madrid, que le dieron pre­
Treinta meses de silencio amargo. Granada misal. Silencio. Cuando Falla quiere hablar, mue­ mios y esperanzas, pero a los que Falla no guar­
estaba sumida en un silencio de plomo. Silencio ve una campanita que suena a misa de madruga­ daba simpatía ni agradecimiento, eran los bocetos
negro que no se atrevían a salpicar las cucharillas da. Se cala un poncho pampero como si fuera que lleva en su carpeta y que desarrolla al calor
del té. Los aristócratas habían huido a Sevilla una casulla, la de los humildes. Sentado en un de la llama cuyo resplandor tan vivo ilumina el
y bebían coñac con Queipo de Llano. Granada, sillón de madera, duro y erguido, tiene los pies españolismo de A.lbéniz: el París incomparable
hundida en el rencor. En su silla de anea, Falla, sobre la alfombrilla de la Alpujarra. Cuando re­ que vió nacer todos los impresionismos. Cuando
cruzadas las piernas, cruzadas las manos, cruzado cibe visitas le chispean los ojos. Habla con gusto Falla regresa a Madrid, en 1914, aquellos bocetos
el pensamiento, apretaba los labios. A lo lejos, y aun con alegría. Pero que nadie sea indiscreto.
(Sigue en la página 31)
tras del mar azul entreveía el sol de otros con­ Que nadie hable de las Hespérides que tuvieron
tinentes. Los guijos de la cuestecilla le quemaban un jardín con manzanas de oro. Esa había sido,
los pies. Le envenenaba el perfume varonil de los de verdad, la Atlántida, y por eso, ahora, el poe­
jazmines. El sol de ocaso en los muros de la ma de Mosén Jacinto iba a resonar con músicas
Alhambra le daba vértigos. La puerta de la Jus­ de aquellos climas. Ya se deshizo el espejismo en
ticia, impenetrable. Pesados portones. Cerraduras las almas enjutas. Cayeron las torres de Itálica.
medievales. El Albaicín, mudo. La Vega, som­ El jaramugo crece entre las ruinas. Todo el circo
bría. Sin escape. Falla recordó a un procer, amigo está lleno de lagartos. Yugos y flechas, abrojos,
de los galgos y de los artistas. Lo había conocido y el estiércol ya seco. Cesó la algarabía. Los ale­
un día en el taller de Zuloaga. Dicen que media manes y los italianos no acucian ya a los moros
Andalucía era suya. Los campos, las casonas, con ni los moros pecan empinando el codo con vinos
sus labriegos en el surco o bajo la parra cortando caros. Ya no ronflan los motores en el aire. Los
el pan, cuando había un pan de paz. ¿Dónde lagartos, grandes, gordos, miles de lagartos, sa­
estaban ahora? Falla quería huir de una España len de entre las piedras y sacan la lengua, m i­
en fiestas que le había pedido un himno triunfal. rando a la luna.
Unos meses antes, la negativa le hubiera costado ♦
cara, mientras que al mentecato que había com­
puesto el otro himno de la traición nadie, en la La misión de Manuel de Falla consistió en
España auténtica, le había buscado querella. Te­ restituir a la música española su acento tradicio­
legramas van. Telegramas vienen. Un pasaporte. nal. Perdido acento, desde hacía siglos. Algún
Falla inclina su cabeza calva. Mira la cerradura chispazo, acá y allá, y más en la música para
por última vez. Bajo el brazo, una carpeta con el pueblo que en la música para los señores afi­
papeles y un libro. Va con él una mujer, envuelto cionados, apagado enseguida. Falla se asomó a
el pelo blanquecino en una toquilla. Pesa un cuanta música encontraba que, en la apariencia
poco la maleta de cartón, que lleva unas mudas o en la hondura, mostrase vivo algún eco autén­ Autógrafo de MANUEL DE FALLA
A España de Longfellow es la TODO y N A D A cabalgan en sus acémilas con aires
L mía; él me ayudó a conocerla
un poco mejor. Conocimiento
de príncipes.”
Longfellow bucea en la literatura
difícil este de lo español, que cada
uno ha de hacer por sí mismo, equi­ LA E S P A Ñ A española para buscar de donde viene
aquel hombre español que, aun no
vocándose en el camino para no lle­ siendo nadie, diríase un personaje.
gar nunca, nunca, al término del de Y lee el Romancero y se emociona
viaje. con las coplas de Jorge Manrique,
Los poetas son en esto, como en que más tarde había de traducir, así

oM fellow
casi todo, los mejores guías, Juan como había de destacar del Roman­
José Domenchina nos dice en una de cero las páginas mejores. ¡Ese Con­
sus admirables Elegías Jubilares: de Arnaldos!. . .
¡Ay, socavón de España! Por Luis SANTU LLANO . Yo no digo mi canción,
¡Cómo para alcanzarte habrá que Sino a quien conmigo va.
(hundirse!
Pero Longfellow quiere conocer
Sí, hundirse, entrañarse en la en­ la canción enigmática, que va a ins­
traña española, cuya presencia más pirar su "Secreto del Mar”:
auténtica suele encontrarse en las
llanuras de Castilla. Pero los poetas Ah! what pleasant visions haunt me
de ayer y de hoy, cuando se apoyan as I gaze upon the sea!
en aquella tierra, buscan el trampo­ All the oíd romàntic legends,
lín para la levitación feliz, aunque All my dreams, come back to me.
sus imágenes literarias no se corres
pondan siempre con nuestro símil Most of all, the Spanish bailad
A sí Unamuno: Haunts me oft, and tarries long,
Of the noble Count Arnaldos
Tú me levantas, tierra de Castilla, And the sailors mystic song.
En la rugosa palma de tu mano,
Al cielo que te enciende y te refresca, Ahora es el secreto de la tierra,
Al cielo, tu amo. de la tierra castellana, lo que le
atrae, y sabiendo lo que hace, decide
Para Unamuno y para otros poe­ visitar un pueblecito, uno de esos
tas la llanura del cielo domina a la pueblos minúsculos, donde Azorín
llanada del suelo, no solamente por­ — magistral con la pluma, e incon­
que está encima de ella y la aventaja, secuente con lo que ella nos descu­
sino además porque le da la luz y briera— había también de inquirir
la sombra, alternadas y propicias, las esencias de España. Longfellow
que hacen de los páramos con tri­ va a pasar dos semanas a Villanueva
gos algo más que unos yermos inha­ del Pardillo.
bitables. Pero la llanura no ampara Yo he ido también, lector, a V i­
como el valle, como la montaña mis­ llanueva del Pardillo, una tarde do­
ma, ésta con el regazo de sus faldas. minical de febrero de 1933, en la
El hombre no tiene en la llanura buena compañía de Alejandro Caso­
donde acogerse, cuando la Naturale­ na, de Eduardo Torner y de un sim­
za se vuelve hosca contra él. Enton­ pático grupo de estudiantes farandu­
ces mira, como Fray Luis, a lo alto, leros, que allí alegraron a los buenos
al cielo. . . su amo. ¿ Y si el cielo, a vecinos pardillanos con el ingenuo
su vez, le envía furioso rayos y cen­ "Paso de las Aceitunas" y las mali­
tellas? Los amos son así en ocasio­ cias de "El Dragoncillo." Aunque
nes, y hay que aguantarlos. . . o re­ mía la fácil iniciativa de este viaje,
belarse. La rebelión supondría, en no diré que fu i en pos de Longfellow
este caso, la marcha a otra comarca, para no pecar de presumido, bien
el rompimiento del castellano con su que en el movimiento de m i ánimo
llanura; mas ¡puede tanto el miste­ Dibujo de Miguel PRIETO hubiera la curiosidad por descubrir
rioso encanto de Castilla, la gen­ con mis ojos lo que había recreado
til! . . . Porque su tierra, como nin­ tiene la presencia del álamo, que ro ¡ay! París valió siempre una m i­ al poeta en aquel lugar durante quin­
guna otra del mundo, ofrece el hace sonora la soledad con la dulce sa, desde los días de Lutecia, siempre. ce días. El camino, desde Madrid, no
prodigio de "la música callada,” de sonaja de sus hojas, obedientes a la ¡Que lo diga el nominalista y ena­ ofrece atractivo alguno singular: an­
"la soledad sonora,” que San Juan ventolina, y también tiene en su moradizo Abelardo!. . . El joven cho paisaje ondulado con monte bajo,
de la Cruz gustaba como nadie, algo pardo suelo espesas matas de rome­ Longfellow se resiste a dejar las ori­ del que alguna vez se eleva con susto
inefable que nos eleva y libera dé ro, que dan flores en la avanzada llas del Sena por las del Manzanares, y aparato de alas y de cola una oro­
nosotros y funde con el Cosmos. El ancianidad, y el petulante cantueso, y busca pretextos en la inseguridad péndola, fastuosa en su ropaje ama­
castellano, como pueblo, no puede asimismo oloroso, y el recatado to­ y los peligros de los caminos espa­ rillo. Fuera de esas sorpresas algo
dejar su llanura, que entre pétreos millo, bueno con bondad alta, pues ñoles en aquellos tiempos: "Me pa­ chocantes, por lo espectacular del
cantos le da santos, le lleva hacia la se goza en perfumaros calladamente rece, padre, que m i vida vale algo hermoso pajaróte, no hay motivo es­
santidad, la que sea, de arriba o de los pies, sin reparar que los llevéis más que ese viaje. Las noticias que pecial para el gozo del que viaja; ni
abajo, pues no es siempre exterior calzados y sucios con el polvo de la llegan de allá son para asustar, y a nuestro chofer Antonio podía ocu-
y superior al hombre, también la ciudad. como nunca ha estado en mis pla­ rrírsele entonces decir, como a Pe­
que le purifica y limpia para sí y Nuestros poetas, los clásicos y los nes terminar los días a manos de un dro, el lacayo del personaje tolstoia-
desliga de las ataduras menores. Juan modernos, me han enseñado a en­ asesino o de un salteador de carre­ no de "La Guerra y la Paz”: "¡qué
Ramón Jiménez supo verlo y con­ trar en el conocimiento de España, a teras, por el puñal o la pistola, pien­ bonito es esto!” Aquello, en la Rusia
tarlo bellamente: contemplar el cielo de Castilla con so que es prudente hacer, por lo de los zares, era un bosque de abe­
Fray Luis . . . y a desear un huerto menos, lo que el individuo que, al dules que se extendía a ambos lados
Aquel chopo de luz me lo decía,
verse entre ladrones, escurre con di­ de la carretera. Esa palabra "bonito”
en Madrid, contra el aire turquesa que con la primavera, simulo el bulto." Longfellow, padre, es radicalmente inadecuada para se­
(del otoño: de bella flor cubierto, no se deja impresionar por estos mie­ ñalar la más pequeña mota de la
"Termínate en tí mismo, como yo.” ya muestra en esperanza tierra castellana, pues todo es grande
dos falaces de Longfellow, hijo, e
El álamo es el árbol representati­ el fruto cierto. insiste en la conveniencia de que en ella.
vo de Castilla, que ha sabido elegir aprenda el español y se vaya a Ma­ Ya estamos encima de Villanueva
el culto mejor de la Dendrolatría. Esta es la Castilla marginal, la drid, cuando el ánimo le alcance del Pardillo, y todavía no vemos al
El álamo, como el hombre allí, mira leonesa y la salamanquina, movidas para ello. Por fortuna llega a París pueblecito, acogido a un repliegue
hacia el azul. en su relieve y tentadoras: ¡aquellas ahora, procedente de Castilla, un del suelo tapizado de vegetación hu
delicias del Bierzo, que los monjes compatriota, sobrino de Washington, milde, con algunos pobres campos
¡Alamos de las márgenes del Duero, de la Reconquista supieron elegir y quien le habla del país con palabras de trigo, de centeno, de avena, de
conmigo vais, mi corazón os lleva! poblar; aquellas márgenes floridas entusiastas. El joven Enrique se de­ garbanzos, también con la mancha
del Tormes! N o es la pura Castilla cide, por fin, a ir a España en aquel de unos algarrobos. El pastor de un
dijo otro de nuestros poetas. Pero, la Vieja, desnuda en su paisaje me­ rebaño desperdigado¡, recortada su
en verdad, Antonio Machado no po jor, la que sabe renunciar sin es­ año de 1827. Ya en Madrid, se sien­
te feliz porque, dejando a un lado figura contra la pura luz del invier­
día llevarse consigo un álamo real fuerzo con el asceta: "quiero poco, no, es el primero en acogernos y
desde la tierra de Soria que él amara y ese poco lo necesito poco.” Esta, la escasez de lo confortable y la abun­
dancia de molestias menores, Long­ decirnos con el gesto sobrio de su
tonto. Por eso hubo de conformarse esta es la España esencial, admirable cayada: "Un poco más, y ya han
con algo más humilde en la ofrenda y admirada de Longfellow. fellow descubré al "hombre" espa­
ñol. Así lo comunica en cartas a su llegado!” En ese momento la Villa-
a su Andalucía: nueva que buscamos, que un día aca­

hermana Isabel:
so se enfrentó a una Villa Vieja y la
De aquel trozo de España, alto y ro- "El carácter español se manifiesta borró del mapa, es y no es, pues es­
( quero, El caso es interesante. Henry Wad orgulloso y, por ello, algo distante; tá cerca de nosotros y no lo vemos.
hoy traigo a ti, Guadalquivir florido, worth Longfellow (1807-1882), per­ mas de su corazón fluye una cálida Sin embargo, existe realmente este
una mata de áspero romero. tenecía a una familia en situación corriente de nobles sentimientos; lo pueblecito que nos atrae, a cuatro
Castilla es mucho más que un holgada. Su padre quiere hacerle que hace que los españoles sean aca­ solas leguas de Madrid, y que en
yermo, más que la pródiga tierra de profesor universitario de literaturas so el pueblo más cortés del m un­ tiempos de Longfellow reunía — se­
Campos y que los pamapanares nipu­ extranjeras. Para ello le envía a Fran­ d o . . . El orgullo castellano es pro­ gún Madoz— ochenta casas de me­
chegos, despampanantes en aquellas cia, a Italia y Alemania. En 1826 se verbial. Un mendigo sabe embozarse diana construcción y una iglesia pa­
llanadas polvorientas que santificó encuentra en París. Su padre le es­ en su andrajosa capa con la dignidad rroquial dedicada a San Lucas, la
Nuestro Señor D on Quijote. Castilla cribe para que se vaya a España; pe­ de un senador romano, y los arrieros (Sigue en la página 30)
LUZ EN LA SOMBRA de gente que por siempre será extraña,
de la que por los siglos de los siglos
¿Qué viento soplará el día
CINCO estará de nosotros apartada. . .
de mi último pensamiento
en el trance de agonía?
Yo estaba solo, solo,
en el suelo la máscara,
¿Qué sol bañará m i frente
con su postrer arrebol? abierto el corazón ante m í mismo,
¿Sol de aurora o sol poniente? sin un afeite el alma,

¿Qué canción jamás oída


vendrá de extraña región
a darme su despedida?
P oemas todos mis sueños revolando en torno
— negros vampiros y palomas blancas,—
los sueños que saqué de las cavernas
y los que hice bajar de la montaña. . .

¿Qué mano al fin de la senda fugaban junto al lecho mis sentidos


trazará un signo lejano
para que yo lo comprenda? inéditos con un impuro retozar de cabras.
Miré m i vida pecadora y triste
¿Qué emoción, en la sombría tendida en el colchón como una llaga,
cárcel de m i corazón, y tuve miedo de mostrar lo único
será consuelo y perdón que se oculta en el fondo de la entraña,
de esta larga culpa m ía?. . . la palabra secreta, la que el hombre

¿Qué emoción
— sol, viento, mano, canción—
hará de m i noche día?. . .
del para la hora de la muerte guarda. . .

Me sentí solo y me sentí desnudo


como un Adán tras la primera falta. . .
I 9 de julio de 1946. Cerré las puertas y me hundí en la sombra
como quien se arrebuja entre las sábanas.
próximo
COPLAS DE LA CUENTA ERRADA 5 de octubre de 1946.

¿Habrá que borrar la cuenta,


cambiar de rumbo y destino LA CITA
bajo el cielo y sobre el mar?
¿Desafiar otra tormenta
y el viejo y largo camino
desandar?
libro La sentí llegar. V i sus ojos
de un gris azul, entre humo y cielo;
su palidez era de luna
¿Habrá que arrojar el lastre sobre la noche del desierto;
de los sueños que atesora sus manos largas ascendían
el errático bajel,
y llorar sobre el desastre por la escala de los cabellos

^ V:ilano
de todo lo que en otrora cual si ensayaran tenues ritmos
nos fué fiel? sobre las arpas del silencio. . .
Poco después, posó en mis hombros
¿Sentir la angustia suprema la crispatura de sus dedos,
de saber que se ha perdido y me miró, con las pupilas
el tema de la canción,
y echar al aire el poema vagas y absortas de los ciegos. . .
que era sangre del herido
corazón? N o me habló; pero de sus labios
sin color, delgados y trémulos,
¿Pensar que un manto de invierno brotó un murmurio imperceptible,
se tiende sobre las cosas
de esta vida terrenal, un misterioso llamamiento
y que sólo en campo eterno
habrá que cortar las rosas
V- ” como de voces irreales
que sólo oímos entre sueños,
del rosal? . . .

27 de julio de 1946.
V lento como la palabra extinguida
de aquellas almas que se fueron
sin dejar signo de su paso
en los arenales del tiem po. . .

LA VENTANA D e sus labios y de sus ojos


Por Enrique González Martínez fluía un mensaje secreto;
Como al llamado de una voz ausente, pero su mirar era sombra
me asomé de la muerte a la ventana. y su voz fantasma del viento.
Sobre la barra en cruz clavé la frente,
rasgué la celosía M e conturbaba y me atraía,
y hundí los ojos por mirar qué había a la par memoria y deseo.
tras de las rejas de la angustia humana. . . Quise apartarme de su lado
y me sentí su prisionero.
Pensé entre mí: — "Revelaré mañana
La codiciaba y la temía;
a mis hermanos ciegos, lo que esconde
quise besarla y tuve miedo
la esfinge que ni escucha ni responde". . .
de atarme al nudo de sus brazos
Mas en vano es que acuda y morir de su abrazo eterno. . .
la grey fraterna a disipar su duda.
Profeta sin mensaje, Se alejó de m í. . . Quedé sola;
de m i fugaz visión tan sólo traje mas yo supe que aquel encuentro
congelada sonrisa y lengua muda. era anuncio de que vendría
pronto a visitarme de nuevo. . .
15 de septiembre de 1946. Y con un guiño silencioso,
bajo las antorchas del cielo,
concertamos la cita próxima,
sin fijar el sitio ni el tiempo,
SUEÑOS DE FIEBRE
sin más aviso que sus pasos
A m i alcoba de enfermo entre los árboles del huerto,
la calle se asomó por la ventana en la claridad opalina
y me miró con la mirada anónima de algún plenilunio de invierno.
de aquel informe cruce de fantasmas,
de seres que ni vimos ni veremos, Carlos OROZCO ROMERO: Dibujo 10 de noviembre de 1946.
Es claro que nos referimos a los la acción de hoy es, a no dudarlo, la
exilados españoles residentes en Mé­

M
xico. La cultura mexicana no es sino
un producto — vista ahora en su
EXICO Y LOS más firme garantía de compenetra­
ción entre los intelectuales y la na­
ción entera cuando la marcha as­
edad adulta y mestiza— de una se­ cendente de nuestra historia, hoy
rie de elementos disímiles que han
concurrido a darle fisonomía. Lo in­
dio y lo español acaso hayan entrado
EXILADOS obstruida, pueda reanudarse.
Los "intelectuales libres”, militan­
tes en la lucha contra el franquismo,
en idénticas proporciones, de dife­ Pot E. Abren GOMEZ organizados valientemente bajo el
rente contextura espiritual, de diver­ terror, con las armas intelectuales
sa modalidad expresiva. Los factores de la pluma y la palabra certeramen­
procedentes de otras nacionalidades te apuntadas sobre el blanco, pelean
— la francesa, la inglesa, la judía, pañoles han escrito y publicado en caces! Los exilados españoles deben junto a lo mejor de España por la
la germana— , no han influido sino México, implican dos cosas: capaci­ ser tenidos (y de hecho así se les liberación de la patria común. Pero
en la formación técnica de ciertas dad de heroísmo ( ¡escribir y pensar tiene ya) como ciudadanos mexica­ lo hacen con la vista puesta también
normas de pensamiento o de ciertas con la angustia de la vida!) y ca­ nos aptos para realizar la conviven­ en objetivos propios y peculiares.
actitudes en el desarrollo del trabajo pacidad de entendimiento. ¡Cuánta cia social y cultural que tanto nece­ Pensando muy concretamente en lo
del hombre. Tan es así que pode­ simpatía para México está contenida sitamos. Yo entre ellos me siento que la cultura tiene derecho a espe­
mos, en un momento dado, prescin­ en estos libros; qué modo de en­ español, porque ellos entre nosotros rar de la España liberada, que es
dir de estos recursos. Lo más que tender nuestros problemas; qué mo­ se sienten y se saben mexicanos. In­ al propio tiempo lo que esta España
podría suceder, si nos suprimieran do de ayudar a resolverlos, a medir, tercambiamos nuestro afecto y nues­ debe exigir de su intelectualidad.
algunos de los valores de esta espe­ al menos, sus posibilidades más efi- tra voluntad de trabajo. En su apelación a nosotros y al
cie, sería tan sólo clausurar una cá­ mundo, aquellos compañeros nues­
tedra de la Universidad o una fábri­ tros que se baten allá nos ofrecen
ca o una tienda o un taller de barrio. los grandes lincamientos para un
La vida esencial de México conti­ programa de la cultura española de
nuaría latente, fecunda y original. En la España reconquistada. Lincamien­
cambio ¿cómo es posible callar o no tos, a mi modo de ver, de tan certe­
ver la eficacia de lo indio o de lo ro trazo, que probablemente ningún
español? Imposible. Lo indio es intelectual español republicano los
nuestra esencia vital, nuestra médu­ habrá de recusar.
la, nuestro arraigo en la tierra, nues­
tro azoro frente al cielo, nuestro aire
en el bosque, en el desierto o en la
cueva de la mina. Lo español es
TJN PROGRAMA Proclaman los intelectuales libres
de España la necesidad de una cul­
tura basada en el desenvolvimiento
armónico de la personalidad huma­
nuestro impulso universal, nuestro
anhelo de convivencia con otras ra­
zas, con otros pueblos, con otros
U DE CULTURA na, libre de toda coacción. Su creen­
cia en un nuevo tipo de hombre
con fe en sus conocimientos, en su
espíritus. Lo indio es una fuerza dignidad y en sus posibilidades para
centrípeta. Lo español es una fuerza Por Wenceslao ROCES
crearse una existencia valiosa y fe­
centrífuga. Lo indio constituye el liz. Su identificación incondicional
núcleo; lo español el protoplasma. Con motivo del llamado "conflic­ Cuando los birretes de los doc­
to taurino” hispano-mexicano, circu­ tores se convierten en monteras de con los métodos de extensión y de­
Uno y otro elemento se completan, mocratización de la cultura y el libre
se unifican hasta constituir un todo: ló hace tiempo por los periódicos torero, gorros cuarteleros falangistas
una noticia bastante curiosa y reve­ y tricornios de guardia civil, todo en acceso de todos a las fuentes del sa­
la célula. Las propias diferencias que ber. Su patriótica aspiración a que
separan a estos elementos se tradu­ ladora: la de que el Ministerio de una pieza, ¿qué de extraño tiene
Instrucción Pública de Madrid, en que también los hombres de la au­ todos los anteriores postulados ten­
cen en fuerzas vivas propicias para gan una manifestación genuinamen-
alcanzar mayor energía histórica. nota oficial, había explicado a la téntica cultura "se echen al monte”
opinión española las causas de las y que, incluso, exista hoy en Espa­ te española y su conciencia inque­
Pero existen dos tipos de españo­ brantable de la misión de España
les: el tipo del emigrado — hombre ruptura del convenio entre los to­ ña, un movimiento guerrillero es­
reros de México y los de España. pecíficamente cultural? en el plano de la cultura universal.
de lucha, de trabajo; y el tipo del
Por lo visto, una de las misiones Pero todo eso no pasaría de ser
exilado —hombre de pensamiento y Eso son, realmente, guerrilleros de
de creación espiritual. Estos dos ti­ asignadas por Franco a los máximos la cultura española — y ningún tí­ una generosa quimera si tal decla­
pos, cuando tienen sentido ético, se dirigentes de la cultura del estado tulo podría enaltecerlos más— , los ración de fe no encontrase su re­
llaman españoles. Si el fondo de falangista es el velar por la fiesta valerosos compatriotas agrupados en mate en lo que hace de ella una
ellos es desaprensivo, producto des­ de toros. Ya Fernando V il — todo el la "Unión de Intelectuales libres de bandera de lucha para el momento
castado, se les apellida gachupín. El mundo lo sabe— había ordenado España” que, meses atrás, hacían actual. Es la declaración de que "los
gachupín es un traidor a su solar clausurar universidades y crear es­ llegar su voz a los intelectuales principios enunciados sólo pueden
cuelas de tauromaquia. Franco pro­ tener realidad en un régimen demo­
hispánico. Es un tipo sin memoria del mundo entero y a la opinión
clama a la universidad "Falange mi­ pública de todos los países. Si lo crático que garantice las libertades
social. El español es un ente que, y derechos del hombre, así como
donde llega — para trabajar o para sionera de la cultura”, le ciñe el mejor, lo más acendrado y aguerrido
correaje y la pistola del señorito una existencia libre de las angustias
pensar— crea o establece cordones de la nación española, la gran es­
umbilicales. Transmuta con su me­ falangista, y encarga a su ministro materiales y espirituales que hoy cie­
peranza de nuestro próximo maña­ rran el paso, en España, al más m í­
dio sangre, ideas, creencias, idioma. de Instrucción dar notas oiciales
les sobre los pleitos de los toreros. na, está actualmente en las guerri­ nimo desenvolvimiento cultural”. La
El español exilado — el que tuvo
que expatriarse entre la tiranía que Y no hace mucho que en el para­ llas, en la resistencia activa y com­ firme resolución de "colocar como
agobiaba a su patria, es doblemente ninfo de la universidad de Salaman­ batiente contra Franco, en ese gran supremo imperativo de nuestra ac­
español: lo es por su esencia crea­ ca, la de fray Luis de León, Dorado ción la necesidad de concentrar to­
movimiento nacional de lucha no das nuestras energías en la resisten­
dora y lo es por esencia ética de Montero y Unamuno, puso cátedra
el astro-rey de la torería para diser­ podía faltar la intelectualidad. Y cia republicana contra el franquismo,
convivencia. Los exilados españoles
que han llegado a México en los tar sobre su arte. esta hermandad de armas forjada en premisa ineludible para el logro de
últimos años satisfacen necesidades nuestras aspiraciones como intelec­
espirituales de España y de México. tuales y como españoles”.
El resultado de la presencia de ellos
en nuestro medio no necesita ser
L a voz de la resistencia española De nada servirían los grandes
objetivos culturales para el mañana
estudiado; basta con que veamos sus si no se abre el camino por el que
manifestaciones. Los exilados espa­ se dirige a los intelectuales hay que marchar hacia ellos, orga­
nizando y ganando la batalla de hoy.
ñoles que se llaman, por ejemplo,
En ella se ventila todo lo que nues­
sólo por ejemplo, Rejano, Petere,
Moreno Villa, Larrea, Miguel Prie­
desterrados tra España es en su entraña verda­
to, Medina Echeverría, Maroto, Gaos, H ltu n c-ló ii e c o n ó i i i i c i i d e l p r o f e s o -
dera, lo que sus secuestradores de
D. M anu el Tnñón i le L ara, los años negros quieren en vano es­
Millares Cario, Xirau, Varela, An- m ie m b r o d e l a U n ió n d e I n t e ­ ru d o y d e lo s in t e le c t u a le s , e n
toniorrobles, dejan ya en nuestro g e n e r a l, lt e v c ló ta m b ié n ln la b o r trangular y lo que en espléndidas
le c tu a le s L ib re s d el in te r io r de
suelo un caudal hondo de enseñanza, d e io s q u e id e o ló g ic a m e n te s i r ­ realizaciones habrá de ser: su cul­
E s p a ñ a , q u e cru z ó re c ie n te m e n te
de acción, de ensueño, que nunca v e n a l fr a n q u is m o . P o r ñ ltlm o , tura y su vida, su espíritu y su pro­
la fr o n te r n a c a b a d e p r o n u n c ia r d esp u és de p re se n ta r e s te so m ­
jamás podremos olvidar ni nunca greso material, su grandeza interior
en F r a n e la u n a in te r e s a n te co n ­ b r ío p a n o r a m a d e l a c u l t u r a b a jo
jamás podremos dejar de agradecer. f e r e n c i a . E n e l l a l ia e x p u e s t o ln
y exterior.
e l fr a n q u is m o , s e r e f i r i ó a lo s
Una de las lecciones que nos ofre­ p o l í t i c a c u l t u r a l fie l f r a n q u i s m o f i n e s y a c t i v i d a d e s fie l a U . I . L . Decía Goethe, el gran olímpico,
cen estos hombres es su sentido de y có m o e l c le ro , l a Ig le s ia y la d el in te r io r de E s p a ñ a , q u e a g r u ­ que el hombre sólo puede llamar
trabajo; otra su capacidad de orga­ F a l n u jr e e je r c e n su in flu e n c ia p a a b s o lu ta m e n te a to d o s lo s verdaderamente suyo lo que sabe
nización; otra su disposición para en la v id a c u ltu ra l e s p a ñ o la . in te le c tu a le s a n tif r a n q u is t a s . S e ­ conquistar luchando. Ningún pueblo
H a b ló , p o r m e n o r iz a d a m c n te , d e ñ a ló e l s e n tid o n a c io n a l, p o p u la r ha aprendido esta verdad en tan du­
renovar nuestras disciplinas y nues­ l a p e n e t r a c i ó n i d e o l ó t r i e a d e ln y h u m a n is ta d e e s a o rg a n iz a c ió n
tras teorías técnicas o nuestras nor­ y s e d e tu v o a f i j a r la Id e o lo g ia
ra escuela como el español. Tam­
F a l a i i a 'e e n t o d o s l o s p r a d o s d e
mas artísticas. Un día se hará el la e n s e ñ a n z a , a s i co m o d e l p a p e l «le l n R e s i s t e n c i a , e n c u y a e l a ­ bién los intelectuales libres de Espa­
balance de la labor honda y amplia qu e d esem p eñ an , en e s te a sp ec­ b o r a c ió n p a r tic ip a a c tiv a m e n te ña han hecho suya la terrible lección,
y desinteresada que estos hombres to , e l S E U (S in d ic a to E s p a ñ o l l a U . 1. L . A l e n u m e r a r l n s m ú l ­ la ponen en práctica ejemplarmente
han realizado en nuestro suelo. Por U n iv e r s ita r io ) v ln s o rfrn n iz n - t i p l e s a c t i v i d a d e s d e ln U .I .L . y la enseñan a los demás. Su pro­
lo pronto un gran mexicano (Cle­ c io n e s fa la n p ris tn s d e p r o f e s o r e s . se r e f ir ió a D E M O C R IT O p e rió ­ grama de cultura es, por eso, un
mente López Trujillo) con buen sen­ H a b l ó t a m b i é n d e ln iu e n p a e i d a d d ic o e d ita d o e n t r e s p u n t o s d e programa de lucha. De lucha por la
E sp añ a i “ N u e stro T ie m p o ” y
tido sociológico, forma ya, con un d e l p r o f e s o r a d o , d e ln f a r s a d e l o s
“ C u a d e r n o s d e E s t u d i o ’’ q u e t i e ­
liberación de España. Porque, sin in­
equipo de colaboradores, el índice e x t im e n e s d e o p o s ic ió n y d e la dependencia y sin libertad, ninguna
nen m ús de 7©»(MM) l e c t o r e s .
de la producción de libros realizada p é rd id a d e to d a a u t o n o m ía e n ln s nación puede tener una cultura au­
U n iv e r s id a d e s . S e ñ a ló la e s t e r i ­ H a b ló , a s im is m o , d e l a p a r t i c i ­
en México por estos nuestros más p a c ió n d e l a U .I .L . e n l a lu c h a ténticamente humana, no pudiendo
lid a d d e l a i n v e s t i t c n c i ó n c i e n t í ­
recientes hermanos. La sola visión f i c a , e l d e s ie r t o p a n o r a m a d e la a c t i v a d e l p u e b lo e s p a ñ o l y d e l tener por hijos a verdaderos hom­
de los primeros trabajos relaciona­ lite r a tu r a n c tu a l, e l r ig o r de e je m p lo d e u n id a d q u e e s t a o r ­ bres capaces de sustentar y engran­
dos con este índice produce asom­ la c e n s u ra e n c u a n to a la p u b li­ g a n iz a c ió n s ig n if ic a e n E s p a ñ a ; decer esa cultura y a quienes ella
bro. Los libros que los exilados es­ c a c ió n d e lib r o s y la te r r ib le (Sigue en la página 20) pueda servir.
EI mar rico en matices y contrastes es, a la "Estos animales — dice Michelet, el historia­
dor ilustre— se atavían con un extraño lujo
par que manantial de vida, residencia de los más
bellos seres que la imaginación pueda soñar.
Los pobladores del mar ocultan en sus aguas su
EL VERGEL botánico, con libreas espléndidas de una flora
excéntrica y lujuriosa. Divisáis, hasta donde al­
silenciosa belleza; y dan vida a un mundo de canza la vista, flores, plantas y arbustos; a lo
callada hermosura en el que se desconoce el
canto del pajarillo, el chirriar monótono de la
INCOMPARABLE menos tales os parecen por sus formas y colores.
Y estas plantas se mueven, los arbustos son irri­
chicharra o el zumbido tenaz del abejorro. El tables, las flores tiemblan con naciente sensibi­
paisaje submarino, que las olas no dejan ver, está lidad, donde irá a posarse la voluntad. . .
forjado por el mundo viviente sin que apenas Unos tienen la solidez, la casi eternidad del
cuenten los accidentes pintorescos del roquedo, árbol; otros se marchitan como las flores. La
como en los que se vislumbran a la orilla, y ad­ anémona marina se abre como pálida margarita
miramos medio cegados por el cabrilleo y celajes rosada o como áster granate adornada con ojos
de las aguas. de azu r. . . El alción toma todo género de for­
Son las algas, las madréporas, los bancos de mas y de colores, parece planta, hoja o fruto,
ostras y madreperlas, las esponjas, los briozoarios despliégase en forma de abanico, se convierte
los que, al asociarse, decoran la escena subma­ seta o en graciosa cestita.. . La sensitiva la ha­
rina. Los bosquecillos de algas, los vergeles que llareis en una forma ligera; en la cornularia,
los corales y gorgonas crean, las praderas ani­ que al contacto se repliega sobre sí misma, cierra
madas por los inquietos tentáculos de las actinias su seno como la flor sensible al fresco de la
y las masas de moluscos toman extraños aspectos noche” (El M a r-IV ).
a través de las aguas verdeazuladas, glaucas, que La simetría radiada crea formas tan bellas
difuminan los colores y velan los agrios matices como la estrella, el erizo, el lirio de mar, la
que aquí no existen, como en el mundo terrestre. ofiura y otra infinidad de animales de la misma
Simetría de la estrella de mar
En los fondos poco profundos, hasta los que estirpe, sobre los que la naturaleza vuelca los
alcanzan los rayos del sol las formas aparecen dones de su belleza.
desdibujadas, imprecisas y templantes, con el en­ D E LAS Las medusas de parsimonioso nadar, de pausa­
canto que les comunica su propia vaguedad; jar­ dos movimientos rítmicos o el farolillo de mar,
dines de Poseidón desvaídos y fantasmales en conservan este tipo de simetría no obstante ha­
los que se creería ver desfilar hipocampos, tri­ ber aprendido a desplazarse en las aguas arras­
tones, cortejos de sirenas de argentadas colas y tradas por el curioso vagar de su sombrilla con­
a la misma Anfitrite con sus ojos de agua y tráctil a su cuerpo oval y hueco como un rimi-
su cabellera cerúlea, ondulada al vaivén de las nuto y extraño globo de verbena, soltado en la
olas. Más abajo el ambiente se entenebrece por algaraza y bulla de alguna e ignorada fiesta
la impotencia de la luz para abrirse paso a tra­ submarina.
vés de la masa de agua. Y en las sombras os­ El mar es la patria de las nacaradas conchas
curas se deslizan los más absurdos engendros como los abulones, las avículas, los trocos y los
del piélago inmenso. turlos que brindan al hombre uno de los más
Los seres marinos son de una variedad descon­ bellos productos ornamentales; entre las valvas
certante; obedecen a los más variados y contra­ de la madreperla se producen las perlas, la más
puestos patrones y modelos; todos los grupos bella joya con que la cuna de Afrodita ofrenda
zoológicos están representados y moran en el a los mortales y satisface su frivolidad incorre­
océano. Las mismas aves y los mamíferos, los gible. También los moluscos modestos y humil­
más castizos pobladores de los continentes, tienen des, los insignificantes ofrecen conchas bellas y
grupos enteros acomodados a lá vida en el mar. pulidas, escondida en los arenales de las costas
Y aun seres tan esencialmente continentales como de los mares templados; pequeñas y bruñidas
los arácnidos, los insectos, los miriápodos y los pechinas, clóchinas de todos colores, chirlas de
reptiles no dejan de mandar representación lucida conchas de porcelana, pintados caracolillos que
a la corte de Anfitrite, y no sólo con especies son la alegría de los bosquecillos de coral, de los
costeras o litorales sino con algunos capaces de dorados arenales, de las ásperas rocas arrasadas
penetrar hasta las profundidaes o navegar en por las olas bravias que en ellas rompen. Por
alta mar. algo Fray Luis de Granada, admirador místico
Las algas rompen los manidos esquemas de la de las bellezas de la naturaleza, escribió frases
vegetación terrestre; formas caprichosas, variadísi­ bellísimas al cantar las hermosuras con que el
mas, se encuadran dentro de los más diversos ta­ creador adorna los mares y "Y allende desto,
maños, desde los vegetales invisibles microscópicos ¿Qué diré de las conchas, de que se hace la gra­
que se ocultan, en su pequeñez a los ojos extra­ na, la grana fina, que es el ornamento de los
Penachos respiratorios de los gusanos de mar
ños hasta los gigantescos que miden algunos reyes? ¿Qué de las otras conchas, y veneras, y
centenares de metros; vegetación polícroma de gama de formas que sirven de alegre vestidura figuras de caracoles grandes y pequeños, fabri­
tonos verdes, pardos y luce todas las escalas del a infinidad de minúsculas joyas que el micros­ cados de mil maneras, más blancos que la nieve,
rojo, decoran y embellecen peñascos, oquedades copio denuncia y cuya descripción ocupa la aten­ y con eso con pintas de diversos colores, sembra­
y grutas fangales y playas sumergidas, con los ción de muchos investigadores. dos por todos ellos? i Oh admirable sabiduría
La vida no olvida en ningún momento las del creador! ¡Cuán engrandecidas son, Señor,
más variados matices de una policromía des­
más exquisitas normas del arte desde las más vuestras obras! Todas son hechas con suma sa­
concertante.
clásicas a las de vanguardia, y menos en el mar, biduría.
Los animales terrestres obedecen todos al mis­ en el que, dadas las favorables condiciones del
mo canon de simetría en donde caben pocas va­ Nadie mejor que el capitán Francisco de Al-
medio y la riqueza varia de sus pobladores, em­ dana, delicado poeta, en su epístola a Arias Mon­
riantes. Los marinos, por el contrario gozan de plea los más audaces recursos ornamentales con
la más amplia libertad. Unas veces, partes igua­ tano, Sobre la contemplación de Dios y los
qué decorar a sus criaturas. requisitos de ella, ha sabido contar la belleza de
les o análogas se repiten a lo largo de su eje, en Los seres que flotan en las aguas agregan mu­
derredor de un punto, siguiendo una linea si­ estas escondidas y delicadas criaturas de los
chas veces, a la delicadeza de la forma, de la mares.
nuosa, o en espiral y así se crea toda una rica calidad de los tejidos de su cuerpo convertido (Sigue en la página 31)
en transparente joya de palpitante cristal, agua
trocada en vida, como en la medusa de ondu­
lados tentáculos, el cinturón de Venus de forma
acintada voluble o las caprichosas guirnaldas
vivientes que dentro del grupo de los sifonoíoros
asombran, no sólo con su riqueza de color y
forma sino también con la armonía de sus con­
trastes. En más de un caso se adornan con los
tonos fríos y azulados de las aguas como si vis­
tiesen el ropaje del mar.
Los animales que viven perennemente anclados
al fondo del mar, inmóviles y quietos, son mol­
deados especialmente por esta vida de obligado'
y perpetuo reposo. Sus cuerpos al crecer se rami­
fican, toman formas arborescentes irregulares u
obedecen a normas especiales a las que se debe
su curioso aspecto. Los pólipos, que los pescado­
res conocen con los nombres de flores anémo­
nas, crisantemos de mar, ramos, abanicos, a los
que los naturalistas de otros tiempos llamaron
zoófitos, esto es animales-plantas, son nombres
elocuentes, los vulgares y el científico, no sólo
para expresar la ambigüedad aparente de su na­
turaleza, sino su apariencia, que remeda la de
los vegetales. Arbustos, plumas policromadas,
ramas floridas, extrañas vegetaciones musgosas,
animados céspedes, bejucos luminosos, enredade­
ras inquietas, matorrales vivientes, vibrantes ar­
bustos policromados, tapizan los fondos de los
mares cálidos a los que comunican la alegría de
sus formas y de sus tonos.
Estrellas, pólipos, moluscos y cangrejos decoran las
rocas de la costa Dibujos del autor Medusas, sifonóforos, cinturón de Venus y , crustáceos
La última vez que vi a Gutiérrez- ble expresión de la pintura que no
Solana fué en Valencia, en aquellos haya sido resultado de un entrañable
días inflamados de nuestra guerra, amor por el mundo que representa?
cuando más dura era la lucha del uriE R K E Z -S o l a n a Cuántas veces he pensado ante los
pueblo español contra la traición cuadros de Solana que aquella es­
militarista. Habían llegado por en­
tonces a la ciudad levantina algunos
ESPAÑOL DEL DESALIENTO tampa torturante que se ofrecía a
mis ojos pudiera haber tenido su
intelectuales y artistas, "evacuados” origen, para el artista, en el tema o
por el Ministerio de Instrucción Pú­ suceso más lleno de ternura, pero
blica en los momentos mismos en al que, luego de considerarlo y lle­
que los fascistas mordisqueaban los Por Miguel PRIETO
arrabales de Madrid y era, por ello, varlo dentro abrazándolo o dando
tumbos, le fué naciendo la joroba:
toda la capital un frente de batalla.
Entre esos intelectuales estaba So­ esa joroba de la desesperanza, que
lana, acompañado de su inseparable por mucho tiempo ha arrastrado, y
hermano Manuel. Permaneció en Va­ razón de existir, Solana cerró los acaso seguirá arrastrando, el espa­
lencia algún tiempo el pintor, no ojos y los sentimientos a aquel acto ñol de genio.
sabemos si trabajando, "observando” ejemplar del español desnudo, y dan­ A todo lo que forma el mundo
o meramente sobrecogido por los do largos rodeos por las sombras, propio de Solana, como suele suce­
acontecimientos, hasta que un día guiado por una irresistible manía der con todo artista verdadero, le
supimos que el Ministerio, a peti­ de lo laberíntico y sórdido, fué a dar nace un estilo, que le expresa. De
ción suya, le había dado todas las en el centro de lo español "suyo” tal manera, que, después de revelar
facilidades para trasladarse a París, cuando hervía más espesamente. Y el alma, exhibe el cuerpo y hasta
con el fin de que pudiera trabajar estuvo bien que fuera así. Solana sus apetitos. Por eso, a Solana le
con más sosiego en su arte. ¿Qué había amado las agonías, y a la hora nacía lo que pintaba como un bor­
hizo Solana en Francia? Lo igno­ de comenzar la más horrenda, el que botón que pudiera manarle de los
ramos. Sólo sabemos que, más tarde, había sido notario de tantas gan­ sentidos, y por eso es de todos, y
terminada la guerra y desaparecida grenas nacionales debía estar pre­ a todos corresponde algo del mundo
la República del suelo de España, sente para dar constancia y, llegado y de la pintura de sus cuadros.
deambulaba por "su” farragoso Ma­ el momento, reconocer y dar tam­
Aspero arte este de Solana, para
drid. Y en él ha muerto. En la tie­ bién fe del muerto por la especie de
una realidad bronca. Duros perfiles
rra donde también había nacido, vi­ los gusanos. Porque Solana era un José GUTIERREZ-SOLANA los suyos, para encerrar la vida des­
vido y realizado la mayor parte de perito en muertos y en seres infra­
humanos. Amasaba, de la vida rota, esperada. No vive en él la luz pri­
su obra. Ahora, a esa obra, al re­ han realizado una obra de dimen­
al hombre, al paisaje y al metal mera y su tránsito a las sombras.
cuerdo de esa obra, le habrán col­ siones extraordinarias. En muchas
gado un tarjetón con las cifras 1886- quebrado. Amaba, de lo humano, El pintor nos coloca en la penumbra,
ocasiones, casi como la del Renaci­ porque en ella bullen los esperpen­
1946, exactamente igual que suelen esos vestigios que se guardan entre miento. Sólo les ha faltado, para ser
hacer con todos los artistas muertos, el vinagre, la sal y el aceite, y reves­ tos que representa. Todo abigarrado
como ella, en su conjunto o plena­ — lo primero, lo intermedio y lo
para poderlos encontrar alguna vez tía el suceso de sus cuadros, de pol­ mente, la fusión con el pueblo, lle­
entre tantos difuntos innominados. vo, de herrumbre, de cegadora mi­ último— , golpeando nuestros ojos
vada firmemente, no con esa duda y nuestra conciencia Con la misma
Como si un artista, y lo que deja en seria, dándoles un sentido proscrito hacia todo acto exterior que tanto
sus obras para la vida, necesitasen de la vida. Para Solana — y esto lo fuerza, con idéntico empeño; dispo­
de huellas o datos de ninguna clase. ha frenado, negándolas, las posibi­ niendo las figuras como en un reta­
vemos nosotros— resultaba una amar­ lidades creadoras. En cambio, los ar­
A los hermanos Solana se les ga averiguación contemplar al hom­ blo. No sólo en la ordenación gene­
tistas y escritores de otros tiempos ral: también en el detalle, tal como
veía en Valencia, como siempre, her­ bre erguido. A un pueblo enaltecido
encontraron ahí mismo expresiones está labrada la imaginería española
méticos. Siguiendo uno los pasos por su fe interna en la vida, en la
permanentes de vida humana, para en la talla y en la policromía. So­
del otro, según era su costumbre; dignidad y en el sacrificio. Y era
natural que fuese así. ¿Dónde po­ transfigurarlas en mito universal. ¿De lana tiende a aglomerarlo todo en sus
pero, en aquella ocasión, con mayor
dríamos hallar en la obra de Solana dónde extrajo Cervantes los tipos de cuadros, sin dejar espacio ni atmós­
sospecha, entre sí, de su locura. Al Don Quijote y Sancho? ¿De dónde
verlos, en apariencia inalterables, da­ un valor representativo que acredite fera, esa facultad del espacio de la
ban ganas de acercarse a ellos para que el español permanece en pie? nacieron don Juan, Segismundo, Ce­ pintura española, adquirida y mane­
percatarse de que allí, en el contor­ lestina, Laurencia? De lo mejor fra­ jada con una profundidad iniguala­
Sin duda, a Gutíérrez-Solana no
no de sus figuras, también anidaban guado en el ideal, en los actos mora­ ble, para darle dimensión y trasunto
le dió nunca de frente el aire puro
todos los detalles del dramático con­ de lo español. Debió indagar las les, en la intimidad romántica, en de vida al personaje que lo habita.
flicto que tan intensamente vivía el causas de aquel hedor que respiraba. lo desgarrado y contradictorio de Así, en sus cuadros se hace difícil
pueblo español. Todavía me pregun­ Pero esto no era propio de él: más nuestro pueblo, dramáticamente si­ averiguar lo que piensan y lo que
to si, en aquellos días, enfebrecida bien él era resultado de ello. Tam­ tuado entre el vivir y el soñar. ¿De sueñan las figuras humanas cuando
España y puesta en carne viva, se poco había por qué pedírselo. Por dónde El Cristo de Velázquez, El En­ se indaga y se les interroga si están
daba cuenta cabal Solana, tras su eso olfateó de qué lado estaba la tierro del Conde de Orgaz, entre otras vivas o son de esos difuntos con los
aparente modorra, del tremendo epi­ carroña, a través de qué máscara se obras nobilísimas? Del pueblo espa­ que hablaba Solana cuando se acos­
sodio que había sacado las entrañas encubría y, sin juzgar apariencias, ñol: del carpintero, del letrado, del
taba a dormir con las botas puestas;
de lo español a la luz más cruda. tuvo la certeza de que, tras eso que leñador, del estudiante, traídos sus
¿Percibiría él el esfuerzo que en cuando se les pregunta cómo han vi­
llamaban fascismo o francofalangis- cuerpos y sus rostros, por el dolor vido la felicidad, si el tuétano mani­
aquellos instantes realizaba el hom­ mo — porque tampoco sabía nada y la angustia de su vida, a la divina
bre por sobrevivir, y el acto trascen­ do es lo que les aflige o es la vida
de esto-—, se hallaba lo fracasado y representación. ¿De dónde "El caba­
dente que para el futuro español espesa que les rodea; si desean con­
lo negro de la vida española de llero de la mano en el pecho,” "La
significaría el acabar definitivamente siempre. Y echó a andar tras esa tar alguna historia de viaje, o si lo
maja desnuda,” "Los fusilamientos que buscan es el cordel que les sus­
con todo lo que ha frenado — o vida, a través de todo lo laberíntico, de la Moncloa”? De ese pueblo con
desvirtuado— el desenvolvimiento como ya hemos dicho, encontrando penda.
señorío espiritual, donde la austeri­
de nuestra vida nacional? Pregunto esa máscara de sus carnavales, en las dad, la gracia y la cólera viven tur­ Con su aire hermético tienen estas
tal cosa, recordando el complejo fe­ plazas y arrabales de otras veces, más nándose en lo más genuino. figuras de Solana un porte antiguo,
nómeno que se deriva del elemento borracha que nunca. Borracha de como si estuvieran "curadas” con
material y espiritual que forma la Claro que Solana no ha resumido pimentón y puestas al humo, cual
trompetería y bendiciones, entre lu­ en la pintura toda la vida española
personalidad española. ces de atardecer. Nostálgica de im­ jamón añejo. En suma, un arte real,
Para un manipulador de esperpen­ perio. Frenética de concupiscencia, de su tiempo. Desbordando el "cuen­ de la rama más directa de lo huma­
tos y tragedias guiñolescas, debió de de sangre, de cera, de crepé. Atra­ co ibérico,” están Juan Gris, Picasso,
nista español, de lo verdadero que
ser sobrecogedora esta realidad: la gantada de escapularios. Miró y otros muchos. Pero a estos vive en las cosas. No lo que se tras­
de la tragedia verdadera de todo un hay que asociarlos al español de otras planta con la anécdota, sino lo que
Se nos representa esta vida real contiendas. Aprisionados en España,
pueblo y el caudal de vida heroica como esa otra de los cuadros de So­ se sustantiva con la pintura. Realis­
que el hombre es capaz de entregar encuadrados en la vida real y en el
lana, tal si le hubiese alcanzado una mo apasionado que se enciende y se
para salvar sus destinos y los de sus llamarada negra del Apocalipsis, momento de Solana, había otros pin­ quema con el objeto amado y sufri­
semejantes. Pero, ¿acaso el artista achicharrándola y dejándola parali­ tores, reverso de lo solanesco, que do, olvidándose de canon y medida,
que en todo el pasado de su obra zada. Paralizada y de rodillas, entre —salvo escasas excepciones— estaban para darse y hallar vida nueva y
nos había expuesto, con gran cono­ escombros, sin remedio, comiéndose encargados de vestir la pompa del transfiguración.
cimiento y amor, lo que vive mar­ el último mendrugo a la luz de Estado y los andrajos de una espe­
ginalmente o lo que a sí mismo se Cuando el arte de otras culturas,
muchos crepúsculos de su historia. cie de cosas dominantes en deca­
considera vencido y sin destino, po­ o de otras geografías, toma la vida
¡Cuántas veces tendrá que volver el dencia. Todavía permanecen allí al­ real y la organiza en el cuadro con
día percibir la fuerza virginal que español sobre los cien años últimos gunos de estos pintores para falsear
realmente vive aprisionada bajo la un sentimiento y hasta con una cien­
de su pasado para sentirse escarmen­ la vida y el arte. No porque no pue­ cia, lo hace a través de un concepto
corteza representativa de su pintura? tado! Hallará razón de su desven­ da haber una pintura hecha exclusi­
De ello nos revela algo aquella anéc­ preestablecido, y el mito o realidad
tura — de no encontrar otros ejem­ vamente para la belleza y el goce entra por unos cauces, ya sea el co­
dota relacionada con el poeta León- en ella de lo material, que para esto
Felipe. Un día, León, discutiendo plos visuales que mejor ilustren la lor, ya la forma. Refiere el color y
época— en estas geniales pinturas ha sido siempre el arte pictórico y lo relaciona con tonos armónicos. D i­
con Solana sobre el carácter de la volverá sin duda a serlo, sino porque
guerra, le dijo al pintor: "Está bien solanescas que, junto al pensamiento ce de la calidad del objeto, coloreán­
de los grandes escritores, dará, del su presencia en España no tiene otra
que esos traidores se hayan "levan­ dolo y dándole su grafismo. En lo
fracaso de la vida oficial española, misión que la de tocar dulzainas y español, lo sustantivo de la pintura
tado”. Ahora la "cosa” española lo­
grará ponerse en claro, y nosotros, o esta resultante patética que desem tender faramallas. O sea, lo contra­ está en darle a la calidad del objeto
los que vengan después de nosotros boca en el falangismo. De ello es rio de Solana, que, descreído, inde­ lo material de que está resuelto: el
acabarán con todo lo más negro y causa, en gran parte, la falta de un pendíente, bárbaro, se expresa para sabor, el tacto y el recuerdo a los
sórdido de la vida española, puesto claro discurrir de lo nacional en evo­ desbaratar toda falsa ilusión y mos­ sentidos. Un color y los otros colo­
de manifiesto en estos momentos”. lución, que ha hecho de muchas mo­ trar la entraña renegrida que destila res no están empleados sólo por las
Solana, desconcertado, se quedó mi­ tivaciones españolas un concepto pa­ la tragedia de lo español. Para ello, armonías, sino por el contenido que
rando al poeta y sólo preguntó: "En­ rasitario, rígido y fanático. Solana era un pintor genial. Des­ expresan: lo íntimo y apacible, lo
tonces, ¿qué voy a pintar yo?” En la España contemporánea ha piadado, sí; pero de un gran amor. desgarrado, lo sensual o lo fantasmal.
Por tener que pintar, que es una ha habido artistas y escritores que ¿Ha habido alguna vez una dura­ (Sigue en la página 18i
Bodegó n Desnudo

españoles emigrados—- la gran figu­


ra, la fuerte y españolísima persona­
lidad de Solana, a quien, por cierto,
algún periodista irresponsable, desde
las columnas de una publicación re­
publicana, y oficial por más señas,
ha tratado estúpidamente de negar
GUTIERREZ categoría y calidad estéticas.
No por desagraviar al pintor — que
SOLANA no lo necesita— , sino por ahondar
en su obra y reiterar, una vez más,
Recientemente tuvo lugar en la lo que hay en ella de genuino espa­
ciudad de México una exposición de ñolismo y de valores esenciales per­
obras del pintor español — ya falle­ manentes, publicamos esta página con
cido— José Gutiérrez Solana. Aun­ algunos de sus cuadros más caracte­
que no de las más representativas rísticos, y junto a ella un ensayo
dentro de la producción total del ar­ interpretativo, del pintor — también
tista, estas obras han servido para español— Miguel Prieto, director
recordar — especialmente entre los artístico de ULTRAMAR.

El Cristo de la sangre

La casa del arrabal Corrida de toros en Sepúlveda La ri.ita del obispo

El viejo armador Máscaras


langista. Por esto no basta luchar
uonue sea, sino allí, en España. Aun­
que estés aquí, luchar allí, en Es­
paña: que te oigan las piedras — no
que te oigan hasta las piedras: sino
que te oigan las piedras— , tanto las
piedras como los hombres, tanto por
las piedras como por los hombres,
tanto por las piedras como por los
aires, que las paredes oyen y forman
ecos, y retumban. Y el mar. Acuér­
date ahora de las viñas, y de los
olivos, y de los almendros de Tarra­
gona, del castillo de Tamarit o de
Poblet. . . Del sol inmirable y del
Mediterráneo dormido entre sába­
nas azules, con sus festones bordados
de blanco en las playas verdes — en
embozo de arena dorada y cernida,
bozo de espuma— dulce almohada
tuya, vieja de los veranos perdidos
en los océanos El mar también es de
reconquistar. . . Me dirás: — ¡Cuán­
ta literatura! Tan pronto como cai­
gan los hombres. . . Pero es que
sin las piedras los hombres no tie­
nen patria. Son las piedras y los ríos
los auténticos padres de los hombres,
sus progenitores. Y no bastan los
recuerdos que envanecen desvane­
ciéndose, sino las piedras; y las som­
bras de los árboles en los ríos y en
los canales. ( ¡Alamos invertidos en
los canales de Castilla y Aragón!)
Para reconquistar, no olvidar. Y el
¿qué más? ¿Tú crees que el que San Marcos y San Isidro de Encinas olvido nace del recuerdo vago e im­
Y hombre es sólo el hombre?
¿Tú crees que sólo se trata
León, San Juan de los Reyes, el
puente romano de Córdoba, el cas­
preciso.

de reconquistar el hombre? No,


Marcos, no: se trata también de
volver a tener lo que el hombre
hizo y, además, lo que lo hace: el
tillo de Medina y toda Salamanca
vuelvan a ser tuyas, de todos los
españoles. (Salamanca entera: San
Esteban, dorado; la Catedral, como
NO BASTA. LA
Duero es ahora el Duero, ni el Gua­ También las piedras olvidan, aun­
Arlanzón y el Tajo, los picos de ascua; la casa de Monterrey, la U ni­ que tarden más que los hombres.
Europa, Urbión y el Guadarrama. versidad, de oro cálido. Y Cande­ dalquivir es ahora el Guadalquivir
Cuando luchas por España, por re­ lario, y Miranda de Castañar, y las que tú conociste. Los ríos y las mon­ Pero olvidan más hondo, cuando se
conquistar España, no es sólo para H urdes). ¿No oyes las piedras? ¿No tañas de tus recuerdos no son ahora, quedan solas. Y si las desentierran
volver por el derecho de los hom­ te dicen nada los ríos? (entre Eres- Marcos, más que recuerdos. Y para al cabo de los siglos, ya no sabemos
bres españoles: es para que las pie­ ma y Clamores, Segovia m ía. . .) que vuelvan a ser de verdad tie­ lo que quieren decir. De la misma
dras de Valladolid, las de Burgos, Porque, piénsalo, dices: allí están, nes que luchar por ellos de la mis­
ma manera que luchas contra los manera que los hombres desterrados
las de Alcoy, las de Granada, vuel­ inmutables, y no es cierto: ni el
van a ser tuyas, claras y libres; para Tormes es ahora el Tormes, ni el generales traidores y su colastra fa- se olvidan de sus piedras y sus ríos,

T u rír¿ano (Segovia)
• Maarid: Calle de Seialla
Salamanca: Patio de las escuelas
dras, tal como están ahora, no son
ya las que tú viste. Cambiaste de
ojos. Tienes que ver a España con
tus ojos nuevos, no con aquellos que
dejaste allí. Prométete que cuando
los reconquistes irás a ver lo que
imaginas, a acariciar y que te aca­
ricien, de verdad, las piedras y los
ríos, a quitarles ese polvo que hoy
los recubre y ahoga. No sólo las ca­
tedrales, no sólo las ciudades, no
sólo Salamanca, sino Alba de Tor­
mes y Béjar; no sólo Santander, si­
no Potes y Cabuérniga; no sólo San­
tiago, sino Cambados y Villanueva
de Arosa; no sólo Sevilla, sino Car-
mona y Aracena; no sólo Valencia,
sino Játiva y Alberique. Que la le­
janía te sirva — a través de la foto­
grafía, del fotograbado, del negro y
el color— para adaptar tus ojos a
una nueva realidad
No basta el oído, que se engaña
a sí mismo; no basta el gusto, que
se relame y ahita; no basta el re­
cuerdo qué no tiene donde asirse
sino en el recuerdo y se vierte en
el sentimentalismo y viene, sin dar­
se cuenta, a cromo y fórmula, a es­
pejismo y falsedad; ni el pensamien­
to que se enreda alrededor de su
propio tronco y a lo sumo se queda
en las ramas. No hay bien como el
de la vista, ni cosa más certera. Para
crear: ver. Ya lo dice el refrán: le­
Córdoba: Plaza de los faroles reflejo de las piedras. No basta leer jos de los ojos, lejos del corazón.
y perderse luego en las figuraciones Y no sólo mirar, que se puede mi­
de los recuerdos que a veces se des­ rar sin ver. Si miras por España,

NOSTALGIA amarran de las perspectivas y se en-


marzan en los horizontes vagos y
brumosos de los deseos vagos. ¡Mi­
tienes que verla: no pasar los ojos,
sino dejarlos allí, Marcos, bien abier­
tos, desvelados; que es la única ma­
nera de no dormirse. Echa la vista
ra! Sí, mira. Ve y atiende: Mira, co­
de la inflexión de su hablar y cuan­ da— o los de Lucena; el airoso Fe­ y recoge la red; alegra tus pupilas;
do se les interroga ya no saben qué lipe IV; el palacio aquel de Viila- noce, reconoce, advierte, cuida, con­
abraza las cosas con los ojos y cé­
decir, borradas en su mente las lí­ carriado; el ciprés de Silos, las calles templa, divisa, observa. El hombre bate la vista. Mira, pero mira para
neas precisas de los cantos y de las de Betanzos, el Tajo lento de To­ ha aprendido a salvar algunas dis­ ver y no para olvidar: no almacenes
esculturas. (Por hermosas que sean ledo; los árboles negros, tan verdes, tancias del ver: para eso están los recuerdos sino trasuntos de la rea­
las piedras extranjeras, siempre ne­ de Pollensa, Montserrat de los santos retratos. No te baste recordar: abre lidad; no pierdas nunca a España de
cesitamos introductores para enten­ tolmos, Santo Tomás de Avila, Ube- libros donde haya fotografías de Es­ vista, escudriña, mira de lleno: que
derlas). En, España están tus piedras da y Baeza — siempre unidas— . . . ) paña y míralas. Aprende, vélas como las manos dependen siempre de los
y tus ríos, Marcos, en nuestra múl­ Los libros no son más que un nuevas, no recuerdes. Que las pie- ojos; ábrelos y no te hartarás. Ponte
tiple España multiplicada. (Las ca­ a mirar a España, fíjate y te darás
sas blancas de Ronda; los burritos cuenta — la cuenta que te tiene— .
de Cabra -—de piedra gris y par­ P or M a x AUB (Sigue en la página 29)

Valle de lregna (Rioja)


La aiberca dei Alcázar ae Sevilla
Ría de Plencía (Vizcaya)
UN CASO DE A M N E S I A : EL DE Gutiérrez Solana . . .
f Viene de la página 14)
M enéndez P idal La forma no lo es por la estructura,

E N LA revista Hispania, que se publica en los Estados Unidos para


los profesores de español, ha aparecido recientemente una nota ti­
tulada: Una visita a Menéndez Pidal, que firma un señor Warren
sino por la expresión de vida inde­
pendiente de que el cuadro está do­
tado.
F. Manning. Esa nota se presta a algunas reflexiones interesantes. En Solana pervive lo sensual de
Lo primero que se advierte es que el señor Manning es un fascista, la materia de que está llevada la
que como tal, miente desvergozadamente. El primer tercio, más o menos, pintura española. Sentido sensorial
de la nota es un canto al régimen de Franco y a las excelencias de la si­ de nuestros artistas, que más tarde
tuación actual en España. Como en el caso del Cardenal Spellman, se ve es recogido por la cerebración de
perfectamente que no hace más que repetir un boletín impreso de la otras manifestaciones nacionales de la
propaganda franquista. Es el disco que todos sabemos de memoria, puesto pintura, en todo eso que se ha dado
que sus divulgadores lo publican siempre sin cambiar una coma y en el en definir como "la plástica, elabo­
mismo orden en que las tesis e informes se presentan en ese boletín. ración y personalidad de los tonos,
El señor Manning estuvo sólo unos días en España y visitó en Ma­ la materia, lo cálido y frío, super­
drid al señor Menéndez Pidal. Este, según el visitante, se encuentra en ficies ásperas y bruñidas,” etc., etc.
buen estado de salud, a pesar de su edad, y perfectamente feliz. Dice que Los tonos en Solana tienen una per­
apenas sale de su casa, aunque se guarda muy bien de indicar por qué. sonalidad rara. Profundos, como se­
Menéndez Pidal le contó que estuvo fuera de España con su familia, du­ ría la voz del paisaje castellano si
rante la guerra y que entre tanto los bandidos (el autor de la nota sub­ arrancase a cantar. Pastosos, para re­
raya que es la expresión que utilizó don Ramón), saquearan su casa y se velar un contenido espeso. Extrañas
lo llevaron o lo destruyeron todo. Pero ¡oh milagro!, más tarde apareció calidades las de estos tonos: revela­
Pierre BONNARD: Autorretrato todo intacto e incluso todos sus ficheros en perfecto orden. . . en Ginebra. ción, tal vez, de lo trágico y fu­
El señor Menéndez Pidal, en lugar de bandidos, debió decir prestidigita­ nambulesco español, como si por
La Muerte de Bonnard dores, puesto que evidentemente se trata del conocido experimento en el esas entonaciones hubiera transcurri­
que tras de cortar y quemar el pañuelo de un espectador, se le devuelve do una vida anterior muy dilatada.
intacto. Sudor de agonías ha debido ocasio­
Días atrás ha muerto en su patria
Creo que es fácil refrescar un poco la memoria del señor Menéndez narle a Solana el hallazgo de esta
Pierre Bonnard, gran pintor fran­ Pidal. En primer lugar, no estuvo fuera de España con su familia, sino
cés. Pierre Bonnard nace el 3 de oc­ materia subterránea y fraguar con
solo, y su familia permaneció en Madrid. Su hijo se casó solemnemente en ella su materia para llevarla por esa
tubre de 1867, en Fontenay aux Roses el Quinto Regimiento. Sí; uno de aquellos matrimonios de guerra, que
(S eine). Estudia leyes en el Liceo arquitectura de tiempos en que es­
se quiso presentar como muestra del desenfreno rojo, cuando están esta­ tán resueltos sus cuadros. Genial ma­
Louis le Crand, de París, al mismo blecidos desde el derecho romano y fueron en realidad, prueba brillante
tiempo que asiste a las clases de pin­ nipulación de estos elementos reales
de la seriedad moral de que hizo gala el pueblo español. Algún tiempo hasta alcanzar el misterio oculto.
tura de la Academia Julián, teniendo después, consiguió un permiso para salir de España, e inmediatamente Conduciendo la forma por la vida
por compañeros a Vuillard, Maurice pasó a Burgos. más compenetrada, Solana fué eri­
Denis y Serusier. Sus obras de prin­ Don Ramón Menéndez Pidal no estaba en el extranjero en el -mo­ giendo ese mundo crispante de sus
cipiante tienen carácter decorativo y mento del saqueo de su casa. Se trata en realidad de la labor que llevaron cuadros, y es como si hubiese tendido
realiza carteles e ilustraciones, influen­ a cabo la Junta del Tesoro Artístico y el Quinto Regimiento en los mo­ un nudo corredizo sobre esa España
ciado por las estampas japonesas. En mentos más angustiosos del ataque a Madrid. El pueblo consideraba los áspera y bronca, tirando después de
1891 y en el Salón de los Indepen­ libros, papeles y ficheros de don Ramón como tesoro nacional, lo mismo ella y arrastrándola a la tumba, a ese
dientes, recién fundado, expone por que los laboratorios y papeles de otros sabios, por ejemplo, del doctor pudridero hasta donde han llegado
primera vez cuatro paneles decorati­ Manuel Márquez, y todo ello fué cuidadosamente embalado y evacuado a ya muchos "cara al sol.”
vos. Forma parte del grupo de Pont- Levante. Don Ramón se negó entonces a ausentarse de Madrid. N o falta Que la pintura de Solana sea un
Aven llamado también de los Nabis en México quien recuerde el banquete que se celebró para despedir a los epitafio a esa España agusanada. Y,
(profetas) en compañía de Gauguin, sabios evacuados, que fué altamente emocionante. Don Tomás Navarro mientras cerramos las puertas al úl­
Vuillard, Maurice Denis, Serusier y Tomás me contaba que no pudo contener las lágrimas cuando el antitan- timo pudridero que la gobierna y al
otros. quista Carrasco, llegado del frente, dijo en un brindis que él y el pueblo hedor de muchos siglos, creemos
Es influenciado en sus comienzos todo deseaban que los sabios se ausentaran de Madrid, porque eran pre­ nuevas luces y un apasionado vivir
por Manet, Renoir y Lautrec. Cola­ ciosos para España. "Para hacer lo que hacemos nosotros, dijo, no se ne­ donde no pueda retoñar el español
bora en la célebre Revue Blanche, cesita más que corazón, mientras que para que se form e uno de ustedes, se del desaliento.
realizando carteles y litografías de necesitan años y años de trabajo.” H e ahí los bandidos a que el señor
gran belleza y originalidad. A los Menéndez Pidal parece referirse.
veintinueve años celebra su primera Más tarde, el señor Menéndez Pidal salió de España y anduvo dando
exposición personal de pinturas y li­ conferencias en América. De regreso en Francia, hizo en cartas privadas,
tografías en la Calería de Durand ciertas tímidas declaraciones en favor de Franco y dijo en París que deseaba LA POBRE ZORRA
Ruel, obteniendo gran éxito. Segui­ volver a España con su familia, porque se sentía muy solo y enfermo, y
damente abandona la carrera de le­ así lo hizo. En España, la recepción que le dispensaron los franquistas fué (Viene de la página 3)
yes para dedicarse por completo a glacial. Le destituyeron, no sólo de la presidencia de la Academia y de la
su arte. Hoy es considerado como dirección del Centro de Estudios Históricos, sino como simple académico. ñero y escapar al campo, entre las
uno de los grandes pintores de nues­ Los falangistas le insultan en la calle, y esa es la razón de que apenas salga lágrimas y sustos de su triste ma­
tro tiempo. de su casa, Más tarde le han vuelto a llamar a la Academia y le han ele­ rido; si conservó, sin embargo, co­
Se cierran los ojos de este gran gido miembro del Consejo de la Hispanidad con fines de propaganda
exterior y todos le hemos visto en fotografías, sentado entre los hispano- mo en una vaga preconciencia hu­
pintor francés a los ochenta años y
nazis miembros de ese Consejo. El y su familia han pasado en España mana, el recuerdo de su antigua casa,
se cierran todavía los ojos de un ni­
ño, pues el mundo que ha visto y re­ serias dificultades económicas, aunque acaso no las pasen ahora. de modo que otro día vino por el
presentado Bonnard en su larga y El periodista ironiza sobre algunas de las informaciones que han circu­ jardín e hizo, con expresivos gestos,
fecunda vida, tiene la frescura y vir­ lado sobre investigaciones atómicas en España. Sin embargo, cuando estuvo que el caballero la fuera siguiendo
ginidad propias de la infancia. No en Madrid, no andaba, probablemente, muy lejos de ellas. hasta el rincón en que ahora tenía
creo que exista en pintura un caso se­ Baste indicar que no se han comentado suficientemente ciertas noticias su madriguera; si allí, con un or­
mejante. Casi todos los grandes maes­ que ha publicado la prensa, tales como la detención, tortura y condena de gullo inocente que dejó anonadado
tros tienden en el transcurso de los María Teresa Toral, el secuestro en que vive el profesor Moles, ambos al infeliz caballero, le fué mostrando
años a ser más sabios, más hábiles. colaboradores del Instituto Rockefeller y el regreso a sus actividades cien­ a los cuatro o cinco retoños anima­
Bonnard ha conservado milagrosamen­ tíficas de otros colaboradores de ese Instituto después de la guerra, cuando les de que un robusto macho sel­
te esa torpeza intencionada en el di­ antes habían estado apartados y destituidos. El Instituto Rockefeller, de vático le había hecho presente; si
bujo, esa extraña fantasía de su com­ Madrid, es uno de los centros científicos mejor equipados de Europa para el caballero, vencido por inexplica­
posición "indiferente”, blanda, con la investigación. Lo que ocurre es que aquellas actividades de investiga­ ble ternura, venía todas las tardes
cadencias, abandonos y deformaciones ción que antes tuvieran lugar allí en manos de los alemanes, han de des­ de visita junto a la madriguera, y
arrollarse ahora con el visto bueno y la colaboración de la Embajada
que constituyen la trama de su arte y norteamericana. jugaba un rato con los pequeñuelos
que son el encanto mayor de su pin­ Da un poco de tristeza ver hasta dónde llegan los efectos del terror y se complacía en ponerles nombres,
tura. El color vive por sí mismo, tie­ en España; porque el señor Menéndez Pidal tiene en su prestigio inter­ acaso descubriendo en ellos algunos
ne luz propia cada tono que pone en nacional un defensor que debería permitirle ser un poco más cauto con chispazos de humano entendimien­
el lienzo. Los contrastes más raros, sus visitantes, aguzar un poco la memoria y guardar un poco más de res­ to; si al volver la estación de caza,
más imprevistos se entonan de manera peto para el pueblo, que tuvo para él alta consideración y respeto y no empezaron las penas del caballero
misteriosa, pues aun apoyándose, co­ le escarneció al modo de los falangistas. para evitar que le mataran a la zo­
mo sus antecesores los impresionistas, Juan VICENS. rra y a su crías; si al fin la pobre
en la luz de la naturaleza, adquieren zorrita, azuzada de perros y seguida
de Bonnard una densidad nueva, lu­ zas y calles iluminadas por donde clara, caliente, muy apretada de color de cazadores, vino a precipitarse y
minosa y vibrante que no podemos pasan viejos coches de caballos y y de un arabesco extraño. Paisajes
a morir en los brazos de su esposo,
confrontarla con el natural. personajes indefinidos por su color luminosos del Mediodía francés y
y su forma incierta. Tiene su obra también retratos muy originales. No entre desgarradores gritos, ciegas
El “pretexto” o asunto de los cua­ dentelladas y ojos implorantes.
dros de Bonnard es la vida de su otros temas variadísimos: naturalezas hay sombras en su pintura, ni tonos
tiempo, la vida de París, pero trans­ muertas con fondos de ventanas abier­ sombríos. Es una pintura que repre­ A todo esto obliga la lealtad del
formada por su fantasía creadora, tas al campo, a un jardín o al mar senta la alegre y bella superficie del relato. Hay una buena fe literaria,
prolongando hasta sus últimos años ese libre. Interiores burgueses de casas de mundo, llena de luz y de color y que categoría entre ética y estética cuya
ambiente fin de siglo, recargado y campo con desnudos de mujer. Mu­ per el arte de magia de Bonnard se situación no definen aún los trata­
barroco, que tan bien ha sabido ex­ chachas acurrucadas con perros o ga­ nos aparece en sus lienzos como re­ dos. Hay un entregarse sin doblez
presar en las obras de su juventud. tos de formas extravagantes al lado cién creada para nuestra buena y nue­ a la mentira artística, para transfor­
Terrazas de café, pobladas de vagas de mesas con manteles a cuadros. Fru­ va esperanza. marla en otra especie más alta de
siluetas humanas con fondos de pla­ tas y flores. Todo en una atmósfera Arturo SO U TO verdad.
CRONICA DE ESPA Ñ A EN EL DESTIERRO
su honestidad como ciudadano de
España una aureolo imperecedera a
su nombre.
Don Manuel Márquez Rodríguez
nació en Villaseca de la Sagra, pro­
vincia de Toledo, España, el 14 de
marzo de 1872, cursando sus estu­
dios en la Facultad de Medicina de
Madrid.
Durante su carrera científica, el
joven Manuel Márquez se hizo acree­
dor a premios extraordinarios de
licenciado y de doctor en Medicina.
Siempre fué el primero en oposi­
ciones cuando era alumno interno de
los hospitales Provincial y Clínico
de la Facultad de Medicina.
El Dr. Manuel Márquez era pro­
fesor de número del Instituto Oftál­
mico Nacional, de Madrid al sobre­
venir la sublevación franquista; aca­
démico numerario de Medicina des­
de 1916; presidente de la Sociedad
Oftalmológica de Madrid; presiden­
te de honor de la Sociedad Oftalmo­
lógica Hispanoamericana; decano de
la Facultad de Medicina de Madrid,
y poseedor de títulos honoríficos de
Facultades, Sociedades Científicas y
Universidades extranjeras, que es im­
posible enumerar aquí.
Pero él coloca al lado de tantos
títulos uno que lleva muy a gala
poseer: el de refugiado español. Ese
título, otorgado al Dr. Márquez des­
de el año de 1939, por un billete
de ferrocarril "para indigente”, que
Toro o roca, huracán o tromba, lo hirió la traición, pero no pudo reducirlo la muerte. Herido, lo trasladó desde Perpignan a París,
despedazado, por los ojos, le sale el fuego español. El alma se asoma y grita en cada herida. desde la frontera patria al destierro,
¿Un mutilado? Sí, un mutilado de España, un hombre de nuestro pueblo, que dió por él peda­ es para él uno de los más preciados
zos de su carne y latidos de su sangre. Pero, como España, como la España por la que peleó de su acervo.
y sufrió, sólo está encadenado a medias. Un día, con los dientes, con el espíritu hecho acero, Porque en la dramática hora es­
ganará la victoria. . . pañola en que tantos falsos valores
cayeron o se perdieron para siem­
pre entre el humo de la pólvora, el
Una de las figuras científicas de
más prestigio de la emigración re­ Una mundo, en que todo se desquicia,
se tergiversan los valores intelectua­
Dr. Márquez se situó, definitivamen­
te, en el pedestal en que lo coloca­
publicana española es el Dr. Manuel
Márquez, catedrático de Oftalmolo­
CO N VERSACIO N les y las razones que han guiado a
la humanidad por muchas genera­ ron su generosidad y su españolismo,
gía de la Universidad de Madrid, con el ciones se ven pisoteadas, es el doc­ como aquel otro gran hombre que
se nos fué: don Antonio Machado.
cuyo nombre es respetado y estima­
do como el de uno de los sabios DR. M A R Q U E Z tor Márquez un ejemplo de digni­
dad humana. Cuando- falsos ídolos
más eminentes en su especialidad, Por N. VALLE se elevan en esta hora de farsas y
dentro y fuera de su patria. heroísmos, este hombre de ciencia,
El profesor don Manuel Márquez les desterrados: es un hombre claro acendradamente español, con senci­
es también uno de los hombres de en su vida y en su actitud política. llez — la sencillez de que le inviste
que más se enorgullecen los españo- En la hora tremenda que vive el su talento— labra con su trabajo y

Incontables fueron los hombres que, durante nuestra guerra, manos bastardas y extrañas. Y en México murió, en un trágico
dieron su vida por una España libre, limpia de mala hierba, accidente. N o pudo ver la hora del triunfo. Pero España lo
proyectada hacia sus verdaderos destinos. Incontables son tam­ recordará siempre como un hijo leal y abnegado.
bién — desgraciadamente— los que, después de la guerra, den­ Miguel Hernández. Poeta. De origen campesino. El más
tro y luera de España, han hallado la muerte, firmes en sus auténtico poeta de las últimas generaciones literarias españo­
convicciones republicanas, defensores de un porvenir más claro las. Su voz — aunque amparada en la tradición culta— perte­
para la patria. Unos, perseguidos y aniquilados por la ferocidad necía al pueblo. Pué — es— un poeta del pueblo. Y un sol­
falangista. Otros, caídos infortunadamente en el destierro, an­ dado del pueblo, además, en la hora decisiva de las batallas.
tes de que la batalla termine. Para todos ellos nuestro recuerdo Sus versos, como un viento humano, fueron, cual los de Pedro
emocionado, nuestra lealtad inquebrantable. Y la promesa, ade­ Garfias, un arma en nuestra lucha de liberación nacional.
más, de seguir su ejemplo, hasta alcanzar el día de la justicia y Apresado por los falangistas al desaparecer la República de
de la victoria. territorio de España, fué encarcelado en las peores condiciones.
Hoy, al recordar a esos compatriotas, queremos dar el nombre En su prisión contrajo una grave enfermedad, de la que nada
— el nombre y la efigie— de algunos de ellos, como símbo­ se hizo por curarlo. Murió como había vivido: fiel a su pue .
los de esa lucha, ya casi legendaria, que el pueblo de España blo y a sus convicciones. Y a la poesía. Como un guerrillero
mantiene en su propio territorio y en el destierro. del espíritu. Como un miliciano de la República.
Enrique Diez-Cañedo. Ilustre poeta y ensayista. Animador y Ramón Vía Fernández. Obrero. Luchador popular. Héroe de
cultivador de la crítica literaria, limpia, honesta, insobornable. nuestra guerra. Héroe también de la segunda guerra mundial
Académico de la Lengua. Escritor entrañado en el fraterno en el norte de Africa. Incorporado clandestinamente a Espa.
panorama de ¡a cultura de América. Hombre bueno y sabio, ña después de terminada aquélla, lo aprehendió en Málaga
la policía franquista. Fué torturado salvajemente. Pero nadie DR. MANUEL MARQUEZ
como lo llamara Alfonso Reyes. Y amante de su pueblo. Por pudo arrancar una palabra de sus labios. Algún tiempo des­
amarlo, contribuyó a su defensa de 1936 a 1939. Por amarlo pués, con ánimo de participar más vivamente en la lucha del
salió al destierro, y en él murió. Sus mejores timbres de inte­ pueblo, escapó, pero sus perseguidores lo abatieron a tiros en Como don Antonio, don Manuel se
lectual no ceden un ápice a sus timbres de patriota. medio de la calle. Vía Fernández es un símbolo y un ejem­
Aurelio Arteta. Eminente pintor. Poseedor de los más altos plo de la España empeñada en recobrar^ sus destinos. N i un solo colocó al lado del p u e b lo .. . Oigá­
galardones. Creador de una hermosa obra pictórica madurada español republicano lo olvidará. Será siempre — como nues­ mosle contarlo.
sensiblemente con el amor a las tradiciones de su tierra y de tros milicianos caídos, como nuestros indomables guerrilleros-— ■
su raza. Casi anciano ya, dejó España por no soportarla en una luminosa bandera del pueblo.
"NUNCA FUI POLITICO,
N I LO SOY”

— Nunca tuve una posición polí­


tica. N o pertenecía ni pertenezco a
partido político alguno, y por eso
me río cuando oigo que me llaman
"comunistoide”. Estoy del lado de
los comunistas porque son los que
más trabajan por España; pero cuan­
do discrepo de ellos en algo, se lo
digo lealmente. Nunca fui político,
ni lo soy ahora, pero nos tocó vivir
una época en que había que definir
una actitud ante un problema de
España, y yo tuve la mía, al lado
Enrique DIEZ-CANEDO Aurelio ARTETA Miguel HERNAND EZ Ramón VIA FERNANDEZ (Sigue en la página 28)
C R O N IC A DE E S P A Ñ A . EN EL DESTIERRO

El Ingeniero VAZQUEZ HUMASQUE VAZQUEZ HUMASQUE trabajando con un campesino mexicano

divo por elementos oficiales y par­


EL OLIVO ticulares de aquella península que
baña el Pacífico, permitió la conver-
s.ón de mis proyectos en una reali­
cas de olivo: y actualmente hay va­
rios centenares de hectáreas distribui­
das por el agro nacional, que mues­
tran orgullosamente tiernos olivos,
dad; y actualmente a 30 kilómetros
EN M E X IC O al nordeste de Ensenada, a uno y otro
lado del viejo camino que va a Te-
prontos a convertirse en productores de
la aceituna y el aceite azteca. Entre
otros puedo citar los ilustres nombres
cate, ochenta mil olivos, que pronto del general Abelardo L. Rodríguez,
Propósito logrado de reducida extensión, para el culti­ tendrán la compañía de cuarenta mil que tiene en El Sauzal, B. C., el pri­
Por vó de esta oleaginosa; y además a más, están ya a punto de ofrecer su mer aunque pequeño pago de olivar
fin de utilizar en la gran industria primera floración, pues se plantaron que rinde una media de 60 Kg. de
Adolfo V A ZQ U EZ H UM A SQU E
de conservas de pescado que podría en 1943 y 1944, y el vigor de su des­ aceituna por pie, y de la cual se ob­
desarrollarse en el país, si se dispu­ arrollo, adelante la llegada del pe­ tiene un aceite de menos de medio
Al arribar a esta República del siera de aceite de oliva para la ela­ ríodo en que entra normalmente dicha
Nuevo Continente, hube de estudiar grado de acidez; del ex Presidente de
boración de primeras calidades. especie arbórea en fructificación. la República, general Lázaro Cárde­
con ahinco su agricultura para incor­ Pues bien; no solamente los datos Cábeme pues, la satisfacción de ha­
porarme al sector que desarrollaba sus nas, que está haciendo del Estado de
de las haciendas olivareras que prin­ ber influido con mis entusiasmos y Michoacán el más olivarero de los
actividades en beneficio del campo. cipalmente se explotaron bajo la di­ con mi técnica, para que en el breve
Encontré que México es deficitario del país; del general Rodolfo Sán­
rección de las órdenes religiosas en plazo de un trienio sobre la fecha chez Taboada, el cual durante su
en algunos productos agrícolas que tiempos de la Colonia, sino también actual, cuente esta república con la
son de abundante cosecha en España, mando en el Territorio Norte de la
los correspondientes a los contados primera unidad olivarera industriali­ Baja California, impuso con fe de
tales como los frutos secos, el corcho, lugares del país en donde existen al­ zada.
el azafrán, la alcaparra, el pimentón, iluminado hasta generalizarlo, dicho
gunos pies de olivo fruteando, todos Complemento cultivo; de los licenciado Antonio
la algarroba, etc. Pero sobre éstos, hay ellos confirman la costeabilidad del
dos que interesan grandemente a todo Espinosa de los Monteros, Oscar Mo-
cult.vo; no solamente por el desarro­ Pero la geografía manda por aho­ rineu y los señores Carlos Benítez,
el país consumidor, y que sólo el llo del árbol como especie botánica, ra, con imperativo categórico, en la
enunciarlos es suficiente argumento pa­ Blanco Vigil, Muñoz Castillo, etc.,
sino también por la regularidad, abun­ economía- agrícola y comercial de to­ que han dado su dinero y prestado
ra comprender su importancia; tales dancia, y calidad de la aceituna pro­ dos los países. Y así había que pen­
son el vino y el' aceite de oliva. su mayor interés, a la empresa oliva­
ducida. sar en que la productividad de aque­ rera de aquel territorio federal; al in­
Como estos dos artículos de mer­ Complementando estos datos hube lla región, donde en un par de horas
cado mundial, se obtienen de los cul­ geniero Marte R. Gómez, que en el
de realizar algunas pequeñas expe­ puede trasponerse la línea fronteriza Estado de Tamaulipas también im­
tivos de la vid y del olivo, que ocu­ riencias en distintos lugares del país, y llegar a un mercado extenso y de
pan en España muy cerca de los dos pulsa este cultivo; y tantos otros que
y toda esta enseñanza pasada y pre­ moneda supervalorizada, no había no cito, por no hacer esta relación in­
millones de hectáreas cada uno, y en sente, me puso en condiciones de afir­ de mirar para el abasto interior del
regiones de climas templado-calidos terminable.
mar que ya se ha superado la etapa país —el comercio no sigue casi nun­
de los que abunda México, es por lo de prueba, y que conociendo bastan­ ca las directrices nacionales, sino las Meta
que dediqué desde 1940 todo el tiem­ te bien las zonas económicas del cul­ que le marca el mayor beneficio— y
po que la labor de cada día en pro tivo del olivo en México, lo que pro­ por tanto, que era forzoso propugnar Al final se puede decir ya, que el
del pan del exilio me dejaba libre, a cede es crear unidades industriales en la formación de olivares en la mesa fomento olivarero en México tiene
estudiar las posibilidades del desarro­ ambiente, es decir, está en marcha, y
las mismas, es decir, hacer plantacio­ del Anáhuac, para que la industria
llo industrial de los cultivos antes ci­ creo que en la medida de mis modes­
nes en núcleos de extensión superficial netamente mexicana, y el hogar me­
tados. Como la vid ya tenía aquí en tas fuerzas he influido la bastante en
suficiente, para montar las fábricas o xicano, dispusieran del aceite de oli­
las zonas coahuilenses y californiana el propósito, para estar satisfecho de
almazaras que beneficien el fruto de va mexicano, en la medida que recla­ los resultados. Esto no es jactancia;
buenos valederos, me ocupé principal­
dichas plantaciones y ofrezcan al mer­ mase su normal consumo. La expe­ es consideración del deber cumplido.
mente del olivo, para tratar de influir cado nacional, el aceite de oliva ex­ riencia de lo que pasa con el ganado
en la medida de mis fuerzas, en su Si al final de este sexenio, hay en
traído de la aceituna indígena. vacuno de carne, que traspasa la fron­ México las primeras veinte mil hec­
fomento si ello era conveniente, des­
tera —antes del accidente glosopédi- táreas de olivar, para cuya formación
de el punto de vista de la economía de Actuación co— en número de medio millón de estoy echando el resto animando a
la producción. En ese sentido, y después del ho­ cabezas Hereford, criadas en los pas­
nor que se otorgó a una ponencia tizales de los Estados del norte, en técnicos, capitalistas y elementos del
Directriz Gobierno, a fin de que pongan manos
sobre el cultivo del olivo en México, tanto que en la capital de la Repúbli­
Ante todo, por los antecedentes que que elevé a la II Convención forestal ca, apenas se encuentra un buen filete a la obra, en la seguridad de que no
se remontan a la época colonial, el celebrada en agosto de 1942, premián­ a precio asequible, prueba la verdad fracasaremos, entonces consideraré que
olivo se da en México en porciones dola, me puse en contacto con ele­ del anterior aserto. he empezado a pagar una pequeñí­
de su territorio situadas en una vein­ mentos del país de reconocido presti­ sima parte de la deuda que tengo con­
Por esta razón, y después de dejar traída con este México de la genero­
tena de los Estados que integran su gio financiero y deseosos de impulsar en marcha la formación olivarera ca­
Federación. El interés radicaba en patrióticamente la plantación de oli­ liforniana, dediqué mis esfuerzos a sidad y del amor fraterno.
determinar si la ecología del árbol de vos, habiendo encauzado la formación experimentar el olivo como producción ------------- O-------------
Minerva, que en la cuenca del Medi­ de olivares en la zona más apta para económica aceitunera, en otras regio­
terráneo produce sobre la base de un este cultivo, que es la situada al nor­ nes del centro del país. Los resultados L A V O Z D E . . .
régimen de lluvias distinto al predo­ oeste del Territorio Norte de la Baja están a la vista. En Zitácuaro, Mich., (Viene de la página 12)
minante en la mesa del Anáhuac, per­ California, donde se disfruta de un se han hecho modestas pero conclu­
mitía su adaptación económica a estas clima mediterráneo, que da lugar a yentes plantaciones de olivos, que muy d e l a s c a n i « ta fia s d e s o l i d a r i d a d
tierras de la América, que bañan los una vida vegetativa del olivo tan es­ pronto van a dar fruto. Ya hemos eo n lo s in te le e tu n le s p r e s o s ; de
dos más grandes océanos del mundo. la e o h e r e n e ia d e la o r g a n iz a c ió n
pléndida, que el árbol allí logrado cosechado las primeras aceitunas, de e n la d is e n s ió n d e lo s p r o b le m a s
Porque la conveniencia de producir no tiene nada que envidiar en rusti­ una palanca, que plantada en marzo c u l t u r a l e s , d e lo s t r a b a jo s m o n o -
aceite de oliva en México es obvia; cidad, precocidad y productividad, a de 1943 y a los tres años convertida K 'r íilic n s q u e r e a l i z a n s u s s e c c i o -
no solamente para abastecer su mer­ u es e s p e c ia le s .y d el “ P r o g r a m a
las mejores zonas olivareras de Espa­ en árbol', nos ofreció unas cuantas oli­ c u ltu r a l de la R e s is te n c ia ” , e la ­
cado interior, pues importa en tiempo ña. Italia y el Asia Menor. vas, que yo aprecié más que si fueran b o ra d o ñ o r la o rg a n iz a c ió n .
normal unas tres mil toneladas anua­ Entonces, una coincidencia del pen­ de oro. S u s u ltim a s p a la b r a s fu e ro n
les, sino porque el excedente de su samiento de pequeños propeitarios p a r a e x h o r t a r a lo s in te le c tu a le s
producción tendría mercado seguro Al mismo tiempo, en otros lugares d e s te r r a d o s a a y u d a r , p o r to d o s
agrupados bajo una entidad denomi­ y por personas animadas del mismo lo s m e d io s a s u d is p o s ic ió n , a
en el resto del Continente, incluso en nada Olivares Mexicanos, S. A ., con propósito fomentador del cultivo oli­ lo s in t e le e t u n le s q u e lu c h a n e n
Norteamérica, que carece de clima el ambiente creado desde hacía ya varero en México, se han hecho plan­ el in te r io r de n u e s tr a p a tr ia c o n ­
apropiado o lo disfruta sólo en zona una década en favor del cultivo del taciones y formados viveros de esta­ tr a el fra n q u is m o y p o r el r e s t a ­
b le c im ie n to d e la R e p ú b lic a .
LUGARES DONDE SE EDUCA LA JUVENTUD ESPAÑOLA
EN EL DESTIERRO
Una mirada a la Academia b) el que sigue el camino de la
Reforma —“Ensayos Científicos”—
Hispano-Mexicana que va señero a desembocar en las Lo­
mas de Çhapultepec, para extenderse
Por Isidoro E N R 1Q U E Z C A L L E JA en todas las direcciones de una cosa
que en España estaba haciendo mucha
Como todo trabajo que se proyecta falta: la vocación científica. Aquí en
al futuro debe ser siempre callado y México —en la Academia Hispano-
lento, las tareas de la Academia His­ Mexicana— se está logrando lo que
pano-Mexicana no trascienden a gri­ durante la República se quedó en no­
tos de una propaganda insensata que ble ansiedad, remozándolo con la in­
Habría venido a dar al traste con pla­ yección de este maravilloso tempera­
nes de la más alta nobleza y el desin­ mento creador —que el impulso cien­
terés más sacrificado. Esta institución tífico, como me decía certeramente el
no ha nacido al calor de unos intere­ pintor Miguel Prieto, es antes que na­
ses inmediatos, sino inspirada en el da intuición poética— de los alumnos
gran amor de sus profesores hacia la mexicanos que, sometidos a una dura
continuidad de una cultura humanís­ disciplina espiritual, están dando un
tica y humanizada. Casi todo su cuer­ coeficiente hispanoamericano del cual
po docente afloró de los planes de se comenzará a hablar dentro de unos
maravillosa superación de la última años y se repetirán los ecos durante
República Española y al llegar a tie­ siglos enteros; porque a nadie se le
rra mexicana y descansar un poco ocurrirá hoy negar que México es el
tiempo sus sufrimientos corporales, ir­ meridiano intelectual de Hispano­
guiéronse como leones y en seguida américa, la Atenas de los países ame­
comenzaron a dar sus clases. No se ricanos de habla española.
improvisaron, pues, sino que se limi­ Aquella carencia de alumnos que
taron a continuar, que para un peda­ parecía que avecinaba un fracaso, fué
gogo que va más allá de lo que pue­ cabalmente la base sólida del triunfo.
da cobrar, la actitud educadora no Por una razón fácil de comprender:
reconoce fronteras. dió agilidad de movimientos para crear
Así se comprende que un puñado el ritmo y lograr un estilo pedagógico.
de hombres capitaneados por el Dr. Púdose con simpatía y gracia —gra­
Ricardo Vinos Santos se atreviese a cia y simpatía son los pilares de la
inaugurar un curso con un número de ciencia pedagógica— adaptar el alum­
profesores tres veces superior al nú­ nado a las exigencias culturales de la
mero de alumnos. En el segundo año institución. Cuando el ingreso es por
de su funcionamiento se equipararon aluvión, las instituciones encuentran
en número discípulos y maestros. Y dificultades imponderables para la or­
hasta el tercer año comenzaron a sei ganización consciente y desembocan
los estudiantes unos poquitos más que con rapidez en el clásico colegio par­ Edificio de la Academia Hispano-Mexicana
los maestros. ticular. La Academia Hispano-Mexi­
No se pensaba en vacas flacas ni cana no es un colegio particular más,
en vacas gordas, solamente se tenía es una institución que ha respondido
fe ciega en los imperativos espiritua­ en todo momento a los planes exigen­
les de la institución. Un bledo impor­ tes que se había trazado y, actual­
taba que la lentitud de los ingresos mente, la minoría intelectual acredi­
amenazase con el cerrojazo, inevitable tada de México admira los resultados.
en quienes hubiesen pensado en ne­ Claro que los críticos de consistidura
gociar con la cultura. El cierre no la discuten un poquito en función de
se produjo por el tesón de un hombre sus intereses y limitaciones; pero la
que podría llevar ios tacones raídos fama la modelan los alumnos que pa­
y rota la camisa, pero que estaba he­ san a la Universidad: triunfan poi
cho a la resistencia, y recibió como conjuntos y no por individualidades.
Cristo, afrentas en ambas mejillas con De donde se desprende que no es el
estoicismo espartano, seguro del triun­ valer intrínseco del estudiante, sino el
fo de una causa justa, española y trabajo emocionado y virtuoso de los
mexicana. No seríamos castellanos si profesores. ¡
no dijésemos las cosas como son: ¡No­
bleza obliga 1 Tan cierta es esta me- La Academia Hispano-Mexicana
xicanidad ofrendada al país que nos no necesita a estas alturas recurrir al
alienta que es la Academia Hispano- ditirambo, porque su labor la abona.
Mexicana, precisamente, de donde más No es una institución de ricos ni de
individuos, lo mismo alumnos que pro­ pobres, sino sencillamente de personas
fesores, han pasado a ocupar puesto inquietas y aplicables, que nunca im­
de responsabilidad cultural en los Es­ provisan. Como son educadores, edu­
tados Unidos Mexicanos, cumpliendo can, no hablan de educación: obran
Un aula
con solidez, modestia y amor. y sellan sus labios, cual decía el genio
La perspectiva histórica, siempre inacabable de Juan Jacobo Rousseau.
certera en sus juicios, olvidará los me­ Los detalles de mal gusto —que nada
dios y escribirá en letras de oro las hay puro bajo la caja del cielo— han
jornadas finales, las metas supremas sido mínimos, no han trascendido a la
de tantísimo sacrificio. Y quedará, calle y se han quedado entre bastido­
que nadie lo dude, una obra con gran res. En la escena actúan valores autén­
solera científica y literaria que alar­ ticos y de tradición unos y otros que
gará infinitamente un nombre. Aun­ eran poco conocidos, porque comen­
que se repita la historia, porque ha zaban a formarse con la República,
sido una indiscutible cruzada. se han enrolado a los buenos, llenos
La Academia es el vértice —ya de entusiasmo, de patriotismo español
metidos en los resultados que han de y de amor a México.
convertirse en materia histórica cuan­
do se haya de juzgar el trabajo efec­ Finalmente hemos podido observar
tivo y trascendente de la emigración que la Academia Hispano-Mexicana
española— de dos maravillosos movi­ a fuerza de ciencia, arte y literatura
mientos espirituales: ha podido graciosamente aplastar todo
a) El que mira a Versalles, que es mezquino interés. Lo finísimo y rigoro­
un plantel de magníficas promesas li­ so ha pisado opoitunamente al dragón
terarias y artísticas y algunas conver­ de la vulgaridad, cumpliendo amplia­
tidas en realidad que van llenando las mente aquella sentencia maravillosa
revistas de poesía y ensayo y apun­ de Lope de Vega:
tando certeros al cuento y a la novela,
suprema aspiración del Poeta mayor. Que al final de la jornada
(No citamos nombres porque además
de ser muchos, se alejaría del verda­ aquel que se salva, sabe,
dero objetivo de estas notas) ; y y el que no, no sabe nada. Ejercicios gimnásticos de los alumnos
C R O N IC A DE ESPAÑA EN EL DESTIERRO
MEXICO ESTADOS UNIDOS brado un concierto en París para honrar para nosotros una trinchera desde la que
la memoria del ilustre compositor español, sostenemos nuestra lucha contra la degrada­
Organizada por la Unión de Profe­ recientemente desaparecido, Manuel de Fa­ ción material y moral que el franquismo
sores Universitarios en el Extranjero se Don Tomás Navarro Tomás ha sus. lla. Comenzó el acto con la lectura, por significa, por la reconquista de España y
celebró una velada necrológica en me­ tentado una conferencia acerca del tema María Casares, de unas cuartillas de José de la República, único camino ésta para
moria de los profesores fallecidos en el "Aspectos sobre el sentimiento del idioma María Quiroga Pla. Falla, afirmaba Qui­ salvar la cultura y las libertades espa­
destierro. Se leyeron trabajos de los Sres. en Cervantes”, en la Casa Hispánica de roga en ellas, "no ha hecho otra cosa que ñolas todas. . . Aquí o en los campos de
Felipe Sánchez Román, Wenceslao Roces, Nueva York. El gran filólogo español seguir humilde y ejemplarmente el des. concentración nazis, en tierras de Amé­
José Gaos y Luis Santullano. acaba de publicar también el libro ",Es­ tino reservado en nuestros días a los me­ rica o en la Unión Soviética, la actitud
tudios de Fonología Española”, en el jores, a los más grandes de nuestros her de todos nosotros ha sido la misma, po­
que estudia los fonemas tipos silábicos, manos mayores, verdaderos artífices de demos sin jactancia decirlo: espoleados
La Unión de Profesores Universitarios la verdadera grandeza de España. . . "
en el Extranjero está organizando otra acentuación e inacentuación, fonología de por esa pasión de España, los intelectua­
velada a la memoria del gran físico es­ la oración, el acento castellano, la fiso­ En el concierto se ejecutó la música les españoles republicanos han consegui­
pañol, Blas Cabrera, en la que hablará nomía peculiar acústica del idioma y más representativa de las diversas facetas do en la emigración triunfos que han te­
sobre la vida y la obra del desaprecido. otros fenómenos semejantes. del genial compositor. nido empeño en lograr, no como tiembres
el ilustre físico mexicano, Dr. Manuel de gloria individuales o de grupo, sino
La Unión de Intelectuales Españoles ha como obra común de las ciencias y las
Sandoval Vallarta. letras, de la iniciativa y la capacidad crea­
URUGUAY inaugurado una escuela primaria en la
que cada día durante una hora un maes­ dora de nuestra verdadera España, demo
El jurisconsulto don Mariano Ruiz-Funes tro español, enseñará la lengua española crática y progresiva. . ."
pronunció una serie de conferencias en El poeta y escritor español Luis Pérez tanto a los niños españoles que no la co­
Mérida (Yucatán) y ha publicado en Infante ha dado una brillante conferencia nocen o la conocen mal, como a los niños El ingeniero español, Evelio López,
Argentina un libro titulado "El estado sobre el tema: "Vida y poesía de Antonio españoles que deseen aprenderla. Este pri­ emigrado en Francia, acaba de descu­
peligroso". Machado". El acto fue organizado para mer ensayo corre a cargo del profesor brir un procedimiento perfecto de ci­
conmemorar el octavo aniversario de la Arturo Acebez. nema en ' relieve. Después de diez años
El historiador Ramón Iglesias ha pre­ muerte del gran poeta español. de trabajo, se ha filmado una cinta
parado la edición de la "Vida del Almi­ El gran pintor Pablo Picasso, en ca­ de prueba utilizando el novísimo pro­
rante" que escribiera Hernando Colón, En un acto organizado por el Centro lidad de Presidente del Comité de Ayu­ cedimiento. La cinta ha sido proyec­
hijo del Descubridor. Este libro será pu­ Democrático Español "Luis Tuya” para da a los Republicanos Españoles de tada ya sin lentes, ni instalación espe­
blicado en la "Biblioteca Americana", condenar los últimos fusilamientos come­ Francia, encabeza un llamamiento en cial en la sala. En vista del éxito de
nueva colección del Fondo de Cultura tidos en España y rescatar a los patrio­ e| que pone de relieve la trágica situa­ la prueba, varios productores se inte­
Económica. tas amenazados de muerte, la Srta. Luisa ción de muchos refugiados en Francia resan por el nuevo sistema y se pre­
Cataldo recitó los poemas: "España" de y la necesidad de acudir inm ediata­ para ya la film ación de una película de
En una Asamblea Extraordinaria de la Federico García Lorca, "Vosotros no caís­ mente en su ayuda. Ju n to con Picasso largo m etraje. La técnica del señor
A.D.U.E. se ha procedido a la elección teis" de Rafael Alberti y "Traidor a su integran el citado comité prestigiosos López requiere los siguientes elemen­
de los cargos vacantes. El de Presidente pueblo” de Emilio Prados. intelectuales españoles como el Dr. Fer­ tos: una cám ara tom avistas de m últi­
recayó en Prudencio Sayagués; el de Vi­ nández Colmeiro, del Instituto Curie ples objetivos; la misma combinación
cepresidente en Domerio Más; el de Se­ de P arís, Julio Hernández, profesor; de objetivos para el proyector; una
cretario en César Coll y el de Vicese­ GUATEMALA José M aría Semprun, escritor; Cor­ pantalla paralelepípeda de lam inillas
cretario en Pilar Obregón. El resto de pus Barga, escritor; Quiroga Pla, es­ de cristal dispuestas en el prim er pla­
la directiva continuará integrada por los critor y el Dr. Sánchez Pórtela. Tam­ no longitudinalm ente y, en el segundo,
señores Ceferino Palència, Dr._ Francisco Hace algún tiempo el Colegio de Abo­ bién figuran prestigiosas personalida­ perpendicularmente ajustadas por cen­
Giral, Dr. Francisco Comesaña y Dr. gados de Madrid se dirigió a las Corpo­ des de diversa significación como la tenas las unas contra las otras. En el
Joaquín Calvo. raciones de Abogados de los países his­ señora viuda de Companys, general Ri- interior de la pantalla circula un líqui­
panoamericanos pidiendo su intervención quelme, S rta. María Casares, coronel do cuya fórm ula química es un secreto
contra el acuerdo de las Naciones Unidas Puig, Enrique de Francisco y Mariano del señor López. Esa combinación su­
El doctor en Biología, Bibiano F. Uso- condenando al régimen franquista. La Miguel. prime las lentes biclores, las pantallas
rio Tafall, profesor del Instituto Politéc­ Asociación de Abogados de Guatemala tram adas estereoscópicas y los equipos
nico Nacional fué comisionado, con otros después de expresar su sorpresa ante tan especiales de sala que caracterizan los
técnicos, para estudiar en Yucatán, el Organizado por el "Mouvement N a­
cínico requerimiento, lo ha rechazado tional Judiciarie" de Francia, se ha cele­ procedimientos técnicos de otros países.
problema de las aguas subterráneas, la ve­ rotundamente.
getación y la fauna de cavernas de caliza. brado en París un Congreso Internacional
Fruto de su gira ha sido una conferencia de Juristas al Servicio de la Justicia, con En el octavo aniversario de la muerte
pronunciada en la Sociedad Mexicana de El Conservatorio Nacional de México la asistencia de representantes de 25 na­ de Antonio Machado, tuvo lugar en el
Geografía y Estadística, en la que expuso y el Ateneo "García Lorca” de Guate­ ciones. Instituto de Estudios Hispánicos un acto
sus impresiones científicas sobre la. cli­ mala han organizado un homenaje al De la Conferencia se vió excluida la organizado por la Unión de Intelectuales
matología, agricultura, ganadería, indus­ gran músico español, Manuel de Falla, España franquista, concurriendo, en cam Españoles en el que hicieron uso de la pa­
trias y recursos naturales de la península recientemente fallecido en Argentina. Se bio, la España republicana y demócrata. labra los señores Giner Pantoja, Semprún
yucateca. ejecutaron diversas composiciones en honor Don Dionisio Ferrer y don Carlos de Gurrea, Quiroga Pla y el profesor francés
de Falla y otras del desaparecido y el Juan, magistrados del Tribunal Supremo, y gran hispanista, Marcel Bataillon. To­
señor F. E. Granell habló de la obra dieron lectura a interesantes trabajos. Los dos los oradores glosaron diversos aspee,
En el ciclo de conferencias que me­ del genial compositor. señores Closas, Xirau y Quero, de una tos de la vida y de la obra de don A n ­
ses atrás llevó a cabo el “ Centro An­ parte, e Irujo, Landaburu, Careaga y Ei- tonio. Se leyeron varias poesías de Ma­
daluz" participaron Gabriel Morón, que zaguirre, de otra, expusieron lo que fue­ chado.
historió las luchas sociales en Anda­ ron y lo que son las libertades democrá­
lucía; Isabel de Palència; Luis Alami­ ARGENTINA
nos, que disertó sobre la figura de don ticas en Cataluña y Euzkadi. El diputado Una delegación de la U.l.E. participa
Francisco Giner de los Ríos; Emilio señor Montiel y los abogados madrileños en la organización de los actos que pre­
Un grupo de intelectuales argentinos Díaz Tendero, Sanz y García Zamudio, para la Unión Nacional de Intelectuales
Criado y Romero, sobre la misión del y españoles han propuesto a don Jacinto que también formaban parte de la de­
periodista republicano español, y Ju an Grau como candidato al Premio Nobel franceses con motivo del cuarto centena
Rejano, que habló de los antecedentes legación española, intervinieron eficaz­ rio del nacimiento de Cervantes. Los se­
de Literatura para el presente año. mente en las Comisiones de Estudio de
históricos españoles de las actuales gue­ ñores Quiroga Pla, Giner Pantoja y Ba
rrillas y leyó varios poemas consagra­ la Conferencia. carisse fueron designados para la presi­
Se ha estrenado con éxito la cinta dencia de distintas comisiones.
dos a las gestas de los guerrilleros es­ "Albéniz", cuyo argumento se inspira en El Congreso concluyó sus tareas adop­
pañoles de nuestros días. la vida y en la obra del gran compositor tando, entre otras, una resolución que
Isaac Albéniz. La dirección de este nuevo condena al régimen franquista y fun­ Se ha constituido en París la Agru­
Ha aparecido el núm. 2 de la "Revista film argentino corre a cargo de Luis Cé­ dando una Asociación Internacional de pación de Universitarios Españoles, inte­
médica del Ateneo Ramón y Cafar, que, sar Amador i. Juristas Demócratas, en la cual España grada por antiguos afiliados de FUE y
en ju calidad de órgano del ' Ateneo Ra­ estará debidamente representada. El pro­ ex alumnos de universidades y escuelas
món y Cajal”, pretende tanto asegurar fesor don Rafael Closas y el ex diputado especiales españolas. La Junta Directiva
en el exilio la continuidad y difusión de a Cortes, don Javier de Landaburu serán de la nueva organización es la siguiente:
la cultura médica española como contri­ CHILE Presidente, Félix Montiel; Secretario, Al­
provisionalmente nuestros representantes.
buir al mejor conocimiento y mayor glo­ fonso Ayensa; Tesorero, Guillermo Fer­
ria de la ciencia médica mexicana”. Su El Pen Club de Chile, después de ad­ nández Zúñiga; Vocales, Francisco Blasco
publicación se halla confiada a la Comi­ herirse al acuerdo del Congreso In ter­ El Gobierno de la República francesa Fernández.Moreda y Engracia Ron. La
sión científica de dicho Ateneo, consti­ nacional de los clubes de publicistas y h comprado para la colección nacional Agrupación se ha puesto en contacto con
tuida por los Dres. Manuel Márquez, escritores que condena al régimen fra n ­ una de las naturalezas muertas que el el organismo central que reside en México.
Julio Bejarano, Isaac Costero, Carlos Pa­ quista, se ha dirigido al Gobierno de pintor español Joaquín Peinado había en­
res, José Torre Blanco y Carlos Diez. su país p ara que rompa sus relacio­ viado al Salón de Otoño, de París.
nes diplomáticas con Franco. UNION SOVIETICA
La Directiva del Ateneo Ramón y Ca­ La Unión de Intelectuales Españoles
jal, a propuesta de su Sección científica, se ha dirigido a la O.N.U. protestando La editorial "Arte" de Moscú ha pu­
ha organizado una ",Sesión informativa VENEZUELA “contra la supervivencia de un régi­ blicado en idioma ruso cuatro obras del
de los actuales proyectos de organización men que considera crim inal el ejercicio teatro español del siglo XVI: "La moza
de la Medicina en los distintos países”, de la inteligencia". Se citan los nom­ de cántaro” de Lope de Vega, traducción
en la cual se informará a todos los pro­ La Universidad ha concedido el títu­ bres y casos de Isabel Sanz Toledano, de T. L. Schépkina-Kupérnik; "El tejedor
fesionales de la Medicina, la Sanidad y lo de "Doctor Honoris Causa” al emi­ licenciada en Filosofía y Letras, con­ de Segòvia", de Ruiz de Alarcón, traduc­
a todos los estudiantes de esas ramas uni­ nente hombre de ciencia hispano, doctor denada a 20 años de presidio; M aría ción de F. V. Kelin; "La dama duende"
versitarias sobre los principios y detalles Augusto Pi y Suñer, por la fecunda labor Teresa Toral, doctora en Ciencias Quí­ de Calderón y "El desdén con el desdén”
esenciales de los proyectos aprobados o realizada en el campo de la investigación, m icas; Julio Rivero, ingeniero, ejecu­ de Moreto, traducidas ambas por Schép-
en discusión en Inglaterra, Australia, Sue­ desde el Instituto de Fisiología de Cata­tado en Vigo y Julio Nava, estudiante, kina-Kupérnick.
cia, Francia y otros países europeos, Es­ luña hasta el Instituto de Medicina Ex­ torturado por la policía franquista. F ir­
tados Unidos, Brasil y Argentina. perimental de Caracas. man el llam am iento: Pablo Picasso,
Victoria Kent, general Emilio H errera, De estas obras, editadas por separado,
José M aría Quiroga Pla, presidentes; se ha hecho una tirada bastante conside­
La revista "Las Españas" rindió ho­ rable. Llevan un prólogo, común a todas
menaje al poeta Antonio Machado, al José M aría Giner P antoja, profesor
Manuel M artínez Risco, doctor Rafael ellas, del hispanista V. S. Usin, que se ha
cumplirse el octavo aniversario de su BRASIL Vilar-Fiol, vicepresidentes; Salvador especializado en el estudio del teatro clá­
muerte. Hablaron alrededor de la obra sico español.
y de la conducta del desaparecido José La Asociación Brasileña de Amigos Cañamero, secretario;
Bacarisse,
Secretario
Francisco Moreno
adm inistrativo;
María Gallegos Rocafull, Adolfo Sánchez del Pueblo Español y la Asociación José Castro Escudero, tesorero; José
Vázquez, Concha Méndez, José Moreno Brasileña de Amigos de la Democracia O ntañón Valiente, vicesecretario y si­ En el Teatro del Ejército Soviético se
Villa y Manuel Andújar. Se leyeron tra­ Portuguesa han unido sus esfuerzos pa­ guen ha estrenado "El maestro de danzar" de
bajos de Juan Gil-Albert y Juan José ra publicar un periódico que popularice las firm as de todos los socios. Lope de Vega y en el Teatro de Cámara
Domenchina, y Paulino Masip leyó una la ayuda de ambos movimientos en la El Gobierno francés ha concedido el de Moscú "La Dama Duende" de Calde­
selección de las poesías más representa­ lucha contra los respectivos regímenes título de "officicr d'Academie" a don rón, ambas con gran éxito. La versión
tivas de D. Antonio. fascistas. Dirigirán el periódico los José Boria, agrónomo español, por la in­ rusa de ambas comedias clásicas españo­
prestigiosos escritores Rubén Braga, cansable y fecunda labor llevada a cabo las se debe a la poetisa Tatiana Schépkina-
Joel Silveira —ambos ex corresponsa­ en Rennes en los últimos cinco años. Don Kupérnik.
les de guerra en Italia— y Moacir José_ Boria se aplicó en este tiempo, a
CUBA W erneck de Castro. La nueva publi­ enseñar español y difundir con todo entu­ En los últimos meses han figurado en
cación que será quincenal, contará con siasmo los frutos de la cultura española las carteleras de Moscú las siguientes obras
La Federación Estudiantil U niversi­ la colaboración de los más destacados y a arraigar el amor a nuestra lengua. de autores españoles, clásicos y contempo­
taria decretó dos días de duelo en la intelectuales brasileños, españoles y Gracias a sus esfuerzos estudian hoy es­ ráneos: "El perro del hortelano” de Lope
Universidad y centros docentes por la portugueses. pañol en los liceos de Rennes, cerca de de Vega en el Teatro Dramático; "La
muerte del antifranquista, José Anto­ un millar de alumnos y se han creado Gitanilla” de Cervantes, adaptada a la
nio Llerandi, fusilado por Franco. En las licenciaturas en español y un Centro escena por César M. Arconada y "Bodas
la escalinata de la Universidad fué co­ de Estudios Hispánicos, que apadrina la de sangre” de Federico García Lorca, en
locada una enorme bandera negra. Al FRANCIA Unión de Intelectuales Libres. el Teatro Gitano; "Don Gil de las calzas
pie de la estatua del Alma M ater se verdes” de Tirso de Molina y "La viuda
colocó un cartel con esta inscripción: Organizado por el "Office Artistique La Junta Directiva de la Unión de In­ valenciana” de Lope de Vega, en el Tea.
“ Honor y gloria al cubano Llerandi, Espagnol” y bajo el patrocinio de la telectuales Españoles ha dirigido un men­ tro de la Juventud; "Los milagros del
asesinado por Franco". Las clases se Unión de Intelectuales Españoles y la di­ saje a la U.I.L. de España, al que perte­ desdén” de Lope de Vega, en el Teatro
suspendieron dos días. rección de Salvador Bacarisse, se ha cele­ necen estos párrafos: "La emigración es de Drama y Comedia.
La
LA MUSICA, VIAJERA

Por Gustavo PITTALUG A


■ ti
L OS compositores — unos por Y así es, sin duda. Los paisajes, los
obligaciones profesionales, otros hombres, las prácticas, usos, costum-
por placer y otros por obliga- bres y maneras, los distintos modos
ciones imperativas— han viajado de ver y las diferentes maneras de
mucho desde que hay viajes. . . y pensar, los idiomas, los acentos y
compositores. Y cuando son seden- los modismos, las particularidades,
tarios — por falta de obligaciones en fin, que vayan saliendo al paso
profesionales, o de medios de fortu- del educando le servirán para gene-
na, o por tener la suerte de no cono- ralizar, para unlversalizarse,
cer las obligaciones imperativas— no Pero con esta condición: que no
por ello dejan de hacer excursiones olvide de contrastarlas con su pre­
imaginarias. Todo el mundo sabe que v¡0 bagaje. Que su espíritu sea, real-
La gran actriz española María Casares en una escena de un film francés. la Puerta del vino está compuesta a mente> abierto, le mantenga présen­
la vista de una tarjeta postal. Y el te que su }pgar de origen forma

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-j—i j r |- i r - i i fT IT V í \ Capricho español, por correspon- también parte de la geogra
¡ “i , / [ I l i l i dencia . , la misma actualidad que Piccadilly

M A L A R E T O R IC A Y P E O R
M U SIC A I Aun entre las mas sensibles, hay 0 Calcuta, y je corrija insistente
1 -i naturalezas permeables y naturale- mente ]a posible deformación con
E S doloroso, para nosotros, confe­
sarlo, pero el teatro español con­
temporáneo, como expresión artís­
1

1 J\ l
zas impermeables; viajeros que mi- ]a que pudiera percibir, peyorativa
ran por la ventanilla y viajeros que 0 apologéticamente, tanto el mundo
prefieren dormir. Mendelssohn, por ^el cuai procede como el que le
tica, sufre una crisis mortal. ¿Logrará
ser conjurada? Eso dependerá, en pri­ ejemplo, se deja penetrar por Nápo- circunda momentáneamente. O de-
mer término, de que el pueblo español • les tan profundamente como por Es- finitivamente.
vuelva a ser pronto un pueblo libre, pronto al teatro, espoleado por los cocía. Y Dvorak por el Nuevo Mun- Cuando esta condición no se pro­
y después, de que en España se sepa fáciles éxitos de los falsos "dramas do. Ricardo Wagner, en cambio, j uce> suele ocurrir que el viajero
estimular y amparar el desenvolvimien­ poéticos” de Villaespesa y, más tarde, recorre Europa de punta a punta, se vuelve a sí mismo de su excursión
to del teatro por aquellos que están de Marquina, y dió en la flor de instala en el exilio, y no encuentra Q en un éxtasis irracional por lo que
obligados a ello. Por ahora, la única imitarlos, empeorando lo que era pé- ni busca más seducción que la han visto sus ojos, o mucho más
conclusión a que podemos llegar, es simo, y creando una sene de obras del paisaje renano el paisaje wag- cerril de lo que marchó,
ésta: salvo los intentos de García insulsas que, si lo mejor de ellas, por neriano. Rossini sale a los veinte positores Estas generalidades
de música son son aplicables
los espa­
Lorca, cortados en flor, y la primera decir algo, eran las inacabables tira- anos de suculento mutisrno parisino, añoles. todo el mundo Pero ofrecen de­
salida de Casona con La sirena Va­ das de versos con que a cada ins- durante el que se entretenía, entre terminadas peculiaridades cuando se
lo anodino e insustancial, como un tante se esmaltaba la anécdota, ya plato y plato, en observar el ere- trata d
rada, la literatura dramática española,
pastiche, en muchos casos, del1 mal pueden ustedes figurarse cómo serían cíente desarrollo de las ideas musi- y tod
desde hace veinte años, se apoya en La música española se ha echado
los últimas temblorosas reiteraciones llamado teatro poético que, por ser el Siempre conflicto dramático y por
su desarrollo,
un buen acales de sus contemporáneos, por un
una entelequia, una cosa inexistente, Su teatro se ha tenido
puede caracterizarse, por
viajar
Stabat
colectivamente.
Mater comotan italiano
Como la
y tan ros-
de Benavente, Arniches y los Quin­ principio didáctico la conveniencia Universidad, la Maestranza:
literariamente hablando, no ha podido consiguiente, como la manifestación de siniano como su primera pieza.
tero, de una parte, y de otra en Mu­ ciar'"a Tá «cena" esprñóla ni una sola de enviar a los jóvenes al extranje- como cada cual. Pero el hecho pre-
ñoz Seca y sus epígonos, que es, co­ obra buena, aun contando a los Ma- ro para perfeccionar su educación, senta, en el caso de la música, ma­
mo si dijéramos, en la currinchería y chado _________________________________ yores peligros que bordear que en
su prolongación. Lo demás, si estima­ cualquiera de las demás artes y, no
Ahora bien, mientras el teatro de
ble en ocasiones, apenas puede con­
Ardavín —lágrimas sentimentales y propaganda gratuita que, de haber digamos, que en los de la ciencia O
tar, por escaso o neutro, en una con­
evocaciones grandílocuas— se circuns- traído algo estimable consigo, le hu- artesanía.
sideración crítica general.
Nada. Nada, en definitiva. Nada cribió al área de la península ibérica, hiera servido de extraordinario soporte. Por Ia sencilla razón de que, al
que levante del suelo unos palmos, es decir, mientras pudo diluirse y gua- Pero, después de tanto escándalo, el' comenzar el éxodo, la música espa-
después de haber volado tan alto en recerse en la confusión de otros tea- compositor destapó la caja de las sor- hola estaba recién nacida. O, mejor
el gran siglo de oro y en una buena tros no menosinsignificantes, la broma presas, y todo lo que salió de ella dicho, renacida. El largo, y extraño,
parte del XIX. Sin embargo, todavía pudo tolerarse. Pero venir a México, fué un manojillo de corcheas incolo- proceso que había cumplido el mi-
hay quien se atreve a presentar como como ha venido el autor de La do- ras. “ ¿Y para esto tantas idas y ve- lagro de su reaparición contra vien-
teatro —como teatro español— esa garesa rubia”, trayendo ese teatro co- nidas, tantos ruegos y lamentos” ?, re- to y marea y a costa de tan laboriosa
tristísima herencia. Y fuera de Espa­ mo base de su campaña, esdemasiada petía la gente. Sí, para eso. ¿Qué gestación, venía a parar a la gene-
ña, además. Y con aspiraciones de broma. ¿Puede llamársele a eso tem- esperaban ustedes del hombre de “La ración de compositores españoles
embajada cultural, por añadidura. porada de arte dramático español ? Caramba” ? Lo único digno que To- que, unánimemente, anda viajera.
¿No caen ustedes en la cuenta? Nos Es verdad que el alegre libretista ae de rroba traía en su repertorio era “El El Muerto Manuel de Falla, Falla padre
nadre
estamos refiriendo al desdichado es­ "La bejarana" —nos iba a salir la barberillo de Lavapiés” y no se nos vigilante de la criatura que, con SU
pectáculo” que, desde hace tiempo, berengena— ha colocado en el reper- olvidará nunca la desatrosa interpre- presencia __y con SU ausencia de
vienen ofreciendo en México esas dos torio,K/l junto al suyo,
, el nombre
i de tación
j , ,qque le dió.
uí, ,e , La zarzue,a’
La zarzuela, 8obre
sobre España—
Esoaña__ eximíaexim a los demás de esa
compañías de teatro español —una Marquina; pero tal cosa en lugar de lodo el llamado género chico, tiene preocupación, les corresponde a ellos
de comedia y otra de zarzuela— a mejorar su intento, lo hace dehniti- una modesta significación dentro del aceptar, con todas sus consecuencias,
cuyo frente aparecen Fernández Ar- vamente intragable, porque la única gran teatro español de otros tiempos, la herencia de su cuidado.
davín y Moreno Torroba. Mucho se diferencia entre ambos autores con- pero, por muy modesta que sea, no Los compositores en cuestión sa­
ha hablado, en el orden político, de siste en que el segundo se anticipó se la puede vapulear a mansalva, rein­ lieron de viaje todavía jóvenes. Pe­
la significación franquista de algunos al otro en atormentar los oídos es- corporando a la escena sus obras con
de los componentes de esas compañías pañoles con su retorica pseudofran- unos cantantes sin voz y sin gracia, ro conviene que no olviden que lo
•iscana.
ciscana. unos actores a que, mas ' que ' j ï
declamar, verdaderamente
n u joven era la vmúsica
y del “contrabando” que, bajo el dis­
fraz artístico, tratan de pasar en es­ No, Ardavín no debió venir a Mé- dicen trabalenguas, y una orquesta es- qU5 , CVa a? en sus man°S- Que
tas tierras de América. Las razones xico por decoro de] propio teatro e,- cuálida, desajustada y chirriante. Eso. “Bien ta ¿«tin ad a a durar mas que ellos,
claro está lo difícil que es acep­
que sobre ello se han dado, son co­ panol, rorque no lo representa, ro r- tolo se le ocurre a Moreno Torroba, tar tan pesada responsabilidad en la
nocidas. No vamos, por tanto, a con­ que no tiene nada de común con la mucho más comerciante que artista, y situación de viajero sin término co­
signarlas aquí. Ni nos interesa, por el aran tradición dramática de España. mucho menos español que los abne- nocido. Pero no les queda otra.
momento. Nos interesa más, en cam­ Todavía. por fortuna, nos quedan al- gados actores “refugiados” que se ne­ A esta situación tendrán que ha­
bio, decir escuetamente lo que, en el gunas obras clásicas que exh’bir» y garon a prestarle colaboración. cer frente, fundamentalmente, tra­
terreno artístico —sólo en el1 terreno no pocas del período romántico. A La música de Torroba —a excep-
bajando. Y accesoriamente, aprove­
artístico— nos sugieren estas aventu­ ellas hay que acudir cuando se hable c;ón de a[guna5 pequeñas piezas para
chando el viaje, contrastando "su”
ras teatrales de Ardavín y de To­ de teatro español, y no a ese mon­ guitarra— es una música fac lom,
rroba. De esta manera, haremos un tón de ñoñerías y sandeces donde se servil por lo pegadiza, y de escasos música con otras músicas, no deján­
servicio a la escena española y al pú­ incluye el burdo astrakán dueño de quilates. Especialmente la que ha es- dose arrebatar por ellas, pero no
blico de México, y, de paso, demos­ los escenarios y tamben Ardavín, crito para el, teatro »No . | i rpermitiendo,
—— tampoco, que
—------ 1 ——r j la suya -
es verdad que se enquiste en un retraso de crecí-
traremos. una vez más. la estulticia Marquina y todos Ilos que como ellos él sea cell uuiui
autor ucidel iHimno de iFalan
de la España oficial de Franco, ha­ se a m/p a r a r. o.n . en
|. .
los lirismos vacuos
vi acá
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iiuiiiu uc
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miento o en el raquitismo, o que,
. ge, como se ha dicho por ah í. El au- metida en casa, se torne pazguata,
ciéndose representar '‘espiritualmente y en los chinchines patrioteros.
por estos dos ganapanes de las bam­ Y en cuanto a Torroba, preferible tor es —lo recordamos muy bien— gazmoña o "españolista” a ultranza
balinas. Porque —eso sí— no nos es soltar la carcajada, no porque Juan Tellería. Pero, si en lo poli- por deformación nostálgica. Ya que
cabe duda de aue ambos han sahdo nos la reclame la comicidad de sus tico no, en lo artístico la música de está en medio del mundo, habrá que
de allá con el beneplácito y el' apo­ obras, que son bastante aburridas, sino Torroba se halla frente al buen gus- pensar en ella considerando el hecho
yo de los jerarcas. porque no merece otra cosa la con­ to, y no digamos frente a las exigen- como una fortuna. Y. conservando
Ardavín, poeta mediocre aue ape­ ducta artística del cacareado músico. cias de cualquier sensibilidad des- su perfil, buirlo todavía, para dife­
nas pudo hacerse notar en la lírica Expulsado primero de México, y ad- pierta. renciarlo claramente del de sus igua­
española con su primer libro, derivó mitido después, pudo disfrutar de una /. R. les. Tal, un pico de la cordillera.
EL MUNDO DE Los L i b r o s
RAFAEL ALTAMIRA: Ma­ jerarquizar los hechos, de presentar ces de imágenes intrusas, en un total ra quien “no se trata de interpretar el
fácilmente la correlación de las diver­ comercio con lo eterno. mundo, sino de transformarlo”. Una,
nual de historia de España. sas actividades, de insistir en el pro­ La breve estirpe de los escritores la del historiógrafo idealista, que con­
Buenos Aires, Editorial ceso de fusión de elementos dispares que tienen mucho que decir y saben cibe la historia como la realizac ón de
que constituye uno de los hechos fun­ exactamente cómo decirlo, cuenta a los designios divinos”. Otra, la del
Sudamericana, 1946. damentales de nuestra Historia. Andrés Henestrosa entre sus conspi­ creador de la concepción materialista
No ha eludido ningún problema. cuos soldados. Este su único libro ( R e­ de la historia, que ve en ésta el gran

E S una triste realidad de la his­


toriografía española, que a par­
tir del siglo XVIII, en que se
Llega en su estudio hasta el día de trato de mi madre es sólo anticipo de
hoy y al analizarlo, frente al pesi­ algo mayor que hace tiempo espera­
mismo de muchos, eleva enérgicamente mos) bastó para colocarlo en el emi­
palenque de las luchas entre los hom­
bres y las fuerzas humanas. La del
que pide “a Dios que nos guarde de
desarrolla una fuerte corriente erudita su fe en el porvenir de nuestra patria nente sitio que ocupa en nuestras le­ las revoluciones sociales” y la del que
que grana en Florez, Risco, Hervás, y en su destino histórico. Señala la tras. La chispa simpática que prende descubre en la revolución social la
Masdeu, Muñoz Floranes, etc., y que en posición caduca de los que dominados al lector en cada página, la potencia esencia misma de lo histórico y la cla­
la segunda mitad del siglo XIX con­ por el peor de los sentimientos ar­ expresiva que con el mínimo esplen­ ve de la emancipación del hombre y
tinúa con empuje, para ahincarse con queológicos, continúan queriendo res­ dor de lenguaje logra el máximo efec­ de la sociedad. Casi podríamos decir:
gran predominio, en el siglo XX, cons­ taurar una España que fué una sim­ to de evocación, evidencian las cua­ dos mundos ante la historia de Es­
tituyendo la magnífica generación ac­ ple etapa de nuestra rica Historia; lidades difíciles en que Henestrosa paña.
tual de especialistas, los estudios gene­ de quienes al servicio de impulsos sobresale.
rales de Historia de España, han de­ reaccionarios se prestaron a servir de Ranke y Marx, casi coetáneos, se
Esta nueva edición de Los hombres interesaron por los problemas de nues­
caído en tal forma que prácticamente vehículo a la intervención extranjera que dispersó la danza desface algu­
no han existido más Manuales, que los en la guerra de 1936 a 1939. Uno de nos entuertos que habían ido quedan­ tra historia y escribieron sobre ella,
concebidos con un criterio entre didác­ los últimos capítulos de esta obra se do en la ruta. Así, pone en su de­ como cumplía a sus personalidades res­
tico y comercial. titula La supuesta guerra civil espa­ bido lugar la intervención episódica pectivas, en condiciones bien diferen­
Parece como si, abrumados por la ñola, expresando con la mayor clari­ del investigador Wilfrido C. Cruz, a tes. Ranke, el académico, desde el
tradición literaria de nuestra Historia, dad la terrible realidad de una lucha quien debe alguna inspiración; pero silencio de su cuarto de estudio y en­
hubieran decidido encerrarse en el de­ tras la que nuevamente abrirá su ca­ al mismo tiempo que reclama para el tre el polvo de los archivos. Marx, el
talle técnico, en el análisis de un mino el pueblo español. revolucionario, en medio del tráfago
fondo común las leyendas narradas, de las luchas políticas. La obra de
determinado período o de un especial Hemos querido redactar esta nota reivindica con exclusividad la forma
aspecto de la actividad del español, con frialdad porque la figura de don de narrarlas y la estructura actual de Ranke nació sosegadamente, como uno
en la acumulación de materiales para Rafael Altamira es algo entrañable ellas, fruto de un largo y doloroso de los primeros frutos de las investi­
el estudio, dejando al margen de tu para cuantos, con mayor o menor acier­ ejercicio literario. “La mitad del ma­ gaciones del gran historiador. Le pre­
actividad los ensayos generales de con­ to, cultivamos actividades históricas. terial con que están compuestas estas cedía un estudio sobre el imperio tur­
junto, la creación de la verdadera Maestro de muchas generaciones le leyendas —dice Henestrosa— fué in­ co y llevaba por título “Los otomanos
Historia. El' ensayo histórico, la in­ vemos hoy, a los 81 años, trabajar ventado por los primeros zapotecas. y la Monarquía española”. En esta
terpretación de la evolución social del con el mismo esfuerzo y alegría que La otra mitad la inventé yo. Inventé, versión se recoge solamente la parte
pueblo que vive en la Península Ibé­ en sus años juveniles. No siente que •también, una manera de narrarlas. H i­ referente a España, que forma una
rica encogían y encogen el ánimo de haya llegado para él la hora del des­ ce algo más: di unidad a ese mate­ unidad.
los historiadores españoles. Estos ensa­ canso. Esta actividad suya en el des­ rial, antes disperso. Pero quizá lo La obra de Marx está formada por
yos, con más literatura que contenido tierro es una nueva lección. único personal que haya aquí sea una serie de ensayos escritos desde
real, fueron dejados a escritores para eso: la manera de contar estas mito­ Londres para una revista norteameri­
quienes la historia era una simple José Ignacio M A N T E C O N . logías.” cana con motivo del chispazo revolu­
manera de reflejar sus inquietudes e Ahora, también, Los hombres que cionario de 1854, es decir, al calor de
ideas. En todo el siglo XIX. La única dispersó la danza tiene algunos capí­ la lucha viva y con una proyección
obra de interpretación —aprovechan­ ANDRES HENESTROSA. tulos más, indiscriminables, escritos a de actualidad. En la primera parte
do las posibilidades que en aquel mo­ Los hombres que dispersó raíz de la primera aparición del li­ que forma el libro, titulada “La Es­
mento ofrecían las investigaciones más bro. Julio Prieto ha sabido interpre­ paña revolucionaria”, estudia Marx,
profundas y modernas—, es la del la danza. Prólogo de Luis tar el espíritu profundo y rectilíneo en ocho artículos, los antecedentes de
gran portugués Oliveira Martins, His­ Cardoza y Aragón. Ilus­ de las leyendas, en los extraordina­
rios grabados que las ilustran: flor
la revolución española desde los pri­
toria de la Civilización Ibérica. meros levantamientos insurreccionales
Por ello produjo tan extraordinaria traciones de Julio Prieto. pueril, tan sabiamente administrada. contra los “validos” y las "camari­
impresión el maestro de la generación Imprenta Universitaria.— La literatura “indígena” moderna llas” y la guerra de las Comunidades,
de americanistas españoles, don Ra­ de México, esos brotes contemporá­ a la que llama “la primera revolución
fael Altamira, cuando en los años México, 1946. neos de un espíritu extrañable, no fe­ seria” de nuestra historia. Complemen­
1900-1911 publicó su obra, en cuatro necido, tenía un lugar para Los hom­ tan este ensayo una serie de notas del
tomos. Historia de España y de la
Civilización española, precedida por
su Historia de la Civilización Espa­
U N rato de entretención es menos bres que dispersó la danza. Este libro
de lo que un 1 bro, por lo general, singular, pensativo, ha sido ya colo­
puede proporcionar. Un lector atento cado en él por la crítica literaria. Es
propio Marx y de Engels comentando
los sucesos de 1854 y exam nando a la
descubre, tras el hilo de las palabras, difícil imaginar varios otros libros de luz de ellos las fuerzas y los hombres
ñola. de la revolución española. Pone fin
lo más considerable del hombre: un nuestros años que se enfrenten al
Fué la primera de las citadas una al libro el interesantísimo estudio de
concepto del mundo, una ordenación tiempo con tanta firmeza y gallardía
revelación de cómo podía escribirse Engels sobre el levantamiento canto­
de las cosas, un modo de reaccionar como éste: nada puede cambiar en su
nuestra Historia aprovechando los es­ nal del año 73 y la actuación en él
tudios modernos y presentando, con ante la vida, una personal perspectiva detrimento; los días sólo acrecenta­
de los “bakunistas” españoles.
preferencia a los hechos aislados, la sensible. A veces, estas condiciones rán su caudal mágico.
son tan fútiles, tan triviales o frecuen­ Ranke coloca en el primer plano de
evolución de los fenómenos políticos, su historia de la Monarquía habsbur-
militares, nacionales, culturales, socia­ tes, que pueden interesar menos que IVilberto L. Cantón.
la fábula o suceso relatado, o bien giana las fuerzas políticas: los reyes
les, jurídicos, etc., que constituyen la y sus favoritos, la corte y los minis­
vida misma de una nación. Produjo tan poco o nada como éste. Otras ve­
una intensa impresión en el medio in­ ces, por el contrario, sobre las cuali­ LEOPOLD VON RANKE, tros, los organismos y engranajes del
estado y la administración pública. Va
telectual español y obtuvo una sin­ dades del escrito, dominan esas otras La Monarquía española de examinando por separado estas fuer­
gular acogida entre los lectores, de­ imponderables sugestiones que hacen
perdonar, inclusive, caídas o tropie­ los siglos X V I y XVII. zas y su mecánica en los diversos te­
mostración evidente de que servía una rritorios sujetos a la corona de Espa­
necesidad viva. zos, en gracia al fervor humano que Trad. de Manuel Pedro- ña: Castilla, Aragón, Sicilia, Nápo-
Pero esta obra quedaba limitada a tras ellos se descubre.
so. Ed. Leyenda. México, les, Milán, los Países Bajos. Marx se
la relación de la Historia de España El primer caso no necesita ejempli­ fija preferentemente en los factores
hasta la iniciación de la época con­ ficarse : baste recordar diez o veinte 1946. 242 págs.
sociales, sin perder de vista tampoco
temporánea y su extensión y tono la títulos de los que, en un lapso de los políticos. Es extraordinariamente
alejaban de grupos de lectores más no no mayor de treinta días, vomitan CARLOS MARX, La Revo­ importante, (lleno de geniales atisbos y
extensos. Iniciada en la mente del au­ prensas más o menos editoriales de
tor la idea de redactar un Manual México. El segundo puede medir­
lución en España. Trad. de esenciales criterios) para una nueva
interpretación de la historia de Espa­
que llegara hasta la época rigurosa­ se ante Amado Ñervo, cuya tensón de R. Medina Tur. Ed. Pá­ ña, su estudio de la guerra de la in­
mente contemporánea y que, por su espiritual es mayor que su constante
organización, pudiera estar a la dis­ poética, o ante el desventurado Jorge
ginas. La Habana, 1943. dependencia contra la invasión napo­
leónica.
posición del' lector medio, diferentes Cuesta, héroe de la inteligencia sa­
ocupaciones ineludibles retrasaron la
aparición de la primera edición del
libro que comentamos, hasta el año
crificado por los dioses implacables
de la perfección. D OS estudios, en cierto modo clá­
sicos, sobre problemas de la his­
toria de España. El primero,
Las vibrantes páginas de Marx son
una encendida profesión de fe en los
destinos del pueblos español. Las frías
de 1933. En Los hombres que dispersó la desconocido hasta ahora en español. páginas de Ranke son como la losa
Cumplió ampliamente sus propósitos danza hay un raro equilibrio entre la El segundo, mal conocido a través de mármol sobre la sepultura de la
y hoy, en esta nueva edición, los se­ delicia literaria y la palpitación hu­ de una versión incompleta y no siem­ monarquía que gobernó a España en
guirá cumpliendo. No es una histora mana. Nunca el fuerte interés que pre fiel. Dos visiones de la historia sus tiempos de “grandeza”. Quien lea
popular, en el sentido de abandono de despierta el olvidado mundo que des­ española por los dos hombres que re­ los capítulos dedicados a los Feli­
todo rigor científico que suele acom­ cubre llega a preponderar sobre las presentan, tal vez, las dos concepcio­ pes III y IV y a Carlos II por este
pañar a este tipo de obras; es una gracias del estilo; pero éste tampoco nes más diametralmente opuestas de historiador, a quien nadie tachará de
versión popular de una obra rigurosa­ nunca se alquitara al punto de vol­ la historia. Una, la del historiador de apasionado, sabrá, si ya no lo supie­
mente planeada, en la que el lector verse espejo de sí mismo, fiel a su los guantes de hielo, a quien Croce se por la historia vivida, lo que Es­
encontrará los datos imprescindibles destino de transparentar algo que se llamó “disecador de cadávares histó­ paña tendría que esperar de una mo­
para el conocimiento de la historia escapa a los dominios literarios: la ricos”, preocupado tan sólo de “averi­ narquía en tiempos como los actuales.
de España. En esta edición se ha conciencia de un pueblo que pervive guar lo que sucedió”. Otra, la del
cuidado de realzar el propósito de en su cielo tranquilo, poblado a ve­ revolucionario de manos de fuego, pa­ W . R.
hombre. Si Machado proclama, con que se pudre en vida, como él mismo López Velarde, cruzando los más va­
DAMASO ALONSO: Hijos legítimo orgullo, como valor supremo nos confiesa. riados aspectos, encontramos siempre
de la ira.— Colección Aus­ el de ser hombre, Dámaso Alonso ve Ocasionalmente se exalta la vida. . . en sus páginas el despejo y la guía
tral.— Espasa Calpe - Ar­ en él un objeto digno sólo de exe­ vegetal —en el bellísimo poema Voz para conducirnos en el estudio de
cración : del árbol— pero esa exaltación no tie­ nuestras letras. Lo mismo se trate
gentina, S. A. 1946. hoja seca, lata vacía, estéril excre- ne otro objeto que hacer resaltar aun de Sor Juana Inés de la Cruz, que de
( mento, más la podredumbre de los hombres. Guillermo Prieto, o de Amado Ñer­
materia inerte, piedra rodada del atajo. En el árbol simboliza el poeta la pu­ vo, estas reflexiones nos aclaran y a
L A T E en estos poemas, escritos en
España, un auténtico impulso poé­
tico que no tiene nada en común
Así se define el poeta, llevando reza que en lo humano no encuentra. menudo nos muestran, sabiamente dis­
cutidas, muchas imprecisiones que con
con los eructos falangizantes de Pe- respecto a tales temas no han sido
mán, Ardavín, Ridruejo y demás vate- estudiadas del todo por los críticos
cilios por el estilo. Pero en esos poemas mexicanos.
hay también la amarga revelación de El intento de Francisco Monterde
ese horrible pudridero que es la Espa­ no fué formar un manual de los prin­
ña franquista. El libro es, por ello, no cipales hechos literarios, sino agrupar
sólo auténtica obra poética, sino, al cronológicamente los fenómenos cul­
mismo tiempo, patético testimonio de turales a través de la literatura y de
la desolación en que se debaten algu­ algunos nombres importantes en esta
nos espíritus sensibles en la España disciplina. De esa manera, nunca en­
actual. Y ese testimonio —consciente contramos estudiado el escritor sin to­
o inconsciente— por venir de quien mar en cuenta la situación y la pers­
viene, tiene una significación más im­ pectiva histórica que, como hombre y
presionante aún. como intelectual, guardó frente al
Imaginaos, en efecto, a un incansa­ mundo para el cual escribía. No se
ble escudriñador de belleza en el rico consideran, pues, sólo los nombres,
venero del genio literario español. sino en cuanto a su inserción en la
Vedle sumergido en el sereno y lu­ cultura patria en general, tomando en
minoso mundo de la poesía gongorina,
cuenta sus ideas, la escuela que los
llevando su luz y su color a los ojos
que lo ignoran. Ved al finísimo ca­ contenía y la corriente que, en su ejer­
tador de metáforas y giros inmorta­ cicio artístico, representaban.
les, descubriendo ocultos diamantes, Además, y por lo que se refiere a
atando cabos o deshaciendo nudos los aciertos meramente literarios de
con paciencia profesoral. Veámosle estos ensayos, se tocan en varios de
navegar en el alado esquife de su crí­ ellos problemas que no sólo habían
tica hasta que un día deja los veri­ caído en descuido, sino que teníamos
cuetos de la poesía ajena y toma la olvidados casi por completo. La apor­
Ilustración de "La Celestina”, nueva edición de Editorial Leyenda, con anotaciones tación que hace Monterde en cuanto
pluma para ofrecernos algunos frutos críticas de Agustín MILLARES CARLO y José IGNACIO M ANTECON y dibujos
poéticos suyos. ¿Y qué escribe, enton- de Miguel PRIETO. a los sainetes de Sor Juana es de una

EL m :UNDO LE
ces, el admirable y admirado revela­ ese degradar y maldecir al hombre a Pero, ¿no habrá un pequeño res­ oportunidad suma, y sus estudios so­
dor de la lengua poética de Góngora, extremos alucinantes: quicio de luz en esa patética oscuri­ bre Fray Manuel de Navarrete y
el sereno y paciente explorador de dad? Ninguno, absolutamente ningu­ Agustín F. Cuenca son claves para
mundos poéticos ajenos? cuando contemplo mi triste miseria de no. Los que el poeta señala —Dios, el entendimiento de las épocas que los
(larva que aún vive, el amor filial —son resquicios ilu­ sucedieron. Así el fenómeno literario,
Después de guardar su escalpelo y
me vuelvo a vosotros, criaturas per- sorios, trazados por el mismo poe­ conforme a su evolución y a su re­
de volver su mirada sobre sí, el pro­
(fectas, seres ungidos ta, incapaces de ofrecer el más leve pentina presencia en la historia, se
fesor desnuda su alma y vemos, en­
por ese aceite suave, remedio a tanta pus. Su sentimiento halla transportado con naturalidad
tonces, con horror que, tras la pala­
de olor empalagosamente dulce, que religioso, todo él teñido de panteísmo, por escritores que, dueños de peculiar
bra alada y el escorzo fugitivo, se
(es la muerte. es una tabla de salvación ficticia. Tan importancia, dejan el paso a quienes
escondía una horrible gusanera. De­
tengámonos en estos dos versos con El poeta recuerda con amorosa en­ ficticia que ni siquiera le ofrece el luego han de formar escuela o grupo.
que comienza el libro: vidia a los muertos. Con su palabra consuelo de otra vida. Ya no esta­ Los titubeos románticos de Navarrete
la vida invoca a la muerte. mos ante el hombre medieval, desasi­ y los deslices modernos que hallamos
Madrid es una ciudad de un millón Que la muerte esté presente, con do de la mano de Dios, maldito en en los versos de Cuenca, son un des-
de cadáveres (según las últimas es­ reiterada insistencia, en su libro, no este mundo, sino del hombre execrado tacable puente cuyo cruce nos ayuda
tadísticas). puede extrañarnos. La muerte reina para siempre, eternamente náufrago. a internarnos en hechos posteriores de
A veces en la noche yo me revuelvo en España, preside cada minuto con Y, antes de poner punto final a la literatura mexicana.
y me incorporo en este nicho en que tan obsesionante fervor, que no pue­ estas consideraciones en torno a una
poesía española actual, hondamente Pero si este libro disfruta de un
hace 45 años me pudro. . . de dejar de filtrarse por todos los singular relieve didáctico y es grato
poros de la poesía de Dámaso Alonso, significativa, cabe la pregunta: ¿por
qué llega precisamente de España? y útil en manos de especialistas de
Y en la nota preliminar al poema por más que aparezca en ella como la literatura, eso no significa que ahí
Los insectos, dice: “Yo estaba podri­ una muerte abstracta, fuera del tiem­ Y si volvemos nuestra mirada a ese
inmenso cementerio, cloaca o pudri­ resida la única intención de su autor.
do. No, no era a muerto; no estaba po y del espacio. Pero hay una muer­ Es claro que la crítica literaria tiene
muerto, no. No era la podredumbre te española de cada día, una muerte dero que es la España franquista, re­
que se produce sobre la muerte, sino conocemos que esa poesía sólo podía interés por sí misma para quien se
con un perfil definido. Y esta muer­
la que se produce en los seres vivos.” nacer, en este momento, allí. Pero cui­ encuentre situado dentro de esta ac­
te que hoy sólo reina en España falta,
No cabe confesión más desoladora. desde luego, en la enumeración de dado con meter a todos en el mismo tividad, ya sea escritor, profesor de
El poeta se pudre irremisiblemente muertes sucesivas, de rostros angus­ saco. Si hay poetas falangizantes o la materia o simplemente aficionado
como hombre, se pudre en vida y esa tiados en el trance supremo que hace de ciega, corrompida o venal sensibi­ a las letras; sin embargo, Monterde
putrefacción asoma a su poesía. No el poeta en su poema Preparativos de lidad, no faltan tampoco los que con­ intenta no sólo abarcar ese sentido
se trata de una confesión personal, viaje. templan con horror y desesperación el que irremediablemente arrastra la crí­
sino de la confesión de toda una ge­ panorama de su patria, aunque sin ver tica de la literatura, sino que sus es­
Por otra parte, su actitud ante la
neración sorda, ciega que, por ruin­ un rayo de luz. Incapaces de despren­ tudios son el reflejo de un más alto
muerte es poco española. Toda la tra­ derse del cuerpo podrido de la Espa­
dad o cobardía se negó a mirar cara dición senequista que remata en Ma­ intento de incidir, por medio de esta
a cara la vida, encogiéndose de hom­ ña actual, de ganar la verdad, ensa­ actividad, en expresiones más genera­
chado y que Unamuno rompe, es ig­ yan una tímida protesta: la exhibición
bros ante la miseria, la mentira y la norada por Dámaso Alonso. Surge en les de la cultura del país. No prefirió
infamia. Su talento y su sensibilidad, de su laceria, de su alma comida por por ello otro título para su libro que
su poesía el terror, que, sin embargo, gusanos. ¡Lástima que tanta sensibili­
sin embargo, no podían aceptar mu­ no tiene parentesco alguno con el te­ el de Cultura mexicana, indicando así
cho tiempo ese silencio mortal, esa for­ dad, tanta hondura y autenticidad
rror medieval, nacido no tanto del una referencia que se encuentra más
zada ceguera y, entonces, un vacío poéticas, sólo rezuman —en el caso
miedo a la muerte, como del miedo de Dámaso Alonso— desesperanza, allá de la literatura sólo como forma
espantoso, una oquedad infinita cer­ a no poder gozar de la vida. El te­ escrita, y define por ese medio al
amargura y podredumbre!
caron sus almas. Sin asideros, rotas rror a la muerte era, entonces, prueba hombre mismo. Pretende trascender
las amarras por ellos mismos, sólo en­ de afirmación vital, ausente, por cier­ Adolfo Sánchez Vázquez.
de una simple actividad humana, a
contraron lenta muerte en vida. ¡H o­ to, en la obra de Dámaso Alonso. la comprensión de la época y a la
rrible destino el de esa generación Pero tampoco hallamos en su actitud FRANCISCO M O N T E R - situación del hombre contemporáneo
que creyó podría sobrevivir con su la alegría de la muerte de un Berceo, DE: Cultura mexicana. que rodea al escritor. "Por las ideas
silencio dorado cuando la hora exi­ producto de la fe. Ni en la vida, ni
gía un frenético ademán o la voz fe­ en la muerte encuentra Dámaso Alon­ (Aspectos literarios.) Edi­ de un escritor descollante se puede
juzgar a sus coetáneos, que influyen
cunda del odiol so consuelo alguno. En toda su poe­ tora Continental. México, en él y a la vez reciben su influjo:
La poesía de Dámaso Alonso es sía no hay nada que conforte, dé es­
una prueba que ilumina trágicamente peranza o incite a luchar contra la 1946. así lo comprende el humanismo”, es­
injusticia o la desdicha. La Natura­ cribe Monterde en el breve prólogo,
el destino de esos espíritus bajo el A BIO y ameno paseo por la litera­
franquismo. Toda ella es un afán an­
gustioso de aniquilar valores y, sobre
leza, el amor, la esperanza están
ausentes en este libro. Sólo late en él
S tura de México es este reciente li­
bro de Francisco Monterde. Desde
explicando de paso la intención de su
trabajo.
todo, de aniquilar nuestra fe en el la muerte; sólo la podredumbre del Bernardo de Balbuena hasta Ramón A lí Chumacero,
PLENN, ABEL: Wind in demás, llevado del interesado afán de guerra. En 1943, según documentos clama jubiloso en 1943. Y anota la
ganar adeptos para una política que ya recogidos por el mencionado Subco­ prueba: en una recepción, Franco ha
the olive trees. Spain from no puede engañar a nadie. Para cum­ mité de la O NU , la España franquista llevado el uniforme de Almirante en
the inside. Book Find plir mejor sus propósitos presume de concertó una alianza militar con Ale­ lugar del de Falange. Otro “éxito” :
objetividad y veracidad en sus pa­ mania, cuyo protocolo secreto se fir­ el fortalecimiento por los Estados Uni­
Club. New York, 1946. labras. Y llega a tal pureza en ello, mó el 12 de febrero de 1943. En una dos de la economía franquista. Y si­
que una editorial franquista se ha apre­ serie de telegramas en clave cambia­ guen los “éxitos” de Mr. Hayes en

E L autor de esta obra estuvo en Ma­


drid en 1944, como miembro de
la Oficina norteamericana de In­
surado a adquirir en seguida los dere­
chos del libro para su publicación en
español1. Y, en verdad, la editorial de
dos durante los años 1941, 1942 y
1943, entre el embajador alemán en
Madrid, Stohrer, el agregado aéreo,
ese período. Pero, en 944 Franco se
vuelve más cauto, modera su lenguaje
y toma algunas medidas como la de
formación de Guerra, en la Embajada marras no andaba descaminada al pro­ Kramer, y el Secretario de Estado suspender la exportación del wolfram
de los Estados Unidos. Pero no se ceder así, porque el libro de Mr. Ha- del Ministerio germano de Relaciones a Alemania. Mr. Hayes no cabe en
limitó a sus actividades como tal, sino yes constituye una ayuda valiosa para Exteriores, Weizaecker, se revelaba sí de gozo. Las razones de ese cam­
que viajó bastante por España, con­ el franquismo, sobre todo en tiempos no sólo la cooperación miltar y polí­ bio, para él, son muy sencillas: la
versó con muchas gentes de todas cla­ en que anda tan escaso de ella. tica, sino también las medidas prác­ diplomacia norteamericana recoge los
ses y hasta se puso en contacto con De mayo de 1942 a enero de 1945 ticas tomadas por la España franquista frutos que ha sembrado. ¿ Qué otra
la Junta Suprema de Unión Nacional estuvo Mr. Hayes en España, tiem­ para participar en la guerra. Los fran­ explicación puede darse?, se pregunta
primero y con la Alianza de Fuerzas po más que suficiente para darse cuen­ quistas, por supuesto, no se limitaban Mr. Hayes, para dar en seguida una
democráticas después. En su libro ta de lo que en pocos días hubiera a negociar secretamente, sino que, a respuesta que aleje cualquier duda:
aporta informes y datos de primera comprendido un hombre de buena fe. voz en cuello, manifestaban su soli­ "Todos esos acontecimientos —d ce—
mano y episodios curiosos y emocio­ En esos años, el historiador llegó a daridad con los fines agresivos del acaecieron antes de que consiguiéra­
nantes. Plenn, desde luego, no escon­ conclusiones como éstas: que sólo la Eje. El 17 de julio de 1941 Franco mos ningún señalado éxito militar en
de su simpatía por los republicanos hábil política de Franco pudo librar declaraba ante el Consejo de la Fa­ Europa.” Si al hablar así piensa en
y por el pueblo español, ni la hostili­ a España de la ocupación alemana y lange: “El1 Eje es ahora triángulo, las tropas anglosajonas, no faltaba a
dad y horror que siente ante la san­ de verse arrastrada a la guerra al pues comprende a Alemania, Italia y la verdad. Pero en aquellos días, fe­
grienta tiranía de Franco. lado del Eje, y sólo la brillante di­ España.” Mora Figueroa, vicesecreta- brero de 1944, ya hacía tiempo que

EL M E N E O de los L I B R O S
Expone con claridad el origen y el Ejército Rojo estaba a la ofensiva
naturaleza fascista del régimen fran­ y que los alemanes retrocedían, mien­
quista, denuncia el terror que ejerce tras se desvanecían en el frente orien­
contra el pueblo español y afirma que tal las esperanzas de una victoria to­
éste, en su aplastante mayoría, se opo­ talitaria. ¿Quién puede creer since­
ne a la dictadura fascista de Franco ramente que esos acontecimientos mi­
y de la Falange y desea recuperar la litares no influyeron en la “benévola
República. neutralidad” del franquismo?
Pero hay un aspecto de ese libro No podemos salir al paso de todas
que merece atención particular. El las tergiversaciones de Hayes y sólo
autor aporta gran acopio de datos so­ nos detendremos en otra, por ser real­
bre la lamentable situación a que el mente escandalosa. Es cuando afirma
franquismo ha llevado la enseñanza y que “la guerra civil fué ante todo un
la cultura en España. Hay un capí­ asunto español, en el cual media na­
tulo especialmente dedicado a ese te­ ción y más de medio ejército apoya­
ma; pero además, a lo largo del libro ron al general Franco”. ¿Asunto es­
alude a él con frecuencia, aportando pañol? Sobran los documentos que de­
más y más datos concretos. Se ve que muestran que esa guerra constituyó
lo que en ese terreno ha visto le ha una verdadera intervenc ón germano-
producido horror y angustia, si no italiana en España. Tomemos, por
iguales, sí semejantes a los que en él ejemplo, el informe del Subcomité de
ha suscitado el terror falangista. Investigación de la O NU , en el cual
En ese capítulo consagrado a la se dice: “La correspondencia cruzada
situación de la enseñanza y de la cul- entre Franco, Hitler y Mussolini mues­
del conocido episodio de la inaugura­ plomacia, encarnada a las mil mara­ rio de la Falange, afirmaba, refirién­ tra que éstos no consideraban que la
ción del curso en la Universidad de villas en Mr. Hayes, permitió al Go­ dose al envío de la Divsón Azul, que guerra había comenzado en 1939, sino
tura, se da una versión algo novelesca bierno de Franco llevar a cabo tan "era el exponente de la posición in­ en la época en que la sublevación fran­
del conocido episodio de la inaugura­ espinosa política. “Por todos los in­ ternacional de España”, y Serrano quista se inició en España, y que la
ción del curso en la Universidad de formes que me ha sido posible recoger Suñer decía en 1942: "Ideológica­ ayuda proporcionada por Hitler y
Salamanca, en octubre de 1936, y de —dice Mr. Hayes en su libro— y por mente formamos el bloque de los mo­ Mussolini formaba parte del plan ge­
la intervención en él de Unamuno, las conversaciones que sostuve con el vimientos nacionales contra las demo­ neral de la agresión fascista contra
Millán Astray, la mujer de Franco, Conde de Jordana y con el mismo cracias y el comunismo. En la segun­ las potencias democráticas.” Y según
etcétera. El episodio, en líneas gene­ Caudillo, tengo la casi absoluta se­ da fase de la guerra, dirigida contra los documentos del Ministerio alemán
rales, es cierto, pero la versión que en guridad de que Franco, al contrario Rusia, España participa militarmente.” de Asuntos Extranjeros, publicados en
España ha recogido Abel Plenn está que Mussolini, ya en 1940 estaba de­ Claro que Mr. Hayes dirá que la U. R. S. S., Keitel afirmó que
algo deformada. Ese es, desde luego, cidido a no entrar en la guerra.” esas declaraciones de ayuda intenta­ “la derrota de los rojos” en España
el único caso de falta de precisión y ¡Admirable descubrimiento! ¡Lás­ ban “apaciguar mediante palabras a había de acabar con el prestigio de
exactitud en los informes y datos que tima que el “L ’bro A zur’ publicado Alemania en lugar de hechos", pues Francia y fortalecer la influencia ger-
el autor del libro aporta sobre la si­ por el Departamento de Estado de su a qi ien Franco estaba ayudando, en manoitaliana al sur de los Pirineos.
tuación de España. propio país sobre el problema espa­ real dad, era a los aliados. Y en se­ ¿Y cómo apreciaba el propio Franco
Esos datos e informes no proceden ñol, así como los documentos del Mi­ guida nos relata algunas historias, im­ la ayuda de la Alemania hitleriana?
sólo de su estancia en España en 1944, nisterio alemán de Asuntos Extran­ propias de un historiador, como aque­ En mayo de 1938, dos años después
sino que posteriormente ha seguido las jeros, editados por el “Archivo del lla de la entrega por los franquistas de haber comenzado la intervención
cosas de nuestra patria con gran asi­ Ministerio de Relaciones Exteriores de un avión norteamericano que ha­ en España, un informe germano en­
duidad en libros y periódicos, y ha de la U. R. S. S.“, y los materiales bía aterrizado forzosamente en Es­ viado desde España decía: "Franco
sostenido correspondencia con algunas que tuvo a su disposición el Subco­ paña, sin que los angelicales fran­ pide que continúen todavía los volun­
de las personas con quienes entró en mité de Investigación de las Naciones quistas hiceran lo más mínimo por tarios alemanes, pues conviene tener
contacto durante su estancia en el país. Unidas, nombrado en abril de 1945 enterarse de las características secre­ presente la posterior y tenaz resisten­
Entre los informes que a él han llega­ para estudiar el mismo problema, cons­ tas del aparato. Luego enumera otra cia de los rojos”. Los técnicos mili­
do a través de esta última fuente, y tituyan el mentís más rotundo y más serie de “positivas” medidas franquis­ tares informaron también a sus jefes
que reproduce en su libro, figuran al­ autorizado a la afirmación de Hayes! tas como la de permitir a los norte- que la retirada de las tropas italianas
gunos de los más interesantes. En efecto, en la carta que Franco ame-icanos que echaran una ojeada a y de los militares alemanes tendría
d rigó a Mussolini el 15 de agosto de las listas de viajeros de compañías de por resultado la victoria del gobierno
/. V. 1940, el propio Caudillo destruía la aviación que no hubieran podido fun­ republicano. En vista de esos infor­
“casi absoluta seguridad” de Mr. Ha- cionar ni una hora sin la gasolina nor­ mes, Hitler y Mussolini reforzaron su
CARLTON J. HAYES, Mi­ yes con estas palabras: “Desde el teamericana. Habla también de algu­ intervención para asegurar la victoria
principio de este conflicto, nuestra in­ nas ventajas obtenidas en la difusión del1 franquismo. Así, pues, los propios
sión de guerra en España. tención ha sido hacer los mayores es­ de la propaganda aliada y de la ob­ intervencionistas y el mismo Franco
E. P. S. A. A. Ediciones fuerzos posibles para prepararnos a jetividad del franquismo en ese as­ se encargan de desmentir a Mr. Hayes.
fin de entrar en la guerra al lado del pecto. A este propósito, recordemos Por último, vamos a referirnos a
y Publicaciones Españo­ Eje cuando se presente la ocasión más que sólo hace unas semanas fué con­ la División Azul, que tomó parte en
las, S. A. Editorial Jus. propicia.” Todavía estaba lejos el denado a tres años de prisión Eduar­ la guerra en el frente oriental. Cerca
hundimiento de sus aliados alemanes do Ganito García, en Alcalá de He­ de 50,000 franquistas, entre oficiales
México, 1946. e italianos que impediría que se pre­ nares, por el delito de haber difundido y soldados, participaron en operacio­
ICE el pueblo que “No hay peor sentara "la ocasión más propicia", por durante la guerra el Boletín de la Em­ nes militares contra el Ejército Rojo,
D sordo que el que no quiere oír .
Pues bien, Mr. Hayes es uno de
más que Mr. Hayes nos diga des­
pués, sin pudor alguno, que gracias
bajada inglesa que publicaba el parte además de una fuerza aérea mixta.
de guerra aliado. Toda una serie de decretos del gobier­
los sordos más tenaces de ese género. al tacto de la diplomacia norteame­ Pero Mr. Hayes no se para en ba­ no franquista atestiguan que la Divi­
Pero lo grave es que no se limita a ta­ ricana esa ocasión no llegó. rras al registrar los "éxitos” de sus sión Azul fué una unidad del ejército
parse sus oídos, sino que también hace Sin embargo, no sólo en 1940 Fran­ brillantes cualidades diplomáticas. La regular y que como tal participó en
esfuerzos supremos por tapárselos a los co estaba dispuesto a entrar en la “neutralidad” española progresa, ex- la guerra. La División Azul’ era el
EL ESCO RIA L
brazo armado de la política de guerra
falangista contra los aliados. Algo tan Editorial Poseidon
sencillo como eso no lo comprendía,
al parecer, Mr. Hayes, y de ahí que Nuestro compatriota Arturo Serrano
fuera a preguntar al propio Franco Plaja publicó en el exilio de Buenos
qué móviles le habían llevado a en­ Aires este primoroso libro, que es co­
viar la División Azul a Rusia. Y el mo la biografía de un gran personaje
de piedra.
dictador fascista, que ya comenzaba
a coquetear con los anglosajones, no
tuvo empacho en contestar que la Di­ ROM A Y A TEN A S
visión Azul estaba en el frente orien­ EN LA EDAD M EDIA
tal, "no para ayudar a los alemanes Da a conocer el "Fondo de Cul­
contra nosotros —cuenta Hayes , s no tura con este libro, dentro de su
para demostrar la hostilidad de Es­ magnífica colección de obras de His­
paña hacia el comunismo . Y Mr. Ha- toria, a uno de los más grandes histo­
yes asienta en seguida: "Me mostré riadores alemanes de la cultura, abso­
satisfecho y le aseguré que mi gobier­ lutamente inédito hasta ahora en nues­
no lo estaría también después de reci­ tra lengua. Este volumen ha sido tra­
bir esa explicación sobre la División ducido por nuestro compatriota Wen­
Azul y las razones históricas que la ceslao Roces, con el cuidado que co­
habían motivado". Dejamos al lector rresponde a los méritos de la obra.
los comentarios.
Mr. Hayes pone punto final' a su PO ESIA FRANCESA
libro sin referirse, por supuesto, a la Editorial Losada
ocupación de Tánger por las tropas
franquistas, violando abiertamente el Entre las muchas antologías de poe­
Estatuto Internacional de esa ciudad; tas franceses, ninguna da una visión
a la inmovilización de efectivos con­ tan completa y certera de la poesía
siderables de tropas aliadas a causa gala moderna como ésta, ya clásica,
de la actitud amenazadora del ejér­ de nuestro compatriota Enrique Díez-
cito franquista en Marruecos español; Canedo, gran figura literaria de Es­
al suministro de materias primas a paña, muerto en el exilio.
Italia y Alemania durante la guerra;
a la presencia de agentes alemanes A M ERICA Y EL V IE JO
en España, actualmente 80,000; a la MUNDO
existencia en número considerable de Librería El Ateneo
firmas alemanas en España y a las
inversiones en este país, que ascien­ I
Una Utilísima antología de textos,
den a 100.000,000 de dólares; a la
grabados y cartas geográficas en tor­
estrecha cooperación entre Alemania
no a la América precolombina, al
y la España fascista durante la gue­
descubrimiento, a los descubridores,
rra en el servico de espionaje, y a explotadores y conquistadores; a la
tantos otros puntos que demuestran colonización y a la floración de las
el origen germano-fascista del régi­
nuevas naciones en el Nuevo Mundo.
men franquista y la actividad belige­
rante de Franco al lado del Eje.
EL R E T R A T O DE DORIAN
Pero los elogios de la prensa fa­ GRAY
langista acerca de su labor diplomá­
Editorial Leyenda
tica, que el propio Mr. Hayes trans­
cribe en su libro, nos explican clara­ El retrato de Dorian Cray, su no­
mente por qué no abordó o deformó vela autobiográfica, de la que damos
el estudio de esos problemas. una nueva, cuidada y completa versión,
No obstante, la verdad h stórica se debida al notable escritor Adolfo Sán­
abre paso por más que trate de elu­ chez Vázquez, es su obra más represen­
dirla o deformarla un profesor de tativa, que, en cierto modo, resume y
Historia Moderna. comprende todas las demás. Enrique­
cen esta versión numerosos dibujos y
S. V. acuarelas de Elvira Gascón.

T EC N IC A C IN EM A TO G R A FIC A
CASONA N O PERMITE LA RE­
PRESENTACION DE SUS OBRAS La obra extraordinariamente impor­
tante de Eugene Vale, publicada con
EN ESPAÑA
el título de Técnica Cinematográfi­
El dramaturgo español Alejandro ca por la Editorial Leyenda, S. A.,
Casona, desterrado como republica­ dedica preferente atención al estudio
concienzudo de la historia cinemato­
no de España, ha negado autoriza­
gráfica y su estructura dramática no
ción para que sus obras se repre­
obstante lo cual, puede considerarse
senten bajo el régimen de Franco. como un tratado completo que abarca
Casona ha hecho patente esta acti­ en todas sus diversas fases, el arte y
tud — digna y firme, que nosotros le la ciencia de llevar a cabo una pe­
aplaudimos— en una carta dirigida lícula.
a un amigo, de la cual copiamos los
siguientes párrafos: LA BELLEZA EN EL A R T E
"M i alejamiento de la España Editorial Centauro
franquista, como el de todos los ar­
tistas e intelectuales españoles en ¿Qué es lo útil, lo desdeñable y lo
destierro, no obedece a simples an­ nocivo en la formación del artista? A
tagonismos políticos. La palabra po­ esta pregunta trascendente contesta
lítica es poco en este caso. Lo que Topffer de un modo firme y perfec­
nos sitúa frente a Franco, con todas tamente razonado en este volumen. Y
las fuerzas airadas del espíritu, es la solidez de su argumentación no ex­
toda una ética, toda una manera de cluye la amenidad del maestro que
ver y de sentir la vida. N o es el sabe enseñar alegremente, mezclando a
daño que personalmente nos ha he­ las más profundas consideraciones, la
cho, ni la oposición de dos ideolo­ espuma leve de su humor inagotable.
gías. Con una idea enemiga puedo
hablar y convivir al mismo tiempo. LOS JU D IO S DE ESPAÑA
¡N o! Franco es algo más grave que Y PO R T U G A L
eso: es la traición a nuestro camino Editorial Bajel
histórico, es la negación brutal de
toda dignidad cívica, es el enemigo Reedición oportunísima de la gran
irreconciliable de toda libertad au­ obra de Amador de ios Ríos, "la
téntica, el que derramó la sangre de única historia de los judíos escrita ei?
ayer y está envenenando la de ma­ relación con el conjunto de la cultura
ñana. Con tal hombre y tal régimen hispánica . Un cuadro rigurosamente
no hay para nosotros colaboración histórico de la política de odio y fa­
posible. Presentar bajo su dominio natismo de la más negra reacción es­
nuestros cuadros, nuestros poemas, pañola, por uno de los más pondera­
nuestras comedias, sería una indi­ dos y finos espíritus de la España
recta colaboración, a la que rotun­ i moderna.
damente nos negamos.”
RELO J DE A R E N A cha sorda y tenaz por el control de
(Viene de la página 3) la orientación cultural y política
de la juventud española. El "exa­
libertades. Pues bien: tratemos de organizar en América un Congreso zación similar— agregó: "Los cate­ men de Estado”, al convertirse, de
de la Cultura Española donde reunamos, con la expresión de los distintos dráticos dividirían sus opiniones so­ hecho, en la única prueba que, en
núcleos de emigrados esparcidos por el mundo, la de estos pueblos del bre la conveniencia o inconveniencia siete años de estudio, soportan los
Nuevo Mundo que hablan nuestra lengua y tan identificados se hallan de mantener el examen en cuestión, bachilleres, deja ancho campo a la
con muchos de los problemas del espíritu español. Un congreso de esa pero coincidirían casi todos en que enseñanza confesional y, por ende,
naturaleza haría más fecundas las relaciones de amistad y fraternidad los alumnos llegan a la Universidad a la influencia de la Iglesia cató­
que ya unen, para siempre, de manera viva, a nuestro pueblo con los bastante mejor preparados que an­ lica sobre la juventud española.
de la América española; permitiría estudiar importantísimos problemas tes de la guerra.” Refutación al can­ Las cifras oiciales que damos a
que nunca fueron tratados a fondo; pondría en vías de definitiva solu­ to: "Según los datos estadísticos, el continuación sobre la distribución de
ción otros que viven todavía, a pesar del tiempo y con razón, alentando examen de Estado ha producido en los alumnos de bachillerato en el
amargamente en la psicología de algunos de estos pueblos; y, final­ España una media proximada del curso de 143, reflejan claramente
mente, acrecería el movimiento de solidaridad hacia la España repu­ 70 por 100 de alumnos suspensos, el predominio de los colegios reli­
blicana, determinando nuevas aportaciones de simpatías y de esfuerzos. lo que revela o grave incapacidad giosos:
Este congreso, de llegarse a reunir, debería tener su sede en México, el en la juventud especial o defecto Núm. de Porcen-
país que más constantes y fervorosas pruebas de amistad nos ha otor­ evidente del sistema.” (D el docu­ alumnos taje
gado en América, y a él serían convocados, como antes se dice, intelec­ mento de protesta del Sindicato Es­ En institutos so­
tuales de todas las naciones americanas de habla española y los repre­ pañol de Profesores de - Enseñanza ciales.................. 40,201 22.53
sentantes de todos los grupos de exilados hispanos, cualquiera que sea Media, antes citado.) En colegios reli-
el país donde se hallen. Es seguro que con la preparación de un acon­ Por último, tenemos la opinión giosos................ 97,033 54.37
tecimiento semejante, los intelectuales españoles rendiríamos un inesti­ de la "Federación de Antiguos Alum­ E n instituciones
mable servicio a la República y a España. nos de Colegios Jesuítas” que sos­ privadas (casi
tiene muy seriamente que, gracias todas igualmen­
al actual régimen de enseñanza me­ te religiosas).. 23,137 12.96
U N A E N T R E V IS T A ... ayuda, pudimos vivir algún tiempo
dia, España ha recuperado la ventaja Estudiantes libres. 18,099 10.14
(Viene de la página 19) antes de nuestro viaje a México. . .
Por cierto que, estando en París, se de varios años que el mundo le lle­ Esa influencia del clero ha au-
nos ocurrió a mi esposa y a mí asis­ vaba en orden a la enseñanza. mentado desde 1943 y alcanza ya
de la República, al lado del Go­ La naturaleza de los testimonios más de 65% de los alumnos. Su
bierno legítimo, contra el que se le­ tir una noche a una sesión de la
Sociedad Oftalmológica, a la cual yo es evidente: prensa católica y orga­ predominio se ha vuelto tan pode­
vantaron unos generales contando nizaciones mediatizadas por el clero. roso que la Falange se ha visto des­
con la ayuda extranjera. Creo que pertenecía. Nos colocamos lejos del
estrado, para no ser vistos; pero no Tras la defensa de las supuestas plazada de la conciencia de muchos
no es nuevo lo que digo, porque lo ventajas del "examen de Estado”, jóvenes y de ahí su honda inquie­
he dicho en muchas ocasiones. Ha­ sé quién anunciaría nuestra presen­
cia, y desde la presidencia del acto la Iglesia Católica. tud ante el creciente ímpetu de la
bía que estar con España o contra influencia clerical. Cuando la pre­
España, y yo estuve y estoy con la se nos invitó a pasar. Después, y
aunque se trataba de una sesión pú­ Móviles de la Falange sión interior de nuestro pueblo y
República, que es estar con España. exterior de todos los pueblos aman­
blica, los médicos franceses celebra­ y de la Iglesia Católica
"AQUELLOS PROFESORES ron una reunión privada, que tanto tes de la libertad y de la demo­
en esta polémica cracia, debilita los cimientos del
DE LA FACULTAD" mi señora como yo no nos explica­
mos, sobre todo que no se nos invi­ régimen, Falange se vuelve más re­
Recuerda don Manuel Márquez, ¿Qué es lo que se oculta, en ver­
tara a participar en la misma, siendo celosa y deja de confiar en sus alia­
sin rencor, a ciertos profesores de dad, tras la grave preocupación de
miembros de la Sociedad. Al día dos anteriores. He ahí por qué ne­
la Facultad de Medicina de Madrid. falangistas y católicos por el "exa­
siguiente nos visitó en el hotel uno men de Estado"? cesita, hoy más que nunca, tener
— Por crearse ambiente entre los de los médicos, explicándonos que férreamente en sus manos la pre­
Es evidente que no se trata de
estudiantes, con vistas a realizar cier­se habían reunido para tratar de nos­ paración cultural y política de la
una simple cuestión pedagógica o
tas ambiciones personales, algunos otros, y por ello no se nos había juventud. Esta y no otra es la causa
de "procedimiento”. El alcance que
profesores, cuyos nombres me callo, invitado a la sesión privada. Des­ de que la prensa de Falange, los sin­
la polémica ha tenido; la partici­
hacían alardes políticos. Yo me da­ pués nos entregó nueve mil fran­ dicatos profesionales mediatizados
pación interesada de voces repre-
ba solamente a mi cátedra, a mis cos, que nos sirvieron para vivir por ella y el SEU alcen sus voces
santivas del falangismo y del cleri­
estudios. Pero cuando la sublevación unos días, ya que de España no de protesta contra un examen que
calismo; la consecuencia y tenacidad
exigió una posición, yo la tuve en sacamos nada. es una puerta abierta por la que se
de unos y otros en la defensa de
seguida. Otros se fueron a Francia escapa su influencia sobre la juven­
Y los ojos, ya cansados, del an­ sus puntos de vista; todo ello, nos
o a otros p aíses.. . Pero es mejor lleva a la conclusión de que no es­ tud. Esa es la causa también de que
ciano médico parecen velarse por el la prensa católica y organizaciones
no decir los nombres. recuerdo y la gratitud. tamos ante una mera cuestión técni­
de rancia solera clerical, viendo cla­
— ¿Qué cargos públicos le fueron ca, pedagógica, sino, ante todo, po­
lítica, en la que la Falange y la ramente qué se propone Falange
conferidos durante nuestra guerra? "SIGO AL LADO hayan defendido con tanta tozudez
DEL GOBIERNO Iglesia tratan de que el actual coci­
— Me fueron encargados por el REPUBLICANO” la vigencia del actual plan de es­
do político tenga sólo su exclusiva
Gobierno de la República los Ser­ "sustancia”. tudios.
vicios Oftalmológicos del Ejército, — En México, país al que todos La Federación de Antiguos Alum­ La obra de la República
dándome el grado de teniente co­ amamos tanto como al nuestro, he nos de los Jesuítas lo reconoce así
ronel. También fui consejero de dado cursos para postgraduados en sin ambages: "Aunque se haya afir­ Los profesores españoles que se
Instrucción Pública. la Escuela de Medicina de la U ni­ mado que la campaña contra el exa­ han desentendido de la polémica,
versidad Nacional. Actualmente soy men de Estado no tiene carácter doc­ lo han hecho así porque compren­
RECUERDOS DE LA GUERRA profesor de Oftalmología de la Es­ trinal, creemos sinceramente lo con­ den que cualquiera que sea la orien­
ESPAÑOLA cuela de Medicina rural del Instituto trario. . . La supresión de los exá­ tación que triunfe — falangismo o
— Doctor, ¿cuál es uno de los re­ Politécnico.. . Sigo estudiando y tra­ menes oficiales por cursos y asig­ clericalismo— proseguirá el retro­
cuerdos más fuertes que conserva de bajando y esperando la vuelta a la naturas ha sido una de las grandes ceso de la enseñanza. Frente a los
la guerra de España? patria. conquistas de la Cruzada”. millares de escuelas construidas por
— ¿Cree usted que está próxima, No nos encontramos tampoco ante la República, el franquismo sólo
— Son muchos, pero uno de los una nueva forma del viejo conflic­ puede ofrecer 200 nuevas escuelas
más emocionantes fué aquel en que doctor? to entre la enseñanza oficial y la en diez años; la cifra de analfabe­
los milicianos nos notificaron a mi — Nunca he dudado del triunfo de
privada (en la actualidad, absoluta­ tos que la República había logrado
esposa y a mí que era forzoso aban­ nuestra razón. ¿La fecha del regreso? mente confesional); la educación disminuir notablemente, sin que
donar nuestra ■casa de Madrid, por Sería difícil adivinarlo. Pero mi es­ religiosa es común a ambas en el este descenso se interrumpiera en
estar enclavada en zona de guerra. peranza es grande siempre que exis­ mismo grado de cerrilismo y, por la zona leal durante la guerra, ha
Vivíamos en el paseo de Rosales, en tan los poderes legítimos de la Re­ otra parte, si abundan en los cole­ vuelto a crecer terriblemente; des­
la última casa, ya al lado del Par­ pública. Por eso estuve al lado del gios particulares los profesores in­ pués de haber asesinado, encarce­
que del Oeste, donde luchaban los Gobierno de Giral, y lo estoy al útiles y los curas impreparados, tam­ lado o cesado a millares de maestros
moros. . . Desde nuestra azotea los lado del actual Gobierno, formado poco escasean en los institutos los y catedráticos, la mediocridad y el
veíamos perfectam ente.. . Llevába­ hace poco en París. Mientras el Go­ falangistas sin más títulos que el fanatismo se enseñorean de los cen­
mos muchos años en nuestra casa. bierno represente, respete y haga res­ de "instructor del Frente de Ju ­ tros de enseñanza y, tras de haber
Era producto de nuestro trabajo. Allí petar los poderes republicanos, las ventudes”. arrasado a las instituciones docentes
estudiábamos mi esposa y yo. Tenía­ instituciones legítimas de la Repú­ Tampoco podemos admitir que y culturales que creó la República,
mos allí nuestra clín ica.. . Fué muy blica, yo estaré con él. nos encontremos ante una reacción el franquismo sólo ha podido crear
duro dejarla. Ese es uno de los más — ¿Cómo vería usted un acuerdo legítima del profesorado oficial, al un Consejo Superior de Investiga­
penosos recuerdos que conservamos con los monárquicos para derribar a ver cómo el oscurantismo clerical ciones Científicas, una de cuyas más
de la guerra. Cuando dejamos la Franco? está podando todo el árbol de la brillantes tareas, en el desierto de
casa habíamos pasado en ella el prin­ — Me resisto. . . Me resisto a eso cultura española. N inguno de los su actividad intelectual, ha sido con­
cipio del asedio a Madrid. Como ya — dice don Manuel moviendo la ca­ argumentos que esgrimen traslucen decorar a Franco. En ese ambiente
le he dicho, los moros estaban en el beza tercamente— . Hay que luchar una visión democrática de la ense­ de cerrilismo, mediocridad y suma
Parque del Oeste y en la Casa de por reimplantar la República solos ñanza, una preocupación por el des­ pobreza cultural, brilla con luz pro­
Campo, a nuestros pies. los republicanos. A mi juicio, la tino de nuestra cultura y un sano pia la obra de la República, sinó­
U N DONATIVO forma de restablecer la legalidad en afán de contribuir a la solución de nimo hoy más que nunca de cul­
DE NUEVE MIL FRANCOS España es darles los poderes a los los graves problemas que el fran­ tura, libertad y progreso. Luchar
que les fueron arrebatados. Lo de­ quismo ha creado en este dominio contra el franquismo y por el res­
De recuerdo en recuerdo, el doc­ más sería casi darles la razón a los de la vida española. tablecimiento de la República, es
tor Márquez se sitúa mentalmente enemigos. . . Pero si no hay más re­ ¿Qué hay, entonces, en el fondo luchar por que la cultura española
en París. medio que unirse a los monárquicos, de esta polémica? En realidad, sólo salga del sopor, del retroceso espan­
— Mi esposa y yo llegamos a Pa­ por el m om ento.. . ¡qué se le va a la rivalidad de Falange y la Igle­ toso en que ha caído por obra de
rís, desde Perpignan, con billetes de h a c e r!... ¡Pero yo me re sisto !... sia Católica, que, en el campo de diez años de dominio de clerigalla
indigentes. Allí obtuvimos alguna ¡Me resisto!.. . la enseñanza. Se refleja en una lu­ y falangismo.
BIBLIOGRAFIA berado, como luchador en los cam­
ESPAÑOLA DEL DESTIERRO
Por Agustín MILLARES CARLO. pos de España y en los de Rusia,
Primera parte como fundador del S.E.U. (Sindi­
( 1939- 1940 ) cato Español Universitario) y como
catedrático de Derecho Político." Ja­
- r n ECOGER, siquiera sea en forma esquemática, la bibliografía de los escritores espa- más había resonado una manifesta­
ñoles que, como consecuencia de la agresión fascista contra su patria, buscaron ción igual en un aula de la Univer­
m S- refugio en diversos países de Europa y América, nos parece tarea inaplazable
y de positivo interés. sidad española. Después de la di­
Signo elocuente y conmovedor de la perenne vitalidad de nuestra raza es el índice sertación del profesor beligerante se
que hoy empezamos a publicar, clasificado por materias. Maravilla, en verdad, el es­ cantó el himno "Cara al Sol” (de
pectáculo de unos hombres que, apenas repuestos de los trágicos sucesos de que su
patria fué escenario, no tardaron en reanudar lejos de ella sus actividades. Falange) y el vicerrector del alto
El intelectual no posee más patrimonio que su trabajo, ni aspira a otro timbre de centro de estudios ”dió los gritos del
gloria que el de ver respetado, estimado y defendido el fruto de sus desvelos. Seguro movimiento y la invocación a José
estamos de que la labor realizada por los de nacionalidad española en el destierro
habrá de ser algún día juzgada y aquilatada en su verdadero valor y significación. Antonio y a los caídos, contestados
Con generosidad que nunca será suficientemente agradecida, la Biblioteca del Con­ con vibrantes "¡Presente!” (Repro­
greso de Washington se propone reunir en un volumen el inventario de cuanto en el ducción literal de una información
orden intelectual han producido los escritores hispanos fuera de su patria, desde los
comienzos de su éxodo. Apresurémonos a decir que la compilación que hoy iniciamos periodística española, con el obli­
no aspira a registrarlo todo. De nuestras notas hemos seleccionado tas que nos han gado respeto al estilo y a la ortogra­
parecido más importantes, dando preferencia a los libros (originales y traducciones) y fía.) hasta este hecho para definir
artículos de revista. Las omisiones que se nos señalen — y serán muchas— las recoge­
mos gustosos por vía de apéndice, al final de cada uno de nuestros capítulos. Estos todas las características de la actual
serán en número de cinco, consagrados, respectivamente a los anos 1939-1940, 1941- Universidad española. Por otra par­
(Pasen, señores, pasen! 1942, 1943-1944, 1945-1946 y 1947 en adelante. te, leyes y documentos oficiales la
Abreviaturas : BBM: Boletín Biblio­ CION DIRECTA DE FRANCISCO definen como "ejército teológico pa­
/ Aquí está la cabeza! ¡La cabeza MADRID. BUENOS AIRES, EDIT. ra combatir la herejía," como órga­
gráfico Mexicano. México, D. F•—E:
parlantei ¡E l prodigio de los prodi­ Educación. Revista de pedagogía y LOSADA. 1939. ( “ BIBLIOTECA
no para "la conquista de la unidad
gios! ¡Lo nunca visto! orientación sindical. Director: Ramon DEL PENSAMIENTO VIVO", VOL.
Ramírez Gómez. México, D. P.— EP: 6 .) católica de Europa,” como "sindica­
Una cabeza que todo lo cuenta por HERACLITO. — LOS FRAGMENTOS to y corporación de maestros y de
España Peregrina. México, D. F.— E
poco dinero. Que dice Verdades que y C: Educación y Cultura. Director: DE---------. TRADUCCION, ADVER­
alumnos." Está sometida a la alta
parecen mentiras, de tan alejada co­ Juan Comas. México, D. P.— LdM: TENCIA Y NOTAS DE JO SE GAOS.
Letras de México. México, D. F.— Rd GRABADOS EN BOJ POR CARLOS vigilancia del episcopado y es for­
mo vive de las mentiras que son las CA: La Revista dels Catalans d’Amé­ ALVARADO LANG. MEXICO, EDI­ zado ajustar sus enseñanzas a los
Verdades de nuestro tiempo. Que co­ rica. México, D. F.— RHM: Revista CIONES “ ALCANCIA” , 1939. (TI­ dogmas de la religión oficial. Su
noce todos los secretos y adivina los Hispánica Moderna: Nueva York-Bue- RADA DE 100 EJEM PLA R ES N U ­
nos Aires.— RMS: Revista Mexicana MERADOS Y COMPUESTOS A profesorado anterior a la tormenta
más intrincados misterios. MANO.) ha sido objeto de escrupulosas re­
de Sociología. México, D. P.
¡Pasen, señores, pasen! HUXLEY. JU LIA N . — EL PENSA­ visiones para eliminar a los malos;
¡Aquí está la cabeza! ¡La cabe­ OBRAS GENERALES MIENTO VIVO DE DARWIN. TRA­
DUCCION POR F. JIM ENEZ DE sus claustros han presenciado los au­
za parlante! ¡El fenómeno más gran­ ASUA. BUENOS AIRES, EDIT. LO- tos de fe de los libros declarados
B ib lio g r a f ía — B ib lio te c o n o m ia
de de todas las edades! SADA. 1939. (“BIBLIOTECA DEL nefandos; han sido destruidos los
¡Atención! ¡Oigamos su Voz mila­ HOGRAFIA Y BIBLIOGRAFIA DE PENSAMIENTO VIVO” , VOL. 7.)
LUIS V IV ES: EyC, AÑO I, NUM. IMAZ, EUGENIO.—ACTUALIDAD DE centros de altos estudios, las unida­
grosa! LUIS VIV ES: E., V(1940), 8-12. des de colaboración exclusivamente
6 (MAYO DE 1940), 264-268.
¡■ERRER, M IG U E L —¿COMO SE OR­ LAGO, REGINA.—LA PSICOLOGIA docentes, los núcleos de vocación,
Habla la cabeza CONTEMPORANEA,: EyC, 10(1940)
GANIZA UNA BIBLIOTECA PO­ los instrumentos de trabajo, me­
He aquí un diálogo que escuché a P U L A R ?: BBM, 31 DE ENERO DE 542-550.
1940, 27-28. ROURA-PARELLA, JOAN. — LA diante la confiscación de libros y bi­
unos amigos: 5ERIS, HOMERO Y GERMAN AR­ REALITZACIÓ DE SI M ATEIX:
— ¿Cuál es el español que menos R’dCA. 11 (NOVIEMBRE DE 1939), bliotecas. Basta con esto. Si ahora
TETA.—RAMON MENENDEZ PI- debiéramos preguntarnos cómo ha
se parece a un español? DAL: BIBLIOGRAFIA: RHM, JU ­ 13-24.
— No s é ... No caigo. ¿Acaso el LIO DE 1939. ___ _ ROURA-PARELLA, JU A N . — CATE­ de ser en España la Universidad del
7ICENS, JU A N .—EL PRESTAMO DE DRA DE PSICOLOGIA. ESTRUC­ futuro, tendríamos que plantearnos
catalán Cambó, el Vasco Lequerica, el LIBROS: BOLETIN BIBLIOGRAFI­ TURA, FORMACION Y UNIDAD
CO (LA HABANA), VOL. II, NUM. DE LA VIDA PSIQUICA Y E SP I­ forzosamente una cuestión previa:
gallego Franco?
2(1939), 2-4. RITUAL. MEXICO, LA CASA DE la necesidad de aniquilar radical­
—No, no es por ahí. El español ZICENS, JU A N .—LA BIBLIOGRAFIA ESPAÑA EN MEXICO. 1940. 12 p.
que menos se parece a un español CURSO DE FILOSOFIA EN LA
mente — hasta sus raíces— la Uni­
H ISPA NICA: E P, 7(1940), 17-21. versidad del presente, que, recor­
es. . . el inglés. . . UNIVERSIDAD NACIONAL AUTO­
¡Cómo el inglés1 FILOSOFIA NOMA.) dando una frase muy conocida de
ROURA-PARELLA, JU A N .—NUEVA dos psicoanalistas eminentes, Ale-
—S í . . . el ingles o español briia- ABAUNZA, ANTONIO.—LOS VALO­ CONCEPCION DE LA REALIDAD
nizado, son Salvador de Madariaga. RES PSICOLOGICOS DE LA PER ­ PSICOLOGICA: E., III (MAYO DE xander y Staub, se ha convertido en
SONALIDAD Y FENOMENOS PSI­ 1940), 8-13. "el vertedero de todos los sadismos.”
— ¿Por qué lo dices? ¿Porque vi­ QUICOS DE ADAPTACION AL SANCHEZ GALLEGO, LAUREANO.— Esto desde el punto de vista psico­
ve a sueldo de la propaganda inglesa? AMBIENTE. MEXICO, EDITORIAL ELEVACION DE LUIS VIV ES: EP,
— No sólo por eso. Mira: tú sabes SENECA, 1940. 123 p. (COLEC­ 4(1940), 156-159. lógico. En el orden pedagógico de­
que el español — cualquier español—' CION “ESTELA” ). SEMPRUN Y GURREA, J. M. DE.— biera hacer suya, como lema, la
GAOS, JO SE.—CATEDRA DE FILO­ UN CAS ET UNE FORME EXTRE­ famosa frase de Fernando V il: "le­
se considera siempre un personaje de SOFIA. CURSO DE 1939. (CURSO MES D'ANGOISSE EXÏSTENTÏEL-
primer rango. No admite en su nómi­ PUBLICO DE INTRODUCCION A L E: LA CITE CHRETIENNE (BRU-
jos de m í la funesta manía de pen­
LA FILOSOFIA.) MEXICO, 1939. 27 X ELLES), 20 JU IN 1939, 213-215. sar." El mejor homenaje que pu­
na de valores las segundas categorías. p. (LA CASA DE ESPAÑA EN ME­
Pues bien: don Salvador es un espa­ XICO).
SORIA, TEODORO D.—PSICOLOGIA. diéramos rendirle es recordar la
CUARTA EDICION CORREGIDA Y consigna con que un general, con­
ñol de tercera, y él mismo se encarga GAOS, JO SE.—LA FILOSOFIA EN AMPLIADA POR AGUSTIN MA­
de declararlo. MEXICO: LdM, NUM 6 (JU N IO DE TEOS MUÑOZ. MEXICO, CENTRO trahecho de cuerpo y de espíritu,
1939), 1-2 (SOBRE SAMUEL RA­ DE ESTUDIOS ECONOMICOS "MA­ deshonró un día los claustros pro­
— ¿De tercera? MOS, EL PE R FIL DEL HOMBRE GRO” , 1940. 274 p.
—Exactamente. De la tercera Es­ Y LA CULTURA EN MEXICO. ME­ ceres de la en otro tiempo gloriosa
XIRAU, JOAQUIN.—DOS CURSOS
paña. ¿Crees tú que se puede llegar XICO, 1938). LIBRES DE FILOSOFIA, ENCAR­ Universidad de Salamanca. De este
GAOS, JO SE.—CRISTIANISMO Y F I­ GADOS A DON JOAQUIN XIRAU. modo todos los gritos lanzados por
a menos? LOSOFIA. FILOSOFIA Y DIDAC­ MEXICO. ARTES GRAFICAS CO­
TICA DE LAS CIENCIAS HUMA­ el vicerrector a que se alude antes,
Véase la muestra MERCIALES. 1939. 18 PAGINAS
NAS. MEXICO, LA CASA DE ES­ (LA CASA DE ESPAÑA EN ME­ pudieran refundirse en el de "¡Mue­
Dicen que en España — sigue ha­ PAÑA EN MEXICO. 1940. 16 p. XICO). ra la inteligencia!”
blando la cabeza— ha comenzado la (CURSOS DE FILOSOFIA EN LA XIRAU, JOAQUIN.—NOTES SOBRE
reconstrucción de edificios derruidos UNIVERSIDAD NACIONAL AU­ LA VIDA IN TERIO R: Rd’CA (6 OC­
TONOMA.) TUBRE 1939), 11-18.
durante la guerra. Yo no lo creo. Lo GAOS, JO SE.—SOBRE SOCIEDAD E XIRAU, JOAQUIN.—EL MUNDO DEL NO B A ST A . . .
más lógico es pensar que en España HISTORIA: RMS, AÑO II, VOL. II, HOMBRE DE OCCIDENTE. MEXI­
hay todavía tal abundancia de cas­ NUM. 1 (1940), 6-21. CO, LA CASA DE ESPAÑA EN (Viene de la página 17)
cotes y ripios, que los falangistas se GAOS, JO SE.—FILOSOFIA Y PEDA­ MEXICO, 1940 (CURSOS DE FILO­
GOGIA: EyC, AÑO 1, NUM 1 SOFIA EN LA UNIVERSIDAD NA­ Despliega la vista y a su través el
Ven obligados a exportarlos a otros (1940), 11-16. CIONAL AUTONOMA). entendimiento. No te desvíes.
países. ¿Por qué, si no, han llegado GAOS, JOSE Y FRANCISCO LARRO- XIRAU, JOAQUIN.—DIDEROT RE­ Mira de hito en hito las piedras
a México Fernández Ardavín y Mo­ YO.—DOS IDEAS DE LA FILOSO­ SUCITADO: LdM, NUM. 18 (15 DE y los ríos de España, cómetelos con
FIA. MEXICO, 1940. (LA CASA DE JU N IO DDE 1940), 5-6.
reno Torroba? ESPAÑA EN MEXICO). ZAMBRANO, MARIA.—FILOSOFIA Y la vista, no les quites ojo: que te
Pedagogía falangista GARCIA BACCA, JU A N DAVID.— POESIA. VIÑETAS DE R. GAYA. llamen lince.
QUE ES LA MODERNA FILOSO­ (EDICIONES CONMEMORATIVAS Marcos, saliste de tu patria siendo
¿Ustedes han visto por dentro una FIA DE LAS CIENCIAS: REVIS­ DEL IV CENTENARIO DE LA
escuela española bajo el régimen fran­ TA DE LA UNIVERSIDAD DE AN­ FUNDACION DEL PRIMITIVO CO­ niño todavía, pero lo que te digo
TIOQUIA (MEDELLÍN, COLOM­ LEGIO DE SAN NICOLAS DE H I­ sirve para cualquiera. Toma, mira,
quista? Héla aquí, anuncia la cabeza: BIA), NUMS. 34-35 (OCTUBRE- DALGO: 1540-1940). MORELIA, MI­
Unos cuantos niños escuálidos. Un NOVIEMBRE DE 1939), 183-205. CHO ACAN. PUBLICACIONES DE
compra fotografías de España. Fíja­
maestro más escuálido que los niños. GARCIA BACCA, JU A N DAVID.— LA UNIVERSIDAD MICHOACANA, te: (¿qué más da una que otra?)
Un delegado falangista del Frente de INTRODUCCION AL FILOSOFAR. 1940. 157 p. Esta portada de la Universidad de
INCITACIONES Y SUGERENCIAS. ZAMBRANO, M A RIA —EL FREUDIS­ Osma (hoy cuartel de la Guardia
las Juventudes que se presenta cada TUCUMAN, 1940. MO, TESTIMONIO DEL HOMBRE
semana a berrear un discurso de pro­ GIDE, ANDRE.—E L PENSAMIENTO ACTUAL. LA HABANA, IMPR. C ivil), o estos campos de Bujalance,
paganda. Y un cura que se presenta VIVO DE MONTAIGNE. TRADUC­ "LA VERONICA” , 1940. o lás casas consistoriales de Sevilla
( donde Q ueipo. . . ) o este panora­
cada día a preguntar a los niños si ma de Barcelona con Montjuich a
saben las oraciones. que los países agrupados en ella re­ dorf. Y acaso piensen también los rc- la derecha (donde C o m p a n y s...),
¿Los métodos pedagógicos? A yu­ tirasen de España sus representantes publ'canos yanquis que están practi­ y el Prado y el cuartel de la Mon­
nar, levantar el brazo a la romana, y diplomáticos. En vista de ello — co­ cando con éxito la vieja diplomacia taña, y Quinto, y el Ebro, y el Ova­
aprender a odiar a los padres y a las meóla la cabeza— los Estados Lin­ maquiavélica al uso de los pasados lo de Teruel. Míralos, míralos cómo
madres porque no pueden aguantar el dos han enviado recientemente a Fran­ tiempos. Pero iodos sabemos lo pel'- eran, cómo son ahora, de papel, m í­
hambre a que los condena el Estado co ochenta toneladas de productos groso que es jugar con fuego. Más ralos y trabaja para que vuelvan a
azul. Y viva la enseñanza. químicos para fabricar explosivos. tarde o más temprano, los movimien­ ser otra vez de piedra. De piedra
Jugar con fuego He ahí una manera de aplicar los tos expansivos acaban volando el pol­ tuya. Que sin piedras no hay hom­
La O.N,U. acordó el pasado año acuerdos por el clásico método Ollcn- vorín. bres.
A N D A L U C IA y otra sale al campo y vuelve con so, al hombre más diestro, al mejor
el morral vacío, a pesar de sus pro­ atleta. Para "cultivarle" llegan a
(Viene de la página 3)
mesas optimistas. Mas los dioses, en comprar a los campeones, que se
La Andalucía musulmana y judía que tenía anexo el coto redondo de ocasiones buenos, acaban poniéndo­ dejan vencer. El viejo está tan en­
no es una simple prolongación de Villafranca del Castillo. El río Gua­ le a tiro una perdiz bobalicona, y ese greído que no se sienta a la mesa
la cultura de musulmanes y judíos darrama y el riachuelo Aulencia cru­ día el cazador viene exultante y grita si su mujer no le dice: "Campeón,
de Oriente. Simbólico de ello es zan el término municipal. Caminos su ojo y su pericia. ¡Cómo se divierte ya está la comida.”
que los fanáticos almorávides y al­ de herradura y locales. El correo se Longfellow con este personaje nota­ En todas partes puede haber y
mohades considerasen heréticos a los recibe en Galapagar, y allá ha de ir ble por su sencillez, su alegría fácil hay bromistas de esta clase, pero lo
andaluces y los persiguiesen, obli­ el alguacil a recogerlo. Madoz, siem­ y la serena aceptación de la pobre singular es que en Mérida tiene un
gando, a muchos a refugiarse en pre exacto, añade la observación de vida suya! nombre esa broma y que es colec­
territorios extranjeros. El espíritu que reinan allí todos los vientos. Son esas gentes buenas, llanas sin tiva y diaria. Son muchos los "cul­
¡Animosos pardillos de Villanueva doblez, naturales, las que se le me­ tivados” y muchos los que "culti­
andaluz persiste, sin embargo, y se
que, solo amparados en una ondula­ ten dentro a Longfellow y le hacen van”. Decía con gracia el doctor
salva en lo popular que perdura Graef, viendo que por el éxito de
ción del terreno, soportáis todo lo recordarlas siempre, acaso envidiar­
bajo la transformación que, desde el sus conferencias tenía siempre un
que envía Naturaleza por el aire des­ las. Por eso un año después, ya en
siglo X III, se opera a partir de Ir corro de admiradores: "¿Me estarán
de las cuatro puntas de la Rosa, y su ciudad norteamericana, escribe al
conquista de Sevilla. El arte nazarí cultivando?”
lleváis adelante la vida contra vien­ huésped madrileño en el español que
de Granada, el arte mudéjar y los En esta reseña de mi viaje a Yu­
to . . . y marea! Son pocos, pero bue­ había aprendido y le hace este en­
romances castellanos fronterizos son cargo, en servicio de su amigo Jorge catán revuelvo lo vivo con lo ar­
las manifestaciones de esta nueva nos castellanos de Castilla la Nueva,
que si la otra, la Vieja, miró en Green: queológico; así se refleja el cruza­
Andalucía. La superposición caste­ "Usted me hará un favor muy miento de cosas que hay constante­
llana parece que va a asimilar a lejanos tiempos por encima del hom­
bre — "mejor que la al"— es tam­ grande si algún día, cuando no tiene mente en la vida. Y sobre todo en
Andalucía y, a pesar de la unifica­ ocupación, vuestra merced irá con Yucatán, como país que ha de sos­
ción religiosa y lingüística y de la bién Castilla. En los días de Long­
él al Pardillo para enseñarle esos tener en vilo unas ruinas.
absorción por Castilla de las selec­ fellow — y la situación no ha cam- Además, para el hombre no espe­
ciado mucho— eran sesenta y cuatro sitios que me han gustado tanto y
ciones andaluzas, la personalidad donde hemos pasado unos días de cializado en arqueología, las ruinas
las familias domiciliadas: "trescientas son una terrible pesadilla, y tiene
del país continúa vigorosa en los quietud y felicidad con la buena
diez almas," aclara Madoz. En Es­ que distraerse censando en lo coti­
dialectos populares, la poesía de la gente de ese lugar.”
paña contamos por almas, como si diano y local. Lo grave es cuando,
escuela sevillana y del gongorismo, solamente el espíritu acusara la ver­ ¡La buena gente de ese lugar! Días
en la mística de Fray Luis de G ra­ de quietud y felicidad. . . Podría­ vuelto ya al hogar, le preguntan a
dadera presencia. uno concretamente: "¿Qué te pare­
nada y en la pintura de Velázquez ¿Qué encuentra Longfellow en Vi­ mos recoger aquí la lección discuti­
y de Murillo iniciándose nuevas flo­ ble de que la felicidad puede estar cieron las ruinas?” El apuro se des­
llanueva del Pardillo, para distraer vanecería pronto si fuésemos tan va­
raciones en que se reconoce el es­ allí dos largas semanas de su vida a nuestro alcance, a solas cuatro le­
píritu andaluz que sigue manifes­ guas de Madrid; pero hay que llevar cíos como los turistas de a montón,
viajera? En las cartas al hogar ame­ pero no se desvanece con facilidad
tándose en la prosa de Valera o en ricano habla de don Valentín, de la disposición dentro, como el joven
la poesía de Bécquer, de Machado si somos un poco estudiosos o infor­
Lucas el posadero. Don Valentín le Longfellow entonces, no sabemos si
mados en historia del arte. Se pue­
y de García Lorca. A la vez el pue­ dice confidencial a Longfellow, ha­ más tarde, después de sus tragedias
de salir del paso diciendo: "¡Oh,
blo ha conservado intacto su tesoro blándole de su amigo Lucas: "No familiares, cuando hubo de posar pa­ muy interesantes!”, pero nos queda
espiritual que se derrama en las pro­ hay en el mundo hombre más infe­ ra los fotógrafos con sus barbas dentro la comezón de los problemas.
fundas armonías del cante jondo liz; no tiene malicia alguna.” Ocurre blancas. El recapacitar sobre quiénes fueron
o en el ritmo de las danzas anda­ que el infeliz puede ser feliz en gra­ En la despedida de la capital es­ los hombres que levantaron aquellas
luzas. Los acentos dolorosos del do mayor que muchos de los que pañola Longfellow escribe a su ma­ obras, de dónde vinieron y cómo y
"cante”, salidos del subconsciente estiman alcanzada la felicidad huidi­ dre: "puedes imaginar el sentimiento cuándo. Este es el penoso lastre que
del alma popular más auténtica, son za. Eso le sucede a don Valentín, el de dejarla." También Madrid se le me deja Yucatán. Vuelve uno ano­
la lamentación de una raza incom­ cazador ilusionado, que una mañana había metido dentro; pero la risue­ nadado; sabiendo que los especialis­
prendida y cercenada constante­ ña imagen de Villanueva del Pardillo tas han averiguado muy poco, casi
mente y en perpetua resurrección, vegetativa”. La perennidad a tra­ domina todos sus recuerdos españo­ nada, y que las intuiciones del via­
aunque resignada a la continua vés de las mutaciones ha creado les, y por eso el poeta no halla otro jero no pueden pesar nada.
imposición de moldes extraños en una falta de impaciencia, un equi­ regalo mejor para su compatriota Yo no creo en eso que llaman
el tono general de la vida orga­ librio — que, a veces, puede con­ Green que una visita al pueblecito paralelismo de las culturas, es decir,
nizada, dispersándose y perdiéndose fundirse con la pereza por el ob­ castellano. ¿Qué iba a gustar allí el que dos culturas se parezcan no ha­
en otros mundos, reducidos aparen­ servador superficial— y que, en nuevo viajero conocedor de las gran­ biendo estado en contacto original­
temente sus valores a matices "tí­ realidad es aquella "sofrosyne” grie­ des ciudades y de sus riquezas mo­ mente. Por lo mismo que no creo
picos” lenta en el despertar co­ ga opuesta a la "hybris”. Pero, a numentales, artísticas, intelectuales, en que se parezcan dos razas nacidas
lectivo. través del adagio cantabile, de la sociales, de sus comodidades y goces? acá y allá en absoluta separación.
moderación del gesto, de la apa­ En Villanueva del Pardillo, como en Para mí lo yucateco es tan oriental
A pesar de la admiración que la inmensa mayoría de los puebleci- como lo asirio, y en la población an­
rente indiferencia, se percibe el
Andalucía despierta en españoles y tos españoles, no hay nada, ni una tigua de América, incluidas todas
alma viva y vigorosa, de fina sen­
extranjeros, pocas veces la han com­ portada romántica, ni una tabla pri­ las variantes, hay un orientalismo
sibilidad, que cree indecoroso expo­
prendido rectamente. Una de las mitiva, ni una escultura yacente, ni indudable. Los guerreros de las pi­
nerla desnuda a ojos profanos y
últimas visiones de Andalucía, que una imagen estimable con lágrimas lastras de Chichén hay que relacio­
que se trasluce en la elegancia de
demuestra la dificultad de captar o sangre, nada que pueda ser admi­ narlos forzosamente con los arque­
la palabra o del ritmo o que se
su verdadera esencia desde el exte­ rado. Bedecker en la mano, en el es­ ros persas; un aspecto de la flor del
exhala en el grito de dolor o en el
rior, es la de los artículos de Or­ lloro del "cante”. pacio de unos minutos o de una ho­ loto se encuentra lo mismo en Ní-
tega Gasset, "Teoría de Andalu­ La fuerza de este espíritu, repri­ ra. Por eso, porque en Villanueva nive que en Chichén; el "ureus”
cía", reeditados por Espasa-Calpe. del Pardillo no hay nada, esa cosa de los egipcios parece asomar en las
mido a menudo como el de todos
Para él, el andaluz representa una divina que es la Nada de los pue- esquinas de los palacios de Uxmal;
los pueblos que han tenido que si aquí hay serpiente emplumada,
cultura agraria, indentificada con la blecitos españoles, lo hay todo, en
superar continuas crisis, aparece en Konsabad tenemos el toro ala­
tierra y el paisaje, rico y bello na­ los hombres y en las cosas, y ese todo
poco visible y sólo se entrevé y do; las lanchas fenicias se parecen
turalmente, que reduce al mínimo esencial y profundo se apodera de
se sospecha a través de revelacio­ a las pintadas en un fresco de Chi­
las necesidades materiales de la exis­ nosotros y se nos adentra en el al­
nes intermitentes y contradictorias, ma . . . como a Longfellow. chén; las narices de los asirios re­
tencia y produce la pereza, la evi­ porque son expresiones parciales de
tación del esfuerzo y da vida a su cuerdan a las de los aztecas en la
algo difícil de manifestar completo angulosidad de las fosas restiradas;
tono de adagio cantabile, sin altos por su misma riqueza, a través de
ni bajos, todo suavidad y enemigo D E U N V IA JE . . . los preciosos yugos que vemos en el
las facetas innumerables de un poi (Viene de la página 8) museo de México, recuerdan a los
de asperezas. El ideal andaluz, se­ liedro de superficies complejas que
gún Ortega, parece a las gentes de que muestran los armenios cautivos
encubren la firmeza del diamante "taco” de huevo duro con pepitas de "Las puertas de Balavat" (M u­
más al norte algo demasiado sen­ interior. de calabaza, molidas, y una salsa de seo Británico). En lo asirio, el sa­
cillo, primitivo, vegetativo y pobre Entonces aparecen cualidades apa­ la misma semilla y de jitomate. cerdote usa máscara de águila, y aquí
que estiliza e idealiza los actos co­ También nos regaló con salpicón de tenemos al Caballero Aguila.
rentemente contradictorias: dulzura
tidianos más simples, que es egregio y violencia, indiferencia y pasión, venado y con trijol-nach. Este sal­ Por otra parte, el nombre Uman
en todo lo referente al piso bajo, en alegría y tristeza profunda; simpli­ picón se prepara como la barbacoa, aparece entre los elamitas y en Yu
el gesto impremeditado, en el uso se deshebra y se condimenta con ci­ catán; en Armenia, la ciudad de Tus-
cidad, cortesía, elegancia, reserva y
trivial, en que la base vegetativa de lantro, rabanitos, naranja agria y sal. pa, y en México la de Tuxpa. Hubo
moderación y, a la vez, espontanei­
la existencia es más ideal que en El frijol-nach es un puré de frijol un príncipe escita llamado Tiuspa.
dad, viveza, fantasía, hipérbole y
ningún otro pueblo, pero que ape­ colado, finísimo. Hay muchos nombres de lugares ci­
barroquismo; resignación, humildad
nas tiene otro ideal. Según él, el En casa del músico Baqueiro-Fos- tados en la Biblia con terminación
y nostalgia y, también, dignidad,
andaluz, fuera de lo cotidiano, es ter comí los sabrosos "panuchos". en al, como Tabal y Samal, que her­
sentido de la hospitalidad, tole­
el hombre menos idealista y, fuera No me gustó la cerveza del país, manan con Uxmal, Tixpenal, Iza-
de su tierra, deja de ser andaluz. rancia y adaptación a los ambientes tal vez por la falta de lúpulo. mal, Conkal (yucatecos). Otros, en
y a los hombres. Una profunda y El Director del "Diario del Sudes­ ul, como Kusul-Irmak, que se di­
Ortega parece desconocer lo que rica humanidad, producto de un
en el andaluz hay de más profundo te” nos regaló con una cena en la rían gemelos de Ticul, Motul, Dze-
espíritu y de una cultura natural azotea del periódico y en ella probé mul. Y, en fin, el nombre de aquel
y refinado espiritualmente, de más y a la vez trabajada por el tiem­
equilibrado, que trasluce una elas­ el "tamal” yucateco, muy distinto primer faraón de la Dinastía X XII
po. Y tampoco el andaluz, fuera del mexicano. ¿no se llamó Chochenk? Pues en
ticidad y una adaptación sin dejar de su tierra, deja de ser andaluz,
de ser él mismo y, a la vez, una Dejando ya lo comestible y pa­ Yucatán tenemos pueblos que se lla­
sino todo lo contrario: con su elas­ sando a las costumbres, diré que no­ man Cacalchen y Hopelchen.
fortaleza interior callada y poco ticidad y adaptabilidad a otros to un cierto espíritu cruelmente bur­ Pero, basta ya. Puedo resultar un
amiga de exhibiciones o de voces ambientes, con su curiosidad des­ lón en lo que llaman allí "cultivar intruso. La culpa la tiene el viaje.
descompasadas, un noble orgullo pierta por otros tipos de hombre, a uno”. Estar cultivando a fulano es Y un poco mi curiosidad. Confie­
que es conciencia del propio valor que hacen fácil el diálogo y la estar fomentándole su flaqueza, lo­ mos en que aparecerá una piedra
humano. inteligencia con los de cualidades cura o chifladura. Anda por la ciu­ "roseta,” bilingüe, cualquier día, y
La cultura secular ha refinado la distintas, no parece precisamente dad un vejete a quien hacen creer que ella desvanecerá los nubarrones
forma y ha ennoblecido la "vida que el andaluz deje de ser andaluz. que le puede ganar, echando el pul­ de hoy.
CUENTO E S P A Ñ O L . . . EL V E R G E L IN C O M P A R A B L E . . .
(Viene de la página 3) (Viene de la página 13)
v y„
Verás por las marítimas orillas, Los camarones de cuerpos bellos, de azul
que si el diablo, encarnado en ellos y disgregado
a la vez, pues en todos estaba repartido, hiciera la espumosa resaca entre la arena, turquesa, transparentes y ágiles se mueven en
burla de Cardoso. bruñir m il blancas conchas y luctllas, las aguas en mil complicadas evoluciones. En­
Tomó entonces el orive la determinación de en quien hiriendo el sol con luz serena jambres de quisquillas y gambas rojas, verdosas,
devolver a Girasol y él y sus hombres empren­ echan, como de sí, nuevos resoles azules o negras se reúnen y dispersan, sé ocultan
dieron el camino de regreso. Llegaban a la puerta do el rayo visual su curso enjrena. y aparecen fugaces entre las algas y corales, cuan­
de la muralla cuando Girasol lanzó un grito, pues do cesa el temor que los obliga a ocultarse. Can­
había distinguido en un bulto la sombra agaza­ Verás m il retorcidos caracoles, grejos y arañas de mar de todas formas, tama­
pada de Jacinto. Dos disparos fueron el eco del m il bucios istriados, con señales ños y colores, langostas, galeras, cigalas, olio-
grito de la mujer. A un tercer disparo sirvió de y pintas de lustrosos arreboles, cántaros, bogavantes y cigarras de mar de varia­
eco el lúgubre lamento de un agonizante. El gru­ das formas y matices, decoran y animan los
po de caballistas tomó la dirección del palacio- los unos del color de los corales peñascales costeros, iluminados por la luz verde
de Don Diego, en tanto que un jinete, cargando los otros de la luz, que el sol represa azulada que se filtra a través de la capa líquida
el cuerpo de un joven, marchó a casa del por­ en los pintados arcos celestiales, de algunos palmos que sobre ellos se tiende, o
tugués. regados por cascadas de blanca espuma.
Hubo en la vivienda de Don Diego mucho de varia operación, de varia empresa Bellezas de la vida en el mar gustadas por
entrar y salir de gentes con prisa, pero silenciosas despidiendo de sí como centellas naturalistas, marinps, exploradores y artistas que
y se vieron ropas con manchas de sangre. Se des en rica mezcla de oro y de turquesa. encuentran en ellas nuevos . modelos, normas,
taparon algunos frascos que llevaban cerrados colores y originales motivos ornamentales, iné­
mucho tiempo, y algunos pomos que al ser abier­ ditas arquitecturas orgánicas y combinaciones de­
tos llenaron las habitaciones de ese olor que a Cualquiera especie producir de aquellas corativas insospechadas. Vergeles y jardines del
veces quita el síncope y a veces lo procura. Por verás (lo que en la tierra no acontece), mar creados por Poseidón para recreo dp su corte.
las escaleras rodaron, desenrollándose, algunas pequeñas en extremo y grandes dellas, Galería de arte de los mares, museo incompara­
vendas, no se supo si de cura o de mortaja. Se ble del Océano que guarda, avaro, sus tesoros,
sirvieron algunos vinos, que nadie probó, pues donde el secreto artificioso pece ocultos por la túnica de sus aguas, envidioso de
todos andaban con vellones de algodón en las pegado está, y en otros despegarse que pueda contemplarlas sus hermanos, el Sol
manos y el gesto de la desdicha pintado en la suele, y al mar salir si le parece. o la peregrina de la noche, con su luz suave.
cara. El mar está poblado en toda su extensión; en
De casa del portugués salió una mujer, que Por cierto, cosa digna de admirarse sus aguas hay vida en todas partes, sin que en
volvió con el cura, portador de los Santos Oleos. tan menudo animal, sin nervio y hueso ningún rincón falte la alegre algarabía del vivir.
De allí marchó el cura con su postrer consuelo encima tan gran máquina arrastrarse; Los naturalistas quedan deslumbrados ante estos
a casa de Don Diego. Cuando llegó ya no esta­ tesoros cuando comparan la riqueza de los mares
ban a la puerta los caballos de Cardoso y su gente, Criar el agua un cuerpo tan espeso con la modestia de la vida terrestre. La vida
y sí una muía pacífica, la del médico. Los palo­ como la concha, casi fuerte muro, continental es miserable si se compara con la
mos del escudo, fuera por la indecisa luz del reparador de todo caso avieso, oceánica; en la tierra, el vivir queda reducido
amanecer, parecían haber volado. al manto de verdor de la vegetación, desgarrado
Con el alba salió de Ciudad Rodrigo una ca­ todo de fuera peñascoso y duro, de los inmensos colveros de los palos, en los
rroza y tomó la ruta de Portugal. Sosegados los liso de dentro, que al salir injuria helados casquetes polares cubiertos de nieves
ayes y las carreras levantóse una brisa y algo de no haga a su señor tratable y puro. eternas y las peladas y rocosas cumbres de las
polvo en la calle. Fueron abriéndose todas las montañas. Entre el verdor de las plantas se co­
puertas, menos las de casa de Don Diego y del bijan los animales que encuentran en ellas su
portugués. Los vecinos, que se despertaban con El nácar, el almeja y la purpuria
venera, son matices luminosos, alimento.
el alborozo de la boda, oyeron extrañados el to­
que de difuntos. Girasol había aparecido muerta que acá y allá del mar siguen la furia. Si se prescinde de esta delgadísima película
en su lecho, por lo que no habría boda, pero sí viviente apenas se encuentra algún animalejo
entierro, y a la misma hora señalada para la ce­ Los peces son sin disputa los reyes del océano. despistado que se refugia en la tierra, en las
remonia nupcial. Del portugués se supo que vi­ Su cuerpo, la forma de sus aletas, la de su cola, grietas o en las cavernas a pocos centímetros o
sin que por ello pierdan ni uno solo de sus ca­ palmos debajo de la superficie. Y en la at­
vía, pero que ya no estaba en la ciudad, pues en
racteres fundamentales, son moldeados por la mósfera, tan sólo algunos microbios, gérmenes
su casa sólo había un criado velando el cadáver microscópicos, insectos y pajarillos cuyo vuelo
de Romero. naturaleza en mil caprichosas formas.
Los que nadan en la superficie, los que repo­ apenas se remonta a pocos metros del suelo. Más
A mediodía llegaron gentes diciendo que en arriba tan sólo rompe la soledad de los espacios
una quebrada de la sierra había aparecido otro san en el fondo, los que viven en las costas ba­
tidas por las aguas tienen mil formas curiosas y el vuelo pausado, majestuoso y triste de águilas,
cadáver, que resultó ser el de Cardoso. Tenía éste buitres y cóndores.
lucen lustres argentados, metálicos o nacarinos.
los ojos muy abiertos, como estrellas, como dia­ Comparar cantidades tan dispares en riqueza
En todos los parajes del mar, hasta los más apar­
mantes, y la chaquetilla desabrochada. En una tados rincones del litoral o de los profundos de vida es tan erróneo como si se nos ocurriese
mano algunas hierbas; en la otra una carta para abismos pasean su belleza estos seres. En todos establecer ‘un parangón entre una superficie y
Don Diego, en la que explicaba el misterio de los rincones del océano inmenso se ve a . . . un volumen. La película viviente vegetal, que
aquellas muertes. Reconocíase en ella autor del abriga a los animales, con su espesor minúsculo
rapto y confesaba que, cometido éste, sintióse an­ Los peces acudir por sus inciertos no tiene rival con la masa incalculable de las
te Girasol "como empequeñecido y aturdido, lleno caminos, con agallas purpurinas aguas del mar densamente pobladas de arriba
de amor por ella, culpable en fin". Si el rapto es de escamoso cristal todos cubiertos. abajo y en toda su inmensa extensión.
varonil, lo que sigue es cobardía, venía a decir,
por lo que había resuelto devolver a la doncella
dejándola en el mismo estado en que la hallara, M A N U E L DE F A L L A . . . camarín de la reina. Hay un temblor de chirimías
"sin mancha de pecado”. Si su proyecto no llegó (Viene de la página 9)
lejanas. En el viejo clavicordio de Angel Vegue,
a cumplirse fué a causa del diablo, "causante de en la toledana calle del Plegadero, que se despe­
todo con su informalidad manifiesta y deseos de están casi cuajados. A poco van a salir los cantos ña sobre el Tajo, Falla escucha, arrobado, el eco
burlarse de él”. Cardoso afirmaba haber dispara­ de los jardines, en la sierra cordobesa; la danza del clave de Domenico, que retiene entre sus
do primero, sin que hiciera blanco en Jacinto, lejana, al anochecer, que se escucha, en arribo, alambritos canciones de arrieros. "El Retablo"
bajo el toldo de campanillas azules; el Generalife, aparece. Y el "Concerto," con sus agrias armo­
que habiendo disparado casi al mismo tiempo,
ya en la noche. Dos obras de un andalucismo nías y sus ritmos cortantes. Hay allí el grito de
hirió a Girasol "entre pecho y pecho, como si las navajas de siete muelles y el canto de la zu­
hubiera querido matar dos palomas de un solo ejemplar, porque todo el cuadro de la tradición
y la costumbre está viviendo en el hervidero de maya. Después. . . Ave de mal agüero, la zumaya
tiro”. Cardoso había vuelto entonces su pistola gime en el alcornocal. Malhaya quien la escucha.
contra Romero, al que vió caer en un charco de la técnica nueva, que es la que da tonos más
sangre, "o fuera que la sangre la llevara toda en calientes y timbres más ricos, son las que nacen
el rostro, inflado como vejiga". Terminaba la en Madrid, a poco de regresar Falla de la Francia
carta encomendándose a Dios e implorando per­ en guerra: "El A m or Brujo" y "El sombrero de
tres picos," que, primero, se llamó "El Corregidor
dón por su crimen. Pedía se le enterrara en el y la Molinera" y que, bajo ese nombre, encontró
valle de Las Batuecas, a media ladera, al pie de
un árbol a cuya sombra solía sentarse en su ato­
londrada mocedad deseoso de que se le pasaran
los sofocos y corajes que tan de improviso se
en alguna parte de la prensa madrileña, en plu­
mas noveles, de una cordialidad caliente en su
juventud, sus primeros comentarios entusiastas.
La trompeta de los Bailes Rusos llevó por
" U ltra m a r”
apoderaban de él. el mundo la fama de Falla, pero no descubrió
La chaquetilla dicen que se la desabrochó el nada nuevo a los españoles, que ya se habían
diablo, mas no a tiempo de hallar en aquel pecho enterado. Demasiadas trompetas. Mucho París,
se im p rim e en los
lo que buscaba. D e sus dientes y boca escapó en muchas princesas, el esnobismo internacional que
la agonía un caño de sangre espesa, siendo hecho pasa los mares. Falla vuelve encogido a Madrid
comprobado que aquella sangre perdió con la
muerte el color que tenía, llegando a hacerse tras­
después del triunfo de "El sombrero de tres p i­
cos" que comenta, desde París, un corresponsal
Talleres Gráficos
lúcida. De tan caliente quedóse helada, por lo que llamado Manuel Azaña. Otro, Cipriano Rivas, lo
se dice que allí donde murió Cardoso brotó una
fuente cuya agua, si se prueba y saborea con de­
tenimiento, sabe un poco a sangre. En torno a la
cuenta, en verso, a los lectores madrileños de una
revista de combate. En su cuartito de la calle de
Lagasca, Falla se encoge. Quiere irse. Se va. ¿A
de la Nación
fuente han crecido las plantas más variadas. Y Cádiz, su tierra natal? Demasiada gloria para el Tolsa y Enrico Martínez
el girasol, la hortensia, el dondiego, la vinca y el ambiente provinciano. Desde niño había soñado
jacinto tejen tupida red sobre la que se cree ser con Granada y sus jardines rumorosos. En el pa­ MEXICO, D. F.
sepultura del arriscado y laberíntico Juan Cardoso, tio de los Leones, don Gayferos está jugando a
el orive. las tablas. Melisendra peina sus cabellos en el
José Clemente Orozco Por L u is
C A R D O /A Y A R A G O N

Con motivo de la Exposición Nacional "José Clemente Orozco", abierta en el Palacio


La obra de José Clemente Orozco de Bellas Artes, acontecimiento extraordinario en la vida artística de México, publica­
mos estos juicios, tan inteligentes, de nuestro entrañable amigo el ilustre escritor gua­ Es lo que Berenson llama "compo­
se ofrece como una hermosa crítica temalteco Luis Cardoza y Aragón, actual embajador de su país en Colombia. sición en el espacio", que nada tiene
poblada de sarcasmos. Y no impor­ que ver con la otra superficial, que
ta en cuál de sus diferentes aspec­ se reduce a satisfacer "nuestro ins­
tos se ofrezca: su carácter universal tinto de decoración".
es dominante. Cada país con tradi­ Orozco es un decepcionado de la
ción artística ha creado una mane­ realidad. Todas sus obras son im ­
ra peculiar en su arte que mantiene posiciones absolutas de un orden
su unidad múltiple dentro del tiem­ propio. Sólo lo verdaderamente sig­
po, como ha creado, asimismo, una nificativo para él toma cuerpo en
forma particular de su crítica. Es sus paisajes, que siempre son men­
necesario, cuando estudiamos un tales. El paisaje en sí no parece cau­
artista, distinguir los elementos pri­ tivarle. Le organiza con referencias
vativos que le aislan y le diferen­ personales, como parte del hombre,
cian. La originalidad en sí no es, ya incorporado a él, en su belige­
sin embargo, una calidad fundamen­ rancia permanente contra la supre­
tal, pero sí la característica de la macía de la naturaleza. Le interesa
personalidad. En una escala de va­ como enemigo. Nunca hay alusión
lores más generales, la originalidad precisa; ni es descriptivo, alegórico,
no es absolutamente primordial. Hay simplemente. Siempre manifiesta su
perfección artística tan acabada y inadaptabilidad, su equilibrio perso­
tradicional y conocida, que su impor­ nal impuesto. La naturaleza se le
tancia intrínseca posee tanto valor propone como una selva de símbo­
como la originalidad. La obra de los. N o hay discurso filosófico, di­
Orozco es extraordinaria en estas dáctico, narración alguna. Su pin­
presencias de tradición, de origina­ tura siempre tiene la gloria de ser
lidad, de relación al momento y sus inexplicable.
adquisiciones expresivas.
Orozco es el mismo siempre, co­
Su anhelo de pureza, su necesi­ mo el arte en todo tiempo. En sus
dad de lo absoluto, hacen de Orozco diferentes presencias representativas,
un gran tirano. Su hostilidad per­ su voz, su tragedia, la riqueza in­
manente con el medio, con la pe­ dividual de su pintura determ.nan
quenez que le rodea, le torna señero, su unidad por encima de los acci­
solitario. Su repulsión ha acendrado
dentes momentáneos. Vive siempre
su obra y, como para salvarse co­ por las mismas virtudes. Su conte­
tidianamente la vida, condesciende
nido es tan intensamente humano,
dentro de su orgullo y llega a la que a veces se diría animado por
sátira, al sarcasmo, a un sentimiento pasión sobrehumana. Organiza un
grotesco de la vida, tan noble, pe­ mundo con su moral y su belleza,
culiar y poético en él. que le obliga a liberarse hasta cons­
Esta amargura desolada de Orozco, tituir una realización vital. Su ma­
sin ninguna esperanza, nacida del terialismo es la forma más pura y
choque de su anhelo con la reali­ atormentada de su idealismo recal­
dad, es sólo uno de los aspectos más citrante. Es inadaptable y hasta su
acusados de su psicología. El equi­ sencillez y su humildad las conside­
librio de fuerzas y pensamientos ro demostraciones extremas de su
antagónicos se establece dentro de orgullo generoso y amigo. N o sólo
esta forma de su piedad. Y por ri­ no desdeña, sino que ama lo m í­
cas y acabadas que sean estas repre­ sero y bajo, lo deforme y precario.
sentaciones, no creo considerarlas "La franqueza absoluta: medio de
superiores, ni más peculiares que originalidad”, anotaba Baudelaire.
sus presencias opuestas. M e refiero, En Orozco encontramos esa misma
precisamente, a su tranquila ternu­ preocupación por llegar a los lím i­
ra, a su idealismo puro, a la sen­ tes de su personalidad y hacer recu­
cilla, primorosa emoción de muchas lar esos límites. Llega al odio, al
de sus obras. horror, a la violencia por caminos
Sus figuras pueblan la arquitec­ de crítica, de pasión y de amor. Des­
tura, la continúan, se tornan inse­ envuelve las consecuencias y posibi­
parables de ella y aprovechan los lidades de lo físico y de lo espiri­
declives de los tirantes, las curva­ tual y luego las confunde, las m ulti­
turas de los techos, los marcos que plica, las torna indeferenciables. Lo
forman las arcadas, y se hacen esta­ objetivo y lo subjetivo pierden sus
tuas animadas, como en la fábula. fronteras. Su delirio de interpreta­
Su composición no es simplemente ción tiene, dentro de su carácter ge­
un arreglo en superficie, sino una mebundo, ese cansancio y esa insu­
composición en profundidad, en tres misión al cansancio y al hastío que
dimensiones, como si se tratase de le hace olvidar y aun abolir su
escultura, de la arquitectura misma. egoísmo.

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