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Harold Alva Lima Completo

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LIMA

Harold Alva

Nació el 25 de abril de 1978 en El Alto, Talara, Piura. Escritor, editor y analista


político. Dirige el Festival Internacional Primavera Poética (FIP Perú). Es
autor de Lima, la épica del desastre (2012), Ciudad desierta (2014) y A tiempo
completo (2020), entre otros libros. Ha participado como expositor en la Feria
Internacional del Libro de Guayaquil (Ecuador), Feria Internacional del Libro de
Concepción (Chile), Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (Argentina),
Feria Internacional del Libro de Lima. Fue editor de la Revista del Foro del
Ilustre Colegio de Abogados de Lima (2011, 2012). Además, es conductor de
los programas de radio y televisión Habla el pueblo (2016), Abogados de Lima
(2017), Contrapoder (2018), Mesa de debate (Best cable) y Diálogo & Debate
(UCI Noticias). Actualmente dirige Editorial Summa y Contrapoder, suplemento
dominical del Diario Expreso.
HAROLD ALVA

LIMA
Lima
©Harold Alva

Juan Pablo de la Guerra de Urioste


Gerente de Educación y Deportes

Christopher Zecevich Arriaga


Subgerente de Educación

Doris Renata Teodori de la Puente


Gestora de proyectos educativos

María Celeste del Rocío Asurza Matos


Jefa del programa Lima Lee

Editor del programa Lima Lee: José Miguel Juarez Zevallos


Ilustración de portada e interiores: Daniel Maguiña Contreras
Corrección: Manuel Alexander Suyo Martínez
Diseño y diagramación: Leonardo Enrique Collas Alegría

Editado por la Municipalidad de Lima


Jirón de la Unión 300, Lima
www.munlima.gob.pe

Publicación de distribución gratuita


Prohibida su comercialización

Tiraje 10,000 ejemplares

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2020-07900


Presentación

La Municipalidad de Lima, a través del programa Lima Lee,


apunta a generar múltiples puentes para que el ciudadano acceda
al libro y establezca, a partir de ello, una fructífera relación con el
conocimiento, con la creatividad, con los valores y con el saber
en general, que lo haga aún más sensible al rol que tiene con su
entorno y con la sociedad.

La democratización del libro y lectura son temas primordiales


de esta gestión municipal; con ello buscamos, en principio,
confrontar las conocidas brechas que separan al potencial lector
de la biblioteca física o virtual. Los tiempos actuales nos plantean
nuevos retos, que estamos enfrentando hoy mismo como país,
pero también oportunidades para lograr ese acercamiento
anhelado con el libro que nos lleve a desterrar los bajísimos
niveles de lectura que tiene nuestro país.

La pandemia del denominado COVID-19 nos plantea


una reformulación de nuestros hábitos, pero, también, una
revaloración de la vida misma como espacio de interacción
social y desarrollo personal; y la cultura de la mano con el libro
y la lectura deben estar en esa agenda que tenemos todos en el
futuro más cercano.
En ese sentido, en la línea editorial del programa, se elaboró
la colección Lima Lee, títulos con contenido amigable y cálido
que permiten el encuentro con el conocimiento. Estos libros
reúnen la literatura de autores peruanos y escritores universales.

El programa Lima Lee de la Municipalidad de Lima tiene el


agrado de entregar estas publicaciones a los vecinos de la ciudad
con la finalidad de fomentar ese maravilloso y gratificante
encuentro con el libro y la buena lectura que nos hemos
propuesto impulsar firmemente en el marco del Bicentenario de
la Independencia del Perú.

Jorge Muñoz Wells


Alcalde de Lima
LIMA
LIMA
UN HIMNO SACRO

Lima, a secas, titula Harold Alva esta nueva entrega de


su poesía, marcada a lo largo de su evolución por el dichoso
topónimo. Si en las etapas anteriores el nombre de la ciudad
aparecía y desaparecía, ahora, en esta verdadera trabazón de
melodías, conceptos y situaciones que conducen a un inesperado
desenlace, le sirve no solo para marcar el espacio, sino, sobre
todo, para enraizar el eje de un universo poblado de animales
feroces y de plantas extrañas, razón por la que bien podría calzar
a esta visión el subtítulo de flora y fauna. Pero no, él ha preferido
Lima, a secas, espacio de angustias y desesperanza, delirios y
sueños.

El poema XII, por ejemplo, nos permite oír los desgarros


de un hombre que, al marcar su territorio, realiza escoriaciones
sobre su propio cuerpo, el territorio donde escribo, dice. Lima
desde este punto de vista no es solo un topónimo; también
es el nombre que engloba a sus propios dientes cuya lengua
pretende empujar al precipicio. Es también una calle, la esquina
formada por un conjunto de huesos y flujos sanguíneos donde
no le permite a nadie detener las cobras que escapan de su pecho.

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La voz de Alva sabe que el aprecio de la poesía se separa de la
importancia asignada a los temas, y tal vez por eso la suya está
desnuda de toda retórica. La Lima que su palabra nos permite
visualizar no es algo surgido del ensueño o de la melancolía. Es
un lugar en el que vibran, tiemblan, hierven inquietudes de un
ser invadido de preocupaciones mortales.

Antes de compenetrarnos en ese espacio de inmolación


recordemos que J. E. Eielson sostenía que Lima no era un lugar
ideal para vivir, en cambio sí para morir. Por sus largos años de
vida y experiencia en Roma se podría deducir que tampoco esa
ciudad lo era, sin embargo ahí vivió gran parte de su existencia.
No por eso, desde la añoranza, desde la nostalgia, negó que Lima
no fuese la perla que imaginariamente acariciaba en el bolsillo.
Y a partir de la revelación de ese elemento contradictorio, nos
permite entender que Lima para Eielson no era, poéticamente,
su verdadero desafío. El conflicto mayor de Eielson estaba en
otra parte, en ese espacio de la memoria, de la inteligencia, del
ser, del entendimiento con el mundo.

La Lima de Alva tampoco es un espacio sagrado y menos


de adoración, tal vez sí de combate. ¿Pero de combate contra
qué, contra quiénes? Su confrontación y su secreta pasión por
la ciudad, es inestable. Aunque ella lo somete a las dolorosas
contradicciones que le provoca el amor (Tú fuiste mi ciudad /

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El color de mi parque / El libro que escribo con la oscuridad de
mis palabras), al coyote de la avenida aviación, como se auto
califica el hablante, la ciudad y sus halcones de neón, sus calles
como culebras, la horda de coyotes, los pájaros que advierten la
épica del desastre lo conducen a situaciones que en la superficie
parecen imágenes vistas desde un espejo. A todo eso, él opone
la pretensión de desollar un cuerpo y Alejarse del ruido que se
clava en sus letras / Como una espada de sangre / Como una lanza
oxidada / Clavada en un corazón petrificado / En una arteria
idéntica a una calle inhabitada.

Si técnicamente sus versos dan la impresión de ser una


cascada de imágenes, su eje apunta hacia una voluntad
de acabar con la idea de un ser divino. Lejos estamos de una
Lima solo como un espacio lleno de fieras, de reptiles e insectos
venenosos. Lejos estamos de la idea de Lima como el espacio de
su propio cuerpo. El conflicto mayor de Alva no es con Lima ni
con su propio cuerpo, sino con Dios o con Satanás. Y ya se sabe
que ese conflicto en poesía es el mayor desafío posible. Vallejo se
confronta con Dios. Blanca Varela igualmente.

En otro de los segmentos de Lima (XVII) el hablante se


imagina, en compañía del cuerpo del deseo, frente al mar, en los
bordes de un acantilado. Y le dice Capturas el aire de la cordillera
/ Observas el perfil de un Apu / Que roza la espalda singular de
este poema / Y continúas allí / Estática en los riscos / Arriba el

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cielo se abre y anochece / Escucha / Ese rumor es la lengua de otra
civilización / De otra tribu que ahora nos acecha... El perfil de ese
Apu, el sordo rumor que emerge desde las montañas colindantes
de Lima, la presencia de la lengua de otras civilizaciones Que
roza la espalda singular de ese poema, nos permite decir que Alva
nos plantea, desde Lima, una visión de lo sacro alejada de los
monoteísmos.

Aunque el poema XXIV está habitado por la idea de un Dios


como el recuerdo, al parecer, de un simple accidente; aunque a
partir de ahí el hablante puede desde la memoria imaginar su
rostro, Los músculos que esconde / Para que alucinemos su miedo
/ La furia de un ángel que destroza / La torre de las catedrales / El
rito de la eucaristía / Y lo sublime de un pájaro / Que caga sobre el
agua / Pienso en Dios / Y la noche me escupe un cuajo de su sangre
/ El sacrificio de alguien que desconoce / La bala que sepulto en la
cabeza.

Cómo no sentir que estamos ante una concentración del


lenguaje capaz de penetrar, como un escalofrío, hasta el meollo
de las dudas más antiguas del género humano; cómo no sentir
una poesía que habla desde lo que omite, que nos habla desde los
silencios; una poesía en la que la idea de Dios se singulariza para
enraizarse en un espacio, en un lugar preciso: Lima en su versión
polisémica de topónimo, de cuerpo del hablante, de terreno de
combate.

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Señalábamos inicialmente la marca de una trabazón
de imágenes y conceptos que avanzan hacia un desenlace
inesperado. En efecto, a lo largo de todo Lima aparecen los hilos,
las pinceladas, la tonalidad de un himno sacro, conducentes a
un posible acto sacrificial, hasta que, en el segmento XXVII de
pronto nos hallamos ante el hecho consumado. Suponíamos que
avanzábamos hacia un deicidio o hacia la propia inmolación,
pero he aquí que irrumpe la sorpresa. Estamos en el último piso
del edificio más alto de Lima y a los pies del hablante yace el
vencido, la parte oscura de cada quien. La cabeza del vencido
reposaba como un ceramio / Sobre un estante de huesos / Nadie
conocía su alfabeto... / Yo lo había vencido / Lo tenía amarrado
contra un muro de hierba / Su boca estaba cerrada... Yo cercené
la historia/ Y con ese corte / Salí otra vez al mundo... En realidad,
más que a la autodestrucción o a la eliminación de la idea de
Dios, Alva nos ha conducido por los vericuetos de un magnífico
acto de desdoblamiento. Él lo suscribe. Lo firma con su trazo De
cuervo acorralado por la pérdida.

Jorge Nájar
París, diciembre del 2010

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Viniste a posarte como la noche llama a sus creaturas
O como el brazo termina su círculo
y abarca el horario completo
O como la tempestad retira los velos de su frente
Para mirar el mundo y no equivocar sus remos

Emilio Adolfo Westphalen

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I / PASEO DE LA REPÚBLICA
Cuadra 1

Un hombre soñó que su vida moría con el aliento de un tigre que


saltaba hacia sus ojos Buscó en ese vapor la voz de alguien La
silueta de alguien que interceda por lo que nunca había escrito
y le permita abrir las pupilas para ascender o descender las
escaleras que lo conduzcan a otro cuerpo No podía esperar otra
cosa No pretendía nada más allá Solo un horno que lo consuma
y lo redima para otra vez delinquir como la muerte que regresa
con el aliento de esa fiera que lo mira con rabia al otro lado del
espejo De su boca que lo ataca cada vez que intenta escribir un
poema y regresa alguien con ese tono de cuervo Con esa mirada
de noche que lo quiebra y lo arroja sobre el teclado y le lanza el
mismo tema y lo repite mil veces y lo cansa Entonces ese hombre
observa el hocico que le dispara esa brisa fétida Se acomoda el
saco Ensaya una estrategia. Y cruza al fin la puerta

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II/ MALECÓN CISNEROS 7h 45 PM
Miraflores

El hombre observa la cadencia de su oficio


La velocidad del aire que llega desde el malecón
Y lame las ventanas de los edificios
Las puertas como un adjetivo siniestro
La niebla que ataca como un samurái
Con su cerbatana de miedo
Y se pregunta si la noche
Tiene algo que ver con su ictericia
O acaso la nostalgia
Es la única palabra que sostiene
El argumento de su día
Retorna los ojos al vacío
Salta en parapente hacia la sima
Tensa los músculos de sus brazos
Y se deja caer
Siente
La generosidad
Del abismo
Y ya no se pregunta
Si la noche
Tiene algo que ver con la caída

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III/ JR BELÉN
Cercado de Lima

La misma calle donde anochezco con tus ojos


La misma serpiente
El repetido aire que me deja inmóvil
Los jardines sobre cuyas hojas
Jamás reposarán mis pasos
Esta ciudad donde muero como un sujeto torpe
Este clima extraño
Tu voz que ignora lo que en este momento escribo
Los mismos pájaros
La misma tristeza de hace algunos años
El cuchillo que hace temblar mi fe
Este sabor a nada
La misma canción que inventamos
Para ocultar los cortes
Mi estructura de hombre que exige este poema
La muerte como una muchacha fresca
Otra vez Lima
La plaza San Martín
La calle Quillca
Allí
La misma alfombra de cadáveres
La poesía con sus costras
Esta ilusión
Que me confunde con la hierba

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IV/ PUENTE ESPAÑA,
Comas

El canto de un mamífero muere atropellado por el pánico y


los habitantes pasan Los habitantes muerden el tráfico Los
habitantes patean un cuajo de su sangre como si la noche no
importara Como si un cuerpo sobre el asfalto no importara Aquí
un hombre ha muerto Se estremece frente a su cuerpo Patea
sus extremidades Se arranca la tráquea para reinventar su voz y
colgarla en una torre Se inclina hacia su tórax Escucha el sonido
inanimado de su aorta y no se conmueve Y no siente tristeza por
la pérdida Y no se atreve a cerrar los ojos Y se arranca la lengua

Aquí el horizonte se quiebra

Los postes apagan la luz artificial de sus osamentas pero nadie


se da cuenta Nadie observa el movimiento de sus callejones Las
súplicas celestes Nadie la cifra mortal de sus nacimientos El
holocausto de sus letras La angustia marginal de un perro que
repite este poema Aquí en la ciudad de cristal

En esta Lima caótica que tiembla

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V/ BIBLIOTECA NACIONAL 5h 30 PM
San Borja

Tus dedos en la nuca


Cortan la velocidad del tráfico que irrumpe
Sobre la duda solar de un accidente
Tus dedos sobre mi cabeza
Y la sombra de una muchacha
Extendiéndose en la noche
Precipitan la soledad de mi poema
Ellos lo saben
Lo intuyen en sus huesos
Te observan atónitos
Me hacen una mueca que contrasta
Con la frialdad del pavimento
Tus dedos sobre el libro de T S Eliot
Y afuera el aire con su lengua de agua
Sembrándose en los ojos
De quienes han muerto
Su voz
Mi voz de brujo y de poseso
Lame tu mano
Mi convicción de sal
De músculo

Y se queda en ellos

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Contigo difumino las réplicas El agua que cae como una antorcha
de fuego ya no me lanza al precipicio Contigo Lima es rara La
niebla de sus malecones desaparece Contigo caen los 32 como
una fábula Como tu risa Contigo Lima se asusta Sabe que algo
ha muerto Huye como las huellas de un látigo sobre el pellejo de
alguien que olvidó los dedos en la marca de un teléfono Y Lima se
quiebra Lima me mira con la dulzura de tus años Con tu edad de
fruta que se abre Con tu vocecita de pájaro Y Lima solo observa
No tiene nada que decirnos Mi corazón cruza sus edificios La
vía expresa Se mete en los semáforos Y no tiene nada que decirnos

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VI/ EDIFICIO EL DORADO
Av. Arequipa Lince

La ciudad tenía tu cuerpo


Lo anunciaba en todo lo que veía
Como una llamada de atención a mi soberbia
A la energía que negaba con la actitud de un poste
Que se deja encender cuando la noche lo aplasta
Y la tiniebla recogía mi voz
Con la intensidad de un muerto
Que se reconcilia con el polvo
La ciudad venía contigo
Destruía la sonata que estático interpretaba
En busca de otros versos
Me enviaba señales
Halcones de neón que hacían piruetas
Alrededor de mis poemas
Y yo
Detenido en mi habitáculo
Copiaba el rumor de la mañana
En algún texto
Que nada tenía que ver con la tristeza
Lo ocultaba
Como se oculta la sinrazón de una tragedia
A veces lo escondía en cualquier parte

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Lo dejaba sobre el escritorio
O al filo de la ventana
Y me perdía
Entre inenarrables aventuras
Donde el héroe
Era la sombra de un don nadie
Petrificado frente a un bar
Pero la ciudad insistía
Me enviaba mensajes
Con la sangre de los accidentes
Me decía
Allí no
Aquí
Y apuntaba hacia tu rostro
Levantaba el índice y te señalaba a ti
A tu pelo de bosque
A tus ojos al centro de sus avenidas

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VII/ CAILLOMA 714
Cercado de Lima

La rabia se inocula
Como el grito suspendido
De una cobra
Lima de noche con mis manos
En su espalda
Y un extraño rumor de vidrios
Destrozados contra el ojo
Contra mi frente de cíclope
Extraviado entre los autos
Su inconsistencia
Para sostener el incendio
De otras cicatrices
En los muros donde gárgolas invaden
El cementerio de mis pájaros
O la hacinada cueva
Donde habita el roedor de la nostalgia
Su trompa de metal que se abre
Como la puerta del metropolitano
Cuando cruza Lampa
Voltea por Emancipación
Y la ciudad se eriza
Y la ciudad se levanta

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Y Lima tartamudea
Un himno que la proyecta
Sobre un muro de quejas
Y la rabia crece
Y nadie tiene el poder
Para difuminar la espuma de mi boca
Su antídoto de historia
La frente sin laureles
De las estatuas posmodernas
Sé que hay una ventana
Un vitral en el que otros ojos se inyectan
Contra el cielo de otra tribu
De otra civilización que nada tiene que ver
Con las marcas de estos muertos
Otra lengua
Otro código que interpreta
Las flechas de mis manos
Sus líneas como quipus
O la rabia
Su nieve en la cresta de mis puños
Los pilares del tren
La bestia que cruza sus entrañas
Los corredores viales que unifican
Su tragedia
El color seco de su sangre
Mis brazos clavados como huesos
Agitándose como una bandera

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Que nada tiene que ver
Con la historia de su patria
La voz despedazándose
Y el cráneo sembrado sobre un poste
A la merced de un cóndor
Que sabe que solo habitan
Tinieblas en mis ojos
Lima es una hiedra
Su trompa se abre
Como el insomnio de un loco
Que intercede por sus fantasmas
Y no hay lugar
No hay casa
No hay espacio inhabitado
Solo la lluvia
Quebrándome
Luciferina
Vertical
Solitaria

30
VIII/ QUILCA 3h 33 AM

Hay una horda de coyotes Una multitud de adverbios sobre la


boca que subordina mis palabras Le pregunto a esta ciudad si
tiene sentido alguna estrategia o acaso debo capitular con la furia
y detenerme sobre las vías que no han dejado de quebrar tus
osamentas Tu palidez de cadáver Tus dedos largos que se sujetan
con pánico a la noche A mi entelequia de asombros

Yo te necesito para completar la realidad

Le señalo a mis verbos la soledad que flota a tu alrededor como


libélula y me pierdo contigo entre los neumáticos de aquellos
buses De aquellas serpientes de metal que ignoran la tragedia de
sus eventuales habitantes

31
IX / HOSPITAL DE POLICÍA
Av. Brasil, Jesús María

Las luces rompen el cristal


Con la velocidad del filo de una cuchilla
Esa lengua de ácido que lame los huesos
Que salpica su saliva
Como perdigones que retornan a los ojos
Para destrozar la imagen repetida en esta sala
En este piso de enfermos
Donde los médicos levitan
Al acecho de calaveras y medicamentos
Nadie conoce el drama de estos hombres
Nadie la sangre
Que circula por las llaves
Que ingresan a sus cuerpos
Nadie la voz escrita de mi padre
Que toda la noche ha custodiado
Como hace años
El sueño de los internos
Lo observo
Escupe
Las hélices se mueven
Como pájaros detenidos en el techo

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X/ JR PIZARRO CUADRA 3
Rímac

Lima debe ser


La percusión de la lluvia
Ese ritmo raro
El propio vapor
Impregnado
En las ventanas
Su olor
Clavándose como sonda
En tus narices
En tu mirada de náufrago
Absorto entre sus calles
Inmóvil frente a sus calles.

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XI/ MALECÓN HARRIS
Barranco

Detengo los ojos al filo de la niebla


La noche cruza sus animales
Con el estertor del tráfico
Lima tiene esa oscura virtud
Que induce a mis bestias a fracturar el precipicio
La sangre de licanos
Poseídos por la maldición del nosferatu
Yo me quedo quieto en el malecón
Apunto mis flechas hacia La Colmena
Silencio la frase que se clava contra el vidrio
Y la noche cruza sus animales
Sobre el cuerpo de un orate
Lima viene contigo
Sus pájaros advierten la épica del desastre
A veces pienso que la hierba
Se detiene sobre mis manos
Para penetrar en tus poemas
Observo la calle
El lagarto que trepa la ciudad
Y el tráfico anuncia
La soledad de tus entrañas
Esa nostalgia acróbata que burla

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La oquedad de mi estrabismo
Yo supe de ti por ellos
Conocí las marcas de tu sombra
Con la lengua de un pelícano
Que frotaba las bocas de los ahogados
Observo los cordeles de las azoteas
Lima cuelga de ellos
Como una camisa que se agita con violencia
Y no es Lima
Soy yo
El cuervo que se rompe los párpados
La voz
Su lengua clandestina

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XII/ TALARA, LLOQUE YUPANQUI
Jesús María

Pretendo arrancarme los dientes


Empujarlos con la lengua al precipicio
Esta es la calle Mi esquina
Los postes que escupo
Para agigantarle las tinieblas
Aquí es donde hundo mis dedos
Los cartílagos de piedra
Este es el territorio donde escribo
De aquí no pienso retirar los pasos
Aquí no le permito a nadie
Detener las cobras que escapan de mi pecho
Esta calle esconde los huesos de mi cráneo
Que nadie intente levantar la voz
Este sarcófago
La sangre que marca
Mi condición de muerto

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XIII/ CIUDAD DE DIOS SJM

Pregunto a los pájaros por mi país


Y solo encuentro una pirueta macabra
Un trino que se pierde entre los neumáticos
Como el estallido insomne
De un trueno que hiere la piel de esta quijada
Y yo te busco Perú en este instante
Cuando un insulto
Es la mano que iza tu bandera
Y es otro insulto la lengua que te canta
Y son cobardes tus pájaros
Cobardes los gritos que pululan en tus casas
Cobardes los años simplificados en las togas
De una manifestación ruin
Que solo inhala
El aroma de tus drenajes
Tus edificios donde ya no se reflejan tus alas
Sino el vacío
La mancha de un cielo herido por la retórica
El cómplice silencio de las turbas
Sus protestas como cáscaras
Y esta canción que todavía escucha
Los golpes de tu sangre
Mi propia sangre fragmentada por el eco

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De un aplauso digno de condena
De esta atención digna de condena
Y yo te busco Perú en este acto
En este grito de furia que sacude a mi lengua
Como un látigo
Y no es sobre tu espalda
La mejilla adonde estalla
Sino en la boca
Mi boca
Tu propia boca
Que interpreta esta sonata

39
XIV / CERRO GORILA,
Pachacútec

Una cabeza entre los dedos


Una cabeza huérfana de cuerpo
La ruta de una mano que se desangra
El sable que penetra en el abismo
Una cabeza en el espejo
Una cabeza en la ventana
Una cabeza en el florero
Una cabeza en el armario
Una cabeza
Su sombra mutilada en mi cuaderno

40
XV / REAL FELIPE

Lima
Le dio a mi corazón
Su fundamento
Me obsequió el mar en tus labios
La noche en tus ojos
Como un crepúsculo de arena
Donde no me canso de observarte
Lima le dio a mi voz
Un nuevo registro
Otra canción
A la que nadie ha podido silenciar
Pese a su tristeza
Lima me entregó tus manos
Como quien pronuncia
Con una lengua extraña
La intensidad
De estos poemas

Tus poemas
.

41
XVI/ EDIFICIO ATLÁNTIDA DPTO 409
Jesús María

Toco el vidrio de la ventana


Su don de muro imaginario
Su fibra de aire
De hielo sumergido en la galaxia
Toco el color de la ventana
Su oscuridad
La insurgencia de su estática belleza
Los árboles han aprendido
Su lenguaje
Por eso los pájaros
Retornan mutilados
Por eso el letargo
Suspendido de la calle.

43
XVII/ CARRETERA A MANCHAY
Invierno

Te imagino en los riscos


Abajo la carretera contrasta
Con el ojo de un cíclope
Y nada te detiene
Ni siquiera él y la lentitud de sus gestos
O la tarde que cae por el despeñadero
Como el tronco de un pino
Derrotado por la niebla
El duelo es contigo
El paisaje sangriento de aquel valle
Sobre el pájaro que inventas
La oscuridad de la bestia
Que galopa con saña
Y huye del cuerpo que te espera
Permaneces intacta
Capturas el aire de la cordillera
Observas el perfil de un Apu
Que roza la espalda singular de este poema
Y continúas allí
Estática en los riscos
Arriba el cielo se abre y anochece
Escucha

44
Ese rumor es la lengua de otra civilización
De otra tribu que ahora nos acecha
Te imagino con el cuervo de tu cabellera
Absorta como un demonio
Como un fantasma que pena
En los escombros
Sobre los vestigios de esta ciudad
Sobre sus ruinas
Y tus ojos no se conmueven
Tus manos aún presionan
La boca con la que capturas el desastre
El humo de los edificios
La Javier Prado preñada de accidentes
El malecón Cisneros desprendiéndose
Como una maqueta de cartón sobre el Pacífico
Mientras el Rímac inunda La Colmena
Y yo te proyecto de pie sobre los riscos
Poseída por el hambre de una visión
Inquieta con las flechas que cruzan
La sábana siniestra
Mira cómo se abren tus manos
Mira cómo un halcón anida en tu cabeza
Y regreso a mi trágica leyenda
A los húmeros que recojo
Como quien dice basta
Y regresa puntual a su osamenta

45
XVIII/ PUENTE DE LOS SUICIDAS

Él ruge de espaldas al mar


Para no darle importancia al horizonte
A la sombra que se estremece con los pájaros
A los ciudadanos que se desplazan
Sobre el pavimento
Sobre el hedor de los discursos presidenciales
De las noticias que excretan los televisores
Las radios
Los sitios de la Internet
Que se abren
Al pálpito de tu respiración
De la espuma de un dios que flota bocabajo.

Él corre de espaldas al crepúsculo


En sus ojos
Cae toda el agua de su corazón.

Los nervios le han construido un puente


Que lo conecta a su locura
Con la facilidad de quien presiona el interruptor
Para alumbrar la calle
Los disturbios
Los crímenes que se suceden como puertas
En un laberinto donde pierde la cabeza

46
Los escrúpulos
La voluntad de aletargar el día
Para untarle su oscuridad
La saliva de murciélagos
Que cruzan el malecón a la altura del abismo
A la altura de su abismo.

Él quiere detenerse: no puede.

47
XIX / LA TORRE DE LOS ALUCINADOS
Santa Inés, Chaclacayo

Este poema pretende desollar un cuerpo


Alejarse del ruido que se clava en sus letras
Como una espada de sangre
Como una lanza oxidada
Clavada en un corazón petrificado
En una arteria idéntica a una calle inhabitada
Este poema tiene el sabor
De los picos de los cuervos

(Admiro la soledad de los cuervos


Sus plumas intensas
El resplandor de sus alas
Como el pelo de una mujer imaginaria
Las piruetas que en el horizonte
Escriben la tragedia
De estas insólitas regiones)

Intento refugiarme
Con el dolor de las cordilleras
Con este frío semejante a una bofetada
Que se instala con remordimiento
Te observo
No encuentro siquiera un vestigio

49
Que me permita mantenerte intacta
A esas secuencias que desfilan
En la memoria
Como si mis ojos fuesen el público
De un cine antiguo
Este poema se sienta
Sobre una de las butacas
Y trata de capturar
Una escena memorable
Un algo
Voltea a su derecha
Y le contesta otra butaca
Que nada se encuentra en los cines
Que somos las marionetas
Que levantan el pulgar
Para no escapar a la estadística
Ya no busco tu aliento
Atrás de las persianas
Dejémoslo aquí

Este poema
Huye como un cuervo hacia tu lengua

50
XX / MALECÓN CISNEROS 5h 17 PM

Salir para detenerte


Frente al mismo acantilado
Lima a tus espaldas
Su niebla carcomiéndote los ojos
El gesto que de pronto se convierte
En el gesto que espera tu asesino
Esa mirada que sabes
Deberías guardar para la noche
No para esta noche
Sino para esa noche
En la que alguien
Al fin
Ha dejado de esperarte
Me pregunto qué pueden expresar
Aquellos que no conviven
Con la locura de alimentar
Sus propios monstruos
Sus propias demoliciones
El mínimo absurdo de sacar el rostro
Para escupirle a la arrogancia
De unos versos
A ese animal que pese al frío
Todavía te calienta

51
Con el pellejo de sus alas
O ingresar por la misma puerta
Para otra vez reflejarte en el espejo
Reconocer tus manos
Y en las palmas
Los ojos que dejaron de observarte
La ciudad del espanto
Su tragedia como única excusa
Para proclamar que tienes sangre
Que aún regresan a casa
Los mismos pájaros
La misma acera
Detenida como un cuchillo
Clavado en la memoria

52
XXI / PUENTE DE LOS SUICIDAS II

Lima y el tráfico de las cinco Lima y tus ojos con esa expresión
de nube que regresa Lima y los bares donde alguna vez busqué tu
nombre Tu carne de durazno como un plato gourmet Como una
marca Lima y la costa verde Tu risa volando sobre un parapente
Lima y esta sed de ti Este apetito por entregarte otros poemas
Otro libro en el que un hombre cansado de duplicarse en los
espejos Histérico en la forma Admite que muere por tu sombra
Por tus gestos de criatura que se quiebra con Rihanna mientras
en el iPod le pone play a un tema de Led Zeppelin

53
XXII / PARQUE KENNEDY

Necesito escribir en una palabra


La intensidad de este acto
La intensidad de las rocas
Diseminadas en los parques
Y sobre ella
La única ilusión
Que las tribus desconocen
Esa actitud que nos levanta
Como un puñal de fuego
Como una víbora que muerde
El secreto de una tarde
Poblada por brujas y fantasmas
Siempre por brujas y fantasmas
Necesito escribir mi furia
Su impotencia
Esta muerte sublevada en el silencio
La luz al final de la carretera
Que encandila y conmueve
Los restos de una sombra que escapa
Que trepa los postes
Y destruye los muros de las casas
Esta imprecación que estalla en los credos
Y me aniquila como se aniquila a un roedor

55
Que ha caído en la trampa
Aquí la noche ha incendiado su último velo
Ha retornado a mi alcoba
Con el rostro descarnado
Y yo he besado con lujuria sus llagas
Los muslos sangrientos
He mordido sus intestinos
Las costillas
El omóplato tan filoso y perverso
Los días tienen la virtud de estar dormidos
De gritar para nadie
La soledad de las estatuas

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XXIII / LIMA

La física de tus manos


Contradice mis leyes naturales
La devoción por conservar el aliento
En una gruta donde nadie
Ejecuta oraciones como cábalas
Versos como ráfagas
Que atentan contra mis hábitos
Animales de azufre
Demonios que salen a la caza de un orate
Que se oculta noche a noche
En los hostales de Lima
En sus intestinos de asfalto
Que esperan impacientes
El último estertor
Mi atípica presencia de fantasma
Y tú
Dulce animal
Escala de grises
Sobre la orfandad de mi cuaderno
Brillas como el anillo del sol
En esta época de catástrofes apocalípticas
Tú mi violenta partitura
Mi fiera urbana de certeros zarpazos

57
Mi bestia incólume con quien apelo al adjetivo
A su virtud de ventana
Desde donde grito este poema
Con la ilusión de un cadáver
Que intuye que su muerte no es definitiva
Que intuye que tu muerte no es definitiva
Que se arranca el cráneo
Y lo cuelga en los cordeles del horizonte
Con la misma prepotencia de un sismo
Que sepulta los puentes y las casas

Ternura hereje entre mis manos
Miedo que me asalta durante la mañana
Te enfrentas a la física
Y apareces en mi fortaleza imaginaria
Te detienes al centro
Con la precisión de una pantera
Y yo me quedo quieto
Sé que la luna es insuficiente
Cuando leo tus palabras
La noche también es insuficiente
La noche y su gran ojo
Que da vueltas con la velocidad de un paso
Que en vano pretende conquistarte
Cuando apenas ha sonado el silbato
Y el réferi se instala con asombro
En mis decisiones En mi poema

58
En mi oscuridad
En mi boca que se abre
Cada vez que tú retornas con un verso
Y Lima entera se detiene
Y Lima entera se inclina frente a tus pasos
Y Lima entera se conmueve con el filo de tu lengua
Que parte en tres la dicción del aire
El rumor de los malecones
Mi grito que trepa los edificios
Y escribe tu nombre en las ventanas
Y escribe mi nombre en tu ventana
Y nadie puede leerlo porque carecen del espanto
Y la capacidad de nuestras visiones
Del alfabeto que aprendimos a tararear
Cuando los dedos se formaron
Como las columnas de un ejército
Que partió a colonizar la piel
Con las membranas de los otros
Y los otros se quedaron allí
Solitarios en sus cuerpos
Mientras la vida se esfumaba en otra parte
Y nosotros asimilamos la tensión de los accidentes
Y así nos reconocimos
Y así incendiamos estas calles
Y así le dibujamos pájaros a esta noche
Pájaros a las bancas del Kennedy
Pájaros a nuestras palabras

59
Pájaros a los ojos de las paredes
Pájaros a la soledad
Pájaros a la lengua que ahora nos eclipsa

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XXIV / TEMPLO DE LA ESTACA
Magdalena

Huye Escapa Sálvate Advierte el poema Vete con la noche


Aléjate Captura tu miedo Escóndete Aquí no hay nada Solo un
montículo de letras Una construcción imaginaria al centro de
la nostalgia Al filo de tu voz que aúlla como una fiera cuando
crece un texto y gira con la furia de una esvástica Sin embargo
sabes que estaré aquí suspendido en el aire como un emblema
Como un bosque de eucaliptos a quien nadie lo quiebra en su
arrogancia En su fe En los ojos de una hiedra que cruza sobre el
aire Escóndete Insiste como un mensaje de náufrago y nadie te
observa Nadie sabe de tu timbre De tus alas de cuervo De tu risa
que tiembla cuando hablas y no escucho No huyo Regreso los
dedos a la máquina

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XXV / BOLOGNESI 307
Barranco

Apareces
La ciudad desconoce
La lluvia de tu boca
Las hordas de fieras
El sol que oscurece
Con las vértebras del horizonte
Los textos incendiados en las azoteas
Mi voz como el estallido
De una campana que sepulta
La lengua que resucita
En tus palabras
Aquí no hay nadie
Solo la fila de estos edificios
Tus manos en la nuca
Y Bunbury
Repitiéndonos la letra
De un himno impronunciable

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XXVI / CELDA

Un cuervo vuela hacia tu ventana


Le teme a la noche
Por eso permanece despierto
Intenta penetrar en tu sueño
Sabe que no hay ninguna historia
Pero es un cuervo que ha escuchado en tu voz
El timbre de su cuerva
El SOS que clama la destrucción de los barrotes
Y allí lo tienes
Atrás de los cristales
Sobre los que ha escrito tu nombre
Con la soledad del pavimento

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XXVII / PUENTE TRUJILLO II

Estaba dormido
Lo dejé inmóvil en el último piso
Del edificio más alto de Lima
Sus manos ya no eran las bayonetas
Que hurgaban
La espalda de los transeúntes
Lo había vencido
Atrás quedaba el rastro de sangre
El humor acuoso
Con el que escribía su nombre en las ventanas
Había olvidado las cicatrices
Los ojos diabólicos
Que espantaban a los cuervos
Cada vez que se enfrentaba
Con la noche y su arrogancia
La ciudad se reducía a cuatro esquinas
Allí su lengua era suficiente
Para incendiar los postes
Y con ellos
Aniquilar la expresión de los semáforos
La ciudad había fracasado
Él logró conquistarla
La poseía como quien posee a un muerto

65
La escupía
Le arrancaba las costras
Cazaba sus silencios
Para hundir las manos en el reflejo de buses
Que insolentes destrozaban los carriles
Con el grito vulgar de una estructura adocenada
Comprendió que nadie valía la pena
Que otro asesinato
No sería suficiente para desintoxicar su voz
En sus dedos difuminó la silueta del fantasma
Con quien se masturbaba lejos
Al acecho de algo que le anuncie
Que había culminado su pelea
Él estaba dormido
Su cabeza reposaba como un ceramio
Sobre un estante de huesos
Nadie conocía su alfabeto
Los códigos que explicaban
Su habilidad para el desolle
O la destreza que lo ponía al límite
De un inframundo imaginario
Yo lo había vencido
Lo tenía amarrado contra un muro de hierba
Su boca estaba cerrada
La cosí con la piel de su última víctima
Del último elemento
Con quien habló sobre Astaroth

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Y su portentosa armadura de diez cabezas
Prisionero allí
Intenté recuperar mi antiguo gesto
Volví a desplazarme sobre el puente
Donde arrojaba piedras
Haciendo puntería con los peces
Atrás los rascacielos eran hombres
Yo cercené la historia y con ese corte
Salí otra vez al mundo
Convencido que la niebla
Era el aliento
De una mujer que me llamaba
Para remediar los años
Sacrificados en el ritual del asesino
Hoy se ha roto la fibra
Que cosía aquellos labios
La ciudad lo ha devuelto a la autopista
Alguien le ha dicho que la sangre
Es un trago viscoso
Que todavía brilla
Ansioso entre mis manos

67
XXVIII / JORGE CHÁVEZ 847
Breña

Los pájaros que pernoctan en los cables


Son testigos de esta historia
Ellos han visto
Cómo he roto con la prudencia
Saben de esto
Conocen a la esfinge
Y escriben conmigo sobre el aire
Tu voz de cebra
Tu lengua de fábula
Que se agita en mi poema
Y duplica el filo de los sables
Y duplica
La potencia de los estertores
Que se agitan con la niebla
Yo me detengo allí
Busco una señal
Con el humo de las chimeneas
Algún pretexto para demostrarle
Al horizonte
Que tú eres la fiera
Que me arroja a la demencia
El animal de fuego

69
Con el que consumo el vértigo
De las azoteas
Y regreso los ojos
Hacia los pájaros
Que pernoctan en los cables
Y pregunto sobre el nivel de resistencia
Al que debo exponer
A los reptiles de mi calle
O le exijo al viento un espejismo
Para perderme con la sombra de otras aves
Lima mientras tanto queda muda
Y Lima no me sirve muda
Lima tiene tu marca en todos los lugares
Tu lengua que incendia
Las esquinas de mi parque
Tu pelo
Tu olor de fruta
Tu oscuridad
Tus ojos
En los pájaros que pernoctan en los cables

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XXIX / PATIO DE LETRAS
UNMSM

De pronto la noche estalló sobre mis palabras


Y tu poesía no resistió el filo de sus aguas
El cuervo irreal que sorteaba los adverbios
Como un censor de imágenes
Como un juez de categorías terribles
En cuyos folios
La desgracia abría los ojos
Y ni Aristóteles
Ni Kant
Ni Hegel
Se atrevieron a incendiarla

La poesía se refugió como un ciervo


Como un tigre de bengala
Escondió sus hipérboles
Moduló su voz
Le hizo un nudo a mi corbata
Me dejó sin ti
Le apagó a Lima sus metáforas

71
XXX / ARTE POÉTICA

La estabilidad emocional
Es un peligro
Una bala certera
El diente venenoso
Que se clava en la nuca del poeta
Para inmovilizar sus nervios
La osadía
Su mística de orate

El fracaso es su delicada condena


Su tótem para fabular
La furia que enerva su poema

Yo suscribo esto
Lo firmo como un cuervo
Acorralado por la pérdida.

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Lo ilógico es tu mano Tus uñas con ese rojo intenso como un arco
iris de sangre que no le gusta a nadie El ruido de los aviones y
la crueldad del mar adonde huyo para recuperar mi voz Para
perderme Lo ilógico es tu nombre La máscara que invento para
desaparecer todo indicio de sospecha La furia del malecón y la
imprudencia de escribirte como si no fuera suficiente mi leyenda

74
Lima es una frágil carretera que desaparece.

75
CINCO CATEGORÍAS
PARA INGRESAR A “LIMA”
DE HAROLD ALVA

Este libro nos interesa como unidad, como construcción


sólida que propone una poética dentro de los asedios de una
vida: vívida y vivida. Un edifico poético ensamblado con una
estructura de emociones: fracasos, gritos de impotencia, éxito
y tristeza. Con este motivo quisiera revisar brevemente esta
propuesta desde cinco categorías: manía, norma, carmen, poiesis
y el ritmo. Pues Lima, de Harold Alva, no es un poemario, es un
libro lleno de matices que hacen posible un vistazo por el origen
de las palabras y el mandato rector de nuestros clásicos.

1. MANÍA

La manía para los griegos fue la posesión. La poesía es


una manía divina, decía Platón. No es el concepto equivocado
que tenemos de esa palabra. Pues el poeta entra en estados de
posesión divina cuando revela, desvela, enuncia, codifica, sufre
diciendo, revuelve y pone en símbolos lingüísticos lo que palpa
y siente en la realidad que lo oprime. Por lo tanto, la manía es
un estado de conciencia superior ajeno a la pobreza de espíritu

76
en que los seres humanos solemos quedarnos en la rutina. Esta
poética de Lima, de Harold Alva, son manías puras, posesiones
terrestres y divinas de luces y oscuridad. Pero esta manía que nos
revela la dureza de estos tiempos, los días de caos en el transporte
y las noticias de muertes y otros males que atacan a la ciudad, son
puestos en el filtro de la trascendencia, porque ella dialoga con lo
divino, con lo que hay que salvar en esta épica del desastre. En el
primer poema ya está enunciado lo que venimos afirmando: «El
lenguaje de estos dedos se escribe sin motivo». Está entonces, la
posesión del verbum, concentrado como logos hecho lenguaje.
La posesión del verbo sin control en lo que se dice y enuncia.

Esta posesión del verbo se manifiesta en múltiples imágenes,


a veces surrealistas, o en determinadas circunstancias se apela al
simbolismo, donde no se dice ni se describe, tan solo lo sugiere.

2. NORMA

Es la poesía en griego se refiere a la creación poética. No


es el sentido significativo que le hemos dado en el idioma
español, incluso apela a un nombre propio femenino. Tampoco
la palabra norma acude a las reglas, a reglamentos que rijan los
procesos. Desde el punto de vista de los orígenes de esta palabra
la empleamos como una categoría constante en Lima. Los actos

77
creativos, desde y con el logos, permanecen en actitud de rebelar
y develar la realidad:

«Los habitantes muerden el tráfico Los habitantes patean un


cuajo de su sangre como si la noche no importara. Como si un
cuerpo en el asfalto no importara (…) Aquí el horizonte se quiebra
Los postes apagan la luz artificial de sus osamentas, pero nadie
se da cuenta Nadie observa el movimiento de sus callejones Las
súplicas celestes Nadie la cifra mortal de sus nacimientos».

Es cierto, Lima es una ciudad de tensiones, como cualquier


gran metrópoli donde los problemas sociales coronan sus
desgracias. Por eso esta norma-poesía contiene esa dureza, los
conflictos hechos versos que se desangran, no son himnos o
loas pacíficas y de veneración a la ciudad, sino conmovedoras
imágenes en ásperos versos. La ciudad es un bosque de peligros
que no entran en la ficción, son más fuertes que ella. Este libro
es eso: un bosque de imágenes donde los alaridos de las palabras
son animales sonoros hambrientos de trascendencia. Pero es una
poética distinta a las anteriores que han cantado a Lima, tanto
los poetas de la promoción de 60, como en los años 70. Es una
norma distinta, una creación que tiene que ver con la orfebrería
con el lenguaje.

La movilidad textual en cada poema va abriendo a nuevos


espacios, sobresalen los lugares porque se persigue una geografía

78
verbal. Calles que responden a viejos y nuevos movimientos,
avenidas, parques y distritos que configuran varias ciudades en
una sola. Lima es muchas ciudades y alberga a tantos peruanos
de regiones distantes como de culturas distintas. Los textos de
este libro tratan de dar estos significados.

3. CARMEN

El significado de esta palabra en latín es poesía, pero es el


producto, el contenido y los sentidos de significación de los
textos poéticos. Es la misma escritura poética que fija a la poesía.
Con esta categoría designamos a toda la unidad temática que
abraza Lima de Harold Alva.

Un libro unitario, perseguidor de lugares y personajes que


reposan en un producto poético, en su carmen, cuyos epicentros
tienen su sinfonía verbal, en lo que pasa y acontece en esta gran
metrópoli. No hay otros escenarios discursivos, en su temática,
más que el que concierne a Lima, la gran ciudad.

Se sienten instancias épicas, luego alientos líricos, todo en


una intimidad pasional de amores y desamores. Sensibilidades
que llegan a bordes extremos, pero no extremistas. Se siente
el rubor y el rumor de la noche, los silencios y los laberintos
de una ciudad que no duerme. Por supuesto, el lenguaje es el

79
gran protagonista, como debe ser en la poesía. Lineamientos de
cofradía y veneración por los actos de buscar un nuevo lenguaje,
una poesía con otra forma de decir las cosas. Preocupación
que asedia a los poetas modernos después de la explosión
vanguardista.

4. POIESIS

Esta palabra o categoría siempre ha estado ligada a la poesía


y ha sido traducida como creación poética. Viene del latín
que significa actividad que hace la norma, es decir, la creación
poética. Entonces, la poiesis es la misma acción del verbo hecho
poesía, es decir, la norma.

Una actividad que fluye como identidad y presencia del


logos hecho lenguaje. Entonces, Lima, de Harold Alva, ya es
una poiesis, esta Lima es una propuesta verbal, una ciudad
de palabras donde los que habitamos en esta gran capital nos
reconocemos, nos encontramos, palpamos y sentimos sus gritos,
su angustia, su caos, sus tensiones sociales, sus huelgas, su
fetidez y su extremismo. Pero la amamos, somos ella y parte de
las tradiciones y costumbres que asumirán nuestros hijos. Cada
poema es una calle, un lugar neurálgico y conflictivo. Pero allí
pululan no solo los sinsabores, sino la felicidad, los reencuentros
y por qué no decirlo, las mejores juergas y jergas, con su lenguaje

80
propio y original. Este libro, donde la aventura suelta sus trenzas,
es un confesionario a la vez, de lo que duele esta ciudad, de lo que
se ama en esa intimidad llamada mujer.

5. EL RITMO

Es lo que hace referencia continua a la norma, es decir, a


la misma creación poética. La vieja poesía, la poesía popular y
culta, ha estado, tiene y debe tener siempre como ingrediente
el ritmo. Es una música que en el plano de la expresión han
impuesto los poetas parnasianos franceses y el modernismo
americano, con mayor explicites y maestría. Mientras que la
música de las ideas también ha estado presente en la poesía, con
los simbolistas franceses y en el mundo hispánico con nuestro
pionero José María Eguren.

En este libro de Harold Alva encontramos un ritmo de


acuerdo a las necesidades del texto. La exigencia de la música es
necesaria en la poesía.

Lima, de Harold Alva es una ciudad sonora verbal, pero


también hay música en los silencios de las calles que no
menciona. Un libro que no está al servicio caprichoso de cantar
a una ciudad por compromiso, sino es un canto necesario de

81
identificación donde la ciudad sencillamente son los hombres
que la habitan. Un ser humano habla y al cantar humaniza la
ciudad.

Dimas Arrieta Espinoza


Lima, julio de 2012
CONTENIDO

LIMA UN HIMNO SACRO 13

I / PASEO DE LA REPÚBLICA
CUADRA 1 19

II/ MALECÓN CISNEROS 7H 45 PM


MIRAFLORES20

III/ JR BELÉN
CERCADO DE LIMA 22

IV/ PUENTE ESPAÑA, COMAS 23

V/ BIBLIOTECA NACIONAL 5H 30 PM
SAN BORJA 24

VI/ EDIFICIO EL DORADO


AV. AREQUIPA LINCE 26

VII/ CAILLOMA 714


CERCADO DE LIMA 28

VIII/ QUILCA 3H 33 AM 31


IX / HOSPITAL DE POLICÍA
AV. BRASIL, JESÚS MARÍA 33

X/ JR PIZARRO CUADRA 3 RÍMAC 34

XI/ MALECÓN HARRIS BARRANCO 35

XII/ TALARA, LLOQUE YUPANQUI


JESÚS MARÍA 37

XIII/ CIUDAD DE DIOS SJM 38

XIV / CERRO GORILA, PACHACÚTEC  40

XV / REAL FELIPE 41

XVI/ EDIFICIO ATLÁNTIDA DPTO 409 JESÚS


MARÍA43

XVII/ CARRETERA A MANCHAY


INVIERNO44

XVIII/ PUENTE DE LOS SUICIDAS  46

XIX / LA TORRE DE LOS ALUCINADOS SANTA


INÉS, CHACLACAYO 49

XX / MALECÓN CISNEROS 5H 17 PM  51
XXI / PUENTE DE LOS SUICIDAS II 53

XXII / PARQUE KENNEDY 55

XXIII / LIMA 57

XXIV / TEMPLO DE LA ESTACA


MAGDALENA62

XXV / BOLOGNESI 307 BARRANCO 63

XXVI / CELDA 64

XXVII / PUENTE TRUJILLO II 65

XXVIII / JORGE CHÁVEZ 847


BREÑA69

XXIX / PATIO DE LETRAS UNMSM 71

XXX / ARTE POÉTICA 73

CINCO CATEGORÍAS
PARA INGRESAR A “LIMA”
DE HAROLD ALVA 76

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